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Cómo incorporar la sostenibilidad a tu plan empresarial

de recuperación

Por David Phillips Jefe de Relaciones con los Inversores, Hays

 
A finales de 2019, el impulso ambiental, social y de gobernanza (por sus siglas
en inglés, ESG) en todo el mundo era fuerte - especialmente en lo que respecta a
la mejora de la sostenibilidad de muchas organizaciones. Pero entonces llegó el
COVID-19, que obligó a muchas empresas a entrar en modo de supervivencia. A
medida que el mundo se recupera, muchos se preguntan: "¿Cómo pueden las
compañías asegurarse de que ser más verde vuelve a estar en la agenda?".
 
En los últimos años, las empresas han aprendido que atraer y retener a los
clientes y a los empleados va de la mano de la información y el compromiso de
tener un impacto positivo en la sostenibilidad y la sociedad. La sostenibilidad,
en particular, ha ido ascendiendo en la agenda de muchas empresas, en un
esfuerzo por atraer tanto a los clientes como al talento. Un estudio de IBM de
2020 reveló que el 71% de los consumidores encuestados indicaron que la
trazabilidad de los productos es muy importante para ellos, y que están
dispuestos a pagar un extra por las marcas que la ofrecen.
Por su parte, el informe Made for the future 2019 de HSBC descubrió que el
24% de las organizaciones afirmó que uno de los motivos de sus inversiones en
sostenibilidad es mejorar su capacidad para contratar y retener al mejor
talento. Justo antes de que se produjera la pandemia a finales de 2019, la
proporción de empresas del S&P 500 que informaban sobre sus resultados en
materia de ASG aumentó hasta el 90%, frente al 20% de 2011.
Mientras tanto, la Encuesta del Informe de Sostenibilidad 2020 de KPMG,
donde la consultora encuestó a 5.200 empresas de 52 países, ha revelado que
el 80% de las empresas ahora informan sobre la sostenibilidad, en comparación
al 12% de cuando se comenzó a investigar este fenómeno en 1993. También en
2019, la Comisión Europea puso en marcha el Acuerdo Verde Europeo, que
pretende convertir a Europa en el primer continente neutro desde el punto de
vista climático.
Pero entonces llegó la COVID-19. ¿Ralentizará o detendrá por completo los
avances en materia de sostenibilidad?
 
El impacto de COVID-19 en la sostenibilidad del lugar de trabajo
Patxi Zabala, Director de Responsabilidad Social Corporativa de la empresa
industrial y tecnológica española Velatia, afirma que las operaciones de
sostenibilidad de muchas empresas se vieron afectadas por tener que entrar en
modo de supervivencia. "El impacto causado por la crisis del COVID-19 tuvo
efectos negativos en las empresas, que han tenido que tomar decisiones que,
debido a la urgencia de gestionar el impacto del virus en la vida de la empresa y
desde el punto de vista económico, a veces no son del todo sostenibles."
 
Por ejemplo, muchas organizaciones han tenido que introducir nuevas normas
que obligan a los empleados a llevar equipos de protección personal, como
máscaras y guantes. Aunque son esenciales para mantener la seguridad de las
personas, muchos artículos son desechables o de un solo uso. Sin embargo,
Ryan Swenson, Director de Desarrollo Sostenible de la empresa
australiana Officeworks, señala que la reducción de la sostenibilidad en algunas
áreas no tiene por qué suponer una reducción general de los resultados de
sostenibilidad. "La salud, la seguridad y el bienestar de los miembros del equipo
y de los clientes deben seguir siendo la primera prioridad, pero esto no significa
que las prácticas de sostenibilidad tengan que verse comprometidas", afirma. A
pesar de las nuevas exigencias a los trabajadores, en octubre de 2020
Officeworks aún pudo lanzar su Plan de Diferencia Positiva 2025 -una
estrategia de cinco años para el equipo, la comunidad y el medio ambiente- y ha
seguido avanzando para convertirse en una empresa de cero residuos y con el
objetivo de lograr el cero neto.
 
¿Cómo pueden las organizaciones incorporar la
sostenibilidad a su recuperación tras la crisis del 19?
 
Así pues, cuando las organizaciones miran hacia el futuro, ¿cómo pueden
garantizar que la sostenibilidad vuelva a ocupar un lugar destacado en su
agenda y forme parte de su recuperación? Zabala cree que es importante que
las empresas que han descubierto prácticas más sostenibles no vuelvan a los
viejos hábitos cuando lleguen al otro lado de la pandemia. "En aquellos casos
en los que la crisis está teniendo un impacto positivo en una gestión más
sostenible en términos de ESG, las empresas deberían considerar el
mantenimiento de estos cambios identificando su propósito sostenible y la
rentabilidad asociada a una mejor y mayor gestión", explica, y añade que una
mayor concienciación del público sobre la necesidad de la sostenibilidad
"facilitará no sólo la vuelta a algunas prácticas sostenibles, sino también el
desarrollo de muchas otras".
 
