Está en la página 1de 53
CAPITULO 8 Las transformaciones econ6émicas Jorge Saborido El arco temporal que abarca desde 1914 hasta fines de siglo esta caracterizado, como uno de sus rasgos principales, por la dindmica de las transformaciones eco- némicas y de la innovacién tecnolégica generadas por el capitalismo, en el marco de relaciones dominadas por el mercado. El volumen de la produccién y los inter- cambios, luego de una etapa de crecimiento sélo discreto entre las dos guerras mundiales —1,9 por ciento de promedio anual-, experimenté una expansién inédi- ta. Los trabajos realizados por Maddison (1997) muestran que el incremento del Producto Bruto Interno (PBI) mundial alcanzé entre 1950 y 1973 el fantastico promedio del 4,9 por ciento anual, casi duplicando los valores correspondientes al periodo 1870-1913 (2,7 por ciento anual), un perfodo histérico de muy positives resultados econdmicos. A su vez, entre 1973 y 1992 la tasa de crecimiento se redu- jo al 3 por ciento anual, Sin embargo, esa dindmica se verd afectada por dos facto- i cimiento y la incapacidad para concretar el generadas tanto en el interior de cada espacio econdmico nacional entre | stintos sectores sociales como entre las diferentes economfas nacionales en el marco del “sistema mundial”. Por lo tanto, la evolucién eco econdmica del perfodo estara vinculada estrecha- mente con estrategias y con comportamientos sociales,y politicos destinados a enfren- tar y superar estas limitaciones. Asf, el Socialismo eh su versién soviética propon- dr el despliegue de una economia planificada-y Id estatalizacion de los medios de Estes punto de partida para la superacién de las desigualdades; e(Es-) tado benefactot apuntaré a la proteccién de los excluidos, a la disminucién de esas “desigualdadés y al control de las variaciones en Tos nivéles de actividad en el marco ~ de una economia capitalista, y desde los paises periféricos se elaborarén y llevarén a la prictica proyectos orientados a salir de Ja “trampa del subdesarrollo”. [417] Un balance ajustado de lo ocurrido puede mostrar sin duda las draméticas negativas consecuencias a las que ha llevado la implementacién del “socialismy real”, los cuestionamientos que desde todos los angulos agobian al Estado de bien. ary la insuficiencia manifiesta de los intentos heterodoxos implementados par, superar el atraso, Sin embargo, esta constatacién no debe Ilevarnos a la glorifica. cion sin mis de la economfa sustentada en la libre competencia y la iniciativa pri. vada, Killa ha demostrado tanto su eapacidad para producir innovaciones e incre. mentar la productividad en todos los terrenos como sus limitaciones en cuanto a que logros tan inexcusables para una sociedad moderna como el acceso igualitario al empleo, la salud, la educacién, pucdan coneretarse a partir del accionar de la “mano invisible”, Asimismo, pz ro que el despliegue de todas las potencia- lidadles del eapitalismo sélo reproduce y aun amplia las diferencias entre los paises ricos y los pobres. Por lo tanto, una revisién de la historia econdmica del perfodo propuesto debe ser extremadamente cauta en sus juicios, enfatizando los éxitos pero destacando a la vez su déficit en relacién con el objetivo central de la actividad econémica, que es mejorar la situacin material del conjunto de la sociedad. 1, Las transformaciones producidas desde 1914 a) El crecimiento demogrdfico ; El estudio de la poblacién y de las variables que componen la demografia mues- tran que lo ocurrido en el siglo XX no constituye en manera alguna un ciclo cerra- do ni por su principio ni por su fin. El comienzo del siglo es la continuacién de un proceso de revolucién demogréfica que comenz6 hacia 1870, caracterizado por un descenso importante de la mortalidad acompafiado de una lenta baja de la natali- jad. Se verifican cambios de significacién en la poblacién mundial: mientras Eu- ropa ralentiza su crecimiento, otros continentes —Asia, Africa, América- multipli- can su poblacién. La tecnificacién de la agricultura parece alejar la “maldicién malthusiana” del desigual crecimiento de la poblacién y los recursos pero, sin embargo, las guerras, las enfermedades y el hambre siguen haciendo estragos. Una primera aproximacién a la evolucién demografica del perfodo qué esta- mos considerando Heva a una divisién valida para el mundo occidental: 1) el sub- periodo 1914-1945, y 2) el emergente después de la finalizacién de la Segunda Guerra Mundial. Los afios de la “guerra civil europeg” fueron de crisis poblacional para el viejo continente y de aumento-de la poblaci6n para el resto del mundo, donde se destaca América Latina, que entre 1920 y 1940 crecié a una tasa del 1,73 por ciento anual frente al 0,75 por ciento del promedio mundial. En Europa, las pérdidas ocasiona- das por las dos guerras sélo fueron parcialmente compensadas por las politicas natalistas implementadas por la Italia fascista y la Alemania nazi, y por el fuerte crecimiento demogréfico de la Unién Soviética. Si bien con diferencias muy marcadas, los afios de la inmediata posguerra cons- ah AR HPA AOINIS LCONOMICAS ALD tituyeron un lapso de crecimiento de la poblacién, hasta el punto de haberse gene- ralizado la expresién “baby boom” para referirse a lo ocurrido entonces. En | décadas de 1950 y 1960, la poblacién crecié el 32 por ciento en Estados Unidos y Canadi, el 14 por ciento en Europa, el 65 por ciento en Africa, el 30 por ciento en América Latina (Livi-Bacci, 1990). La “explosi6n demografica” del ‘Tercer Mundo se convirtié en el hecho mas espectacular del siglo en este tema, Asia y Afriva se destacan, pues manticnen unas altas tasas de natalidad al tiempo que van controlando algunas de las pandemias causantes de la gran mortalidad, si bien el hambre contintia siendo un problema generalizado. Los problemas que surgen de estas realidades opuestas son muy diferent — EI bajo crecimiento demografico se ha convertido en el problema de buena parte del mundo desarrollado. Por una parte, la insercidn de la mujer en Ia vida econémica, la difusin de técnicas anticonceptivas y la clevacién de la edad de matrimonio han conducido a que la fecundidad esas aia supere la unidad en mimero de hijos por mujer, con lo que el relevo generacional no esté asegu- rado. Las migraciones provenientes de pafses pobres parecen ser -en el media- no plazo- el principio de solucién a esta situacién atipica: En cuanto a la mor- talidad, su disminucién ha situado la esperanza de vida por encima de los seten- ta y-cinco afios. Una consecuencia preocupante es la desproporcién entre la poblacién econémica activa y In inactiva, con las explosivas implicancias que tiene para el mantenimiento del sistema de seguridad social, en tanto el nime- ro de cotizantes disminuye en términos relativos frente a una masa de jubilados y pensionados que crece y demanda servicios. ~ Para el resto del mundo, el crecimiento demogréfico es un problema de tal magnitud que exige el despliegue de politicas dé largo plazo destinadas a con- trolarlo. En muchos paisés =China, India, Paquistin, Indonesia- los gobiernos han tomado conciencia del problema, combinando medidas punitivas contra el exceso de nacimientos con otras que premian a las parejas que no conciben mas de uno o dos hijos. De cualquier manera, la cuestién demogrifica se relaciona estrechamente con el tema de Ja distribucién de la riqueza, E's muy dificil negar que las relaciones de mercado tienden a reproducir, incluso ampliando, las condiciones de partida, por lo que resulta vilido hablar del “circulo vicioso de la pobreza”. Para un desarrollo sostenible en el tiempo, lo: 8 pobr nun shack inversor que es impo- sible que provenga de su raquiti¢o proceso de acumulacién de capital. Ahora bien, sila inversion se gufa exclusivamente por los criterios de rentabilidad (y seguridad para el capital), es imposible que acuda a los paises pobres, salvo pari’el aprovecha- miento puntual, y en muchos casos depredador, de CirCunstancias fivorables, con una limitada-repercusidn, sobre el aparato productivo local. ss “Por lo tanto, él Control demografice €§ 8610 Wiio de los aspectos de un probje- ma enormemente ms complejo, que constituye uno de los grandes desafios; ai LA CUN PRfPURANEIDAD RECTENT EL SIGLO XX b) Los cambios en la estructura del empleo En visperas de la Primera Guerra Mundial, las actividades vinculadas con ¢ sector primario eran netamente dominantes en todo el mundo, incluso entre los paises desarrollados. Sélo en Gran Bretafia el porcentaje de poblacién ocupada en este sector se situaba claramente por debajo del 20 por ciento. Las transformaciones mas importantes que experimenté el mundo desde 1914 fueron la declinacién de la poblacién ocupada en el sector primario “la muerte del campesinado”, segtin la expresién de Hobsbawm (1995a)- y el increment generalizado del sector servicios. Las estadisticas realizadas por Maddison (1997) muestran estas modificaciones en cinco paises de Europa y en Japon, entre 1913 y 1992, y una publicaci6n anterior del mismo experto (Maddison, 1992) establece la evolucién de estos sectores en un conjunto de pafses en desarrollo entre 1950 y 1980 (cuadro 1). La despoblacién del campo afecté casi todo el mundo, con a excepcién de s6lo tres regiones: el Africa subsahariana, el sur y sudeste del continente asiatico y Chi- na. Asimismo, slo en parte se debié al progreso tecnolégico: mientras que algu- nos de los paises desarrollados se convirtieron en importantes exportadores de productos agricolas, lo que se logré con la mecanizacién, en las regiones pobres del mundo la aportacién realizada por la llamada revolucién verde (véase capitulo 10.3.b.) fue parcial. E] éxodo agrario fue acompafiado por el crecimiento y la diversificacién de las actividades urbanas. La expansién del aparato estatal, el desarrollo de actividades como los sectores bancarios y financieros, el turismo, la diversificacién producida por la expansi6n del consumo masivo, etc., condujeron a la absorcién de crecientes masas de poblacién. De cualquier manera, en muchos de los paises atrasados el desarrollo urbano se vio modificado por la irrupcién de multitudinarios sectores marginales, que pasaron a residir en barrios periféricos precarios y se constituye- ron en elementos habituales del paisaje urbano. Hacia los aftos 80, las aglomera- ciones urbanas més importantes del planeta estaban en el Tercer Mundo: México D.F, El Cairo, Sio Paulo y Shanghai superaron los diez millones de habitantes. Mientras tanto, si bien el mundo desarrollado seguia siendo el mas urbanizado (salvo algunas regiones de América Latina y del mundo arabe), las grandes ciuda- des se estancaron o incluso declinaron en su crecimiento. ¢) El aumento de la productividad En general, el incremento de la produccién por habitante se atribuye a una gran cantidad de factores (Maddison, 1997; Denison, 1967), de los cuales destaca- remos los que consideramos mis relevantes. Tas TRANSENDA CIO me oie ee Cuapro 1 Distribucién del empleo por sectores (1913-1992) Pais Rubro 1913 1950 1980 1992 Estados Unidos Agricultura 27 13, 3 3 Industria 30 34 30 23 Servicios 43 53 67 74 Francia Agricultura 44 28 8 5 Industria 32 35 35 28 Servicios 24 37 57 67 ‘Alemania Agricultura 35 22 6 3 Industria 41 43 43 38 Servicios 24 35 51 59 Holanda Agricultura 26 14 5 4 Industria 34 40 31 24 Servicios 40 46 64 72 Gran Bretafia Agricultura 12 5 3 2 Industria 44 45 37 26 Servicios 22 29 54 ES Japén Agricultura 60 48 ol 6 Industria 18 23 35 35 Servicios 22 29 54 59 Paises en desarrollo* Agricultura _ = 63 45 Industria - = 14 21 Servicios, = 23 34 * Bangladesh, Corea de Sur, China, Filipinas, India, Indonesia, Paquistan, Tailandia, Taiwan, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Pert, Fuenre: Elaboracién de los datos tomados de Maddison (1992, 1997). por el conjunto de transformaciones técnicas -ya en marcha, como sabemos, des- de las tiltimas décadas del siglo XIX— que constituyen el mtcleo de la “segunda revoluci6n industrial”, acompafiadas por las nuevas formas de organizacién del trabajo, el taylorismo y el fordismo, y por las modificaciones experimentadas por el sector empresarial (véase capitulo 1, punto 4). Se caracteriz6 por la acelerada difusién de las innovaciones tecnolégicas entre los paises mas desarrollados, pero mas importante atin es el hecho de que la economia se orienté hacia los cambios técnicos de manera organizada y sistematica, incrementando significativamente los niveles de inversion en ese ambito. Tanto las instituciones estatales como los laboratorios de las empresas pasaron a ser los lugares en donde se realizaba la mayor parte de las tareas de investigacién y desarrollo; asimismo, en las universi- dades comenzaron a generalizarse las actividades orientadas hacia fines econdémi cos. El resultado natural de este proceso de “institucionalizacién de la innovacién” fue la disminucién del papel de los inventores individuales frente a las estructuras institucionales a través de las cuales se canalizaba la innovacién, y también, estre- chamente vinculado con lo anterior, que el ritmo de avance del progreso técnico se hizo menos irregular. Bl dominio teenoligico de Hstudlow Unidos se tnanifenté de manera rotunda en ef periodo comprendido entre la Primera Guerra Mundial y ef fin de la reconstruceiéy, del mundo occidental tras ta querra de 1939-1945 momento de incertidumbre, afec tado por | is de los adios 40-, disminuyendo relativamente a partir de eva fecha como consecuencia del desarrollo de los pafiew avanzadon de Europa y de Japon, Macia principios de la década del 70, In crisis que se desencadend, imaginada inicialmente como un freno temporario al crecimiento, se transform (como vere Jelante) en la manifestacion mis dramidtica del agotamiento de un cielo ecomponicion mos mi tecnoldgico, Simultineamente, se fue produciendo un proceso de estructural en el terreno técnico al frente del cual estaban la electréni nologia y, sobre todo, los avances en las tecnologfas de la comunicacién, que gene- raron las condiciones para que se comenzara a hablar de una “tercera revolucién industrial”, Del impacto de ésta sobre la sociedad en los afios 80 y 90 se hablaré en Jos capitulos correspondientes, pero es preciso destacar que este ciclo de innova cidn tecnoldgica fue acompanado del surgimiento de tasas de desocupacién inédi- tas para el mundo desarrollado, la biotee- EL MEJORAMIENTO DE LAS HABILIDADES HUMANAS Elelemento mis utilizado para verificar el mejoramiento del “capital humano” es el incremento del nivel de educacién de la poblacién, en tanto se parte de la idea de que cuanto mayor sea éste mas ficil le resulta al trabajador comprender y apli- car los frutos del progreso técnico, dado que los contenidos de la educacién mas tarde o mas temprano se van a ir modificando para integrar los avances verificados en el saber cientifico. E] cuadro 2 muestra el crecimiento en los afios de educacién de la poblacién entre 1913 y 1992 en seis pafses desarrollados (cinco paises occidentales y Japén), yentre 1950 y 1992 para otros nueve paises de América Latina y Asia. Las visibles diferencias entre ellos es una muestra adecuada de los desniveles de desarrollo existentes aunque, por supuesto, la dimensién cuantitativa debe complementarse con un anilisis de la eficiencia de los sistemas educativos en su relacién con las necesidades de la economia, LAS MODIFICACIONES EN EL COMERCIO INTERNACIONAL La importancia del incremento de los intercambios exteriores es obvia: desde David Ricardo en adelante, los economistas han insistido en las ventajas que im- plica en términos de especializacién en la produccidn mis eficiente, como asi tam- bién en las posibilidades que brinda a los pafses con una dotacién limitada de re- cursos naturales, Sin duda, el comercio también ha sido importante para la difu- sién de nuevas tecnologias y nuevas mercaderias, y desde la segunda mitad del siglo XIX los flujos internacionales de capitales han contribuido a transmitir los progresos técnicos y organizacionales. Es un hecho conocido que la importancia del comercio exterior depende del tamajio de una economifa, por lo que los paises de menor tamafio pueden obtener LAS PRANSPORMAGIONES ECONOMICAS: “es Cuapro 2 Afios de educacién formal de la poblacién de quince a sesenta y cuatro afios, dieciséis paises (1913-1992) (Promedio para los dos sexos) Ailos oquivatontos do educacién primarla Pais 1913 1950 1973 1992 Alemania 837 10,40 11,55 12,17 Estados Unidos 7,86 11,27 14,58 18,04 Francia 6,99 9,58 11,69 15,96 Gran Bretaha 882 10,84 11,66, 14,09 Holanda 6,42 8,12 10,27 13,34 Japén 5,36 911 12,09 14,86 Argentina - 4,80 7,04 10,70 Brasil - 2,05 3,77 641 Chile 5,47 7,98 10,93 Colombia - 2,66 491 9,14 México - 2,60 5,22 8,22 Venezuela - 2,21 41 10,18 Corea - 3,36 6,82 13,55 India - 1,35 2,60 5,55 Taiwan (Formosa) - 3,62 7,35 13,83 ‘Nota: A la educacién primaria se le dio una ponderacién de 1, a la educacién secundaria de 1,4, y a la superior de 2, de contormidad con la evidencia sobre ingresos relativos asociados con los diferentes niveles de educa- cién. Fuente: Maddison (1997). proporcionalmente mayores beneficios de una mayor integraci6n en los mercados internacionales. Asimismo, la experiencia histérica muestra que en el mediano plazo Ja apertura econémica se vincula con un acelerado crecimiento econémico. El cuadro 3 ilustra sobre el crecimiento de las exportaciones como porcentaje del PBI entre 1913 y 1992 en una serie de paises seleccionados, y alli se destacan, entre otros aspectos, el significativo nivel de autarquia de Estados Unidos, la ace- eracién en Ja integracién internacional de los paises asidticos y el retraso relativo de América Latina. d) El papel del Estado La vida econémica durante el perfodo que estamos tratando est4 fuertemente afectada por el creciente papel desempeftado por el Estado. En este sentido, el surgimiento del llamado “Estado de bienestar” constituye un acontecimiento de- cisivo. Si bien existian antecedentes de intervencién estatal antes de la guerra de 1914, entre los cuales la politica social de Alemania durante los afios de Bismarck es el caso més conocido, tanto en el campo académico como en el de la politica econémica seguian prevaleciendo las ideas que, desde Adam Smith en adelante, reservaban al Estado un papel muy acotado en Ia vida econémica. An PA CON TE MPOHAHETIAL MECHEL EL WOLD AL Guanine 4 Exportaclonos do maroanolie Goma paroentajes dot ri on los paline de ta mussel (Exportaolones y Hil a precios de 1990) Pale 1990 Alomnania uh Francia wy Gran otaha aA Holanda Wa otal Europa oocidental “7 aia 169 Canada ae Fetados Unidos 42 Argentina A trasil ‘ 47 México 6A ‘Total América Latina ps, / 6 wna ‘ca Indonesia Japon Coron Taiwan Tailandia Total Asia Total mundial Fuente, Maddivon (1997), La Primera Guerra Mundial y mas tarde la crisis de los afios 30 obligaron a rotundas modificaciones en el terreno de la gestion gubernamental de la econo- mia, En el primer caso se traté de enfrentar con la mayor eficacia posible una situacién bélica de rasgos inéditos por la gigantesca movilizacién de recursos que demandaba; la expresi6n “economfa de guerra” sirvié para designar una realidad marcada por un significative control estatal de los recursos econdmicos, el que iba desde Ia ori i6n productiva del sector privado en funcién de las necesidades bélicas hasta cl racionamiento de productos alimentariog y de consumo masivo. Sin embargo, fue la depresién internacional instalada a partir del crac bursatil de octubre de 1929 la que marcé ¢] momento en el que, sin mediar una coyuntura excepcional como lo fue una guerra prolongada, la intervencién estatal fue acepta- da como imprescindible por los gestores de la politica econémica y por buena parte del Ambito cientifico, La implementacién de amplios y generalizados planes de politica social -pensiones, jubilaciones, seguros de desempleo-, la puesta en marcha de programas de inversién pablica destinados a crear empleo e incluso la interferencia del Estado en el establecimiento de precios y salarios pasando por LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS 425 encima del, hasta entonces, venerado mercado, le imprimieron a la vida econémi- ca del mundo capitalista una impronta que marcé su evolucién posterior. Tras la guerra de 1939-1945 comenzé a utilizarse la expresién “economia mixta” para designar una realidad en la que junto al sector privado existia un sector estatal de creciente significacién econémica, sumado a un activo papel gestor del gobierno en la implementacién de politicas publicas, que iban desde el accionar en la coyun- tura -politicas monetarias, fiscales, de ingresos- hasta la planificacién de medio y largo alcance. Si, por un lado, ésta era la ténica en el mundo capitalista, la Revolucién bol> chevique de 1917 y la evoluci6n posterior de la Unién Soviética estuvieron carac- terizadas, en el ambito econémico, por el control de los medios de produccién por parte del Estado y la planificacién como instrumento econdmico fundamental. Surgié asi una via alternativa de desarrollo econémico, cuyos éxitos iniciales, si se exclufan los enormes costos sociales, la transformaron en un modelo a seguir para los paises que pugnaban por escapar del atraso. 2, La “segunda guerra de los treinta afios” (1914-1945) Los afios comprendidos entre el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 y la rendicién de las potencias del Eje en 1945 constituyen seguramente el periodo mas conflictivo de la historia contemporanea. Dos guerras, una de las cuales fue efectivamente “mundial”, el triunfo de los bolcheviques en Rusia y la consolidacién del socialismo, el surgimiento, ascenso y derrumbamiento del fas- cismo como alternativa totalitaria a los sistemas democraticos, constituyen acon tecimientos de enorme envergadura, con profundas implicancias en todos los te- rrenos. En el Ambito especificamente econémico, las transformaciones producidas por la guerra de 1914-1918; la estabilizacién de un modelo basado en el control por parte del Estado de los medios de produccién, que se autodefinia como superador del “ca- pitalismo anarquico”, y la profunda crisis que experimenta el capitalismo occidental en la década del 30 -tan profunda como para dar por posible el triunfo generalizado del socialismo- marcan la importancia de estos afios cruciales, 4) Aspectos econémicos de la Primera Guerra Mundial Vistos los acontecimientos citados antes, se explica perfectamente que en el perfodo de entreguerras en Occidente se recordaran con nostalgia los afios del pasado inmediato. Esta afirmacién es también valida para la vida econémica, pues no solo se interrumpié la fase de crecimiento iniciada a mediados de la década de 1890 sino que algunos de los elementos que la habfan caracterizado - los intercambios multilaterales, la vigencia del patrén oro— nunca se restablecie- ron completamente, El estallido de la guerra origind, en principio, el dislocamiento de las tupidas redes del comercio internacional, y los dos bandos intentaron desalojarse mutua- 1, SIGLO XX ‘'EMPORANEIDAD RECIENTE 26 4 el punto de que se ha podidg jércite sfuerzo importador por mente del mereado