Está en la página 1de 276
LA HISTORIA CONTEMPORANEA Ngee -7-Venn(oy.\ ANGELES EGIDO LEON FELICIANO MONTER( ey a ALIC =~ PP an gin Hliii Sumario PRESENTACION 7 7 INTRODUCCION METODOLOGICA.., u | 1. Cémo se comenta un texto histérico .. 13 2. Como se comenta un mapa hist6rico 21 3. Cémo se comenta un grafico ee... a 29 4. «Lectura» ¢ interpretacién historica de las imagenes . 37 5. Lainterpretaci6n histérica de los textos orales . 45 LA HISTORIA EN SUS DOCUMENTOS 51 4. Los cambios revolucionarios (c.1760-1815) 53 2. Restauracién y Revolucién (1815-1848) 69 3. _Liberalismo y Nacionalismo (1848-1870) 89 4. La época del imperialismo (1870-1919) 107 5. Elperiodo de entreguerras y la II Guerra Mundi 135 6. Elmundo actual (1945 en adelante) v7 EJEMPLOS PRACTICOS 203 1, Textos comentados 205 2. Mapas comentados 235 3. Graficos comentados a . : 255 4. «Lecturay e interpretacién historica de las imagenes... 267 5. «Textos» orales comentados .. 279 BIBILIOGRAFIA Analisis del tema central El comentario de un mapa histérico, de igual modo que el de un texto 0 un gréfico, requicre el conocimiento lo mas extenso y completo posible del tema central representado y de toda la época en la que se ubica. Todas las nociones fundamentales que s¢ han aprendido a lo largo de Ios afios son necesarias para efectuar el comentario; ef alumno debe confiar mas en sus conocimientos que en el seguimiento de un modelo-tipo de comentario, dado que no lo hay y cada in- terpretacion puede ser tan personal como acertada, siempre que se mantenga dentro de los cénones historiograficos y se deduzcan razonablemente cada una de las aseveraciones efectuadas. A pesar de aconsejar ¢ incluso desear la impresin de la huella personal en cada ejercicio realizado, se debe advertir al ne6fito comentarista de los peligros ‘mas comunes; no son muy distintos de los que acechan en el comentario de tex- tos histéricos: precipitacion, disgresién, descripeién, prosopopeya. El mismo alumno, con Ia experiencia recogida en sucesivos ejercicios de comentario, po- dra irlos corrigiendo sin demasiados problemas. El mejor método de comentario es aquel que el propio estudiante ha alcan- zado con la reiteracién, la experiencia y la autocritica, teniendo en cuenta que siempre es momento para mejorar todo método personal. De modo general se pueden aplicar las grandes lineas que se han establecido para la realizaci6n de la parte central de un comentario de texto, Dentro de esta peculiaridad destaca la importancia que se debe otorgar al establecimiento de relaciones entre el escenario geogrético, los signos tipograficos y el tema cen- tral, En particular, en el comentario de una mapa se debe prestar mayor atenci6n algunos puntos: — Determinacién de las distintas zonas en las que se divide el mapa, esta- bleciendo un rango entre ellas (centrales y perifericas, grandes bloques © peque- fias unidades), las relaciones que presentan en relacién al tipo de mapa (oposi cidn, alianzas, complementaridad) y su cardcter estatico 0 dindmico (variacién fronteriza, desaparicion de unidades, cambios en su cardcter constitucional). — Clasificacién de ideas principales y secundarias: el tema representado puede y suele ir acompafiado de otros de cardeter complementario, que ayudan ‘a.explicar las mutaciones y cambios experimentados por aquel, — Explicacién del tema central: nticleo del andlisis del mapa, el andlisis del acontecimiento central representado es la explicacién interpretativa de las con- iciones histéricas que le confieren toda su relevancia y significacién, Por ello se debe incidir especialmente en sefalar la situacién historica en que se produce el fenémeno, sus origenes, los principales protagonistas, hechos o situaciones que la causaron y los agentes y fuerzas que intervienen (personalidades, instituciones o grupos politicos, sociales, econdmicos, culturales 0 militares). LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA — Determinacidn de antecedentes y consecuentes: el cardcter dinémico de la historia se debe poner aqui de manifiesto, sefialando las causas que depararon el acontecimiento central representado y las consecuencias que éste tuvo con posterioridad. En esta parte central del comentario se debe ir de una interpretacién de la representacidn cartografica a su explicacién, donde ya se pone de manifiesto el conocimiento sobre personajes, fenémenos y fuerzas que no aparecen explicita- mente scfialados en el mapa, pero que fueron determinantes para la conform: cidn de la realidad espacial representada. 4, Conelusiones La tiltima parte del comentario no es en absoluto menos importante que las anteriores, pues no se debe reducir a una exposicién de forma sintetizada de las ideas principales ya sefialadas; esto es aconsejable hacerlo, de modo claro, con- ciso y secuencial, sin necesidad de repetir el proceso deductivo ni tratar de pro- bar las afirmaciones que se sostienen, pues ya se debe haber hecho con anterio- ridad. Es el momento de establecer una valoracién de los hechos principales, itudndolos en un contexto general de la Historia y estableciendo paralelismos con otros escenarios coeténeos 0 del mismo en otras épocas significativas, Esta valoracién final permite situar el tema central que se ha comentado y determinar la trascendencia que tuvo en la Historia. Peculiaridades de los mapa mudos y proporcionales El ejercicio reiterado de comentarios de mapas permitiré atesorar la expe- riencia necesaria para realizarlos sin gran esfuerzo ¢ incluso con gran provecho y buenas dosis de entretenimiento. Aumentando la complejidad de las ilustra- ciones requeridas en los cursos mas elevados, es comin encontrarse mapas a co- mentar que presentan peculiaridades notables. Estas se pueden agrupar en tres grupos, cada uno con una metodologia aplicable distinta: la comparacién entre dos o mas mapas, el mapa mudo y el mapa proporcional. La comparacién entre mapas geopoliticos o mudos es un medio muy adecua~ do para plasmar la realidad dindmica de la historia, pues es en los procesos de cambio donde se evidencian los principales rasgos de una época. El comentario de dos o més mapas es conveniente realizarlo siguiendo las pautas anteriormen- te apuntadas, aunque centrando la atencidn tanto en los cambios producidos ‘como en sus causas, tema central del comentario, Un mapa mudo es esencialmente un mapa geopolitico sin la mayor parte de la informacion que éste facilita. Su comentario debe ser por tanto semejante al anterior, pero antecediendo una labor que complete o rellene los grandes espa~ INTRODUCCION METODOLOGICA 2 cios en blanco presentados. Ante un mapa mudo se ponen en evidencia dos grandes principios del estudio de la Historia: el soporte que su preparacién debe encontrar en Ia geografia descriptiva y la