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Gestión Integral de Mantenimiento
Gestión Integral de Mantenimiento
mantenimiento
P R O D U C T I C A
© de los autores, 1997
Reservados todos los derechos de
publicación, reproducción, préstamo,
alquiler o cualquier otra forma de
cesión del uso de este ejemplar
en cualquier idioma por
MARCOMBO, S.A.
Gran Via de les Corts Catalanes, 594
08007 Barcelona (España)
ISBN: 978-84-267-1121-2
Depósito Legal: B. 23.390-1997
Impreso en España
Printed in Spain
Fotocomposición: Grafic-5, S.L. - Riera Blanca, 115 bis 3° A - 08028 Barcelona
Impresión: Vanguard Gràfic, S.A. - Joan Miró, 1 7 - 08930 Sant Adrià de Besòs
Índice
INTRODUCCIÓN ............................................................................... 5
3
6.3 Implantación de la gestión integral ....................................... 52
6.3.1 Análisis de la situación y recursos disponibles .......... 52
6.3.2 Fijación de resultados ................................................ 53
6.3.3 Planificación y ejecución ........................................... 54
6.3.4 El control de los resultados ....................................... 54
4
Introducción
5
Gestión integral de mantenimiento
6
Introducción
7
Gestión integral de mantenimiento
8
Parte I
CONCEPTOS FUNDAMENTALES
Capítulo 1
Los fallos
Todos tenemos clara la idea de que una empresa crea un producto por-
que existe una serie de clientes a los que les interesa. Cuanto más se
adapte este producto a sus necesidades más satisfechos estarán, atrayendo
a nuevos clientes. El éxito de muchos productos se basa en estudiar tanto
las necesidades de los clientes para poder lograr su satisfacción, como el
proceso productivo para lograr el máximo beneficio. Cuando hablamos
de producto nos referimos tanto a un servicio como a cualquier objeto y
cuando hablamos de clientes a quien recibe el producto.
Para el caso de mantenimiento, la idea no es tan trivial pero puede
aplicarse igualmente. La necesidad que nos produce cualquier instala-
ción es la de conservarla en situación de que permita obtener el fin al
que está destinada. Mantenimiento ofrece como producto para cubrir
esta necesidad la reparación de las anomalías que surjan e incluso las
correcciones para que no lleguen a producirse. En principio, el cliente
de mantenimiento será el departamento de producción. Aunque el cliente
en este caso es único, sus necesidades pueden ser muy variadas en fun-
ción del tipo de instalación.
De la misma manera que para lanzar un nuevo producto se estudia el
mercado (el lentes y sus necesidades) y el proceso de producción óptimo,
Mantenimiento debe estudiar las posibles averías que se presenten en la
instalación y el proceso de su reparación.
En ocasiones, se comete el error de centrar el mantenimiento en las
reparaciones olvidando el análisis de la avería. La manera de hacer una
buena reparación pasa por evitar que ocurra la avería nuevamente, es
por tanto imprescindible conocer las causas que la han originado y eli-
minarlas.
Empezaremos por definir qué es una avería, los diferentes tipos y las
clasificaciones que podemos hacer de ellas.
11
Conceptos fundamentales
Con lo dicho hasta ahora, nos encontramos ante una primera clasifi-
cación de los fallos: los que afectan directamente al producto (cantidad-
calidad) y los que afectan al entorno (seguridad-medio ambiente). En la
práctica nos encontramos con averías que pueden ser combinación de
varios de estos tipos.
12
Los fallos
13
Conceptos fundamentales
14
Los fallos
Otro concepto importante que nos puede ser útil es el índice de fallo
Z(t). Se define como la probabilidad de que una pieza falle en el inter-
valo (t, t +d t), habiendo llegado con vida al instante t.
La expresión matemática que nos relaciona el índice de fallo con la
fiabilidad la podemos obtener igualando las probabilidades de que la
pieza falle en el intervalo (t, t + d t) y la de que la pieza llegue al instante
f y falle en el intervalo (t, t + dt). Esto sería:
15
Conceptos fundamentales
16
Los fallos
útil tenderá a ser creciente y no muy larga. Los equipos eléctricos pre-
sentan, sin embargo, una vida útil proporcionalmente más larga.
Configuración en serie
Bajo el punto de vista de fiabilidad, consideramos un sistema en serie
cuando el fallo de uno de sus elementos conlleva al fallo total del sis-
tema. Hemos definido que para un elemento cualquiera teníamos la fia-
bilidad RJ(t) y la infiabilidad FJ(t).