por medio de bloqueos, ha hablar tanto de una guerra de bloqueos como de una de Ademis, las necesidades del conflicto obligaron a un parte de los paises beligerantes, en beneficio de los neutrales, que ademas de pro. veer a los contendientes pudieron sustituir importaciones con produccién propia ¢, incluso, abastecer mercados perifériec Imaginada como un conflicto breve, la guerr neadenada en 1914 fue La primera en la historia que exigid de los Estados parti la intervencién en cuestiones econdmicas de envergadura, vinculadas tanto a la disponibilidad de los factores de produccién como a la necesidad de distribuirlos con los condiciona- mientos impuestos por deudas recientes y restricciones de importancia. Enel terreno de la produccién, el accionar del Estado intent compatibilizar- se, dentro de lo posible, con los principios de In libre empresa. Sus medidas, en- se orientaron a influir sobre la produccién industrial a través de los contro- les sobre la distribucidn de las materias primas y de la mano de obra. Este fue, justamente, un tema central, en tanto el reclutamiento masivo para el frente dejé enormes vacios en el aparato productivo. Asi fue como todos los paises recurrieron a la mano de obra femenina, protegida por una legislacién especial. Los problemas de la distribucién de materias primas y alimentos exigieron de Jos gobiernos un accionar cada vez mas amplio, puesto que ademis de encargarse de vestir y alimentar a los soldados habja que asegurar niveles de oferta razonables para la poblacién civil. Alemania, dada su situacién de aislamiento, debié recurrir a los controles de precios y al racionamiento; iplitad de la intervencién estatal constituyé un modelo para quienes, como Lenin, debieron concretar una opcidit al capitalismo liberal. La situacién no llegé a esos extremos en los paises de la Entente, pero en Gran Bretafia el Parlamento llegé a conceder al Ejecutivo los més amplios poderes en materia de precios y de distribucién de productos esenciales, los que, sin em- _bargo, no fueron utilizados. Frente a las dificultades que plante6 el comercio exterior, las autoridades actua- ron definiendo las prioridades y fijando cupos de importacién. En 1916, por ejem- plo, Francia prohibié Ja entrada al pais de algunos productos de lujo y al aito siguien- te todas las importaciones debieron someterse a autorizacién gubernamental. Para los Estados involucrados In guerra significé un enorme incremento del gasto piblico, por lo que se vieron obligados a diversificar y modernizar los meca- nismos de obtencidn de recursos, En teorfa, las posibilidades eran tres: emisién de moneda, aumento de la presién impositiva o endeudamiento a través de emprésti- tos internos, Una cuarta opcidn, la ayuda proveniente del exterior, sélo estuvo al alcance de la Entente, y justifica un comentario especial. Ambos bandos hicieron uso de todas las posibilidades a su alcance, pero una frase de John M. Keynes resume la situaci6n: “Los briténicos dieron a su pobla- cidn impuestos; los franceses, rentas, y los alemanes, dinero”. En cuanto ala finan- ciacién exterior, se pueden identificar dos momentos sucesivos: uno en el que Gran Bretafia, por su situacién privilegiada, fue el banquero de sus aliados, y otro en el que a medida que tuvo cada vez mis dificultades en desempefiar su papel, se arbi- des LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS 427 traron mecanismos para obtener dinero en Estados Unidos. La entrada de este pais en la guerra en 1917 consolidé la nueva realidad, pues procedié a financiar sus exportaciones de alimentos y manufacturas. Al finalizar el conflicto, las deudas interaliadas habian alcanzado un volumen de 26.500 millones de délares, convir- tiéndose en un serio problema en los afios siguientes, dado que Estados Unidos, acreedor de sus aliados en casi 12 mil millones, insistié en que esas facturas fueran abonadas. El conflicto fue un importante factor de expansién econémica para algunos paises situados fuera de los escenarios donde se desarrollaban los acontecimientos. La coyuntura bélica actué como barrera proteccionista, en tanto los contendien- tes, tradicionales dominadores del mercado mundial, se concentraron en la pro- duccién orientada a cubrir las necesidades provenientes de la guerra. Ademis, se abrieron perspectivas de exportacién para cubrir una demanda distorsionada por una coyuntura que, a veces, permitié vender casi a cualquier precio alimentos, materias primas e incluso productos manufacturados. EI nuevo escenario internacional favorecié a Estados Unidos. Al ser el tinico pafs industrializado situado fuera del continente europeo, abastecié la demanda de los paises que combatfan, pero también la de los que antes compraban en Europa. Sus exportaciones pasaron de 2.800 millones de délares en 1913 a 7.300 en 1917. Por otra parte, el vacio dejado por el retiro coyuntural del capital britanico de regiones como América Latina permitié consolidar la presencia de capitales priva- dos norteamericanos, que habfan irrumpido en el continente durante la primera década el siglo. En un nivel mucho menos significativo, también Canada se beneficid con la guerra, impulsando sus exportaciones de trigo, carne e incluso de ciertos materia- les bélicos, resultado de un répido proceso de industrializacién en marcha. En el capitulo 14 se detalla la repercusién de la guerra en América Latina, que por su- puesto también afecté la situacién del continente africano. En éste el descenso de las importaciones permitié que las industrias locales de bienes de consumo au- mentaran su produccién, y los beneficios emergentes de la misma facilitaron el posterior incremento de las inversiones industriales. Por su parte, las actividades extractivas orientadas a la exportacién también crecieron con rapidez, pero no en todas las colonias. Una situacién particular por lo impresionante del crecimiento fue la de la produccién de mineral de cobre, que pasé de 145 mil toneladas en 1913 242 mil en 1920 (Bairoch, 1997). Finalmente, un ejemplo muy citado de pais favorecido por el conflicto es el de Japén. Si bien entré en la guerra, su participacién fue escasa, por lo que la activi- dad econémica apenas se vio afectada. Las bases de su expansi6n fueron la sustitu- cién de importaciones y la exportacién de productos industriales a los mercados asidticos abandonados por los europeos. Los textiles de algodén y seda se convir- tieron en las actividades mas dindmicas y, junto a los beneficios de la navegacién comercial, fueron los factores principales que contribuyeron a impulsar la inver- sin, avanzando en el proceso de industrializacién. 428 LA CONTEMPORANEIDAD iuiB Fri nb aE SAX b) Las contradicciones de los aiios 20 La evaluacién de lo ocurrido en la década del 20 en el terreno econdmico est, sin duda influida de manera significativa por la depresién que se abatié sobre cay todo el mundo en los afios siguientes. Por lo tanto, quienes proceden a estudiar este perfodo tienden a centrar su anélisis en los temas que, desde su perspectiva pueden contribuir mejor a la explicacién de los acontecimientos posteriores, Mfs all de esa postura, el perfodo que va desde el fin de la guerra hasta ef estallido de la crisis en 1929 esté caracterizado por la profunda contradiccién entre la realidad de unos profundos cambios econémicos y la insistencia de los gober. nantes en retornar al mundo destruido por el atentado de Sarajevo, desconociendo las implicancias de la nueva situacién. Esta contradiccién, a la que se sumaron la conflictiva manera como se resolvié la cuestién de la guerra, los desajustes producidos por Ia irrupcién de Estados Unidos como nueva potencia hegeménica y los temores emergentes del triunfo de los bolcheviques en Rusia, condujo a una estabilizacién econémica profundamen- te “inestable”, en la que intentos como el de retornar al régimen de patrdn oro resultaban, por lo menos, anacrénicos. LAS CONSECUENCIAS ECONOMICAS DE LA GUERRA Elalivio que significé para todo el mundo el retorno de la paz a fines de 1918 fue acompafiado en Europa por la toma de conciencia respecto de los niveles de declinacién demografica y de destruccién material a los que condujo el conflicto. Los célculos realizados en relacién con las pérdidas de poblacién han Ilevado a sostener que en el continente europeo (con Ia exclusién de Rusia) murieron 22 millones de personas, el 7 por ciento de la poblacién total antes de la guerra y la totalidad del incremento natural entre 1914 y 1919 (Aldcroft, 1985). Es decir que, en 1920, Europa contaba aproximadamente con el mismo niimero de habitantes que seis afios antes. En relacién con la devastacién material, Francia y Bélgica fueron los paises més afectados. Las imagenes recogidas al finalizar la guerra eran estremecedoras: cosechas perdidas, material ferroviario imutilizable, puentes y caminos destruidos, fabricas inactivas. La recuperacién parecfa un proceso largo y dificil. La situacién relativa de Europa en el terreno econémico experimenté un sensible deterioro como consecuencia de la contienda: el porcentaje de su participacién en la produccién mundial cayé del 43 al 34 por ciento entre 1913 y 1923, mientras que para el comercio la disminucién fue del 59 al 50 por ciento (Morilla, 1984). ‘Tan significativa, o mds, que esta declinacién fue la irrupcién de Estados Uni- dos como principal potencia financiera: ademas de poseer las mayores reservas de oro habia pasado a ser, como se ha comentado, el mas importante acreedor mun- dial. La nueva realidad implicaba asumir un papel activo en sus relaciones con el exterior, situacién inédita para el pafs. Se trataba, por una parte, de cumplir con el Papel de abastecedor de capital para facilitar la reconstruccién posbélica y estabili- ar la situacién monetaria de los paises beligerantes. Pero, ademés, era preciso LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS 429 abrir su enorme mercado interior a los productos europeos, para contribuir a la recuperacién de la actividad econémica. En el primer tema, el comportamiento del nuevo lider econémico fue acepta- ble, si bien la politica de la Reserva Federal en 1920, que aumenté los tipos de interés ante el peligro de un desborde inflacionario ~circunstancia que interrum- pid durante tres afios el flujo de capitales hacia el exterior-, mostré que a la hora de tomar decisiones prevalecia In preocupacién por los problemas domésticos. Asi- mismo, la insistencia, ya comentada, en exigir a sus aliados el pago de los créditos de guerra, introdujo un factor de inestabilidad financiera, Enel terreno del comercio internacional, por su parte, terminé predominando la opcién proteccionista: tras un perfodo de librecambio, la implantacién en 1922 de la “tarifa Fordney-McCumber” elevé los derechos aduaneros estadounidenses hasta el nivel ms alto de su historia reciente. y el respei lidades, postura defendida por el presidente de Estados Unidos. ~ 7 “Los cambios més significativos tuvieron lugar en la Europa central y la orien- tal, dada la desaparicién de los tres grandes imperios ~Turquia, Austria-Hungria y Rusia~y la pérdida de territorios por parte de Alemania. Surgieron as{ nueve Esta- dos nuevos: Polonia, Finlandia, Estonia, Lituania, Letonia, Checoslovaquia, Yu- goslavia, Austria y Hungria, circunstancia que determiné modificaciones territo- riales en casi todos los paises (véase el capitulo 9). El proceso de organizacién de estos Estados dio lugar a problemas de todo tipo, desde litigios-fronterizos hast: cuestiones de caracter émico. La idea del presidente norteamericano Woodrow Wilson de