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Marisa Peer estudió hipnoterapia en el Hypnotism

Training Institute de Los Angeles, conocido como el mejor


centro de entrenamiento de hipnoterapia del mundo. Ella ha
pasado más de treinta años trabajando con una extensa lista
de clientes incluyendo a la realeza, estrellas de rock, actores,
CEOs y atletas olímpicos. Marisa ha desarrollado su propio y
único estilo, al que frecuentemente se refieren como un
cambiador de vidas.
Marisa trabaja extensamente en televisión y radio,
apareciendo en Supersize vs Superskinny y Celebrity Fit Club
en el Reino Unido y los Estados Unidos. En mayo del 2006,
Marisa fue nombrada la Mejor Terapeuta Británica por la
revista Men’s Health y destacada en la Guía Tatler de los 250
Mejores Doctores Británicos. Ella da conferencias y talleres
por todo el mundo.

Para más información sobre Marisa visite:

www.marisapeer.com
www.rapidtransformationaltherapy.com

Conéctate con Marisa Peer en Facebook, Twitter,


Instagram, YouTube, Vimeo, LinkedIn

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Yo Soy Suficiente: Un programa en ocho partes


para dominar tus creencias y prepararte para un éxito
fenomenal

Marisa Peer ha creado un programa transformacional


completo y conciso para Yo Soy Suficiente . Se entrega en
ocho módulos a lo largo de ocho videos y audios, el
programa te dará los mismos efectos de transformar tu
realidad y el mismo efecto de epifanía que sus clientes más
distinguidos han experimentado en persona.

Este programa está diseñado para alterar radical y


permanentemente las áreas claves que impactarán tu vida.
Esto incluye tu nivel de confianza, tu propósito, tus
relaciones, tu carrera, la creación de riqueza y abundancia y
disfrutar de una vida sexual fenomenal. Yo Soy Suficiente es
un programa nuevo, innovador y emocionante que puede
cambiar y redefinir tu vida. Después de usar este programa,
podrás activar la abundancia y el potencial que desees.
Para más información visite:

www.iamenough.com/resources

Publicaciones Previas

You Can Be Thin: The Ultimate Program to End Dieting


Forever Tú puedes ser delgado/a: El novedoso programa para
dejar las dietas para siempre .

‘Siempre soy escéptica al pensar en otro libro de “dieta


milagrosa”, pero este realmente es diferente …
pensamientos constructivos de una mujer que realmente
sabe’.
You Magazine

‘Recomendaría este libro a mis pacientes o a cualquiera


que quisiera cambiar su peso y encontrar una relación
saludable con la comida’.
Dr Chris Steele, Médico general y
doctor residente de This Morning

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You Can Be Younger: Use the Power of your Mind to Look


and Feel 10 Years Younger in 10 Simple Steps/ Tú puedes ser
más joven: Usa el poder de tu mente para mirarte y sentirte
10 años más joven en 10 sencillos pasos .

‘No puedo recomendar a Marisa Peer, sus métodos o


este libro lo suficiente. You Can Be Younger es una maravilla,
un cambio de vida y un salvavidas.’
Molly Parkin, artista, escritora y celebridad

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Trying To Get Pregnant (and Succeeding) /Intentando


quedar embarazada (y lográndolo)
‘Estoy tan feliz que el libro de Marisa tenga sus técnicas
únicas para que incluso más mujeres se puedan beneficiar
de ellas… Recomiendo de todo corazón este libro a cualquier
mujer que lucha con la infertilidad.’

College Murphy, Sands (Organización Benéfica para


muerte fetal y neonatal)
‘Leí Trying To Get Pregnant (and Succeeding)/ Intentando
quedar embarazada (y lograndolo) y me dio sabiduría, una
percepción y fe durante muchas dificultades y obstáculos.
Estoy muy contenta de haber recurrido a Marisa ya que
ahora tengo un hijo hermoso, increíble y maravilloso. Gracias
Marisa.’
Daniella Neumann, Productora de TV

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Ultimate Confidence: The Secrets to Feeling Great About


Yourself Every Day/ Máxima confianza: El secreto de sentirte
bien contigo mismo cada día

‘La gente siempre asume que las personalidades de la


televisión están llenas de autoestima, pero la verdad es que
todos nosotros tenemos áreas de nuestras vidas donde
desearíamos poder hacerlo mejor. El enfoque de Marisa es
efectivo, refrescantemente diferente y, lo que es más
importante, agradable’.
Anna Richardson, presentadora de TV

Para más información sobre los libros de Marisa Peer por


favor visite:

www.marisapeer.com/books

Elogios para Yo Soy Suficiente


‘¡No sé cómo agradecerte! Me he enamorado de ti, tú
realmente cambiaste mi vida. Lo mejor acerca de ti es que
realmente dices la verdad, la verdad que casi todos los
demás terapeutas no dicen. Soy conferencista y enseño en
universidades y ahora les enseño a mis estudiantes Yo Soy
Suficiente y además les hago darse cuenta de su grandeza.
Verás, ser instructor y pararte frente a los jóvenes te hace
ver la verdad y el dolor en ellos causado por sus creencias,
las cuales aprendieron durante su infancia. Así que ahora
siempre tengo que contarles acerca de lo que aprendí de ti y
los estudiantes vienen a mí para que les escriba en las
manos Yo Soy Suficiente . Gracias de nuevo, realmente,
desde el fondo de mi corazón y como tengo la oportunidad
de escucharte y aprender de ti, ya no escucho ni visito a
coaches de vida ni psicólogos.’

Shereen

‘Hace unas semanas pasé un tiempo con mi querida


amiga y una de las mejores hipnoterapeutas del mundo,
Marisa Peer. Ella siempre tendrá un lugar especial en mi
corazón porque ayudó mucho a mi esposa cuando
estábamos luchando por tener un bebé. Ayudó a muchas
personas, incluyendo a celebridades y la realeza británica, a
superar sus fobias, problemas de infertilidad, adicciones y
problemas de peso. Hace unos años ella comenzó un
movimiento llamado Yo Soy Suficiente . ¡Es asombroso! Ella
le enseña a las personas que son lo suficientemente buenos
para hacer lo que quieran. Es increíblemente poderoso y
logró ayudar a millones de personas.’

Smiljan

‘Encontré un video en YouTube y me inscribí en el


programa Yo Soy Suficiente . Hoy día estoy en el día 7.
Descargué las grabaciones y las escucho todas las noches
antes de acostarme. El efecto es asombroso. Solía ser una
persona muy enojada, siempre infeliz y gruñona,
especialmente en el trabajo. Temo todos los días… tengo
miedo de cometer errores… ¿Me regañarán hoy? ¿Olvidé
algo importante? ¡Cuanto más miedo tengo, más errores
cometí! Siempre empiezo mi día con miedo y lo termino con
enojo. Después de escuchar tus grabaciones, me sorprende
que estoy más relajada en el camino al trabajo… No estoy
enojada, estoy más positiva y no deprimida… los
sentimientos desaparecen…. Estuve más alegre y confiada
en el trabajo la semana pasada. Mi esposo es la primera
persona en notar los cambios. He escrito e impreso “ Yo Soy
Suficiente ” y lo pegué en las paredes de mi casa y grabé
esas palabras en mi brazalete. Y cada mañana mientras me
visto para ir al trabajo me miraré en el espejo y diré “¡Estoy
bendecida! ¡Soy suficiente! ¡Soy buena!” Las palabras no
pueden expresar lo agradecida que estoy’.

Rachel

‘Bravo Marisa, a medida que continúas desarrollando


formas para re-empoderar a la humanidad y cambiar el
mundo—como este curso y este libro definitivamente lo
harán’.

Karen

‘Soy suficiente en mi fuerza Y también soy suficiente


cuando soy débil, o estoy cansada o solo “no lo siento hoy”.
Yo soy suficiente cuando hago grandes cosas y cuando
simplemente hago lo que realmente debo hacer hoy. Soy
suficiente cuando estoy lista para enfrentarme al mundo Y
cuando necesito un poco de tiempo y espacio emocional.
Cada día yo soy suficiente. Y tú también lo eres’.

Theresa
‘Esta es una lección que nunca quiero olvidar. Mientras
sigo luchando con los malos hábitos de mis pensamientos
subconscientes, estas tres palabras me dan una perspectiva.
Estas tres palabras también han impactado a la hija de un
amigo mío. Cuando descubrió por qué tenía estas palabras
en mi muñeca (y en el espejo del baño), llevó este mensaje a
su clase en la escuela. Su maestra ahora tiene esta frase
escrita en la pizarra para que toda la clase la vea cada día’.

Steph

‘Hace meses atrás, cuando “encontré” la información de


Marisa, e me propuse un desafío. Lo escribí en cualquier
momento que pude y lo usé como respuesta cada día. En 30
días me di cuenta de lo positivo que se había vuelto mi
pensamiento y de cómo los pensamientos en general eran
más productivos y menos comparativos. Yo Soy Suficiente lo
dice todo y confirmo el poder de las palabras. Gracias,
Marisa Peer’.

Paige

‘Es increíble cómo funciona esta frase. Gracias Marisa’.

Susan

‘Ha pasado un año y aún estoy completamente


agradecida y me siento en las nubes sobre lo mucho que mi
vida ha cambiado desde que tomé el curso de Marisa Yo Soy
Suficiente . Si fue posible para mi, es posible para
cualquiera. ¡Vengo de una gran bancarrota; vengo de tener
que huir a los Estados Unidos porque nuestra vida estaba en
peligro! Todos ustedes pueden y todos ustedes son
suficiente. Gracias Marisa’.

Vanessa
‘¡Marisa, quiero darle a este mensaje de “Yo Soy
Suficiente” 1000 me gusta! Hacer este entrenamiento ha
cambiado mi vida y muchas vidas de los que me rodean.
Gracias no es una palabra lo suficientemente grande como
para decir cuánto la aprecio a usted y sus regalos’.

Sum

‘No recuerdo que nadie me dijera abiertamente que no


era suficiente, pero sí que me dijeron que, si lo intentaba y
hacía un poco más de esfuerzo, sí, ¡realmente podría ser
bueno! Traducción: Eres bueno, pero no lo suficiente. Me doy
cuenta de que eso ha permanecido conmigo toda mi vida.
He hecho algunas cosas bastante buenas en mi vida, pero
podría haber hecho mucho más y con más satisfacción si
solo hubiera escuchado que Yo Soy Suficiente . Ha llegado la
hora de cambiar’.

Simon

‘Finalmente he llegado a comprender cómo Yo Soy


Suficiente aparece en mi vida y cuándo no. Tengo las
palabras en una nota adhesiva en mi computador y me he
vuelto mucho más confiado en mi propia suficiencia que,
incluso, hablo de manera diferente. Gracias, Marisa Peer, por
abrir la puerta a una mayor comprensión, sanación y
elevación de las energías colectivas. Como enfermera de
salud mental, siempre encontré el modelo médico limitado y
restrictivo. Cuando encontré a Marisa y Yo Soy Suficiente ,
me hizo mucho sentido. He estado usando algunos de sus
métodos con jóvenes de 13 a 19 años con excelentes
resultados.’

Warren

“¡Escribe Yo Soy Suficiente en todos los espejos de tu


casa!” dijo Marisa Peer, mi coach en línea. Este trabajo de
MENTALIDAD es el verdadero negocio. Entonces me di
cuenta de que “MI MAYOR OBSTÁCULO PARA EL ÉXITO (en la
vida o los negocios) ERAN MIS PROPIOS PENSAMIENTOS”. Así
que ahora, cuando trabajo con emprendedores es tan fácil
ver que sus mayores obstáculos para lograr el éxito no son
sus productos o servicios, sino que su MENTALIDAD, la que
está establecida como “No puedo lograr esto/eso”, “Soy
mamá y no puedo dirigir un negocio exitoso al mismo
tiempo”, “Estoy cansado, necesito x cantidad de sueño, o si
no, no puedo funcionar”, “No tengo tiempo suficiente para
hacer X”. Todas estas cosas me dije a mí mismo durante los
últimos 12 años. Te diré esto una y otra vez: todas estas
palabras que te estás diciendo a ti mismo y a todos los que
te rodean no tienen nada que ver con las palabras que estás
usando. NADA. Todas estas oraciones provienen de UN SOLO
pensamiento interno de duda que te dices a ti mismo: “No
soy suficiente”. ESTÁS EQUIVOCADO. Yo soy la prueba. Yo era
igual que tú. ¡Pasé de un sueño de negocios a mi negocio
soñado! Porque alguien creyó en mí y me dijo que Yo Soy
Suficiente .

Lenja

‘Años atrás el aprender Yo Soy Suficiente , cambió la


forma en que me veía a mí misma. Estas tres palabras me
sacaron del periodo más bajo de mi vida. Desde entonces ha
sido mi mantra. Estoy muy contenta de haberte conocido,
Marisa Peer’.

Nazia

‘Todo este curso ha sido maravilloso. Tengo que decirlo


Marisa, eres hermosa. A los 72 años de edad, puedo
asegurarte que he hecho muchos, muchos cursos durante mi
vida y este los supera a todos. Yo Soy Suficiente es la cosa
más brillante que he escuchado y le he amado, amado,
amado. Tengo escrito “yo soy suficiente” por todas partes y
me lo he tatuado en la mano izquierda. Todo el curso es
verdaderamente transformador y vale cada centavo y
minuto invertido en él. Gracias de nuevo Marisa por este
maravilloso curso’.

Anon

‘Un lápiz labial en tu espejo cambiará tu vida. Yo Soy


Suficiente —
Marisa Peer, amo, amo, amo tu trabajo. Ha cambiado mi vida
de una manera fenomenal. Gracias Marisa y te deseo el más
extraordinario de los éxitos con este libro y el resto de tu
trabajo’.

Angela

‘Estoy haciendo el programa Yo Soy Suficiente , que ha


sido transformacional para mí. Soy una persona
completamente diferente a la persona que era hace 6 meses
atrás’.

Lorna

‘Me gustaría compartir esta increíble resolución con


montos de dinero después de 11 meses. Ayer vendí mi casa
en Milán en 250.000€ en solo 15 días. Gracias Marisa, Yo Soy
Suficiente realmente funciona’.

Francesco

Yo Soy Suficiente

Marisa Peer
Copyright © 2018 Marisa Peer

Todos los derechos reservados.


Traducido por Carolina Serpell E.

ISBN-13: 978-1916411005
ISBN-10: 1916411002

DEDICATORIA
Este libro se lo dedico a mis padres Ron Peer y Dee
Sadler y a la hermosa Psalm Isadora. Los extraño mucho a
todos.

“Incapaces de morir son los amados, porque el amor es


la inmortalidad” .

También se lo dedico a mi esposo, John, quien es mi


mayor apoyo. No podría hacer lo que hago sin ti – eres mi
roca.

A mi hermana, Sian, quien ha hecho nuestra empresa


mejor que nunca –eres y siempre has sido indispensable.

Para mi hermosa hija, Phaedra Peer –mi vida es mejor


cada día gracias a ti.

RECONOCIMIENTOS
Un reconocimiento y agradecimiento especial para mis
maravillosas amigas Claudia, Dani, Helen y María –gracias
por creer en mí y apoyarme.
Para todos los lindos niños en mi vida –Carylss, Lucas,
Bree, Issac Freya, Jackson y Lola. Ustedes me dan mucha
alegría.

Para Rosie Spinks, gracias por tu ayuda y aportes a este


libro. Eres fabulosa e indispensable y estoy muy agradecida
por ti.

Para mis extraordinarios maestros, especialmente a los


que ya no están: Gil Boyne, David Viscott y Wayne Dyer,
aprecio su genialidad y me siento honrada de haberlos
conocido.

Para mis clientes de tantos años quienes han sido tan


generosos en compartir sus historias y en permitirme usarlas
en este libro. Los saludo a todos ustedes por ayudarme a
formular técnicas para crear mi propia terapia que ha sido
premiada y que ha ayudado a tanta gente. Cada uno de
ustedes jugó un rol en la creación de la Terapia
Transformacional Rápida (TTR).

Para mi maravilloso equipo de trabajo, increíbles


entrenadores, fabulosos terapeutas TTR y espléndidos
estudiantes de TTR alrededor del mundo, quienes juntos
hacen que nuestro entrenamiento de TTR sea tan
maravilloso, tan agradable y tan poderoso. Me enamoro más
y más de ustedes y de la técnica con cada curso que
hacemos y estoy impresionada del privilegio que tengo al
enseñar este método fenomenal. No podría hacerlo sin cada
uno de ustedes. Mis más profundos y sinceros
agradecimientos no son suficientes para expresar mi
gratitud y amor por todos ustedes. Gracias a todos por
contribuir a poner la TTR en el mapa y por convertirla en la
fuerza motriz en la que se está convirtiendo.
PREFACIO
He conocido a Marisa, por más de quince años, primero
profesionalmente y luego, personalmente, y el día que la
conocí fue mi día de suerte. Ella es la terapeuta más
extraordinariamente dotada y le he enviado literalmente
cientos de personas a través de los años, algunas
celebridades internacionales, algunas extremadamente
famosas, algunas un poco famosas y algunas no famosas.
Todas ellas tenían algo en común: necesitaban ayuda y les di
su número sabiendo que ella cambiaría sus vidas.

Por lo tanto, fácilmente puedo decir que sus habilidades


son únicas y cambian la vida completamente. Dado mi alta
consideración por su brillante habilidad para cambiar la vida
de las personas, y dado mi trabajo, también le di un rol
significativo en uno de mis programas, Celebrity Fit Club ,
donde ella trabajó con ocho celebridades por un periodo de
cuatro meses y logró resultados extraordinarios. Ella es
considerada internacionalmente como la mejor en su campo
y la gente viaja de todo el mundo para buscar su ayuda. Ella
es la única persona que yo he conocido en cualquier lugar
del mundo que sé que tiene la habilidad única de ayudar a la
gente con el más amplio surtido de problemas, incluyendo
aquellos que han sufrido las más severas formas de abuso, y
ha logrado cambios dramáticos de por vida.

Cuando la gente me pregunta por qué Marisa y sus


métodos son diferentes, eso es fácil de responder. Esto es lo
que digo: cuando tienes un problema del corazón, vas a
hablar con un especialista en corazón el que diagnostica qué
está mal y te dirá si necesitas cirugía. Entonces, vas y te
haces la cirugía. Si tú solo hablaras con el cardiólogo, ese
problema del corazón sería diagnosticado, pero no tratado y
en el mejor de los casos se mantendría igual, o en el peor de
los casos, empeoraría. Con Marisa, ella es las dos cosas, el
especialista que diagnostica y el cirujano que opera. Tú
hablas, pero entonces exploras profundamente y lo
solucionas.

Para cada persona que lea este libro hoy es su día de


suerte. Los patrones y conductas que te hacen infeliz no
necesitan permanecer así para siempre. La gente tiende a
desesperanzarse en esto o aquello, te dicen que ellos
“siempre” han tenido relaciones que salen mal, o que tienen
trabajos que realmente no disfrutan, ¿por qué?

Sin siquiera darse cuenta, la gente se adapta a sus


patrones negativos hasta que esos patrones los gobiernan.
Cuando te sientas así o cuando tu cerebro se sienta como un
enredo de nudos, solo lee este libro y siente cómo los nudos
se desenredan.

El cerebro puede cambiar y es feliz haciéndolo, si lo


ayudas a desarrollar nuevos patrones neuronales. no
necesita mucho esfuerzo para leer y para hacer. En los días y
semanas que siguen te sentirás totalmente cambiado.

Espero que cada persona que lea este libro permita que
le ayude a cambiar su vida. Marisa es maravillosa y este
libro también lo es.

Claudia Rosencrantz, Ex controlador


de entretenimiento para ITV

CONTENIDOS
Introducción

1 Tu Viaje Diario No Es Un Infierno


2 Por Qué Los Bebés No Temen Volar

3 Por Qué No Quieres Ser El Ganador De La Lotería

4 Para Ser Exitoso, Haz Esto Primero

5 No Hay Atajos – Pero Hay Una Garantía

6 Tu Mente Es Como Una Clase De Niños De 3 Años

7 Cuerpos Prehistóricos Viviendo En Tiempos Modernos

8 El Mayor Desafío Para Disfrutar De La Felicidad y La Paz


Interna

9 La Crítica Destruye, El Elogio Construye

10 Canta Tu Propia Canción

11 Construir Una Relación Amorosa Comienza Contigo


Mismo

12 Juntándolo Todo Para Crear Una Vida Increíble

Para bajar gratuitamente las sesiones de hipnosis que


acompañan al libro, por favor visite:
www.iamenough.com/resources

INTRODUCCIÓN
En mi larga carrera como terapeuta, miles de personas
han pasado por mi oficina por miles de distintas razones.
Pero, de esos miles de clientes, te sorprendería saber que
hay solo tres tipos de personas. Es correcto –solo tres.
No importa el problema inicial, conducta o asunto que el
cliente me traiga para ayudarlo. No importa si es billonario,
un atleta olímpico, un ermitaño social, un veterano
discapacitado, una estrella de cine, o solo un empleado de
oficina. No importa si es británico, japonés o de Namibia;
homosexual, heterosexual o transgénero; desertor de la
escuela, un genio musical o un contador de impuestos. A
pesar de todas estas variables, al final de cada sesión,
usualmente ya me he dado cuenta cuál de los tres
arquetipos son.

¿No es sorprendente? Que de toda la diversidad de la


experiencia humana que la gente tiene hoy en día, todos
podamos ser reducidos a solo tres tipos. Seguro te estarás
preguntando cuáles son esos tipos, pero antes de decirte
quiero contarte algo más importante. Te quiero decir por qué
esto es verdad .

El campo tradicional de la psicología gusta de hacer las


cosas complicadas. Sin embargo, en mi experiencia, ha
habido un principio básico que ha constituido mi práctica
como una terapeuta reconocida internacionalmente y es
increíblemente simple. Este enfoque concentrado en la
simplicidad va contra la corriente, clínicamente hablando. No
obstante, puedo decir con certeza que es la razón por la cual
se refieren a mí comúnmente como la “terapeuta de los
terapeutas” –o la persona a la que otros profesionales
experimentados envían a sus clientes cuando están
luchando para obtener resultados con ellos. También es la
razón de que me he ganado una reputación por ayudar a los
clientes en una o dos sesiones, en vez de años de visitas.
Entonces, ¿cuál es este conocimiento que he estado
aprendiendo por 30 años y miles de horas de práctica? Es mi
entendimiento de que los seres humanos vienen a este
planeta con dos poderosas necesidades emocionales:
encontrar conexión y evitar el rechazo. Si ahondas lo
suficientemente profundo en los problemas emocionales de
casi cualquier persona, puedes rastrear estos temas hasta la
falta de cumplimiento de esas dos necesidades. Es
realmente así de simple el por qué esa verdad es tan
poderosa y parte de su fuerza es su simpleza.

Si quieres una prueba de cuán fundamentales son estas


necesidades, nuestra sociedad provee bastantes ejemplos
extremos. Observa a alguien en la forma más extrema de
aislamiento que se nos ocurrió: el confinamiento solitario.
Numerosos estudios en los Estados Unidos han mostrado
que el confinamiento solitario es uno de los castigos más
dañinos e irreversibles otorgados a un criminal, sin importar
lo que haya hecho. Los síntomas que se sabe que son
causados por el confinamiento solitario incluyen
alucinaciones, ataques de pánico, depresión, pérdida de
memoria y cambios de humor. Reveladoramente, el cuatro
por ciento de los presos en cárceles de Estados Unidos que
son sometidos a confinamiento solitario constituyen el 50
por ciento del total de suicidios en el sistema de cárceles.
Todo esto nos dice que un ser humano puede no tener una
amenaza directa a su supervivencia en términos de sus
necesidades biológicas –alimento, refugio, oxígeno—pero si
se siente rechazado por la sociedad y es incapaz de forjar
una conexión humana de cualquier tipo, estará en la peor
clase de pobreza que conocemos. La pobreza del espíritu.

Similarmente, si le preguntas a una persona indigente


cuál es la peor parte de ser indigente, la respuesta que dan
a menudo no es lo que esperarías. No dicen que extrañan
tener su propia cama o una comida con carne (aunque estoy
segura de que sí extrañan esas cosas), ellos dicen que el
sentimiento de ser constantemente ignorados y rechazados
por la sociedad en general es demasiado para soportar. Anda
a un comedor de beneficencia y a menudo encontrarás
gente que está ahí más por la conversación con alguien, que
por la comida. También ha sido probado que uno de los
mayores factores causantes de la adicción a las drogas y el
alcoholismo es el sentimiento de no pertenecer y uno de los
éxitos de Alcohólicos Anónimos es que permite a los adictos
sentir una sensación de conexión con los otros.

Verás, hasta cierto punto todos tenemos aun la


mentalidad de los tiempos tribales. Cuando vivíamos en
estructuras tribales interdependientes, era imperativo que
no fuéramos rechazados por nuestros pares ya que ningún
ser humano podía sobrevivir en la naturaleza solo. En ese
caso, el rechazo realmente significaba la muerte y la
conexión significaba la sobrevivencia. Esa es la razón de por
qué este miedo está tan profundamente arraigado y es la
causa de muchos de nuestros problemas modernos.

A medida que he desarrollado mis métodos de


hipnoterapia rápida transformacional –los cuales hoy forman
la base de mi curso internacional para mi método Terapia
Transformacional Rápida, o TTR –siempre he vuelto a esta
verdad fundamental: más que cualquier otra cosa
necesitamos conexión y evitamos el rechazo. Y cuando estoy
tratando de darme cuenta en cuál de los tres tipos encaja mi
cliente, siempre es a través del lente de estos deseos duales.

Tres tipos de clientes


Probablemente te estés preguntando cuáles son las tres
categorías en las que he logrado separar a mis clientes, sin
mucha desviación. El primer tipo de cliente es una persona a
la que le encantaría tenerlo todo –relaciones amorosas, un
gran trabajo, seguridad financiera y amor propio, confianza y
paz interna—pero, que no logra obtener nada de eso y
mucho menos mantenerlo. El segundo tipo de cliente es uno
que tiene muchas cosas de las descritas arriba, pero que las
sabotea mucho o poco de diferentes formas como son las
adicciones, el exceso de trabajo o engañar a su cónyuge. Y
el tercer tipo, el más raro, que sí logra –a través de trabajar
en su mentalidad— obtenerlo todo: relaciones, salud,
vocación de carrera, bienestar, paz interna y está trabajando
en compartirlo con otros.

Para algunas personas, estas categorías podrían parecer


básicas o demasiado simples. Pero, dado que he visto la
transformación de los dos primeros tipos después de aplicar
mis métodos, tengo confianza en que realmente es así de
simple. Todo se remonta a esa verdad fundamental que
compartí. Sentirse desconectado o rechazado puede llevar a
todo tipo de problemas que se manifiestan en los tipos de
clientes que pertenecen a los grupos uno y dos. Ese rechazo
y desconexión puede venir del abandono de los padres, de
ser maltratado, de tener una discapacidad o de nunca sentir
que estabas seguro. Se puede manifestar como miedo a la
intimidad, un ego excesivo, o una adicción a la comida, el
alcohol o las drogas. De hecho, no importa de dónde viene el
rechazo o la falta de conexión, casi siempre conduce a
personas que sienten como si ciertas cosas en la vida nunca
estarán disponibles para ellos. Y muchas dolencias de la era
moderna son una función de seres humanos tratando de
llenar el vacío resultante o la brecha que sienten.

Alrededor del 2012 se me hizo muy evidente que el


tercer grupo de clientes –los que lo tenían todo y lo querían
compartir—
estaban operando en un nivel diferente de conciencia y amor
propio. Ellos no solo lo sentían, ellos sabían que todo estaba
disponible para ellos. Esto no era porque ellos hubieran
experimentado vidas perfectas y sin traumas. Todo lo
contrario. Fue por la forma en que habían cambiado su
mentalidad.
Me impresionó tanto la naturaleza sobresaliente de este
grupo que decidí encontrar una manera de enseñar no solo a
los primeros dos grupos de clientes, sino que a todos mis
seguidores y lectores en todo el mundo cómo ellos podrían
transformarse en el tercer tipo. Este libro junto con mi curso
de TTR (Terapia Transformacional Rápida) es mi intento de
hacer justo eso. Quiero que todos sepan que no solo es
posible superar sus problemas y complejos para vivir una
vida plena y feliz –es suya para que la tomen una vez que
puedan poner a su mente de su lado al dialogar
efectivamente con ella.

Cuando te gustas a ti mismo, tu vida


es extraordinaria
Como dije antes, hay muchas razones de por qué
personas de todos los ámbitos de la vida se sienten
desconectados y rechazados. En muchos casos estas
razones empiezan muy temprano en la vida, antes incluso de
que estemos conscientes de nuestra propia conciencia.
Quizás tu papá nunca estaba en la casa, y cuando sí estaba,
comentaba tu gordura. Quizás tu mamá solo podía estar
complacida si eras perfecto, y entonces nunca sentiste que
dabas la talla a pesar de tus esfuerzos más duros. O quizás
fuiste víctima de trauma o abuso antes de que supieras qué
significaban esas palabras. Todo eso representa rechazo en
diversos grados. A medida que envejecemos nos
preguntamos por qué tenemos los mismos obstinados
problemas como son el sabotaje en las relaciones,
adicciones, problemas de peso, falta de motivación o miedo
del compromiso, siguiéndonos por todos lados. En muchos
casos, estos problemas se vuelven una especie de auto odio,
una resignación al hecho de que nunca seremos quienes
queremos ser. Nuestra mente consciente solo asume que es
nuestra propia culpa: que somos flojos, no somos
suficientemente buenos, simplemente no podemos
cambiarlo, que esto es como la vida será siempre. Mientras
tanto, nuestra inalcanzable mente subconsciente,
frecuentemente, todavía está analizando las causas
profundas del rechazo y la desconexión, ignorante de lo que
está pasando en el nivel de la superficie.

Como terapeuta conozco a mucha gente que no se gusta


a sí misma, y como consecuencia, crean vidas que tampoco
les gustan. El tercer grupo de clientes son los que sí se
gustan a sí mismos. Eso no es porque sean perfectos, o
porque hayan tenido padres perfectos, o no hayan
experimentado adversidad; es porque ellos han aprendido
cómo dialogar con ellos mismos y a redirigir sus
inseguridades y miedos alrededor del rechazo y la
desconexión hacia una tremenda confianza en sí mismos.

Esto no es lo mismo que ego o narcisismo; es una


sensación de amor propio radical. Es una creencia declarada,
implantada e inquebrantable en la dignidad de uno mismo.
Con ella verdaderamente creo que puedes hacer cualquier
cosa. Sin ella, te mantendrás en el grupo uno o dos con tu
mente subconsciente saboteándote en cada paso del
camino, siempre sintiendo que no eres lo suficientemente
bueno sin importar cuáles sean tus logros o cuántas
personas te valoren.

Los capítulos de este libro están dedicados a enseñarte


cómo lograr esa creencia inquebrantable en ti mismo—el
acto radical de simplemente gustarte a ti mismo—para que
te unas al tercer grupo de clientes. Esto no es para que seas
superior o mejor que cualquier otra persona, sino más bien
para que tú también puedas ayudar a expandir este mensaje
de amor propio que puede cambiar el mundo. Es información
que creo que todo el mundo debería saber, pero no se
enseña en las escuelas porque muchos de los educadores
aún no la han aprendido ellos mismos. Me gusta pensar que
es mi propósito de vida difundir esta información a la mayor
cantidad de gente posible porque en mi práctica he visto
cómo este método genera cambios en la vida a través de los
correos electrónicos de mis lectores, en el escenario cuando
hablo en conferencias y en mi curso de entrenamiento.

Los capítulos te llevarán a través de varias técnicas las


cuales puedes aplicar a tu vida diaria, empezando ahora
mismo. No son raras o difíciles de implementar y no cuestan
dinero ni requieren un equipo especial. Todo lo que necesitas
es la voluntad para cambiar y hacer frente a los hábitos
mentales en que has estado atascado durante años.

El primer capítulo explorará cómo tu lenguaje y diálogo


externo afecta lo que tu mente cree que quiere que hagas,
mientras el segundo capítulo explorará la visualización y
cómo las imágenes afectan nuestras creencias. El capítulo
Tres aclarará cómo alterar para siempre tus sentimientos
hacia las cosas que no te gustan, como son las fobias, hacer
dieta o el trabajo duro. Los capítulos desde el cuarto al sexto
compartirán algunos de los simples, pero efectivos hábitos
que casi todas las personas exitosas que he tratado a lo
largo de los años practican en sus vidas diarias. El capítulo
Siete se referirá a cómo puedes aplicar algunos de esos
hábitos a un desafío que mucha gente enfrenta: la baja de
peso. El capítulo Ocho revelará el mantra que creo que
puede sanar a la gente, mientras el capítulo Nueve explorará
cómo operar en un mundo que no siempre será amable
contigo. El capítulo Diez tratará con las relaciones
románticas en tu vida, y el capítulo final te enseñará cómo
poner todas estas lecciones juntas para crear una vida
maravillosa.
Como puedes ver ninguna de estas técnicas se trata de
evitar la adversidad o de hacer tu vida sin conflictos.
Ninguna de ellas es una solución rápida basada en ideas
falsas o de la Nueva Era. Más bien, todas ellas son acerca de
equipar tu cerebro para lidiar con lo que la vida te da en una
forma que es autodirigida, llena de gratitud y no a la orden
de los peores hábitos de tu mente. Es importante aceptar
que muy frecuentemente no podemos cambiar los eventos
externos que nos rodean, solo podemos cambiar cómo
respondemos a ellos. Sin embargo, afortunadamente,
cambiar cómo te sientes en el interior cambiará cómo te
sientes acerca de los eventos externos más de lo que
podrías imaginar.

No puedo decirte la vida de cuántas personas he visto


cambiar al adoptar estas técnicas. Para el mundo externo
ellos quizás bajaron mucho de peso, empezaron un negocio
increíblemente exitoso, finalmente encontraron una relación
amorosa, y se reconciliaron con sus padres. Pero en todos
esos casos, lo que realmente ocurrió es que ellos cambiaron
la forma como se relacionan con ellos mismos. Su mundo
interior se ha vuelto mucho más amoroso y, a la vez, su
mundo exterior ha cambiado para mejor. Estoy aquí para
enseñarte métodos fáciles, pero efectivos que te llevarán a
esta vida de “Yo soy suficiente”. No es magia, pero tendrá un
efecto mágico en tu vida.

Hay una metáfora que me gusta usar cuando se trata de


entrenar tu mente para que trabaje para ti y no en tu contra.
Quiero que pienses en tu mente subconsciente como si fuera
un caballo salvaje. Está corriendo a través de los campos, sin
control, dejando que su poder y fuerza dominen cualquier
impedimento o barrera. Mientras tanto, tu mente consciente
es el entrenador del caballo. Es posible entrenar a un caballo
salvaje como este para que sea obediente y dócil, pero
necesitarías a un entrenador de caballos extremadamente
experimentado para lograr esto con éxito; un aficionado
simplemente no podría. Lo mismo va para tu mente. La
mayoría de la gente va a través de sus vidas como un
entrenador de caballos aficionado con un semental negro
salvaje en sus manos. Para aquellas personas, el caballo
salvaje —su mente subconsciente— los controla, no al revés.
Ellos se preguntan por qué, una y otra vez, luchan contra los
mismos complejos y malos hábitos. La razón es simplemente
que tú no puedes controlar a tu mente a menos que sepas
exactamente qué hacer con ella. Con este libro quiero
enseñarte a hacer exactamente eso, y a la vez permitirte
tener todo, mantener todo y también disfrutarlo y
compartirlo.

Una nota sobre cómo usar este libro


Este libro contiene mucho de lo que yo he aprendido en
mis treinta años como terapeuta, autora y oradora,
trabajando con miles de clientes y llegando a muchos más
lectores, seguidores y audiencias en todo el mundo.
Trabajando y escuchando comentarios de todas estas
personas individuales a lo largo de los años, he aprendido
que mientras diferentes cosas funcionan para diferentes
personas, un único y simple mantra como “Yo soy suficiente”
puede ser el ingrediente que cambia la vida para alterar su
diálogo interno para siempre. Para otros, el establecer un
nuevo hábito sobre cómo se enfrentan a realizar tareas que
odian hacer puede hacer la diferencia entre encontrar un
gran éxito para su negocio o no.

Es por eso por lo que la mejor manera de usar este libro


es la manera que se sienta correcta para ti. Si algunos
capítulos te hablan más que otros, entonces te animo a que
leas y releas esos capítulos hasta que hayas inculcado
completamente sus enseñanzas en tu mente subconsciente.

Ocasionalmente, durante todo el libro, me referiré a unas


grabaciones de audio de hipnosis que puedes usar para
ayudarte a reforzar y fortalecer las enseñanzas en estas
páginas. Las puedes encontrar aquí:
www.iamenough.com/resources .

Audio 1 – El Vórtice de Sanación


Este audio está diseñado para ayudarte a equilibrar tu
cuerpo y para superar temas emocionales e incluso físicos al
iniciar una poderosa respuesta sanadora. Por supuesto,
todas las sanaciones son autosanaciones y al escuchar este
audio repetidamente podrás implementar una poderosa
sanación dentro tuyo.

Audio 2 – Yo Soy Suficiente


Este audio es para inculcar y codificar en ti el
conocimiento inquebrantable de que eres suficiente.
Mientras más lo escuches más se volverá una parte de quien
eres, así que disfruta escuchándolo frecuentemente.

