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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

FACULTAD DE DERECHO

Tema:

Caso Osorio Rivera y familiares Vs. Perú

Autores:

Culquicondor Purizaca, Keilly Milagros

Jaramillo Guerrero, Lisbeth

Pulache Manrique, Astrid Solange

Purizaca Chunga, Ruth Viviana

Quevedo Guerrero, Nathaly Yesbell

Rivera Zapata, Shirley

Yajahuanca Huamán, Alonso Marcelo

Asignatura:

Derechos Humanos

Docente:

Nirda Nohely Olaya Celi

Piura, 11 de mayo de 2023


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Índice
Introducción ............................................................................................................................. 3
I. Antecedentes del caso ..................................................................................................... 4
II. Desaparición Forzada ....................................................................................................... 5
III. Proceso Judicial en el Ámbito Nacional ...................................................................... 7
3.1. Primer Proceso Penal (expediente N° 24-91) ...................................................................... 7
3.2. Proceso Penal desarrollado en el Fuero Militar (expediente N° 859-92).............................. 8
3.3. Proceso Penal en la jurisdicción especializada ................................................................... 8
IV. Instancia Supranacional – Corte Interamericana de Derechos Humanos ................. 9
4.1. Sistema de Justicia Interamericano ..................................................................................... 9
4.2. Instancia Supranacional CIDH ...........................................................................................10
V. Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ..................................... 11
5.1. Sentencia de la CIDH, fecha 26 de noviembre de 2013 ..................................................... 11
5.2. Sentencia de la CIDH, fecha 20 de noviembre de 2014 .....................................................14
VI. Análisis de los Derechos Humanos Vulnerados ........................................................15
Conclusiones ..........................................................................................................................18
Recomendaciones ..................................................................................................................20
Bibliografía ..............................................................................................................................21

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Introducción

Remontándonos a los años 1980-2000, nos introducimos a un período en el que el Perú


estuvo sumergido amargamente en el terrorismo, en donde además de luchar contra Sendero
Luminoso, hubo en paralelo una lucha contra el Estado Peruano, porque se evidenciaron a
grandes rasgos una gran cantidad de vulneraciones y trasgresiones de los derechos humanos.

Por esta razón, la presente investigación realizada en conjunto tiene como fin hacer un
recorrido, analizar y explicar la evolución histórica del caso seleccionado, el cual lleva por nombre
“Osorio Rivera y Familiares vs Perú”, en donde tomaremos como punto de partida los
antecedentes del caso mencionado, para ir profundizando, ahondando y sobre todo hacer de
conocimiento este caso y que no pase desapercibido o en su defecto que quede en el olvido.

Por otra parte, dicha investigación estará subdividida en puntos importantes, que le darán
ilación a nuestro trabajo, estos serán mencionados, tocados, de manera que quede claro, sea
entendible, preciso y tenga coherencia, resaltando todos aquellos puntos importantes del caso a
tratar; entre ellos están el proceso judicial en el ámbito nacional, la instancia supranacional, la
sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el análisis de los derechos
humanos vulnerados en el caso ya señalado.

Finalmente, el último punto a tratar son las conclusiones del caso, que serán precedidas por
las recomendaciones del grupo a modo de complementación y que tienen como base a los
resultados que se obtuvieron luego de la presente investigación.

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I. Antecedentes del caso

Durante 1980 hasta finales de 2000, el enfrentamiento entre las fuerzas militares y policiales
contra grupos armados provocó vulneraciones de los DDHH y atentados terroristas en nuestro
país. Para ejecutar patrullajes y "capturar terroristas" en el sector de Palmira, provincia de
Cajatambo, se creó en 1991 el Plan Operativo Palmira. El 22 de abril de ese año, se estableció
una patrulla del Ejército como parte del plan, en un local particular del caserío campesino
Nunumia.

El 28 de abril, Jeremías Osorio Rivera viajó a Nunumia, provincia de Cajatambo, para


participar en un campeonato; las celebraciones continuaron por la noche hasta que se
escucharon explosiones, lo que motivó la intervención de soldados de la base militar destacada
en ese lugar, la cual estaba dirigida por el teniente Juan Tello Delgado (conocido por Conan en
ese tiempo). Jeremías y su primo Gudmer Zárate Osorio son apresados por el personal militar y
llevados a la zona de Nunumia que es controlada por el ejército. (Galella, P. 2017)

El 29 de abril, el ejército informó al amigo de Jeremías, Aquiles Román Atencio, de que su


amigo había sido arrestado porque "era terrorista y tenía un arma policial". Ese mismo día, la
mamá y el hermano mayor de Jeremías, Porfirio, acudieron a las instalaciones militares de
Nunumia a consultar por Jeremías. Son atendidos por el teniente Tello, quien no recibe la comida
para el detenido ni habla de su estado, ni les permite verlo.

El 30 de abril, Gudmer es liberado sin acta de liberación. Por la mañana, Porfirio junto a su
cuñada, Santa Fe Gaitán Calderón (esposa de Jeremías), visitan la base para entregar alimento
y exigir información. El personal militar no les permiten verlo ni reciben el alimento. Más tarde,
los militares regresan a Cajatambo y piden a los comuneros caballos para desplazarse; mientras
estos se están yendo, Porfirio y algunos pobladores observan a Jeremías en un caballo, con un
balaclava puesto al revés y atado de las manos. Hacen un alto en el camino y devuelven a los
animales. Uno de los comuneros, Aquiles Román, exige al teniente Conan hablar con el detenido,
se le concede esta petición y es capaz de vislumbrar el rostro maltratado de Jeremías, quien
solicita avisar a su esposa o madre que vayan a Cajatambo.

