2 - Matteo S Mettle Anna Sparrows

Anna sparrows littles & lace #2
~1~
~2~
~3~
Nota del staff

Esta traducción está hecha sin fines de lucro. Es un trabajo realizado
de lectoras a lectorxs a quienes les apasiona de igual manera la
lectura MM.
Con esto no queremos desprestigiar a los autores que invierten su
tiempo creando estas obras que tanto amamos. Nuestro único fin es
que la lectura llegue a más personas.
Recuerden siempre apoyar a los autores comprando su material
legal y dejando reseñas en las plataformas como incentivo y
demostrar lo mucho que los amamos.
~4~
Fantasy Romance está en contra de la

distribución irresponsable en TikTok. Por tal
motivo, cuenta en donde se vea una descarada
afirmación de una traducción ILEGAL,
realizada por Fantasy, cuenta que será
REPORTADA.
Si te molesta esto, hace funcionar tus dos
neuronas y no distribuyas libros ilegales con
tanta caradurez.
Atentamente,
El Staff de Fantasy Romance
~5~
Contenido
Sinopsis
Capítulo uno - Matteo
Capítulo Dos - London
Capítulo Tres - Matteo
Capítulo Cuatro - London
Capítulo Cinco - Matteo
Capítulo Seis - London
Capítulo Siete - Matteo
Capítulo Ocho - London
Capítulo Nueve - Matteo
Capítulo Diez - London
Capítulo Once - Matteo
Capítulo Doce - London
Capítulo Trece - Matteo
Capítulo Catorce - London
Capítulo Quince - Matteo
Epílogo - London
La temeridad de Ted
Sobre la autora
~6~
A las maravillosas personas que eligieron La respuesta de Asher y

pidieron el Libro 2, ¡son lo máximo!
Les deseo a todos los papis (y/o pequeños) de sus sueños. O de los
míos. Cualquiera sirve.
*inserte emoji de guiño aquí*
~7~
Sinopsis
Al cumplir 45 años, Matteo Brightman se encuentra en un bache. Es
un pequeño solitario que busca un papi. Desafortunadamente, es
grande, musculoso y tatuado: aparentemente no es la combinación
más deseable para los papis disponibles en la ciudad.
Harto de oír que es demasiado mayor y demasiado grande para que
lo tomen en serio como pequeño, Matt decide que está listo para
colgar el body para siempre... hasta que un último hurra en el club
BDSM local le devuelve la esperanza.
Mientras tanto, London Hayes, de 26 años, no tiene ninguna
experiencia práctica con el estilo de vida BDSM. Sólo le está
haciendo un favor a su mejor amiga, sustituyéndola como cuidador
de su mujercita durante una noche temática en su club local. Pero,
cuando sus ojos se posan en un hombre mayor extremadamente
atractivo en un body, todas las apuestas se disparan.
Pero, ¿este pequeño mayor se arriesgará con un papi más joven y
completamente inexperto, especialmente cuando ese papi tiene su
propia afición no revelada (y potencialmente contradictoria con el
papel)?
Aunque se trata de una novela romántica de atracción instantánea,

dulce y tierna, este libro contiene breves menciones de crueldad e
intolerancia, así como de ansiedad y ataques de pánico. Este libro
es un romance MM de juego de edad/regresión de edad entre
adultos que consienten e incluye ABDL1 y mojarse, y descripciones
de hombres usando lencería. Este libro contiene elementos aptos
para mayores de 18 años.
11
ABDL es un acrónimo que significa "bebé adulto" y "amante de los pañales"
~8~
Advertencia
Este es el libro 2 de la serie Littles & Lace, pero puede leerse por
separado.
Por favor, ten en cuenta que, aunque se trata de un romance de
atracción instantánea, dulce y tierno, este libro contiene breves
menciones de crueldad e intolerancia, así como de ansiedad y
ataques de pánico.
Del mismo modo, este libro es un romance MM de juego de
edad/regresión de edad entre adultos que consienten con una
diferencia de edad significativa (papi más joven, pequeño mayor) e
incluye ABDL y mojarse, así como descripciones de hombres que
llevan lencería.
Sigo creyendo firmemente en que no hay que chuparle el culo a
nadie, así que si este tipo de cosas no son para ti, no las leas.
La vida es demasiado corta para leer algo que no te gusta.
~9~
Uno
Matteo
Hace poco menos de dos años, llegué al punto más bajo de mi
vida. Había cumplido cuarenta y tres años y mi papi, un hombre con
el que llevaba casi una década, me dijo que nuestra relación ya no
funcionaba para él. Me sentí con el corazón destrozado.
Le había dado a ese hombre los mejores años de mi vida y él
estaba acabando con ella sin previo aviso. Diablos, la noche anterior
había sido como cualquier otra. Habíamos tenido sexo,
intercambiando palabras de afecto como siempre, después habíamos
seguido mi rutina nocturna siendo pequeño. Baño, cambio de pañal,
cuento y biberón mientras me acurrucaba a su lado. Era la misma
rutina que él había establecido cuando empezamos a salir, cuando yo
era nuevo en el mundo del BDSM y los juegos kinky.
Supongo que era una persona tardía. Imagínate tener treinta y
tantos años y descubrir facetas de ti mismo que no sabías que existían.
Damas y caballeros, les presento a Matteo Brightman:
jodidamente estúpido.
Así que, sí. Papi me había sentado tres semanas después de mi
cuadragésimo tercer cumpleaños y había terminado nuestra relación.
Sin más. Había sido clínico e impasible al respecto, insinuando que yo
ya no era el tipo de chico que él quería. No cuando ya estaba en mis
cuarenta. No con mi gran cuerpo musculoso y mi piel tatuada,
cambios que había hecho a lo largo de la década y que él había
apoyado totalmente en su momento. Lo comprendía. Me estaban
saliendo canas en las sienes y físicamente era demasiado grande y
"masculino" para encajar en el estereotipo de "pequeño". Sin
embargo, diez años juntos deberían haber significado algo para él.
Alerta de spoiler: no fue así.
~ 10 ~
Por desgracia, nada de lo que dije lo conmovió. Tampoco había

reaccionado a mis lágrimas. Eso había cimentado el fin de nuestra
relación para mí. Si papi se mostraba impasible ante mis lágrimas, las
cosas habían terminado de verdad.
Para empezar, los únicos amigos que tenía eran todos suyos;
gente del estilo de vida que él me había presentado. Ninguno había
estado dispuesto a "meterse en medio" de nuestra ruptura
permitiéndome hacer turismo de sofá. Pasé una noche en casa de un
amigo, llamé a mi padre y quedé en volver con él hasta que pudiera
arreglar mis cosas. El único problema era que tenía que cruzar medio
país.
Sin embargo, lo había visto como una victoria. Un nuevo
comienzo lejos del recuerdo de mi corazón destrozado y mi vida
arruinada. Como ingeniero eléctrico, encontrar otro trabajo cerca de
la casa de papá no era demasiado difícil. ¿Empezar toda mi vida de
nuevo a los cuarenta y tres? Eso resultó ser mucho más difícil.
Sobre todo cuando papá murió de un infarto repentino tres
meses después de mudarme.
Lo único que me consolaba en mi dolor era que había tenido
esos tres meses con él. Si Trent -mi papi- no me hubiera dejado
cuando lo hizo, nunca habría vuelto a casa. En cierto modo, me
alegraba que el final de mi relación me hubiera dado esos últimos
meses con mi padre.
Tras la muerte de mi padre, me dediqué de lleno al trabajo.
Heredé su casa, en la que crecí y cuando no trabajaba, hacía pequeñas
reformas. Era gratificante y necesario. Necesitaba hacer mío el
espacio como parte de mi proceso de duelo. Casi tres meses después
de su muerte, descubrí The Grove.
Había ocurrido por accidente. Uno de los compañeros de
trabajo lo mencionó en voz baja. The Grove había contratado a
nuestra empresa para actualizar sus sistemas de vigilancia de alta
tecnología y todos los equipos que trabajaban en el proyecto habían
tenido que firmar importantes acuerdos de confidencialidad. Craig -
un ingeniero más joven y algo arrogante- había estado en la sala de
descanso con otro miembro de su equipo, murmurando
burlonamente sobre "fetichistas" y "raritos pervertidos" en voz baja
~ 11 ~
mientras yo esperaba a que mi almuerzo se calentara en el

microondas.
Mis oídos se habían agudizado de inmediato y mi estómago se
había llenado de esperanza.
Hacía seis meses que no daba rienda suelta a mis impulsos
kinky. Antes de que papá muriera, había probado en un par de clubes
BDSM de la ciudad, pero mis experiencias no habían sido positivas.
Resultó que Trent no era el único papi que pensaba que yo era
demasiado alto, musculoso y demasiado mayor para ser un pequeño.
Había empezado a preguntarme si tal vez tenían razón.
Pero, por desgracia, mi corazón -y mi polla- no renunciaban a
mis intereses ni a mis necesidades. Siempre iba a ser así. Un pequeño.
Tenía una necesidad inherente de ser querido y cuidado y, sí,
mimado… a falta de una palabra mejor.
Me encantaba tener un papi que jugara conmigo, me bañara, me
cambiara los pañales y me vistiera. Me encantaba que se ocuparan de
mis decisiones -cuando no estaba en el trabajo- por mí. Que me
eligieran y cortaran la comida, que otra persona se ocupara de mis
diversiones. Hacía que cesara la vorágine de pensamientos
estresantes en mi cabeza.
¿Y el hecho de que disfrutara del aspecto sexual de la dinámica
papi/chico? Esa fue la guinda del pastel.
Bueno, había sido en mis treinta. Antes de ponerme en forms.
Trent había sido una rata de gimnasio y, sin nada más que hacer,
descubrí que yo también disfrutaba haciendo pesas. Él lo había
apoyado. Incluso me había dicho que le encantaba lo grande y fuerte
que me estaba poniendo. Siempre le habían gustado los hombres
musculosos. Nunca se había quejado de que resultara más difícil
encontrar bodies y ropita que me quedaran bien, ni de que empezara
a hacer el ridículo con ellos puestos.
Al menos, no hasta que me dejó.
Así que volver a la comunidad -en una nueva ciudad donde no
conocía a nadie más involucrado en el estilo de vida- fue duro. A la
mayoría de los papis no les gusta un chico que puede levantar pesas o
que "parece un triste marginado de Sons of Anarchy", si creíamos al
~ 12 ~
chico que conocí en la evaluación de mi primer club. Me sentía

perdido y solo, disfrutar de los dibujos animados en casa con un pañal
que yo mismo me había puesto era, en el mejor de los casos, un frío
consuelo.
¿Sería The Grove capaz de ofrecer algo que los otros clubes no
hubieran ofrecido? Parecía un establecimiento más profesional, a
juzgar por los acuerdos de confidencialidad que nuestra empresa
había tenido que firmar, pero yo desconfiaba.
Aun así, me puse en contacto con ellos. Meg -una de las tres
mujeres que atendían la recepción- había sido muy amable y servicial.
Respondió a todas mis preguntas y me invitó a la siguiente Noche de
los Pequeños, en la que abrirían las puertas a los no socios (tras un
proceso de selección) para que conocieran el espacio e interactuaran
con otros cuidadores y pequeños. El club también organizaría una
serie de actividades divertidas para la noche como parte del evento
temático. Me apunté en el acto.
Aunque no conocí a ningún papi potencial esa noche, hice
conexión con otro pequeño. Josh Walker. Cuando soy pequeño, soy
terriblemente tímido, pero eso no impidió que el chico se sentara a mi
lado en el puesto de alfarería y me dejara con la boca abierta. Al final
de la noche, me había ido con una sonrisa en la cara y el número de
contacto de un nuevo amigo en mi teléfono.
Sin embargo, aunque Josh me presentó a su hermano y a sus
amigos de la comunidad kink, yo seguía anhelando encontrar un papi
propio.
Diablos, dieciocho meses después de eso y todavía estoy muy
solo.
Quizá haya llegado el momento de colgar el mono y
conformarme con una relación vainilla. Por mucho que odie esa idea,
odio aún más la idea de estar solo para siempre.
—Tierra a Matt —me dice mi amigo y compañero pequeño, Ash,
agitando la mano en mi cara. Estoy en la casa que comparte con su
papi y prometido, Charlie, hemos estado jugando con bloques en el
salón.
~ 13 ~
Estas citas han estado sucediendo desde que Josh me presentó

a los chicos. Charlie también es el hermano mayor de Josh y tienen un
círculo social muy unido de amigos pervertidos. Incluso ahora, me
sigue sorprendiendo que me invitaran a formar parte de él.
Charlie -un ex policía- también ha tenido la amabilidad de ser
mi cuidador durante estas citas para jugar. Es una década más joven
que yo, pero tiene madera de papi. Para ser sincero, siempre he
envidiado un poco a Asher -que tiene poco más de veinte años, un
cuerpo esbelto y atlético y unos ojos color avellana cándidos- por la
suerte que ha tenido de encontrar un papi tan perfecto. No es que yo
sea el tipo de Charlie, obviamente, pero deseo con todas mis fuerzas
lo que comparten juntos.
No me permito retroceder demasiado con Charlie. No necesito
que me cambie ni que me dé el biberón. Pero me corta la comida
mientras estoy aquí y me abraza en el sofá cuando los tres disfrutamos
de la hora del cuento. Es la sensación más agridulce:
Tengo una muestra de la vida que quiero, pero también sé que
no es mía para disfrutarla de verdad.
—¿Matt?
Me estremezco un poco cuando Ash repite mi nombre. Me
muerdo el labio y le sonrío tímidamente.
—Lo siento. Estaba pensando.
Ash frunce el ceño y ladea la cabeza.
—¿Sobre qué?
Hoy tampoco está demasiado pequeño. Tiende a ser más fluido
en la forma en que se mueve entre sus papeles de pequeño y grande,
pero es inusual que no se suelte durante nuestra cita de juego. Me
siento un poco culpable, porque puedo ver su preocupación por mí
escrita en todo su rostro expresivo y supongo que eso es lo que le
impide soltarse.
Estupendo. Ahora también arruinaré la tarde para él.
Con un suspiro, suelto el bloque cilíndrico naranja con el que he
estado jugueteando los últimos minutos y me encojo de hombros.
~ 14 ~
—Nada importante.
Entrecierra los ojos. Después de observarme un momento más,
mira hacia arriba y por encima de mi hombro, donde Charlie está
tumbado en el sofá con un libro.
—Charlie, ya hemos terminado —declara sin dejar rastro de su
pequeño yo en sus palabras, se levanta de su posición con las piernas
cruzadas con una elegancia que me gustaría poder emular. Se levanta
y se quita la pelusa imaginaria de los calzoncillos. Luego me ofrece la
mano.
Lo cojo y gimo mientras me ayuda a ponerme en pie, donde me
elevo sobre él. Me duelen las rodillas y la espalda. Otra señal de que
tal vez me estoy haciendo demasiado viejo para esto. No consigo
enderezar la cara a tiempo y sé que Ash capta el destello de tristeza
que acabo de sentir.
Sin dejar de mirarme atentamente, me dice:
—Vamos a cambiarnos y luego a tomar una cerveza.
Es más una exigencia que una sugerencia.
Asintiendo con la cabeza, me dirijo al baño de invitados de
arriba, donde he dejado mi ropa de adulto, oigo a Charlie y Ash
murmurar en voz baja mientras avanzo. Cuando me reúno con ellos
en la cocina unos minutos después, su preocupación por mí es casi
palpable.
Le doy las gracias a Charlie cuando me tiende una botella de
cerveza sin alcohol con el tapón abierto.
Ash y Charlie me dejan dar un sorbo profundo a la botella ámbar
antes de que Charlie pregunte:
—¿Qué sucede?
Lo miro desde la isla de la cocina. Tiene su brazo alrededor de
Ash, pero sus ojos están entrecerrados en mí. Él y yo somos de
estatura y complexión parecidas, aunque Ash es unos centímetros
más bajo. Charlie tiene una espesa barba oscura bien recortada y unos
ojos sorprendentemente azules. Es un hombre apuesto y Ash es igual
de guapo. Acurrucados como están, hacen una hermosa pareja y mi
corazón duele aún más de celos y soledad.
~ 15 ~
Contrólate, Brightman.
—No es nada —intento esquivar la pregunta, pero estos tipos ya
me conocen mejor.
Aunque solo llevamos dieciocho meses juntos, me gusta pensar
que nos hemos vuelto cercanos. Diría que he conectado más con ellos
y con Josh que con los otros chicos de nuestro círculo social. Supongo
que es por pasar tanto tiempo jugando con Ash.
Como era de esperar, Charlie se burla. -Matteo-, se pone en plan
papi, severo y expectante.
No es mi papi, pero con todo el tiempo que hemos pasado juntos
y con él como mi cuidador, estoy preparado para responder.
—Esa es una táctica furtiva, idiota —lo acuso inclinando el cuello
de la botella de cerveza y él levanta una ceja sin vacilar. Maldita sea.
Trago saliva y miro al techo—. Ahora mismo estoy como loco. Me
siento… Perdido. Solo. Sin esperanza. Roto. Patético… cansado.
La expresión de Charlie sigue siendo neutra mientras continúa
observándome en silencio. Leo la etiqueta de mi botella de cerveza y
desvío la mirada ante su escrutinio. Pero no es él quien habla a
continuación. Es Ash.
—Estás solo.
Aunque las pronuncia en voz baja y con evidente compasión, las
palabras parecen resonar a nuestro alrededor y me estremezco. Mis
hombros se levantan y se encogen de hombros y ahora no puedo mirar
a ninguno de los dos.
Paso un dedo por el líquido que cae por la botella que tengo en
la mano y trato de quitarme la idea de encima.
—Es solo… no sé… como una crisis de mediana edad. Es una
estupidez.
Dentro de una semana cumpliré cuarenta y cinco años, supongo
que eso ha sido el detonante de estos sentimientos. Otro cumpleaños
que pasaré solo. Otra señal de que estoy envejeciendo fuera del estilo
de vida que disfruto tan profundamente.
Cuarenta y cinco. Mierda.
~ 16 ~
—No es estúpido —argumenta Ash, zafándose del abrazo de

Charlie y rodeando la isla de la cocina. Me rodea con uno de sus brazos
y me acerca la cabeza a su hombro. Me odio por absorber su afecto
como una esponja—. ¿Has pensado en…?
—No voy a volver otra vez —en esto soy firme—. Cada vez que
voy, es la misma mierda. No puedo…
A la mierda.
Se me quiebra la voz y se me llena la garganta de lágrimas. La
verdad es que no puedo soportar que me digan constantemente lo que
sé en el fondo de mis huesos: No soy un pequeño deseable. Y me
escuece aún más estar a punto de sufrir esta crisis sobre el hombro de
un niño perfecto. No debería estar resentido con él por su juventud o
su delgadez, pero una parte de mí lo está y eso me hace sentir, además
de todo lo demás, como un amigo de mierda.
Ya es bastante malo que esté celoso de la relación que él y
Charlie tienen, ¿pero estar envidioso de su apariencia? ¿Qué tengo,
doce años? Me doy una sacudida mental y vuelvo al tema que nos
ocupa.
La clientela de The Grove es sin duda de mayor categoría que la
de los otros clubes de la ciudad, pero el rechazo allí ha sido hiriente
de todos modos. Incluso en The Grove, o en los grupos en línea a los
que Josh y Ash me sugirieron que me uniera, los papis están buscando
pequeños lindos y dulces. Pequeños como Ash. Suelen ser amables al
rechazar mis insinuaciones, pero ya no me atrevo a intentarlo.
—He terminado —digo en el silencio que se ha hecho de nuevo.
Me tiembla la voz y siento que se me rompe el corazón, afligido ya por
la vida a la que he decidido decir adiós—. Abandono el juego de edad.
Ash jadea y por el rabillo del ojo veo cómo se lleva la mano a la
boca.
Al otro lado de la isla de la cocina, la voz de Charlie es baja e
igualmente sorprendida.
—Matt…
~ 17 ~
Me obligo a levantar la vista y aprieto la mandíbula. Miro entre

ellos y niego con la cabeza.
—Llevo tiempo pensando en esto. Necesito alejarme.
Me sorprende lo convencido que sueno a mis propios oídos.
Si tan sólo mi corazón siguiera el programa.
~ 18 ~
Dos
London
—Eres un salvavidas —me dice mi mejor amiga, Cherie,
mientras me deja entrar por la puerta principal de su apartamento. Se
ve agobiada, con círculos oscuros debajo de sus ojos marrones y
mechones de su cabello rubio miel escapando del moño desordenado
en la parte superior de su cabeza.
La inmovilizo con una mirada firme. —Necesitas encontrar un
nuevo trabajo.
Actualmente trabaja como PA para un político local y, en lo que
a mí respecta, el tipo es un idiota épico. Él la llama a todas horas con
demandas escandalosas y como ella no puede darse el lujo de no
trabajar en este momento, salta a cada una de sus llamadas. Se está
aprovechando y lo odio.
La tristeza invade su rostro. —Lo sé. He comenzado a buscar.
—Gracias a la mierda por eso.
—London, lenguaje —me llama la atención, sacando a relucir a
lo que yo llamo su 'modo mami'.
Me río y niego con la cabeza. —Eso podría funcionar con tu linda
esposa, Cher, pero no conmigo.
Lo que nos lleva de vuelta al por qué estoy aquí. Cherie le
prometió a su esposa, Kate, que la llevaría a la Noche de los Pequeños
en The Grove de este mes (que se llevará a cabo esta noche) y,
naturalmente, su jefe imbécil ha saltado arriba y abajo con una
emergencia de último minuto que Cherie necesita arreglar.
Inmediatamente. Cuando me llamó hace una hora, sonaba al borde
de las lágrimas.
Como nunca había sido capaz de lidiar bien con alguien que
estaba triste y mucho menos con mi mejor amiga, le dije que
~ 19 ~
felizmente llevaría a Kate. Ser el “tío genial London” siempre ha sido

divertido y ya es hora de que eche un vistazo al club que tanto les gusta
a mis chicas.
Cherie me clava una mirada intensa.
—¿Estás seguro de que estás de acuerdo con esto? Una cosa es
estar cerca de Kate cuando es pequeña, pero algo completamente
diferente es ir a un club kink para una noche temática.
—Oye, ya me conoces —me encojo de hombros—. Soy una
persona relajada. ¿Soy particularmente kinky? No —bueno, no que
ella sepa. Mi afición por la ropa interior de encaje es un secreto que
nadie conoce. Ni siquiera mis ex y ciertamente no mi mejor amiga. Es
algo que disfruto en privado—. ¿Pero hago asco a lo que hacen los
demás? Tampoco —mis labios se curvan hacia arriba en mi habitual
sonrisa ganadora—. Además, Kate ha dicho que hoy es noche Disney.
Eso no me lo pierdo. Mi chica y yo vamos a disfrutar de Disney juntos
Cherie todavía no parece convencida. —Hablo en serio —
insiste—. Puede ser demasiado. Y sé que te llevas bien con nuestro
estilo de vida, pero aún eres tan joven y…
—Wow —levanto mi dedo índice para silenciarla, luego la
señalo—. ¿Desde cuándo te ha molestado mi edad? —ella tiene treinta
y tantos años, mientras que yo tengo veintiséis.
Nos conocimos en la universidad, donde ella estaba asistiendo
a una de mis clases, e intercambiamos comentarios sarcásticos sobre
el profesor de la clase mientras estábamos sentados uno al lado del
otro en la última fila de la sala de conferencias. A partir de ahí nació
una amistad, los dos nos unimos por ser parte de la comunidad
LGBTQ+ además de odiar a los profesores universitarios perezosos
que leen directamente del libro de texto.
Fui la primera persona a la que le presentó a Kate, la primera
persona con la que exploraron públicamente su relación
mami/pequeña y su padrino en su boda el año pasado. Que yo sepa,
mi edad nunca ha marcado una diferencia para ella.
Demonios, Kate es solo unos años mayor que yo de todos
modos.
~ 20 ~
Como si Cherie pudiera leer todos estos pensamientos en mi

rostro, el suyo decae y parece afligida por las palabras que salieron de
sus propios labios. Se pasa la mano perfectamente cuidada por la cara.
—Lo sé, lo sé; Lo siento. Ni siquiera sé por qué dije eso.
Ni siquiera puedo estar enojado con ella. La acerco a mí y la
abrazo, lo justifico por ella.
—Estás cansada. Sobrecargada de trabajo. Agobiada. Estresada
como la mierda. Y te sientes culpable porque no puedes llevar a tu
chica a lo único que ha estado esperando durante semanas.
Cherie se permite un sollozo entrecortado contra mí antes de
retirarse y recuperarse. Esa mierda tampoco es saludable, pero no le
voy a decir eso. Ella tiene que trabajar esta noche, después de todo.
Incluso si iba a decir algo, la oportunidad se rompe por el fuerte
chillido de mi nombre desde el final del pasillo.
—¡Tío London!
Me giro, sonriendo al ver a Kate con su disfraz para la noche. Y
eso es lo que es: un disfraz de Disney real. Se ha vuelto una princesa
completa, lleva un vestido de fiesta amarillo grande y esponjoso y
tiene el cabello castaño oscuro recogido sobre su cabeza con
mechones sueltos que enmarcan su rostro redondeado.
Viendo que ella ya está en modo pequeña, estoy dispuesto a
seguirle el juego.
—Disculpa, Bella2, pero en realidad estoy buscando a mi
pequeña sobrina, Katie. ¿La has visto?
Sus risitas me calientan por dentro y comparto una mirada
cariñosa con Cherie, cuyos ojos brillan con lágrimas reveladoras. Ella
realmente necesita dejar ese trabajo.
—Tío London, soy yo —insiste Kate en ese tono exagerado de
'eres un idiota' que la mayoría de los niños de tres años tienen. Se da
la vuelta, las amplias faldas de su vestido se abren en abanico con el
movimiento—. Mami mandó hacer esto 'especialmente para mí, así
puedo ser Bella.
2
Katie usa el vestido que usa Bella en el baile con Bestia.
~ 21 ~
Cuando comenzaron a explorar su kinky, Cherie confesó que

Kate estaba particularmente tímida por ser una pequeña de talla
grande. Encontrar ropa de pequeño era, en sí mismo, un mercado
bastante especializado. Encontrar ropa pequeña para mujeres de talla
grande, especialmente chicas como Kate, que aman todo lo
relacionado con Disney y las princesas, fue aún más difícil. Le he
dicho a Cherie en más de una ocasión que ella y yo deberíamos hacer
negocios juntos para llenar el vacío en el mercado.
Lanzando a Cherie una mirada rápida que una vez más
transmite esta idea, vuelvo a mirar a Kate y sonrío con indulgencia.
—Es perfecto. Te pareces a Bella. Pero —jadeo dramáticamente,
poniendo mi mano sobre mi pecho—, si eres Bella, ¿eso me convierte
en Bestia?
Esto me gana la reacción deseada de fuertes carcajadas,
aplausos y un acuerdo entusiasta. Ella lanza sus brazos alrededor de
mí y me mira con sus grandes ojos marrones.
—¿Por favor, tío London? ¿Podemos ser la Bella y la Bestia?
Incluso si te pareces más a Gastón.
Nunca soy capaz de negarle algo. —Seré tu Bestia, pequeña.
Pero solo porque te amo —luego inclino la cabeza hacia un lado, como
si solo estuviera registrando sus últimas palabras, luego muevo mi
dedo índice hacia ella—. Pero si me vuelves a comparar con Gastón,
no sé cuánto durará ese amor.
Más risas brotan de mi pequeña amiga.
La expresión de Cherie es intrincada, una mezcla de cariñosa
adoración y flagrante culpa. No dispuesto a hacer esto más difícil para
ella, le hago un gesto a Kate para que se dirija hacia la puerta.
—Muy bien, mami, tengo una princesa para llevar al baile y no
quiero que nuestro carruaje se convierta en una calabaza.
Kate resopla y me dice que esa es la película equivocada, pero
nos hace salir al pasillo. Hago caso omiso del efusivo agradecimiento
de Cherie y le digo que traeré a su niña de vuelta a casa en unas pocas
horas. Entonces Kate me agarra de la mano y me arrastra hasta mi
coche, hablando de lo mucho que nos divertiremos durante todo el
trayecto hasta el club.
~ 22 ~
Cuando llegamos a The Grove, Kate se impacienta en la

recepción. Ella ya es socia, pero yo no. Como es la Noche de los
Chiquitines, no hace falta que sea socio, pero tengo que firmar los
acuerdos de confidencialidad requeridos, escuchar las normas del
club, respetar la palabra de seguridad de la casa ("cúrcuma") y firmar
un formulario de adhesión temporal e indemnización. Me impresiona
todo esto, sabiendo lo exclusivo que es este club y me alegra que se
tomen tan en serio la seguridad de sus miembros
—Katie —mi tono es más firme que nunca cuando la esposa de
mi mejor amiga trata de alejarme del escritorio.
La mujer en el mostrador de recepción acaba de terminar de
explicar el sistema de 'banderas' y está tratando de envolver mis
pulseras elegidas alrededor de mi muñeca. Kate se puso la suya
cuando se registró. Estoy llevando la de papi, ya que soy el cuidador
de Katie por la noche, además de las de 'tomado'/no interesado en el
juego abierto e interesado en los hombres. Es un poco extraño
literalmente usarlo todo en mi muñeca de esta manera, pero puedo
entender el razonamiento de la práctica. Sin malentendidos. Todos se
mantienen cómodos y seguros. Funciona.
Cuando me vuelvo hacia Kate, ella me mira con asombro.
—¿Qué? —le pregunto
—Esa fue la mejor voz de papi de todos los tiempos —declara.
Me encojo de hombros ante su observación. —Lo aprendí de tu
mami, supongo.
Me lanza una mirada especulativa, pero no dice nada más sobre
el tema, distraída por el conserje diciéndonos que estamos listos para
entrar al club.
Es un enorme edificio de almacén completo en las afueras de la
ciudad, justo en la cúspide de la zona industrial. Tan pronto como se
abre la gran puerta de metal dentro del espacio de recepción, una ola
de bajo y música nos asalta. Al pasar por esas puertas, hay un espacio
de club central con una pista de baile, cabinas tenuemente iluminadas
que recubren las paredes y un gran escenario al final de la sala. Pero,
a nuestra izquierda y derecha, se bifurcan dos pasillos a juego que,
según Kate, albergan los vestuarios, los casilleros y los baños, estos
~ 23 ~
envuelven el espacio principal del club para encontrarse en la parte

trasera del edificio, donde encontramos una gran escalera y dos
ascensores, para llevarnos al segundo piso.
Subimos en uno de los ascensores y nos recibe un espacio que
me recuerda más a un hotel de lujo, con dos pasillos paralelos
directamente frente a nosotros. La habitación de aquí, me dice Kate
mientras tira de mí, son las salas de juegos. Todos temáticos y
disponibles para juegos privados. Al final del pasillo, abre una puerta
y entramos en la sala de juegos de los pequeños.
Mi mandíbula cae. Este espacio ha de ocupar al menos una
cuarta parte de todo el segundo piso del almacén, recorriendo todo el
ancho del edificio. En el otro extremo de la puerta por la que
acabamos de entrar, hay un castillo hinchable que llena el espacio
desde el suelo hasta el techo. Claramente es lo suficientemente
resistente como para albergar al menos a tres adultos, si las personas
que actualmente rebotan en él son una indicación.
El resto de la habitación está brillantemente iluminada por una
cálida luz amarilla suspendida muy por encima de nuestras cabezas.
Las paredes están pintadas de colores brillantes, hay juguetes y
estaciones de actividades por todo el espacio, y hay una fila de sillones
en el lado izquierdo de la habitación donde los cuidadores descansan
y conversan, elevados desde el amplio piso de la sala de juegos, lo que
les brinda una buena vista de sus pequeños.
Y, como es una noche temática para niños, hay actividades
específicas dirigidas por el personal del club, como el juego de
maquillaje para princesas al que me arrastra Kate. Se deja caer sobre
su trasero presumiblemente acolchado (no sé si lleva pañal bajo la
voluminosa masa de su vestido de gala, pero suele llevarlo cuando es
pequeña) junto a una niña vestida como Elsa, incluso lleva peluca. Su
aspecto es masculino, pero no interrumpiré la conversación para
aclarar las cosas.
—¡Katie! —ellos chillan y se abrazan—. ¡Eres Bella!
—Uh Huh —responde ella, radiante y pasando sus manos por la
masa de tul y satén—. Mami lo consiguió especialmente para mí.
~ 24 ~
—Tu mami es la mejor —suspiran soñadoramente.

Probablemente tenga más o menos mi edad. Un flequillo rubio
sobresale de debajo de la peluca blanca, acompañado de ojos verdes
brillantes, una linda nariz de botón y una sombra de cinco en punto
en una mandíbula suave y ovalada.
—Mi papi me compró la peluca, pero yo mismo hice mi vestido.
—Benny, tienes que empezar a venderlos —insiste Kate y parece
que esto es algo que le ha dicho antes.
La mujer a cargo de la estación de maquillaje (alta, delgada
como un junco, con orejas de gatito, un leotardo de cuero negro
ceñido y una cola en lugar de un disfraz de Disney) interrumpe para
darle a Kate una bata y una paleta de maquillaje. Al ver que se
acomoda sin ningún drama, le digo que me iré a sentar con algunos
de los otros cuidadores y me hace señas para que me vaya sin mirar
atrás.
Primero aprovecho la oportunidad para explorar más el espacio.
Está equipado como una guardería gigante y a todos los pequeños les
encanta. No es de extrañar que las cuotas de membresía de este lugar
sean tan altas. El propio club, por lo que he visto, no ha reparado en
gastos en las experiencias que proporciona a sus socios. Es suficiente
para hacerme sentir curiosidad por ver algunas de las otras
habitaciones temáticas algún día.
—... no puedo creer que me hayas convencido de esto —una voz
profunda, que suena increíblemente petulante, llega a mi oído.
Otra voz masculina, en un tono un poco más alto, se ríe. —Solo
disfruta tu cumpleaños como un buen chico, Matty. Te lo prometo, si
este último esfuerzo falla, Charlie, Ash y yo lo dejaremos y podrás
colgar los pañales para siempre, ¿de acuerdo?
—Uf —gruñe la primera voz, pero no puedo escuchar mucho
calor en ella—. Bien.
—Sigo pensando que estás loco por querer hacer eso, ¿sabes?
Esta vez, la primera voz, Matty, gruñe y puedo escuchar la
frustración en sus palabras: —Déjalo, Josh.
~ 25 ~
Me doy la vuelta desde el elaborado juego de trenes que he

estado fingiendo inspeccionar, intrigado por la conversación que
accidentalmente he escuchado a escondidas. Me ha picado la
curiosidad. Escaneando el área cerca de la mesa de 'pintar un
personaje de yeso', mis ojos se posan en los dos hombres que asumo
que son los que acabo de escuchar.
Mierda, están calientes.
Ninguno de ellos se parece a ninguno de los otros pequeños en
la habitación. Ambos están construidos, con bíceps gigantes y
hombros anchos. El más joven de la pareja lleva un disfraz ajustado
de Buzz Lightyear. Su mandíbula es cuadrada, cubierta por una barba
cuidadosamente recortada y sus ojos son de color marrón oscuro. Su
cabello es un corte estándar de 'espalda y lados cortos, un poco más
en la parte superior'.
El chico mayor lleva puesto un mameluco con Ígor3 en el frente.
Su cara es más redonda que la del joven y tiene una cuidada barba
oscura que está abundantemente salpicada de gris que contrasta
espectacularmente con los grandes ojos verdes. Su pelo es más largo,
también. Un poco largo alrededor de las orejas y hacia el cuello.
También está encaneciendo en las sienes. Su piel es de un color
bronceado deliciosamente dorado que hace que se me haga agua la
boca. ¿Y esos enormes brazos suyos? Están cubiertos por una
colección de tinta oscura, algunas descoloridas y otras claramente
más recientes. Quiero acercarme para ver los diseños.
El chico mayor siente mi mirada y levanta la vista para
atraparme evaluándolo. Teniendo en cuenta lo grande y robusto que
parece, me sorprende el rubor que se desliza por sus mejillas y su
nuca. Es ridículamente adorable. Me ofrece la sonrisa más hermosa y
tímida antes de mirar a su compañero y luego a mí. La sonrisa vacila
y luego se desliza de su rostro.
Mi corazón da un vuelco doloroso cuando baja los ojos hacia sus
manos, que están jugueteando con un personaje de yeso del que no
puedo discernir la forma.
3
Nombre original Eoyore, el burro de Winnie the Pooh.
~ 26 ~
Frunciendo el ceño, doy un paso adelante, pero Kate me distrae

rápidamente llamándome. Suspiro mientras hago mi camino de
regreso a la actividad de maquillaje, con la esperanza de que pronto
podré encontrar al chico con el mameluco de Ígor.
Solo quiero ver esa sonrisa regresar a su rostro.
~ 27 ~
Tres
Matteo
Me siento como un viejo sucio.
No, de verdad, soy un viejo sucio.
El chico que estaba observando no puede tener más de
veinticinco años. Eso es veinte años menor que yo. Pero, maldita sea,
es atractivo. Desde mi lugar en el suelo, parecía alto y de constitución
firme. No exactamente musculoso de gimnasio, pero muy en forma,
con penetrantes ojos azules y espeso cabello negro en una especie de
estilo de peinado. Su cara amistosa era cuadrada y bien afeitada y sus
labios carnosos y besables. Y por un momento, el más breve, pensé
que me había estado mirando.
Pero eso es absurdo. Estoy sentado junto a Josh, quien me
convenció de que la Noche de los Pequeños programada para el día de
mi cumpleaños era una señal y es más probable que el atractivo y
joven papi estuviera mirando a Josh considerando que tiene una edad
mucho más apropiada para el chico.
—¿Has visto a alguien con quien quieras jugar? —pregunta
Josh, con la lengua asomando por un lado de la boca mientras se
concentra en pintar la figura de yeso de Mickey Mouse que seleccionó.
Sí. Un papi sexy como la mierda que probablemente tenga la
edad suficiente para que sea mi hijo biológico. Ya sabes, si alguna
vez me hubiera balanceado de esa manera.
Yo suspiro. —No. Parece la multitud habitual.
Josh mira hacia arriba y escanea la habitación. Se ha llenado, lo
cual no es una sorpresa teniendo en cuenta el tema de la noche. Él
frunce el ceño antes de girarse para arquear una ceja hacia mí. —Veo
algunas caras nuevas.
~ 28 ~
—¿No puedes simplemente dejarlo? —ni siquiera he empezado

a pintar la figura del Pato Donald que elegí—. Es mi cumpleaños y
realmente no estoy de humor para que me rechacen esta noche.
Pone los ojos en blanco y me apunta con su pincel, una gota de
pintura roja se tambalea peligrosamente en el extremo. —Esas son
palabras de adulto para alguien que se supone que es pequeño.
Las lágrimas pican en la parte posterior de mis ojos mientras un
nudo se aloja en mi garganta. Estoy en guerra dentro de mí mismo.
No he sido capaz de hundirme correctamente en mi pequeño espacio
mental en meses. Yo quiero; Realmente, realmente lo quiero. Pero los
meses de escuchar 'eres demasiado viejo', 'eres demasiado grande',
'pareces un Dom' han pasado factura. Estoy nervioso aquí en el club,
sintiendo las miradas y el juicio de los que me rodean, pero ser
pequeño en casa sin un papi también ha perdido su atractivo.
—Mierda, Matt, lo siento —Josh tira su pincel hacia abajo,
salpicando la mesa cubierta de papel con pintura roja y tira de mí
envolviéndome en un abrazo—. Puedes ser tan pequeño o tan grande
como quieras.
Me toma un momento ordenar mis pensamientos y cuando me
alejo de su abrazo, fuerzo una sonrisa.
—Solo estoy teniendo una crisis de la mediana edad —bromeo,
repitiendo las mismas palabras que he estado usando para describir
mi dilema desde hace un tiempo—, no te preocupes por mí.
—Es tu cumpleaños; puedes llorar si quieres.
— No creo que esa sean las palabras correctas.
—Estoy parafraseando.
La actitud indiferente de Josh acerca de citar mal una melodía
clásica hace que mis labios se crispen con diversión. —Solo déjame
pintar mi pato en paz, ¿quieres?
—Tú eres el jefe —se instala de nuevo en su obra maestra sin
más argumentos, por lo que estoy más que agradecido.
Me olvido por completo del atractivo papi durante la mayor
parte de la siguiente hora, logrando finalmente deslizarme un poco en
~ 29 ~
el espacio pequeño. Josh me arrastra de una actividad a otra y

