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INTRODUCCIÓN
¿está usted aburrido de las cosas espirituales? ¿no te puedes concentrar en las cosas de Dios? ¿tu
tiempo con él se ha vuelto rutinario y lleno de distracciones? ¿has deseado ir a otro nivel de vida
espiritual y se duerme cuando ora, y su tiempo devocional con Dios se vuelve una rutina? ¿se siente
espiritualmente aburrido, distraído incluso ha perdido el interés? Entonces es posible que tenga
trastornos de déficit de atención espiritual (T.D.A.E)
Este es uno de los mayores ataques que la gente está teniendo. La mayoría lo está sufriendo y no saben
cómo manejarlo. Hablo del espíritu de “Letargo”- Este es un espíritu silencioso, que trabaja día a día.,
se encuentra asociado a la vergüenza, a la duda y como consecuencia, a la tibieza espiritual.
Es verdad que en nuestra vida material disponemos de 24 horas para distribuir en tres actividades:
Trabajo, descanso y sueño. Muchos no guardan las proporciones y dedican su vida mayormente a una
de estas actividades. El sueño es el tiempo que usa el organismo para su mantenimiento; pues en ese
lapso, el cerebro solo se esfuerza en mantener las funciones vitales, para dedicar todo su esmero en la
limpieza, reparación y restauración del organismo y es por eso que cuando dormimos bien, al siguiente
día estamos llenos de energía y de entusiasmo. Sin embargo, el sueño espiritual no trae los mismos
beneficios que el sueño físico; sino más bien peligros y el principal es la muerte espiritual.
Ejemplos:
1. La apatía y el letargo (somnolencia) son problemas que a menudo afligen al pueblo de Dios …
1. Muchos cristianos simplemente «siguen los movimientos»
2. Existen muchas iglesias, pero con poco celo o progreso
3. Pasividad: no hacer nada, someterse a la voluntad de otro sin oponer resistencia: estar inactivo
cuando debería estar haciendo algo por sí mismo.
4. Apatía: impasibilidad, dejadez, indolencia, falta de vigor o energía
[¿Nos hemos vuelto letárgicos e indiferentes a las cosas eternas? Si es así, «¡Es hora de
despertar!» Con la exhortación de Pablo ante nosotros, consideremos algunas razones …]
La Palabra del Señor nos dice que todos nosotros, los creyentes en Cristo somos ministros de Dios
(2 Cor 5:17-18, Apo 1:5-6, 1 Ped 2:9) para hacer la obra del ministerio (Efe 4:12) de reconciliar todas
las cosas con Dios (2 Cor 5:17-18), tanto las que están en los cielos como en la tierra (Col 1.18-20).
El ministerio es la obra de los santos, es decir de todos los cristianos. El llamado a todos los ministros y
obreros es el de equipar a los santos para la obra del ministerio.
5. Cómo combatirlo …
1. ¡Algo que debemos hacer!
1. Si queremos vivir espiritualmente – cf. Romanos 8: 12-13a
2. Si deseamos el amor del Padre – cf. 1 Juan 2: 15-17
2. ¡Algo que podamos hacer!
1. Con la ayuda del Espíritu – cf. Ro 8: 13b ; Efesios 3:16 , 20 ; Gál 5: 16-17
CONCLUSIÓN
Compromisos
A nivel individual y familiar.
Señor Dios Todopoderoso, hoy venimos delante de ti, clamando por nosotros y nuestras familias y
atando de sobre nosotros al espíritu inmundo de apatía, letargo, estupor y adormecimiento, en el
Nombre de Jesús, que es Nombre sobre todo nombre, y le ordenamos que salga de nuestras vidas y
nuestras familias, confesando que lo que atamos en la tierra queda atado en el cielo. También venimos
derribando, arruinando, destruyendo y arrancando todas sus obras en nuestras vidas y en nuestra
familia, principalmente la indiferencia respecto a lo que pasa a nuestro alrededor, en nuestros hogares,
en nuestros trabajos, en nuestro vecindario, en nuestra iglesia y en nuestro país.
Oh, Señor, hoy clamamos por nosotros como miembros que somos del Cuerpo de Cristo en Puente de
la Unidad. Padre, atando al espíritu inmundo de apatía, letargo, estupor y adormecimiento, en el
Nombre de Jesús, sobre nuestra Iglesia y sobre todo el Cuerpo de Cristo, rompiendo con la indiferencia
y el escapismo acerca de las situaciones que ocurren a nuestro alrededor, y sobre las cuales la iglesia
debería ejercer su autoridad y acción transformadora derivada de la autoridad que Cristo nos delegó en
la Gran Comisión en el cielo y en la tierra.
Padre, por tu Espíritu Santo, toca las vidas de los cristianos para que despierten y asuman su lugar de
autoridad. aquí en la tierra.
Señor, ¡cuánto debe dolerte ver la actitud que hemos asumido como Cuerpo! Perdónanos, Padre,
porque nos hemos acomodado y nos hemos dejado arrullar por la tibieza del sistema del mundo en
lugar de ser osados y valientes y llamar a las cosas por su nombre. ¡Toca tu trompeta! ¡Convoca a Tu
pueblo! ¡Clamamos que nos ayudes a salir de este estado en el que nos encontramos!
A nivel de la nación.
Señor Dios Todopoderoso, hoy venimos delante de tí, clamando por todo México, y atando sobre
nosotros el espíritu de apatía, letargo, estupor y adormecimiento, en el Nombre de Jesús, que nos ha
hecho permanecer indiferentes ante nuestras circunstancias, y vivir en el conformismo, la indiferencia,
la mediocridad y la falta de planes y esperanza. También venimos derribando, arruinando, destruyendo
y arrancando todas sus obras y consecuencias en la vida de la nación que se han traducido en pecado,
pobreza, enfermedad, opresión, violencia, abuso, paternalismo, etc.,
Igualmente venimos desatando sobre todos los mexicanos, un espíritu de diligencia, compromiso y
responsabilidad con la transformación de sus vidas, familias y la nación entera, de tal manera que sobre
ella sea establecida la justicia y la verdad, y sea convertida en una nación ejemplar, democrática y
desarrollada de acuerdo al propósito de Dios.