Para un sistema en serie tendremos:
17
Conceptos fundamentales
Configuración en paralelo
Consideramos una configuración en paralelo cuando el sistema fun-
ciona siempre que funcione al menos uno de sus componentes. El fallo
se producirá cuando se haya producido el de todos sus elementos.
Podemos expresar la infiabilidad y la fiabilidad como:
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Los fallos
b) Distribución normal
Las distribuciones que resultan vienen dadas por las ecuaciones:
19
Capítulo 2
La reparación de averías
21
Conceptos fundamentales
Factores de diseño
• Complejidad del equipo
• Peso de sus conjuntos
• Diseño de los componentes
• Accesibilidad de los componentes
• Normalización e intercambiabilidad de los mismos
• Facilidad de montaje y desmontaje
Factores organizativos
• Dirección de la mano de obra
• Adiestramiento del personal
• Disponibilidad del personal de mantenimiento
• Eficiencia en la gestión de repuestos
• Descentralización del mantenimiento
• Disponibilidad de documentación sobre el equipo
Factores de ejecución
• Habilidad de la mano de obra
• Utillaje empleado
• Pruebas de los diferentes elementos reparados
• Preparación de los trabajos
De todos estos factores, algunos son intrínsecos del equipo pero la ma-
yoría pueden ser controlados y optimizados para que el tiempo de re-
paración sea lo menor posible.
22
La reparación de averías
23
Conceptos fundamentales
24
Capítulo 3
Distribución de tiempos
de una instalación
25
Conceptos fundamentales
(9) Tiempo de parada por avería, TA. Tiempo que el equipo está pa-
rado por una avería.
(10) Tiempo de no detección de avería, INDA. Tiempo entre que se
produce la avería y se detecta.
(11) Tiempo de preparación de la instalación, FPI. Tiempo que se in-
vierte en preparar la instalación o equipo para poder repararlo.
(12) Tiempo de espera a mantenimiento, TEM. Tiempo desde que la ins-
talación está preparada hasta que Mantenimiento puede hacerse cargo.
(13) Tiempo de actuación para reparación, TAR. Tiempo para elimi-
nar la avería.
(14) Tiempo de mantenimiento activo, TMA. Tiempo que emplea Man-
tenimiento para la reparación.
(15) Tiempo aprovisionamiento de material, TAM. Tiempo destinado
al aprovisionamiento de las piezas de recambio.
(16) Tiempo de aprovisionamiento de utillaje, TAU. Tiempo para apro-
visionarse de los utillajes específicos para la reparación (grúas, medios
de transporte, etc.).
(17) Tiempo de diagnóstico, TDIA. Tiempo empleado en diagnosticar
la avería, las causas que la originaron y la manera de solucionarla.
(18) Tiempo de reparación, TREP. Tiempo invertido en realizar la re-
paración especificada.
(19) Tiempo de puesta en servicio, TPS. Tiempo destinado al montaje,
verificación de la reparación y reglajes.
(20) Tiempo de parada por mantenimiento, TM. Tiempo que se em-
plea para aplicar mantenimiento preventivo y que precisa tener el equipo
parado.
(21) Tiempo de parada funcional, TOP. Tiempo que obliga al equipo a
estar parado por causas ajenas a las averías pero implicadas a la máquina.
(22) Tiempo no requerido, TNR. Tiempo en el que se establece no uti-
lizar la instalación para producir (vacaciones, fuera de la jornada de tra-
bajo, etc.).
(23) Tiempo de disponibilidad potencial, TDP. Período de tiempo que
la máquina está disponible pero no es requerida.
(24) Tiempo de parada, TPAR. Período en que la máquina no es re-
querida ni está disponible.
26
Figura 3.1
27
Conceptos fundamentales
28
Distribución de tiempos de una instalación
29
Capítulo 4
Tipos de mantenimiento
31
Conceptos fundamentales
32
Tipos de mantenimiento
Inspecciones visuales
Consiste en verificar posibles defectos o anomalías superficiales que
vayan apareciendo en diferentes elementos del equipo. La inspección
puede ser interna o externa. Para la externa puede realizarse a simple
vista o con ayuda de lupas. Para la interna se utilizan aparatos como los
boroscopios y flexiscopios, capaces de acceder a zonas difíciles del in-
terior del equipo.