Recomiendo que escuches cada uno de estos audios por


21 días seguidos para codificar y programar el poderoso
mensaje que contiene. Después de 21 días continúa
escuchándolos por lo menos una vez al mes o tan
frecuentemente como desees para mantener este mensaje
presente en tu mente.
Si nunca has sido hipnotizado antes, no te preocupes.
Las instrucciones son bastante simples y escuchar estas
palabras por lo menos por un periodo de tres semanas
creará la oportunidad para que mis mensajes permanezcan
en tu mente. Nótese bien que la hipnosis es perfectamente
segura y natural y no puede sucederte nada malo mientras
estás en ese estado, ni se te puede obligar a hacer nada en
contra de tu voluntad y tampoco puedes quedarte atrapado
en la hipnosis.

Si estás preocupado de que te puedas quedar dormido


durante la sesión de hipnosis, o si sientes que te pondrá
somnoliento, no te estreses por eso. La hipnosis y el dormir
son, de hecho, muy similares, ya que en ambos estados tu
mente subconsciente está trabajando más que tu mente
consciente. Todo lo que tienes que hacer al inicio de una
sesión de hipnosis es asegurarte que estás cómodo, en un
lugar tranquilo, con el teléfono desconectado o con el móvil
apagado. Para comenzar, simplemente cierra tus párpados,
pero trata de que tus ojos miren hacia arriba como si miraras
tus cejas. Notarás que tus párpados comienzan a pestañear
con rapidez, que es exactamente lo que quieres. Toma
algunas respiraciones profundas y simplemente relájate con
la grabación y sigue lo que se te pide que hagas en ella.

No te preocupes si sientes que no lo estás haciendo


“correctamente”. No hay una forma incorrecta de hacerlo.
Solo recuerda que mi hipnosis no te enviará a dormir—te
despertará. Solo relájate y encontrarás que te sientes más
cómodo a medida que avanzas.

CAPÍTULO 1
Tu Viaje Diario No Es Un Infierno
El mayor descubrimiento de mi generación es que los
seres humanos pueden cambiar sus vidas alterando sus
actitudes mentales
William James, Psicólogo americano

Cuando me estaba entrenando para ser terapeuta, me


sentí desafiada cuando mi profesor me dijo “la mente es
realmente complicada y muy compleja. Toma toda una vida
entenderla y dominarla”. Inmediatamente pensé, “bueno,
entonces ¿cómo va a funcionar eso? Nadie tiene toda una
vida para dominar su mente”. Además, ¿cuál es el punto de
tener 80 años antes de poder dominar tu mente? Eso no
ayuda. ¿Y sabes qué? En realidad, tampoco es cierto.

La verdad es que la mente humana tiene un trabajo


simple: mantenerte vivo mientras sea posible. Para hacer
eso, nuestra mente es experta en ayudarnos a evitar y huir
del peligro o de lo que nos causa dolor.

Cuando vivíamos en tribus entre los arbustos, este


trabajo era bastante difícil. Teníamos que huir de los
depredadores, encontrar agua y comida y protegernos de los
elementos constantemente. Estábamos bajo amenaza física
mucho más frecuentemente que lo que estamos hoy y
estábamos diseñados para responder a esos factores
estresantes. Nuestros cuerpos desarrollaron respuestas de
“pelea o huida” que nos avisaban cómo responder en
tiempos de estrés, lo cual, usualmente, significaba grandes
animales, disputas con otras tribus o desastres naturales.

El mundo físico ha cambiado mucho desde entonces.


Diariamente, la mayoría de la gente en el mundo moderno
no tiene una amenaza directa a su bienestar físico. Sin
embargo, aquí hay una falla fundamental de diseño: nuestro
cerebro no ha cambiado mucho para reflejar nuestra nueva
realidad más segura y domesticada. Todavía estamos
preparados con respuestas de pelea o huida frente al estrés
o la adversidad que la vida nos da. La diferencia ahora es
que los factores estresantes y los obstáculos son menos
primitivos y más mentales. Sin embargo, cuando venimos al
planeta, nuestra mente todavía cree en su único y singular
trabajo: mantenernos vivos. Y ¿cómo hace eso? Escuchando
las instrucciones que le damos sobre lo que nos causa dolor.

Esta es la razón de que cuando estamos en el tráfico de


la mañana, yendo atrasados al trabajo y cuando
derramamos el café sobre nuestra camisa blanca decimos
“Este trayecto me está matando. Este tráfico es una
pesadilla. Mi jefe me está estresando. Esta presión me está
matando”, nuestro cerebro realmente nos cree. Y ¿cómo
responde nuestro cuerpo a estas instrucciones? Bien, le han
dicho que estamos bajo amenaza— ¡algo te está matando!
¡Tu cerebro te quiere mantener vivo! Entonces tu ritmo
cardiaco se acelera, tus niveles de cortisol aumentan, tu
cuerpo se llena de hormonas, te sientes enojado y arremetes
contra tu hijo que está sentado en el asiento trasero y le
envías un mensaje de texto irrespetuoso a un colega. Le
decimos a nuestro cerebro que está estresado y que
estamos bajo una amenaza directa, y he aquí, nos cree. Hora
tras hora, día tras día, nuestro cerebro usa el lenguaje que
nos escucha usando para informarle cómo se debería sentir.

Esta es la primera lección importante que quiero que


aprendas: Tu mente hace lo que cree que tú quieres que
haga y lo que verdaderamente cree que es para tu mayor
beneficio .

En el momento en que estás sentado en el tráfico y te


permites sentir mucho estrés, tu cuerpo está
desesperadamente tratando de sacarte de esa situación
porque le estás dando todos los indicadores de que estar
sentado en el auto te está causando un gran dolor. Le estás
dando instrucciones a tu mente, a través de tus palabras,
que están gatillando una respuesta física de pelea o huida.
Pero, la verdad es que estar atrasado para llegar al trabajo
con una camisa blanca manchada en realidad no te causa
ningún dolor. Quizás incomodidad o molestia, pero no el tipo
de estrés que uno siente cuando su casa se está incendiando
o cuando uno está siendo perseguido por un jabalí salvaje.
Sin embargo, a tu mente no le importa. Tú expresaste
verbalmente que estás bajo amenaza y sintiendo dolor, y
entonces tu cerebro te da todos los síntomas y respuestas
que te ayuden a escapar de eso. ¿El resultado? Terminas
estresado y sintiéndote miserable.

Como todas mis enseñanzas, esta verdad está basada en


la ciencia. La prueba muscular es una técnica que viene del
campo de la kinesiología aplicada. En un sentido, la prueba
muscular es como preguntarle a tu mente subconsciente una
pregunta con palabras y obtener una respuesta física de tu
cuerpo. La prueba muscular demuestra que nuestros
cuerpos responden a las palabras en una forma de la que no
siempre estamos conscientes o en control de ella, similar a
lo que ocurre cuando estamos sentados en el tráfico y
verbalmente lo llamamos “el infierno en la tierra”.

Ejercicio

Haz esto ahora: Pruébate a ti mismo con una frase que


es falsa (necesitarás de alguien que te asista). Pon tu brazo
horizontalmente en frente de tu pecho, mantenlo bien
derecho y empuña tu mano. Haz que un amigo empuje tu
brazo hacia abajo. Tu trabajo es resistir esta presión,
mantener tu brazo lo más fuerte que puedas y no permitir
que te lo bajen. Una vez que hayas establecido tu fuerza
ahora repite en voz alta frases que son verdad como son:

“Soy una mujer” o “Mi nombre es Amanda”, y repite el


ejercicio del empuje.
Notarás que tu brazo se mantiene muy fuerte y derecho
cuando dices algo que es positivo o verdadero.

Ahora repite el ejercicio diciendo algo que es


obviamente falso, como: “Yo soy un hombre” o “Mi nombre
es Voltarol”

Cuando dices algo negativo e incorrecto, tu cuerpo


tendrá una respuesta débil—tu brazo no será capaz de
resistir la presión de la persona que te está empujando.

No obstante, si dices algo verdadero tu cuerpo tendrá


una respuesta fuerte y será capaz de resistir.

Recuerda que las palabras son poderosas y que tu mente


siempre está escuchando. Cada palabra que dices se
transforma en una representación en el que tu mente y
cuerpo trabajan para encontrarlo y transformarlo en tu
realidad. La fuerza más poderosa en ti es que debes actuar
de una forma que consistentemente iguale tu pensamiento.
Una vez que tienes prueba de esto se hace fácil poner más
atención a tus palabras y hacer tus palabras más positivas,
para que estés influenciando positivamente la
representación en la que estás constantemente trabajando.
Esto es algo maravilloso de hacer con los niños porque les
enseña realmente el poder de sus propias palabras y
pensamientos.

La prueba muscular funciona con cualquiera. Si quieres


poner a prueba la verdad de que tu mente responde a las
palabras que le dices, prueba el próximo ejercicio:

Ejercicio
Usando tus propios dedos crea un círculo uniendo tu
pulgar con tu índice en una mano.

Quiero que comiences a tirar opuestamente del círculo


con tu pulgar e índice de la otra mano, solo para que veas
que eres muy fuerte. Continúa tirando y resistiendo en
contra del círculo que hiciste y al mismo tiempo di en voz
alta:

“Soy súper exitoso y extraordinario. Soy súper exitoso y


extraordinario”

Nota como el círculo permanece intacto porque tu


resistencia es fuerte.

Ahora quiero que digas:

“Soy un perdedor y lo arruino todo. Soy un perdedor y lo


arruino todo”

Lo que ocurre cuando dices “Soy un perdedor. Soy un


perdedor. Lo arruino todo” es que estás perdiendo tu fuerza,
tu agarre. Entonces vuelve a decir “Soy extraordinario. Soy
exitoso. Soy maravilloso”. Cada músculo en tu cuerpo está
respondiendo a las palabras que dices y a los pensamientos
que piensas.

La lección, por supuesto, es tener mucho más cuidado


con lo que piensas y las palabras que usas.

Este ejercicio es incluso mejor si tienes a otra persona


tirando en contra de tus dedos cerrados mientras tú dices
ambas frases, positivas y negativas.
Tira el viejo manual de instrucciones
de tu mente
Ya que ahora sabemos que nuestra mente está
escuchando muy de cerca nuestras palabras para informarle
nuestras acciones físicas y cómo nos sentimos, ¿qué
podemos hacer con esta información? La respuesta es
profunda.

Piensa sobre alguna cosa en tu vida que siempre te ha


causado conflicto, dolor o estrés. Quizás sea bajar de peso—
algo que discutiremos a lo largo del Capítulo 7—lo cual
parece que saboteas sin importar cuán duro lo intentes. O
quizás te pones extremadamente nervioso ante la idea de
hablar en público, aunque tu imposibilidad de hacerlo te esté
impidiendo lograr un ascenso. Quizás no puedes mantener
un nuevo hábito como escribir todos los días o hacer
ejercicio, a pesar de que a tu mente consciente adora la idea
de establecer este hábito.

La razón para estos obstáculos que todos tenemos de


adultos es más probable que se deba a viejas instrucciones
que tu mente alguna vez recibió. Usemos el ejemplo de
hablar en público.

Una de las cosas que he aprendido durante mis décadas


de práctica privada es que el miedo a hablar frente a un
público—ya sean 20 personas o 2000—es el miedo más
común que tienen los seres humanos. Esto es porque el
hablar en público lleva consigo una vulnerabilidad inherente:
el riesgo de ser rechazado y el ostracismo de la multitud. ¿Y
recuerdas lo que todos nosotros en el planeta estamos
tratando de evitar? El rechazo.

Para la gente que haría cualquier cosa por evitar pararse


en frente de una multitud haciéndose vulnerables, hay
frecuentemente un incidente o una serie de ellos en su
pasado donde les hicieron burla, o los molestaron o se
sintieron rechazados. Quizás se olvidaron de las líneas de la
obra en el concurso de talentos de la escuela y sus
compañeros los molestaron. Quizás tenían algún
impedimento en el habla cuando eran niños y fueron
llamados a hablar adelante injustamente por un profesor que
esperaba curar este impedimento. O quizás ellos nunca se
sintieron aceptados por sus amigos y compañeros desde que
eran niños, y como adultos desesperadamente quieren
minimizar cualquier oportunidad en que podrían ser
rechazados de nuevo. Ahora, 30 años después, no hay
compañeros de escuela que se burlen y su inhabilidad de
poder dar una presentación sin estar nerviosos, transpirando
y tartamudeando, es lo que actualmente les causa dolor y
les impide conseguir un aumento de sueldo. Sin embargo,
una vez más, el cerebro está haciendo lo que cree que tú
quieres que haga: evitando el dolor del rechazo al evitar
hablar en público a cualquier costo.

¿Quieres otra prueba de que tu mente escucha tus


palabras como instrucciones? Solo mira este
comportamiento desde una perspectiva positiva. Piensa en
la forma como los Infantes de Marina americanos pueden
correr milla tras milla usando unas pesadas botas y
acarreando equipo pesado, con una sensación de
tranquilidad e incluso de disfrute. Ellos pueden hacer esto
porque la camaradería y positividad que crean al cantar
lemas y canciones motivadoras mientras caminan con
dificultad por el lodo hacen que sus cerebros crean que ellos
quieren estar ahí . De repente, correr diez millas en
condiciones severas no les causa dolor, sino que en cambio,
valor y honor. Similarmente, observa cómo alguien puede
sentarse felizmente para tatuarse todo el cuerpo. Ellos
ignoran el dolor porque le han dicho a su mente que quieren
el producto final. Su mente no ve este dolor como una
amenaza a su supervivencia o seguridad, así que juega
alegremente y les permite ser pinchados por agujas sin huir.

Una vez que te des cuenta de que tu mente responde a


las detalladas instrucciones que le das a través de tu propio
diálogo interno y externo, puedes usar esta información para
tu beneficio. Sin embargo, quiero ser clara: esto no se trata
del “poder del pensamiento positivo”, donde se instruye a la
gente a simplemente pretender que todo es color de rosa y
perfecto ante los miedos, las fobias y la adversidad. Más
bien, se trata de darle a tu mente una comunicación más
específica, directa y actualizada acerca de esos miedos,
fobias y desafíos.

Cuando esta lógica es aplicada, tu viaje diario “tortuoso


y lleno de pesadillas” se transforma en un “desafío
inconveniente, pero superable”. La tarde del domingo que te
pierdes una fiesta por estar en tu casa trabajando en tus
cuentas o escribiendo una propuesta no tiene que ser “la
última cosa que tienes ganas de hacer”, sino que puede ser
“una oportunidad de adelantarte y sentirte preparado para la
semana que viene”. El nuevo diálogo que le das a tu mente
no tiene que ser irrealista o una fantasía—después de todo, a
nadie le gusta estar en el tráfico o perderse un fin de
semana de diversión—pero, sí tiene que ser un replanteo de
tu realidad actual. A menos que tu vida esté realmente bajo
amenaza, no le des a tu mente las señales de que necesita
sumergirse en un modo de pelea o huida cada vez que algo
no sale como fue planeado.

Frecuentemente puede parecer absolutamente


desalentador el cambiar los hábitos y patrones de
pensamiento que hemos tenido todas nuestras vidas. Me
gusta pensar en eso como “actualizar nuestro software”. Así
como nuestros nuestras computadoras portátiles y teléfonos
celulares tienen errores y vulnerabilidades que los
programadores solucionan con cada nueva actualización de
software, así también lo hace nuestra mente. Si no actualizas
tu computadora, se hace vulnerable a virus y comienza a
funcionar lenta e ineficientemente. Lo mismo se puede decir
de tu mente. Cuando sientes que hay un punto conflictivo en
tu vida—y no importa lo que sea— es útil encontrar la causa
principal o la información que está desactualizada. Averiguar
eso te permite actualizar las instrucciones que le das a tu
mente, del mismo modo que actualizas tu software.

En este sentido, la hipnosis puede ser inmensamente útil


ya que puede llevarte rápida y efectivamente al momento
donde le diste a tu mente estas creencias inútiles y
anticuadas, y así poder revertirlas. Una medida útil cuando
se trata de actualizar nuestras creencias es que toma entre
diez y veintiún días el dejar ir una creencia antigua y
reemplazarla por una nueva y mejor. En el gran esquema de
las cosas, eso no es mucho tiempo para una creencia a la
que te has aferrado por treinta años. Así que, date un tiempo
para inculcar las nuevas instrucciones que tienes para tu
mente.

Para todos aquellos que han luchado para superar


sistemas de creencias negativos e inútiles que te pueden
dejar sintiéndote deprimido, ansioso, triste, aislado, así como
también tener un impacto físico en tu cuerpo, el
conocimiento de que tu propia mente es capaz de cambiar
estas creencias muy rápidamente una vez que sabes cómo
(y este libro te muestra cómo) es una muy buena noticia. Tu
vida nunca será perfecta—ninguna lo es—pero, la forma
como respondes a la imperfección y la adversidad que
aparece en tu camino puede ser más sofisticada que la de
un cavernícola que está siendo perseguido por un tigre
dientes de sable. Dale a tu mente la información legible,
razonable, actualizada y sin drama que necesita para
mantener tus problemas y desafíos en perspectiva, y
encontrarás que tu vida se hace mucho más fácil y más
agradable. Nunca olvides, tú creas tus creencias y hábitos—y
luego ellos te crean a ti. Así que, elige sabiamente y dale a
tu mente mejores instrucciones para que sepa mejor cómo
responder.

CAPÍTULO 2
Por Qué Los Bebés No Temen Volar

El sentimiento que no puede encontrar su expresión en


lágrimas puede hacer llorar a otros órganos .
Henry Maudsley, Psiquiatra

Cuando estoy a punto a abordar un avión, siempre miro


a mi alrededor si hay algunos bebés en la sala de espera. Si
hay, me encanta observar la manera como son llevados al
avión con poco o nada de conocimiento e inconscientes del
hecho de que van a ser lanzados miles de pies en el aire en
un tubo de aluminio. Como casi todos los niños, ellos son esa
hermosa mezcla entre indefensos y despreocupados. Tienen
una confianza ciega en sus padres o sus cuidadores y, así, no
tienen ninguna razón para pensar que están siendo llevados
a algo que debieran temer.

Cuando tengo clientes que sienten miedo de volar, como


es frecuente, yo los animo a que también hagan este
ejercicio de observación. Examinar cómo los bebés se
comportan en algunas circunstancias donde los adultos
tienen problemas es instructivo de muchas maneras. La
razón para esto es que los bebés todavía tienen algo con lo
que todos nacimos, pero que frecuentemente perdemos: el
derecho de nacimiento de la confianza. A menos que estén
con dolor o malestar, los bebés no lloran. Ellos no crean
realidades falsas, no proyectan lo que el futuro traerá, no
sienten miedo de cosas que aún no han ocurrido, ya sea un
accidente de avión, un examen o una presentación en el
trabajo. Ellos simplemente juzgan sus sentimientos por lo
que les está pasando exactamente en el momento presente.

He aquí un secreto para ti, uno que podría cambiar tu


vida: tú también puedes ser de esa manera.

Es tan simple, pero cierto. Todo lo que sientes es el


resultado de solo dos cosas:

1. Las imágenes que creas en tu cabeza.


2. Las palabras que te dices a ti mismo.

Lo que la mayoría de la gente no comprende es que


tienes el poder y el control total de elegir palabras e
imágenes mejores—no solo algunas veces, sino que todo el
tiempo. Esto es lo que la gente muy exitosa hace
naturalmente porque ellos ya entienden que tenemos el
poder de crear estas palabras e imágenes—tú lo estás
haciendo constantemente sin siquiera darte cuenta. Después
de todo, todos nosotros nos hablamos a nosotros mismos
continuamente y llenamos nuestra mente con imágenes. En
lo que te estoy ayudando es a llenar tu mente con mejores
palabras e imágenes y a notar consecuentemente la mejor
respuesta que obtienes.

Frecuentemente, cuando una persona tiene miedo a


volar es porque tiene miedo a perder el control. El hecho de
que ellos diariamente se involucren en otras actividades que
implican un riesgo (como manejar un auto o cruzar la calle)
no les importa. El miedo no sigue un proceso de
pensamiento lógico para la mayoría de la gente, así que,
incluso las estadísticas más convincentes, no aplican aquí.
La falta de control gatilla una serie de imágenes mentales
negativas en el cerebro. He escuchado clientes, que son
pasajeros temerosos, referirse a un avión como “un ataúd
volador” y una “trampa de muerte”. ¡Con palabras e
imágenes mentales tan fuertes y específicas como esas no
es de extrañar que tengan miedo de abordar el avión!

Aquí hay otro secreto: la experiencia física de ansiedad y


estrés–ritmo cardíaco acelerado, sensación de mariposas,
inhabilidad de enfocarse—es casi idéntica a la experiencia
de estar entusiasmado. Cuando te sientes nervioso, puedes
escoger la emoción e instruir a tu mente acerca de los
sentimientos que estás experimentando. Para una mujer
temerosa de viajar, ella puede fácilmente convencer a su
mente que está en una montaña rusa en un parque de
diversiones, y de repente, la perspectiva de volar va de estar
asociada con la muerte a estar asociada con los días de
infancia en Disneylandia. Ella todavía no tiene control sobre
lo que ocurre, pero las imágenes terroríficas sobre perder el
control se han ido. Esta es la razón de por qué
frecuentemente digo que evitar fuertes fobias como esta es
tan simple como lo que llamo el método de “mentir, hacer
trampa y robar”:

Miéntele a tu mente, hazle trampa al miedo y roba de


vuelta la confianza fenomenal con la que naciste.

Ahora, sé lo que estás pensando: esto es demasiado


bueno para ser verdad. Cómo puede alguien que está
aterrorizado de volar simplemente dar vuelta al libreto —“no
estoy en un ataúd volador, ¡estoy en un paseo en una
montaña rusa! —y revertir años de miedo a volar. Puede
sonar inverosímil, hasta que consideres que este tipo de
trucos mentales nos rodean todos los días. Los estás
haciendo sin siquiera darte cuenta.

Toma, por ejemplo, una hamburguesa con queso. Cuatro


personas pueden tener sentimientos extraordinariamente
diferentes hacia esta hamburguesa con queso, a pesar del
hecho que sus cuerpos podrían tener más o menos la misma
reacción a ella: digerirla. Alguien con un desorden
alimenticio podría sentir mucho miedo ante la idea de comer
una hamburguesa con queso llena de calorías, mientras
alguien que es vegetariano podría sentirlo como un atropello
indignante ante la ética de comer un animal. Similarmente,
un hindú podría sentir una inmensa tristeza de que un ser
sagrado se ha matado para transformarse en comida, y un
carnívoro hambriento que no haya comido en todo el día
podría sentir entusiasmo y alegría. Todas estas personas
tienen biológicamente la misma relación con la
hamburguesa con queso: sus cuerpos piden la grasa y la
comida densa calóricamente que estamos condicionados a
disfrutar porque, como discutiremos en más detalle en el
Capítulo 6, estas comidas fueron escasas alguna vez cuando
éramos cazadores recolectores. Sin embargo, la imagen que
cada una de estas personas han construido es drásticamente
diferente y esa imagen directamente informa cómo se
sienten acerca de la hamburguesa.

Otro ejemplo es el bien documentado efecto placebo. Si


alguien piensa que su cuerpo está recibiendo medicina
sanadora o curativa, su cuerpo hará parte del trabajo de
hacer sentir mejor al paciente, incluso si todo lo que están
recibiendo son pastillas de azúcar. Esto no es una fantasía,
sino un efecto bien documentado que prueba que tu cerebro
tiene un tremendo poder que es dependiente de lo que cree.
¿Necesitas otro ejemplo? Qué tal una aguja: un adicto a la
heroína no tiene ningún problema que le inyecten una aguja
en su brazo porque lo ha asociado con algo que
desesperadamente quiere y necesita. Mientras tanto,
muchas otras personas difícilmente pueden ser vacunados
por una enfermera y mucho menos hacerlo ellos mismos. La
aguja misma es escéptica a nuestros sentimientos y tiene el
mismo efecto físico en todos nosotros. Su poder sobre
nosotros radica en cómo pensamos acerca de ella.
Uno de mis ejemplos científicos favoritos que documenta
la idea de que las palabras y las imágenes que nos decimos
a nosotros mismos nos comunican nuestra realidad, proviene
del sector de la educación. Numerosos estudios han
mostrado que, si a los profesores se les dice que sus
alumnos son “dotados”, la forma en la cual ellos le enseñan
a esos niños cambia y así los resultados generales de la
clase mejoran. Por supuesto, los estudiantes no tienen que
ser dotados, ellos pueden ser una mezcla de alumnos
promedio, bajo el promedio y dotados. Sin embargo, si los
profesores creen que los niños son dotados, los resultados
generales para todos los estudiantes mejorarán.

Un prestigioso estudio fue conducido por el psicólogo


Robert Rosenthal en la década de los 60s. La Radio Pública
Nacional de América escribió sobre sus innovadoras
conclusiones: “A medida que Rosenthal hizo más
investigación, encontró que las expectativas de los
profesores afectan las interacciones momento a momento
con los estudiantes que ellos enseñan de mil maneras casi
invisibles. Los profesores les dan a los estudiantes que ellos
esperan que tengan éxito más tiempo para responder
preguntas, una retroalimentación más específica, y más
aprobación: ellos consistentemente tocan, asienten y sonríen
más a estos niños”.

Miente, haz trampa y roba


Si puedes mentirle a tu cerebro sobre una hamburguesa
de queso, o una aguja, o una pastilla de azúcar, también
puedes hacerlo con las cosas más importantes en tu vida.

La primera cosa que realmente necesitas entender para


mentir, hacer trampa y robar tu camino a una mente feliz y a
un tú feliz es esto:
Si usas las palabras equivocadas, creas la realidad
equivocada.

La mayoría de las personas no se dan cuenta de que


tienen una elección respecto a esto porque como humanos,
desafortunadamente, estamos programados para estar en
sintonía con lo que podría salir mal. La razón es porque era
evolutivamente beneficioso para nosotros hacer eso. Como
Oliver Burkeman escribió una vez en The Guardian : “Esto es
lo que hace a las malas noticias especialmente irresistibles:
en nuestro pasado evolutivo, era muy bueno que tu atención
pudiera ser fácilmente atrapada por información negativa,
ya que bien podría indicar un riesgo inminente a tu propia
supervivencia. (El habitante de la cueva que siempre asumía
que había un león detrás de la siguiente roca usualmente
estaba equivocado, pero era mucho más probable que
sobreviviera y se reprodujera que el que siempre asumía lo
opuesto)”. Esa es la razón exacta de por qué es más fácil ser
negativo que positivo; había una vez en la que teníamos más
probabilidades de sobrevivir si éramos negativos. Incluso hoy
podríamos decir que ponernos el cinturón de seguridad es
negativo porque significa que estamos esperando a chocar,
pero el cinturón nos está haciendo más susceptibles de
sobrevivir. Las muy buenas noticias son que ya no
necesitamos ser negativos para sobrevivir. Podemos elegir
ser positivos y escoger tener una vida más feliz y productiva.

Ya no hay un riesgo inminente a nuestra sobrevivencia a


la vuelta de cada esquina—volar, por ejemplo, es
estadísticamente más seguro que cruzar una calle en la
ciudad—pero, nuestros cerebros todavía creen que es
verdad. Sin embargo, aquí está la cosa que toda la gente
exitosa ha descubierto: podemos elegir activamente
contrarrestar nuestra inclinación a esperar lo peor y en vez,
esperar lo mejor (o por lo menos una versión más manejable
de lo que estamos pasando realmente). Ya sea un despido
del trabajo, un viaje en avión, o una enfermedad inesperada,
en gran parte no puedes controlar las fuerzas externas que
influencian tu vida, pero sí puedes elegir las creencias,
palabras y la mentalidad con la que respondes a estos
factores. Esto no es una fantasía o pensamiento positivo sin
significado. La razón de que esto parezca “tan bueno para
ser verdad” es que la gran mayoría de las personas va a
través de su vida sin saber esto.

Frecuentemente tengo clientes y lectores que me dicen:


“seguro Marisa, cambiar las creencias a través de visualizar
imágenes diferentes puede funcionar para otra gente, pero
no funciona para mí. Lo he intentado”. A esa gente a veces
le digo: “bien, ¡qué suerte tienes! Eso significa que siempre
estás libre de miedo, ansiedad y vergüenza. Dado que todas
esas emociones vienen de visualizaciones negativas”. Por
supuesto, pronto se dan cuenta de que están todo el día
visualizando realidades en sus vidas—“voy a arruinar eso,
este trabajo es tan estresante, mis hijos me están volviendo
loco, este avión va a chocar”—ellos no se dan cuenta de que
estas visualizaciones los están afectando negativamente.

Así como aprendimos del despreocupado bebé en la sala


de espera: no te puedes preocupar si no visualizas imágenes
negativas en tu cabeza. Algunas personas creen que no
pueden visualizar nada, pero nunca encontrarías tu auto en
un estacionamiento, ni siquiera tu camino de vuelta a casa si
tú no pudieras visualizar. Todos nosotros visualizamos
continuamente—todo lo que tienes que hacer es visualizar
mejor visualizando resultados positivos. Solo eso puede
mejorar dramáticamente tu nivel de felicidad.

Lo más probable es que ya estés mintiéndole a tu mente


de una forma negativa, así que miremos un ejemplo de cómo
puedes usar esta técnica para influenciar tu vida
positivamente . Solía tener una clienta que estaba, muy
simplemente, completamente abrumada con su vida. Sus
hijos eran dominantes, su marido un inútil, y su trabajo la
dejaba sintiéndose sobre exigida y subvalorada cada día.
Mientras transcurría la sesión, puse mucha atención al
lenguaje que ella estaba usando. Ella dijo repetidamente:
“No puedo enfrentar esto. No puedo lidiar con mis hijos
malcriados, no puedo enfrentarme con lo imposible que es
mi trabajo, no puedo lidiar con el caos constante que hay en
mi casa”.

Después de que ella terminó de hablar le hice notar que


frecuentemente usaba la frase: “no puedo lidiar”.
Inmediatamente ella se quebró: “Dios mío, mi madre solía
decir eso constantemente”. Esta clienta había heredado esa
frase y por extensión, esa creencia, de su madre, y no
estaba tomando responsabilidad por las palabras y las
imágenes que ella estaba escogiendo. Como resultado, ella
se había convencido a sí misma de que ella no podría lidiar
con su vida.

Así que, reemplazamos esa frase: “No puedo lidiar” con


algo más neutral: “Tengo una habilidad fenomenal para
enfrentar cualquier cosa”. Cada vez que ella se empezaba a
sentir sobrepasada en su vida, le enseñé a decirse a sí
misma en voz alta: “Tengo una habilidad fenomenal para
enfrentar cualquier cosa”. Este sutil cambio lentamente la
hizo creer que esta frase era verdad. Al usar palabras
diferentes, ella creó una imagen diferente. En algunas
semanas ella volvió sintiéndose mucho menos sobrepasada
por su vida, teniendo éxito en su trabajo, y llevándose mejor
con sus hijos y marido, quienes notaron un cambio en ella.
Pero su vida no había cambiado del todo—sus creencias
sobre su vida sí habían cambiado, lo cual la hizo más
soportable. Ella fue un ejemplo perfecto del hecho de que
para tener un bajo rendimiento tienes que llenar tu mente
con pensamientos e imágenes negativas, y para sobresalir
simplemente tienes que hacer lo opuesto.

Date cuenta de que yo no le enseñé a mi clienta a decir


algo que no era verdad. Su trabajo era difícil, y sus hijos eran
un desafío. Pero al cambiar lo abiertamente negativo: “mi
trabajo es un infierno, mis hijos son irrespetuosos y se portan
mal” a una versión más neutral y realista de los hechos: “mi
trabajo es demandante a veces y mis hijos pueden ser un
desafío, pero tengo una habilidad fenomenal para
enfrentarlos”, tú creas sentimientos menos cargados de
emoción hacia estas situaciones. Esto no se trata del poder
del pensamiento positivo y sobre pretender que todo es color
de rosa. Esto se trata de replantear activamente los eventos
de tu vida para reflejar una imagen diferente y más realista.

Así que, “estoy atrasada de nuevo, realmente lo arruiné,


todo va a ir mal hoy día”, se transforma en: “prefiero estar a
la hora, pero todavía puedo hacer esto. Puedo avanzar en mi
día de una forma manejable”. Con la última frase no estás
pretendiendo que eres Superman o Superwoman , sino que
te estás alentando a ti mismo a no esperar lo peor.

Uno de mis clientes tenía una fobia que era tan extrema
que estuvo hospitalizada. Cuando le dieron el alta, como
parte de su tratamiento ambulatorio, ella asistió a terapia de
grupo y se sentaba en un círculo con otros pacientes y cada
uno de ellos tenía que decir algo positivo. Después me
contaba que todos ellos decían algo en la línea de: “hoy día
vi algunos narcisos y me sentí mejor”. Cuando le tocó su
turno ella siguió el ejemplo y dijo: “las mariposas me hacen
sentir calmada”, o algo similar. Le dije que no le estaba
dando a su mente una dirección clara para reducir su
ansiedad y en la próxima sesión de terapia, cuando le tocara
hablar, le pedí que dijera “tengo una gran habilidad para
enfrentar cualquier cosa”, y luego, “tengo una habilidad
ejemplar para enfrentar cualquier cosa” y después, “tengo
una habilidad excepcional para enfrentar cualquier cosa”.

Ella no solo me contó que se sintió mucho mejor, sino


que otros pacientes le preguntaron si podían compartir su
mensaje y entonces el terapeuta escribió esas palabras en la
pizarra y comentó que este grupo estaba teniendo la
recuperación más rápida.

Esto fue, por supuesto, porque ellos le dieron a su mente


instrucciones claras. Diciendo en voz alta para ellos mismos
y para otros, “tengo una habilidad extraordinaria para
enfrentar cualquier cosa”, le da a la mente una instrucción y
dirección muy claras; le da el diagrama para moverse hacia
algo, mientras que decir “me gustan las mariposas” no lo
hace. Lo que le presentas a tu mente, tu mente te lo
presentará de vuelta a ti. Y todo comienza con tus palabras,
las cuales tú tienes el poder de cambiar.

Recordarás que en la Introducción hablé sobre los tres


tipos de clientes que veo. El tomar la responsabilidad por las
palabras y las imágenes en tu cabeza es quizás la cosa más
grande que separa a los primeros dos tipos—los que no
tienen lo que quieren—de los del tercer grupo: los que sí lo
tienen. El hecho es que la mayoría de los clientes que veo
todos los días no están conscientes de que como se sienten
acerca del mundo a su alrededor está influenciado por las
elecciones que están haciendo.

Ejercicio

Lo que quiero que tu hagas es darle un nombre a tu voz


interna, o que esa voz interna. Personifícala como un tipo de
villano si es necesario, pero el punto de este truco es ver
que tus pensamientos no son intrínsicamente parte de ti .
Ellos son una fuerza externa que tú puedes sacarla de tu
mente diciendo:

“Oh, Aquí está el Joker de nuevo, regresando cuando no


lo necesitamos.”

Al sacarlo fuera de tus patrones mentales estás


reconociendo que tu tienes el poder sobre esos
pensamientos.

Al aceptar que tu negatividad no tiene que ser quien tu


eres , sino más bien, un habito podo saludable del que tú te
puedes deshacer, puedes comenzar a remplazar a el Joker
por algo más. Le puedes dar hasta un nombre como Susi o
Kevin. La habilidad de reconocerlo, reírte de ello y, lo más
importante de todo, cambiarlo es muy transformador.

Es importante que les dé a mis lectores formas prácticas


para implementar estos cambios. Cuando se trata de
mentirle a tu mente, puede ser útil el personificar los
pensamientos inútiles y la forma como tú te hablas a ti
mismo—lo que podrías llamar tu parloteo interno. Así que,
digamos que cada vez que empiezas a tratar de cambiar tus
patrones de pensamiento negativos, tu mente se hace cargo
e insiste en reintroducir la negatividad y las palabras e
imágenes inútiles en tu cabeza.

¿Quién podría ser esa otra cosa? Tal como hice con mi
cliente quien insistía en que no podía lidiar con nada en su
vida, presta mucha atención a las palabras y frases que
constantemente te dices a ti mismo. Una vez que hayas
identificado algunos reincidentes, pregúntate: ¿le hablarías
así a tu mejor amigo? Le dirías: “oh, siempre lo estás
arruinando todo”, “no tienes remedio”, o “realmente te has
sobrecargado mucho, nunca vas a ser capaz de hacerlo
todo”.
Lo más probable es que, si eres un buen amigo, no
soñarías con decirle esas cosas; serías amable y alentador y
servicial. Como un amigo, podrías decir: “la vida no es
perfecta, pero todos hacemos lo mejor que podemos”, o
“estoy seguro de que podrás salir de esto, y te ayudaré a
hacerlo”. Entonces, pregúntate a ti mismo qué pasaría si tú
eliges hablarte a ti mismo de la forma como lo harías con un
amigo. Sé amable y alentador y apoyador de ti mismo y te
sorprenderás de lo fácil que parece ser el mundo que te
rodea.

Imaginemos un día en tu vida antes de que implementes


un mejor diálogo contigo mismo:

Te levantas, te miras en el espejo y comienzas a


criticarte y regañarte porque olvidaste coser el dobladillo de
tu traje. No solo dices, “debería haber cosido el dobladillo y
ahora no tengo tiempo” y agregas “soy un idiota, soy un
perdedor, esta camisa se ve muy apretada. Debería haber
bajado de peso. No tengo remedio, soy patético, un
desperdicio de espacio”, etc.