finalmente tengo que admitir que me estoy divirtiendo.
¿De verdad puedo renunciar a esto?
Sé que los chicos no me rechazarán si doy un paso atrás en mi
estilo de vida, pero ¿seré realmente feliz saliendo con ellos si lo hago?
¿Podré ver a Ash siendo pequeño para Charlie, o escuchar las
extravagantes historias de Josh sobre lo malcriado que puede ser sin
que se sienta como una tortura? Sin mencionar lo mucho más difícil
que sería si Chance, Spence y Ted también encontraran a sus
pequeños para siempre. ¿Realmente puedo sentarme entre eso y no
dejar de ser parte de eso?
No, no creo que pueda.
Lo que significa que alejarme de ser pequeño incluye alejarme
de los amigos que he hecho aquí.
No quiero hacer eso. Pero, al mismo tiempo, tampoco quiero
vivir en el limbo.
Una risa fuerte y contagiosa me saca de mis pensamientos en
espiral. Instintivamente me giro hacia el sonido. Se me corta el aliento
en la garganta cuando me doy cuenta de que la risa proviene del
atractivo y joven papi, el que me miró a los ojos antes.
—¿Quién es ese? —no puedo evitar preguntarle a Josh,
señalando en la dirección del papi.
Josh deja el Play-Doh que había estado moldeando como un
pene gigante y no en los personajes de Disney que se supone que
debemos construir y sigue la línea de mi dedo índice. Caliente Papi
Joven (como lo llamo ahora, porque claramente soy muy creativo)
está de pie con un grupo de cuidadores, observando cómo un grupo
de pequeños se involucran en un conjunto de 'baile' con canciones de
Disney.
Afortunadamente, Josh y yo acordamos que esa actividad en
particular no era para nosotros.
—Hola, papi —dice mi amigo, en voz baja y ronca mientras
arrastra las palabras, sus ojos se iluminan cuando aterrizan en el
~ 30 ~
hombre en cuestión. Deja escapar un silbido apreciativo—. Nunca lo

había visto aquí antes... y, créeme, lo recordaría si lo hubiera hecho.
Bufo.
Lanzándome una mirada de reojo, la expresión de Josh se
vuelve astuta. —No sabía que te gustaban jóvenes, Matty. Tiene que
tener mi edad.
Me niego a sonrojarme. Me niego a sonrojarme. Me niego a…
maldita sea.
Mis mejillas arden. —Cállate. No suelo hacerlo.
Y no me gustan. Quiero decir, aprecio a los hombres atractivos
de todas las edades, pero nunca me han gustado los papis más
jóvenes. Por supuesto, a mi edad, la mayoría de los pequeños en el
club son al menos una década menores que yo y no puedo estar
molesto por ser rechazado por mi edad y al mismo tiempo rechazar a
papis potenciales por la suya. Eso es hipócrita. Aun así, este tipo es
joven, joven. Como si probablemente todavía le pidiesen su
identificación en los bares.
Josh se vuelve a mirar a Caliente Papi Joven de nuevo. —
Lástima que sus bandas digan que no está buscando tocar.
Mi mirada se dirige a la muñeca de Caliente Papi Joven y mi
corazón se hunde. Debería haber imaginado que alguien tan atractivo
como él estaría tomado.
—Pero es gay, así que no todo está perdido —Josh hace su
observación. Su tono adquiere un tono esperanzado—. ¿Quizás en
realidad no está con nadie? ¿Tal vez solo quería ver el club sin
presión?
Niego con la cabeza, arqueando una ceja. —Eres un eterno
optimista, ¿verdad?
Josh se encoge de hombros pero no se gira para mirarme.
Todavía mira sin vergüenza a Caliente Papi Joven. Entonces sus cejas
se fruncen. —Si es gay, ¿por qué está aquí con una pequeña?
—¿Qué? —giro mi cabeza hacia atrás tan rápido que me
sorprende que no me dé un latigazo cervical. Efectivamente, ahora
está abrazando a una pequeña curvilínea con un impresionante
~ 31 ~
disfraz de Bella. Lo que quedaba de mis esperanzas se estrella y se

quema. Yo suspiro—. Tal vez Meg le entregó la banda equivocada.
—Hmm —Josh no parece convencido—. La atención de Meg a
los detalles es insuperable. No lo compro.
—De cualquier manera —trato de arrastrarlo de nuevo a jugar
con Play-Doh—, él está aquí con alguien, así que no vale la pena
pensar en él.
Me las arreglo para convencer a Josh de que lo deje y volvemos
a nuestras creaciones hasta que alguien lo llama por su nombre. Un
papi que he conocido antes se acerca, apenas me saluda y luego le
pregunta a Josh si está interesado en "hacer una escena" con él.
Podría haber dicho "Oye, ¿quieres follar?" para todo el bien que le
hace su intento de sutileza. Josh se muerde el labio, claramente
dividido entre querer desahogarse con este hombre o quedarse
conmigo.
— Ve —le digo que se vaya—, diviértete. Te enviaré un mensaje
de texto mañana.
Josh envuelve sus brazos alrededor de mí en un abrazo
agradecido, me desea un feliz cumpleaños por última vez, luego
desaparece entre la multitud de cuidadores y pequeños, sosteniendo
la mano del papi al azar. Dejo caer mi trozo de Play-Doh con un
suspiro. Aterriza con un fuerte golpe en la mesa frente a mí.
Feliz cumpleaños para mí, de verdad.
Después de escanear el espacio a mi alrededor y no encontrar
más rostros familiares, decido tirar la toalla. No ha sido una mala
noche, pero una vez más me voy solo a casa. Incluso una aventura de
una noche sería bienvenida en este momento, pero parece que ya ni
siquiera soy lo suficientemente bueno para eso.
Hay un dolor en mi pecho que no desaparece y mi visión se
vuelve borrosa mientras me pongo de pie y camino hacia la puerta en
el otro extremo de la habitación.
Con mi mirada dirigida al suelo, estoy tan perdido en mis
pensamientos lamentables que choco con alguien.
~ 32 ~
—Maldita sea, lo siento —la mortificación arde debajo de mi piel

mientras miro hacia arriba para disculparme apropiadamente.
No reconozco al papi con el que me he topado, pero puedo leer
muy bien su expresión cuando me mira y claramente se da cuenta que
estoy solo.
—¿Dónde está tu papi? —él pide. Su tono no es particularmente
amistoso.
Una parte de mí quiere agitar mi muñeca hacia él y decirle que
se aprenda las banderas, porque las mías dejan en claro que no tengo
ataduras, pero me muerdo la lengua. Estoy equivocado aquí, después
de todo. No estaba mirando y caminé hacia él.
—Me estaba yendo. Lo siento por tropezar contigo. “Intentando
pasar a su alrededor, me sorprendo cuando agarra mi muñeca.
Soy más grande que él, pero también soy bastante poco
conflictivo. Especialmente cuando todavía estoy saliendo de mi
pequeño espacio mental y admito que ya estoy emocional.
—Alguien tiene que enseñarte a disculparte correctamente —
dice.
Parpadeo, luego me doy una pequeña sacudida. —Mira, amigo,
no estoy en mi pequeño espacio en este momento. De hecho, me dirijo
a casa y…
—Qué mal, chico. Vamos a hablar de esto.
¿Es este hombre de verdad? Le devuelvo la mirada,
observándolo. Parece tener treinta y tantos años. Tiene el pelo rubio
peinado hacia atrás, casi grasiento, la piel pálida y los ojos son de un
color azul frío. Es al menos n centímetro más bajo que yo, y
probablemente veinte kilos más ligero, pero su agarre en mi muñeca
sugiere que es más fuerte de lo que parece.
No quiero causar una escena, así que intento de nuevo calmar la
situación. —Mira, lo siento, no estaba prestando atención y me
encontré contigo. Por favor suéltame.
—¿Estás tratando de decirme que me estás rechazando, chico?
—me mira de nuevo, sus labios se curvan. Su acento sureño vibra con
una agudeza que me amarga, aunque normalmente me gusta el buen
~ 33 ~
acento antiguo—. ¿Tienes, cuántos, cincuenta? Y eres enorme, los

pequeños como tú no tienen muchas posibilidades, ¿y me estás
rechazando?
A pesar de que este tipo es un idiota absoluto, la evaluación
duele de la misma manera que siempre lo hace y yo ya estaba
emocional antes de esta confrontación inesperada. Se me hace un
nudo en la garganta, me pican los ojos y me arde la piel mientras la
humillación me invade.
—Por favor —suplico, mi voz llena de lágrimas contenidas—,
solo... suéltame.
El tipo se ríe en mi cara. Mis entrañas se revuelven. —¿Vas a
llorar, chico? ¿Crees que eso te hará un poco más atractivo?
—Luz roja —grazno, tratando de dar un paso atrás, pero él sigue
mi movimiento, enjaulándome.
—No estamos jugando en este momento —descarta—. No hay
palabras de seguridad.
Me está haciendo sentir pequeño en todas las formas
equivocadas. Debería ser capaz de valerme por mí mismo. Debería
poder usar mi cuerpo más grande para levantarme e intimidarlo. Pero
ha presionado todos los botones correctos para hacerme olvidar que
soy capaz de hacerlo.
Mis manos tiemblan cuando las lágrimas finalmente se
derraman por mis mejillas, cierro los ojos y ruego que el suelo se abra
y me trague ahora.
—Aléjate —interviene una nueva voz, que suena más que
enojada.
Abro los ojos para ver cómo Caliente Papi Joven se desliza
limpiamente entre mi agresor y yo. Asusta lo suficiente al otro tipo
que deja caer mi muñeca y doy un paso atrás inmediatamente,
agregando más distancia.
—¿Qué diablos tiene esto que ver contigo? —exige mi aspirante
a torturador.
Los hombros de Caliente Papi Joven están tensos, pero no
puedo ver su rostro porque está frente al otro chico y está de espaldas
~ 34 ~
a mí. Todavía suena furioso cuando responde: —Te pidió que te

detuvieras. Usó sus palabras de seguridad. Tienes que retroceder de
una vez.
Cretino -mi nuevo nombre para el imbécil- se burla y me hace
un gesto por encima del hombro de Caliente Papi Joven—Solo míralo.
Él quiere la atención.
—Dijo su palabra de seguridad. —repite mi salvador, más allá
de la ebullición ahora—. Vete a la mierda. ¿O necesito usar la palabra
segura de la casa e involucrar al moderador?
Mis ojos se abren. Eso no es necesario en absoluto. No
necesitamos hacer una escena aún más grande aquí. No podría
soportar la atención adicional y ciertamente no quiero arruinar la
noche de nadie más. Usar la palabra segura de la casa no es algo
trivial. Yo lo sé: mi empresa diseñó el sistema de monitoreo.
—Pfff —Cretino se inclina alrededor de Caliente Papi Joven y me
da otra mirada degradante—. No vale la pena —gira sobre sus talones
y se dirige hacia la multitud al otro lado de la habitación.
Mi corazón está martillando en mi pecho y aprieto mis manos
en puños a mis costados, deseando que dejen de temblar. Miro al
suelo de nuevo. Me siento muy estúpido. ¿Cómo puedo ser tan
imponente físicamente, como ningún papi deja de recordarme y aun
así necesito que me rescaten? Y dejé que el imbécil se fuera dónde
podría molestar a alguien más. Soy un cobarde. Absolutamente
patético.
—Hey —la voz de Caliente Papi Joven ahora es suave. Cálido,
aunque tentativo. También está mucho más cerca de lo que esperaba.
Cuando vuelvo a mirar, está directamente frente a mí, sus ojos
azules están llenos de preocupación. Es aún más atractivo de cerca.
Me odio un poco por pensar eso.
—¿Estás bien? —pregunta suavemente.
Asiento, encontrando demasiado difícil usar mis palabras.
Con cautela levanta una mano a mi mejilla y usa su pulgar para
limpiar la evidencia de mis lágrimas. Su toque envía un hormigueo
por mi columna y trago convulsivamente.
~ 35 ~
—¿Seguro? —comprueba dos veces y lamento la pérdida de su

toque mientras aparta la mano.
Finalmente encuentro mi voz, aunque podría ser ronca. —Sí —
vacilo—. Gracias por intervenir —soy lo suficientemente hombre
como para admitir que necesitaba la ayuda, incluso si debería haber
sido capaz de manejar la situación por mí mismo.
No soy el tipo de macho que adopta posturas, el tipo de hombre
que argumenta que lo tenía todo cubierto cuando claramente no lo
tenía. Eso tiende a sorprender a la gente, pero no a este tipo. Sus ojos
se vuelven suaves y comprensivos.
—No tienes que agradecerme, cariño.
Cariño. El mote cariñoso tiene mi corazón en mi garganta de
nuevo. ¿Cuándo fue la última vez que alguien me llamó algo tan...
tan... cariñoso? Oh, Dios, voy a llorar de nuevo.
Hay algo seriamente mal conmigo.
—Soy London —dice, presentándose mientras lucho por
ordenar mis pensamientos y luego extiende la misma mano que
estaba acunando mi rostro hace solo unos momentos.
Acepto el apretón de manos. Su mano es un poco más pequeña
que la mía, sus dedos tienen callos donde los míos son suaves.
Apuesto a que trabaja con sus manos. Tiene ese aspecto rudo de
hombre al aire libre, incluso si está bien afeitado y viste ropa de
negocios.
Me toma un momento darme cuenta de que todavía está
esperando que hable—. Matteo. —No sé por qué le doy mi nombre
propio. Prefiero Matt o, cuando soy pequeño, Matty.
London abre la boca para decir algo más, pero una fuerte
llamada de: —¡Tío London! —lo hace girar hacia la nueva voz. Es la
pequeña con el disfraz de Bella. Ella pisa fuerte con un puchero en sus
labios y apenas mira en mi dirección—. Prometiste que volveríamos a
bailar.
En lugar de capitular, London arquea una ceja hacia ella. —Katie
—dice en un tono autoritario que hace que mi pene se mueva con
interés—, estás siendo grosera. Estaba hablando con alguien aquí —él
~ 36 ~
hace un gesto hacia mí, antes de decirle—: Sé que a tu mami no le

gustaría escuchar que vas por ahí interrumpiendo conversaciones y
siendo malcriada.
Los ojos de Katie se agrandan. —No. No le digas a mami. Seré
buena —se vuelve hacia mí y me ofrece una sonrisa tímida—. Perdón.
Me encanta bailar.
—Buena chica —elogia London y mierda si no quiero que me
llame 'buen chico' de la misma manera.
Extiende su mano y soy más rápido en estrechar la suya que la
de él. —Soy Katie.
—Matty —respondo, sintiéndome relajado de nuevo en mi
pequeño espacio para encontrarme con ella al mismo nivel. Ella es
realmente linda: gordita y de cabello oscuro, con mejillas redondas
espolvoreadas con colorete rosa brillante y labios rosados brillantes a
juego. Su cabello está un poco desordenado por su anterior baile
exuberante. —Me gusta tu vestido. Bella es mi princesa favorita.
Sus ojos se iluminan y comienza a tirar de mí hacia la pequeña
pista de baile. —¡La mía también! Quiero una biblioteca. Y una taza
de té parlante.
—Quiero a un Bestia —la confesión se escapa de mis labios con
facilidad y siento que me estoy sonrojando ante la risa de respuesta
de London.
Katie, afortunadamente, hace avanzar la conversación. —¿Qué
tal un armario que pueda decirte qué ponerte y ayudarte a vestirte?
—O una cocina que cocina para ti.
Se ríe y me doy cuenta demasiado tarde de que estoy en medio
de la pista de baile con ella. —Yo no bailo —le digo, pero ella pone los
ojos en blanco.
—Ahora sí, Matty.
Al menos cuando estoy en mi pequeño espacio, no se espera que
tenga ritmo o movimientos. Toma mis manos entre las suyas y
balancea sus amplias caderas de un lado a otro, empujándome para
que siga el movimiento.
~ 37 ~
Estamos a la mitad de Bajo el mar cuando ella se inclina hacia

mí con una sonrisa cómplice. —Le gustas al tío London.
A mi edad actual, esas palabras no deberían provocar un
enjambre de mariposas en mi estómago, pero lo hacen. Requiero todo
mi autocontrol para no girarme y buscar al hombre en cuestión con
mis ojos. En cambio, arqueo una ceja y muevo mi trasero al ritmo.
Bailar de esta manera ha sido sorprendentemente divertido y en mi
pequeño espacio he podido evitar preocuparme por quedar en
ridículo. Mi refutación, cuando llega, es suave. —Soy demasiado viejo
para que eso sea cierto.
—Pfff —Katie hace un giro descoordinado—, le gustan los
hombres mayores —su expresión se vuelve un poco pensativa— Pero
él nunca ha sido papi antes.
Tropiezo con mis pies. —¿Qué?
Se encoge de hombros, como si la bomba que acaba de lanzar no
lo cambiara todo. —Me trajo esta noche porque mi mami tenía que
trabajar. Él no es parte de toda… —ella gesticula salvajemente
alrededor del espacio— la escena.
Puedo sentir que una parte de mí se rompe ante eso.
Claramente, a pesar de mis intentos de ser racional, comencé a tener
la esperanza de haber forjado algún tipo de conexión con London. Que
tal vez podríamos haber tenido una noche divertida juntos, si no más
que eso. Pero si él no es realmente un papi, incluso si es lo
suficientemente amable como para traer a su amiga aquí como
cuidador sustituto por una noche, estoy de regreso donde comencé.
—Katie —London nos interrumpe, su tono regresa a ese bajo y
severo que grita 'papi natural', pero él me mira fijamente incluso
mientras se dirige a ella. No sé cuándo se acercó sigilosamente para
escuchar nuestra conversación, pero casi me muero cuando agrega—
: Creo que eso es algo que Matteo y yo deberíamos discutir entre
nosotros.
—Sí, tío London —Katie no parece en absoluto arrepentida. En
todo caso, parece complacida consigo misma.
Tomo nota mental de nunca presentarle a Josh.
~ 38 ~
Los labios de London se curvan con diversión, luego mira su

reloj. —Se está haciendo tarde, pequeña. Le prometí a tu mami que te
llevaría a casa antes de que el hechizo desaparezca y tu vestido se
convierta en harapos —el puchero que tenía antes vuelve con toda su
fuerza, pero antes de que pueda gimotear, él la señala con el dedo
índice—. Sin quejas o habrá tiempo de castigo en el rincón.
Para un tipo que no es un papi, seguro que parece saber lo que
está haciendo.
Katie suspira y asiente con resignación. —Sí, tío London.
—Buena chica —London la alaba, luego me mira—. ¿A dónde fue
tu amigo? ¿Necesitas que te lleve a casa también?
Josh nos trajo, pero con él ocupado, mi plan era ir a cambiarme
y pedir un Lyft.
—Estoy bien —le digo, aunque realmente quiero aceptar su
oferta. No tiene sentido hacerme pasar por eso. Además de que soy
demasiado mayor para él, en realidad no es un papi. Me estaría
preparando para la decepción.
—No es lo que pregunté —contrarresta, inmovilizándome con
una mirada de complicidad. Lucho contra el impulso de moverme
nerviosamente bajo su mirada—. ¿Tienes cómo ir a casa?
Dispuesto a que mi excitación instantánea se vaya a la mierda,
me encojo de hombros. —Voy a pedir un Lyft.
London ni siquiera duda. —No. Estarás esperando para siempre
y tendrás que pagar una prima por el vecindario y las tarifas máximas.
Yo te llevaré.
—¿Y si vivo al otro lado de la ciudad?
Su sonrisa se vuelve lobuna. —Entonces tendremos más tiempo
para hablar.
~ 39 ~
Cuatro
London
Necesité todo mi autocontrol para no aplastar al imbécil que
había acosado a Matteo. Por el amor de Dios, el tipo se estaba
excitando haciendo llorar a Matt. Dónde estaba el moderador de la
sala, o por qué nadie más a nuestro alrededor había intervenido sigue
siendo un misterio para mí, a pesar de que el altercado tuvo lugar a
un lado de la sala. Estaba claro como el día que Matt estaba incómodo
y cuando me acerqué lo suficiente para escuchar su palabra de
seguridad solo para que lo ignoraran, perdí el control.
Puede que no esté involucrado en el mundo BDSM, pero sé lo
suficiente como para saber que ignorar una palabra segura es como
un pecado capital.
Probablemente debería haber denunciado a ese imbécil por ello.
Lamentablemente, ya es demasiado tarde.
Pero, oh, Matt es de alguna manera todo y nada de lo que pensé
que sería. Él es alto, más alto que yo, yo no soy exactamente bajo, con
mi metro ochenta de altura, grande y musculoso. Esos brazos…
Quiero lamer las líneas de sus tatuajes, trazando la tinta que resalta
esos músculos abultados. Pero, a pesar de que su apariencia física es
innegablemente dura e hiper masculina, es un alma suave y tímida.
Salimos de la sala de juegos, viajamos de regreso al piso
principal del club a través del ascensor y luego pasamos por los
vestuarios para que Matt pueda tomar sus cosas y cambiarse. Apenas
reprimo las ganas de preguntarle si necesita ayuda: nunca antes había
ayudado a Kate a cambiarse, entonces, ¿por qué le preguntaría a este
hombre que acabo de conocer? Sobre todo cuando está claro que ya
no está en su pequeño espacio.
Mientras Kate y yo nos apoyamos contra la pared del pasillo,
siento que sus ojos me estudian.
~ 40 ~
—Realmente te gusta, ¿no?

—Solo lo conocí, como, hace una hora.
Sus labios carnosos se tuercen en una sonrisa irónica y
cómplice. —Le has estado echando miradas furtivas toda la noche.
Es más observadora en su pequeño espacio de lo que creía.
—Has visto al hombre —me encojo de hombros, señalando
vagamente hacia el vestuario—. Él es sexy como la mierda.
—¿Recuerdas que me gustan las mujeres, verdad?
Bufo. —No significa que no puedas apreciar la belleza en todas
sus formas, masculina o femenina. No digo que te sientas atraída por
él; Estoy diciendo que su atractivo es obvio.
— Touché —se ríe Kate—. Estás muy a la defensiva con este tipo.
Es lindo.
—Me han llamado muchas cosas en mi tiempo, pero 'lindo' no
es una de ellas.
—Sí, bueno, nunca antes te había visto tener cero calma con un
hombre, así que supongo que todo es territorio nuevo.
—Estoy calmado —sí. Esa es mi respuesta genial. Estoy
calmado. Puaj.
Es el turno de Kate de resoplar y se estira para palmearme el
hombro condescendientemente. —Claro que sí, London.
—Cállate —oh, estoy en llamas esta noche. Tan ingenioso. El
brillo divertido en los ojos de Kate me dice que sus pensamientos han
seguido el mismo camino, pero luego su expresión se vuelve más
seria.
—Es un pequeño —dice en voz baja y hay un mundo de subtexto
en las tres palabras.
Mi suspiro "Sí" lo reconoce todo.
No soy un papi. Realmente nunca he considerado ser un papi.
Aparte de interpretar el papel del tío London con Kate, no tengo
experiencia con el kinky o el estilo de vida. Entonces, ¿estar
~ 41 ~
interesado en un pequeño, incluso uno tan atractivo e intrigante como

Matteo, realmente va a terminar bien para cualquiera de nosotros?
Además... ¿qué tan pequeño es? Lleva pañal, eso lo pude ver,
pero ¿los usa? Kate los usa solo por la sensación y la estética -o, al
menos, eso es en lo que me dicen a mí-, pero sé que la exploración del
kink de cada persona es diferente.
¿Retrocede a menudo o solo ocasionalmente por diversión?
¿Quiere que un papi tome el control de la mayoría de sus cosas del día
a día, o solo quiere un compañero con quien jugar escenas? Por lo que
he observado de su personalidad, es sumiso, sensible y no
conflictivo... y parece absorber cualquier afecto o refuerzo positivo
como una esponja. No me sorprendería si está buscando un papi a
tiempo completo.
Luego está el hecho de que él parece tener poco más de cuarenta
años y yo ni siquiera tengo treinta. ¿Querría un papi mucho más joven
que él?
No es que yo sea un papi.
Jesús, ¿realmente lo estoy considerando?
Cuando escuché a Kate decirle que no soy un papi, mi corazón
se aceleró. Esa era una conversación que quería tener con él. Que, al
parecer, todavía quiero tener con él. Pero no tengo idea de lo que
quiero decir.
Kate tiene razón: estoy interesado en él. Más de lo que debería
estar por haber conocido al chico. Pero todo sobre esto es nuevo para
mí y no sé si el estilo de vida es algo que realmente quiero o si solo
ahora lo estoy considerando debido a mi atracción por Matteo.
¿Podría ser un papi? ¿En serio? ¿Sin que se sienta raro?
Jugar con Kate siempre es entretenido, pero hasta ahí llega mi
experiencia. A veces le corto la comida o le doy un biberón, pero no
hay ninguna de las otras cosas del cuidador entre nosotros. Soy el 'tío'
divertido. Eso es todo.
Y, sin embargo, la idea de bañar a Matteo, de vestirlo, de ser la
persona que besa sus abucheos y lo cuida... Bueno, es extrañamente
satisfactorio y no hay ningún indicio de vibraciones de 'no, demasiado
~ 42 ~
incómodo para mí' en absoluto. De hecho, provoca mariposas en mi

estómago.
Eh. ¿Quién sabe?
Kate me mira expectante.
—¿Qué? —pregunto.
—De verdad estás pensando en eso, ¿no?
No tiene sentido negarlo. No si Matteo demuestra estar tan
interesado en mí como yo en él.
—Lo hago —trago saliva, mirando hacia la puerta del vestuario—
. Supongo que voy a necesitar hablar contigo y con Cherie. Pensar en
qué, exactamente, estoy pensando en meterme.
La expresión de Kate se suaviza. —Ya eres algo natural, ¿sabes?
Como el tío London, quiero decir. Las vibraciones de papi son
bastante fuertes. Tienes la voz y los instintos al dedillo. A partir de ahí,
solo se trata de encontrar lo que funciona para ustedes dos... y
divertirse con eso —mueve las cejas y baja la voz al decir lo último.
Matt sale a grandes zancadas del vestuario antes de que pueda
responderle y casi me trago la lengua. Lleva unos vaqueros oscuros
pintados y un polo negro ajustado que resaltan sus fuertes muslos y
sus abultados bíceps, respectivamente. Lleva una bolsa negra colgada
del hombro, que supongo que contiene el mono que llevaba antes.
Mirándolo ahora, nunca dirías que el tipo es un pequeño, o que es en
absoluto dulce y sumiso.
—Sí, es atractivo —Kate resopla y me da un codazo,
murmurando—, tenías razón. Soy gay, no ciega.
Me río y una sensación de calidez se apodera de mí mientras la
expresión de Matteo revolotea entre Kate y yo, su inseguridad pintada
en su hermoso rostro.
—¿Qué me perdí?
—Nada importante —me aseguro de mantener mi voz ligera y
uniforme, luego hago un gesto en la vaga dirección de la salida. —.
¿Nos vamos?
~ 43 ~
En cualquier otro lugar, diría que habríamos formado un grupo

de aspecto extraño: el tipo grande y tatuado, yo con pantalones de
vestir y una camisa abotonada y Kate con su disfraz. Pero nadie nos
da una segunda mirada mientras salimos por las puertas principales
y entramos en el pequeño y austero vestíbulo.
—¡Wow! ¡Matty! —todos nos volvemos cuando la mujer detrás
del mostrador de recepción lo rodea. Se dirige hacia Matteo y
envuelve sus brazos alrededor de su cintura, su cabeza apenas llega a
sus hombros—. Feliz cumpleaños. Debería haberlo dicho cuando
entraste, pero…
—Josh es una distracción —se ríe—. Lo siento por él.
La mujer lo pincha en el pecho con el dedo índice. —Ese chico
no es tu responsabilidad. Me ha estado dando problemas por más
tiempo del que has sido miembro —hay cariño en su voz que
desmiente la queja—. Aun así, espero que hayas tenido una buena
noche.
—Sí —se rasca la nuca, de repente se da cuenta de que tiene una
audiencia. Sus mejillas se sonrojan.
Sus ojos se abren cuando nos mira a mí y a Kate, luego sus labios
se dibujan en una sonrisa de complicidad cuando se dirige a él de
nuevo. —¿Haciendo nuevos amigos?
—Meg —dice en advertencia.
Ella se ríe y lo empuja hacia nosotros, haciendo un movimiento
de ahuyentarlo. —La noche aún es joven. Ve a disfrutar un poco más
de tu cumpleaños.
—Entonces… —sonrío mientras salimos al aire fresco de la
noche—. Cumpleaños, ¿eh?
Solo mientras pregunto recuerdo a su amigo, Josh, diciendo
algo al respecto cuando estaba escuchando a escondidas antes.
Matteo se ve claramente incómodo. —Sí.
La sonrisa desaparece de mi rostro cuando hago los cálculos y
me doy cuenta de que claramente había llegado con un amigo (bajo
presión, si la conversación que escuché fuera es alguna indicación)
~ 44 ~
que luego desapareció y lo dejó solo. En su cumpleaños. Eso no me

sienta bien. Aun así, no sé qué decir para hacerlo sentir mejor.
Afortunadamente, Kate interviene. —¿Has comido pastel?
Sostengo que no es un cumpleaños real sin pastel.
Matteo niega con la cabeza. —No. Sin pastel Realmente no he
estado de humor para celebrar en los últimos dos cumpleaños —
después, como si estuviera avergonzado de haber bajado su ánimo,
fuerza una brillante sonrisa que no le llega a los ojos y bromea—: Me
estoy haciendo viejo. Perdiendo la cuenta y toda esa mierda.
Las alarmas resuenan en la parte posterior de mi cerebro. Él
está sufriendo . Él podría estar tratando de ocultarlo, pero hay dolor
en sus ojos y algo en la tensión de sus hombros me hace querer
envolverlo en mis brazos y nunca dejarlo ir. No puedo imaginar por
qué su amigo lo habría dejado así. En su cumpleaños real, nada
menos.
Sé que debería dejarlo ir yo mismo, pero no puedo ver que eso
suceda. Alguien tiene que cuidar de este hombre.
—Por favor, ¿tienes, qué, cuarenta? —Kate pregunta, descarada
como siempre.
—Eres mi nueva persona favorita —la señala, luego levanta la
palma de la mano y hace un gesto de 'dame', doblando los dedos hacia
sí mismo unas cuantas veces—. Sigan llegando los halagos.
Ella continúa: —No hay forma de que seas mucho mayor que
eso.
—No eres sutil, ¿lo sabías? —él podría estar burlándose, pero
está sonriendo, por lo que sus tácticas parecen estar funcionando—.
Cuarenta y cinco, si es absolutamente necesario que lo sepas.
El jadeo de Kate es exageradamente dramático, pero así es Kate.
—¡No! ¡Tu mientes!
—Eso desearía
—Muy bien —intervengo, riéndome de sus payasadas mientras
saco las llaves de mi bolsillo. Hemos estado caminando hacia el auto,
estacionado en el estacionamiento designado detrás del almacén.
Hago clic en el botón para desbloquearlo y las luces naranjas
~ 45 ~
parpadean dos veces en la oscuridad. El lote está iluminado por un

par de focos grandes, pero no es súper brillante—. Aquí estamos.
—Matteo puede ir de copiloto —declara Kate, reuniendo capas
de tul y satén para prepararse para deslizarse en la parte trasera de mi
Hyundai—. Es tu cumpleaños —le dice ella cuando él se apresura para
discutir— y eres más alto que yo. Tus piernas te lo agradecerán.
Además, London me dejará primero, así que te ahorra tener que
bajarte en mi casa.
No puede criticar su lógica, así que le agradece. Luego,
vacilante, dice: —Es Matt.
Ella lo mira con curiosidad.
—Prefiero Matt. Solo mi papi me llamaba Matteo.
Tiempo pasado, me doy cuenta. Este tipo ha pasado por algo de
mierda, puedo decirlo.
—Anotado —reconozco fácilmente y todos nos subimos a
nuestros asientos.
Kate mantiene la conversación fluyendo desde su lugar en el
medio de los asientos traseros, hablando de lo divertida que fue la
noche y agradeciéndome nuevamente por intervenir por Cherie.
Luego le explica a Matteo (Matt, me corrijo mentalmente) que su
esposa es su mami y que la llamaron a trabajar en el último minuto.
Matt hace los comentarios apropiados de pena y luego comparan
notas sobre sus actividades favoritas de la noche. En el momento en
que nos detenemos frente a la casa de Kate y Cherie, los chicos han
intercambiado números.
—Deberías venir para una cita de juegos —le exige al gran
hombre, con estrellas en los ojos ante la idea—. No tengo muchos
amiguitos. Nosotros, eh, no socializamos muy a menudo.
Mi corazón se aprieta por ella y Cherie, una vez más me invade
la sensación de que esta última necesita desesperadamente encontrar
un nuevo trabajo.
Matt le sonríe con tristeza. —Yo, um... voy a dejar de ser
pequeño —dice, lleno de disculpas y un revoltijo de emociones que no
puedo precisar—. Esta noche fue un último hurra, supongo.
~ 46 ~
—¿Tú qué? —Kate está congelada, su pierna suspendida fuera

de la puerta abierta del auto, su desconcierto palpable—. No puedes
apagar tu kink, Matt. Si ser un pequeño te hace la mitad de feliz y
relajado que a mí, vas a ser miserable.
—Está bien…—se detiene abruptamente, pero completo el resto
en mi cabeza.
Ya soy miserable.
Uf, mi corazón.
Kate tampoco se lo pierde. Sus ojos se llenan de compasión,
luego me miran por un segundo antes de decir: —Por favor, piénsalo,
Matt. Puede que vuelvas a encontrar alegría en ello —sí, ella realmente
no es sutil, pero la amo por eso. Su atención vuelve a mí, claramente
dándole a Matt la oportunidad de procesar sus palabras—. Gracias por
esta noche, tío London —más calmada dice después—. Cuídalo.
Después de verla entrar con seguridad al edificio, enciendo el
auto de nuevo. El silencio entre Matt y yo es incómodo, odio eso.
—Entonces… —empiezo, preguntándome a dónde se ha ido mi
carisma habitual. Siempre me he considerado un conversador natural
pero, con este hombre, me siento mudo y fuera de juego.
—Te agradezco que me lleves a casa.
Puaj. Pequeña charla forzada. No quiero esto en absoluto.
Quiero la chispa de conexión que teníamos en el club. Quiero
abrazarlo y llamarlo cariño otra vez, porque la forma en que sus ojos
se iluminaron ante el simple mote fue pura magia. Quiero probar
cosas con él que nunca he hecho antes. Quiero verlo sonreír y reír de
nuevo. Quiero saber cómo se sienten sus labios, cómo sabe su lengua,
cómo se siente esa barba desaliñada contra mi piel.
Jesucristo, lo conozco desde hace apenas un par de horas y estoy
enamorado.
Se sobresalta cuando me estiro y agarro su mano, pero no se
suelta de mi agarre.
—Esta es la cuestión —le digo mientras me alejo de la acera—
Me gustas.
~ 47 ~
Lo siento tenso. —¿Tienes, cuántos, veinticinco años?

—Veintiséis —como si el año adicional hiciera alguna
diferencia— ¿pero es eso un factor decisivo?
—Tú no eres un papi.
Tengo que andar con mucho cuidado aquí. No digo que hace
apenas unos minutos dijo que dejaba el estilo de vida, porque es obvio
que es parte de su identidad. Y el anhelo en su voz me hace querer
ofrecerle el mundo, pero no es tan simple.
—No —respondo lentamente—, pero… me estoy interesando en
intentarlo.
Matt voltea su cabeza para mirarme, pero con mis ojos en el
camino, no puedo encontrar su mirada. Por el rabillo del ojo, puedo
ver que me estudia de cerca mientras pregunta: —¿Por qué?
No voy a decirle que es solo porque me gusta, porque eso suena
un poco loco incluso para mí. Y, habiendo tenido un poco de tiempo
para una introspección sobre el tema en la última hora, puedo decir
honestamente que no se trata solo de él.
—He observado la dinámica de Kate y Cherie durante algunos
años —explico— y lo que tienen es especial, ¿sabes? —le doy una
mirada rápida mientras nos detenemos en un semáforo en rojo,
intercambiando sonrisas suaves y comprensivas—. Admitiré que he
tenido curiosidad, supongo, pero nunca me sentí realmente motivado
para ir al club a jugar con extraños. Pero esta noche... —trago saliva,
tamborileando con los dedos sobre la parte superior del volante—.
Esta noche, cuando te vi… cuando ese imbécil te estaba dando
mierda… algo dentro de mí cambió y sentí… —como si necesitara
defenderlo y protegerlo. Para sostenerlo. Para besarlo y quitarle el
dolor. Pero estoy luchando para poner esos sentimientos en palabras.
Él lo hace por mí. —Como un papi.
Todavía puedo sentir sus ojos en mí después de esa evaluación
tranquila pero llena de asombro. Mis labios se curvan hacia arriba. —
Sí —asiento con la cabeza.
Los dos nos quedamos en silencio durante unos minutos
después de eso, con las instrucciones de Matt para llegar a su casa lo
~ 48 ~
único que rompe el silencio entre nosotros. Sin embargo, no es un

silencio tenso. Más contemplativo que nada.
—Tú no… —comienza, luego se detiene—. No importa.
—¿No qué?
Lanzo otra mirada rápida en su dirección antes de volver a
poner mis ojos en la carretera. Todavía estoy sosteniendo su mano,
pero está inquieto.
No lo presiono más, me conformo con esperarlo. Después de un
poco más de tiempo, pregunta: —¿No crees que soy demasiado viejo,
o grande, o tatuado, o… o lo que sea? Ya sabes, ¿para ser un pequeño?
Suena tan manso y dolorido mientras hace las preguntas que
lucho contra la oleada de ira hacia quienquiera que lo haya lastimado.
A los hombres como esa puta comadreja en el club. Hombres que no
merecen un segundo pensamiento, pero que obviamente han infligido
mucho daño.
—Absolutamente no —mi respuesta es firme y sin vacilaciones—
. Eres sexy como la mierda, Matt. Y te ves jodidamente adorable en un
mono.
—Yo... ¿qué? —la incredulidad en su tono es palpable.
En lugar de ceder al impulso de detenerme para poder
inclinarme sobre la consola central y envolverlo en un fuerte abrazo,
aprieto su mano tan fuerte como puedo.
—Lo que escuchaste.
—Si pero…
Permanezco en silencio, esperando a que reúna sus
pensamientos.
Esta vez le toma un poco más de tiempo antes de que suspire
pesadamente.
—Mi ex me introdujo al juego de la edad —comienza y no es lo
que esperaba, ni mucho menos—. Tenía poco más de treinta años. No
era para nada musculoso. Solo tenía un par de tatuajes.
—Bueno…
~ 49 ~
Girando la cabeza para mirar por la ventana, continúa: —

