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Departamento del Kofu de la PSGI

Selección de
párrafos de gosho
sobre las ofrendas

Asociación Peruana de la Soka Gakkai Internacional


Buda Soka Gakkai:
La comunidad
armoniosa de
practicantes

E n el volumen 30 de La nueva re-


volución humana, capítulo “Gran
Montaña” , se lee lo siguiente:
1

«Toda dijo en una ocasión: “En el Últi-


mo Día de la Ley que vivimos, la Soka
Gakkai está difundiendo la Ley Mís-
tica a una gran cantidad de personas
para que ellas logren su felicidad. Se-
guramente en las escrituras budistas
del futuro se referirán a nuestra orga-
nización como ‘buda Soka Gakkai’”.
[...]

»El capítulo “El bodisatva Jamás Des-


preciar” del Sutra del loto describe la
historia de un buda llamado Rey del
Sonido Imponente. Este nombre, sin
embargo, no señala a un solo buda.
Después de que el primer buda Rey
del Sonido Imponente entró en el nir-
vana, apareció otro buda con la mis-
ma denominación. El Sutra del loto
1 Perú Seikyo N.° 2185, entregas 55-57.
dice: “Y así sucesivamente, siguie-
ron apareciendo, uno tras otro, vein-
te mil millones de budas, todos con el
mismo nombre”. En otras palabras, el
Sutra del loto enseña que veinte mil
millones de budas llamados Rey del
Sonido Imponente surgieron uno tras
otro durante largos eones para guiar
a los seres vivos a la iluminación.

»Según la sagaz interpretación de Jo-


sei Toda acerca de este relato, esos
incontables budas representaban una
organización, una comunidad armo-
niosa de practicantes, llamada “buda
Rey del Sonido Imponente”.

»La vida de un individuo es limitada.


No obstante, cuando el espíritu fun-
damental de consagrarse al kosen-ru-
fu se transmite del mentor a los dis-
cípulos, y ellos se unen para avanzar
como grupo u organización, esa enti-
dad de practicantes adquiere la fuer-
za vital imperecedera de un buda que
trabaja sin pausa para ayudar a otros
a ser felices.

»El “buda Soka Gakkai” es una red


de personas dedicadas a cumplir
el gran juramento del kosen-rufu,
una agrupación de Bodisatvas de la
Tierra que siguen los pasos de Tsu-
nesaburo Makiguchi y Josei Toda, los
dos primeros presidentes de la or-
ganización unidos por los lazos de
maestro y discípulo.

»¿Cuáles son los requisitos para


eternizar la vida del “buda Soka
Gakkai”?
El primero es que cada miembro
mantenga hasta el final su juramen-
to de hacer realidad el kosen-rufu.
Profundamente consciente de que el
kosen-rufu es el propósito esencial
de su vida y estableciendo lazos de
empatía con quienes sufren, es pre-
ciso que cada uno ponga en práctica
las palabras del Daishonin que dicen:
“Enséñeles a otros [sobre el budismo]
con toda su capacidad, aunque solo
sea una oración o frase.

»El segundo requisito es persistir en


el gran camino de la inseparabilidad
de mentor y discípulo, haciendo
propio el corazón del mentor
—que luchó con abnegada dedicación
por propagar la Ley— aprendien-
do de sus enseñanzas y haciendo de
ellas el norte que nos guíe en la vida.
»En otras palabras, transitar la senda
de mentor y discípulo significa vivir y
luchar cada día por el kosen-rufu lle-
vando en el corazón a su maestro, en-
tablando un diálogo permanente con
él, preguntándose a cada momento
qué haría él en la misma situación.

»El tercero es trabajar en unión de


“distintas personas con un mismo
propósito”. Nichiren Daishonin es-
cribe: “[D]eben entonar Nam-myo-
ho-renge-kyo con la actitud de ser
distintas personas, pero centradas
en un mismo propósito. […] Este lazo
espiritual es la base para la transmi-
sión universal de la Ley suprema de
la vida y la muerte”. La herencia de la
fe fluye cuando los miembros se unen
abrazando un objetivo común y ha-
cen uso pleno de sus capacidades en
aras del kosen-rufu.