establecer fronteras que respetaran las variadas nacionalidades existen- tes resulté inviable, y se produjeron situaciones con un alto grado de conflictividad por el carécter heterogéneo de las sociedades que conformaron cada pais. El Imperio austro-hiingaro fue reemplazado por unidades éstatales que, con la excepcién de Checoslovaquia, eran inviables econémicamente -por lo menos en el corto plazo- e incapaces de estabilizar el escenario politico de la regin. Ademis, las fronteras se trazaron sin prestar atencién a los factores econémicos, por lo cual sur- gieron espacios desarticulados en lo que antes era el “mercado comin” imperial. Es- tos Estados se vieron, ademas, enfrentados al desafio de montar sus aparatos adminis- trativos en un contexto dominado por las secuelas de la guerra, por la penuria de recursos -no hubo inicialmente ayuda importante por parte de los vencedores- y por la débil capacidad exportadora de sus aparatos productivos. La financiacién inflacio- naria, la devaluacién y los controles del comercio exterior fueron los recursos utiliza- dos para enfrentar Ia situacion. La industrializacién era vista como Ia soluci6n, y de hecho se concreté una importante sustitucién de importaciones, pero el esfuerzo no alcanz6; todavia en 1925 la produccién industrial estaba por debajo de los niveles de preguerra (salvo en Checoslovaquia). En algunos paises -Polonia, Austria, Hungria— el descontrol financiero condujo al estallido de fenémenos hiperinflacionarios. La superacién de los mismos se concreté sobre la base de una dura estabiliza 430 LA CONTEMPORANEIDAD RECIENTE: EL SIGLO XX rior, que inclufa una profunda reforma fiscal y el establecimiento de una nueva unideg monetaria, sostenida por préstamos internacionales, aportados primero por la Socie dad de Naciones y luego por Estados Unidos. { Los lideres politicos reunidos en Versalles coincidfan, con énfasis diferente, ey que habfa que castigar a Alemania, “culpable” de haber desencadenado la guerr, Las sanciones fueron: a) pérdidas territoriales; b) entrega de activos; c) estableci. miento de un sistema de seguridad que inclufa la desmilitarizacién y ocupacién de zonas clave de Alemania, y dl) la exigencia de reparaciones por los dafios causados en el conflicto. El problema de las reparaciones fue una de las cuestiones cruciales de la déca- da, en tanto afecté el desarrollo de la politica internacional. La iniciativa de los franceses, los mis interesados en su concrecién, culminé con éxito; se exigid pagos a los paises vencidos, pero la situacién fue tan discutida que Ja cifra final que de- bian abonar los perdedores (bisicamente Alemania) recién se acordé en 1921. El monto total era de 132 mil millones de marcos oro (aproximadamente 33 mil mi- ones de délares) -una cantidad considerada excesiva por la mayor parte de los expertos-, que ademds debfan ser pagados de acuerdo con un plan muy estricto. Junto al resto de las sanciones, las reparaciones contribuyeron al nacimiento de un gran resentimiento en contra de los vencedores, componente relevante del futuro clima politico. LA RECONSTRUCCION DE LA POSGUERRA (1919-1924) Los meses que siguieron al fin de las hostilidades estuvieron caracterizados por fés procesbs estrechamente vinculados: una expansién econdmica espectacular, Sompatade de una aceleracidn de la inflacién y de un derrumibe de la mayor parte de las monedas europeas. " El crecimiento de la actividad econémica se relaciona en forma directa con el retorno de la paz. La demanda retenida durante el conflicto se liberé presionando sobré una estructura productiva que recién iniciaba su adecuacién a los nuevos tiempos. Esta situacién fue a su vez, agravada por las politicas gubernamentales, que procedieron a desmontar con rapidez los controles impuestos durante la gue- rra, implementaron medidas expansivas y, en algunos paises, intentaron financiar Ja reconstruccién con emisién monetaria, El resultado fue una subida de precios que alcanz6 el 10 por ciento en Estados Unidos, el 40 por ciento en Francia y Gran Bretafia y el 250 por ciento en Alemania (Maddison, 1991). Como logica consecuencia se produjo la depreciacién de las principales mone- das europeas frente al ddlar, a tono con una realidad que durante la cohtienda se habfa controlado por-médio de acuerdos entre los gobiernos de la Entente. A fines de 1920, la expansién se frend bruscamente; la produccién, los precios y el empleo experimentaron una caida de importancia en la mayorfa de los paises. Si bien algunos autores sostienen que la “crisis de 1921” se produjo como conse- cuencia del desfase existente entre precios en rapido ascenso y salarios que no acompafiaron esa subida (Neré, 1970), muchos especialistas otorgan una impor- tancia fundamental a las politicas estatales de Estados Unidos y de Gran Bretafia LAS TRANSFORMACIONI ;CONOMICAS Bl en el freno de la expansi6n (Aldcroft, 1985). Las restricciones monetarias y el in- cremento de los tipos de interés impuestos por el gobierno estadounidense reduje- ron la demanda interior -afectada también por la caida de los precios agricolas Gairoch, 1997)- y la de productos importados. El fin del boom fue doloroso; mostré que la recuperaci6n no era una cuestién de pocos meses“ El retorno de la desocupacién -en Gran Bretafia pasé del 2 a casi el 12 por ciento en un aiio- actualizé los temores de los gobernantes respecto de la aparicién de tensiones sociales incontrolables. Estos eran exagerados para el Occi- dente europeo pero tenfan un sdlido fundamento en escenarios como los de los nuevos paises de Europa central y en la Alemania derrotada, De allf que se imple- mentaran medidas destinadas a restablecer la estabilidad monetaria en la regién, intentando a la vez encontrar una salida al problema de las reparaciones. La hiperinflacién alemana de1923 serha constituido en uno de los temas\ més estudiados dé Ia historia econémica del siglo XX, y existen razones para ello. Alemania era la primera potencia industrial de Europa al estallar la guerra y la derrota no afecté seriamente su aparato productivo. El fin de la contienda trajo aparejado un cambio de régimen y una tension social explosiva en el pais. Con su actitud en Versalles, los vencedores contribuyeron de manera significa- tiva a agravar la situaci6n, Por si lo dicho no resultara suficiente, la Republica de Weimar instaurada en‘1919 termin6 su-4zarosa existencia destruida en 1933 por un lider ultranacionalista, Adolf Hitler)jentre cuyos seguidores estaban, sin duda alguna, muchos dé Tos arruinados por Ia hiperinflacin de diez afios antes. De alli que la revision de fo ocurrido en Alemania en el 4mbito econémico / entre 1919 y 1924 constituye una tarea obligada para comprender el mundo de entreguerras. ‘Los gobernantes que asumieron la responsabilidad de sacar a la Alemania ven- cida del caos social y econémico no captaron la real dimensién de los problemas. Supusieron que era posible encarar la reconstrucci6n sin realizar ajustes de fondo, que agravarian atin més la situacién de una sociedad golpeada por el desenlace militar inesperado y por las exigencias de los vencedores. Por lo tanto, el intento de sanear las finanzas sin modificar el sistema impositivo en un momento en que el gasto piiblico aumentaba como consecuencia de la deuda bélica interna, las pen- siones a veteranos, viudas y huérfanos, y las exigencias mismas de la reconstruc- cidn, dio como resultado un fuerte déficit presupuestario, que se convirtié en un relevante factor inflacionario. A su vez, el deterioro de la balanza de pagos, ocasio- nado por la necesidad de importaciones esenciales y por las reparaciones, deprecié el marco con un impacto inmediato sobre el costo de vida. El resultado fue un alza acelerada de los precios, acompafiada hasta 1922 de un fuerte incremento de la produccién, que permitié responder positivamente a las demandas salariales. La situacién se agravé a causa de las implicancias de las repa- raciones sobre la vida del pais: a fines de 1922, los franceses declararon que los alemanes no habfan.cumplido sus compromisos y arrastraron a los aliados a una ocapacion d era del Ruhr. La reaccion del gobierno aleman fue llamada €fesistencia pasivg’, y consistid en la financiacién gubernamental de la no-cooperaciérrde tos Rabitantes de la region ocupada, Ese gasto adicional, suma- an LA CONTEMPORANEIDAD RECHIN TT IL SIGLO XX do al hecho de que no se podfa disponer de la principal fuente de materias pritnas lel pats, condujo al estallido hiperinflacionario, [I goblerno perdié por complet el control econdmico de ln nacién a mediados de 1923; haste decir que los precicg se multiplicaron por § en julio, por 16 en agosto, por 26 en septiembre y por 244 en octubre... (Bairoch, 1997). La estabilizaciin fue posible por ln combinacién de una serie de factores: por una parte, la creacidn de una nueva moneda, cuyo respaldo lo constitufa un présta. mo intemo basado en activos reales, que fue aceptada por la poblacién, element fundamental para ef éxito, Acompafiando esta operacin técnica, se resolvid la cuestidn del Ruhr con el retiro de las tropas extranjeras, a lo que siguié una rene gociacién de las reparaciones~cl Plan Dawes que otorgab facilidades para afrontar Jos pagos, y el comienzo de la aportacién de capitales estadounidenses para respal- dar la situacién financiera del gobierno, Las repercusion de la hiperinflacién fueron profundas: no sélo afec- taron el ordenamiento social y la prosperidad anterior sino que en la mente de muchos alemanes contribuyeron a asoctar democracia y republicanismo con crisis econémica y caos, convirtiendo en preferible cualquier opcidn si con ella retorna- ba el orden afiorads,~ _ ate NORMALIZACION Y CRE IMIENTO (1925-1929) Hacia 1924-1925 quedaron superados, por lo menos en la superficie, los pro- blemas producidos por la guerra. Concluido el proceso de reconstruccién, estabi lizada la situaci6n en los principales paises occidentales, afianzada la supremacta mundial de Estados Unidos, parecfan estar dadas las condiciones para retornar al escenario econémico de preguerra, simbolizado en buena medida por el sistema de patrdn oro. Las dificultades no afectaron la convicci6n, enraizada en el pensa- miento de las autoridades econdmicas occidentales, de que debian arbitrarse todos Jos medios para restablecer su vigencia. Por lo tanto, la vida econémica durante la década estuvo afectada por la estabilizacién que requeria su implementacién y por las repercusiones del tipo de cambio adoptado sobre la actividad econémica de cada pais y sobre el comercio internacional. Pero el mundo habia cambiado y el statu quo anterior a 1914 no podia reconstruirse, Uno de Jos procesos irreversibles fue el de las transformaciones verificadas en Ja estructura industrial, resultado de la aplicaci6n cada vez més generalizada de las innovaciones tecnolégicas caracteristicas de la segunda revolucién industrial. Se desarrollaron nuevos métodos de produccién, incorporandose ideas como la de incremento de la productividad -relacién entre la produccién obtenida y las canti- dades de cada factor utilizadas para conseguirla- y la de racionalizacién ~estudio exhaustivo de los factores de espacio y tiempo concurrentes en la realizacién de una tarea-; el resultado fue una sensible disminucidn de los costos. La repercusién de estos cambios sobre la sociedad fue enorme, y comenzaron por el desarrollo de un mercado de bienes industriales de consumo masivo. Los electrodomésticos y el automévil pasaron a estar al alcance -en Estados Unidos de manera generalizada, pero también en los