Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
André Barbault - El Pronostico Experimental en Astrología
André Barbault - El Pronostico Experimental en Astrología
Título original:
Le Pronostic Experimental en Astrologie
Traducción: Guiomar Eguillor
© Editions Payot
© de la versión en castellano VISION LIBROS, S.L.
Edita: VISION LIBROS, S.L.
Julio de 1981
|DEL MUSEO AL LABORATORIO
El cielo es mi patria
ALAIN
Este ensayo sobre la previsión astrológica se sitúa dentro del marco y como resultado
de una experiencia personal, basada en una historia de más de una treintena de años, y
contribuye - tras haber adquirido la total convicción del fondo de verdad que la Astrología
detenta - a sacar a ésta de las tinieblas en que ha caído y a prestarle derecho de
ciudadanía en el marco del saber contemporáneo.
Las bazas de que dispone actualmente el astrólogo para captar el interés del
científico merecen atención, aunque figuren un poco como algunas raras cimas
luminosas sobre una masa voluminosa de superstición.
Como en todos los fenómenos de la vida que el mundo sustenta, era fatal que
lo popular se apoderase del lugar dejado vacante por una sociedad científica que se
había declarado vencida. De ahí, la situación de una Astrología estrechamente confinada
en el ghetto de lo "sobrenatural", de lo "maravilloso", al museo de lo fantástico, en
compañía de la bola de cristal, de los amuletos, de las escenas de aquelarre... de
lo menos recomendable. El verdadero remedio está ahí: para yugular la inflación
malsana de la Astrología popular actual, hay que sacar la Astrología de su ghetto,
debiendo el mundo científico integrar la parte de verdad que aquélla detenta, única
forma de destruir el resto.
Una tradición (se ha convertido en una) de dos a tres siglos se ha creado: cada
uno no basa la seguridad en su postura negativa más que en el eco general,
habiendo ya proclamado los demás lo que éste proclama a su vez, muy seguros
únicamente de lo que aceptan, pero con una perfecta ignorancia de lo que así se
niega. Estos astrónomos, efectivamente, imbuidos de lo que se ha convertido en un
prejuicio negativo, no conocen más la Astrología de lo que los galos conocían el código
automovilístico actual.
El hombre, llevado 'Dor las ilusiones de los sentidos a considerarse como el centro
del Universo, se persuadió fácilmente de que los astros influyen sobre su destino y
que éste es posible preverlo a través de la observación de sus aspectos en el
momento del nacimiento. Este error, grato a su amor propio y necesario a su
inquieta curiosidad, es tan antiguo como la astronomía, y se ha mantenido hasta
finales del siglo pasado, época en la que el conocimiento general del verdadero sistema
del mundo lo ha barrido definitivamente.
Estos estadós, los cuales nos son familiares cuando dejamos hablar a nuestro
corazón, son cantados por los poetas:
Ahora que se conoce mejor el proceso interno a través del que se vive esta
corriente del inconsciente colectivo, que forma el destino de esta Astrología en
renacimiento, podemos comprender la extraordinaria dificultad para situar a ésta.
Nos encontramos en presencia de un inhibidor (el oponente: el espíritu racionalista
con sus extremismos, que aísla, separa, corta al ser del mundo y de la vida, para el
quelaAstrología no es más que un pobre oscurantismo) y un desinhibido, con lo que
este estado implica en productos humanos "primarios": ¡no podemos abordar la
Astrología más que como "primitivos"!
Esta corriente del inconsciente colectivo es, como todo contenido de Psique
primitiva, una fuerza indiferenciada que a través de su aliento transmite lo mejor y lo
peor: presta su apoyo a las barracas de feria de la buenaventura y reviste
siempre al personaje del astrólogo con el ridículo gorro estrellado en punta de una
absurda adivinación, al mismo tiempo que resucita una tradición científica que no ha
dicho todavía su última palabra y que contiene una parte de verdad. Encadena al
astrólogo al destino antiguo de "adivino", con tal de que éste (a través de un super
ego de gorro en punta) admita entregarse a una demagógica interpretación por encima de
sus posibilidades reales. Paralelamente, se apodera del juicio del público, dotándolo de
una mentalidad mágica del año mil, llevada al absoluto, no queriendo ver en la
Astrología más que una suprema ciencia profética, infalible, que posee respuesta
para todo (mientras que aquélla se encuentra lejos de haber alcanzado su mayoría de
edad científica y no puede escapar a los límites y errores de las ciencias humanas).
Los pronósticos no deben ser leídos más que por personas eruditas, inteligentes y serenas.
KEPLER
Ustedes mismos pueden hacer una experiencia personal fácil: examinen este
texto y tras reflexionar formulen sobre el papel su juicio respecto a este pronóstico.
A continuación inviten a alguno de sus amigos a hacer aisladamente lo mismo.
Finalmente, comparen todos los textos obtenidos entre sí...
Hay que decir, sin embargo, aunque esto no sirva de disculpa a estos colegas,
que los adversarios declarados de la Astrología tampoco tienen de qué vanagloriarse
frente al espíritu científico. Entre éstos, le toca el turno a Michel Gauquelin que, al
menos, posee el mérito de haber estudiado y conocer bien la Astrología (lo que no
quiere decir en absoluto que la comprenda). Y no se le ocurrió a este último nada
mejor que la necesidad de hacerla pasar ante el tribunal de la criminalidad: este alto
magistrado de la anti-Astrología no duda ante nada al escoger la mayor dificultad
que presenta el caso de excepción. Mientras que los especialistas y expertos en crimi-
nología se encuentran sin respuesta Pa mayoría de las veces ante el hecho, una
vez el crimen realizado, ¡he aquí que la Astrología debe preverlo! ¡Un astrólogo
incapaz de descubrir un criminal en un mapa astral, el colmo del escándalo! ¿Qué
prueba más contundente puede presentarse para demostrar la vanidad de esta pseudo-
ciencia? En su obra Los relojes cósmicos, Gauquelin denomina esto una "prueba
clásica": mezcla un cierto número de mapas de nacimiento pertenecientes unos a
criminales y otros a tranquilos padres de familia; se trata de identificar los
primeros, diferenciándolos de los segundos. Y concluye que "la experiencia ha
confundido siempre a los astrólogos"; precisando: "Sólo los astrólogos sinceros han
aceptado este test. La inmensa mayoría de charlatanes encuentran siempre un
buen pretexto para evadirse"... Lástima que Gauquelin no haya precisado quiénes
fueron los participantes en esta singular experiencia. Por mi parte, bien situado
dentro del movimiento astrológico francés, he efectuado una encuesta en el
"Centro Internacional de Astrología" y en la revista L'Astrologue: no he encontrado
ningún compañero entre aquellos que representan a la intelligentsia astrológica en
Francia que haya sido contactado para participar en esta aventura. ¿A quién se ha
dirigido entonces Gauquelin, o este "personaje de seriedad" habrá puesto a prueba
a aficionados desconocidos? En todo caso, él y yo nos encontramos en las
antípodas: los que él llama "astrólogos sinceros" no son para mí más que ingenuos o
memos y, según su clasificación, yo figuraría en el n° 1 de la lista de los charlatanes...
En efecto, las razones por las que este tipo de experiencia es absurda son numerosas.
Examinemos las principales:
No existe ni puede existir índice alguno específico que pueda caracterizar el
caso rarísimo del criminal y destacarlo de la masa de la población. Esto es
comprensible sociológicamente dado que la capa criminal varía de un país a otro y
de una época a otra. Así, según recientes estadísticas, existe un criminal y medio
por 100.000 habitantes en Francia, mientras que existen 5 en los U.S.A., aparte de
que la criminalidad en este último país ha aumentado en un 20 . /0 en 1968 y no ha
dejado de incrementarse a partir de entonces. La existencia de estas considerables
variaciones prueba la variabilidad de la "línea divisoria" entre los dos mundos: se pasa
"al crimen" más fácilmente y más a menudo en un país en que las costumbres son
más brutales y, aún más, en un período violento y azaroso. Sin mencionar que no
existe ninguna frontera psicológica (así como astrológica) bien establecida entre el
asesino aislado, el jefe de banda fuera de la ley y el monstruo de la política "que tiene
sangre en las manos", pero que ha legalizado su violencia dentro de una
consagración histórica... Todo esto hace que no exista, humanamente hablando,
ninguna norma, ni cuantitativa ni cualitativa, que determine el umbral del famoso
"paso al acto" criminal. "Entre el acto del que estamos ciertos no cometer y el que
cometen los asesinos ocasionalmente o por costumbre, no existe verdadera distancia.
No hay más que la diferencia que separa en este mundo a los pobres tipos de los
demás", declara Marcel Montarron. Los criminólogos no son más precisos en este
aspecto que este cronista... ¿Por qué el astrólogo detentaría el poder de superar a
la ciencia en su propio terreno? Para él, el "diagnóstico" se enfrenta a dos obstáculos
esenciales:
1) Los límites del determinismo que exploramos. Estos se sitúan dentro del
marco del "carácter innato"; después de habernos sacado las influencias recibidas de
los demás - la forma en que uno ha sido educado, la formación adquirida, las
convicciones del medio social -, el "determinismo astral" expresado por el tema natal,
es "lo demás", el ser en su desnudez primera. Efectivamente, no podemos conocer
más que la constelación interna del individuo sin saber cuáles son las repercusiones del
medio exterior vivido, dentro del cual se forma el "carácter adquirido",
neutralizador o amplificador del carácter innato. La tendencia original de éste no se
desarrolla en toda su medida más que en la perfecta yuxtaposición con este
medio, convirtiéndose el mundo exterior en una caja de resonancia del cosmos
interior. En el caso de los destinos fuera de serie: fenómeno de excepción,
monstruos, o éxitos supremos, debido a la complicidad amplificadora de los
accidentes de infancia, a las marcas familiares y sociales, la tendencia de base se
hipertrofia dramáticamente o estalla en una aventura ejemplar. Ciertamente, y
aunque cada tema implique sus propias normas, siempre pueden compararse
diversos temas astrológicos entre sí para juzgar constitucionalmente sus
potencialidades respectivas de agresividad, frustración, no comunicación...; una vez
hecho esto, no se obtiene más que una escala de valores internos. Pero una
infancia huérfana, muy traumatizada o particularmente desgraciada en uno o en otro,
destruye inmediatamente esta proporcionalidad. El astrólogo no se encuentra lejos
de adoptar en numerosos casos la fórmula de Linton: Los miembros normales de
no importa qué sociedad deben mucho menos la configuración de su personalidad a
sus genios que a su nodriza. Así, puede poseerse la misma amplitud de cabeza
que el propio padre y no llevar sin embargo el mismo sombrero. Por otra parte, qué
lejos estamos hoy día de la buena conciencia pseudocientífica del tranquilizante
"criminal nato" de Lombroso...
Bien entendido, esto no impide admitir que sea posible proceder a experiencias
sobre el control de interpretación que posean su valor, pero a condición de que estas
experiencias - las cuales de antemano deben tener el asentimiento del astrólogo,
único en poder "desde dentro" hacer la verdadera crítica de la Astrología y de lo que
se propone - estén cuidadosamente preparadas y realizadas, con un espíritu de
completa imparcialidad, además. Señalamos, a este propósito, la iniciativa de Hans
Bender, profesor de la Universidad de Friburgo en Brisgau, que ha creado un
Instituto de investigaciones científicas, al que está afiliado la Sociedad de
Parapsicología, en colaboración con la Universidad. Durante una decena de años,
este eminente universitario ha sometido a un grupo de individuos a una serie de
tests, tratados estos mismos por un grupo de psicólogos, para llegar a una serie de
definiciones psicológicas precisas e indiscutibles sobre los caracteres de estos
individuos. A continuación, se ha dirigido a varios cientos de astrólogos de lengua
alemana a fin de someterles los mapas astrales de estos individuos y hacérselos
interpretar en función de cuestionarios cuidadosamente establecidos en base a los
resultados de los tests. La experiencia le condujo a no retener más que una
cincuentena de astrólogos seleccionados por la cualidad y homogeneidad de
respuestas y, a continuación, a concentrarse únicamente sobre algunos de ellos,
representativos de la mayor competencia. La prueba parece haber dado ciertos
resultados (Psychologie, n° 31), pero el profesor Bender se reserva aún la publicación
del balance. Es verdad que las conclusiones que puedan extraerse ponen menos
en cuestión el valor intrínsico de la Astrología que la aventura del astrólogo en sus
coeficientes humanos: método y técnicas de trabajo más o menos codificados,
intuición personal, etcétera.
El examen de estas primeras trampas a evitar no debería dar lugar a creer, sin
embargo, que desde el momento en que la interpretación de un tema natal permite
tan difícilmente establecer una prueba del valor de la Astrología en sí, ello quita
todo valor al poder de convicción personal que puede significar esta experiencia,
siendo el campo de la certidumbre subjetiva perfectamente ajeno al de la prueba
objetiva.