»Como “buda Soka Gakkai”, la orga-


nización debe seguir cumpliendo su
gran misión por el kosen-rufu crean-
do un flujo ininterrumpido de suce-
sores».

***
E ste pasaje hace referencia a la ex-
presión «buda Soka Gakkai», cuya
perspectiva es la de agradecimien-
to por las ofrendas, y está en exacta
concordancia con la Soka Gakkai, la
única organización que viene hacien-
do realidad la visión del kosen-rufu y
cumpliendo el deseo del Buda.

En tal sentido, las contribuciones fi-


nancieras para apoyar y proteger las
actividades que desarrolla la organi-
zación, en realidad se están hacien-
do al propio Buda.

A continuación, con el objetivo de


que podamos alentarnos mutuamen-
te, transcribimos una serie de párra-
fos de gosho donde el buda Nichiren
agradece las nobles ofrendas realiza-
das por sus discípulos.

Nosotros, los miembros de la PSGI,


continuemos renovando nuestra pro-
mesa como discípulos de Ikeda Sen-
sei basados en el espíritu humanista
del budismo Nichiren con el fin de
eternizar al “buda Soka Gakkai».

***
Carta a la monja laica
de Ko
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 624

He recibido trescientas monedas de


parte de la esposa de Abutsu-bo. Ya
que ambas tienen el mismo corazón,
pídanle a alguien que les lea esta car-
ta y escúchenla juntas.
También he recibido la túnica sin fo-
rrar que usted me envió desde la leja-
na provincia de Sado hasta lo recón-
dito de estas montañas, en la aldea
de Hakiri, provincia de Kai. El capí-
tulo «Maestro de la Ley», en el cuar-
to volumen del Sutra del loto, afirma:
«Si alguien busca el Camino del Buda
y por el término de un kalpa [une las
palmas de las manos en mi presencia
y recita incontables versos de alaban-
za, esas loas al Buda le valdrán bene-
ficios incalculables]. Y si uno alaba y
ensalza al que practica este sutra, su
buena fortuna será mayor aún». Este
pasaje significa que el beneficio deri-
vado de realizar ofrendas a un devoto
del Sutra del loto en la corrupta épo-
ca del Último Día de la Ley supera el
de hacer sinceras ofrendas a un buda
como Shakyamuni, con la palabra, el
pensamiento y la acción, por el térmi-
no de un kalpa mediano. Jamás dude
de esto, por imposible que le parezca,
ya que son palabras de oro del Buda.

La buena fortuna en
esta vida
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 686

Los que ofrendan, aunque sea una


flor o una varilla de incienso a un su-
tra como este, han realizado ofren-
das a cien mil millones de budas en
sus existencias pasadas. Además, en
el Último Día de la Ley de Shakyamu-
ni El Que Así Llega, cuando el mun-
do entra en caos, y el gobernante, sus
ministros y las personas comunes
odian por igual al devoto del Sutra del
loto; cuando este devoto es como el
pez que sobrevive en un charco du-
rante la sequía, o como un ciervo ro-
deado de toda clase de personas, los
que acudan a visitarlo por propia ini-
ciativa obtendrán muchos más
beneficios que si hubieran hecho
ofrendas mentales, verbales y físicas
durante todo un kalpa al buda vivien-
te Shakyamuni, señor de las enseñan-
zas. Las palabras de oro de El Que Así
Llega son indiscutibles.