Medición de temperaturas
Puede detectar anomalías que van acompañadas de generación de ca-
lor como rozamientos o mala lubricación, fugas en válvulas y purgado-
res e incluso permite determinar el estado de los equipos mediante ter-
mografías superficiales.
Control de la lubricación
El análisis de los aceites de las máquinas permite determinar el con-
tenido de hierro o cualquier otro metal, el grado de descomposición, la
posible presencia de humedad o cualquier otro compuesto que altere su
funcionamiento. Con estos análisis podemos determinar los grados de
desgaste de los elementos lubricados.
33
Conceptos fundamentales
Medición de vibraciones
El estudio de los espectros de vibraciones y su amplitud puede pro-
porcionarnos suficiente información para saber las partes que comien-
zan a dañarse dentro de cualquier equipo.
Control de fisuras
Para el control de fisuras y otros defectos, se emplean métodos como
las radiografías, líquidos penetrantes, ultrasonidos, corrientes inducidas,
etc. El conocimiento de fisuras en elementos que han estado trabajando
nos permitirá tomar decisiones sobre la sustitución y tiempo máximo de
funcionamiento antes del fallo total.
Control de la corrosión
Para el control de la corrosión pueden emplearse desde testigos hasta
medición de espesores mediante ultrasonidos o radiografías. En la indus-
tria química, la lucha contra la corrosión supone un reto para el manteni-
miento. Con el empleo, cada vez mayor, de aceros inoxidables austeníti-
cos, la corrosión bajo tensiones suele ser la causa del 30-40% de las roturas.
Las diferentes maneras de llevar a cabo el mantenimiento preventivo
pueden ser mediante el mantenimiento de uso, el hard time o bien el
predictivo.
34
Tipos de mantenimiento
35
Conceptos fundamentales
Con este nombre se conocen las acciones que lleva a cabo Manteni-
miento, tanto para modificar las características de producción de los
equipos, como para lograr una mayor fiabilidad o mantenibilidad de los
mismos. Este mantenimiento puede aparecer en tres épocas de la vida
de una instalación.
La primera oportunidad es cuando la adquisición del equipo, esto es du-
rante el proyecto. Los equipos estándar, en ocasiones, necesitan ser adapta-
dos a las necesidades propias de la empresa ya sea por razones del producto
o bien por ajustar el coste o posibilidades de mantenimiento. Una instala-
ción que tenga durante su diseño un análisis desde el punto de vista de man-
tenimiento, evitará problemas posteriores que, en ocasiones, pueden ser di-
fíciles de solucionar. Estaríamos ante un mantenimiento de Proyecto.
La segunda época en la que puede aparecer es durante su vida útil. Se
trata de modificar los equipos para eliminar las causas más frecuentes
que producen fallos. El análisis de las causas de las averías es el origen
de este tipo de mantenimiento y supone la eliminación total de ciertos
fallos; prevención del mantenimiento.
Por último, este mantenimiento se utiliza cuando el equipo entra en
la época de vejez. En esta ocasión se trata de reconstruir el equipo para
asegurar su utilización durante un intervalo de tiempo posterior a su vida
útil. En este momento se aprovecha para introducir todas las mejoras po-
sibles tanto para producción como para mantenimiento.
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Tipos de mantenimiento
37
Capítulo 5
Los costes de mantenimiento
39
Conceptos fundamentales
40
Los costes de mantenimiento
Empresas productivas
En este tipo de empresas los costes de fallo se deben principalmente
a:
• Pérdidas de materia prima.
• Descenso de la productividad de la mano de obra del personal de
producción mientras se realizan las reparaciones.
• Pérdidas energéticas por malas reparaciones o por no realizarlas,
fugas de vapor, aislamientos térmicos defectuosos, etc.
• Rechazo de productos por falta de calidad.
• Producción perdida durante la reparación, menores ventas, meno-
res beneficios.
• Averías medioambientales que pueden suponer desembolsos im-
portantes para la empresa, fugas de productos, etc.
• Averías que puedan suponer riesgo para las personas o para la ins-
talación, daños humanos, primas de seguro, imagen, etc.
• Costes indirectos, amortizaciones, etc.
• Pérdidas de imagen, ventas, etc.
A los costes que pueden generar estos hechos debemos sumar el im-
porte de las reparaciones para volver a la normalidad. Como vemos, en
muchos casos, el coste directo de la reparación será insignificante en
comparación al coste de fallo que se puede originar.
