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¿Qué fue el virreinato del Perú?

El virreinato del Perú fue una de las unidades territoriales en las que la Corona española dividió sus
territorios en América a partir de la conquista.

El virreinato fue fundado mediante las Leyes Nuevas de Indias, dictadas por Carlos I, en noviembre
de 1542, aunque su concreción efectiva se produjo recién al año siguiente. Al momento de su
fundación, abarcaba la mayor parte de los territorios de Sudamérica, desde la actual Argentina
hasta Panamá. No formaban parte del virreinato la actual Venezuela, que integraba la Capitanía
General de Santo Domingo, dependiente del Virreinato de Nueva España, ni la mayor parte del
territorio del Brasil, que permanecía inexplorada o formaba parte del Imperio portugués.

El territorio del virreinato del Perú fue sufriendo cambios a lo largo del tiempo. Sobre la región
oriental, el avance portugués ocupó áreas de la región amazónica. Además, a partir de la llegada
de la dinastía de los Borbones a la Corona española, se implementaron una serie de reformas
políticas que modificaron la estructura del virreinato.

En 1717 se instituyó el virreinato de Nueva Granada, que abarcaba de las actuales Colombia,
Venezuela, Ecuador, Panamá y Guayana, y en 1776 se creó el virreinato del Río de la Plata,
integrado por los actuales territorios de Bolivia, Paraguay, Uruguay, la Argentina y parte de Brasil y
de Chile. De ese modo, el virreinato del Perú quedó reducido aproximadamente al actual territorio
peruano y el norte de Chile.

El virreinato del Perú se disolvió en 1824 cuando Pío de Tristán, su último virrey, reconoció la
Independencia del Perú luego de la batalla de Ayacucho.

Ubicación del Virreinato del Perú.

Territorio del virreinato del Perú. En color marrón claro al momento de su fundación, y en color
marrón oscuro hacia 1800.

Características del virreinato del Perú

Las principales características del virreinato del Perú fueron las siguientes:

Entre 1542 y 1821 su capital fue la ciudad de Lima, fundada por Francisco Pizarro con el nombre de
Ciudad de los Reyes, en 1535. Cuando el general José de San Martín declaró la independencia del
Perú, en 1821, la capital se trasladó a Cusco, que permanecía en poder realista.
El territorio virreinal estaba dividido para su administración en provincias, llamadas
corregimientos, que estaban al mando de un corregidor. La cantidad y extensión de los
corregimientos fue variando a lo largo de la historia. A partir de finales del siglo XVIII los
corregimientos fueron reemplazados por intendencias.

La economía del virreinato estaba rígidamente controlada por la metrópolis. De acuerdo con la
teoría mercantilista imperante en los primeros siglos de la ocupación, la economía se sostenía
sobre todo en la explotación minera y en el comercio con España. Los metales preciosos,
especialmente la plata potosina, eran enviados a España a través del puerto de El Callao.

Las minas de plata de Potosí, en la actual Bolivia, fueron una de las fuentes de metales preciosos
más importantes de América. Eran explotadas mediante el trabajo de los indígenas con el sistema
de mitas heredado del Imperio inca.

La actividad agrícola en algunas áreas era importante, pero se destinaba en su mayor parte al
consumo interno del virreinato.

Durante los primeros tiempos, el puerto de El Callao, en Lima, fue junto con el de Veracruz y el de
Sevilla, en España, uno de los únicos autorizados para el comercio. Como consecuencia, durante el
primer siglo de existencia, la ciudad de Lima vivió un período de gran prosperidad que no pudo
sostener cuando se abrieron otros puertos al comercio, a partir de las Reformas borbónicas.

Durante las guerras independentistas, el virreinato del Perú fue el último lugar de resistencia
realista. Desde ahí se organizaron y enviaron los ejércitos para combatir a las fuerzas
revolucionarias.

Causas de la creación del virreinato del Perú

Entre las causas de la creación del virreinato del Perú, se pueden mencionar las siguientes:

La enorme extensión de las tierras conquistadas requería organizar un sistema que permitiera la
ocupación efectiva del continente y el control de los pueblos aborígenes inmediatamente después
de la conquista del Imperio inca.

Los conflictos entre los conquistadores y el abuso que ejercían sobre los pueblos originarios
convencieron al monarca de la necesidad de imponer su autoridad de manera concreta, mediante
la figura de un representante directo: el virrey.

La monarquía española tenía la necesidad de imponer su presencia en el territorio americano con


autoridades designadas por la corona.

La necesidad de ordenar las actividades en América mediante una política centralizada que
estableciera un sistema de leyes específicas para la nueva realidad.

lima

Ciudad de Lima, de acuerdo con una ilustración de la Nueva corónica y buen gobierno, del cronista
mestizo Guaman Poma de Ayala.
Organización política del virreinato del Perú

La organización política del virreinato del Perú era de la siguiente manera:

La autoridad máxima del virreinato era un virrey, representante del rey de España en América y
elegido por él a partir de la sugerencia del Consejo de Indias. Este organismo, que tenía sede en
España, también elaboraba las leyes que regían la vida en el virreinato. En la teoría los virreyes
tenían amplios poderes, pero en la práctica encontraban ciertas limitaciones en las innumerables
leyes que regían la vida en América. Además, cuando dejaban su cargo debían pasar por un juicio
de residencia en el que se evaluaba su desempeño.

La justicia estaba a cargo de las Audiencias. En los primeros tiempos se fundaron 6: Panamá (1538),
Lima (1543), Santa Fe de Bogotá (1548); Charcas (1559); Quito (1563) y Chile (1563-1573, fundada
de nuevo en 1606). Más adelante se fundaron 2 más: la Real Audiencia de Buenos Aires (1661-
1672 y luego en 1776) y la Real Audiencia de Cusco (1787).

Los virreyes, los capitanes generales (a cargo de las capitanías generales ubicadas en zonas
estratégicas) y los oidores (miembros de las audiencias) dependían administrativamente del
Consejo de Indias.

Los corregidores eran las cabezas políticas de cada una de las provincias o corregimientos en los
que se dividió el virreinato hasta 1784, cuando estas jurisdicciones fueron reemplazadas por
intendencias. También impartían justicia, presidían los cabildos y se ocupaban de la seguridad de
las ciudades. Además de los corregidores de españoles, existía la figura de corregidor de indios.
Este funcionario se ocupaba de los asuntos relacionados con los pueblos originarios.

Francisco Álvarez de Toledo

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