El 01/05/1991, Silvia y Porfirio acudieron a la base de Cajatambo. Inicialmente, los militares


les comunicaron que en esa zona no había ningún detenido y que el teniente se encontraba en
las termas.

El 02 de mayo, los hermanos llegaron temprano a la misma base. El teniente Conan los
recibió allí y les dijo que Jeremías había sido liberado el día anterior, hasta les enseño un

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documento sobre su liberación. Inmediatamente después, Porfirio y Silvia lo buscaron en las
zonas aledañas donde creían que podía haber ido dada su proximidad al lugar.

El 03 de mayo de 1991, como no han podido localizarlo, los hermanos acuden a la Fiscalía
de Cajatambo para poner una denuncia en contra del teniente Conan (Galella, P. 2017). Este fue
a la fiscalía, donde se enzarzó en una acalorada discusión con la familia del desaparecido. La
denuncia no se presentó porque el fiscal se marchó ese día a Lima. Desde ese momento
ocurrieron una serie de hechos que dieron como resultado que el paradero del comunero siga
siendo un misterio.

II. Desaparición Forzada

Cuando se habla de desaparición forzada nos referiremos a un delito de lesa humanidad, el


cual se identifica gracias a ciertas características como, por ejemplo: la esclavitud, deportación
o traslado forzoso de una determinada porción de personas que caen en la retención o privación
de libertad. Es por ello, que las personas que se encuentran confinados por este delito están
sometidas a recibir torturas, violaciones, persecución; he ahí se encuentra la desaparición
forzosa. Del mismo modo, se le considera una desaparición forzada al despojo de libertad por
una o más personas. Los encargados de cometer esto, están vinculadas con el Estado, ya que
este ente autoriza y apoya dicha participación. Cabe recalcar que, los miembros que participan
en esta persecución son diversos grupos de militares, como se sabe ellos se encuentran
subordinados por un nivel más alto que es el Estado. En consecuencia, los retenidos se
encuentran bajo privación de su libertad, en el cuál no pueden hacer ningún uso de los recursos
y las garantías judiciales que considere pertinentes.

La desaparición forzada se conoce de la siguiente manera: este se basa en la persecución


de personas, en el cual los militares realizan operativos en distintas zonas del país con el fin de
encontrar a presuntos rehenes que se encuentren realizando algún acto de terrorismos que el
Estado haya considerado pertinente, cuando a este se le encuentra implicado un algún acto
relacionado se lo conlleva a una sanción. Por consiguiente, su operativo no tiene que dejar ningún
registro de su detención. Al finalizar este operativo, el grupo militar los llevan a un local de
reclusión para iniciar con el proceso de interrogación. Por otro lado, la CIDH considera que la
desaparición forzosa es un acto ilegal, ya que no se garantiza la protección contra la detención
injusta y el derecho a la seguridad integral personal.

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Según el Código Penal, los aspectos que conforman una desaparición forzada son los
siguientes:

➢ Detención arbitraria
➢ Traslado continuo del rehén
➢ Negatividad de los hechos
➢ Interrogatorio
➢ Amenazas
➢ Libertad o desaparición

Por ende, en el caso “Osorio Rivera” si hubo desaparición forzada, ya que contiene toda la
secuencia que menciona el Código Penal para hablar de este hecho. A continuación, explicaré
cómo se relacionan los elementos, con el hecho.

➢ En primer lugar, el perseguido que viene a ser Jeremías Osorio Rivera, fue detenido junto a
su primo porque se encontraron cerca al lugar de una explosión que habían escuchado los
militares, ante ello, el grupo del ejército creyó conveniente detenerlos puesto que
consideraban que eran terroristas. Por esta razón se le denomina que es una detención
arbitraria, porque estuvo expuesta por maltratos físicos.
➢ En segundo lugar, cuando los familiares se percataron de esta desaparición, inmediatamente
acudieron al local del ejército para preguntar si Osorio Rivera se encontraba en ese lugar,
pero las fuerzas armadas no les dieron información sobre su paradero, se presume de un
traslado que hayan realizado los militares.
➢ En tercer lugar, a vista de las diferentes interrogantes que emitían los familiares a las fuerzas
militares, ellos solo se dedicaban a dar información confusa a los seres queridos, sin dejarles
ver a Jeremías.
➢ En cuarto lugar, el retenido es visto por última vez por un comunero que había hecho el
servicio de prestar a uno de sus caballos al fuero militar, este había visto a Jeremías con el
rostro maltratado, evidenciando que fue expuesto a los diferentes tratos de tortura, con el fin
de extraerle alguna información.
➢ En quinto lugar, se presume que la fuerza militar amenazó al retenido, si es que no les
hablaba con la verdad.
➢ Por último, este fue visto por última vez por el comunero, en el cual se llega a pensar que si
hubo una desaparición forzosa en el caso de Jeremías Osorio Rivera.

