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FORO 1 ERECHO ROMANO

Conforme lo leído los patricios eran descendientes de los fundadores de la ciudad, era la clase
adinerada, originariamente fueron los únicos considerado ciudadanos, siendo los únicos que
votaban.

Los Plebeyos eran campesinos, comerciantes y artesanos, eran pequeños propietarios,


trabajadores que pagaban impuestos y estaban privados de gobernar y de elegir a sus
gobernantes. Sufrieron las consecuencias de las guerras contra los Tarquinos y oprimidos por las
deudas quedaron a merced de los patricios, que los subestimaban y los hostigaban.

Las reformas de carácter político y social implementadas por el Rey Servio Tulio, acentuaron aún
más el descontento de la clase plebeya. Se puede señalar como el inicio de la crisis del período
monárquico que se agudizó aún más durante el gobierno déspota del último rey de Roma,
Tarquino “El Soberbio” provocando la caída del período de monárquico para entrar en una etapa
de transición hasta entrar en el período denominado “República

Esta gran diferencia social que había entre patricios y plebeyos en el ejercicio de los derechos
públicos y privados provocó un conflicto que duró dos siglos y culminó con el triunfo de los
plebeyos que obtuvieron el reconocimiento de sus derechos y la igualdad con los patricios. El final
de esta lucha se produjo en el año 300 a.C. con la Ley Ogulnia, que autorizaba a los plebeyos a
ejercer poderes religiosos y con la Ley Hortensia en 287 a.C.

En la actualidad estas desigualdades que ocurrían en la antigua Roma no ocurren a tan groso
modo en ninguna parte del mundo, todos somos iguales y tenemos los mismos derechos y
libertades gracias al amparo de la ley. Si bien sabemos que por ley somos iguales, la separación de
las clases sociales sigue existiendo. Sigue existiendo la discriminación, el racismo y el menosprecio
hacia otras clases.

En nuestra constitución Nacional el principio de igualdad ante la ley se encuentra consagrado en


el Art .16...” La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: Nohay en
ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y
admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto
y de las cargas públicas…” Todos los ciudadanos argentinos gozamos de los mismos derechos, no
todos accedemos quizás por desconocimiento y es ahí donde veo la desigualdad.

Entonces puedo decir en mi opinión, que la premisa de la ley de igualdad efectivamente no se


cumple porque existen lamentablemente personas en el mundo que por su poder económico
manejan el mundo a su merced, dejando de lado a los pobres, los que menos tienen, si bien todos
tenemos los mismos derechos de libertad, de igualdad, etc.

Coincido con la opinión de mi compañera además se puede agregar que en la reforma de 1994, se
incluyó una cláusula, el art. 75, inc. 23, que faculta al Congreso a “legislar y promover medidas de
acción positivas que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y
ejercicio de los derechos reconocidos por esta Constitución y por los tratados
internacionales vigentes sobre derechos de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con
discapacidad.” Esta norma, y una correcta interpretación de nuestro antiguo artículo 16,
no solo autoriza al Estado, sino que lo compele, a implementar medidas que permitan cambiar
el estado de cosas que coloca a grupos de personas en situación de desventaja estructural. No
importa qué hagan los individuos que forman parte de esos grupos, ni cuánto se esfuercen, no
podrán por sí mismos torcer la potente inercia de prácticas de antaño a que los desplazan,
invisibilizan y excluyen.

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