principales paises europeos- de amplios LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS 433 sectores de las clases medias e incluso de las clases bajas mejor remuneradas (Ca- ron, 1997). Un aspecto negativo de la nueva realidad fue la aparicién de la desocupacin como elemento estructural del sistema. Entre 1922 y 1929 se establecieron altos promedios anuales en Alemania (4,5 por ciento), Gran Bretaia (7,8 por ciento), Estados Unidos (4,1 por ciento) (Bairoch, 1997). Como se ha comentado, la hegemonfa norteamericana se manifest6 con fuerza en este periodo. El efecto multiplicador de la expansién producida por el automé- vil y el sector vinculado con la electricidad se extendié a la construccién y al sector servicios. Sélo la agriculeura, tal como se trataré mas adelante, estuvo marginada de esta generalizada prosperidad. Los valores macroeconémicos dan cuenta elo- cuente de este hecho: 68 por ciento de crecimiento del PBI entre 1919 y 1929 (Maddison, 1997). Los resultados fueron también positivos para Francia, Alemania e Italia. Gran Bretafia resulté la ms importante excepcién. ~En Francia, es mayoritaria la opini6n respecto de que se inicié una “moderniza- cién significativa” (Aldcroft, 1985) cuyas actividades impulsoras fueron Ia indus- tria automovilistica, las refinerfas de petréleo, las centrales eléctricas y la industria quimica. Como contrapartida, el sector primario, donde persistia el domino de la pequeiia explotacién, siguié siendo importante, aunque su declinacién era visible. Uno de los factores que mis contribuy6 en el corto plazo a la expansién fue la depreciacién del franco, que si por un lado dio lugar a una perturbadora especula- cién, por otro estimulé el crédito barato para el equipamiento industrial, empujé las exportaciones e increments las posibilidades emergentes del turismo. Caracterizada como un periodo de inestabilidad politica y social, en el que la inflacién generé una amplia redistribucién de ingresos, sin embargo la década 1919-1929 muestra en Francia un crecimiento del PBI del 79 por ciento, porcenta- je no alcanzado por pais alguno de cierta importancia (Maddison, 1997). ~ Superados los aspectos més negativos de la hiperinflacién, la economia alemana retom6 en 1925 el rumbo de crecimiento anterior a la guerra. El PBI se increment6 casi el 18 por ciento entre ese afio y 1929, trepando hasta un 2 por ciento respec- to de los valores de 1913 (Maddison, 1997), La actividad estuvo afectada por ciertas continuidades y algunas novedades. Entre las primeras se destacan los avances en la concentracién industrial y la incor- poracién de procesos de racionalizacién técnica, En cuanto a las novedades, las més importantes fueron los altos niveles de desempleo y el papel de arbitraje des- empefiado por el Estado, acotando el accionar de las grandes empresas en benefi- cio de los asalariados. Hubo que esperar el ascenso de Hitler para que esta situa- cién se revirtiera de manera decisiva. = Italia, un pais atrasado en su modernizacién econémica y politica, afectado ademas por profundas desigualdades regionales, experiment6 una crisis generalizada en la i mediata posguerra, que fue superada por las clases propietarias y los poderes tradicio- nales -la monarquia, la Iglesia— con la entrega del poder politico en 1922 a Benito ‘Mussolini, lider del Partido Nacional Fascista. Con el apoyo de importantes sectores de las clases medias, procedié a liquidar el socialismo y Ia democracia en nombre de una concepcién ideol6gica que enfatizaba la existencia de intereses colectivos situados por encima de las clases sociales, encarnados en un Estado poderoso y autoritario. La visién fascista de los asuntos econémicos puede sintetizarse como la combi- nacién de un Estado intervencionista, que actta respondiendo a los “intereses su- premos de la nacién”, respetando la propiedad privada y los valores de la economia de mercado. Proteccionismo, manejo estatal de las relaciones entre el capital y el trabajo, impulso a las obras puiblicas, sostenimiento de una lira sobrevaluada por cuestiones de “prestigio nacional”, son algunas de las manifestaciones de ese inter- vencionismo estatal. Los resultados de la gestién de Mussolini antes de la crisis del 30 estuvieron, tal como se ha indicado, en Ia linea de los de Alemania y Francia: 25 por ciento de crecimiento del PBI entre 1922 y 1929, algo més que el primero pero menos que el segundo (Maddison, 1997). — Gran Bretafia presenté los problemas de una economia afectada por la pérdida de competitividad de sus industrias y por una politica gubernamental preocupada por la estabilidad presupuestaria -lo que la llevé a poner en prictica periédica- mente politicas deflacionistas— y por la recuperacién del liderazgo en el terreno financiero, que la condujo, por ejemplo, al restablecimiento del patron oro en 1925 al mismo tipo de cambio de preguerra, afectando, por su sobrevaluacién, las posibilidades exportadoras. En este escenario negativo, sin embargo, en algunos sectores industriales comenz6 una reconversién que, como novedad para el pais, apuntaba a cubrir la demanda interior. El! comportamiento global de la economia britdnica muestra en esta década un contraste con los casos antes estudiados: menos del 12 por ciento de crecimiento del PBI entre 1919 y 1929 (Maddison, 1991). En el resto del mundo, uno de los rasgos significativos de la década fue la expan- sién de las exportaciones del mundo periférico, cuya participacién en el total del comercio mundial pas6 del 23 al 27 por ciento Bairoch, 1997). Tal expansién se debié fundamentalmente a tres factores: 1) la expansién de la colonizacién en Africa, y en especial en el Africa negra, con el consiguiente incremento de la oferta de pro- ductos exportables; 2) el aumento de la demanda proveniente de los paises desarrolla- dos, sobre todo en productos tropicales ~café, cacao, mani, caucho- que progresiva- mente se convirtieron en bienes de consumo masivo en el mundo desarrollado, y 3) el crecimiento de la exportacién de nuevas materias primas, como el petrdleo. ‘LOS PROBLEMAS DE LA PROSPERIDAD El crecimiento que caracterizé la segunda mitad de la década del 20 oculté pero no hizo desaparecer los problemas de la economia mundial, que fueron apre~ ciados en toda su dimensién cuando se produjo el estallido de la crisis. LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS 435 En primer término hay que destacar el hecho de que el crecimiento del comercio internacional fue a la zaga de la expansién de la produccién, La explicacién se centra en dos factores: 1) la nueva realidad estaba afectada tanto por la participacién crecien- te de Estados Unidos, una economfa autosuficiente, como por la ausencia de la Unién Soviética del tnifico internacional tras la Revolucién de octubre, y 2) la vigencia de un proteccionismo creciente, que afecté en especial a los productos manufacturados. Para citar s6lo un ejemplo, los aranceles europeos crecieron aproximadamente un 50 nto respecto de los niveles anteriores a la guerra (Capie, 1994). Otro de los problemas era el de los precios de los productos primarios. Sea porque existié una oferta global excesiva -lo cual parece cierto para algunos pro- ductos, como el trigo y el café-, porque hubo una retraccién de la demanda o porque la introduccién de mejoras técnicas bajé los costos, lo concreto es que se produjo un sensible deterioro de los términos de intercambio de los bienes prima- rios -se ha calculado entre un 20 y un 30 por ciento- respecto de los productos terminados. ‘También es preciso referirse a la declinacién relativa de las industrias tradicio- nales ~carbén, hierro, productos textiles~ respecto de las “nuevas” producciones ~-petréleo, aluminio, fibras sintéticas-, en expansién como consecuencia de la se- gunda revolucién industrial (Morilla, 1984). De esta situaci6n resultaron dificulta- des para el comercio internacional y también para el desarrollo de algunos paises. Al ser justamente esas actividades tradicionales las que se impulsaron en los paises de reciente industrializacién, se generé una situacién de superproduccién relativa que condujo a la caida de los precios. LA EVOLUCION ECONOMICA DE LA UNION SOVIETICA Entre febrero y octubre de 1917 se produjeron en Rusia una serie de aconteci- mientos que comenzaron con la caida del zarismo y culminaron con el triunfo del Partido Bolchevique que, liderado por Lenin, se propuso como objetivo la instau- racién del socialismo (véase el capitulo 10). El factor fundamental desencadenante de este proceso fue la participacién rusa en la Gran Guerra; el esfuerzo bélico, imposible de sostener por una nacién atra~ sada y en situacién de inferioridad militar, terminé siendo inaceptable para la ma- yoria de la poblacién. Los sucesos de febrero condujeron al derrocamiento de Nicolés ily parecieron encarrilar la situaci6n en el sentido de una institucionaliza- cién segiin modelos occidentales, pero la dinémica de la crisis condujo a que los bolcheviques, un partido minoritario, se hicieran con el poder, Se trataba de la primera circunstancia en la que se planteaba la superacién del régimen capitalista y la implantacidn del socialismo sustentado en las ideas de Karl Marx. En los escritos de los “padres fundadores” sdlo habia unos pocos lineamien- tos tedricos respecto de los rasgos del nuevo orden econémico; no alcanzaba con hablar de la “socializacién de los medios de produccién” para enfrentar una reali- dad por demas compleja. Enfrentados a una paz excesivamente costosa con Alemania ya una guerra civil con los restos del ejército zarista, los bolcheviques propusieron un trnsito acele- NTE: Ex SiGLO KR 436 LA CONTEMPORANEIDAD REC! smo, a partir de una serie de medidas como el control obrer, sas, efectivizado a través de los soviets;! la creacién del Consejo Supe, onal, para coordinar el conjunto de la actividad econém, istema bancario y de las principales empresas industria, ampesinos de la tierra expropiada a los nobles y grande, rado hi de las empr rior de la Economfa Na ionalizacién del s les, y el reparto entre los propictarios. A medida que la situacién se fue agravando, las dificultades econémicas condu- jeron al crecimiento del papel del Estado tanto en la produccién -mediante la 1» del control cjercido por los trabajadores- como en la distribucién de Surgié asf el llamado “comunismo de guerra”. El problema principal fue el abastecimiento de alimentos de las ciudades y del frente militar, dado que las expropiaciones de las cosechas realizadas por destaca- mentos militares 0 miembros de los soviets fueron respondidas por los campesinos con la reduccién de la superficie cultivada y el ocultamiento de la producci6n para desviarla hacia el mercado negro. Al mismo tiempo, en las ciudades las industrias no contaban con materias primas ni energia, el sistema de transportes apenas fun- cionaba y los problemas de la mano de obra eran serios, pues los obreros estaban peleando en el frente o regresaban al campo para asegurarse el sustento. En el terreno monetario, el desborde inflacionario dio lugar al pago de salarios en espe- cie y a la reaparicién del trueque. Hacia fines de 1920, asegurado el triunfo en la guerra civil, Lenin propuso un cambio de rumbo destinado a superar la cafda vertical de los niveles de produc- cién. La estrategia implementada se conoce con el nombre de “Nueva Politica Econémica” (New Economic Policy, NEP), y se sustentaba en tres criterios basi- cos: resistir el aislamiento internacional, restablecer la colaboracién entre el Esta- do y los campesinos y concretar la recuperacién