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Egon Schiele. Una genialidad polémica.

Por Lucía Mariño Pérez, 2º Bac B, Nº9


22/04/2022

Introducción

El 12 de junio de 1890 la ciudad de Tulln (Austria) vio nacer a uno de los


mayores representantes del expresionismo austríaco, discípulo de Gustav
Klimt y con una vasta producción de 340 pinturas y unos 2.800 dibujos
para la corta pero agitada vida que llevó hasta el 31 de octubre de 1918,
cuando la gripe española venció las escasas fuerzas que le quedaban (tres
días después de la pérdida de su esposa por la misma enfermedad).
Sus cuerpos retorcidos, perturbados, y la cruda sexualidad que representó
en sus pinturas conducen nuestra mirada hacia las mismas y nos impiden
apartarla, examinando cada línea, cada toque de color. A menudo
consideradas impactantes y ofensivas por su erotismo explícito y sin
complejos, sus líneas angulosas bien dibujadas y la combinación de
colores lo identifican como parte del ya mencionado expresionismo
austríaco, que rechazaba las convenciones típicas sobre la belleza e
introdujo la fealdad y la emoción exagerada en el arte. Como Goya a
comienzos del siglo XIX y Van Gogh a finales, en sus obras no sólo se
pueden ver historias o personajes complejos, sino una psicología que
atrapa, que fluye de sus mentes al pincel y queda inmortalizada en colores
que llaman nuestra atención y nos incitan a tratar de comprenderlos.
Polémicos los tres, quizás Egon Schiele es el que se lleva el premio por
generar una mayor controversia y no tanto por sus desnudos
tremendamente explícitos o por la temática claramente sexual sino por los
modelos que posaban para él, muchos de ellos púberes. Por este motivo
llegó a ser acusado de secuestro e incluso pedofilia en 1912, estando a
punto de ser condenado a seis años de trabajos forzados. Finalmente todo
se redujo a tres semanas en la cárcel en las que realizó diversos bocetos
(algo distintos a los controvertidos que la policía encontró en su
apartamento y que no ayudaron a probar su inocencia) demandando la
injusticia que estaba padeciendo (como se puede ver en los títulos de los
mismos) y una posterior condena de tres días de prisión junto con la
quema de uno de sus bocetos.
Volviendo a los comienzos de su carrera artística, en 1906 fue admitido en
la Academia de Bellas Artes de Viena (la misma que tiempo después
rechazaría a Adolf Hitler, quien tachó el arte de Schiele de degenerado y lo
prohibió). Sin embargo, las exigencias academicistas de la época lo
llevaron a abandonar y seguir su propio camino. En 1907 conoce a su
nuevo mentor: Gustav Klimt, el máximo representante de la Secesión
vienesa, en busca de la libertad creativa que tanto defendió Schiele.
Aunque la relación maestro-discípulo fue breve la influencia del autor de El
Beso perdura en las posteriores obras de Schiele. De esta forma nos
situamos en las vanguardias de comienzos del siglo XX, dentro del
modernismo en el que se desarrolla la comentada Secesión vienesa y
también del expresionismo austríaco.

La morfología de Schiele, ¿por qué?

Hay dos factores clave a tener en cuenta a la hora de responder esta


pregunta: su tío (Joseph Holznecht) y el fallecimiento de su padre.

● Tras perder a su padre Schiele se fue a vivir con su tío, un reconocido


radiólogo de la época. He aquí el porqué de las figuras huesudas con
las que nos encontramos en sus pinturas. Para Schiele, contemplar
la estructura de los huesos del cuerpo humano era fascinante y ello
lo condujo a simular las radiografías que veía. Este rasgo se
convirtió en uno de los más importantes de lo que estableció como
su propia visión del arte.

● El otro trazo característico del pintor es el debido al trauma causado


por la pérdida de su padre. Schiele tenía 15 años y vio con ojos
jóvenes e inexpertos las alucinaciones, deformaciones y heridas que
la sífilis provoca. Al ser ésta una enfermedad de transmisión sexual,
Egon relacionó el sexo con la muerte y ello explica los colores que
utiliza para dibujos cuyo tema, a pesar de ser la sexualidad, se ve
manchado por morados, verdes y amarillos (asociados a la
putrefacción y a la muerte).

Otras dos curiosidades que nos ayudan a comprender su obra son la


pasión que a comienzos del siglo XX surge en Viena por el análisis de la
mente con figuras como el propio padre del psicoanálisis, Sigmund Freud y
la supuesta distonía muscular (condición que produce espasmos
incontrolables) que Schiele sufría. Ambas explicarían, respectivamente, las
curiosas expresiones faciales y las poses extrañas de sus figuras. De
hecho, tomó como inspiración los análisis de un neurólogo francés
llamado Jean-Martin Charcot que estudió la histeria a través de la
fotografía (recordemos la influencia que esta nueva técnica tiene en la
pintura ya desde el proto-impresionismo de Manet).

Los personajes de Schiele

Aparte de sus numerosos autorretratos, de Klimt y de modelos anónimos


entre los que nos encontrábamos con adolescentes y prostitutas, hay otros
dos individuos a destacar en la obra del pintor austríaco: Wally Neuzil y
Erwin Osen. La primera fue su amante, además de modelo, y el segundo
era un mimo y también modelo de Schiele.

Aquellos ojos azules

Aunque no se convirtió en su esposa por no tener la reputación necesaria


para la promoción del pintor en la sociedad (es posible que fuese una
prostituta en la juventud) sí es la figura, aparte del propio Schiele, más
famosa de su obra. Desgraciadamente hasta en los rebeldes de la época
seguía presente esa hipocresía por la que protestaban los Rechazados del
Salón de París entre los que se hallaba Manet. Egon le propuso a Wally
continuar con su relación a pesar de que él se fuese a casar con la futura
Edith Schiele y ella lo abandonó rechazando la propuesta insolente.

Tiempos Modernos

A comienzos del siglo XX la Belle Époque demanda cambios y los artistas


satisfacen la demanda con movimientos artísticos que buscan,
fundamentalmente, originalidad. Schiele no fue una excepción y en su
búsqueda de un estilo propio, acompañado de su amigo Erwin Osen, trató
de dar a entender sus emociones utilizando únicamente su cuerpo como
lenguaje, al igual que un mimo, pero a través del dibujo.

¿Por qué Schiele?


Como Goya, la intemporalidad de su obra me fascina y aún más la
capacidad de captar el alma humana por medio de lo más simple: el
desnudo. Sus colores desconcertantes, con carácter simbólico incluso
(utilizando los más brillantes para las zonas erógenas); la perturbación de
sus figuras, esqueléticas; la profundidad del análisis psicológico que hace
de personajes, en su mayoría, anónimos. Su musa: el tabú. En conjunto,
una obra genial, basada en los estímulos, que impacta por su singularidad
y, a la vez, por su carácter universal.

Webgrafía
● https://www.leopoldmuseum.org/de/sammlung/egon-schiele
● https://artsandculture.google.com/story/bQWx9x1b-7-XJA?hl=es
● http://revistadistopia.com/schiele/
● https://www.thewynwoodtimes.com/egon-schiele/
● https://www.barnebys.es/blog/egon-schiele-estrabismo-divergente
● https://www.albertina.at/en/exhibitions/egon-schiele/

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