identificacién de todo gran tema con su correspondiente distribucién geografica. Por esto al comienzo de este capitu- lo se recomendaba que el estudio de cada tema se preparara ala vista de un ma- pao de varios que resumieran las grandes ideas 0 cambios en él contenidos; di- cha practica encuentra en el comentario de un mapa mudo su gran plasmacién. Dado que es pricticamente imposible estudiar toda la variedad de mapas confeccionables, el soporte de la geografia descriptiva, el conocimiento hist6rico n de cada uno de los grandes temas con un mapa son el tinico medio que permite que no haya grandes dificultades para su comentario; dos mapas de Estados Unidos en 1840 0 1860 son significativamente distintos, asi como los de la Europa Oriental de 1985, 1988 y 1993; las simples divisiones estatales deben posibilitar el reconocimiento del escenario geografico y determi- nar el tema central del comentario. Por todo ello un comentario de mapa mudo tiene tres pasos que lo distingen: 1, Delimitacién y determinacién de las principales unidades en que se di- vide. 2, Establecimiento del periodo hist6rico en el que se produce esa divisién, 3. Inicio del comentario como si de un mapa geopolitico se tratara. Los mapas proporcionales dan una informacién mucho més puntual y a la vez extensa sobre el tema central, careciendo de otras connotaciones secunda- rias; al mismo tiempo, dada su composicién, el mismo mapa contendra un titulo ‘Yuna fecha, asi como abundantes datos para la realizacin de un estudio por- centual de las superficies estatales 0 regionales. Su comentario por lo tanto dific- re considerablemente de los efectuados anteriormente, pues no es necesario realizar ninguna localizacion geogrética, cronolégica o temitica, En el comentario ¢s aconsejable centrar la atenciGn casi exclusivamente en el desarrollo del tema principal, estableciendo abundantes paralelismos entre las unidades que com- Pongan el conjunto, explicando las causas y consecuencias de las distintas di- mensions y evaluando la importancia de los diversos volimenes de las unida- des dentro del panorama politico, econdmico, social o cultural del conjunto. 3 Cémo se comenta un grafico Dentro de los elementos de apoyo en el estudio de la historia, junto a las ilustraciones cartogréficas se encuentran los graficos, instrumentos visualiza- dores de una realidad compleja. Hasta hace relativamente poco tiempo los gréficos prestaban su gran utilidad s6lo —y ya era bastante— en cuestiones ‘cuantificables de origen econémico, social y demogréfico; eran por ello, junto a los largos listados estadisticos, la herramienta fundamental de Ia historia econémica para plasmar los hechos principales y sus manifestaciones mas 0 menos importantes. De hecho existia cierta determinaci6n excluyente entre la utilizacin de los mapas hist6ricos para representar temas de historia politica, militar 0 diplomatica y los gréficos para los de historia econémica y social. En la actualidad esta division esta superada y cualquier acontecimiento, fendme- no, movimiento o institucién puede ser representado en mapas o graficos, de- pendiendo exclusivamente de los criterios pedagégicos y la habilicad del ilus- trador. La mayor parte de los grficos hist6ricos resultan de la elaboracion visual de realidades cuantificables en series homogéneas con un mimero indefinido de magnitudes, con un minimo de dos, siendo una de ellas la medida de tiempo. Las técnicas estadisticas encontraron un instrumento de andlisis en la elabora- cién de grificos que visualizaran rapida y significativamente las ideas principales que podrian extraerse de largas series contables. Dependiendo de las caracteri ticas de éstas, su grado de complejidad y los elementos que prefieran ponerse de ‘manifiesto, las graficas varian ostensiblemente de formas. Dadas estas grandes posibilidades existen una gran cantidad de graficos his- t6ricos; los medios informaticos de los disefiadores graficos y la facilidad de composicidn editorial han hecho que proliferen los més complejos y cromaticos, convirtiéndolos en un elemento que une la informacién y la decoracién de las ediciones histéricas, aunque en muchas ocasiones parezca prevalecer la segunda utilidad sobre la primera. Por ello se analizan a continuacidn los graficos ms sencillos, base de toda la produccién posterior, sin prestar atencién a los crite- LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA, rios ornamentales que, si en ocasiones se agradecen por su alto valor visual, en otras ensombrecen el objetivo real perseguido. 1, Tiposde grificos a) Representaciones en linea El grafico en principio mas sencillo es Ja representacién en linea. La linea recoge magnitudes proporcional o geométricamente crecientes de un mismo fe- némeno y, respondiendo a su propia magnitud, se intercalan los nombres de las entidades donde tal fendmeno se manifiesta; por ejemplo en una linea que re- presente las cantidades de produccién de carbén se irdn insertando sucesiva- mente y donde corresponda a su propia produccién los nombres de los paises a los que se quiera hacer referencia. La elaboracién de una representacion en Ii nea puede ser sin embargo mucho més compleja, introduciendo correlaciones entre dos o més fenémenos. Dentro de este tipo de grificos tienen una tipologfa especial las conocidas como lineas de tiempo, en las que la magnitud base son los aios 0 los periodos temporales regulares. Las lineas de tiempo pueden tener una gran sencillez (por ejemplo una dedicada a representar la concesién de los estatutos de autonomia a las Comunidades espafiolas), aunque lo usual es que alcancen considerables niveles de complejidad. Todo cuadro cronoldgico es en si una linea de tiempo y cl fin de los mas ambiciosos (los que se pueden encontrar en los apéndices de las grandes enciclopedias) es la globalizacién de la mayor cantidad de informa- cidn sobre los mas diversos campos. b) Eleje de coordenadas La utilizacién del eje de coordenadas es el medio més sencillo y efectivo para representar el desarrollo de un fenémeno a lo largo de una secuencia tem- poral determinada; es por ello el instrumento basico para la plasmacién de toda clase de cuestiones cuantificables, siendo por lo tanto su utilizacién mé dante en temas econdémicos, demograficos y sociales. Este grafico se traza con el empleo del eje de coordenadas, generalmente utilizando la abscisa (horizontal) para las indicaciones temporales y la ordenada (vertical) para las magnitudes. Dado que las magnitudes en ocasiones pueden ser negativas (las temporales solo podrian serlo en un gréfico sobre historia ge~ neral) se utilizan los cuadrantes superior ¢ inferior derechos del eje de coorde- nadas, La proyeccién se establece marcando un punto en las perpendiculares de la fecha y su