PAUL COUDERC
PAUL CHOISNARD
Otro gran argumento que hizo furor fue el del gran alejamiento de los planetas
respecto a la Tierra. Ahora bien, empezamos a darnos cuenta, a partir de la
revolución cosmonáutica que trastoca totalmente las nociones tradicionales de espa-
cio interplanetario, que la Luna se encuentra a tres días y Marte a tres meses de
viaje celeste, que el "alejamiento de los planetas" no justifica una "pretendida influencia
imposible", según el vocabulario reciente de un astrofísico del Observatorio de París.
Couderc declara, sin aliento, que los astrólogos no andan nunca escasos de
argumentos. Lo que pasa es que ninguno de aquellos de la antiastrología es en
sí definitivo. El mismo lo confiesa: "No existe, esto es un hecho, ningún criterio
inmediato e indiscutible que haga evidente lo erróneo de la Astrología". Por otra
parte, cansado de guerrear, el adversario acaba siempre por decirnos: "No soy
yo quien debe convenceros con argumentos que a mí me bastan, sino que a
usted le toca convencerme con los suyos".
Resulta evidente, sobre todo, al enumerar las posiciones astrales en los signos
zodiacales de diversos grupos: pintores, generales, médicos, deportistas, actores,
criminales, políticos y sacerdotes. En este aspecto, no hizo más que continuar una
serie de encuestas de Farnsworth, Bart J. Bok y Huntington, relativas a la
repartición del Sol en el Zodíaco en músicos, científicos, ingenieros, industriales,
sacerdotes, banqueros, físicos, literatos y marinos. Encuestas a las que se refirió
Couderc al declarar que, ya que los astrólogos atribuían a Libra un valor estético,
este signo habría tenido que resaltar en los músicos, así como en los pintores
igualmente estudiados. Conclusión: "La correlación pretendida no existía".
Ahora bien, ha habido que admitir que los 3.142 grandes jefes militares
europeos de los que ha sido posible obtener su hora de nacimiento en el registro,
nacieron con la elevación y la culminación de Marte (probabilidad de 1 en 1 mi-
llón); los 3.305 científicos de las academias de ciencias y medicina, con la
elevación y culminación de Saturno (prob. 1/100.000); los 993 políticos y jefes
políticos, con la elevación y culminación de Júpiter (prob. 1/5.000); los 1.485
campeones deportivos, con la elevación y culminación de Marte (prob. 1/5
millones, etcétera. ¡El resultado de conjunto respecto a los 25.000 nacimientos
supera cinco veces el margen de probabilidades!
El autor debería haberse quitado el sombrero con gran reverencia ante tal
balance. ¡Pues bien, no! En primer lugar, presenta "sus" resultados como un
"efecto estadístico" por completo "nuevo", absolutamente "inédito", "descubierto
fortuitamente", realizado "a pesar suyo", etcétera; mientras que las mismas
estadísticas sobre los mismos grupos humanos (o al menos varios de ellos: militares,
científicos, políticos y artistas) y con los mismos resultados respecto a cuatro plane-
tas y la Luna, aunque únicamente sobre una cifra global de un millar de casos, fueron
hechas diez años antes por el astrólogo Léon Lasson en su obra: Ceux qui nous
guident (Ed. Debresse, 1946). A continuación declara, con un aplomo admirable, que
este "efecto estadístico" es "por completo independiente de la doctrina astrológica",
no poseyendo "similitud alguna con las leyes tradicionales de la Astrología", y
aún peor ¡ "arruinando incluso el edificio de sus teorías"!...
(p. 43). Pero él sabía (o debía saber) que la herencia astral pasa también por
los "tipos astrológicos determinados únicamente por el movimiento diurno" (Lasson,
1955). Démosle el placer de saborear "su descubrimiento" y no temamos re-
conocerle el mérito de haber probado magistralmente (lo cual realmente faltaba) esta
herencia astral, definida por Choisnard así: El ser humano no viene al mundo en
cualquier momento; la Naturaleza tiende a hacerlo nacer bajo un cielo conforme a su
herencia, presentando el tema natal del hijo similitudes con los temas de sus
genitores (L 'Influence astrale et les probabilités).
Al mismo tiempo que estas dos grandes series estadísticas significan en conjunto
una prueba contundente de la verdad astrológica en sus dos principios esenciales (poder
de un astro angular, en particular en la elevación y la culminación, y valor de las gamas
simbólicas de varios planetas) - ¡prueba que nos viene de un adversario! -, esta última
serie sobre la herencia astral ofrece una serie de preciosas aportaciones al biólogo y
al físico.
Esta podría ser una posible respuesta a la juiciosa crítica del biólogo,,,según la
cual el hecho de nacer no es absolutamente determinante, no aportando al mismo
nacimiento nada (excepto traumatismos posibles) al bagaje hereditario, llegando el
ser humano al mundo, de todas formas, con su constitución ya bien formada. Sería,
pues, más lógico considerar el momento de la concepción, a partir de la cual todo
el ser se elabora en sus directrices definitivas. Este argumento posee su base y nada
dice que no se pueda, a este nivel, extraer correlaciones: ésta era por lo demás la opinión
misma de la tradición ptolomeica. La única objección es: ¿qué individuo conoce el
momento de su concepción?... A la espera de poder efectuar una encuesta de este
tipo, no hay por ello que tomar menos en consideración el nacimiento mismo, al
nivel del cual se presentan las correlaciones que sabemos: el que este hecho sea
en una primera impresión incomprensible, no le impide imponerse como una
realidad que nos vemos obligados a tomar en consideración.
Como lo había señalado en mis primeros escritos (de 1898), entre las hipótesis
explicativas de la Astrología, aquélla conforme a la teoría dinámica de las vibraciones y
ondulaciones posee la ventaja de hacer participar las influencias cósmicas de todo tipo, a
través de sus radiaciones, en las influencias y fenómenos vibratorios del sonido, del
calor, de la luz, de la electricidad, del magnetismo, etcétera. Si el magnetismo
terrestre, como generalmente se reconoce hoy, sufre variaciones que dependen de los
astros, no hay por qué asombrarse de que nuestro organismo vital que se baña dentro,
resienta sus repercusiones; y no puede sorprender que el magnetismo
individualizado del hombre se rija por unas leyes en consecuencia. En resumen, he
aquí la explicación propuesta ya entonces, y que me ha parecido siempre, al menos
provisionalmente, aceptable frente a hechos observados experimentalmente y
coordinados como ya se ha hecho. El acercamiento sexual entre el hombre y la
mujer posee sus leyes armónicas. Las relaciones de influencia astral entre la
concepción y la natividad fueron ya tratadas antaño por Ptolomeo y muchos otros
astrólogos, sin pruebas quizá, pero no sin verosimilitud. La "gestación magnética" se
opera probablemente en concierto con la gestación física; y la Naturaleza tiende a
hacer nacer al recién nacido, si podemos decirlo así, bajo el ambiente de vibraciones
astro-magnéticas más conforme a la imantación hereditaria que posee de la madre
directamente y del padre indirectamente: de ahí la ley de herencia astral expresada
por una analogía frecuente en los cielos de nacimiento entre familiares directos. Al
menos, no veo ninguna otra explicación más plausible al hecho experimental en
cuestión (p. 67-69).
He ido madurando lentamente la convicción de que todas las leyes evolutivas propias de los pueblos,
de las naciones, de las clases y de sus combates, se encuentran subordinadas a leyes cósmicas mayores que
rigen la evolución general de la Humanidad,
Romain ROLLAND
Existen otros aspectos convincentes que, aunque no tan poderosos, no poseen por
ello menos valor para atraerse la adhesión de la razón. Ahora bien, después de este
veredicto del cálculo de probabilidades se presenta un aspecto no menos importante, as
de oros cuyo poder de convicción sobre la imaginación es mayor: se trata de lo que yo
llamo el pronóstico experimental.
Aquí tenemos que dar vuelta a la página de la Astrología individual que se dirige
en exclusiva a la persona humana, para pasar a la Astrología "mundial", la cual se
asigna como ambicioso programa la comprensión y a ser posible la previsión de la
tendencia de los acontecimientos generales que se desarrollan en el mundo, a nivel de
la historia humana en el espacio internacional.
¿Por qué este paso? Se puede comprender de inmediato e imponerse por sí solo:
tenemos en mano no ya una previsión dedicada a un solo individuo, sino una
previsión para todos, una previsión pública que trata de la historia del mundo en la
que participamos todos. Se trata de la generalización del hecho de prognosis, al que
este paso contribuye a objetivar. Sabemos que, a medida que la ciencia trata de
más cerca al hombre, le es cada vez más y más difícil permanecer serena e imparcial.
De ahí, como hemos visto, la imposibilidad práctica de tomar la previsión individual
como un criterio de control, en razón de las adherencias subjetivas que intervienen en
las reacciones que implica. Aquí nos encontramos en presencia no ya del caso
particular sino del caso general y, en lugar de un sujeto, es un objeto de previsión,
ajeno a nosotros mismos y respecto al cual podemos tomar todo tipo de distan-
cias, hasta alcanzar la dimensión histórica.
Hay que situar esta experiencia de prognosis dentro del marco de un método
que reduzca el pronóstico a la condición de una ley de relación. En L'Astrologie et la
Logique, Choisnard define perfectamente esta ley: "Existe correspondencia o ley de
relación natural entre dos cosas variables y con un carácter cualquiera de
repetición, cuando uno de los elementos de la primera se encuentra relacionado por
lo menos con uno de los elementos de la segunda". Después de haber recordado
que todo conocimiento es una relación y cada conocicimiento posee su categoría
propia de relaciones, precisa, buscando el ángulo de observación privilegiado de la
Astrología: "Su ventaja sobre los demás no reside en otra cosa que en el hecho de
poder utilizar como 'relaciones' puntos de apoyo en el futuro mismo (que la
Astronomía prevé) con más afinación y precisión que en otros campos de nuestros
conocimientos".
Proverbio alemán
Cada astro del sistema se mueve dentro de su órbita sobre esta tela de fondo
zodiacal a una cadencia que le es propia y que se encuentra en función de su
alejamiento al Sol y a la Tierra. El más rápido es nuestra vecina Luna que recorre
más o menos 13° por día y describe su revolución sideral en unos 28 días.
Inmediatamente después viene el grupo Sol-Mercurio-Venus, haciendo estos dos
últimos planetas un vaivén en torno al astro central que, como sabemos, hace su
revolución en 1 año. A continuación, Marte que la efectúa en 2 años. A partir de
Júpiter, los planetas poseen revoluciones cada vez más lentas: la revolución de
Júpiter dura 12 años, la de Saturno 29 años, la de Urano 84 años, la de Neptuno 156
años y, finalmente, la de Plutón alrededor de 2 siglos y medio.
El cuadro general de los ciclos planetarios va de los ciclos lunares mensuales, que
son históricamente sin importancia, al ciclo de los dos astros más lentos que abarcan
un período que se aproxima al medio milenio. Los ciclos del Sol son anuales; al cabo
de un año y unos días o algunas semanas (según la velocidad del planeta
encontrado), el astro del día encuentra de nuevo a los demás astros lentos, desde
Júpiter a Plutón. Realiza ciclos particulares con Mercurio y Venus, planetas inferiores
que no se alejan de él más de un signo. Con Marte se encuentra cada 2 años y 3 meses
más o menos. Los ciclos de Mercurio y de Venus son bastante próximos a los del
Sól, teniendo en cuenta que estos astros poseen un movimiento retrógrado y
pueden reencontrar al mismo planeta tres veces seguidas. Los de Marte poseen
una duración en cifras redondas de 2 años. A escala de los grandes acontecimientos
históricos, el interés se concentra en los grandes ciclos de los planetas lentos que
abarcan grandes movimientos. Estos son los de:
Todos los ciclos siguen el mismo proceso evolutivo: cada uno de ellos expresa a
la vez el producto de dos factores constantes - los mismos planetas - y el de las
relaciones variables que se establecen entre ellos - sus distancias angulares o aspectos
- dentro del mismo encadenamiento de fases sucesivas. Al realizarse el ciclo dentro
del círculo, sus etapas privilegiadas poseen las proporciones de los polígonos
regulares: la unidad cíclica pasa por un ritmo binario que fracciona su totalidad en
dos mitades iguales, un ritmo ternario que la divide en tres partes, un ritmo
cuaternario que la reparte en cuatro fases. Tales son los elementos intrínsecos del
ciclo que informan sobre las propiedades del destino medible contenido en el tiempo.
Señalemos dentro de este conjunto una línea general precisa: Lo que nace o se
crea en la conjunción, pasa a través de dificultades en la semicuadratura, entra en una
fase de realización y de completización en el sextil, se transforma en una crisis en la
cuadratura, se desarrolla y triunfa así transformado en el trígono, se divide, combate
o es combatido en la oposición, etapa de declive o superación dentro de un enfren-
tamiento último, para seguir un proceso parecido pero inverso sobre la otra
pendiente...
