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' PARAGUAS
SOBERANIA
Lucio Garcia DEL SOLAR
EMBAJADOR. PRESIDIO EL CONSEJO DE EMBAJADORES.
ENCARGADO DE LA NORMALIZACION
DE LAS RELACIONES CON EL REINO UNIDO, 1989/1990
Exactamente hace quince afios, en marzo de 1982, pocos sabian
que el gobierno militar preparaba un desembarco en las Islas Malvinas
con el propésito de recuperar su soberania para la Argentina, Produ-
cido el hecho, que provocé una guerra con Gran Bretafia, se interrum-
"pid un proceso negociador de doce aftos iniciado por €) _
gobierno del presidente Arturo Illia, cuando planted’ —
ante las Naciones Unidas la descolonizaci6n de las islas
y obtuvo el apoyo internacional que llevé al Reino Unido
a sentarse a negociar sobre una disputa cuya existencia negaba
desde que en 1833 ocupé el archipiélago por la fuerza.
Las conversaciones entre el Palacio San Martin y el Foreign
Office fueron levadas a cabo con gran profesionalidad, cualquiera
haya sido la naturaleza del gobierno de turno. El lado argentino
comprendia que la eventual solucién sélo era posible a largo
plazo, obligando a un trabajo discreto y muy paciente,
aunque sin dejar de transmitir a los britanicos, con
firmeza y dignidad, nuestra honda conviccién de 1a
propiedad de las Malvinas. Las negociaciones fueron
intermitentes, con momentos de tensién e interregnos sin adelantos,
= 25
ARCHIVOS del PRESENTELUGIO GARCIA DEL SOLAR
Pero se lograron progresos importantes como el levan=?
tamiento de la antigua prohibicion argentina de conta
tos y viajes entre el territorio continental y las islas.
Merced a ello, la Argentina puso en movimiento un amplio
Programa de ayuda y colaboracién con los islefios, promovien-
do un acercamiento que podria haber dado frutos en el largo
Plazo. Entretanto, ambas cancillerias negociaban reservadamente
distintas formulas de arreglo y por lo menos en dos oportunida-
des, en 1968 en 1979/80, las posiciones se acercaron tanto que
sino hubiese sido por el Parlamento britanico que las -7 ut
rechaz6, alguna solucién de la disputa se delineaba en
el horizonte. : is
# Pero el intento del gobierno militar de recuperar las islas
Por la fuerza trajo para la Argentina un sinnamero de consecuencias
negativas que no corresponde mencionar en estas reflexiones salvo
una: la guerra sirvié en bandeja al Reino Unido la excusa para zafar dei?
contexto defensivo en que se vio encerrado como consecuencia de las
decisiones de las Naciones Unidas. Una opinion de peso sobre el
| compromiso al que habia quedado atado el Reino Unido al aceptar
desde 1965 negociar la soberania, la dio David Thomas, ex subsecre.
lario adjunto para las Américas del Foreign Office, cuando afirm6 en
: 1991 que la Argentina logr6 en las Naciones Unidas «que esa relativa-
mente oscura disputa bilateral adquiriese una dimensi6n internacional
que estableci6 la base para las primeras conversaciones serias en una
materia que hasta entonces, era considerada no negociable por Gran
Bretanas! J
EFECTOS DE LA VICTORIA
MILITAR BRITANICA
la victoria militar sobre una Argentina que habia abandonado la
via pacifica para solucionar la disputa cambio las cosas y el gobierno
de Margaret Thatcher la aproveché para redisefiar una estrategia
destinada a sacarse de encima el inc6modo caso de las Malvinas. AV
Partir de ello, el Reino Unido se consider6 autorizado a elegir las
Condiciones en que se desarrollarian las relaciones con la Argentina, j-
Con el mejor estilo de una potencia mercantil y militar, se propuso por
* Towarp Resoiution, LYNNE RIENNER PuBLisHeRs, PAG. 23.
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ARCHIVOS del PRESENTEEL PARAGUAS DE SOBERANIA
un lado, cuando se dieran las condiciones, normalizar los vinculos ! :
diplomaticos y comerciales con nuestro pais como si no hubiese
habido guerra alguna y por el otro asumir la posicin de que la victoria y
militar cancelaba el compromiso ante la Argentina y las Naciones
Unidas de negociar Ia soberania de las islas. Esta postura no fue
admitida en forma manifiesta por el Foreign Office ya que no existe
cédigo alguno que prescriba que la victoria militar otorgue semejante
derecho, pero nos lo fue haciendo sentir con actos sucesivos de
inequivoca coherencia.