magnitud correspondiente. La union de todos los puntos mediante una linea determina la evolucién del fenémeno analizado, que de ese modo, con un rapido vistazo, es mucho mas significativo que un largo cuadro estadistico. INTRODUCCION METODOLOGIC! Aun cuando los ejes de coordenadas sencillos (de un dinico trazo) son abun- dantes, lo comtin en estudios superiores es que se representen dos o mds fend- menos que pretenden ponerse en relacién y de cuya proyeccién al unisono se extraen consecuencias grificamente demostrables. Casos abundantes del em- pleo de ejes de coordenadas multiples son los que establecen las relaciones en- ire nacimientos, mortandad y poblacién total; entre el gasto pubblico y el déficit del Estado; o entre el nimero de trabajadores en un sector determinado y su produceién total. Otra modalidad es la que representa un mismo fendmeno en distintos ambitos geogréficos, laborales o institucionales; por ejemplo Ia evolu- cin demografica entre distintas provincias, el indice de productividad en dife- rentes sectores o el nlimero de expedientes abiertos en determinados juzgados. ©) Gréficos de barras De una evolucién del eje de coordenadas surgicron los grificos de barras que, basicamente, sustituyen la proyeccién en linea por la sucesion de column: paralelas por cada uno de los periodos temporales en que se divide la secuenc tomada. De ese modo se pone ms énfasis en la dimension del fendmeno en ca- da periodo, dejando en la sucesi6n arménica de la longitud de las barras la ima- gen general de la proyeccién. De igual modo que con el eje de coordenadas, los grificos de barras pueden ser sencillos o miltiples, siendo éstos los mas idéneos para remarcar las diferen- cias entre las magnitudes de un mismo fenémeno en distintos dmbitos. Por ejem- plo los distintos indices de algin elemento por habitante (médicos, periddicos, teléfonos, etc.) en distintos paises, los niveles de captura pesquera en varias regiones 0 los votos obtenidos por diferentes partidos politicos en sucesivas elecciones, 4) Pirdmides de poblacién Un peculiar sistema grafico son las pirdmides de poblacién; su denominacién ya es explicita de su empleo casi exclusivamente en cuestiones demogrificas, con- cretamente en la ilustracién de la poblacién total de un sirea determinada, cuya si- lueta tradicional ha sido la de una piramide (aunque en las sociedades postindus- triales adquiere forma de huso). Esencialmente son dos grificos de barras, ispuestas siempre en sentido horizontal, plasmados paralela e inversamente. Ei @je de coordendas se establece con los dos cuadrantes superiores, colocando en el je de ordenada los periodos temporales en los que se divide la poblacién (lo mis comiin es que sean de cinco o diez afios) y en el eje de abscisa las magnitudes —en este caso las edades—, siendo positivas en ambas direcciones; convencionalmente iaquierdo el sexo masculino y en el izquierdo el femenino. Aunque las més abundantes son las pirdmides de edad sencillas, también son fre- 2 LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA, ‘cuentes las miltiples, en las que se divide cada barra en magnitudes variables res- pondiedo a un mismo fenémeno; siendo lo mas comiin que esta divisién responda al estado civil de los habitantes (solteros, casados, divorciados o viudos) 0 a su tuacién Taboral ©) Representaciones en circulo Este tipo de graficos es el més adecuado para la representacién de un fend- ‘meno y de los distintos elementos que lo conforman o de las partes en que se di- vide. El criterio de exactitud es reemplazado por el alto y répido valor comut cative, dado que un sucinto anélisis permite extraer toda la informacion que contiene, tanto de la totalidad de la realidad representada como de cada una de sus partes. Como lo que se pretende es visualizar la composicién de una reali- dad determinada, ésta se toma como total absoluto y cada una de las fracciones resultan ser tantos porcentuales. Su elaboracién, aunque mas compleja que la re~ presentacién lineal y porcentual de todos los gréficos anteriores, tampoco pre~ senta grandes dificultades; conocida la magnitud total, la trazada de cada una de sus porciones se establece multiplicando cada una de las magnitudes parciales por 360 y dividiendo el producto por la total; el resultado son los grados de arco correspondientes a los 360° del circulo. Los gréficos circulares pueden ser sencillos, dividiendo en porciones irregu- lares la totalidad, o complejos, integrando dos o mas elementos en cada circulo, lo que produce una representacién con la divisién en porciones y en arcos con- céntricos. Un caso peculiar de este tipo de gréfico se da en las representaciones en semicirculo, correspondientes por antonomasia a la ilustracion de la compo- sicién politica de las cémaras parlamentarias, que usualmente emplean esa for- ma en su arquitectura. f) Organigramas Hasta aqui se ha visto la representacién de realidades cuantificables, cuya plasmacién responde a medidas lineales o porcentuales puestas en relacién en tuna sucesién comparativa. A diferencia de los graficos anteriores, los organigra- mas son la representacién de realidades no cuantificables, cuyas trazas responden a medios simbdlicos con un objetivo informativo. Los organigramas son el medio mais adecuado para representar toda realidad que responda a criterios jerdrquicos, organizativos y direccionales, razén por la que también son conocidos como dia- gramas de flujo. Por ello son los més utilizados para reproducir las estructuras $0- Ciales, las escalas administrativas de un ministerio y sus medios de resolucién; la jerarquia de un ejército y sus canales de mando; la composicién de un holding y las interrelaciones de sus companias y directivos; o el camino que debe seguir un proyecto de ley para su ratificacién legislativa y entrada en vigor. INTRODUCCION METODOLOGICA 33 Tanto las representaciones en circulo como los organigramas o diagramas de flujo tienen una abundante presencia en todos los atlas hist6ricos o en la mis- ma prensa diaria, pero no asi en los ejercicios evaluatorios. En el caso que que esto se diera es conveniente tener en cuenta que ambos grificos no deben ser analizados por si mismos, si no que son un magnifico pretexto para el andlisis del tema que representen, tomndolos exclusivamente como punto de apoyo expo- sitivo. 