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Las corrientes marinas son un movimiento de las aguas en los océanos y en menor grado,
de los mares más extensos. Estas corrientes tienen multitud de causas, principalmente, el
movimiento de rotación terrestre (que actúa de manera distinta y hasta opuesta en el
fondo del océano y en la superficie) y por los vientos constantes o planetarios, así como la
configuración de las costas y la ubicación de los continentes.
Desde hace unas cuantas décadas se sabe que la estructura de las corrientes marinas a
escala global es tridimensional, con movimientos horizontales en la superficie, en los que
el viento y, sobre todo, la inercia producida por la rotación terrestre, juegan un importante
papel y con movimientos verticales, en los que la configuración del relieve submarino y de
las costas modifican los efectos de la rotación de la Tierra, que crea una fuerza centrífuga
tendiente a «abultar» el nivel oceánico a lo largo de la circunferencia ecuatorial.
Se trata de la corriente ecuatorial que se dirige, por inercia, en sentido contrario a la
rotación terrestre.
En el fondo submarino tanto del océano Atlántico como del Pacífico, el agua acompaña a
la litosfera en el movimiento de rotación terrestre y ello se debe a la enorme presión que
soportan esas aguas abisales. Pero al llegar a las costas occidentales de los continentes,
el talud continental, que constituye un plano inclinado, actúa como una especie de
"ascensor" para esas aguas profundas, haciéndolas subir y creando lo que se denomina
surgencia de aguas frías, lo que viene a ocasionar una corriente, esta vez superficial, que
se desplaza hacia el ecuador a lo largo de esas costas occidentales y al llegar a la zona
ecuatorial son desviadas por la fuerza centrífuga del movimiento de rotación terrestre
hasta tomar la dirección contraria a la que tenían las aguas profundas, es decir, de este a
oeste.
De esta manera se originan en las costas occidentales de los continentes corrientes de
aguas sumamente frías ya que emergen de gran profundidad: recordemos que las aguas
profundas del océano se encuentran a una temperatura de 4 °C, ya que a esta
temperatura es cuando alcanzan su mayor densidad.
En resumen, los patrones de circulación de las aguas oceánicas se originan por una
compleja síntesis de fuerzas que actúan de forma diversa y variable en el tiempo y en el
espacio, siendo las más importantes de estas fuerzas: el movimiento de rotación terrestre
y la fuerza centrífuga determinada por dicho movimiento, el movimiento de traslación
terrestre y las variaciones estacionales en la latitud y dirección originadas por dicho
movimiento, la configuración del fondo submarino, la forma de las costas y su influencia
en la dirección de las corrientes, la desigual absorción y transporte de calor por la
radiación solar absorbida por las aguas marinas, la influencia mutua entre las corrientes
marinas y los vientos, el cambio de nivel de las aguas cálidas superficiales debido a las
mareas, la desviación de las corrientes debido al efecto de Coriolis (que, a su vez,
también se debe a los efectos de la rotación terrestre).
El efecto Coriolis no es una verdadera fuerza sino una consecuencia de la rotación
terrestre, es decir, no se trata de que el agua de los mares y océanos se mueva por sí
misma, sino que es la litósfera la que gira alrededor del eje terrestre y ello origina las
corrientes marinas, que, como se ha dicho, constituyen uno de los efectos más
importantes de dicha rotación.
Para entender esto, toma un ejemplo clásico: imaginar que una persona se sube a una
esfera giratoria de un parque y otra persona se coloca enfrente de ella. Si la primera
persona le arroja una pelota directamente mientras la esfera gira, el efecto Coriolis
ocasionará que el objeto se desvíe y no aterrice en sus manos, sino a un costado.
