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Oráculo de Delfos

Coordenadas: 38°28′58″N 22°30′22″E (mapa)


Para otros usos de este término, véase Oráculo de Delfos (desambiguación).

Ubicación de Delfos (Δελφοί) en Grecia, entre otros santuarios de la región.

El oráculo de Delfos, situado en un gran recinto sagrado consagrado al


dios Apolo, fue uno de los principales oráculos de la Antigua Grecia. Estaba
ubicado en el valle del Pleisto, junto al monte Parnaso, cerca de la actual villa
de Delfos, en Fócida (Grecia), a 700 m sobre el nivel del mar y a 9,5 km de
distancia del golfo de Corinto.
De las rocas de la montaña brotaban varios manantiales que formaban distintas
fuentes. Una de las fuentes más conocidas y más antiguas era la fuente
Castalia, rodeada de un bosque de laureles consagrados a este mismo dios.
La leyenda y la mitología cuentan que en el monte Parnaso se reunían las
musas, diosas menores del canto y la poesía, junto con las ninfas de las
fuentes, llamadas náyades. En estas reuniones, Apolo tocaba la lira y las
divinidades cantaban.
Originariamente tenía el nombre de Pita y alcanzó gran notoriedad en el mundo
helénico desde mediados del siglo VIII a. C.

Etimología[editar]
Delfos[editar]
Hay diversas propuestas acerca del origen del topónimo de Delfos. Una de
ellas propone que viene de Delfino (Δελφινης), que era el nombre
del dragón mitológico que custodiaba el oráculo antes de la llegada de Apolo.1
También se ha escrito que su origen parte de un mito según el cual Apolo se
convirtió en delfín para atraer a un barco cretense, del que quería utilizar a la
gente como sacerdotes; los cretenses desembarcaron y fundaron Crisa y se les
encargó ser sacerdotes del templo y que adorasen al dios bajo el nombre de
"Apolo Delfinio" para rememorar su conversión en delfín.2 Al templo de Apolo
se le llamó igualmente Delfinion (Δελφίνιoν).
Pita[editar]
El santuario se construyó en el lugar conocido en la Antigüedad como Pito,
nombre que en griego presenta dos formas (ambas femeninas): Πυθώ, -οῦς y
Πυθών, -ῶνος (Homero. Iliada 2, 519 y 9, 405; Odisea 8,80). Este nombre (que
carece de etimología aceptada) se relaciona con el de la gran serpiente o
dragón que, según la mitología, vigilaba el oráculo primitivo (véase el siguiente
apartado). En la Antigüedad se intentó dar una etimología al nombre de Pito
que lo relacionara con las funciones del santuario. A estos intentos de
etimología popular se refieren su relación con el verbo "pythomai" (πύτωμαι) =
"pudrir", que se relacionaría con el hecho de que Apolo habría dejado pudrirse
a la serpiente tras haberla matado; o con el verbo pynthanomai (πυνθάνομαι) =
"informarse, aprender" que se referiría a las funciones del propio oráculo.
Del término "Pitón" provienen los de "pitia" (Πυθία) o "pitonisa", nombre de las
sacerdotisas del templo, que interpretaban las respuestas.
Véase "Pitia o Pitonisa"

Orígenes del santuario[editar]

Restos del templo de Apolo.

Hay testimonios de ocupación humana cercana al emplazamiento del santuario


de Delfos de época arcaica desde el Neolítico, concretamente en una gruta del
macizo del Parnaso. Ya en época micénica y en el mismo emplazamiento del
santuario hubo primero (c. 1400 a. C.) una pequeña aldea que fue abandonada
en algún momento entre 1100 y 800 a. C. El santuario propiamente dicho
apareció después de esta fecha con un altar, al que siguió un primer templo.
Una tradición relatada por Diodoro Sículo indica que un pastor observó como
sus cabras se comportaban de un modo extraño cuando se aproximaban a una
grieta de donde surgían vapores. Después, el pastor se acercó a ese mismo
lugar y empezó a profetizar. Cuando la noticia se extendió, muchas otras
personas llegaron al lugar para realizar también profecías, pero a menudo
durante el trance saltaban a la grieta y desaparecían por ella. Por ello se
decidió nombrar a una mujer para que profetizase por todos, a la que
construyeron un trípode para que estuviera segura.3 Estrabón también
menciona los vapores subterráneos que inspiraban a la Pitia y el trípode en la
que se situaba.45
Por otra parte, el nombre de Pito se relaciona en la mitología con el de una
gran serpiente o dragón Pitón hijo de la diosa Gea (la Tierra) que vigilaba un
oráculo consagrado a su madre, o bien era compartido por Poseidón y Gea.
Una tradición indica que Gea cedió a Temis su parte y esta lo regaló a Apolo.
Por otra parte, Poseidón intercambió la suya con Apolo por Calauria.6 Sin
embargo, la versión más difundida dice que, con el fin de establecer su propio
oráculo con el que guiar a los hombres, Apolo mató a Pitón con su arco y tomó
posesión del oráculo. Para establecer el culto del nuevo santuario desvió un
barco de sacerdotes cretenses (cf. Himno Homérico a Apolo).