Dentro de esta sucesión de nudos por medio del entrecruzamiento de los cuales se
determina la red entera, pueden dejarse de lado las etapas de los aspectos menores
constituidas por las semicuadraturas y sexquicuadraturas. Los acuerdos, uniones,
asociaciones y desarrollos se presentan en los sextiles y trígonos, mientras que las
tensiones, conflictos, rupturas y crisis transformadoras se desarrollan en las
cuadraturas y en la oposición. De un extremo a otro de la cadena se desarrolla una
línea continua, remodelando cada aspecto del movimiento de la corriente de base
realizada en el aspecto precedente.
Además, desde la fila india constituida por la serie de aspectos intermedios que
van de una conjunción a otra al encadenamiento de conjunciones sucesivas que
escalonan las series cíclicas a nivel de una unidad superior, existe una continuidad,
una filiación, que une cada ciclo al precedente y al siguiente, integrándolo dentro
de una serie homogénea, de una misma familia de tendencias.
Aunque dependamos por entero del aplastante Sol, deberíamos, sin embargo,
ser algo sensibles al mundo jupiteriano: este planeta gigante constituye una
verdadera miniatura del Sistema Solar con el cortejo de sus doce satélites, de los
cuales el más voluminoso, Ganímedes, posee la talla de los pequeños planetas
(intermedio entre Mercurio y Marte)... De hecho, numerosos científicos toman en
consideración la fuerza de atracción que ejerce esta masa en el fenómeno de las
mareas. Cuando la conjunción u oposición Sol-Júpiter cae al mismo tiempo que
una luna nueva o luna llena, las altas mareas oceánicas se ven amplificadas; lo que
a veces presenta peligros cuando el fenómeno cae en los solsticios y equinoccios (lo
que tendrá lugar en la luna nueva del 29 de marzo de 1987, tras la del 29 de junio de
1984). De forma más general, en cada conjunción y oposición Sol-Júpiter, se registra un
recrudecimiento o intensificación de las perturbaciones naturales: tormentas,
huracanes, ciclones, seísmos... ¡Júpiter, el dios del rayo! Esta correlación no ha
sido nunca controlada de una forma verdaderamente científica; y, sin embargo,
constituye la evidencia más banal para aquel que se contenta con observarla
regularmente. Es lastimoso ver cómo el prejuicio desvalorizador de la influencia
astral deja en el olvido el estudio de semejantes fenómenos...
Aquí, dos años antes, se señalan las dos semanas más constructivas de todo el
año 1964. En efecto, tenemos, el 20 de abril de 1964, el segundo acuerdo atómico
entre la U.R.S.S. y los U.S.A. (reducción de la producción de uranio y plutonio),
dando de nuevo lanzamiento a la negociación entre los dos Grandes. A
continuación, el 29 de abril, tiene lugar la primera iniciativa en política
internacional del presidente Johnson: éste aconseja al presidente Erhard
"intentarlo todo para establecer mejores relaciones con los rusos"; punto de partida
de una negociación entre la Alemania Federal y la U.R.S.S. que conducirá, a
mediados de setiembre próximo (trígono Sol-Júpiter), a Kruschev a aceptar una visita a
Bonn... Finalmente, el 4 de mayo, se produce la apertura del "Kennedy round", la
más importante negociación comercial mundial hasta el momento.
El texto siguiente en el que trato sobre nuestro ciclo, siempre sobre el plano
de los pronósticos y apostando regularmente sobre cada una de sus conjunciones,
data del 8 de setiembre de 1965 y apareció en el n o 119, de noviembre-diciembre
de 1965, de la misma revista, bajo el título audaz y conscientemente temerario:
¿ Cuándo terminará la guerra del Vietnam? Citaré más adelante el texto de este
estudio en que cada etapa de conjunción es señalada únicamente como anuncio de
un momento cumbre propicio a la distensión internacional y a la paz en el mundo, el
cual puede tener o no que ver con esta guerra. Respecto al resultado
correspondiente a la repetición del fenómeno, lo mejor será que resuma los hechos
sobre cada conjunción, desde la del 8 de febrero de 1962 en que termina la guerra
de Argelia:
Conjunción del 22 de abril de 1964: El segundo acuerdo atómico entre los dos
Grandes, el relanzamiento de la diplomacia en europa y el "Kennedy round".
Conjunción del 30 de mayo de 1965: Acuerdo sobre un alto el fuego en Santo
Domingo, el 21 de mayo de 1965.
fondos marinos. Punto final que se encadena con el inicio de la "negociación" entre
los dos Grandes sobre el desarme atómico. Además, el 7 de octubre se realiza un
acuerdo entre la Unión Soviética y la China Popular (que se enfrentaban militarmente en
Ussuri en marzo) para la apertura de negociaciones sobre las cuestiones fronterizas,
negociaciones abiertas en Pekín el 20 de octubre.
Bien es verdad que los acontecimientos bélicos no se dirigen más que a reforzar
los peones diplomáticos. ¿ Veremos, pues, un relanzamiento de la negociación
precisamente en la etapa de la alineación Sol-Venus-Júpiter del 17 al 24 de junio
próximo, con posibilidad de un fin diplomático de esta guerra del Vietnam, ya sea en
el corazón del epiciclo venusino de esta semana de junio, ya sea - no siendo este
acontecimiento decisivo pero aportando condiciones nuevas y mejores para la
negociación - bajo la aparición de una nueva fase jupiteriana, en el trígono Sol-Júpiter
del 21 de agosto, bastante poderoso tras una conjunción Sol-Mercurio armónica del 7
de agosto? Si no, ¿en el sextil Sol-Júpiter del 27 de octubre? ¿O en la conjunción Sol-
Júpiter del 10 de junio de 19 73 ?... Nos acercamos al final y no es fácil determinar el
momento del desenlace, ya que la solución puede descomponerse en varias etapas, de
forma que a fin de cuentas esto no sea más que un aspecto secundario que acompaña
al alto el fuego elaborado en gran parte a lo largo de una fase anterior..."
En este cuadro final, presento, como vemos, cuatro circunstancias pacíficas sin
poder precisar cuál podría ser la decisiva. Pero las cuatro han señalado "momentos
cumbres", o los momentos más "álgidos" de la negociación, y la última ha caído, con
ocho meses de antelación, a trece días del alto el fuego. El primer momento ha
correspondido al anuncio de la vuelta de las negociaciones, interrumpidas desde
hacía varios meses (esto será mejor analizado en el próximo capítulo). Durante el
segundo, han empezado los encuentros KissingerLe Duc Tho. El tercero ha sido el
de la paz frustrada: el mundo supo el 26 de octubre que se había concluido un
acuerdo desde hacía algunos días entre americanos y norvietnamitas, que debía
firmarse el 31; Vietnam del Sur se opuso a él.
El cuarto y último nos sitúa en el corazón de las jornadas decisivas: las 35
horas de negociaciones del 8 al 13 de enero, al término de las cuales Kissinger
lleva a Nixon el texto del acuerdo concluido, seguido, el 15, por el cese de todas
las operaciones militares americanas contra el Vietnam del Norte. El alto el fuego será
anunciado durante la noche del 23 en Washington, y simultáneamente en Hanoi y
Saigón; firmado el 27 y aplicado el 28. 1 Tal es el cuadro de las experiencias en
previsión hechas sobre el ciclo Sol-Júpiter.
Hay que señalar aún que no se trata de una correlación a posteriori: la previsión
de alto el fuego ha sido formulada durante meses cuando no años de antelación
respecto a cuatro de estos finales de guerra (aunque en la etapa de 1971 me haya
equivocado de país) y ha sido trilliza: el rosario de estos tres alto el fuego en fila india de
las tres últimas conjunciones Sol-Júpiter.
Si ahora se tiene en cuenta que el fenómeno estudiado no cubre más que una parte
del conjunto de configuraciones "pacíficas" existentes, estaremos de acuerdo en convenir
que poseemos ya con él una cadena que ordena la repartición de las
manifestaciones de la rama de olivo en una serie importante.
La paz es un don del cielo; pero sucede con este don como con los demás,
que no fructifica más que a través de nuestros cuidados.
Víctor de MIRABEAU
Al margen de esta conjunción, Venus no hace con el Sol más que una
semicuadratura; eventualmente se puede tomar en consideración el semisextil
(30 0 ), aspecto por completo menor. Además, hay que tener en cuenta los aspectos
Mercurio-Venus (sextil y conjunción sobre todo: se producen de 1 a 4 conjunciones
cada año), así como los aspectos Mercurio-Júpiter (la conjunción de estos astros,
principalmente, la cual se forma una vez al año; pero, debido a la retrogradación de
Mercurio, puede tener lugar 3 veces). Pero éstos no constituyen más que factores de
apoyo.
Si hemos podido demostrar que por sí misma y por sí sola la conjunción Sol-
Júpiter constituye un auténtico "momento pacífico", la observación muestra que los
períodos históricos de distensión: aproximación diplomática, mesas de negociaciones,
conferencias económicas, acuerdos, cese de hostilidades, armisticios... caen a menudo
bajo la convergencia de varios factores, entre ellos los que acaban de ser citados,
es decir, bajo una red de aspectos que hacen intervenir simultáneamente a los
"pacíficos" Júpiter y Venus, junto con la intervención única del Sol, soberano ordenador
de nuestro Cosmos, cuando no con la intervención asociada o exclusiva de su
"delegado" Mercurio.
Serie astronómica:
1) V el 27 de noviembre de 1914.
2) J el 24 de febrero de 1915.
3) V el 12 de setiembre de 1915.
4) J el 1 de abril de 1916.
5) V el 3 de julio de 1916
6) V el 26 de abril de 1917.
7) J el 9 de mayo de 1917.
8) V el 10 de febrero de 1918.
9) J el 15 de junio de 1918.
Serie histórica:
La Guerra de 1939-1945
Serie astronómica: 1) J el 11 de abril de 1940. 2) V el 26 de junio de 1940. 3) V
el 19 de abril de 1941. 4) J el 19 de mayo de 1941. 5) V el 2 de febrero de 1942. 6)
J el 25 de junio de 1942. 7) V el 16 de noviembre de 1942. 8) J el 30 de julio de 1943. 9)
V el 6 de setiembre de 1943. 10) V el 27 de junio de 1944. 11) J el 31 de agosto de
1944. 12) V el 15 de abril de 1945.
Serie histórica: 1) Caso excepcional que corresponde con el fin de esa "singular
guerra" y el ataque a Noruega. 2) El armisticio franco-alemán del 22 de junio 1940.
3) Pacto de no agresión el 13 de abril de 1941. El 17 de abril, Yugoslavia abandona el
combate. 4) Armisticio entre Gran Bretaña e Irak el 31 de mayo de 1941. Tratado
de paz franco-thailandés el 9 de mayo. El 10 de mayo, Rudolf Hess en Inglaterra...
5) Nada. 6) Acuerdo de préstamo renovable anglo-soviético el 27 de junio de 1942. El
30 de junio, entrega al gobierno inglés de una memoria del doctor Bell, obispo británico
de Chichester, que presenta una serie de proposiciones de los elementos
antihitlerianos de la Iglesia Protestante alemana. 7) Armisticio franco-británico
sobre Madagascar el 5 de noviembre de 1942 y armisticio de Africa del Norte el 20
de noviembre. 8) Eliminado Mussolini el 25 de julio, Italia hace secretamente sus
primeras aperturas en vistas a un armisticio, el 3 de agosto de 1943 en Lisboa, y
emprende definitivamente las negociaciones el 19 de agosto. Durante la primera
década de agosto, Stalin acepta la conferencia de los representantes de los tres
Aliados. 9) Armisticio italiano de Siracusa el 3 de setiembre, seguido
inmediatamente de una proposición secreta de capitulación del gobierno húngaro.
El 10 de setiembre, iniciativa nipona cerca de Moscú en vistas a una negociación.
10) Nada. 11) Conclusión de los armisticios con Bulgaria el 9, Rumania el 12 y
Finlandia el 19 de setiembre de 1944. 12) A lo largo del mes, multiplicación de los
contactos diplomáticos de Alemania que intenta poner fin a la guerra.
Pero lo que es válido para el fin de las hostilidades vale también para la
distensión, la alianza, la paz en general y todas las manifestaciones positivas de la
vida diplomática, así como para las demás expresiones constructivas y logradas
(económicas, políticas, sociales...) de la vida en nuestra sociedad. La
demostración de esto se encuentra en Les Astres et l'Histoirel en que son
consignados una centena de hechos históricos acaecidos bajo las dos conjunciones:
jupiteriana y venusina, lista demasiado pesada para ser reproducida aquí.