Miras en el refrigerador y ves que se acabó la comida


saludable y solo tienes la opción de comer carbohidratos y
azúcar, así que por la segunda vez en diez minutos te llamas
a ti mismo un idiota, un retardado, un tonto, un estúpido.

A medida que tu mañana progresa te dices a ti mismo


más nombres por olvidarte de cargar tu teléfono/ por no
dejar suficiente tiempo para ir a tu destino/ por no tener el
monto apropiado de cambio para tu viaje/ por no prepararte
bien para tu reunión/ por no hacer un trabajo lo
suficientemente bueno en la oficina/ por gritarle a un colega/
por no comer una colación saludable y cuando tu reunión
termina tarde comes pizza. De vuelta a tu casa te castigas
por irte muy tarde para evitar el tráfico/ te afliges por no ir al
gimnasio porque estás muy cansado para ir, muy cansado
para cocinar así que comes cereal y te críticas más aun por
ser flojo, un perdedor fuera de forma. Finalmente, esa linda
persona con la que has estado chateando online te ignora
esta noche y tú lo justificas agregando “sabía que esto
pasaría. ¿Qué tengo yo que ofrecerle a alguien como él/ella?
Se debe haber aburrido de mí, así que no estoy sorprendido.
Soy inservible, gordo y estúpido”.

Podrías pensar que estoy exagerando, pero los clientes


se vienen a sentar en mi silla y les pregunto, “¿cómo estuvo
tu fin de semana?” y a menudo responden, “malísimo, mi
cita me canceló. Sé que es porque encontraron a alguien
mejor así que comí como un cerdo sin parar todo el fin de
semana y ahora estoy del tamaño de una casa. Soy un lío y
un caos”. Nada de esto es verdad; la cita puede haberse
dado cuenta de su bajo sentido de autoestima y haberse
desanimado por eso (ambos sexos encuentran que la
confianza es inmensamente sexy y el estar necesitado es
mata pasiones) o quizás tuvieron que lidiar con una crisis.
Sin importar, el cliente no pudo haber comido sin parar todo
el fin de semana, no comieron como un chancho, ellos no
son del tamaño de una casa o un gran lío o un caos, pero
cuando te describes a ti mismo así, te predispones para
sentirte mal, y eso es tan doloroso y tan innecesario.

Imagina ahora que no fueras tú, sino que tu mejor amigo


el que te habla así y el que te lanzó esos nombres y
etiquetas hirientes insultándote todo el día y todos los días.
¿No te gustaría echarlo a patadas fuera de tu vida para
siempre y buscar nuevos amigos?

Ya es tiempo para que tú seas un mejor amigo para ti


mismo terminando con toda la autocrítica y los
sobrenombres.

Puedes elegir entre ser negativo y crítico acerca de ti


mismo o positivo y lleno de halagos. Tu mente no sabe, y de
hecho no le importa, si lo que dices es correcto o incorrecto,
bueno o malo, verdadero o falso, útil o muy inútil—
simplemente lo deja entrar. El trabajo de tu mente es actuar
basado en las palabras que le dices y usar esas palabras
para formar una representación que te lleve a avanzar. Tu
trabajo es darle a tu mente palabras mucho más poderosas,
descriptivas y positivas. Tu mente está haciendo su trabajo,
así que haz el tuyo y dale mejores instrucciones todo el
tiempo.

Una cosa más—tú sí tienes una opción, siempre tenemos


una opción. Puedes elegir ser negativo, usar un lenguaje
negativo y sentirte horrible debido a ello, o puedes elegir ser
positivo, usar un lenguaje positivo y notar que tu vida
mejora. Pero, la única cosa que no puedes elegir es el efecto
que los pensamientos negativos tienen en tu mente y tu
cuerpo, las enfermedades, la ansiedad y el estrés que tú
inadvertidamente infliges sobre ti mismo al darle a tu mente
instrucciones consistentemente negativas a través del uso
de palabras negativas.

Con todas estas técnicas, es importante notar que la


repetición es lo que hace la diferencia. Mi clienta no dijo
“tengo una habilidad fenomenal para lidiar con cualquier
cosa” solo cinco veces y encontró que su vida cambió de la
noche a la mañana. Ella usó la frase como una herramienta
interruptora cada vez que ella sintió que su mente se perdía
en patrones de pensamiento negativos. Al momento en que
ella sintió que ya había mejorado, ya había dicho la frase en
voz alta cientos de veces—así como también la había usado
como pantalla en su teléfono móvil, la había escrito en su
espejo, en su auto—y se había vuelto verdad. Repites
pensamientos negativos en tu cabeza todo el día y se
vuelven verdad. Las buenas noticias son que la repetición de
frases alentadoras es tan poderosa como la repetición de
frases negativas, así que asegúrate de darle una
oportunidad a las primeras para que realmente puedan
fijarse antes de que te rindas a usarlas.

Podrías solo decirlas, pero los beneficios de escribirlas y


leerlas, ponerlas como tu fondo de pantalla, ponerlas en tus
alertas en el teléfono móvil y cambiar tus contraseñas para
que digan “tengo una habilidad fenomenal para lidiar con
cualquier cosa” te darán mejores resultados
constantemente. Con esa cantidad de repeticiones y
absorción mental, se fijarán y te nutrirán como la crema a la
piel seca.

Verdaderamente creo que cada uno de nosotros tiene la


habilidad de volver a ese bebé en la sala de espera: a tener
una confianza fenomenal y la ausencia de miedo o
preocupación acerca de lo que ocurrirá a continuación. Tú
viniste al mundo exactamente así, y te prometo que no
necesitas hacer años de terapia para traer eso de vuelta.
Solo necesitas tomar responsabilidad por las palabras y las
imágenes en tu cabeza. Una vez que lo hagas, tu vida nunca
volverá a ser la misma.

CAPÍTULO 3
Por Qué No Quieres Ser El Ganador De La
Lotería

Una vez que reemplaces pensamientos negativos con


pensamientos positivos, empezarás a tener resultados
positivos .
Willie Nelson, Músico

Una de las cosas que aprendes siendo terapeuta es que,


en el fondo, la mayoría de las personas quieren las mismas
cosas. Ellos quieren amor, en la forma de una relación
consolidada. Quieren seguridad, usualmente en la forma de
dinero y relaciones sociales. Y desean éxito, o el sentimiento
de que han hecho una contribución y que han logrado algo.
Pero, al lado de eso, uno aprende algo más: que, aunque la
mayoría de las personas quieren estas cosas,
frecuentemente actúan de una forma que va en contra de
obtenerlas.

Si no, ¿cómo explicas la gente que insiste en que quieren


casarse, pero repetidamente se relacionan románticamente
con gente abusiva, no disponible o que no se compromete?
¿O aquellos que insisten en que quieren estar libres de
deudas en sus tarjetas de crédito y luego van y compran un
brillante nuevo reloj o un auto y ropa nueva cada vez que
pueden? Estas acciones no tienen mucha lógica a menos que
entiendas otra de las verdades fundamentales de la mente
humana. Esta verdad es que cuando se deja a la mente a sus
propios deseos, la mente rechaza lo que es desconocido y
vuelve a lo que es familiar.

Para ser honesta, esta puede ser una parte bastante


frustrante de ser un terapeuta. Quieres ver a tus clientes
lograr el amor, el éxito y el dinero, pero ellos parecen insistir
en ir detrás de lo opuesto. Ahora, como en la mayoría de las
cosas, si vamos de vuelta a nuestros orígenes evolutivos,
entonces esto comienza a tener más sentido. Después de
todo, cuando vivíamos en tiempos tribales, aventurarse por
nuestra cuenta hubiera sido indudablemente riesgoso. En
ausencia de las comodidades de la modernidad que tenemos
hoy, no éramos capaces de sobrevivir por nuestra propia
cuenta como lo somos hoy; necesitábamos nuestra propia
tribu para ayudarnos a conseguir comida, abrigo y conexión.
Además, la tribu de al lado pudo ser hostil o albergar
depredadores peligrosos contra los que no sabíamos
defendernos. De hecho, pegarnos a lo familiar es lo que nos
mantuvo vivos.
Sin embargo, esta inclinación por volver a lo familiar se
mantiene con nosotros hasta hoy y causa muchos de los
problemas que envían a la gente a mi oficina. Solía ver
mucho de esto cuando estaba trabajando en algunos
programas de telerrealidad, especialmente en programas de
pérdida de peso. A las celebridades a quienes se me
encomendó ayudarles se les habían dado prácticamente
todos los recursos que una persona que quiere perder peso
podría querer: entrenadores, comida saludable, chefs,
gimnasios de vanguardia, apoyo mental, etc. Gracias a todo
este apoyo físico, emocional y espiritual era imposible no
bajar de peso. Pero tan pronto como habían obtenido algún
éxito, ellos me decían: “Lo único que pienso es en el
momento en que el programa termine para poder celebrar
con pizza y helado”.

En la ausencia de este conocimiento acerca de cómo la


mente rechaza lo desconocido, esto parece completamente
contraintuitivo. Finalmente tuvieron lo que decían que tanto
querían—perder peso—y todo lo que su mente podía pensar
era volver a lo que era familiar, que era comer un exceso de
alimentos poco saludables y ganar peso. En una escala
menos pública, esta es precisamente la razón por la que
tantas dietas fallan para tanta gente (algo que discutiremos
más en el Capítulo Siete). Para las personas que durante
mucho tiempo han estado descontentas con su peso, la
pérdida de peso no es familiar. Por otro lado, hacer dieta y
luego romper la dieta sí es familiar, así que esta es la
dinámica a la que vuelven una y otra vez.

Comer la misma comida es familiar, por eso no nos gusta


quitarle el azúcar a nuestro café. Pero las buenas noticias
son que después de un tiempo, el nuevo gusto es familiar y
el antiguo café dulce se vuelve desconocido e incluso
desagradable. Tienes que seguir con esto por un tiempo, ya
que lo familiar se inicia con la repetición—y luego viene la
recompensa.

Esta lógica puede ser aplicada a cosas mucho más


importantes que el café y el té. Incluso nuestra familiaridad
con los roles de género tradicionales moldea nuestro
comportamiento. Según la investigación, las niñas de tan
solo seis años tienen menos probabilidades de pensar que
los miembros de su propio género pueden ser
intelectualmente brillantes. Esto no tiene nada que ver con
la habilidad innata. Más bien, es un reflejo de la forma en
que nuestra sociedad y la cultura pop modelan a muchos
hombres en el poder—desde políticos y ejecutivos en altos
cargos hasta los superhéroes en las películas— mientras que
las mujeres suelen apoyar roles que son simplemente
complementarios de los hombres “brillantes”. Los hombres
poderosos y brillantes son culturalmente familiares; las
mujeres poderosas y brillantes no lo son tanto.

Como los investigadores descubrieron y publicaron en la


revista Science , edición de enero de 2017: “Estos
estereotipos desalientan la búsqueda por parte de las
mujeres de muchas carreras prestigiosas—es decir, las
mujeres están escasamente representadas en campos cuyos
miembros aprecian la brillantez (como son la física y la
filosofía). A los seis años, las niñas comienzan a evitar las
actividades que se dice que son para los niños que son
“muy, muy inteligentes”. Estos hallazgos sugieren que las
nociones de brillantez del género se adquieren de manera
temprana y tienen un efecto inmediato en los intereses de
los niños”.

En esencia, el modelo de feminidad que se vuelve


familiar para las niñas de seis años no es uno de científicos,
inventores y físicos. Tristemente, esto significa que el nivel
de aspiración intelectual no es familiar para las niñas y, por
lo tanto, es menos probable que lo persigan.

Vemos con frecuencia los meta-niveles de esta dinámica


en nuestra sociedad. Por ejemplo, antes de que Barack
Obama fuera electo presidente, los jóvenes afroamericanos
no percibían que era posible para ellos ser presidente algún
día. Estudios mostraron que ellos ni siquiera aspiraban a eso.
Pero, luego de dos periodos de su administración, la idea de
un presidente negro se ha vuelto familiar en las mentes de
muchos jóvenes afroamericanos, por lo tanto, responden
cada vez más que quieren crecer para ser presidente cuando
se les hace una encuesta. Este es un cambio a nivel nacional
que se produjo en el espacio de unos pocos años.

Esto puede sonar como una razón para desesperarse. Si


la riqueza, el éxito y el amor no son familiares para ti debido
a tus antecedentes familiares o la historia en la que no
tuviste parte en la elección, ¿cómo puedes superar esto y
encontrar la felicidad por ti mismo? Sin embargo, hay
buenas noticias:

Podemos elegir activamente hacer que las cosas


familiares que no queremos en nuestras vidas dejen de ser
familiares.

Además, podemos elegir hacer que las cosas


desconocidas que queremos, se vuelvan familiares. De
hecho, los estudios muestran repetidamente que nuestra
familiaridad con ciertos sentimientos no es fija; estamos
constantemente reaprendiendo lo que es familiar. Debes
iniciar el comportamiento—por ejemplo, ir al gimnasio o
tomar tu café sin azúcar—y debes repetirte a ti mismo una y
otra vez, “haré que esto sea familiar,” y lo harás.
Fiesta y hambruna
Uno de los otros ejemplos donde vemos que esta verdad
se manifiesta de manera tan predecible es con los ganadores
de la lotería. A primera vista, sería difícil encontrar a alguien
que no quiera ganar la lotería. Parece la situación ideal: ser
capaz de hacer lo que quieras sin tener que preocuparte por
el costo. Pero entonces, ¿por qué tantos ganadores terminan
peor económicamente pocos años después de ganar el
premio gordo?

Como se informó en la revista The Atlantic : “Una


encuesta realizada por Camelot Group reveló que las cosas
más populares en las que los británicos gastaban sus
ganancias eran relativamente llamativas: propiedades, autos
y vacaciones. De manera similar, un estudio a menudo
citado de 35.000 ganadores de lotería en Florida encontró
que 1.900 ganadores se declararon en bancarrota en un
plazo de cinco años, y que, si bien la gran infusión de
efectivo redujo la probabilidad de quiebra durante los
primeros dos años de ganar, aumentó las probabilidades de
quiebra en los siguientes tres a cinco años”.

La razón de esto es que los ganadores de la lotería no


están acostumbrados a la sensación de estar
despreocupados financieramente. Si nunca has tenido
dinero, no sabes qué se siente al invertir, ahorrar, o tener
dinero disponible al final del mes.

Lo que es más familiar para ti es obtener tu sueldo a fin


de mes y luego gastar la mayor parte de él hasta que solo te
quedan los últimos dólares en los días previos a la recepción
de tu nuevo pago. La sensación de tener dinero apartado en
el banco no es familiar para ti, y por eso no lo haces, incluso
cuando tienes mucho más dinero.
Esta es, desafortunadamente, una de las razones por las
cuales nuestra sociedad es tan desigual. Debido a que los
niños ricos crecen en familias donde los recursos de la
riqueza les son familiares, es más probable que ellos
también estén predispuestos a ser ricos. Esto no se debe a
que obtengan una herencia necesariamente (aunque
algunos sí lo hacen) sino porque el concepto mismo de
riqueza y de tener mucho dinero les es familiar.

De hecho, en mis experiencias con mis clientes a lo largo


de los años, he descubierto que su actitud hacia las finanzas
y la escasez de dinero puede ser una de las cosas más
difíciles de cambiar. La razón de esto, por supuesto, es que
las personas piensan que tienen un problema con el dinero
cuando en realidad tienen un problema con la escasez.
Pueden tener una creencia profunda que dice: “nunca habrá
suficiente” o “no merezco tener todo lo que quiero” o “todo
lo que tengo, eventualmente lo perderé”. Nunca pedirán un
aumento de sueldo (incluso si lo merecen) y siempre
lucharán para ahorrar de manera significativa. Pero la gran
ironía—una que vemos en la investigación sobre los
ganadores de la lotería descrita anteriormente— es que sus
problemas con el dinero casi nunca se pueden resolver con
más dinero.

Entonces, ¿cómo podemos cambiarlo? He descubierto


que mis clientes tienen mucho éxito al hacer un cambio
fundamental en la forma en que piensan sobre el dinero y al
reformularlo como algo completamente distinto. Verás,
formamos una relación con el dinero muy temprano en
nuestra vida, generalmente observando la relación de
nuestros padres con él. Entonces, no importa si ganamos
mucho o poco dinero, esa relación moldea nuestras
creencias monetarias. ¿Qué pasaría si replanteamos la cosa
con la que tenemos esa relación? No es dinero, es energía .
Al establecer una nueva relación con algo nuevo, podemos
deshacernos de nuestras viejas creencias y hacer que una
nueva sea familiar.

Ejercicio

La forma más fácil de ver cómo esto funciona es escribir


todas nuestras creencias limitantes y de largo tiempo sobre
el dinero. Frases comunes que aparecen son:

Nunca puedo ganar suficiente dinero


No puedo guardar dinero
El dinero parece irse a través de mis dedos
El dinero no crece en los árboles, solo viene a través de
la corrupción y la lucha
No merezco más dinero
No valgo más dinero
La gente espiritual no persigue el dinero
Que yo obtenga más significa que otros obtienen menos

Ahora, una vez que hayas escrito esas creencias, cambia


dinero por energía :

Nunca puedo ganar suficiente energía


No puedo guardar energía
La energía parece irse a través de mis dedos
La energía no crece en los árboles, solo viene a través
de la corrupción y la lucha
No merezco más energía
No valgo más energía
La gente espiritual no persigue la energía
Hay suficiente energía para todos

Encontrarás que el ejercicio que sigue es muy útil:


Por alguna razón, una vez que hacemos este cambio,
esas frases no suenan tan convincentes, ¿verdad? Una vez
que hacemos más familiar la idea del dinero como un
recurso renovable (nuestra energía y producción personal),
vemos que el dinero puede aparecer y desaparecer mucho
más fácilmente. Tiene menos poder sobre nosotros porque lo
vemos como un resultado directo de nuestros propios
esfuerzos, en lugar de algo por lo que tenemos que luchar y
pelear.

Esta idea del dinero como un recurso más fluido es algo


que las personas que tienen mucho dinero suelen creer. Dan
y reciben dinero fácilmente; entienden que hay un
dinamismo en el dinero, que el ir y venir es parte de su
naturaleza. Si bien a veces es posible que tengan menos
flujo de efectivo, nunca se sienten necesariamente “pobres”.
De hecho, así como podemos estar seguros de que después
de cada exhalación vendrá una inhalación, están seguros de
que pueden recibir dinero con la misma facilidad con que se
deshacen de él.

Una vez que saben esto, también tienen menos


problemas para pedir una mayor remuneración en respuesta
a su “energía”. Piden aumentos de sueldo cuando saben que
se siente justo. Ponen tarifas con sus clientes, sabiendo que
los clientes correctos estarán dispuestos a pagar y los que
no encajan se irán a otra parte. Ellos dicen no a los
proyectos que no valen su tiempo o esfuerzo para dar paso a
proyectos que son más grandes, más ambiciosos (y
lucrativos). Cuando tienen una ganancia inesperada, no
sienten la necesidad de deshacerse de ella rápidamente.

En otras palabras, hacen familiar el concepto de dinero


(o energía) como un recurso fluido y dinámico, y no aceptan
la idea de que nunca tendrán suficiente; solo piden más. Tú
también puedes hacer eso, no solo con el dinero sino con
todo lo que te cause dolor o dificultades.

Elije qué hacer familiar y no familiar


Una vez tuve una cliente que había tenido tantas
relaciones fallidas que se avergonzaba de contarle a los
nuevos prospectos sobre su pasado romántico. No tenía
sentido, esta mujer era hermosa, inteligente y totalmente
autosuficiente financieramente. Pero, aun así, una y otra vez
ella perseguía a hombres que la ponían en segundo lugar y
no “aparecerían” de una manera que demostrara que
realmente ella les importaba.

Mientras tanto, esta mujer trataba de conquistarlos y


persuadirlos para que se quedaran siendo demasiado atenta,
servicial y ansiosa por complacerlos. Esto solo los alejaba
aún más, ya que se irritaban con su entusiasmo y la trataban
aún peor. Para ser honesta, fue muy triste ver que esto
sucediera. Después de cada relación fallida, ella se sentía
tan decepcionada de sí misma que terminaba interiorizando
los insultos que la ex-pareja le había inculcado.

Le pregunté a esta clienta, como es mi práctica habitual,


que describiera su relación con su padre. Él era un hombre
muy infeliz, a menudo llegaba a la casa borracho en la tarde
y se apoderaba de la casa con prontitud, exigiéndole cosas a
su madre y a menudo teniendo ataques de rabia. Él le decía
cosas despectivas a mi clienta y la menospreciaba
rutinariamente si no era absolutamente perfecta. A la
mañana siguiente, después de estos ataques de ebriedad, él
simplemente fingía que no había pasado nada y desayunaba
como si todo estuviera bien otra vez. Ella había aprendido, a
lo largo de los años, a superar estos episodios de miedo con
la esperanza de que todo volviera a la normalidad en la
mañana. Este ciclo de altos y bajos emocionales se hizo muy
familiar para ella.

Al enterarme de esta historia, le dije a mi clienta: “Tu


padre solía humillarte, disminuyendo tus sentimientos, te
ignoraba cuando estaba borracho, pero luego todo estaba
bien al día siguiente si no causabas problemas. ¿Y adivina
qué? Ahora eliges al tipo que te hace sentir de manera
similar”. Ella se dio cuenta rápidamente de que esto era
cierto. Sus amigos a menudo no pueden ver qué es lo que la
atrae a estos hombres tan poco deseables, y a menudo
comentan que no pueden ver en ellos ninguna cualidad que
los redima. Pero, por supuesto, mi clienta no perseguía tanto
la personalidad de estos hombres, como el patrón que
representaban. A menudo se había escuchado decir a si
misma: “siento que lo conozco de toda la vida”, al conocer a
un nuevo hombre. Porque, por supuesto, ella lo conocía. Se
estaba enamorando de lo familiar, aunque lo familiar era una
elección terrible para ella. La mente no solo quiere volver a
lo que es familiar, sino que también nos gusta recrear
escenarios que nos recuerdan nuestra infancia, pero
poniéndole un final feliz. De ahí que haya ido detrás de
hombres como su padre, pero tratando de hacer que la
amen y la respeten de una manera en que él nunca lo hizo.
La vida es demasiado corta para seguir intentando cambiar
el final. Necesitamos cambiar el comienzo, así que en lugar
de encontrar a alguien frío y tratar de hacerlo amable,
empieza con alguien amable, eso hace la vida mucho más
fácil.

Esta clienta necesitaba hacer familiar el ser elogiada,


apreciada y tener una relación de igual a igual—en lugar de
sentirse como si estuviera caminando sobre cáscaras de
huevo, esperando que la rabieta de alguien pasara para
poder solucionar las cosas una vez más. Me dijo que cuando
conocía a hombres que parecían respetarla y ser
emocionalmente estables, de inmediato ella sentía que eran
“demasiado buenos” para ella y descubrió que no se sentía
atraída por sus personalidades estables y consistentes. Le
dije que reemplazara ese diálogo con la frase: “Nadie es
demasiado bueno para mí; haré que ser amada y respetada
sea familiar”. Una vez que reconocía el patrón en los
hombres por los que se sentía atraída históricamente (los
que le recordaban a su padre), inmediatamente se salía de
esas relaciones cuando veía que surgían indicios de ese
patrón. Ella había desarrollado una fuerte aversión a lo
familiar (para alejarse de ello) porque ahora sabía que eso la
estaba lastimando. Además de eso, desarrolló una fuerte
atracción por el tipo de hombre que enaltece y elogia y que
son buenos como parejas.

Había otra cosa que mi clienta tenía que hacer familiar


para recibirla de los hombres con los que estaba saliendo:
alabanza. Cuando era niña, solo había escuchado críticas de
su padre, y prácticamente nada de su sumisa madre. Nunca
había experimentado lo que era ser elogiada por su
personalidad o sus cualidades innatas, solo por sus acciones
para complacer a su padre, por lo que no se sentía atraída
por los tipos que la elogiaban simplemente por ser ella
misma. Sin embargo, para hacer que la alabanza sea
familiar, ella no podía mirar hacia afuera; ella tenía que
empezar con ella misma. Le di un guion para que lo repasara
cada mañana mientras se peinaba en el espejo. Repetiría en
voz alta las afirmaciones de alabanza que nadie más en su
vida le había dicho: “soy una pareja maravillosa y cariñosa”,
“soy atractiva y amable”, “atraigo y mantengo fácilmente el
amor y el respeto”.

Si bien estas frases pueden sonar arrogantes, no lo son.


El punto aquí no es correr y proclamar tu grandeza al barista
del café o a tus colegas; el punto es familiarizar el sonido de
las alabanzas a ti mismo . Cuanto más repitas esto, más lo
creerás y pronto descubrirás que no te atraen las personas
que no te elogian. Habrás hecho la alabanza familiar.

He trabajado con mucha gente altamente exitosa y una


cosa que noté sobre ellos es que están muy dispuestos a
decirte en voz alta, sin dudar, en qué son buenos. Esto se
debe a que los elogios y la confianza en sí mismos les son
tan familiares que no les resulta incómodo decir en voz alta
en qué sobresalen. No importa si esa confianza proviene de
tener una infancia perfecta con padres alentadores o del
trabajo interno que han hecho sobre sí mismos a pesar de
una infancia podrida: cualquiera puede elegir hacer que la
alabanza sea familiar. Y, de hecho, una vez que lo hagas,
descubrirás que es el mejor regalo que puedes darte.
Preséntate elogios a ti mismo, hazlo familiar y luego tu
mente te lo devolverá. Muy pronto, la alabanza dejará de ser
lo que haces y se convertirá en lo que eres.

Empieza de a poco y familiarízate con


el placer
Probablemente hay áreas de tu vida que te gustaría
hacer no familiares. Sin embargo, no tienen que ser tan
importantes como elegir un compañero de vida. Aquí hay un
ejemplo: uno de mis clientes siempre pedía una
hamburguesa y papas fritas porque costaba 8 dólares,
mientras que una ensalada costaba 12 dólares y a ella le
molestaba ese costo adicional. Y luego ella aprendió a hacer
que gastar más dinero en alimentos saludables fuera familiar
y que poner basura en su cuerpo no le resultara familiar. Se
dio cuenta de que gastar más en buena comida era
realmente rentable porque gastaba menos en
medicamentos, libros de pérdida de peso y píldoras.
Si te resulta familiar descansar después del trabajo y
jugar con tu iPad, en vez haz familiar bajarte del tren o del
bus una parada antes y caminar el resto del camino mientras
escuchas música en tu iPad. Si dormir hasta el último
segundo posible y estar atrasado al trabajo es familiar para
ti, ponte el desafío de llegar al trabajo cinco minutos antes
cada día por una semana. De repente los nuevos horarios del
tren y la rutina se volverán familiares y no tendrás que
forzarte a ti mismo a hacerlo.

Elige una cosa a la que te vas a apegar durante una


semana—puedes empezar con algo pequeño si eso es más
cómodo—tomar café sin azúcar o comer una manzana a
media mañana en vez de tu habitual bocadillo no saludable.
Elógiate a ti mismo cada día en vez de autocriticarte. Pon
atención a cómo se va haciendo cada vez más fácil cada día
que pasa. Entonces, puedes empezar a pensar en cómo
aplicar lo que has aprendido al hacer que esta pequeña cosa
pasara de no familiar a familiar, y usarlo en una idea mucho
más grande: tu propia valoración, tu potencial de carrera o
una relación.

Una vez que sepas que es posible hacer familiar lo que


era no familiar y viceversa, puedes avanzar con confianza en
la dirección de tus sueños.

Haciendo no familiar la vergüenza y el


dolor
Uno de los problemas comunes que he tratado como
terapeuta son los clientes con formación religiosa que
parecen no poder sacudir algunos de los hábitos de
vergüenza que se les inculcaron desde muy pequeños. Si
bien la religión puede ciertamente ser una fuerza positiva
para el bien en el mundo, desafortunadamente, puede mutar
y dejar a algunas personas con una vergüenza y un dolor
increíbles cuando su familia o líder religioso los ha calificado
como alguien que no “está a la altura”.

Es tan desalentador ver a las personas cuyas familias los


han alejado porque ya no están de acuerdo con las normas
socioculturales de una religión determinada, y
desafortunadamente, es muy común. Pero, la buena noticia
es que estos sistemas de creencias limitantes no están
integrados o son innatos, se aprenden.

Religiosos o no, muchas personas tienen creencias


familiares inculcadas por la familia que ya no les son útiles.
Ya sea “no soy un buen hijo” o “arruiné mi honor al tener
relaciones sexuales antes del matrimonio”, estas creencias
solo tienen poder sobre ti porque son muy familiares. Puedes
pensar que tus únicas opciones para deshacerse de estas
creencias son años de terapia o una habilidad mágica para
retroceder en el tiempo y recuperar tu infancia. Pero hay otra
forma, una que consume mucho menos tiempo.

Si tu vergüenza habitual se remonta a la infancia, es


muy probable que no sea tu vergüenza. Es probable que tu
madre o tu padre o tus abuelos te hayan inculcado su propio
sentimiento de vergüenza por no estar a la altura, y luego
que te lo hayan hecho tan familiar que te sientes como si
fuera tuyo. Es un hecho desafortunado el que sea posible
que aprendamos la vergüenza. Del mismo modo que puedes
hacer que un gato o un perro se sientan avergonzados si le
gritas cada vez que salta al sofá, puedes hacer que un
humano se sienta avergonzado si no está a la altura de
algún estándar culturalmente impuesto que les es recordado
constantemente.

Pero no tienes que vivir con eso.


Intenta el próximo ejercicio:

Ejercicio

Empieza a decirte en voz alta:

Esta no es mi culpa
No me pertenece
La puedo dejar ir

Imagina la culpa en una maleta muy pesada y que se la


entregas a la persona que te la dio; imagina el alivio que
sientes de no tener que acarrear ese peso contigo.

En otras palabras, devuélvela a la persona que te la


entregó. Ellos no tienen que saber que tú lo hiciste, pero la
imagen de ti mismo devolviendo tu culpa a la persona que la
impuso sobre ti es profundamente liberadora.

Una vez que hayas devuelto la culpa, ya no es más tuya


y entonces ya no es familiar para ti. Ahora puedes hacer
familiares nuevas creencias positivas:

Por ejemplo:

Soy un buen hijo


Tengo un valor inherente, no importa a qué iglesia vaya
Nadie puede hacerme sentir inferior

Estas nuevas creencias, si las repites, reemplazarán a la


espiral de culpa en la que has vivido por tanto tiempo.

A medida que miras hacia adelante en tu vida, es seguro


que encontrarás situaciones que te pueden causar dolor o
enojo. Para evitar que este dolor o enojo se transforme en
vergüenza o en sistemas de creencias inútiles tienes que
asegurarte de expresar tus sentimientos lo más cerca
posible al evento que produjo esos sentimientos. Si bien no
siempre es recomendable o posible expresar tu dolor o enojo
a la persona que lo causó, siempre tienes la opción de ir a un
lugar privado y expresar tu dolor en voz alta. Por ejemplo, si
tu jefe o un familiar te ha alterado, puedes encerrarte en el
baño y abrir la llave del agua o vaciar el inodoro para
silenciar el sonido mientras dices en voz alta: “Me duele que
mi jefe se atribuya el crédito por mi trabajo. Me duele que mi
cuñado siempre me critique.”

Si dices: “Me duele la falta de voluntad de mi hermana


para devolverme la llamada” y luego lo sigues con: “Soy
amado y no puedo sentirme menos por el comportamiento
de mi hermana”, evitas crear esas viejas creencias inútiles y
reconoces que el comportamiento de otra persona no puede
hacer que te sientas mal acerca de ti mismo, a menos que tú
lo permitas. Tú tienes el poder de no permitirlo.

Una cosa que noté muy temprano en mi carrera es que


las personas que están felices y equilibradas expresan su
dolor fácilmente. No es difícil de hacer, simplemente tienes
que acostumbrarte a decir: “hieres mis sentimientos
cuando…”. La manera más efectiva es comenzar con los
elogios: “Te amo, eres mi mejor amiga/hermana/hija, etc.,
pero me dolió cuando olvidaste mi cumpleaños. No quiero
aferrarme a esto, así que solo te lo expreso para poder
dejarlo ir”.

Expresar tu dolor lo más cerca posible del evento es para


tu propio beneficio, para que no te aferres a esos
sentimientos y no los dejes contaminarte. Cuando no puedes
decirlo en voz alta porque la persona que te lastimó es tu
jefe o un pariente difícil, todavía puedes decirlo en privado
cuando estés solo o manejando tu automóvil. Decir en voz
alta, solo para ti mismo, “Me dolió ……. me dolió cuando…”.,
es muy efectivo para eliminar el dolor y cuanto más lo
haces, más fácil se vuelve.

¿Qué está mal contigo y también con


todos los demás?
Además de observar mis tres categorías de clientes,
también observé que todos mis clientes solo tienen tres
categorías de problemas o tres cosas que estaban mal con
ellos. Identificar las tres cosas que están mal contigo y
también con los demás te da una idea y comprensión de lo
que influye y afecta a las personas que te rodean y te ayuda
a lidiar con sus comportamientos con una visión que
beneficia a todos. Hablé en capítulos anteriores acerca de
cómo mis clientes tienen un problema inicial, pero el
problema real que debe abordarse es lo que se encuentra
debajo. Lo que se encuentra debajo del problema inicial de
cualquier cliente siempre será una de estas tres creencias:

No soy suficiente . Cubriré esto en detalle en el Capítulo


Ocho.

Quiero algo, pero no está disponible para mí . Muchos


clientes consultan conmigo desesperados y deseando estar
libres de sus problemas, pero junto con los problemas—que
incluyen depresión, alcoholismo, obesidad y falta de éxito—
hay una creencia fija: “quiero estar libre de la depresión,
pero tengo un gen depresivo igual que mi mamá/ estoy
desesperado por dejar de tomar, pero vengo de una familia
de alcohólicos/ quiero adquirir riqueza, pero no tengo un
título universitario. Todos en mi familia son trabajadores
manuales así que no creo que sea posible/ quiero ser seguro
de mí mismo, pero nací tímido/ nadie puede tenerlo todo/
quiero hablar en público, pero estoy incapacitado por la
ansiedad”. Las creencias fijas que mis clientes tienen acerca
de sí mismos son los impedimentos más grandes para que
logren sus metas. Tú sin duda también tienes algunas
creencias fijas y es muy útil preguntarte a ti mismo: “¿por
qué creo esto? ¿de dónde vino esta creencia? ¿quién me la
dio? ¿quién se la dio a ellos? ¿por qué todavía la sigo
creyendo todos estos años después?”. El punto de hacer esto
es que en el momento en que empiezas a cuestionar una
creencia, ya no la consideras cierta, porque a medida que la
cuestionas, te la vas quitando hasta que desaparece. Muchas
personas que han tenido un éxito deslumbrante no nacieron
en una posición en la que el éxito estaba disponible para
ellos, sino todo lo contrario. Oprah Winfrey, Barack Obama,
Meghan Markle encontraron el éxito—el éxito no los encontró
a ellos. Todo está disponible para ti y el primer paso para
lograrlo es fijar esa nueva creencia firmemente en tu mente
en lugar de la antigua.

Soy diferente, así que no puedo conectarme (así que es


difícil para mí tener amor porque soy diferente) . El tercer
problema que muchos de mis clientes presentan es una
creencia poderosa de que son diferentes. Puedes ver cómo
funciona este pensamiento en círculo. El denominador
común de todos nuestros problemas emocionales es que
sentimos que no somos suficientes y nos sentimos diferentes
por lo que no podemos conectarnos. Sin embargo, nuestra
supervivencia está vinculada a nuestra necesidad de
conectarnos, por lo que se convierte en una espiral, un
círculo vicioso. Ya que nuestro mayor temor es ser
diferentes, el hecho de que pienses que eres diferente
significa que eres el mismo que todos y que todos son lo
mismo que tú. Está codificado en nuestros genes que
seamos iguales a todos los demás, en lugar de sobresalir
porque eso podría haber amenazado nuestra supervivencia.
Hoy es bueno ser sobresaliente y no amenaza tu
supervivencia.
Aquí hay una pregunta para ti: ¿por qué te sientes
diferente?

Abajo las respuestas comunes:

• No tengo personalidad, soy muy bajo, muy gorda, muy


delgado, no tengo estudios, no soy interesante, no tengo
talento, no soy atractivo.
• No tengo suficiente dinero, elogios, amor, éxito.
• No soy suficiente, no soy valorado, nunca he sentido que
importo o que soy importante.

Incluso millonarios, modelos y super estrellas sienten


esto mismo.

Mis clientes más felices no tienen ninguna de estas


creencias. De hecho, ellos tienen las creencias opuestas:
“soy suficiente, estoy aquí con algo valioso para ofrecer; el
amor, la felicidad y el éxito están disponibles para mí; me
conecto fácilmente con la gente porque pertenezco a la vida
y siempre estoy apoyado por el universo.”

Tú puedes tener estas creencias, muy simplemente


usando los métodos en este libro para hacerlas una parte de
quien eres en vez de algo que te obligas a hacer de vez en
cuando.

CAPÍTULO 4
Para Ser Exitoso, Haz Esto Primero

Si tú haces lo mismo que has hecho siempre, obtendrás


lo que siempre has obtenido .
Mark Twain, escritor
Como escribí en la Introducción, parte de mi razón para
escribir este libro fue compartir con mis lectores los puntos
en común que he observado en mis clientes más felices y
exitosos—los clientes que lo “tienen todo”. A menudo,
cuando observamos a personas exitosas, asumimos que
tienen toda una serie de habilidades y privilegios que no son
alcanzables para nosotros. La verdad es que no los tienen.
Solo han aprendido cómo hacer que su mente trabaje para
ellos, en vez de en su contra. Mi objetivo es enseñarte lo
mismo.