Funcionamiento del oráculo en época clásica[editar]


Lo cierto es que ningún autor de la Antigüedad, ni siquiera Plutarco en su
obra Diálogos píticos, ha dejado ninguna descripción completa sobre cómo se
realizaba una consulta, que además debió ser cambiante a lo largo de los
siglos, por lo que la información sobre ello consiste en una recopilación de
fuentes de diferentes épocas que a menudo contienen divergencias entre sí.
Pitia o Pitonisa[editar]

Cílice de figuras rojas con la representación de una consulta al oráculo de Delfos realizada
por Egeo. Hacia 440-430 a. C. Berlín, Altes Museum.
La pitia, pintura de Jacek Malczewski (1917). Museo Nacional de Cracovia.

Se sabe que la elección de este personaje se hacía sin ninguna distinción de


clases. A la candidata solo se le pedía que su vida y sus costumbres fueran
irreprochables. El nombramiento era vitalicio y se comprometía a vivir para
siempre en el santuario. Durante los siglos de apogeo del oráculo fue necesario
nombrar hasta tres pitonisas para poder atender con holgura las innumerables
consultas que se hacían por entonces. Sin embargo, en los tiempos de
decadencia solo hubo una, suficiente para los pocos y espaciados oráculos que
se requerían.
Según Diodoro Sículo, originalmente la pitia era una joven virgen, pero a raíz
del rapto y violación de una de ellas por un joven de Tesalia se decretó que
desde entonces no podría escogerse ninguna con menos de cincuenta años,
aunque deberían seguir vistiendo como una doncella.3
Los consultantes tenían una entrevista con ella unos días antes del oráculo.
Este hecho está perfectamente documentado en las noticias que dan los
autores de la Antigüedad. El oráculo se celebraba un día al mes, el día 7 que
se consideraba como la fecha del nacimiento de Apolo. Por otra parte, en
invierno no había oráculo, porque se creía que Apolo en esa época viajaba al
país de los hiperbóreos.
Los días de consulta, la Pitia se purificaba en la fuente Castalia. A continuación
realizaba ofrendas a Apolo. Después, los sacerdotes vertían agua fría sobre
una cabra. Si esta tiritaba, era una señal de que Apolo estaba receptivo a las
consultas. Entonces se realizaba el sacrificio de la cabra en el altar de Apolo.
Los consultantes eran de todo tipo, desde grandes reyes hasta gente pobre. En
primer lugar se purificaban con agua de las fuentes de Delfos y a continuación
se establecía un orden de consulta. El derecho de preferencia del que gozaban
algunos de ellos se denominaba promanteia. Una vez establecido el orden se
pagaban las tasas correspondientes, luego ofrecían un sacrificio en el altar que
había delante del templo y por último el consultante se presentaba ante la Pitia
y hacía sus consultas oralmente, según se cree.
Se conoce muy poco sobre el rito que se seguía en el oráculo. Se sabe que la
Pitia se sentaba en un trípode que estaba en un espacio llamado «áditon», al
fondo del templo de Apolo Pitio. Αδυτων significa "fondo del santuario" y τo
αδυτoν significa "lugar sagrado de acceso prohibido".
Diversos autores tardíos como Diodoro
Sículo, Estrabón, Plutarco, Pausanias, Lucano, Orígenes y San Juan
Crisóstomo describieron, con algunas diferencias entre sí, el proceso mediante
el cual la pitia recibía la inspiración. La imagen dominante que transmiten estas
descripciones es que el trípode de la Pitonisa o Pitia se hallaba sobre una
grieta muy profunda de la roca. Por esa grieta emanaban unos gases que
hacían que la mujer entrara en trance y su cuerpo se agitara. Algunos autores
consideraban, en cambio, que la grieta era el espacio físico al que descendía la
pitia para profetizar. Según Pausanias, algunos creían que era el agua de la
fuente Casotis la que hacía profetizar a la pitia. Luciano menciona que además
masticaba hojas de laurel, lo que ayudaba a alcanzar ese estado
psicosomático.
Una vez inspirada, la pitia daba respuestas (el verdadero oráculo) y
posiblemente —aunque las fuentes no son claras en este aspecto— un
sacerdote las interpretaba y escribía en forma de verso, que después se
entregaba al consultante.
Se estima que este y otros sistemas de adivinación eran considerados por los
griegos de la Antigüedad como medios válidos y útiles de tener una conexión
con sus divinidades, por lo que el oráculo fue respetado durante más de mil
años.
Los trabajos arqueológicos y geológicos realizados en el siglo XIX por los
primeros excavadores en la zona del templo de Apolo no encontraron debajo
del templo la grieta profunda de que se habla en la leyenda pero, tras una
revisión de la geología del lugar a finales del siglo XX, se ha encontrado que
justo debajo del templo de Apolo se cruzan dos fallas geológicas y que por las
fisuras que hay en las rocas ubicadas bajo el templo se pueden filtrar gases
como etano, metano y etileno que podrían provocar que una persona entrara
en un estado parecido al trance.7
Oráculos de Creso[editar]
Tradicionalmente se conocen dos oráculos dados al rey Creso:
Creso (560-546 a. C.) fue el último rey de Lidia. Se cuenta
(en Heródoto: Historia I, 53 y en Cicerón: Sobre la adivinación II, 115, 11) de él
que en una ocasión envió una consulta al oráculo, pues se estaba preparando
para invadir el territorio persa y quería saber si el momento era propicio. El
oráculo fue así: ἤν στρατεύηται ἐπὶ Πέρσας, μεγάλην ἀρχήν μιν καταλύσειν /
Croesus Halyn penetrans magnam pervertet opum vim / "Creso, si cruzas el río
Halys (que hace frontera entre Lidia y Persia), destruirás un gran imperio". La
respuesta se interpretó como favorable y dando por hecho que el gran imperio
era el de los persas. Pero el “gran imperio” que se destruyó en aquel encuentro
fue el suyo, y Lidia pasó a poder de los persas. Esto es un ejemplo de
la ambigüedad en las respuestas. Muchas de ellas fueron recogidas por
autores clásicos. En realidad el oráculo no trataba de adivinar los hechos, sino
de dar buenos consejos, cosa que no era demasiado difícil, ya que en el
santuario se disponía de la última noticia y de los últimos acontecimientos del
mundo conocido.
Según Jenofonte, ante una consulta del mismo rey acerca de cómo podría
pasar el resto de su vida del modo más felizmente posible se le respondió: "Si
te conoces a ti mismo, Creso, realizarás la travesía felizmente".8 Esta máxima
se basa en la idea que para conseguir la felicidad y la autoestima hay que
conocer los propios límites y aceptarlos.
Sibila[editar]
Según algunas tradiciones, la primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo
de Delfos se llamaba Sibila, y su nombre se generalizó y se siguió utilizando
como nominativo de esta profesión. Ni Homero ni Hesíodo hablan de las
sibilas; su nombre aparece por primera vez en el siglo VI a. C. y es el
filósofo Heráclito de Éfeso (544-484 a. C.) el primer informador de estos
personajes. Se pensaba que las sibilas eran oriundas de Asia y que en cierto
modo sustituyeron a las antiguas pitias.