Por ejemplo, durante la pandemia también se ha producido una importante
reducción de los viajes de negocios, que normalmente representan el 12% de
las emisiones del transporte mundial, lo que equivale a 915 millones de
toneladas de CO2 en 2019. Sin embargo, durante la pandemia se ha producido
una reducción sin precedentes de la contaminación atmosférica global de
hasta el 60%, que tiene en cuenta no solo los viajes internacionales, sino
también los desplazamientos diarios. Esto ha sido posible porque el trabajo a
distancia, algo que no estaba disponible de forma generalizada antes de la
pandemia, se ha impuesto a empresarios y empleados, que utilizan programas
como Slack, Zoom y Teams para seguir trabajando de forma eficaz.
Una encuesta mundial realizada por Slack en octubre de 2020 reveló que el 72%
de las personas preferiría una mezcla de trabajo en la oficina y a distancia, y
que solo el 12% querría volver a la oficina a tiempo completo.
 
Además, algunas empresas (como Deloitte y PwC) ya han declarado que la
reducción sostenida de los viajes de negocios formará parte de sus planes en
curso para reducir las emisiones a cero. Pero, de cara al futuro, ¿qué pueden
hacer los directivos para garantizar que la sostenibilidad vuelva a ocupar un
lugar destacado en la agenda de su organización?
 
 
1. Aprovechar la oportunidad de cambiar los comportamientos
 
Para la Dra. Laura Marie Edinger-Schons, catedrática de Empresa Sostenible de
la Universidad de Mannheim, existe la esperanza de que estas nuevas prácticas
sostenibles sigan siendo la norma. "La investigación sobre comportamientos
sostenibles ha demostrado repetidamente que es muy difícil cambiar los
comportamientos y rutinas habituales", explica. "Por eso, esta inesperada
alteración de nuestros comportamientos habituales en el trabajo ofrece una
gran oportunidad de cambio permanente". También añade que muchas
prácticas insostenibles como consecuencia de la pandemia pueden volver a
eliminarse de las empresas cuando ésta haya terminado. "Durante la pandemia,
algunas industrias se vieron obligadas a utilizar más prácticas empresariales
insostenibles, por ejemplo, debido al aumento de la entrega de productos o al
uso de envases de plástico; sin embargo, muchas de ellas ya no serán
necesarias después de la pandemia."
Las empresas también pueden buscar formas de hacer que los
desplazamientos al trabajo -dondequiera que sea en el futuro- sean más
inclusivos y sostenibles, ya que casi el 25% de los empleados han dejado un
trabajo a causa de los desplazamientos. Las organizaciones pueden tratar de
subvencionar los costes de los desplazamientos y ofrecer alternativas a los
coches de empresa -que se ha demostrado que aumentan el uso de los
vehículos domésticos en un 25%-, como los planes de uso de la bicicleta.
 
 
2. Desafiar a los proveedores a ser más sostenibles
 
Las empresas también pueden aprovechar la oportunidad para revisar las
cadenas de suministro; por ejemplo, las empresas pueden ser indirectamente
más resistentes al clima y más justas con la sociedad y los individuos.
"Podemos lograr más a través de la acción colectiva que como una sola
organización, por lo que la colaboración con muchas de nuestras partes
interesadas, incluidos los proveedores y el gobierno, es realmente importante",
dice Swenson. El código de conducta de los proveedores de IKEA, por ejemplo,
exige que los proveedores cumplan sus normas en áreas como las horas de
trabajo, los beneficios y salarios de los empleados, los productos químicos, los
residuos, la ética empresarial, el medio ambiente, el trabajo infantil y la
discriminación antes de que IKEA considere trabajar con ellos.
 
Por su parte, la empresa alemana de artículos deportivos Vaude ha colaborado
con el Gobierno alemán y las partes interesadas para crear el "Grüner Knopf" (el
botón verde), una etiqueta de sostenibilidad para sus productos textiles. Este
tipo de iniciativas están exigiendo a las empresas de todo el mundo que sean
más transparentes, lo que hará que más empresas tengan que identificar los
riesgos de su propia cadena de suministro.
 
Esto es algo que el Consorcio de Sostenibilidad (una organización mundial de
sostenibilidad sin ánimo de lucro) está ayudando a las empresas a hacer a
través de su herramienta de mapeo de materias primas, que aborda dónde
están los riesgos, cuáles son y cómo se pueden abordar estos problemas.
 