Contentémonos con demostrar de nuevo que el paso a la experiencia en la previsión
confirma, cuando no consolida, la correlación de estas configuraciones más complejas,
que superan la simple unidad de la conjunción solar pura. Esto nos remite al
estudio: ¿Cuándo terminará la guerra del Vietnam? En este documento, del 8 de
setiembre de 1965, presentaba yo una lista de los "diez principales empujes
pacificadores y constructivos de aquí a 1971". Cada uno de estos plazos
representaba una posibilidad virtual en favor de la paz en Vietnam, aunque di clara
preferencia al último, de noviembre de 1970, considerando, obviamente, que estas
distintas corrientes tendían a manifestarse de diversas formas, según el impacto de
la coyuntura del momento. He aquí la lista con indicaciones de la configuración y del
hecho concomitante respecto a cada fecha, haciendo proceder esta serie de un
primer plazo (0) que figuraba al margen del texto:
Sería díficil pretender que estas once etapas del estudio de 1965 no hayan
correspondido cada una a un momento diplomático significativo en nuestra
historia. Naturalmente, durante estos cinco años existen otras etapas positivas:
Glasburgo, Tratado de Tlatelolco, Plan Rogers sobre el Medio Oriente... (respecto
al mismo Vietnam, por ejemplo, durante estos cinco años, de tres etapas
diplomáticas sobresalientes, dos han sido percibidas - las que corresponden, aquí,
a las etapas 5 y 6 -, no la primera, de abril de 1968, que trataba sobre la apertura
de la pre-negociación); pero no podemos pretender abarcar todos los episodios
de este tipo. Lo que cuenta es que todas las citas con la historia en esta serie de
once plazos han "pescado" un acontecimiento histórico e. incluso generalmente,
un acontecimiento prevalente de nuestra vida diplomática. Sucede, pues, con estas
configuraciones de varios factores como con la pieza única de la conjunción solar
simple: ¡aguantan a la previsión! Puede precisarse, de paso, la simetría de los
escalonamientos de las conjunciones Sol-Venus que hacen volver los
acontecimientos pacíficos cada cuatro años en la misma época del año: paz en
Argelia en febrero de 1962; paz en Pakistán en febrero de 1966; aproximación
hacia la paz entre las dos Alemanias y entre China y América en febrero de 1970;
retirada militar en el Oriente Medio, que borra la guerra de Kippur, en febrero de
1974, y primera señal de distensión entre Pekín y Nueva Delhi desde el conflicto
chino-indio de 1962 (visita de una delegación china compuesta de 16 miembros a
la India) en febrero de 1978...
... extendiéndose una conjunción Sol-Venus a lo largo de los meses enero febrero
de 1970; este fenómeno debería ser especialmente sensible en tres puntos: en torno a los
días 13-14 de enero, cuando Mercurio se una a los dos astros, en torno al 25 de
enero (...), y, sobre todo, entre el 18 y 24 de febrero (...). Hasta que no se resuelva el
problema de la localización geográfica de estas corrientes, no será posible presentar el
rostro de la rama de olivo: ¿Firmará Bonn el tratado sobre la no proliferación de
armas nucleares o iniciará su política de distensión en el Este? ¿Darán Moscú y
Washington un nuevo paso hacia la paz? ¿O será uno de los tres focos guerreros del
mundo actual - Vietnam, Medio Oriente, Biafra - el que puede abrirse a una
perspectiva de paz?... La interrogación permanece en pie.
Para juzgar lo mejor posible el valor de estas experiencias en previsión, más allá de
la comparación de las fechas con las evoluciones históricas, puede erigirse uno mismo un
calendario semejante en miras a una idéntica significación. Calendario que puede hacerse
(o hacer que lo haga otro) a su gusto, según su inspiración, fantasía e ironía (ya que la
crítica "en vacío" que juzga un esfuerzo sin contrapartida ni comparación alguna es
demasiado fácil: si ésta no cuenta nada, tampoco vale nada). De este modo podrá
establecer la diferencia entre sus resultados y los de las configuraciones jupiterianas y
venusinas respecto a la gran Desconocida: la historia.
|LAS INCÓGNITAS
"Todos los que lo vivieron se acordarán hasta su muerte de aquel día del 11 de noviembre de 1918, en
que el armisticio cayó sobre ellos con la imprevisión del rayo. Sabían que las operaciones militares seguían
un curso cada vez más favorable a nuestras armas. Veían a los alemanes retroceder. Sin embargo, oían decir
que se preparaba una gran batalla, que realizaría Foch en Lorena, la cual probablemente sería decisiva, y
terminaría la guerra hacia la primavera próxima. ¡He aquí que, de repente, estallaba la noticia! Alemania
izaba la bandera blanca. Pedía gracia. Aceptaba las condiciones del vencedor. Todo había acabado. Se iba a
salir de las trincheras, volver a casa. Ante esta idea, el pecho, librado de un gran peso, se dilataba.
Respirar se convertía en un nuevo placer. ¿Era posible? No se podía ni creer. Nadie dejaba de hacerse
repetir que no había duda alguna, que la noticia era verdadera, cierta y confirmada..."
Por mi parte, considero que la Astrología no tiene que tener ningún complejo
en decir lo que es realmente, el precisar hasta dónde va y dónde se detiene (en
todo caso por el momento). Pongo del lado de lo que no "poseemos", por una parte,
la localización geográfica de los fenómenos históricos y, por otra, la determinación del
nivel de manifestación (diplomático, político, económico, social...) de estos fenóme-
nos. No detentamos ninguna verdad en estos dos tipos de cosas. Es decir, nada
que permita sistematizar un saber que pueda fijar con seguridad los hechos en su
lugar dentro de una cuadrícula regular, aparte de su situación en el tiempo. Hasta
tal punto es ello cierto que, en estas condiciones, toda crónica de previsiones
mundiales regular, incluso cuidada, hace que su intérprete parezca menos un
investigador que un adivino, cuando no un payaso...
Pero volvamos a los hechos. Si la Tierra es vasta hasta el punto de que pueden
desarrollarse en ella acontecimientos diversos y contrarios en lugares distintos en el
mismo momento, se olvida que el cielo también lo es; en el mismo momento pueden
desarrollarse configuraciones contrarias: en noviembre de 1970, se producía
asimismo una conjunción Marte-Urano que no pasa por ser tranquila...
Esta labor de control se lleva a cabo dentro de una línea estadística: pocas guerras
estallan bajo conjunciones Sol-Júpiter; por el contrario, numerosos ceses de
hostilidades se concluyen bajo este fenómeno; todo lo contrario se constata con las
conjunciones Marte-Urano...
Aún hay más: Más allá del espíritu contable del verificador, existe el espíritu
sintético que encadena los episodios históricos de una etapa a otra dentro de un
pensamiento integrador reconstructivo de la historia; a menudo, lo que se encuentra en
germen en la conjunción inicial se convierte en fruto en la conjunción final: Así, en la
conjunción Sol-Júpiter del 9 de noviembre de 1970 es firmado el pacto germano-po-
laco, al mismo tiempo que se desbloquea la negociación de los 4 Grandes sobre
Berlín, y - nuevo salto ala unidad siguiente - en la del 10 de diciembre de 1971 es
firmado el Acuerdo sobre Berlín entre las dos Alemanias (continuación del acuerdo
de los 4 Grandes sobre Berlín del 3 de setiembre precedente). Existe ahí una
filiación histórica evidente (que justificaba mi pronóstico): si el momento de la
primera conjunción es el de un gran deshielo entre el Este y el Oeste en Europa, el
de la siguiente constituye una "brecha en el muro", dejando Berlín de ser la
manzana de la discordia entre las dos europas. Esta lógica interna al desarrollo
histórico, que se observa a veces e incluso bastante a menudo, posee un peso
seguro que se añade al estadístico de los hechos.
La crítica ciega no vale, pues, más que la Astrología poco ortodoxa: poco importa
que no detentemos la clave del espacio geográfico, ya que no puede negarse que la
cadena de correlación del tiempo nos pertenece y ésta constituye una coordenada
capital que es absurdo desvalorizar. Gracias a ella, podemos situar un cierto orden
cronológico de evolución de las tendencias, fijar planetariamente un calendario
de los "momentos" significativos: de tensión y distensión, sobre todo; aunque, por
una parte, nuestro inventario sea incompleto y, por otra, la calificación de nuestras
configuraciones permanezca aún sumaria. Ahora bien ¡ de toda la panoplia de la
Astrología mundial tradicional hay que salvar precisamente esta verdad! El mayor
peligro es "dar largas al asunto", sea a través del "nada en absoluto" de la crítica
ciega, sea a través del "demasiado" de esa Astrología simplista, cara al adversario
de mala fe que se nutre con su confusión. Precisamente, hay que evitar el que
naufraguen estos elementos verdaderos, sólidas convicciones cuando no certitudes, en
un océano de interrogantes, de dudas e ilusiones y, por el contrario, limpiar a la piedra
preciosa de su magma.
Considero que hay que partir de cero con un gran vigor en el impulso de
conquista y siguiendo un orden preciso de avance en la investigación. En todo inicio es
imperioso merecer y adquirir "derecho a la existencia", es decir basarse, en tanto
que previsionista acreditado, en referencias exclusivamente de orden astronómico.
Este "derecho" hay que crearlo, imponerlo a cada uno y a todos, arrancarlo, si es
necesario, al escéptico. Lo que lo acredita es el establecimiento del "hecho de
previsión" y la demostración renovada de su existencia. Entiendo por ello la
proclamación de un principio de correlación entre un tipo de configuración dada y un
tipo de clima mundial, así como la experimentación de la repetición sistemática de la
concomitancia de los dos fenómenos, celeste y terrestre, en la previsión.
Henri BERGSON
I0 20 30 40 50 60
Figura 11
teoría cíclica de que el índice más bajo cae en el momento de la conjunción: el de un fin
de ciclo, de un acabamiento, de un retorno al caos, de una muerte y de un
renacimiento... Aparece también que la fase evolutiva del ciclo - de la conjunción a la
oposición - se inscribe en el gráfico a través de un índice de crecimiento; es decir, por
una subida de la curva. Al mismo tiempo, su fase involutiva - paso de la oposición a
la conjunción - se traduce por un índice de decrecimiento, transcrito por un
descenso de la curva. Este índice refleja idealmente el curso global de la tendencia a
lo largo del recorrido cíclico: representa la distancia media obtenida sobre la medida de
los 10 grandes ciclos de los planetas lentos; ofrece la cuota del estado cíclico
respecto al conjunto del Sistema Solar. Sólo existe un momento del ciclo cuya
interpretación se presta a discusión; es el de la oposición, ya que este momento
posee, como veremos a continuación, una significación ambivalente y polivalente. El
índice correspondiente es un momento de pico en la cumbre; pero este "más arriba"
de la curva es también cambio de dirección del curso de la tendencia; es decir, paso
del ascenso al descenso, del flujo al reflujo; en este aspecto es, pues, también "un"
momento de crisis aquel que sigue a una fase de auge, de apogeo, de crecimiento. A
fin de cuentas, este índice se interpreta al igual que se descifra la aguja del
barómetro: no cuenta tanto la cifra correspondiente a la posición del índice como el
movimiento de este índice; todo se encuentra dentro de la cinética del fenómeno.
Llama nuestra atención la presencia de dos grandes curvas, bajo las cuales se
presentan dos hondonadas que se extienden sobre varios años. ¡Resulta que estos
dos "agujeros" corresponden precisamente uno a 1914-1918 y el otro a 19401945! A
continuación se constata que, respecto a la primera, el fondo está precedido de una
caída que empieza en 1910: la Primera Guerra Mundial se encuentra esbozada y
preparada por las guerras balcánicas. Igualmente, respecto ala segunda, el fondo
está precedido por una caída a partir de 1937: la Segunda Guerra Mundial se
encadena con la pendiente fatal de las guerras de España y de China y las anexiones
de Hitler. El paralelo existe también respecto a la otra vertiente de la curva: el
índice es ascendente de 1919 a 1929, al igual que lo es de 1945 a 1950; éstos son
momentos de reconstrucción de la sociedad mundial durante las dos posguerras,
constituyendo uno la correspondencia del otro. Otras observaciones no menos
asombrosas: hay una caída en 1929 con una baja del índice hasta 1932: ¡este es el
momento de la gran crisis económica mundial! Igualmente, existe otra en 1950: la
guerra de Corea empieza, la cual cristaliza la "guerra fría". El índice baja hasta 1955
(aquí, la hondonada no se instala sobre varios años; no es más que una punta, como
la hondonada de 1907 que coincide con una crisis económica y un nuevo brote de
luchas sociales y revolucionarias): de 1950 a 1955 se sitúa la fase aguda de la
guerra fría con los tres años de la guerra de Corea y el inicio de la crisis de
descolonización (Indochina y Argelia). Encontramos una nueva caída a partir de 1965,
año de tres guerras (Vietnam, Cachemira, Santo Domingo) seguidas de otras, con un
ascenso a partir de 1971... Puede señalarse que la punta más elevada del índice cae
en 1910, al que se considera como el año del apogeo del mundo liberal...