Los beneficios del


Sutra del loto
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 706

En vista de todo ello, la sinceridad


con que usted me ha enviado cinco
sartas de monedas pato azul cada vez
que ha tenido oportunidad, lo vuel-
ve realmente digno de ser conocido
como propagador del daimoku del
Sutra del loto en el Japón. Así como,
al comienzo, empezarán a entonar el
daimoku una persona y luego dos, y
después lo harán mil, diez mil, cien
mil y, al final, todos los habitantes del
país, antes de que usted se dé cuenta,
los beneficios de todos ellos se acu-
mularán en su propia persona. Esos
beneficios serán como las gotas de
rocío que se unen para formar el gran
océano, o como las partículas de
tierra que se amontonan para conver-
tirse en el monte Sumeru.

Cuanto más lejana es


la fuente, más larga es
la corriente
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 984

He recibido mil monedas y he infor-


mado respetuosamente al Sutra del
loto que se trataba de una ofrenda de
Yorimoto. Creo que, desde la remota
distancia, el buda Shakyamuni —se-
ñor de las enseñanzas—, el buda Mu-
chos Tesoros y los budas de las diez
direcciones, y, desde muy cerca, las
deidades del Sol y de la Luna en sus
palacios celestiales ciertamente van a
protegerlo a usted.

El rey Rinda
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1028

He recibido los dos sacos de arroz


tostado que usted me envió. Quizás
el arroz parezca algo insignificante,
pero es lo que sustenta la vida huma-
na. Y el Buda dice que la vida es un
bien que no se puede comprar, ni si-
quiera por el valor de un gran siste-
ma planetario.

El arroz mantiene la vida. Es como el


aceite que anima la llama de una lám-
para. El Sutra del loto es una lámpara,
y su devoto es el aceite que la alimen-
ta. O, del mismo modo, los benefacto-
res laicos son el aceite que mantiene
encendida la lámpara del devoto.

Respuesta a Kyo’o
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 433

Justo cuando ansiaba tener otra vez


noticias suyas, llegó el mensajero
que usted se tomó la molestia de en-
viarme. En mis actuales circunstan-
cias, su ofrenda de dinero es mucho
más valiosa que cualquier otro tesoro
que pueda hallarse en la tierra o en el
mar.
La inseguridad de los
tres mundos
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 933

He recibido los diversos artículos que


me mandó. Preocupado por mi sub-
sistencia en estas montañas, usted
envió a su mensajero, quien tuvo que
caminar por la nieve para llegar hasta
aquí. Tenga la certeza de que su sin-
ceridad ha sido reconocida por el Su-
tra del loto y por los diez demonios.

Reseña sobre «La


transferencia» y otros
capítulos
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 954

He recibido su ofrenda de siete mil


monedas. La esencia del capítulo «La
transferencia del Sutra del loto» es la
siguiente: el Buda [levantándose de
su sitial en la Torre de los Tesoros]
quedó de pie suspendido en el
espacio y, para transferir el Sutra del
loto, posó sus manos tres veces so-
bre las cabezas del bodisatva Prácti-
cas Superiores y sus seguidores; las
de Manjushri y sus seguidores; las
del gran Brahma, Shakra, las deida-
des del Sol y de la Luna, los cuatro re-
yes celestiales, los reyes dragones, las
diez demonios y otros.

Respuesta a Tokimitsu
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 969

He recibido las alforjas de trigo puli-


do y de jengibre que usted me envió.
[…]

Un día, mientras comía su única es-


cudilla de mijo, se le presentó un ve-
nerable, un pratyekabuddha llamado
Rida, y le suplicó alimento con estas
palabras:
—Hace siete días que no como. Per-
míteme tomar tu comida.
—La he puesto en una escudilla man-
cillada por un mortal común del
mundo secular —replicó el caza-
dor—, y además, está impura, porque
ya he comenzado a comerla.
Pero el venerable insistió:
—No importa; dámela igual. Si no
como algo ahora, moriré.

