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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

ASAMBLEAS DE DIOS DE VENEZUELA


MINISTERIO NACIONAL DE EDUCACION CRISTIANA
MINEC
INSTITUTO BÍBLICO ALFA Y OMEGA
IBAO

¿ES LICITO DECLARAR Y DECRETAR?

Docente: José Echeverria

Alumnos: Winder Colmenares

Jarleydis Dias

Andreina Silgado

Renyi Tovar

Jhonatan Perez

Alba Gonzalez

Onexis Ortiz

01 de abril de 2023
INTRODUCCION
Por medio de la presente investigación deseamos promover argumentos que permitan
al lector conocer si es licito o no decretar y declarar, al mismo tiempo si es posible proclamar
las bendiciones de Dios para nuestra vida, primeramente, conceptualizando lo up-supra
mencionado de modo que permita tener claro a que apuntan dichas palabras y cuál es su
objetivo principal, con la finalidad de llegar a una sana conclusión de lo que realmente nos
enseña la palabra de Dios.
Por otra parte, entender a que hacen referencia ciertos versículos bíblicos que algunas
personas utilizan fervientemente para justificar ciertas ideologías heréticas que hoy en día se
han normalizado dentro de las congregaciones, así de esta manera lograremos refutar u/o
justificar lo que planteamos por medio la presente pesquisa, la cual sabemos será de gran
bendición para todos aquellos que deseen conocer sobre este tema tan controversial.
DESARROLLO
Obedecerle a Dios y depender de Él van de la mano, un buen diccionario de
castellano dice, palabras más, palabras menos, que obedecer es cumplir la voluntad de quien
manda. Pues bien; nosotros estudiamos la Palabra de Dios para hallar en ella la voluntad de
Dios con el propósito de cumplirla y ser benditos. Esto es lo mismo que decir, que nos vaya
bien. Nuestro trabajo como hijos de Dios es buscar evidencias en la Palabra de Dios y, una
vez halladas, elegimos aceptarlas porque confiamos en esa Palabra al mismo grado que
confiamos en Su Autor. Una vez aceptadas esas evidencias, las vivimos. Eso es fe:
“confianza actuada”. Cada vez que lo hacemos, nos colocamos en la posición conveniente y
deseada de depender de Dios.
La oración no es una demanda conforme a nuestros deseos, la misma tiene como
propósito la exaltación de Dios, la manifestación de su voluntad y su majestad soberana,
cuando en (Mateo 6:5-15) el señor Jesús enseña de la oración, este modelo de oración se
enfoca en Dios. Padre nuestro que estas en los cielos (paternidad de Dios), Santificado sea tu
nombre (prioridad de Dios), venga tu reino y hágase tu voluntad (propósito de Dios), danos
el pan nuestro de cada día (provisión de Dios), perdona nuestras deudas (perdón de Dios), no
nos metas en tentación (protección de Dios),
Teniendo en cuenta que la oración va enfocada en Dios y en la dependencia total
hacia el, si se puede creer en las promesas de Dios, si Dios dio autoridad a los creyentes y
dejo un arma como la oración ¿porque no se pueden declarar o decretar las cosas? ¿es licito
declarar o decretar?
Según el Diccionario de la real academia de la Lengua Española DECLARAR es:
“exponer", en “dar a conocer" o "explicar". Otras fuentes definen como aseverar o exponer
una cosa públicamente, manifestar por un juez u otra autoridad la decisión acerca de la
calificación de alguien o de algún asunto. Mientras que DECRETAR se define como el dicho
de la persona que tiene autoridad o facultades para ello: Resolver, decidir u ordenar algo.
En que se basan aquellos que dicen que es licito decretar o declarar:
Se basan en que el lenguaje con el cual se habla tiene que ver mucho con la fe que se
posee o se tiene, que se le puede decir a la circunstancia que se mueva, es porque Dios tiene
el poder para hacerlo.
Refieren que, todos los días vivimos haciendo decretos y declaraciones. Cuando dice
que se va a enfermar, está decretando una enfermedad. Pero cuando declara sanidad,