"Todo esto pertenece al pasado... Pero, sobre este pasado visto a partir de esta
exploración global, puedo presentar los ejercicios de verificación que en dos ocasiones
ya he efectuado, habiendo procedido, también aquí, a la puesta en órbita de la
experiencia de previsión.
A continuación, es natural observar una nueva baja a partir de 1975: los tres ciclos
jupiterianos entran en su fase descendente (p. 292)... Sin embargo, nuestro Universo
no deja de remontar la pendiente rehaciendo su salud hasta la cumbre de 1975 en
que, de nuevo, corremos el riesgo de franquear el umbral de una nueva crisis - la
sexta y penúltima de este siglo - a la espera del tocar a fondo de los años 1980-
1984 (p. 320).
Este anuncio lapidario, con nueve años de antelación, del inicio de una crisis
mundial general en 1975 no constituye una pequeña realización en la previsión en lo
que respecta a este año de 1975: "El peor año de paz desde hace dos genera-
ciones..., la mayor recesión industrial desde hace cuarenta años..., el primer
retroceso en el intercambio del comercio internacional desde hace veinticinco años..., el
paro sin precedentes desde la guerra y en todos los países de la O.C.D.E., el record
total de quince millones de parados..." (subtítulos de El año económico y social de
1975: la crisis; el Mundo, Expedientes y Documentos).
Durante el trimestre siguiente, el último del año 1974, esta crisis haría su
aparición. Durante el presente año 1981, no hemos salido aún de esta gran
perturbación mundial en agravamiento y reina un estado de guerra económica en el
mundo, en régimen de empobrecimiento.
Utilizando siempre los mismos índices nos dirigimos ahora a un nuevo ejercicio
de prospectiva al estudiar la coyuntura de finales del siglo XX.
conjunciones más fuerte del siglo! Más allá, tenemos, diseminado sobre un
período más largo, pero con piezas de primer orden, un grupo de 6 conjunciones
en 10 años, de 1988 a 1997.
No debe dejarse creer al público que existen augures que poseen una ciencia del futuro: una
tal ciencia no existe y no existirá jamás. Hay que recordar sin cesar que una previsión es una
especulación sobre el futuro que no presenta diferencias de naturaleza respecto a una especu-
lación llana y sencilla, pero que se encuentra mejor documentada, razonada, que se expone a la
crítica y a la confrontación, que, en una palabra, ha costado mucho trabajo.
Bertrand de JOUVENEL
¿Es necesario ir mucho más lejos para concebir una dialéctica entre la serie
Neptuno-Urano y la serie Saturno-Neptuno? Intentemos ahora comparar entre sí las
series Júpiter-Urano y Júpiter-Neptuno, para ver si una dialéctica parecida es
posible.
1803. El Imperio.
1845. Etapa colonial (Texas, Nueva Méjico, Alta California, Marruecos, Sind,
Afghanistan, Irán). Los ferrocarriles en Francia.
Así, a escala mundial, las dos series uranianas no se dejan escapar ninguno de los
grandes intentos o realizaciones de hegemonía económica v política, de reacción, de
dictadura: ¡Napoleón, la Santa Alianza, las represiones de 1831 y de 1851-1852, el
Segundo Imperio, los imperialismos, Hitler! Igualmente, las dos series neptunianas
señalan sin omisión todas las grandes etapas revolucionarias de la historia moder-
na: ¡1792, 1830, 1848 (1871), 1917, 1945! En Francia, la I, la III, la IV y la V
República se sitúan bajo conjunciones Júpiter-Neptuno, habiéndose situado la II
(proletaria) bajo una conjunción Saturno-Neptuno.
Otra observación que no deja de tener interés: A lo largo de los siglos XIX y XX,
las dos únicas veces en que Júpiter y Saturno se encontraron con Urano al mismo
tiempo en una triple conjunción caen con Napoleón (Júpiter-Urano en 1803 y
Saturno-Urano en 1805) y Hitler (Júpiter-Urano en 1941 y Saturno-Urano en 1942); y
la única vez que tuvo lugar el triple encuentro con Neptuno cae en 1881-1882,
época en que una fuerza obrera toma conciencia de sí misma, se organiza en
partidos políticos, suscita el nacimiento de una legislación social y se impone en los
principales países, haciendo del socialismo un poder político importante.1
Si Júpiter y Saturno componen cuatro series cíclicas con Urano y Neptuno, uno
y otro forman entre sí, por su parte, una quinta serie cíclica que posee su propia
autonomía, aunque haya que integrar estrechamente estas series dentro de un
conjunto general. Esta nueva serie parece perfilar bastante estrechamente las
renovaciones de la fisonomía europea, como si nuestro continente poseyera su
propia identidad desde el siglo pasado. Puede juzgarse esto a través del cuadro
siguiente, el cual señala los "tiempos" de las conjunciones (1821, 1841...) y los
"contra-tiempos" de las oposiciones (1831, 1851...). Ciertamente, puede verse en él
una Europa napoleónica que no forma más que la mitad de un ciclo y una Europa de la
Santa Alianza que supera la duración de un ciclo entero, pero siguiendo las cadencias de
este siglo es como se perfilan las distintas secuencias de la historia europea: la
unidad italiana, la unidad alemana, la preponderancia alemana, la Europa franco-
británica, la Europa de Versalles, la Europa de la Resistencia, la Europa europea...
Los hechos se presentan así: En los ocho meses que siguen al lanzamiento
de la famosa campaña de Thang Kaichek, cuyo ejército de más de cuatro
millones de hombres era considerado como invencible, las fuerzas comunistas son
expulsadas de un centenar de ciudades e incluso, en marzo de 1947, Yenan, la capital
comunista, cae. A continuación viene la milagrosa recuperación del ejército popular,
seguida de la victoria definitiva de Mao-Tse-tung en 1948 y la rendición de Pekín del
23 de enero de 1949, que lleva a la proclamación de la República popular de
China, el primero de octubre siguiente. Paralelamente, le llega su hora al
colonialismo en Asia con la independencia de la India y la rebelión indochina en
1947...
Ante la sorpresa del mundo entero, Stalin muere el 5 de marzo de 1953: ello
significa la inauguración de una nueva era para la U.R.S.S. y el comunismo. Por
otro lado, Moscú se descubre tina nueva vocación revolucionaria apoyando la
causa de la descolonización y de los nacionalismos afrosiáticos y rompe su
aislamiento contruyéndose una solidaridad política con el "Tercer Mundo" naciente.
Con la fuerza de este éxito, ¿se me concederá más crédito si tomo seriamente la
próxima conjunción Saturno-Neptuno de 1989 como el anuncio de un giro decisivo
para el destino de la Unión Soviética y del comunismo mundial? ¿Y la próxima
conjunción Saturno-Plutón de 1982-1983 en lo que concierne al devenir de la China
del futuro?
Respecto a las conjunciones jupiterianas, contentémonos con evocar algunas
precisiones relativas a las últimas.
Parece que sobre todo cuando Júpiter encuentre a Urano y Plutón en una triple
conjunción entraremos verdadera y plenamente en la era de esta gran aventura
cósmica; y sabemos que estos encuentros astrales tendrán lugar en 1968 y 1969.
¿Para cuándo el primer desembarque humano sobre la Luna?... Podemos estar
seguros de que el alunizaje del primer terrícola tendrá lugar durante estos años
decisivos de 1965-1969.
Ahora bien, este alunizaje tuvo lugar ¡el mismo día de la conjunción Júpiter-Urano
del 20 de julio de 1969! Había intentado en las páginas siguientes localizarlo entre
el 10 y el 22 de setiembre de 1968 o en la misma fecha del año siguiente, jugando
con la conjunción del Sol a este trío astral. Este no fue el caso pero la idea no había
sido demasiado mala, ya que, aquel 20 de julio de 1969, la Luna misma pasaba
en conjunción a esta triplicidad Júpiter-Urano-Plutón...
La gravitación y la inercia son dos aspectos de una sola y misma propiedad. Estas obligan a todo
cuerpo a moverse siguiendo su línea de Universo, salvo en el caso en que choques materiales le obliguen a
seguir otra línea de Universo... La línea de Universo está en función de cuatro factores íntimamente
relacionados: tiempo, espacio, movimiento, sustancias; de ahí, un Universo cuadrimensíonal.
EINSTEIN
Un punto de caída de la historia que coincide al mismo tiempo con una gran
conjunción no basta para que exista obligatoriamente una correlación entre el primer
hecho y el segundo. Para que la correlación tenga base, es necesario que el curso de la
tendencia se desarrolle de forma continuada, del ciclo más pequeño al ciclo más grande,
de una conjunción a otra y de un aspecto a otro dentro de un mismo ciclo, así como del
precedente y del siguiente, dentro del encadenamiento del todo y de la parte. La
coincidencia del hecho y de una conjunción es, pues, insuficiente: es necesario que la
corriente de este hecho, si empieza con la conjunción, evolucione paralelamente en las
fases sucesivas del ciclo: debe abordar sus primeras dificultades en la semicuadratura,
tomar raíz en el sextil, transformarse en crisis en la cuadratura, etcétera. La verificación
de la misma serie debe abarcar una línea temporal continua. El ciclo toma su valor a
partir de la regla que lo rige y que hace de él un ballet que obedece a una sucesión de
figuras; es una euritmia de la historia.
Durante este fin de siglo, los grandes países del mundo se encuentran en la
fiebre de la expansión (Inglaterra "del Cabo al Cairo", Alemania lanzada a través de
los océanos y del ferrocarril hacia Bagdad, Rusia en Extremo Oriente, Japón en
China, Italia en Abisinia, etcétera) y se ponen al día intereses antagónicos
(rusoalemanes, angloalemanes...) que desembocarán en un enfrentamiento de
imperialismos.
Sextil (1979-1980): Una América débil (sextil involutivo) pero moral y pacífica de
la presidencia de Jimmy Carter, aparte de una recuperación general de la
economía occidental: constitución de un eje Washington-Tokio-Pekín y acuerdo "Solt
II" con Moscú.
Semicuadratura (1982).
Conjunción (1988)
Sextil (1982).
Semicuadratura (1984).
Conjunción (1989).
Trígono (junio 1962-febrero de 1963): Paz argelina, éxito masivo de la U.N.R. en las
elecciones de noviembre de 1962 y del referéndum de De Gaulle contra los
partidos; tratado franco-alemán de París.
Figura 15
Este texto, publicado en 1967 en Les Astres et l'Histoire, recordaba, por lo demás,
una previsión de esta obra relativa a La Coyuntura de 1971-1972:
En la época en que este pronóstico fue formulado - 1966 -el mundo vivía con una
idea hecha, dentro de una certidumbre anclada: no había posibilidad alguna de
conciliación entre la capital del imperialismo y la de la 'revolución, una dedicada a
política de "gendarmes del mundo" y la otra a la de la "revolución cultural" (así
como hay que recordar que el pronóstico sobre la coyuntura de 1965 fue formulado
en 1962, antes de la crisis del Caribe, mientras China se encontraba fuera de circuito
y los únicos rivales eventuales eran los U.S.A. y la U.R.S.S.). Sabemos, sin embargo, los
hechos: después de diez y ocho meses de contactos secretos, el deshielo de las
relaciones entre Washington y Pekín se produce en abril de 1971 y desemboca en el
encuentro Nixon-Mao Tse-tung de febrero de 1972, punto de partida de un profundo
cambio del equilibrio internacional en Extremo Oriente; ¡acontecimientos que
sorprendieron al mundo entero, hasta tal punto parecían inverosímiles!
Si pudiera trazarse el esquema de todas las líneas de Universo que encuentran los Puntos-
Acontecimientos preexistentes, se conocería la historia pasada y futura del mundo físico.
EDDINGTON
El gran ciclo bicentenario de estos dos astros, iniciado en 1821 y que terminará
en 1992, se confunde con la gran historia de nuestra sociedad moderna llamada
capitalista.
Las líneas generales de este gran ciclo perfilan la curva ideal del proceso
cíclico y ofrecen una cierta enseñanza. Comprobamos que las grandes crisis de
la sociedad se localizan en las disonancias: 1848 en la semicuadratura, 1870 en la
cuadratura, 1914 en la oposición, siendo una excepción el trígono involutivo de
1940 entre 1933 y 1950... Señalamos, también, que durante la fase ascendente del
ciclo, las interferencias de Júpiter y Saturno pasan de Neptuno (primero) a Urano
(a continuación): las crisis son al principio revolucionarias y acaban con
represiones y la afirmación de la reacción o del polo conservador (1830 ! 1848,
1871). A partir de la oposición de principios de siglo, las interferencias se hacen en el
otro sentido yendo de Urano a Neptuno: la primera partida va a favor de la derecha,
del imperialismo, y la segunda de la izquierda, de la revolución (de 1914 a 1918 y de
1940 a 1945). Se señala igualmente una cierta evolución del proceso revolucionario: en la
semicuadratura surge la doctrina comunista; en la cuadratura, el comunismo se erige en
sociedad internacional y vive su primera experiencia con la Comuna de París; en la
oposición, el comunismo se implanta en un gran país europeo; en la última
cuadratura, el comunismo mundial se erige de igual a igual frenfe al mundo capitalista.
