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Caracteristicas Explosivos Taller 2
Caracteristicas Explosivos Taller 2
EXPLOSIVOS Y ACCESORIOS
Con relativa frecuencia los bidones de gas hidrógeno o de gas licuado, con una mayor presión en su
interior que la que induce la atmósfera explotan. Las razones de la explosión pueden originarse por
dos procesos, uno físico y el otro químico.
Explosión física: El gas al estar comprimido a alta presión en el interior del cilindro metálico, busca
igualar la presión atmosférica del exterior, y al encontrar una parte débil en el depósito (por óxido), lo
rompe y se expande, originando un fenómeno denominado Explosión Física.
Explosión química: Al acercar fuego directo a un bidón de gas, el hidrógeno del interior del cilindro
metálico y el oxígeno del ambiente en presencia de la llama producen vapor de agua con una fuerte
liberación de energía térmica. La temperatura del bidón se eleva súbitamente a miles de grados °C,
aumentando el volumen del gas interior instantáneamente en más de diez veces, originando con ello
el efecto conocido como Explosión Química .
Por ejemplo, un kilo de dinamita necesita solamente 50 milésimas de segundo para comenzar y
terminar su explosión. A pesar de la menor cantidad de calorías, con esta velocidad de
transformación química, es decir, la explosión, el volumen de gases eleva considerablemente la
presión y se produce el impacto instantáneo, que se calcula entre decenas o cientos de miles
atmósfera, realizando gran cantidad de trabajo.
¿Qué es un explosivo?
Los explosivos son compuestos químicos, sólidos o líquidos que por la acción de estímulos como
Según Berthelot, “la explosión es la repentina expansión de los gases en un volumen mayor que el
inicial, acompañada de ruidos, vibraciones y efectos mecánicos violentos”.
Los tipos de explosivos son los siguientes: mecánicos, eléctricos, nucleares y químicos. Estos
últimos son los que estuiaremos. Los explosivos comerciales no son otra cosa que una mezcla de
sustancias, unos combustibles y otras oxidantes, que una vez iniciada, dan lugar a una reacción
exotérmica muy rápida que genera una serie de productos gaseosos a alta temperatura,
químicamente estables y que ocupan un mayor volumen.
Los gases producidos acumulan el calor generado, dilatándose hasta un volumen que puede ser
unas 10.000 veces mayor que el barreno donde se aloja el explosivo. Los explosivos tienen
características individuales, cada una de las cuales es singularmente importante y deben ser
consideradas en su elección para una aplicación específica. Los procesos de descomposición de
una sustancia explosiva son:
Combustión: Puede definirse como toda reacción química capaz de desprender calor, pudiendo ser
o no percibido por nuestros sentidos.
Iniciado el explosivo, el primer efecto es la generación de una onda de choque o presión que se
propaga a través de su propia masa. Esta onda es portadora de la energía necesaria para activar
las moléculas de la masa del explosivo, provocando así una reacción en cadena.
Los explosivos convencionales y los agentes explosivos poseen propiedades diferenciadoras que
los caracterizan y que se aprovechan para la correcta selección, atendiendo al tipo de voladura que
se desea realizar y las condiciones en que se debe llevar a cabo.
Las propiedades de cada grupo de explosivos permiten además predecir cuáles serán los resultados
de fragmentación, desplazamiento y vibraciones más probables.
Las características más importantes son: potencia y energía desarrollada, velocidad de detonación,
densidad, presión de detonación, resistencia al agua y sensibilidad. Otras propiedades que afectan
al empleo de los explosivos y que es preciso tener en cuenta son: los humos, la resistencia a bajas y
altas temperaturas, la desensibilización por acciones externas, etc.
Para que los explosivos pasen de sólidos o líquidos a gas, tres son los caminos, y éstos son: la
descomposición o reacción molecular, la combustión y la detonación.
Combustión: El aumento local de la temperatura por la exposición directa de una llama, produce
una explosión y una energía mecánica.
Inspección ocular: Se realiza por la observación del color, brillo, tamaño de las partículas o
pedazos (polvos, gránulos, bastones, etc.) y estructura de la masa (laminar, compacta, fibrosa, etc.).
Contenido de humedad: Corresponde a la pérdida de peso que se produce cuando se seca una
cantidad conocida de muestra a una cierta temperatura. El resultado se expresa en porcentaje en
peso.
