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Derecho agrario

¿Qué es el derecho agrario?


El derecho agrario es la rama del derecho que estudia y regula las relaciones
económicas y sociales surgidas entre los distintos actores involucrados en la
producción agropecuaria. Es decir, nos referimos a las normas jurídicas y
legales que aplican en el caso de la explotación agropecuaria de los suelos.

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El derecho agrario suele ser fruto de una política agrícola específica en una
nación determinada, lo cual es de por sí un punto de partida difícil.

Debe congeniar intereses a menudo conflictivos como la ecología, las


necesidades de producción agrícola y las necesidades sociales y económicas de
las personas encargadas de dicha producción, que bien pueden ser pequeños
productores, o grandes terratenientes.

En ese sentido, el derecho agrario se interesa por asuntos como la propiedad


agraria, la vialidad y tránsito rural, los elementos sanitarios de la producción
agrícola, el régimen de las asociaciones agropecuarias, el derecho de aguas, la
reglamentación de la caza y la pesca, entre muchos otros.

Puede servirte: Industria alimentaria

Fuentes del derecho agrario


Las fuentes del derecho agrario no son muy distintas de las de otras ramas
del derecho:

 La costumbre. Dictaminada por el modo tradicional de explotación de la


tierra.
 Las normas y la ley. Es decir, las disposiciones jurídicas
constitucionales en materia agrícola, especialmente en los casos en que
existen leyes agrarias.
 La jurisprudencia. Es decir, la interpretación que de las leyes realizan
las autoridades pertinentes.

Importancia del derecho agrario


El derecho agrario es sumamente importante en la constitución de las naciones,
ya que rige una actividad económica fundamental, como es la producción
de alimentos y bienes primarios de consumo.

Una nación debe, ante todo, garantizar a sus ciudadanos la disponibilidad de


alimentos y recursos básicos, de modo que la resolución eficaz y efectiva de los
conflictos en materia agropecuaria suele ser prioridad, especialmente en aquellas
naciones que viven de la exportación de sus productos agrícolas.

Por otro lado, es la única rama del derecho capaz de velar por el uso racional
de los recursos naturales renovables de un territorio, en los que la actividad
agrícola suele tener un impacto importante. Lo mismo ocurre respecto al bienestar
de la clase campesina, la cual suele ser pobre y marginada en muchas de las
naciones del llamado Tercer Mundo.

Ejemplos de derecho agrario


El derecho agrario debe velar en situaciones como las siguientes, por ejemplo:

 Los pleitos entre pequeños productores agrícolas y las grandes


corporaciones trasnacionales del agro, especialmente en lo referido al
uso de semillas (transgénicas o no, por ejemplo).
 La repartición de las tierras cultivables y la lucha contra el latifundio,
es decir, contra la tenencia de grandes extensiones ociosas de tierra.
 El control de la aplicación de químicos y fertilizantes que tengan un
alto impacto medioambiental y humano, y que atenten contra la
perpetuidad de la agricultura o contra el bienestar de los habitantes
rurales.
 La resolución de disputas entre el Estado y la clase campesina, en
lo referido a políticas económicas (aranceles, impuestos, incentivos,
etc.).

Derecho agrario mexicano


En 1991 el presidente Salinas dio el primer paso hacia la reforma agraria.
Desde antes de las épocas coloniales se ha intentado en México hacer el mejor
uso de las tierras cultivables, tal y como hicieron a su modo las distintas culturas
originarias que dependían de la producción y el intercambio de productos como el
maíz, el algodón o el cacao.

La conquista y la imposición de las leyes coloniales modificaron ese orden


primigenio, imponiendo un sistema de propiedad que distinguía entre la propiedad
privada de los españoles, la propiedad de los pueblos indígenas y las propiedades
de la Iglesia Católica.

Este sistema se prestó naturalmente para el beneficio de las castas de poder,


propiciando el latifundio a pesar de lo contenido en las Leyes de Indias hispanas.
Así, tras la independencia, en México existían leyes que protegían a los
terratenientes y marginaban a la clase campesina, racialmente identificada,
además, con los pueblos originarios.
Justamente por eso, el siglo XIX fue tan conflictivo en materia de derecho agrario
y las insatisfacciones de la clase campesina permitieron el surgimiento a
inicios del siglo XX de la Revolución Mexicana, responsable de algunos de los
más profundos cambios en materia agrícola de la historia del país.

Entre esos cambio se incluye la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, emitida por
Venustino Carranza, con total espíritu zapatista. En dicho período también se creó
la Comisión Nacional Agraria en cada estado de la federación mexicana, y en
1917 el reconocimiento de la Propiedad Comunal agrícola.

Estos cambios fueron profundizados posteriormente, durante la presidencia


de Lázaro Cárdenas, quien efectuó entre 1934 y 1940 el mayor reparto de
tierras de la historia mexicana, para su explotación bajo la figura del ejido.

Sin embargo, el tema de la pobreza del campo mexicano y las tensiones propias


de su tenencia no lograron nunca ser erradicadas del todo. En 1991 el entonces
presidente Carlos Salinas propuso la llamada Reforma Salinista, uno de los
principales pasos contemporáneos en México hacia una necesaria Reforma
Agraria.

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