El coste de fallo en empresas productivas será tanto mayor cuanto
mayor sea la automatización y la amortización de la instalación. El caso
más desfavorable será para las empresas que trabajan con el método
Just in Time, cero stock. Esto se debe a que cuando se produce una ave-
ría, los costes variables de la empresa descienden al no haber produc-
ción, pero los fijos se mantienen. El coste de fallo se podría simplificar,
en su cálculo, como la suma de los costes fijos durante el tiempo de la
reparación más el beneficio que se deja de obtener en este mismo pe-
ríodo.
41
Conceptos fundamentales
Empresas de servicios
En este caso, la falta de producción no será el factor dominante del
coste de fallo pero no por eso menos importante. Si suponemos un ho-
tel de cinco estrellas en el que aparezcan bombillas fundidas, grifos que
goteen, etc., el coste de fallo puede originar desde la pérdida de la clien-
tela hasta el descenso de categoría.
En estos casos es difícil cuantificar el coste de fallo; sin embargo, pue-
den tomarse indicadores del tiempo necesario para realizar las repara-
ciones desde su conocimiento hasta su eliminación y del tipo de ave-
rías, cuantificándolas con el fin de comparar.
42
Los costes de mantenimiento
45
Parte II
ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN
DEL MANTENIMIENTO
Capítulo 6
Gestión integral de mantenimiento
En la primera parte de este libro hemos visto los aspectos más o me-
nos teóricos en los que se basa el mantenimiento. Las definiciones y con-
ceptos los hemos enfocado más a equipos que al conjunto de la insta-
lación, así hemos visto desde las averías y su reparación hasta los costes
que supone para la empresa. También hemos tomado contacto con los
diferentes aspectos en los que la gestión de mantenimiento puede influir
en el desarrollo de la empresa.
En esta segunda parte trataremos de aplicar estos conceptos a la rea-
lidad de cualquier empresa pero no de la manera tradicional con que
viene realizándose, sino aplicando lo que definiremos como gestión in-
tegral de mantenimiento.
La gestión integral de mantenimiento consiste en actuar en todos aque-
llos aspectos de importancia para el buen desarrollo de la empresa y que,
de una u otra manera, se relacionan con el mantenimiento de las insta-
laciones. Se trata, portante, de gestionar de una manera activa basándose
en los objetivos de la empresa y no sólo en los objetivos tradicionales de
mantenimiento disponibilidad y costes, admitiendo una postura pasiva.
En líneas generales la gestión integral la podemos dividir en dos par-
tes. La primera, la gestión que relaciona mantenimiento con el resto de
departamentos y los objetivos de la empresa y, la segunda, la gestión in-
tegral propia de mantenimiento.
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Organización y gestión del mantenimiento
48
Gestión integral de mantenimiento
49
Organización y gestión del mantenimiento
50
Gestión integral de mantenimiento
Tabla 6.2
Figura 6.3
51
Organización y gestión del mantenimiento
52
Gestión integral de mantenimiento
53
Organización y gestión del mantenimiento
54
Capítulo 7
Análisis de la empresa
y la instalación
55
Organización y gestión del mantenimiento
Normativa legal
La normativa legal puede influir desde los tipos de contratos hasta las
normativas técnicas que obligan a ciertas revisiones en las instalaciones.
Todas estas normativas deben conocerse y adaptar el mantenimiento
para estar siempre bajo las normas sin necesidad de repetir trabajos. Si
la normativa exige inspecciones periódicas en determinadas fechas, las
inspecciones de mantenimiento se adaptarán a frecuencias compatibles
con éstas. Todas las inspecciones legales deberán aprovecharse como
mantenimiento preventivo.
Jornada de trabajo
La jornada de trabajo determinará dos características importantes. Para
empresas que trabajan a un solo turno, por una parte, si ocurriera una
avería que impidiese la producción durante varias jornadas, podría re-
cuperarse la producción prolongando la jornada una vez realizada la re-
paración; el coste de fallo podría recuperarse parcialmente. Por otra parte,
podemos disponer de horas de trabajo para realizar revisiones y repara-
ciones fuera de la jornada habitual con lo que la disponibilidad no se
vería muy afectada. En empresas que trabajan a tres turnos la disponibi-
lidad de la instalación debería ser total, y cualquier intervención que rea-
licemos tanto para reparaciones como para revisiones, la disminuirá. Las
56
Análisis de la empresa y la instalación
Tamaño de la empresa
El tamaño de la empresa podemos expresarlo en número de personas,
dándonos una idea del tamaño general de las instalaciones y la com-
plejidad de las mismas. Los recursos para mantenimiento irán en pro-
porción al del resto de los servicios de la empresa.
