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Trabajo Copropiedad
Trabajo Copropiedad
CONCEPTO DE COPROPIEDAD
En el artículo 969° del Código Civil se establece que hay copropiedad cuando un bien pertenece por
cuotas ideales a dos o más personas.
Por un lado, se define como una parte que no es material, “tenemos que la cuota ideal no es parte
material o física del bien, porque el derecho de cada copropietario abarca a todo el bien como
unidad física o en conjunto. Con otras palabras, desde la óptica de la cuota, ésta es la parte de cómo
está fraccionado el derecho de copropiedad para cada condueño sobre el bien común” (Gonzales
2012: 591) .
Asimismo, la cuota ideal también se define como la ventaja que tiene cada copropietario, en la cual
este podrá disponer de su cuota en cuanto lo crea conveniente y los demás copropietarios no
podrán entrometerse en ello, “se establece así una relación entre la ventaja que puede obtener un
copartícipe y aquella que es capaz el conjunto de ellos. Dicha relación se llama cuota. Así, por
ejemplo, si representamos imaginariamente la utilidad que correspondería a un solo titular por 25
y la del conjunto por 100, tenemos que la cuota de un partícipe es un cuarto” (Silva 1970:4)
Lo expresado por los autores ayuda a entender que la cuota ideal o la alícuota es el porcentaje que
le corresponderá a cada copropietario en relación al total del bien. Asimismo, las mencionadas
cuotas ideales se presumen iguales de acuerdo al artículo 970° del Código Civil; no obstante, puede
haber pacto en contra4; es decir, la ley para este caso establece una presunción iuris tantum.
Es importante recalcar que si bien, sí se puede saber cuánto porcentaje le corresponde a cada
copropietario, ello no significa que este porcentaje se traslade a una parte material ubicada dentro
del bien; en tal sentido, se sabe el porcentaje que le corresponde a cada copropietario pero no se
sabe dónde está ubicada.
Esta unidad se entiende en el sentido de que todos ellos ejercen en conjunto el dominio sobre los
mismos bienes, sin que se señale la parte material determinada que pudiera pertenecer a cada
uno. No habrá copropiedad cuando diversas personas son dueñas de partes específicas y
determinadas que integran una misma cosa. Por ejemplo, no hay copropiedad si varias personas
son dueñas de diferentes partes, lotes o parcelas en que se ha dividido un terreno (Silva 1970:27) 5
Ahora bien, la copropiedad como derecho real significa que a cada copropietario se le ha conferido
poder jurídico respecto del bien (en función a su cuota ideal); es decir, se crea una relación directa
de los titulares con la cosa. De tal manera, que los terceros ajenos a los copropietarios tendrán
que respetar su cuota ideal y en caso de que los terceros no la respeten, los copropietarios pueden
ejercer la acción reivindicatoria para recuperarla. Por lo tanto, los copropietarios son capaces de
ejercer los atributos de la propiedad (usar, disfrutar, disponer y reivindicar) respecto de su cuota
su ideal. No obstante, se tiene que tener presente que la copropiedad se caracteriza en el hecho
de que cada copropietario tendrá la titularidad exclusiva de su cuota ideal; en ese sentido, el
ejercicio de los atributos de la propiedad se realizan de manera distinta a cuando solo hay un
propietario respecto de un bien, ya que en el caso de la copropiedad se tiene que respetar los
derechos de los demás copropietarios. Es por ello, que el Código Civil ha establecido los atributos
que tiene cada copropietario respecto de su cuota ideal, de la siguiente manera:
Uso: Si el copropietario quiere hacer uso del bien no puede excluir a los demás ni parcial ni
totalmente6 .
• Disfrute: Cada copropietario tiene derecho a disfrutar los frutos que genere el bien7 .
• Disponer: Cada copropietario puede disponer y gravar su cuota ideal8 .
• Reivindicar: Cualquier copropietario puede reivindicar el bien9.
Por lo tanto, todos los copropietarios serán capaces de ejercer todas las facultades antes
mencionadas.
El Código Civil peruano ha adoptada el modelo de la comunidad romana como fundamento para
explicar la naturaleza jurídica de la copropiedad. La comunidad romana se caracteriza por tener
una concepción individualista; en ese sentido, cada copropietario tendrá una cuota ideal respecto
de la totalidad del bien. Asimismo, cada copropietario puede disponer libremente de dicha cuota
ideal, sin limitación alguna. No obstante, en caso se quiera realizar la disposición respecto a la
totalidad del bien, es necesaria la participación de todos los copropietarios en conjunto.
