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Informe Consultoria Ambiental
Informe Consultoria Ambiental
1. Objetivos
1. Contaminación del agua: La minería ilegal puede contaminar los cuerpos de agua
cercanos a los humedales con mercurio, cianuro y otros productos químicos tóxicos
utilizados en el proceso de extracción de minerales. Esto puede afectar la calidad del
agua y la salud de las especies acuáticas y las personas que dependen de ella.
2. Destrucción de hábitats: La minería ilegal puede destruir los hábitats naturales de
las especies que habitan en los humedales, lo que puede tener un impacto negativo
en la biodiversidad y la estabilidad ecológica de estos ecosistemas.
3. Pérdida de suelos: La minería ilegal puede causar la erosión del suelo y la pérdida
de la capa vegetal, lo que puede afectar la capacidad del humedal para retener agua
y nutrientes.
4. Conflictos sociales: La minería ilegal puede generar conflictos sociales entre las
comunidades locales y los mineros, lo que puede tener un impacto negativo en la
cohesión social y la calidad de vida de las personas.
5. Impactos económicos: La minería ilegal puede tener un impacto negativo en la
economía local y nacional, ya que no se pagan impuestos ni regalías y se evaden las
regulaciones ambientales y laborales.
Colombia es un país de agua, un país de humedales. Colombia es anfibia, como lo
mencionan dos grandes publicaciones del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos
Alexander von Humboldt. El país cuenta con cerca de 31 millones de hectáreas de
humedales, lo que representa el 26 % de su territorio continental e insular. Por su posición
continental, es considerado uno de los cuatro países con mayor disponibilidad de recursos
hídricos del planeta, pues cuenta con dos grandes extensiones de agua marina que bañan las
costas Pacífica y Caribe, con innumerables sistemas de agua dulce, que nutren cada rincón
de la geografía colombiana (Castellanos, 2006). Es por esto que, frente a la problemática
que están sufriendo los humedales, se han desarrollado políticas que procuran protegerlos,
como lo enuncia la Ley 99 de 1993 relacionada con la formulación, concertación y
adopción de políticas orientadas a regular las condiciones de conservación y manejo de
ciénagas, pantanos, lagos, lagunas y demás ecosistemas hídricos continentales (Ministerio
del Medio Ambiente, 2002). Sin embargo, dichas políticas, por lo general son ineficientes
al momento de ser llevadas a la práctica. El Instituto Humboldt, en una de sus más recientes
publicaciones, reconoce que los humedales permanentes del país son especialmente frágiles
y recomienda la conservación estricta de sus espejos de agua.
El departamento de Córdoba no es ajeno a toda esta problemática que vienen sufriendo los
humedales, en su mayor parte por actividades antrópicas, como también por aspectos
relacionados con la ampliación en el número de haciendas, lo cual consolida más el
comercio ganadero y causa más perjuicio al deteriorar las fuentes de aguas.
En el caso del humedal de Ayapel, los cambios de uso del suelo de forestal a potreros o
cultivos, así como la tala de bosque primario para explotación de especies comerciales
(Prioria copaifera, Symmeria paniculata, Tabebuia guayacan, Lecythis minor Jacq,
Anacardium excelsum, Bombacopsis quinata, Tabebuia ochracea, Cariniana pyriformis y
Manilkara huberi) en las partes altas de las cuencas afluentes al humedal, han generado
pérdida de la cobertura vegetal, del horizonte A o capa fértil del suelo, fragmentación de los
ecosistemas naturales, pérdida de hábitats y de especies, han favorecido la erosión,
principalmente en épocas de lluvia en las cuales se generan carcavamientos y
deslizamientos de tierra que aumentan la sedimentación Natural de los cuerpos de agua
(CVS, et al., 2007, p. 331) (Colorado, et al., 2002, p. 219).
Por otro lado, el uso de plaguicidas en las áreas agrícolas, así como la explotación aurífera
informal en algunas subcuencas del sistema (Quebrada Quebradona y Escobillas), reducen
la calidad del agua del humedal por el ingreso de materia orgánica, plaguicidas y metales
pesados que llegan por escorrentía o a través de los caños y quebradas afluentes.
Igualmente, en épocas de altas precipitaciones cuando los ríos Cauca y San Jorge ingresan
al humedal, aportan contaminantes y altas cargas de sólidos suspendidos, que intensifican
esta problemática y generan además mayores tasas de sedimentación en el sistema.
Pregunta Final
¿
BIBLIOGRAFIA
Colorado, J., Herrera, J., & Acosta, E. (2002). Plan Básico de Ordenamiento Territorial San
Jerónimo de Ayapel 2002 – 2012. Tomo I. Ayapel (Córdoba).
Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y de San Jorge (CVS)- Grupo de
Investigación en Gestión Y Modelación Ambiental (GAIA)–Corporación Académica
Ambiental. (2007).
https://www.argentina.gob.ar/ambiente/contenidos/humedales
https://es.mongabay.com/2021/11/nuevo-estudio-humedales-colombia-no-estan-protegidos/
https://unlp.edu.ar/investiga/especiales/humedales-17562-22562/