La primera sefial de que Londres descartaria de cualquier diilogo ”,
con la Argentina la soberanfa de las Malvinas se produjo en 1984, en fl
tiempos del gobierno del presidente Alfonsin y con la senora Thatcher , \
aun en el poder; una reunién en Berna entre diplomaticos de ambas |
cancillerias con miras a normalizar las relaciones rotas desde la guerra, i
fracas6 abruptamente por insistir la parte argentina en que el tema de* |
se
Si DE
Ia soberania no fuese expresamente eliminado de la agenda.
La posicion negativa de Gran Bretafa fue reiterada durante otto
esfuerzo de acercamiento entre las partes promovido entre 1986 y 1989
por los Estados Unidos con ocasién de un intercambio de papeles
confidenciales (non papers), transmitidos a través de Washington. El
objetivo era que las partes se reuniesen para conversar sobre cuestio- |
i
nes de pesca y maneras de evitar incidentes en las aguas en disputa
Dicha explotacién estaba adquiriendo proporciones importantes ge-
nerando ciertos roces, que los norteamericanos juzgaban peligrosos,
entre la Argentina y el Reino Unido.
LT PARAGUAS DE SOBERANIA
exigia para que el encuentro se realizase, la exclusion expresa de
discusién alguna de soberania y para superar el problema, el
Fcanciller Dante Caputo propuso utilizar para la eventual reunion el
:_Procedimiento de reserva del reclamo, conocido como elparaguas.
Utilizado en su momento para el Tratado Antartico y
después para el convenio de comunicaciones de 1971
entre la Argentina y el Reino Unido sobre las Malvinas,
el paraguases un mecanismo juridico de orden practico
que permite que las partes que mantienen una disputa
Y que asisten a una reunién determinada, adopten resoluciones de
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ARCHIVOS del PRESENTE.LUCIO GARGIA DEL SOLAR
interés comtin sin perjuicio de sus respectivas posicio-
nes de soberania, que quedan reservadas. De tal manera
se aparta temporariamente y de comtin acuerdo, el punto
contencioso que pudiere trabar las coincidencias en otros temas
S especificos. Nada impide que al margen de la reuni6n dada, el
reclamo de soberania siga siendo planteado. Esta detallada
descripcin del paraguas se hace necesaria por la confusién que existe
sobre sus alcances, a lo que aludiremos més adelante.
La reunién sobre la pesca nunca pudo concretarse; en parte
porque nuestra cancilleria peri6dicamente insistia en que
la misma debia tener agenda abierta y los britinicos
desconfiaban de que por esa via se introdujese el tema de
la soberanja y en parte por el acortamiento del periodo
presidencial de Alfonsin. Pero como saldo positivo del ejercicio, quedd
aprobado entre las cancillerias el texto del paraguas de soberania, un
adelanto clave para la decision que en la materia que nos ocupa, adopt6,
apenas se hizo cargo de la presidencia, su sucesor.
Vow
CATON DE LAS RELACIONES
Si los britanicos, a rafz del episodio de Bema, desconfiaban del
presidente radical, no eran menos recelosos del recién electo Carlos
Menem, no sélo por la clasica aprensién hacia el peronismo en el
exterior sino porque su imagen populista la confirmaba. Para peor,
ecos de conceptos vertides por él en discursos de campaiia pronun-
ciados en provincias patagénicas, inquietaron al gobierno britnico al
punto de que por un mensajero del Departamento de Estado norte-
americano, que asisti6 a la inauguracién del nuevo presidente,
transmitieron al entonces canciller, Domingo Cavallo, un duro non
paper advirtiendo que el Reino Unido responderia con firmeza
cualesquiera acciones ejecutadas contra los intereses britanicos, don- |
de fuere que éstos se encontrasen
En vista de esta imagen, pocos eran los observadores argentinos
y mucho menos los extranjeros que se imaginaban que habia un
nuevo Menem en gestacién, cuya admiraci6n por el primer mundo
y sus luces no habia tenido ocasi6n de manifestarse. En su productiva
gira, que como candidato hizo por Europa, se le grabaron a fuego los
consejos que le dieron los jefes de gobierno que entrevisté -
Gonzalez, Andreotti, Kohl, Mitterrand- el principal de los cuales era
28
ARCHIVOS del PRI
SENTE,
Muc
Z]
EL PARAGUAS DB SOBERANIA
|
+ quehiciera las paces con suMajestad briténica si pretendia que la Uni6n |
i 4 Europea apoyase su gestidn. |
i No vacilé y en un alarde del pragmatismo, que segtin anuncié en
4 su mensaje ai Congreso serfa la base filosofica de su accién de '