Entre los requisitos que acabamos de indicar como necesarios para tener el dominio
sobre una cosa, hemos visto que figuraba el de que el modo de adquirir fuese el
adecuado según el ius civile. Con arreglo a éste, cuando la cosa era una res
mancipi, v. gr., un esclavo que se compraba, no bastaba que el transmitente lo
entregase sencillamente al adquirente, sino que habían de celebrarse ciertas
ceremonias o formalidades (mancipio o in iure cessio), de las que hablaremos luego.
Tales solemnidades, por incómodas y retardatarias, dejaban, sin embargo, de
celebrarse muchas veces, resultando entonces que el que había recibido la res
mancipi –el comprador del esclavo en el ejemplo anterior– no se hacía dominus de
la misma, la cual, con arreglo al Derecho civil, podía ser reivindicada por quien
continuaba siendo su dueño legal. Cierto que tal injusta situación no se prolongaba
indefinidamente, ni aun para el propio ius civile, porque al cabo de un cierto tiempo
de tener la cosa en su poder el adquirente, los defectos de origen de su adquisición
se borraban y se transformaba en un verdadero dominus. Es lo que se llama
usucapio. Pero, mientras el tiempo indicado no se cumplía, el comprador del
esclavo, en el ejemplo citado, no se hacía dominus del mismo aunque hubiera
pagado el precio al vendedor y éste le hubiese hecho entrega del siervo.
Para remediar tal anomalía, un pretor Publicio prometió en su edicto que concedería
a tales poseedores la acción civil que tenían los propietarios, la reivindicatio,
insertando en su fórmula una ficción: la de que había ya transcurrido el tiempo
necesario para la usucapio. Esta acción ficticia es la llamada actio Publiciana, por
el nombre de su creador. El que disponía de ella se hallaba, por tanto, en una
situación especial: no era dominus, es decir, propietario, con arreglo al ius civile,
pero en relación con el ius honorarium y, por consiguiente, para los encargados de
administrar justicia, era igual que si lo fuese, y ejercitaba una señoría general sobre
la cosa, de la cual, amparado por dicho ius honorarium, nadie podía privarle. Frente
a este titular de la Publiciana actio, el que continuaba con el dominium ex iure
Quiritium tenía sólo un dominio vacío de contenido, desnudo de atribuciones, nudum
ius Quiritium.
c - Propiedad provincial
Entendiéndose que si la propiedad es exclusiva, en cuanto que una cosa no puede pertenecer
in solidum a varias personas, se admitiría en cambio una comunidad de propiedad por cuotas
ideales, esto es, sin atribución de partes físicas “Totius corporis pro indiviso pro parte
dominium habere , que no es en sí misma una copropiedad sobre un todo
La comunidad romana se caracteriza por tener una concepción individualista; en ese sentido,
cada copropietario tendrá una cuota ideal respecto de la totalidad del bien. Asimismo, cada
copropietario puede disponer libremente de dicha cuota ideal, sin limitación alguna. No
obstante, en caso se quiera realizar la disposición respecto a la totalidad del bien, es
necesaria la participación de todos los copropietarios en conjunto.
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EL ANTIGUO CONDOMINIO:
2. Un caso de copropiedad
Los médicos veterinarios cumplen con el pago en partes iguales, es decir US$
15,000 cada uno; el documento privado es elevado a escritura pública e inscrito en
los registros públicos. En el presente caso Paola, Mery, Nelly y Juan se han
convertido en copropietarios del terreno de Lurín, teniendo cada uno una cuota ideal
sobre el mismo que corresponde al 25 % de acciones y derechos. (Rojas Ulloa,
2018)
3. Nuestra definición
Por tanto, definimos a la copropiedad como aquella situación en la que sobre un
mismo bien (verbigracia, un terreno o un edificio con departamentos) concurren dos
o más propietarios, teniendo cada uno de ellos una cuota ideal sobre el bien,
generalmente cada una de ellas representada en porcentajes.