econémica a partir del desarrollo de fa agricultura. La decisién crucial consistia en estimular la produccién agraria por medio de la libre comercializaci6n de las cosechas, el traspaso sin restricciones de la tierra y la utilizacién de mano de obra asalariada por parte de los propietarios. Se impulsaba, sin duda, el retorno de las actividades mercantiles propias del capitalismo. La in- dustria, a su vez, podria incrementar su capacidad de produccién gracias a la venta de maquinarias, herramientas y bienes de consumo a los campesinos. La idea era que a mediano plazo se dispusiera de los excedentes que permitieran montar una industria pesada. Se trataba de una politica gradualista, basada en un pacto entre el Estado revolucionario y los campesinos, consecuencia de Ia inviabilidad de una estrategia industrialista a cualquier costo. Postulaba una reversién parcial en el grado de control estatal de la economia, fomentando el “cooperativismo democré- tico” y el retorno de la pequefia propiedad. ‘Transcurridos tres afios de su implementacién, el éxito de la NEP se manifest6 en un aumento significativo tanto de la produccién agricola como de Ia industrial, pet? LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS a7 acompaiado de un ahondamiento de las difereni s entre los campesinos, consolickindase los kulaki (propietarios de fincas de tamaiio medio) como los prinei- pales beneticiatios del ineremento de la produccién a partir de su control de la ma yor parte de la tierra fértil, Adem, la recuperacién de la agricultura no se asenté en la mecanizacidn, con lo que se bloqued la posibilidad de que el Estado obtuviese pedidos de maquinaria que permitieran una expansién sostenida de la industria, Para los dirigentes bolcheviques, la NEP fue objeto de un profundo debate, cen- trado en la buisqueda de los caminos para impulsar la industrializacién, Un sector insisti6 en su defensa, apoyando la profundizacién de las medidas a favor del sector agrario: mis produecidn significarfa nas alimentos para las ciudades, ms materias : para la industria, mis exportaciones y mayor demanda de productos indus- 2] *discurso de la oposicién”, por su parte, sostenfa que habia que subordinar el desarrollo agrario a las necesidades del crecimiento industrial a través de medidas como la manipulacién de los términos de intercambio entre productos agrarios ¢ industriales, a favor de éstos y la elevacién de la presién impositiva sobre el conjunto alrededor de la NEP constituyeron uno de los temas que se abor- aron en el marco de la lucha por la sucesién de Lenin. El triunfo de la corriente liderada por Josif Stalin mareé el rambo a los defensores del papel central del Estado en el trinsito hacia una industrializacién ripida apoyaron la salida propuesta por la oposicién, en una variante extrema que implicaba el fin de la propiedad priva- day de la agricultura mercantil, reemplazadas por un ripido proceso de colectiviza- cién y por el control estatal de los procesos de comercializacién. Esta dristica re- orientacin, componente crucial de lo que luego se denominé “stalinismo”, dejé una profunda marca en el desarrollo econdmico soviético, ©) La crisis de los aiios 30 “Ninguno de los Congresos de Estados Unidos reunidos hasta ahora para exa- minar el estado de la nacién tuvo ante sf una perspectiva tan favorable como la que se nos ofrece en los actuales momentos.” El mensaje del presidente Calvin Coolidge en diciembre de 1928 se caracterizaba por la euforia: pronosticaba para su pais “el mis largo periodo de prosperidad”. Diez meses més tarde se producfa el crac de la Bolsa de Nueva York, punto de arranque de una depresi6n que, iniciada en Esta- dos Unidos, se extendié luego al conjunto del mundo capitalista, Esta se caracteri 26 por una profundidad y extensi6n inéditas, puesto que la actividad econémica no se recuperé hasta 1937, momento en el que aparecieron nuevos sintomas de de- presién, Frente a los dificiles problemas planteados por la crisis se verificé un avance importante de la intervencién del Estado en las cuestiones econémicas ~desde el New Deal implementado por el presidente Franklin D, Roosevelt hasta la econo- ma nazi-, justificado luego teéricamente por el inglés John Maynard Keynes en una obra (Teoria general de la ocupacién, el interés y el dinero, 1963 [1936]) que cues- tionaba de manera frontal las bases de la economia liberal. E] despliegue de la crisis con todas sus consecuencias puso en primer plano la ane LA CONTEMPORANEIDAD RECIENTE: EL SIGLO XX clad del capitalismo -y para muchos la viabilidad misma del sistema, Aun los estudiosos que manifiestan legitimas dudas respecto de la existencia dy ciclos econdmicos en la evolucién de la econom! pitalista (véase “Cuestione, polémicas", 1) afirman de manera concluyente que en los afios 30 se produjo ung depresisn inédita: las valoradas estimaciones realizadas por Maddison (1997) par, tun conjunto de dicciséis patses desarrollados muestran que el perfodo 1930-1937 es el tinico entre 1871 y 1989 en el que el PBI global cayé durante tres afios segui- dos, siendo la declinacién de alrededor del 6 por ciento anual. Otros indicadores refuerzan la argumentacién: el comercio mundial disminu. yo de 2,739 millones de délares en enero de 1930 a 992 millones en el mismo mes de 1933 (Guia Practica, 1995); los porcentajes promedio de desocupaci6n en Esta- dos Unidos, Alemania y Gran Bretafia crecicron del 5,4 por ciento en 1929 al 18,6 por ciento en 1932 (Maddison, 1991). Finalmente, los indices de produccién agra- Tia -el sector mas afectado por la crisis— cayeron en cuatro grandes paises produc- tores (Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Canadé) a un valor 63 para 1932, partiendo de 100 en 1929 (Morilla, 1984). inesta EL CRAC DE LA BOLSA DE NUEVA YORK La situacion general de la economia hacia fines de la década hacia prever la legada de una recesién mas o menos significativa en el futuro inmediato; asimis- mo, todos los pafses importantes de Occidente, con la excepcién de Francia, mos- traban una disminucién en el ritmo de la expansi6n, afectada por una demanda en declinacién, stocks abundantes y crédito caro. No obstante, la depresién mundial estuvo originada en lo ocurrido en Estados Unidos; en particular, por la politica desarrollada por el gobierno respecto de los tipos de interés y las repercusiones del freno de su actividad econémica. El primer tema se relaciona directamente con el alza de los precios de las accio- nes en el mercado bursatil estadounidense a partir de 1927. La espectacularidad y continuidad de la subida facilité el surgimiento de un proceso especulativo que se potencié por las posibilidades de acceder a un crédito barato, pero el factor funda- mental fue sin duda la favorable disposicién de la gente respecto de las posibilida- des futuras de la economia: “La especulacién requiere, en gran medida, un send- miento profundo de confianza y optimismo” (Galbraith, 1976). El problema mayor de la dinamica bursatil residfa en que se asentaba sobre un precario mecanismo crediticio, cuyo funcionamiento afectaba al sistema financie- ro mundial, que habja experimentado cambios importantes en la década anterior. La irrupcién de Nueva York como centro financiero supuso la descentralizacién de la funcidn internacional de compensaci6n. Mientras que antes de la guerra to- das las transacciones se concentraban en Londres, el sistema que se establecié agregé dos plazas, Nueva York y Paris. La nueva realidad, ademés de hacer més complejas las transacciones al exigir acuerdos periddicos, implicé que los fondos nternacionales pudieran trasladarse de un centro a otro, respondiendo a diferen- Em 7 i spas de interés, a problemas que se produjeran en alguna de las mone- i plemente a cuestiones de confianza. Esta situacin de potencial inestabi- LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS a9 lidad era casi inexistente antes de 1914, dado que Londres no tenia rivales y dispo- nia de recursos para retener los fondos colocados a corto plazo, En estas condiciones, la medida adoptada por la Reserva Federal para intentar frenar la especulacién consistié en elevar el tipo de descuento, decision que tras- cendfa las fronteras estadounidenses en tanto contribufa a disminuir la corriente de créditos hacia el exterior, atrayendo ademés fondos de otras plazas. La concre- cidn de esa politica en 1928-1929, originada también en la busqueda del equilibrio presupuestario, tuvo un efecto inmediato: el flujo de capitales hacia el exterior cay6 de 1.337 millones de dolares en 1927 a 1.251 en 1928 y a 671 en el afio siguiente (Kindleberger, 1985). - La interrupcién de los préstamos afect6 seriamente a muchos paises en Europa central y América Latina, los que se habfan endeudado de manera creciente y de- pendfan de las importaciones de capital para mantener su equilibrio exterior. El nuevo escenario colocé a los gobiernos de esos pafses frente a un problema que exigia duras decisiones de politica econémica. A la puesta en marcha de procesos de ajuste destinados a obtener recursos para enfrentar las obligaciones exteriores se debia agregar la restriccién de las importaciones, con la consiguiente repercu- sidn sobre la actividad interior y el comercio internacional. Cuando estaban empezando a hacerse sentir los efectos negativos de la dismi- “Tracién del crédito, s¢ produjo, vinculada con la situaci6n descripta la segunda y ms grave-circtinstancia que contribuyé a desencadenar la crisis: el retroceso dé Ta actividad econémica en Estados Unidos. Sus causas constituyen una cuestién con- trovertida (véase “Cuestiones polémicas”, 1) pero, sea que haya sido provocada por factores reales -estancamiento de los sectores dindmicos de la economia, crisis de confianza- o por factores monetarios -Ia politica restrictiva desarrollada por la Reserva Federal-, las repercusiones sobre la economia mundial fueron muy nega- tivas: no s6lo se verificé una reduccién adicional del crédito sino que se agreg6 una “disminucién de las importaciones norteamericanas, y la importancia de éstas en relacién con las materias primas activo un derrumbe de los precios internaciona- les, los que, como se ha comentado, ya estaban disminuyendo. Fue en el curso de este proceso cuando se produjo el crac de la Bolsa de Nueva York en octubre de 1929. En ese momento se paralizé la ola especulativa y en un par de dias -24 y 29 de octubse— los precios de las acciones cayeron verticalmente, yno se repusier% (véase seal grifico de la pagina siguiente). No hay dudas respecto de que el hundimiento del mercado de valores, con toda su significacién -tan abundantemente descripta (Thomas y Morgan-Witts, 1983)-no fue la causa de la depresién. Sin embargo, el crac desencadené una crisis de confianza en el conjunto del sistema, que ha sido definida como “panico de k liquidez”. Asi como los inversores.huyeron de Ia Bolsa, los titulares de cuentas corrientes retiraron su dinero de los bancos y la decisién de reducir los gastos se extendié a todos los sectores y afécté los niveles de produccidn, de operaciones bancarias y de precios, con iniplicancia directa sobre la ocupacién. Elestallido de la crisis mostré la ineapacidad del gobierno republicano encabe- zado por Herbert Hoover para encontrarle remedio y evitar su extensién al resto del mundo. De cara al interior hubo inconsistencia en las politicas adoptadas, dado Preclo de las acclones en Nueva York (1926-1938) Indice calculado sobre las estadisticas estandar (1926 00) ergy Lp ap as pf al Piet 0 Sp as aman 4926 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1993 