Hay un nuevo paso de 1943 a 1945: durante la Segunda Guerra Mundial; como
volverá de 1955 a 1958, con la aparición del Tercer Mundo y la crisis de
descolonización. En cuanto a Saturno, vuelve sobre Plutón en 1947, en sincronización
con la revolución comunista china, después sobre Neptuno en 1953, cuando el
comunismo soviético en fase de desestabilización se arraiga en el mundo afro-
asiático, La última interferencia es la de Júpiter que se produce de 1967 a 1971
("1968"); al mismo tiempo Urano entra en la radiación de este sextil pasando de la
conjunción de Plutón en 1965 a la conjunción de Neptuno en 1992: aquí los dos grandes
ciclos Urano-Neptuno y Neptuno-Plutón se funden uno en el otro, en una última gran
pulsión de destrucción, de revisión y superación de nuestra vieja civilización
occidental moderna, debiendo sobre todo señalarse el peso de ur tal evolución en
la interferencia saturnina de 1982 a 1989...
Cuarta experiencia: Para afianzar aún más la confianza en estas correlaciones del
ciclo Urano-Neptuno, he continuado sometiéndolo a la prueba de la previsión con el
estudio de la semicuadratura producida en octubre de 1972 y agosto de 1973. A
ésta he consnrado un capítulo en el L'Astrologue, n° 19, del tercer trimestre de 1972:
Parece que éste fue el caso, teniendo en cuenta que esta disonancia secundaria no
constituye más que una modulación del curso de la tendencia. El expansionismo
soviético en dirección al Océano Indico a través de Irak, la India y, desde el verano de
1973, Afghanistán, ha creado un clima de aprensión respecto a la implantación
creciente de Rusia en el Medio Oriente, no habiendo sido jamás tan grandes la
flota soviética y su poderoso ejército. La guerra de Kippur, del otoño de 1973, se
convierte pronto en una guerra americano-soviética a través de los israelíes y
árabes interpuestos, estableciendo los rusos un puente aéreo continuo con Egipto
y Siria, a los que atiborran de material soviético, haciendo lo mismo los americanos
con Israel. El riesgo de una inminente implantación militar soviética sobre el terreno
desencadena el 27 de octubre un estado de alerta de las fuerzas americanas, amenazas
de armas nucleares que no se habían oído desde la crisis de Cuba. A partir de
entonces, ha reinado una situación que muchos observadores han calificado de
vuelta a la guerra fría. El último acuerdo americano-soviético, el Acuerdo
Washington sobre la prevención de la guerra nuclear, data del 22 de junio de 1973,
cuando el viaje de Brezniev a los Estados Unidos, habiendo sido el acta de Helsinki del
1 de agosto de 1975, con la cláusula relativa a los derechos humanos, la intrusión
de una nueva manzana de la discordia entre los dos Grandes.
Con el año 1979, Urano y Neptuno llegan a la fase del semisextil (300), que
puede considerarse como una ligera modulación de tipo armónico: La negociación
del tratado "Salt II" sobre la limitación de armamentos estratégicos, bloqueada
desde hacía cinco años, llega paralelamente a un ligero y pasajero deshielo de la
relación Este-Oeste.
Así transcurren las sabias jugadas de estos monstruos fríos, los Estados del
mundo, sobre el tablero de los designios, planetarios... Al cabo de esta exploración,
queda por formular una previsión más lejana pero de importancia: la de la gran y
radical transformación de nuestra sociedad moderna actual con la conjunción Urano-
Neptuno de 1992. El marco de este gigantesco fenómeno astral - la mayor concentración
del siglo XX - se encuentra situado a través de tres interferencias. Esta crisis que
anuncia el fin de una época bicentenaria, el principio de un nuevo mundo para una
humanidad renovada, preparada para la interferencia jupiteriana de los años
19831984, se despejará en un último alumbramiento con la interferencia jupiteriana
siguiente de 1997, debiéndose producir lo esencial de esta gran transformación de
nuestra sociedad mundial bajo la interferencia saturnina media de los años 1988-
1989. (Ver figuras páginas 183 y 189). Volveremos sobre este giro decisivo en la
suerte de nuestro mundo actual para intentar esclarecerlo...
|LOS MOMENTOS HISTORICOS
El Orden está allá arriba en las estrellas, en las fases de la Luna, en los vaivenes del Sol.
ALAIN
Vamos, en primer lugar, a examinar dos ejemplos de los más simples, uno
antiguo pero memorable, y el otro reciente, para introducirnos en la textura de
estas nuevas configuraciones.
La revolución de 1848
Figura 19
Este es uno de los casos más puros de la historia: en apenas tres semanas, en
pleno invierno y sin medios de comunicación, ¡seis países de Europa se
encuentran en llamas! ¡Y este concierto revolucionario europeo se localiza precisa-
mente en las dos o tres semanas durante las cuales el Sol pasa sobre la conjunción
Saturno-Neptuno!
La preparación de la guerra
1932:
1933:
1936:
1937:
1938:
1939:
1941:
1942:
1943:
1944:
15) Conjunción Marte-Urano del 9 de setiembre de 1943 al 16 de enero de 1944:
Demasiado extenso para ser precisos; la época de los grandes bombardeos sobre
Alemania, aparte de las reconquistas americanas y el avance ruso.
1945:
Durante el mismo tiempo se trama el estallido del conflicto mundial. Tras largas
negociaciones, el gobierno americano rechaza oficialmente, el 26 de noviembre de 1941,
la última proposición del gobierno japonés y somete unas contraproposiciones. El 1 de
diciembre, una conferencia imperial decide definitivamente la entrada en guerra del
Japón. El 7 de diciembre, los japoneses atacan Pearl Harbor y la guerra se convierte
en mundial.
Stalingrado
Figura 24
En este diagrama, la situación de conjunción de los astros rápidos con el trío de los
lentos en Tauro-Géminis se asimila al agrupamiento, es decir, al punto bajo de la
curva, mientras que su estado de oposición, al pasar de Escorpio a Sagitario, va
parejo con la máxima distanciación, es decir, con lo más elevado de la curva. En
1941, la curva pasa por un máximo a finales de marzo: el poderío alemán se
encuentra en su plenitud. El 6 de abril empieza la campaña de los Balcanes, la ma-
quinaria militar del III Reich se despliega a lo largo de los meses siguientes, a
medida que se acerca la situación de conjunción. La campaña de Rusia empieza el
22 de junio: el apogeo de las victorias en el Este coincide con lo bajo de la curva:
julio-agosto de 1941. La ofensiva victoriosa bate su pleno sobre todo el recorrido de la
curva ascendente, que representa la fase evolutiva de los ciclos rápidos en relación a
la triplicidad Júpiter-Saturno-Urano. Ahora bien, cuando se llega a la inversión de la
curva, a finales de noviembre, se asiste al primer gran vaivén de la historia: la
detención de la Wehrmacht a las puertas de Moscú, la contraofensiva rusa, el repliegue,
el reflujo... y habrá de esperar a que se acerque la situación de conjunción - la parte baja
de la curva de 1942 - para recuperar su aliento y retomar la ofensiva. El estallido de
Pearl Harbor se encuentra en la cumbre de la curva. La curva de 1942 repite el
proceso general de 1941, la Wehrmacht retorna la ofensiva al acercarse la situación
de conjunción; sus victorias coinciden con la ensenada de abajo, de julio-agosto, y su
poder se despliega de nuevo sobre la curva ascendente de la fase evolutiva. A
continuación, de nuevo también, hay el bloqueo, la detención, con la inversión de la
curva hacia mediados de noviembre: ¡giro fatídico de Stalingrado! Hay que confesar
que nos encontramos aquí en presencia de un "fraseo" astral de una asombrosa
elocuencia.
Tras el control del pasado,' la previsión experimentada. A nivel de estos ciclos
anuales, no me he dedicado a pruebas sistemáticas. El único cuadro pequeño que he
levantado figura en La Crise mondiale de 1965. Se trata de un calendario de los
grandes momentos soviéticos basado en la repetición de tres conjunciones Sol-
Neptuno sucesivas. Este calendario las situaba:
Tercera etapa: Los congresos del P.C. de Europa Oriental de noviembre de 1966
finalizan, a finales de mes, con la decisión de la convocatoria de una conferencia
cumbre de los distintos partidos comunistas mundiales en vistas a una condena de
China (que, finalmente, no tendrá lugar). El 1 de diciembre, Kossiguin llega a París y
da nuevo empuje a la diplomacia europea. La conjunción se produjo el 14 de noviembre
de 1966.
16 diciembre 1981
19 diciembre 1982
21 diciembre 1983
22 diciembre 1984
25 diciembre 1985
Una visión ampliada al conjunto del sistema planetario muestra, respecto a los
años 1980, que con Plutón en Libra, Urano en Escorpio y Neptuno en Sagitario, las
conjunciones anuales del Sol (así como de Mercurio y Venus) con estos tres astros caen
de octubre a diciembre, lo que constituye las configuraciones más fuertes de crisis o de
alumbramiento histórico.
Es un hecho que desde hacé algunos años cada otoño significa la estación de
endurecimiento de las situaciones críticas o de cambios importantes: guerra de
Kippur y crisis del petróleo en otoño de 1973; aparición de la crisis económica
mundial en otoño de 1974; desestabilización africana (implantación soviética en
Angola) y clima revolucionario europeo (amenaza comunista en Portugal, fin de
Franco en España...) en otoño de 1975; post-maoísmo en China en otoño de 1976;
Sadat en Jerusalén en otoño de 1977; crisis de régimen en Irán y aproximación chino-
japonesa y chino-americana en otoño de 1978...
Podemos esperar que éste sea también el caso para cada último trimestre de
los próximos años, en particular el de 1982, al añadirse Marte al grupo Sol-
Mercurio-Venus. Mientras que, por ejemplo, durante los años 1990, cuando Satur-
no, Urano y Neptuno estén en Capricornio, será enero el mes "crítico" del año. Aún
queda por precisar que, cuando se presente la triplicictir Júpiter-Saturno-Plutón
en Libra de 1981 a 1983, las puntas de crisis se situarán en la segunda quincena de
octubre, así como en la segunda quincena de abril de estos tres años, en razón de
los relevos solares por conjunción y oposición del astro del día a este trío planetario.
DANTE
Figura 26
El caso de la crisis de Agadir presenta una simplicidad que roza la facilidad (como las
demás crisis de la primera mitad de siglo): al ver cómo las sucesivas configuraciones se
relacionan con ella, se tiene la impresión de que esta crisis se encuentra en el
corazón del mundo, a imagen de un solista que toca su partitura solo en medio de
una orquesta silenciosa, como si no ocurriera nada más en el Universo. Este es el
lugar que ella ocupó en la época en que la historicidad del mundo se concentraba en
los asuntos del continente europeo. De hecho, en nuestro mundo actual, que ha
llegado a una cierta "planetarización", las cosas son muy distintas y vemos la co-
yuntura de paso, que drena todo lo que se desarrolla en el Universo, superponer
en una verdadera condensación distintas esferas históricas. Hasta tal punto, que
esta coyuntura narra, de alguna forma, varias historias al mismo tiempo, saltando
de una escena a otra del teatro mundial en cada una de sus etapas, basándose los
episodios históricos en un todo, según una representación sincrética de las cosas,
cuando no es a semejanza de una obra artística, arquitecturáda, de gran síntesis.
1. Pasos del Sol y Mercurio sobre Saturno en oposición a Urano y Plutón del 25 de
febrero al 5 de marzo de 1965: Nos parece entrar en el corazón de la crisis (de 1965) y
verla instalarse definitivamente entre los últimos días de febrero y mediados de
marzo de 1965 (texto del verano de 1963 que recuerda el pronóstico de la misma
fecha crítica en el artículo de mayo de 1962). Se trata, ni más ni menos, ¡que del
comienzo de la segunda guerra del Vietnam! Los hechos: El 27 de febrero de
1965, Washington publica un Libro Blanco y aplica el "plan McNaughton" que
impone a Hanoi condiciones de paz, inaugurando "una guerra aérea permanente
pero limitada contra Vietnam del Norte'?. Los bombardeos, por lo demás, ya han
empezado desde el 7 de febrero y se van a convertir en una acción militar regular a
partir de finales de mes. Al hundirse el régimen de Saigón, los Estados Unidos se
encontraban ante la alternativa, o bien de reembarcar a sus consejeros políticos
dejando al país en manos del Vietcong, o tomar el relevo del combate. Es, pues, el
principio de la implicación militar americana en el Sudeste asiático.
