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El ojo matemático de 

Horus
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Tam-Tam Press 15 de diciembre de 2015

Varios años ha tardado Elena Soto en


terminar su poema sobre «el ojo de Horus»,
sobre el cual pende una historia legendaria y
otra matemática. En el Antiguo Egipto era
uno de los amuletos más poderosos:
potenciaba la vista, protegía y remediaba las
enfermedades oculares, contrarrestaba los
efectos del «mal de ojo» y, además, protegía
a los difuntos. Incluso en la actualidad se
sigue utilizando como amuleto por personas
que practican distintas religiones en todo el
mundo. Como talismán simboliza la salud, la
prosperidad, la indestructibilidad del cuerpo y
la capacidad de renacer. Pero más allá de
todo eso el Ojo de Horus también contiene
una sofisticada ecuación matemática
utilizada, entre otras cosas, para expresar
fracciones de volumen.

Por ELENA SOTO

Cuenta la leyenda que Horus se enfrentó a


Seth en una cruel lucha en la que su ojo
izquierdo quedó destrozado, pero Tot logró Pintura mural sobre yeso de la cámara funeraria del
recomponerlo. Este nuevo ojo de Horus era artesano Pashedu, en Tebas.

el Udyat, «el que está completo» y, además


de un amuleto de protección, representa un sistema de cuantificación fraccional de las partes de
un todo.

Las fracciones del ojo de Horus eran cada una de las partes en las que éste fue seccionado
durante la batalla y se representaban mediante una grafía: la esquina interior era ½, el iris ¼, la
ceja 1/8, la esquina exterior 1/16, mientras que los ornamentos debajo del ojo continuaban la
secuencia 1/32, 1/64, …

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Udyat, el ojo aritmético.

El ojo matemático de Horus

En tu brazo resplandece el Udyat,


el ojo matemático de Horus


que dibuja las fracciones.


En tu brazo, la mirada oblicua


que desmiembra mi cuerpo


juntando de nuevo los pedazos.


Con un cuarto del iris,


un octavo de la ceja,

un sesentaicuatroavo de la lágrima…

Y, aunque cada fracción


siempre es la mitad de la anterior,


la suma nunca alcanza la unidad,


solo se aproxima

porque lo que se despedaza


nunca puede totalmente completarse.


Pero se alegra mi espíritu al saber

que llevas en el brazo el ojo arimético


con las medidas exactas del ungüento


para que mi corazón pueda sanarse.


Yo ofrendo a la serie geométrica


el humo de mi cigarro fascinado,


volutas áspid con esa ínfima fracción angular


que provoca el aleteo


para que la lágrima de Horus alcance el infinito,


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y no acabe en el Nilo,
y no la arrastre el agua.

Si se pierde, te lo advierto,

nunca hallarás fórmula, ni hechizo, ni conjuro


que mida con precisión el trigo y la cebada.

Los egipcios se detuvieron en la sexta


división 1/64, pero si continuamos
haciendo mitades del trozo que falta
nos acercaremos cada vez más a la
unidad, aunque no la alcanzaremos
jamás. En matemáticas podemos
construir una expresión del tipo:
«Donde la suma tiende a 1 cuando n
tiende a infinito».

Vídeo “El ojo de Horus en las


matemáticas” (haz un click en
la imagen):

Brazalete de Sesonquis I con el ojo Udyat. Museo Egipcio de


El Cairo.

Haz un click para ver el vídeo…

Más información:

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