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Ley 794 de 2003
Ley 794 de 2003
Sentencia proferida el día 24 de agosto de 2000. Exp. No. 11.318. Actor: Hernando Pinzón
1[1]
Ávila.
del acto o contrato, que integran con otros documentos el título
de ejecución, puede proponer también en el proceso ejecutivo
como excepciones, entre otros, la nulidad del acto administrativo
con el cual integra título ejecutivo, y si triunfa en esa proposición
de nulidad, la sentencia en firme del ejecutivo que declara la
prosperidad de la excepción de nulidad, podrá darla a conocer en
el juicio ordinario para que con base en ella se declare probado el
hecho exceptivo de cosa juzgada, respecto de la pretensión de
nulidad (art. 512 C.P.C).”
Igualmente se fundó la sentencia en el artículo 510 del C. P. Civil que
dispone el momento para dictar sentencia en el proceso ejecutivo y la
consecuencia que se deriva de la prosperidad de alguna de las excepciones,
esto es, que el juez:
“...se abstendrá de fallar sobre las demás, pero en este caso el
superior deberá cumplir lo dispuesto en el inciso 2º del artículo
306;”
Y en la afirmación de que:
“...el C.P.C en otros artículos señala que la sentencia deberá
tener decisión expresa no sólo sobre las pretensiones sino sobre
las excepciones respecto de las cuales proceda resolver...”
Aserto que llevó a concluir que:
“ la sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las
pretensiones y con las excepciones que aparezcan probadas (arts.
304 y 305).”
En cuanto a la limitación que para la proposición de excepciones trae el
artículo 509 del C. P. Civil, se entendió en la tesis que ahora se recoge, que
no era aplicable para cuando el título de recaudo ejecutivo estaba
representado en un acto administrativo. Se señaló en lo pertinente:
2[2]
Véase en sentido similar providencias dictadas el día 13 de septiembre de 2001: Sentencia en el
proceso 17952 (Dpto de Casanare Vs. Jairo Guillermo Alarcón Africano y Latinoamericana de Seguros)
y auto en el proceso 19704 (Dpto de Risaralda VS Seguros Alfa S.A).
3[3]
Lo anterior fue reiterado en providencias No. 19704 y 19874 de septiembre 3 de 2001.
4[4]
Sección tercera, expediente No. 24350.
“Se llega a esta conclusión porque el artículo 170 del C. de P.C.
señala las circunstancias en que procede la suspensión del
proceso, pero, el numeral 2º de la norma enseña que tratándose
de procesos ejecutivos éste no se suspenderá porque exista un
proceso ordinario iniciado antes o después de aquél, que verse
sobre la validez o la autenticidad del título ejecutivo, si en éste es
procedente alegar los mismos hechos como excepción.
6[6]
Artículo136 del C.C.A. numerales 2 y 10.
Igualmente el trámite de excepciones que discutan la legalidad del título de
recaudo ejecutivo, desnaturaliza el proceso ejecutivo que sólo busca
obtener coercitivamente del deudor, el pago a favor del acreedor, de una
obligación sobre cuya claridad, expresión y exigibilidad, no existe duda
alguna. El trámite de excepciones en el proceso ejecutivo no permite
convertirlo en un proceso ordinario, en el cual se discuta la legalidad del
título.
Para cuando existen dudas sobre la legalidad del título el legislador previó
su cuestionamiento a través del juicio ordinario que corresponde y la
suspensión del proceso ejecutivo por prejudicialidad, conforme lo indica el
artículo 170 numeral 2° del C. P. Civil, norma que dispone:
“ El juez decretará la suspensión del proceso:
(..)
2. Cuando la sentencia que deba dictarse en un proceso, dependa
de lo que deba decidirse en otro proceso civil que verse sobre
cuestión que no sea procedente resolver en el primero, o de un
acto administrativo de alcance particular cuya nulidad esté
pendiente del resultado de un proceso contencioso administrativo,
salvo lo dispuesto en los Códigos Civil y de Comercio y en
cualquier otra ley.