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En Perú, el delito de desaparición forzada se encuentra normado en el art. 320 del Código
Penal en la sección “Delitos contra la humanidad”, el cual menciona que, Toda persona que esté
involucrada en un caso de desaparición forzada y no desee brindar ninguna razón sobre su
paradero, este será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince ni mayor de
treinta años”. (Código Penal, 2023)

III. Proceso Judicial en el Ámbito Nacional

3.1. Primer Proceso Penal (expediente N° 24-91)

El 09/05/1991 Porfirio Osorio Rivera interpone denuncia ante la Fiscalía Mixta de Cajatambo,
contra el teniente Tello Delgado como causante de desaparición, secuestro y homicidio de su
hermano, cuyo paradero era desconocido desde el 30 de abril de 1991. El día 24 de mayo la
Fiscalía dictamina remesar la denuncia al Fuero Militar, con el argumento de que el acusado
ejercía sus funciones en el Ejército cuando ocurrieron los acontecimientos. Luego, el Juzgado
Provincial inició instrucción penal al teniente por el delito de violación de la libertad personal el
10/07/1991.

Posteriormente, el acusado presentó una constancia de libertad del 01 de mayo de 1991,


donde figuraba la firma y huella digital de la presunta víctima. Ante ello, el día 06 de noviembre
de 1991 el juez a cargo dispuso realizar 2 peritajes al documento: el grafo técnico y el
dactiloscópico. Los informes determinaron que la firma si pertenecía al detenido, pero que la
huella no era de su dedo índice, sin embargo, no se descartó que pudiese ser de otro de sus
dedos.

El 03/02/1992 Porfirio Osorio Rivera instó la extensión de la denuncia encausada por el


atentado de desaparición forzosa de su hermano. No obstante, el 11/06/1992 la Fiscalía emitió
dictamen considerando el art. 22 del DLeg. N° 25.475 del 05/05/1992, ya que este derogaba el
art. 323 del Código Penal, el cual establecía pena para los delitos de terrorismo y el proceso a
seguir para la averiguación, instrucción y juicio de estos, en consecuencia, el 12/06/1992 se
archivó permanentemente la instrucción por el delito de desaparición forzada. Posteriormente,
el día 22/07/1992, el Juzgado de Instrucción se abstuvo de continuar con el proceso, a causa de
la disputa de competencia planteada y al proceso paralelo que se desarrollaba en oposición de
Juan Carlos Tello Delgado en la Segunda Zona Judicial del Ejército. El 25/11/1992 se envió el
expediente N°24-91 al Fuero Militar para su acaparamiento.

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3.2. Proceso Penal desarrollado en el Fuero Militar (expediente N° 859-92)

El 05/06/1991, la 18va División Blindada del Ejército expresó fallo, que requería que la
Segunda Zona Judicial del Ejército conozca sobre la delación al Teniente Tello. Posteriormente,
el día 08/06/1992, el Auditor de Guerra consideró propicio abrir instrucción al teniente por los
delitos de abuso de autoridad y violación de libertad personal en agravio de la presunta víctima.
Luego, el 11/06/1992, el Consejo de Guerra de la Segunda Zona Judicial del Ejército abrió la
instrucción y habilitó la jurisdicción del Tercer Juzgado Militar Permanente de Lima. El 25/11/1992
se acopió el informe N°24-91 junto al expediente militar N°859-92.

El 04/06/1993 se tomó la declaración del imputado y el 02/07/1992 se tomó declaración


testimonial al señor Porfirio Osorio Rivera. Luego, el Tercer Juzgado Militar Permanente de Lima
emitió el informe final el día 30/11/1993, donde señala que no se probó la responsabilidad del
acusado por los delitos de abuso de autoridad y privación de libertad.

El día 07/07/1994, el Tercer Juzgado Militar Permanente de Lima publicó el Informe Final
Ampliatorio, en el cual se reafirmó que no se comprobó que el teniente fuera responsable de los
delitos imputados. Esto es refrendado en el dictamen de auditoría el 18/01/1995, donde se
determina que no se pudo comprobar la existencia de los delitos instruidos, ya que el inculpado
procedió de acuerdo con sus deberes.

El 07/02/1996, el Consejo Supremo de Justicia Militar decretó por medio de resolución judicial
de sobreseimiento el archivamiento definitivo del caso. Con posterioridad, el día 15/10/1996, se
efectivizó el archivamiento absoluto, con el consentimiento del auditor del Consejo de Guerra
permanente de la Segunda Zona Judicial del Ejército.

3.3. Proceso Penal en la jurisdicción especializada

El 14/06/2004, Porfirio presentó una nueva denuncia penal ante Fiscalía Especializada sobre
Desapariciones Forzadas, Ejecuciones Extrajudiciales y Exhumación de Fosas Clandestinas de
Lima (a quien mencionaremos como “la Fiscalía Especializada”), por secuestro y desaparición
forzosa de su hermano. El 25/06/2004, la Fiscalía Especializada a través del expediente N°859-
92 insta al Consejo de Guerra Militar a solucionar lo actuado; además, decidió impedirse de
percibir el caso por ser competencia de la Fiscalía Provincial.

El 26/10/2005 la Fiscalía Provincial ordenó la denuncia penal contra el teniente “Conan” y los
que sean causantes del delito contra la humanidad en el modo de desaparición forzosa y contra

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la libertad de Jeremías Osorio Rivera. El 10/11/2005 se abrió instrucción penal en el Juzgado
Mixto de Cajatambo.

El 21/08/2007, el Cuarto Juzgado Penal Supranacional emite informe final donde indica
procedimientos hechos y no hechos. Con fecha del 30/10/2007, la Segunda Fiscalía Penal
Nacional dictaminó merecimiento a juicio oral y enunció incriminación Juan Carlos Tello Delgado,
solicitando 20 años de cárcel, inhabilitación por 5 años y una reparación civil de s/. 50,000.00.