Así que el cazador le ofreció el ali-


mento, aun avergonzado por esa ex-
trema humildad. Cuando el venerable
hubo acabado, le devolvió la escudi-
lla; había dejado en ella un solo grano
de mijo, que se convirtió en un jaba-
lí; este, a su vez, se convirtió en oro;
el oro se transfiguró en un cadáver,
que luego se transformó en una fi-
gura humana íntegramente hecha de
oro. Cada vez que el cazador arran-
caba uno de los dedos del hombre de
oro y lo vendía, un nuevo dedo volvía
a crecer en su lugar. De ese modo, du-
rante noventa y un kalpas, pudo re-
nacer como un hombre acaudalado;
hasta que en una de sus existencias
[en la India,] fue Aniruddha y llegó a
ser discípulo del Buda. Es cierto que
su ofrenda de mijo fue insignificante,
pero como permitió sobrevivir a un
venerable en un país plagado de ham-
brunas, el cazador pudo recibir una
recompensa espléndida.
La enseñanza que
concuerda con el
propósito del Buda
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1012

Ha sido usted muy amable en enviar-


me tres kokus de arroz. Los ofren-
dé de inmediato al Sutra del loto de
la Ley prodigiosa, el vehículo único,
y entoné Nam-myoho-renge-kyo una
vez. Lo he hecho para que su amado
hijo «con toda certeza y sin ninguna
duda» pueda ser escoltado a la tierra
pura del Pico del Águila.

La naturaleza que vincula la causa


al efecto es como la relación entre la
flor y el fruto. O como esa única lla-
ma, no más grande que la luz de una
luciérnaga, que, puesta sobre una lla-
nura de mil ris de hierba seca, en un
segundo enciende una brizna, luego
dos, diez, cien, mil y diez mil, y ter-
mina consumiendo de una sola vez el
pasto y los árboles de una región de
diez o veinte chos. Un dragón que as-
ciende al cielo con una sola gota de
agua en sus garras puede hacer llo-
ver en todo un gran sistema planeta-
rio. Hasta un pequeño acto de bien,
cuando se lleva a cabo como ofrenda
al Sutra del loto, genera beneficios tan
grandes como estos.

Respuesta a la esposa
de Matsuno
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1026

Me avergüenza profundamente no
haber podido agradecerle hasta aho-
ra su obsequio de un cajón de trigo,
una cesta de taros, una de melones, y
otros diversos artículos que recibí en
el tercer día del sexto mes.

Respuesta a Onichi-nyo
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1135

El Buda, que es realmente digno de


respeto, jamás juzga las ofrendas por
su cantidad. En el pasado, el niño Vir-
tud Triunfal ofrendó al Buda un pastel
de lodo y renació luego como el rey
Ashoka, que gobernó todo Jambud-
vipa. Una mujer pobre se cortó el ca-
bello y lo vendió para comprar aceite
[para el Buda], y ni siquiera los vien-
tos que soplaban desde el monte Su-
meru pudieron extinguir la llama de
la lámpara que ese aceite alimentó.

Carta a Jakunichi-bo
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1038

Es sumamente raro nacer como ser


humano. Pero usted, además de es-
tar dotado de forma humana, ha te-
nido la especial fortuna de conocer el
budismo. Y de las muchas enseñan-
zas del Buda, ha tomado contacto con
el daimoku —o título— del Sutra del
loto [es decir, Nam-myoho-renge-kyo]
y se ha convertido en su devoto. ¡En
verdad, una persona como usted tie-
ne que haber hecho ofrendas a cien
mil millones de budas en sus existen-
cias pasadas!
La ofrenda de una
túnica sin forrar
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 558

Aunque [la ofrenda que usted envió


a Nichiren en nombre del Sutra del
loto] se trate de una sola prenda, ha
sido ofrendada a los budas de todos
los ideogramas del Sutra del loto.

Tenga la firme convicción de que los


beneficios de esta voluntad se exten-
derán a sus padres, a sus abuelos, ¡no,
mucho más aún, a incontables seres
vivos!, por no hablar de su esposo, a
quien usted tanto ama.