Un fallo en una máquina afectará a más personas en una empresa
grande que en otra pequeña. Los costes de fallo serán, por tanto, mayo-
res.
Tipo de proceso
Podemos diferenciar entre procesos continuos (como los procesos quí-
micos), en serie (como las cadenas de montaje), o por lotes (como las
empresas con multitud de productos).
En las empresas de procesos continuos, cualquier paro para realizar
reparaciones supondrá un descenso de la disponibilidad de las instala-
ciones a menos que se encuentren duplicadas o tengan almacenes in-
termedios. Un fallo de calidad del producto por causa del mantenimiento,
puede repercutir en un volumen grande de producción con el consi-
guiente aumento del coste de fallo.
En las empresas en serie el paro de una máquina obliga al paro de toda
la cadena. La fiabilidad total de la cadena será el producto de la fiabili-
dad de cada equipo y, por tanto, corremos el riesgo de conseguir dis-
ponibilidades bajas.
Las empresas que trabajan por lotes con multitud de productos suelen
caracterizarse por niveles de automatización altos, trabajando en mu-
chos casos bajo pedido; cualquier avería que impida el suministro en el
tiempo establecido puede suponer pérdida de imagen para la empresa.
El mantenimiento preventivo será más interesante para empresas en
procesos continuos o en cadena que para las que trabajan por lotes.
Ritmo de actividad
Distinguiremos entre permanente (cuando no depende del período del
año en que nos encontremos) o estacional (cuando su ritmo de activi-
dad se ve fuertemente modificado de unos períodos a otros).
57
Organización y gestión del mantenimiento
Las empresas que dependen del período del año en que nos encon-
tremos exigen un nivel alto de disponibilidad para esos períodos. Tiene
la ventaja, por otro lado, de poder real izar operaciones de mantenimiento
fuera de esos períodos sin influir en la disponibilidad.
Grado de automatización
Podemos hacer tres grupos: grado de automatización alto cuando los
procesos están prácticamente automatizados, medio cuando el porcen-
taje de automatización y el manual son similares y bajo cuando apenas
existen procesos automatizados.
Los grados de automatización altos requieren, para ser rentables, ni-
veles de disponibilidad altos y por lo tanto un mantenimiento eficaz. Asi-
mismo, exigen personal especializado para poder realizar las reparacio-
nes.
Inversión en maquinaria
Realizaremos tres escalones: más de 150 millones de pesetas, entre 40
y 150 millones y menos de 40.
La inversión en maquinaria puede ayudarnos a establecer el presu-
puesto anual de mantenimiento.
Antigüedad de la instalación
En función del ritmo de producción y del tiempo que lleve funcio-
nando, podemos encontrarnos con instalaciones en la infancia, en su
vida útil o bien en la vejez. Este hecho es determinante para la gestión
de mantenimiento.
Mediante la tabla 6.3 podemos relacionar todos los aspectos analiza-
dos anteriormente puntuando el interés o no de realizar mantenimiento
preventivo.
Para cada aspecto tomamos los valores 1, 5 o 10 puntos en función
del interés que presenten en realizar mantenimiento preventivo. Su-
mando todos los aspectos podríamos obtener puntuaciones que varíen
desde 10 a 60 puntos.
Tabla 6.3.
58
Análisis de la empresa y la instalación
59
Organización y gestión del mantenimiento
60
Análisis de la empresa y la instalación
61
Organización y gestión del mantenimiento
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Capítulo 8
Determinación de objetivos
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Organización y gestión del mantenimiento
64
Determinación de objetivos
65
Capítulo 9
Gestión de los recursos humanos
de mantenimiento
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Organización y gestión del mantenimiento
Tabla 9.1
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Gestión de los recursos humanos de mantenimiento
Tabla 9.2
69
Organización y gestión del mantenimiento
Tabla 9.3
70
Gestión de los recursos humanos de mantenimiento
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Organización y gestión del mantenimiento
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Gestión de los recursos humanos de mantenimiento
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Organización y gestión del mantenimiento
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Gestión de los recursos humanos de mantenimiento
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Organización y gestión del mantenimiento
Figura 9.4.