1934 1995 1936 1937 1938 1939 FUENTE: Kindleberger (1985). que las medidas adecuadas para enfrentar la depresi6n -la generalizacién de ope- raciones de “mercado abierto” que disminuyeran el costo del dinero— no fueron encaradas con la suficiente continuidad, convencidas como estaban la mayor parte de las autoridades econémicas de que habfa que “purgar la podredumbre del siste- ma’, afectado por una expansi6n considerada “excesiva”. Presos de unas concep- ciones rigidas, fueron incapaces de implementar medidas que restablecieran fa confianza y cambiaran las expectativas. — = —= Existe un consenso casi undnime respecto de que los problemas del sistema bancario fueron el factor individual que mayor influencia tuvo sobre la depresion. Su vulnerabilidad -se trataba en su mayoria de bancos locales, apoyados en unas pocas industrias y desprotegidos frente a retiros masivos de fondos- condujo a que Jas quiebras bancarias se transformaran en uno de los rasgos de la vida americana de esos afios, hasta el punto de convertirse en el elemento que hizo tomar concien- cia a los ciudadanos de Jas dimensiones de la crisis, La situacién fue de una grave dad tal que a principios de 1933, cuando Roosevelt asumié como presidente, casi Ja mitad de los Estados habfan cerrado los bancos por disposicién legal, y de los que permanecfan abiertos, muchos carecfan de dinero. En relacién con lo que ocurria en el resto del mundo, a la disminucién del préstamo exterior y a la posterior exigencia de pago de las deudas contraidas, ¢ sumé la promulgacién en junio de 1930 del arancel Smoot-Hawley, que elevabt LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS 441 las tarifas proteccionistas estadounidenses a niveles nunca alcanzados antes, dando lugar a la aplicacién de represalias por parte de algunos de los paises afectados, circunstancia que produjo un impacto depresivo adicional. LA DIFUSION DE LA CRISIS HACIA EUROPA A principios ri 1931 la depresién, aun siendo severa, presentaba un curso rela- tivamente normal) Si bien persistfa la deflacién y la desocupacién era elevada, los paises mas afectados eran los exportadores de materias primas. El derrumbe en Europa se inicié con la quiebra en mayo del Credit-Anstalt, el banco mis prestigioso de Austria, punto de partida para una fuga de capitales en Alemania, Gran Bretaiia y fi finalmente en Estados Unidos, que terminé con el patrén oro y con el sistema financiero montado a su alrededor. Presionados por la salida de oro, los gobiernos de Alemania y Gran Bretaiia adoptaron decisiones divergentes. Los alemanes optaron por subir los tipos d de interés, descartando la devaluacién del marco por temor a la inflacidn, El resultado fue explosivo: caida de la actividad € incremento del desempleo.(Los briténicos, por su parte, ante la inestabilidad financiera hicieron lo que nunca habfair hécho: dejaron flotar la li- bra esterlina desentendiéndose del sistema monetario sobre el que se habfa asen- tado la supremacta del pafs hasta 1914. La decisién briténica fue acompafiada por el abandono del patrén oro por parte de més de la mitad de los gobiernos del mundo, que no querfan verse descolocados en su posicién comercial. La busque- da de.una salida individual a la crisis hizo desaparecer las posibilidades de coope- raci6n financiera. LA DEPRESION EN EL RESTO DEL MUNDO __ | Con la importante excepcién de la Unién Soviética, la crisis se extendié por todo el mundo, y se manifest6 sobre todo en el comercio exterior, cuya disminu- cién, ya comentada, resintié Tas regiones d adas en las ciones. El deterioro de los términos del intercambio fue significativo pero variable, justificandose la expresion “loteria de los productos”, forjada para descri- bir la suerte dispar que corrieron los bienes exportables (Diaz-Alejandro, 1988). La mayor parte de los pajses periféricos adopts politicas activas para enfrentar la coyuntura: abandono del patron oro, control de las importaciones, actuacién del Estado en los mercados, Eas de impulso a la industrializacién su: stitutiva, etc. La evaluaci6n de estas politicas es en general positiva, pues la mayoria de los paises avanzaron hacia un nuevo patr6n de acumulacién en el que el sector indus- trial gand importancia sustituyertdo-importaciones y adquiriendo mayor relevan- cia Tas empresas de capital ni: a De cualquier manera, los resultados globales fueron modestos, con un creci- miento en los ingresos por habitante inferior al de las décadas anterior y posterior. LAS REACCIONES FRENTE A LA CRISIS La depresidn produjo una fuerte conmocién en el escenario financiero inter. nacional y en el desarrollo de las actividades comerciales, Las modificaciones que se verificaron en los tipos de cambio dificultaron en gran medida los movimiento, mpusieron controles que impidieron las repatriacio. nes de capital y las operaciones multilaterales que habian sido practica corriente en los afios precedentes, I'l comercio se vio asimismo afectado por un incrementg de las restricciones a la entrada de mercaderfas, en tanto cada gobierno persegufa, por encima de todo, la recuperacién econdmica interna, Los controles fueron de dos tipos: los dirigidos a actuar sobre los pagos entre os paises y los que afectaban a los movimientos de mercaderias de un pais a otro, Entre los primeros estaba el control de cambios, que en esos afios se implements exigiendo a los exportadores las divisas recibidas en pago por sus ventas, entreg4n- dolas a los importadores para el pago de sus compras. Ambas operaciones se con- cretaban a un tipo de cambio fijado arbitrariamente por el gobierno. También se generalizaron los acuerdos bilaterales, que apuntaban a la btisqueda del equilibrio entre las cuentas mutuas de dos pafses que querian mantener elevado el comercio sin movilizar oro ni-divisas. Las politicas tarifarias, por su parte, constituyeron el mayor obstéculo para los intercambios internacionales. No eran ciertamente una novedad, pero en esos afios los aranceles se incrementaron en todos los pafses, incluyendo aquellos que, como Gran Bretafia, tenfan una larga tradici6n librecambista. Otra manifestacién de la politica comercial durante la crisis consistié en el establecimiento de contingentes y otras formas de control cuantitativo sobre las importaciones. Se utilizaron para proteger las manufacturas domésticas y, en mayor medida, los productos agricolas de la competencia exterior. El colapso de la economia condujo progresivamente a pensar que era necesaria Ja colaboracién internacional para combatir la crisis comercial y financiera y para buscar los mecanismos que permitieran iniciar el proceso de recuperacién econé- mica. Por esta raz6n, se convocé para mediados de 1933 a una Conferencia Eco- némica Mundial a realizarse en Londres. Uno de los temas que mas preocupaba-a los expertos era I de la estabilizacién monetaria, considerado el punto central Para una normalizacién de las relaciones comerciales y del escenario financiero. Las posibilidades de éxito se desvanecieron cuando antes de que se inaugurara la conferencia el gobierno de Estados Unidos abandoné el patrén oro y el délar se convirtié en una moneda fluctuante, sin esperanza inmediata de estabilizacién. ‘Tres afios mis tarde, con la situacién del délar normalizada, se produjeron nuevos intentos de acercamiento en biisqueda de soluciones conjuntas. El princi- pal fue el Acuerdo Tripartito entre Francia, Gran Bretafia y Estados Unidos, en el que se establecfan-patitas para el manejo de los tipos de cambio, en vista de la desaparicién de los mecanismos asociados al patrén oro, Mas alld de su escasa repercusién practica, qued6 allf fortalecida la necesidad de la cooperacién interna- cional en el émbito cambiario, tema que fue retomado y concretado después de 1945 a través del Fondo Monetario Internacional. | de capitales, Las autoridades LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS: 3 afectd de manera signiticativa el universo de la teorfa econémica, Frente a la insistencia de los defensores de las posiciones neoclisicas, que sostenfan que las variaciones eit ka actividad econdmica serfan superadas a partir del libre funcio~ namiento de las fuerzas del mereado, tuvieron cada v \liencia posturas heterodoxas que recomendaban una politien activy frente a los aspectos mas nega divs de ha ers. La manifestcién suiy-eaboridn © influyente de esta reaccién intelectual fie como se ha indieado- la publicacisn en 1936 de la obra del econo- mista inglés John Maynar(l Keynes, Roria general de la ocupacién, el interés y el dine- se sentaron las bases pata otorgar un lugar significativo al Estadp dentro istema capitalists, mucho mis allt de las limitadas funciones quele-atribuia el samiento liberal, \l AS POLITICAS NACIONALES “Salvese quien pueda” parece haber sido la consigna de los gobiernos frente a la depresion, La magnitud de la desocupacién, la caida de los precios y las profun- das fisuras que se manifestaron en el sistema financiero persuadieron a las autori- dades respecto de que “habia que hacer algo”. Por el camino quedaron, como se ha visto para los paises periféricos, las politicas ortodoxas que desalentaban cualquier intervencién o cualquier manejo deficitario del presupuesto. - En Estados Unidos, el rechazo de la ciudadania a la politica de los republicanos se manifesté en el aplastante triunfo del demécrata Roosevelt en las elecciones de 1932. El nuevo presidente impulsé en los primeros momentos de su administra- cidn-una serie de medidas que constituyeron la base de lo que luego se denominé {New Deal, El elemento principal fue el intervencionismo estatal, apreciable en ‘todos tos terrenos: en el anibite social a través de Ta asistencia a los desocupados; en el econémico, estableciendo precios regulados para los agricultores e impul- sando amplios programas de obras piblicas; en el Enanciero) imponiendo garan- tias para los depésitos bancarios y luego remodelando todo el sistema. La consecuencia de esta politica fue un incremento del déficit presupuestario, lo que implicaba asumir una posicién heterodoxa frente a la mayor parte de los expertos. No obstante, los niveles del déficit fueron discretos, y no llegaron a su- perar el 4 por ciento del PBI. La evaluacién global del New Deal certifica que sus logros fueron limitados: la desocupacidn se mantuyo en cotas elevadas y la inversion privadt nose recuperd realmente hasta que comenzé el rearme. Sin embargo, existe consenso=que exclu- Ye, por supuesto, la férrea ortodoxia neocliisica— respecto de que sin su implemen- tacién la depresion habria sido aun peor. ~La politica econémica est Gran Bretaija estuvo condicionada por la decisién de abandonar el patrén oro en sep! iembre de 1931. Para algunos fue una decisién desesperada, ocasionada por la sangria de oro qué estaba disminuyendo el nivel de reservas del pais. Para otros, se trataba de la puesta en ejecucién de una nueva politica econémica, orientada a enfrentar los problemas internos por medio del a LA CONTEMPORANEIDAD RECIENT crédito barato y el proteccionismo, lo que implicaba abandonar todo intento de liderazgo en la economia y inzas internacionales. Los resultados del rumbo tomado son contradictorios: hubo, por una parte, una recuperacién més pronunciada y sostenida que la de los principales paises industriales, hasta el punto de que el PBI crecié un 20 por ciento entre 1929 y 1939 (Maddison, 1991). Como contraparticla, el desempleo no descendié mucho ~toda- via era del 9,2 por ciento en 1938-y la orientacién interior de la politica econémi- ca condujo a una sensible pérdida