El día 19/05/2008 inicia el juicio oral y concluye el 17/12/2008. La Sala Penal Nacional dictó
sentencia absolutoria a favor de Tello Delgado de los cargos atribuidos, haciendo uso del principio
de In Dubio Pro-Reo. Los peticionarios presentaron un recurso de nulidad contra la sentencia
absolutoria. El 23/02/2009 se admitió el recurso y se eleva a competencia de la Corte Suprema
de Justicia, la cual el 24/06/2010 determinó la nulidad de la sentencia de primera instancia.

El juicio oral constó de 42 sesiones desarrolladas desde el 16 /11/2010 hasta el 04/11/2011,


fecha en la que se lee sentencia que absolvía otra vez a Tello Delgado basado en duda razonable;
ante ello, los demandantes interpusieron recurso de nulidad, el cual fue concedido el 21/11/2011
por la Sala Penal Nacional, quien además ordenó se eleve autos a la Sala Penal de la Corte
Suprema de Justicia de la República.

El 17/04/2013 se realizó la primera vista de causa ante Sala Penal Transitoria de la Corte
Suprema de Justicia, la cual decidió no haber nulidad respecto de los recursos interpuestos por
el representante del Ministerio Público y la parte civil. El 27/08/2013 se realizó el desarrollo de
redacción y firma de la decisión, la cual se hizo pública un día antes de la audiencia ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

IV. Instancia Supranacional – Corte Interamericana de Derechos Humanos

4.1. Sistema de Justicia Interamericano

El 20/11/1997, Porfirio Rivera Osorio y ARODEH presentaron solicitud ante la CIDH.

El 12/07/2010, la CIDH acepta el informe de Admisibilidad N° 76/10.

El 30/10/2011, la CIDH admite el informe de fondo N° 140/11 y el 10/11/2011 se notifica el


primer informe de fondo.

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Los días 11/01, 21/04 y 24/05/2012, se dan informes por parte del EP, solicitando
aplazamiento de 3 meses, las dos primeras son concedidas y la tercera no, ya que la CIDH
considera que no hubo cambios sustanciales que justifiquen otra prórroga.

El 10/06/2012, la CIDH somete el caso Osorio Rivera y Familiares vs. Perú. El 06/08/2012 se
notifica a las víctimas y el 08/08/2012 se notifica al EP. El 20/02/2013 el EP entrega escrito de
interposición de excepciones preliminares.

El 28/08/2013, se realiza la audiencia pública en la CIDH. El 30/09/2013 las partes remesan


sus argumentos finales y la CIDH presenta sus aclaraciones finales.

El 26/11/2013, se da la sentencia en la CIDH sobre el caso.

4.2. Instancia Supranacional CIDH

Se presenta la siguiente interrogante, en donde se plantea una excepción preliminar porque


Porfirio Rivera Osorio ha presentado su petición ante la CIDH, la CSJ nos indica que según el
art. 46.1b) de la CIDH, el requisito de 6 meses se debe aplicar distinguiendo los sucesos
concretos del presente caso. Ante esto, el EP expuso 6 escritos, solicitando inadmisibilidad de la
petición y un archivo basado en dos argumentos distintos y divisivos; el primero indica que la
petición ha sido presentada extemporáneamente y han tomado como referencia el proceso penal
del tercer juzgado militar permanente, y el segundo argumento indica la permanente existencia
de un proceso penal ante la Fiscalía especializada en desapariciones forzadas, ejecuciones
extrajudiciales y exhumación de fosas clandestinas ante lo mencionado anteriormente el EP se
respalda de lo señalado por la CIDH y aplica el principio de Estoppel “No es procedente que el
Estado retome un argumento que fue modificado por él mismo. Es por ello, que la CSJ argumenta
que el EP si ha vulnerado el derecho a la defensa de Porfirio Rivera Osorio, debido a que el EP
si ha presentado las excepciones en el plazo determinado; sin embargo, adoptó una postura
diferente en el trámite admisibilidad, sosteniendo que la anterior sentencia del fuero militar fue la
que concluyó con los recursos internos, la CSJ argumenta que no se necesita el desgaste de los
recursos internos porque el parámetro de análisis constituye que el EP ha superado el plazo de
6 meses porque no ha podido esclarecer la ubicación del afectado. Asimismo, el principio de
Estoppel nos menciona si verdaderamente hay todavía un proceso pendiente para que se
apruebe la excepción preliminar. Tenemos dos excepciones, primeramente la inexistencia de los
procesos internos para la protección de los derechos que se hayan vulnerado y la segunda
cuando no se les haya posibilitado acceso a los recursos internos. Todo esto quiere decir, que

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Porfirio Rivera Osorio tiene toda la facultad para acceder al mecanismo internacional porque en
la jurisdicción nacional no hubo un debido proceso; declarándose inconcebible la excepción
preliminar.

Por otro lado, El Estado Peruano plantea que en el informe de fondo de la Comisión N° 140/11
ha violado los arts. I y III de la CIDH sobre Desaparición Forzada de Personas. Lo anteriormente
mencionado en efecto art. 28 de la CVDT, la aplicación de los art. ya mencionados estarían
violando el Principio de Irretroactividad porque los hechos del caso se produjeron a partir del
28/04/1991, y manifestaron que la CSJ debe declararse sobre la Convención IDF; en virtud de
que las desapariciones forzadas ocurrieron en años anteriores a la entrada en vigencia de esta
Convención y al momento de ser presentadas no había cesado la desaparición ni se había dado
con el paradero de la víctima. Por lo que, la CSJ se pronunció indicando que su alcance se basa
en el principio de Kompetenz, basándose en el art. 62.1 de la CIDH, la CSJ puede resolver todo
tipo de controversia mediante su jurisdicción. Y resalta que desde que un tratado entra en vigor
es obligatorio para los Estados su cumplimiento por el principio de Pacta Sunt Servanda. Esta
etapa del desarrollo jurisprudencial de la CIDH resulta contraproducente para que un Estado
recurra a este tipo de excepción. Porque este caso tuvo sentencia el año 2013. Finalmente,
podemos afirmar que todas las consideraciones de la CIDH son correctas.

V. Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

5.1. Sentencia de la CIDH, fecha 26 de noviembre de 2013

Dentro de la sentencia emitida por la CIDH con fecha 26/11/2013, se declara como
responsable al Estado Peruano por el delito de desaparición forzada hacia el comunero Jeremías
Osorio Rivera, que ocurrió el 30 de abril de 1991, y que a la fecha no hay información de su
paradero. Asimismo, se declara responsable por las violaciones a los derechos a la libertad, a la
vida, integridad de la persona, y a la identificación de la personalidad jurídica, los cuales están
regulados dentro de la CIDH. De la misma manera, dentro de la sentencia se relatan los hechos
que dieron paso a dicho delito, desde el desarrollo del “Plan Operativo Palmira”, comandado por
el teniente conocido como “Andrés López Cárdenas” y “Conan”, hasta la detención del comunero
Jeremías Osorio Rivera y Gudmer Zárate Osorio a causa una pelea, y de la explosión y disparos
que se escucharon, llevando a que los militares rodearon la zona y procedieron con dicha
detención. Donde, después de ello, el señor Gudmer Zarate Osorio fue puesto en libertad,
mientras que el señor Jeremías siguió detenido en el local de Nunumia. Luego de ello, según los

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militares repararon su regreso a Cajatambo, donde en uno de los caballos llevaban al señor
Jeremías cubierto con un balaclava y atado de las manos, siendo este suceso la última
información y la última vez que su madre y su hermano lo verían.

Ante lo expuesto, la Corte, analizó dicho caso, declarando que procede como una
desaparición forzada teniendo como principal responsable al Estado, tomando en cuenta los
elementos constitutivos de dicho delito, como lo son, a) la privación de la libertad, b) la directa
intervención de los funcionarios públicos del Estado, c) la impugnación de información sobre la
detención y el paradero de la persona solicitada. Aquí, se evidencia que la privación de libertad
de un sujeto puede ser entendido como el inicio de una violación que se prolongue hasta cuando
se sepa la ubicación del presunto afectado. En suma, la Corte dio como conclusión que existió
una expropiación de libertad del presunto afectado, dicho suceso desarrollado por agentes
estatales, originando el inicio de estructuración de dicha desaparición. Quedando también
determinado que no se presentaron las evidencias suficientes para argumentar que el Estado
dejó puesto en libertad al comunero Jeremías Osorio Rivera, siendo su último paradero la
custodia del Estado en la Base Contrasubversiva de Cajatambo, concluyendo que la
desaparición forzosa de este señor se produjo a consecuencia de una práctica sistemática y
selectiva como parte de la política estatal contrasubversiva. Sin embargo, hasta el día de hoy el
Estado sigue teniendo en pie su afirmación de haber puesto en libertad a la víctima, esto sin que
se haya obtenido alguna información de su paradero.

Por otro lado, tomando en cuenta las observaciones penales respecto a la desaparición
forzosa del presunto afectado, se podrían distinguir en tres etapas, aquellas que acabaron con
la absolución de solo una persona procesada, la Corte analizó: i) el análisis inicial, llevado a cabo
entre los meses de mayo de 1991 y julio de 1992 dentro del fuero ordinario; ii) la investigación
desarrollada en el Tercer Juzgado Militar Permanente de Lima en los meses de julio y octubre de
1992 y 1996 respectivamente, y iii) la reciente exploración en la jurisdicción especializada en los
años 2004 y 2013.

Conforme a ello, la Corte declaró concluido que, a causa de la carencia de análisis dentro de
la investigación de los hechos, además del juzgamiento y la sanción de los principales actores
dentro de esta situación, el Estado cometió la violación de los derechos a las garantías judiciales
y a la protección judicial, los cuales estaban regulados en los arts. 8.1 y 25.1 de la CIDH, sobre
el caso de Desaparición Forzada de Personas, en perjuicio de Jeremías Osorio Rivera y de sus
familiares.

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De igual manera, la Corte concluyó que el Estado Peruano no cumplió con la obligación
impuesta sobre adecuar su reglamento interno al de la Convención, ya que el art. 320 del Código
Penal peruano, el cual califica el delito de desaparición forzada, no sea correctamente adecuado
a los parámetros internacionales, el Estado seguirá evadiendo el cumplimiento de los arts. 2 de
la CADH y 3 de la ICPPED.

Por lo expuesto anteriormente, se consideró recalcar que los familiares vieron en cierta
medida afectada su integridad personal, a causa de la desaparición de su ser querido, que les
causó secuelas psicológicas, emocionales y físicas, originando la ruptura de sus relaciones
sociales y familiares, y causando síntomas de depresión en diferentes niveles, todo ello a causa
de la injusticia que se viene dando acerca del caso de la víctima. Todo ello llevando a que el
Tribunal tome en cuenta las consecuencias directas que los hechos le han originado a la familia,
produciendo en ellos gran padecimiento, dolor y preocupación en agravio de su integridad
psicológica y ética. Todo esto, generando que la Corte estableciera y concluyera que la República
del Perú es el responsable de la violación al derecho a la integridad personal en perjuicio de los
familiares del comunero Jeremías Osorio Rivera.