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Gestión de los recursos humanos de mantenimiento
Figura 9.5
77
Organización y gestión del mantenimiento
que representa el área del triángulo que no cubre el personal propio, por
el precio medio de la hora de la empresa de servicios.
Si representamos estos dos costes para todos los posibles valores de
A, es decir, desde Cm a CM, así como el coste total de la mano de obra,
obtenemos la gráfica de la figura 9.6. En ella observamos que existe un
punto de mínimo coste de la mano de obra; este punto podemos calcu-
larlo derivando el coste total respecto de la variable A, e igualando a
cero. Para este valor obtendremos el mínimo coste posible combinando
entre personal de plantilla y personal de empresas de servicios.
Como hemos podido demostrar, siempre que aparezcan puntas de tra-
bajo e independientemente de las diferencias de precios por hora me-
dios, será interesante apoyarnos en empresas de servicios para realizar
parte del mantenimiento.
La siguiente cuestión a plantearnos cuando disponemos de empresas
de servicios capaces de ofrecer precios por hora medios, menores a los
del personal de plantilla, es si subcontratar todo el mantenimiento.
En un principio, el coste que supondría el mantenimiento de las ins-
talaciones mediante este sistema sería menor, pero debemos hacer va-
rias consideraciones.
78
Gestión de los recursos humanos de mantenimiento
Figura 9.6
79
Organización y gestión del mantenimiento
80
Gestión de los recursos humanos de mantenimiento
81
Capítulo 10
Los recambios de mantenimiento
83
Organización y gestión del mantenimiento
ció de los recambios debe tenerse en cuenta como factor para la deci-
sión de compra de un equipo. No suele ser extraño que el precio de to-
das las piezas de un equipo supere el del equipo completo. Si el equipo
con sus recambios se negocia desde el principio, podrán obtenerse me-
jores ofertas.
Para ayudarnos en la identificación de las piezas podemos utilizar la
siguiente agrupación en función de su responsabilidad dentro del equipo:
1) Piezas sometidas a desgaste
A este grupo pertenecen las piezas de unión entre partes fijas y móvi-
les como son los rodamientos, cojinetes, casquillos, relés, contactos, he-
rramientas de corte, etc. El desgaste en este tipo de piezas se produce
por la erosión, la fricción o la abrasión. También se deben considerar en
este grupo las sometidas a fatiga, cavitación o corrosión como son las
tuberías, rodetes, etc. Son, en general, los elementos más susceptibles
de presentar un fallo.
2) Piezas de regulación y mando
Este grupo lo forman los elementos y piezas destinadas a controlar los
procesos y el funcionamiento de la instalación: válvulas, muelles, re-
sortes, bielas, etc. Son elementos sometidos generalmente a fatiga. Si
bien este tipo de elementos no está sometido a condiciones de trabajo
tan severas como el anterior, sí presentan la característica de ser las res-
ponsables del control de los equipos.
3) Piezas móviles
Son aquellas destinadas a transmitir los movimientos entre piezas o
aplicarlo al producto final: árboles, rotores, correas, poleas, ejes, etc.
Normalmente, están sometidas a fatiga aunque su diseño compensa y li-
mita las posibilidades de fallo.
4) Piezas electrónicas
Son elementos con una fiabilidad grande: circuitos impresos, transis-
tores, fuentes de alimentación, etc. La principal causa de fallos se basa
en sobretensiones, cortocircuitos, y calentamientos.
5) Piezas de estructura
Son elementos sometidos a condiciones de trabajo muy por debajo de
sus capacidades: bastidores, estructuras, soportes, etc. Su principal causa
de fallo se basa en acciones externas para las que fueron concebidas.
Esta agrupación debe tomarse como orientación dado que las condi-
ciones de trabajo de la máquina y su diseño pueden exigir, a determi-
nadas piezas, compromisos mayores que los esperados.
Analizando estos cinco grupos descubrimos que para poder hacer
frente a las reparaciones necesitaremos más piezas del primer grupo que
del último. Con un análisis más detallado del tipo de equipo y su diseño
podremos identificar realmente qué piezas necesitaremos desde un punto
de vista técnico.
84
Los recambios de mantenimiento
Así como el paso anterior debe ser responsabilidad única de los téc-
nicos de mantenimiento, en la fijación de los stocks de almacén deben
intervenir tanto los usuarios de las máquinas como los responsables de
la compra de los recambios.