El recinto del santuario o témenos[editar]


Plano del santuario de Apolo Pitio

La descripción bastante exacta de cómo fue el recinto sagrado se conoce


gracias a las informaciones de Pausanias en el siglo II y a la confirmación de
esos escritos hecha por las excavaciones arqueológicas.
Una cerca sagrada llamada períbola rodeaba todo el enclave del santuario. En
la esquina sureste del recinto comenzaba la vía sacra que iba subiendo
montaña arriba, serpenteando y pasando por delante de pequeñas
edificaciones llamadas tesoros y de diversos monumentos, hasta llegar al
templo del oráculo, templo de Apolo y continuando hasta el estadio en lo más
alto. El peregrino accedía por la puerta principal de esta vía sagrada.
En el valle pueden verse cientos de olivos plantados, cuya extensión llega
hasta el golfo de Corinto. Se dice que es el mayor olivar del mundo.
Los llamados tesoros (gr. θεσαυρυς, pronúnciase "tesaurus") eran pequeñas
capillas donde se guardaban los exvotos y las donaciones que frecuentemente
eran muy ricas y valiosas, verdaderas joyas. Se sabe que existían todas estas
capillas:
• Tesoro de Siracusa
• Tesoro de Cirene
• Tesoro de Cnido
• Tesoro de Sifnos
• Tesoro de Sición
• Tesoro de Tebas
• Tesoro de Corinto
• Tesoro de los etruscos
• Tesoro de los atenienses (que es el único restaurado).
En la terraza que se extendía delante del templo de Apolo estaba situado
el altar de los sacrificios. Se construyó además un teatro (en el siglo IV a. C.) y
un estadio, con 7000 plazas para espectadores, para los juegos píticos (evento
iniciado en el 582 a. C.). También había un hipódromo, que aún está sin
localizar.
Al aire libre y salpicadas por todo el recinto se hallaban las estatuas
de mármol o de bronce, regalos de reyes o de ciudades, en agradecimiento a
los servicios prestados por el oráculo.
Las divinidades[editar]
• Apolo Pitio era el dios principal del santuario. Pero en los meses de
invierno tomaba protagonismo el dios Dioniso porque Apolo se marchaba al
paraíso septentrional. Por esta razón se hizo una ornamentación distinta en
los tímpanos del gran templo. En el tímpano del este se esculpió la tríada
apolínea (Apolo, Artemisa y Leto) y en el del oeste el tiaso, que era la
reunión de fieles que celebraban el culto a Dionisos.
• El santuario de Atenea Pronea se encontraba en la terraza de Marmaria,
hacia la parte de abajo. Pronea significa "la que está antes del templo". En
esta terraza había dos templos dóricos, uno en honor a Atenea y otro
para Artemisa, estaba también el tesoro eólico (llamado tesoro de Masalia,
actual Marsella) y el tesoro dórico. Allí estaba junto con estos edificios
el tholos o rotonda de columnas del siglo IV a. C., cuyas ruinas quedan aún
en pie.
• Durante el siglo V a. C. se estableció el culto a Asclepio (patrón importante
de la medicina, hijo de Apolo).
El ónfalo[editar]
Artículo principal: Ónfalo

Ónfalos de Delfos que se exhibe en el museo.