Obviamente, me encantó. Fue... liberador, supongo y me habló como
nunca antes había experimentado. Y funcionó bien para nosotros.
Nosotros, eh, estuvimos juntos durante casi diez años.
¡Wow!
—Eso es impresionante.
—Sí, bueno, me sentí menos que impresionante cuando me
dejó. Se sentía más como un desperdicio. De mi tiempo, mi juventud,
mi…
—¿Amor?
Vuelvo a verlo asentir con el rabillo del ojo y le doy otro apretón
en la mano.
—Me sentí estúpido. Sobre todo porque fue claro que...
Me doy cuenta. —Dijo que eras demasiado viejo y demasiado
musculoso —frunzo el ceño—. Pero estuvo contigo todo ese tiempo.
—Bingo —Matt suena resignado—. Todos esos años en los que
fingía que le gustaban los cambios que yo hacía...
—Sí, pero lo hiciste por ti, no por él.
—Y me jodí a mí mismo.
—¿Por qué? ¿Porque un puñado de imbéciles de mente cerrada
dijeron que no tienes el estereotipo? La última vez que lo comprobé,
se necesita de todo para hacer que el mundo gire. Me encanta verte
siendo pequeño. Hay algo en el contraste de un tipo tan enorme, de
aspecto alfa, que parece tan suave, tierno y adorable —es un vómito
de palabras. Una divagación inconsciente que se salta mi filtro. Siento
que mis mejillas se calientan después de que las palabras se registran
en mi cerebro—. Lo siento. Eso ha sido demasiado.
—¿De verdad quisiste decir eso? —dice después de un momento,
claramente atónito.
Meneo la cabeza. —Hora de confesar —reconozco ligeramente—
. Puede que tenga un cierto tipo.
~ 50 ~
—Déjame adivinar —dice con una confianza en su voz que aún

no había oído de él y que me hace sentir un escalofríos de excitación—
¿Tu tipo son los tipos enormes, de aspecto alfa, con un inesperado
lado blando y lo bastante mayores como para ser tu padre?
Nos separan diecinueve años, así que técnicamente no se
equivoca.
—¿Tú lo sabías? —exclamo, logrando por fin invocar mi habitual
tono coqueto—. Tienes todo lo que me gusta.
~ 51 ~
Cinco
Matteo
—¿Te gustaría, eh, entrar? —le pregunto a London cuando nos
detenemos en mi casa. Ha pasado demasiado tiempo desde que traje
a alguien del club a casa y ambos sabemos que no lo estoy invitando
solo a tomar un café. Pero hay una parte de mí que también quiere
pedir más que solo una noche.
Tengo que sofocar esos impulsos. Siempre he sido de los que se
adelantan a los acontecimientos y esta noche no está siendo diferente.
Honestamente, esta noche ha sido surrealista. Este niño (este
hombre, me corrijo) ha sido tan inesperado. Las cosas que dijo sobre
su creciente interés en ser un papi retumban en mi cerebro una y otra
vez. Estoy aliviado de que no haya dicho que se produjo de repente
cuando me vio, aunque hubiese sido una ráfaga poderosa que le
habría dado a mi ego. La atracción sexual por otra persona no es
motivo suficiente para lanzarse de cabeza a una relación
papi/pequeño, ¿verdad? Quiero decir, está bien, me metí por Trent,
pero ya habíamos estado juntos durante unos meses en esa etapa.
De todos modos, ese no es el punto. Y no es como si London
dijera que quiere una relación, incluso si es ahí donde mis
pensamientos siguen a la deriva.
Uf. Mi cerebro es un desastre. Fui al club esta noche pensando
que era el final de esa parte de mi vida y luego apareció London y de
repente tengo esperanza. Es un sentimiento peligroso.
¿Qué dice de mí que me permita involucrarme tanto después de
unas horas con el chico? Un tipo que es casi veinte años menor que
yo, además. No es que la edad deba importar entre adultos que
consienten, pero siento una especie de lujuria asquerosa por él de
todos modos. Sin mencionar que lo estoy invitando a mi casa
abiertamente a tener sexo.
~ 52 ~
London apaga el motor y me mira a los ojos. Sus ojos azules son
cálidos pero evaluadores. —¿Es eso lo que quieres?
De acuerdo, físicamente podría tener veintitantos años, pero
tiene madurez a raudales. Esa voz profunda y firme de papi me va a
matar, especialmente cuando es evidente que no es consciente de que
lo está haciendo. Es solo él.
Mierda, eso es caliente.
—Por favor —respondo con un movimiento de cabeza,
mordiéndome el honorífico que mi cerebro ya quiere agregar al final.
Soy recompensado con una sonrisa genuina y se estira para
desabrocharse el cinturón de seguridad. —Me encantaría entrar,
entonces.
No leas demasiado en eso, Brightman. Solo disfrútalo como
una conexión de discoteca de una noche.
Mi casa es una típica casa familiar suburbana de estilo chalet.
Ladrillo y baldosas, una sola planta, tres dormitorios, dos baños y un
gran patio trasero. La he ido renovando poco a poco, para que se
parezca un poco menos a la oda a los años 80 que había sido, pero las
alfombras siguen siendo de un asqueroso color beige y a las paredes -
de un horrible tono marrón- también les vendría bien un retoque.
Dirijo el camino desde la puerta principal, pasando por lo que
era el salón "de gala" en la época de mis padres a la derecha, el
dormitorio más pequeño (que convertí en oficina) a la izquierda y
hasta el espacio abierto de sala-comedor-cocina. El suelo es de
baldosa -grandes cuadrados blancos relucientes- y la cocina está
reluciente, con armarios y electrodomésticos nuevos.
—¿Café? —le pregunto a mi invitado, haciéndole un gesto para
que tome asiento donde quiera—. ¿O una cerveza?
Ha pasado tanto tiempo desde que tuve una cita que estoy
bastante seguro de que ya la estoy jodiendo.
No es que esta sea una cita.
Mierda.
~ 53 ~
—El café suena bien —responde, sus ojos recorren lentamente

el espacio mientras deambulo hacia la cocina propiamente dicha. En
lugar de sentarse en la sala de estar o en la mesa del comedor, me
sigue y se apoya en el mostrador de la cocina, observando cómo
preparo la prensa francesa.
—¿Eres un snob de café, entonces? —suena divertido—. ¿No hay
máquina de cápsulas para ti?
Sonrío. —Culpable de los cargos —hay algo satisfactorio en usar
granos de alta calidad y controlar la profundidad y fuerza de tu propia
infusión. Me dirijo a la nevera— ¿Eres un tipo de crema y azúcar?
—No. Café solo para mí
Calma corazón.
Trent siempre insistía en las cremas saborizantes que, en lo que
a mí respecta, destruyen una taza de café perfectamente buena.
Especialmente con las copiosas cantidades que solía usar, el pagano.
La risa de London es tan profunda y rica como la bebida que
estoy preparando, y me saca de mis cavilaciones sobre mi ex.
—Te tomas tu café en serio. Tomo nota.
—Estás tomando notas, ¿eh?
No hay señales de vergüenza en su rostro. En cambio, solo me
da una sonrisa descarada que me da mariposas. —Aprendo rápido.
Aunque sus palabras podrían interpretarse como arrogantes o
engreídas, puedo decir que está bromeando. Bueno, en general. Hay
una tranquila confianza en él que me hace desear todo tipo de cosas
para las que estoy seguro que no está preparado, o que ni siquiera le
interesan.
Cuando llevamos nuestras tazas humeantes a la sala de estar,
me siento en el asiento del extremo de mi gran y cómodo sofá de cuero
marrón y London me sorprende al tomar el asiento justo a mi lado.
Esperaba que dejara libre el punto medio. Dejar un pequeño espacio
entre nosotros, lo suficiente para que pueda poner su rodilla sobre el
cojín y girarse para mirarme, colocando su taza en la mesa de café
frente a nosotros.
~ 54 ~
Me devano los sesos para pensar en algo que decir, pero el

aroma especiado de su colonia es una distracción, al igual que la
proximidad de su cuerpo al mío. De repente soy demasiado consciente
de que estamos solos, los dos sobrios, los dos ya hemos admitido un
interés en el otro... aunque un interés implícito de mi parte.
Demonios, me trajo a casa desde un club BDSM y aceptó mi invitación
de entrar.
Ambos sabemos a dónde va esto.
Las mariposas se instalan en mi vientre.
Sus ojos parecen oscurecerse mientras me mira, luego dice: —
Cuéntame qué te gusta hacer cuando eres pequeño.
Toma un momento o dos para que las palabras se registren a
través de la lujuriosa niebla en mi cabeza. De todas las cosas que
podría haber dicho, no estaba anticipando eso.
—Yo... ¿eh?
La sonrisa de London es amable. —Como dije antes, me gustas.
Y que seas pequeño es una gran parte de eso. Pero no tengo mucha
experiencia con el estilo de vida, así que… cuéntame sobre tu lado
pequeño —ladea la cabeza—. Sé lo del mameluco y el pañal —dice con
naturalidad, sin una pizca de juicio—, pero ¿qué más disfrutas?
—Jugar. Ya sabes: juguetes, escondite, juegos de fantasía... Eh,
me encanta la hora del cuento, especialmente con mimos. Y la hora
del baño… —me aclaro la garganta—. Con o sin, eh, toques de
"adultos".
La comisura de sus labios se curva hacia arriba, pero no
reacciona de otra manera.
—UH Huh. ¿Qué hay de que te cuiden? ¿Qué quieres de tu papi?
Mierda, incluso él diciendo la palabra -no llamándose a sí
mismo papi, sino preguntando hipotéticamente- hace que se me agite
la polla. Trago saliva.
—Ese es el principal atractivo para mí, la verdad. Que me
cuiden, quiero decir.
~ 55 ~
—Me lo imaginaba —reconoce, aún cálido y amable, pero hay un

calor adicional en su mirada que espero no estar imaginando—. Pero,
¿eso a ti te gusta?
—Atención —suelto, sintiéndome patético al admitirlo—.
Como... mucho. Llevo un tiempo solo y…
—¿Quieres ser la prioridad de alguien?
Es una forma tan buena de plantearlo con esas palabras como
cualquier otra. Asiento con la cabeza.
—Sí. Que papi tome el control en casa, que tome mis decisiones
por mí, que me dé normas, estructura y horarios. Mucho afecto y
seguridad, porque soy un niño necesitado —miro mi regazo y me rasco
las cutículas.
Un dedo índice me levanta la barbilla. La expresión de London
sigue siendo abierta y libre de juicios cuando me veo obligado a
mirarlo.
—¿Qué más?
Mis pensamientos son un caos, ese simple toque me hace más
de lo que puedo procesar.
—Que me corte la comida. Que se asegure de que beba agua y
coma sano. Pedir por mí en los restaurantes... pero no del menú
infantil. ¿Y me gusta cuando elige mi ropa y me viste?
—¿Por qué es eso una pregunta?
Me arden las mejillas. —No lo sé
Excepto que sí lo sé. Quiero conocer sus límites. ¿Con cuánto de
esto estaría realmente bien? Porque estoy dispuesto a ceder en
cualquier cosa. Y ahí voy adelantándome de nuevo. Lo pregunta por
curiosidad, no porque haya decidido ser mi papi.
—Matteo
Jodeme, la voz de papi ha vuelto. Ni siquiera odio el uso de mi
nombre completo cuando se dice de esa manera. De hecho, es más
excitante de lo que podría haber imaginado. Sin embargo, es curioso
cómo nunca me he sentido así cuando Charlie lo hace.
~ 56 ~
—Yo solo... ¿puedes decirme si algo es demasiado? —me

estremezco incluso mientras lo digo—. No es que… no es que solo esté
asumiendo que quieres ser mi… que estás considerando…
Esos ojos azules brillan con comprensión. —Oh, cariño —
extiende la mano y tira de mí para abrazarme, pasando sus gruesos
dedos por mi cabello—. Pensé que era obvio. Por eso estoy
preguntando.
La esperanza que estaba tratando de pisotear dentro de mí se
libera, zarcillos de ella se enroscan a través de mis venas, en mi
corazón y cabeza, haciéndome sentir mareado. ¿Podría ser que él
quiere más que una conexión de club de una noche? Conmigo, de
todas las personas.
—¿No estás asustado por esto?
—De ninguna manera. Honestamente, asumí la mayor parte de
todos modos, después de haber visto la dinámica de Cherie y Kate.
Pero sé que todos los pequeños son diferentes, así que solo quería
saber qué es lo que quieres siendo pequeño —ladea la cabeza—. Lo de
vestirte… ¿Prefieres pañales, calzoncillos de entrenamiento o…
—Sabes más sobre esto de lo que dijiste —interrumpí, saliendo
de su abrazo y acomodándome en mi asiento, mirándolo de nuevo.
Me doy cuenta de lo tonto que suena la oración una vez que sale, pero
London parece entender mi significado.
—Investigué un poco cuando Cherie me habló por primera vez
de ella y Kate. Quería asegurarme de que no iba a poner mi pie en mi
boca o ser tomado completamente por sorpresa.
Me pregunto si hay algo más que eso, pero acepto la explicación
con bastante facilidad.
Luego repite la pregunta sobre mis preferencias.
Suspiro, sintiendo mis mejillas arder incluso antes de
responderle. —Me gusta el pañal. Eso... uh, me ayuda a hundirme más
profundamente en mi pequeño espacio más rápido —tomando un
respiro para tranquilizarme, también podría ir con todo—. Y toda la
rutina de cambiarlo también hace eso. Como estar acostado,
empolvado y tenerlo envuelto alrededor de mí y asegurado… es más
~ 57 ~
íntimo que simplemente ponerse un par de ropa interior ajustada,

supongo.
—Puedo ver eso —la voz de London sigue siendo firme y
amable— ¿Los usas? ¿O es más una cosa sensorial para ti?
Desearía poder obtener siquiera una pista de sus sentimientos
sobre el tema. Es comprensible que este sea un límite difícil para
muchas personas, pequeños y papis por igual. Para mí, no es un factor
decisivo, aunque no mentiré y diré que el nivel de confianza e
intimidad involucrado no es embriagador, ni que poder hundirse tan
profundamente en un espacio pequeño no es increíblemente
liberador. Aun así, tampoco ha sido algo en lo que me haya entregado
a menudo. Trent solo lo hizo para seguirme la corriente cada vez que
estaba increíblemente estresado y necesitaba una liberación
adicional.
—No durante años y nunca a menudo. Por lo general, solo
cuando he estado tan estresado que necesitaba profundizar en mi
espacio pequeño —eventualmente respondo, estudiándolo de cerca en
busca de cualquier signo de incomodidad—: Pero mojar no es algo que
necesito desesperadamente como parte de mi pequeña experiencia si
es un límite difícil para mi pareja y tampoco es algo con lo que me
sienta cómodo intentándolo desde el principio con un papi, tampoco.
Si está aliviado, o incluso disgustado, no lo demuestra. Él
simplemente asiente con la cabeza. —Eso tiene sentido. Y,
sinceramente, tampoco sé si estaría listo para saltar directamente
desde la perspectiva de papi. Primero me gustaría un poco más de
práctica con el proceso de cambio de pañales. Para que ambos
estemos cómodos el uno con el otro. Confiar el uno en el otro
implícitamente.
Mi corazón salta a mi garganta. Parece tan confiado en esto, a
pesar de que todo es nuevo para él. Es como si hubiera tomado la
decisión de saltar con los pies por delante y eso es todo.
Es todo lo que he estado deseando, con lo que he estado soñando
durante años. Y ahora está a mi alcance y… tengo miedo. Miedo de
encariñarme demasiado rápido. Miedo de que lo odie, aunque
obviamente tiene todo el derecho a hacerlo. Temo que no vaya a
funcionar y que él tiene el potencial de lastimarme más que cualquiera
~ 58 ~
de los idiotas en los clubes, aunque solo sea porque mis esperanzas
están subiendo demasiado ahora. Pero, sobre todo, tengo miedo de no
recuperarme si no funciona.
—Oye, estás temblando —dijo London preocupado ahora,
acercándose a mí de nuevo. Entro de buena gana en otro abrazo,
tensándome cuando me pide que le explique a dónde se han ido mis
pensamientos.
Esta conexión extraña, casi instantánea, que siento con él solo
sirve para alimentar mi confusión interna. Es ridículo que tenga
emociones tan fuertes después de conocer al chico por apenas unas
horas. ¿Estoy tan desesperado por el afecto que me estoy aferrando a
la primera persona que me muestre el tipo de atención que he estado
anhelando durante años? No quiero usar al hombre Es demasiado
bueno para eso.
—Matteo —maldita sea, estoy casi seguro de que sabe
exactamente lo que está haciendo ahora, incluso si no lo sabía antes—
. Háblame, cariño.
La represa se rompe y mis pensamientos salen a borbotones de
mi boca, sin pasar por mi filtro por completo. No hay rima o razón
para ellos. Sin orden. Exploto todas mis preocupaciones, mis miedos
y mis esperanzas en un aluvión de declaraciones rápidas.
A pesar de mi vergüenza, le digo lo mucho que me encantaría
que intentara ser mi papi. Sobre cuánto extraño tener a alguien que
entienda mis necesidades. Sobre cómo deseo desesperadamente
encontrar a alguien que realmente se preocupe, quiera cuidarme y
para quien, a su vez, pueda ser un buen chico. El mejor chico.
Esto divaga en mis crecientes sentimientos de insuficiencia. Mi
voz tiembla cuando le cuento lo solo y completamente patético que
me he sentido; el chico rechazado, no lo suficientemente bueno para
ningún papi. Por último, analizo lo miserable que he sido, sabiendo
que son las elecciones que he hecho las que me han hecho tan
indeseable.
Es como si el valor de los últimos dos años explotara fuera de
mí. Aunque me he desahogado con mis amigos, nunca ha sido así.
Siempre me he contenido con ellos, no queriendo agobiarlos o
~ 59 ~
hacerlos sentir incómodos. Pero con London, este verdadero extraño,

lo dejé salir todo.
Me doy cuenta de que soltar todas estas emociones es lo menos
sexy que pude hacer cuando invité originalmente al chico a tener sexo,
pero no hay forma de detener el flujo de palabras y encuentro que toda
la experiencia es catártica.
London me abraza, me pasa los dedos por el cabello y me aprieta
para tranquilizarme. No me interrumpe ni una sola vez. De vez en
cuando, siento que emite un sonido de consternación o comprensión,
pero no dice nada hasta que he dicho lo último y he reiterado que no
quiero utilizarlo simplemente porque es el único hombre que me
presta una atención siquiera cercana a la que ansío.
Pero lo que dice no es nada de lo que esperaba. —¿Puedo darte
un baño?
~ 60 ~
Seis
London
Después de su gran cantidad de información, puedo ver que
Matt está emocional y físicamente agotado. El pobre claramente se ha
estado guardando la mayor parte de eso, luchando solo durante los
últimos dos años. Ah y luego está el hecho de que es su jodido
cumpleaños y, si no fuera porque yo estoy aquí con él, estaría solo para
eso.
Tira de mi corazón, haciéndolo apretar dolorosamente en mi
pecho. Me abruma la misma sensación que tuve cuando ese imbécil
en el club lo hizo llorar. Esta vez, sin embargo, puedo envolver mis
brazos alrededor de él, ofreciéndole todo el consuelo que puedo, pero
quiero quitarle su dolor. Quiero hacerlo sonreír. Quiero cuidarlo y
apreciarlo y, bueno, ser el papi que tanto necesita.
Claro, existe la pequeña complicación de que nunca he sido el
papi de nadie antes, así como el hecho de que he guardado mi gusto
por la lencería de encaje en secreto para mí, pero el instinto ayudará
con lo primero y tengo la sensación de que lo segundo no le molestará
demasiado. Es decir, es un señor de cuarenta y cinco años que usa
pañales por diversión: si alguien entenderá que quiera usar lencería
porque me hacen sentir bien, creo que será él.
Pero, ¿le importaría tener un papi que se entrega a lo que
tradicionalmente se considera un fetiche más femenino?
Teniendo en cuenta lo fornido que es, ¿preferiría que su papi
fuera igual? Yo tengo una constitución firme (no tengo abdominales,
pero tampoco barriga cervecera, aunque no puedo negar que hay algo
de blandura en mi cintura) y una complexión que rivaliza con la suya,
aunque soy un poco más bajo. Por mucho que odie las etiquetas,
encajo en esa onda "masculina". Haciendo a un lado mi afición por el
satén y el encaje.
~ 61 ~
Pero me estoy adelantando mucho en este momento. Algo sobre

Matt me inspira eso. Su vulnerabilidad me llama de una manera que
no puedo expresar con palabras.
Así que, en lugar de reaccionar ante cualquiera de sus arrebatos
emocionales (tan desesperadamente como quisiera abordar sus
preocupaciones específicas sobre mí o la chispa entre nosotros), pido
darle un baño.
Parpadea. —¿Un baño?
Sé que podría haber elegido una actividad mucho menos íntima,
una que no implicara desnudez, pero nos conocimos en un club
BDSM, por el amor de Dios. También estoy bastante seguro de que
me invitó a tener sexo casual de todos modos y toda esta discusión ha
estado girando en torno a nuestros deseos mutuos de explorar nuestra
conexión, a falta de una palabra mejor. Además, está emocionalmente
alterado y un baño será relajante al menos.
Asiento con decisión. —Un baño, sí.
—¿Cómo… cómo un papi? —su pregunta es tentativa y habla en
voz tan baja que tengo que esforzarme para escucharla. Hay un
mundo de emociones encerrado en esas pocas palabras -esperanza,
anhelo, incredulidad- y no quiero nada más que tranquilizarlo.
—Sí. Si estás de acuerdo con eso.
Grandes ojos verdes me miran con la misma expresión de 'eres
estúpido' que Kate me dio esta noche. —Estoy más que de acuerdo
con eso.
Así es como me encuentro de pie junto a una bañera gigante en
el baño principal. A diferencia de la mayor parte de la casa, este
espacio claramente ha sido renovado recientemente. Los mosaicos
son mosaicos de metro blanco modernos con detalles en negro
brillante. La ducha, al igual que la bañera, es lo suficientemente
espaciosa como para albergar fácilmente dos cuerpos de adultos
(incluso aquellos tan grandes como el nuestro), y el inodoro se ubica
cómodamente entre los dos, con un tocador doble en la pared opuesta.
Casi esperaba sentirme nervioso por este momento, pero una
sensación de lo bien que se siente se asienta sobre mí y estoy tranquilo
y confiado cuando le pregunto a Matt si puedo desvestirlo.
~ 62 ~
—¿De verdad quieres hacer esto? —comprueba dos veces,

incluso cuando viene a pararse frente a mí mientras se llena la
bañera— ¿Esta escena?
Sonrío. —Realmente lo quiero —la emoción hierve a fuego lento
debajo de mi piel. No solo ante la perspectiva de desnudarlo, a pesar
de que mi polla se mueve valientemente ante la idea, sino también por
la emoción de ver si la dinámica papi/chico funcionará para mí.
Para nosotros.
—¿Palabras seguras? —él incita—. Usualmente uso el sistema de
semáforos.
Esa información la obtuve en el club, pero asiento. —Perfecto.
Matt duda por apenas un momento antes de sacudir los
hombros y cerrar los ojos, exhalando con solo un toque de temblor.
Cuando los abre de nuevo, sonríe y casi me deja sin aliento.
—Está bien, cariño, brazos arriba —mis manos se mueven hacia
el dobladillo de su polo y con delicadeza lo tiro hacia arriba y sobre su
cabeza. Es solo un par de centímetros más alto que yo, por lo que no
es una maniobra tan incómoda como había anticipado.
Me giro para arrojar la camisa al cesto en la esquina más cercana
al dormitorio y luego permito que mi mirada recorra su cuerpo. Es
musculoso y tonificado, sin un paquete de seis, pero con definición
debajo de esos pectorales grandes y esculpidos de todos modos. Su
piel aceitunada es condenadamente casi impecable y el vello de su
pecho es oscuro y con vetas plateadas. No es abundante, se extiende a
lo largo de sus pectorales y se adelgaza a medida que desciende por su
abdomen y en su camino feliz, creando una flecha natural hacia su
ombligo y más allá.
—Eres hermoso, dulce chico —le digo después de observarlo
detenidamente, permitiendo que mis manos se deslicen sobre sus
anchos hombros y su parte delantera, rastrillando su vello áspero en
su viaje hacia la cintura de sus jeans.
—Gracias —respira, luego duda.
Me aclaro la garganta. —Tú, uh, puedes llamarme papi si
quieres —aunque leí una vez que es un título que hay que ganarse, así
~ 63 ~
que agregué rápidamente—: A menos que sea demasiado por ahora o

demasiado rápido —de repente, no me siento tan seguro como hace
unos minutos. ¿Ya jodí esto?—. Es solo que… no me gusta 'Señor' ni
nada por el estilo, así que... quiero decir... papi o London esta bien
para mí.
Sí. Lo he arruinado. Eso tiene que ser algún tipo de récord,
¿verdad? ¿La temporada más corta del mundo como papi o algo así?
Sorprendiéndome, Matt parece relajarse con mi torpeza.
Presiona su frente contra la mía y deja escapar un pequeño suspiro de
felicidad.
—Quiero llamarte papi.
Es como si los fuegos artificiales explotaran dentro de mí. Me
siento iluminado por dentro, eufórico y energizado. Me río y no puedo
resistir presionar mis labios contra los suyos en un beso corto y casto
que solo hace que el zumbido de éxtasis dentro de mí dure más.
—Probablemente deberíamos haberlo discutido antes de
comenzar, ¿eh?
—Meh4 —Matt se encoge de hombros, luego frota su mejilla
barbuda contra la mía recién afeitada, aunque probablemente pueda
sentir el cosquilleo de un día de crecimiento allí ahora—. Podemos
arreglarlo sobre la marcha.
—Me gusta el sonido de eso —la presión está fuera de esa
manera. Este es un acuerdo para aprender y explorar juntos. A pesar
de que tiene años de experiencia como pequeño, no siento que tenga
ninguna expectativa sobre cómo deberíamos interactuar entre
nosotros en estos roles. Se siente como una pizarra limpia para ambos
y eso parece restablecer mi confianza.
Mueve las caderas de un lado a otro con creciente impaciencia y
me río.
—Está bien, entiendo la pista.
No lleva cinturón, así que abro el botón sobre su bragueta y
luego lo desabrocho, engancho mis dedos en la cinturilla y luego caigo
4
Es como decir no importa o no te preocupes, puede ser cualquier cosa que se te ocurra
para decir que carece de importancia.
~ 64 ~
de rodillas para tirar de la gruesa mezclilla hacia abajo. Sus piernas

son tal como las recuerdo al verlo retozar en su mono, muslos fuertes
y pantorrillas cubiertas por una alfombra clara de vello oscuro. Pero
el bulto que se estira contra la parte delantera de los ajustados
calzoncillos negros y actualmente a la altura de mis ojos, llama mi
atención, incluso cuando lo ayudo a quitarse los jeans, agradecido de
que ambos nos hayamos quitado los zapatos y los calcetines antes.
Manteniéndome en esta posición, alcanzo la banda de su ropa
interior y lo miro. —¿Color? —mi voz es tensa.
—Verde —la respuesta de Matt es rápida.
Bajo lentamente sus calzoncillos, observo cómo su polla se
libera. Prácticamente salivo mientras lo asimilo visualmente. Es
grueso, largo y hermoso, una gota de líquido nacarado se acumula en
la punta de su cabeza púrpura mientras observo.
Otra conversación que no tuvimos me viene a la mente cuando
contemplo inclinarme hacia adelante y lamer esa gota de líquido
preseminal de él.
—¿Te has hecho la prueba recientemente?
—Sí papi —suena tan afectado como yo y ni siquiera puedo
describir la reacción que siento cuando finalmente me llama así
directamente. Es como un rayo directo a mi polla. Apenas me doy
cuenta de que sigue hablando—. La semana pasada. Las pruebas
dieron negativo y estoy tomando PrEP. Puedo mostrarte…
—Confío en ti, cariño —interrumpo antes de caer en la tentación
frente a mí, llevando mi boca a la coronilla de su polla—. Por mi parte
lo mismo —eso es todo lo que digo antes de ceder al impulso de
provocarlo, chupando el líquido preseminal de él y demuestra ser
deliciosamente receptivo, con dulces gemidos incitándome—. Sabes
tan bien.
Tan bien que estoy tentado a olvidar el plan del baño y
succionarlo hasta dejarlo seco, pero me obligo a retirarme y ponerme
de pie. Miro la bañera y decido que aún puede seguir llenándose
durante uno o dos minutos más.
Le pido a Matt que se quede quieto, camino hacia el tocador y
empiezo a abrir los armarios debajo del fregadero. Sonrío cuando
~ 65 ~
encuentro lo que estoy buscando y saco una pequeña canasta con

juguetes para el baño y una esponja vegetal roja con una cabeza de
Elmo de plástico adherida. También hay una botella de jabón líquido
para bebé, así que también la agarro.
Dejo la canasta en el suelo junto a la bañera, me desabrocho los
puños de la camisa y me enrollo las mangas hasta los codos. Matt deja
escapar un gemido de necesidad y me doy vuelta para ver cómo sus
pupilas se dilatan mientras se fija en mis antebrazos y luego me
recorre con su mirada.
—Perfecto, papi —dice cuando su mirada finalmente se
encuentra con la mía. Sus mejillas están sonrojadas, sus ojos verdes
vidriosos—. Te ves... wow.
Miro más allá de él y hacia el espejo sobre el tocador,
comprendiendo de inmediato que los pantalones de oficina en
combinación con las mangas arremangadas de mi camisa abotonada
realmente funcionan para las vibraciones de papi. No fue intencional,
solo había ido directamente a recoger a Kate después de terminar el
trabajo. Pero me alegro por la elección del atuendo ahora. Con una
sonrisa, me inclino sobre la bañera y cierro el grifo, sumergiendo mi
mano en una montaña de burbujas para probar la temperatura del
agua debajo.
Me enderezo y le ofrezco a Matt mi mano seca. —Muy bien,
dulce chico, te ayudaré a entrar.
Se sube y se hunde en el calor acogedor con un profundo
suspiro.
Lo observo por un momento de tranquilidad. Con los ojos
cerrados y las burbujas atrapadas en su barba, su vulnerabilidad
parece aún más obvia y mi corazón da un apretón divertido. ¿Fue
realmente hace solo unas horas que nos conocimos? Se siente como si
fuese más tiempo.
—¿Cuál es tu juguete favorito? —le pregunto cuando sus ojos se
abren, posiblemente al sentir mi mirada.
—Um —se muerde el labio, un gesto que debería parecer extraño
en un hombre de aspecto tan fuerte, pero que solo puedo pensar en
adorable—. Patitos, por favor papi. Tengo dos.
~ 66 ~
No se me escapa que usa el honorífico cada vez que se dirige a

mí. No sé si es porque era una regla con su último papi, o si es porque
ha pasado un tiempo desde que tuvo la oportunidad de llamar a
alguien por el título, pero si lo hace la mitad de feliz que a mí, estoy
más que contento de que lo haga.
Rebuscando en la pequeña cesta de juguetes, localizo los dos
patitos de goma. Uno es un patito de goma amarillo estándar. El otro
es rosa con lunares multicolores. Sus ojos se iluminan cuando se los
entrego y es un placer verlo sumergirlos debajo de las burbujas,
chapoteando mientras crea una historia en la que los dos patos van de
aventuras juntos. Cuando tomo una rana de juguete y me uno,
parpadea para contener las lágrimas de sorpresa que me hacen enojar
con todos esos otros hombres de nuevo, pero lo tengo riéndose en
cuestión de minutos.
—Papi, es una rana, no un dragón —declara cuando yo, siendo
la rana, trato de tener prisionero al patito amarillo en mi torre de
burbujas.
—Esta es una rana mágica —argumento—, que puede escupir
fuego.
Matt se ríe y blande el otro pato, agitándolo hacia mí. —
Entonces Sir Pinkie es un caballero. Y vencerá a tu rana dragón y
rescatará al Príncipe Quacker.
Se produce una escena de lucha dramática en la que,
efectivamente, la malvada rana dragón es derrotada por el pato rosa,
lo que permite que el príncipe cabalgue hacia la puesta del sol con el
caballero.
Mi camisa está húmeda, los restos de burbujas que se disuelven
y salpicaduras de agua me empapan las mangas y el pecho, pero no
me molesta en absoluto. Llevo las marcas de agua con orgullo,
después de haber disfrutado genuinamente del juego imaginativo y
reflexiono sobre eso por un momento.
¿Debería haberme sentido extraño jugando tan infantilmente
con otro hombre adulto? ¿Especialmente uno que era un extraño
hasta hace unas horas? Nada de eso se sintió incómodo o forzado. Se
sentía natural. Al igual que cuando juego con Kate cuando es pequeña.
~ 67 ~
Lo tomo como otra señal de que tal vez realmente estoy destinado a
ser papi y nunca me di cuenta.
Hablando de…
—Muy bien, cariño, el agua se está enfriando, así que vamos a
lavarte, ¿de acuerdo?
Matt asiente con la cabeza, todavía sonriéndome. Se siente
realmente bien así, ahora está en su pequeño espacio y estoy
encantado de que esto sea algo que haya podido darle, considerando
lo herido y solo que parece que ha estado. Con un generoso chorro de
jabón líquido para bebés en la esponja vegetal de Elmo, froto
suavemente sus brazos musculosos y tatuados primero, luego su
pecho fuerte y su estómago. El agua es profunda, así que le pido que
se ponga de pie para poder lavar adecuadamente la parte inferior de
su cuerpo.
Ya no está duro, pero esa polla suya sigue siendo impresionante
incluso así. Sin embargo, todo lo que hago es lavarlo, restregando los
muslos y los músculos de la pantorrilla con el jabón espumoso,
después hago que se gire para poder lavarle la parte posterior de las
piernas y llegar hasta su trasero perfecto. No me burlo de él aquí
tampoco, tan tentado como estoy. No es el momento adecuado para
ello. No esta vez, de todos modos. Haciendo que se vuelva a sentar,
reviso los músculos ondulantes de su espalda y luego lo enjuago.
—Es hora de salir —declaro, sonriendo cuando hace un sonido
de queja—. Tenemos que secarte, vestirte y, si eres bueno, te leeré un
cuento antes de dormir.
Una vez más, sus ojos se vuelven sospechosamente húmedos y
parpadea rápidamente para aclararlos. —Está bien, papi.
Estoy bastante seguro de que decirme a mí mismo que sea
racional y tome las cosas con calma en este momento no tiene sentido,
porque mi corazón da un vuelco una vez más. No puedo explicarlo del
todo, pero algo en este hombre me atrae como nadie más que haya
conocido. Quiero quitarle el dolor y hacer que sus días sean más
brillantes. Quiero adorarlo y mostrarle que es digno de afecto y
atención. Quiero ser su papi por algo más que esta noche, incluso si
eso significa dejarlo entrar de una manera que nunca le he permitido
~ 68 ~
a nadie más, compartir mis propios secretos y complejos como él ha

sido lo suficientemente valiente como para hacerlo conmigo.
Pero lo más extraño es que esa revelación no me asusta.
Debería. Debería abofetearme por saltar tan profundo, tan rápido.
Por ni siquiera cuestionar estos impulsos de explorar experiencias
completamente nuevas e increíblemente íntimas con un hombre que
conocí hace solo unas pocas horas. Y, sin embargo, estoy en paz con
lo rápido que va esto. Se siente bien.
Puede que solo me haya invitado a entrar con la intención de
pasar una sola noche de diversión, pero creo que ambos sabemos que
esto va a ser más que eso. Sin embargo, aún queda por ver cuánto más.
Lo seco con una toalla y luego lo llevo a su dormitorio. Nada en
este espacio sugiere siquiera que él es un pequeño. Está decorado con
buen gusto con una cama tamaño king cubierta con un edredón azul
marino y un par de cojines grises. Las mesitas de noche son sencillas
y están pintadas de negro, veo una cómoda a juego a través de la
puerta abierta del vestidor.
—¿En qué te gusta dormir, cariño? —pregunto, ya moviéndome
hacia la bata como si hiciera esto todas las noches.
Rechazo la creciente esperanza de que podamos llegar a ese
punto más temprano que tarde.
—Solo pantalones holgados —responde—. Cajón superior
izquierdo.
No sé si la elección de un adulto es su preferencia real o si se
está reteniendo para mi beneficio, pero no lo presiono. Elijo un par de
calzoncillos de raso con una ardilla de dibujos animados de aspecto
enojado estampada en el frente, un juego de palabras sobre no tocarse
las bolas impreso en el muslo derecho. Matt se ríe cuando los levanto.
—Un regalo de Josh —explica, sonando cariñoso y exasperado
al mismo tiempo.
—Suena como todo un personaje —mírame, no estoy juzgando
al chico por abandonar a su amigo en el club en su cumpleaños. No
es que me queje demasiado de eso, después de todo, me llevó a poder
pasar el rato con Matt. Hmm, tal vez debería agradecerle a este chico
Josh…
~ 69 ~
—Lo es.
Me arrodillo frente a Matt y él coloca sus manos sobre mis
hombros, se mete en los pantalones y me permite subírselos,
incorporándome en el trayecto. Una vez que me he asegurado de que
la pretina esté colocada correctamente y sin torcer alrededor de sus
caderas, doy un paso atrás y lo miro.
—Te quedan bien.
Él me sonríe. —Sí, los amo un poco.
Lo llevo a la cama y le hago un gesto para que se suba.
—¿Tienes algún libro de cuentos?
Vacila brevemente antes de responder: —En el dormitorio de
invitados, tres puertas por el pasillo a la izquierda. Hay una
estantería... los encontrarás.
Sigo sus instrucciones y encuentro una habitación mucho más
adecuada para un pequeño. La cama aquí es doble, la habitación en sí
es mucho más pequeña que la suite principal y la ropa de cama tiene
un tema de superhéroe. La estantería prometida está colocada contra
la pared del fondo, metida en la esquina. Al lado hay un pequeño
escritorio con libros para colorear y crayones repartidos por la
superficie. Hay algunos juguetes de peluche apoyados contra las
almohadas de la cama y una caja de juguetes de madera al pie de la
cama que descubro que contiene bloques y un juego de trenes.
Habiendo cruzado el espacio para hurgar, miro a través de la
selección de libros, todos para niños y elijo uno titulado 'Círculo de
amigos de Elmo' con una sonrisa. Supongo que ahora conozco con
certeza a su personaje favorito de Plaza Sésamo. Levanto el libro para
que Matt lo inspeccione cuando regreso al dormitorio principal.
Ladea la cabeza hacia mí cuando le pido que se mueva. —¿Te vas
a quedar a pasar la noche?
Ahora la incomodidad que debería haber sentido antes sale a la
superficie. Aparte de la más mínima atención prestada a su polla
antes, no nos hemos involucrado en nada sexual, no es que esperara
que lo tuviéramos después de su desatada descarga emocional. Y, sin
~ 70 ~
embargo, darle un baño se ha sentido aún más personal que si

hubiéramos tenido sexo.
Estamos en una extraña especie de limbo en este momento.
—No quería asumir —pero, oh, cómo quiero pasar la noche en
sus brazos, o con él en los míos... y realmente quiero más que solo una
noche si soy completamente honesto.
—Me gustaría que lo hicieras, pero no quiero que te sientas
como obligado o…
Lo silencio con un beso.
~ 71 ~
Siete
Matteo
London junta nuestros labios por segunda vez esta noche. El
primer beso fue dulce, casto y rápido, pero este se calienta
rápidamente cuando abro mi boca a la suya, invitando a su lengua a
encontrar la mía. Nos besamos lentamente, explorándonos el uno al
otro. Su lengua es caliente y dulce contra la mía, sus labios tan suaves
como parecen ser cuando los ves. Cuando finalmente nos separamos,
no puedo evitar dejar escapar un suspiro feliz.
—Mmm —él está de acuerdo.
—Entonces... ¿eso significa que te vas a quedar? —me siento
ridículo preguntando, como si fuera un adolescente otra vez. No me
había sentido así por otro hombre en más de una década. Estoy
mareado y un poco nervioso. Obviamente, gran parte de eso se debe a
que esta noche ha sido perfecta. Ha sido perfecto. Casi no creo que él
nunca haya sido papi antes.
Me dirige una mirada suave y me da mariposas. —Me
encantaría.
—Puedes tomar prestada una camiseta y un pantalón corto si
quieres. O dormir desnudo. —Muevo mis cejas hacia él.
—No me tientes —se ríe, el sonido es profundo y rico, incluso
mientras se pasea por mi guardarropa. Vuelve vestido con una
camiseta negra sencilla y un pantalón corto de algodón, con la ropa
que llevaba puesta cuidadosamente doblada sobre el brazo. Los cuelga
sobre el reposabrazos de la silla cerca de la ventana, luego se desliza
en la cama a mi lado con una expresión cariñosamente insegura en su
rostro.
—¿Qué?
~ 72 ~
—Saliste del pequeño espacio —dice, después levanta el libro

que había dejado antes encima de las sábanas— ¿Deberíamos dejar
esto sobre la mesa y hablar?
Hay una parte de mí que quiere decir que no y exigir mi cuento
antes de dormir y acurrucarse, pero hago mis deseos a un lado. Hablar
es más importante. Hace un momento atrás básicamente descargué
todas mis frustraciones con él y en lugar de abordar cualquiera de esos
problemas, o incluso potencialmente ganar algo de tiempo para
pensar en ellos adecuadamente, pasamos directamente a una escena
bastante personal para probar las aguas de una relación papi/chico.
Es el giro de los acontecimientos más extraño e inesperado, pero no
tengo ninguna queja al respecto.
—¿Todavía podemos abrazarnos mientras hablamos?
Con los ojos iluminados, abre los brazos y me muevo hacia su
abrazo, rodando sobre mi costado con mi mejilla presionada contra
su pecho y su barbilla en la parte superior de mi cabeza. No se me
escapa que parecemos encajar perfectamente así tampoco. Como
piezas de un rompecabezas encajando en su lugar.
—¿Cómo te sentiste acerca del baño? —London pregunta una
vez que estoy instalado. Luego comienza a responder su propia
pregunta, como si supiera que necesito tiempo para procesar mis
sentimientos.
Aprecio eso más de lo que él puede saber.
—Desde mi perspectiva —dice—, pienso que salió bien. Se sintió
bien. Natural. Me gusta ser tu papi —se aclara la garganta—. ¿Te
ayudó con tus preocupaciones? ¿O las empeoró?
—Definitivamente eres natural —le aseguro, luego me doy
cuenta de que esa no es la parte que más le preocupa. Lucho contra el
impulso de acariciar su rostro—. Estoy menos preocupado ahora así
que en realidad no es interesante hablar de ello.
Sus labios encuentran mi frente, besándola suavemente. —¿Qué
hay de tu miedo de que solo te encariñes porque soy el primer hombre
en mucho tiempo en hacer esto contigo?
—También me has demostrado que estaba equivocado con ese
pensamiento —no dudo en responder.
~ 73 ~
Desde el momento en que comenzó a desvestirme, ese miedo

particular se evaporó. No lo quiero solo porque me está dando lo que
anhelo. Lo quiero por ser él.
Me alejo un poco para poder mirarlo a los ojos. —Creo que la
conexión que tenemos, esta… esta chispa entre nosotros… es real. Nos
divertimos mucho jugando en la bañera, ¿verdad? Y ese beso justo
antes fue tan caliente —sin mencionar la forma en que chupó la cabeza
de mi polla durante unos segundos antes de bañarme. Entiendo por
qué la mamada nunca se materializó; primero teníamos que explorar
la dinámica de papi. Y, ahora que sabemos que funciona, no hay razón
para apresurar las cosas.
Bueno, no a menos que esto sea solo una cosa del tipo de
conexión de club de una noche para él después de todo.
Mi corazón se hunde ante ese pensamiento y estoy casi seguro
de que mi expresión refleja mis crecientes preocupaciones.
—Oye, ¿adónde acabas de ir?
—¿Qué quieres sacar de esto? —estoy soltando la pregunta antes
de que pueda formularla correctamente—. Porque no creo que pueda
ser casual, incluso si pensé que así sería cuando te pedí que vinieras
esta noche. Realmente soy más un tipo de relaciones que de
encuentros casuales.
Los ojos de London son cálidos y su sonrisa cariñosa. —Me lo
imaginé. Por lo que he leído, y lo que he visto -y, diablos, lo que acabo
de experimentar también- este tipo de cosas implica confianza y
familiaridad para las que una relación casual generalmente no está
hecha. Bueno, al menos para la mayoría de la gente. Y, para ser
honesto, yo también soy más del tipo de relaciones que de encuentros
casuales. Así que… —hay vulnerabilidad en su rostro otra vez,
recordándome que somos iguales en esto. Me calma los nervios—. Me
gustaría salir contigo. Exclusivamente. Ser tu papi… si eso es lo que
quieres.
—¿Esto no va demasiado rápido para ti? Como, no estás
haciendo esto solo para mi beneficio, ¿verdad?
Odio lo inseguro que sueno.
~ 74 ~
Otro temor es que solo esté diciendo lo que quiero escuchar y