Las principales características que se deben considerar para tener una idea del trabajo que puede
efectuar un explosivo, son las que se indican en adelante:
Calor producido por la explosión: Define la cantidad de energía liberada, expresada en calorías
por kilogramo de explosivo.
Concentración energética: Se define por el producto entre el calor generado y la densidad del
explosivo.
Potencia y energía: La potencia es, desde el punto de vista de aplicación industrial, una de las
propiedades más importantes, ya que se define la energía disponible para producir efectos
mecánicos.
Existen diferentes formas de expresar la potencia de un explosivo. En las antiguas dinamitas era el
porcentaje de nitroglicerina el parámetro de medida de la potencia. Posteriormente, con la
sustitución parcial de la nitroglicerina por otras sustancias y la realización de ensayos comparativos
de laboratorio, se pasó a hablar de “Potencia Relativa por Peso” y “Potencia Relativa por
Volumen”. Así, es frecuente referir la potencia de un explosivo en tantos por ciento de otro que se
toma como patrón, goma pura, ANFO, etc., al cual se le asigna el valor 100.
Existen varios métodos prácticos para medir la potencia o energía disponible de un explosivo, todos
ellos muy discutibles debido a las peculiaridades que presentan y a su repercusión en los resultados cuando se
comparan con los rendimientos obtenidos en las voladuras.
Para tronadura de rocas duras, se necesita Figura 2.3: Influencia del diámetro de la carga sobre la
explosivo de alta velocidad velocidad de detonación.
El confinamiento.
La iniciación.
Densidad: La densidad de la mayoría de los explosivos varía entre 0,8 y 1,6 g/cm 3, y al igual que
con la velocidad de detonación cuanto mayor es, más intenso es el efecto rompedor que
proporciona.
En los agentes explosivos la densidad puede ser un factor crítico, pues si es muy baja se vuelven
sensibles al cordón detonante que los comienza a iniciar antes de la detonación del multiplicador o
cebo, o de lo contrario, si es muy alta, pueden hacerse insensibles y no detonar. Esa densidad
límite es la denominada Densidad de Muerte.
Por regla general, en el fondo de los barrenos, que es donde se necesita mayor concentración de
energía para el arranque de la roca, se utilizan explosivos más densos, como son los gelatinosos e
hidrogeles, mientras que en las cargas de columna se requieren explosivos menos densos, como
son los pulverulentos y los de base ANFO.
La concentración lineal de carga "q1" en un barreno de diámetro "D" y una densidad se calcula a
partir de:
Donde:
Cuando los barrenos tienen una gran longitud, un fenómeno que suele estar presente es la variación
de la densidad del explosivo a lo largo de la columna del mismo, como consecuencia de la presión
hidrostática.
Donde:
Los explosivos comerciales tienen una "PD' que varia entre 500 y 1.500 Mpa. Generalmente en
rocas duras y competentes la fragmentación se efectúa más fácilmente con explosivos de alta
presión de detonación, debido a la directa relación que existe entre esta variable y los mecanismos
de rotura de la roca.
La estabilidad de los explosivos es una de las propiedades que está relacionada con el tiempo
máximo de almacenamiento de dichas sustancias para que éstas no se vean mermadas en los
efectos desarrollados en las voladuras.
Resistencia al agua: Es la capacidad para resistir una prolongada exposición al agua sin perder
sus características. Varía de acuerdo con la composición del explosivo y generalmente está
vinculada a la proporción de nitroglicerina o aditivos especiales que contengan, así las gomas, los
hidrogeles y las emulsiones son muy resistentes al agua. Las sales oxidantes, como el nitrato de
amónico en el ANFO, disminuyen intensamente la resistencia al agua pues son muy higroscópicas.
En la primera, el explosivo no tiene ninguna resistencia al agua (e.g. el ANFO), mientras que en la
última, garantiza una exposición superior a 12 horas (e.g. hidrogeles y emulsiones).
Sensibilidad: Se puede definir la sensibilidad como la facilidad con que un explosivo puede ser
iniciado por choque, calor o fricción. Esta propiedad es de gran importancia en la manipulación de
explosivos como la dinamita y detonadores más sensibles. En una Acción Controlada la sensibilidad
equivale a la aptitud de un iniciador a la detonación (e.g. un detonador). Mientras que en una
Acción Incontrolada, la sensibilidad es una medida de la facilidad con la que un explosivo puede
ser detonado por calor, fricción, impacto o choque.