Para algunos autores la copropiedad debe ser pasajera y transitoria, porque riñe
con el carácter exclusivo y excluyente del derecho de propiedad, por cuanto el sujeto
de derecho no es un solo individuo sino dos o más que lo ejercen simultáneamente;
sin embargo, cada copropietario es el señor de una cuota ideal de la cosa. (Vásquez
Torres, 2005, p. 188)
5. La partición en la copropiedad
De acuerdo con el artículo 983 del Código Civil:
Por la partición permutan los copropietarios, cediendo cada uno el derecho que tiene
sobre los bienes que no se le adjudiquen, a cambio del derecho que le ceden en los
que se le adjudican.
Para una doctrina nacional, esta consiste en convertir la cuota ideal o abstracta de
cada propietario en un bien material. Siendo una operación conmutativa entre los
distintos interesados análoga a la permuta. (Vásquez Torres, 2003, p. 205)
7. Ejemplo de partición
Imaginemos el caso de dos casas de Juan y Pedro. Tanto Juan y Pedro tienen el 50 %
de cada casa. Si Juan y Pedro celebran una partición y Juan se queda con una casa y
Pedro con la otra, lo que ocurre jurídicamente es que Pedro le transfiere a Juan el 50
% que tenía en la casa que se le adjudica a Juan. A cambio, Juan le transfiere a
Pedro el 50 % que tenía en la casa que se le adjudica a Pedro. Pedro le transfiere a
Juan derechos sobre una casa a cambio de derechos sobre la otra casa que le
transfiere Juan. Esto es una permuta. (Avendaño Valdéz y Avendaño Arana, 2019,
p. 103)
Según Albaladejo “el derecho a pedir la división es el gran remedio que cualquier
condueño tiene cuando las cosas no van en la comunidad como él desea o cuando su
criterio es vencido, si no es precisa unanimidad, por el acuerdo de mayoría. De ese
modo también se consigue frenar (en vez de concediendo otros remedios legales)
eficazmente que una mayoría que desea seguir en comunidad, se imponga a la
minoría”. (Arias Schreiber Pezet, 2011, p. 368)
La partición no supone necesariamente la división del bien. Si se parten dos casas
entre dos copropietarios y se le adjudica una casa a cada uno, no hay división. Si lo
que se parte es un terreno y se le adjudica una sección a cada copropietario, además
de haber partición habrá división. (Avendaño Valdéz y Avendaño Arana, 2019, p.
103)
8. Causales de extinción
De acuerdo al artículo 992 de nuestro Código Civil (en adelante CC) la copropiedad
se extingue por:
En este caso opera la partición (pedida por los copropietarios o sus acreedores) ósea
aquel conjunto de actos u operaciones tendientes a poner fin al estado de indivisión
(que genera la copropiedad) convirtiendo las cuotas ideales o abstractas de los
copropietarios (representadas en porcentajes) en partes concretas y materiales.
Respecto a la pérdida del bien, esta es una consecuencia de no poder ejercitar actos
posesorios sobre él. Esto acontece cuando un bien queda fuera del comercio. Desde
luego cuando transitoriamente no se posee, no se produce la pérdida de la posesión
(ni de la copropiedad). Así sucede, por ejemplo, si se deja un automóvil estacionado
en una calle, sin ánimo de abandonarlo. (Arias Schreiber Pezet 2011, p. 143)
Advierte una doctrina nacional, que el bien no desaparece materialmente;
permanece, pero el poseedor ignora su paradero, y mantiene su utilidad económica
al poder recuperarse. En tanto hay la intención de recuperarla, no se renuncia al
derecho. Licet possessio nudo animo adquiri non possit, tamem solo animo retineri
potest. (Varsi Rospiglios, 2019, p. 105)
Tiene lugar cuando los copropietarios por unanimidad[1] deciden todos ellos
disponer del bien, o sea transmitirle la propiedad del mismo a otra persona.
Esta causal supone que los copropietarios han sido vencidos en juicio a través de una
resolución judicial
9. Conclusiones
10. Bibliografía
ARIAS SCHREIBER PEZET, Max (2011). Exégesis del Código Civil peruano de
1984. Derechos Reales. Tomo III. Lima: Normas Legales.
Artículo 984.- Los copropietarios están obligados a hacer partición cuando uno de
ellos o el acreedor de cualquiera lo pida, salvo los casos de indivisión forzosa, de
acto jurídico o de ley que fije plazo para la partición.