luego no volveré a saber de él después de mañana. Pero,
sinceramente, no me parece el tipo de persona que hace ese tipo de
trucos. No puedo estar seguro de eso, pero quiero darle el beneficio
de la duda. Lo necesito.
Las sábanas crujen cuando él se pone más cómodo, moviéndose
más cerca, presionando nuestros cuerpos juntos. Está duro, su bulto
rozando el mío, provocando un suave jadeo de mis labios.
—Esto es perfecto, cariño. Y yo también me estoy beneficiando.
¿Cómo es que es tan malditamente maduro? Cuando tenía
veinticinco años, era un puto desastre. Y eso fue antes de que
descubriera mi lado kinky.
Tengo un brazo atrapado debajo de él, pero el otro se desliza por
su fuerte espalda, deslizándose debajo de su camisa, jugueteando con
su piel antes de sumergirse en la banda de sus pantalones prestados.
Se queda quieto y luego exhala: —Hay una cosa más.
Con nuestros pechos uno contra el otro, puedo sentir su ritmo
cardíaco acelerándose. Preocupado, echo la cabeza hacia atrás,
observándolo de cerca mientras pregunto: —¿Qué sucede?
London traga rudamente, manchas rosadas en sus mejillas.
—Yo… —se aclara la garganta pero no aparta la mirada—. Me
gusta usar lencería. Es decir, ropa interior. El encaje y el satén es mí
fetiche.
Eh. Yo no habría escogido que use eso para resaltar su cuerpo
grande y robusto. Pero ahora la imagen de él usando ropa interior de
encaje y nada más se forma en mi cerebro y mi polla se vuelve
imposiblemente más dura.
—Eso es jodidamente sexy.
—¿De verdad? —suena desconcertado, como si esta no fuera la
reacción que esperaba. No puedo imaginar por qué, teniendo en
cuenta que creo que mi fetiche es aún más tabú, socialmente
hablando.
Mis dedos juguetean con la parte superior de sus pantalones de
nuevo. —¿Estás usando un par ahora?
~ 75 ~
Su asentimiento resultante es lento y vacilante. Se fue el hombre

audaz y confiado que había visto toda la noche y en su lugar hay
alguien totalmente identificable.
—¿Puedo verte?
Si no hubiera estado tan concentrado en él, creo que podría
haber pasado por alto el pánico en su rostro en la penumbra.
—Nunca he… —se calla, desviando la mirada.
—¿Nunca qué?
—Yo… lo he mantenido en secreto —se muerde el labio—. Nunca
dejé que nadie más me viera usándolas. Nunca las habría usado si
hubiera pensado que alguien más podría verlos.
Parpadeo, sorprendido por eso. —¿De verdad?
London asiente afirmativamente con la cabeza, sonrojándose
bajo la tenue iluminación.
Santa mierda.
Aunque hasta ahora he estado enamorado de su seguridad en sí
mismo, esta vulnerabilidad es de alguna manera aún más sexy. La
idea de que se siente lo suficientemente cómodo para compartir este
secreto suyo conmigo, un verdadero extraño, es embriagadora. Sin
embargo, tal vez él lo ve como algo mutuo, considerando la forma en
que le conté mis propios secretos esta noche.
—Soy el hombre más afortunado del mundo —digo, después me
doy cuenta de que en realidad no ha accedido a mostrármelo. Me
apresuro a arreglar mi presunción—. Quiero decir, lo estaré cuando te
sientas cómodo mostrándomelo. Si. Si estás cómodo. No hay presión.
Los hombros de London se relajan, la tensión en su cuerpo se
desvanece mientras balbuceo. Luego me está besando de nuevo,
interrumpiendo mi diatriba y haciéndome rodar sobre mi espalda.
Este beso es aún más intenso que el anterior. Es más descuidado, más
duro, menos coordinado. London se mece contra mí, frotando su polla
contra la mía mientras nuestras lenguas se retuercen. Jadeo en su
boca mientras muevo mis caderas para encontrar sus movimientos.
~ 76 ~
—Fóllame —suspiro, logrando sacar el pensamiento a través de

la niebla inducida por la lujuria en mi cerebro—. Por favor, papi.
London gime, un sonido profundo lleno de placer que me
atraviesa como un cohete. —Dios, escuchar que me llamas papi se
siente otra cosa.
Sin embargo, no necesito rogarle más. Se baja de mí, se arrodilla
en el colchón para sacarse la camisa prestada por la cabeza y observo
con los ojos entornados mientras sus pulgares se meten en la cintura
de sus pantalones cortos. Después de respirar para tranquilizarse,
empuja el algodón hacia abajo donde se engancha alrededor de sus
gruesos muslos, revelando el elastano negro y el encaje a través del
cual su pene intenta liberarse, tensándose contra la tela.
Sus ojos azules están clavados en mí, observando mi reacción.
Sin embargo, no tiene nada de qué preocuparse. En todo caso, verlo
así me excita más. Me lamo los labios, alcanzándolo. Las yemas de mis
dedos rozan el frente suave y sedoso que está bordeado por festones
de encaje suave. Su pene salta con el toque.
—Hermoso —murmuro, palmeándolo correctamente ahora a
través del material. Se le está formando una mancha húmeda sobre la
punta de la polla, como si necesitara más pruebas de lo mucho que
disfruta. Lo acaricio, disfruto con los sonidos que está haciendo.
—Me estás matando, cariño —dice London después de
permitirme molestarlo por un rato más.
Estoy adolorido y goteando líquido preseminal en mis propios
calzoncillos, ignorado por ambos hasta este punto.
—Papi —prácticamente me quejo y puedo sentir la sacudida de
excitación que se dispara a través de su polla cuando lo hago.
Sonriendo, archivo esa información, más allá del placer de tener una
prueba de que realmente disfruta cuando uso el título con él.
Cualquier temor persistente que albergara de que él podría estar
siguiéndome la corriente por mi bien se evapora por completo y estoy
eufórico porque mi deseo de cumpleaños parece haberse hecho
realidad. He encontrado un papi. Un papi súper caliente, además.
Oh, claro, en realidad no nos conocemos y la diferencia de edad
no es ideal, pero esos son temas para discutir más adelante. Por ahora,
~ 77 ~
solo quiero disfrutar el momento. Ha pasado demasiado tiempo desde

que estuve con otro hombre, e incluso más desde que me sentí
verdaderamente libre para dejarme llevar y ser yo mismo en la cama.
Pero con London no siento ninguna razón para contenerme.
Puedo llamarlo papi. Puedo dejar que él tome el control. Él no espera
que lo folle, o que domine, o que lo mandonee (no es que no disfrute
ser un pasivo mandón de vez en cuando). London sabe que estoy
necesitado, que estoy hambriento de afecto, que quiero que me cuiden
y que tomen las decisiones por mí. Y confío en que él me dará lo que
necesito. Confío en él cuando dice que quiere algo más que esta noche.
Lanzándose, London me hace rodar sobre mi espalda de nuevo,
besándome mientras lucha por quitarse los pantalones el resto del
camino que le quedan. Es una maniobra incómoda, pero ambos
estamos ansiosos ahora y ninguno de nosotros tiene la capacidad de
ser suave.
Sus manos tiran de mis calzoncillos boxers a continuación y
levanto mis caderas, mi boca aún conectada a la suya, ayudándolo a
quitarlos hasta un punto en el que puedo patearlos para liberarlos. No
me importa dónde aterricen después de eso.
La única ropa que nos separa ahora son esas bragas sexys como
el infierno que usa y mis manos se deslizan sobre su trasero perfecto
y firme, apretando la piel suave que encuentro allí. Resulta que la ropa
íntima tiene el diseño de atrevidos pantalones cortos de un chico, el
encaje festoneado se abre en forma de abanico desde su abertura en
elegantes arcos, sintiéndose como si enmarcaran los globos de sus
mejillas a la perfección. Quiero exigirle que se ponga de pie y me
muestre, pero eso implicaría detener el beso, algo que no estoy
inclinado a hacer.
—Van a tener que irse si quieres que te folle —London casi gruñe
contra mis labios. He estado jugando con los bordes del encaje y
apretando su trasero, así que no me sorprende que esté pensando de
la misma manera que yo.
—Tú te desnudas, yo agarraré el lubricante.
—Me gusta la forma en que piensas.
~ 78 ~
Somos un lío de miembros y movimiento por un breve

interludio, cada uno dedicado a sus respectivas tareas y cuando nos
encontramos de nuevo en medio de la cama, ya no hay nada entre
nosotros. Está gloriosamente desnudo y bebo cada centímetro de él,
mi mano gravita hacia su dura longitud.
Su pene es más corto que el mío, pero es jodidamente grueso.
Solo imaginar el delicioso estiramiento y la quemadura de algo de ese
grosor dentro de mí me hace gotear líquido preseminal
constantemente. La idea de que él esté dentro de mí sin siquiera la
barrera más delgada de es aún más caliente.
—¿Seguro que estás bien sin condón? —verifico dos veces. Una
cosa era confirmar que ambos estábamos libres de ETS antes de que
me lamiera la polla antes, pero esto lleva esa confianza implícita a un
nivel completamente nuevo. No he follado sin condón desde que
terminó mi relación. Pero esto entre London y yo no es una aventura
de una noche. Es el comienzo de algo nuevo. Algo serio—. Vamos a ser
exclusivos, ¿verdad? —él había dicho eso antes, ¿no? ¿O solo estoy
imaginando las cosas que quiero escuchar?
Me siento un poco incómodo cuando hago estas preguntas,
como un adolescente torpe en lugar de un hombre adulto. Pero es
importante que estemos en la misma página. Especialmente cuando
estamos hablando de sexo sin protección. Me hago pruebas
regularmente y tomo PrEP, pero nunca se puede ser demasiado
cuidadoso.
London asiente. —Definitivamente exclusivos, cariño —como si
leyera mis pensamientos, agrega—: Como dije antes, mis pruebas han
sido negativas, no he estado con nadie desde mi última prueba y
también estoy tomando PrEP —sus labios se curvan hacia arriba y
choca nuestras narices—. Y quiero ver mi semen goteando de tu
pequeño y apretado agujero.
Santa mierda.
Sí, he terminado de hablar.
Me lanzo hacia su boca, tirando de él contra mí hasta que
nuestros cuerpos están al ras uno contra el otro. Retorciendo mi mano
entre nosotros, la envuelvo alrededor de nuestras pollas lo mejor que
~ 79 ~
puedo, bombeándolas juntas con nuestro líquido preseminal

combinado que ayuda al deslizamiento de carne contra carne. Este
beso es áspero y necesitado, no puedo distinguir qué gemidos son
suyos y cuales son míos. Sus manos se sienten como si estuvieran en
todas partes, explorando mi cuerpo, tirando de mi cabello,
volviéndome loco por él. Luego recoge el lubricante de donde lo dejé
caer a mi lado.
Abro de piernas para London sin instrucción, demasiado
desesperado para hacerlo trabajar por ello. Puedo sentirlo sonriendo
en nuestro beso y escuchar el clic de la tapa de la botella abriéndose.
Se las arregla para aplicar un poco de lubricante en sus dedos en un
movimiento con una sola mano que tiene que ser bien practicado,
luego cierra la tapa de nuevo, dejando caer la botella donde la
encontró antes de llevar sus dedos recubiertos a mi agujero, todo sin
rompernos. Beso.
Él no juega con mi agujero o alarga la preparación, algo por lo
que estoy agradecido en este momento. Ya habrá tiempo para lento y
romántico después. Esta noche, los dos estamos demasiado ansiosos.
Empujo hacia abajo mientras él agrega un tercer dedo, ya
balbuceando obscenidades y rogando por su polla.
—Fóllame ya —exijo en un destello de lucidez—, por favor, papi.
Las palabras mágicas lo tienen acariciando más lubricante sobre
su polla. Hacemos sonidos de placer a juego mientras golpea la cabeza
contra mi entrada y se hunde lentamente, estirándome más con
embestidas cortas y cuidadosas hasta llegar hasta la empuñadura. Me
da un momento para adaptarme y, una vez que me he relajado
adecuadamente y la quemadura es menos dolorosa y más placentera,
se retira y luego vuelve a empujar con un movimiento suave.
No pasa mucho tiempo antes de que encontremos nuestro
ritmo, London se extiende sobre mí para que podamos besarnos tan
febrilmente como follamos. Mis manos agarran sus omóplatos,
deslizándose sobre la piel resbaladiza por el sudor y un grito ahogado
se arranca de mis labios cuando él roza mi próstata.
—Papi —suplico, esperando que golpee el mismo ángulo otra
vez.
~ 80 ~
—Mierdaaaa —alarga la palabra, su voz gruesa y grave—, te

sientes tan jodidamente bien, cariño. Tan apretado y caliente para
papi.
Casi me corro cuando dice eso. Si él cree que llamarlo papi es
bueno, no tiene nada que ver con que se refiera a sí mismo de esa
manera. Mis caderas se balancean hacia arriba, fuera de sincronía, mi
polla buscando fricción.
—Por favor —vuelvo a balbucear súplicas, mi corazón late con
fuerza y mi respiración sale entrecortada mientras la tensión crece.
Estoy tan jodidamente cerca, pero necesito más—. Necesito… —no sé
lo que necesito. No realmente. Todo lo que sé es que estoy cerca de
correrme, pero al mismo tiempo mi orgasmo está fuera del alcance.
London cambia su peso sobre su brazo izquierdo, apoyándose
en su codo y antebrazo para poder deslizar su mano derecha entre
nuestros cuerpos. Cuando su mano envuelve mi pene que gotea, casi
lloro de alivio.
—¿Es esto lo que necesitas, cariño? —comienza a bombearme al
compás de sus embestidas.
No contesto no puedo. En su lugar, me las arreglo para advertir
parcialmente.
—Voy a… —mis palabras se cortan con un gruñido cuando su
pene golpea mi próstata de nuevo y me corro duro, chorreando sobre
su mano y cubriendo nuestros vientres.
Me penetra con fuerza, sus movimientos se vuelven
espasmódicos antes de maldecir y volver a penetrarme una última vez,
sus caderas se calman mientras el calor de su corrida me llena.
Cuando se retira lentamente, me estremezco un poco. Me da un suave
beso en el pectoral izquierdo y se tumba de espaldas a mi lado,
recuperando el aliento.
El silencio entre nosotros es cómodo, pero pronto la sensación
de su semen saliendo de mí me hace retorcerme. London capta mi
movimiento y sale de la cama, dirigiéndose al baño. Oigo el armario
abrirse y cerrarse, luego el sonido del agua corriendo. Cuando regresa
con una toallita mojada y me limpia, mi corazón se acelera.
~ 81 ~
Es una estupidez emocionarse, pero es el primer hombre que

hace esto por mí. Trent siempre insistía en que nos ducháramos, por
otra parte las raras ocasiones que he tenido sexo casual apenas
terminábamos salía de la cama y me vestía mientras los condones
eran desechados. Pero esta acción tierna y dulce de London se siente
como lo más íntimo que hemos hecho en toda la noche.
Apenas lo registro tirando el paño a través de la puerta del baño,
o empujándome contra las almohadas, pero presto atención al suave
beso que me da justo detrás de la oreja.
—Duerme, cariño —dice, acurrucado contra mi espalda. Mis
ojos se vuelven pesados, como si seguir sus instrucciones fuera
instintivo.
El Mejor. Cumpleaños. De la vida.
~ 82 ~
Ocho
London
—Quiero todos los detalles, —exige Cherie cuando contesto su
llamada.
Han pasado tres días desde que llevé a Kate a La Noche de los
Pequeños. Tres días desde que conocí a Matteo. Tres días desde que
descubrí que no soy tan imparcial con el estilo de vida como suponía.
Tres pequeños días… y todo mi mundo ha cambiado.
—Honestamente, me sorprende que te haya tomado tanto
tiempo acosarme —le digo, sabiendo que puede escuchar la sonrisa en
mi voz.
Matt y yo nos mandamos mensajes todos los días. Por la noche,
lo llamo y le leo un cuento. No nos hemos visto en persona, pero
nuestra conexión es tan fuerte como cuando nos conocimos. Y oírle
llamarme papi nunca deja de provocarme una oleada de emociones.
—Eso es porque estaba esperando que vinieras a mí, imbécil —
interrumpe Cherie mis pensamientos—. Kate llegó a casa diciéndome
que te encontraste un pequeño que está solo. Que estás considerando
ser papi. Y supuse que vendrías a hablarlo cuando estuvieras listo.
Puedo escuchar el dolor detrás de sus palabras. Poniéndome
serio, respondo: —Iba a hacerlo, Cher, lo juro. Pero, no voy a mentir:
esto de ser papi no ha sido tan complicado como pensé que sería.
Como... ha sido fácil, ¿sabes? ¿Instintivo? Entonces, realmente no
tenía ninguna pregunta ni nada al respecto —y las que tenía,
específicamente juegos entre papi/chico, Google me ha ayudado—. Y
sé que has estado abrumado con el trabajo, así que iba a esperar hasta
que estuvieras libre para conversar.
—Mmm.
—¿Mmm? ¿Qué 'hmm'?
~ 83 ~
Giro mi silla alrededor de mi escritorio. Soy paisajista de oficio,

pero trabajo para una empresa que proporciona paisajismo a grandes
empresas y corporaciones (hospitales, escuelas, centros turísticos, ese
tipo de cosas) y, la mayoría de las veces, me encuentro sentado en un
escritorio dibujando planos y ajustando presupuestos en lugar de
trabajar duro al aire libre en el lugar de trabajo designado. Teniendo
en cuenta que me especialicé en psicología, no pensaba estar así en el
futuro cuando me gradué de la universidad. Pero mi trabajo
universitario de medio tiempo como empleado ayudando en los
lugares de trabajo se convirtió en un trabajo de tiempo completo, que
se convirtió en una promoción y… aquí estoy.
Comparto mi oficina con otro tipo, Tom, pero hoy está en el
lugar de trabajo supervisando uno de sus proyectos. Nuestros dos
escritorios están apretados en medio de la habitación, rodeados de
paredes de vidrio. Tres de ellos dan al resto de oficinas y zona de
recepción. También hay una sala de juntas tres puertas más abajo,
pero las paredes de vidrio están esmeriladas. Por lo general, allí es
donde organizamos reuniones de lanzamiento para clientes, así como
nuestras reuniones mensuales de personal.
La cuarta pared es una ventana que da a la ciudad. Desde donde
estoy sentado, tengo la vista perfecta de los cuidados terrenos de la
universidad local. Sirve como un recordatorio de lo lejos que he
llegado y lo diferente que es la vida de lo que me había imaginado hace
solo unos años.
—Debería haberme dado cuenta antes —reflexiona Cherie,
respondiendo finalmente a mi pregunta. Siempre le doy tiempo para
pensar antes de hablar y ella me brinda la misma cortesía. Somos muy
similares y entendemos las limitaciones de cada uno. Por eso
funcionamos tan bien como amigos—. Que eres un papi, quiero decir.
—¿De verdad?
Su risa tintinea. —London, siempre has sido natural con Kate.
Apenas parpadeaste cuando te dije en lo que estábamos. Simplemente
estuviste bien con eso, lo asimilaste sin sorprenderte.
—Sí —digo, alargando la palabra como si fuera lenta en
captarla—, porque eres mi mejor amiga.
~ 84 ~
—Es más que eso. Siempre ha sido más que eso, ahora que
realmente lo pienso.
—Cher...
—No —me interrumpe bruscamente, y puedo imaginarla
negando con la cabeza—. Ninguno de mis otros amigos fuera del estilo
de vida o mi familia, realmente lo entiende. Pero desde la primera vez
que viste a Kate en su pequeño espacio, te dejaste llevar. Cero juicio,
cero vacilación. Te denominaste Tío London e interviniste como
cuidador. Demonios, incluso lo disfrutaste.
Ella tiene razón en todo eso. —Hice eso. Sí.
Jugar con Katie siempre fue algo con lo que me divertía, como
si llenara una necesidad que no sabía que tenía. Y, obviamente, me
había quitado la picazón lo suficiente como para evitar que me diera
cuenta de que en realidad estaba en el estilo de vida en sí. Hasta que
conocí a Matt.
Su exhalación es pesada mientras viaja por la línea telefónica. —
Así que, todo este tiempo, has sido papi y ninguno de nosotros se dio
cuenta.
—Honestamente, Cher, no creo que estuviera listo para darme
cuenta.
—No hasta que conocieras a alguien por quien valiera la pena
salir de tu zona de confort, de todos modos —Cherie definitivamente
me entiende.
—Exactamente.
—¿Y este tipo lo vale? —hay un filo en su voz de nuevo, una
especie de mordisco protector que me hace sonreír.
Pienso en mi chico grande, musculoso, tatuado, barbudo y mi
corazón da un vuelco. Han pasado tres días, pero ya estoy tan
jodidamente apegado, es extraño. Pero, extrañamente, no estoy
asustado por eso. ¿Esta cosa entre él y yo? Se siente bien de una
manera que no puedo expresar con palabras. Como si fuéramos dos
piezas de un rompecabezas que simplemente encajan. Tiene la
capacidad de romperme, pero soy más que consciente de lo frágil que
es a cambio.
~ 85 ~
Pienso en la mirada en sus ojos cuando compartí mi propio

secreto. Debajo del deseo, había visto su comprensión y su apoyo
inquebrantable. Debería ser extraño que la aceptación de un completo
extraño haya significado tanto para mí, pero me animó, me dio el
coraje para ser realmente yo mismo con él y fue liberador de una
manera que nunca antes había experimentado.
Ni siquiera dudo con mi respuesta.
—Lo vale completamente.
¿Cenaremos en mi casa esta noche?
El mensaje de Matt aparece en la pantalla de mi teléfono justo

después del almuerzo y mis labios inmediatamente dibujan una
amplia sonrisa. Uno de los chicos de mi equipo arquea una ceja y yo
niego con la cabeza. Probablemente me dará una mierda más tarde,
pero no me importa.
¿Qué puedo llevar?
Los puntos suspensivos aparecen casi inmediatamente, luego

desaparecen y reaparecen un par de veces. Finalmente, llega la
respuesta de Matt.
Una bolsa de viaje.
Me río, preguntándome cuánto pensó Matt antes de reunir el

valor para presionar enviar. Mi chico es uno de los tímidos y me
~ 86 ~
encanta presionarlo. Hacer que Matt se sonroje y se sienta tímido se

está convirtiendo rápidamente en una de mis cosas favoritas. Espero
que mi tono coqueto se transmita en mi próximo mensaje.
¿Tienes planes para mí, cariño?

No tienes que quedarte a dormir. Lo siento si eso fue
demasiado atrevido.
Sonriendo deslizándome, hago clic en el nombre de Matt y

presiono el botón de llamada, llevándome el teléfono a la oreja. Me
alejo de los chicos que trabajan en mi último proyecto (un jardín
comunitario pagado por el ayuntamiento) mientras espero a que Matt
me atienda. Cuando lo hace, apenas le doy la oportunidad de
saludarme antes de lanzarme a mi gentil amonestación.
—No hay tal cosa como demasiado atrevido conmigo, bebé.
Todo lo que puedo escuchar al otro lado de la llamada es su
suave respiración antes de que Matt finalmente admita: —
Simplemente no quiero parecer demasiado pegajoso.
—Oh, Matt —suspiro, habiendo olvidado que ha sido lastimado
hasta ese punto. Que otros hombres le hayan hecho sentir que su
“necesidad” (palabra suya, no mía) es algo por lo que debe disculparse
o hacerle pensar que el otro se siente sofocado. Pero la cuestión es que
me encanta que me recuerden cuánto me quiere cerca. Cuánto desea
mi afecto y mi cuidado. Honestamente, estoy tan necesitado (a falta
de una palabra mejor) como él en esta relación—. Nunca serás
demasiado pegajoso para mí, lo prometo.
La respuesta de Matt a mi declaración es una risa seca y
autocrítica. —Dices eso ahora… —él deja la oración colgando.
Solo han pasado tres días desde que nos conocimos, desde que
follamos, desde que acordamos que él sería mi chico y yo sería su papi,
pero ya estoy completamente metido en esto. En todo caso, he estado
desesperándome un poco por pasar más tiempo con él, pero he
decidido dejar que él marque el ritmo, sabiendo que tiene sus propias
preocupaciones.
~ 87 ~
Entonces sus palabras de esa primera noche vuelven a mí.

Quiere un papi que tome el control, que tome las decisiones y le
permita relajarse. Tal vez esperar fue un error. Tal vez él también
necesita que yo tome el control con esto y fracasé en ello.
Puaj. Tanto para 'Me siento natural en esto'.
—Está bien, estoy bastante seguro de que la he jodido —dejo
escapar antes de que pueda pensarlo mejor.
—¿Qué? ¿Cómo?
Me alejo más de los chicos, luego bajo mi voz para mayor
privacidad. Puede que no me avergüence de mis inclinaciones, pero
no necesito convertirme en el cubo de chismes.
—Te he estado dando espacio, supongo. Dejar que tú marques
el ritmo porque sé que estabas preocupado de que podrías estar
demasiado emocionado con la idea de tener un papi nuevamente. Y sé
que mi edad también te molesta —él hace un sonido de protesta, pero
lo paso por alto—. Y eso es totalmente justo. Pero dijiste que querías
que tu papi tomara el control, ¿verdad? Y, bueno, yo no hice eso,
¿verdad? Dejé la pelota en tu cancha y lo siento.
Hay una ráfaga de aire en la línea y me toma un momento darme
cuenta de que es una exhalación de alivio. Me maldigo un poco más
por dejar caer la pelota de esta manera tan temprano en nuestra
relación, pero las palabras de Matt son tranquilizadoras.
—Eres nuevo en esto —dice, en voz baja pero firme—. Y no
hablamos exactamente de las cosas tanto como deberíamos antes de…
—se detiene y se aclara la garganta, e imagino manchas rosadas
apareciendo en esas sexys mejillas barbudas suyas.
—Vamos a sentarnos y establecer reglas esta noche —digo
definitivamente—. Hablemos adecuadamente. Tengo muchas ganas
de que esto funcione, Matt.
Apenas logro contenerme de decirle que estoy loco por él. Han
pasado cuatro días. Nos hemos visto en persona una vez y todos los
demás contactos han sido a través de mensajes de texto, llamadas y
dos sesiones de Facetime. Aunque me siento cómodo con la rapidez
con la que me he encariñado, no quiero sonar como un lunático
delirante.
~ 88 ~
—Sí, yo también —¿me lo estoy imaginando o suena tan

melancólico como yo?
—Muy bien —no hay mucho más que decir más allá de eso. Jake,
uno de los chicos más jóvenes de mi equipo, está saludando desde el
otro lado de la extensión de césped recién colocado, tratando de
llamar mi atención. Yo suspiro—. Me tengo que ir, cariño. Te veré esta
noche—. Esas palabras envían chispas de anticipación disparadas por
mi espina dorsal.
—No puedo esperar —puedo escuchar la sonrisa en su voz y
sonrío.
—Yo tampoco.
A las seis menos cinco, aparco mi coche detrás del de Matt en su

entrada. Vivimos a veinte minutos de distancia cuando no hay tráfico,
pero esta noche se acercó a los cuarenta. Agarré todos los semáforos
en rojo y era la hora pico. Todo lo que he pensado desde que
terminamos nuestra llamada esta tarde es envolver a mi hombre sexy
en mis brazos y besarlo sin sentido.
Bueno, eso es mentira. También he pensado en llevar las cosas
más lejos después de los besos.
Pero tenemos cosas que discutir primero. Todo lo que he leído
(y releído) sobre el estilo de vida dice que los límites, las reglas y las
expectativas deben ser inamovibles. No quiero repetir mi error. Matt
es un hombre adulto, pero ya me dijo que quiere (no, necesita) un papi
a tiempo completo. Estoy preparado para el trabajo, pero quiero que
ambos estemos en la misma página sobre lo que eso implica. Necesito
saber exactamente cuánto margen de toma decisiones quiere que le
dé, si es que quiere alguno.
Cuando abre la puerta, mi respiración se queda atrapada en mi
garganta. Lleva ropa de negocios, lo que no me sorprende dado que
~ 89 ~
trabaja para una empresa Fortune 500 (aunque está convencido de

que, como ingeniero eléctrico, no debería tener que vestirse de forma
tan corporativa), y parece que ha sido adaptado a su cuerpo grande y
musculoso, llevándolo como una segunda piel. Su cabello está
domado con gel y su barba, aunque todavía es más barba que nunca,
está cuidadosamente recortada.
—Jodeme —digo a modo de saludo y su sonrisa se vuelve
depredadora.
—Estoy seguro de que podemos arreglar eso algún día.
Oh, miera, sí. No sé de dónde ha venido esta confianza, pero la
amo casi tanto como amo su habitual timidez y vulnerabilidad.
Entro en su espacio personal y envuelvo mi brazo libre
alrededor de su espalda, alcanzando detrás de su cabeza para guiarlo
hacia mí para que nuestros labios finalmente puedan volver a
encontrarse. Dejo caer mi bolso de viaje a nuestros pies mientras él
profundiza el beso para poder usar ese brazo para jalarlo contra mí.
No me importa que nos enrollemos como adolescentes en la puerta
abierta de su casa. No podía esperar ni un segundo más por este beso.
Cuando finalmente nos separamos, ambos respiramos con
dificultad y nos reajustamos con sonrisas a juego, Matt se hace a un
lado y cierra la puerta detrás de mí. Dejo mi bolso donde está,
pensando que lo agarraré más tarde y lo sigo al área de cocina-
comedor-sala, que huele increíble y se lo digo.
—Simplemente es cerdo desmenuzado —dice, levantando la
tapa de una olla de cocción lenta y revolviendo la mezcla en el
interior—. Tengo un poco de ensalada de repollo y pan de
hamburguesa frescos. Pensé que era agradable y fácil.
—Suena increíble —insisto.
—Todavía falta un poco para que esté listo —agrega un poco de
condimento extra y salsa barbacoa a la mezcla y luego vuelve a poner
la tapa. Se gira para sonreírme—. ¿Querías un trago?
—Estoy bien por ahora —ahora que parece que no está
cocinando, cierro el espacio entre nosotros de nuevo, envolviendo mis
brazos alrededor de él. Se hunde en mi abrazo y apoya su cabeza en
mi hombro—. Te he extrañado.
~ 90 ~
—Mmm —estoy de acuerdo—, yo también.

Puedo sentir su agotamiento y, aunque sé que necesitamos
hablar, el instinto me impulsa a decir: —Vamos a cambiarte con algo
más cómodo. ¿Está bien, dulce chico?
En lugar de esperar su respuesta, lo llevo de la mano a la
habitación de invitados que contiene todos sus artículos de pequeño.
Hay un tocador contra la pared a mi izquierda, frente a la cama y
suelto la mano de Matt para poder revisarlo. Saco un conjunto de
pijamas cubiertos con patos de dibujos animados y luego abro otro
cajón para encontrar calzoncillos de entrenamiento. Mi mano se
cierne sobre ellos por un momento antes de negar con la cabeza y abrir
el siguiente cajón.
Bingo.
Saco un pañal del paquete y me vuelvo hacia Matt con mi
selección en exhibición. El diminuto ensanchamiento de sus ojos es la
única señal de su sorpresa.
—¿Color?
Le toma medio segundo entender lo que estoy preguntando.
—Verde —ladea la cabeza hacia mí, luego señala con la barbilla
el pañal—. ¿Color?
—Verde —agradezco que él también se esté comunicando
conmigo. Él sabe que esto es nuevo para mí y, por muy confiado que
me guste fingir que estoy y que me encargo de todo, ambos sabemos
que es un gran salto en el juego de papi. Sonrío y le hago señal hacia
la cama—. Vamos a cambiarte, ¿eh?
Nos acercamos a la cama y dejo caer la ropa que he elegido para
él encima de las sábanas. Me permite desabotonar su camisa y jalarla
para quitarla de sus pantalones, ayudándome a quitársela una vez que
he empujado las mangas hacia atrás sobre sus hombros. Su cinturón
va a continuación, luego lo despojo de sus pantalones y ropa interior.
—Vamos a ponernos la camisa primero, luego puedes subirte a
la cama por mí, ¿sí?
~ 91 ~
Tan pronto como lo ayudo a ponerse la camiseta de algodón por

la cabeza, puedo ver el cambio en él. No es pequeño, pero
inmediatamente está más relajado.
Le doy un suave toque de amor en su trasero perfecto y desnudo,
le ordeno que se acueste sobre el colchón y luego tomo el pañal, lo
desdoblo y lo giro en la dirección que necesito.
—Levanta el trasero, bebé —le instruyo y él cumple, creando un
puente con su cuerpo, sus fuertes músculos de los muslos enfatizados
por esta posición—. Eres hermoso —no puedo evitar decirle,
deleitándome con el rubor que se desliza sobre su piel. Deslizo el
pañal debajo de él y, cuando estoy feliz de que esté colocado donde lo
necesito, hago que deje caer el trasero hacia abajo, con las piernas
abiertas y las rodillas dobladas. Su polla está a media asta, pero no se
trata de sexo en este momento, así que lo ignoro, a pesar de que mi
propio cuerpo se calienta al verlo.
Haciendo caso omiso de mi excitación, pregunto:
—Sé que no planeas usar esto —toco el pañal abierto, haciendo
que se arrugue sin brillo. Es como una mezcla de algodón y plástico,
lo cual tiene sentido para mí, considerando su propósito—, pero
¿quieres una crema protectora o talco? ¿Toda la experiencia de
cambio de pañal?
—Alguien ha estado leyendo —bromea y yo sonrío sin
vergüenza.
—Diste en el clavo. Hablaremos de esto pronto, pero quiero
hacer todo bien. Entonces, sí, he estado investigando sobre las cosas
con las que no tengo experiencia práctica.
La sonrisa de Matt se vuelve suave y comprensiva. Mueve las
caderas. —El talco sería genial. No sé si realmente ayuda, pero me
gusta pensar que evita las rozaduras —hace un gesto hacia la
cómoda—. Cajón superior derecho.
Encuentro el botecito de talco para bebés exactamente donde
dijo que estaba y vuelvo a mi tarea. Levantar la parte delantera y
cerrar las lengüetas pegajosas con forma de velcro es un proceso
bastante simple y no pasa mucho tiempo antes de que haga que vuelva
~ 92 ~
a levantar las caderas para que pueda tirar de la parte inferior de su

pijama sobre su trasero adorablemente acolchado.
—¿Mejor? —pregunto, ofreciéndole ambas manos para
levantarlo de su posición reclinada.
Él me sonríe, la expresión iluminando su rostro. —Mucho
mejor. Gracias papi.
No puedo resistirme a besarlo. No creo que ese impulso vaya a
desaparecer nunca.
~ 93 ~
Nueve
Matteo
Poco más de tres semanas después, salvo algunos pequeños
tropiezos debido a la falta de comunicación en esos primeros días, mi
relación con London parece avanzar con facilidad. Pasa cada dos
noches en mi casa y nos hemos metido en una rutina adecuada. Esas
noches me permito tiempo en mi pequeño espacio, después de la cena
y me he acostumbrado a dormir con él acurrucado contra mi espalda.
Es una locura pensar que me sentía miserable y solo, hace un mes. Se
siente como un tiempo completamente diferente.
Un golpe en la puerta de mi casa me hace fruncir el ceño. No
espero a London esta noche, ni ninguna entrega ahora que lo pienso.
Cuando giro la madera a un lado, Ash y Josh se abren camino a mi
lado.
—Hola —saludo con sarcasmo, girándome para seguirlos por el
corto pasillo después de cerrar la puerta—, ¿cómo están? Por favor,
siéntanse como en casa.
—Este es un chequeo de asistencia social —declara Ash,
dejándose caer en mi sofá y arqueando una ceja hacia mí—. Has
estado DEA5 desde antes de tu cumpleaños y solo has estado lanzando
emojis en el chat grupal. Sin palabras—, enfatiza y me señala con
severidad—, solo emojis.
Muy bien, lo admito: eso no es realmente propio de mí. No es
que mis respuestas sean normalmente largas y floridas, pero me he
distraído.
Sin embargo, sintiéndome un poco molesto porque mis amigos
han tardado cerca de un mes en darse cuenta de mi aislamiento, me
cruzo de brazos a la defensiva. —He estado ocupado.
5
En el texto original dice MIA pero es por missing in action, por eso se cambia a DEA
desaparecido en acción.
~ 94 ~
Me siento un poco culpable por ser agresivo, pero me duele un

poco al saber que ellos también podrían haber hecho un esfuerzo por
estar en contacto conmigo. Sé que es una calle de doble sentido, pero
sabían que estaba pasando por problemas personales.
Por otra parte, ambos trabajan a tiempo completo (y Josh, al
igual que su hermano mayor, es policía, por lo que su horario puede
ser impredecible), y les pedí que me dieran espacio.
Josh parece querer discutir, pero Ash pone su mano en el brazo
de su futuro cuñado y niega con la cabeza. Luego se vuelve hacia mí,
empático pero firme.
—Nos pediste que te diéramos espacio. Te dimos un mes —su
expresión se suaviza—. Estábamos preocupados, Matt. Y echo de
menos nuestras citas para jugar. ¿No echas de menos estar en tu
pequeño espacio?
Más culpa comienza a deslizarse en mis entrañas y lucho contra
un sonrojo. London le ha contado a sus amigos y familiares sobre mí.
Incluso conocí a su mamá a través de Facetime la semana pasada, lo
que fue sorprendentemente bien considerando que ella es solo unos
años mayor que yo. Sin embargo, lo he mantenido en secreto de mis
amigos. No intencionalmente, aclaro. Pero tampoco me he tomado la
molestia de mencionar casualmente su existencia en el chat grupal.
No me ha presionado para que lo presente, pero ahora me pregunto
si se habrá dado cuenta de que lo he estado guardando para mí solo.
Tomo nota para hablar con él al respecto. Lo último que quiero hacer
es herir sus sentimientos.
Tragando saliva, bajo la mirada hacia mis pies enfundados en
calcetines y rozo con el dedo del pie una marca en las baldosas. —Uh...
He estado pasando mi tiempo de pequeño en casa —de verdad no
puedo mirarlos—. Con mi nuevo papi —soy significativamente mayor
que estos dos hombres, pero en este momento me siento como un
adolescente errante atrapado tonteando con el chico de al lado.
Hay un momento de silencio atónito antes de que tanto Ash
como Josh comiencen a lanzarme un montón de preguntas. Cuando
levanto la vista para interrumpir e intentar responderles, el dolor en
el rostro de Ash me hace sentir aún más culpable.
~ 95 ~
Tiene la mitad de mi edad, pero se ha convertido en mi mejor

amigo y ocultarle esto probablemente parezca una traición desde su
perspectiva.
—Es realmente nuevo —trato de explicar—. Quiero decir, solo lo
conocí en mi cumpleaños.
—Estuve contigo en tu cumpleaños —argumenta Josh, sonando
desconcertado.
Me encojo de hombros. —Hasta que me dejaste solo porque
encontraste a alguien con quien follar —las palabras salen más duras
de lo que pretendía, pero eso no las hace menos veraces.
Ash se vuelve hacia Josh y golpea su bíceps. Duro. —¿De
verdad?
—¡Ay! —Josh hace pucheros y frota el lugar del impacto.
Entonces tiene la gracia de parecer avergonzado—. Mira, ese no fue
mi mejor momento, pero Matty dijo que estaba bien.
Ash lo golpea de nuevo, puntuando cada palabra en su siguiente
oración con un golpe de su palma abierta. —Era. Su. Cumpleaños. Tú.
Idiota.
—¡Lo sé! ¡Lo siento! —Josh levanta las manos en señal de
rendición.
Con un suspiro exagerado, Ash se vuelve hacia mí. —Está bien,
entonces puedo entender por qué nos estarías evitando, teniendo en
cuenta que el Capitán Descuidado aquí no ayudó en absoluto, pero
este es el tipo de noticias que quiero celebrar contigo —su mirada se
vuelve implorante—. Tenía miedo de perder a mi compañero de
juegos. Mi mejor amigo.
Bueno, duele pensar en eso. Ash no tuvo exactamente un
comienzo fácil en el estilo de vida y estaría tan solo sin pequeños como
yo.
—Mierda —froto el lugar entre mis ojos, haciendo una mueca—
. Lo siento. Simplemente me vi atrapado en el período de la luna de
miel, supongo.
Quería quedarme en mi pequeña burbuja feliz con London.
Quería disfrutar de algo que era solo para mí. Pero podría haberlo
~ 96 ~
hecho mientras les decía a los chicos que había conocido a alguien.
Demonios, debería haber dicho algo y entonces no se habrían
preocupado por mí.
Observo como una lenta y engreída sonrisa estira los labios de
Ash. Sacude la cabeza, sus rizos caen sobre sus ojos. Él los acomoda
hacia atrás con el costado de su mano.
—Período de luna de miel, ¿eh? —hace un movimiento de 'dame
cinco'—. Venga. Cuenta todo. Quiero saber sobre este tipo.
Tomo cervezas para los tres y me dejo caer en uno de los sillones
en la esquina del sofá después de darles a los chicos sus bebidas. —Su
nombre es London —empiezo, luego muevo mi barbilla hacia Josh—.
El atractivo y joven papi que estaba allí con la chica disfrazada de
Bella.
Los ojos marrones de Josh se abren como platos, luego grita y
se inclina sobre el brazo del sofá con la mano levantada para chocar
los cinco.
—Maldita sea —silba—, buen partido, mi hombre.
Riendo, choco sus cinco, porque, sí, London definitivamente es
un buen partido. Estoy esperando a que caiga el otro zapato confieso,
luego paso mi lengua por los labios.
—Él es... bueno, es perfecto para mí —incluso con la diferencia
de edad, pero no les menciono esto. No me van a juzgar por salir con
alguien de su edad.
—Me tienen en desventaja aquí —se queja Ash—, porque no
estaba allí y no tengo idea de quién es este tipo —él frunce el ceño—.
Estúpido Charlie programando reuniones en tu cumpleaños.
—Deberías haber dejado que Ted te llevara —Josh pone los ojos
en blanco—. O Chance. O incluso Spencer.
Ash comienza a enumerar las razones por las que esto era
imposible contando los dedos. —Ted tenía una cita, Chance estaba
fuera de la ciudad y Spencer tenía una sesión de grabación tardía —se
remueve en su asiento—. Y sabes que no estoy acostumbrado a ser
pequeño en público sin un cuidador. Simplemente no me siento
cómodo con eso.
~ 97 ~
Josh tiene la gracia de parecer un tanto comprensivo como

