Está en la página 1de 1

ORACIÓN

Señor, Padre y dueño de mi vida,


No me abandones al capricho de mis labios,
No permitas que caiga por culpa de mis palabras.
¿Quién domará con el látigo mis pensamientos,
E impondrá a mi entendimiento la disciplina,
De la sabiduría sin perdonar mis extravarios
Ni dejar pasar mis pecados?
Señor, Padre y Dios de mi vida,
No permitas que mi mirada sea altanera,
Y persevérame de la codicia.
Que no se apoderen de mí los placeres ni el sexo;
¡No me entregues a mis pasiones impuras!

Amén

También podría gustarte