Tipos de corrientes
Según su temperatura
Una clasificación sugerida de estos movimientos proviene de la temperatura de las masas
de agua que se desplazan en cada uno de dichos movimientos:
Cálida: flujo de las aguas superficiales de los océanos que tiene su origen en la zona
intertropical y se dirige, a partir de las costas orientales de los continentes (América del
Norte y Asia) hacia las latitudes medias y altas en dirección contraria a la rotación
terrestre, como por ejemplo la corriente del Golfo o la de la Kuroshio o corriente del
Japón.
En el hemisferio sur, estas corrientes son casi inexistentes, por la configuración de las
costas y por el hecho de que en las latitudes de clima templado y frío no existen casi
tierras.
Fría: flujo de aguas frías que se mueven como consecuencia del movimiento de rotación
terrestre, es decir de este a oeste, a partir de las costas occidentales de los continentes
por el ascenso de aguas frías de grandes profundidades en la zona intertropical y
subtropical.
Ejemplos de corrientes frías: la de Canarias, la de Benguela, la de Humboldt o del Perú, y
la de California, todas ellas en las costas occidentales de los continentes de la zona
intertropical y subtropical.
Las corrientes de Oyashio (en el océano Pacífico) y la de Groenlandia o corriente del
Labrador, también se producen por el ascenso de aguas frías y podrían definirse como
una compensación al efecto de las corrientes cálidas cuando alcanzan las altas latitudes
en las costas occidentales de los continentes.
Estas corrientes frías sólo se presentan en la zona ártica ya que la zona antártica es
mucho más uniforme y solo tiene una corriente continua circumpolar en la que no existe
un ascenso de aguas frías provocado por el relieve submarino.
Por lo que se señala arriba, la corriente circumpolar antártica presenta aguas superiores a
4º en primer lugar, porque son superficiales y en segundo lugar, porque absorben cierta
cantidad de radiación solar por el hecho de desplazarse permanentemente en la misma
dirección y sin el ascenso de aguas frías por recorrer un círculo casi completamente sin
tierras.
En este sentido, la circulación antártica es relativamente sencilla: un giro perpetuo de 360º
alrededor de la Antártida y a cierta distancia de este continente, que sirve de barrera tanto
a las aguas cálidas procedentes de la zona intertropical (a diferencia de la corriente del
Golfo en el océano Atlántico Norte y la de Kuroshio en el Pacífico Norte), como a los
icebergs procedentes de los hielos antárticos (a diferencia también de Atlántico Norte,
donde la corriente fría de Groenlandia puede llegar a traer icebergs a latitudes más bajas
del noreste de los Estados Unidos y del este de Canadá (latitudes similares a las de
Francia y el Reino Unido).
La corriente de Groenlandia Occidental o corriente del Labrador fue la responsable del
desplazamiento del iceberg que ocasionó el naufragio del Titanic en abril de 1912, unos
1500 km al este de Nueva York y casi a la misma latitud que esta ciudad.
• Fosas oceánicas
• Dorsales oceánicas
• Llanuras abisales
• Cordilleras submarinas
• Plataforma continental
• Talud continental
Con la excepción de las dos últimas formas del relieve submarino, dichas formas no
ejercen prácticamente ninguna acción sobre la dirección o intensidad de las corrientes
marinas (entendidas como corrientes superficiales).
El efecto del viento sobre la intensidad, duración y dirección de las corrientes oceánicas
es prácticamente inexistente. El que muchas veces la dirección de las corrientes marinas
y de los vientos planetarios coincida entre sí se debe a que tanto las unas como los otros
se desplazan por las mismas razones relacionadas con los movimientos de la Tierra como
planeta, especialmente el movimiento de rotación terrestre.