bendición y prosperidad, está invitando la sanidad, la bendición y la prosperidad a su vida. Es
importante hacer decretos y declaraciones en voz alta. Pues cuando se cree en algo, se dice
con energía y en alta voz. Las declaraciones y los decretos tienen el poder de realizar
cambios en ámbito físico y espiritual. Cuando declaramos las Sagradas Escrituras, ellas
tienen el poder de hacer cambios drásticos en nuestras vidas.
Todos los días declaramos y decretamos palabras, ya sea de acuerdo a la Palabra de
Dios o de acuerdo a lo que nos enseñaron.
Tenemos muchas fuentes de aprendizaje, crecimos al lado de personas que usan
muchas palabras negativas, quizás sean nuestros padres, nuestros abuelos, tíos, amigos o
vecinos. Mencionan que, si te formaste al lado de un familiar y usaba palabras de derrota, es
momento que cambies ese chip y comiences a declarar y decretar las bendiciones de dios
sobre tu vida y todo lo que te rodea.
Pero basados en el fundamento de la palabra de Dios, la enseñanza herética de
decretar o declarar, es falsa; toda la Biblia nos grita que solo Dios es soberano. Nosotros no
somos todopoderosos, Él escucha las oraciones que son conforme a su voluntad, Él no está
sujeto a lo que nosotros digamos o declaremos. No importa cuánto declares o confieses cosas
positivamente, Dios hará su voluntad, no la tuya. ¡Y eso es bueno porque Él es bueno!
Declarar cosas para que se cumplan no tiene fundamento en la Biblia; sin embargo, los
promotores de dicha enseñanza se basan en los siguientes versículos sacados de contexto
para defender su postura:
 “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí,
por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (2 Corintios
4:13). Una mirada al verso en su contexto nos muestra que Pablo no habla de declarar
cosas para que pasen, sino de predicar el evangelio, aunque tengamos dificultades (2
Corintios 4:11-15).
 “Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto
de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de
sus frutos.” (Proverbios 18:20-21). Sin embargo, en dichos versículos se habla de tener
cuidado con lo que uno habla a fin de ahorrarnos problemas innecesarios e incluso la
muerte. La Nueva Traducción Viviente dice así: “Las palabras sabias satisfacen igual que
una buena comida; las palabras acertadas traen satisfacción. La lengua puede traer vida o
muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias”. Ciertamente, acá no se
habla de declarar nada, sino más bien de controlar la lengua.
 “Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí
allá, y se pasará; y nada os será imposible.” (Mateo 17:20). En el contexto los discípulos
de Jesús trataron de expulsar a un demonio de una persona y fracasaron por su poca fe y
confianza en que Dios estaba con ellos. Aquí Jesús habla de una fe que confía en Dios en
medio de una tarea que Él nos ha encomendado y que está de acuerdo con Su voluntad.
Lo que Jesús les dice no significa que todo lo que digamos se realizará. Él nos enseña
que Dios responde a nuestras oraciones cuando permanecemos en Cristo y Sus Palabras
permanecen en nosotros, esto es, cuando oramos conforme a Su voluntad revelada (Juan
15:7).
 “Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme
para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es
de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te he puesto por
padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama
las cosas que no son, como si fuesen.” (Romanos 4:16-17). Aquí Pablo habla sobre la
promesa que Dios le dio a Abraham. Lo que Dios dice, se hace. Cuando Él llama a las cosas
que no son como si fuesen, Él hace que sean. Muchas personas toman este verso y lo tuercen
para decir que debemos declarar cosas, llamando las cosas que no son como si fuesen, pero
como podemos ver en el mismo versículo, está interpretación es errada. Solo Dios es Dios.
Nosotros no lo somos.