La persona y la ley
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1142

[…] he recibido sus obsequios: una al-


forja de sal, un saco de frijoles de soja,
una bolsa de algas marinas y un reci-
piente de bambú lleno de sake. No lo he
visto desde que regresó a su hogar des-
de la provincia de Kozuke, así que me
preguntaba qué sería de usted. Apenas
encuentro palabras para decirle cuánto
aprecio la sinceridad con que me ha es-
crito y enviado tantos obsequios.
[…]

Sin embargo, el buda Shakyamuni en-


seña que la persona que hace ofrendas
al devoto del Sutra del loto en el Último
Día de la Ley, aunque sea un solo día,
tendrá beneficios cien, mil, diez mil y
un millón de veces más grandes que
los que recibiría ofrendando cuantio-
sos tesoros al Buda durante un millón
de kalpas. ¡Qué espléndida es su acti-
tud, entonces, que lo ha llevado a apo-
yar de todo corazón al devoto del Su-
tra del loto a lo largo de los años! De
acuerdo con las palabras de oro del
Buda, en su próxima existencia segu-
ramente renacerá en la tierra pura del
Pico del Águila. ¡Qué recompensas ad-
mirables recibirá!

El buen remedio para


todos los males
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 982
No tengo palabras para expresarle mi
agradecimiento por sus frecuentes
ofrendas sinceras.
La voz pura y potente
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 352

El buda Shakyamuni ya sabe que us-


ted ha enviado ofrendas desde tan le-
jos hasta la provincia de Sado; en ver-
dad, ha sido un gesto sumamente leal
y considerado de su parte.

Las raíces de la buena


fortuna
Los escritos de Nichiren Daishonin,
págs. 1148-1149

Las ofrendas que usted hizo no eran


para mí, Nichiren, sino para el Sutra
del loto. Por lo tanto, dejemos esto en
manos del buda Shakyamuni, el buda
Muchos Tesoros y los budas de las
diez direcciones [para que ellos eva-
lúen la grandeza de] los beneficios
generados.
A lo largo de este año que pasó le he
referido diversos acontecimientos,
pero, a decir verdad, no recuerdo
en toda mi vida haber pasado un
frío tan intenso como el que esta-
mos padeciendo en la actualidad. Se
ha acumulado una enorme cantidad
de nieve... Hasta a las personas de
profunda decisión les cuesta venir a
verme; así pues, que usted haya en-
viado hasta aquí un mensajero es,
sin duda alguna, un gesto de sinceri-
dad nada habitual.

El cuerpo y la mente
de los seres
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1180

La persona que había ofrecido una


humilde comida de mijo a un pratye-
kabuddha llegó a ser El Que Así Lle-
ga Brillo de los Tesoros. El que había
ofrendado una torta de barro al Buda
renació como rey de Jambudvipa.
Aunque uno lleve a cabo actos merito-
rios, si estos se dirigen a algo que no
es verdadero, esas acciones podrán
traducirse en un gran mal, pero
nunca en bien. A la inversa, aunque uno
sea ignorante y haga magras ofrendas,
si las entrega a aquel que proclama la
verdad, obtendrá un inmenso mérito.
¡Cuánto más en el caso de aquellos que,
con toda sinceridad, hacen ofrendas a
la enseñanza correcta!

El sutra de la
verdadera retribución
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 977

Pero, en el caso de usted, ¿me habría


demostrado tan loable devoción, de
no haber estado preocupada por su
próxima existencia? Por esta misma
razón, incluso, ha permanecido firme
todo este tiempo mientras la echaban
de sus tierras, le aplicaban multas y
le confiscaban la vivienda. En el Sutra
del loto se afirma que la persona que
realice ofrendas a cien mil millones
de budas renacerá en una próxima
existencia con una fe inquebrantable.
Por lo tanto, usted debe de haber he-
cho ofrendas a cien mil millones de
budas.
La enseñanza que
concuerda con el
propósito del Buda
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1012

Si uno puede obtener beneficios


como estos tan solo por haber reali-
zado una ofrenda a un pratyekabu-
ddha, los que obtendrá por ofrendar
al devoto del Sutra del loto son infi-
nitamente mayores y superan, inclu-
so, los que uno recibe cuando efectúa
ofrendas a innumerables budas.