2. Elcomentario de un grafico histérico Los gréficos presentan unas peculiaridades propias que los diferencian en ejecucién y estudio de los otros documentos hist6ricos, Al igual que en el co- mentario de los mapas historicos, no es necesario cuestionarse sobre la autoria, la intencionalidad o el destinatario (con las excepciones antes seftaladas); el resto del comentario sigue a grandes rasgos los pasos anteriormente expuestos. Los graficos son magnificos instrumentos visualizadores de la realidad compleja que Se quiere poner de manifiesto, pero no son muy utilizados para la comprobacién evaluatoria de los estudios, por lo que no suelen tener una presencia abundante en los examenes. Por esta razén se hace un repaso somero de los pasos que debe seguir un comentario de gréficos, analizando més detenidamente el grifico més comiin en estos ejercicios: las pirdmides de poblacién. a) Descripcién del gréfico Dado que los gréficos son representaciones visuales de realidades cuantifi- cables, se deber poner un ciudado especial en el estudio de las cuestiones for- males y tipogrificas. Es por tanto necesario determinar en principio de qué tipo de grafico sc trata, para pasar inmediatamente después al encabezamiento o titu- lo ya la leyenda o clave, que necesariamente siempre deben estar presentes en los gréficos. Tanto el titulo como la clave serdn la base para abordar en siguiente paso en el comentario. Sin cmbargo, antes de iniciarlo se deben sefialar otras peculiaridades forma- les del grafico. Las més interesantes se encontrardn en el mimero y naturaleza de las series, la continuidad o discontinuidad de éstas, la peridizacién larga 0 corta sobre la que se extienden y las lineas evolutivas que representan b) Determinacién espacial, temporal y temitica A diferencia de un comentario de mapa histérico, el gréfico siempre ind acompafiado de un titulo, por lo que el conjunto de determinaciones es mucho mas sencillo. Sin embargo, en este tipo de andlisis se atenderé especialmente a la evolucién de la realidad reflejada en el transcurso temporal sefialado, Es necesa- rio sefialar las fases en las que se puede dividir esa evolucién, los distintos rit- 34 LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA mos de crecimento 0 decrecimento, los flujos y sus direeciones en los organigra- ‘mas 0 los distintos grupos en los diagramas circulares. Por tanto, en esta fase del comentario se deben analizar los datos cuantificables que son representados en cl grafico, comentando su evolucién temporal. ©) Analisis de contenidos Por iltimo se pondriin en relacién las conclusiones extraidas del paso ante- rior con la situacion espacio-temporal en que se produjeron; en otras palabras, se procedera a la ubicacién de los datos representados en su contexto, interpre tando y analizando la realidad historica que dota al fendmeno representado de toda su significacién. En este paso del comentario se pueden seguir puntualmen- te las pautas expuestas para los mapas hist6ricos A diferencia de otros grificos, las pirémides de poblacién si suelen encon- trar su lugar en los ejercicios evaluadores de Ia licenciatura de Historia. Su co- mentario presenta peculiaridades que sélo la experiencia puede traducir en la realizacién de un buen andlisis. Las caracteristicas a las que se debe prestar es- pecial atencién y deben ser realzadas en el comentario son: — La periodicacién en que se han dividido las edades: a menores periodos mayor determinaci6n, lo que sugiere la necesidad de hacer un andlisis pormeno- rizado de cada franja generacional. Lo usual es que en este tipo de piramides se presenten en ejercicios que dan informacién complementearia, como localiza- Cidn espacio-temporal, cuadro estadistico ¢ incluso dos o mas pirdmides del mismo lugar para la realizaci6n del estudio de su evolucion. ~ La silueta general de la pirdmide: en una sociedad de crecimiento un expo- nencial igual a tres o superior la forma de la pirdmide seria regularmente escalo- nada, Cuanto mayores diferencias haya entre las distintas edades mayor creci- miento demogrifico manticne esa sociedad; tales pirimides corresponden a sociedades del Antiguo Régimen o a paises en vias de desarrollo, con escasa ur- banizacién y sobre todo con un sector primario muy abundante. Cuanto menor diferencia se encuentre entre los distintos periodos de edad menor crecimiento demogritico; esta forma corresponde a sociedades desarrolladas, con una fuerte urbanizacién, predominio de los sectores industriales y sobre todo de servicios sobre el sector primario. El extremo de este achatamiento de la pirdmide se pro- duce con las bases quebradas, cuando el numero de nacimiento de una genera- cién es menor a los supervivientes de la generacidn anterior; tales siluetas se han producido exclusivamente a las dos tltimas décadas y corresponden a socieda- des muy desarrolladas, con un alto indice de envejecimento de la poblacién. — Las rupturas generacionales: Lo mas comin en un pirémide de poblacién real es que su forma no sea regular, aparezcan estrechamientos y ensanchamien- tos discontinuos y que se pueda encontrar alguna apreciable diferencia entre los ‘brazos masculino y femenino. Estas irregularidas tienen causas concretas que TRODUCCION METODOLOGICA. 35 con el apoyo en el conocimiento de la historia de un municipio, regién o pais pueden explicarse sin grandes problemas. Las principales causas de las irregula- ridades en una pirdmide de poblacién son la incidencia de guerras, hambru- nas, epidemias, facilidades para la emigracién, expulsion de grandes contingen- tes poblacionales, desastres naturales, procesos de urbanizacidn e incorporacin de la mujer al trabajo. — Divisiones intergeneracionales: cada traccién generacional puede ser divi dida respondiendo a una gran variedad de criterios (alfabetizacién, estudios, profesién, uso de medios de comunicacién, etc.); lo mas abundante es la divi sidn por estado civil, pues tradicionalmente ha sido factor determinante en el crecimiento demogréfico. Una répida incorporacién al matrimonio —sobre todo enel brazo femenino-, la ausencia de separados y divorciados y un alto nivel de viudas son rastros de un sociedad en desarrollo, que generalemente correspon- deré a una pirdmide de amplia base; por contra, la postergacién del matrimonio hasta edades tardias y la presencia de un significativo numero de divorciados evidencia una sociedad altamente desarrollada, con un fuerte nivel de envejeci- miento de la poblacién, 4 «Lectura» e interpretacion historica de las imagenes La imagen visual como elemento de cultura es tan antigua como el ser hu- mano. Desde tiempos remotos éste sintié la necesidad de encerrar en estre- chos limites porciones de la realidad que le rodeaba con diferentes propdsi- tos, Esas imagenes, recogidas en soportes que iban unidos a su devenir cotidiano, reflejaban la representacidn de una realidad tal y como la percibia ¢ interpretaba y con ellas transmitia la visién del mundo del grupo social al que pertenecia. Desde esta dptica las imagenes visuales de una época deter- minada se convierten en fuente hist6rica para su conocimiento. Evidente- mente es una fuente que requiere unos métodos de anilisis