El ónfalos es el ombligo del mundo. La leyenda cuenta que el dios Zeus mandó
volar a dos águilas desde dos puntos opuestos del Universo. Las águilas
llegaron a encontrarse aquí, en Delfos, donde una piedra cónica llamada
ónfalos señala el lugar. La piedra, en forma de medio huevo, fue descubierta
durante las excavaciones cerca del templo de Apolo.
Estas piedras que representan el ombligo del mundo eran un símbolo del
centro, del lugar donde empezaría la creación del mundo. Al colocarlas en un
determinado espacio, lo sacralizaba y lo convertía en el centro religioso. En el
caso del ónfalos de Delfos, así fue y este santuario se convirtió en el ombligo o
centro religioso de toda Grecia.
En algunas monedas encontradas en el recinto se puede ver la imagen del
ónfalos, esquematizada y representada por un punto en el centro de un círculo.
La piedra mencionada se halla expuesta en el museo de Delfos.

Historia del santuario[editar]


Por la arqueología y los escritos antiguos se sabe que en el siglo VIII a. C. hubo
en este lugar de Delfos edificios sagrados. Pausanias, el historiador griego del
siglo II d. C., recoge la tradición y entre otras cosas cuenta que los tres
primeros templos fueron construidos, uno con laurel, otro con cera de abeja
mezclada con plumas y el tercero con bronce.
La arqueología demuestra que en esta época ya era famoso el nombre de
Apolo no solo en el lugar, sino en tierras lejanas. Los exvotos sacados a la luz
en las excavaciones son muy significativos: Renombre de Apolo Pitio que era
famoso en lugares remotos, caballos de Tesalia, trípodes del Peloponeso,
soportes de recipientes de Creta, etc.
Pasado el tiempo fueron aumentando las ofrendas, sobre todo los exvotos de
bronce. Se han encontrado escudos cretenses, cascos corintios, calderos con
cabezas de grifos llegados desde Samos y el Peloponeso y estatuillas diversas.
Apogeo[editar]
El Tesoro de los atenienses, situado dentro de la acrópolis, fue reconstruido pieza por pieza. Las
ofrendas se almacenaban en edificios separados, según la procedencia y región geográfica.

A finales del siglo VII a. C. ya se construyen templos especiales para Apolo y


Atenea; son de piedra, con columnas dóricas. Sus restos, pasado el tiempo,
sirvieron para construir nuevos templos.
A comienzos del siglo VI a. C. tuvieron lugar dos acontecimientos que influyeron
bastante en la evolución del santuario de Delfos. Uno fue la instalación en
Delfos de la anfictionía y el otro, la reorganización de los Juegos Píticos.
La anfictionía era una liga religiosa que agrupaba 12 pueblos (no ciudades),
casi todos de la Grecia central. Tenía sus reuniones en el santuario
de Deméter en Antela, cerca de las Termópilas. Como el oráculo de Delfos
tenía ya un renombre mayor que el de Deméter, trasladaron allí la sede de esta
confederación, sin por ello abandonar el otro santuario. Esta decisión dio lugar
a las llamadas guerras sagradas que fueron tres.
Los Juegos Píticos tenían lugar al principio cada 8 años. Después lo acortaron
a 4 y se alternaban con los Juegos Olímpicos. Consistían en pruebas atléticas,
hípicas y concursos líricos. En Delfos se construyó en esta época un teatro y
un hipódromo para la celebración de estos juegos, que se consideraban muy
importantes.
Hubo un gran enriquecimiento tras la primera guerra sagrada, en la que
algunas ciudades griegas compitieron por obtener el control y la autoridad del
santuario, con lo cual conseguían un reconocimiento de supremacía y prestigio
sobre las otras ciudades y sobre algunos reinos extranjeros. Las aportaciones
fueron tanto por parte de los griegos como de los pueblos bárbaros. Hay que
destacar el regalo que hizo Creso (560-546 a. C.), último rey de Lidia, en esta
ocasión: un león de oro sobre una base de lingotes de oro más un cuenco de
oro que pesaba un cuarto de tonelada.
En la primera mitad del siglo VI a. C. se hicieron unas 12 fundaciones de
tesoros en torno al templo de Apolo. Este viejo templo ardió en el año 548 a. C.
y tras el incendio su reconstrucción fue lenta. Hasta el año 505 a. C. no se
terminó el nuevo templo, más grande que el anterior y cuya construcción se
llevó a cabo gracias a una familia llamada Alcmeónidas, de Atenas. Según
cuenta Heródoto, esta familia gestionó la aportación de dinero en todo el
mundo griego.