Otro supuesto común acerca de las personas exitosas es


que no tienen ningún problema. Que son inmunes a los
problemas personales, relacionales y profesionales que
parecen afligir a la mayoría de las personas. ¡Algunos incluso
creen que las personas exitosas son inmunes al aburrimiento
y a la mundanidad de la vida! Esto no podría estar más lejos
de la verdad. De hecho, las estrellas de rock, los directores
ejecutivos y los líderes altamente exitosos que se han
sentado en mi silla de terapia tienden a tener problemas
mucho más complicados debido a sus altos perfiles y vidas
complejas. Contrariamente a la creencia popular, el dinero,
la fama y el éxito no te eximen de las molestias de la vida.

A pesar de todo esto, mis clientes exitosos parecen


compartir un rasgo común cuando se trata de abordar sus
problemas y perseguir sus sueños. Cada mañana, cuando se
levantan, hacen lo que odian o no les gusta y lo hacen
primero. De hecho, hacer lo que odias (y sacarlo del camino
haciéndolo primero) es una de las formas más rápidas de
inyectar el éxito en tu vida. Si puedes crear este hábito y
aplicarlo en toda tu vida, verás que tu vida cambia.

Comenzaré por darte un ejemplo:

Una celebridad con la que trabajé en Los Ángeles tenía


tanto sobrepeso que sus médicos le advirtieron que
necesitaba perder la mitad de su peso corporal para
recuperar su salud normal. Él estaba en la vía rápida hacia
una gran cantidad de enfermedades que incluían
enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y
diabetes si no comenzaba rápidamente un régimen de
pérdida de peso y se apegaba a él. A pesar de estas
advertencias, este cliente insistía en que odiaba
absolutamente todas las formas de ejercicio. Se sintió
sudoroso y nervioso ante la simple idea de ir al gimnasio. Su
respuesta fue posponerlo todo el día, lo que solo significaba
que su autodesprecio crecería y crecería hasta que
finalmente renunciara a la idea de ir al gimnasio por
completo. Sintiéndose culpable y como un perdedor,
terminaría la noche comiendo pollo frito y pizza, sintiéndose
como un fracaso y sintiéndose arrepentido y deprimido.

Este cliente solicitó mi ayuda para revertir su odio al


ejercicio. Quería una varita mágica, pero en cambio, le di
una receta simple. Le dije que se levantaría a las 5 de la
mañana todos los días antes de que hubiera luz en el
exterior y antes de que tuviera tiempo de comer algo y daría
una caminata rápida por su vecindario de Beverly Hills
durante treinta minutos. Estaba horrorizado, diciendo
“Marisa— ¡pensé que me ibas a hacer esto más fácil para mí,
no a torturarme!” Insistí en que, si él se comprometía a
hacer esto por solo una semana, yo lo haría con él y que
esto se volvería muchísimo más fácil al final de la semana. Si
no fuera así, prometí que probaríamos otra táctica.

Hubo varias razones por las que hice esto. En este punto,
mi cliente apenas podía correr, y mucho menos ir a un
gimnasio, así que sabía que tenía que darle un régimen que
permitiera la menor cantidad de excusas posibles. Si todo lo
que tenía que hacer era caminar alrededor de la cuadra, no
podría quejarse de que el equipo del gimnasio no funcionaba
para su tamaño. A esa hora temprano en la mañana, no
podría quejarse de que los vecinos se quedaran mirando su
peso, ya que todavía no estarían despiertos para hacerle
sentir vergüenza. No podría decir que su estómago estaba
demasiado lleno de comida porque no tendría tiempo para
comer de antemano. Y, lo más importante, no tendría todo el
día para llenar su cabeza con pensamientos negativos de lo
lejos que tenía que llegar para perder peso y convencerse de
no hacer ejercicio.

Los primeros días, casi tuve que sacarlo de la cama y


ponerle las zapatillas. Cuando salimos de la casa y nos
adentramos en la oscuridad, él mencionó muchas excusas
para explicar por qué esto era una mala idea. Simplemente,
no le hice caso y le dije que me había prometido siete días.
Todos y cada uno de los días, cuando regresamos de la
caminata enérgica, él comentó: “Oh, eso no fue tan malo” y
continuó su día. Pero sucedió algo más crucial: se encontró
más dispuesto a apegarse a su régimen de alimentos
saludables y menos dispuesto a llenarse con la comida
rápida y los bocadillos azucarados que normalmente eran
tan tentadores para él. Como había hecho lo que odia y, lo
que es más importante, lo había hecho primero, estaba
preparado para el éxito durante el resto del día y estaba
menos dispuesto a sabotear sus esfuerzos. En solo siete
días, este simple truco (hacer lo que odias y hacerlo primero)
había hecho que su esfuerzo por perder peso pasara de una
tarea imposible a un viaje manejable. Finalmente, él logró
perder la mitad de su peso corporal.

Cuando haces lo que odias, puede que


empiece a gustarte
Para algunas personas esta idea puede ser confusa.
Cuando escuchan que las personas exitosas hacen lo que no
les gusta primero para llegar adonde necesitan, ellos a veces
dicen: “pero Marisa, pensé que enseñabas la idea de que
deberíamos aprender a amar cada aspecto de nuestra vida
diciéndole a nuestra mente que amamos las cosas que
odiamos”.

Todavía es cierto que todo lo que aconsejé en los


Capítulos Uno y Dos es vital para tu éxito. Debes aferrarte a
la creencia de que tu mente hace lo que cree que quieres
que haga, y que las palabras y las imágenes que usas
repetidamente son muy poderosas para crear cómo te
sientes realmente. Sin embargo, al mismo tiempo, no estoy
aquí para defender una versión Pollyanna del universo, no
sería particularmente útil si lo hiciera. La vida siempre
vendrá con adversidad, pesadez y cosas que no disfrutas. Si
no fuera así, los momentos más maravillosos de la vida
parecerían aburridos y sin complicaciones. Necesitamos un
poco de dolor e incomodidad para experimentar la verdadera
alegría, pero lo que no tenemos que hacer es permitir que el
dolor y la incomodidad manejen (y potencialmente arruinen)
nuestras vidas.

La regla de este capítulo es acerca de aprender cómo


enfrentar las cosas que te causan molestia, incomodidad o
dolor y luego disminuir su poder sobre ti al sacarlas del
camino y hacerlas primero. Esto puede ser algo aburrido
como la administración, hacer tus cuentas o hacer un
seguimiento a los pagos que se te deben. O pueden ser
cosas más importantes como confrontar a un colega abusivo
o decirle a un miembro de la familia que necesitas tomar un
tiempo sin hablar con ellos o terminar con una pareja. En
cierto sentido, siempre habrá cosas en tu vida que no te
gustará hacer y tienes dos opciones para lidiar con ellas.
Puedes decir: “no me gusta esto, pero lo voy a hacer ahora y
me sentiré bien por eso todo el día” o puedes decir: “no
quiero hacer esto así que lo dejaré de lado y me torturaré
todo el día”. Si eliges lo último, esto a menudo puede
significar que terminas postergando estas decisiones por
semanas, meses e incluso años, arruinando así tu vida en el
proceso. Está codificado en nuestros genes que corramos
lejos del miedo. Eso era muy útil cuando estabas corriendo
de un depredador, pero hoy, en lugar de eso, huimos de una
tarea que no queremos hacer, especialmente si nos sentimos
nerviosos o con miedo de fallar en esa tarea. Traducimos la
resistencia a una tarea como miedo y huimos de ella. Esto se
supera fácilmente usando los ejercicios internos.

No importa lo que sea: sacar fuera de tu camino lo que


odias hacer al darle prioridad tiene el poder de cambiar tu
vida. Me di cuenta de eso cuando volví a visitar a mi famoso
cliente con sobrepeso. Estaba tan orgulloso de haber
continuado en su esfuerzo para perder peso. Le pregunté
qué era lo que más lo había ayudado y él dijo que establecer
el hábito de su régimen de ejercicio a primera hora de la
mañana había sido especialmente útil. Dijo que todo el
tiempo había estado esperando que apareciera la motivación
para hacer ejercicio y pasaba cada día viendo pasar las
horas y su impulso para hacer ejercicio disminuía con cada
minuto que pasaba. Pero, curiosamente, solo cuando
comenzó a hacer ejercicio sintió alguna motivación para
continuar haciéndolo.

En el momento de mi visita de seguimiento, él ya se


había graduado de su paseo por el vecindario para ir a un
gimnasio local, e incluso comentó que había comenzado a
disfrutar de sus visitas diarias. Esto demuestra uno de los
efectos secundarios más inesperados de la estrategia de
hacer lo que odias primero: cuando haces lo que odias, es
posible que empiece a gustarte.

Ya sea lidiar con tus colegas con una comunicación y


límites claros, hacer tus impuestos o salir a correr, la razón
por la que a veces crecemos para amar lo que odiamos está
basada en la ciencia. En el libro más vendido del periodista
del New York Times , Charles Duhigg, “El poder de los
hábitos,” que trata sobre la ciencia detrás de los hábitos que
mantenemos, escribió: “Todos los hábitos—sin importar cuán
grandes o pequeños—tienen tres componentes, según
estudios neurológicos. Hay una señal—un desencadenante
para un comportamiento particular; una rutina, que es el
comportamiento en sí mismo y una recompensa, que es
cómo tu cerebro decide si va a recordar un hábito para el
futuro.”

En su libro, Duhigg cuenta la historia de la pasta de


dientes como un invento para subrayar la fuerza de esta
teoría. Antes de la invención de Pepsodent a principios del
siglo XX, pocas personas se cepillaban los dientes en
América. Luego, el ejecutivo de publicidad Claude C. Hopkins
consiguió un nuevo invento: la pasta de dientes Pepsodent, y
decidió buscar una manera de vendérsela a los
estadounidenses. Primero pensó que podía comercializarla
basándose en la idea de que eliminaba la “película” o la
placa de los dientes que se acumula cuando no se cepilla.
Pero cuando las ventas aumentaron, la investigación de
mercado descubrió que algo diferente estaba en juego:

Cuando los investigadores de empresas competidoras


empezaron a entrevistar a los clientes, descubrieron que la
gente decía que, si se olvidaban de usar Pepsodent, se
daban cuenta de su error porque no percibían esa sensación
fresca de hormigueo en sus bocas”, escribió Duhigg.
Esperaban, ansiaban, una ligera irritación. Si no estaba allí,
sus bocas no se sentían limpias. Resulta que Claude Hopkins
no vendía hermosos dientes. Estaba vendiendo una
sensación. Una vez que la gente ansiaba ese cosquilleo
fresco, una vez que lo comparaban con la limpieza, el
cepillado se convirtió en un hábito.
El hecho de que se haya agregado un sabor a menta a la
pasta de dientes fue un accidente. No estaba destinado a
dejar a los usuarios con una sensación de menta fresca, sino
a ayudar a que el producto durara más tiempo en los
estantes. Pero la gente que se cepillaba esperaba la
sensación de hormigueo que venía después del cepillado,
por lo que crearon un hábito en el que ni siquiera habían
pensado y probablemente nunca podrían ser convencidos de
hacer otra cosa, tal como mi cliente se había acostumbrado
a la sensación de logro que obtuvo de sus entrenamientos
matutinos.

Si bien este ejemplo del cepillado de dientes es una


excelente ilustración de cómo se pueden formar nuevos
hábitos en un sentido positivo, la misma ciencia también se
aplica a una letanía de malos hábitos. Mientras, Duhigg
continúa escribiendo: “Esto, dicen los científicos, es cómo
surgen los hábitos y por qué son tan poderosos: crean
antojos neurológicos. La mayoría de las veces, estos antojos
surgen tan gradualmente que no estamos realmente
conscientes de que existen. Pero cuando nuestros cerebros
comienzan a asociar ciertas señales (¡una barra de
chocolate!) con ciertas recompensas (¡delicioso y se derrite
en mi boca!), surge un ansia subconsciente. Y así, cada vez
que vemos barras de chocolate o galletas de chocolate en la
sala de descanso, empezamos a desearlas, incluso si,
momentos antes, no teníamos hambre en absoluto”.

¿Recuerdas lo que dijo Duhigg sobre la ciencia detrás de


los hábitos? Se trata de una señal, un comportamiento y una
recompensa. Si deseas crear un nuevo hábito de hacer lo
que odias primero, entonces necesitas concentrarte en el
sistema de recompensas asociado. Echemos un vistazo
nuevamente al cliente celebridad de pérdida de peso. Para
establecer su nuevo hábito, le di una señal: el despertador.
Cada vez que se activaba, tenía que arrastrarse fuera de la
cama, sin preguntas, justificaciones o excusas. El
comportamiento en sí fue el trote o la caminata alrededor de
la cuadra. Y luego, la recompensa fue el sentimiento de logro
y la falta de culpa que él maximizó durante todo el día al
poner el trote como la primera cosa. Una vez que llegó a
amar el sentimiento de no descender más hacia el odio a sí
mismo con cada hora que pasaba, él no quería volver a no
hacer ejercicio. En efecto, no aumentó su amor por el
comportamiento, sino por la recompensa en sí.

Esto se puede aplicar a prácticamente cualquier cosa.


¿Quieres comer más sano, pero odias cocinar? Comienza tu
semana preparando comidas saludables los domingos por la
noche—haciendo lo que odias primero— y concéntrate en lo
fácil que es cuando llegas a casa del trabajo para calentar
rápidamente una cena saludable y satisfactoria. Si estás
cansado de que tus clientes no te paguen lo suficiente,
comienza tu semana enviando cortésmente un aviso de que
estás aumentando tus tarifas y obtén la recompensa que
obtienes de la sensación de estar honrando tus talentos y
habilidades. Si estás cansado de ser soltero, pero no te gusta
salir, ponte el desafío para hablar con una persona extraña
en la primera mitad de cada día o establece una cita con
alguien que hayas conocido en algún sitio de citas en línea
cada fin de semana. Pronto, encontrarás que comienzas a
amar estas interacciones espontáneas.

Cuando estaba comenzando como terapeuta y escritora,


sabía que tenía que promocionarme. Sabía que mis técnicas
y métodos tenían el poder de cambiar la vida de las
personas y quería que los periodistas y las revistas
escribieran acerca de mí y de mis métodos para poder llegar
a más personas y conseguir un agente que vendiera mis
libros. Sin embargo, la idea de tomar el teléfono y
“venderme” a periodistas y editores ocupados no era
atractiva, ya que implicaba una posibilidad de rechazo (que
es, por supuesto, nuestro mayor temor). Había tantas cosas
que yo prefería hacer en vez de eso, pero sabía que tenía
que priorizar el llamado o mis ideas y manuscritos de libros
se quedarían en los cajones literal y metafóricamente, a
menos que yo hiciera un esfuerzo para elevar mi perfil
público. Me planteé el desafío de llamar a un periodista,
editor o publicación todos los días antes de hacer cualquier
otra cosa (en los días previos al correo electrónico, llamar
era el camino)

Dediqué 15 minutos al día a esta práctica durante


semanas y acumulé muchos rechazos en el proceso. Sin
embargo, sabía que el rechazo es increíblemente común
entre los escritores: el primer libro de la autora de Harry
Potter, J.K. Rowling, fue rechazado por varios editores antes
de vender cientos de millones—así que yo sabía que la
persistencia era vital. Cuando llamé a una revista después
de ver un artículo que habían escrito sobre el uso del poder
de la mente para cruzar las brasas, me encargaron que
escribiera un artículo sobre el poder que tiene la hipnosis
para influir en el cuerpo. Después de eso, les gustó tanto mi
artículo, que me pidieron que escribiera una columna
regular, lo que llevó a muchas otras columnas y, finalmente,
a la cobertura en todas las revistas británicas y en muchas
de las principales revistas de Estados Unidos y muchas otras
publicaciones internacionales.

Ahora todo parece muy fácil, pero sé que esto nunca


hubiera sucedido si no me hubiera fijado la meta de hacer lo
que odiaba todos los días. Para ese momento yo había
elevado mi perfil público, se me hacía muy cómodo vender
mis ideas y hacer llamados en frío; como sabemos, la mente
aprende por repetición y yo había repetido la actividad
aterradora tantas veces que ya no me intimidaba. Por
supuesto, la ironía ahora era que mi perfil público como
escritora y terapeuta se había extendido tanto que ¡la mayor
parte del interés de los periodistas ahora sí me llegaba!

Aprovechando las lecciones de los dos primeros


capítulos, es muy importante para ti que cambies tu diálogo
interno para convencerte a ti mismo de que estás
“eligiendo” hacer lo que odias. La primera semana
ciertamente no se sentirá así. Te sentirás como mi cliente
siendo arrastrado fuera de la cama a las 5 am cada mañana
a punto de hacer algo que detesta. Pero si interrumpes tu
mente y cambias tu lenguaje a algo más neutral: “yo elijo
hacer esto primero, por el sentimiento de la recompensa que
recibo”, lo harás mucho más manejable. Otras frases que
pueden funcionar aquí: “estoy determinado a tener éxito,
por lo tanto, hago lo que no quiero hacer y lo hago primero”,
así como también: “estoy eligiendo hacer lo que no quiero
hacer. Estoy eligiendo sentirme fantástico acerca de hacer lo
que no quiero hacer. Estoy eligiendo hacerlo primero”,
recordándote que las personas exitosas hacen lo que odian
primero, y si quieres el mismo éxito tienes que elegir hacer
lo mismo.

Esta práctica es en gran medida un auto refuerzo. Es


decir, cuanto más repitas las frases de arriba, más las creerá
tu mente (incluso si al principio se siente inútil o poco
convincente). Cuanto más las creas, más harás lo que odias
y lo harás primero. Y luego, cuanto más hagas lo que odias,
más motivación encontrarás para continuar. Mi dicho favorito
y que repito mucho es: primero tú haces tus hábitos y luego
tus hábitos te hacen. Haz que tus hábitos sean positivos
haciendo primero lo que no te gusta y luego tus hábitos te
harán más exitoso.

Si aún no estás convencido de que hacer lo que odias (y


hacerlo primero) es la clave del éxito, quiero señalar una
metáfora que creo que es muy útil al pensar en hacer las
cosas que odiamos. Si piensas en cada autor, artista, atleta o
empresario exitoso que admiras, casi puedo garantizarte que
tienen una alta tolerancia para hacer lo que odian.

Piénsalo así: si hubiera un club de éxito y realmente


quisieras ser miembro— realmente quisieras pertenecer a un
grupo en el que todos los demás tuvieron éxito y sentir que
también perteneces a él, ¿pagarías la cuota de membresía?
¿Qué pasaría si te dijera que no había que pagar ninguna
tarifa, pero para ser miembro tenías que comprometerte a
hacer lo que no querías hacer? Tenías que hacer las
actividades que no te gustaban primero. ¿Lo harías? Creo
que lo harías. Así que comienza ahora y siempre que tengas
resistencia recuérdate que “hacer lo que no quiero hacer
primero es como puedo ser miembro del club del éxito”.
Luego se vuelve más atractivo a medida que te enfocas en
tu recompensa.

He trabajado con clientes de prácticamente todas las


disciplinas e industrias—personas que tienen sus llamados
“trabajos soñados”—y cada uno de ellos tiene que hacer
cosas que odia de vez en cuando. Si tú eres un
emprendedor, tendrás que lidiar con la incertidumbre, el
riesgo y las llamadas telefónicas a primera hora de la
mañana; si eres un atleta, tendrás que entrenar todas las
mañanas, incluso si no tienes ganas de hacerlo; si eres un
escritor, tendrás que trabajar solo, enviar argumentos de
venta y promocionarte. No se puede tener la gloria y el
reconocimiento de estas profesiones sin las partes
desagradables. Pero, lo que sí puedes hacer es priorizar las
partes que menos te gustan para que no controlen tu vida.
En otras palabras, cuando te levantes en la mañana, haz
primero las tareas que no te gustan. Te alegrarás por el resto
del día por que lo hiciste—y serás capaz de disfrutar las
partes de tu vida y de la carrera que te gustan.
Las tres Ps
Para cerrar este capítulo, quiero responder una pregunta
que una vez recibí de una clienta, que se me quedó grabada.
Después de delinear esta estrategia para ella, me comentó
que había comenzado a hacer las cosas que odia primero, y
que eso le estaba tomando casi la mitad de su día. “Es solo
después de la hora de almuerzo que empiezo a comenzar a
hacer cosas que no odio”, escribió. “¿Esto es normal?”

Quiero dejar en claro que este método no debe parecer


que se está apoderando de tu vida. Si bien la vida
ciertamente tiene muchas partes no agradables, el
sentimiento de “odio” probablemente no se aplique a
muchos de ellos. No quiero parecer que estoy apoyando la
idea de que deberías llenar tus horas con cosas que no
disfrutas para tener éxito. Por el contrario.

Si odias cada hora de vigilia de tu trabajo, esa es una


buena razón para mirar la estructura de tu vida y tu trabajo
y reconsiderar tu trayectoria profesional. Si odias pasar
tiempo con tu pareja, es posible que no estés en la relación
correcta. Si estudiar en la facultad de derecho te da una gran
inseguridad de que podrías estar tomando la decisión
equivocada al ser un abogado, no quiero que anules ese
sentimiento. Si hablar con tus colegas o tu jefe te hace
sentirte maltratado o que te han faltado el respeto, no quiero
que lo hagas primero, ¡no quiero que lo hagas en absoluto!

Si tienes problemas para delimitar entre hacer algo que


odias (que te llevará a donde quieres ir) y hacer algo que en
general no te está sirviendo, puede ser útil usar la prueba de
las “Tres P”. Pregúntate es esta cosa: ¿Permanente?
¿Personal? ¿Penetrante?
Si algo no es permanente, normalmente puedes
superarlo si está al servicio de lo que deseas. Si se trata de
un proyecto en el trabajo o de escribir una propuesta,
aprender algo nuevo o limpiar tus finanzas, esas cosas
eventualmente desaparecerán. Pero si se trata de la
trayectoria de tu carrera, tu elección de pareja o la
posibilidad de obtener un crédito hipotecario, estos son más
duraderos. Puedes superar cualquier cosa con suficiente
perseverancia, pero solo asegúrate de que lo que intentas
superar tenga un punto final.

Preguntarte a ti mismo, “¿es personal?” significa


averiguar si es algo que solo tú puedes arreglar. Sea una
mala actitud, hábito o sistema de creencias. Siempre es
posible arreglar las cosas que son personales porque tú
estás a cargo. Sin embargo, si otra persona te está
maltratando o abusando, esa es una dinámica en la que no
necesariamente podrás salir adelante solo, ya que no está
completamente bajo tu control. No quisiera que hicieras algo
que odias primero si eso significa dejar que alguien te
maltrate.

Por último, ¿es penetrante? Las cosas que odias y que te


pueden llevar al éxito suelen ser molestias y preferencias en
lugar de problemas estructurales. Si lo que odias parece
infiltrarse en todas las facetas de tu vida, no debes
priorizarlo. ¡Deberías cambiarlo!

Espero que esto te ayude a ver la diferencia entre dar


prioridad a las pequeñas tareas de la vida que pospones e ir
en contra de tus instintos e integridad sobre lo que te hace
sentir bien. En otras palabras, hacer lo que odias y hacerlo
primero no debería ser agotador y debilitante, sino más bien
energizante. Debería hacerte disfrutar el resto de las horas
de tu día mucho más y darte la sensación de logro que te
lleva a querer aún más logros. Lo más importante es que
debe moverte hacia las cosas en la vida que realmente
quieres, no alejarte de ellas.

También puedes usar las 3 Ps para lidiar con el estrés.


Imaginemos que tu jefe es difícil, tu hijo adolescente es
conflictivo o tu viaje al trabajo es estresante. Pregúntate a ti
mismo si esto es ¿permanente, personal y penetrante? Que
tu jefe sea difícil no es permanente, ya que no trabajarás con
él para siempre. No es personal, ya que él es así con todos. Y
no es penetrante, ya que cuando estás en tu casa comiendo
una cena encantadora o tomando un baño relajante él no
está ahí.

Si no es PPP todo el tiempo, no te puede hacer daño a


menos que tú lo permitas.

CAPÍTULO 5
No Hay Atajos – Pero Hay Una Garantía

Fe es tomar el primer paso incluso cuando no ves la


escalera completa .
Martin Luther King Jr, vocero y líder

Es posible que hayas notado que el capítulo anterior fue


ligeramente diferente a los tres anteriores. En los primeros
tres capítulos, me enfoqué en los hábitos de pensamiento.
Una revisión rápida aquí, estos fueron: decirle a tu mente
exactamente lo que quieres que haga, completar con un
lenguaje actualizado y relevante; tomar responsabilidad por
las palabras y las imágenes en tu cabeza; y hacer que lo
familiar no sea familiar y viceversa. Luego, en el Capítulo
Cuatro, cambié sutilmente para centrarme en un hábito de
acción y te di una acción específica para hacerla todos los
días. Este capítulo también se centrará en un hábito de
acción para integrarse en tu vida.
Uno de los principios que rige mis métodos es el poder
de la repetición. Si repites algo con la frecuencia suficiente,
ya sea bueno o malo, puedes integrarlo en tu cerebro. La
mayoría de las personas, sin darse cuenta de este poder,
repiten cosas negativas o inútiles, ya sean pensamientos de
auto crítica, malos hábitos alimenticios o compararse con
otros. Cada día, mientras hacen esas cosas, no ven el efecto
que la repetición está teniendo, sin darse cuenta, en sus
vidas. Pero la buena noticia es que la otra cara también es
cierta. El poder de la repetición, sin saberlo, puede funcionar
a tu favor, siempre que repitas las acciones correctas en tu
vida diaria.

Es por esto que el próximo hábito de acción es tan


esencial:

Haz una cosa cada día en la dirección de tus sueños.

Esto puede parecer increíblemente simplista y obvio


para ti, pero la realidad es que esto a menudo se pasa por
alto o no se ejecuta correctamente. Frecuentemente, tengo
clientes que trabajan increíblemente duro de lunes a viernes,
llegan al fin de semana agotados y aún se sienten culpables
de no estar trabajando el sábado y el domingo. De hecho, a
menudo pierden de vista para qué están trabajando. La
mayoría de las veces, también se sienten miserables.

No te estoy aconsejando que trabajes en exceso siete


días a la semana. Lo que te pido que hagas es elegir una
cosa en tu vida que sea realmente importante de lograr para
ti—en cualquier área de tu vida—y comprometerte a hacer
una pequeña cosa todos los días al servicio de eso, incluso si
es solo por unos pocos minutos. Esto puede estar al servicio
de tu carrera, tu sueño creativo, tu salud mental o tu salud
física; el punto es eliminar de tu mente la pregunta “¿Lo haré
o no lo haré?” Una vez que hagas esto, y comiences a hacer
una pequeña cosa al día, verás cuán poderosa es realmente
la práctica del hábito y la repetición.

He dicho antes en este libro que cuando haces las cosas


que hacen las personas muy exitosas, sin saberlo, te vuelves
más y más como ellos. Esto es muy cierto cuando se trata de
este hábito de acción. Verás, al igual que comenzar el día
haciendo que tu tarea menos favorita salga del camino
primero, comprometerte con una pequeña tarea todos los
días al servicio de tus sueños de éxito te hace sentir como
un ganador. Una vez que te sientes así, comienzas a actuar
de manera diferente. Comienzas a tomar el aire de una
persona exitosa y crees que eres exitoso. Esto puede afectar
la forma en que otras personas te tratan, cómo te tratas a tí
mismo y lo que atraes a tu vida. Por ejemplo, durante el fin
de semana, simplemente haz un pequeño trabajo en tu sitio
web, devuelve algunas llamadas o mira un breve video de
capacitación.

Puede parecer como un pequeño paso, pero es al


servicio de una meta mucho más grande.

Todo el mundo quiere un atajo


Como he pasado tanto tiempo trabajando con todo tipo
de personas, siempre me preguntan: “¿Qué hace que una
persona exitosa se adhiera a sus metas?” La respuesta es
que no hay un atajo para esto. Vivimos en una cultura que
está obsesionada con los trucos y las soluciones rápidas,
pero cuando se trata del camino al éxito, realmente no hay
un truco externo. Sin embargo, en lugar de eso, hay un tipo
de garantía: si te comprometes a hacer algo, todos los días,
tienes la garantía de estar cada vez más cerca de ello. Si no
lo haces, no lo estarás.
He trabajado con varios atletas olímpicos y ellos siempre
son un gran modelo a seguir de esto. Los televidentes en la
casa ven los momentos de gloria mientras compiten y ganan
medallas. Los atletas, mientras tanto, ven solo los años de
dolor y sacrificio que les tomó para llegar allí. Como el
nadador olímpico, Matt Biondi, fue citado diciendo: “La
persistencia puede cambiar el fracaso a un logro
extraordinario”. Lo mismo es verdad para ti.

Un gran ejemplo del poder de la consistencia es lo que


usualmente ocurre cerca de navidad y las fiestas. Podemos
comenzar el mes con un entrenamiento sólido o una rutina
saludable y decir, “solo me voy a tomar cuatro días libres”. Y
entonces, de repente, es la mitad de enero y no hemos ido al
gimnasio en tres semanas. Si te permites eliminar la garantía
de “comprometerte a hacer”, el hábito a menudo se
desmorona y deja de ser importante para ti. Pero cuando
tomas acción todos los días—incluso si eso significa
simplemente caminar a paso ligero o hacer algunos
estiramientos el día de navidad, por ejemplo—, continúas
acercándote a tu meta con facilidad. Una vez más, no hay un
atajo aquí, pero hay una garantía: comprométete a hacerlo y
verás los resultados.

Esa garantía es la razón por la que utilizo este capítulo


para enfatizar el poder de simplemente “comprometerte y
hacer” lo mismo por diez minutos al día. A medida que te
acerques a tu objetivo, tu objetivo comenzará a acercarse a
ti. Todo esto está basado en la ley y la ciencia de la
atracción. Como escribió Deepak Chopra, “Esta ley establece
que toda la situación a tu alrededor eres tú. ‘Soy lo que veo.
Lo que veo es a mí’. Una vez que ves que solo te estás
reflejando a ti mismo, ¿qué sucede? Te vuelves más
consciente de ti mismo. A medida que se expande la
autoconciencia, te vuelves mucho más claro y enfocado en
lo que realmente quieres. Entonces, y solo entonces, la ley
de atracción puede funcionar para ti de manera confiable”.

Haciendo una cosa todos los días, sin fallar, al servicio de


quien o lo que quieres ser es una forma garantizada de
mejorar el reflejo que ves de ti mismo. Una vez que haces
esto, todo mejora, a medida que comienzas a creer en ti
mismo y en tus capacidades. Entonces se vuelve mucho más
fácil avanzar hacia todo lo que quieres en la vida.

No es tan bueno para ser verdad


“Pero Marisa ¿Hacer algo cinco o diez minutos al día
pueden hacerme realmente exitoso?” Puedo escuchar tus
dudas desde aquí. La respuesta es sí, puede. No es tan
bueno para ser verdad porque el efecto de esta práctica se
multiplica a través de tu vida, y más importante, en tu
actitud hacia tu vida. Cuando te sientes mejor contigo mismo
comienzas a comportarte con el aire de alguien que tiene
éxito—lo que a su vez te hace exitoso. No importa cuán
grande o pequeña sea la acción diaria, lo que importa es que
comienzas a actuar como un ganador .

Realmente deberías comenzar a pensar en tu mente


como un láser busca objetivos. Del mismo modo que tu
mente escucha las palabras y las imágenes que te dices a ti
mismo para informarte cómo piensa, también le encanta
tener metas concretas en las que trabajar. Mientras más
específico puedas hacer esto, mejor. Entonces, no es “quiero
ser exitoso” sino que: “el próximo año, quiero haber escrito
un borrador del libro” o no es “quiero bajar 50 kilos” sino que
en vez “me quiero comprometer a cocinar comidas más
saludables de lunes a viernes”.
Tu mente es un organismo increíblemente flexible.
Podrías pensar: “bien, no soy el tipo de persona que pueda
mantenerse en nada, siempre me rindo”. Pero, esa es una
historia que tú te estás contando a ti mismo. Si vas a la línea
de meta de cualquier maratón y le preguntas a los
corredores si siempre han amado correr, un asombroso
número de ellos insistirán que ¡NO! Pasaron de flojos a
corredores de maratón porque empezaron a formar un
hábito de acción al que se comprometieron. Cambiaron sus
mentes acerca de quienes eran—y tú puedes hacer lo
mismo. Solo requiere ser específico y comprometerse a
hacerlo implacablemente.

Sin embargo, te diré que cuando estés recién


empezando a establecer este hábito de acción, deberías
pensar detenidamente en cuál va a ser la cosa con la que
vas a empezar. No tiene que ser un compromiso extremo.
Con demasiada frecuencia veo que las personas se ponen
metas demasiado ambiciosas y se predisponen al fracaso. Al
igual que con el cliente de pérdida de peso del último
capítulo, yo no le indiqué que corriera 10 km cada mañana;
le dije que simplemente caminara por su vecindario todos los
días. Una vez que hizo esto, la motivación para hacer
comenzó a aparecer. Es uno de mis dichos favoritos porque
es muy cierto: el movimiento manifiesta la motivación.

Tampoco quiero que esto sea algo que odies. El consejo


del capítulo anterior y de este capítulo están separados. El
capítulo anterior era sobre hacer primero lo que no te gusta;
este capítulo se trata sobre elegir comprometerte con algo
que te va a hacer sentir como un ganador y que te llevará
hacia tus objetivos. En el mejor de los casos, quiero que
elijas hacer algo todos los días que te vaya acercando a tu
objetivo, ya sea escribir, meditar, ejercicio o trabajar en tu
plan de negocios. Por ejemplo, cuando decidí hacer lo que
odiaba, llamando a periodistas y pidiéndoles que escribieran
sobre mí, también decidí hacer una llamada todos los días,
incluso los domingos. Los departamentos de redacción están
abiertos los domingos y hacer una llamada todos los días me
conectó con esa acción. En lugar de temerlo, me lo saqué de
encima y me sentí bien porque estaba tomando acción todos
los días en la dirección de mis metas.

Otra forma de prepararte para el éxito con tu nuevo


hábito es tener un mecanismo de responsabilidad. Esto
realmente puede ayudar a las personas a mantener una
meta. Cuéntale a tu familia o pareja (siempre y cuando te
apoyen) sobre tu nuevo objetivo y pídeles que te alienten.
Únete a un grupo de redes sociales de personas con ideas
afines que compartan tus objetivos o establece un
compañero de entrenamiento con el que puedas
intercambiar mensajes una vez al día. Todo esto aumentará
tus posibilidades de cumplir con tu nuevo objetivo.

Entonces, ya sea una meta de carrera, una meta de


autocuidado, o una meta personal, espiritual o creativa, elije
una cosa que te comprometerás a hacer todos los días por
los próximos meses. Cree en ello y disfruta viendo la
consistencia que se desarrolla en tu vida de maneras
hermosas e inesperadas. Y recuerda—lo que quieres, te
quiere. A lo que tú te estás moviendo, se está moviendo
hacia ti. Solo tienes que dar el primer paso.

CAPÍTULO 6
Tu Mente Es Como Una Clase De Niños De 3
Años

La habilidad de retardar la gratificación tiene


implicaciones no solo para la vida de una persona, sino
también para la comunidad, para un pueblo, para un país .
Joachim de Posada, autor
Dime si esto te suena familiar: llegas a tu casa después
de un largo día en el trabajo, cansado por el día que tienes
detrás, pero totalmente consciente que aún no ha
terminado. Inspeccionas una cocina que necesita limpieza,
las hojas de permiso de tus niños que necesitan ser firmadas
y la bandeja de entrada del correo electrónico que debe
limpiarse. Pero, también estás desesperado por ver el último
episodio del nuevo programa que grabaste. Y el chocolate en
la despensa y el vino en el refrigerador te están llamando
—“solo tómate un descanso primero” te dicen, “luego
puedes terminar tu lista de cosas por hacer”.

¿Qué haces primero?


Este capítulo es acerca del hábito de acción que la gente
exitosa usa para responder a ese escenario—retrasar la
gratificación—así como el truco mental adicional que puede
hacer que ese hábito se mantenga, que es saborear la
recompensa. Te voy a explicar por qué no encontrarás el
éxito con el primero, sin enfatizar el segundo. Pero primero,
miremos la ciencia detrás de la gratificación retrasada.

Probablemente has escuchado del famoso experimento


del malvavisco de Stanford, cuya premisa era bastante
simple. Los investigadores, dirigidos por el psicólogo Walter
Mischel, Ph.D., dejaron a los niños en edad preescolar con un
malvavisco y les ofrecieron una opción: ellos podían comerse
ese ahora, o si esperaban hasta que el investigador volviera,
podrían comerse dos. En otras palabras, les pidieron que
retrasaran la gratificación por una mayor recompensa.

Los resultados fueron sorprendentes. Según la


Asociación Americana de Psicología, los investigadores:
“descubrieron que los adolescentes que habían esperado
más tiempo por los malvaviscos como preescolares, tenían
más probabilidades de obtener un puntaje más alto en los
exámenes SATs, y sus padres tenían más probabilidades de
calificarlos con una mayor capacidad para planificar,
manejar el estrés, responder a la razón, mostrar autocontrol
en situaciones frustrantes y concentrarse sin distraerse”.
Mischel regresó una vez más para revisitar el estudio con los
participantes, ahora en los cuarentas y encontró que “sus
diferencias de fuerza de voluntad se habían mantenido en
gran medida durante cuatro décadas”.