En la epístola del apóstol Pablo a los romanos compartió acerca de la gracia de Dios
por experiencia (Hch 9:1-19) y por la educación que recibió (Hch 22:3), escribió estas
palabras alrededor del año 57 y 58 d. C, escribió, principalmente, a los creyentes gentiles
residentes en la capital del imperio romano a fin de:

1. Darse a conocer a los creyentes allí, y reclutarlos para la extensión del evangelio.

2. Desarrollar y defender la verdad del evangelio que había estado predicando.


3. Animar a los creyentes de Roma a depender exclusivamente de la gracia de Dios
para su salvación.

Fue escrito desde Corintio, cerca del final de su tercer viaje misional. Varias pistas
sugieren que Pablo escribió su epístola durante los tres meses que permaneció en Corinto.
Como trasfondo histórico se dice que dos mil años antes de Cristo se fundó la ciudad,
muchas historias acerca de su origen; Mitología, la historia de Rómulo y Romero criados por
una loba en el origen de la ciudad. Situada al borde del río Tíbet; 510 a.C. comenzó la
República Romana, Augusto César fue el primer Cesar. Era el centro del mundo, eje
económico, político, de todo el mundo de la época, un imperio; llena de gran lujo y de gran
pobreza.
En el tiempo de Pablo había un millón de personas, 20 a 30 mil judíos, como 20
sinagogas. Los cristianos muy numerosos, ¿cómo llega el cristianismo?, no estás claro. En el
libro en el 1:8 dice: que ya había cristianos y que eran famosos en el mundo. En 12:4-8,
cargos en la iglesia, ósea una iglesia establecidas. En esa época había muchos esclavos en
Roma, los libertinos eran el grupo de esclavos que consiguió la libertad, y estos grupos
estaban en la iglesia. Pablo estaba en Corinto en el año 58 d.C. cuando escribió esta carta a
los cristianos que vivían en la capital del imperio, Roma. Considerado por muchos el escrito
más importante de Pablo, Romanos es también uno de los libros más importantes de la
Biblia. Su tema principal es la justificación por la fe. Había una controversia que estaba
dividiendo a los cristianos judíos y gentiles. Algunos pensaban tener el primer lugar con
respecto a los gentiles. Pablo señala que Dios es justo. Siendo que “todos pecaron” (tanto
judíos como gentiles), los judíos no son superiores ante los ojos de Dios.
La Palabra de Dios dice en Romanos 10:10 “porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”
Aunque evidentemente debe haber una confesión, no se está refiriendo al hecho de
decretar o declarar algo, si no de confesar y reconocer que Jesús es el Señor, lo cual es la
debida manifestación o evidencia de la fe, la confesión del nombre de Cristo.
En el momento en que el libro de Romanos fue escrito, para que una persona aceptara a
Cristo y lo confesara como Señor, generalmente resultaba en persecución y finalmente en la
muerte. En ese momento, recibir a Cristo y confesarlo como Señor, sabiendo que la
persecución iba a venir, indicaba una verdadera salvación y la obra del Espíritu Santo. Son
raras las manifestaciones externas de la fe cuando la vida está en juego, y nada más que en la
iglesia primitiva. La intención de la frase "serás salvo", no es de revelar una condición para la
salvación por la confesión pública de un credo, sino de un hecho definitivo que ninguna
persona que esté enfrentando la muerte confesaría a Cristo como Señor, a menos que
realmente él o ella fueran salvos.
En Romanos 10:10, leemos, "Porque con el corazón se cree para justicia, pero con
la boca se confiesa para salvación". El original griego conlleva la idea de "confirmar" con
la boca lo que ha sucedido en el corazón y estar agradecido por eso.
Romanos 10:13 dice: "porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo". El versículo 14, sin embargo, indica que el invocar al Señor es el privilegio de
aquellos que ya están redimidos: "¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?".
Además, el versículo 12 dice: "Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo
que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan". Evidentemente, la frase
"rico para con todos los que le invocan", no puede estar hablando de salvación, mientras que
aquellos que "invocan" ya "han creído", de acuerdo al versículo 14.
Romanos 10:9-10 no está estableciendo una confesión pública como un requisito para