z gobierno, adopté dos inesperadas medidas tan pronto se hizo cargo I
; del mismo, que para los observadores extranjeros fueron fuertes |
sefales de significativos cambios en la Argentina: la designaci6n de la | 4
multinacional Bunge y Born para dirigir la economia y la apertura hacia | :
el Reino Unido para normalizar las relaciones. Para que esto Ultimo se \
coneretara con la rapidez con que ocurri6, el canciller Domingo :
Cavallo transmitié en forma mas convincente que la administracion
anterior, la seguridad de que la cuestién de la soberania no seria
abordada en las negociaciones, utilizando a tal efecto la férmula del \
paraguas cuyos términos, como vimos, estaban ya listos. 2
Siete meses después de la asuncién del presidente Menem, se )
restablecieron los vinculos diplomaticos y quedaron normalizadas las
demas actividades de la relaci6n bilateral entre la Argentina y el Reino
Unido interrumpidas por la guerra de 1982, con una importante Ae
: excepcidn: no se reanudé el didlogo acerca de la soberania de las
Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. 5)
CONGELAMMENTO DE LA DISPUTA
En ese aspecto el Foreign Office no se movi6 un milimetro de la
postura asumida en tiempos del presidente Alfonsin. No
s6lo eso sino que aprovechando una tendencia conce-
siva en el trato de la Cancilleria con el Gobiemo
britinico, éste se dedicé a efectuar sucesivos actos de
afirmacion de soberania en aguas en disputa de las Malvinas y
de las Georgias, aconsejandones, al propio tiempo, que abando-
nemos el reclamo.
Con esa politica, de hecho, la diplomacia britnica unilateralmente
‘vq. - congelé sine die la discusién acerca de la soberanfa de las
"| Malvinas, una antigua aspiracion de los islehos. Pero como una
\ Tnedida de congelamiento debe resultar de un acuerdo |
§ de las partes y éste no existe, para justificarla foment6
una interpretacion capciosa del paraguas de soberania
atribuyéndole alcances omnimodos: segiin ella, no sélo
cubri6 los acuerdos especificos de Madrid y los de las reuniones sobre
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eS
ARCHIVOS del PRESENTE. |LUCIO GARCIA DEL SOLAR ec,
los temas de pesca, hidrocarburos y militares -donde al
comenzar las deliberaciones se recita el texto del parag
Suas para reservar las respectivas posiciones de princi. "GC
Pio y abitermina su funcion- sino que abarcaria la disputacomo {Mf
tal y aun la entera relacién argentino-britanica. Si asi fuese,
hucstra diplomacia quedaria maniatada por un cepo e impedida
de plantear, por tiempo indeterminado, la reanudacion de las tratativas
acerca de Ja soberania. =
Mucho no le costé al Foreign Office fomentar esa desnaturali-
zacion del paraguas puesto que en medios locales se
instal6 una predisposicién a aceptarla. No es de extra
far, ya que ocasionalmente la propia Cancilleria, reti=
2 @ cente en plantear nuestro reclamo en reuniones de alto
nivel con los briténicos, atribuyo al paraguas alcances similares a los
de la interpretacion briténica. El propio presidente Menem, antes de
Neen £8 octubre de 1995 con el primer ministro John Major en
Nueva York, contests a periodistas que le preguntaron si el tema de
|a soberania seria tratado: «Como ustedes saben, la soberanta ha sido
Por ahora colocada bajo un paraguas. ey
La ms reciente utilizacién del Paraguas fue en la reunion de
Chevening en el Reino Unido, a la que asistieron los cancilleres de
ambas partes. Curiosos malentendidos desestabilizaron el encuentro y
¢l presidente Menem anunci6, segtin los diarios -que el Paraguas que
feniamos con Gran Bretaiia se ha cerrado». Preguntado nuestro_j
ministro de Exteriores sobre ello, agregé a la confusion
existente su opinién de que hay dos paraguas, uno abierto_y otro
cerrado. i
LSCLARECIMMENTO ECE
ARIO
Al margen de las desventuras de este instrumento tan vapuleado,
consideramos que seria util que desde la alta conduccién de nueste,
diplomacia, se ilustrase didacticamente a la opini6n pablica sobre las
razones qué hubo en Madrid y reuniones técnicas posteriores para
recurrir al paraguas y acerca de sus verdaderos alcances, Ello, en el
marco de una explicacion que desde hace rato se le debe a la
Guudadania sobre las intenciones y los planes del gobierno, si los hay,
cn la cuestiGn de la soberania de nuestros territorios insulares cg
disputa
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ARCHIVOS del PRESENTE