especificos y dife- renciados de los que se manejan para el estudio de la fuente historica tradicional por excclencia como es el documento escrito que se conserva en un archivo. Resulta paraddjico el que, a pesar de esta vinculacién de la imagen visual a la propia historia de a humanidad, el estudio cientifico de Ia imagen sea una disciplina muy reciente, no consolidada, En el émbito de la historia contempo- nea, que es en el que estamos inmersos, existe todavia una cierta reticencia a incorporar la imagen como fuente historica complementaria a otras fuentes para cl estudio de un acontecimiento o para trazar el perfil de una época y, sin em- bargo, esta utilizacién de la imagen es ineludible para el historiador contempo- raneista y sobre todo para aquél que quiera acercarse al conocimiento de los he- chos que han jalonado el siglo xx. Estas reflexiones son las que subyacen en este intento de proporcionar unas pautas personales, y como tales discutibles, que permitan a los alumnos irse familiarizando con la imagen, con un texto visual que deben incorporar a su estudio de la historia no como mera ilustracién de un pasado sino como documento que les va a aportar informaciones sobre el mismo que, aunque quizas no sean relevantes en muchos casos para la explicacién de un hecho, siempre contendrén clementos significativos que se tienen que saber descu- brir, LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PR Basicamente podemos sefialar tres clases de imagenes subdivididas a su vez en distintos tipos: imagenes planas (dibujo, pintura, grabado, fitografia, fotogra- fia..), imagenes en secuencia («comic o historieta ilustrada, fotonovela, diapo: ma...) ¢ imdgenes en movimiento secuencial (cine, television, video..), Los plan- teamientos metodoldgicos que se exponen a continuacion asi como la seleccin de imagenes recogidas en el apartado correspondiente, se refieren a imagenes plarias. La utilizacién de las imagenes secuenciales implica otro tipo de conside- raciones tedricas y metodoldgicas en las que no entran i 1. Deseripeién perceptiva Fijémosnos por ejemplo en esta imagen y describamos lo que perci simple vista constituye un fragmento «congelado» de una realidad, un instante captado por alguien, un espacio visual delimitado por unos contornos. Vemos en lla una amalgama de personas de distintas edades, clases sociales, ocupacio- nes y procedencia (rural o urbana). Con respecto a esto tiltimo, lama la aten- cidn el modelo de cazadora estindar que lleva el nifio frente a las telas floreadas INTRODUCCION METODOLOGICA. 39 de los trajes de las mujeres que aparecen en primer plano. Sus rasgos faciales son caucésicos. Por el velo que llevan las mujeres sobre la cabeza podemos pen- sar que son musulmanes aunque de diferentes grupos religiosos ya que en unos casos el velo tapa completamente el cabello y en otros no. El hecho de que las personas de edad vayan sentadas y las més jovenes de pie nos induce a pensar que es una sociedad en la que todavia perviven valores ancestrales. Aparente- mente vienen o van a alguna parte porque llevan consigo sus enseres. Se encuen- tran en el interior de un vehiculo de transporte urbano de no mas de diez aos de antigiiedad por el tipo de ventana, la apertura automética de las puertas y la iluminacion halogena. El reflejo de las luces en los cristales y Ia oscuridad exte- rior nos indican que es de noche. Deducimos que el vehiculo esta en movimien- to porque las personas que estin de pie se sujetan. La apertura de las ventanillas a ambos lados del vehiculo es un indicio de que hace calor aunque las personas vayan abrigadas. Da la sensacién de que llevan puesto consigo todo lo que tie- nen. Esto es lo que podriamos apreciar en una primera lectura de la imagen rea- lizada sobre la base de las relaciones de semejanza, analégicas, que hemos es- tablecido entre lo que vemos y la percepcidn que tenemos de nuestro entorno («competencia perceptivan). Pero el ser humano no se limita a percibir sino que también trata de comprender, de interpretar 1o que ve. Flo le lleva a con- templar la imagen como un texto que debe «leer» recurriendo a su senciclope- dia cognoscitivay o, lo que es lo mismo, al conocimiento y experiencia que tie- ne del mundo exterior que va almacenando en su memoria en un continuado proceso de aprendizaje. De tal modo, sus ojos se disponena recorrer la super- ficie visual que tienen ante si como si fuera un mapa en el que se debe captar la estructura profunda o significativa, a través de unos st6picos» © motivos que reconoce y que le van a permitir inferir otras informaciones que estn implici- tas en esa superficie. El lingiiista F. de Saussure concebia la lengua como un sistema de signos que tienen una doble cara: la del significante y la del significado. Con posterioridad, L. Hjelmsley ampliaria el campo tedrico del signo al introducir el concepto de relacién entre el significante o plano de la expresién y el significado o plano del contenido. De esta manera Ia estructura significativa de un signo viene dada por el proceso de relacionar dos planos unidos intrinsecamente y «solidarios» entre si Aplicando estos prineipios de la linguistica estructuralista al campo de la imagen visual, ésta se puede considerar como un sistema de signos relacionados tunos con otros, y cada uno de ellos en si mismo, en cl doble plano de la expre- sin y del contenido. «Leer, pues, una imagen o texto visual implica como acabamos de sefialar— actualizar su estructura significativa en funcién del grado de «ompetencia semantica» 0 conocimiento del entorno acumulado en Ia me- moria de quien percibe esa imagen. LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA La comunicacién es una sintonizacién conjunta entre un emisor y un recep- tor, mediante un canal compuesto de un medio y materializado en un soporte conereto, por el que se transmite un mensaje; entendiendo por tal mensaje todo conjunto de signos portadores de informacién. Sin embargo, en lo que aqui nos ‘cupa, emisor y receptor no son significativos al no poseer esa «ompetencia se- mantica» a la que hemos aludido. Por ello hemos de recurtir a la semidtica tex- twalpara hablar de destinador y de destinatario. Al hacerlo, entramos en otro vel de competencia, el de la competencia «modal» (Lorenzo Vilches) construida sobre la base de un «querer-hacer-ver» del destinador o autor de la imagen y de un «querer-ver-comprender» del destinatario o lector. Esta competencia se sitda por encima de las dos seftaladas (perceptiva y semantica) y es la que en ultima instancia organiza (y « manipula») el proceso de actualizacién de la estrucutura significativa de una imagen visual. 