De acuerdo a la sentencia de 26 de noviembre de 2013, Serie C No. 274 “La Corte dictaminó
al Estado ciertas disposiciones para la reparación: a) empezar con el desarrollo de las
indagaciones y procedimientos esenciales, en un término determinado, con el fin de establecer
la veracidad de los acontecimientos; b) efectuar, una búsqueda seria para dar con la ubicación
del comunero Jeremías Osorio Rivera; c) brindar el tratamiento médico y psicológico o
psiquiátrico a las víctimas que así lo soliciten; d) realizar las publicaciones indicadas en la
Sentencia; e) brindar a Edith, Neida, Vannesa y Jersy (hijos de la familia Osorio) una beca en
una institución pública concertada entre cada hijo del afectado y el Estado Peruano para sus
estudios; f) promover medidas necesarias para reformar la legislación con el fin de compatibilizar
con los parámetros internacionales en materia de desaparición forzosa; g) implementar
programas fijos y duraderos sobre los DDHH y DIH en las escuelas formativas de las Fuerzas
Armadas, y h) pagar las cantidades acordadas en la Sentencia, la cual fue fijada por la Corte,
dicha cantidad corresponde a US$ 57.500,00 por concepto de ingresos dejados de percibir por
el afectado, US$ 80.000,00 y US$ 45.000,00 por concepto de daño inmaterial y por consiguiente,
la mitad de dicha cantidad deberá ser proporcionada a la señora Santa Fe Gaitán Calderón, y
mitad sobrante deberá ser distribuida equitativamente, entre las hijas e hijo del señor Jeremías
Osorio Rivera” (Pág. 93)

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Con ello, se da por finalizada la sentencia con fecha 26 de noviembre de 2013, dándose a
conocer que la Corte supervisará el acatamiento de las disposiciones imputadas al Estado
Peruano en ejercicio de sus deberes conforme a la CADH, y que quedará concluido una vez que
el Estado haya dado por cumplido lo establecido en la presente sentencia.

5.2. Sentencia de la CIDH, fecha 20 de noviembre de 2014

En cuanto a esta sentencia, emitida con fecha 20/11/2014 el EP presentó una petición de
interpretación de la Sentencia de fecha 26/11/2013 dentro del plazo establecido en el art. 67 de
la Convención, en donde se especifica un plazo de 90 días, resultando admisible, pero solamente
en el plazo de su presentación. Sin embargo, la Corte ha considerado que es inadmisible la
solicitud de interpretación para imponer a cuestionamientos los hechos que ya han sido
planteadas dentro de su plazo procesal y sobre las cuales la Corte ya tomó una decisión.

En la presente, el Estado se refirió a la falta de tipificación que se mencionó dentro de la


sentencia de fecha 26/11/2013, donde menciona que este no fue elemento específico para
obstaculizar el desarrollo de los procesos, por lo que los representantes estimaron que la solicitud
que presentó el Estado sobre la interpretación del punto mencionado anteriormente, debe ser
declarada inadmisible, ya que se debía adecuar obligatoriamente la tipificación del delito de
desaparición forzada a los estándares internacionales, porque si este no se cumplía, daría paso
a ser una fuente de impunidad en los futuros o diferentes casos de desaparición forzosa.

Como segundo punto, el Estado mencionó que la Corte determinó que durante la fase en que
las leyes de amnistía fueron utilizadas, el Estado no cumplió de forma adecuada su deber
ensamblar el derecho nacional e internacional. Por ende, los representantes estimaron la
solicitud de interpretación que debía ser inadmisible al declararse que el Estado fue el principal
responsable por el delito de violación a los arts. 8.1 y 25.1, cuando las leyes de amnistía fueron
aplicadas.

Avanzando con el tema, el Estado requirió a la Corte que dejará en claro los aspectos
concretos que debían realizar para cumplir con el decreto de reparación correspondiente a los
programas de capacitación a las Fuerzas Armadas. Por lo que, los representantes sostuvieron
que esta solicitud resulta inadmisible a causa de que dicho cuestionamiento planteado por el
Estado no requiere de una aclaración o interpretación, debido a que no existe oscuridad o falta
de claridad en lo señalado por la Corte, añadiendo a ello que hasta dicha fecha no se había dado
cumplimiento a dichas medidas de capacitación.

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De igual manera, el Estado Peruano solicitó la precisión de las pautas y procedimientos que
fueron utilizados para la especificación de los montos establecidos como reparación. Por lo que
los representantes consideraron inadmisible esta solicitud al no existir oscuridad o falta de
claridad en dicha sentencia, ya que el Estado tomó en cuenta el criterio de la equidad para fijar
las compensaciones por los daños causados de acuerdo a las violaciones cometidas a los DDHH
de las víctimas y sus familiares.

Finalmente, la Corte, decide por mayoría declarar admisible la interpretación de la Sentencia,


interpretando y aclarando las medidas necesarias para adecuar la legislación penal interna a
efectos de alinear con los parámetros internacionales en materia de desaparición forzosa. Dando
como conclusión, la desestimación de los tres criterios de la solicitud de interpretación de la
sentencia por excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas emitida el 26/11/2013
interpuesta por la República del Perú.