12. Pasos del Sol sobre Plutón-Urano y de Mercurio sobre Urano del 12 de
setiembre al 9 de octubre de 1969: Esta etapa, que parece anunciar una crisis
aguda, podría llegar a corresponder a un gran hecho cuando no al hecho más
importante del año: ¿Estallido del sistema monetario internacional,
desencadenamiento de una revolución, surgimiento de una guerra local o trastorno
mundial imprevisto de otra clase?...
Pongamos por el momento una cruz sobre estos últimos días de setiembre
(L'Astrologue n° 7). La cuarta hipótesis es la que prevaleció, en el sentido de una
crisis con un fin positivo: tras las elecciones alemanas del 28 de setiembre, el 29, ante la
sorpresa general, el Gobierno alemán decide dejar "flotar" la paridad del marco,
anunciando una próxima revaluación de la moneda de la República Federal; sin el
acuerdo de los países occidentales y en condiciones, que tras la devaluación del
franco del 17 de agosto, ponen en crisis a la Europa de los Seis. Y, aún más, a
principios de octubre tiene lugar el golpe teatral de la candidatura de Willy Brandt a
la Cancillería: tras veinte años de régimen establecido, el más importante país de
Europa cambia de régimen político, hecho que anuncia próximos trastornos
diplomáticos europeos. En torno a este gran hecho del año se localiza desde
mediados de setiembre a principios de octubre un relanzamiento de la guerra en el
Medio Oriente, una agravación de la situación en Laos, un gran interrogante sobre las
amenazas de guerra chino-soviética con una nueva advertencia, a finales de
agosto, a China de que habría una respuesta soviética fulminante en caso de nuevos
enfrentamientos (el Departamento de Estado americano llega a revelar que los
soviéticos estaban sondeando a sus países satélites para saber cuáles serían sus
reacciones en caso de ataque sorpresa de los centros nucleares chinos por el Ejército
rojo...), y, finalmente, una ola de conflictos sociales, de huelgas salvajes en
Alemania (como no había desde 1928), en Italia, en Francia, en Gran Bretaña, en
Suecia y en Estados Unidos...
14. Pasos del Sol, de Mercurio y de Marte sobre la conjunción Plutón-Urano del
20 de setiembre al 7 de noviembre de 1970: Segundo punto crítico del año, una guerra
civil jordano-palestina bate el record (se ha hablado de 20.000 muertos) del 17 al 27
de setiembre, momento de las conjunciones solares, con intervención de carros
blindados sirios y amenaza de intervención americana (movilización de las flotas en el
Mediterráneo), así como de una intervención israelí. La muerte de Nasser, el 28
de setiembre, hace planear durante unas semanas un clima de tensión y trastorno
en el Medio Oriente.
La coyuntura de los años 1924-1925 aporta dos trígonos y dos sextiles. Júpiter
va del trígono evolutivo a Neptuno al sextil evolutivo a Saturno, al mismo tiempo
que al sextil involutivo a Urano; Saturno y Urano entran en su trígono
involutivo. De los 18 meses en que se concentran estos 4 armónicos, la nueva
Europa toma figura (Júpiter-Saturno), la S.D.N. se impone con soberanía (Júpiter-
Neptuno), y la vida económica se encuentra en plena renovación (Saturno-Urano y
Júpiter-Urano): era de Locarno, del plan Dawes, de la recuperación monetaria, del
protocolo de Ginebra (puede verse la significación dada de estos aspectos en el capítulo
sobre las metamodosis de la historia).
Podríamos, así, realizar una serie de divisiones relaciona-(las con los momentos
coyunturales específicos, reencontrando en cada momento configuraciones ya
analizadas pero combinadas entre sí diversamente, y presentar de este modo los
sucesivos cuadros de la situación mundial. A continuación, vamos a descomponer
algunos de los esquemas secuenciales que han constituido varias coyunturas
recientes para llegar al estado celeste actual y pasar, a continuación, a las figuras
astrales del futuro.
Mientras que, de finales de 1972 a inicios de 1973, bajo una cuadratura Júpiter-
Urano y una sesquicuadratura Júpiter-Saturno, nos encontramos en una situación
de crisis en la relación entre americanos y europeos (tempestad monetaria sin
precedentes, devaluación del dólar que conlleva un reajuste de las distintas
monedas: "los B-52 en Bruselas", se decía entonces de este episodio de una guerra
monetaria americano-europea), este triángulo equilateral significa, por el contrario, una
fase de distensión, de refuerzo de la cohesión e incluso de colaboración entre Europa
( Júpiter-Saturno) y los U.S.A. (Saturno-Urano), sobre todo en el campo económico
(Júpiter-Urano). Los 3 relevos del Sol sobre este triángulo son significativos respecto a
ello. Así, en la conjunción Sol-Urano del 16 de octubre de 1973, la guerra de Kippur
saca a relucir la tensión latente en las relaciones entre los U.S.A. y Europa, y la crisis
del petróleo que resulta de ello constituye el campo de enfrentamiento que, cual
levadura, dinamiza la diplomacia en favor del acercamiento. Cuando se produce la
conjunción
Sol-Júpiter siguiente, el 13 de febrero de 1974, es firmado el mismo día en la
Conferencia petrolífera de Washington un documento común (atlantista) entre los
U.S.A. y la Europa de los Nueve (menos Francia), más Canadá y el Japón, cons-
tituyéndose un frente común de los países ricos para hacer cara al problema
petrolífero. En tercer lugar, cuando el Sol pasa sobre Saturno el 30 de junio de
1974, los "Quince" (países ricos del mundo) se ponen de acuerdo en Ottawa
sobre una declaración atlantista, carta firmada el 26 de junio en Bruselas.
Ahora bien, tras un cierto acercamiento efectuado a lo largo del año 1977,
China y la C.E.E. (Mercado Común) firmaban, el 3 de abril de 1978, un primer
acuerdo comercial de cinco años (al mismo tiempo que en este inicio de 1978, un
primer deshielo de las relaciones se efectuaba entre dos países concernidos por el
ciclo Saturno-Plutón: China y la India)... Pero además y, sobre todo, se producía el
extraordinario viaje del egipcio Anuar El-Sadat a Israel los días 19-20-21 de
noviembre de 1977, provocando una verdadera revolución pacífica en el Medio
Oriente. Jamás una coyuntura tan favorable se había producido.
Un nuevo triángulo isósceles más reducido se produce entre los tres mismos
planetas a mediados de 1978, pasando Júpiter-Cáncer a la cuadratura de Plutón-Libra
y Saturno-finales de Leo, formando semicuadratura a uno y a otro. Aparecen iina
serie de obstáculos en las vías de paz iniciadas. Al acercarse los tres, unos a otros,
Júpiter yendo por delante de Saturno el cual precede a Plutón, es posible
preguntarse si su triple encuentro común en 1981, haciendo Júpiter el relevo de
Saturno a Plutón, no constituye una configuración última respecto al destino del
Estado de Israel...
A lo largo del año 1978, Plutón se encontrará hacia la mitad de Libra, Urano
hacia la mitad de Escorpio y Neptuno hacia la mitad de Sagitario. Es decir, que
Urano se encontrará en el medio punto entre Plutón y Neptuno, siendo este medio
punto también el doble semisextil a un sextil. Sobre el fondo de un índice cíclico en
fase de extraordinaria aceleración decreciente, esta triple relación de los tres
superlentos constituye la configuración más importante en este nuevo año de
1978. ¿Ultimo acuerdo armónico de una sinfonía en mutación cacofónica?
Demasiado lacónico era el análisis de este "grandioso medio punto", que dejaba
al lector en ascuas. El misterio sobre el "último acorde armónico de una sinfonía"
que significaba este triángulo isósceles fue revelado, a finales del año 1978, con lo
que no se ha temido denominar un nuevo eje PekínTokio-Washington, no excluyendo este
acuerdo chino-nipón-americano la coexistencia pacífica Este-Oeste!
Ahora bien, en este final de año de 1978, Saturno a mitad de Virgo se encuentra a
la vez en semisextil a Plutón y sextil a
Urano, al mismo tiempo que Plutón está en semisextil a Urano. Y en este triángulo
de aspectos, poseemos el encuentro armónico de tres ciclos: ¡de China (Saturno-
Plutón), de Japón (Urano-Plutón) y de los U.S.A. (Saturno-Urano)! Unicamente una
triple relación armónica Saturno-Urano-Plutón podía justificar tamaña coyuntura
triangular. Pero, al mismo tiempo, nos encontramos también en el momento de un
semisextil Urano-Neptuno que significa una distensión Washington-Moscú, pudiendo
recuperarse el diálogo Este-Oeste, corno si el nuevo "eje" Washington-Tokio-Pekín
no se hubiera dirigido en absoluto "contra" la U.R.S.S., la cual no deja de ser el
pariente pobre de esta nueva configuración geopolítica, como lo testimonia la
cuadratura Saturno-Neptuno, única disonancia de los seis ciclos en cuestión...
Más allá de esta repartición, se presenta también una serie completa de cuatro
semisextiles sucesivos con la quintuplicidad de los lentos cuando, en el corazón del
verano de 1979, Júpiter pasa hacia la mitad de Leo. Este se halla entonces en
semisextil a Saturno, en sextil a Plutón, cuadratura a Urano y trígono a Neptuno. Nos
encontramos, pues, en el corazón del grandioso medio punto, y podemos imaginar la
cantidad de intrincaciones de relación que esto puede representar. Pensemos,
simplemente, al encontrarse Plutón en el centro, el en-cruzamiento que hace el
semisextil Júpiter-Saturno (Europa) con el semisextil Urano-Neptuno (la relación
Washington-Moscú, el eje Este-Oeste), encontrándose Júpiter al mismo tiempo en
disonancia a Urano y en armonía con Neptuno, y haciendo lo inverso Saturno...:
ambigüedad, ambivalencia, contradicciones...
Decir que puede suceder, es otro asunto... Naturalmente, podemos remitirnos a las
señalizaciones cíclicas y pensar que con la conjunción Júpiter-Saturno de 1981,
Europa se ve afectada, en estado de renovación más o menos radical; como,
con la conjunción Júpiter-Plutón, el Tercer Mundo; con la conjunción Saturno-
Plutón, China, La India, Israel, Alemania Federal; con la conjunción Júpiter-Urano,
las potencias económicas capitalistas... ¿Pero cómo reuniremos las piezas de este
puzzle? Ciertamente, vemos claramente fusionarse, por así decirlo, los ciclos
Júpiter-Saturno y Saturno-Plutón, lo que se presta ya a numerosas
interpretaciones ( ¿una Europa alemana? ¿una "fusión" de Europa y Asia?,
etcétera...), pero aquí, a este nivel superior de la articulación de conjunto, al
intérprete le falta aliento para descifrar la última significación del mensaje astral.
Además, el capítulo que trata sobre "las grandes páginas de la historia" nos ha
mostrado que, dentro del marco de este ciclo superior de 175 años, las
conjunciones Saturno-Urano que se forman cada 45 años han señalado los tiempos
importantes del polo de la "derecha" de esta sociedad, así como las conjunciones
Saturno-Neptuno, con una renovación cada 35 años, han señalado los grandes momentos
del polo de su "izquierda".
En efecto, hay que remontarse cinco siglos para reencontrar una triple
conjunción Saturno-Urano-Neptuno, es decir, a 1487/1489, años en los que Díaz
franquea el cabo de Buena Esperanza; y, cuando se produce la conjunción Júpiter-Urano-
Neptuno de 1498-1499, la ruta marítima de las Indias queda abierta, aparte de
que, entre estas dos triplicidades astrales, Cristobal Colón ha descubierto América.
Los historiadores hacen comenzar precisamente el nacimiento de nuestra civilización
actual con la expansión progresiva de la cristiandad occidental, hasta su supremacía
mundial, económica, política y espiritual en la última década del siglo XV.
Jean JAURÉS
¿Se puede, sin embargo, tener una buena conciencia científica? ¿No es de
temer que lo que no se comprende no se admite y que se toman los límites del
saber, o del saber actual, por los propios límites del Universo? Y, sin embargo, estos
límites se encuentran ahí, muy cerca: "Se acelera el movimiento de la ciencia, pero
al mismo tiempo que ésta aleja las fronteras de lo conocido, nos hace descubrir la
infinidad de lo desconocido", declara el astrónomo Evry Schatzman. Esto significa
confesar que no es tan desatinado hacer pasar a la Astrología por el laboratorio,
sobre todo teniendo en cuenta las pruebas de los balances estadísticos y del pronóstico
experimental. De todas formas, no se puede machacar indefinidamente y cada vez
menos confortablemente que la Astrología - ¡a la que no se conoce! - no existe: será
necesario, un día, acabar por penetrar en su práctica, aunque no sea más que para
reconocer su buena fe; de ahí a aceptar la verdad...