2. Contexto formal dela percepeién Para ejemplificar ésto volvamos de nuevo a la imagen reproducida al princi- pio. Hemos comenzado describiendo lo que percibiamos en ella, Dentro del pla- no de la expresi6n podriamos matizar esta descripcidn con apreciaciones forma- les referidas a espacio (disposicin de los objetos segtin un doble eje vertical y horizontal, escala de planos, profundidad), contraste, volumen de las figuras y color, siempre y cuando fueran significativas desde un punto de vista historico. ‘Un segundo nivel de la descripcion se centra en el contexto formal en el que aparece inserta la imagen. De acuerdo con ello tenemos que fijarnos en los si- guientes aspectos: procedencia del original y/o reproduccién, tipologia, autor. localizacién espacial y temporal, titulo y/o pie o leyenda y caracteristicas téeni- cas (materiales, proceso de impresidn, soporte y formato). En el caso de la im ‘gen que nos ocupa la fijacién de su procedencia nos da la respuesta a las restan- tes cuestiones. Fs una reproduccién fotogrdfica suministrada al periédico por una agencia de informacién para ilustrar una noticia periodistica. Su autor puede ser un co- rresponsal de la agencia o bien un fotografo «freelance». Aparece en una pag tna par de Ia seccidn internacional de un periddico espafiol, de amplia difusion J tirada nacional. El titulo que enmarca la seceidn y el pie de foto sirven par fu localizacién espacial. La localizacién temporal la extraemos de la «entradi Ila o ead» que antecede al desarrollo de la noticia. Una segunda datacion que puede ser significativa la obtenemos de la fecha de publicaciGn del perio~ dico, La importancia dada a la foto viene avalada por el espacio que se la otor- Ba, ya que ocupa aproximadamente una tercera parte de la pagina (véase pai na Siguiente), INTRODUCCION METODOLOGICA 41 at je la 198 Tropas coats peneran en la etaguariaserbobosna para sive el aco a Rihac oxi sn Karadzic reemprende la ‘impieza étnica’ en Zepa teed gon” 2 LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA Aniilisis e interpretacién Una vez que hemos descrito lo que percibimos en la imagen y el marco en el que aparece, debemos proceder al andlisis e interpretacién de su contenido. El andlisis supone cl estudio de la imagen como estructura significativa, tanto en su contextualizacién externa o histdrica como en su composicién interna. Esto nos permitird situar y comprender la imagen desde una perspectiva hist6rica. El gundo nivel de acercamiento en el plano del contenido, es el de la interpretacin ‘© comentario sobre una realidad representada en una imagen visual, en la que ‘operan tanto la més objetiva opinién personal, como el sesgo subjetivo 0, inclu- so, la manipulacién consciente; del autor y del lector, aspectos éstos que atafien a todo documento. No nos vamos a detener en el andlisis ¢ interpretacin de la imagen que nos acompaia en este planteamiento metodol6gico. Remitimos al lector al ejemplo que comentaremos mas adelante, siguiendo las pautas que hemos es- tablecido. Sélo queremos lamar Ia atencién sobre un aspecto que hay que te- ner muy presente al estudiar o utilizar la fotografia como documento histé co, y sobre el que ha insistido Bernardo Riego, historiador especializado en el anilisis de la fotografia con tal carécter. Es el de la facilidad de su falsificaci6n y de su manipulacion. Es evidente que ni el fotdgrafo ni el periodista que re- Gacta el pie de foto son «ojos inocentes», Refiriéndonos a la foto que comenta- ‘mos, ésta encierra una intencionalidad clara y no es casual que aparezcan en tun primer plano muy acentuado las personas de mayor edad, en especial la fi- gura de la anciana situada a la izquierda de la fotografia. Pero en el pie que ex- plica la foto tenemos un claro ejemplo de manipulacién. Si observamos la f tografia, salvo la presencia entre los «ancianos» de un nifio, nada de lo demas {que se asevera en aquél se puede comprobar a través de la foto. En una prime- ra instancia tenemos que hacer un acto de fe sobre su veracidad. Su utilizacion ‘como documento hist6rico deberia pasar por una comprobacién de lo que se dice representa. Numerosos autores han incidido en las potencialidades que contienen las imagenes visuales para la comprensi6n de hechos de un tiempo pasado 0 pre- sente. Mencionemos, entre otros, a Giséle Freund y a André Rouillé. Pero, como certeramente sefiala Angelo Schwarz, «las fotografias (y por extension toda imagen visual) no hablan si no se las sabe interrogar». De ahi nuestra in- sistencia en la necesidad de saber «leer» una imagen para captar su estructura profunda o significativa. Sdlo a partir de aqué podremos calibrar su utilidad interés para el conocimiento de una realidad social pasada. Es obvio que para ello tenemos que adoptar una perspectiva interdisciplinar recurriendo a con- ceptos y planteamientos que provienen de la lingiiistica, la semidtica 0 la co- municacion visual, ello puede entrafiar riesgos de transposicion incorrecta de conceptos y planteamientos que tienen un sentido y funcidn diferentes en las distintas disciplinas, pero esto es algo con lo que hay que contar como punto de partida. INTRODUCCION METODOLOGICA 4B En sintesis y con el fin de facilitar la slecturav de un texto visual, trazemos de ‘manera esquematica los distintos pasos que hemos ido distinguiendo: Plano de la expresién: > perceptive (lo que se ve) deseripcién en dos niveles| —p contexto formal en el que se inserta lo que vemos Plano del contenido: fa contexto histérico 0 externo —— composicién interna interpretacién o comentario critico personal 5, La interpretacién historica de los textos orales La utilizacién de «documentos vivos» para el conocimiento y reconstruccién de hechos histéricos va ligada a la propia historia de la Historia, Pero la profesio- nalizacién de los estudios histéricos durante el siglo x1x y la consolidacion de los principios metodolégicos del positivismo historicista hicieron del documento es- Crito conservado en archivo la Gnica fuente valida para la investigacién, Esta vi- sidn llevé a los historiadores académicos a desdefiar la vivencia oral anclada en la memoria por considerar que no reunia los requisitos que, segiin los postulados positivistas, debia tener un documento para ser considerado como fuente. La evolucién de los estudios histéricos al socaire de una mayor interdiscipli- nariedad en el ambito de las ciencias sociales, fue modificando los términos de se rechazo. Sin embargo todavia hoy, en que la oralidad tiene ya un status como fuente en el marco de las investigaciones historicas sobre tiempos recientes, per- siste la reserva entre la mayoria de los historiadores que, si pueden, prefieren obviar su utilizacién recurriendo a ella con un sentido de marginalidad o bien ante la carencia 0 parquedad de otro tipo de fuentes. ‘Al hablar de la imagen hemos sefialado este