Está en la página 1de 3

El Delfín (1 parte)

Los primeros rayos del sol de la mañana se filtraron suavemente


a través de las nubes revelando la primitiva belleza de un atolón,
una tormenta tropical cavaba de estallar en aquella zona un
impresionante oleaje generado a lo lejos se precipitaba, un joven
delfín surgió de las profundidades dibujando una leve estela
sobre el muro de agua la ola lo envolvió poco a poco era el lugar
más soñado de los surfistas después de realizar varias maniobras
el delfín atravesó el muro de agua para salir de la ola aquella
sería la última ola sobre la que se deslizaría esa mañana Daniel
Alejandro Delfín y las olas eran inseparables desde la salida
hasta la puesta del sol, Daniel Alejandro Delfín amaba el surf
convencido de que había más en la vida que dormir o pescar su
amigo Miguel Benjamín le dijo: por dios Daniel muchos delfines
que te aprecian piensan que tarde o temprano te morirás. Daniel
le dijo: encuentra tiempo en tu vida para soñar Miguel no dejes
que tus temores te impidan hacerlo, Daniel se dijo a si mismo
ojalá hallara el medio de mostrarles lo que siento cuando avanzo
sobre las olas quizás entonces comprenderían lo importante que
es perseguir los sueños, Pero no tengo ningún derecho de
inmiscuirme en sus vidas. ¿Quién soy yo para decirles lo que
está bien y lo que está mal una voz le hablo Daniel se asustó
mucho la voz se le hiso familiar como si perteneciera a alguien
que conocía Daniel pregunto: quién eres la voz le dijo: soy la voz
del mar has conseguido algo que otros delfines no tienen el
temor de Daniel se fue entonces que Daniel se preguntó: ¿Cuál
es mi propósito de mi vida? Luego volvió a su atolón y los
delfines empezaron a burlarse y uno le dijo: ¿Cuántos peces
atrapaste? Después de unos días Daniel tomo una decisión que
no tenía vuelta a atrás buscar el propósito de la vida y se fue del
atolón y muy decidido “en una
noche tan maravillosa como esta nada malo puede suceder”
pensó
El Delfín
(2 parte)
A la mañana siguiente Daniel Alejandro Delfín se encontró en
medio de un inmenso océano, sin saber a hacia dónde dirigirse,
pero dispuesto a ser guiado se sentía abrumado por la
inmensidad del océano que se extendía

También podría gustarte