Una vez estudiada la máquina y sus puntos débiles, debemos pasar a
fijar la responsabilidad que la máquina tiene en la cadena productiva. Esta
responsabilidad puede ser expresada en días máximos que la máquina
puede estar fuera de servicio para real izar las reparaciones. Lógicamente,
deberán ser los usuarios de las máquinas quienes junto con mantenimiento
establezcan la categoría de cada equipo. Producción establecerá el tiempo
máximo que puede prescindir del equipo y mantenimiento establecerá
las necesidades de recambios para poder cumplir estos plazos.
Las categorías expresadas en tiempos de reparación pueden ser tres:
Categoría 1
Se trata de equipos o partes de ellos que deben quedar reparados en
el mínimo tiempo posible. Serán equipos que afecten a la producción,
seguridad, calidad o medio ambiente de una manera importante y que
la prolongación de su indisponibilidad ocasione graves daños econó-
micos o de riesgo. A este grupo pertenecen las seguridades de los equi-
pos, los contadores y, en general, los que producen cuellos de botella.
El tiempo máximo deseable para su reparación será un día.
Categoría 2
Con esta categoría se califican los equipos de una importancia menor
pero en los que su fallo no pueda prolongarse más de una semana. Son
85
Organización y gestión del mantenimiento
Categoría 3
En esta categoría se agrupan los equipos no involucrados directamente
con la producción como son las estructuras, edificios, o máquinas sin
importancia. El tiempo que pueden estar bajo indisponibilidad no preo-
cupa ni interfiere en exceso en el desarrollo normal del trabajo aunque
suponga una incomodidad. El tiempo de reparación es mayor de una se-
mana.
Una vez fijados los tiempos máximos deseables de reparación para
cada equipo, tendremos que determinar los stocks mínimos en almacén
para poderlos cumplir. Este paso es necesario realizarlo conjuntamente
con los responsables de aprovisionamientos.
En ciertos casos, el tiempo máximo de indisponibilidad obligará a te-
ner equipos duplicados, ya sea en el almacén o incluso instalados. Asi-
mismo, se pueden crear equipos estándar, como reductores, capaces de
servir de recambios a varias máquinas.
Para optimizar el número de recambios de cada pieza en el almacén
deben tenerse en cuenta otros factores relacionados con los plazos de
aprovisionamiento y la capacidad de reparación y construcción de las
piezas.
Los aspectos a tener en cuenta para optimizar los stocks mínimos son
los siguientes:
Condiciones de trabajo
La utilización de las máquinas en cuanto a su capacidad nominal y a
las condiciones de trabajo que soportan, debe tenerse en cuenta como
86
Los recambios de mantenimiento
Piezas reparables
El siguiente aspecto será si la pieza es o no reparable en función de la
posible rotura que puede aparecer. También debe considerarse si la pieza
es posible construirla en nuestro taller o en alguno exterior dentro del
plazo previsto.
Stocks en proveedores
Algunos proveedores disponen de almacenes de piezas terminadas
que podemos utilizar como si fueran nuestro propio almacén. En estos
casos, y en función de la distancia a ese almacén, es posible el ahorrar-
nos tener en stock determinadas piezas.
Fabricación nacional
El hecho de que el proveedor sea nacional mejorará los plazos de en-
trega que si se trata de uno extranjero que se encuentre a mayor distan-
cia y con unas fronteras que atravesar. Este aspecto, de todas formas, está
siendo cada vez menos importante con los actuales medios de transporte
y la supresión de aduanas.
Materiales especiales
Materiales como aleaciones especiales en los que al tiempo de fabri-
cación de las piezas se une el del aprovisionamiento de las materias pri-
mas.
Tecnologías especiales
Procesos de fabricación de las piezas no disponibles en plazos cortos
o que necesitan tecnologías que el mercado no ofrece con facilidad.
87
Organización y gestión del mantenimiento
Dadas las diferentes características que presentan cada uno de los re-
cambios, no podremos hacer el mismo tipo de gestión para todos. Po-
demos agrupar los recambios de mantenimiento en cuatro categorías:
Recambios de consumo
Son aquellos recambios y materiales generales válidos para multitud
de equipos. Como ejemplos podrían citarse los rodamientos normales,
correas de transmisión, relés, fusibles, tornillería, arandelas, perfiles, ce-
mento, arena, chapas, discos de muelas, electrodos, etc. Estos recambios
suelen tener un consumo elevado, un precio bajo o moderado y un plazo
de entrega corto.