arrepentido. Suaviza su tono y estira la mano para apretar el hombro
de Ash. —Lo sé, lo siento.
Ash rechaza la disculpa. —Está bien. Pero necesito saber todo
acerca de este 'papi joven y sexy' —mueve las cejas y saca su teléfono—
. ¿Cuál es su apellido? Iré a Facebook a stalkearlo.
—No seas estúpido —saco mi propio teléfono de mi bolsillo. Hay
un mensaje de texto de London esperando en la pantalla y lo deslizo
antes de abrir mi aplicación de fotos y girar la pantalla para que mis
amigos puedan mirar—. Ten.
Ash lo agarra, inspeccionando de cerca la selfie que tomé en mi
última cita con London.
—Vaya —dice después de un momento—, no exagerabas. Mira
esa mandíbula.
—Como si la de Charlie no fuera igual de bonita —bromeo, y
Josh se burla.
—Yo la tengo más bonita —Josh y Charlie se parecen tanto que,
sinceramente, no puedo estar de acuerdo con él ni negarlo.
Afortunadamente, Ash simplemente empuja a Josh y le dice que se
vaya a la mierda. Me devuelve el teléfono y busca más información.
—Muy bien, entonces su nombre es London y es sexy. ¿Siento
que hay más en él, que será?
No es difícil para mí morder el anzuelo y paso unos minutos más
contándoles cómo nos conocimos (Ash golpea a Josh de nuevo cuando
describo al asqueroso del que London me rescató, culpándolo por
haberme dejado solo) y dando una breve resumen de nuestra relación
hasta la fecha. Hemos salido algunas veces, pero generalmente
pasamos tiempo aquí en mi casa.
He estado en su apartamento dos veces, pero es espartano y
realmente no es ideal para mi tiempo de pequeño, así que pasamos el
rato aquí en casa. Tengo la sensación de que le gusta más aquí de
todos modos. Y resulta que él también comparte mi afición por los
juegos, así que cuando no soy pequeño -y tampoco estamos
~ 98 ~
indispuestos- hacemos campañas a través de WoW6 o disparamos a

zombies juntos. Compartimos una camaradería fácil que hace que se
sienta como si hubiéramos estado juntos por más de un mes.
Cuando suena mi teléfono, recuerdo tardíamente el mensaje
que ignoré para calmar a los chicos. Me estremezco un poco y contesto
la llamada de London, para diversión combinada de Ash y Josh.
—Hola, papi —le digo dulcemente. No estoy por encima de una
pequeña manipulación emocional para salvarme de meterme en
problemas.
Él sabe bien lo que estoy haciendo, sin embargo. Sonando
divertido, él responde: —Hola, cariño —hace una pausa por un
momento, e ignoro a los chicos que se inclinan más cerca, tratando de
escuchar. Son peores que un par de chicas de dieciséis años,
literalmente colgadas del borde de sus asientos en busca de chismes—
. ¿Revisaste mi mensaje?
Suena un poco como si estuviera conduciendo, el eco de la
llamada me dice que me tiene en el altavoz a través de la conexión
Bluetooth a su estéreo y miro mi reloj, sabiendo que ha estado
trabajando hasta tarde en la oficina recientemente.
—Lo vi, pero Ash y Josh están aquí, así que no he tenido la
oportunidad de leerlo.
—Ah, eso tiene sentido entonces —no puedo leer bien su tono.
Luego suspira—. Salí temprano hoy, así que te envié un mensaje de
texto para ver si te molestaba que fuera, pero…
—¡No! Sin peros, quiero decir —lo interrumpo, con ganas de
darme una bofetada cuando me doy cuenta de que podría pensar que
le estoy diciendo que no venga—. Por favor, ven —frente a mí, mis
amigos se sientan más erguidos, sonriendo y asintiendo—. Los chicos
quieren conocerte de todos modos y… —siento mis mejillas arder— Te
extraño.
Lo cual es ridículo. Lo vi esta mañana porque se quedó a dormir
anoche. Sin embargo, todavía estoy en esa fase de luna de miel de
nuestra relación en la que quiero pasar todo el tiempo que pueda con
6
World of Warcraft, solo por si no conocen el juego.
~ 99 ~
él. Incluso si eso significa someterlo a la inquisición española a través

de dos de mis amigos más cercanos.
—Yo también te extraño, cariño —dice, su tono cálido y relajado
de nuevo—. Estoy a unos diez minutos. Te veré pronto.
Ash y Josh corren hacia la puerta como los niños pequeños que
son tan pronto como llama London. Sabe que está desbloqueado y que
puede entrar, pero nunca lo hace. Deambulo por el pasillo y me aclaro
la garganta, esperando a que se hagan a un lado para que él pueda
entrar. Tienen la gracia de parecer avergonzados, pero eso no les
impide mirar a mi novio con abierta curiosidad.
London lo toma con calma, riendo y saludándolos con una mano
extendida. —Tú debes ser Ash —se vuelve hacia mi mejor amigo,
estrechándole la mano primero, luego a Josh. Su sonrisa no parece
tan cálida cuando da un paso hacia el policía, a pesar de que su tono
no ha cambiado cuando se dan la mano—. Y el infame Josh.
—Advertencia justa —le informo mientras acepto mi beso de
saludo—. Ash lo dijo en el chat grupal y ahora toda la pandilla está en
camino. Entonces, ya sabes, prepárate para el interrogatorio.
—Charlie acaba de salir de una reunión con algunos
planificadores de la ciudad y los dueños de The Grove, así que llegará
un poco tarde —Ash se lamenta mientras vuelve a guardar su teléfono
en el bolsillo trasero.
—¿Planificadores de la ciudad? —London pregunta mientras
regresamos a la sala principal. Toma mi sillón favorito y me pone en
su regazo, lo que probablemente parezca tonto considerando que
ambos somos hombres grandes y voluminosos. Aun así, me relajo
contra él y él apoya su barbilla en mi hombro.
Ash está ocupado explicando el deseo de Charlie de construir
algunos espacios comunitarios y recursos específicamente para
personas con estilo de vida BDSM que necesitan ayuda. Ash fue una
de esas personas alguna vez y si no hubiera tenido a mi padre para
volver a casa después de mi ruptura, yo también lo habría sido.
Con el brazo envuelto alrededor de mi cintura, London me da
un apretón de complicidad.
~ 100 ~
—Ese es un proyecto que merece ser alabado —le dice a Ash—.

La empresa para la que trabajo proporciona soluciones de paisajismo
a gran escala para empresas y demás. ¿Tal vez pueda hablar con ellos
sobre si podemos ayudar?
—Estoy seguro de que Charlie lo apreciaría —sonríe Ash.
Josh descarrila la conversación, interviniendo sin ningún tacto.
Clásico de Josh.
—Entonces, London, ¿cómo es que nunca te hemos visto en The
Grove antes? ¿Eres nuevo en la ciudad? ¿O sueles ir a uno de los otros
clubes?
—En realidad, soy nuevo en este estilo de vida —responde
London fácilmente—. Mis amigas están en una relación de
mami/pequeña, pero hasta que intervine por Cherie como un favor,
nunca pensé en lo bien que encajaría conmigo.
—Espera, espera —Josh nos mira boquiabierto ahora, sus ojos
van de los míos a los de London y viceversa, antes de fijarse
firmemente en los de London. Su expresión se vuelve dura.
Protector—. ¿Esto es experimentación para ti?
—Santa mierda —resoplo al mismo tiempo que London
responde con calma—: Absolutamente no.
Luego me reprende en voz baja por maldecir.
Su brazo me aprieta con fuerza otra vez y puedo sentirlo
tensarse. Sin embargo, antes de que pueda decirle a Josh que no siga,
el tono de mi novio se vuelve dulce como la sacarina.
—Aunque probablemente debería agradecerte. Si no hubieras
abandonado a Matt, probablemente no lo habría conocido ni me
habría dado cuenta de cuánto disfruto ser papi. Su papi, en realidad.
—Yo no lo abandoné —contesta Josh, a la defensiva y más
sarcástico que de costumbre—. Es un hombre adulto. Es veinte años
mayor que tú y yo, amigo. Él puede manejarse muy bien.
Ash interviene, golpeando a Josh tal como lo había hecho antes.
—Excepto que era su cumpleaños, todos sabíamos que no estaba
emocional o mentalmente bien y Matt nos dijo que la única razón por
~ 101 ~
la que él y London llegaron a hablar fue porque un idiota se estaba

metiendo con él, lo que NO habría sucedido si hubieras estado allí.
—Ah, entonces Josh se está metiendo en problemas otra vez,
vaya sorpresa —observa Chance mientras él y Ted entran casualmente
en la habitación. A diferencia de London, no tienen reparos en entrar
en mi casa. Para ser honesto, no suelo tener problemas con eso. Pero,
ahora que estoy viendo a alguien, tal vez necesito establecer límites.
Después de todo, no me gustaría que entraran y nos encuentren en
algo privado.
O simplemente podría empezar a cerrar la puerta principal
como una persona normal.
Chance es un tipo bastante afable. Tiene treinta y tantos años y,
como Asher, nunca ha sido un fanático del gimnasio. Confía en el
cuerpo de papi, barba rojiza desaliñada, casi rapado y más poder para
él por eso. Ted tiene más o menos mi edad y resulta que también es el
jefe de Ash, socio mayoritario de un bufete de abogados local. Tiene
una verdadera vibra de zorro plateado a su alrededor y creo que se
parece un poco a George Clooney, con su cabello castaño
abundantemente veteado de gris y su complexión atlética aún bien
conservada. Ambos visten jeans y camisetas: no es una sorpresa en el
caso de Chance, pero Ted suele aparecer en nuestras reuniones con
traje cuando es un día laboral. Supongo que podría haber ido al
gimnasio o algo así después del trabajo, pero aun así me toma un
minuto procesar el atuendo inesperado.
—Vete a la mierda —Josh pone los ojos en blanco, pero les
sonríe a nuestros amigos. Luego se dirige a Ash con un suspiro—.
Pero, sí, está bien, tienes razón. Lo arruiné. Lo siento.
— Pídele disculpas a Matt, idiota, no a mí.
Muevo una mano en el aire para evitar que Josh haga eso antes
de hacer las presentaciones entre los recién llegados y London—.
Chance y Ted, les presento a London Hayes. London, estos son mis
amigos, Chance Baker y Ted Masters. —Sin embargo, no me bajo del
regazo de London, así que solo asiente con la cabeza a los chicos, ellos
se ríen y asienten de vuelta.
~ 102 ~
—Perdóname —dice Ted, arrastrando una de las sillas del

comedor a la sala de estar y colocándola entre el sofá y el sillón que
London y yo hemos ocupado—, pero no eres para nada lo que
esperaba cuando Ash dijo que Matt tenía un nuevo papi.
—Ted… —gruño en advertencia.
Él se ríe, todo cegador de dientes blancos y ojos cómplices. Que
yo sepa, nunca le contó a nadie sobre el momento en que le pregunté
si estaría interesado en ser mi papi poco después de que me
presentaran por primera vez al grupo y estoy agradecido por eso.
Solo fue incómodo por un tiempo y fue muy amable al
explicarme, como lo habían hecho la mayoría de los papis, que yo no
era su tipo. Para ser honesto, no creo que hubiera funcionado incluso
si hubiera estado interesado. Es demasiado señorial y nuestras
personalidades habrían chocado como papi y chico. Lo prefiero
mucho como amigo.
Con las manos en alto en señal de rendición, Ted niega con la
cabeza. —Es solo una observación, Matt.
—¿Es por la edad? —London pregunta en un tono neutral—. ¿O
mi pequeño tiene un gusto específico en hombre que no conozco?
—Principalmente por la edad —responde Ted fácilmente. Se
encoge de hombros—. Sin embargo, Matt nunca trajo a nadie nuevo
al grupo, así que admito que hice suposiciones que probablemente no
debería haber hecho.
—¿Lo crees? —me burlo.
—Aww, vamos, Matt —Chance se ha dejado caer en el sillón a mi
otro lado—, eres una persona tan reservada. Creo que apenas y te he
visto un poco más que un puñado de veces y nunca hablas de qué tipo
de papis te gustan.
Puedo sentir mis mejillas ardiendo de nuevo.
¿Por qué pensé que presentarlos a London era una buena idea?
~ 103 ~
Diez
London
Puedo sentir a Matt cada vez más agitado con sus amigos y su
sondeo nada sutil a medida que continúa la conversación. Parecen
tipos bastante agradables, incluso si todavía estoy resentido con Josh
por la forma en que trató a Matt en su cumpleaños,
independientemente del hecho de que probablemente no estaría con
Matt si no lo hubieran dejado solo.
El mejor amigo de Matt, Ash, es un par de años menor que yo,
pero es obvio que se preocupa mucho por mi pequeño y eso hace que
lo aprecie aún más. Y, cuando aparece el prometido de Ash, Charlie,
me encuentro fácilmente envuelto en una conversación con el
hombre. Se parece mucho a Josh, lo cual no es una sorpresa ya que
son hermanos, pero es mayor y emite una vibra mucho más
autoritaria.
—Charlie también era policía —explica Matt como si estuviera
leyendo mi mente—, pero... —deja de hablar con cierta incertidumbre.
Charlie le da una sonrisa torcida. Está sentado en el sofá y tiene
a Ash en su regazo, un reflejo de cómo estamos Matt y yo. Sé que
también tienen una relación de papi/pequeño, y que Charlie ha sido
el cuidador de Matt durante los últimos dos años. Para que los dos
pequeños pudieran tener citas para jugar. Es obvio que él también se
preocupa genuinamente por Matt y no sé cómo expresar gratitud por
eso. Termina la historia de Matt por él con un fácil encogimiento de
hombros.
—Pero un HDB7 trajo un final temprano a mi carrera y ahora
estoy tratando de hacer despegar algunos negocios nuevos.
—Ay —parpadeo, sin haberme dado cuenta de eso—. Eso suena
como una mierda aterradora. Pero Ash me estaba contando sobre el
7
En el texto original se usa GSW que se traduce como disparo o herida de bala.
~ 104 ~
tipo de centro comunitario que quieres poner en funcionamiento y

estoy un poco asombrado por eso —repito mi oferta para ver si la
empresa para la que trabajo puede ayudar con cualquier necesidad de
jardinería. Probablemente no podamos hacerlo gratis, pero tal vez
podríamos ofrecer algún tipo de reducción de precios. Demonios,
incluso estoy feliz de esbozar planes y hacer un presupuesto para ellos
en mi tiempo libre.
Mientras Charlie y yo conversamos sobre eso, Matt se relaja un
poco más contra mí. Comencé a preocuparme de que me mantuviera
separado de sus amigos por alguna razón, pero ahora me doy cuenta
de que no fue un acto consciente de su parte. Sus amigos son un grupo
grande y bullicioso: todos entrometidos y más que felices de
entrometerse en la vida personal de Matt sin vergüenza. El último
miembro del grupo, un tipo llamado Spencer, se une a nosotros justo
cuando se empieza a hablar de pedir pizza.
Spencer y yo recibimos una presentación apresurada y él no
oculta la forma en que me mira de arriba abajo. Es alto y delgado, su
piel pálida y una mata de cabello castaño oscuro salvaje sobre su
cabeza. Adivinando, diría que tiene entre treinta y cuarenta años, las
gafas rectangulares con montura de alambre que enmarcan sus ojos
azul grisáceo le sientan bien.
—Maldita sea —le dice a Matt—, no te tomé por el tipo de asalta
cunas.
—¿Por qué nuestra diferencia de edad es diferente a la tuya y la
de Emma? —Matt lo desafía y veo un destello de dolor cruzar el rostro
de Spencer.
—Teniendo en cuenta que ella me dejó —dice el otro hombre—,
no diría que usarla a ella y a mí como ejemplo te ayude aquí, hombre.
Me eriza un poco esta conversación. Spencer es el segundo de
los amigos papis de Matt en plantear estas preocupaciones
directamente frente a mí. Dicho esto, supongo que prefiero que sean
abiertos al respecto que tratar de hablar con él de esto a mis espaldas.
Sin embargo, al menos Ted fue más amable al respecto.
—Soy un adulto y esta dinámica nos funciona. Si no le importa
que sea veinte años menor que él, eso es todo lo que me importa —le
~ 105 ~
ofrezco al chico lo que espero sea una sonrisa comprensiva y agrego—

: Pero me alegro de que se preocupen por él y no tengan miedo de
demostrarlo —la postura machista me vuelve un poco loco, pero
ninguno de estos tipos parece ser ese tipo de personas. Ni siquiera
Josh, incluso si parece un poco malcriado. O tal vez soy yo
proyectando de nuevo.
Spencer me mira por otro momento antes de sonreír y
ofrecerme un puño para golpear.
—Vas a encajar muy bien —decide.
Matt resopla.
Después de ordenar -y comer- suficientes pizzas para alimentar

a un pequeño ejército, los amigos de Matt comienzan a salir de su
casa, cada uno de ellos me da palmaditas en la espalda y me dice que
están felices de que ahora sea parte del grupo. Tampoco son solo
palabras. Ya me agregaron a su grupo de chat y me tratan como si
fuera uno de ellos desde el principio. Ash y Charlie son los últimos en
irse y el primero me atrae para abrazarme.
—Eres bueno para él —dice en voz baja—, nunca lo había visto
tan feliz o relajado —saliendo del rápido abrazo, mira a Charlie,
alcanzando la mano del otro hombre. Balancea sus manos
entrelazadas entre ellos y ruega—: Papi, ¿podemos tener una cita de
juegos pronto?
Charlie y yo ya hemos intercambiado números y estamos de
acuerdo fácilmente. Matt se muerde el labio inferior.
—¿Tal vez podamos invitar a Kate y Cherie también? —me
pregunta— Sé que a Katie le gustaría tener más amigos como Ash y
yo.
~ 106 ~
Mi corazón se hincha. Mi precioso y dulce niño. Parece estar

siempre considerando a los demás y sus necesidades. —Creo que es
una gran idea, cariño —envuelvo mi brazo alrededor de él y beso su
mejilla—. Haremos que suceda.
Charlie y Ash se van después de intercambiar despedidas
finales. Matt y yo finalmente nos quedamos solos. No ha tenido
tiempo en su pequeño espacio esta noche y, aunque estaba con sus
amigos, el cambio de la rutina se nota en la tensión de sus hombros.
Si bien no ha tenido tiempo supervisado en su pequeño espacio esta
noche, sé que habría pasado algún tiempo coloreando o jugando con
bloques por su cuenta antes de que lo llamara para leerle su cuento
antes de dormir. Se hunde contra mí cuando le digo que se dirija al
dormitorio, renunciando a la hora del baño.
Me detengo en la habitación a la que he llamado su 'pequeña
habitación' y tomo un conjunto de pijamas con un estampado de oso
de peluche, un pañal y el talco para bebés. Sus ojos se iluminan
cuando me reúno con él en el dormitorio principal y ve los artículos
en mis manos.
—Eres el mejor, papi —declara, antes de que su rostro caiga
lentamente y desvíe la mirada.
Estoy a su lado en un segundo, levantando su barbilla
suavemente. —¿Qué sucede?
—Yo… eres tan bueno conmigo, tan perfecto, y yo… te mantuve
en secreto de mis amigos. No porque me avergonzara ni nada por el
estilo —se apresuró a decir lo último y sé que estaba preocupado de
haber herido mis sentimientos—, pero… estaba siendo egoísta. No
quería reventar nuestra burbuja —sus hombros caen y mira hacia otro
lado, estudiando la pared—. Hirió los sentimientos de Ash; Eso lo sé.
Una parte de mí está eufórico. Querer mantenerme solo para él
es en realidad un motivo muy dulce. Sin embargo, se está castigando
a sí mismo en este momento, sintiéndose culpable por herir a su
amigo y también por la posibilidad de herir mis sentimientos, me doy
cuenta de que este es uno de esos momentos en los que tengo que
tomar una decisión.
~ 107 ~
Cuando Matt y yo nos sentamos por primera vez y hablamos

sobre reglas y límites, se pasó por alto el tema de la disciplina. Me
prometió que no era un niño malcriado, pero que a veces agradecería
unas nalgadas para calmar su mente. Todavía no hemos probado el
juego de impacto por diversión, pero no puedo evitar pensar que este
es el tipo de situación a la que se refería durante esa discusión.
Disciplina doméstica para calmarlo, no como parte de un juego
sexual.
Mis instintos no me han defraudado todavía, así que hago lo que
tengo que hacer.
—Tienes razón —le digo en voz baja, pero con un filo en mi voz
que hace que esos hermosos ojos suyos se muevan hacia atrás para
encontrarse con los míos—. Ocultar información a tus amigos tenía el
potencial de herir muchos sentimientos, incluido los míos. No me
heriste —agrego, asegurándole que estamos bien—, pero puedo
entender por qué Ash podría estar herido. Y estoy orgulloso de ti por
saber que cometiste un error. Pero creo que necesitas sentir las
consecuencias por esto. ¿Tengo razón?
Le toma un momento a Matt entender lo que estoy preguntando
y lo ayudo a pensar descansando mi mano sobre la curva de su trasero,
acariciándolo suavemente. Las tiras de piel visibles sobre sus pómulos
se vuelven rosadas, pero él asiente.
—Sí papi. Por favor —casi exhala las palabras.
—Buen chico —alabo. Mientras permito que eso penetre, doy un
paso hacia el borde de la cama y me siento, tirando las cosas que había
reunido antes sobre el colchón detrás de mí—. Pantalones abajo, Matt.
Y después de eso te quiero sobre mi regazo.
Casi se apresura a obedecer, sus pantalones y ropa interior se
acumulan alrededor de sus tobillos en un tiempo récord. Él los patea,
enviándolos volando en dirección al baño. Luego se coloca sobre mi
regazo y me tomo un momento para ubicarlo de modo que ambos
estemos más cómodos y que no se lastime la espalda.
Froto los globos perfectos de su culo con la palma abierta. —
Después de esto, te vas a perdonar a ti mismo, ¿de acuerdo? Esta es la
~ 108 ~
consecuencia de tu comportamiento. Todo queda perdonado después

de esto. ¿Lo entiendes?
—Sí papi.
Nunca he hecho esto antes, pero he investigado lo más a fondo
que he podido. No planeo ser demasiado duro con él, especialmente
cuando no creo que haya hecho nada malo. Sin embargo, puedo decir
que él necesita esto y, después de un mes juntos sin tener que
disciplinarlo en absoluto, incluso yo siento que es una necesidad para
nosotros experimentar esto. Demonios, tal vez lo necesite más a
menudo de lo que pensaba, pero no sabe pedirlo.
Sin embargo, ¿debería tener que pedirlo o es mi trabajo como
su papi saber cuándo lo necesita?
Me estoy perdiendo demasiado en mis pensamientos.
—¿Color? —compruebo.
No duda, incluso si su espalda está muy recta. —Verde.
Después de hacer que la circulación fluya debajo de su piel,
retiro mi mano y le doy la primera nalgada. La piel que se encuentra
con la piel suena con un crujido más fuerte en la habitación de lo que
esperaba. Mi palma arde un poco con el impacto y admiro el contorno
rosado que he dejado sobre la piel oliva que es un poco más clara que
el resto de él. Doy el siguiente golpe en la otra mejilla, luego vuelvo al
primero para el tercero.
Matt se estremece después del quinto golpe, la piel de sus nalgas
ahora está roja y sensible, pero su espalda aún está rígida por la
tensión. Mi objetivo es ver que se suelte, así que descargo un puñado
de golpes más hasta que veo que sus hombros tiemblan y escucho el
primero de sus gemidos apagados.
Aunque sé que se supone que esto debe suceder, me duele el
corazón escucharlo perturbado. Pero esta es solo otra faceta del papel
de papi y, aunque no es divertido, haré lo que Matt necesite que haga.
Lo azoto un poco más y, una vez que está prácticamente
aletargado y sollozando como es debido, me detengo para frotar
suavemente la carne caliente.
~ 109 ~
—Eso es todo, cariño. Déjalo salir —lo levanto para abrazarlo,

sosteniéndolo con fuerza mientras llora en el hueco de mi cuello—.
Eres un buen chico para papi, Matty.
Se aferra a mí y solloza más fuerte. No soy tan estúpido como
para pensar que se trata solo de sus sentimientos encontrados por no
revelar nuestra relación a sus amigos. No ha tenido un papi en años y
tengo mis sospechas de que su última relación a largo plazo no fue tan
equilibrada como debería haber sido. Ha estado privado del cuidado
y la educación adecuada durante demasiado tiempo y solo puedo
esperar que esté empezando a llenar ese vacío para él.
Cuando empieza a calmarse, beso su sien. —Vamos a poner un
poco de loción en ese trasero perfecto tuyo, vestirnos y acurrucarnos,
¿sí?
Matt toma una respiración temblorosa antes de asentir. Está
tranquilo durante el cuidado posterior, contemplativo y
completamente aletargado. Pero la tensión que cargaba se ha ido y
parece genuinamente relajado, así que estoy convencido de que tomé
la decisión correcta.
Una vez que estamos en la cama y él se aferra a mí como un
mono araña, finalmente rompe su silencio.
—Gracias, papi —murmura en mi pecho. Froto mi mano arriba
y abajo de su espalda con dulzura—. Yo necesitaba eso. Más de lo que
me di cuenta.
—Mmm —reconozco somnoliento—. ¿Quieres hablar de eso?
—No realmente —responde unos segundos más tarde—. Yo
solo… yo… —un sonido gutural de frustración viaja por su pecho y sale
de su garganta. Espero, sabiendo que está luchando por expresarse—
. Ha sido un tiempo. Mucho tiempo. Siempre he sabido que me ayuda
a resolver mis problemas, en mi forma retorcida...
—No es retorcido —interrumpí, frunciendo el ceño—. Es una
técnica comprobada. Quiero decir, he leído un montón sobre la
terapia de azotes en línea y mucha gente encuentra que es útil para
ayudar a procesar pensamientos y emociones negativas y esas cosas.
De hecho, hay mucha psicología detrás de esto, lo que me
pareció fascinante, pero no me molesto en hablar de eso con Matt. Eso
~ 110 ~
descarrilaría la conversación y no puedo arriesgarme a que eso suceda

ahora. Aclarándome la garganta, insto. —De todos modos, ¿estabas
diciendo?
—Simplemente no pensé que se sentiría así —admite—. Como...
como si me estuviera ahogando y finalmente saliera a tomar aire.
Paso mis dedos por su cabello. —Probablemente tienes más
estrés con el cual lidiar de lo que pensabas —sugiero lentamente—. Y
tal vez… tal vez debamos hablar sobre azotes regulares para lidiar con
esa acumulación. ¿Como... una vez al mes?
Su dedo índice juega con mi pezón a través del fino algodón de
mi camiseta. —¿Todavía podría recibir azotes sexys también?
Una sonrisa estira mi rostro. Eso suena mucho más agradable
para los dos. —Claro que sí, bebé.
—Entonces, conociste a los amigos, ¿eh? —Cherie me sonríe

desde el otro lado de la mesa. Estamos comiendo algo ligero en un
café local en nuestras pausas para el almuerzo, que se han alineado
milagrosamente por una vez. Toma un sorbo delicado de su refresco
a través de la pajilla y luego ladea la cabeza—. ¿Significa esto que las
cosas se están poniendo serias?
A nuestro alrededor, hay un murmullo general de
conversaciones. El café en sí es pequeño, pero bullicioso. Hemos
atrapado un puesto en la parte trasera del espacio y hay otros dos a lo
largo de esta misma pared y tres puestos iguales en el lado opuesto de
la cafetería. En el espacio en el medio, hay algunas mesas pequeñas y
redondas y sillas que apenas tienen capacidad para dos personas cada
una. Está lo suficientemente lleno como para que nuestra
conversación no sea escuchada por terceros.
—Las cosas se han sentido bastante serias desde el principio —
respondo, rascándome la nuca—. Lo cual es nuevo para mí, lo admito.
~ 111 ~
— Viene con el estilo de vida —no hay burla en su voz ahora—.

Claro, hay algunas personas que simplemente disfrutan de una escena
o dos con extraños para distraerse un poco, pero la mayoría de
nosotros… —moviendo la cabeza de un lado a otro, busca la mejor
manera de expresar sus pensamientos—. Lo que estamos haciendo es
ser bastante vulnerables entre nosotros, ¿verdad? Entendemos que
nuestros fetiches no son exactamente aceptados socialmente, por lo
que confiar en alguien más para explorarlos en profundidad suele ser
algo serio.
Habiendo aprovechado la oportunidad mientras hablaba para
morder mi sándwich de pollo, mastico y trago mientras asiento. —Sí,
todo eso tiene mucho sentido. Quiero decir, probablemente sea más
aceptable para mí, como papi, explorar mi kinky que para Matt, o
incluso para ti y Kate, pero sigue siendo una de esas cosas tabú —
pienso en el chat al que me han invitado (que he tenido que silenciar
porque los chicos hablan un montón de mierda) y sonrío—. Pero los
amigos de Matt me han dado la bienvenida a su grupo y eso es un poco
agradable. Quiero decir, todos somos iguales, ¿sabes? Así que nada es
realmente tabú con ellos. Simplemente podemos ser —luego me doy
cuenta de con quién estoy hablando y agrego—: Lo cual obtenemos
cuando salimos contigo y Kate también.
Cherie levanta su copa de nuevo, sosteniendo la pajilla en su
lugar entre sus dedos índice y medio antes de moverse para envolver
sus labios rojos brillantes alrededor de ella. —Pero es diferente porque
son papis y pequeños gais. Se sienten más identificados.
—Bueno, Spencer es bi -su última relación fue con una mujer-
pero… sí. —frunzo el ceño ante mi comida a medio comer—. No
debería haber una diferencia, pero aun así es bueno hablar con otros
hombres sobre estas cosas.
—Cariño, lo entiendo. No me duele que también quieras hablar
con otros papis para conocer su perspectiva.
Tuve mucha suerte de tener a esta mujer como mi mejor amiga
y se lo digo. —Entonces, de todos modos —cambio el tema de nuevo,
lejos del intercambio inusual de sentimientos cálidos y confusos—,
Matt me pidió que organizara una cita de juegos para él, Ash y Kate.
¿Te unes?
~ 112 ~
—A Kate le encantaría eso —la cara de Cherie se desanima—,

pero con mi agenda tan impredecible, he renunciado a tratar de hacer
planes.
—En serio, necesitas encontrar otro trabajo.
Aparta el plato y cruza los brazos sobre la mesa y su mirada
decae. Su voz se ahoga cuando se lamenta: —He estado solicitando
durante meses, London. Meses y ni una entrevista.
Es duro verla así, pero prefiero que desahogue sus frustraciones
y busque ayuda que reprimirse todo. Desafortunadamente, no sé qué
ayuda puedo ofrecerle. —Sé que no tienes mucho tiempo libre o
tiempo personal, pero tal vez deberías tratar de iniciar tu propio
negocio como algo secundario por ahora —sugiero—. Sigo pensando
que hay un nicho en el mercado para la ropa y los accesorios para los
más pequeños que no encajan en el molde estándar —Kate y Matt son
excelentes ejemplos—. Y todavía sería felizmente tu socio en ese tipo
de esfuerzo —simplemente no tengo idea de por dónde empezar para
tratar de hacer que algo así despegue.
Cherie suspira profundamente y se sienta, jugando con la
esquina de su servilleta de papel.
—Es una gran idea en teoría —dice—, pero piensa en todos los
costos iniciales.
—Podríamos pedir un préstamo.
—Oh, claro —estira la palabra con sarcasmo liberal—. Imagina
lanzar esa idea al banco. 'Oh, hola, señor Banquero Prestamista
Prepotente, nos gustaría iniciar un negocio específicamente para
atender a adultos de talla grande a quienes les gusta vestirse como
bebés. Por favor, denos todo su dinero. No —ella se burla después de
representar su pequeño monólogo—. Como si alguien se lo tomara en
serio.
Me río. —Bueno, no si lo lanzas así.
Ella hace una bola con la servilleta y me la arroja. Aterriza en mi
plato.
—De acuerdo —levanto las manos en señal de rendición—,
vamos a presentar la idea dorada de negocios nuevamente por ahora
~ 113 ~
y volvamos a mi pregunta original. Matt y yo somos un poco

hogareños, así que nuestros fines de semana siempre son bastante
libres. Entonces, ¿qué tal si te llamo el sábado y veo cómo es tu día?
Y eso es lo que hacemos.
Milagrosamente, Cherie y Kate tienen la tarde del sábado libre
cuando llamo. Matt llama a Ash y se emociona al descubrir que ellos
también están disponibles. Prácticamente está rebotando en las
paredes cuando suena el primer golpe en la puerta.
Hoy está vestido con un adorable par de pijamas de fútbol, su
trasero perfecto redondeado con el relleno adicional de su pañal. Su
sala de estar ya está llena de juguetes y bloques, sacados de su
pequeña habitación.
—Nunca he tenido citas para jugar aquí —explica Matt mientras
me toma de la mano y me arrastra hacia la puerta principal—, solo he
ido a casa de Ash —se está hundiendo lentamente en su pequeño
espacio y espero que sea porque todavía no se siente cómodo con
Cherie y Kate. Después de hoy, espero que eso cambie.
Sé que mi expresión es indulgente cuando respondo: —Bueno,
esta será la primera de muchas aquí, estoy seguro.
Él abre la puerta principal de par en par y, antes de que me dé
cuenta, se vuelve tímido, agachándose detrás de mí. Cherie me sonríe,
mientras Kate salta sobre sus talones a su lado.
—Hola, tío London —dice Kate emocionada— ¡compramos
pastelitos! Sin embargo, mamá no me deja llevarlos —ella hace un
puchero solo por un momento antes de inclinarse sobre el umbral y
hacia un lado—. ¡Hola, Matty!
Es absolutamente adorable, sonrojándose y apenas chillando su
saludo de regreso.
Acompañando a nuestros invitados a su casa, le doy un apretón.
—¿Por qué no vas a mostrarle los alrededores a Katie, cariño?
Estoy seguro de que está emocionada de ver tu tren.
Dios la bendiga, ella sigue el juego de inmediato, agarrando su
mano y arrastrándolo por la casa, parloteando sobre cómo no puede
esperar para ver cómo son sus juguetes. Cherie y yo lo seguimos a un
~ 114 ~
ritmo más tranquilo, sentándonos en el sofá y dejando que los otros

dos hagan lo suyo. Parece un poco más relajada que a principios de
semana, los círculos oscuros debajo de sus ojos ya no se notan tanto.
Hablamos un poco sobre cómo fue el resto de nuestras
respectivas semanas y luego hay otro golpe en la puerta. Una mirada
a Matt y Kate, ambos enfocados en construir una torre con los
bloques, me dice que ninguno lo ha escuchado, así que me levanto y
dejo entrar a Charlie y Ash.
—Los otros dos están jugando con bloques en este momento —
le digo a Ash, que está vestido de manera similar a Matt—, así que
vuélvete loco.
—Ugh, no le digas eso —bromea Charlie mientras su prometido
se aleja corriendo— o terminará necesitando tiempo en la esquina.
Por lo que he visto de Ash, parece que es alguien muy tranquilo,
pero no me sorprendería si tuviese una vena malcriada.
Afortunadamente, Matt no la tiene. Lo cual me divierte, considerando
su necesidad de azotes regulares y también toda su estética de 'chico
malo'.
Aun así, me río y le presento a Charlie a Cherie. Viajo de un lado
a otro entre la cocina y el salón por un rato, sirviendo cafés para los
adultos y vasos de jugo para los pequeños, luego me acomodo en uno
de los dos sillones frente al sofá.
Cherie y Charlie parecen estar teniendo una discusión profunda
sobre los planes de Charlie para el espacio seguro de la comunidad
pervertida y no quiero interrumpir. En cambio, observo a los demás
mientras juegan. Matt parece haberse deslizado cómodamente en su
pequeño espacio y los otros dos están allí con él. Cada uno tiene un
juguete de peluche en la mano y está representando algún tipo de
historia. Kate decidió que el pingüino de peluche de Ash es la princesa
y que ella y Matt, armados con un oso de peluche y una oveja de
peluche respectivamente, están en una especie de valiente búsqueda
para rescatar al pingüino.
—Son un poco adorables, ¿eh? —pregunta Charlie y me toma un
momento darme cuenta de que me está hablando a mí.
~ 115 ~
Aparto mis ojos del juego imaginativo y le sonrío..—Cada vez

que pienso 'esto es todo; ha alcanzado la cima de ser un tierno y
adorable pequeño, lo veo haciendo algo nuevo que es aún más lindo.
—¿Y nada de esto es extraño para ti? —la mirada de Charlie es
aguda y evaluadora, aunque su conducta es relajada—. Josh dijo que
nunca antes habías sido papi. Y, lo admito, mi primera relación papi-
chico me abrió los ojos. Me tomó un tiempo supera algunos de mis
propios prejuicios, aunque lo estaba disfrutando... si eso tiene
sentido.
Me encojo de hombros. — Honestamente, si alguien me hubiera
dicho que me gustaría esto, incluso hace unos meses, me habría reído
como si no fuera lo mío —lanzo una mirada de disculpa en dirección
a Cherie—. Como, nunca he juzgado a nadie por eso. A cada uno lo
suyo y lo que sea. Pero, sí, el concepto en sí se sale un poco… —me
detengo, en realidad no quiero etiquetarlo negativamente. Me aclaro
la garganta y niego con la cabeza—. Aun así, vivirlo se siente tan
natural como respirar.
Charlie asiente, rascándose la barba sin afeitar mientras su
expresión se vuelve especulativa. —¿Has tenido problemas con algo?
Como... para mí, nunca intenté el biberón con otro pequeño cuando
empecé. Extraño, ¿verdad? Totalmente abordo con los pañales e
incluso con los chupetes, pero no podía entender lo de los biberones
—se ríe, el sonido es agradable y un poco autocrítico—. Estoy bien con
ellos ahora, pero tomó un tiempo.
—Fue disciplina para mí —interviene Cherie, colocando
suavemente su café a medio beber sobre la mesa de café frente al sofá.
Se inclina hacia adelante alrededor de Charlie para poder dirigirse a
los dos—. Me tomó un tiempo entender que, aunque Kate es una
mujer adulta, cuando está en su pequeño espacio necesita reglas y las
consecuencias tanto como necesita la diversión y la comodidad —ella
arruga la nariz—. Las nalgadas son un límite difícil para mí, así que
pasa tiempo en la esquina y escribe líneas, principalmente.
—Realmente no me he enfrentado a nada todavía —me encojo
de hombros—. Tal vez porque ya había visto mucho de lo que podía
anticipar cuando pasé tiempo contigo y Kate —señalo a Cherie—, y
realmente no tenía ninguna idea o expectativa al respecto. No sé.
~ 116 ~
Quiero decir, no es que lo hayamos intentado todo todavía. Y, por

supuesto, me costó un poco de prueba y error al principio determinar
exactamente cuánto control necesitaba que yo tomara, pero, aun así,
no diría que fue difícil.
—Eh —Charlie se recuesta—. Bueno —dice después de un largo
momento—, si eso cambia, cualquiera de nosotros está más que
dispuesto a hablar contigo. Ted fue mi mentor cuando me uní a la
escena por primera vez.
—Soy consciente de que necesitaré guía. Y, bueno, ¿tal vez eso
es algo que tu centro comunitario puede considerar arreglar? Como...
¿sesiones de preguntas y respuestas, tutorías o cosas por el estilo?
—The Grove ya tiene algo similar para los doms en
entrenamiento —reflexiona Charlie—, pero no tanto para los papis
que no son doms. Al menos, no que yo sepa. —ladeando la cabeza,
mira al vacío—. Teniendo en cuenta cuánto me ayudó Ted, creo que
es una gran idea.
Los tres hablamos un poco más sobre eso, con Cherie agregando
sus pensamientos sobre los pros y los contras de las sesiones de
preguntas y respuestas abiertas a todos los ámbitos de las sesiones de
nicho de estilo de vida BDSM. Es tan bueno verla poner su mente
analítica y sus habilidades de planificación a trabajar con tanto
entusiasmo. Guardo mis observaciones en mi cerebro, pero una vez
que el centro esté en funcionamiento, tomo nota para sugerirle que le
pida a Charlie trabajo allí. Lo disfrutaría mucho más que trabajar para
su político de mierda.
—Mami —Kate interrumpe la conversación un poco después,
moviéndose de una manera reveladora que me hace ocultar mi
sonrisa detrás de mi mano— Tengo que ir al baño.
Le doy a Cherie y Kate indicaciones para llegar al baño y capto
la expresión de curiosidad en el rostro de Matt antes de que les enseñe
el camino.
Hago otra nota mental para discutir eso con él más tarde. Por
ahora, me conformo con dejarlo disfrutar de su cita para jugar.
~ 117 ~
Once
Matteo
—Hoy fue el mejor día de mi vida —declaro mucho después de
que nuestros invitados se hayan ido. Todavía estoy saliendo de mi
pequeño espacio, aprovechando la ola de endorfinas de una cita de
juegos muy exitosa, la primera que he tenido con mi papi
supervisándome. También es la primero que he hecho en mi propia
casa.
Toda la experiencia parece haber cimentado cuán real es todo
esto y no puedo evitar pensar que incluso cuando estaba con Trent,
era algo que me estaba perdiendo.
Los labios de papi se curvan hacia arriba y se inclina sobre el
banco de la cocina, donde actualmente está cortando verduras para
saltear, para besarme castamente. —Me alegro, cariño.
—¿Te divertiste con el papi de Ash y la mami de Katie?
—Lo hice —su voz está llena de cariñosa diversión—. También
fue bueno verlos llevarse bien.
—Mmm —estoy de acuerdo, asintiendo—. Charlie las agregó al
chat grupal.
London levanta la vista de cortar un pimiento, sus ojos
brillantes y felices. —Eso es genial. Realmente no pueden socializar
mucho.
—Lo sé —mi propio rostro decae un poco. Creo que Katie está
un poco sola. Es algo con lo que me puedo relacionar. No hace tanto
tiempo, esa soledad era sofocante y tenía amigos con quienes hablar
en ese momento. Parece un poco aislada y eso me toca el corazón. Sé
que ella y Cherie tienen a London y él es maravilloso, pero traerlos a
nuestro grupo heterogéneo significa brindarles un apoyo emocional
adicional, lo cual nunca es malo.
~ 118 ~
—Voy a tratar de convencer a Cherie para que trabaje con