En mis años como terapeuta, definitivamente he


observado que las personas que pueden retrasar la
gratificación son más propensas a caer en esa rara tercera
categoría de clientes que “lo tienen todo”. Ellos son los que
saben que las cosas buenas no ocurren de la noche a la
mañana, que la satisfacción más duradera toma tiempo y
esfuerzo para esperar, y que es en la obtención de las cosas
que sentimos más placer. Esto es lo que alimenta a las
personas exitosas y motivadas a trabajar duro, perseverar y
nunca rendirse incluso cuando las cosas se ponen difíciles.

Mischel y sus colegas investigadores proporcionaron un


marco de referencia para la forma en que los diferentes
humanos ven la gratificación. Como escribió la Asociación
Americana de Psicología: “él propuso lo que él llama un
sistema de ‘caliente y frío’ para explicar por qué la fuerza de
voluntad tiene éxito o falla. El sistema frío es de naturaleza
cognitiva. Es esencialmente un sistema de pensamiento, que
incorpora conocimiento sobre sensaciones, sentimientos,
acciones y objetivos—recordándote, por ejemplo, por qué no
deberías comerte el malvavisco. Mientras que el sistema frío
es reflexivo, el sistema caliente es impulsivo y emocional. El
sistema caliente es responsable por las respuestas rápidas y
reflejas a ciertos factores desencadenantes—como introducir
el malvavisco en tu boca sin considerar las implicaciones de
largo plazo. Si este marco de referencia fuera una caricatura,
el sistema frío sería el ángel en tu hombro y el sistema
caliente, el diablo. Cuando la fuerza de voluntad falla, la
exposición a un estímulo “caliente” esencialmente anula el
sistema frío, lo que lleva a tomar acciones impulsivas. Al
parecer, algunas personas pueden ser más o menos
susceptibles a los desencadenantes calientes. Y esa
susceptibilidad a las respuestas emocionales puede influir en
su comportamiento a lo largo de la vida.

Este sistema de caliente y frío puede parecer


desalentador si tú eres el tipo de persona que usualmente
cae en el campo de la impulsividad y la emoción. Ya sea que
estés atacando verbalmente a tu esposa o a tus niños
cuando hacen algo mal en vez de tomar una respiración
profunda, o comer una barra de chocolate entera en
segundos en vez de saborearla lentamente. Pero, si bien los
investigadores de Stanford pueden haber sugerido que este
sistema caliente y frío es una dicotomía—en otras palabras,
tú eres uno u otro y no hay mucho que puedas hacer al
respecto—estoy aquí para decirte que tú puedes cambiar al
tipo de persona que es capaz de retrasar la gratificación por
el éxito. Se trata de replantear tu mente para enfocarte en el
sistema de recompensa.

Desconéctate y saborea las


recompensas
Vivimos en un mundo que es muy diferente a como era,
incluso hace diez años. La era de la información ha
desdibujado enormemente las líneas entre el trabajo, el
descanso y el juego, y creo que nuestra calidad de vida ha
sufrido enormemente debido a eso. Siempre estamos
“encendidos” ya sea que estemos revisando nuestro correo
electrónico mientras miramos un programa de televisión,
almorzando en nuestro escritorio, o haciendo llamadas el fin
de semana. En estos días es difícil saber qué es trabajo, qué
es recompensa y qué es descanso, ya que todos parecen
fusionarse en uno.

Si quieres convertirte en el tipo de persona que es capaz


de retrasar la gratificación, entonces necesitas establecer un
sistema de recompensas y un espíritu de saborear realmente
las cosas placenteras de la vida. En otras palabras, si no
estás naturalmente inclinado a retrasar la gratificación, no es
suficiente simplemente intentar forzarlo a tu vida. Debes
enfatizar el lado positivo que proviene de retrasar la
gratificación.

Esto puede significar estructurar tu mañana o tarde


haciendo tus tareas y luego recompensarte una vez que
hayas terminado. Y una vez que alcanzas esa recompensa,
necesitas calmarte y realmente concentrarte en ella. No
fuerces la barra de chocolate en tu boca mientras miras
televisión, cómela atentamente y concéntrate en los
sabores. No mires tu programa de televisión favorito
mientras doblas la ropa, siéntate debajo de tu manta favorita
y relájate realmente. Cuanto más puedas entrenarte para
saborear incluso los placeres más simples de la vida, más
incentivado estarás para retrasar la gratificación que te lleva
a ellos. Una vez que hagas eso, ni siquiera tendrás que
pensar en entrar a la casa y hacer tus tareas de manera
eficiente antes de disfrutar de una copa de vino;
simplemente sucederá de forma natural.

Aprender a saborear realmente tus recompensas, ya sea


algo simple como un buen café con leche o una gran cena
después de que hayas terminado un proyecto, realmente
puede tener un impacto en tu vida. Me temo que es una
habilidad tan menguante en nuestro mundo; hay
demasiadas personas que son demasiado impacientes para
pasar a la próxima cosa más grande y brillante. He trabajado
con tantos clientes ricos que tienen fondos ilimitados para
disfrutar de todas las cosas buenas de la vida, pero nunca se
toman el tiempo o la atención para disfrutar realmente de
esas cosas. En cambio, se mueven de una cosa a otra, nunca
satisfechos de simplemente detenerse y oler las rosas
proverbiales. Aprender a saborear los pequeños momentos
de la vida como recompensas—y posponer disfrutarlos hasta
que hayas completado una tarea— no requiere que tengas
mucho dinero. Se trata de dónde enfocas tu atención.

De hecho, lo bueno de aprender a saborear las


recompensas es que puedes trabajar en cada faceta micro y
macro de tu vida, desde recompensarte durante el día con
una taza de té o mirar un video divertido de YouTube
después de haber completado una tarea, hasta reservar
unas vacaciones una vez que finalmente hayas enviado tu
gran proyecto de trabajo para el año. Es una forma de
enriquecimiento de la vida que es básicamente gratuita y
realmente puede mejorar tu rutina diaria.

El éxito no se trata solo de cuánto dinero ganas o de los


premios que tienes. Después de todo, esas cosas no
significan mucho si nunca las disfrutas. Las personas que
más disfrutan de la vida han aprendido cómo retrasar la
gratificación y a saborear las recompensas, grandes y
pequeñas, cuando vienen.

Retrasar la gratificación y saborear las recompensas es


especialmente clave si, como muchos de mis clientes, eres
un emprendedor o un profesional independiente. Este tipo de
ambientes de trabajo puede ser muy duro para la salud
mental de las personas, ya que las condiciones normales con
horas de oficina y jefes dándote validación no existen.
Mientras esperas financiamiento para tu negocio o que un
cliente grande finalmente te pague por tu trabajo, se puede
sentir como si no llegaras a ninguna parte y no estuvieras
logrando nada. Estás logrando, por supuesto, pero en una
escala de tiempo y sistema métrico diferente a la de otras
personas.

Si tú eres este tipo de trabajador, es clave que


incorpores recompensas que puedas saborear en tu semana
laboral, especialmente si eres el tipo de persona propensa al
exceso de trabajo. Para muchas personas, retrasar la
gratificación no es el problema; es su incapacidad para
cosechar las recompensas una vez que han hecho el trabajo.
Esto puede causar agotamiento y exceso de trabajo, que son
cosas que he visto en muchos de mis clientes. Si bien el
“éxito de la noche a la mañana” puede ser un mito poderoso
en nuestra cultura, la mayoría de las personas que
emprenden carreras de alto riesgo saben que es falso. Sin
embargo, lo que quizás no sepan es que es vital
recompensarse en el camino para tener éxito. No puedes
simplemente trabajar hora tras hora sin tomarte el tiempo
para recompensarte por las horas que estás invirtiendo.
Recompensarte a ti mismo te hará más fuerte y capaz de
resistir hasta que seas una historia de éxito incuestionable y
un líder en tu campo.

Me encanta este consejo del autor y columnista de la


revista Forbes Michael Simmons, que ha estudiado la ciencia
del éxito: “En un mundo donde todos aceleran y llenan su
agenda para avanzar, el trabajador del conocimiento
moderno debería hacer lo contrario: reducir la velocidad,
trabajar menos, aprender más y pensar a largo plazo. Para
comenzar, sigue la regla de las 5 horas: durante una hora al
día, invierte en tiempo compuesto: toma esa siesta, disfruta
de esa caminata, lee ese libro, mantén esa conversación.
Puedes dudar de ti mismo, sentirte culpable o incluso
preocuparte porque estás “perdiendo” el tiempo… ¡No lo
estás! Aléjate de tu lista de “cosas por hacer”, solo por una
hora, e invierte en tu futuro. Este enfoque ha funcionado
para algunas de las mentes más grandes del mundo.
También puede funcionar para ti.

Otro maravilloso efecto de aprender a retrasar la


gratificación y luego hacer que tu llamada telefónica, tu
tiempo frente a la pantalla, incluso tu café con leche o cena
sea una recompensa para saborear y apreciar es que
entrenes tu mente para obtener tanto placer de las cosas
simples que cuando recibas grandes recompensas se sienta
aún mejor y vivas en un estado de gratitud perpetua.
Comienza a decirte que tu primer café del día, la fragancia
de tu gel de baño, deslizarse en sábanas limpias y el sonido
de la risa de tus hijos te brinda un inmenso placer y pronto
se hará realidad y entrenarás tu mente para experimentar
más placer diariamente.

Tu mente es como una clase de niños


de 3 años
Volviendo al experimento del malvavisco, quiero que
pienses en tu mente como un aula de preescolares. Si se lo
dejas a ellos, la mayoría de esos preescolares simplemente
comerán el malvavisco de inmediato cuando se les ofrezca.
En cambio, debes darle a tu mente consejos claros, directos
y específicos sobre cómo se desarrollará tu día y qué
recompensas cosecharás más adelante.

Si lo piensas, los padres hacen esto con los niños todo el


tiempo. Decimos “come tu cena y luego puedes tomar tu
helado” u “ordena tu habitación y luego puedes jugar
videojuegos”. Necesitamos emplear esas mismas tácticas
con nuestra mente, enfatizando lo que vamos a hacer, así
como lo que vamos a saborear. Es clave plantear a uno como
precursor del otro.

Uno de los temas más tristes y recurrentes que he visto


en mi práctica terapéutica son los padres ricos y exitosos
que vienen a mí preguntándose por qué sus hijos parecen
tan desmotivados y obstinados. He visto a tantos jóvenes de
veintitantos años heredar negocios familiares exitosos o
imperios que han existido durante décadas, que luego
rápidamente se terminan cuando pasan a manos de la
generación más joven. Si bien puedes suponer que esto se
debe a que estos niños simplemente no saben cómo trabajar
duro, a menudo es más profundo que eso.

Estos niños a menudo se enojan con sus padres por


robarles uno de los grandes regalos de la vida: la sensación
de logro. Verás, esta es una prueba triste de que, incluso si
se te han dado todas las recompensas (automóviles, casas,
empresas, etc.), no significan nada en ausencia de trabajo
duro. Es en la ganancia que podemos disfrutar plenamente
de nuestras recompensas. Del mismo modo que no puedes
enseñarte a ti mismo a retrasar la gratificación sin centrarte
en saborear las recompensas, tampoco puedes saborear
realmente las recompensas sin la demora y el arduo trabajo
que les precede.

Ya sea que tú eres el tipo de persona que lucha por


retrasar la gratificación o el tipo de persona que nunca
disminuye la velocidad lo suficiente como para cosechar las
recompensas, las instrucciones claras con las que ordenas tu
mente son clave. Si sientes que necesitas ayuda adicional
con esto, te invito a escuchar mi ejercicio de hipnosis “El
Vórtice Sanador”, que proporciona instrucciones directas y
explícitas a tu mente para aumentar su bienestar y dejar
atrás viejos problemas.
Encuentra el ejercicio aquí:
www.iamenough.com/resources

CAPÍTULO 7
Cuerpos Prehistóricos Viviendo En Tiempos
Modernos

En una batalla entre la lógica y la emoción, la emoción


siempre gana .
Marisa Peer, autora

A lo largo de mi carrera, los clientes han venido a mí con


una lista de cosas que les gustaría arreglar. Desde el dinero
hasta las relaciones, la salud mental y la carrera, ven sus
problemas como una lista dispar de elementos para tachar,
en lugar de diversas manifestaciones de un tema más
amplio que no pueden ver.

Cada vez que escucho a un cliente enumerar las razones


por las que ha venido a la sala de terapia, le digo que no
vamos a tratar los síntomas de sus problemas, sino la causa.
Para muchas personas, uno de estos síntomas es la pérdida
de peso, la imagen corporal y la dieta, que es a lo que se
dedicará este capítulo.

Quizás estés pensando: en un libro dedicado a algunas


de las preguntas más significativas de la vida: ¿Cómo puedo
amarme a mí mismo? ¿Cómo puedo encontrar un propósito?
¿Cómo puedo superar ser una víctima de mi pasado? ¿Cómo
influye que alguien tenga diez kilos de sobrepeso? Puedo ver
de dónde viene la pregunta. Nuestra cultura está
obsesionada con el peso y la pérdida de peso casi hasta el
punto de la sátira. Se ha adentrado no solo en nuestros
sistemas de atención médica y en la oferta de alimentos,
sino también en nuestra cultura popular y en los programas
de televisión y entretenimiento. Sin embargo, la gran
mayoría de esos ejemplos de cultura de pérdida de peso
están simplemente tratando los síntomas. Mi objetivo es
tratar la causa de una vez por todas. Es lo que yo llamo, “Lo
que está debajo”, lo que significa que el problema inicial no
es en verdad el problema; lo que hay debajo y que lo causa
es el problema.

En los primeros capítulos, nos enfocamos en patrones de


pensamiento. En los últimos tres capítulos, te enseñé
patrones de acción. Como ya sabrás, estos patrones se
pueden usar de manera positiva o negativa—pero sin
importar cómo los uses, serán inmensamente poderosos.
Echemos un vistazo a una de las formas más comunes en
que la comida como patrón de pensamiento se convierte en
un patrón de acción autodestructivo.

En algún momento de tu vida, tal vez aprendiste que la


comida era escasa. Tal vez fue porque, en tu familia, los
fondos y recursos eran muy limitados, y, por lo tanto, la
comida en realidad no estaba disponible todo el tiempo y no
había dinero para golosinas o alimentos de lujo. O, tal vez
tus padres crecieron en un clima de escasez, por lo que tu
aversión a desperdiciar comida te fue transmitida por ellos, a
pesar de que económicamente no era necesario.

Cualquiera sea la razón, eras castigado por desperdiciar


comida en la mesa y no se te permitía comer la comida y los
refrigerios sabrosos y llenos de azúcar que querías en casa,
ya que se consideraban un desperdicio de fondos preciosos.
Además, tal vez tu madre te castigó cuando descubrió que
habías comprado dulces después de la escuela en la tienda.
Este castigo y esta escasez te causaron dolor: querías comer
cosas deliciosas, pero no se te permitía y te castigaban por
desearlas. Te sentiste avergonzado y lleno de culpa desde
temprana edad. Peor aún, algunos padres compran golosinas
solo para ellos, pero no permiten que sus hijos las coman.
Quizás tus padres eran fanáticos de la salud y no te
permitían comer azúcar a pesar de que tus amigos la
comían. Entonces, te sentiste privado y tratar de reducir el
azúcar ahora simplemente intensifica esos sentimientos de
privación.

La cultura de la comida, la delgadez y la dieta que


nuestros medios de comunicación promueven subraya aún
más tu vergüenza de tener que “esconder” las golosinas y la
comida que te gustaba para poder ser “bueno”. Además,
siempre te sentiste obligado a terminar lo que estaba en tu
plato, incluso si no tenías hambre porque asociabas el dolor
con el desperdicio de alimentos. Te metiste en una situación
en la que tener lo que querías—golosinas—no solo estaba
prohibido, sino que estaba cargado de emociones negativas.
Y dejar comida en tu plato simplemente no era una opción.

Ahora eres un adulto y tus padres o cuidadores ya no


están cerca para influir en tus decisiones sobre la comida.
Sin embargo, tu mente aún recuerda el dolor asociado con la
privación de tus golosinas deliciosas favoritas. Entonces,
cada vez que comienzas una dieta, tu mente te sabotea con
este patrón de pensamiento. Está operando con la
información desactualizada de que la dieta (o la escasez,
para ser más específicos) te causa dolor. Por supuesto, ahora
que eres un adulto que puede tomar sus propias decisiones
sobre qué comer, no hay escasez. Lo que realmente te causa
dolor ahora es tu incapacidad para perder peso, pero a tu
mente subconsciente todavía no se le ha dicho lo contrario.
Está operando con información desactualizada.

Entonces, ¿cómo podrías cambiar este patrón de


pensamiento? Volviendo a lo que aprendimos en los
capítulos uno y dos, puedes comunicarte contigo mismo de
manera detallada y específica, sin dejar lugar a malas
interpretaciones o confusión, de modo que tu mente te
ayude a avanzar hacia tus objetivos actuales, no los
heredados. Por ejemplo, si has comenzado un nuevo plan de
alimentación y estás tratando de evitar los carbohidratos o
los alimentos fritos, y aun así te sientes atraído por la
pizzería o la heladería, ¿cómo deberías responder?

La información antigua (o el hábito de pensamiento)


sería así: “quiero tanto esa pizza, pero NO PUEDO tenerla.
TENGO que resistirme a comer pizza o fracasaré en mi
dieta”. Tu mente lo ve como una amenaza directa a su
objetivo de evitar la escasez, ¡básicamente le estás
recordando a tu cerebro que la pizza es escasa! Entonces, en
respuesta a eso, te impulsa a pedir la pizza y comerla toda
de una vez (hábito de acción). Recuerda, tu mente quiere
evitar el dolor de la escasez. Sin embargo, si dices: “PUEDO
pedir una pizza porque estoy totalmente a cargo de mis
decisiones sobre la comida, pero en este momento, voy a
comer pescado a la parrilla y una ensalada grande. Esa pizza
siempre estará allí cuando la quiera, pero hoy, estoy
haciendo una elección diferente y más saludable. Estaré
igualmente lleno y satisfecho”. ¿Ves lo que sucede? Tu
mente no siente el deseo de evitar esa escasez, porque le
has dicho a tu mente que no hay escasez. Eliges la
alternativa con facilidad (un nuevo patrón de acción) porque
no causa dolor.

Si eso suena demasiado bueno para ser verdad después


de toda una vida luchando alrededor de la comida, créeme.
Lo he visto funcionar una y otra vez.

Solo somos hombres de las cavernas


Tal vez te estarás preguntando cómo llegué a desarrollar
mis ideas sobre la comida, la imagen corporal y lo que la
impulsa. Hace muchos años, fui entrenadora personal en Los
Ángeles. Enseñaba regularmente clases para la legendaria
Jane Fonda y tuve una percepción directa del fenómeno del
ejercicio que era tan popular en Los Ángeles (y que ahora se
ha vuelto popular en todo el mundo).

En ese momento, me sentí perpleja. Observé a personas


que ejercitaban constantemente, con una devoción que
parecía casi religiosa. Sin embargo, a pesar de eso, todos
parecían estar constantemente a dieta o preocupados por la
comida. Había tantas dietas de moda en ese momento—la
dieta de la sopa de repollo, la dieta del pomelo, la dieta del
requesón—que era difícil llevar un registro. Además, yo no
podía entender por qué las personas que evidentemente
estaban tan increíblemente motivadas para cuidar sus
cuerpos claramente todavía luchaban por alimentarse de
una manera que no causara un inmenso estrés e infelicidad.
Parecía que no importaba cuánto lo intentaran—y créeme, lo
intentaron muy duro , incluso haciendo dos clases de
ejercicio al día—nunca podrían curar su relación emocional
con la comida.

Si esa relación tensa te resulta familiar, compárala con la


de un bebé. En el útero, los bebés tienen una relación
totalmente fácil con la comida. Tienen acceso a alimentación
las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero
simplemente toman lo que necesitan, se detienen cuando ya
han tenido suficiente y no conocen otra forma. Incluso
después de que nacen, los bebés todavía parecen acercarse
a la comida con una mente completamente despreocupada.
Antes de que un bebé comience a comer alimentos sólidos,
es muy difícil hacer que coman un exceso de fórmula o leche
materna; instintivamente saben cómo autorregularse y, por
lo tanto, están totalmente en sintonía con sus cuerpos.
Entonces, ¿qué cambia? En pocas palabras, cambian
nuestras creencias sobre la comida. Mencioné solo un
ejemplo bastante común arriba—sobre personas que
aprendieron que la comida era escasa de sus padres o
cuidadores—pero en mi tiempo trabajando con clientes y
escuchando a los lectores, he escuchado literalmente miles
de variaciones diferentes sobre el tema: “Aprendí que la
comida era:…… completa la frase, así que perdí mi
capacidad de autorregulación”.

Si bien estas creencias a menudo pueden transmitirse de


tus padres o cuidadores, nuestra cultura ciertamente no
ayuda con esto. Nos transmiten imágenes de alimentos
constantemente, a menudo con nombres como “tamaño
familiar”, “comida feliz” y “celebraciones” para hacernos
creer que los alimentos cargados de azúcar y grasa son
exactamente lo que queremos y necesitamos. Después de
todo, las compañías de alimentos saben que no importa
mucho cuáles son los ingredientes; la gente comerá algo si
sabe bien y si la imagen que crean del producto es la
correcta. Y, sin embargo, al mismo tiempo, nuestra cultura
está obsesionada con la delgadez de una manera que hace
que cualquiera que no sea de talla pequeña sienta que hay
algo crónicamente malo en ellos. ¡No es de extrañar que
todos estemos tan confundidos con la comida! Recibimos
mensajes contradictorios de indulgencia y privación durante
todo el día, todos los días.

Probablemente ya sabes que lo que a menudo conduce a


comer en exceso son los sentimientos. Pero lo que aprendí
en esos años trabajando en la ciudad obsesionada con el
cuerpo, Los Ángeles, fue que nuestro entorno también lo
impulsa. Cuando nuestros patrones de pensamiento
heredados sobre la comida se encuentran en un entorno que
a la vez está obsesionado con la comida poco saludable y la
delgadez—una paradoja obvia—las cosas realmente
comienzan a enloquecer.

Si quieres tener una excelente relación con la comida y


amar a tu cuerpo, no se trata de cambiar lo que comes, se
trata de cambiar lo que piensas. Pero, aquí está la clave: no
puedes solo cambiar el diálogo que tienes contigo mismo
sobre la comida, también tienes que cambiar tu forma de
pensar sobre el mundo que te rodea, en el que vivimos.
Debes reconocer que es un desajuste evolutivo. La forma
más fácil de hacerlo es pensar en ti como un hombre de las
cavernas que vive en los tiempos modernos.

¿Recuerdas cómo los bebés viven en perfecta alineación


con su hambre y sus deseos? Los humanos adultos también
solían hacer eso. Cuando la comida escaseaba y tenían que
cazar o recolectar todo lo que comían, los hombres de las
cavernas tenían que responder a los fuertes impulsos
evolutivos con los que nacimos para sobrevivir. Entonces, si
habían hecho una gran matanza y tenían una gran fuente de
proteínas y grasas, ellos comían la mayor cantidad posible
mientras duraba la comida, porque no sabían cuándo
volverían a encontrarla. Cuando encontraban una fuente de
azúcar como miel o fruta madura, también comían en
exceso. Después de todo, no tenían acceso durante todo el
año a alimentos ilimitados, y el azúcar con alto contenido
calórico era aún más escasa. Sus cuerpos evolucionaron
para almacenar nutrientes por un tiempo, en caso de que los
árboles no dieran fruto y los animales fueran demasiado
delgados para comerlos. ¿Y adivina qué? Tu cuerpo todavía
hace eso. Estás viviendo en una época en la que ya no hay
escasez de alimentos. Más bien, hay una abundancia
inimaginable. Si un hombre de las cavernas o un cazador-
recolector hubiera pasado solo un día en una tienda de
alimentos moderna, probablemente se hubiera enfermado al
comer toda la comida rica en nutrientes que hubiera
encontrado. Después de todo, las calorías, la grasa y el
azúcar en una sola barra de Snickers podrían mantener a un
hombre de las cavernas en funcionamiento durante días.
¡Imagínate lo que podría hacer un paquete familiar de barras
de Snickers!

Tu mente y tu cuerpo todavía piensan que eres un


hombre de las cavernas. Tu cuerpo no se da cuenta de que
ya no vives en una época de escasez nutricional. Por lo
tanto, quiere que te atiborres de las cosas que, una vez,
fueron increíblemente escasas. Para empeorar las cosas,
esos alimentos azucarados y grasos son aún más azucarados
y grasos que la fruta, la miel y la carne que nuestros
antepasados una vez engulleron cuando pudieron
encontrarla. De hecho, una rebanada de pizza o un helado
están científicamente diseñados para ser completamente
irresistible para tu cuerpo de cavernícola. Además ,
generalmente, son más baratos que las verduras, lo que te
incentiva a comerlos aún más.

Cuando nuestros antepasados encontraron plátanos


maduros nunca pensaron: “Oh, no, esto es mucha fructosa.
Me elevará el nivel de azúcar en la sangre y acumularé
grasa, así que solo comeré un poco”, ellos pensaron, “Esta
fruta se pudrirá pronto, no sé cuándo tendré la oportunidad
de comerla de nuevo, necesito comer hasta hartarme”, y así
lo hicieron. El problema es que puedes encontrar chocolate
todos los días, pero tu mente aun envía el mismo mensaje:
‘come en exceso’ porque no sabes cuándo lo encontrarás de
nuevo. Nunca te dice que te atiborres de brócoli o lechuga,
ya que no eran escasos como lo era el azúcar.

Entonces, ¿cómo podemos competir? Si has leído este


libro hasta este punto, es posible que puedas predecir que la
solución es cambiar tu patrón de pensamiento. Si bien aún
puedes tener los impulsos evolutivos de un hombre de las
cavernas, afortunadamente, tienes acceso a información
mucho más precisa sobre tu entorno. Puedes usar esa
información para actualizar tu forma de actuar. Entonces,
aunque tu mente puede creer que si comes azúcar en
exceso vas a sobrevivir en el planeta, también puedes
explicarle a tu mente que eso ya no es cierto.

Recuerda, comer es siempre un acto de regresión. Ya sea


que estemos regresando a nuestros instintos de
supervivencia de cuando éramos hombres de las cavernas o
que estemos volviendo a la versión de bebé de nosotros
mismos, cuando ser alimentados significaba ser amado y
cuidado, nuestra relación con la comida está profundamente
arraigada. De esta forma, necesitas actualizar lo que el acto
de comer representa ahora. Comer comidas azucaradas no
saludables en el contexto del mundo moderno va a hacer lo
opuesto de mantenerte vivo en el planeta por más tiempo.
Devorar una pizza entera hasta que te sientas enfermo es
hacer lo opuesto de amarte y cuidarte a ti mismo. Podrías
tratar de pelear esto con un poco de éxito, pero lo que he
encontrado que funciona absolutamente es hablarle a tu
mente con una voz autoritativa y decir: “el chocolate ha
estado en mi vida por x años. Siempre estará disponible.
Deseo volverme y mantenerme indiferente a él”. Cuando le
das a tu mente instrucciones mejores y más detalladas te
prometo que responderá a ellas dándote lo que quieres—no
lo que cree que quieres basada en necesidades evolutivas
obsoletas. Es verdad que tu mente quiere que recuerdes
dónde está el azúcar, mantenerte yendo por más y
devorándola. Lo que también es verdad es que tú puedes
dirigir tu mente lejos del azúcar para siempre, no cambiando
el comportamiento, sino que cambiando el pensamiento que
controla el comportamiento.

Una vez que actualices tu mente de “esta comida me


hará sentirme bien y me ayudará a sobrevivir” a “estoy
eligiendo no comer esta comida porque en realidad ya no me
beneficia en el presente, en el sentido moderno” comienzas
a autorregularte a lo que son tus necesidades hoy—no
cuando eras un niño o un cavernícola. No significa que las
galletas y el helado no sabrán bien nunca más, pero sí
significa que parecerán menos atractivos y menos
necesarios para tu supervivencia.

Al hacer esto, estás reconociendo las cosas que te están


llevando a devorar el paquete entero de galletas—tu impulso
evolutivo y la actitud hacia la comida que desarrollaste en tu
infancia—y, sin embargo, en cambio, eliges servir a la
versión moderna y actual de ti mismo. Esa versión te lo
agradecerá.

Así que cuando estés tentado, podrías decir:

“No tengo siete años. Puedo comer galletas todos los


días por los próximos 50 años, nadie me lo impide o me
culpa por comerlas, pero hoy yo elijo algo más saludable”.

O podrías decir:

“No soy un hombre de las cavernas. No hay escasez; las


galletas siempre estarán ahí y siempre serán baratas. Pero
hoy día no las necesito”.

También es fascinante ver que en la naturaleza tenemos


alimentos dulces como la miel y alimentos grasos como los
frutos secos, semillas y pescado, pero la combinación de
dulce y graso no existe, excepto por un alimento: la leche
materna. Nuestra ansia por comida dulce y grasosa no es
más que una necesidad de regresar a un tiempo cuando el
combo dulce y graso cumplía todas nuestras necesidades.
Sin embargo, ya no puede hacerlo y además, tú no quieres
ser un bebé; quieres comer comida deliciosa, saludable y
nutritiva y la forma de hacer eso es dialogar con tu mente de
una forma productiva. Sabiendo que tu mente hace lo que
cree que tú quieres que haga, mientras más le digas lo que
realmente quieres (ser delgado, en forma, saludable y con
una preferencia de por vida por la comida saludable), más te
lo puede dar.

Ya te expliqué antes que tu mente hace lo que cree que


tú quieres. Vemos esto en acción cuando cedemos al hambre
y comemos cualquier cosa y lo comemos rápido. No hace
mucho tiempo atrás, moríamos más de hambre que de
enfermedades y nuestro cerebro primitivo aún está
programado para tenerle miedo al hambre y para hacer que
ese miedo se vaya rápido, activamente nos alienta a comer
cualquier cosa que esté disponible en vez de comer
selectivamente. La forma de parar esto es reconocer la
aterradora sensación de hambre mientras que le dices a tu
mente que el hambre no te asusta y que prefieres y estás
eligiendo esperar hasta que puedas comer comida
saludable. Darle a tu mente mejores instrucciones siempre
funciona.

Cuatro trucos fáciles de comida


Realmente creo en hacer las cosas lo más concretas y
simples posible. Así que, ahora que ya te he explicado la
psicología detrás del por qué comes en exceso, te quiero dar
algunos trucos fáciles y sencillos que puedes usar en tu vida
para mantener tu mente y tus hábitos bien encaminados.

Como hemos aprendido, la mente es muy simple.


Responde a estímulos. Así que la primera cosa que puedes
hacer para asegurarte de que te mantienes por buen camino
es reducir tu exposición a estímulos tentadores. En pocas
palabras esto significa:
No tengas golosinas ni tentaciones en tu casa.

Recuerda, estás programado para recordar dónde está el


azúcar—ya sea un árbol de mangos o un paquete de Oreos—
y volver a buscar más. En vez de luchar contra este hecho,
trabaja con él. Pon muchas barreras entre tú y el azúcar u
otra comida chatarra (caminar a la tienda, gastar dinero,
etc.) para que sea mucho menos probable que comas en
exceso impulsivamente.

Si tienes niños o familia, lo que hace más difícil eliminar


totalmente el azúcar o las tentaciones, entonces por lo
menos pon estas cosas fuera de tu vista. Guarda las galletas
en una repisa arriba donde no las puedas ver. No dejes
dulces en tu mesa de noche. Dale a tus invitados los
pedazos de torta que sobran. Si compras golosinas, compra
del tipo que menos te gusta—estarás menos tentado de esa
forma.

Este truco también se expande a lo que pones en tu


plato. Si cocinaste un gran almuerzo, hazte un plato con la
comida que vas a disfrutar y deja las fuentes con la comida
en la cocina, en vez de dejarlas en la mesa. Después de
todo, si hay comida en frente de tu vista, es muy probable
que tu mente cavernícola quiera que comas más de eso, así
que remueve esa opción eliminando la comida de tu vista.
igualmente, evita los bufetes de comida libre, programas de
cocina o repostería, y restaurantes con bandejas de postres
o canastos de pan sin fondo. Tu cerebro de hombre de las
cavernas está programado para volverse loco en estos
escenarios, así que no trates de luchar contra eso.
Simplemente evita ponerte en ellos.

El segundo truco es evitar mucha variedad cuando se


trata de comida. Mientras más opciones tengas para comer,
más comerás. Tu cerebro quiere que estés lo más nutrido
posible en caso de que hayan tiempos de hambre en el
futuro. Pero sabemos que no habrán tiempos de hambre.
Entonces, si vas a una comida o a un picnic donde hay siete
platos principales diferentes con sus respectivos
acompañamientos, es muy probable que quieras probarlos
todos. En vez de eso, mantente en un rango de sabores y
platos que sabes que te gustan, pero que le son bastante
familiares a tu paladar. Y evita situaciones donde estarás
rodeado de cantidades interminables de alimentos.

El tercer truco es dejar de usar la comida como un


premio. Mientras que no hay nada malo en comer un poco
de chocolate de vez en cuando, quiero que sepas que, si
estás usando regularmente la comida como una
recompensa, no es lo mejor para tu éxito en el largo plazo.
Recuerda, si tu cuerpo pudiera hablar, preferiría que lo
recompenses con alternativas saludables en vez de comer
comida chatarra en exceso. En cambio, quiero que le des a
tu cuerpo mejores recompensas como ir a caminar,
comprarte un pequeño premio como un libro nuevo o
prepararte una fresca ensalada de fruta o un café con leche.
Comunícate mejor con tu cuerpo para que sepa que estas
cosas son recompensas y no castigos, y con el tiempo las
comenzarás a ver como eso.

El ultimo truco es mejorar la calidad de los alimentos que


pones en tu cuerpo. Tu mente podría pensar que quieres
comida chatarra y azúcar, pero déjame asegurarte que tu
cuerpo quiere cualquier cosa menos eso. Una forma fácil de
determinar si lo que estás por comer es algo que tu cuerpo
quiere es contestar sí a estas cinco preguntas:

¿La comida camina por el planeta o crece en él?


¿Puedes reconocer los ingredientes que la componen?
¿Lo podrías comer crudo ?
¿Se pudre ?
¿Lo puedes recrear en tu cocina?
La mayoría de las comidas procesadas, carbohidratos
refinados, dulces y golosinas no pasan la prueba de las cinco
preguntas. Pero, interesantemente, todo lo que nuestros
antepasados cavernícolas comían sí pasa la prueba.
Entonces, lo mejor que puedes hacer por tu cuerpo
cavernícola es comer como un cavernícola, con énfasis en
carne o pescado frescos, vegetales, frutas, frutos secos,
semillas y huevos—las cuales son todas cosas que pasan la
prueba de las cinco preguntas.

Me gustaría terminar este capítulo diciendo que, si estás


con sobrepeso, no deberías sentirte avergonzado o
inadecuado debido a ello. He visto de primera mano lo difícil
que es ser una persona con sobrepeso en nuestra cultura, y
creo que hay muy poco reconocimiento de los factores
ambientales que hacen que las personas coman en exceso.
Lo vemos como un fracaso personal, un problema de
voluntad débil, cuando en realidad—como lo expliqué arriba
—es un problema de desajuste evolutivo. Así que, si tú estás
luchando con tu peso, sé amable contigo mismo y que sepas
que si actualizas tus sistemas de creencias acerca de la
comida, te será mucho más fácil cambiar tus hábitos a partir
de ahí.

Las reglas de tu mente


Soy una gran creyente en que no podemos arreglar lo
que no entendemos. Veo a muchos clientes que tratan de
luchar contra sus mentes usando pura fuerza o voluntad
para hacer cambiar su mente, igualmente, tratan de castigar
a sus cuerpos y los quieren forzar a actuar o verse
diferentes. Tratan de forzar a sus familiares y a sus hijos para
que cambien usando engatusamientos, sobornos o castigos
con poco éxito y mucha frustración. No puedes pelear con tu
programación, pero cuando entiendes cómo y por qué tu
mente opera, entonces puedes trabajar con ella en vez de en
contra de ella para obtener todos los cambios que quieres. A
medida que leas las reglas de tu mente, verás cómo tu
mente funciona y cómo hacerla trabajar contigo y para ti, en
vez de en tu contra.