Es verdad que para buscar una solución hay que poner buena voluntad.
Cuando Paul Couderc evoca al planeta en toda su indigencia, la "piedra Marte" o
la "piedra Júpiter" tan poco dignas de consideración y tan lejanas, es poco pro-
bable que se encuentre en un estado de espíritu favorable a encontrar aquélla. Me
parece que el pensamiento dialéctico más elemental consiste no en concebir el
fenómeno planeta en sí arbitrariamente, separado de todo, sino la realidad de todo
aquello que rehabilita lo viviente, el Sistema Solar mismo: "La coyuntura astral
constituye un estado de la repartición angular de los diversos cuerpos del Sistema
Solar". Si no hay Sol ni planetas, no hay tampoco planetas sin Sol y fuera del campo
solar. Cuando se observa que la conjunción Sol-Venus superior, posee el mismo
valor pacífico que la conjunción inferior, nos vemos obligados a aceptar que la
distancia de Venus a la Tierra, en su máximo en la primera y mínimo en la segunda,
no constituye un nivel de física astral determinante: lo que cuenta esencialmente es
la alineación o la relación de la Tierra con Venus a través del Sol. La configuración
astrológica planetaria pasa a través del Sol, y este mismo era el pensamiento de la
tradición. En la Astrología fenicia, los planetas se encontraban sometidos al poder
del Sol: Mercurio, Venus y Marte eran sus asesores, recibiendo sus fuerzas del
astro central todopoderoso y actuando a su vez para transmitir su poder. Censorinus
pretendía también transmitir "el método de los caldeos" diciendo que, si
dependemos de los astros, éstos se encuentran dirigidos por el Sol, el cual constitu-
ye el corazón del organismo planetario, su motor, su substrato fundamental, y en el
interior de este campo solar hay que concebir la influencia del planeta, agente
modulador que interfiere en la agitación del magnetismo terrestre, como lo hacen
entreverlas estadísticas de Gauquelin relativas a la herencia astral. Así, pues, no
existe duda de que hay una explicación por descubrir a este nivel, como lo había
sospechado Choisnard.
Este ejemplo nos desvía, por lo demás, del campo de la previsión personal
concerniente a las figuras de la escena mundial. Aquí es donde la experiencia se
reveló menos feliz y no se han dejado de recordar mis fracasos: el no haber previsto
la salida prematura de Kruschev, la rápida desaparición de Maurice Thorez, el lejano
futuro político de Georges Pompidou... El cuadro general del capítulo "Las bazas
de los principales estadistas" de este estudio de 1963, no se revela, sin embargo,
tan exageradamente falso. Dentro de los personajes considerados, hay siete que
juzgué como los más amenazados en este trío de años 1964-1965-1966: Kennedy,
De Gaulle, Grotewohl, Franco, Nerhu, Sukarno y ' Verwoerd. Ahora bien, de estos
siete personajes, uno perdió su poder, y su país ha atravesado la más espantosa
guerra civil, desapareciendo poco después (Sukarno), dos han sido operados (De Gaulle
y Franco) y los otros cuatro han muerto, dos de ellos asesinados. Frente a un fracaso
concreto puedo siempre presentar un éxito; así, por ejemplo, respecto a la previsión
sobre Alemania que anuncia la llegada de Willy Brandt tras Ludwig Erhard. Nos
encontramos, pues, con un empate entre los partidarios y los adversarios. Poco
importa el juicio respecto a estas previsiones personales; no hay que olvidar las
precauciones que yo había formulado incluso antes de presentarlas: que no había
que esperar demasiado en una encuesta como ésta, que se basaba sobre datos de
nacimiento, es decir, "sobre datos incompletos e inciertos". Y, sobre todo, lo esencial,
estas previsiones de orden personal se salen del marco del pronóstico
experimental.
Dentro del marco de estas previsiones generales de 1963, uno de mis principales
fracasos ilustra este tipo de error: la interpretación del trígono evolutivo Saturno-
Neptuno de 1965-1966. Yo había establecido un paralelo entre este aspecto y el
mismo del ciclo precedente de 1929, que había correspondido a la construcción
industrial y económica del régimen soviético, y concluía: En 1965, la U.R.S.S. entra
con seguridad en la fase de un gran auge económico. Al establecer una batalla decisiva
contra el capitalismo occidental en el campo pacífico de la competición económica,
Kruschev dispone de bazas muy fuertes y está llamado a obtener un resultado cierto,
cuando no a ganar la partida ( ...). Con el auge económico, hay que prever la afirmación
creciente de la superioridad técnica y científica de los Soviets. Ahora bien, aunque se
haya empezado a hablar, a partir de 1965, del "aburguesamiento" de la patria del
comunismo, que en su reforma económica introduce la noción de beneficio, la
U.R.S.S. no ha llegado a explotar plenamente los innumerables recursos de su
inmenso territorio y se encuentra lejos de haber podido igualar al poder económico
americano. Unicamente se ha revelado exacto el aspecto diplomático de la
interpretación: Durante el período de este trígono, la política soviética tiende a ser
un importante, cuando no decisivo, factor de paz en el mundo, participando en su
momento de cooperación, de colaboración, de acuerdo, de coexistencia pacífica.
El tercer tipo de error cometido proviene de una falta de significación, que consiste
en engañarse sobre el mismo sentido del acontecimiento o de la situación en
relación con la evo l ución de la tendencia; se trata de una representación errónea
de la realidad sociopolítica. Dentro del mismo cuadro de la previsión, mi principal
fracaso de este tipo concierne a mi pronóstico sobre la entrada de Inglaterra en el
Mercado Común en función del ciclo Júpiter-Saturno. A partir de la idea que durante
la conjunción de estos astros, en 1961, la Comunidad Económica Europea tendía a
ampliarse planteando la perspectiva de una integración de Gran Bretaña y los
países escandinavos, había considerado que en su sextil de la primavera de 1964 ello
podría ser algo posible. Y, si éste no era el caso, podía apostarse a que el hecho se
produciría en el momento de la cuadratura de la primavera y verano de 1965. Pero
entonces esta integración constituiría una verdadera crisis de crecimiento que
trastocaría el orden de cosas. Y añadía: en suma, el mismo acontecimiento se sitúa
en relación a dos momentos distintos según la significación que revista. En realidad, no
hubo nada ni en el sextil ni en la cuadratura, sino únicamente en la oposición, ya que
la historia europea se desarrolló al margen, imbuida de otro contenido político,
siendo otro también el acontecimiento de esta integración en relación a la idea
precedentemente hecha. Pero la cuadratura Júpiter-Saturno de julio de 1965,
anunciadora de crisis europea, no dejó de verse ilustrada con la ruptura de Francia
en las negociaciones sobre el Mercado Común, el 30 de julio de 1965... Se descubre
en tamañas circunstancias que no puede estarse nunca del todo seguro de que tal
aspecto de tal ciclo corresponda a tal acontecimiento preciso, simplemente porque
en la corriente histórica en curso este acontecimiento se presente como el más
lógico y más probable. La tendencia es un verbo sin objeto: estado, función o
situación que expresa la evolución de un devenir dentro de un marco que se injerta
en tal o cual campo según el contexto y las circunstancias.
Sería, pues, vano recurrir al pretexto del fracaso del operador aferrándose a
estos aspectos marginales ocasionales, para negar el hecho mismo del pronóstico
experimental. No es una negatividad tal la que impedirá a la verdad abrirse paso a
través de la repetición y renovación reforzada de las previsiones confirmadas por la
historia: el hecho tiene la última palabra. Mirándolo desde un punto de vista más
próximo, una excesiva atención a estas escorias no podría ser más que tachada de
resabio de una mentalidad mágica. ¿Pues, qué práctica científica, me pregunto, no
posee sus posos de errores? ¿Y qué espíritu no acepta con naturalidad esta
legítima relatividad de la inteligencia humana? Y con mayor razón debería ser así,
al tratarse de este aspecto altamente superior de la vida mental como es la previsión.
Esto no quiere decir, sin embargo, que se hayan de minimizar las dificultades
procedentes del cielo. Si el análisis de nuestro significado infrasocial no es asunto
pequeño, la detección del significante astral constituye también una operación compleja.
En materia de correlaciones, debería poder asegurarse una retaguardia
inexpugnable: si el futuro es la reproducción analógica de un modelo antiguamente
observado y actualmente observabl: , hay que establecer, sin embargo, que la filiación
sea buena. Ahora bien, las falsas pistas no pueden dejar de faltar ya que se intenta
poner en conexión el entrecruzamiento de los diversos ciclos de nuestro cosmos con el
entrecruzamiento de los diversos episodios de una historia en continuo desarrollo.
Ciertamente, la correlación es sólida cuando la filiación de las concordancias
sucesivas de un aspecto a otro se remonta a varios ciclos (caso de los ciclos Saturno-
Urano y Saturno-Neptuno, por ejemplo). En tal caso, podemos ampararnos en un
cierto pasado bien seguido en su ciclo para prever el "ciclaje" de un cierto futuro:
mientras más se basa el pronóstico en un índice puro y probado experimentalmente, más
es válida la previsión.
Debido a esta razón, Santo Tomás de Aquino decía que la conjetura es un "arte
práctico" que exige "lucidez e imaginación"; ella implica que el espíritu no se
contente con acordarse, corriendo el peligro de llegar al automatismo mental, sino
que posea un pensamiento creativo, inclinado a la invención, al descubrimiento, con
una cierta intuición de los valores y de la historia. Todo sucede como si los astros
compusieran un poema luminoso y los hechos terrestres se descifraran en una
lengua de oro. Pero nadie se encuentra en el secreto de los dioses o en el
lenguaje de las estrellas. De hecho, su mensaje (si mensaje hay que entender) nos
llega oscurecido en razón de nuestras opiniones personales, de nuestras proyecciones
partidistas, de nuestras limitaciones e ignorancias. ¿Cómo escapar a ello aun con la
mejor voluntad?
Hay que esperar que ésta contribuya a desembarazarnos de los falsos valores
y prejuicios del adversario. Gauquelin declara tajantemente, a propósito de las
previsiones astrológicas, que "el examen objetivo de las predicciones publicadas y la
comparación entre lo que ha sido dicho y lo que ha pasado en realidad, muestran que
estas predicciones están hechas al azar". Y machaca que la Astrología no tiene
nada que ver con la previsión científica: no es buena más que para despachar
"predicciones". Entiéndase por contraste, en el sentido más peyorativo del término:
serás amado el miércoles si llevas un ópalo...
¿Ir más allá? Ello significa abandonar el terreno de la previsión pura para
arriesgarse en el de la predicción. ¿Por qué no? Pero hay que saberlo: la
experiencia me ha enseñado que muy a menudo se hacen predicciones fracasadas
en base a previsiones justas; es decir, interpretaciones falsas de datos de base, sin
embargo, exactos. ¿Qué forma de situación mundial bastante excepcional puede
presentarse hacia mediados de noviembre de 1982, cuando un encuentro Sol-Venus-
Júpiter, habitualmente tan favorable, se efectúe en una fase última de desequilibrio, en la
que todos los astros del Sistema Solar se encuentren concentrados sobre un arco de
una sesentena de grados? ¿Cuáles serán las situaciones internacionales precisas de
tensión particularmente aguda en paralelo con los enfrentamientos planetarios de las
oposiciones que pondrán frente a frente una conjunción Sol-Marte con una
conjunción Júpiter-Urano, a finales de mayo de 1983? ¿En qué marco objetivo
pueden esperarse las manifestaciones pacíficas constructivas de la cuádruple
conjunción Sol-Mercurio-Venus-Júpiter de mediados de febrero de 1986? Me doy
por vencido... Frente al adversario que denigra, se encuentra precisamente el astró-
logo que no sabe cernirse, que no posee conciencia ni de sus límites personales ni
de las fronteras de su disciplina, dedicándose a una verdadera demagogia
adivinatoria. Ahora bien, el saber astrológico actual se encuentra muy lejos de poder
permitirse un lujo tal en la previsión, y el buen astrólogo no es charlatán. Nos
hallamos todavía en un saber balbuciente que busca algunos puntos de referencia
precisos y firmes y amplía sus primeras conquistas, permitiéndose anunciar algunos pro-
nósticos dentro de una formulación sobria. Pero así como la Astrología no debe cargarse
de complejos, tampoco debe hincharse de vanas pretensiones: es lo que es. Y ella se
forma a través de esfuerzos constantes para superar el presente adquirido y hallar
nuevas soluciones. Es verdad que todavía hay mucho por hacer. Estamos de acuerdo
incluso en que el campo es nuevo, y nos encontramos en el momento virgen de los
inicios, en que el investigador cualificado puede encontrar el filón y coger a manos
llenas montones de piedras preciosas...