No obstante, el proceso ejecutivo no se suspenderá porque exista
un proceso ordinario iniciado antes o después de aquel, que verse
sobre la validez o la autenticidad del título ejecutivo, si en éste es
procedente alegar los mismos hechos como excepción.”
2. El caso concreto.
En el caso concreto, cabe precisar que el título ejecutivo está conformado,
frente al contratista por un acto administrativo mediante el cual se declaró
la ocurrencia de un siniestro en el contrato de obra LEG-049-84, y frente a
la compañía aseguradora por este acto administrativo y por la póliza de
cumplimiento No. 0720982, por lo que solamente podían proponerse las
excepciones de fondo que consagró el C. P. Civil en el artículo 509: pago,
compensación, confusión, novación, remisión, prescripción, transacción
provenientes de hechos posteriores al nacimiento del acto administrativo, la
nulidad por indebida representación de las partes o por falta de práctica en
legal forma de la notificación a personas determinadas, o del
emplazamiento de quienes deban ser citados al proceso. Cualquier
cuestionamiento sobre su legalidad, escapa a la órbita de este proceso
ejecutivo.
En este orden de ideas, la Sala se abstendrá de pronunciarse sobre las
siguientes excepciones: no haber demostrado la cuantía de la pérdida,
ausencia de amparo, violación del derecho de defensa y del debido proceso
y prescripción por cuanto todas ellas constituyen un ataque contra la
legalidad de los actos administrativos presentados como título de recaudo
ejecutivo, cuyo enjuiciamiento debió hacerse a través de la acción ordinaria
establecida para el efecto, esto es la de nulidad y restablecimiento del
derecho, o la contractual.
Cabe precisar, que la aseguradora ejecutada propuso la excepción de
prescripción, la que en principio podría entenderse como procedente en los
procesos ejecutivos en los cuales el título ejecutivo está conformado por un
acto administrativo, conforme lo autoriza el artículo 509 del C. P. Civil. No
obstante, la fundamentación que la sustenta, impide cualquier consideración
sobre los argumentos que la estructuran, habida consideración al hecho de
que todos confluyen en el cuestionamiento de legalidad del acto
administrativo que junto con la póliza, forman el título presentado como
recaudo ejecutivo.
En efecto, para sustentar la excepción, en síntesis afirma la aseguradora
que ya se había presentado la prescripción establecida en el artículo 1081
del C. de Comercio, para cuando el acto administrativo a través del cual se
declaró la ocurrencia del siniestro quedó en firme, lo cual sucedió el 5 de
septiembre de 1993, esto es, más de dos años después de ocurrido el
siniestro.
Con el propósito de argumentar la excepción citó el siguiente aparte de la
sentencia R-187 de 9 de marzo de 1991, de esta Corporación:
“De manera que si el título ejecutivo no se conforma dentro de los
dos años señalados por la norma primeramente citada, no será
viable el cobro ejecutivo por jurisdicción coactiva de la obligación
derivada del contrato de seguro, en razón a que el derecho y la
obligación ya se encuentran prescritos, asunto éste materia de
cuestionamiento o controversia dentro del control de legalidad del
acto administrativo así expedido, mas no de la excepción de
prescripción de la acción en el proceso ejecutivo.”
Se revela así que lo pretendido por la aseguradora al proponer la excepción
de prescripción, es cuestionar la legalidad del acto administrativo que
declaró la ocurrencia del siniestro de incumplimiento, con fundamento en el
hecho de que se profirió por fuera de tiempo, dado que su firmeza data de
fecha posterior al vencimiento del término establecido en el artículo 1081
del C. de Comercio, para la prescripción ordinaria de las acciones derivadas
del contrato de seguro.