Charlie, una vez que su centro comunitario esté en funcionamiento —
me dice London después de un segundo—. Estoy seguro de que
Charlie también se beneficiaría de eso.
— Y significaría más horas regulares y menos estrés para Cherie.
En realidad es una especie de genio. No puedo ver a Charlie
teniendo un problema con eso, especialmente ahora que ella es
oficialmente parte del grupo, incluso si aún no conoce a los otros
chicos.
Continuamos conversando sobre la tarde que acaba de
terminar, con London más que feliz de dejarme contarle paso a paso
mis actividades. A él no parece importarle, a pesar de que estuvo
sentado en la misma habitación durante toda la experiencia y mis
historias no son exactamente fascinantes. Sin embargo, sonríe y hace
preguntas y me llena de una calidez que nunca antes había sentido.
—Así que… —dice cuando estamos en la mesa del comedor,
humeantes tazones de verduras, carne y arroz frente a nosotros— me
di cuenta de que parecías interesado… —él dice la palabra con
cuidado— cuando Kate le pidió a Cherie ayuda en el baño —recoge su
tenedor y sigue comiendo con una indiferencia forzada que me hace
ladear la cabeza. Después de masticar y tragar su primer bocado,
pregunta—: ¿Quieres hablar de eso?
Ya no estoy en mi pequeño espacio, tomo mi propio bocado de
la comida que acaba de preparar, apenas ahogando un gemido cuando
la sabrosa salsa golpea mi lengua. Me da algo de tiempo para poner
mis pensamientos en orden. —Es, um, no es algo que haya hecho con
un papi —finalmente le digo.
—¿Pero te gustaría? —como de costumbre, no hay juicio o
expectativa en su voz o en su hermoso rostro. Tampoco hay indicios
de su interés o desinterés. Aun así, sin saber dónde están sus
pensamientos, me siento incómodo discutiéndolo.
Me encojo de hombros. —Mira, he hecho lo de mojar el pañal…
—Matteo —la voz de papi sale con fuerza en respuesta a mi
actitud desdeñosa y vagamente defensiva. Se ablanda cuando levanto
la vista y lo miro a través de la mesa—. Estamos hablando de dos
~ 119 ~
situaciones diferentes. Claro, hay un elemento de vergüenza y

confianza inherente en ambos, pero pedirle a papi que te ayude a
orinar es diferente a ser cambiado.
Me desinflo. —Lo sé —suspiro—. Solo… soy consciente de que es
mucho, ¿sabes? Has tomado todo esto… —muevo mi mano alrededor,
tratando de encapsular todo el estilo de vida— con calma, pero me
preocupa que algo así vaya a estar demasiado lejos de tu zona de
confort. Demasiado, demasiado rápido.
Dejando su tenedor en la mesa, London frunce el ceño. —
Tenemos palabras seguras, Matt. No son solo para ti. Si no me siento
cómodo, las usaré.
—Pero…
Se recuesta en su asiento ahora, y puedo decir que lo he
ofendido. —¿No confías en mí para ser honesto contigo? —cuando no
refuto la acusación inmediatamente, el dolor cruza su rostro antes de
que su expresión caiga—. Ya veo.
—No es que no confíe en que estés siendo honesto —me
apresuro a tratar de arreglar mi paso en falso, empujando mi tazón a
un lado para poder inclinarme sobre la mesa y alcanzar su mano. Me
deja tomarlo con la mía, lo cual es un alivio—. Todo esto va tan rápido
entre nosotros y supongo que todavía estoy esperando que caiga el
otro zapato. Eres un poco perfecto, London. No quiero poner en
peligro lo que tenemos. Y yo... tengo miedo de que si te presiono
demasiado... si llegas a usar tu palabra de seguridad... —miro hacia
abajo, mi garganta repentinamente apretada. Ni siquiera puedo
decirlo.
Su mano aprieta la mía. —Crees que si uso mi palabra segura,
ya no me gustarás más.
Tiemblo ante la sugerencia, pero sacudo la cabeza, todavía
incapaz de mirarlo.
Deja escapar un suspiro y saca su mano de la mía y mi corazón
late con fuerza en mi pecho. Entonces escucho su silla raspando
contra el azulejo. Soy consciente de que rodea la mesa y se deja caer
en el asiento a mi lado antes de que me acerque a él, sosteniéndome
en un fuerte abrazo.
~ 120 ~
—Eso no va a suceder, cariño —murmura, besando la parte

superior de mi cabeza—. Si te pido que pruebes algo nuevo y me dices
con tu palabra segura que no es para ti, ¿pensarías menos en mí por
sugerirte la experiencia?
La comprensión amanece dentro de mí y me siento estúpido. —
No.
—Entonces, ¿por qué asumirías que te rechazaría en el caso de
que tenga que decir mi palabra segura porque no me gusta la nueva
experiencia?
—No lo sé.
Se queda en silencio por un momento y respiro el aroma
especiado de su colonia.
—Creo que sí —me dice en voz baja.
Me muerdo el labio inferior. Me aterroriza el rechazo, eso no es
un secreto. Y desde el principio de esto, le dije todas mis
preocupaciones sobre una posible relación entre nosotros. —Supongo
que una parte de mí todavía piensa que no soy lo suficientemente
bueno para ti.
El cuerpo de London se tensa y me abraza con más fuerza. —No
sé cómo convencerte de que estás equivocado. Pero, si te ayuda, a
veces dudo que yo también sea lo suficientemente bueno para ti.
—Espera —me enderezo, girando mi silla para mirarlo
sorprendido— ¿qué?
Pone los ojos en blanco, pero una sonrisa tira de sus labios. Su
mano se acerca a mi mandíbula barbuda, su pulgar acaricia la tira de
piel de mi pómulo, justo debajo de mi ojo.
—Estás jodidamente caliente, Matt. También tienes éxito, eres
dueño de tu propia casa y eres súper dulce. Y soy mucho más joven
que tú. Apenas estoy comenzando en mi carrera. Alquilo un pequeño
apartamento de mierda, conduzco un pequeño coche de mierda... —
jadea un suspiro que casi podría ser una risa corta— y uso lencería.
Seguro que se ve ridículo en un cuerpo como el mío. Difícilmente soy
un partido para un hombre como tú.
~ 121 ~
Parpadeando, lucho por procesar sus palabras. —No lo estás

diciendo en serio —London permanece en silencio—. También estás
jodidamente bueno —cuestiono su lógica, ignorando su amonestación
murmurada sobre mis maldiciones a pesar de que él comenzó—, y has
pasado de ser un trabajador a un planificador en, ¿cuánto, un par de
años? Así que tienes éxito en mi opinión. No es que importe dónde
estás en tu carrera. No para mí. Tu edad también significa una mierda
para mí y…
—En serio, Matt, lenguaje —interrumpe de nuevo, pero con
suficiente diversión como para saber que todavía estoy a salvo del
castigo.
— Y… —continúo como si él no me hubiese interrumpido— No
me importa dónde vivas mientras sea seguro. Además, la única razón
por la que soy dueño de este lugar es porque mi padre me lo dejó. No
tomé buenas decisiones en mi vida antes de que Trent me dejara,
¿sabes?
Niego con la cabeza, dándome cuenta de que me estoy saliendo
del tema antes de continuar
—Ese no es el punto —ahora dejo que mis manos se deslicen por
sus costados, mis pulgares se meten en la cinturilla de sus jeans,
jugueteando con el material sedoso que encuentran debajo de la
mezclilla—. Para finalizar, me encanta tu lencería. Solo pensar en ti
en ellos me excita. Y si quisieras probar camisolas, corsés o negligés8
o lo que sea —agarrando su mano, la coloco justo sobre mi pene
endurecido que está empujando contra los pantalones cortos que me
puse después de que nuestros amigos se fueran— esto es exactamente
lo que yo pienso.
Sus dedos se aprietan sobre mi erección, un gemido casi
inaudible sale de sus labios. —¿De verdad?
Por lo general, está tan seguro de que esta vulnerabilidad, de
alguna manera incluso más obvia que en esa primera noche que
pasamos juntos, me hace perder la cabeza.
8
Llamadas tentadoras o babydoll en varios países, pero el nombre real de la prenda es negligé o negligee.
Aunque suelen confundirse con las camisolas, los negligé son prendas sexis con encajes y diseños
escotados o transparentes, mientras las camisolas son cortas pero tienen diseños simples, se usan más
para dormir.
~ 122 ~
—Papi —junto nuestras frentes—, te lo dije. Eres perfecto.

La boca de London está sobre la mía antes de que pueda decir
algo más. La cena se olvida cuando nuestras lenguas se entrelazan y
nuestras manos se deslizan debajo de las camisas y desabrochan los
botones y braguetas de nuestros pantalones. En algún momento del
camino, me giré hacia un lado en mi asiento para que estemos uno
frente al otro correctamente y London se desliza de su silla y se
arrodilla frente a mí.
Sus grandes manos descansan sobre mis muslos, sus dedos
callosos juegan con la cinturilla abierta de mis pantalones cortos. Él
me mira a través de pestañas gruesas y oscuras, el azul de sus iris se
ha oscurecido con su deseo. —¿Puedo?
Levantando mis caderas en un gesto de invitación silenciosa,
asiento.
No necesita más indicaciones y no pasa mucho tiempo antes de
que mis pantalones cortos y mi ropa interior sean tiradas por mis
piernas y arrojadas a un lado sin contemplaciones.
Mi pene se pone firme para él y gimo cuando el calor de su
palma lo envuelve. London le da un par de bombeos ligeros antes de
inclinarse hacia adelante y el calor dulce y húmedo de su boca
envuelve la cabeza de mi polla.
Succiona provocativamente, la mano que me había agarrado
ahora recorre mi polla, cosquillas que suben y bajan por mi eje y sobre
mis bolas con la punta de sus dedos. Quiero mover mis caderas, pero
sé por experiencia que solo alargará el tiempo de burlas si lo hago.
London lame la parte inferior de la corona, ejerciendo presión
sobre mi frenillo, conduciendo círculos en ese punto sensible con su
músculo deliciosamente tortuoso antes de lamer hacia arriba y a
través de la hendidura.
—Papi —me quejo lastimeramente—. Por favor.
Se toma su tiempo de manera tortuosa, repitiendo sus acciones
antes de tomar lentamente más de mi polla en su boca hasta que no
puede ir más lejos. Luego se arrastra hacia atrás con la misma lentitud
tortuosa, chupando a medida que avanza. Estas largas y lánguidas
sacudidas de su cabeza me hacen luchar contra el impulso de follar su
~ 123 ~
boca. Mis bolas se contraen y duelen con la necesidad de correrse,

pero él no me estimula lo suficiente como para empujarme al límite.
Soy un desastre balbuceante de súplicas y deseo palpitante
cuando él finalmente (jodidamente finalmente) envuelve su mano
alrededor de la base de mi polla y se apiada de mí, bombeando con
firmes caricias y ahuecando sus mejillas. Su otra mano alcanza mis
pelotas, haciéndolas rodar y apretándolas, luego se mueve más hacia
atrás, sobre el sensible tramo de piel detrás de ellas y luego hacia mi
necesitado agujero donde lentamente frota su dedo índice alrededor
del borde.
El toque desaparece y anhelo desesperadamente, solo para que
él levante la mano y coloque ese mismo dedo en mis labios. Lo chupo
y su dedo medio en mi boca, deslizando ambos lo mejor que puedo.
Él gime alrededor de mi pene, las vibraciones viajan a través de mí
con escalofríos de felicidad, luego quita esos dedos de mi boca y los
envía de regreso a donde más los quiero.
Estoy tan ido en el disfrute de sus servicios que el dedo índice se
desliza con muy poca resistencia. El segundo, lubricado solo con mi
saliva, quema un poco mientras me estira, pero es un buen tipo de
quemadura y me muevo, abriendo más las piernas y recostándome en
la silla para darle un mejor acceso. Es incómodo y mi espalda no me
lo agradecerá, pero ahora mismo no me importa.
Extiendo la mano y agarro el borde de la mesa del comedor
cuando él dobla los dedos y encuentra mi próstata con precisión
practicada.
—London —respiro—. Papi. Estoy tan jodidamente cerca.
Él gruñe -en realidad gruñe- alrededor de mi polla.
Oh. Cierto. Lenguaje. Oops.
—L-lo siento —inhalo bruscamente mientras retuerce la lengua
y juega con la cabeza sensible de mi polla en su próximo movimiento
hacia arriba. Puede azotarme más tarde por este último desliz de mi
lengua.
~ 124 ~
Ese pensamiento es casi suficiente para llevarme al límite, pero

me las arreglo para aguantar unas cuantas sacudidas más de su cabeza
y rizos de sus dedos antes de desmoronarme, gritando algo
ininteligible mientras me corro en su boca.
No sé qué hice para merecer a este hombre, este papi perfecto,
pero haré todo lo que esté a mi alcance para conservarlo.
~ 125 ~
Doce
London
—Hayes, ¿tienes un minuto? —pregunta mi jefe, Stanley,
asomando la cabeza en el espacio de mi oficina compartida.
Sé que solo hay una manera real de responder a esa pregunta,
así que sofoco una mirada arrepentida al presupuesto estimado a
medio completar para mi próximo proyecto y pego una sonrisa
solícita. —Por supuesto.
Empujo mi silla hacia atrás y me pongo de pie, siguiéndolo a su
oficina. La suya está rodeada por el mismo vidrio esmerilado que la
sala de juntas, lo que le brinda privacidad adicional. Cierro la sólida
puerta -pintada de blanco como todas las demás- detrás de mí y tomo
uno de los dos incómodos asientos frente a su escritorio.
Stan junta sus dedos, pareciendo canalizar a Monty Burns
mientras me observa desde el otro lado de la superficie de vidrio y
cromo.
—Has estado pateando goles de izquierda a derecha desde que
asumiste el empleo de planificador —comienza y una parte de mí se
relaja ante el cumplido.
No estoy siendo despedido. Esto es algo bueno.
—Lo intento —me encojo de hombros.
Sus delgados labios se curvan hacia arriba. Stan tiene sesenta y
tantos años ahora y me recuerda mucho a mi abuelo. Es bajo, calvo y
fornido. Sus ojos son de un color azul acuoso y no es exactamente una
figura imponente. Aun así, tiene todo el poder aquí, incluso si es un
jefe bastante bueno, considerando todas las cosas.
—Me he dado cuenta —me dice después de un período de
silencio casi incómodo—. Por eso queremos trasladarte a la nueva
oficina.
~ 126 ~
Parpadeo. —¿Qué?
Parece tomar mi sorpresa como una buena señal, aunque en
realidad no lo es.
—Estamos buscando a alguien que dirija el equipo de allí.
Alguien que sepa lo que la empresa espera de su personal y que haya
demostrado ser un verdadero emprendedor. No puedo pensar en
nadie mejor para representarnos, London.
Esto es un gran elogio, especialmente viniendo de Stan, pero mi
instinto se revuelve con indecisión. Por un lado, otra promoción tan
temprana en mi carrera es asombrosa. ¿En el otro? Tomarlo significa
mudarse al otro lado del país. Lejos de mis amigos y de mi vida aquí.
Lejos de Matt.
Claro, solo hemos estado juntos tres meses en este punto, pero
la sola idea de alejarme de él me hace sentir mal.
—Yo... yo no sé qué decir, Stan.
Él se ríe, extrañando mi descarada renuencia a aceptar la oferta.
Probablemente pensaría que estoy loco si lo rechazara. Una parte de
mí sabe que sería una locura si lo hiciera.
—Sé que solo has sido planificador por un tiempo, pero, seamos
honestos, está dando vueltas alrededor de Tom y sabemos que
encajarás bien en el nuevo sitio.
—Aprecio que pienses eso. Realmente lo hago…
Ahora la expresión de mi jefe comienza a caer. Me mira
fijamente, incrédulo.
—¿Entonces, cuál es el problema?
—Quieres que me mude al otro lado del país, ¿verdad? —el
asiente. Mis hombros se desploman—. Yo... —me relamo los labios—.
Mi pareja está aquí. No creo que él se mude conmigo.
Hay un destello de sorpresa en el rostro de Stan y me doy cuenta
tarde de que probablemente no tenía idea de que yo era gay. Siempre
he sido privado sobre mi vida amorosa. No anticipo ningún tipo de
discriminación ni nada, pero supongo que pensé que era más fácil
~ 127 ~
permanecer discreto. Aun así, incluso si estuviera saliendo con una

mujer, plantearía el mismo problema.
Stan se recuesta en su silla, frotándose la barbilla y la mandíbula
con la palma de la mano contemplativamente. —No me di cuenta de
que tenías una relación que considerar, para ser honesto. —él
suspira—. Eso sí que es un problema ¿no?
—Sí —exhalo. Le ofrezco una mueca de disculpa—. Lo siento.
Realmente me encantaría el trabajo, pero… —me quedo a medias.
Una vez más me recuerdo a mí mismo que solo conozco a Matt
desde hace tres meses. Parece que no hay tiempo en absoluto en el
gran esquema de las cosas. ¿Me arrepentiré de rechazar esta épica
oportunidad de carrera por algo que podría terminar mañana?
La culpa me inunda casi de inmediato ante ese pensamiento.
Matt y yo somos estables. Sí, nuestra relación se puso seria muy
rápido, pero esa es la naturaleza del estilo de vida. Y obtengo mucho
más de estar con él que de un trabajo. Un trabajo que realmente nunca
planeé tener para empezar. ¡Hice una carrera de psicología, por el
amor de Dios!
—Habla con tu pareja antes de rechazarme, hijo —Stan
interrumpe el torbellino de pensamientos en mi cabeza. Su tono es
comprensivo y paciente—. Y veré con qué tipo de flexibilidad
podremos trabajar.
¿En serio? ¿Stan tiene tanta fe en mí como para considerar
convertir el cargo en algo más flexible? Solo él diciendo eso envía una
chispa de orgullo por mi espina dorsal.
No, puede que no me haya visto en este tipo de trabajo cuando
me gradué de la universidad, pero soy muy bueno en lo que hago.
—Está bien —bajo la barbilla, inclinando la cabeza
apreciativamente—. Gracias. Hablaré con él esta noche.
La anticipación hierve a fuego lento debajo de mi piel por el
resto del día.
~ 128 ~
—Tengo una sorpresa para ti —dice Matt a modo de saludo

cuando abre la puerta principal de su casa.
Me dio una llave la semana pasada, pero aún no la he usado.
Para ser honesto, aunque siento que prácticamente me he mudado,
todavía no me siento bien simplemente haciendo lo que quiera.
Además, ver cómo se le iluminan los ojos cada vez que abre la puerta
para encontrarme al otro lado hace que la idea de usar la llave sea
menos atractiva.
Nos besamos antes de decir: —Y yo también tengo una para ti.
Su ceño se frunce cuando registra mi vacilación. —¿Qué ocurre?
—Nada —eso es seguro. Lo he pensado mucho a lo largo del día
y pase lo que pase con mi trabajo, no voy a dejar a Matt—. Solo
necesito hablar de algo contigo.
—Eso suena jodidamente siniestro.
—Lenguaje.
Debajo de su barba, sus labios se curvan. —Lo siento, papi.
Pasamos a la sala de estar y nos sentamos juntos en el sofá. Por
lo general, lo jalaría a mi regazo o lo besaría sin sentido después de un
día de separación, pero necesito enfrentarlo ahora mismo. Necesito
ver sus pensamientos plasmados en sus expresiones porque lo
conozco lo suficientemente bien como para que trate de ocultarme sus
pensamientos negativos y todavía sigo con miedo de que me aleje si
las cosas se ponen demasiado difíciles.
—¿Qué está pasando? —me incita mientras considero cómo
abordar el tema.
—Así que… Stan me llamó a su oficina hoy —comienzo, luego
continúo antes de que pueda llegar a conclusiones incorrectas—, y me
ofreció un ascenso bastante grande.
~ 129 ~
La preocupación que había comenzado a acumularse en sus ojos

se aclara de inmediato. —¡Eso es genial!
— Sí… —rascándome la nuca, veo su rostro decaer de nuevo.
—¿Por qué no estás emocionado por esto?
Con un profundo suspiro, admito: —Porque quieren que tome
el puesto de Gerente de Oficina en la nueva ubicación.
—El nuevo… oh —Matt sabe acerca de la expansión de la
compañía porque lo mencioné un par de veces al azar. Su rostro decae
y sé a dónde van sus pensamientos. Esperaba demasiado de esta
situación. Demonios, mis pensamientos habrían ido en la misma
dirección si nuestros roles se hubieran invertido.
Alcanzo su mano, apretándola. —No me iré, cariño.
La confusión contorsiona su hermoso rostro. —¿De verdad?
—De verdad.
Ahora hay culpa en esos ojos verdes suyos y me duele verlo. —
Pero…
—No. Sin peros. Ya le dije a mi jefe que no voy a terminar mi
relación y mi vida aquí por un ascenso —me paso la mano libre por el
pelo y me encojo de hombros—. Sin embargo, no quería ocultarte esto.
Los secretos tienden a arruinar las relaciones. Lo he visto
suficiente en mi vida. Los secretos, aunque en lo que respecta a la
infidelidad, destruyeron el matrimonio de mis padres. Habiéndolos
visto fallar espectacularmente en la comunicación, nunca quise
repetir esos errores. Hasta ahora, creo que Matt y yo hemos hecho
bien en no caer en esa trampa. Ahora no es el momento de empezar.
—London... —Matt sacude la cabeza con incredulidad. Suena
asombrado y horrorizado a la vez—. Esta es una oportunidad
demasiado buena para ti. Tu trabajas muy duro. No deberías dejarlo
pasar.
—No aceptaré el trabajo si eso significa tener que alejarme de ti
—reitero, reconfortado por el alivio que se refleja en su rostro—. Stan
dijo que investigarían qué tan flexibles podrían ser. Tal vez eso
signifique ir allá un par de veces y regresar o trabajar de forma remota
~ 130 ~
o algo así. Pero si no pueden, igual te elijo a ti, cariño —no puedo
evitar sonreírle ahora, porque esta es la parte en la que me he
concentrado todo el día. El pináculo al que todo se ha reducido—. Te
amo, Matt9.
Una miríada de emociones nada en sus ojos ante mi declaración,
pero no me deja en el limbo. Una enorme sonrisa tira de sus labios
hacia arriba y junta nuestras frentes. —Yo también te amo.
Nos besamos antes de que se pueda decir algo más. A pesar de
que estos sentimientos se han estado acumulando durante meses,
decir las palabras parece agregar aún más intensidad al encuentro de
nuestros labios. Nos besamos lenta y profundamente, como
redescubriéndonos. Pongo a Matt en mi regazo, guiando sus fuertes
muslos a horcajadas sobre los míos, agarrando y apretando su trasero
sobre sus jeans mientras me muevo contra él con nuestras bocas
fusionadas. Maldita sea la quemadura de barba, no quiero que este
beso termine nunca.
La mayoría de las noches, cuando vengo después del trabajo,
ayudo a Matt a entrar en su pequeño espacio y estamos contentos de
pasar la mayor parte de nuestro tiempo juntos como papi y pequeño.
Pero hoy me alegro de que esté en su fase grande. Me alegro de que
hayamos podido hablar e intercambiar declaraciones mutuas de
nuestros sentimientos.
No me malinterpreten: disfruto ser su papi y no me importa si
es pequeño la mayoría de las veces (incluso si tener sexo con él en un
espacio pequeño fue algo de lo que primero me acerqué para hablar
con Charlie porque resultó que ahí fue donde comencé a tener un poco
de conflicto con el estilo de vida), pero me alegro de que estuviéramos
en igualdad cuando le dije que lo amaba por primera vez.
—Oh —el murmullo casi sorprendido de Matt me saca de mis
pensamientos al mismo tiempo que se desconecta del beso—, casi
olvido mi sorpresa para ti.
Con mi polla doliendo entre demasiadas capas de tela, estoy
medio tentado de decirle que puede esperar. Pero luego lo miro a los
9
Son demasiado lindooos. TT
~ 131 ~
ojos, que prácticamente bailan de emoción y no puedo negarlo.

Especialmente no cuando es algo que él preparó para mí.
Aun así, me quejo cuando él se baja de mi regazo y tira de mí
para ponerme de pie, llevándome al dormitorio principal.
—Me gustan las sorpresas en el dormitorio —bromeo con una
risa mientras me arrastra con entusiasmo de la mano.
—Bueno, esto es tanto para mí como para ti —dice Matt, de
repente sonando un poco inseguro antes de hacerse a un lado y
finalmente ver la cama. O, mejor dicho, la ropa interior
cuidadosamente dispuesta encima de la cama.
Sobre la colcha azul marino se ha colocado cuidadosamente una
variedad de satén y encaje en un verdadero arcoíris de colores. Hay
calzones y tangas, un par de camisolas, un negligé negro transparente
e incluso un corsé impresionante. Cuando me acerco para mirar más
de cerca, puedo decir que ha elegido artículos de calidad, muchos de
los cuales tengo en mi lista de deseos en línea, que sé que le han
costado una pequeña fortuna.
—Matt… —exhalo, sin saber qué decir. Esto es hermoso.
Asombroso. Demasiado. Perfecto—. Wow.
—¿Te gustan? —su voz es pequeña de nuevo. Insegura. Él no es
el pequeño Matty en este momento, pero no está acostumbrado a
hacerse cargo o hacer grandes gestos como este (ese es más mi papel)
y mi silencio atónito probablemente esté haciendo más daño que bien
en esta situación.
—Cariño, me encantan —estiro la mano para tocar el negligé, el
material es más suave y terso bajo mis dedos de lo que esperaba. No
quiero nada más que quitarme mi traje de negocios y ponérmelo. De
alguna manera, me abstengo. Dirigiéndome a Matt, pregunto con
asombro: —Pero... ¿por qué?
La vulnerabilidad y la inseguridad desaparecen de su expresión.
—Solo quería hacer algo bueno por ti —explica encogiéndose de
hombros—. Y, como dije, verte usarlos es un regalo para mí, de verdad
—se estira frente a mí y toma una negligé rojo de encaje y una tanga a
juego—. Este es mi favorito de todos. Creo que se te verá caliente como
un hijo… de…eel… pecado en ti.
~ 132 ~
—Buen chico —elogio su autocensura, luego alcanzo los

artículos que está sosteniendo—. Entonces supongo que no debería
hacerte esperar, ¿eh? Mejor asegurarse de que sean la talla correcta,
como mínimo.
Matt asiente con entusiasmo y prácticamente pone las prendas
que eligió en mis manos, empujándome hacia el baño para que me
cambie. A través de la puerta parcialmente cerrada que nos separa,
puedo escucharlo sacando apresuradamente el resto de la ropa
interior de la cama y declara en voz alta que la está guardando en el
cajón de mi ropa interior (el que me limpió hace un par de meses)
para que yo lo ordene después.
Lanzo la ropa que había estado usando en el cesto antes de
ponerme con cuidado el trozo de material delgado disfrazado de
tanga, ajustando mis bolas y mi pene aún duro dentro del encaje. No
me miro en el espejo sobre el lavabo hasta que también me he puesto
el negligé.
Nunca he ido más allá de los calzones y las tangas, por lo que el
material sedoso y delgado en mis pectorales y los finos tirantes me
parecen extraños. Me preocupa que mi reflejo parezca ridículo, pero
después de juguetear con los tirantes para que el negligé cuelgue
cómodamente, finalmente me miro a mí mismo.
Wow.
Matt tenía razón. El rojo brillante contrasta con mi piel pálida y
mi cabello negro, parece hacer que mis ojos se vuelvan más azules.
Todavía me veo como un hombre fornido que usa ropa delicada y
afeminada, pero no puedo decir que se vea mal. Solo diferente.
Levantando el dobladillo de mi camisola, me giro hacia un lado,
admirando mis nalgas apretadas y la tira de tela roja que se asoma por
mi grieta y se extiende sobre mi cadera. Mirando hacia adelante de
nuevo, puedo ver la punta de mi polla asomándose por la parte
superior de la parte delantera de la tanga, brillando con líquido
preseminal. Dejo caer el material delgado, casi transparente y el
dobladillo llega justo por encima de la parte superior de mis muslos,
el material revolotea contra la punta de mi pene mientras me muevo.
~ 133 ~
—Papi —el gemido lastimero del dormitorio me saca de mis

pensamientos—. ¿Ya estás vestido? Estoy muriendo aquí.
No puedo evitar reírme. Ambos estábamos emocionados antes
de que me alejara para probar algunos de sus dones, y 'paciente' no es
exactamente una palabra que usaría para describir a mi chico en el
mejor de los casos.
—Ya voy, cariño —le devuelvo la llamada.
—¡Ese es el plan!10
Quiero azotarlo un poco por el descaro, pero estoy demasiado
cachondo y demasiado emocionado por ver su reacción al verme
usando la lencería que eligió como para poner ejecutar su castigo. En
lugar de eso, me miro por última vez en el espejo y camino hacia la
puerta, la abro y entro al dormitorio con determinación.
Matt ya está en la cama, desnudo, acostado de lado con la cabeza
apoyada en su mano, su otra mano palmeando su pene goteante.
Cuando me ve, su mandíbula se afloja.
—Mierda, —gruñe, su voz baja y necesitada.
—Lenguaje.
—Lo siento, pero ¿te has visto a ti mismo? —esparce líquido
preseminal sobre la cabeza de su polla y luego baja por el eje,
apretándose en su siguiente embestida. Sus ojos están prácticamente
ardiendo de deseo—. Eso fue malditamente justificado.
—Oh, ¿es así? —me acerco, mi diversión en guerra con mi
necesidad de reemplazar su mano con la mía. O con mi boca. O
hacerlo rodar sobre su espalda y follarlo con abandono. O… bueno,
cualquier cosa que conduzca a los orgasmos intensos que sé que
vamos a compartir pronto—. Estoy bastante seguro de que todavía
está rompiendo las reglas, bebé.
Matt sigue sin arrepentirse, esos ojos verdes suyos viajan sobre
mi cuerpo sin vergüenza. —Creo que debería obtener un pase esta vez
—argumenta, arqueando una ceja hacia mí cuando finalmente me
10
Se pierde el chiste de doble sentido en la traducción, la respuesta de London suena como: Me vengo
cariño y por ello la respuesta descarada de Matt, de que esa es la idea.
~ 134 ~
mira a la cara de nuevo—. Porque me amas… y te compré todas esas

cosas bonitas.
La picardía inusual en su voz y su comportamiento
juguetonamente malcriado me dice que ha estado pasando tiempo
con Josh. No envidio al papi que se hace cargo de ese chico, incluso si
considero a Josh un amigo en estos días.
Aun así, no voy a dejar que Matt empuje los límites demasiado
lejos, incluso si quiero reírme y follarlo contra el colchón.
—Matteo —le advierto, sonriendo cuando gime y cierra los ojos.
—Lo siento, papi.
—Buen chico.
Se le escapa otro gemido. —London —suplica—, me estás
matando.
Sintiendo lástima por él, o, en realidad, de mí mismo, porque no
puedo recordar la última vez que estuve tan duro, acorto la distancia
entre nosotros y lo hago rodar sobre su espalda para poder gatear
sobre él, permitiendo que sus manos deambulen. sobre el negligé que
me compró. Él obedientemente abre sus piernas y yo muevo mi polla
contra la suya, el suave lazo entre nosotros se humedece con la
evidencia de nuestra excitación mutua.
—Me encanta la lencería, cariño —susurro contra sus labios, mi
aliento provocándolo, sabiendo que él quiere que cierre esa última
distancia y lo bese hasta dejarlo sin aliento.
—Yo también —está de acuerdo, jugando con mis pezones a
través de la tela suave y sedosa que los cubre—. Es como el papel de
regalo para el mejor regalo del mundo.
Esta vez, no puedo contener mis risas. —Dios te amo —es
emocionante volver a decir esas palabras, esta vez apretado contra él
en la cama como estamos, prácticamente desnudo y meciéndome
contra él.
Esto parece empujarlo más allá de los límites de su control y se
lanza hacia adelante, capturando mis labios y haciéndonos rodar
hasta que cambiamos de posición. Luego sus manos tiran hacia abajo
~ 135 ~
de la tanga que estoy usando, arrojándola al otro lado de la habitación

y se sienta a horcajadas sobre mis caderas.
—Espera —separo nuestros labios cuando guía la punta de mi
polla hasta su agujero—. Alto. Lubrícate, cariño.
Sentado, aún a horcajadas sobre mí, Matt me sonríe y señala la
botella abierta de lubricante en la mesita de noche.
—Te estabas tomando tu tiempo para cambiarte —explica—, así
que... tomé un poco de iniciativa.
Él se preparó para mí. Ahogo un gemido.
—La próxima vez, quiero mirar —le digo, escuchando la calidad
grave de mi propia voz mientras mi pene se sacude ante las imágenes
que mi cerebro ha conjurado—. Pero, mierda, cariño, si eso no es lo
más caliente del mundo…
Aun así, mis dedos viajan debajo de él, queriendo estar seguro
de que está listo para ser penetrado. Hundo dos dedos con muy poca
resistencia y los estiro como una tijera mientras él trabaja sus caderas.
—Por favor… —Matt prácticamente gime cuando
deliberadamente rozo su próstata.
—De acuerdo, bebé —agarro el lubricante y deslizo mi polla
hacia arriba, cerrando la tapa y lanzando la botella hacia atrás en
dirección del lado de la cama de Matt—. Móntame, cariño.
No necesita que se lo digan dos veces. Ambos gemimos mientras
él se hunde lentamente sobre mí hasta que me pierdo dentro de él. Le
doy un momento para que respire y se adapte y luego comienza a
moverse, rebotando en mi polla con muchas ganas.
Me encanta verlo así. Su piel dorada brilla con una fina capa de
sudor y sus músculos se ondulan con cada movimiento. Pero la mejor
parte es verlo controlar su propio placer. Él marca el ritmo, apretando
alrededor de mi polla en cada movimiento hacia arriba, girando sus
caderas y tomando lo que necesita de mí mientras yo muevo mis
propias caderas para alcanzarlo al ritmo que está marcando.
Cuando mi mano se cierra alrededor de su polla, bombeándolo
al mismo tiempo que rebota, echa la cabeza hacia atrás, su boca se
abre mientras sus ojos se cierran. Sin embargo, sus manos recorren
~ 136 ~
mi negligé, recorriendo los picos y valles de mi piel sobre la tela ahora

empapada en sudor.
Puedo decir que se está acercando a su clímax, sabiendo las
señales de su orgasmo inminente tan bien como conozco el mío ahora.
Su respiración se acelera y sus dedos aprietan el encaje sobre mis
pectorales mientras acelera con sus caderas.
—Pa… papi —jadea— London… mie… uuuhhh —quiero reírme
de la forma en que apenas logra censurarse a sí mismo, pero estoy a
punto de llegar a mi límite—. Corriendo. Estoy... ungh... ya me vengo.
Me encanta la forma en que hace la declaración, a pesar de que
no es algo que pueda pasar por alto. Ni siquiera creo que sepa que lo
está haciendo. Él es simplemente vocal, completamente caliente y
entrañablemente lindo, todo a la vez.
Grito incoherentemente mientras su orgasmo saca el mío de mí,
apretando alrededor de mi polla ordeñando todo lo que tengo. Se
desploma sobre mí, con mi polla todavía dentro de él, mientras
recuperamos el aliento. Somos un desastre sudoroso, pegajoso y
saciado y estoy inundado por el resplandor de nuestro exuberante
amor.
Simplemente reafirma mi decisión de elegir mi relación sobre
mi posible promoción. El trabajo nunca podría hacerme sentir así.
—Te amo —dice Matt, acariciando su rostro barbudo en el hueco
de mi cuello—. Lo dijiste de nuevo y yo no.
Riendo, froto mi mano suavemente sobre su espalda. —No
llevamos la cuenta, bebé. Pero me gusta oírte decirlo.
—Mmm —mordisquea mi piel, casi como si no pudiera tener
suficiente de mí—. Entonces lo diré cada vez que tenga la
oportunidad.
—Yo también, cariño. Lo Prometo.
~ 137 ~
Trece
Matteo
Debería sentirme culpable de que London rechazara un ascenso
por mí. Realmente debería… pero, en cambio, todo lo que puedo
sentir es alivio. Es una sensación extraña ser la prioridad de alguien,
pero igualmente adictiva. Dicho esto, hablamos un poco más sobre el
tema durante la cena de anoche y dejé en claro que si su empresa está
dispuesta a ser flexible, London aun debería considerar sus opciones.
Me encantaría poder hacer algún tipo de gran gesto por mi
cuenta, ofrecerme a mudarme con él y desarraigar mi propia vida,
pero eso no es realmente factible. Acabo de instalarme aquí. Tengo
amigos cercanos por primera vez en más de una década. Tengo un
trabajo que disfruto y me encanta vivir en la casa en la que crecí. Me
sentí increíblemente egoísta por decirle estas cosas, pero London solo
negó con la cabeza y me dio una de sus sonrisas indulgentes y me
aseguró que lo entendía.
Realmente he tenido suerte con él.
Floto a través de mi día de trabajo, cabalgando sobre las
endorfinas de anoche. Entre finalmente decirnos esas dos palabritas,
escuchar a London decirme que me elige a mí en lugar de su trabajo y
luego verlo lucir la lencería sexy como el infierno que le compré,
honestamente siento que tal vez estoy soñando. Si lo estoy, sin
embargo, no quiero despertarme.
Cuando Ash me llama al salir del trabajo, quedamos para tomar
unas cervezas en un pequeño bar a medio camino entre nuestras
casas. Es un lugar relajado, con el suelo de cemento desgastado y un
ambiente hipster-industrial. Llego antes que Ash y encuentro una
mesa alta con taburetes de hierro forjado, la reservo para nosotros y
pido dos de las cervezas especiales del día, ya que la carta de bebidas
cambia con frecuencia.
~ 138 ~
Jesse, el chico detrás de la barra, me sonríe mientras me entrega

dos vasos altos de cerveza pálida, su moño de hombre rubio y sucio se
tambalea en la parte superior de su cabeza mientras me cuenta con
entusiasmo todo sobre la bebida que estoy a punto de probar. No
estoy muy interesado en escuchar sobre el lúpulo o la infusión
afrutada o lo que sea, pero su pasión por apoyar a las micro
cervecerías locales es bastante dulce, así que asiento con la cabeza y
hago los sonidos apropiados de aprecio según sea necesario.
Todavía me siento aliviado cuando Ash cruza la puerta y me
saluda con la mano.
— Esa es mi señal —le digo a Jesse con arrepentimiento fingido,
levantando las cervezas en un gesto de agradecimiento antes de volver
a deslizarme hacia la mesa que requisé antes.
—Gracias.
Se despide y dejo los vasos sobre la mesa de madera gastada
antes de saludar a Ash con un rápido abrazo. Desliza su bolsa de
mensajero de su hombro y la deja caer encima de la mesa junto a su
cerveza con un suspiro de agradecimiento.
—¿Día largo? —pregunto.
Está trabajando solo a tiempo parcial en la firma de Ted para
poder terminar su título universitario. Sé que odia estudiar, pero con
solo dos semestres a tiempo parcial (o uno a tiempo completo), Ash
decidió que no tenía sentido no terminar la carrera. Además, una vez
que se dio cuenta de que podía poner el conocimiento y las
habilidades a trabajar con los planes de negocios de Charlie, eso solo
lo hizo más decidido a graduarse.
—Mi profesor de estadística puede besarme el trasero —se
queja, dejándose caer en el taburete al otro lado de la mesa con un
resoplido—. La tarea que me ha asignado vale el cincuenta por ciento
de mi calificación y es brutal.
—¿Necesitas ayuda? —no es ningún secreto que soy bueno con
los números, los datos y la extrapolación—. Puedo revisar tu trabajo
antes de que lo envíes si quieres.
La sonrisa de Ash se vuelve agradecida. —Amaría eso. Todas mis
otras clases están bien, pero estadística no es lo mío.
~ 139 ~
Conversamos sobre los parámetros de su tarea por un corto