Auriga de Delfos que se exhibe en el museo arqueológico de Delfos.

Las aportaciones de exvotos y ofrendas, más las construcciones de tesoros


durante esta época, fueron cuantiosas:

• Tesoro de Sifnos, en el 525 a. C., con cariátides tan colosales como las
de Gnido. Decoración y obras maestras de la edad arcaica con relieves que
representan la Gigantomaquia. Sifnos es una de las islas griegas que se
encuentran alrededor de la isla de Delos, que fue en la Antigüedad una isla
sagrada. Se dice que esta isla tenía minas de oro y que quedaron bajo el
mar después de un cataclismo.
• Tesoro de Atenas o de los atenienses, ofrecido a raíz de la batalla de
Maratón; llegó a ser el más importante. Atenas ofreció después un pórtico
para conmemorar el triunfo sobre los persas en el cabo de Mícala y en el
año 460 a. C. ofreció una palmera con dátiles de oro tras la victoria que
obtuvo el jefe militar Cimón, hijo de Milcíades contra los persas en la
desembocadura del río Eurimedonte. En este tesoro puede verse la
epigrafía sobre el texto que se refiere a la Pitaida, que era una procesión
que los atenienses enviaban a Delfos para conmemorar un hecho ocurrido
en un lugar del monte Parnaso. Cuentan que en dicho lugar cayó un rayo
como señal divina. Toda la historia está escrita en la piedra como un himno
a Apolo, con anotaciones musicales entre las líneas.
• En el 480 a. C., el tirano de Gela y Siracusa llamado Gelón derrotó a
los cartagineses en la ciudad de Himera en Sicilia. En agradecimiento donó
al oráculo un trípode con una Niké (una victoria) de oro.
• Policelo, un príncipe siciliano, venció un año en los Juegos Píticos y tras
esta victoria ofreció al santuario de Delfos la escultura en bronce de
una cuadriga que debió ser imponente, de la cual se conserva el
famoso auriga que fue encontrado en 1896.
Catástrofes en el siglo IV a. C.[editar]

Orestes en Delfos; crátera con figuras rojas, ca. 330 a. C.

Durante este siglo ocurrieron una serie de catástrofes que en nada beneficiaron
al santuario de Delfos:

• En el 370 a. C. hubo un terremoto que destruyó el templo edificado por los


Alcmeónidas.
• Del 350 a. C. al 340 a. C. fue la tercera guerra sagrada y la consecuencia
fue destrucción y daños irreparables. Los focidios lucharon contra los
tesalios, beocios y Filipo II de Macedonia, con la intención de obtener la
supremacía sobre el oráculo de Delfos. La guerra les costó tanto que se
apoderaron de los mejores tesoros del santuario. Fundieron el oro y la plata
y con ese resultado pudieron pagar a sus soldados. Pero poco después
Filipo se hizo con la autoridad total del lugar sagrado y obligó a los focios a
ir restituyendo en donaciones todo lo robado.
• En el 330 a. C. ocurrió la cuarta guerra sagrada, cuando el pueblo de los
locrios se enfrentó contra Atenas y el político Esquines seguidor de Filipo
se enfrentó también contra la ciudad de Anfisa. Estos hechos dieron lugar a
la batalla de Queronea, en el 338, en la que fueron derrotados atenienses y
tebanos. Los macedonios tuvieron desde entonces la hegemonía de
Grecia.
Siglo III y siglo II a. C.[editar]
Durante el periodo helenístico, iniciado con los sucesores de Alejandro Magno,
se construyó un teatro nuevo y un estadio nuevo.
Los etolios (señores de Delfos) regalaron numerosas ofrendas en forma de
columnas y estatuas. Pero los donantes más generosos de esta época fueron
los reyes de Pérgamo que en varias ocasiones ofrecieron dinero y mano de
obra para el mantenimiento del santuario. El rey de Pérgamo Átalo I regaló un
conjunto monumental para celebrar su victoria sobre los gálatas. La donación
fue de tal calidad que los etolios de Delfos junto con los componentes de la
anfictionía mandaron erigir unas estatuas de Átalo I y de Eumenes II sobre
unos pilares y las colocaron junto a la fachada del templo. También Perseo de
Macedonia regaló una estatua con su efigie, pero más tarde su vencedor el
general romano Lucio Emilio Paulo la mandó quitar para sustituirla por una que
le representaba a él.
Son de esta época las inscripciones epigráficas que cubrían los muros de los
edificios y del muro poligonal. Pueden leerse textos sobre los derechos
honoríficos y sobre la liberación de esclavos. Apolo era quien garantizaba dicha
liberación, después de habérsele pagado la suma correspondiente. También es
de esta época la epigrafía del tesoro de los atenienses.
Decadencia[editar]

Réplica de la columna serpentina. La original fue trasladada a Constantinopla. Esta réplica fue
erigida en Delfos en 2015.