Cabe precisar, que la prescripción pasible de ser opuesta como excepción en
los términos del artículo 509 del C. de Procedimiento Civil, es aquella que
enerva la eficacia del título ejecutivo, y que opera por el transcurso del
lapso del tiempo señalado en la ley, frente a la obligación contenida en él,
afectando su eficacia, y no en relación con los hechos que dieron origen al
nacimiento del título, esto es al acto administrativo por el cual está
constituido, y que afecta su validez.
3. Como ya se anotó en los antecedentes de esta providencia, con miras a
integrar el título ejecutivo, el ejecutante presentó copia auténtica de las
resoluciones 016 de 25 de marzo de 1992 y 0028 de 3 de mayo de 1993, a
través de las cuales en su orden, se declaró la ocurrencia del siniestro de
estabilidad de la obra amparado con la póliza de cumplimiento No. 0720982
y se ordenó hacerla efectiva, y se confirmó lo así decidido. Igualmente
allegó en copia auténtica la referida póliza de cumplimiento.
Ha sido jurisprudencia reiterada de esta Sala, la necesidad de aportar el
original de la póliza de seguro, cuando ésta forma parte del título ejecutivo
y es la entidad pública contratante quien inicia el proceso de ejecución.
En esta providencia se precisarán los términos de esa exigencia, al
considerar que no en todos los casos existe fundamento legal para exigir a
la entidad pública que ejecuta con fundamento en un acto administrativo a
través del cual declaró la ocurrencia de un siniestro amparado en una póliza
de seguro, que aporte el original de tal póliza.
La jurisprudencia vigente se erige en las siguientes consideraciones:
“No obstante, la Sala considera necesario revocar la decisión del a
quo, pues no era procedente, como se explicará a continuación,
librar mandamiento de pago con base en la copia auténtica de la
póliza de seguro.
“El art 268 del C.P.C. establece que los documentos privados
deben ser aportados por las partes en original, cuando los
mismos se encuentren en su poder. Es decir que si se pretende
hacer valer, dentro del proceso, un documento privado y el
mismo se encuentra en poder del interesado, debe ser aportado
en original.
“En cuanto al mérito probatorio de documentos privados
preceptúa el artículo 268 del C de P.C. que las partes deben
aportar el original de los documentos privados, cuando estuvieren
en su poder. En el caso del contrato de seguro la póliza debe ser
firmada por el asegurador y entregarse su original al tomador
(art. 1046 c de Co) Como quiera que en este caso no se
presentan las excepciones que contempla el artículo 268 del
estatuto procedimental civil, que permite su aportación en copia
cuando el documento se ha protocolizado, cuando forma parte de
otro proceso del cual no puede ser desglosado o el original no se
encuentra en poder de quien tiene que aportarlo, resulta entonces
evidente que la mencionada fotocopia que integra el título
ejecutivo y soporta el mandamiento ejecutivo carece de eficacia
probatoria, por lo que habrá de revocarse este último”7[7] (Se
resalta)
“Así las cosas, es claro que, para iniciar un proceso ejecutivo, con
base en un contrato de seguro, es necesario aportar, entre otros,
el original de la póliza correspondiente.
“Dado que en este caso, Póliza Única de Seguro de Cumplimiento
en favor de entidades estatales, expedida por Latinoamericana de
Seguros S.A., en la cual se amparan cumplimiento, cláusula
penal, anticipo y salarios, con sus correspondientes
modificaciones. (fls. 34 al 41) que hace parte del título ejecutivo,
no fue aportada en original, la Sala considera necesario revocar la
decisión de primera instancia y, en su lugar, negar el
mandamiento de pago solicitado contra Latinoamericana de
Seguros S.A.”8[8]
Consejo de Estado, Sección Cuarta, Providencia del 16 de noviembre de 1990, Exp. 2817.
7[7]
Sección tercera, auto de 30 de septiembre de 2004, expediente No. 17.244. En este mismo
8[8]
BECERRA