Carta a Horen
Los escritos de Nichiren Daishonin,
págs. 534-535

Los diez títulos honoríficos son epí-


tetos que se aplican al Buda. Miao-lo
afirma que los beneficios que se ob-
tienen haciendo ofrendas al devo-
to del Sutra del loto en la última épo-
ca son superiores a los adquiridos
ofrendando al Buda de los diez títu-
los honoríficos. Es uno de los veinte
aspectos citados por el gran maestro
Miao-lo en los cuales el Sutra del loto
supera a todos los demás.

Enseñanza, capacidad,
tiempo y país
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 52

Sin embargo, lo que no hay que ha-


cer jamás, ni en el Primer Día de la
Ley ni en los días Medio y Último, es
dar ofrendas a quienes actúan con-
tra el Sutra del loto, tanto si observan
los preceptos como si los violan o ca-
recen de ellos. Pues si se da ofrendas
a los que denigran el Sutra del loto, la
tierra invariablemente será escenario
de las tres calamidades y los siete de-
sastres, y las personas que otorguen
dichas dádivas caerán con seguridad
en la gran fortaleza del infierno del
sufrimiento incesante.
El próspero Sudatta
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1132

Le enseñaré cómo llegar a ser un


buda con facilidad. Enseñar algo a
una persona es como lubricar las rue-
das de un carro para que giren, aun-
que este sea pesado, o como botar un
navío al agua para que navegue sin
tropiezos. La forma de llegar a ser un
buda fácilmente no tiene nada de es-
pecial. Es como dar agua a un sedien-
to en época de sequía, o como encen-
der fuego para alguien aterido de frío.
Es, también, como dar algo único e
irrepetible a otra persona, o entregar
algo en calidad de ofrenda, aunque a
uno le cueste la vida.

El exilio a Izu
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 36

En el cuarto volumen del Sutra del


loto se lee: «[Enviaré] hombres y mu-
jeres de fe pura, que darán ofrendas a
los maestros de la Ley. El significado
de esta frase del sutra es que las dei-
dades celestiales y benevolentes
adoptarán diversas formas, entre
ellas, las de hombre y mujer, y darán
ofrendas para ayudar a las perso-
nas que practican el Sutra del loto. No
puede haber dudas de que esto se re-
fiere a usted y a su esposa, que han
nacido como hombre y mujer, y es-
tán haciendo ofrendas a Nichiren, el
maestro de la Ley.

El verdadero aspecto
del Gohonzon
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 873

La mujer que consagra ofrendas a


este Gohonzon genera la felicidad en
esta existencia; y, en la próxima, el
Gohonzon estará con ella y la prote-
gerá en todo momento. Como un farol
en la oscuridad, como un fuerte guía
y porteador en una traicionera senda
de montaña, el Gohonzon la protege-
rá y la cuidará, Nichinyo, dondequie-
ra que vaya.
Respuesta a Matsuno
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 885

He recibido mil monedas, un sho de


aceite, una túnica y diez pinceles de
escritura. Como no puedo expresar
con palabras mi agradecimiento por la
sinceridad que usted siempre me ha
mostrado, prefiero dejar esto librado
al Sutra del loto y al buda Shakyamuni.