tiempo y le ofrezco algunos consejos antes de que vacíe su vaso y bufe
entre dientes. —Está bien, no más conversaciones universitarias. Mi
cerebro está frito. No puedo manejarlo.
Me río y asiento con la cabeza, terminando lo último de mi
bebida también. —Eso es justo, amigo. Tomar un descanso; parece
que te lo has ganado.
—Amén a eso —se balancea en su taburete, escabulléndose de él
con la gracia de la juventud y su cuerpo más delgado. Agarrando
nuestros vasos, me dice que la próxima ronda la invita él y cruza la
estrecha pasarela entre nuestra mesa y la barra antes de que pueda
discutir.
Lo observo bromear con Jesse por un minuto antes de regresar
con dos vasos nuevos rebosantes de un líquido dorado y la proporción
de espuma perfecta. Le agradezco mientras tomo mi primera calada
del vaso nuevo. El líquido es crujiente y refrescante, aunque ya me he
terminado un vaso.
—Está bien, ya me he quejado lo suficiente sobre mi día —Ash
se vuelve a acomodar en su asiento, pasando su dedo por el lado
húmedo en el costado de su vaso mientras ladea la cabeza hacia mí—
. Tu turno. ¿Cómo va tu semana?
No puedo reprimir la amplia y feliz sonrisa que divide mi rostro
cuando recuerdo ayer de nuevo.
—Muy bien —la expresión de mi mejor amigo se ilumina para
coincidir con la mía—, así de bueno, ¿eh? —se inclina sobre la mesa y
coloca su mano sobre mi antebrazo—. Me alegra verlo, Matt. De
verdad. London es perfecto para ti.
—Lo es —estoy de acuerdo—. Nosotros, eh, hicimos todo el
asunto del 'te amo' ayer —puedo sentir mis mejillas tornándose
rosadas—. Todo esto se ha sentido un poco surrealista, pero… —me
interrumpo, sacudiendo la cabeza, incapaz de poner en palabras mi
revoltijo de sentimientos y pensamientos.
—Oye, lo entiendo —se ríe Ash—. Recuerda, no fue hace tanto
tiempo que yo estaba en la misma situación. Bueno, tal vez una
situación similar —toma otro sorbo de su bebida y luego se relame los
~ 140 ~
labios contemplativamente. Es un par de años más joven que London,

pero tiene la misma visión madura de la vida. Sé que, en su caso, es
porque tuvo una educación dura con su padre idiota... y eso me hace
preguntarme si London se enfrentó a algo similar.
Obviamente, London y yo hemos hablado sobre nuestro pasado
y nuestro equipaje personal, pero él no ha entrado en detalles sobre
su infancia. Sé que es hijo de un divorcio complicado y que adora a su
madre más allá de las palabras, pero, para ser honesto, no menciona
a su padre muy a menudo. Hay una pequeña parte de mí a la que le
preocupa que esté interesado en mí (o en los hombres mayores en
general) porque tiene problemas con su padre. Lo cual, está bien,
dada nuestra relación kinky y los roles que interpretamos, es
realmente divertido.
—... rápido, ¿verdad?
Niego con la cabeza, ofreciendo a mi amigo una sonrisa tímida.
—Lo siento —me disculpo—. Me perdí en mis pensamientos por
un minuto. —levanto mi copa y lo miro por encima del borde—.
¿Estabas diciendo?
La sonrisa de Asher es comprensiva, como si pudiera adivinar a
dónde fueron mis pensamientos. Él no estaría completamente
equivocado, incluso si pensara que estaba pensando cosas más
traviesas sobre mi hombre de lo que realmente estaba.
—Solo estaba diciendo que parece que las cosas van rápido,
¿verdad? Como... ¿las cosas se pusieron serias un poco rápido? —Ash
se encoge de hombros y deja su cerveza, mirándola con una expresión
más seria en su rostro mientras continúa reflexionando en voz alta—.
Las cosas realmente fueron rápidas con Charlie. En retrospectiva, fue
casi aterrador cómo pasamos de completos extraños a enamorarnos
en cuestión de semanas. Tal vez incluso días. Pero… —me mira, con
una pequeña sonrisa secreta jugando con las comisuras de sus
labios— he leído y todos los chicos están de acuerdo, que no es del
todo inesperado en el estilo de vida, ¿sabes? Quiero decir, Charlie y yo
íbamos mucho más rápido que la mayoría, creo, pero yo... yo
necesitaba eso. Necesitaba sentirme querido, conectado a tierra y
cuidado.
~ 141 ~
—Me identifico con eso —asiento con la cabeza—. Y mientras

ambos se sintieran cómodos con eso, ¿a quién le importa qué tan
rápido fueron? Quiero decir, le di a London una llave hace un mes,
cuando solo llevábamos juntos dos meses.
Sé que Ash se mudó con Charlie el día que se conocieron, pero
esas fueron circunstancias atenuantes.
Él asiente con la cabeza. —Como dije, creo que mucho se reduce
al estilo de vida. Siendo pequeños, confiamos mucho en estos
hombres y nos apegamos a ellos de formas menos tradicional y por
ello las relaciones vainilla toman más tiempo para desarrollarse o lo
que sea.
Entiendo su punto de vista. Ni siquiera es el cuidadoso
equilibrio de poder entre los roles de papi y pequeño. Al menos no
para mí. Darle el control no se trata de ser mandado, sino de dejar que
él maneje todas las cosas que me estresan. Hay algo en la cantidad de
emoción que se genera cuando papi es tan cariñoso. Algo sobre ser
libre de tomar decisiones y ser increíblemente vulnerable, saber que
papi no solo se preocupa por mi lado pequeño, sino que realmente
disfruta ser mi cuidador tanto como a mí me encanta tener a alguien
que me cuide como él.
Pero con London está el nivel adicional de confianza que él
deposita en mí. Sé que tiene sus complejos por ser un hombre grande
y fuerte al que le gusta usar ropa interior de encaje y satén, pero
todavía me deja verlo mientras explora su fetiche. La sensación que
tengo al saber que soy la única persona que lo ha visto hacerlo es
embriagadora.
Hay un verdadero toma y daca11 entre nosotros, y eso
definitivamente nos ayudó a avanzar en nuestra relación.
—Tienes razón —le digo a Ash en respuesta a sus reflexiones—.
Y estoy bien con eso. Todavía estamos tomando las cosas paso a paso,
incluso si los pasos se están dando rápidamente.
11
Intercambio recíproco por el que dos partes llegan a un acuerdo pero en el que uno de ellos tiene una
posición económica más elevada o a su vez tiene mayor poder jerárquico, sin embargo dentro del acuerdo
son vistos como iguales.
~ 142 ~
Ash choca nuestras copas, su brillante anillo de compromiso

brilla con el movimiento. Él guiña un ojo. —Beberé por eso.
—¿Papi? —me estremezco cuando London me mira por encima

de su libro.
Por fin es sábado y nos estamos relajando en casa; él está
leyendo mientras yo juego con mis bloques en el tapete frente al sofá.
Sus jefes todavía están discutiendo qué tan flexibles pueden ser con el
puesto que le ofrecieron, por lo que no hemos tenido que volver a
hablar sobre su trabajo y lo que esos cambios podrían significar para
nosotros. Aun así, está al acecho en la parte posterior de mi cerebro
constantemente y, aunque sé que él me ama, he comenzado a dejar
que me asalten las dudas sobre sus elecciones. Debido a que puede
leerme tan bien como las novelas de fantasía que tanto disfruta,
London insistió en que dejara a un lado mis preocupaciones y
obtuviera un poco de tiempo adicional siendo pequeño para tratar de
calmar mis ansiedades.
—¿Qué pasa, cariño?
Me muerdo el labio, adivinando el impulso que se apoderó de
mí lo suficiente como para interrumpir su lectura. Hemos hablado de
esto antes, pero nunca había reunido el coraje para pedirlo. Sin
embargo, algo sobre nuestro intercambio a principios de semana,
sabiendo que me ama, me empujó lo suficiente como para distraerlo
de su lectura. Y siendo pequeño quiero sentirme cerca de él, si puedo
pronunciar las palabras, creo que eso ayudará.
—¿Matteo? —papi insiste, deslizando su marcapáginas entre las
páginas de su novela y dejando el libro a un lado para poder prestarme
toda su atención.
Me estremezco en mi lugar, preguntándome por qué es tan
difícil pedir lo que quiero. Me recuerdo a mí mismo que él dirá con
~ 143 ~
seguridad si se siente incómodo. Él me ama. Él confía en mí. Y confío

en él. Aun así, desvío mi mirada mientras pregunto: —¿Puedes…
ayudarme… a… ir al baño? —todo en un suspiro.
Puedo escuchar el sonido de su ropa crujiendo y los suaves
pasos que da antes de que sus pies descalzos entren en mi campo de
visión. Luego se agacha frente a mí, levantando mi barbilla para que
tenga que mirarlo a los ojos. Me sonríe y me besa en la frente.
—Estoy orgulloso de ti por preguntar, bebé —luego se pone de
pie y me ofrece su mano. Lo tomo y él me ayuda a ponerme de pie.
—¿Color? —le pregunto, buscando en esos ojos azules incluso
una pizca de incomodidad o disgusto.
—Verde —responde sin dudarlo —¿Y tú?
Me encanta que todavía me pregunte, a pesar de que fui yo quien
sugirió probar esta cosa nueva.
—Verde.
Guiándome, me lleva al baño y me ayuda a bajarme los
calzoncillos de entrenamiento y los short deportivo con los que me
vistió antes. Después se coloca detrás de mí, presionando su pecho
contra mi espalda y sostiene su mano sobre la mía mientras me ayuda
a apuntar sobre el tazón mientras orino.
—Buen chico —elogia después de darme un par de sacudidas
rápidas, alcanzando un par de cuadrados de papel higiénico para
darme un toque breve antes de volver a meter mi polla en mis
calzoncillos de entrenamiento, reacomodando mi short deportiva
alrededor de mis caderas.
Nos lavamos y secamos las manos y, después de que me lleva de
vuelta a la sala de estar, me sienta en su regazo.
Toda la experiencia terminó en un par de minutos como
máximo, y estoy desconcertado al sentir que es normal. Un completo
no-evento.
Quiero decir, sí, tener las manos de otra persona sobre mí
mientras orinaba se sintió un poco extraño, pero esperaba sentir más
vergüenza o algo así. En cambio, se sintió exactamente como lo que
~ 144 ~
era: papi ayudando a su pequeño. Nada más allá de eso. Demonios, el

proceso de cambio de pañales es más íntimo y vergonzoso que esto.
—¿Estás bien, bebé? —pregunta papi, acariciándome la nuca
con su nariz.
Bufo. —Supongo que esperaba que eso se sintiera más raro de
lo que fue —me giro, tratando de encontrar su mirada—. ¿Fue extraño
para ti?
—No —una vez más, no hay vacilación en su respuesta—.
¿Querías que se sintiera diferente?
Considero la pregunta antes de negar con la cabeza. —No. No
realmente —arrugo la nariz—. Pensé que sería algo más grande,
¿sabes? Pero fue... ¿agradable? Esa no es la palabra correcta. Es… —
resoplo, frustrado porque no puedo expresar lo que siento—. Creo que
me ayudará a hacerme pequeño la próxima vez. Quiero decir... si te
sientes cómodo con eso.
Sus labios encuentran mi sien. —Lo estoy —me asegura, su voz
retumbando en su pecho—. Y si decides ir más allá… si quieres usar
tus pañales… también estoy de acuerdo con eso.
Eh. —¿Es eso algo que te da curiosidad?
London hace una pausa por un momento, pero no siento
ninguna indecisión. En todo caso, el silencio es reflexivo. —Supongo
que estoy curioso —responde después de unos segundos—.
Simplemente siento que es una parte bastante importante del estilo
de vida; uno que no he experimentado —se encoge de hombros—. No
es nada en lo que tengamos que precipitarnos, pero parece ser el
siguiente paso de lo que acabamos de hacer, ¿verdad? —luego se ríe—
. O, supongo, si lo piensas en términos de progresión natural en el
desarrollo infantil, nos saltamos el paso por completo.
Resoplo ante eso. —El asunto de la regresión de edad es
técnicamente retroceder, ¿verdad? Entonces, según esa lógica, es un
desarrollo inverso y sería el siguiente paso.
—Desarrollo inverso —repite con otra risa y un movimiento de
cabeza—. Eso no es algo que exista.
—Bueno, lo estoy inventando ahora.
~ 145 ~
Sus dedos gruesos y fornidos me hacen cosquillas en los

costados. No soy tan cosquilloso, pero él sabe exactamente en qué
lugar estimular para hacerme retroceder con el chillido más varonil
que pueda reunir.
Me encantan estos momentos con él. En realidad, no recuerdo
haber sido tan tonto o despreocupado con Trent, lo que casi me
entristece porque pasé diez años con él. Diez años sin este tipo de
libertad y alegría. No puedo decir que me arrepiento de la relación
porque, sin ella, dudo que hubiera tomado las decisiones que
finalmente me trajeron a este momento, pero lloro por el hombre que
podría haber sido en otras circunstancias.
—Hey —la mano de London está acariciando mi espalda—. ¿A
dónde acabas de ir, cariño?
Me sacudo la melancolía que me han inducido mis hipotéticas
cavilaciones y me recuesto contra el pecho de mi amante. —Estaba
pensando en lo afortunado que soy de tenerte como mi papi.
—Ambos tenemos suerte —insiste, abrazándome más cerca—. Y
no importa qué pasos tomemos, o cuándo. Estamos juntos en esto a
largo plazo, ¿de acuerdo?
Asiento, sintiéndome repentina e inesperadamente ahogado. —
Sí papi.
Dios, amo a este hombre.
~ 146 ~
Catorce
London
No volvemos a tener la conversación sobre el pañal. Al menos,
no en el transcurso de la siguiente semana. En cambio, Stan me sentó
el miércoles para decirme que él y sus socios comerciales analizaron
sus opciones, lo que me da algo más en lo que concentrarme.
—Si está dispuesto a pasar cada dos semanas en el nuevo sitio
durante los próximos seis meses, el trabajo es tuyo —dice con una
sonrisa llena de dientes—. Si todo sale tan bien como creo que saldrá
bien y entrena a su gente para que sea agradable y autónoma,
podemos considerar minimizar el horario después de eso y hacer que
trabaje de forma remota desde aquí con tal vez una visita mensual al
nuevo sitio.
Stan está recostado en su cómoda silla de oficina de cuero con
respaldo alto, con los dedos entrelazados detrás de la cabeza. Se
parece al gato que atrapó al maldito canario.
Mi corazón late en mi pecho. Es un acuerdo mejor de lo que
había anticipado que se les ocurriría, pero aun así estaré lejos de Matt
durante semanas enteras.
Pero también estaré aquí durante semanas enteras.
El hecho de que la compañía esté dispuesta a gastar dinero en
pasajes aéreos de regreso cada dos semanas es alucinante. Pero…
¿dónde me quedaría? Si renuncio al contrato de arrendamiento de mi
apartamento, probablemente podría permitirme quedarme en un
motel o algo así cada dos semanas. Algo de bajo presupuesto. Solo
necesitaría un lugar para dormir y ducharme, de verdad. Pero, si
hiciera eso, ¿a Matt le importaría que me mudara a su casa las
semanas que estoy aquí? Sé que básicamente me he mudado tal como
están las cosas, pero incluso yo sé que estoy siendo presuntuoso al
~ 147 ~
pensar que podría pasar cada dos semanas viviendo en su casa sin
discutir todo esto primero.
—¿Puedo discutir esto con Matt, primero? —le pregunto a mi
jefe—. Mi pareja, quiero decir —realmente no hemos hablado sobre la
posible promoción desde que lo mencioné por primera vez. Con la
idea de la flexibilidad en el limbo, realmente no había nada de qué
hablar. Pero ahora lo hay y no tomaré esta decisión sin su opinión—.
Le dije que estabas buscando opciones, pero realmente no queríamos
adivinar lo que eso podría significar.
Stan sonríe con indulgencia porque se da cuenta de que estoy
interesado en la oferta. En lo que a él concierne, estoy seguro de que
hablarlo con Matt es una formalidad en el mejor de los casos. Pero si
Matt no está de acuerdo, todavía rechazaré a Stan.
—Creo que tienes que aceptar el trabajo —me dice Matt durante
la cena. Le expliqué la oferta de Stan y, aunque traté de mantenerme
neutral, estoy bastante seguro de que él puede ver a través de mí. Sin
embargo, no parece molesto ni preocupado y eso contribuye en gran
medida a calmar mis ansiedades acerca de aceptar el ascenso.
—¿Seguro? —pregunto, queriendo estar absolutamente seguro
de que esto no nos hará daño como pareja—. ¿Estarías bien con eso?
¿Aunque eso signifique que me voy la mitad del tiempo?
Con su pechuga de pollo a la parrilla a medio comer, Matt deja
con cuidado los cubiertos sobre la mesa y me mira a los ojos.
—Es por seis meses y es mejor que la alternativa en la que
podrías haber aceptado la oferta de trabajo original y haberte mudado
al otro lado del país de forma permanente —cuando estoy por decir
algo para discutir su punto de vista o quizás para tranquilizarlo, o al
final es una mezcla de ambos, levanta una mano para detenerme—.
Pero, más que eso, somos una pareja estable. Podemos hacer
~ 148 ~
Facetime o lo que sea mientras estés allí y tendremos que recuperar

el tiempo perdido cuando estés de vuelta en casa.
Casa.
La palabra me calienta por dentro. —Podemos hacer eso —
asiento con la cabeza, moviendo las cejas hacia él sugestivamente.
Matt niega con la cabeza con una suave sonrisa. Alcanza mi
mano sobre la mesa de madera y la aprieta. —Múdate conmigo. Haz
de este tu verdadero hogar.
A pesar de que había tenido el mismo pensamiento hoy, me
sorprende escucharlo preguntándome. No ha tenido que tomar
muchas decisiones importantes (o incluso pequeñas) desde que nos
conocimos, desde que me convertí en su papi... y esto es enorme.
—¿Está seguro? —le pregunto, mis ojos no se apartan de los
suyos—. No mentiré; Quiero eso más que nada en este momento. Pero
no quiero que te sientas presionado.
Si entrecierro los ojos, puedo ver semejantes con la relación de
mis padres y todavía tengo miedo de repetir los errores de mi padre.
Matt necesita saber en qué se está metiendo. Aunque sé que no
soy mi padre, que mi situación con Matt es diferente a la del aspirante
a artista resentido que embarazó a su novia, aun comparto la
composición genética de ese tipo.
Levantando una mano antes de que Matt pueda decir todo lo
que quiere decir, confieso: —Realmente necesito que estés seguro,
cariño. Porque no quiero que ninguno de los dos se vuelva resentido
o amargado o…
—Hey —por lo general soy yo quien lo calma, pero en este
momento las cosas están cambiadas. Como si nuestros roles
realmente estuvieran invertidos, Matt aparenta tener su misma edad
cuando toma suavemente mi mejilla y pregunta—: ¿De dónde salió
eso?
Entonces le cuento todo. Obviamente, él conocía los conceptos
básicos de mi equipaje antes de hoy, pero ahora lleno los espacios en
blanco. Mis padres eran jóvenes -en sus veintes- y tuvieron un
romance vertiginoso que resultó en un embarazo. Mi papá se sintió
~ 149 ~
presionado a hacerse responsable. Mudarse con mi madre. Jugar a las

familias felices cuando todo lo que quería hacer era ver el mundo
como un espíritu libre. Aceptó un trabajo que implicaba muchos
viajes y, en última instancia, mucha infidelidad. Después de que
mamá se enteró y tuvieron una gran pelea, él se fue por completo,
dejándola con el corazón roto.
—No quiero repetir sus errores —explico, sonando miserable y
joven a mis propios oídos—. Y sé que no es lo mismo, pero hemos ido
rápido y… —levanto las palmas de mis manos en un gesto que está
atascado en algún lugar entre la súplica y el encogimiento de
hombros— ¿y si soy como él después de todo?
Matt escucha toda la confesión y me sorprende que realmente
hayamos cerrado el círculo. Solo que cuando empezamos todo esto, él
era el que necesitaba la catarsis de una purga emocional. Ahora soy
yo.
—Bueno —Matt reflexiona en voz alta, con una sonrisa suave y
comprensiva jugando en sus labios—, eso responde muchas preguntas
para mí.
Me siento abatido por esas palabras. Me he esforzado tanto por
ser abierto, por comunicarme correctamente, pero si todavía tenía
preguntas...
—Suficiente —la voz firme de Matt interrumpe mis
pensamientos en espiral. Se acerca para sostener mi rostro entre sus
grandes y cálidas palmas y me mira a los ojos. Es tan raro que se haga
cargo, que su expresión o tono coincida con su apariencia física, que
me siento en un silencio atónito mientras dice—: Ambos somos
mucho más maduros que eso, London. Y, sí, podría preferir hundirme
en mi pequeño espacio y dejar que tú tomes las decisiones, pero si
tuviera alguna duda, te lo diría. Al igual que confío en que me dirás si
tienes alguna. Quiero decir, lo acabas de hacer —se inclina y me besa—
. El hecho de que estés tratando de no repetir los errores de tus padres
demuestra que probablemente no lo harás. No puedo saber el futuro,
pero no creo que estemos en riesgo de esa manera. Entonces —sonríe
de nuevo—, múdate conmigo.
—¿Estás seguro? —sueno como un disco rayado—. ¿De verdad
no es demasiado rápido para ti?
~ 150 ~
Solo han pasado tres meses. Lo amo, pero no me perdonaré por

apresurarlo.
—Te habría pedido mudarte esa primera noche si no me hubiese
hecho parecer una persona pegajosa y loca —me asegura con una risa
autocrítica—. Estoy loco por ti, London. Entiendo que se siente como
si estuviéramos avanzando rápido, pero, a mi edad, estoy en un punto
en el que no puedo dejar que las mejores cosas de mi vida se me
escapen de las manos solo porque se asigna algún tipo de orden
numérico arbitrario de cuánto tiempo cree la sociedad que deba
esperar para vivir juntos.
Bien entonces. No puedo discutir con eso, ¿verdad? No cuando
me siento de la misma manera. Incluso si tengo prácticamente la
mitad de su edad, sé que pensar demasiado no es tan bueno como
confiar en mis instintos. Lo amo, él me ama y ambos queremos esto.
Una sonrisa se extiende por mi rostro.
—¿Cuándo puedo mudarme?
—¿Estás seguro de que quieres donar todo esto? —me pregunta

Charlie el sábado siguiente, de pie en medio de la sala de estar de mi
apartamento. Señala mis muebles de Ikea apenas usados. El sofá
seccional está tan impecable como el día que lo compré y la mesa de
café también parece nueva.
—Me quedo con las estanterías —le recuerdo—, pero el lugar de
Matt está completamente amueblado, así que no tengo ningún uso
para nada de eso.
Matt me roba un beso mientras pasa tranquilamente,
arrastrando una enorme caja de libros como si estuviera cargando una
pila de almohadas. Después de todo, esos músculos suyos no son solo
para decorar.
~ 151 ~
—¿Estás seguro de que no estás apegado a nada? ¿Qué hay de tu

cama? —me pregunta— Porque podemos reemplazar la que está en la
habitación libre con la tuya si quieres.
—Nah —rechazo la sugerencia—. No tengo vínculos
sentimentales con mis muebles. Prefiero que vayan con alguien que lo
necesite —por eso le he dicho a Charlie que lo tome todo y haga con él
lo que quiera. Aparentemente, ha organizado una unidad de
almacenamiento para la mayor parte, con planes de usarlo en su
proyecto de casa segura/centro comunitario como esperaba.
Me agacho y levanto mi propia caja de libros, gimiendo un poco
bajo su peso.
—Mientras tenga mis libros y mi ropa, estoy perfecto.
No fue hasta que Matt y yo comenzamos a empacar mis cosas
que me di cuenta de lo minimalista que ha sido mi vida hasta ahora.
No tengo muchas chucherías o efectos personales. Un montón de
libros, sí y un armario lleno de ropa, pero no mucho más. Los
armarios de mi cocina contienen lo mínimo en términos de cubiertos
y utensilios de cocina, todos los álbumes de fotos de mi infancia
todavía están en la casa de mi madre, a un par de horas en auto. Así
que todo lo que voy a mudar a la casa de Matt son libros, ropa, mi
televisor grande, una PS4 abandonada y un puñado de juegos que
Matt aún no tiene.
Sigo a Matt hasta el auto y cargo las cajas en el asiento trasero,
el maletero de mi Hyundai repleto hasta el borde con mi ropa. El
maletero de su auto también está repleto de cajas. Acortar mi contrato
de arrendamiento resultó ser relativamente fácil y todos los
muchachos se ofrecieron como voluntarios para ayudar a llevar mis
cosas a la casa de Matt en el momento en que éste lo mencionó en el
chat grupal.
—Última oportunidad para arrepentirte —bromeo con mi
compañero, llevando mis manos detrás de su cuello para atraerlo a
otro beso. Se siente como si estuviera tratando de acumularlos,
sabiendo que pasar cada dos semanas separados será doloroso hasta
que nos acostumbremos a la rutina.
Matt frota nuestras narices juntas..—Ni una oportunidad, papi.
~ 152 ~
Me sumerjo en otro beso, este menos inocente.

—Oh, ya veo cómo es —nos interrumpe la voz de Chance y Matt
suspira en mi boca antes de alejarse para mirar a su amigo, que deja
caer otra caja a nuestros pies, sin arrepentirse—. Nos tienes a todos
haciendo el trabajo pesado mientras ustedes follan en seco aquí
afuera.
—Grosero —Matt acusa al hombre pelirrojo algo desaliñado.
—Dice el tipo que juega al hockey sobre amígdalas con su chico
juguete —Chance responde con un guiño para hacernos saber que solo
está jugando.
Pongo los ojos en blanco y sigo la burla, como se espera de mí.
—Él es el chico y lo sabes, amigo —ladeo la cabeza—. Hablando de
chicos, has estado muy callado en el chat últimamente, Chance.
¿Alguna noticia que te gustaría compartir con el grupo?
Matt se anima con eso, retomando la conversa donde la dejé. —
¿Nos estás ocultando? ¿Hay algo nuevo en tu vida?
—Que se jodan los dos —se ríe Chance, sacudiendo la cabeza.
Hace un gesto entre nosotros—. Vuelvan a devorarse entre ustedes
ahora.
—Eso no es una negación —indica Matt, sonriendo a sabiendas.
Chance pone los ojos en blanco. —Si quieres saberlo, he tenido
algunas citas y he probado algunas escenas con un chico, pero
probablemente no vayamos a ninguna parte —se encoge de hombros
cuando ve las muecas de compasión en nuestros rostros—. Valió la
pena intentarlo, pero ninguno de los dos está devastado porque no
haya funcionado.
—Aun así, lo siento —se disculpa Matt, la culpa pintando su
expresión—. No debería haber presionado el tema —le doy un
apretón, orgulloso de lo empático que es.
—Nah —Chance le dice que lo olvide—. Sin daño, sin falta. Lo
merezco por no mencionarlo en el chat. No es gran cosa.
—Aun así —empiezo a objetar, pero mis palabras se cortan
cuando Josh interrumpe nuestra reunión improvisada.
~ 153 ~
—¿Por qué están todos parados aquí? —pregunta, levantando

un extremo de mi estantería alta de roble. Spencer tiene el otro
extremo y lo están llevando hacia su camioneta, que está estacionado
en la calle justo después de la entrada a mi complejo de apartamentos.
A pesar de su cuerpo más delgado y nervudo12, Spencer no parece
estar luchando bajo el peso de la madera como podría haber esperado.
Obviamente es más fuerte de lo que parece.
—Chance solo nos estaba diciendo que dejáramos de
holgazanear —respondo suavemente y Matt me abraza más fuerte a
su lado, apreciando claramente mi decisión de mantener los
problemas de Chance entre nosotros.
Sin darse cuenta, Josh le sonríe al hombre pelirrojo barbudo.
—Los atrapaste besándose como adolescentes, ¿verdad? Lo han
estado haciendo todo el día.
—No lo hemos hecho —argumenta Matt con un tono infantil.
Soltando una carcajada, inclino la cabeza de un lado a otro y le
sonrío.
—Quiero decir... lo estamos haciendo, cariño —si tuviera que
hacer una conjetura, diría que la anticipación y la alegría de mudarnos
oficialmente juntos nos ha afectado a ambos.
Toma su mano en la mía y su expresión se vuelve casi tonta. —
No puedo evitarlo —declara después de unos momentos—, te estás
mudando —sus palabras hacen eco de mis pensamientos como si
estuviéramos sincronizados el uno con el otro—. Estoy... bueno, estoy
emocionado, supongo.
—Yo también, cariño —asegurarlo me resulta tan natural como
respirar. Me inclino para que mis labios rocen el lóbulo de su oreja
mientras susurro—: Y te mostraré cuánto tan pronto como pueda
dejarte solo y desnudo.
—Mmm —murmura de vuelta, girando la cabeza para que su
barba roce mi mejilla— ¿tenemos que estar completamente
desnudos? Porque no creo que tenga paciencia para eso.
12
Que tiene muy marcados los tendones, las venas y los músculos.
~ 154 ~
—Uf —se queja Josh con buen humor y me hace un guiño antes
de empezar a retroceder hacia la camioneta de Spencer,
prácticamente arrastrando al otro hombre—. Consigan una
habitación.
—Estamos trabajando en ello —responde Matt con descaro.
—Sí —Spencer finalmente interviene, cambiando el peso de la
estantería en su agarre—, incluso podrías irte un poco más rápido si
realmente trabajaras en este momento.
Robando un último beso en forma de un rápido beso en los
labios, me río y doy un paso atrás de Matt con mis manos en señal de
rendición.
—Está bien, entiendo lo que dicen —reconozco, sintiéndome
solo un poco culpable de que estos tipos hayan estado haciendo la
mayor parte del trabajo pesado durante los últimos minutos—.
Incluso agregaré una caja extra de cerveza esta noche como ofrenda
de paz.
—Agrega pizza extra y todo está perdonado —lanza Chance por
encima del hombro en su camino de regreso a mi edificio de
apartamentos.
Lo sigo y le doy una palmada en el hombro. —Eres bueno
haciendo negocios.
Como grupo, seguimos bromeando mientras desarmamos todo
lo que hay en el apartamento y lo llevamos a los automóviles. Toma
un par de horas, pero hubiera tomado más tiempo sin los amigos de
Matt, a quienes también he llegado a ver como mis propios amigos.
Me sorprende, mientras todos estamos tirados en la sala de
estar de la casa de Matt (nuestra casa ahora), que realmente había
estado viviendo una existencia bastante solitaria antes de Matt.
Claro, había estado ocupado y había tenido amistades
superficiales con chicos de la universidad y gente con la que trabajé,
pero fuera de Cherie y Kate, realmente no había estrechado lazos
adecuadamente con nadie. Podría psicoanalizarme durante años si
quisiera, pero sé que me he estado conteniendo. Hasta Matt.
~ 155 ~
Conocer a Matt me obligó a reconocer un lado de mí mismo que

había dejado de lado. Él podría decir que él es el necesitado en nuestra
relación, pero, en lo que a mí respecta, eso va en ambos sentidos. Creo
que necesitaba a alguien a quien cuidar tanto como él necesitaba a
alguien que lo cuidara a él. Y, una vez que me abrí a él, conectarme
con otras personas fue más fácil.
—¿En qué estás pensando? —Matt pregunta, empujándome con
su hombro.
Más tarde, divulgaré todas mis revelaciones, pero ahora solo lo
beso en la mejilla y acaricio su cuello.
—Solo pensando en la suerte que tengo de haberte encontrado,
cariño.
—Los dos tenemos suerte, papi.
—Bueno, no puedo discutir eso.
Así que no lo hago.
~ 156 ~
Quince
Matteo
Los tres primeros meses de la rutina " vuelo de llegada, vuelo de
salida" de London fueron muy duros. Nos llevó un tiempo no solo
acostumbrarnos a no vernos cada dos semanas, sino también a
gestionar la diferencia horaria entre nosotros. La pasé tan mal
durante el primer mes que me gané mi primera nalgada disciplinaria
genuina en la segunda semana de London de vuelta en la ciudad,
porque una semana sin mi papi y sin tener un solo momento de por
medio para ser pequeño se había manifestado en algunas rabietas
malcriadas de las que no estoy orgulloso.
Pero, después de algunas pruebas y errores, pudimos hacerlo
funcionar.
En las semanas que London ha estado al otro lado del país, he
tenido mi tiempo de pequeño en casa de Ash y Charlie, al igual que
antes de conocer a mi papi. No es lo mismo, pero es suficiente para
relajarme y sé que a Ash le encanta tenerme cerca para jugar. Josh
incluso se une a nosotros de vez en cuando y algunos de nuestros otros
amigos también están felices de intervenir como cuidadores cuando
Charlie tiene reuniones.
En las semanas en que London está en la ciudad, trato de no
monopolizar demasiado su tiempo personal. Vivimos juntos, así que
lo tengo todas las noches y eso hace que sea más fácil compartirlo con
Cherie y Kate, o incluso con nuestros otros amigos cuando vienen a
pasar el rato. Por lo general, soy pequeño durante estos encuentros,
queriendo maximizar mi tiempo a solas con London siendo grande.
Ahora que estamos a mitad del quinto mes de la prueba de
London en su nuevo rol, las cosas se sienten bastante resueltas. Es
viernes por la noche y toda la pandilla está en nuestra casa. Estamos
al final de una reunión de cumpleaños tardía para London, quien
cumplió veintisiete años la semana pasada. Lo celebramos en privado
~ 157 ~
con una masturbación mutua a través de Facetime ese día y cuando

voló de regreso le di sus regalos (lencería nueva y una mamada
espectacular) la primera noche que estuvo en casa. Pero esta noche,
el grupo se reunió para cenar, beber y jugar.
En este momento, Ash, Katie y yo somos pequeños, pero
también lo es Josh, lo cual es una sorpresa. La mayoría de las veces,
incluso en mis citas de juegos en casa de Ash, sigue siendo grande.
Me pregunto si el trabajo ha sido estresante para él porque
nunca lo había visto hundirse tan fácilmente en su pequeño espacio.
Incluso Charlie lo vigila con cautela, lo cual es revelador. Pero, en su
pequeño espacio, Josh es bullicioso y feliz, así que no estoy demasiado
preocupado. Entiendo lo liberador que puede ser este aspecto del
estilo de vida y, como policía, probablemente merece ser liberado de
las preocupaciones de los adultos más que la mayoría de nosotros.
Cuando me levanto de mi lugar en la alfombra jugando con el
nuevo juego de bloques que papi me compró recientemente, papi me
lanza una mirada inquisitiva. Ha estado sentado en el extremo del
sofá junto a Charlie, bebiendo una botella de cerveza y charlando
sobre cosas de adultos que, sinceramente, estoy más que feliz de no
escuchar cuando soy pequeño. Pero, a pesar de que está involucrado
en esa conversación, su atención nunca me abandona. Como siempre,
no puedo evitar disfrutar esa señal de que realmente se preocupa por
mí.
—Solo tengo que orinar —le digo mientras me muevo para pasar
junto a él dirigirme hacia la suite principal.
Su mano se extiende, agarrando la mía para detener mi
movimiento y tira de mí hacia abajo para murmurarme al oído: —
Estás en pañales, bebé.
Parpadeo hacia él, un poco sorprendido de que lo mencione, de
que ahora estamos teniendo esa conversación implícita con todos
nuestros amigos a nuestro alrededor. Pero su voz es baja, sus palabras
murmuradas para mi privacidad. No es que realmente lo necesite:
este no es mi primer rodeo y los muchachos también están en el estilo
de vida, después de todo. Después de buscar su mirada durante un
minuto, me encojo de hombros, asiento con la cabeza, comparto un
~ 158 ~
rápido y casto beso en los labios con él y me doy la vuelta para volver
a sentarme en la alfombra.
Hundirme profundamente en el pequeño espacio con los demás
es fácil mientras juego, olvidándome de mi anterior necesidad de ir al
baño hasta que mi vejiga insiste en que es urgente. Pero, pequeño y
con ganas de aceptar la petición no solicitada de papi, continúo
jugando hasta que la humedad resultante contra mi piel me hace
retorcerme de incomodidad.
—Vamos, cariño —la voz de papi es cálida en mi oído. Está
agachado a mi lado y me da una gran sonrisa cuando giro la cabeza
para mirarlo—. Vamos a cambiarte, ¿de acuerdo?
Me ayuda a ponerme de pie y me conduce por el pasillo tomado
de la mano. En nuestra habitación, tiene una toalla extendida sobre la
cama, con un pañal limpio, toallitas húmedas y crema, todo ordenado
al lado. El hecho de que estuviera preparado para esto me sorprende
y también me asegura que realmente está de acuerdo con esto. Quiero
decir, debe haberlo estado, para aprovechar la oportunidad como lo
hizo.
Quedándome en mi pequeño espacio, no le pregunto su color.
Sé que si esto lo hace sentir incómodo, me dirá con seguridad si es
necesario. Así que me acuesto en la toalla que él ha preparado y me
chupo el pulgar, mirándolo con los ojos entornados mientras me baja
los pantalones cortos y me desabrocha el mameluco que está debajo.
Me arqueo para que pueda empujar la tela por mi espalda y luego
vuelvo a bajar cuando lo pide.
Es una rutina practicada en este punto, la única diferencia es
que esta vez el pañal se ha usado y no solo se lo ha puesto. No puedo
describir por qué eso lo hace sentir diferente, solo que parece un poco
más íntimo de alguna manera, pero igual de normal que cualquier
otra cosa que hayamos hecho juntos.
Me tomo un segundo para reflexionar sobre el hecho de que
nunca se sintió tan natural con Trent. Las pocas veces que hicimos
esto se sintió un poco incómodo y la razón que casi se me escapa. Casi.
Confianza.
~ 159 ~
Una parte de mí nunca confió completamente en Trent. Como

un sistema de advertencia innato, mi cerebro siempre había estado al
borde de ser grande en situaciones como esta, como si supiera que no
podía soltarme y darle todo el control. No es que fuera una mala
persona, pero había sido mi primer papi y tuvimos que trabajar duro
en nuestra relación. Comunicarnos. Evitar peleas. El mantenimiento
de una rutina. Se sintió mecánico con Trent, mientras que con London
se siente natural.
Realmente no tengo que trabajar en ninguna de esas cosas con
London. Y dejar ir todas mis preocupaciones es increíblemente fácil.
Porque confío en él.
Lo amo y confío en él inherentemente.
Ha enrollado el pañal mojado con eficiencia para cuando pongo
atención de nuevo en sus acciones y me ha limpiado. Sus grandes
manos alisan la crema protectora sobre mi piel casi con reverencia.
Luego hace que levante mis caderas para que el pañal limpio pueda
deslizarse debajo de mi trasero y abrocha las lengüetas con práctica
facilidad, asegurándose de que todo esté bien ajustado y acomodado
correctamente antes de volver a vestirme. Me siento, con el pulgar
todavía en la boca y observo como ordena los suministros y tira el
pañal viejo en el pequeño bote de basura del baño. Escucho correr el
grifo mientras se lava las manos y luego regresa, viene a sentarse a mi
lado en la cama, el colchón se hunde con la acción.
—Gracias por confiar en mí en esto —dice papi en voz baja,
tirando de mí para darme un abrazo de lado—. Probablemente no
debería haberte puesto en esa situación con todos aquí…
Niego con la cabeza, saliendo de mi pequeño espacio para tener
una conversación necesaria.
—No es como si fuera algo nuevo o extraño para alguno de ellos.
Quiero decir, Charlie y Ash desaparecieron por la misma razón hace
un momento —cuando las palabras salen de mis labios, hago la
conexión. Sonrío un poco, ladeando la cabeza mientras me giro para
observarlo—. ¿Es por eso que lo sugeriste?
Él asiente, con las mejillas un poco sonrojadas. —Sabes que he
querido tacharlo de nuestra lista por un tiempo. Y Charlie… —suspira
~ 160 ~
y mira al techo—. Él y yo lo discutimos desde la perspectiva de papi,