Comenzó el declive con la ocupación romana, durante el siglo I a. C. y continuó


hasta el siglo III d. C. Durante este período el oráculo, respetado aún, fue sin
embargo perdiendo prestigio y visitantes. En el siglo I a. C. fue cuando se hizo
la talla de una fuente rupestre en la pared de la garganta Castalia, allá donde
desde antiguo se encontraba el manantial sagrado.
Los fondos para el mantenimiento del santuario, de sus monumentos y de sus
tesoros fueron menguando a grandes pasos; la hierba crecía entre los edificios,
de manera salvaje, la madera se pudría y la suciedad empezaba a notarse.
Hubo además un incendio en el templo de Apolo que el
emperador Domiciano (81-96) hizo reparar. El escritor griego Plutarco (c. 46-
125), que además fue administrador de la anfictionía en los últimos años de su
vida, escribió por entonces sus Diálogos píticos y en este libro comenta
la impresión de abandono que le daba el santuario de Delfos.
A pesar de todo, la anfictionía continuaba reuniéndose, organizaba los Juegos
Píticos, levantaba algunas estatuas a los cónsules y emperadores romanos y el
oráculo seguía siendo consultado. Pero las peticiones eran ya de otro estilo: ya
no se le pedía consejo sobre posibles enfrentamientos, reinados, gobernantes,
etc., sino sobre viajes, matrimonios y otros asuntos domésticos. El oráculo dejó
de influir en la política y el devenir de los pueblos. Su último momento de algo
de esplendor se dio bajo el gobierno de los Antoninos, en el siglo II de nuestra
era. Los emperadores siguieron manteniendo una regular correspondencia con
el oráculo. Esta correspondencia ha llegado hasta nuestros días grabada sobre
los contrafuertes del templo de Apolo.
El emperador romano Adriano (c. 76-138) también visitó Delfos. Allí hizo
levantar una estatua (que ha sido hallada en las excavaciones) en homenaje a
su favorito Antínoo, que había muerto ahogado misteriosamente en el río Nilo.
Herodes Ático (101-177), político y orador griego, sofista y protector de las
letras, además de poseer una gran riqueza, donó parte de esta a Delfos para
reconstruir las gradas del estadio. También mandó erigir estatuas de su familia.
Pero ya por el siglo II d. C. el santuario recibía visitantes que eran más curiosos
que fieles. Los viajeros llegaban allí para curiosear y no para utilizar el recinto
como lugar sagrado. Pausanias fue uno de estos visitantes que llegó en calidad
de hombre culto y amante de las antigüedades y luego contó sus impresiones
como historiador. Ya en el año 87 a. C., Sila se había apropiado de muchas
riquezas sagradas y de las ofrendas hechas en metales preciosos, lo mismo
que el emperador Nerón en el siglo I. En el siglo IV el emperador
romano Constantino I el Grande se llevó a Constantinopla una de las pocas
piezas grandes que aún quedaban: la columna serpentina que se levantaba
exenta y que nadie consideraba de valor después de que los focenses se
llevaron 700 años antes su trípode de oro. Todavía se conserva.
En el siglo III los hérulos, godos y bastarnos recorrieron en intensas campañas
toda la Grecia Central, Ática y el Peloponeso, arrasando y saqueando. En
Delfos destruyeron algunas de las estatuas que quedaban en pie y el resto se
vino abajo después del edicto de Teodosio el Grande, emperador romano (c.
346-395), con el que se pretendía acabar oficialmente con todos los "ídolos del
paganismo", clausurando así definitivamente el oráculo de Delfos, que cesó su
actividad en el año 390. La desolación fue total al cabo de los años y de los
centenares de estatuas que antaño poblaron el recinto, no quedó ni una en pie.
Fin del culto[editar]
El recinto de Delfos nunca llegó a estar deshabitado. Después de que se hubo
olvidado por completo la razón de su existencia, sus ruinas se fueron
recubriendo y se fue edificando toda una pequeña ciudad.
Tras la ocupación romana y la imposición del monoteísmo cristiano, durante el
siglo V de nuestra era, el área de Delfos fue sede de un arzobispado, y para
ello se desmanteló el oráculo, construyeron iglesias utilizando como material el
mármol de los monumentos; se construyó una basílica, y grandes edificaciones
religiosas, borrando así prácticamente toda evidencia del gran oráculo de
Delfos. En el siglo XVIII los eruditos se plantearon la duda del lugar exacto en
que habría estado el célebre santuario de Apolo. Por los textos antiguos se
tenía una idea, pero era casi imposible dar con ningún vestigio hasta que,
gracias a un hallazgo fortuito, empezaron los estudios sistemáticos y las
excavaciones.

Las excavaciones[editar]
Artículo principal: El Arte en Delfos

Vista desde el teatro, donde se realizaban presentaciones artísticas y religiosas.

Himno a Apolo. Este es uno de los himnos délficos a Apolo, que estaba inscrito en una de las
paredes del tesoro de los atenienses. Sobre las estrofas, pueden apreciarse las notas musicales (a
modo de cancionero).