la salvación, ni mucho menos decretar o declarar. Más bien, está afirmando que cuando
alguien confiaba en Cristo y posteriormente lo confesaba como Señor, sabiendo que la
persecución iba a venir, esa persona daba evidencia de una verdadera salvación. Aquellos
que son salvos, confiesan a Cristo como Señor porque Él ya ha plantado la fe en sus
corazones. Como con el bautismo y todas las buenas obras, la confesión pública no es el
medio de la salvación; es la evidencia de la misma.
En las iglesias ha entrado con mucha fuerza, el decirles a las personas que sus
palabras tienen poder para que las cosas sucedan. Se basan en Proverbios 18:21 La muerte y
la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos, sacando
totalmente de contexto ese verso, que las personas pueden provocar las cosas que desean si
las creen suficiente estas mismas sucedan.
La biblia nos enseña que la palabra tiene poder, pero no la del hombre, sino la palabra
de Dios por la cual fueron hechas todas las cosas. El usar estas palabras muchas veces,
aunque quizá suene exagerado y si realmente analizamos el significado de las mismas, al
parecer Dios se está volviendo un servidor de lo que un hombre diga u ordene. El pasaje
bíblico de proverbios se refiere a las consecuencias de usar con negligencia o sabiduría
nuestras palabras. Jesús nos dejó y enseño un modelo de oración como mencionamos al
inicio, debemos pedir, clamar y someternos a su voluntad. Solamente las palabras de Dios
tienen poder para crear, dar vida o destruir.
Si bien es cierto que, las Escrituras advierten al creyente de cuidar lo que dice, que en
nuestra lengua está el poder de la muerte y de la vida, que daremos cuentas por las palabras
que decimos; que nuestras palabras deben ser con gracia y que todo lo que digamos debe, en
última instancia, glorificar a Dios. Pero nada de esto sugiere que los hombres tenemos poder
para crear cosas por solo decirlas, ni muchos menos se nos manda a decretar. Decretar es
algo que pertenece al Creador. En el relato bíblico no vemos a los creyentes decretando y las
Escrituras nunca nos manda hacerlo. Además, la práctica de decretar y declarar no produce
ningún beneficio concreto.
Las palabras de los hombres no han producido ni producirán nada en el sentido de
cambiar o crear las cosas y tampoco será el medio por el que nuestras oraciones serán
contestadas. Dios responde al clamor de los suyos cuando estos se humillan, y piden
apelando a su misericordia.
El declarar o decretar es la moda del momento en el mundo evangélico. “Yo te
ordeno”, “Declaro que”, “Yo anulo”, “Someto debajo de mis pies”, “Oye bien diablo, a ti te
digo”, son algunas de las frases a la que muchos cristianos recurren a la hora de “pelear” una
batalla espiritual, pues la moda del declarar y decretar ha sido llevada incluso al área de la
guerra espiritual, por lo que no es raro oír a muchos creyentes dirigiéndose con autoridad
propia a satanás y sus secuaces; en ocasiones, hasta decorando el lenguaje ”bélico” con
palabras y tono despectivos. Todo ello en oposición a las instrucciones mismas de la Palabra
de Dios.
La biblia contradice expresamente la idea de declarar o decretar cosas, y esto
por varias razones:
 Declarar es pretender darle órdenes a Dios. Es despreciarlo. Es un acto de
orgullo. Eso es herejía.
 No necesito ‘declarar’ cosas porque los planes de Dios son mejores que los
míos. Tener fe en el único y verdadero Dios no se evidencia en declarar cosas para que se
cumplan, sino en vivir conforme a su verdad cada día más, confiando en Él.
 En la Biblia yo no veo a personas declarar cosas para que pasen o las
adquieran y es que los hombres de Dios saben que no importa lo que declaren, Dios tiene
todo bajo control.
 El cristianismo no nos promete una vida fácil o de riqueza material aquí en la
tierra (Romanos 8:16-17). Lo que sí nos promete el cristianismo es vida eterna. Nos
promete socorro, nos promete conocer a Dios. Así que tenemos que entender que, aunque
estemos en una situación difícil, Dios no se ha olvidado de nosotros y no hay motivos
para pretender darle órdenes a Él en vez de pedirle con humildad lo que queramos pedirle
y confiar en que Él es más sabio que nosotros (Santiago 4:6).
 Es necesario que nos adentremos en Su Palabra y comprendamos que Él es
