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CAPÍTULO 6

EL VERBO: CLASIFI CACIÓN

Verbum significaba en latín «palabra». Los verbos son pala-


bras, desde luego; pero podemos considerarlos «la palabra».
La palabra por antonomasia, la palabra principal.
El verbo es el motor de la lengua. El verbo representa la
fuerza del idioma, una potencia que él traslada al resto de
las palabras y que las atraviesa como un pincho moruno,
como la broqueta enlaza los camarones, como ensarta los
champiñones la brocheta (que es lo mismo que broqueta,
pero que parece menos elegante porque, a diferencia de la
anterior, no viene del francés). Así, quedan engarzadas las
palabras en la oración y establecen entre ellas sus vínculos, y
pueden relacionarse en cascada gracias a la fuerza sobrante
del verbo. Todo el entramado de vocablos que empleamos
para expresarnos se vendría abajo si no supiéramos usar el
verbo o si no lo hubiéramos inventado.
Veamos cómo quedaría sin verbos la frase que acabo de
escribir:

Todo el entramado de vocablos que para se abajo si no el verbo o


si no lo.

Sin el verbo, el idioma sería un conjunto de interjeccio-


nes, gritos de aviso, sustantivos inconexos... Podríamos pres-
cindir de otros elementos del sistema gramatical, y de hecho
hay lenguas que carecen de algunos; pero nunca del verbo;
ni nuestra lengua ni ninguna.
LA GRAMÁTICA DESCOMPLICADA EL VERBO: CLASIFICACIÓN

El verbo hace fértiles a otros vocablos. Al abrigo de su acción, de la transformación, del ser o del estar. Así, compa-
casa crecieron muchas otras palabras, que se sitúan a su alre- recen con sus personas correspondientes del singular o del
dedor para beneficiarse de su influjo, como los adverbios o plural, de modo que distinguimos enseguida de quién se nos
las conjunciones. está hablando. Estas desinencias resultan tremendamente
eficaces, pues nos informan a la vez sobre el tiempo y sobre la
persona gramatical que ejecuta la acción.
Los verbos constituyen los pilares del idioma, en ellos se Y han previsto incluso que, si así procede, nos quedemos
sujeta todo. Nos dan idea de la acción, de las nociones sin saberlo, porque la realidad es difícil y no siempre se sabe
en desarrollo, de las transformaciones, del ser y el estar todo: existen los verbos impersonales, las pasivas reflejas, las
de las cosas, los animales y las personas. pasivas sin agente...
Veamos los diferentes puntos de vista desde los cuales po-
demos examinar el verbo. . '
Su presencia abundante da ritmo a las novelas y coheren-
cia a las crónicas del periódico. Los verbos, más que contar
cuanto sucede, lo muestran. LA M O R F O L O G Í A VERBAL
Ponga muchos verbos en su vida. Será señal de que vive
mucho. Como recordamos de los primeros capítulos, la morfolo-
El verbo es capaz de constituir una oración por sí solo, gía estudia las partes de las palabras (aquello d e ^ y sil). En
porque no necesita siquiera un sustantivo o un sujeto (que los verbos también tenemos partes descomponibles, distintos
puede quedar implícito): Mira. cromosomas que contribuyen a crear significados. Pero aquí
Es cierto que otras palabras pueden usarse aisladas —¡Cui- resulta todavía más apasionante, porque los genes que acti-
dado!— pero o bien se ayudan de un verbo oculto (¡Ten cuida- van determinadas funciones verbales suman muchos y resul-
do!) o sólo son una interjección sin alma gramatical y sin ex- tan muy eficaces. Con un microscopio gramatical podemos
presión articulada del pensamiento. disfrutar como niños en una marmita de chocolate. Hay
Los verbos —lo más maravilloso del sistema lingüísti- genes de raíz, de cada una de las personas verbales, de cada
co— saben contarnos en qué momento ocurren las cosas: uno de los tiempos, de cada uno de los modos; genes de una
en el pasado, el presente o el futuro. Pero además han sido conjugación o de otra, genes de plural o singular... Pero
entrenados para relativizar su propia información, y contar- todos, eso sí, se reducen a dos grandes grupos:
nos cuándo sucedió algo en relación con otra cosa que hu-
biera sucedido o estuviera sucediendo o se previera que ^ La raíz
pudiera suceder...: Es la parte invariable de un verbo. Si examinamos la serie
construyó, construido, construirá, construiremos, notamos que
Como siempre, llamó al timbre cuando yo estaba en la ducha. en todos ellos se da una parte igual: constru-. La raíz se obtie-
ne siempre cuando retiramos la terminación (-ar, -er, -ir) al
No sólo eso: también han conseguido informarnos al ins- infinitivo (constru-ir). La raíz sólo varía en algunos verbos
tante sobre la persona o personas que mueven los hilos de la irregulares. ... .
L A GRAMÁTICA DESCOMPLirADA El. V E R B O : C L A S I F I C A C I Ó N

>* La desinencia
Es la parte añadida a la raíz para precisar el tiempo, la
persona y el número. También el modo (indicativo, subjun-
tivo) . Por tanto, la desinencia es lo que nos queda al supri-
mir la raíz. Al hecho de formar un verbo con estos elemen-
tos se le denomina «conjugar».

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