Está en la página 1de 3

Los virus son posiblemente los organismos más biodiversos del planeta.

Hay millones
de formas distintas, que han evolucionado de manera independiente y son cien veces
más pequeños que una célula, por eso solo puede observarse a través del microscopio
electrónico.

http://grupomontevideo.org/boletinctiaugm/?p=403#:~:text=Los%20virus%20son
%20posiblemente%20los,a%20trav%C3%A9s%20del%20microscopio%20electr%C3%B3nico

por las denominadas sustancias orgánicas. La vida sin ellas es

inexplicable. Por tanto, la primera etapa del origen de la vida tuvo que ser la

formación de esas sustancias, el surgimiento del material básico que

después habría de servir para la formación de todos los seres vivos.

Las sustancias orgánicas más simples –los hidrocarburos y sus derivados más inmediatos- se
forman en los cuerpos celestes que nos rodean sin ninguna relación con la vida;

Naturalmente que el átomo de carbono de la atmósfera estelar no era

todavía una sustancia orgánica, pero su extraordinaria facilidad para

combinarse con el hidrógeno, el oxígeno y el nitrógeno llevaba implícita la posibilidad, en


determinadas condiciones de existencia, de poder formar sustancias orgánicas.

https://drive.google.com/file/d/1Y55hY1Jbkb4r4jXcUX0jZcfzOFgBRrDQ/view

Reino protista. Los protistas son organismos unicelulares eucariotas, que vendrían a ser el
eslabón entre los procariotas y los organismos pluricelulares. En este reino se encuentran
diversos tipos de seres vivientes, tanto autótrofos como heterótrofos, o sea, que
hacen fotosíntesis o que se alimentan de otros seres vivos, incluidos los parásitos que causan
enfermedades.

Fuente: https://concepto.de/organismo/#ixzz84IhCjVpd

LOS PRIMEROS ORGANISMOS FUERON PROCARIONTES ANAEROBIOS:

Las primeras células que surgieron en los océanos de la Tierra fueron los procariontes, células
cuyo material genético no estaba contenido dentro de un núcleo. Estas células probablemente
obtenían nutrimentos y energía al absorber moléculas orgánicas de su ambiente. Como no
había oxígeno gaseoso en la atmósfera, las células debieron metabolizar las moléculas
orgánicas de forma anaeróbica. Recuerda del capítulo 8 que el metabolismo anaerobio
produce sólo pequeñas cantidades de energía. De este modo, las primeras células eran
bacterias anaerobias primitivas. A medida que dichas bacterias se multiplicaron, con el tiempo
debieron acabar con las moléculas orgánicas pro-

ducidas por las reacciones químicas prebióticas. Las moléculas más simples, como el dióxido de
carbono y el agua, aun serían muy abundantes, al igual que la energía en forma de luz solar.
Por tanto, lo que faltaba no eran los materiales o la energía en sí, sino moléculas energéticas:
moléculas en las que la energía se almacena en enlaces químicos

NADIE SABE CON CERTEZA CÓMO SE ORIGINARON ESTAS PARTÍCULAS


INFECCIOSAS

El origen de los virus, viroides y priones es incierto. Algunos científicos consideran que la
enorme variedad de mecanismos de autorreplicación que se da entre estas partículas refleja su
condición de vestigios evolutivos de las etapas más antiguas de la historia de la vida, antes que
la evolución se estableciera a partir de las moléculas más grandes y de doble hebra de ADN tal
y como la conocemos hoy. Otra posibilidad es que virus, viroides y priones sean los
descendientes degenerados de células parasitarias. El éxito que estos antiguos parásitos
pudieron lograr en la explotación de sus huéspedes debió ser tan grande que con el tiempo
perdieron la capacidad de sintetizar todas las moléculas necesarias para sobrevivir y
terminaron dependiendo de la maquinaria bioquímica del huésped. Cualquiera que haya sido
el origen de estas partículas infecciosas, su éxito plantea un desafío permanente a los seres
vivos.

Hipótesis de la reducción o degeneración:


Es posible que los virus fueran pequeñas células que parasitaban a otras más grandes. A lo
largo del tiempo, estos precursores de los virus fueron perdiendo los genes que no
necesitaban a causa de su parasitismo.

Hipótesis del escape o nomadismo:

Los virus podrían haber evolucionado a partir de fragmentos de ADN o ARN que "escaparon"
de los genes de sus huéspedes u organismos estrechamente emparentados.

Hipótesis viro céntrica de la coevolución:

los virus podrían haber aparecido antes que las células en la Tierra formándose a partir de
complejas moléculas de proteínas y ácidos nucleicos, y habrían sido dependientes de la vida
celular durante muchos millones de años.

Los protistas fotosintéticos abundan en los océanos, lagos y estanques. La mayor parte de ellos
flotan libres en el agua, pero algunos viven en estrecha asociación con otros organismos, como
corales o almejas. Al parecer estas asociaciones son beneficiosas para ambos: el organismo
huésped utiliza parte de la energía solar captada por los protistas fotosintéticos, al tiempo que
les brinda refugio y protección. La fotosíntesis de los protistas tiene lugar en los cloroplastos.
Como se describió en el capítulo 17, los cloroplastos son los descendientes de las bacterias
fotosintéticas primitivas que se establecieron dentro de una célula más grande en un proceso
conocido como endosimbiosis. Además del caso original de endosimbiosis, que dio por
resultado el primer cloroplasto protista, hubo diferentes acontecimientos posteriores de
endosimbiosis secundaria en las cuales un protista no fotosintético fagocitaba un protista
fotosintético que contenía un cloroplasto. Finalmente, desapareció la mayor parte de los
componentes de las especies fagocitadas, dejando sólo un cloroplasto rodeado por cuatro
membranas. Dos de dichas membranas eran del cloroplasto derivado de la bacteria original,
una del protista fagocitado y otra de su vacuola alimentaria. Múltiples acontecimientos de
endosimbiosis secundaria son responsables de la presencia de especies fotosintéticas en
diversos grupos de protistas no emparentados

las diatomeas se encierran dentro de paredes vítreas

Las diatomeas son un grupo de algas que se clasifican en el reino Stramenopila son
fotosintéticos que se encuentran tanto en aguas dulces como saladas, elaboran sus conchas
protectoras a base de sílice (vidrio), algunas de extraordinaria belleza (FIGURA 20-8). Estas
conchas constan de dos mitades, una superior y otra inferior, que se acoplan como una caja de
pastillas o una caja de Petri. La acumulación de paredes vítreas de las diatomeas durante
millones de años ha producido depósitos fósiles de “tierra de diatomeas”, que llegan a tener
cientos de metros de espesor. Esta sustancia ligeramente abrasiva se utiliza de manera extensa
en la elaboración de diversos productos, como dentífricos y pulidores de metales. Las
diatomeas forman parte del fitoplancton, los organismos fotosintéticos unicelulares que flotan
impasibles en las capas superiores de los lagos y océanos de la Tierra.

https://biologiainsebas.files.wordpress.com/2013/08/
biologc3ada_la_vida_en_la_tierra_con_fisiologc3ada_9c2ba_edicic3b3n_.pdf

También podría gustarte