Repuestos específicos
A este grupo pertenecen las piezas propias de los equipos: bielas, ro-
detes, cilindros, rodamientos especiales, etc. Aunque es difícil generali-
zar las características de este grupo al estar relacionado con el tipo de
equipo al que pertenecen, podemos decir que son recambios con un
consumo moderado, un precio medio-alto y plazo de entrega cada vez
más largo al ir eliminando todas las empresas fabricantes sus almacenes.
Recambios de seguridad
A este grupo pertenecen aquellas piezas o equipos imprescindibles
para el funcionamiento de la fábrica y cuyo plazo de entrega es amplio.
Normalmente son elementos de coste elevado y consumos muy bajos.
Casos típicos son el rodete de una turbina, motores especiales, etc.
Material obsoleto
Se trata de los recambios pertenecientes a equipos fuera de servicio o
recambios que han sido sustituidos por otros más modernos. La tenden-
cia general es conservar estas piezas en previsión de que un día puedan
servir para alguna reparación.
Para los dos primeros grupos, los parámetros que pueden definir la
gestión son el inmovilizado, la calidad de servicio y el índice de rota-
ción.
El inmovilizado del almacén de repuestos puede relacionarse con la
inversión de la instalación a mantener obteniendo un coeficiente:
88
Los recambios de mantenimiento
Tabla 10.1
89
Organización y gestión del mantenimiento
90
Capítulo 11
Aplicación y optimización
de los diferentes tipos
de mantenimiento
91
Organización y gestión del mantenimiento
Figura 11.1
92
Aplicación y optimización de los diferentes tipos de mantenimiento
Tabla 11.1
Tabla 11.2
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Organización y gestión del mantenimiento
94
Aplicación y optimización de los diferentes tipos de mantenimiento
Figura 11.2
C1 C2
95
Organización y gestión del mantenimiento
96
Aplicación y optimización de los diferentes tipos de mantenimiento
Figura 11.3
97
Organización y gestión del mantenimiento
Figura 11.4
98
Aplicación y optimización de los diferentes tipos de mantenimiento
i (1 + i )NN i
CAnN = (Cad N ) − VRN + CMN + CEN CAnN = (CadN)
(1 + i )NN − 1 (1 + i )NN − 1
Si comparamos los valores que obtenemos para cada una de las op-
ciones, podremos decidirnos por la que suponga un menor coste anual.
Si establecemos una comparación para cada uno de los conceptos —
coste neto, de mantenimiento y de explotación— podemos obtener tam-
bién la razón de por qué una inversión es mejor que otra.
b) Método del valor actual
Se trata de reducir las diferencias de las distintas posibilidades a una
cantidad actual equivalente. Las diferencias pueden ser tanto los costos
que ocasionan como los ingresos que pudieran producir. Para poder es-
tablecer el valor actual debemos considerar opciones con el mismo pe-
ríodo de comparación.
Supongamos una máquina instalada con posibilidad de venderla por
una cantidad CVl. Esta máquina necesita una gran reparación que as-
ciende a una cantidad CRl. Tras esta reparación se considera que la má-
quina podrá seguir funcionando durante N años al cabo de los cuales
podrá ser vendida por una cantidad VRl. Durante los años de funcio-
namiento se estima que los costes de mantenimiento ascenderán a CMl
por año y los de explotación a CEl.
El valor actual VAcl podemos calcularlo como:
99
Organización y gestión del mantenimiento
100
Capítulo 12
El control de mantenimiento
Figura 12.1
101
Organización y gestión del mantenimiento
Figura 12.2
102
El control de mantenimiento
Figura 12.3
Figura 12.4
103
Organización y gestión del mantenimiento
104
El control de mantenimiento
105
Organización y gestión del mantenimiento
Este indicador nos muestra la relación entre las horas empleadas para
la producción y las de paro del equipo por averías. Al tomar las horas
de paro en lugar del número de averías introducimos en la relación un
concepto de gravedad de las averías. Al tomar las horas de producción
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El control de mantenimiento
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Organización y gestión del mantenimiento
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Conclusiones
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Organización y gestión del mantenimiento
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Conclusiones
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Organización y gestión del mantenimiento
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