En 1676 Jacques Spon (francés) y George Wheler (inglés) llegaron al


emplazamiento del santuario, convertido en un poblado llamado en ese
momento Castri. En su visita por el lugar se fijaron en unas inscripciones en la
iglesia de un monasterio que había sido construido justamente sobre los muros
del antiguo gimnasio. En estas inscripciones leyeron la palabra Delphi. Lo
mismo les ocurrió en algunas casas del poblado. En estos años no pasó de ser
una noticia para los historiadores; no hubo excavaciones.
Pasados dos siglos, en 1840, un arqueólogo alemán llamado Karl Otfried
Müller trabajó en esta zona y descubrió entre las casas del poblado una parte
del gran muro poligonal del recinto del santuario. El descubrimiento fue una
llamada a seguir trabajando. Llegaron más arqueólogos franceses y alemanes,
que fueron poco a poco descubriendo indicios y vestigios de la joya
arqueológica que se escondía en aquel lugar. Pero la tarea era muy difícil pues
la presencia del poblado impedía hacer excavaciones en serio. Empezaron
entonces los tratos y los proyectos para trasladar a otro sitio todo el
poblamiento de Castri, hasta que en 1881 hubo una convención entre el
gobierno griego y el gobierno francés (muy interesado en las excavaciones)
para expropiar, trasladar y reconstruir el nuevo emplazamiento, que es la
ciudad actual llamada Delfí. Tras varios años de negociaciones, entre 1892 y
1901 se realizó una gran actividad arqueológica dirigida por el jefe de
la Escuela Francesa de Atenas, Théophile Homolle. Fueron apareciendo
piezas, restos de estatuas criselefantinas (es decir, estatuas que tenían la cara,
las manos y los pies de marfil y el cabello de oro), piedras de edificios,
columnas rotas, etc. En años posteriores vinieron las restauraciones llevadas a
cabo por la Escuela francesa de Arqueología más una subvención
del Ayuntamiento de Atenas y aportaciones particulares de ciudadanos griegos.
De esta forma vieron la restauración:

• El tesoro de los atenienses que fue reconstruido pieza a pieza


• El templo de Apolo, del que apenas se conservan algunas columnas
• El estadio, que es el mejor conservado de la Antigüedad
• El tholos
• La fuente Castalia
• El ágora romana
• El altar de Quíos
• Varias columnas
Muchas de las piezas fueron llevadas al museo de Delfos, entre otras el
famoso auriga de bronce de tamaño natural ofrendado por Policelo, la Esfinge
de Naxos, los mellizos de Argos y una copia romana del ónfalos que era la
piedra en forma de huevo que señalaba el centro u "ombligo de mundo" en
Delfos y que fue encontrado durante las excavaciones hechas al templo de
Apolo.
Un deslizamiento de rocas provocó graves daños al yacimiento arqueológico en
1935 así que, a partir de 1936 se volvieron a realizar excavaciones
arqueológicas en el lugar, que pretendieron profundizar más que las anteriores.
Por otra parte, durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior guerra civil
griega muchos objetos arqueológicos fueron enterrados en depósitos para
preservarlos y no se desenterraron hasta 1952.
En la década de 1970 se excavó en la cueva Coricia, en la que se encontraron
miles de figurillas. Otra campaña de excavaciones tuvo lugar en la década de
1990. En ella se investigó acerca de los primeros tiempos de Delfos y, entre
otros hallazgos, se desenterró un hueso de león del siglo VI a. C. También en
estas fechas se realizó un estudio geológico del lugar.

Véase también[editar]
• Adivinación en la Antigua Grecia
• Oráculo griego
• Templo de Apolo en Delfos
• Auriga de Delfos
• Conócete a ti mismo

Referencias[editar]
1. ↑ GRAVES, Robert: Los mitos griegos, I, pág. 97. Alianza Editorial, Madrid,
2001, ISBN 84-206-7262-9
2. ↑ Himno homérico (III) a Apolo (Εις Απόλλωνα), 440-502.
▪ III: texto español en Scribd; pág. 37.
▪ III, 397 y ss.: texto inglés, con índice electrónico, en
el Proyecto Perseus. En la parte superior derecha se
encuentran los rótulos activos focus (para cambiar al
texto griego) y load (para el texto bilingüe).
▪ III: texto bilingüe griego-inglés en Internet
Archive; facsímil electrónico de la ed. de 1914 de Hugh
Gerard Evelyn-White de obras de Hesíodo y
de Homero en la Loeb Classical Library.
▪ Himno a Apolo Pitio.
▪ Texto griego del Himno a
Apolo Pitio (Εἲς Ἀπόλλωνα
[Πύθιον]); en Wikisource.
3. ↑ Saltar a:a b Diodoro Sículo, Biblioteca histórica XVI,26.
4. ↑ Estrabón IX,3,5.
5. ↑ Martin, Roland; Metzger, Henri (1977). «Cultos oraculares». La religión griega.
Colección EDAF universitaria. Madrid: Presses universitaires de France.
p. 35. ISBN 84-7166-543-3.
6. ↑ Pausanias X,5,5-6.
7. ↑ Michael Scott, Delfos: historia del centro del mundo antiguo, pp.40-41, Barcelona:
Planeta (2015), ISBN 978-84-344-1941-4.
8. ↑ Jenofonte, Ciropedia VII,2,20-21.