VI. Análisis de los Derechos Humanos Vulnerados

Si bien la CIDH declaró que el República peruana es causante de la desaparición forzada del
comunero Jeremías Osorio Rivera, es importante reconocer cuales de sus derechos fueron
violentados, pues este caso, es un claro ejemplo de la violación de los derechos fundamentales
de la persona humana, de la DUDH y de la Convención anteriormente mencionada. A
continuación, daré a conocer cuáles de sus derechos fueron violentados según la CIDH.

ICPPED. Art. 2º. 9/06/1994. “Se considera desaparición forzada a la privación de la libertad
a una o más personas, cometida por funcionarios públicos o por personas que actúen mediante
el Estado, y la negativa para informar la ubicación del desaparecido, impidiendo el ejercicio de
los recursos y garantías procesales” (Pág. 38). Se establece la permanencia de la desaparición
forzosa, debido a que la detención, circulación y difusión de información engañosa sobre la
ubicación de la víctima son conformes con el modus operandi de la desaparición forzosa utilizada
por las FFAA en el transcurso del conflicto armado del Perú. Igualmente, debemos recalcar que
el procedimiento no ha tomado en cuenta las garantías brindando información engañosa sobre
la ubicación de la víctima.

CADH. Art. 7º. 22/11/1969. Derecho a la Libertad Personal (Pág. 59). Jeremías Osorio fue
detenido sin tomar en cuenta las garantías, ocasionando su desaparición forzosa, podemos
afirmar que la detención del afectado ha sido de forma ilegal, sin tomar en cuenta las garantías
anteriormente mencionadas.

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CADH. Art. 5º.1. 22/11/1969. “Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad
física, psíquica y moral” (Pág. 59). La Comisión dispuso que, sumado al maltrato físico y mental
inherente a la desaparición forzada, la víctima fue objeto de actos deliberados de violencia en el
transcurso de su desplazamiento por efectivos del Ejército el 30/04/1991.

CADH. Art. 5º.2. 22/11/1969. “Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido
a la dignidad inherente al ser humano” (Pág. 59). La Comisión determinó que las acciones de
violencia producidas al afectado durante su traslado a la Base Contrasubversiva habrían sido
perpetradas de forma deliberada y le habrían ocasionado un grave sufrimiento tanto físico como
mental. En ese sentido, la Comisión consideró que los actos de violencia eran constituyentes de
tortura.

CADH. Art. 4º.1. 22/11/1969. “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este
derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente” (Pág. 59). El hecho de que una persona esté
desaparecida durante un prolongado lapso y en un contexto de violencia es una señal suficiente
para establecer que el sujeto fue privado de su vida.

CADH. Art. 3º. 22/11/1969. “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su


personalidad jurídica” (Pág. 59). La desaparición forzada busca la supresión jurídica de la
persona para quitarle la protección legal que le corresponde, de modo que las personas sean
privadas de sus derechos, colocándolas fuera del alcance de toda posible tutela judicial.

ICPPED. Art. 1º. a. 9/06/1994. “Los Estados parte en esta Convención se comprometen a:
no practicar, no permitir, ni tolerar la desaparición forzada de personas ni aún en estado de
emergencia, excepción o suspensión de garantías individuales” (Pág. 59). La República del Perú
desobedeció las obligaciones de respetar y garantizar los derechos reconocidos, como son la
personalidad jurídica (art. 3), vida (art. 4.1), integridad personal (art. 5.1 y art. 5.2) y libertad
personal (art. 7) de la CIDH, en referencia con la obligación de respetar y garantizar los derechos
y la obligación establecida en el art. I.a de la ICPPED.

CADH. Art. 8º. 1. 22/11/1969. “Toda persona tiene derecho a ser oída, respetando las
garantías en un plazo determinado, por un juez o tribunal competente, establecido por la ley, en
la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de
sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter” (Pág. 63).

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Antes esto, los funcionarios públicos no tomaron en cuenta las garantías y diligencias
fundamentales, un ejemplo de ello son los testimonios del afectado.

CADH. Art. 25º. 1. 22/11/1969. “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes, que lo ampare contra todo tipo de actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos en la Constitución Política del Perú, CIDH o la ley, aun cuando la
violación sea realizada por funcionarios públicos” (Pág. 63). Se puede deducir, que en el presente
caso los militares de la base de Cajatambo se negaron rotundamente a brindar información del
afectado.

CADH. Art. 5º. 22/11/1969. Derecho a la integridad personal (Pág. 80). Evidenciamos una
violación de la integridad de los familiares, resaltando que la falta de medios verídicos les genero
un grave sufrimiento.

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Conclusiones

Los hechos del caso se refieren a la detención, tortura y desaparición forzada de Jeremías
Osorio Rivera, ocurrida el 28 de abril de 1991, por efectivos del Ejército Peruano en el marco del
denominado "Plan Operativo Palmira", llevado a cabo en la Provincia de Cajatambo. A partir de
1991, se estableció el estado de emergencia en la zona y se otorgó autoridad interna al Ejército.

En el caso “Osorio Rivera” se cometió el delito de la desaparición forzada, que se encuentra


regulada en el artículo 320 del Código Penal. Asimismo, podemos destacar que la desaparición
forzada fue una realidad frecuente en nuestra sociedad, cuando el Perú se encontraba en altos
niveles de terrorismo, este factor vulneró y violó los derechos humanos de la persona.

