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Los tres cerditos

Personajes: Cerdito Mayor


Cerdito del medio
Cerdito menor
Lobo
Narrador

NARRADOR: Erase una vez tres hermanos cerditos que llegaron a vivir a un
bosque lejano.

C. MAYOR: Hermanos, tenemos que ser muy cuidadosos y deberíamos


construir nuestras casas para estar seguros.

C. MENOR: Yo voy a construir mi casa de paja, así terminaré muy rápido y


podré irme a jugar.

C. DEL MEDIO: Pues yo veo que hay mucha madera por aquí, así que con
ella voy a construir mi casa y así terminaré muy pronto para irme a jugar.

C. MAYOR: Yo voy a construir mi casa de ladrillo, tardaré más pero así


estaré muy seguro.

NARRADOR: Los dos hermanos menores terminaron sus casas muy rápido y
se fueron a jugar. Pero el hermano mayor se quedó trabajando para hacer una
casa muy fuerte y segura.
Un día pareció un malvado lobo, cuando lo vieron los cerditos corrieron a sus
casas. El lobo fue a la casita de paja primero.

LOBO: Cerdito sale, yo solo quiero jugar.

C. MENOR: ¡Eso no es cierto! Tú me quieres comer, yo no voy a salir.

LOBO: Entonces soplaré y soplaré y tu casa derribaré.


NARRADOR: Y cuando el lobo sopló, la casita de paja se calló, y el cerdito
menor fue corriendo donde su hermano para protegerse.

LOBO: Cerditos, salgan a jugar.

C. DEL MEDIO: ¡No! ¡No vamos a salir!

NARRADOR: Entonces el lobo sopló y también derribó la casa de madera.


Los cerditos corrieron a la casa de su hermano mayor.

LOBO: Cerditos vengan, yo solo quiero jugar.

C. MAYOR: ¡No, vete ya! ¡nosotros no vamos a salir!

LOBO: Entonces soplaré y soplaré y tu casa derribaré.

NARRADOR: Pero cuando el lobo sopló, la casa de ladrillo resistió. Y el


lobo enojado intentó entrar por la chimenea, pero justo había una olla de sopa
caliente y se quemó tan fuerte que salió corriendo para meterse al río.

C. MENOR: ¡Lo logramos hermanos! Ese lobo jamás volverá.

C. DEL MEDIO: Pero ahora no tenemos donde vivir.

C. MAYOR: No se preocupen hermanos, yo les ayudaré a construir sus casas


de ladrillo como la mía.

NARRADOR: Y así, finalmente los cerditos aprendieron el valor del trabajo


duro y vivieron muy felices en sus casitas de ladrillo.

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