mismo fenémeno de descon- fianza en sus posibilidades como fuente histérica. El problema a nuestro juicio estriba en que, tanto la vivencia (oral o escrita) como la imagen visual, exigen por parte del historiador un esfuerzo de cambio en la perspectiva de enfocar los problemas, asi como unos métodos y técnicas que en muchos casos vienen pres- tados de otras ciencias sociales. Adémés obligan a plantearse nuevos interrogan- tes y nos introducen en temas considerados tradicionalmente no relevantes por la historiografia. De todas formas y también como ya indicamos, la historia con- temporiinea no puede escribirse dejando de lado estas fuentes. Caracteristicas de Ins fuentes orales. Imagen y fuente oral Tanto los testimonios orales construidos con Ia intervencién directa del his- toriador como los testimonios escritos por los protagonistas de los hechos son 46 LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA dos de las fuentes basicas de fijacién de la memoria y constituyen el primer estadio en el proceso de conversién de los hechos vivos en hechos hist6ricos. Pero no vamos a hablar aqui de la memoria ni de las relaciones entre historia y memoria, tampoco de las particularidades de los testimonios escritos. Lo que nos interesa es perfilar los rasgos basicos que configuran la fuente oral y sus po- sibilidades de estudio y utilizaci6n como documento hist6tico. ‘Aungué es usual entre los historiadores americanos Ia utilizacién de la ex- presion «Oral History», entre los historiadores europeos se prefiere hablar de fuente oral. En realidad, el origen de la historia oral se encuentra en el intento por parte de los antropdlogos de utilizar las tradiciones orales transmitidas de generacién en generacién por sociedades dgrafas para reconstruir su historia, luna historia que encierra una particular problematica como pone en evidencia Jan Vansina en un libro clisico sobre este tema, En las sociedades con tradicién escrita una historia oral en sentido estricto s6lo tiene razon de ser en el seno de determinados grupos marginales 0 como forma de reconstruccién de manifestaciones de cultura popular que no han sido fijadas por ningiin otro medio de expresién simbélico. En los demas casos en los que convive la oralidad con la escritura, la primera se convierte en fuente de co- nocimiento de vivencias individuales 0 colectivas que normalmente quedan fue- ra del registro escrito. Esta posibilidad de conocimiento que brinda la fuente oral la descubrie~ ron los historiadores sociales de periodos recientes cuando, ante la insuficien- ia y limitaciones de a documentacién conservada en archivo, empezaron a recoger testimonios vivos. Vieron entonces que éstos proporcionaban no solo informacioncs nuevas, «distintas», sino que también brindaban perspectivas diferentes sobre la manera de abordar los fenémenos hist6ricos y, lo que es mas importante, se dieron cuenta de que, junto con otras fuentes escritas 0 vi- suales que en la mayoria de los casos proporcionaban las personas a las que entrevistaban (diarios, cartas, fotografias, dibujos..), podian convertir en suje- tos activos de la historia a grupos o colectivos hasta entonces ignorados por los historiadores. Posibilitaba, en suma, hacer una «historia desde abajon. ‘Todo esto ha contribuide a reforzar la importancia de la oralidad como fuente para el estudio de la historia reciente y ha obligado a definir su marco tesrico y metodoligico. La fuente oral presenta varios rasgos que la singularizan frente a otras fuen- tes historicas: — Es una fuente que crean de manera conjunta el testigo y el historiador. El primero se sittia dentro del acontecimiento y quiere ser ficl a su recuerdo por- que éste constituye el trasfondo de su vida que aparece refigurada en la obra del historiador. Este, desde fuera, trata de aproximarse criticamente a ese recuerdo. — El testimonio oral se inserta en un doble eje temporal, pues implica una reactualizacién del pasado desde el presente. No es una fuente construida en un INTRODUCCION METODOLOGICA a ENTRODUCCION BIER DOT OGICATENMN I) 21 Ee tiempo pasado y conservada en cuanto tal. Se forma como fuente en tiempo pre- sente y con el limite de la memoria viva. Es decir, se podré recurrir al testimonio oral en tanto en cuanto queden personas que puedan transmitimos los recuer- dos de una época, = La fuente oral se asienta en las vivencias de individuos que, no obstante su singularidad, se encuentran inmersos en grupos sociales que tienen sus pro- pios sistemas de representaciGn de la realidad. Asi, cada persona reafirma su identidad a partir de la del grupo al que pertenece y la reactualizacién que hace de unas vivencias slo se entienden plenamente dentro del contexto de la época ala que hacen referencia y del marco de su propio grupo social. Uno y otro ten- drin que ser conocidos por el historiador para situar, comprender y propiciar la FeconstrucciGn del pasado a través del recuerdo de aquéllos a quienes entrevista, ~ La recuperacién oral de un tiempo pasado adopta la forma de expresién narrativa. Hay siempre una vinculacién secuencial entre el orden de lo que se re- lata y la experiencia de vida del protagonista. Toda recuperacién de una memo- tia hist6rica esti, pues, en funcidn del testigo. La maestria del historiador reside en saber orientar ese proceso y en extraer lo significativo del mismo, susceptible de ser trabajado posteriormente como fuente histérica, — Elencuentro con el pasado desde la memoria es uno de los elementos di- ferenciadores de Ia fuente oral, pero también es aqui donde reside su debilidad ya que se ha sefialado con insistencia la poca fiabilidad y representatividad de la ‘memoria. Es cierto que la memoria es selectiva, esti condicionada por las cit- cunstancias internas y externas de quien recuerda, se pierde con el paso del tiempo, es individual y subjetiva; todas, limitaciones que, sin embargo, pueden aliarse con la destreza del historiador que trabaja con este tipo de fuentes. — Acabamos de sefialar como la fuente oral es subjetiva. Quien evoca algo lo hace desde una perspectiva personal. Narra experiencias de su vida, pero, como bien dice Luigi Portelli, «la subjetividad tiene sus propias leyes objetivas sus estructuras, sus mapas (..) y sélo si el investigador reconoce la subjetividad como tal y la separa de forma metodolégica de la informacién factual y formas intermediarias, puede apreciarse la condicién cognoscitiva de ta subjetividad), De esta forma, el historiador tiene que ayudar indirectamente al testigo para que, trascendiendo su experiencia personal, la pueda articular en el contexto historico de su époea y en el marco de su grupo. Es entonces cuando la subjeti vidad-objetivada del testimonio se convierte en elemento vélido de conocimien- to