Las denuncias de la familia de Jeremías Osorio Rivera conllevaron a tres procesos penales
en el ámbito nacional. El primero se llevó a cabo en el fuero ordinario entre mayo de 1991 y julio
de 1992, el cual pasó el caso a un proceso en el fuero militar, que fue archivado definitivamente
en 1996. Después de ello, en junio del 2004 las investigaciones fueron reabiertas, sin embargo,
no se llegó a una decisión definitiva. Han pasado más de dos décadas desde la presunta
desaparición forzada de Jeremías Osorio Rivera y aun así las autoridades peruanas no han
esclarecido los hechos ni determinado su paradero, no han sancionado a los responsables y
tampoco han proporcionado medidas de reparación a favor de sus familiares.

En la Instancia Supranacional de la CIDH se suscitaron una serie de sucesos, primero


tenemos la petición por parte de Porfirio Rivera Osorio y APRODEH ante la CIDH, en donde el
Estado Peruano argumenta una excepción preliminar por el incumplimiento del plazo de 6 meses
para presentar la petición anteriormente mencionada, pero la Corte argumenta que la anterior
sentencia de fuero militar concluyó con los recursos internos; es decir; que el plazo de 6 meses
no ha sido cumplido por el Estado Peruano, ya que no se ha dado con el paradero de Jeremías,
se le ha vulnerado el derecho al debido proceso de Porfirio Rivera Osorio y que tiene toda la
facultad para acceder al mecanismo internacional porque no ha sido posible agotar la jurisdicción
nacional por la falta de adecuación de esta al debido proceso. Finalmente, el 26 de noviembre
del 2013 se da la sentencia de la Corte IDH sobre el caso.

Con respecto a las sentencias emitidas por la CIDH en las fechas 26 de noviembre de 2013
y 20 de noviembre de 2014, se concluye que la responsabilidad sobre la desaparición forzosa
del señor Jeremías Osorio Rivera recae totalmente sobre el Estado Peruano, dando un alcance
sobre el desarrollo de los hechos, sobre la recomendación de adecuar el reglamento interno del
Estado para tipificarlo con los parámetros internacionales, la decisión de la Corte con respecto a

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las indemnizaciones, las medidas para las reparaciones correspondientes, como, la búsqueda
del paradero del señor Jeremías Osorio, el tratamiento psicológico de los familiares de la víctima,
la implementación de programas de derechos humanos dentro de las escuelas de la Fuerza
Armada y el cumplimiento de los pagos a los familiares de la víctima. Por otro lado, la segunda
sentencia, como se mencionó anteriormente, con fecha 20 de noviembre de 2014, está dirigida
principalmente a la solicitud de interpretación de la sentencia con fecha 26 de noviembre de
2013, la cual después de la desestimación de los tres puntos principales solicitados por el Estado,
se declaró inadmisible dicha solicitud de interpretación de la sentencia por excepciones
preliminares, fondo, reparaciones y costas emitida el 26 de noviembre de 2013 interpuesta por
el Estado, alegando que toda la información y medidas brindadas por la Corte en dicha sentencia
habían sido lo suficientemente claras para su correspondiente cumplimiento.

El Estado Peruano es responsable de la desaparición forzada del señor Jeremías Osorio


Rivera, asimismo de las violaciones contra sus derechos fundamentales, del no cumplimiento de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos y de la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas, ya que no brindo las garantías correspondientes al
desaparecido, ni a sus familiares, e incluso tarto el proceso y omitió responsabilidades a sus
funcionarios acusados de la desaparición forzada. Además, es importante mencionar que hasta
la fecha no se ha indemnizado a la familia, pues esta dependía económicamente del señor
Jeremías Osorio Rivera, ya que sus ingresos representarían la principal fuente de ingresos de
su conviviente, madre e hijos menores de edad.

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Recomendaciones

Antes de finalizar, a continuación, proponemos algunas recomendaciones en base a lo


expuesto y las conclusiones a que se llegó luego de la presente investigación; y que de forma
direccional se las sugerimos al Estado:

➢ Averiguar e Inquirir de forma total, veraz e imparcial sobre la ubicación de la persona de


Jeremías Osorio Rivera. Puesto que desde el momento desde su desaparición hasta la
actualidad no se ha sabido de su paradero (Y aunque es de suponer probablemente esté
muerto), lo correcto es optar por medidas imprescindibles y eficaces para poder entregar sus
restos a sus familiares.
➢ Resarcir apropiadamente las violaciones de derechos humanos mencionadas en el presente
trabajo de investigación; y en sus diferentes aspectos tanto en lo material (económicamente),
como lo moral, esto comprende una compensación económica, el establecer y declarar la
verdad de cómo sucedieron los hechos; no solo para que quede bien, sino porque como
Estado, están en la obligación de resguardar la integridad de las personas y además con el
fin de que no vuelva a ocurrir lo mismo en el futuro.
➢ Tomando como referencia lo señalado en el punto anterior, se deben recoger las medidas
oportunas, para prevenir que en futuro se vuelvan a producir hechos de esta índole, deben
hacer prevalecer aquellas garantías de derechos humanos instituidas y reconocidas en la
corte Interamericana de Derechos Humanos.
➢ Implementar programas de sensibilización en la formación de los integrantes de las fuerzas
armadas, que incluya el correcto trato a las personas; no solamente a aquellas que sean
intervenidas, sino a la población en general.
➢ Realizar un reconocimiento público, aceptando la responsabilidad de lo sucedido, y pedir una
disculpa no solo a la familia del hoy occiso sino a la población en general, pues todos merecen
el respeto y no vulneración de sus derechos.

20
Bibliografía

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