 
3. Fomentar un comportamiento sostenible a todos los niveles
 
Sin embargo, dentro de las empresas, no sólo corresponde a las altas esferas
fomentar el cambio. "Es responsabilidad de todos cuestionar el status quo y
participar en la reconstrucción y configuración de nuestra economía del futuro.
Por supuesto, los altos cargos tienen más poder para cambiar las estructuras y
los procesos, pero los empleados son un motor de cambio igualmente
importante en las organizaciones", afirma Edinger-Schons. "Y para los pocos
privilegiados que no nos enfrentamos a amenazas existenciales debido a la
pandemia porque tenemos trabajos seguros, diría que nuestra responsabilidad
es aún mayor".
 
Pero la responsabilidad de reconstruir la sostenibilidad no recae únicamente en
las empresas. Los gobiernos también tienen un papel que desempeñar, algo
que ya estamos viendo en España. Nuestro país va a recibir unos 140.000
millones de euros de NextGenerationEU, el plan de recuperación de la Unión
Europea, que se destinarán al Plan de Recuperación, Transformación y
Resiliencia de España. El plan abarca la reforma fiscal verde e incluye el
adelanto de los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de
2025 a 2023, la introducción de 250.000 vehículos eléctricos, el impulso de las
energías renovables, especialmente los parques eólicos marinos flotantes, el
refuerzo de la red y la inversión en redes inteligentes.
 
El tejido empresarial del plan se ha enmarcado en un documento elaborado por
la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. "Implica a toda la
cadena de valor de las empresas. A través de su concienciación, y de la puesta
en marcha de una política de compras que incorpore criterios ESG, deben
destacar la protección de los derechos humanos", explica Zabala.
 
 
4. Hacer que la sostenibilidad forme parte de su propósito organizativo
 
Es fácil ver cómo la inversión en industrias que apoyan el impulso de la
sostenibilidad existente crea más puestos de trabajo, y nos da una normalidad
más "verde" después de la pandemia. ¿Pero qué pasa con las empresas cuya
existencia nunca se basó en estos objetivos? Ya hemos visto que los bancos de
inversión y los gestores de patrimonio están creando carteras centradas en la
sostenibilidad, pero ¿qué pasa con aquellas que, sobre el papel, tienen muy
poca necesidad de interactuar con este tipo de prácticas?
 
"Desde hace varios años, las empresas se preocupan por lo que quieren los
nuevos talentos", explica Megan Kashner, profesora adjunta clínica y directora
de Impacto Social de la Kellogg School of Management de la Northwestern
University. "Los futuros empleados quieren que la empresa para la que trabajan
esté orientada a un propósito, que esté en el lado correcto de la sostenibilidad y
que sienta que sus valores se alinean con los de la empresa. Como resultado,
estamos viendo un aumento de los puestos de trabajo que tienen que ver con
las cadenas de suministro sostenibles, que están en la energía limpia, la
diversidad, la equidad y la inclusión, y que se centran en las finanzas
sostenibles. Estamos viendo cómo algunas de las mayores instituciones
financieras cambian sus contrataciones para poner el talento al servicio de
estas iniciativas necesarias, a las que antes podía parecer que sólo prestaban
atención de boquilla". Añade que, aunque antes se avanzaba lentamente en la
provisión de transparencia en los casos en que no se exigía por ley, "algo de la
pandemia ha acelerado eso", y las empresas están teniendo que asegurarse de
que a la gente le gusta lo que encuentra.
 
También es justo esperar que uno de los resultados directos de la pandemia
sea que las empresas cambien proactivamente sus políticas de contratación,
como explica Zabala: "2020 ha sido un año de cambios, y la crisis sanitaria ha
puesto de manifiesto la necesidad de modelos sostenibles, la gran relevancia
que tienen las empresas en la sociedad y su papel fundamental para dar
respuestas rápidas a las situaciones más críticas, globales e inesperadas. De
hecho, en esta pandemia muchas empresas han demostrado un
comportamiento ejemplar al poner sus recursos a disposición de la comunidad,
respondiendo a las necesidades productivas, sanitarias, económicas,
materiales y sociales."
 
Así que, tanto si se trata de un aumento de los puestos de trabajo directamente
en el ámbito de la lucha contra el cambio climático, como si se trata de
funciones en empresas que sitúan la sostenibilidad en la vanguardia de la ética
de la compañía, los expertos creen que se van a crear más puestos de trabajo.
Zabala concluye que las organizaciones inteligentes entienden esta
oportunidad.
 
"Están reorientando sus modelos de negocio, con inversiones millonarias en
algunos casos, y con un impacto positivo en toda su cadena de valor con la
creación de miles de puestos de trabajo".

Fuente:
https://www.hays.es/blog/insights/como-incorporar-la-sostenibilidad-a-tu-plan-
empresarial-de-recuperacion

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