de la competitividad y una fuerte concentracién empresarial. La politica de preferencias imperiales, concretada sobre todo en la Conferencia de Ottawa (1931), potencié esta situacién, creando un mercado am- plioy protegido para la industria briténica. - Cuando Adolf Hitler fue nombrado canciller en enero de 1933, la economia alemana aun no habia superado el impacto negativo de la politica econémica im- plementada por el conservador Heinrich Briining, quien entre 1930 y mediados de 1932 aposté por la deflacién como medio para enfrentar la crisis. Los resulta- dos, medidos en magnitudes macroeconémicas, son elocuéntes: 17,2 por ciento de desocupacién en 1938, y un PBI que en ese afio estaba un 16 por ciento por debajo de los niveles de 1929. El incremento de la tensién social y la radicalizacién politi- ca que se produjo como reaccién ante la crisis fueron algunos de los factores que abrieron el camino al ascenso del lider del Partido Nacional Socialista. La politica econémica dé los nazis se caracterizé p grado de interven- cién del Estado, en sintonia perfecta con los obj ‘del régimen, que apuntaba al control totalitario de la sociedad. En-1933 dio comienzo un proceso de recupe- Taci6n econémica asociado a la puesta en ejecucién de medidas destinadas a la creacién de empleo, que inclufan un vasto plan de obras piblicas e incentivos fis- cales al sector empresarial que absorbiera mano de obra. ___ Dos afios mas tarde se inicié una segunda etapa, caracterizada por la introduc- cion del tema del rearme, que provocé un salto en los niveles del gasto piiblico, acompajiado por un incremento en la planificacién econémica. La centralidad del sector estatal, convertido en el mayor inversor y el principal consumidor, no impi- dié que el sector privado continuara con su proceso de modernizacién y concen- traci6n, en perjuicio de las pequefias y medianas empresas. La evolucién econémica alemana fue positiva: entre 1933 y 1939 el PBI crecié casi un 69 Por ciento, con muy bajas tasas dé desocupaci6n. La comparacién entre la politica econémica nazi y la implementada en otros pajses occidentales muestra un cierto grado de similitud; sin embargo, es preciso insistir en que los planteos €conémicos estaban subordinados a los objetivos politicos e ideolégicos del II Reich, y éstos consistfan en la represién alas clases trabajadoras, una estrategia de dominacién europea y un programa racial, — La economia francesa se vio enfrentada a la crisis cuando a partir de 1931 se concreté el masivo abandono del patrén oro. Hasta ese momento habfa persistido el impacto benéfico de la devaluacién del franco efectivizada en 1928, que mejor6 Ja competitividad de los productos franceses respecto de paises cuyas paridades LAS 1 RAWoSORMACIUINES HLUNOMICAS 445 habian permanecido sin modificaciones, o habian sido devaluadas en menor medi- da. Esta ventaja, sumada al relativo aislamiento en el que se encontraba el pais, protegido por elevados aranceles, explica que en un principio fuera alcanzada sdlo débilmente por la crisis. El problema se presenté cuando el gobierno, frente al hundimiento del sistema monetario internacional, opté por permanecer dentro de las reglas del patrén oro, apuntalado por su solida posicion en el metal precioso. Se vio entonces obligado a desarrollar una linea de accion cuyo eje principal era la deflacién. Entre 1930 y 1935 los precios cayeron alrededor de un 30 por ciento, con una serie de consecuencias negativas: tensi6n social, retracci6n de las inversio- nes, sin ningun efecto favorable de importancia, dado que una estabilizacién uni- lateral no servia en un mundo en el que habjan desaparecido las reglas del juego. El descontento generalizado de la sociedad contribuyé al triunfo del izquier- dista Frente Popular en las elecciones de 1936. Las medidas adoptadas por el nue- vo gobierno mostraban la influencia del New Deal: abandono del patron oro con la consiguiente devaluacién del franco, regulaci6n de los precios agricolas por par- te del Estado, aumento de los salarios nominales, moderado plan de obras piibli- cas. Los resultados fueron nulos: cuando el aumento de la produccién atin no se habja estabilizado, el traslado de los incrementos salariales a los precios disparé la inflacién, reapareciendo la agitacién. La situacién se mantuvo inestable; s6lo en 1939 la economia parecié en condiciones de despegar al compas del rapido au- mento del gasto puiblico de preguerra. COLECTIVIZACION Y PLANIFICACION EN LA UNION SOVIETICA El modelo de acumulacién que se implanté en la URSS a partir de 1929 priori- zaba el desarrollo industrial a expensas de una agricultura colectivizada que apor- taba los recursos para financiar el crecimiento por medio del accionar del Estado. La transformacién del campo hizo desaparecer en pocos afios la propiedad priva- da de la tierra -exterminando a los kulaki-, reemplazada por las cooperativas (koljo- s5¢5) y las granjas estatales (souyases), Los resultados productivos fueron muy modestos: todavia en 1938 la produccién agraria no habia superado los niveles de 1929. Entre 1928 y 1941, afio de la invasién alemana, se encaré un desarrollo indus- trial acelerado, en el que tenfa una primacia absoluta la industria pesada. Los suce- sivos planes quinquenales aseguraron una elevada tasa de inversin que permit multiplicar casi por ocho la produccién industrial (Nove, 1973). Esta inusual ex- pansion era atin més significativa si se tiene en cuenta que se concreté cuando los paises capitalistas estaban sumergidos en una profunda depresién. El crecimiento —concretado a expensas del consumo privado- fue basicamente “extensivo”, basado en una abundante dotacién de materias primas, mano de obra y recursos financieros, sin intentar mejorar la eficiencia en el uso de esos factores, Los recursos para la financiacién del proceso fueron obtenidos por medio de la presién fiscal y de la politica de precios -un “intercambio desigual” en perjuicio de los productos agricolas- y la gestién estatal los canalizé hacia las empresas indus- triales a través de las asignaciones presupuestarias y de la actividad de los bancos estatales. Por lo tanto, en los afios 30 se conformé en la Unién Soviética una es- 446 LA CONTEMPORANEIDATS Kis HN Au 28 Ae tk tructura econémica cuidadosamente regulada en la cual el aparato burocratic,, administrativo era el responsable de dirigir, organizar y controlar el funcionamieng de las unidades econdmicas y sociales, que se sometian a las decisiones establecid, por el Estado porque, como lo establecfa la Constitucién de 1936, “la base & sistema econémiico es la propiedad socialista de los medios de produccién en for ma de propiedad del Estado (propiedad de todo el pueblo) y propiedad de ly koljoses y otras organiz ‘ooperativas” (citado por Palazuelos, 1990). cion d) La Segunda Guerra Mundial Durante los aiios 30 no sélo se produjo una profunda crisis econémica sino que se activs un agudo conflicto ideolégico que culminé en guerra generalizada. 4 diferencia de lo ocurrido en 1914, el enfrentamiento involucré paises y escenarios extracuropeos, y ademis incluy6 como rasgo distintivo un componente racista que. condujo a una matanza en los territorios conquistados por los nazis, situacién quer no entraba dentro de la “lgica” de la guerra. Por otra parte, la decisién de Hitler de invadir la Unién Soviética y el ataque de Japén a Estados Unidos (véase el capitulo 9) trajeron como consecuencia la con- formacién de una alianza -la URSS junto a Gran Bretafia y Estados Unidos— que tuvo enormes repercusiones para el futuro. En efecto, la debacle experimentadz por el ejército alemén en Rusia fue el punto de partida para el avance del Ejército Rojo sobre territorios de Europa oriental y la posterior conformacién de un blo- que socialista controlado por la Unién Soviética, verdadero desafio para el Occi- dente capitalista. Estados Unidos, a su vez, tuvo una intervencién mucho mis activa y prolonga- da respecto de lo que habia ocurrido en ocasién de la Primera Guerra Mundial, situacién que se prolongé durante la posguerra, contribuyendo a que no se repitie- ran los errores que impidieron que la vida politica se estabilizara en 1919. Justa- mente, la renuncia norteamericana a retornar a su aislamiento tradicional llevé con rapidez a un choque con la Unién Soviética, en lo que casi de inmediato se denomin6 “guerra fria”, LA IMPORTANCIA ECONOMICA DE LA GUERRA Laiinvasidn de Polonia por parte del ejército aleman en septiembre de 1939 fue la culminacién de un proceso en el que la estrategia de Hitler agoté las posibilida- des de mantener la paz en el continente, a pesar de la ostensible politica de apaci- guamiento intentada por Gran Bretafia. Por esta razén en Alemania, pero también en otros paises, hubo una preparacién previa. Las estimaciones que se han hecho respecto de los gastos militares de las prin cipales potencias intervinientes en la guerra (véase cuadro 4) muestran la impor- tancia de la decisién alemana, Si bien se ha afirmado que las prioridades bélicas nd predominaron de manera rotunda sobre las dems, en afios anteriores a la guerr? llegaron a constituir més del 20 por ciento de la renta nacional en Alemania, Rusi# y Japon (véase el canitin 9) 2 LAS TRANSFORMACIONES ECONOMICAS a7 Cuapro 4 Gastos militares de las potencias contendientes en la Segunda Guerra Mundial (1933-1938) (en millones de libras esterlinas) Alemania Rusia Japén Gran Bretafia Estados Unidos Francia ltalia FuENTE: H.C. Hillman, citado por Milward (1986). Por otra parte, la preparacion estuvo pautada por la decisi6n de Hitler de desa- rrollar una estrategia bélica que se definia en una palabra: Blitzkrieg (“guerra re- lémpago”). Més alla del significado militar de la expresi6n una campafia corta destinada a aplastar la resistencia enemiga en poco tiempo-, la idea implicaba que no se exigia de la economia mucho més de lo que se reclamaba de ella en tiempos de paz, de alli que a partir de 1939 no se produjera una reorientaci6n radical de la estructura productiva alemana. Esta opcién, que se mantuvo hasta que los nazis fueron frenados en territorio ruso (principios de 1942), establecié el rumbo inicial del esfuerzo econémico del 11 Reich. LA ECONOMIA DE LOS PAISES COMBATIENTES Durante la guerra, la producci6n mundial crecié entre un 15 y un 20 por cien- to, pero existieron grandes diferencias entre los paises. Mientras Estados Unidos aumenté su PBI mas del 90 por ciento entre 1939 y 1944, el de Francia disminuyé amenos de la mitad; en una situacién intermedia estuvieron Gran Bretafia (20 por ciento de crecimiento) y Alemania (15 por ciento) (Maddison, 1991). - Como se ve, ninguna naci6n involucrada en el conflicto experimenté una ex- pansién tan acelerada como Estados Unidos. Mientras que en la Primera Gue- rra Mundial la produccién industrial de este pais crecid a una tasa anual del 7 por ciento, entre 1940 y 1944 lo hizo a valores superiores al 15 por ciento. Este crecimiento se debié a una desviacién de los recursos hacia la industria y a una constelacién de factores, entre los que se incluyen las economias de escala, la introduccién de nuevos métodos de produccién y los incentivos a la mano de obra; se crearon diecinueve millones de empleos entre 1941 y 1945. Todas las ramas de la industria se beneficiaron, pero aquéllas vinculadas a la guerra lo hicieron en mayor medida, hasta el punto de que en 1944 la produccién de armamentos cubria casi el 40 por ciento del total mundial. Por su parte, el gobierno demécrata fue aumentando sus poderes de control sobre el esfuerzo

También podría gustarte