Sensibilidad a la iniciación: Los explosivos deben ser suficientemente sensibles para ser
detonados por un iniciador adecuado. Esta capacidad varía según el tipo de producto, así por
ejemplo, para la mayoría de los explosivos gelatinosos se emplean detonadores, mientras que
los agentes explosivos requieren en general de un multiplicador o cartucho cebo de mayor
presión y velocidad de detonación.
El ensayo de resistencia al choque suele realizarse con un martillo de caída (Kast), que consiste
en colocar sobre un yunque una muestra de explosivo, generalmente de 0,1 gramo sobre la que
se deja caer un peso de acero de 0,5 a 10 kg, registrando la altura a la cual explota. Por
ejemplo, con un martillo de 2 kg, el fulminato de mercurio detona con una altura de caída de 1 a
2 cm, nitroglicerina con 4 a 5 cm, dinamita con 15 a 30 cm, y los amoniacales de 40 a 50 cm.
Sensibilidad al calor: Los explosivos al ser calentados de forma gradual llegan a una
temperatura en que se descomponen repentinamente con desprendimientos de gases,
aumentando poco a poco hasta que al final se produce una deflagración o bien una pequeña
explosión. A esa temperatura se la denomina "punto de ignición". En la pólvora varía entre 300
y 350 ºC y en los explosivos industriales entre 180 y 230 ºC.
Diámetro crítico: Las cargas de explosivo con forma cilíndrica tienen un diámetro por debajo del
cual la onda de detonación no se propaga o si lo hace es con una velocidad muy por debajo a la
de régimen normal, a dicha dimensión se la denomina "Diámetro crítico".
Los principales factores que influyen en el diámetro crítico de un explosivo son: el tamaño de las
partículas, la reactividad de sus constituyentes, la densidad y el confinamiento de los mismos.
Las medidas de los Coeficientes de Autoexcitación pueden efectuarse de forma Directa o Inversa,
aunque en este último caso sólo se transmite aproximadamente el 50 % de la energía que da la
Directa. Los factores que modifican los resultados de estas pruebas son: el envejecimiento, el
calibre de los cartuchos y el sistema utilizado para hacer la prueba.
Resistencias a las bajas temperaturas: Cuando la temperatura ambiente se encuentre por debajo
de los 8 ºC, los explosivos que contienen nitroglicerina tienden a congelarse, por lo que se suele
añadir una cierta cantidad de nitroglicol que hace bajar el punto de congelación en unos 20º C.
Calidad de los humos: Es una medida de la cantidad de gases tóxicos, principalmente monóxido
de carbono y óxido de nitrógeno, producidos por la detonación de un explosivo. Los explosivos
comerciales al detonar producen vapor de agua, nitrógeno, dióxido de carbono y eventualmente,
sólidos y líquidos. Entre, los gases inocuos citados existen siempre cierto porcentaje de gases
tóxicos como el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno. Al conjunto de todos esos
productos resultantes se le designa por "humos". E scala de clasificación por grado de toxicidad para la
exposición de los operadores después de las voladuras.
La mayoría de los explosivos modernos tienen un balance de oxígeno para minimizar los humos y
optimizar la energía liberada.
Balance de oxigeno: El balance de oxígeno guarda estricta relación con la calidad de los humos.
Para asegurar una completa combustión en la mezcla explosiva, que produzca la máxima potencia y
minimice la producción de gases tóxicos, es necesario que la relación de oxígeno suministrado a los
combustibles sea controlada. Un exceso de oxígeno produce óxidos de nitrógeno y su deficiencia
produce monóxido de carbono. El balance de oxigeno de los explosivos encartuchados se calcula
considerando el papel emparafinado que lo contiene, por lo que es un error remover el envoltorio.
Volumen de gases: Esta propiedad se refiere a la cantidad de gases generada por un kilo de
explosivo, a cero grado C° de temperatura y a la presión atmosférica, pudiendo variar de 300 a 1000
litros por kilo según el explosivo. El volumen de gases generado no se relaciona directamente con
el poder rompedor de un explosivo, sino más bien con la facilidad de desplazar la roca una vez
quebrada.