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Alejandra Pizarnik: del diagnóstico

psiquiátrico a su familia, una biografía


ilumina sus aspectos desconocidos

Flora Alejandra Pizarnik (Avellaneda, 29 de abril de 1936-Buenos Aires, 25 de

septiembre de 1972) fue una poeta, ensayista y traductora argentina.1 Estudió Filosofía y

Letras en la Universidad de Buenos Aires y, más tarde, pintura con Juan Batlle Planas. Entre

1960 y 1964 Pizarnik vivió en París, donde trabajó para la revista Cuadernos y algunas

editoriales francesas; publicó poemas y críticas en varios diarios y tradujo a Antonin

Artaud, Henri Michaux, Aimé Césaire e Yves Bonnefoy. Además, estudió historia de las

religiones y literatura francesa en La Sorbona. Tras su retorno a Buenos Aires, Pizarnik

publicó tres de sus principales volúmenes: Los trabajos y las noches, Extracción de la piedra

de locura y El infierno musical, así como su trabajo en prosa La condesa sangrienta. En 1969

recibió una beca Guggenheim, y en 1971 una Fullbright. El 25 de septiembre de 1972,

mientras pasaba un fin de semana fuera de la clínica psiquiátrica donde estaba internada,

Pizarnik murió de una sobredosis, tras ingerir cincuenta pastillas de un psicotrópico conocido

comercialmente como Seconal. Sus trabajos y su poesía dejaron un legado de un valor

incalculable para la literatura latinoamericana. A partir del retorno de la democracia en

Argentina, la figura de Pizarnik, al igual que la de muchas otras escritoras

del boom latinoamericano, experimentó un auge, lo que derivó en la primera compilación de

sus textos, Textos de Sombra y últimos poemas (1982), seguido de su primera

biografía, Alejandra (1991), de parte de Cristina Piña. Más reciententemente, se han publicado

también sus Diarios (2013).

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