Reseña sobre «La


transferencia» y otros
capítulos
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 954

[…] en el pasado, un bodisatva de


nombre Contemplado con Agrado
aprendió el Sutra del loto del buda
Virtud Brillante y Pura como el Sol y
la Luna. Hondamente emocionado
por el favor recibido de su maes-
tro y por la nobleza del sutra, entre-
gó la totalidad de sus preciosos teso-
ros como ofrenda. No satisfecho aún,
se untó con aceite y quemó su cuer-
po como ofrenda al Buda durante mil
doscientos años, así como hoy que-
mamos aceite con una mecha encen-
dida. Luego, en su existencia siguien-
te, hizo de sus brazos antorchas, que
puso a arder durante setenta y dos
mil años como ofrenda al Sutra del
loto. De modo que, si una mujer da
ofrendas al Sutra del loto en este úl-
timo período de quinientos años, los
beneficios de ese bodhisattva le serán
concedidos a ella en su totalidad, sin
excepción, tal como un hombre rico
transfiere toda su fortuna a su único
hijo.

Las catorce acciones


contra la Ley
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 797

En el pasado, el niño Montañas Ne-


vadas estuvo dispuesto a dar la vida
con tal de escuchar apenas la mitad
de un verso. ¡Cuánto mayor debería
ser nuestro agradecimiento por po-
der escuchar todo un capítulo o hasta
un volumen del Sutra del loto! ¿Cómo
podríamos retribuir un beneficio se-
mejante? Si a usted en verdad lo pre-
ocupa su próxima existencia, siga el
ejemplo de ese bodisatva. Aunque su
pobreza le impidiera ofrecer algo de
valor, si surgiera la oportunidad de
dar la vida con tal de recibir la Ley
del Buda, ofréndela en pos de la Ley.

Carta a Niike
Los escritos de Nichiren Daishonin,
pág. 1072

¡Deténgase a reflexionar! ¡Qué ex-


traordinaria es la fe que nos motiva
a hacer ofrendas al sacerdote que co-
noce el corazón del Sutra del loto!
Quien lo haga, aunque sea una sola
vez, no caerá en los malos caminos.
Mayores aún serán los beneficios de
entregar diez o veinte contribuciones,
o de ofrendar a lo largo de cinco años,
una década o toda una vida.
Ni siquiera se los podría calcular
usando la sabiduría del Buda. Este
enseñó que los beneficios de hacer
una sola ofrenda al devoto de este su-
tra son cien, mil, diez mil, millones de
veces mayores que los de ofrendar in-
contables tesoros al buda Shakyamu-
ni durante ochenta millones de kal-
pas.

El que conozca este sutra rebosará de


felicidad y derramará lágrimas de di-
cha. Saldar la deuda de gratitud que
uno tiene con el buda Shakyamuni
parece algo imposible, pero gracias
a los frecuentes obsequios que usted
me hace llegar a lo profundo de esta
montaña, podrá retribuir la benevo-
lente gentileza del Sutra del loto y del
buda Shakyamuni. Esfuércese más
aún en la fe, y nunca sea negligente.

***
Glosario
Kalpa:
(sánsc.) Período de tiempo sumamente largo,
cuya extensión precisa varía según los sutras
y tratados. Los kalpas se clasifican en dos ca-
tegorías: mensurables e inmensurables. A su
vez, existen tres clases de kalpas mensura-
bles: menor, medio y mayor. Según una fuen-
te, un kalpa menor dura aproximadamente
dieciséis millones de años. De acuerdo con la
cosmología budista, los mundos experimen-
tan en forma cíclica cuatro etapas: forma-
ción, continuación, declinación y desintegra-
ción. Cada una de estas cuatro etapas dura
veinte kalpas menores y es igual a un kalpa
medio. Finalmente, un ciclo completo equiva-
le a un kalpa mayor.

Koku:
(jap.) Unidad de volumen que equivale apro-
ximadamente a ciento ochenta litros.

Pratyekabuddha:
(sánsc.) También, el que toma conciencia de
la causa o el que logra despertar por sí mis-
mo. En traducciones anteriores, personas del
estado de Comprensión Intuitiva. Aquellos
que perciben la cadena causal de doce esla-
bones, o la verdad de la relación causal. La
palabra pratyekabuddha también designa al
que vive en una época en la cual no hay bu-
das, y toma conciencia de la transitoriedad
mediante la observación de los fenómenos
naturales o mediante su esfuerzo personal.

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