más soberano de lo que podemos imaginar. Dios quiere que descansemos en la verdad de
que Él es bueno y usa todo para el bien de Sus Hijos a fin de que ellos sean hechos
conformes a la imagen de Jesús (Romanos 8:28-29).
 No necesitamos declarar cosas de forma anti-bíblica porque Dios en su gran
misericordia declaró en una cruz que nos ama, y si hemos creído en Jesús y somos hijos
de Dios, Él cuida de nosotros y realizará Su asombrosa voluntad en nuestras vidas por
amor a Su nombre.
Ni Pablo, ni Pedro, ni ningún otro apóstol, ni ningún otro creyente en el Nuevo
Testamento, jamás utilizó las palabras: yo declaro, yo decreto, yo arrebato, yo reclamo. Ellos
estuvieron con Jesús. Otros discípulos estuvieron cerca de los apóstoles. Si ellos conocían las
palabras de Cristo, ¿Por qué no utilizan este lenguaje de moda en nuestros días? ¿Por qué en
la conducta y en las oraciones de los creyentes del Nuevo Testamento no vemos la utilización
de este vocabulario, enseñanza, pensamiento? ¿Sabemos nosotros algo que ellos
desconocían? ¿Tenemos acaso más credenciales y autoridad que los apóstoles? Los apóstoles
siendo apóstoles, habiendo sido elegidos y revestidos de gran poder y autoridad, de quien
parte de sus oraciones y vida están contenidas en el resto del Nuevo Testamento no se
atrevieron a usar este lenguaje de declarar, decretar, arrebatar, establecer y reclamar ¿Por qué
nosotros si nos atrevemos?
Muchos otros seguidores de Jesús, quienes presenciaron a Jesús resucitado, y fueron
enseñados por Él y los apóstoles, cuyas oraciones y vida está registrada en el NT, no se
atrevieron a usar este lenguaje, ¿Por qué muchos predicadores famosos hoy sí lo hacen? ¿Por
qué en el resto del Nuevo Testamento nunca se toca el tema? ¿Por qué cuando la gente sufre,
las cartas apostólicas no enseñan nada sobre arrebatar el reino, o sobre declarar sanidad, o
sobre declarar éxito o prosperidad? ¿Por qué Pablo no declaró libertad del aguijón en su
carne? ¿Por qué la iglesia no declaró la libertad de Jacobo quien fue asesinado por Herodes?
¿Por qué Pablo no decretó su libertad del arresto domiciliario? ¿Será porque nosotros
sabemos algo que ellos no sabían? ¿Tenemos algo que ellos no tenían? ¿Podemos presumir
de tener más autoridad que los mismos apóstoles? O la respuesta más sencilla: El
Movimiento Palabra de Fe, quiere que practiquemos algo que Jesús, sus discípulos y demás
creyentes en el Nuevo Testamento, jamás practicaron.
Cuando Pablo declaraba, no declaraba deseos personales ni sus propios
pensamientos, sino que "declaraba", "exponía" "daba a conocer", "explicaba" el reino de
Dios". Veamos en la Palabra, cómo debe hacerse esto, (si el ejemplo de arriba no fue claro):
"Mas vosotros sois (ustedes son) linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo
adquirido, para que anunciéis (declaren) las virtudes de aquel que os ha llamado de las
tinieblas a su luz admirable." 1 Pedro 2:9. Pedro dice claramente que si debemos declarar, o
sea, que si abrimos la boca, sea para hablar de Jesús y de las virtudes de él.
Es común escuchar hermanos en la iglesia decir: "yo sé que no va a suceder tal cosa", "yo sé
que me van a dar el trabajo", "por fe Dios me va a pagar el apartamento" y cuándo se les
dice: ¿cómo sabes?, contestan: "ahhh... es que hay que llamar las cosas que no son, como si
ya fuesen" y se basan en el siguiente texto:
"como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a
quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen." -
Romanos 4:17
Haciendo un análisis léxico sintáctico del verso de (Rom 4:17) podemos ver lo siguiente:
Padre de muchas gentes (patera pollön ethnön). Pablo cita Génesis 17:5. Hablando sólo en
sentido cierto de hijos espirituales, como lo explica, padre (un modelo) de los creyentes en
Dios. Delante de Dios, a quien creyó (katenanti hou episteusentheou). Incorporación del
antecedente a la cláusula relativa y atracción del relativo (höi al hou). Véase Marcos 11:2
parakatenanti, «justo delante de». Llama las cosas que no son, como si fuesen (kalountos ta
më onta hös onta). «Convoca lo no existente como existente». El ejemplo de Abraham según
(Heb 11:19) se traduce: "Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría (Al
sacrificarlo), Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido (figurado),
Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos." Esto es llamar las cosas que no
son como si fueran.
Es importante ver ésta mala interpretación, pues es Dios quién llámalas cosas que no
son como si fuesen, y muchos toman este texto para hacerse de sus propios deseos, sin
embargo, sabemos claramente que Jesús es el "autor y consumador de la fe"- Hebreos 12:2, y
cuando dice: "autor", significa que él es origen de la fe, dando a entender que no pertenece a
la boca de los hombres, sino a la Palabra de Dios y a sus promesas.
Por tanto, es malo declarar deseo personales de forma anti-bíblica, pero no está mal
hacer declaraciones que Dios mismo estableció en su Palabra ya que como se menciona en el
concepto inicial anteriormente según el diccionario de la lengua Española declarar es
"exponer", dar a conocer o explicar" y según el Diccionario Bíblico es decir que podemos
exponer la Palabra de Dios tal como está escrita sin quitar y añadirle, "Y sin parábolas no
les hablaba; aunque a sus discípulos en particular (Jesús) les declaraba (tómese como: les
exponía, les daba a conocer, les explicaba) todo." - Marcos 4:34
Podemos dar a conocer los consejos divinos y a Cristo tal como explica la Palabra, y
podemos dar a conocer al Dios que la Biblia habla, pero no podemos hacer declaraciones
personales fuera de ella como una doctrina personal y bíblica.
Ejemplo; se puede declarar lo siguiente:
"La biblia dice" (Es una declaración), "Dios dice en Su Palabra (Es una declaración)."
Vamos a poner otro ejemplo, no se puede declarar lo siguiente:
YO DECLARO QUE: "Dios me libra de mis problemas financieros y me hace próspero"
YO DECLARO QUE: "Mi día será uno tranquilo." YO DECLARO: "Que estas sano, libre y
próspero"
(Eso es tremendo disparate anti-bíblico, es pura verborrea, porque a esto no ha
llamado Dios al creyente, ni a proclamar algo de lo que Dios no le ha dado testimonio alguno
en Su Palabra).
La mayoría de las cosas que se piden hoy en día en la oración de las iglesias
corresponden a deseos mezquinos de bienestar personal. Así que, si se va a declarar algo,
declare las verdades del evangelio y testifique de las cosas que Dios ha hecho esa es la
declaración que Dios desea que se exprese, Su Palabra tal como está, no agregándole nada.
Es incorrecto hacer DECRETOS por varias razones:
1) El legislador máximo y supremo (Dios) ya decretó las órdenes a seguir, esto incluye
a) lo espiritual.
b) la materia (física).
2) Toda ley humana (Establecida por legisladores) no puede ir por encima de Ley ya
establecida por Dios en todas sus ramas.
La pregunta sería: ¿Cómo estas cosas se han mezclado con el cristianismo sin que
haya alguien que lo perciba?
¿Por qué nadie las ve? claramente está, por no estudiar la Palabra de Dios
adecuadamente y en Su propio orden.
CONCLUSION
Luego de visto y leído con detenimiento el trabajo de investigación realizado,
podemos llegar a la conclusión de que no es licito declarar y decretar con la intención de
materializar un deseo personal que muchas veces busca un beneficio lucrativo y egoísta, pues
no se toma en cuenta la voluntad perfecta de Dios, quien es soberano en todos los aspectos,
sobre todo para con los que han entregado su vida en agradecimiento.
Ahora bien, observamos que estos conceptos nos indican que tenemos el poder y la
autoridad de aseverar, resolver y decidir por cuenta propia lo que deseamos, sin embargo,
algunos vinculan estas palabras con la fe cristiana haciendo ver que tienen licencia de parte
de Dios para decretar y declarar, utilizando para ello por lo general la palabra de Dios,
sacando varios textos fuera de su contexto y de esta forma justificar esta ideología
antibíblica, disfrazando su dolo de complacer las intenciones del corazón.
Lo realmente sano es creer que Dios es soberano y que podemos humillarnos ante él,
así de esta forma a través de su beneplácito, puede conceder o no algunas peticiones que
podamos hacerle, sabiendo que el conoce siempre de que tenemos necesidad y al mismo
tiempo conoce bien lo que nos conviene o no.
BIBLIOGRAFIA
https://miadonay.com/que-dice-la-biblia-sobre-declarar-y-decretar-es-biblico/
https://palabraygracia.com/decretar-es-biblico/
https://silo.tips/download/declarar-y-decretar-para-empezar-como-en-todos-los-temas-de-
esta-serie-primero-d

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