• Cada uno de tus pensamientos y palabras forman un


plan en que tu mente y cuerpo trabajan para hacer
realidad.
• La fuerza más potente en los humanos es que debemos
actuar de una manera que coincida consistentemente con
nuestro pensamiento.
• Cada pensamiento que piensas causa una reacción física
y una respuesta emocional dentro de ti.
• La imaginación es más poderosa que el conocimiento
cuando se trata con la propia mente o la mente de los
demás.
• En una batalla entre la emoción y la lógica, la emoción
siempre gana.
• Tu mente siempre hace lo que cree que tú quieres que
haga.
• Tu mente funciona para llevarte del dolor al placer.
• Tu mente está programada para resistir lo que no es
familiar y para volver a lo que sí es familiar.
• Tu mente responde a las imágenes que construyes y a
las palabras que te dices a ti mismo.
• A tu mente no le importa si lo que dices es bueno, malo,
verdadero, falso, saludable, no saludable, correcto o
incorrecto; acepta y actúa de acuerdo con tus palabras.
• Tú creas tus creencias y luego tus creencias te crean y
luego el universo hace esas creencias reales.
• Lo que le presentas a tu mente, tu mente te lo
presentará a ti.
• Cuando se trata con la mente subconsciente, cuanto
mayor es el esfuerzo consciente, menos responde el
subconsciente.
• La mente no puede mantener creencias conflictuadas o
pensamientos que se cancelen entre sí.
• Tu mente solo puede funcionar en tiempo presente.
• Tu mente no reconoce palabras neutrales como no, más
tarde, quizás, mañana.
• Tu mente solo puede responder a palabras que crean
imágenes, mientras más vívida la imagen, más poderosa la
respuesta.
• Tu mente responde mejor a palabras positivas y a
palabras e instrucciones específicas, detalladas y
dinámicas.
• La mente aprende por repetición.
• Lo que se espera tiende a suceder.
• En lo que sea que te concentres, obtienes más de eso.

CAPÍTULO 8
El Mayor Desafío Para Disfrutar De La Felicidad
y La Paz Interna

Las palabras más importantes que escucharás son las


palabras que te dices a ti mismo, mientras que la opinión
más importante es la tuya propia .
Marisa Peer, Autora

Observar la asombrosa diversidad de experiencias


humanas es una de las cosas más interesantes acerca de ser
terapeuta y oradora. He entrado en contacto con miles de
personas en toda mi carrera y nunca me canso de escuchar
acerca de los numerosos antecedentes, historias de vida, las
pruebas y triunfos de mis clientes, ya sea un banquero, una
famosa estrella de cine o un director ejecutivo. Como puedes
haber deducido por lo que has leído de mi libro hasta ahora,
yo realmente creo que los sentimientos y deseos más
profundos que todos tenemos en nuestro corazón son muy
similares sin importar en qué cultura hayamos crecido o los
sufrimientos que hemos experimentado. Este capítulo en su
totalidad se trata acerca de la creencia de “yo no soy
suficiente”, que en mi experiencia casi siempre yace debajo
de problemas emocionales, adicciones o fijaciones mentales
con los que los clientes se enfrentan. Creo de todo corazón
que esta creencia es la enfermedad emocional más grande
que afecta a la humanidad hoy en día.

Pero, primero ilustraré esto con otra historia de un


cliente que tuve. Estaba trabajando en Los Ángeles en un
programa de televisión y como los productores solían hacer
en esos días, me llamaron para pedirme que los ayudara con
uno de los miembros del elenco más difíciles. Él estaba
siendo rebelde y muy mal educado con el personal del
programa, el resto del elenco y el equipo de producción. Esto
era un problema enorme ya que todas sus demandas
irracionales y excentricidades estaban atrasando la filmación
y haciendo que la gente renunciara. Incluso se me aconsejó
que cuando fuera a su casa no estacionara mi auto
arrendado—un Mustang rojo nuevo—en el estacionamiento
de su casa, ya que él solo podía tolerar autos de lujo como
Ferraris, Porsches y Jaguars estacionados en su casa. Ni
siquiera lo podría estacionar en la calle afuera de su casa—lo
tendría que estacionar a la vuelta de la esquina. Fui y
estacioné mi auto inaceptable fuera de su vista y toqué la
puerta de su mansión, lista para llegar al fondo de lo que
estaba causando que él estuviera tan miserable.

Tan pronto como entré en su casa, le dije que tenía una


casa hermosa. Él rápidamente dijo que la odiaba y que la
estaba vendiendo para cambiarse a otra de sus casas
cercanas mientras construía una más grande. Luego me dijo
que yo le recordaba a su tercera ex esposa. (Había recién
terminado con su esposa número cuatro). Cuando le dije
gracias, me dijo que no le agradeciera, “ella fue una gran
decepción para mí”. Cuando le comenté sobre su premio
BAFTA y otros galardones que estaban alineados sobre la
chimenea, él los describió como una maldición diciendo:
“Todo el mundo espera que ganes otros más una vez que ya
has ganado uno y es mucha presión para soportar”.

Rápidamente empecé a ver que todo lo que este hombre


tenía—autos de lujo, casas lujosas, galardones, premios,
estatus de estrella de cine y relaciones con super modelos—
nunca era suficiente para satisfacerlo. Él tenía todos los
símbolos del éxito, pero no la felicidad que él se había
convencido de que llegaría con él. Mientras más acumulaba,
más desconcertado estaba de que no se sintiera feliz. Él
estaba tratando de llenar un vacío, pero era un vacío que no
podía ser llenado.

Tuve una intuición de lo que estaba pasando, así que le


empecé a preguntar acerca de su infancia. Resulta que él
había crecido en un parque de remolques con una madre
que a menudo trabajaba en turnos nocturnos y un padre que
trabajaba en la construcción. Cada día, él era responsable de
calentar la cena de su padre antes que él llegara a casa, ya
que su madre estaba en el trabajo. El dinero era escaso, así
que era frecuente que no hubiera suficiente comida para que
él comiera los mismos cortes de carne que su papá. Cuando
su padre dejaba restos de comida, se los daba al perro,
dejando que este niño asumiera que su papá prefería a la
mascota familiar por sobre él.

“Ya sé lo que está mal contigo”, le dije, “Tú no sientes


que eres suficiente. Y entonces, has pasado toda tu vida
tratando de acumular los tipos de cosas que te harán sentir
que eres suficiente. Has intentado con casas, autos,
hermosas mujeres, premios, éxito profesional, pero no ha
funcionado”.
Inmediatamente, se le llenaron los ojos de lágrimas y
supe que mis palabras lo habían tocado. Este sentimiento—
el no ser suficiente—es el problema que está al centro de los
problemas de muchas personas. A menudo, es solo cosa de
ir pelando las capas de la cebolla—ya sean adicciones,
depresión, comer en exceso, ser adicto al trabajo, acumular
cosas —y localizar el punto en el tiempo donde internalizaste
la creencia de que no eras suficiente. El resto de los
problemas son solo manifestaciones de esa creencia
enormemente perjudicial.

El origen de la creencia de este cliente—que su padre no


lo amaba—era similar a lo que les ocurre a muchos de mis
clientes. Esto es porque los niños tienen un trabajo que
cumplir en su corto tiempo en el planeta: buscar y recibir la
aprobación y el amor de sus padres. Cuando no logran eso,
es tan traumático y desorientador que no lo pueden
racionalizar. Es imposible para un niño entender a una edad
tan temprana que sus padres son imperfectos y que ellos
son dignos de ser amados incluso si sus padres no son
capaces de amarlos. Entonces, ellos internalizan la creencia
de que si sus padres—las únicas personas que se supone
que los aman incondicionalmente—no lo hacen, entonces es
que ellos no deben ser dignos de recibir amor. Ellos no son
suficientes.

Una vez que internalizas esa creencia, es muy difícil


incluso saber que te está afectando porque es tan
fundamental y está profundamente arraigada.
Especialmente cuando la sociedad la refuerza de tantas
maneras, desde el consumismo a los estándares de belleza
irreales, a las relaciones ideales. Las personas desarrollan
todo tipo de mecanismos de supervivencia para lidiar con
esta creencia profundamente incómoda, incluyendo
adicciones, compulsión, depresión y ansiedad. En mi silla de
terapeuta, los he visto todos.
Sin embargo, he visto una y otra vez como un mantra
simple, profundo y que cambia la vida puede reemplazar
esta creencia limitante y liberarte.
El mantra es:

Yo Soy Suficiente.

El mayor desafío para disfrutar de


felicidad y paz interna
No aprendí el mantra “Yo Soy Suficiente” en la escuela
de terapia, ni en libros o investigación científica. Como dije
antes, no pensé que era necesario gastar una vida entera
entendiendo cómo la mente humana funciona; yo estaba
convencida de que podría encontrar una forma simplificada
para llegar al centro de los problemas de mis clientes. Así
fue como descubrí la verdad y el poder de saber que yo soy
suficiente.

De hecho, primero aprendí acerca del profundo problema


de las personas que no creían que eran suficiente con
algunos de mis primeros clientes. Tenía clientes que
literalmente estaban comiéndose a sí mismos hasta morir
con el aumento de peso. No disfrutaban ni querían la comida
que estaban comiendo, pero simplemente no podían evitar
consumirla. Un caso similar eran los adictos a las compras.
Casi nunca se ponían o usaban la gran cantidad de
productos que compraban, pero algo los obligaba a continuar
sacando sus tarjetas de crédito para comprar más. Y lo
mismo con los anoréxicos—no había tal cosa como “lo
suficientemente delgado”. Instintivamente supe que lo que
estaba afectando a unos clientes, también tenía que estar
afectando a los otros.
Un cliente que luchaba contra una obesidad paralizante
lo había intentado todo—incluyendo la cirugía invasiva—para
librarse de su compulsión por comer en exceso. Pero, una
vez que localizamos el momento en su infancia cuando él
comenzó a creer que no era suficiente—recuerda como
aprendimos en el último capítulo, comer es un acto de
regresión—fue como si algo cambiara de la noche a la
mañana. Ver que él era suficiente todo el tiempo lo salvó de
la idea de que él “nunca podría comer suficiente” comida. Ya
no tenía un vacío que tenía que llenar. Ya sea comida, ropa,
drogas, alcohol, fama, acumulación o trabajo, casi siempre
se da el caso de que alguien que “no puede obtener
suficiente” de una sustancia o hábito, en lo profundo, no
siente que es suficiente, entonces se comienzan a auto
medicar.

También vemos esto todo el tiempo con las celebridades.


Cada vez que alguien sumamente talentoso y exitoso muere
debido a alguna adicción o suicidio, las personas a menudo
se preguntan en voz alta: “Pero tenían todo—dinero, fama,
éxito— ¿cómo podrían no ser felices?”. La razón es que el
dinero, la fama o el éxito no son suficientes para
contrarrestar el sentimiento de no ser suficiente. Entonces,
estas celebridades inmensamente talentosas como Amy
Winehouse, Whitney Houston, Heath Ledger, George
Michael, Philip Seymour Hoffman y muchas otras, salen al
mundo y tratan de remediar ese sentimiento con fama. De
hecho, la sensación de que no son suficiente es
precisamente lo que los impulsa a un éxito tan admirable.

Sin embargo, una vez que estas personas logran el éxito,


y aun no sienten que son suficiente, el dolor se intensifica.
La mayoría de las personas que no son famosas asumen que
son infelices porque no han alcanzado los falsos altos
estándares de nuestra sociedad de lo que los hará felices.
Pero para los ricos y famosos que lo han logrado, ellos
sienten como si no les quedara nada por lograr. Luego, de
una manera algo predecible, experimentan un
desmoronamiento masivo y pasan a comportamientos auto
destructivos. Renuncian a la sensación de que alguna vez
sentirán que son suficiente.

Cuando me di cuenta de lo universal y generalizado que


era este problema, también me di cuenta de lo poderoso que
es el antídoto. No importa si eres un banquero millonario de
Wall Street que es adicto al trabajo y a la cocaína, o una
persona sin hogar que es adicta a cualquier bebida que
pueda encontrar, el problema en el fondo es el mismo. No
sienten que son suficiente. Sin embargo, afortunadamente,
la solución también es la misma para ambos.

La mejor prueba de que saber que eres suficiente es la


respuesta, es observar, una vez más, el comportamiento de
los bebés. Mientras que los bebés están formando su
conciencia y dependen totalmente de sus padres,
generalmente son muy felices. Siempre que no hayan
experimentado un trauma muy temprano en su vida, no
tienen problemas mentales, adicciones, comportamientos
compulsivos o depresión. Esto se debe a que cuando naces
estás más cerca de la verdad de que eres suficiente. Incluso
si naciste de padres que no te querían, el universo sí te
quería—tu propia existencia es prueba de ello—y solo eso es
la razón de que eres suficiente.

Entonces, usualmente en los primeros seis años de vida


aproximadamente, algo te dice que no eres suficiente. Esto
puede ser algo menor, como un padre que te exige
perfección, o algo mayor, como un padre que te abandona o
descuida. De cualquier manera, internalizas la creencia y
sigues adelante. Luego, en algún momento de tu vida, tu
creencia se verá reforzada por los estándares y expectativas
de la sociedad. Eventualmente, esta creencia encontrará una
manera de manifestarse en la forma de adicciones,
inseguridad, depresión o cualquier otro comportamiento con
el que puedas estar luchando.

Las buenas noticias son que la creencia de que no eres


suficiente no es una sentencia a prisión. Te puedes liberar de
ella con la afirmación más simple y más afirmativa que
existe: “Yo soy suficiente”.

Cómo creer que eres suficiente


Como dije anteriormente, el común denominador de los
problemas de casi todas las personas es que, en algún
momento, aprendieron que no eran suficientes. No lo
suficientemente adorable, suficientemente exitoso,
suficientemente talentoso, suficientemente perfecto o
suficientemente bueno para ser aceptado
incondicionalmente. Con todos mis clientes, trato de localizar
cómo y cuándo tuvieron ese sentimiento por primera vez. A
diferencia de la mayoría de los terapeutas, no paso semanas
o meses de sesiones para llegar ahí; lo encuentro en la
primera o segunda sesión usando hipnosis.

Quizás ya sepas cuál es la fuente de tus sentimientos de


no ser suficiente. Si lo sabes, sigue leyendo, ya que te
explicaré cómo puedes remediarlo. Si no lo sabes, te animo a
que participes en mi poderoso ejercicio de hipnosis, el que
podrás encontrar en mi programa completo Yo Soy
Suficiente. Este programa te permitirá ubicar las escenas
temprano en tu vida donde adquiriste las creencias que te
decían que tú no eras suficiente. Encontrar este momento en
tu vida puede ser muy enriquecedor y liberador. Mucha
gente evita hacer esto toda su vida, asegurando
efectivamente que tendrán adicciones o problemas de
comportamiento, y sin embargo, no necesitan seguir
evitándolo porque las técnicas en el programa Yo Soy
Suficiente son muy poderosas para revertir esta creencia
fundamentalmente limitante. Puedes encontrar más
información en el siguiente sitio:
www.iamenough.com/resources .

Una vez que tienes esa creencia aislada, es hora de


deshacerse de ella. Al igual que los capítulos anteriores de
este libro han discutido, puedes usar el poder de la
repetición para hacer esto.

Ejercicio

Pon la frase “Yo soy suficiente” en lugares donde la veas


repetidamente cada día. La puedes escribir en tu espejo con
un marcador o un lápiz labial, ponla en el refrigerador, ponla
como un recordatorio diario en tu teléfono, ponla como tu
salvapantallas en tu computador y ponla en el tablero de
instrumentos en tu auto. Cambia tus contraseñas para que
contengan estas palabras para que las tengas que escribir y
leer todos los días.

Luego, regularmente dite a ti mismo en voz alta que eres


suficiente. Dilo una y otra vez en la ducha. Que sea una
declaración de verdad. Dilo a ti mismo en momentos de
ansiedad o si te sientes inadecuado. Dilo en múltiples
tiempos: “Yo soy suficiente, siempre he sido suficiente,
siempre seré suficiente”.

El poder de Yo Soy Suficiente está en su simpleza y en su


verdad absoluta.

Muchas personas adoptan el poder de las afirmaciones


positivas como un medio para cambiar su vida, y
anteriormente en este libro discutí el poder de usar un
lenguaje específico, relevante y actualizado para replantear
cómo piensas sobre las cosas. Pero quiero enfatizar aquí que,
“Yo soy suficiente” no es hacerse ilusiones o actuar “como
si”. No es lo mismo que decir: “Soy una diosa”, “Soy rico y
poderoso” o “Soy perfecto”. Aquellas cosas pueden ser o no
verdad y dependen de las percepciones que otras personas
tengan de ti. Por otra parte, “Yo soy suficiente” es una
declaración de hecho. Cada persona en el planeta, en virtud
de su existencia, es suficiente y merecedora de amor. La
fuerza de la frase “Yo soy suficiente” radica en su simpleza y
en la capacidad de la mente para aceptarla en lugar de
rechazarla.

Si bien los estudios muestran que se necesita un mínimo


de 10 a 21 días para dejar ir una creencia y fijar una nueva,
será más fácil para tu mente aceptar la creencia “Yo soy
suficiente” si usas la herramienta de la repetición. En efecto,
lo que sucede es que tu mente dice: “Dices esto todo el
tiempo, por lo que debe ser cierto”. Haces que tu
“suficiencia” te resulte tan familiar que termina por
integrarse.

Una vez que hayas dominado la creencia de que eres


suficiente y la estés afirmando en tu vida cotidiana,
compártela a tu familia, amigos, niños y compañeros. Me
encanta recibir cartas de padres que dicen que enseñarles a
sus hijos esta verdad los ha ayudado a superar el acoso
escolar y otras formas de ansiedad infantil. He visto que esta
creencia tremendamente poderosa funciona para muchas
personas, y sé que también puede funcionar para ti y tus
seres queridos. Uno de los padres puso esta frase en la
almohada de su hijo y en los cojines de la casa, otro lo
convirtió en una obra de arte en la habitación de su hijo e
informó cambios asombrosos y súper rápidos en la
autoestima de su hijo. Una vez que sepas que eres
suficiente, no te irás a descansar—por el contrario.
Obtendrás un impulso para construir la vida plena y
amorosa, la familia y la carrera que sabes que te pertenece
porque sabrás con una convicción inquebrantable que lo
mereces y que eres digno de ello.

CAPÍTULO 9
La Crítica Destruye; El Elogio Construye

Creer sin talento puede llevarte más lejos que el talento


sin convicción, pero cuando tienes ambos eres imparable .
Marisa Peer, Autora

La próxima vez que estés en tu oficina o cuando te


juntes con amigos, presta atención a lo que sucede cuando
alguien recibe un cumplido. No tienes que escuchar mucho
antes de que ocurra algo similar al siguiente escenario:

La persona que da el cumplido: “Oh, me encanta esa


blusa que estás usando. Te queda muy bien”.

La persona que recibe el cumplido: “Oh, ¿esta? La


compré en una tienda de caridad hace años. ¡Es tan vieja!”

O:

La persona que da el cumplido: “Hiciste un gran trabajo


en esa presentación; creo que al jefe le gustó mucho”.

La persona que recibe el cumplido: “Oh no, realmente la


armé en el último minuto. También me equivoqué varias
veces”.

¿Suena familiar? Por supuesto que sí. Somos socializados


desde una edad relativamente joven para objetar cuando
recibimos cumplidos. Desviamos, minimizamos y nos
despreciamos porque nos han enseñado que la peor cosa
que podemos ser es una persona arrogante. Incluso si
conocemos o estamos de acuerdo con el cumplido que
estamos recibiendo, no nos permitimos aceptarlo—lo
desviamos.

Negarse a aceptar los elogios es una cosa. Pero eso no


es todo en lo que somos naturalmente buenos como
humanos. Nuestro otro hábito nocivo es ser hipersensible a
las críticas. Si escribimos en un blog un texto que genera 40
comentarios positivos y dos negativos, nos enfocaremos y
nos obsesionaremos con los comentarios negativos y
veremos toda la publicación como un fracaso. Si hacemos
una cena para nuestra familia, permitiremos que los
comentarios negativos de nuestra suegra nos arruinen toda
la comida, en vez de escuchar a todos los demás que
insisten en que la comida es deliciosa.

El por qué hacemos esto es menos importante que


reconocer los efectos negativos que tiene sobre nuestra
autoestima, productividad, y confianza en nosotros mismos.
Los estudios demuestran una y otra vez que darle un
cumplido a alguien puede cambiar la energía de toda la
habitación de una forma positiva; nuestra negativa a aceptar
esos cumplidos va en nuestro propio perjuicio. Este capítulo
está dedicado a enseñarte cómo revertir ese mal hábito.

Elógiate a ti mismo
La verdad es que nada aumenta tu autoestima y te
fortalece como lo hace el elogio. La mayoría de la gente
piensa que los elogios tienen que venir de fuerzas externas,
pero ahí es donde están equivocados. Elogiarse a sí mismo
tiene un tremendo poder que las personas más exitosas del
mundo emplean como una herramienta.
Piénsalo de esta manera: cuando alguien te alaba, a
menudo ellos tienen una intención oculta. Incluso si no es
una mala intención, quizás están tratando de halagarte para
que seas su amigo o esperando que elogies su libro o su
publicación en su blog, si lo hacen por el tuyo. Pero cuando
te elogias a ti mismo en un lenguaje directo y relevante, tu
mente tiene que creerlo. Sabe que no estás operando desde
ningún tipo de intención de la que debería desconfiar. En
efecto, cuando te elogias a ti mismo, también te beneficias.
Esto se remonta a los capítulos 1 y 2, donde aprendimos que
las palabras más importantes que escuchas son las que te
dices a ti mismo y las que crees.

“Pero Marisa, no quiero sonar arrogante. ¡A nadie le


gusta un narcisista!” No estoy abogando porque transmitas
lo maravilloso que eres en Facebook o que te digas a ti
mismo cosas que no son verdad acerca de tus habilidades.
Elogiarte a ti mismo es simplemente mejorar tu diálogo
interno para que puedas cosechar los beneficios que trae
recibir elogios— incluso si eres el único que lo hace. Dite a ti
mismo que eres cálido, cariñoso, amable y un buen amigo/a,
hija/o, madre/padre, etc. Si solo comiste alimentos
saludables por varias noches seguidas, felicítate
internamente por eso. O si has mantenido tu hábito de
bloguear por una semana entera, felicítate por eso. Estas
pequeñas cantidades de elogios incrementales tienen un
efecto agregado que puede ser muy poderoso en tu
autoestima. Elógiate por lo que eres tanto como por lo que
haces, ya que es la forma más rápida de aumentar tu
autoestima. Después de todo, autoestima significa
literalmente lo que TÚ piensas de TI mismo, no lo que otras
personas piensan de ti, o se llamaría otra estima o su
estima.

Si no estás seguro de cómo mejorar este diálogo, aquí


hay un buen consejo. Pídele a un amigo cercano o a un
familiar—tal vez uno que también quiera trabajar en sus
propios niveles de elogio—que te de comentarios honestos
sobre cómo te escuchan hablar de ti mismo. Tendemos a
tener muchos hábitos lingüísticos que nuestros amigos
captan, pero no nos damos cuenta hasta que alguien los
señala. Quizás dices cosas como, “Bueno, por supuesto
olvidé mis llaves, porque siempre me equivoco”. O podrías
decir, “Como era de esperar, arruiné por completo la
presentación”. “Nadie va a querer a una madre soltera con
celulitis”. Escucha los comentarios de tus amigos sobre
cómo te escuchan hablar sobre ti mismo y prepárate para
cambiarlos si dicen que a menudo usas palabras duras o
críticas. Hay otra muy buena razón, de hecho, vital para
dejar de ser crítico. Esa razón es que los estudios PET (por su
sigla en inglés, tomografía por emisión de positrones) y de
mapeo cerebral de la Universidad de California en Los
Ángeles (UCLA) muestran que una fuente importante de la
depresión es causada por palabras duras, hirientes y críticas
que nos decimos a nosotros mismos de manera regular. Aquí
está cómo detener esto. En los próximos días presta
atención a la forma como te hablas a ti mismo, escucha las
palabras que usas cuando te estás castigando a ti mismo y
luego cámbialas por palabras que tengan menos significado.
Si te llamas a ti mismo un imbécil o un perdedor o un idiota,
simplemente cámbialo por tontito.

Le estaba enseñando esto a un grupo de banqueros y les


pedí que me dijeran las palabras que más usaban para
criticarse a sí mismos. Una de las mujeres que se ofreció
voluntariamente dijo que ella se llamaba a si misma una
perra estúpida, mientras un hombre dijo que se decía a si
mismo que era una pérdida de espacio. Si tú haces esto,
detente—detente ahora—y comienza a reemplazar esa voz
dura, hiriente y crítica con amabilidad. Si nunca le hablarías
a un amigo como te hablas a ti mismo, entonces detente.
Tienes que ser tu propio mejor amigo y valorar y elogiarte a
ti mismo. Al hacerlo, haces que sea mucho más fácil para
otros seguir tu ejemplo.

Habla contigo mismo como hablarías con un buen amigo.


Si tu amigo llegó tarde o estropeó una presentación, es
probable que no digas: “Eres una basura de persona por
llegar tarde y eres terrible en tu trabajo”. Simplemente
dirías: “¡Hiciste tu mejor esfuerzo dadas las circunstancias y
nadie es perfecto!”. Mientras más puedas ser el mejor amigo
de tu propio cerebro, más podrás encontrar oportunidades
para elogiarte cuando surjan. Este es un hábito tranquilo de
casi todas las personas exitosas con las que trabajo. Cuando
consideres tu diálogo interno, solo recuerda el mantra:

“La crítica destruye, el elogio construye”.

Un ejemplo interesante de mi propia vida fue cuando


escribí uno de mis primeros libros. Tengo mucha suerte de
haber publicado varios libros durante mi carrera que
estuvieron en las listas de los más vendidos, pero en mis
comienzos no tenía tanta confianza en mi capacidad de
escritura. Además, desde muy joven, cuando hacía informes
en el colegio, siempre estaba ansiosa por obtener la
aprobación de mi padre cuando se trataba de lo que escribí.
Por supuesto, él no estaba particularmente interesado en
dármela. Trabajé muy duro en esos días, esperando que mi
papá leyera lo que había escrito y se sintiera orgulloso. Pero
luego me di cuenta de que esperar los elogios de mi padre
no era necesario; podría comenzar elogiándome a mí misma.

Escribir un libro es un proceso largo y solitario que


requiere una gran cantidad de resolución y compromiso. Me
di cuenta en los primeros días de trabajar en mi manuscrito
que nunca lo terminaría si esperaba hasta el final para
obtener la aprobación externa—de mi padre, un editor o
cualquier otra persona. Entonces, decidí no hacerlo.
Mientras escribía, en mi cabeza me decía que este libro
era genial, que ayudaría a mucha gente y que vendería
muchas copias. No sabía si era cierto o no, pero fue ese
estímulo interno lo que me dio el compromiso y la resolución
para continuar hasta que estaba listo. Cuando finalmente
terminé, tomé el paso inusual de enviar el libro como un
“manuscrito no solicitado” a los editores. Esencialmente,
esto significa que los editores no lo habían pedido, pero lo
envié de todos modos. He aquí que, dentro de pocos meses
tenía un contrato de publicación para mi libro y un año más
tarde estaba en las librerías.

Si bien estaba encantada de que mi libro tuviera una


gran aceptación y vendiera muchas copias, lo siguiente que
sucedió fue realmente sorprendente. ¡Mi papá me llamó y
me felicitó por mi libro y mis habilidades de escritura y me
dijo que estaba inmensamente orgulloso de mí, algo que no
solía hacer y algo que yo quería escuchar desesperadamente
desde que tengo memoria! Pero para cuando finalmente lo
hizo, ¿adivina qué? Ya no necesitaba escucharlo más. Había
anhelado la aprobación de mi padre por tanto tiempo hasta
que me di cuenta de que podía decirme a mí misma las
palabras que quería que él me dijera; tendría el mismo
efecto porque la mente no puede notar la diferencia. Así que,
repetí todas las palabras que quería escuchar y realmente
funcionó. Una vez que hice eso, los elogios externos se
volvieron menos importantes y yo pude operar como la
escritora confiada y segura de sí misma, que siempre había
querido ser.

Creo que esta es una de las partes más incomprendidas


del autodesarrollo y la terapia. Las personas se sientan en
una silla de terapia durante años tratando de recuperar el
amor, la aprobación o el elogio que nunca recibieron de
alguien que necesitaban. Simplemente, no necesitas hacer
esto. Todos necesitamos elogios y amor, pero no los
necesitamos de una sola fuente. Si bien la vida sin duda será
más fácil inicialmente si tienes padres amorosos, no ayuda
decir que la gente que no tuvo padres amorosos no tiene
suerte. Puedes deshacer años de críticas y falta de amor con
amor propio y elogios a ti mismo . Después de décadas de
tratar a muchas personas, he aprendido que el cerebro
humano simplemente no nota la diferencia. La verdad es que
las personas felices y evolucionadas que tienen éxito y
cumplen sus sueños no son las personas que más han sido
amadas y elogiadas desde una edad temprana. Más bien,
son las personas que aprenden y dominan el arte de
alabarse a sí mismos. No se trata de arrogancia o engaño, se
trata de confianza y lo más importante, es una herramienta
que te ayudará a llegar a donde sea que quieras ir. Solo
necesitas observar a personas como Oprah Winfrey, Tony
Robbins y Adele para ver eso en acción.

Una vez que domines el arte de elogiarte a ti mismo por


cosas grandes y pequeñas, se te hará más natural aceptar
los elogios de los demás con humildad y gratitud. Cuando
alguien te hace un cumplido, no lo disminuirás ni lo
rechazarás. Más bien dirás, “Muchas gracias por notarlo,
también me gusta esta blusa. Es mi favorita” o, “Gracias,
también siento que la presentación salió bien”. Esto,
después de todo, es exactamente como se comportan los
niños. Antes de que hayan aprendido el arte socialmente
aceptado de la desvalorización, están más que felices de
aceptar que son los niños más bonitos, los más inteligentes y
los más encantadores de la habitación. Cuando tengas el
hábito de aceptar los elogios de todas las fuentes—la más
importante, de ti mismo—tu autoestima, el funcionamiento
de tu cerebro y tu productividad te lo agradecerán. Las
personas admirables hacen cosas admirables y llevan a cabo
actos admirables. El acto más apreciable es sobresalir en
alabar a otros y a ti mismo.
Lidiando con críticas duras
Aceptar cumplidos y alabarte a ti mismo regularmente es
clave, pero tu trabajo no termina allí, por supuesto. Verás, la
otra cara de nuestra inclinación humana a rechazar los
elogios es que estamos más que ansiosos por internalizar las
críticas. Una y otra vez he visto esta desconexión con mis
clientes: instintivamente desvían los elogios y siempre
confían en que las críticas son ciertas, sin importar de dónde
vengan. Como dije anteriormente en este capítulo, nos
enfocamos en la retroalimentación negativa, incluso si es
menor en comparación con la cantidad de retroalimentación
positiva que recibimos. Esta tendencia es un reflejo del rasgo
humano del sesgo de negatividad, que es la razón por la cual
los canales de noticias cubren solo las horribles atrocidades
que ocurren en el mundo. Esas cosas se consideran más
interesantes que los momentos pacíficos y los ejemplos de
progreso, por lo que nos centramos solo en lo negativo a
pesar de todas las cosas buenas que suceden.

No importa lo que hagas, la negatividad y la crítica


probablemente existirán en tu vida. Después de todo, nadie
es perfecto, e incluso si estás cerca de serlo, siempre habrá
personas que desaprueben o estén en desacuerdo con lo
que haces o con quién eres. Para algunas personas con
miembros de la familia demasiado críticos, este tipo de
crítica constante puede ser extremadamente perjudicial; con
el tiempo, causa depresión y otros problemas graves de
salud mental. He visto a muchas personas en mi oficina que
sufren muchísimo porque crecieron en una familia
demasiado crítica de la que no pueden escapar. La respuesta
para esas personas es que deben aprender a no dejar entrar
las críticas y desviarlas con estrategias que eviten que
afecten negativamente a su cerebro. El resto de este
capítulo estará dedicado a explicar cómo hacerlo.
Casi todos hemos conocido a una persona que
constantemente está regañando, criticando o diciendo cosas
negativas sobre otras personas. De hecho, muchos de mis
antiguos clientes han sido este tipo de personas cuando
entraron por primera vez a mi oficina. Se podría suponer que
las personas demasiado críticas tienen todo resuelto, pero,
de hecho, ese no es el caso en absoluto. En el interior,
suelen ser las personas más infelices.

Las personas excesivamente críticas ven la vida como un


vaivén, con ellos mismos sentados en el lado izquierdo
bajando el vaivén con su peso. La única forma de elevarse o
sentirse superior es agregar peso al lado derecho, para
empujarlo hacia abajo. Entonces eso es lo que hacen en
forma de crítica. Pero aquí hay otra obviedad, como Eleanor
Roosevelt dijo una vez: “Nadie puede hacerte sentir inferior
sin tu consentimiento”. Si no permites que las personas
severas y críticas pongan negatividad sobre ti—si las
rechazas directamente—ellos no serán capaces de agobiarte.

La primera cosa que necesitas hacer para limitar la


cantidad de críticas que recibes es simplemente evitar y
eliminar a las personas y los comentarios críticos donde
puedas. No leas comentarios negativos en Internet y bloquea
a las personas en las redes sociales que son críticas contigo
y con los demás. Si tienes viejos amigos que parecen
criticarte constantemente, simplemente deja de salir con
ellos. Si los medios que consumes parecen llenos de críticas
a las mujeres y las minorías y los menos afortunados,
simplemente no los leas. Este paso puede tener un gran
impacto en la calidad de la información que recibes durante
días, semanas y meses.

Una vez que hayas eliminado las cosas fáciles como las
que se mencionan anteriormente, es probable que algunas
personas críticas y severas aún permanezcan. Después de
todo, por mucho que a veces nos gustaría, no podemos
eliminar a nuestros colegas o suegra u otros miembros
críticos de la familia. Pero lo que podemos controlar es si
dejamos que sus palabras entren o no. Aquí están mis cinco
tácticas para tratar con personas severas y críticas que no
puedes eliminar de tu vida:

1. Cuando alguien te dice algo malo, y está claro que están


tratando de obtener una respuesta o de hacerte sentir mal,
simplemente les dices: “Gracias por compartir eso”. Esto
pone fin a la conversación, ya que no estás
contrarrestando lo que te dijeron ni tampoco invitándolos a
expandirse más sobre el primer comentario. Simplemente
puedes decir esto y luego cambiar de tema.

2. Si lo que la persona ha dicho es realmente


desagradable, considera pedirle que lo repita. Por ejemplo,
si un colega dice, “Bueno, como orador eres tan de
madera, que es un insulto a la madera”, le puedes decir:
“No entendí lo que acabas de decir. ¿Puedes repetirlo?” Lo
más probable es que, cuando la persona sea confrontada a
repetir sus palabras críticas de nuevo, no lo haga.

3. Si después de hacer el punto 2, la persona sí repite su


crítica, entonces pregúntales lo siguiente: “¿Estás tratando
de hacerme sentir mal? ¿Es por eso que lo dijiste?” Al decir
esto se le señala a la persona que ha dicho algo hiriente y
los invita a explicarse o a disculparse. A menudo, las
personas duras y críticas no conocen el efecto que tienen
sus palabras, así que esto los señala sin acusarlos
directamente.

4. Si la persona en cuestión no se retracta inmediatamente


diciendo “Oh, no es nada” / “No quise decir eso” / “Yo y mi
boca grande” o “No, no quería que te sintieras mal. Pensé
que, si te lo hacía saber, pedirías ayuda para hablar o no
serías voluntario de nuevo”. Si dicen: “Sí, quería que te
sintieras mal”, entonces simplemente dices: “Bueno, eso
no va a funcionar porque yo no voy a dejar que eso entre”.
Tan simple como eso. Luego cambia el tema.

5. Por último, si una persona dura y crítica no cede a pesar


de todos los esfuerzos anteriores, entonces debes decirles
la verdad sobre las personas duras y críticas. Puedes decir
algo como, “Dado que estamos haciendo comentarios
aquí, ¿Sabías que las personas que son críticas se reservan
las peores críticas para ellos mismos? De hecho, criticar a
los demás es una expresión externa de una insatisfacción
interna. No debes gustarte a ti mismo. Lamento que te
sientas así”.

De hecho, sucede algo gracioso cuando comienzas a ver


a las personas severas y críticas a través de este lente: es
posible que sientas más compasión por ellos. Te darás
cuenta de que no son perfectos ni felices, sino más bien lo
contrario. Esto es una gran cosa para enseñarles a tus hijos
si están experimentando intimidación en la escuela: que un
acosador no se trata de lo que tu hijo ha hecho mal, sino de
cómo se siente el acosador sobre su propia vida.

CAPÍTULO 10
Canta Tu Propia Canción

Pero tienes que hacer tu propio tipo de música, Canta tu


propia canción especial, Haz tu propio tipo de música incluso
si nadie más canta contigo .
Paloma Faith, Artista

Soy una terapeuta no convencional y planeo ser siempre


así. Es por esto que creé mi propia terapia conocida como
Terapia Transformacional Rápida™ (TTR™). Los clientes me
visitan a menudo con problemas muy complicados, pero he
descubierto que solucionar o eliminar esos problemas no
tiene que ser largo o complicado. Casi todos mis clientes
tienen necesidades insatisfechas que se originaron en su
infancia. Cuando eran niños sus necesidades de amor/
seguridad/ apoyo/reconocimiento/ alabanza/ conexión/
importancia o cuidado no fueron satisfechas. Como eran
niños dependientes y no podían satisfacer esas necesidades
por sí mismos, formaron una creencia que decía algo así:
“Mis necesidades no se satisfacen, no puedo hacerlo yo
mismo y nunca serán satisfechas por el resto de mi vida.
Esto puede comenzar como un pensamiento fugaz, pero
pronto se convierte en un hábito fijo de pensamiento y una
creencia fija. Estos niños se convierten en adultos que se
llevan esa creencia con ellos y debido a que todavía se
sienten imposibilitados e incapaces de satisfacer sus
necesidades, buscan a otra persona que finalmente llegue a
satisfacer, por fin, todas las necesidades no satisfechas que
han llevado a su vida adulta. Creen que necesitan y deben
encontrar a alguien que los haga sentir mejor, alguien que
los ame, alguien que les dé autoestima, pero la verdad es
que no hay nadie que pueda satisfacer todas nuestras
necesidades, ni nosotros podemos satisfacer todas las
necesidades de los demás. Tenemos que satisfacer nuestras
propias necesidades.