historico. De acuerdo con Philippe Joutard, hay una relacién directa entre evocacién de la vivencia ¢ imagen. De hecho, una de las maneras de que una persona em- piece a recordar es mostrandole una imagen visual sobre aquello acerca de lo cual se quiere que hable. Pero es que ademds los recuerdos se conservan me- diante imagenes mentales que el tiempo depura y va conformando en funcidn de la vida, pues, aunque el recuerdo se fija en su forma y organizacion inmediata- 48 LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA mente después de ocurrir el hecho, el mismo va ligado a la percepcién que Ia persona tiene de si que cambia constantemente bajo su aparente inmovilidad. En esta vinculacion entre imagen y vivencia evocada se debe tener en cuenta también la forma como las imagenes visuales que un individuo va contemplando alo largo de su vida inciden en ésta y hasta que punto pueden cambiar o incluso deformar el recuerdo acerca de un hecho vivido. Esto es especialmente impor- tante en fuestra época con el impacto de los modernos medios de comunica- cién. 2. Laclaboracidn dela fuente oral El acercamiento a la memoria viva puede realizarse fundamentalmente des- de dos niveles cada uno de los cuales condicionaré la metodologia de Ia investi- gacion, aunque la técnica que utilicemos sea la misma en ambos casos: encuestas {de opinién de tipo cualitativo (entrevistas) y cuantitativo (cuestionarios). Nos puede interesar trazar de forma pormenorizada la historia de vida de una perso- hao bien una parte de la misma que revista especial interés desde el punto de vista politico, social 0 cultural. En otros casos la atencién se centra en la manera como un grupo social ha vivido una experiencia histérica. Como paso previo el investigador debe fijar de forma clara y precisa los objetivos de su investigacion con el fin de poder extraer de la fuente oral toda la riqueza que encierra cuando se sabe hacer uso de ella. Si se trata de conocer la trayectoria de vida de una persona tendremos que estudiar la época dentro de la que se inserta e incluso hacer una incursién explo~ raloria previa mediante una o varias charlas informales con la persona y con iniembros de su entorno. Esto facilita la elaboracion del cuestionario base de la entrevista y nos permite apreciar rasgos psicol6gicos que permitirin en su mo- mento guiarle en el proceso de reconstruccién. Cuando el interés se sitiia en el £mbito de lo colectivo, es necesario estable- cer una muestra del universo que se desea estudiar fijando las variables de la misma en funcién de los propésitos establecidos. También aqui la realizacién de entrevistas exploratorias ayuda a fijar temas, delimitar problemas proporcio- nan datos complementarios que pueden contribuir a enriquecer la muestra. En teste caso es muy importante la eleccién de los «informantes» ya que a través de ellos vamos acceder al grupo del que deseamos obtener una muestra representa- tiva. Normalmente el historiador que «cream fuentes orales utiliza como instru- mento de trabajo la entrevista. Esto hace que la calidad de un testimonio esté en gran medida supeditada al «saber hacer» del investigador que observa y pregunta al testigo. Una entrevista puede organizarse a partir de un cuestionario cerrado, pero esto silo es aconsejable en casos muy concretos. Lo normal es que el histo- Tiador elabore para su propio uso un repertorio de preguntas que recoja todos INTRODUCCION METODOLOGICA 49 INTRODUCOIONMETODOLOGICN AWN Jos aspectos acerca de los que quiere obtener informacién, Este repertorio lo utilizara con un cardcter flexible y abierto segtin las personas a las que entreviste, No podemos olvidar que al trabajar con la fuente oral nos movemos en el mbito de la expresién verbal, cuyo registro es muy diferente al de la expresién escrita. La oralidad se construye mediante un discurso en el que se juega con in- terrupciones y silencios conscientes, con dificultades de habla, con problemas para la manifestacién de las ideas... El testigo habla y sabe que no puede volver sobre lo dicho para pulirlo 0 cambiarlo. Esto muchas veces inhibe no tanto la forma de expresién como lo que va a decir, sobre todo cuando, ademas de tener ante si al entrevistador, tiene una grabadora, Con esto tiltimo entramos en el tema de Ia recogida de la fuente oral, Antes de que existieran los medios mecénicos de grabacidn de la voz, la comprobacién de algo dicho por un testigo quedaba sujeta a la credibilidad otorgada a aquéllos ue mencionaban su testimonio. La coincidencia de varias personas en el conte- niido de sus palabras servia de clemento de prueba sobre la veracidad de lo afir- mado. Pero fue el registro de la voz y después también de la imagen por medios mecénicos y su posibilidad de conservacion, lo que dio al testimonio oral su ver- dacero status como fuente. Ello hace que revista gran importancia la formacion de archivos en donde los historiadores que «crean» fuentes orales o audiovisua- es puedan depositar el material grabado para su conservacién y consulta, Pero para trabajar con una entrevista no basta con escucharla, Es necesario transcribirla, siempre de manera literal con el fin de respetar su valor como do- ‘cumento. Esta es una tarea costosa, que exige mucho tiempo y que entorpece en ‘ocasiones el avance de investigaciones centradas en fuentes orales. Sin embargo, la transcripci6n es imprescindible no solo para analizar e interpretar la entrevis- ta sino también para poderla integrar, junto con otras fuentes, en el marco am- plio del conocimiento de una época pasada. 3. Pautas para el estudio del texto oral Hasta ahora hemos hablado del testimonio oral como fuente histérica, de sus rasgos definidores y del proceso de su elaboracién, Pero con el fin de que el futuro historiador del tiempo presente pueda incorporar el testimonio oral a sus investigaciones, debe estar familiarizado con su estudio como tal documento, Es normal que un estudiante de historia comente documentos escritos, pero hasta ahora no ha sido habitual el comentario de textos orales ni de imagenes vi- suales. No obstante, su préctica resulta inexcusable para quien quiera trabajar los periodos més recientes de la historia, El problema reside en el hecho de que apenas existen en el mercado editorial libros donde se den pautas para comentat los ni antologias didacticas, Esto se puede comprobar a través de la bibliografi basica que recogemos sobre ambos aspectos. En el caso de los textos orales, se han publicado trabajos fundamentales acerca de las caracteristicas y elaboracion 0 LA HISTORIA CONTEMPORANEA EN LA PRACTICA de la fuente oral y existe una abundante bibliografia referida a investigaciones en fas que se utlizan fuentes orales, pero en pocds casos se insite sobre

También podría gustarte