Está en la página 1de 2

Fragmentos lectura de cuentos.

Lectura Dramática

Iniciamos esta lectura despuesés de la cuarta pregunta a Eisen, que se le hace Yenny sobre los
finales inesperados

4. Eisen hablanos de esos finales inesperados que acompaña a las mayoría de las historias ... Le da
un giro a las historias que todo el tiempo nos está haciendo imaginar otras cosas…

Eisen responde, se hace un silencio y se pone la música y las imágenes. Inmediatamente…

Inicia la lectura Ángeles

Normal

¡No! no, no. Para allá, para donde se escuchó el tiro. Todo mundo salió corriendo dizque a ver
quién había sido el muerto. A la gente le puede más el chisme que el miedo a que la maten. Oiga, y
eso llegó un tumulto horrible. Y siempre fueron cinco tiros los que le pegaron, ahí, delante de todo
mundo. Cinco, sí. Oiga, profe, pero yo le digo una cosa: ¡qué trabajo tan profesional el de esos
sicarios!, cinco disparos y no hirieron a nadie más, no le dieron si no al que era.

¿La qué? Ah sí, la Policía estaba por ahí, hasta Ejército había. Pero, profe, eso igual acá es normal,
es que hay mucho vicioso por ahí y están haciendo limpieza, eso a la final es hasta muy bueno. No,
profe, como le digo, eso acá es normal, la Policía ya sabía. Ya saben también quién sigue en la lista.
A mí lo que me pareció muy feo es que un señor que había acá comprando unos zapatos, cuando
empezó todo el alboroto y la gente se fue para allá a chismosear, el señor se perdió con zapatos y
todo y no me los pagó.

Cuándo termina Ángeles de leer, este fragmento todos decimos a la vez:

Normal… Normal…. Normal

Continúa leyendo Gildardo

Las Sayumalas

Durante un par de meses, la banda de Camilo obtuvo relojes, cadenas, celulares, collares,
bicicletas, bolsos y hasta zapatos que les robaban a las chicas a la salida del colegio, o unas cuadras
más adelante, cuando las desdichadas se quedaban solas. Mientras tanto, los índices de consumo
de drogas se elevaron a un punto alarmante dentro de la institución y pasó lo que temíamos, pero
para lo que no nos habíamos preparado. Para nosotras todo era un juego. No pensamos jamás que
lo que Las Sayumalas hacíamos tenía unas implicaciones graves, que podría definir la vida de
nosotras mismas y de las personas a las que estábamos envenenando, o infundiendo terror.
Además del pánico en las caras de las niñas cuando contaban la traumática experiencia del atraco
–cosa que, en cierta medida, nos divertía–, no veíamos mayor complique. Las chicas que se
drogaban con lo que les vendíamos no eran problema nuestro y como ninguna de nosotras
consumía, tampoco lográbamos entender ni dimensionar el alcance de aquel acto inofensivo. Se
podría decir que casi nos sentíamos emprendedoras y que, de descubrirnos, tendrían que
felicitarnos por nuestra capacidad de emprendimiento, alianza y liderazgo.

Cuándo termina Gildardo de leer, este fragmento todos decimos a la vez:

Normal… Normal…. Normal…

Finaliza leyendo Rubén

Normal II (Avalancha)

Cuando llegó a su casa, Camila lo recibió con un chocolate caliente, y le preguntó cómo había
estado su día. –Más aburrido, mija. Si vieras la que me pasó hoy. Ella hizo un gesto de intriga que
se parecía más a preocupación. Lo escaneó con la mirada de arriba abajo y preguntó: –Qué pasó,
mijo. –Mirá cómo se me rompió la ruana –dijo con una melancolía patética que le hizo sentir a
Camila una extraña mezcla de ternura y lástima. Ella lo miró a los ojos y le dijo con total
naturalidad: –No le pare bolas a eso, mijo. Yo se la coso, eso no es nada. Javier sonrió con los ojos
y ella supo que estaba feliz. –Y qué hubo por ahí, cómo le fue en el trabajo. –Bien, mija. Todo
normal. Camila tomó la ruana y la zurció con una delicadeza extrema hasta que del agujero no
quedó más que una inofensiva estría, casi imperceptible. Tras las destartaladas paredes de
bahareque y sobre las tejas de barro ya se escuchaban las primeras goteras de la noche que
anunciaban otra madrugada de arrullos y aguaceros torrenciales.

Cuando termina Rubén de leer, este fragmento todos decimos a la vez:

Normal… Normal…. Normal…

Entra Gildardo presentando al club y diciendo que estuvimos leyendo el libro durante el último
mes y hace la pregunta sobre lo que discutimos de los que consideramos normal

¿De dónde sale la normalidad que habitan estas historias?

También podría gustarte