Entonces, aquí hay una pregunta: ¿Cuáles son tus


necesidades insatisfechas y quién crees que vendrá a
satisfacerlas? ¿Es un amante, una pareja, un empleador, un
padre, un amigo o tendrás tu propio hijo? Si tú crees que
alguien más debe tomar el trabajo de hacerte mejor,
siempre estarás decepcionado y siempre estarás necesitado,
mientras que, si crees que puedes satisfacer muchas de tus
necesidades tú mismo, lo harás mejor en la vida y serás una
posibilidad más atractiva para los demás.
Responsabilidad significa habilidad para responder. Todos
somos responsables de nuestra felicidad; no podemos darle
ese trabajo a otra persona y después de todo, si alguien más
tiene el poder de hacerte feliz, entonces también tiene el
poder de hacerte infeliz. La felicidad es un trabajo interior.
Tampoco es un destino al que llegas, es el viaje en el que
estás ahora y todos los días.

No esperes por el Sr. Perfecto o la Srta. Perfecta o el


trabajo correcto, o una casa o un bebé para hacerte feliz—sé
feliz ahora y es mucho más probable que atraigas más
felicidad.

Si tienes una necesidad por alabanzas y reconocimiento,


elógiate y reconócete a ti mismo.

Si tienes una necesidad de amor, comienza por amarte a


ti mismo real y verdaderamente.

Si tienes la necesidad de ser celebrado, celébrate a ti


mismo.

Si necesitas sentirte seguro en el mundo, ¿qué puedes


hacer para que eso ocurra?

Una vez que puedas identificar tus necesidades como


pertenecientes a un niño pequeño que no tenía la capacidad
de satisfacer esas necesidades, también puedes identificar
que ya no eres ese niño o niña; ya no necesitas sentirte así;
ahora eres libre de asumir la responsabilidad de hacer tu
vida feliz y plena.

Como niño es verdad que no ser amado da miedo.


Sentimos que moriremos sin amor y cuidado y no hace
mucho tiempo habríamos muerto sin amor y sin personas.
Vivíamos en tribus o comunidades amuralladas y cerradas.
Nuestra seguridad venía de ser parte de un grupo cuyos
números importaban y estar solo era aterrador y
potencialmente mortal. Es por esto que la mayoría de las
sociedades practican la exclusión como un castigo muy
efectivo. Todos nuestros comportamientos están diseñados
para asegurarnos de sobrevivir; nacemos con necesidades
que nos impulsan a encontrar una conexión y a evitar el
rechazo a fin de aumentar nuestras posibilidades de
supervivencia.

Estos potentes impulsores son la razón por la cual los


niños (y los adultos) sufren tanto por la intimidación y la
exclusión. Estos incidentes pueden dejarnos con cicatrices y
daños, ya que nos dan la prueba de que no le gustamos a
otros, no somos lo suficientemente buenos, no como todos
los demás. Nuestra necesidad de conectarnos, de pertenecer
es primordial, por lo que sentimos que moriremos si nuestra
relación se termina, moriremos si no comemos pronto,
moriremos si las cosas no funcionan, moriremos si somos
rechazados o humillados. Nada de esto es cierto, pero son
creencias y comportamientos evolutivos programados en
nosotros para garantizar que no tomáramos riesgos, que no
nos aventuráramos a lo desconocido y, por lo tanto, que
sobreviviéramos. Y aquí estás, has sobrevivido, no morirás si
no perteneces a un grupo. El rechazo que todos enfrentamos
a medida que avanzamos en la vida no te ha matado.

Sin embargo, todavía se siente como si pudiera hacerlo y


las letras de las canciones ciertamente fomentan esta
creencia profundamente arraigada de que somos débiles y
frágiles si somos rechazados, cuando eso no es cierto. Es
cierto que duele, pero no tiene que dañarnos. Aquí hay
algunas letras de miles de canciones que te dan el mismo
mensaje:

Moriré si me dejas
No puedo vivir sin ti
Tú eres el único en el mundo para mi
Nunca te superaré
Mi mundo está vacío sin ti
No puedo respirar sin ti
Todo el mundo sufre
Nada se compara a ti
Prefiero quedarme ciego
Loco
Llórame un río

Es hora de cantar una nueva canción con letras


inspiradoras. Si bien es cierto que es fácil engañarnos con
letras de canciones trágicas que alimentan la mentira de que
no podemos vivir sin amor, también es cierto que las
canciones de supervivencia con letras de supervivencia son
profundamente motivadoras y estimulantes porque dicen la
verdad. Y la verdad es que los humanos somos resistentes,
capaces de cambiar y capacitados para enfrentar la
adversidad porque somos sobrevivientes. En las fiestas, las
mujeres siempre bailan y cantan en voz alta la canción de
Gloria Gaynor “ I Will Survive” o la de Beyonce “ I’m A
Survivor” porque las letras les recuerdan su resistencia y
espíritu luchador.

Mirémoslo de esta forma. El niño con necesidades


insatisfechas está escuchando las canciones tristes en un
ciclo constante alimentándose de letras que los mantienen
sintiéndose impotentes. El adulto prefiere escuchar
canciones motivadoras que los empoderen. Entonces,
cuando la adversidad te golpee, puedes elegir cantar letras
tristes o empoderadoras. Puedes elegir entre darte creencias
y pensamientos poderosos o que te quitan poder.

Amo el poder de las canciones. Frecuentemente le doy a


mis clientes letras de canciones para cantar una y otra vez
porque la repetición programa pensamientos positivos en
ellos y esto es el precursor de acciones positivas. Los
políticos y los atletas prefieren ingresar a un estadio con
música poderosa porque los motiva y también porque pone
imágenes y palabras poderosas en sus mentes y en las
mentes de su audiencia. Es hora de elegir una lista de
reproducción edificante y cantar una canción positiva. Aquí
están algunas de mis favoritas:

(I’ve Had) The Time of My Life – Bill Medley


Feeling Good – Nina Simone
This Girl Is on Fire – Alicia Keys
Titanium – Sia
The Greatest Love of All – Whitney Houston
Don’t Stop Me Now – Queen
Nature boy – Nat King Cole
Make It Happen – Mariah Carey
Shackles (Praise you) – Mary Mary
Praise You – Fatboy Slim
Itchycoo Park – The Small Faces

Conviértelos en tu tono de llamada, asegúrate de que


esta sea la canción con la que te despiertas y cambia tus
pensamientos y creencias para siempre.

Echemos un vistazo a lo que yo llamo pensamientos en


círculo. Estos son pensamientos que no te sirven, que giran
en un círculo sin fin dejándote atrapado en vez de libre y
empoderado. Los pensamientos en círculo son como estos:

No puedo hacer esto


No estoy a la altura del trabajo
Siempre termino siendo rechazado
Las cosas nunca me salen bien
Todo siempre sale mal
No importo, no cuento
No importa cuánto lo intente, no puedo perder peso/
mantener una relación/ ganar suficiente dinero, etc., etc.

Cuanto más digas o pienses estas cosas, más se


convertirán en tu realidad. Por favor recuerda que cada
palabra, cada frase que digas está formando el plan que tu
mente y cuerpo siguen hasta que se convierta en tu
realidad.

Todo comienza con un pensamiento. Tu vida ahora es el


resultado de los pensamientos que piensas y las creencias
que crees. Intentar cambiar tus hábitos y acciones negativas
solo funciona si primero cambias tus pensamientos porque
tus pensamientos dictan tus acciones y tus resultados. Los
pensamientos que no se modifican pueden bloquear tus
acciones, ya que estamos diseñados para actuar de una
manera que hace que nuestros pensamientos se validen
como verdaderos. La fuerza más grande en todos nosotros
es que DEBEMOS actuar de una manera que sea consistente
con nuestra forma de pensar y cómo nos definimos. Las
palabras que pensamos y decimos hacen que nuestra
mente, cuerpo y psique actúen de manera que esos
pensamientos se conviertan en nuestra realidad. Aquí hay un
ejemplo del ciclo y cómo funciona:

Nuestros pensamientos controlan y dictan nuestros


sentimientos.
Nuestros sentimientos controlan y dictan nuestras
acciones.
Nuestras acciones controlan y dictan nuestros eventos.

Y volvemos al inicio de este círculo para reafirmar los


pensamientos originales.

Pensamiento
No soy suficiente.
Sentimiento
Enojo/ impotencia/ desesperanza/ sentirse bloqueado.
Acción del pensamiento
Alejo a la gente porque no quiero que descubran que soy
inadecuado.
Resultado del pensamiento
Me siento solo e insatisfecho.
Pensamiento re-forzado
No soy suficiente.

Pensamiento
No puedo bajar de peso. No importa lo que haga. Estoy
destinado/a a ser gordo/a.
Sentimiento
Me siento impotente, sin esperanza, avergonzado/a y
fuera de control.
Acción del pensamiento
Como en exceso para reconfortarme.
Resultado del pensamiento
Refuerza el sentimiento de que no tengo control sobre lo
que como o lo que peso.
Pensamiento reforzado
Estoy destinado/a a ser gordo/a para siempre.

Clara no podía dejar de comer. Comía muy rápido


devorando su comida. Solo se compraba la comida más
barata y comía cualquier cosa que tuviera delante. Nunca
registró la sensación de estar satisfecha y no podía soportar
el negarse a sí misma ninguna comida. Por lo tanto, nunca
pudo ponerse a dieta ya que hacerlo la enviaba en una
espiral terrible de sentirse rechazada y eso aumentaba su
deseo de comida (algo que ocurre con frecuencia con las
dietas y la razón de por qué tienen una tasa de fracaso
enorme). Miramos su pasado. Ella provenía de una gran
familia con poco dinero y como la menor, si no comía su
comida rápidamente sus hermanos mayores tomarían la
comida de su plato y se la comerían. Nunca tuvo la
oportunidad de servirse una segunda porción ya que todos
terminaban antes que ella. Nunca se le permitía pararse de
la mesa o desperdiciar comida y como, a menudo no había
suficiente ella aprendió a comer cualquier cosa y todo
rápidamente. Ella nunca pudo elegir qué comería y mantuvo
este patrón por pura costumbre y aceptación.

Le hice decir:

Esa no soy yo porque no tengo cinco años. No peleo con


mis hermanos por comida. Puedo comer lentamente y
saborear cada bocado.

Esa no soy yo porque nadie toma comida de mi plato.

Esa no soy yo porque yo puedo elegir dejar comida en el


plato sabiendo que siempre tendré suficiente para comer
porque yo estoy a cargo de lo que como y cómo lo como
ahora y siempre.

Esa nunca más seré yo, nunca más porque yo tengo mi


propio dinero. Yo elijo comprar y comer la comida que yo
quiero.

Le hice decir esto a la fuerza varias veces, ya que ella


me estaba justificando por qué no era esa niña y nunca más
necesitaría actuar, sentir o reaccionar como esa niña.

Observar cualquiera de tus comportamientos con los que


no estás satisfecho y reconocer que tus pensamientos y
creencias negativas son casi seguro restos de tus
necesidades no satisfechas cuando eras un niño, terminará
con esto. Una vez que tengas conciencia de que los
sentimientos y comportamientos con los que no estás
satisfecho provienen de tu infancia, estarás listo para hacer
algunos cambios poderosos. Tengo clientes que miran
escenas de su pasado y dicen en voz alta, “ese no soy yo
porque”, y completan la frase. Al hacerlo, terminan con los
pensamientos en círculo y los comportamientos que se
derivan de esos pensamientos.

Al decir: “No soy yo”, comienza a la fuerza y


repetitivamente un nuevo proceso de pensamiento. Decir:
“No soy yo”, primero interrumpe, luego rompe y después
termina para siempre con los viejos hábitos de pensamiento
y acción.

Cada hábito de acción está dirigido por un hábito de


pensamiento; primero hacemos nuestros pensamientos y
luego nuestros pensamientos nos hacen. Luego buscamos
pruebas de que nuestros pensamientos son verdaderos y,
generalmente, estas se encuentran ya sea que nuestros
pensamientos sean útiles o inútiles. Puedes crear
pensamientos mejores y mucho más beneficiosos que te
ayuden en cualquier momento. Comencemos ahora y
hagámoslo todos los días constantemente hasta que deje de
ser lo que haces y se convierta en quién eres. Pensar que
eres digno de amor mientras estás en casa no es lo mismo.
Necesitas que los nuevos y poderosos pensamientos
motivadores te lleven a socializar e irradiar lo digno de amor
que eres, lo cual es mucho más fácil cuando lo sabes
primero. Tu cuerpo no tiene más remedio que reaccionar a
los pensamientos que piensas, las palabras que dices y las
imágenes que construyes. Sin embargo, tú puedes optar por
hacer que esos pensamientos, palabras e imágenes sean
solo positivos.

En resumen, has cambiado los pensamientos que ahora


reconoces que pertenecen a un niño con necesidades
insatisfechas y has detenido los pensamientos en círculo al
decir “no soy yo” con una voz poderosa. Ahora estás
tomando las nuevas acciones que requieren el nuevo
pensamiento y obtienes el resultado nuevo y duradero.
También cantas las poderosas letras de canciones para
conectar las nuevas creencias porque es una forma tan
simple, divertida y efectiva de hacerlo.

CAPÍTULO 11
Construir Una Relación Amorosa Comienza
Contigo Mismo

Estar enamorado contigo mismo es un romance para


toda la vida que nuca se desvanece, te cansa o te
decepciona .
Marisa Peer, Autora

Hasta este capítulo, este libro se ha dedicado


principalmente a tu relación contigo mismo. Pero, muy a
menudo, las personas que van a mi consulta están allí para
hablar de sus relaciones románticas y se preguntan por qué
no pueden hacer que funcione con alguien a quien aman
tanto.

Ejercicio

Regresa a la pregunta que te hice anteriormente:


¿Cuáles son tus necesidades insatisfechas y a quién esperas
para que las solucione?

Di: Ese no soy yo porque ……


Esa ya no soy yo porque ……
Ese nunca más seré yo porque ……
Completa los espacios en blanco, repítelo varias veces y
asegúrate de decirlo de manera contundente y en voz alta.
Quiero que te imagines que estoy en la habitación y me lo
debes decir y justificar.

Tu mente subconsciente solo se puede enfocar en el


presente, mientras que tu mente consciente se puede
enfocar en el futuro. La razón de que el dolor o la depresión
se siente como si siempre fuera a estar ahí es porque la
mente subconsciente, que es la mente que siente, solo
funciona en el aquí y el ahora. Esta es otra razón de por qué
la visualización de cambios muy en el futuro no funciona, ya
que la mente subconsciente no ve más adelante. Solo ve
ahora. Una vez que hayas presentado repetidamente tus
declaraciones “No soy yo porque ……,” en tu mente, puedes
pensar y creer nuevos pensamientos.

Nuevos pensamientos en círculo funcionan porque ahora


tú:

Piensas nuevos pensamientos.


Crees los nuevos pensamientos.

Estos nuevos pensamientos impulsan nuevas acciones


que equivalen a nuevos resultados. Esto, a su vez, vuelve al
inicio del círculo para reforzar los nuevos pensamientos y
que los sigas repitiendo.

Así es como funciona:

No soy un niño tratando de que un padre alcohólico me


ame. No soy yo porque …… no quiero ni necesito el amor de
alguien así.

No soy yo porque ahora veo que no era que no me


amara, sino que él no se amaba a sí mismo.
No soy yo y nunca seré yo porque no soy un niño
indefenso y dependiente, soy un adulto maravilloso y digno
de ser amado.

Ahora tenemos incorporados nuevos pensamientos que


la mente no podrá rechazar: Sé que soy digno de ser amado
(nuevo pensamiento). Esto impulsa nuevas acciones que
ayudan a encontrar el amor.

La paradoja de las relaciones es esta: Si estás de novio o


te casas o vives con alguien que cree que no son dignos de
ser amados, es muy difícil tener una relación saludable o
corresponder a su amor. Igualmente, si tú piensas que no
eres digno de ser amado, lo mismo es verdad. Este capítulo
está al final del libro porque quiero enfatizar que no podrás
arreglar de manera efectiva tus relaciones con otras
personas en tu vida hasta que mejores tu relación contigo
mismo. Gran parte de cómo hacerlo se describe en los
capítulos anteriores de este libro, pero aquí quiero resaltar la
idea de la capacidad de ser amado.

Las malas relaciones pueden tomar muchas formas, pero


las personas que permanecen en ellas tienden a tener algo
en común. Tienen miedo de terminar la relación—sin
importar cuán mala sea—porque están aterrados de no ser
amados fuera de ella. Es una tragedia ver a alguien
consumiéndose en una mala relación porque sienten que
nadie más los amará si se van. Pero la verdad es que un
sentimiento de ser amado no puede venir de otra persona,
debe venir de adentro.

Si la idea de aprender a amarte a ti mismo te parece


imposible, considera el hecho de que alguna vez te amabas
sin esfuerzo. Cuando eras un bebé, comunicabas claramente
tus necesidades (principalmente llorando) y aceptabas
felizmente todo el amor y cuidados que te daban porque
instintivamente sabías que lo merecías. Como discutimos en
el Capítulo Ocho, simplemente sabías que eras suficiente.
Fue solo cuando te hiciste mayor y aprendiste lo contrario,
que comenzaste a tolerar estar con alguien que no te amara
como merecías ser amado.

Entonces, ¿cómo sucede esto? ¿Cómo aprendimos que


no éramos dignos de ser amados? Usualmente, esto viene
de una comparación, o como me gusta llamarlo—ser amado
con condiciones. Nuestros padres podrían habernos dicho:
“Oh, eres tan inteligente para sacar buenas calificaciones, te
amo por eso” o “te amo, eres tan guapo/bonita/servicial”.
Con estas declaraciones sutiles, aprendemos que el amor
depende de ser inteligentes, divertidos o atractivos y
dejamos de creer que podemos ser amados tal como somos.
Algunos de nosotros tuvimos padres que amenazaron con
retirar su amor si no nos comportábamos de una forma que
los complaciera: “No te voy a querer si haces eso”, “No te
quiero cuando te portas de esa manera”, “Me iré si te portas
mal”.

Es importante recordar que nuestra supervivencia como


niños está vinculada a que le gustemos a nuestros padres y
si parece que no lo hacemos siempre creemos que es
nuestra culpa. Nuestras jóvenes mentes carecen de lógica
antes de la edad de los tres años y, por lo tanto, creemos
que, si las cosas no son felices en casa, estamos mal y
tenemos que cambiar nuestro propio comportamiento, en
lugar de ver la verdad de que los padres están equivocados
y ellos deben cambiar su comportamiento. Los niños
pequeños deben idealizar a los adultos porque saben de
manera innata que su supervivencia depende de que los
adultos los cuiden. Por lo tanto, creyendo todo lo que dicen
los adultos, los niños comienzan a adaptarse para tratar de
complacerlos. Cuando escuchan este tipo de declaraciones
de que el “amor depende de”, van de un estado de “Soy
digno de amor”, a uno de “Por favor quiéreme”. Es un
cambio crucial, aunque sutil. Luego, hacen todo lo que
pueden para asegurarse de que sus padres continúen
dándoles el amor que una vez recibieron sin esfuerzo.
Cuando no funciona, ellos cambian su pensamiento a “No
me amas y si tú no me amas, nadie más lo hará”. A medida
que los clientes desentrañan las creencias mantenidas
durante tanto tiempo (mentiras) de que ellos no eran lo
suficientemente dignos de ser amados porque sus padres
siempre estaban trabajando /papá se fue /mamá prefería al
nuevo marido /nuevo bebé, etc., se dieron cuenta de que
habían agregado otra creencia muy inútil a la ya dañina
creencia de que no eran dignos de amor.

La creencia que ellos agregaron fue que siempre sería


así, sería así para siempre, para el resto de su vida. Verás,
los niños no pueden arreglar esto, no lo pueden mejorar y
por eso asumen que debe ser su culpa. Como no pueden
arreglarlo y nunca serán capaces de hacerlo, así comienza el
daño que puede durar toda la vida, a menos que
encontremos a alguien que pueda ayudarnos a cambiar esto
TM
para siempre. Creo que mi rol como terapeuta de TTR es
como ser un detective y un dentista al mismo tiempo. La
parte del detective recopila información, busca pistas y
resuelve qué salió mal con mi cliente y por qué razón. La
parte del dentista extrae todas las creencias tóxicas y las
cosas venenosas antiguas (en forma de hábitos y
comportamientos) y deja al cliente sintiéndose feliz,
equilibrado, cambiado y próspero, sabiendo y resonando que
realmente es, siempre ha sido y siempre será digno de ser
amado. Es un gran cambio y verlo en mis clientes me da una
inmensa alegría.

Como adultos, un impresionante número de personas va


en busca del amor y la aceptación con una mentalidad de
“Por favor ámame”, en vez de la creencia inquebrantable
“Soy digno de ser amado”. Mientras que un niño puede
convertirse en un perfeccionista o en el payaso de la clase
para asegurarse de que se mantenga “inteligente” o
“divertido” para sus padres, como adultos las personas
tienden a hacer todo lo posible para que alguien los ame—
incluso si es autodestructivo.

Tal vez nos volvemos codependientes, o nos convertimos


en un cuidador paternal de nuestra pareja, a pesar de que
ellos sean adultos. O quizás ponemos nuestras carreras y
sueños en segundo plano porque nuestra pareja necesita
sentirse más importante y no nos ayudará a criar hijos. Estos
ajustes pueden tomar muchas formas diferentes, pero el
tema subyacente es que no somos lo suficientemente
buenos para ser amados por nosotros mismos; debemos
ganarlo de alguna manera. También, a menudo, esto termina
con personas que tienen relaciones infelices porque viven
para complacer a alguien más en vez de complacerse a sí
mismas.

La forma número uno de pasar de “Por favor ámame”, a


“Soy digno de ser amado”, es lo que discutimos en el
Capítulo Ocho: creer que eres suficiente. Si ahora estás en
una relación luchando para que funcione o has estado
buscando el amor durante años y parece que no puedes
encontrar a la persona correcta para ti, es muy probable que
tu sistema de creencias sobre lo que tú mereces sea el
problema. Una vez que dejes de enfocarte en tu relación con
tu otra mitad y te enfoques en ti mismo usando las
herramientas de los capítulos anteriores, es posible que
descubras que tus relaciones mejoran instantáneamente.
Después de todo, las personas en las relaciones más felices
son las personas que también son felices por sí mismas.

Cuando somos hijos dependientes debemos pertenecer y


para muchos de nosotros cuando no estamos del todo
seguros de pertenecer, de que las personas que nos crían
nos aman, valoran y celebran solo por ser nosotros mismos,
solo tenemos cuatro formas en que podemos comportarnos
para asegurarnos de que somos importantes e
indispensables. Los cuatro roles que asumiremos de niños
para convencernos de que somos importantes y dignos de
amor son:

El Enfermo
Esto es tan efectivo para obtener atención, tiempo y
cuidados, que la mayoría de las personas que asumen este
rol nunca lo dejan y se convierten en hipocondríacos de por
vida. Siempre visitando doctores o compartiendo su última
alergia o dolencia y recibiendo un trato especial debido a
eso. El niño cuya madre tuvo que comprar alimentos sin
gluten o frotar su pecho con crema para el sarpullido cada
noche, forma una creencia: “No estaba seguro de que me
amaras, pero puedo ver que te importo por los esfuerzos que
haces para mantenerme sano”. Una de mis clientas
reconoció que su hermana que era sorda recibía mucha
atención y siempre la llevaban de Escocia a Londres para ver
a distintos especialistas. Ella formó una creencia poderosa:
“necesitas estar enfermo para que te noten, solo obtienes
atención cuando algo anda mal contigo” y luego su creencia
se volvió fija, lo que la hizo más difícil de descubrir y de
comprender. Pero, una vez que lo hizo, ella fue capaz de
superar para siempre tanto la creencia como el
comportamiento de estar enferma.

El Sobresaliente
El triunfador satisface su necesidad de ser indispensable
al llegar a ser sobresaliente en algo. Esto puede ser en lo
académico o en los deportes. Cuando vivíamos en tribus, la
persona que podía cazar un animal o construir una vivienda
más rápido siempre era indispensable y es por eso por lo
que hoy los niños representan estas mismas necesidades.
Desafortunadamente, el niño que tenía que sacarse las
mejores notas para enorgullecer a un padre o ganar en todo
solo para obtener su atención se convierte en un adulto que
no puede renunciar a este comportamiento aprendido a
pesar de que le causa un estrés inmenso. Un cliente que era
muy competitivo y siempre tenía que ser el mejor me vino a
ver con dolores de cabeza y úlceras y comenzó a ver que su
padre ausente solo mostraba interés cuando él se volvió un
estudiante sobresaliente. Otro cliente dijo que su padre no le
prestaba atención hasta que notó su talento para los
deportes y luego iba a todos los partidos para enorgullecerse
de los logros de su hijo. Ambos niños aprendieron el mismo
mensaje: “Importo si soy el mejor. Obtengo atención si logro
algo y si dejo de lograr, ya no soy importante”.

El Cuidador
Este niño aprende a ganarse el amor, los elogios y el
reconocimiento atendiendo las necesidades de todos por
encima de las suyas. Cuidarán a sus padres y a otros
hermanos, cocinarán, limpiarán, harán mandados y harán
cualquier cosa para hacerse indispensables para el grupo.
Como adultos, frecuentemente se convierten en enfermeras,
cuidadores, terapeutas. Tienen la creencia de que el amor
debe ganarse, perseguirse y trabajarse y, a menudo, se
sienten atraídos por personas heridas y emocionalmente
dañadas a las que ayudan para salir adelante solo para
descubrir que esa persona los abandonará más adelante. Mi
clienta era una abogada exitosa, pero solo salía con
perdedores y alcohólicos. Recordó que su madre estaba
casada con un diplomático y era una alcohólica crónica y no
le prestaba atención a su hija, excepto cuando bebía
demasiado. Cuando eso sucedía, llamaba a su hija a su
habitación y la convencía de deshacerse de las botellas
vacías y sacar a escondidas más alcohol de la cocina para
luego felicitarla y decirle que era maravillosa. Ella aprendió
que su necesidad de amor y afecto solo se satisfacía cuando
estaba cuidando a alguien más y por supuesto, al salir con
alcohólicos, interpretó el papel en el que su propia necesidad
de amor y cuidado se llenaba al cuidar a alguien más. Una
vez que todo esto se aclaró, ella dio un giro radical y salió
con alguien que tenía algo mejor que ofrecerle y nunca más
miró hacia atrás.

El Rebelde
El rebelde es a menudo el hijo más joven o un hijo de
padres exitosos. Debido a que los otros tres roles ya han sido
tomados ellos toman el único que queda, que es ser rebelde
y difícil, en un esfuerzo por hacerse notar. Si eso no
funciona, entonces intentan quitarles el poder a las figuras
de autoridad para tener la autoridad ellos. Mucho después
de que se han ido de la casa de los padres el rebelde sigue
actuando para ser el centro de atención y su incapacidad
para dejar de sentirse insignificante en su infancia le causa
un tremendo estrés e infelicidad. Joey era adicto a los
deportes extremos y siempre se lastimaba. Su esposa estaba
furiosa porque tenían un hijo pequeño y ella siempre estaba
preocupada de que él fuera a quedar discapacitado. El
describió su infancia donde había tres hermanos mayores,
unos padres muy ocupados y la única atención que recibió
fue cuando se cayó de su patineta o cuando se cayó por
sobre el manubrio de su bicicleta, y aunque sus padres le
dijeron que dejara de tomar riesgos tan peligrosos, él amaba
la atención que recibía y era el rebelde difícil que siempre
estaba en problemas. Él fue capaz de ver cómo llevó este
comportamiento a su vida adulta y que ya no le servía, y
para gran alivio de su esposa, dejó de correr tales riesgos.

Cuando entiendes el rol que desempeñabas o que te fue


asignado puedes liberarte y tener un rol diferente como un
adulto en una relación feliz y enriquecedora. Mi expresión
favorita, que llegué a usar después de ver cómo funcionaban
estos roles es: “Actuamos el único rol que hemos conocido
hasta que ese rol se hace nuestro”. Mi trabajo es mostrarte
un rol mejor y más sano que puedas interpretar. Es posible
que hayas sentido que no tenías más remedio que
desempeñar un cierto rol como niño, pero como adulto,
ahora eres libre para renunciar a esa parte y desempeñar el
papel de un adulto querido y digno de ser amado.

¿Qué tiene que ver el sexo con esto?


A menudo me sorprende el hecho de que en mis
seminarios, charlas y cursos que doy en todo el mundo,
muchas personas parecen tratar el sexo como una especie
de idea de último momento. Ya sea que se trate de
mojigatería, timidez o falta de familiaridad al hablar de ello,
pocas personas parecen darse cuenta de lo importante que
es una vida sexual saludable—no solo para una relación
amorosa, sino para tu propia salud y bienestar personal,
para sentirte poderosamente unido a otra persona, y para
que esos lazos duren, entonces priorizar una vida sexual feliz
puede ayudar a que todas estas cosas sucedan.

¿Por qué el sexo es tan poderoso? A nivel biológico, el


sexo cambia la química de tu cerebro y actúa como un
poderoso antidepresivo gracias a la avalancha de dopamina
y oxitocina que trae el orgasmo. Además, los estudios han
demostrado que el sexo regular y que se disfruta es sabido
que construye células asesinas naturales que luchan contra
todo tipo de dolencias, incluido el cáncer. Incluso cuando ya
pasamos la edad en que podemos tener hijos, el sexo
también ofrece un efecto antienvejecimiento. Nuestros
cerebros reptilianos creen que, si todavía estamos teniendo
relaciones sexuales, puede haber una posibilidad de un bebé
—por lo que nos mantiene más jóvenes para poder cuidar al
bebé que cree que estamos haciendo.

Los orgasmos mejoran la circulación, proporcionan


drenaje linfático, ayudan a tu cuerpo a desintoxicarse,
mejoran la digestión, la función cerebral y el estado de
ánimo, previenen enfermedades, ayudan a reparar los
tejidos y mantienen la piel sana. Cuando tenemos un
orgasmo, nuestros cuerpos liberan endorfinas que eliminan
el cortisol (una hormona que ayuda a tu cuerpo a responder
al estrés o al peligro). Los orgasmos también aumentan las
células que combaten las infecciones hasta en un 20% y
elevan los umbrales del dolor (para preparar su cuerpo para
el parto). Cosas como las migrañas y las alergias disminuyen
en intensidad. Muchos estudios muestran que los orgasmos
te mantienen más joven y saludable. Los orgasmos también
contrarrestan la depresión, y la absorción vaginal de
esperma tiene un efecto antidepresivo natural (nótese bien:
solo considera esto en una relación segura de largo plazo).
Además de eso, producimos oxitocina cuando hacemos el
amor y tenemos un orgasmo. La oxitocina es conocida como
la hormona del amor y el bienestar porque nos hace sentir
bien con nosotros mismos y fortalece nuestro vínculo con
nuestra pareja. Tener relaciones sexuales nos ayuda a
sentirnos vivos y conectados, tiene mucho que ofrecernos y
no debemos renunciar a la gran cantidad de beneficios
porque nos aburrimos o perdemos nuestra libido.

Con todos esos maravillosos beneficios para la salud,


como sentirnos jóvenes, vibrantes, vivos y poderosamente
unidos con nuestra pareja—que son totalmente naturales y
gratuitos—pensarías que las parejas felices tienen relaciones
sexuales todo el tiempo, ¿no? Pero cualquiera que haya
tenido una relación a largo plazo sabe que mantener una
vida sexual sólida puede ser cada vez más difícil. Sin
embargo, muchas personas aceptan que ese sea el caso y
simplemente renuncian al sexo a cambio de un compromiso
a largo plazo, y junto con ello, renuncian a todos esos
maravillosos beneficios para la salud que mencioné
anteriormente. Algunos estudios han demostrado que el 50%
de los matrimonios son célibes. Esto es tan triste y no tiene
por qué ser así ya que el buen sexo es una de las cosas que
puede hacer que tu relación sea especial y única. Una gran
relación requiere tres cosas: química sexual, química de
mejores amigos y un profundo respeto mutuo. La química de
mejores amigos no significa que tú y tu pareja hagan todo
juntos, evitando a todos los demás amigos, sino que significa
que tu relación tiene más que un poderoso impulso sexual
para mantenerlos unidos. Por lo tanto, cuando la
enfermedad, el embarazo o los niños enfermos tienen
prioridad sobre tu vida sexual, tu profundo vínculo de
amistad te permite pasar esos momentos. Muchos de mis
clientes me dicen que tienen una excelente química de
mejores amigos, pero que no tienen química sexual, y
simplemente aceptan esto como algo que sucede en una
relación a largo plazo. Es cierto que en los primeros dos años
de una relación tenemos un poderoso impulso sexual ya que
la naturaleza está ansiosa por reproducirnos. Después de
eso, el impulso sexual baja para que pongamos la atención
en el bebé que cree que hemos hecho durante nuestro
apogeo sexual. Sin embargo, hay formas de mantener una
vida sexual poderosa y emocionante toda tu vida, una vez
que sabes cómo.

Los humanos tienen tres sistemas cerebrales para el


apareamiento y la reproducción: el deseo sexual, el amor
romántico y el apego profundo. Necesitamos sostener los
tres, y poder comprenderlos nos ayuda. Para mantener el
sexo, es importante dedicarle tiempo y darse cuenta de lo
importante que es mantener una relación saludable. Cuando
tenemos relaciones sexuales regulares, nos ayuda a
conectarnos y unirnos, y esto a su vez ayuda a mantener el
amor romántico. Tocar, tomarse de las manos, abrazarse y
besarse ayudan a mantener el apego.

Cuando tenía una columna como consejera sentimental


en un diario nacional, la gente me escribía sobre todo tipo de
problemas íntimos y sexuales. Los más comunes siempre
eran de mujeres que no podían tener un orgasmo, hombres
que se sentían mal porque no podían hacer que su pareja
tuviera un orgasmo y problemas con la pareja porque uno de
ellos perdió el deseo sexual. Por lo general, ellos
simplemente aceptaban esto porque no sabían cómo
superarlo. Lo que el amor necesita para prosperar y
sobrevivir es intimidad, confianza absoluta, seguridad,
estabilidad y certeza. Esto es lo que hace que ir por la vida
con un compañero de largo plazo que te apoya sea tan
bueno—sabes que estarán ahí para ti, confían el uno en el
otro, se comprenden y apoyan mutuamente y siempre están
ahí el uno para el otro. Sin embargo, el buen sexo necesita
algo más y bastante diferente a eso. El buen sexo y
particularmente el sexo erótico necesita y requiere misterio,
drama, emoción, sorpresa, suspenso, lo desconocido e
incluso algo de riesgo. De hecho, se sabe que nuestros
cuerpos se excitan aún más—y nuestro sistema reproductivo
es más fértil—cuando tenemos sexo con alguien nuevo y
desconocido para nosotros. Si bien muchas mujeres informan
que necesitan sentirse seguras y amadas para tener un
orgasmo, muchas más informan que el nerviosismo, el
drama, el suspenso, la sorpresa y el riesgo son los elementos
que lo provocan.
Cuando las mujeres tienen relaciones sexuales con
alguien nuevo, su cuello uterino se inclina para atraer el
esperma. Cuando los hombres tienen relaciones sexuales
con una persona extraña, pueden triplicar su producción de
esperma. Esto sucede porque la naturaleza está decidida a
mantener la especie viva al hacernos más fértiles cuando
estamos con una nueva pareja. La naturaleza no invierte en
lo felices que somos, sino en asegurar que somos
orgásmicos porque estamos aquí para crear a la próxima
generación. Los orgasmos hacen que esto sea más probable.
Descubrí esto cuando trabajaba con parejas infértiles. Ya
sabía que la fantasía tiene el mismo efecto que estar con
alguien nuevo, ya que triplica el consumo de esperma e
inclina el cuello uterino para impulsar la concepción. Les he
sugerido a muchos de mis clientes que se disfracen y que
jueguen a interpretar diferentes roles yendo a lugares
diferentes, usando accesorios visuales y auditivos para
entusiasmarlos y aumentar su habilidad de concebir.
Recomiendo que los hombres con un recuento bajo de
espermatozoides utilicen la fantasía para aumentarlo. Solo ir
a un hotel puede hacer el truco ya que estamos en un nuevo
entorno. Mis clientes regresaban y contaban historias
divertidas sobre cómo habían concebido, pero más
interesante aún era que casi todos decían, “Dios, fue tan
divertido, tan emocionante, tan diferente. Estamos
comprometidos a mantener esta parte de nuestra vida
sexual sí o sí ya que nos conecta mucho”.

Cuando intentas concebir puede ser muy estresante y el


sexo puede convertirse en una tarea. Los niveles de
testosterona aumentan cuando los hombres se sienten
admirados y apreciados. Y disminuyen cuando las parejas
pelean. Las mujeres producen más cortisol cuando están
ansiosas y esto puede reducir la fertilidad. Cuando elogias a
tu pareja se disminuyen las hormonas del estrés y el
colesterol mientras que mejora el sistema inmunológico.
También tiene el mismo efecto en ti, por lo que vale la pena
considerar cualquier cosa que haga el sexo divertido,
atractivo y con más conexión. El juego de roles y volver a
poner la diversión es fácil y nos gusta. Por supuesto si no te
gusta, es importante no sentirte obligado a hacerlo. Una
pareja con la que trabajé tenía que tener sexo casi de
acuerdo con el ciclo de ella y sus registros de temperatura y
ambos estaban exhaustos. Creían que concebir a su hijo
debía ser profundamente romántico y significativo y todo se
volvía demasiado lento y una tarea ardua. Sugerí que
tuvieran sexo como los leones, rápido y emocionante. Lo
probaron y concibieron su propio cachorro super rápido y les
encantó el recuerdo de cómo lo habían hecho.

