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S-9 Ensayo
S-9 Ensayo
INSAYO SEMANA 9
CURSO:
Bioquímica
ALUMNO:
DOCENTE:
CICLO:
III
TRUJILLO - PERU
2023
MEJORAR LA DIGESTIBILIDAD DE LAS GRASAS DE LOS
PIENSOS DE INICIACIÓN
Para ello debe adaptarse a los cambios alimenticios, lo que requiere de ajustes morfológicos,
estructurales y enzimáticos del intestino y órganos digestivos.
En las primeras horas, el aumento de peso se debe en un 80% al intestino delgado, que además
cambia su morfología. Los primeros días de vida, el lechón atiende sus necesidades energéticas
gracias a la leche de la cerda, cuya grasa es de una alta digestibilidad (>90%) a diferencia de
otras grasas de origen animal o vegetal.
Esta pérdida de actividad de lipasa (64%) es sólo parcialmente compensada por el aumento del
tamaño del páncreas (26%). Al contrario, la actividad de los ácidos grasos que se unen a las
proteínas es enormemente estimulada por la ingestión de calostro.
En esta situación la alta digestibilidad de la grasa se explica por las cantidades apreciables de
lipasa y de fosfolípidos (1-2%) que contiene la leche de la cerda.
Inmediatamente después del destete, la capacidad de estómago del lechón no es suficiente para
atender las necesidades energéticas.
Todo ello exige el diseño de alimentos ricos en grasas y de alta digestibilidad para evitar
trastornos digestivos.
La digestión de las grasas, que se produce en el lumen intestinal, depende del tamaño de los
glóbulos de grasa, de la emulsión producida por las sales biliares (hígado), de la extensión de la
lipólisis (lipasa pancreática), de la solubilidad de los productos resultantes (formación de micelas)
y de la absorción.
Las lipasas hidrolizan los triacilglicéridos liberando mayoritariamente los AG unidos en las
posiciones 1 y 3 y dejando un monoglicérido en posición 2.
Cuando los AG que se liberan son de cadena corta (8-12 átomos de carbono), son solubles en
medio acuoso y de fácil absorción directa.
Si los AG liberados son de cadena larga insaturada tienen mayor polaridad y por lo tanto se
agregan sin dificultad a las micelas.
Lo mejor, por tanto, es que en la posición 2 se encuentren mayoritariamente los AGS (en la leche
de la cerda el 58% del C16:0 está en la posición 2).
En general, los solutos polares se agregan a las micelas con mayor facilidad y por ello los monos
acilglicéridos forman micelas más fácilmente que los AGL.
La bilis es un emulsionante, pero hay otras sustancias naturales, como los fosfolípidos, que
añadidas al alimento juegan un papel importante en la formación de micelas.
Las moléculas de fosfolípidos tienen una parte lipofílica (hidrófoba que rechaza el agua) debida
a los AG esterificados al glicerol y una parte hidrofílica (que atrae al agua) debida al ácido
fosfórico, y a la colina, etanolamina o inositol, por ello actúan como surfactantes en mezclas de
agua y grasa.
De todos los emulsionantes naturales las lecitinas son las más conocidas y son mezclas de
aceite, fosfatidilcolina (PC), fosfatidiletanolamina (PE), fosfatidilinositol (PI), ácido fosfatídico (PA)
y fitoglicolípidos con otros compuestos naturales, procedentes del desgomado del aceite de soja,
de composición variable según la materia prima de partida.
Cuando hay una insuficiente cantidad de sales biliares en el intestino debido al animal o a
una hidrólisis bacteriana que las convierten en ácidos biliares, de menor capacidad de formación
de micelas, la inclusión de emulsionantes ayudará a corregir esta insuficiencia.
En definitiva, las grasas son una excelente fuente de energía para los lechones, pero su uso
requiere tener en cuenta todos los factores mencionados amén de otras interacciones (enzimas,
oligoelementos, aminoácidos...) con otros componentes de la dieta y de los que aún hoy es
necesaria mucha más investigación.