Tipos de corrientes oceánicas
Según su temperatura
Por lo que se señala arriba, la corriente circumpolar antártica presenta aguas superiores a
4º en primer lugar, porque son superficiales y en segundo lugar, porque absorben cierta
cantidad de radiación solar por el hecho de desplazarse permanentemente en la misma
dirección y sin el ascenso de aguas frías por recorrer un círculo casi completamente sin
tierras. En este sentido, la circulación antártica es relativamente sencilla: un giro perpetuo
de 360º alrededor de la Antártida y a cierta distancia de este continente, que sirve de
barrera tanto a las aguas cálidas procedentes de la zona intertropical (a diferencia de la
corriente del Golfo en el océano Atlántico Norte y la de Kuroshio en el Pacífico Norte),
como a los icebergs procedentes de los hielos antárticos (a diferencia también de
Atlántico Norte, donde la corriente fría de Groenlandia puede llegar a traer icebergs a
latitudes más bajas del noreste de los Estados Unidos y del este de Canadá (latitudes
similares a las de Francia y el Reino Unido). La corriente de Groenlandia Occidental o
corriente del Labrador fue la responsable del desplazamiento del iceberg que ocasionó el
naufragio del Titanic en abril de 1912, unos 1500 km al este de Nueva York y casi a la
misma latitud que esta ciudad.
Corrientes oceánicas, son producidas por el movimiento de rotación terrestre por lo que
presentan un movimiento constante, en general, en sentido este - oeste en la zona
intertropical o en sentido inverso, de oeste a este, es decir, con el mismo sentido que la
rotación terrestre en las latitudes medias o altas.
Se trata, lo mismo que sucede con los vientos constantes o vientos planetarios, de
desplazamientos producidas por efecto de la inercia: en la zona intertropical, las
corrientes se mueven en sentido contrario a la rotación terrestre, las aguas del fondo
oceánico acompañan a nuestro planeta en el movimiento de rotación de oeste a este,
pero las aguas superficiales se van quedando atrás por inercia, lo que significa una
corriente ecuatorial de gran amplitud y la de mayor volumen de agua que se produce en
nuestro planeta.
Dicho en otros términos: la corriente ecuatorial se desplaza de este a oeste por inercia ya
que las aguas presentan una resistencia a acompañar a nuestro planeta en su
movimiento de rotación. Pero en las latitudes medias y altas, las corrientes se mueven de
oeste a este debido también al mismo principio de inercia, aunque en este caso, se trata
de un efecto inercial que va aumentando progresivamente a medida que aumente la
latitud, incrementándose su velocidad y llegando a superar ligeramente a la propia
velocidad de la rotación terrestre.
Por otra parte, como esta circulación oceánica tiene un patrón similar al de los vientos
planetarios, interactúan mutuamente, tanto en su velocidad de desplazamiento como a la
cantidad de calor que trasladan. Involucran el movimiento de grandes masas de aguas,
afectando la temperatura de la capa superior y repartiendo una enorme cantidad de
humedad y, por ende, de calor, en el sentido de los meridianos. Por esta razón, las
corrientes oceánicas son las que explican las enormes diferencias climáticas entre las
costas americanas y europeas del Atlántico Norte, por citar un ejemplo muy conocido.
Esta surgencia de aguas frías que se produce en las costas occidentales de los
continentes en las latitudes tropicales se debe al movimiento de rotación terrestre, el cual
tiene dos consecuencias importantes:
una sobre los vientos, el efecto de Coriolis, que desvía hacia el este a los vientos alisios y
otra sobre las propias corrientes marinas, que las desvía de manera similar también hacia
el este.
Océano Ártico
Océano Atlántico
Océano Pacífico
• Corriente de Alaska
• Corriente de las Aleutianas
• Corriente de Australia Oriental
• Corriente de California
• Corriente de Cromwell
• Corriente Ecuatorial del Norte
• Corriente Ecuatorial del Sur
• Corriente de Humboldt
• Corriente de Kamchatka
• Corriente de Kuroshio (o Corriente de Japón)
• Corriente de Mindanao
• Corriente del Niño
• Corriente de Oyashio
• Corriente del Pacífico Norte
Océano Índico
Océano Antártico
• Corriente Antártica
• Corriente Circumpolar Antártica
• Giro Weddell