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Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del
alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a
perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.”
Jeremías 18:2-4
La palabra de Dios muestra nuestra vida y a nosotros mismos como barro en las manos del
alfarero, siendo Dios el alfarero que nos moldea cual vasijas. Y como al barro que es tomado
del suelo mismo así Él nos toma de la nada para poder crear en sus manos las joyas más
valiosas.
Entonces es muy interesante de cómo Dios se muestra como el alfarero y a nosotros las
personas como el barro, el barro esta compuesto por tierra y agua, La alfarería es un antiguo
arte de elaborar vasijas de barro o de cerámica (proceso similar) procesos:
4. El horno: ya elaborada y seca la vasija se coloca en el horno para coserla y hacerla muy
dura.
De esta manera, Dios quería mostrar al Profeta Jeremías como la nación se había corrompido.
Pero de igual manera, en su soberanía también tenía el poder sobre el Barro (Judá), y lo
seguiría trabajando para convertirlo en una vasija útil.
Al igual que la nación de Judá, Dios está trabajando en nuestras vidas, pero nosotros decidimos
qué clase de barro somos.
No somos cualquier pueblo el desea el mejor acabado en nosotros, el desea la mejor versión
de nosotros.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,
para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
1 Pedro 2:9
Por otro lado, hay un elemento muy importante que utilizan para moldear el barro, este
elemento es el agua. La cual se utiliza en el proceso de la purificación del barro.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:34-38
2 Corintios 4:7, “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder
sea de Dios, y no de nosotros”
Es necesario, para que Él pueda hacer algo en nosotros que nos volvamos a Él. Dios esta
esperando ese momento en el que lleguemos a su habitación, a su morada, a su casa, a su
presencia con un corazón dispuesto a escuchar y recibir sus mandamientos.
Muchas veces nos acercamos a Dios solamente para pedirle, ciertamente somos necesitados
de Él, pero es necesario que guardemos silencio para poder escucharle. Debemos aprender oír
su voz, pero para ello hay que levantarse, ay que accionar y en esta hora.
En este mensaje el Señor te dice levántate y ven a mi casa. No esta hablando solamente de
que asistas a una iglesia, porque no solo allí habita Dios. Dios habita y mora en ti, Él habita en
medio de la alabanza, Él esta en lo secreto y el secreto de Dios es la oración.
El Señor Jesucristo cada día busca en su iglesia la mejor versión de su pueblo, debido a que no
nos estamos preparando para ir a votar, ni para ir a presentar un examen de ingreso, nos
estamos preparando es para el Reino de los cielos, y si a veces se pasan por momentos duros y
por circunstancias difíciles, en las cuales no se halle comprensión es precisamente porque
estamos en el taller del alfarero, recibiendo restauración, el es como el buen jardinero quita
los gajos muertos para que se vea mejor la planta, Colócate en la rueda del alfarero y deja que
Él te forme. Permite que Él te haga a su parecer. A veces nosotros decidimos que hacer, y
como hacer, y no dejamos que sea Dios quien tome el control de nuestras vidas.
Un día orando
Le dije a mí Señor
Tu el alfarero
Y yo el barro soy.
Moldea mi vida
A tu parecer
Me dijo no me gustas
Te voy a quebrantar
Y en un vaso nuevo
Te voy a transformar
Pero en el proceso
En lugar de tu quejar
Quiero tu confianza
En la tempestad
También a perdonar
Me dijo no me gustas
Te voy a quebrantar
Y en un vaso nuevo
Te voy a transformar
Pero en el proceso
En lugar de tu quejar
Quiero tu confianza
En la tempestad
También a perdonar