Lo que el amor y la intimidad requieren, y lo que el sexo


y el orgasmo requieren, puede ser contradictorio. Los dos
aparentemente se cancelan mutuamente. El amor necesita
intimidad, mientras que el buen sexo necesita misterio. La
intimidad significa estar cómodo tal como estás. Sabes que
tienes intimidad cuando puedes terminar las oraciones del
otro, cuando sabes lo que le gusta y no le gusta a tu pareja y
cuando puedes interpretar su estado de ánimo sin que algo
sea dicho. Puedes compartir el baño y orinar mientras tu
pareja está en la ducha. Es maravilloso tener esta seguridad,
pero no es erótica. Te sorprenderá saber que la desnudez
total no es misteriosa. Los bailarines de burlesque y los
bailarines exóticos nunca comienzan su acto completamente
desnudos ya que la sugerencia de desnudez y la desnudez
parcial son mucho más emocionantes y eróticos. Las playas
nudistas no son eróticas ya que el erotismo requiere
misterio.

Cuando la emoción desaparece, ¿cómo la recuperamos?


La gente a menudo se sonroja cuando digo esto, pero he
visto a muchas parejas revitalizar su vida sexual—y por lo
tanto sus relaciones en general—integrando la fantasía de
alguna manera. Incluso si no te has involucrado en una
fantasía explícita, la mayoría de las parejas admiten que a
menudo tienen mejor sexo cuando están en una habitación
de hotel o de vacaciones porque la novedad y lo novedoso
de la ocasión los hace sentirse más sexy. No tienen
quehaceres, ni niños, ni que estar en algún lugar y de
repente sienten ganas de tener relaciones sexuales. La
fantasía funciona de la misma forma, pero ¡no tienes que
gastar dinero yendo de vacaciones solo para tener sexo!

Si puedes entender que la intimidad es el enemigo del


erotismo, entonces puedes ver los problemas que surgen al
tratar de mantener una relación de largo plazo amorosa y
feliz y que incluya buen sexo. Hay más de una respuesta, sin
embargo, la fantasía es el puente que conecta la intimidad y
el erotismo, es la forma más rápida de mantener una vida
sexual apasionada.

Las personas a veces se resisten a la fantasía porque se


sienten tontas fingiendo ser otra persona, o sienten que no
están a la altura de la fantasía que excita a su pareja.
También ven la fantasía como algo similar a un engaño—
como si admitir que tal vez quieren tener relaciones con un
bombero o una policía es admitir que quieren tener sexo con
alguien que no es su pareja. Pero no tiene que verse de esa
manera. La fantasía es inherentemente emocionante, y si se
dan permiso mutuamente para usar su imaginación y admitir
que tienen deseos extramaritales (todos los tienen), puede
ser una excelente manera de mantener su vida sexual
juntos.

El hecho es que las personas no suelen ser infieles


porque están buscando una nueva persona y una nueva
vida; los hombres que abandonan a sus esposas por sus
amantes son la excepción, no la regla. Las personas son
infieles porque están buscando una nueva experiencia. Esto
no justifica la infidelidad, pero sustenta la investigación que
muestra el conflicto entre el sexo y el amor. Puedes poner
esa nueva experiencia en tu relación. Si la fantasía de tu
pareja es diferente a la tuya, puedes hacer un pacto para
satisfacer los deseos del otro y hacerlo desde un lugar de
respeto y sin juicios.

Estamos programados para que nos guste lo que es


familiar, excepto con el sexo cuando la familiaridad puede
aburrir el deseo simplemente porque cuando todo es muy
familiar y predecible, la emoción y el deseo disminuyen. La
fantasía puede devolver la emoción y el deseo. Tu mente no
puede diferenciar entre lo real y la fantasía y eso en sí
mismo es emocionante. Cuando usas la fantasía para
alcanzar el orgasmo, le estás enseñando a tu cuerpo cómo
responder, y una vez que tu cuerpo se acostumbra a una
poderosa respuesta orgásmica, la mantendrá incluso sin la
fantasía, ya que los músculos tienen memoria.

Muchos clientes me preguntan, “¿Pero cómo fantaseo?”.


Si una película o una historia te estimula, esa es la clave de
lo que funciona para ti. Todos conocemos los efectos de las
‘50 Sombras de Grey’, que dieron permiso a las personas
para usar la fantasía para mejorar su deseo sexual.
Comparte tu fantasía con tu pareja y permíteles compartir la
suya contigo. Túrnense para probarlas y simplemente vean
qué se siente bien y con qué fantasías obtienen los
resultados que desean.

Tu mente es el órgano más sexy y deberías usar tu


mente para mejorar e intensificar tus orgasmos. Cuando la
mente dice sí al orgasmo, el cuerpo copiará esto. El
problema es que para muchos de nosotros nuestra mente
dice: “No, esto lleva demasiado tiempo, esto nunca va a
suceder. Me estoy aburriendo ahora, ¿cómo es que otras
personas responden a esto y mi cuerpo no?” Una de las
reglas de tu mente es que lo que se espera es lo que tiende
a cumplirse. Otra regla es que en lo que sea que te
concentras, obtienes más de eso. Y otra regla más es que
nuestros cuerpos actúan de una forma coherente y en línea
con nuestro pensamiento. Puedes usar tu mente para
condicionar tu cuerpo para que sea súper sensual y
altamente orgásmico, no solo a veces sino todo el tiempo al
reconocer que tu mente también es un órgano sexual.

Habla con tu pareja sobre lo que te entusiasma,


emociona y excita. Tómate un tiempo para explorar lo que te
gusta y también asegúrate de escuchar lo que ellos quieren
también. A menudo entramos en relaciones creyendo que la
otra persona satisfará todas nuestras necesidades, y que la
pareja perfecta tiene habilidades psíquicas para saber
exactamente lo que queremos. Muchas relaciones se
deshacen debido a esto. Es muy importante decir lo que te
gusta y lo que no te gusta al principio de la relación. Si
aparentas que todo es perfecto y finges tu respuesta, es
difícil salir de eso más adelante. Es cierto que si satisfaces
todas las necesidades de tu pareja nunca querrán dejarte, de
la misma manera que si ellos satisfacen todas tus
necesidades. Sin embargo, es poco probable que una
persona pueda satisfacer todas nuestras necesidades todo el
tiempo. Tenemos que satisfacer algunas de nuestras
necesidades nosotros mismos y tenemos que decidir que
algunas de ellas no son tan importantes como nuestra
relación. Otro defecto es creer que el trabajo de nuestra
pareja es satisfacernos en la cama. La verdad es que eres
responsable de tu propio orgasmo. Tú eres responsable de
descubrir qué funciona para ti y de enseñarle a tu cuerpo a
responder.

El respeto es un elemento importante que hace que


nuestras relaciones funcionen y duren. Las relaciones que no
deberían funcionar, pero que sí lo hacen se deben a que las
parejas tienen un gran respeto mutuo. Respetar a tu pareja
lo suficiente significa estar dispuesto al menos a probar sus
fantasías, siempre que no sea peligroso. Al mismo tiempo, no
tienes que compartir todas tus fantasías, simplemente
puedes reproducirlas en tu mente cuando sea que te den
ganas. ¿Recuerdas algunos párrafos atrás cuando te dije
todos los beneficios disponibles para ti de los orgasmos? Los
orgasmos producidos por uno mismo también tienen
múltiples beneficios para la salud y la fantasía es una
excelente manera de alcanzar el orgasmo cuando solo eres
tú y tu cuerpo.

Es crucial recordar por qué te enamoraste de tu pareja y


enfocarte en lo que te gusta y aprecias de ellos en vez de en
lo que te molesta. La gratitud es la energía más alta para
vibrar y si puedes detenerte e imaginar tu vida sin tu pareja,
eso ayuda a apreciarla en vez de irritarte por culpa de ellos.
Se supone que no debes estar con alguien igual que tú—eso
sería muy aburrido—recuerda celebrar tus diferencias. Nos
atrae lo que es opuesto a nosotros y es importante en una
relación de largo plazo permanecer opuestos. Una de las
razones de que los hombres aman las medias, los tacones, el
lápiz labial, la sombra de ojos, el pelo largo y sedoso y las
piernas sin pelo es porque es todo lo contrario a ellos.
También aman las curvas y la relación cintura-cadera ya que
es algo que ellos no tienen. A las mujeres les gustan las
mandíbulas cuadradas, los brazos y pechos musculosos y las
voces profundas ya que esto es algo que ellas no tienen.
Mantén estos opuestos activos y obvios en tu vida sexual.

Ten en cuenta que no se trata de tener un cuerpo


perfecto o lucir increíble. De hecho, el órgano más sexy que
tienes es tu cerebro y afortunadamente tu cerebro no puede
diferenciar entre lo real y la fantasía. Si puedes combinar la
novedad sexual con tu pareja a largo plazo, es muy probable
que tu relación dure en el tiempo. Las personas que intentan
ser perfectas son las más infelices y las más difíciles de
convivir, y a menudo se las abandona por personas con
defectos. Nos gustan las personas cálidas y reales, ya que la
base de las relaciones es poder compartir la vulnerabilidad.

La única persona a la que puedes cambiar eres tú


mismo, y una vez que te amas a ti mismo tú y tu pareja
pueden tener una vida sexual sana y emocionante. Habrás
logrado lo que tan pocas personas pueden lograr y tu vida
será aún más rica por ello.

Si te quieres condicionar a ti mismo para tener orgasmos


poderosos, no esperes a estar excitado y de humor y no
esperes estar motivado para tener relaciones sexuales; sino
que acepta que tener relaciones sexuales te motiva de la
misma forma que hacer ejercicio nos motiva a hacerlo más.

Puedes tener orgasmos poderosos, orgasmos de cuerpo


completo y orgasmos masivos extendidos diciéndote a ti
mismo que eres súper sensible al tacto. Es útil creer que
tanto tu mente como tu cuerpo saben qué hacer. Puedes
dialogar con tu mente diciéndole que esto es correcto, que
estás listo y que eres súper orgásmico, sigue repitiendo esto
y te sorprenderá lo rápido que sucede. Los orgasmos liberan
tensión, así que sigue diciéndote que eres súper orgásmico,
que tienes orgasmos rítmicos profundos y poderosos,
orgasmos de cuerpo completo, orgasmos extendidos y
orgasmos múltiples. Las mujeres también pueden tener
orgasmos vaginales, del clítoris y del punto G, y los hombres
también pueden beneficiarse de esto, ya que tú puedes
compartir los orgasmos de tu pareja y ellos pueden
compartir el tuyo, sea cual sea tu género o preferencia
sexual.

Cuanto más te condiciones para creer que esto


sucederá, más sucederá hasta que se vuelva fácil y natural y
cuanto más fácil sea, más lo harás y, por supuesto, cuanto
más lo hagas, más fácil será. Si tienes que usar una fantasía
para llegar al clímax o enseñarle a tu cuerpo a cómo
responder, eso es muy normal. Después de todo, cuando
llegamos al orgasmo es una tremenda liberación de tensión
y para lograrlo es posible que tengas que enfocarte, entrenar
tu cuerpo para tensar y apretar tus músculos y luego
relajarlos, y dado que los músculos tienen memoria, esto se
vuelve más fácil. A medida que tus músculos se aprietan, la
tensión aumenta y luego se libera hasta llegar al orgasmo de
todo el cuerpo. Sigue recordándote que la respuesta sexual y
la atracción sexual comienza en la mente y tienes un enorme
poder para influenciar y dirigir tu mente para que te de lo
que quieres incluyendo orgasmos poderosos. Tu mente
puede hacerte maravillosamente orgásmico y cuando tu
mente dice sí, tu cuerpo dice sí. Los orgasmos son hermosos
y mejoran la vida y la naturaleza quiere que los tengas.
También tenemos una grabación de audio disponible en
http://www.iamenough.com/resources .

CAPÍTULO 12
Juntando Todo Para Crear Una Vida Increíble

Los dos días más importantes de tu vida: El día que


naciste y el día que descubriste por qué .
Mark Twain, Autor

Escribí en la introducción de este libro que mi objetivo


era compartir con ustedes los hábitos que había observado
en mis clientes más felices y exitosos. Espero que ahora se
den cuenta implícitamente de que cuando digo “exitoso” no
me refiero simplemente a rico, famoso y poderoso. El éxito
es mucho más que eso. Hay muchas personas que se ven
exitosas externamente, pero que están empobrecidas
internamente. De hecho, en mis treinta años de ser
terapeuta, lo he visto más veces de las que puedo contar.

Exitoso, en este contexto, significa algo completamente


diferente. Significa ser tu propio aliado, amigo y porrista,
incluso cuando el mundo o tus redes sociales no lo estén
haciendo por ti. Significa ver el valor inherente de alentar a
otros porque sabes cómo alentarte a ti mismo. Significa
saber que trabajar para alcanzar tus sueños y metas se
vuelve mucho más fácil una vez que tienes a tu cerebro
trabajando para ti, no en tu contra. Significa dejar de lado las
historias y creencias limitantes que te has dicho a ti mismo o
que te ha dado tu familia y aceptar la idea de que tú y solo
tú eres responsable por las palabras e imágenes en tu
cabeza. Significa ser amable con los demás naturalmente,
porque primero eres amable contigo mismo.

Lo que suele suceder cuando una persona hace todas las


cosas descritas anteriormente es que se vuelven exitosos sin
siquiera intentarlo. Es posible que no hayan buscado tanto la
riqueza, el amor y la fama como el haber hecho el trabajo
interno para enfocarse y cambiar su forma de pensar. Pero
cuando eres feliz internamente, las cosas buenas tienden a
suceder. Lo que a menudo encuentro es que las personas
que tienen los logros del éxito sin el trabajo interno son aún
más infelices que aquellos que viven vidas más modestas.
Pero aquellos que tienen ambos—éxito externo e interno—
están realmente en la cima del mundo. Eso es lo que quiero
que seas.

Esta observación de mi práctica y trabajo está


respaldada por Tony Robbins (autor, empresario, filántropo y
coach ), quien a menudo habla de la diferencia entre logro y
realización: “Hay dos partes para tener una vida
extraordinaria. La primera parte es dominar la ciencia de los
logros: ¿cómo tomo lo que imagino y lo hago realidad? ¿Y
cómo lo hago más rápido, mejor, más fácil? Hay muchas
personas que son muy buenas en esto y todavía no tienen
una vida extraordinaria. Tienen una vida que ves como
extraordinaria, pero luego recibo la llamada telefónica del
multibillonario que me dice que se siente miserable y
deprimido. La segunda habilidad es el arte de la realización.
Si quieres una vida extraordinaria no puedes solo lograr,
tienes que estar realizado”.

En otras palabras, el éxito sin esta pieza del


rompecabezas que es la realización, aun te dejará infeliz.
Como se discutió anteriormente, esta es la razón por la cual
muchos de los ricos y famosos entre nosotros se vuelven
adictos, se suicidan o pierden todo su dinero y malgastan
sus talentos. Persiguen y alcanzan el éxito, pero descuidan el
trabajo de la realización y el hecho de que todavía se sienten
infelices los mata, a veces literalmente.

Quizás te preguntes por qué tantos de nosotros


parecemos centrarnos en el logro antes que en la
realización. La respuesta yace en gran parte en nuestra
cultura. Desde una edad muy temprana, se nos alienta a
buscar una versión del éxito bastante rígida que sea
sinónimo de dinero, renombre y prestigio. Cuando
alcanzamos la edad en que elegimos la educación, el trabajo
y la carrera, estamos más que inspirados a ir detrás de los
signos externos del éxito—pero inducidos.

Si bien eso no es inherentemente algo malo, puede


volverse destructivo porque a menudo no se combina con el
tipo de trabajo interno que no resulta en ganancias del PIB
para la economía global o aumenta nuestra cuenta bancaria.
En su mayor parte, las personas persiguen logros externos
porque eso es lo que ven y se les enseña a hacer; ignoran el
trabajo interno porque hay menos modelos a seguir e
instrucciones para ello.
Dije anteriormente en este libro que creo firmemente
que el “trabajo interno”, incluyendo el amor propio y la
creencia de que “yo soy suficiente”, es el tipo de material
que se debería enseñar en las escuelas—junto con las
matemáticas, la economía y el inglés. Espero que algún día
este sea el caso. Pero, hasta que la idea de la realización
antes que el logro se vuelva más dominante en nuestra
sociedad, me temo que la mayoría de la gente buscará el
éxito externo primero y solo logrará el trabajo de realización
mucho más tarde en la vida (si alguna vez lo hace). Es mi
más sincera esperanza que el difundir mis enseñanzas a
través de libros como este ayudará a popularizar el mensaje.
Si te sientes motivado a seguir este camino después de leer
este libro, y creo que lo harás, te llevará al santo grial del
trabajo interior y el desarrollo personal: tu propósito.

Encontrando tu propósito
Trabajo con muchos coaches y entreno a muchos
terapeutas, y en general, lo más común por lo que las
personas buscan la ayuda de un mentor es para encontrar
su propósito o a la cosa que se supone le deben dedicar
tiempo haciéndola. Un propósito es diferente que un trabajo
o una carrera. A veces te puede hacer ganar dinero, pero
otras veces no. Sin embargo, un propósito es una cosa para
todos: cuando lo estás haciendo, te sientes completo y en
total paz al saber que esto es lo que estás destinado a hacer.

Es verdad que no todos en la vida tienen el lujo o


privilegio de encontrar su propósito. Pueden estar demasiado
centrados en la supervivencia o pueden tener la carga de
cuidar a otros. Pero, si estás leyendo este libro, sospecho
que es porque tú sabes que tienes un propósito que
encontrar y representar a lo largo de tu vida y es probable
que tengas la suficiente suerte de ser capaz de hacer algo al
respecto. No quieres convertirte en una de las muchas
personas que tienen este sentimiento y no lo honran—esas
personas son, después de todo, las personas más deprimidas
de nuestro mundo.

Entonces, ¿cómo puede una persona encontrar este


propósito si no está seguro de lo que se supone que debe
ser? Aquí hay una pista: tu propósito a menudo tiene una
relación directa con lo que te gustaba hacer entre las edades
de aproximadamente siete y catorce años. ¿Por qué esas
edades? Bueno, a los siete, tienes la edad suficiente para
comenzar a desarrollar tu propio sentido de identidad. Y a los
catorce años, comenzamos a internalizar las presiones e
inseguridades del mundo que nos rodea, y tal vez, como
consecuencia, comencemos a moderar nuestro
comportamiento para “encajar” o “ser bueno”. Pero entre
esas dos edades, encontramos un punto intermedio donde
estábamos permitiendo que nuestros deseos y pasiones
dirigieran cómo pasábamos nuestro tiempo.

Ahora, podrías pensar: “¡pero a los ocho años todo lo


que amaba era dar vueltas y bailar!” o “como un niño de
doce años pasé cada momento libre que tuve arriba de un
árbol”. Por supuesto, puede ser que esas cosas ahora no
podrían pagar tu hipoteca. Pero si bailar, moverte, pasar
tiempo al aire libre o trabajando con animales eran cosas
que te emocionaban en ese entonces, es muy probable que
ahora también te emocionen.

Como dije anteriormente, desafortunadamente nuestra


cultura está muy obsesionada con los logros. No creemos
que valga la pena hacer algo a menos que seamos increíbles
haciéndolo o que nos haga ricos, admirados y famosos. Pero
ese no es el propósito. Un propósito no es impulsado por el
ego, la codicia o la competitividad. Está impulsado por un
deseo de significado y de ser útil para los demás.

Puede que esto no sea totalmente aparente al principio,


podrías pensar: “ir a una clase de baile a una edad madura
no va a ayudar a nadie”, pero descubrí que cuando las
personas honran lo que les gusta hacer, sus caminos
comienzan a desarrollarse y progresar de manera misteriosa.
Quizás una clase de baile conduzca a muchas más y
comiences a inspirar a tus amigos a unirse. Quizás seas lo
suficientemente bueno como para pensar que podría ser una
buena idea enseñar tu propia clase, sin cobrar, en tu centro
comunitario local. Es posible que esto no te permita
renunciar a tu trabajo diario, ¡y eso está bien! Pero la alegría
que sentirás al vivir tu propósito de alguna manera te hará
ver tu trabajo diario de manera completamente diferente:
algo que te permite vivir tu propósito.

De todo mi trabajo con la gente, realmente creo que la


causa principal de la depresión es no seguir el deseo de tu
corazón de una manera profunda y significativa. No te
permitas hacer esto. Incluso si parece poco práctico, poco
impresionante, pequeño o completamente aleatorio,
encuentra una manera de seguir tu curiosidad acerca de tu
llamado y puedo garantizarte que se desarrollarán cosas
maravillosas.

Y no olvides, cualquiera que sea la forma que tome,


cuando amas lo que haces, tienes un propósito. Y cuando
compartes ese propósito, tienes sentido.

Hábitos de acción versus hábitos de


pensamiento
Recordarás anteriormente que delineé la diferencia entre
los hábitos de pensamiento y los hábitos de acción. La
mayoría de nosotros tiene hábitos de pensamiento, solo que
no somos conscientes de ellos. Nos complacemos en un
diálogo interno crítico sin darnos cuenta de que hacerlo es
una opción que tiene un impacto mayor en cómo nos
sentimos y nos movemos en el mundo. En psicología, estas
fuerzas internas a menudo se llaman “saboteadores” y las
personas permiten que una variedad de ellos afecte sus
vidas. Ya sea el Juez Interno, el Controlador, el Inquieto, el
Riguroso, el Complaciente, el Evasivo, la Víctima, el Híper-
Atento, el Híper-Triunfador, o el Híper-Racional, estos
saboteadores pueden dirigir el espectáculo si se lo
permitimos.

Como descubrió un investigador de la Universidad de


Stanford: “Algunas de las personas más exitosas del mundo
están gobernadas por varios de sus saboteadores. Usando
las emociones negativas como combustible para impulsarlos,
en última instancia no alcanzarán su verdadero potencial”.
En otras palabras, mientras que los saboteadores pueden
serte útiles para alcanzar el éxito y el logro externo (a través
de cosas como convertirte en un perfeccionista, en un adicto
al trabajo, o en un competidor feroz) nunca te harán feliz si
les permites gobernar tu mente.

Gran parte del material de los capítulos anteriores está


diseñado para ayudarte a superar estos saboteadores
utilizando uno de dos métodos: hábitos de pensamiento y
hábitos de acción. Comencé el libro con hábitos de
pensamiento que puedes implementar de maneras
pequeñas y grandes a lo largo de tu vida.

El primer hábito de pensamiento fue aprender que tu


mente hace lo que cree que quieres que haga. Como
expliqué, la mente siempre está operando de esta manera;
la mayoría de las personas simplemente no lo saben. Si cada
vez que conduces a la oficina piensas, “Esto va a ser un
infierno”, entonces tu cerebro toma esa señal para hacerte
sentir de acuerdo a ella. Sin embargo, si te comunicas
contigo en una forma precisa, detallada y específica, tu
mente te ayudará a avanzar hacia tus objetivos, en lugar de
sabotearlos. Así como actualizamos nuestro software en
nuestros teléfonos y computadoras portátiles, tenemos que
actualizar la forma en que opera nuestro cerebro.

El siguiente hábito de pensamiento era controlar las


palabras e imágenes en tu cabeza. Expliqué cómo los bebés
no pueden tener miedo a volar—a pesar de que no es nada
familiar para ellos—porque no han aprendido a asociarlo con
la negatividad o el miedo. Todos nacimos con esta confianza
fenomenal—no solo sobre volar, sino, sobre todo—pero la
desaprendemos a medida que crecemos. La respuesta es
mentir, hacer trampa y robar. Esto es, mentirle a tu cerebro,
engañar al miedo y robar de vuelta la confianza con la que
naciste. Incluso si algo te llena de temor o miedo, si
reemplazas esas imágenes y palabras con unas más
neutrales, puedes disminuir el efecto que un determinado
evento o situación tiene sobre ti. Recuerda, una aguja es
percibida de diferente forma por un adicto a la heroína, por
una enfermera y por alguien con fobia a las agujas. La
diferencia no está en la aguja, sino que en la percepción de
ella. Tú y solo tú tienes el poder sobre esta percepción— ¡así
que úsalo!

El tercer hábito de pensamiento que te enseñé en el


Capítulo Tres fue hacer familiar lo que no es familiar y lo que
sí es familiar hacerlo no familiar. Una peculiaridad frustrante
del cerebro es que siempre anhela lo familiar, incluso lo que
sabemos que ya no nos ayuda. Es por eso que las dietas
fallan, las personas eligen parejas en malas relaciones y los
ganadores de la lotería pierden todo su dinero tan rápido
como pueden gastarlo. Pero, no tiene que ser así. Si piensas
conscientemente sobre lo que te gustaría hacer familiar y no
familiar, puedes comenzar por distanciarte de lo malo y
moverte hacia lo bueno. Si sabes cuáles son las cosas a las
que tiendes a moverte y alejarte, puedes comenzar a
intervenir antes de que los hábitos mentales tomen el
control. Ahí es donde radica tu verdadero poder. Como
escribí en el Capítulo Tres, si vas a la línea de meta de una
maratón, no está lleno de corredores de toda la vida—más
bien está lleno de personas que hicieron que levantarse y
correr fuera familiar, muchos de los cuales solían pasar
sentados en el sofá.

En el Capítulo Cuatro cambiamos a un hábito de acción


en lugar de un hábito de pensamiento. Te dije que las
personas exitosas aprenden no solo a hacer lo que odian,
sino a hacer lo que odian primero para quitarlo del camino.
Ten en cuenta que esto no significa aprender a amar hacer lo
que odias—por ejemplo, sería difícil amar hacer tus
impuestos—pero puedes aprender a amar el sentimiento de
logro que viene después de hacer lo que odias y sacarlo de
tus pendientes. También exploramos esto a través de la
ciencia detrás de la formación de un hábito y que la señal, el
comportamiento y el modelo de recompensa es una
herramienta útil que puedes usar para crear nuevos hábitos
y detectar los que te gustaría eliminar. Hacer lo que odias no
se trata de avanzar pesadamente por los trabajos, relaciones
o actividades que odias, sino más bien, una forma de
superar las tareas más mundanas, pero necesarias y sentirte
mejor por ello.

El Capítulo Cinco exploró otro hábito de acción: tomar


acción en la dirección de tus objetivos todos los días. Esto no
se trata de convertirse en un adicto al trabajo y trabajar
siete días a la semana (de todas formas, eso no es
sostenible), sino que se trata de establecer un patrón de
trabajo hacia el éxito diariamente, incluso si es por cinco o
diez minutos. Esto puede tomar muchas formas, desde hacer
una meditación a enviar propuestas de ventas, pero el punto
es trabajar con la idea de que tu mente es un misil dirigido a
un objetivo—quiere avanzar hacia algo. Como me gusta
decir, “En la vida, no hay atajos, pero hay garantías”. Si
haces una cosa cada día en la dirección de tus sueños, está
garantizado que te acercarás a él.

El Capítulo Seis nos dio otro hábito de acción: retrasar la


gratificación. Hablamos sobre el famoso experimento de
malvaviscos de Stanford, donde los niños que fueron
capaces de retrasar comerse un dulce crecieron para
convertirse en adultos más exitosos y mejor adaptados. Si
bien los niños en el experimento pueden haber poseído
naturalmente ese rasgo, tú no tienes que hacerlo. Si
comienzas a estructurar tu día y las tareas en torno a
grandes y pequeñas recompensas, puedes aprender a
retrasar la gratificación y disfrutar de sus beneficios. Esto
puede aplicarse a todo, desde tu dieta hasta tus más
grandes objetivos. También se aplica a la crianza de los hijos.
Compartí con ustedes cómo aprendí de mis clientes que las
personas que les dan todo a sus hijos les roban la capacidad
de retrasar la gratificación a largo plazo. Estos niños
frecuentemente terminan siendo muy infelices, ya que están
resentidos porque nunca tuvieron la oportunidad de sentir la
sensación de logro y satisfacción que conlleva alcanzar sus
metas después de trabajar duro—que es otra forma de
gratificación tardía. Recuerda, ya sea disfrutar tu café
favorito después de escribir un correo electrónico
complicado o no salir de vacaciones hasta que hayas
terminado el manuscrito de tu libro, es la retribución de algo
lo que nos hace sentir bien, no la mera obtención de ello.

En el Capítulo Siete hablamos sobre cómo podemos


aplicar diferentes hábitos de pensamiento y acción a algo
que afecta a mucha gente: la pérdida de peso. También
cubrimos la idea de que reparar tu relación con la comida y
con tu cuerpo no solo significa cambiar cómo piensas acerca
de ti mismo, sino que también cómo piensas acerca del
entorno en el que estás funcionando. Una vez que
recordamos que somos hombres de las cavernas
deambulando por una tienda de alimentos llenos de azúcar y
grasa, podremos tomar diferentes decisiones sobre qué
comprar.

En el Capítulo Ocho exploramos el que creo es el hábito


de pensamiento más importante que posiblemente puedes
integrar a tu vida: la creencia de que eres suficiente. Todos
nacen en el mundo sabiendo que son suficientes; la fuente
de esa fenomenal confianza que poseen los bebés, que
discutimos en el Capítulo Dos. Luego, en algún punto del
camino, las personas aprenden que no son suficientes. Esto
puede suceder de muchas maneras. Quizás su madre los
abandonó, haciéndoles creer que no son dignos de ser
amados. O tal vez se burlaban de ellos en la escuela,
haciéndoles creer que nunca van a ser aceptados a menos
que sean delgados. La creencia de no ser suficiente se
manifiesta de innumerables maneras—adicciones, adicción
al trabajo, suicidio, problemas de salud mental, etc.—pero,
todas esas razones están conectadas. No sentirse
“suficiente”, yo creo, es la enfermedad más grande que
afecta a la humanidad. Las buenas noticias son que tú no
tienes que pasar años y años en terapia deshaciendo esta
creencia. Tú y solo tú, puedes convencerte a ti mismo de que
eres suficiente con el poder de la frase simple y afirmativa:

“Yo soy suficiente”.

Cuanto más lo dices, más lo crees, incluso si al principio


se siente inútil. La he visto cambiar la vida de muchas
personas, y sé que también puede cambiar la tuya.
En el Capítulo Nueve aprendimos un hábito más. Este es
una combinación de acción y pensamiento: dejar entrar los
elogios y rechazar la crítica. Como hábito de acción, esto es
bastante sencillo. Cuando alguien te haga un cumplido, no lo
rechaces, más bien dale las gracias y recíbelo. Cuando
alguien intenta lastimarte con duras críticas, usa las tácticas
descritas en el capítulo para desviarlas (y lo más importante,
que sepas que su impulso para criticarte proviene de su
propia infelicidad). Cuando se trata del hábito de
pensamiento—elogiarte a ti mismo—pocas personas
conocen el poder de esto. Elogiarte y decirte las cosas que
necesitas escuchar para sentirte bien es un hábito que
comparten muchas personas felices con las que he
trabajado. Aprender a hacer que tu diálogo interno coincida
con la forma como le hablarías a un buen amigo hará
maravillas por tu productividad, tu confianza y tu calidad de
vida. No tienes que esperar que otros te elogien para
sentirte bien contigo mismo. Elógiate hoy y todos los días.

Finalmente, en el Capítulo Diez, aprendimos que amarse


a uno mismo es el ingrediente más vital para amar a otro. A
menudo, las malas relaciones son un signo de dos personas
que no se aman a ellas mismas primero. Y luego, también
aprendimos que una vez que encuentres esa relación
sustentadora, comprometerse con una vida sexual activa y
llena de fantasía es una forma vital (y divertida) de
mantenerla.

Es posible que hayas notado que a lo largo de los


capítulos que revisamos anteriormente, hubo varios temas
recurrentes que se aplican a cada hábito de pensamiento o
acción. Estos temas son importantes, ya que comprenderlos
llenará tu caja de herramientas con formas de aferrarte a
estas lecciones para implementarlas en tu vida diaria.
Después de todo, es fácil leer un libro, pero cambiar tus
hábitos y pensamientos requiere un poco de trabajo.
El tema principal y el más importante que debes
recordar es el poder de la repetición. Cada táctica que
describí en cada capítulo solo funciona si la repites y la
repites con frecuencia. Como mencioné antes, toma un
mínimo de diez días y un máximo de tres semanas para
abandonar por completo una vieja creencia.
Fundamentalmente, lleva la misma cantidad de tiempo crear
una nueva.

A menudo, cuando las personas comienzan a


implementar las tácticas que les aconsejo, vuelven a mí
diciendo: “¿Cómo sé si está funcionando?” o “Lo intenté un
par de veces; no funcionó”. Lo que estas personas están
olvidando es que el poder de la repetición es acumulativo.
No es un destello instantáneo de cambio, sino más bien, un
empujoncito lento y gradual de nuestro cerebro hacia un
lugar más positivo y productivo. A menudo, el cambio es
imperceptible. Al probar las tácticas descritas en el libro, te
insto a que tengas persistencia y las mantengas durante al
menos tres semanas antes de juzgar el efecto que están
teniendo en ti. Repetimos hábitos negativos todo el tiempo
sin saberlo; a veces hay que reemplazarlos con hábitos
positivos para que realmente se adhieran.

Aunque he sido terapeuta durante 30 años, la verdad es


que mucho de lo que enseño va en contra de la sabiduría
convencional de la actividad. No te aconsejo que pases
meses y años sentado en una silla de terapia, hablando de
tus sentimientos. Por el contrario, creo en localizar
rápidamente la fuente del dolor de mis clientes y luego
ayudarlos a reformar sus creencias de una manera rápida y
transformadora utilizando los tipos de tácticas y hábitos
descritos en este libro. Dicho esto, recibo muchos lectores
que acuden a mí con mucho dolor emocional y sufrimiento
que sienten que ellos mismos no pueden eliminar. Se
preguntan si, tal vez, necesitan un período más largo de
terapia para llegar al fondo.

Si bien todos somos diferentes, la verdad es simple: no


puedes deshacer tu pasado, pero lo que sí puedes hacer es
cambiar tu narrativa al respecto. Hablar sobre tu pasado
durante años en una silla de terapia deja de ser útil si no
reemplazas el dolor y el sufrimiento con una nueva narrativa.
Si bien la terapia puede ser útil para encontrar esa nueva
narrativa, rara vez es necesario sentarse en una silla de
terapia indefinidamente para hacer esto. Muchos de nuestros
problemas pueden ser complejos, pero la forma de
superarlos nunca tiene que ser compleja. Puede ser rápida,
efectiva y transformadora. Ese es siempre mi método
preferido de terapia. Una vez que hayas localizado los
problemas que subyacen a tus comportamientos, es hora de
cambiar la forma en que planteas o sientes con respecto a
esos problemas. La única persona que puede hacer eso eres
tú.

Estamos aquí por tan poco tiempo y realmente creo que


la vida es un regalo inmenso. He visto a mis clientes,
lectores y seguidores en todo el mundo cambiar sus vidas en
un instante. ¿Cómo? Cambiaron sus pensamientos y
creencias. No importa quién seas o por lo que hayas pasado,
también tienes el poder de cambiar tus pensamientos y
creencias.

Realmente creo que a través de tus pensamientos,


acciones y hábitos puedes comenzar a hacerlo hoy y todos
los días.

No puedo esperar para saber más acerca de tu


transformación.

Gracias por compartir conmigo tu viaje hacia ser


suficiente. Tu destino eres tú realmente gozando y amando
quién eres, es un gran lugar para estar y es algo que ahora
tienes el poder de crear.

Por favor mantente en contacto conmigo, déjame saber


tu progreso y envía tus fotos de Yo Soy Suficiente a:

Instagram – iamenoughbymarisapeer
Twitter – @IAEbymarisapeer

Espero verte pronto en uno de mis seminarios Yo Soy


Suficiente.

Aquí me despido, mirando al nuevo tú ‘siempre


suficiente’.

Con amor,

BIBLIOGRAFÍA
p. 26 Research: Gender Stereotypes About Intellectual
Ability Emerge Early and Influence Children’s Interests by
Lin Bian, Sarah-Jane Leslie, Andrei Cimpian, (Science Vol
355, Issue 6323), 2017

p. 28 What becomes of Lottery Winners, (Atlantic


Magazine), 2016

p. 28 What do National Lottery winners spend their money


on? Camelot Group and Oxford Economics Group survey
p. 28 Research: The Ticket to Easy Street? The Financial
Consequences of Winning the Lottery by Scott Hankins,
Mark Hoekstra, Paige Marta Skiba, (Berkeley), 2016

p. 46 Charles Duhigg, The Power of Habit: Why We Do


What We Do In Life And Business, (Random House), 2012

p. 58 Deepak Chopra Article: How The Law of Attraction


Works, ( oprah.com ), 2010

p. 61 Delaying Gratification, American Psychological


Association

p. 66 Michael Simmons Article: I spent years discovering


the simple tactics gurus like Oprah, Einstein, and Buffett
used to become successful—here they are, ( quartz.com ),
2017

p. 99 Five Strategies to Challenge Negative Thoughts, Luke


Stangel, (Stanford Business magazine), 2017

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