Bibliografía[editar]
• AMANDRY, Pierre (1985). Delfos, monumentos arqueológicos e historia.
Editorial Guías arqueológicas de Grecia.
• BAILLY, M.A. (1915). Dictionnaire Grec-Français. París: Librairie Hachette
et Cie.
• CICERÓN, Marco Tulio. (1999). Sobre la adivinación. Sobre el destino.
Timeo. Introducciones, traducción y notas de Ángel Escobar.
Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-2249-8.
• GRIMAL, Pierre. Profesor de la Sorbona (1986). Diccionario de mitología
griega y romana. Ediciones Paidós Ibérica, S.A. ISBN 84-7509-166-0.
• HERÓDOTO. Traducción y notas de C. Schrader. Introducción de F.
Rodríguez Adrados. Revisión: M. Jufresa Muñoz (1986 [1.ª edición, 4.ª
reimpresión]). Historia. Libros I-II. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-
249-3482-8.
• PAUSANIAS. Introducción, traducción y notas de María de la Cruz Herrero
Ingelmo. Revisión: Francisco Javier Gómez Espelosín (1994). Descripción
de Grecia. Obra completa en tres tomos. Tomo III: Libros VII-X. Madrid:
Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1662-6.
• PLUTARCO. Introducción, traducción y notas de F. Pordomingo y J. A.
Fernández Delgado. Revisión: P. Boned Colera (1995). Obras Morales y de
Costumbres. Moralia. Tomo VI.: Isis y Osiris. Diálogos Píticos (La E de
Delfos. Los Oráculos de la Pitia. La desaparición de los Oráculos). Madrid:
Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1791-3.
• SCOTT, Michael (2015). Delfos: historia del centro del mundo antiguo.
Planeta. ISBN 978-84-344-1941-4.
• SEIGNOBOS, Ch. (1930). Historia Universal Oriente y Grecia. Madrid:
Editorial Daniel Jorro. ISBN 84-7509-166-0.
• VV.AA. (1992). Grecia, cuna de Occidente. Atlas culturales del mundo.
Tomo II. Folio. Ediciones del Prado. ISBN 84-7838-164-3.

Enlaces externos[editar]
• Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre el oráculo
de Delfos.

• El oráculo
• Religión en Delfos
• Apolo en Delfos
• PLUTARCO: Moralia, V, 27: Sobre la E de Delfos (Περί τού Εί τού έν
Δελφοίς - De E apud Delphos).
o Texto, en el sitio del Proyecto Perseus, de la
traducción inglesa corregida y editada por William W. Goodwin,
y publicada en 1874; en la parte superior derecha se hallan los
rótulos activos focus (para cambiar a la traducción inglesa de
Frank Cole Babbitt, de 1936, y al texto griego fijado por
Gregorius N. Bernardakis en 1891) y load (para cotejar las dos
traducciones y para obtener el texto bilingüe).
• PLUTARCO: Moralia, V, 28: Sobre los oráculos de la Pitia (Περί του μη
χραν έμμετρα νυν την Πυθίαν - De Pythiae oraculis).
o Texto, también en Perseus, de la trad. inglesa corregida y
editada por Goodwin, y publicada en 1874; en la parte superior
derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar a la
traducción inglesa de Babbitt, de 1936, y al texto griego fijado
por Bernardakis en 1891) y load (para cotejar las dos
traducciones y para obtener el texto bilingüe).
• PLUTARCO: Moralia, V, 28: Sobre la desaparición de los oráculos (Περί
των εκλελοιπότων χρηστηρίων - De defectu oraculorum).
o Texto, también en Perseus, de la trad. inglesa corregida y
editada por Goodwin, y publicada en 1874; en la parte superior
derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar a la
traducción inglesa de Babbitt, de 1936, y al texto griego fijado
por Bernardakis en 1891) y load (para cotejar las dos
traducciones y para obtener el texto bilingüe).
▪ William W. Goodwin (William Watson Goodwin,
1831-1912): clasicista estadounidense, profesor de
griego de la Universidad de Harvard.
▪ Gregorius N. Bernardakis (Gregorios N. Bernardakis:
Γρηγόριος Ν. Βερναρδάκης; translit.: Grigorios N.
Vernardakis; neolatín: Gregorius N. Bernardakis;
1848-1925): filólogo y paleógrafo griego.
• MARTIN, Thomas R.: An Overview of Classical Greek History from
Mycenae to Alexander (Panorama de la historia de la Grecia Antigua desde
la época micénica hasta la de Alejandro); texto inglés, con índice
electrónico, en el Proyecto Perseus.
o Apartado The Oracle at Delphi and Colonization (El Oráculo de
Delfos y la colonización).
• ¿Cómo se consultaba el Oráculo de Delfos?.

• Proyectos Wikimedia

• Datos: Q682558

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