¿sabes? Y él tiene toda esta perorata sobre la vulnerabilidad y la
confianza involucradas y yo… —London se aclara la garganta—. De
acuerdo, revelación completa: me puse un poco celoso de no haber
experimentado eso, supongo —con un movimiento triste de su cabeza,
me mira y toma mi mano—. Excepto que, en medio de eso, me di
cuenta de que sí. Está en todo lo que hacemos juntos. Somos
vulnerables el uno con el otro todo el tiempo y estamos demostrando
constantemente cuán profundamente nos amamos y confiamos el uno
en el otro. Esta fue solo otra forma de compartir eso, pero no es la
única forma. No es que no fuera como él dijo que era.
Cada vez que pienso que no podría amarlo más, dice algo como
esto. Algo que es mucho más maduro y relajante de lo que un hombre
de veintisiete años tiene derecho a ser. Olvidé que es mucho más joven
que yo cuando es tan perfectamente autoritario por un lado y tan
cariñoso por el otro.
No sé qué más decirle aparte de: —Te amo.
Compartimos mucho esas dos palabras, pero nunca deja de
enviarme un escalofrío cuando las responde. Rozando sus labios
sobre mis nudillos, London me mira a los ojos y hace exactamente eso.
—Yo también te amo, Matt —y, en este momento, la vida es
perfecta. Dentro de unos meses cumpliré cuarenta y seis.
Hace un año, nunca podría haber imaginado sentirme así. No
puedo pretender saber qué nos depara el futuro, pero tengo confianza
en que, sea lo que sea, lo vamos a afrontar todos juntos. Yo y mi papi
joven y sexy.
~ 161 ~
Epílogo
London
Matt y yo sobrevivimos a la prueba de seis meses de mis arreglos
de trabajo flexible y estamos celebrando mi último regreso quincenal
saliendo a cenar. Si Matt se saliera con la suya, compraríamos comida
para llevar y lo celebraríamos en la cama, pero quiero mostrar a mi
chico en público. Se siente como si hubiera pasado demasiado tiempo
desde que lo mimé.
Además, me excita verlo vestido en traje formal. Siempre está
atractivo, pero con pantalones de vestir y una camisa abotonada,
especialmente combinada con una chaqueta a la medida, nunca deja
de hacer que mi motor funcione. Me gusta pensar en estos conjuntos
de la misma manera que él describe mi lencería: como papel de regalo
que cubre un hermoso regalo y espero poder quitarle la ropa más
tarde en la noche.
A pesar de que no va a estar en su pequeño espacio, esta noche
me encargué de todas las decisiones. Ese es mi papel como su papi y
me tomo un momento para considerar cuánto todavía lo disfruto
genuinamente. Desde seleccionar su atuendo, elegir el restaurante,
hasta leer detenidamente el menú en línea para saber qué comida
ordenar para él. El hecho de que confíe en mí para tomar las
decisiones correctas para él, incluso ahora, me deja boquiabierto.
—¿Listo para irnos? —le pregunto una vez que he atado los
cordones de sus zapatos casuales, sonriendo desde mi posición
arrodillado en el suelo. Él asiente y sonríe, guapo como siempre,
salimos de casa (cerrando la puerta con llave detrás de nosotros) hacia
mi auto tomados de la mano.
Hablamos de la semana de trabajo de Matt en el viaje por la
ciudad, que luego da paso a un resumen de mi último viaje por el país.
~ 162 ~
—Stan y yo estamos de acuerdo en que son bastante autónomos

en estos días —le digo mientras estaciono mi pequeño y confiable
Hyundai en el estacionamiento al lado del lindo y pequeño
restaurante francés que decidí elegir. Me desabrocho el cinturón y me
giro en mi asiento para estar frente a frente, sonriendo porque estoy
muy feliz de informarle esto—. Así que parece que podré salirme con
la mía visitando la oficina en persona una vez al mes en el peor de los
casos. El resto del tiempo, puedo administrarlo de forma remota.
Reuniones de equipos, correos electrónicos, ese tipo de cosas.
La expresión de Matt se ilumina como un árbol de Navidad. —
¿De verdad?
Muevo la cabeza con entusiasmo.
—¡Eso es genial! —se inclina sobre la consola central, gruñendo
en señal de queja cuando lo detiene su propio cinturón de seguridad.
Sus manos luchan para desabrocharse y yo me río de su distracción a
tientas. Luego respira hondo, me lanza una mirada de indiferencia,
finalmente presiona el botón y se lanza hacia mí.
Sus labios están sobre los míos antes de que pueda parpadear, y
toma el control del beso. Es profundo, apasionado y lamento la falta
de espacio en mi diminuto auto de mierda cuando no puedo acercarlo
más a mí.
—Vamos a llegar tarde a nuestra reserva —me quejo ligeramente
cuando salimos a tomar aire.
Matt se ríe. —¿Eso significa que podemos pedir comida para
llevar y volver a casa?
Trato de llegar detrás de él para golpear su trasero.
—Pórtate bien, cariño. Quiero sacar a mi hermoso chico y poner
celosos a todos.
Incluso ahora, después de más de nueve meses juntos, los
cumplidos traen un rubor rosado a las tiras visibles de piel sobre su
barba. Todavía es adorable como la mierda.
—Bueno, papi —se mueve hacia atrás en su asiento con un
puchero juguetón—. Pero me vas a comprar la cena y el postre.
—Oh, cariño —muerdo el anzuelo—, tú eres mi postre.
~ 163 ~
La cena transcurre sin problemas y sé que, a pesar de todas sus

quejas de que preferiría estar en casa, Matt disfruta de la rara noche
de fiesta. Prácticamente gime con cada bocado de la comida que
seleccioné para él, la decadencia de la cocina francesa es demasiado
deliciosa para no disfrutarla.
Jugamos con los pies debajo de la mesa, bromeando como si
estuviéramos en nuestra primera cita en lugar de en una relación
comprometida a largo plazo. Y pido postre, porque ha sido un buen
chico y haré cualquier cosa para mantener esa sonrisa en su rostro.
Pero cuando llegamos a casa y me detengo en el camino de
entrada, hay un extraño en nuestra puerta.
En el asiento del pasajero, Matt se tensa y frunce el ceño cuando
el hombre que había estado apoyado contra la pared al lado de la
puerta principal se aparta y avanza hacia nosotros.
—Trent —Matt inhala fuertemente y ahora también me siento
tenso. ¿Qué está haciendo él aquí? ¿Quién se cree que es para aparecer
en la puerta de su ex sin previo aviso?
Cuando Trent entra en la luz de los reflectores con sensor de
movimiento que instalamos sobre la puerta principal, puedo ver que
es alto como Matt y más o menos de la misma edad a simple vista,
pero delgado y bien afeitado. Tiene el pelo de color claro, algo así
como un rubio arena y una cara alargada y angulosa. A medida que se
acerca y salgo del auto después de haberle dicho a Matt que se quede
quieto por un momento, noto que es guapo al estilo de una estrella de
Hollywood envejecida.
Se detiene y me frunce el ceño.
—¿Y usted es? —pregunta y su voz es más aguda de lo que había
anticipado. Tal vez esta actitud es una compensación de no tener
exactamente seriedad en su voz, pero por los pequeños fragmentos
que Matt ha dejado escapar en nuestro tiempo juntos, creo que es más
~ 164 ~
un caso de Trent siendo un imbécil en general. O tal vez estoy

proyectando.
Poniendo una sonrisa afable, extiendo mi mano. —London —me
presento. Cuando me da una mirada lenta, comenzando por mis pies
y arrastrándose lentamente hacia mi cara, negándose a estrecharme
la mano o presentarse, ignoro el disgusto en su expresión y
alegremente meto la mano en el bolsillo. Apoyándome contra mi auto,
ladeo la cabeza hacia un lado— ¿Cómo puedo ayudarte, Trent?
Poniendo los ojos azul pálido en blanco, hace un gesto hacia el
auto con un gesto desdeñoso.
—Hablaré con Matteo, gracias —se aclara la garganta cuando no
me muevo—. En privado.
—Sí, eso no va a pasar —reboto sobre mis talones,
permaneciendo alegre y demasiado amigable—. ¿Han pasado, cuánto,
cerca de tres años desde que lo enviaste a empacar sin siquiera pensar
un segundo en cómo se las arreglaría? ¿Crees que incluso quiere
hablar contigo?
Trent aprieta los dientes y tengo la sensación de que no está
acostumbrado a que lo desafíen.
Bueno, muy mal, magdalena.
—Escucha, hijo —me dice condescendientemente—, he estado
sentado aquí esperando durante casi una hora.
—Bueno, eso no sería un problema si no hubieras aparecido sin
una llamada de cortesía.
Poniendo los ojos en blanco, se inclina a mi alrededor y exige en
voz alta que Matt salga del auto y hable con él. Antes de que pueda
insistir en lo contrario, la puerta del pasajero se abre y Matt sale.
Tiene cara de piedra y no se parece en nada al hombre dulce y jovial
al que he pasado la noche cortejando y mimando.
—¿Por qué estás aquí, Trent? —pregunta, sonando derrotado y
desinteresado. Camina alrededor del auto y no pierdo el tiempo
envolviendo mi brazo alrededor de él, metiéndolo a mi lado.
¿Posesivo? Sí. ¿Me importa? No.
~ 165 ~
—¿En serio, Mateo? —Trent se burla— ¿Un chico propio? —su

tono parece implicar que encuentra ese concepto ridículo. Luego
dice—: No importa. Deberíamos hablar.
Se siente como si hubiera entrado en una escena de una
telenovela mal escrita. El inevitable momento de 'ex amante dándose
cuenta de que han cometido un terrible error'. Pero, por muy divertido
que pueda ser en el papel, no puedo evitar la punzada de
incertidumbre que siento.
No puedo evitar preocuparme de que exista la posibilidad de
que Matt prefiera volver con el hombre con el que tiene tanta historia,
después de todo.
Interrumpiendo mis pensamientos, Matt se ríe. Una risa
honesta de diversión. —Si crees que este hombre es mi chico, eres un
idiota —dice, sacudiendo la cabeza—. London es mi papi, Trent. Y él
es mucho mejor en eso que tú.
Mientras me defiende, es como si pudiera verlo activamente
cerrando esos dolorosos años de su vida. No puedo negar el alivio que
me recorre. Acaricio su cuello, besándolo en el lugar justo detrás de
su mandíbula que sé que lo excita y lo molesta. —Estoy tan orgulloso
de ti, cariño.
Trent solo parece desconcertado. —¿Qué?
Matt se encoge de hombros. —No sé por qué estás aquí después
de casi tres años de silencio y sinceramente, no me importa —gira la
cabeza para sonreírme—. Estoy enamorado. Tengo un papi increíble
que me trata bien y ama mi apariencia.
—Especialmente en un mameluco —agrego, y para mí deleite él
se ríe.
—Especialmente en un mameluco —repite de acuerdo.
—Pero… —Trent comienza, luego se detiene. Matt y yo lo
miramos casi en un movimiento sincronizado. El hombre parado
frente a nosotros parece desplomarse resignado—. Entonces, si te
dijera que cometí un error.
—Estaría de acuerdo contigo —la respuesta de Matt es firme,
pero aun así se las arregla para sorprenderme con su trasfondo de
~ 166 ~
amabilidad. Sin embargo, no debería sorprenderme. No cuando sé lo

inherentemente compasivo que es—. Trent, no éramos buenos el uno
para el otro. Tenías razón al terminar las cosas. Si no lo hubiera… —
se calla y niega con la cabeza—. Ha sido un largo tiempo. Y si no eres
feliz, lamento escuchar eso. De verdad. No eres una mala persona,
¿sabes?
Mi dulce e indulgente chico.
Continúa y me sorprende que probablemente haya estado
pensando en lo que le diría a este hombre, su primer papi, si alguna
vez tuviera la oportunidad.
—Que te des cuenta de que te equivocaste no significa que me
vaya a alejar de la vida que he reconstruido, pero te agradecería la
disculpa. Me hiciste un favor al dejarme ir, incluso si me tomó mucho
tiempo ver eso. Te estoy haciendo un favor ahora diciéndote la verdad.
Hay un silencio incómodo entre todos nosotros hasta que Trent
deja escapar un triste suspiro y asiente. Tiene la gracia de parecer
genuinamente arrepentido cuando mira hacia atrás desde el suelo.
Primero se encuentra con la mirada de Matt, luego con la mía.
—Lamento haber perturbado su noche —dice y está muy lejos
de la fanfarronada y la pompa de su actitud inicial. Todavía no tengo
fuerzas para buscar ni una pizca de empatía por él, pero Matt tiene
eso cubierto.
—Va a mejorar, Trent. Pero, ¿cualquiera que sea el cierre que
estás buscando aquí? No lo vas a encontrar más allá de saber que soy
feliz.
Clavo a Matt a la puerta en cuanto entramos y su antiguo papi

se ha ido. Mis labios están sobre los suyos en un instante, mis manos
tirando de su chaqueta y tirando de los botones de su camisa. No me
~ 167 ~
importa si rompo la maldita cosa, le compraré una nueva. Lo necesito

desnudo. Ahora.
Se ríe cuando me alejo para seguir peleando con el material y el
sonido es más ligero y despreocupado de lo que jamás lo haya
escuchado.
—Papi… soy demasiado viejo para follar contra la puerta
principal.
Ni siquiera me atrevo a amonestarlo por el idioma. Le arranco
la camisa, los botones tintinean y chasquean y repiquetean sobre las
baldosas a nuestros pies, luego caigo de rodillas para morder su polla
a través del material grueso y negro de sus pantalones de vestir.
—Eres perfecto —le digo, mi cerebro revuelto por la necesidad,
el orgullo y el resurgimiento de todos los sentimientos alegres y
coquetos de la cena. Froto mi rostro contra su creciente dureza,
prodigándolo con más elogios—. El mejor chico, compañero,
amante... diablos, eres la mejor persona que jamás podría imaginar.
Su mano pasa por mi cabello, acariciando la parte superior de
mi cabeza y miro hacia arriba para verlo mirándome con diversión y
adoración a partes iguales. —Sabes, si hubiera sabido que decirle a
Trent que se vaya a la mierda me haría ganar este tipo de reacción, lo
habría llamado y lo habría hecho hace mucho tiempo.
Ahora es mi turno de reír y niego con la cabeza. —No es solo
eso... pero eso estuvo jodidamente caliente, por cierto —no me
importa lo tonto que me siento al hacer esta declaración en esta
posición. Tengo el pensamiento fugaz y ligeramente febril de que si
tuviera un anillo, probablemente le propondría matrimonio, pero a
pesar de las endorfinas que siento, sé que aún no estamos preparados
para eso. Pero algún día lo estaremos, estoy seguro—. Estos últimos
meses han demostrado que podemos superar los desafíos juntos y
cada momento lejos de ti ha sido horrible. Esta noche se sintió como
el comienzo de algo nuevo otra vez. Algo excitante.
Le permito que me ayude a ponerme de pie y ahueco su
mandíbula barbuda con mis manos.
—Y luego, ya sea que te des cuenta o no, ¿justo ahora en el jardín
delantero? —muevo mi barbilla en la vaga dirección del camino de
~ 168 ~
entrada—. Tú me elegiste. Podrías haberlo escuchado. Podrías haber

tenido el papi apropiado para tu edad con el que tienes una década de
historia. Pero, en cambio, me elegiste a mí.
Sus ojos se suavizan y brillan con lágrimas. —London —su voz
es ronca, pero me está sonriendo—. Siempre te elegiré.
Luego nos estamos besando de nuevo, con la misma intensidad
que antes pero a un ritmo más lento. Mi energía maníaca se está
convirtiendo en una necesidad cruda y nos besamos mientras
intentamos abrirnos paso a tientas hacia el dormitorio, quitándonos
zapatos y ropa (su ropa interior y mi lencería, lo que implicó muchos
saltos y risas de ambos) a nuestro paso. Mirando detrás de nosotros,
es como una zona de desastre en miniatura, el rastro de un tornado
pequeño, aunque apasionado.
Cuando finalmente caemos en la cama, por fin estamos
desnudos, no pierdo el tiempo y cubro mis dedos con lubricante y
estiro a Matt. Pero, por mucho que necesite estar dentro de él,
conectado con él en el nivel más íntimo, no quiero apresurar esto. En
cambio, planeo hacerle el amor.
Lo guío de costado y lo presiono detrás de él, levantando su
muslo hacia arriba y hacia atrás sobre mi cadera para poder
deslizarme dentro de él en el ángulo correcto. Él suspira mi nombre,
su mano se extiende hacia atrás para acercar mi rostro hacia él para
un beso incómodo, descuidado y completamente perfecto.
Establezco un ritmo lánguido, moviendo mis caderas
lentamente, arrastrando mi polla hacia adentro y hacia afuera
mientras murmuro todo lo que estoy pensando y sintiendo en la
concha de su oído.
—¿Te gusta?
Él gime.
—¿Te gusta cuando te follo lentamente, cariño?
Un gemido necesitado.
—Te sientes... oh— jadeo—, tan jodidamente bien, bebé.
Empujo más profundo, prácticamente fundiéndome con su
espalda, como si estuviera tratando de volverme uno con él. Está
~ 169 ~
jadeando, su polla dura en mi agarre y ahora apenas me muevo, solo

provocándolo con pequeños movimientos incrementales de mis
caderas contra los globos perfectos de su trasero.
—Eso es todo —prácticamente digo mientras inclina su cabeza
hacia atrás sobre mi hombro, igualando mis minúsculos momentos,
extrayendo nuestro placer mutuo—, eres mi buen chico —gimo
mientras empujo lentamente hacia adelante de nuevo, su apretado
calor me lleva más cerca del borde—. Mi chico perfecto.
—Oh, Dios... —Matt sisea mientras aprieto mi agarre en su pene
que gotea, girando en cada tortuoso y lento golpe ascendente.
A pesar de nuestra naturaleza lánguida de hacer el amor, mi
corazón late rápidamente y puedo sentir que mis bolas se contraen,
puedo sentir que mi cuerpo se entrega al exquisito placer de estar
envuelto en su apretado calor.
—Quiero que te corras por mí, Matt —le digo, empleando mi
mejor tono autoritario, el que sé que él ama—. Quiero sentirte correr
sobre mi mano. Quiero sentir tu bonito y pequeño agujero
apretándose alrededor de mi polla. Quiero…
Sofoca un grito, soltándose y accediendo a mi pedido. Gimo mi
propia liberación, derramándome dentro de él, empujando y
moliendo mientras empujo hasta el último momento posible.
Salgo lentamente, besando cualquier parte de su cara, cuello y
hombro que pueda alcanzar, luego miro hacia abajo para ver cómo mi
semen gotea con mis movimientos finales.
Es increíblemente caliente de ver. Tan caliente como fue esa
primera noche que pasamos juntos. Tal vez incluso más caliente,
porque esta vez tenemos detrás la intensidad de nuestras emociones.
Tenemos nuestra propia historia, a pesar de que solo son nueve meses
en lugar de una década.
—Quédate aquí, cariño —le susurro al oído cuando noto que sus
párpados se cierran—. Nos limpiaré.
Me libero de la cama y, mientras todavía está tonto y maleable,
hago que se mueva para poder sacar el edredón sucio de debajo de él
y la manta debajo para cubrirlo una vez que esté limpio. Luego me
meto en el baño y agarro una toallita, la empapo con agua caliente y
~ 170 ~
la escurro ligeramente antes de volver y encontrar a Matt que se ha

quedado dormido.
Lo limpio suavemente, no queriendo despertarlo, luego me
limpio superficialmente antes de volver a meterme en la cama detrás
de él. Me acurruco a su espalda, los dos todavía desnudos, reflejando
nuestra posición anterior. Tirando de la manta sobre nosotros,
presiono un último beso en su hombro desnudo y me acurruco para
dormir.
Mañana, discutiremos los eventos de esta noche
apropiadamente. Repetiré lo orgulloso que estoy de él por defenderse
y obtener su merecido cierre de una manera sana y madura. También
reiteraré lo conmovido que estoy de que me haya defendido. Que me
eligió a mí. Que dijo que siempre me elegiría a mí.
La noche que lo conocí, nunca podría haber imaginado que
cambiaría mi mundo de la forma en que lo ha hecho. Nunca imaginé
que ser papi estaba destinado para mí y mucho menos para serlo de
un hombre diecinueve años mayor que yo.
No podía haber anticipado que ir a casa con él conduciría a algo
más que a una noche de diversión. Tal vez incluso una semana o dos
en el mejor de los casos. Ciertamente no hubiera pensado que me
presentaría a una red social de apoyo de personas con ideas afines, o
que me sentiría lo suficientemente cómodo para ser yo mismo, abierto
sobre mis perversiones más secretas (en ese momento).
Pero aquí estamos: un papi que ama la lencería y un chico
grandote, musculoso, enamorado y ridículamente feliz.
Y no cambiaría nada.
~ 171 ~
Muchas gracias por leer "El Temple De Matteo". Espero de verdad

que les haya gustado tanto como a mí escribirlo. London y Matt me
llevaron a un viaje que no esperaba exactamente, saliéndose del plan
en cuanto mis dedos tocaron las teclas. Creo que su historia es mejor
por ello, la verdad.
Me encantaría que dejaras una reseña en Amazon o en Goodreads.
Las reseñas no solo indican a los algoritmos que nuestros libros
merecen atención, sino que los comentarios sinceros también me
animan e inspiran a seguir escribiendo. Incluso una valoración con
estrellas ayuda y te agradezco enormemente que dediques tiempo a
hacerlo.
Hablando de mis libros: si sigues disfrutando de las aventuras de la
pandilla de Pequeños y Encaje, sigue pasando las páginas para ver
un adelanto del Libro 3, titulado La temeridad de Ted.
~ 172 ~
La Temeridad De Ted
Ted
—...para vivir juntos desde hoy hasta que la muerte los separe.
La pregunta es bastante solemne, pero la oficiante que la
formula es cualquier cosa menos solemne. La mujer, bajita y
curvilínea, lleva un vestido rosa brillante y su pelo, cortado a lo estilo
duendecito, hace juego con él. Es burbujeante y alegre y está
sonriendo a mi mejor amigo, Charlie, esperando a que el chico
responda.
Como soy el padrino de Charlie, le doy un empujoncito. Delante
de nosotros, nuestros amigos se ríen mientras Charlie se aclara la
garganta y finalmente responde con las únicas palabras posibles.
—Sí, quiero —desde donde estoy, puedo ver que los lados de su
cuello y la piel de la mandíbula y las mejillas que no están cubiertas
por su característica barba oscura se están volviendo un poco rosas.
La oficiante le guiña un ojo y bromea: —¡Respuesta correcta!
Todos se ríen. Luego se vuelve hacia el prometido de Charlie y
le repite toda la perorata. Puedo ver toda la cara de Asher desde mi
lugar detrás de Charlie. El joven prácticamente vibra de alegría
mientras mira fijamente al hombre con el que se va a casar. Lleva el
pelo rizado recortado y artísticamente peinado y sus ojos color
avellana brillan bajo el ardiente sol de verano.
Menos mal que es una boda informal. Los novios van vestidos
con camisas de manga corta de lino blanco a juego y caquis beige. Matt
y yo, que representamos a Ash y Charlie respectivamente, llevamos
los mismos pantalones, pero camisas de manga corta de color azul
pálido. Es última hora de la tarde y corre suficiente brisa como para
que no estemos sofocados, pero me alegraré cuando termine la
ceremonia y podamos abrir unas crujientes y frías botellas de cerveza.
~ 173 ~
Ash responde lo mismo, la oficiante los declara marido y

marido, se besan y todos aplaudimos.
—Felicidades a los dos —le doy un abrazo a Charlie primero, y a
Asher después—. Me alegro mucho por ustedes.
Charlie me da palmaditas en el omóplato, pero Ash me aprieta
fuerte.
—Gracias, tío Ted —resisto el impulso de revolverle el pelo. Veo
que hoy se ha esforzado en peinarlo y probablemente también con
algún producto—. La próxima vez serás tú, ¿verdad?
Resoplo. Conozco a Ash desde hace casi el mismo tiempo que él
lleva con Charlie, que ya son casi tres años. Y en ese tiempo, aunque
he tenido algunas citas con chicos que conocí en The Grove, el club
BDSM local, no he encontrado el tipo de conexión que Ash y Charlie
comparten. Además, hay muchas cosas de mi pasado que ni siquiera
Charlie conoce y que, después de casi quince años de amistad, sería
difícil y doloroso explicar ahora. En lugar de eso, me centro en lo
obvio.
—Tengo casi cincuenta años —argumento sacudiendo la cabeza.
Es una leve exageración. Aún me faltan unos cuantos años para
llegar a esa edad, pero se acerca rápidamente.
Ante la mirada interrogante de Asher, suspiro. —Creo que me
estoy haciendo demasiado mayor para creer que ahora encontraré a
alguien con quien sentar la cabeza —me encojo de hombros, forzando
una sonrisa brillante que espero llegue a mis ojos—. Pero es el día de
tu boda, chico. No estropeemos el ambiente.
Hasta hace poco, yo también era el jefe de Ash, además de amigo
suyo y de Charlie. Pero se graduó en la universidad, tras aplazarlo y
estudiar a tiempo parcial después de conocer a Charlie y ahora trabaja
con su marido. Juntos están construyendo un centro comunitario
para gente como nosotros: personas en el estilo de vida BDSM, con
un enfoque adicional para aquellos que disfrutan del kink de
regresión de edad. He estado ayudando con algunos de los aspectos
legales, pero el título de negocios de Asher ha demostrado ser útil para
ellos, al igual que las conexiones de Charlie de su anterior carrera
como policía.
~ 174 ~
Soy bastante mayor que ellos, pero nuestro círculo social es

ecléctico. Era de esperarse, considerando que todos nos conocimos a
través del estilo de vida BDSM.
Un ejemplo: Matt, el mejor amigo de Ash, se acerca con la mano
de su papi entre las suyas. Al mirarlos, uno supondría que los papeles
están invertidos. Ambos son hombres altos, anchos y Matt eclipsa a
London en altura y masa muscular. Matt tiene los brazos muy
tatuados y su barba, perfectamente recortada, es ahora más sal y
pimienta que marrón como era antes. El pelo desgreñado de su
cabeza, también bien peinado hacia atrás, se está volviendo igual.
Tiene más o menos mi edad, así que no me sorprende. Pero su papi,
London, tiene unos veinte años, el pelo negro y espeso y la piel
impecable de la juventud. Al igual que Ash y Charlie, su relación papi-
chico ha ido viento en popa desde que se conocieron.
Y, de acuerdo, si Matt todavía puede encontrar el amor a los
cuarenta y tantos, tal vez admita que la esperanza no está perdida para
mí después de todo. Pero parece poco probable.
—Felicidades, chicos —London da un abrazo rápido a los novios
antes de volver a acercar a Matt a su lado—, ha sido una ceremonia
muy bonita.
—Sí, lo fue —asiente Matt, acurrucándose contra el hombro de
su papi. Su tono es melancólico y soñador—. El tiempo también fue
perfecto.
Todos habíamos expresado nuestra preocupación de que
casarse en el parque sin un plan alternativo por si hacía mal tiempo
era buscarse problemas, pero Ash se mantuvo firme. Es bastante
testarudo cuando quiere. Como si leyera mis pensamientos, me lanza
una sonrisita de suficiencia.
—Te dije que lo sería.
Sacudo la cabeza. —Has tenido suerte.
Charlie se ríe y estrecha a su nuevo marido contra él. —Yo diría
que he tenido suerte —dice, tratando de ser cursi y asquerosamente
dulce.
Por suerte, su hermano menor, Josh, también se ha acercado
desde su lugar entre los invitados.
~ 175 ~
—No —bromea—, para eso está la noche de bodas, ¿no? —mueve

las cejas al mismo nivel que Charlie para enfatizar.
Charlie suspira exasperado cuando todos nos reímos como
adolescentes. Le lanza una mirada fulminante a su hermano menor.
—Vete a la mierda, Josh.
—Me has herido —Josh se pone una mano en el pecho y luego
arremete contra Ash—. ¡Ahora somos oficialmente hermanos!
—Lo ha heredado de mamá —nos dice Charlie, como si no lo
supiéramos.
—Hablando de eso —señalo con la barbilla a la mujer en
cuestión.
Atraviesa el cuidado césped como una mujer con una misión,
prácticamente arrastrando a su marido (una versión mayor de Charlie
y Josh) a su lado. Axel, el segundo hermano menor de Charlie, le sigue
a un paso más tranquilo. A diferencia de sus hermanos mayores, Axel
es bajo y fornido, con los rasgos faciales redondeados y el pelo rizado
de su madre. Se graduó en el instituto hace un par de años, pero a mí
me sigue pareciendo un adolescente. Luego está la hermana de
Charlie, Maisy y su marido, cuyo nombre no recuerdo. La familia de
Charlie es encantadora, pero tienen mucha energía y yo ya estoy
buscando mi vía de escape.
—Ted —me llama Chance, otro de los papis de nuestro pequeño
grupo, justo cuando la madre de Charlie llega hasta nosotros. Podría
besarle— ¿Puedes venir a ayudar con el... eh...
—La hielera —interviene sin problemas otro hombre más joven,
uno que no reconozco.
Intento no tragarme la lengua mientras lo miro de arriba abajo.
Trato de calcular su edad y supongo que rondará la treintena. Va
inmaculadamente vestido con un traje a medida (¿con este calor?
¿Está loco?), de largas extremidades y grandes ojos oscuros. Tiene la
sonrisa más bonita que he visto nunca y su piel es, como cantaba
Ricky Martin sobre una amante ficticia, del color del moca. Su voz es
como terciopelo líquido, suave y sensual y estoy demasiado ocupado
escuchando el tono melódico como para concentrarme en las
palabras.
~ 176 ~
—Lo siento —sacudo la cabeza como para despejarla,

menospreciándome por el momento de enamoramiento. Este hombre
es guapísimo, pero, aunque le gusten los kinky, la probabilidad de que
sea un pequeño o de que quiera a un papi tan mayor como yo es casi
nula. Suponiendo que esté soltero—. ¿La hielera?
—Sí —parece divertido y se acerca a mí—. ¿Puedes venir a
ayudarme con la hielera? Tenemos que cargarla en la parte de atrás
del camión de Chance y pesa demasiado para que yo pueda ayudar —
me lanza unas pestañas increíblemente largas y yo asiento con la
cabeza. Ahora mismo, estaría encantado de seguir a esa preciosidad a
cualquier parte.
Mi salvador anónimo se disculpa con los novios y la familia de
Charlie por haberme robado y me lleva hacia el aparcamiento. Por fin
recupero la compostura y miro a mi alrededor en busca de Chance, al
que parece que hemos dejado atrás.
Ah, bueno, ya nos alcanzará. Gracias por hacer algo por el grupo,
Chance.
—Dijo que necesitarías ser rescatado de la familia de Charlie —
me dice mi compañero, interpretando correctamente mi confusión—.
Por desgracia, parece que a Chance no se le da muy bien la
improvisación.
—No, no se le da bien —le doy la razón y luego extiendo la mano
para presentarme como es debido—. Gracias por el rescate. Soy Ted.
Unos labios carnosos se mueven hacia arriba antes de que me
sostenga la mano.
—Zephyr.
Ese... bueno, no era para nada el tipo de nombre que esperaba.
Zephyr se ríe. Es un sonido sorprendentemente grave, teniendo
en cuenta el tono de su voz.
—Sí —dice—, tengo esa reacción a menudo.
—¿Qué? —intento recuperarme—. No he dicho nada.
—No hacía falta. Tenías esa mirada de '¿cómo diablos tiene este
tipo un nombre tan de niño blanco hippy? No te preocupes; todo el
~ 177 ~
mundo me mira así —se encoge de hombros—. Mis padres son

hippies, por cierto. Al menos de corazón. Papá es contable y mamá
profesora, pero siguen siendo muy creativos. Así que... —gesticula
libremente sobre su cuerpo ágil, con encantadora autocrítica— es
Zephyr.
Me meto las manos en los bolsillos y me balanceo sobre los
talones. —Por si sirve de algo, creo que es un nombre bastante genial.
¿Bastante genial? ¿Estoy atrapada en los 90? ¿Por qué no
decir simplemente "radical" y demostrar de verdad lo patético que
soy?
Ajeno a mis escalofríos internos, Zephyr sonríe de nuevo. —
Gracias.
Se hace un silencio incómodo. No me apetece.
—Entonces… —empiezo, tanteando la conversación. No estoy
acostumbrado. Normalmente soy fresco como un pepino. Suave.
Sofisticado— ¿De dónde conoces a Chance?
Quiero soltar una carcajada en cuanto la pregunta sale de mis
labios. También podría haber preguntado si follan.
Bien hecho, Theodore. Aléjate antes de meter la pata hasta el
fondo.
Zephyr, por suerte, me echa una mano. —En realidad, los conocí
a él y a Asher en The Grove —su postura es deliberadamente relajada,
pero veo que me mira para ver mi reacción.
Asiento y sonrío. —¿La Noche de los Pequeños? Son las favoritas
de Ash —y cuando Charlie no puede asistir, Spence, Chance o yo
solemos hacernos cargo de él. Ladeo la cabeza y miro a Zephyr de
arriba abajo lentamente—. No quiero suponer…
—Oh, soy muy pequeño —una vez más, me saca de mis dudas.
Me mira de arriba abajo, del mismo modo que yo acabo de hacerlo
con él. Me hace sentir mejor con el intercambio, como si estuviéramos
en igualdad de condiciones—. Yo diría que eres un papi, pero después
de que Chance me presentara a Matt, tampoco quiero suponer.
—Definitivamente un papi —asiento, intentando que no se note
mi excitación por la compatibilidad básica entre nosotros. Antes de
~ 178 ~
que vuelva a hacerse el silencio, pregunto—: ¿Eres nuevo en The

Grove? —no lo he visitado recientemente, pero definitivamente
recordaría haberlo visto por ahí.
—Sí. Nuevo en la ciudad, de hecho. Solo llevo aquí unos meses
y Ash... bueno, ya conoces a Ash —se ríe, sacudiendo la cabeza—. No
quiso ni oír hablar de que no viniera a la boda cuando se dio cuenta
de lo limitado que es mi círculo social aquí, así que… —Zephyr
extiende los brazos, con las palmas hacia el cielo azul—. Aquí estoy.
Sé que mi expresión se ha vuelto cariñosa al pensar en Ash. Ha
evolucionado desde el chico asustadizo y traumatizado que era
cuando llegó a la vida de Charlie. Y, como sabe lo que es sentirse solo
y empezar de cero en un sitio nuevo, no es de extrañar que intente
recibir a todas las caras nuevas con los brazos abiertos.
—Me alegro de que hayas venido hoy —le digo a Zephyr,
preguntándome una vez más dónde ha ido a parar mi capacidad para
ligar y seducir—. Y no solo porque me rescataste de la familia de
Charlie.
Es una salvada torpe, pero servirá.
—¿Ah, sí? —Zephyr prácticamente ronronea, acercándose un
poco más. Sus ojos oscuros prácticamente bailan con diversión— ¿Por
qué si no te alegras de que yo, un completo extraño para ti, esté aquí?
Buena pregunta.
Antes de que pueda buscar una respuesta que no suene
espeluznante, Chance nos interrumpe y me pasa el brazo por el
hombro mientras sonríe a Zephyr. El entusiasmo de Chance suele ser
contagioso, por inofensivo que sea con su cuerpo de papi y su barba
pelirroja, pero hoy la interrupción me pone de los nervios.
—Misión cumplida —declara, sonando orgulloso de sí mismo—.
Ahora lo único que tenemos que hacer es intentar sentarnos al final
de la mesa en el restaurante de lujo que reservaron para esta noche, y
así evitaremos que la señora Walker intente casarnos a todos.
Sinceramente, teniendo en cuenta el atuendo informal de la
Fiesta Nupcial, no es que vayamos a ir a ningún sitio tan exclusivo,
pero no me molesto en discutir con mi amigo. En lugar de eso,
permito que su comentario nos lance a un debate sobre las ventajasv
~ 179 ~
de llegar pronto o tarde al restaurante y me alegro muchísimo cuando

Zephyr accede a ir con nosotros en la camioneta de Chance cuando
por fin nos ponemos de acuerdo y salimos del parque.
~ 180 ~
Sobre Anna
Escribo desde que tengo uso de razón. Empecé con historias cortas
tontas de niña, pasé al fanfiction en mi adolescencia (y sigo
escribiéndolo ahora), y soy una autora romántica publicada (bajo
otro seudónimo).
He leído romances MM de todos los subgéneros durante décadas,
pero cuando descubrí los romances de juegos de edad -por pura
casualidad- quedé cautivada. Me enamoré de estas historias de
lindos y dulces chiquitines y sus ardientes papis. No tardé en decidir
que tenía que empezar a escribir las mías. Y, cuando me lo tomé en
serio, quise crear un seudónimo específico para este nicho de
género* para darle el enfoque que se merece.
Y así nació Anna Sparrows.
*Aunque, no voy a mentir, también me estoy planteando dedicarme
a los romances del Omegaverso. ¿Qué te parece?
~ 181 ~
Próximo libro
En apariencia, Theodore (Ted) Masters lo tiene todo. Es socio

principal de su bufete, tiene un círculo de amigos muy unido y lleva
un estilo de vida con el que la mayoría de la gente sólo puede soñar.
Sin embargo, sin que lo sepan los que lo rodean, Ted tiene un pasado
doloroso que le impide sentar cabeza con alguien.
Mientras tanto, la carrera de Zephyr Cruze como bailarín profesional
se estrella debido a una inoportuna lesión. Empezando de nuevo en
una nueva ciudad, está decidido a aprovechar al máximo todas las
oportunidades que se le presenten, incluido el zorro plateado que
conoce en la boda de un nuevo amigo. Un zorro plateado que
también es papi. Un papi que dice estar de acuerdo con la
preferencia de Zephyr por la feminización y los juegos de princesa.
~ 182 ~
Pero, ¿serán los secretos y la trágica historia de Ted demasiado para

ellos cuando todo salga a la luz? ¿O tendrá Ted el valor de dejar
entrar a los demás?
Aunque se trata de un romance de atracción instantánea, dulce y

tierno, con un nivel de angustia de bajo a leve (¡sin falta de
comunicación!), este libro contiene temas como la pérdida de un
hijo, la homofobia, la presión de los padres y la ansiedad. Este libro
es un romance MM de Juego de Edades/Regresión de Edades entre
adultos que consienten, incluyendo una diferencia de edad
significativa, e incluye juego de feminización/femme/princesa. Este
libro contiene elementos aptos para mayores de 18 años.
~ 183 ~

2 - Matteo S Mettle Anna Sparrows

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Anna sparrows littles & lace #2

Nota del staff

Fantasy Romance está en contra de la

A las maravillosas personas que eligieron La respuesta de Asher y

Aunque se trata de una novela romántica de atracción instantánea,

Por desgracia, nada de lo que dije lo conmovió. Tampoco había

mientras yo esperaba a que mi almuerzo se calentara en el

chico que conocí en la evaluación de mi primer club. Me sentía

Estas citas han estado sucediendo desde que Josh me presentó

—No es estúpido —argumenta Ash, zafándose del abrazo de

Me obligo a levantar la vista y aprieto la mandíbula. Miro entre

felizmente llevaría a Kate. Ser el “tío genial London” siempre ha sido

Como si Cherie pudiera leer todos estos pensamientos en mi

Cuando comenzaron a explorar su kinky, Cherie confesó que

Cuando llegamos a The Grove, Kate se impacienta en la

envuelven el espacio principal del club para encontrarse en la parte

—Tu mami es la mejor —suspiran soñadoramente.

Me doy la vuelta desde el elaborado juego de trenes que he

Frunciendo el ceño, doy un paso adelante, pero Kate me distrae

—¿No puedes simplemente dejarlo? —ni siquiera he empezado

el espacio pequeño. Josh me arrastra de una actividad a otra y

hombre en cuestión. Deja escapar un silbido apreciativo—. Nunca lo

disfraz de Bella. Lo que quedaba de mis esperanzas se estrella y se

—Maldita sea, lo siento —la mortificación arde debajo de mi piel

acento antiguo—. ¿Tienes, cuántos, cincuenta? Y eres enorme, los

a mí. Todavía suena furioso cuando responde: —Te pidió que te

—¿Seguro? —comprueba dos veces y lamento la pérdida de su

hace un gesto hacia mí, antes de decirle—: Sé que a tu mami no le

Estamos a la mitad de Bajo el mar cuando ella se inclina hacia

Los labios de London se curvan con diversión, luego mira su

—Realmente te gusta, ¿no?

interesado en un pequeño, incluso uno tan atractivo e intrigante como

incómodo para mí' en absoluto. De hecho, provoca mariposas en mi

En cualquier otro lugar, diría que habríamos formado un grupo

que luego desapareció y lo dejó solo. En su cumpleaños. Eso no me

parpadean dos veces en la oscuridad. El lote está iluminado por un

—¿Tú qué? —Kate está congelada, su pierna suspendida fuera

Lo siento tenso. —¿Tienes, cuántos, veinticinco años?

único que rompe el silencio entre nosotros. Sin embargo, no es un

Girando la cabeza para mirar por la ventana, continúa: —

—Déjame adivinar —dice con una confianza en su voz que aún

—El café suena bien —responde, sus ojos recorren lentamente

Me devano los sesos para pensar en algo que decir, pero el

—Me lo imaginaba —reconoce, aún cálido y amable, pero hay un

—Yo solo... ¿puedes decirme si algo es demasiado? —me

íntimo que simplemente ponerse un par de ropa interior ajustada,

hacerlos sentir incómodos. Pero con London, este verdadero extraño,

Pero me estoy adelantando mucho en este momento. Algo sobre

—¿De verdad quieres hacer esto? —comprueba dos veces,

que agregué rápidamente—: A menos que sea demasiado por ahora o

de rodillas para tirar de la gruesa mezclilla hacia abajo. Sus piernas

encuentro lo que estoy buscando y saco una pequeña canasta con

No se me escapa que usa el honorífico cada vez que se dirige a

a nadie más, compartir mis propios secretos y complejos como él ha

embargo, darle un baño se ha sentido aún más personal que si

—Saliste del pequeño espacio —dice, después levanta el libro

Desde el momento en que comenzó a desvestirme, ese miedo

Otro temor es que solo esté diciendo lo que quiero escuchar y

Su asentimiento resultante es lento y vacilante. Se fue el hombre

—Fóllame —suspiro, logrando sacar el pensamiento a través de

solo quiero disfrutar el momento. Ha pasado demasiado tiempo desde

Somos un lío de miembros y movimiento por un breve

puedo, bombeándolas juntas con nuestro líquido preseminal