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MOVIMIENTO DE TIERRAS

EXPLOSIVOS Y ACCESORIOS

¿ Qué es una explosión?

Con relativa frecuencia los bidones de gas hidrógeno o de gas licuado, con una mayor presión en su
interior que la que induce la atmósfera explotan. Las razones de la explosión pueden originarse por
dos procesos, uno físico y el otro químico.

Explosión física: El gas al estar comprimido a alta presión en el interior del cilindro metálico, busca
igualar la presión atmosférica del exterior, y al encontrar una parte débil en el depósito (por óxido), lo
rompe y se expande, originando un fenómeno denominado Explosión Física.

Explosión química: Al acercar fuego directo a un bidón de gas, el hidrógeno del interior del cilindro
metálico y el oxígeno del ambiente en presencia de la llama producen vapor de agua con una fuerte
liberación de energía térmica. La temperatura del bidón se eleva súbitamente a miles de grados °C,
aumentando el volumen del gas interior instantáneamente en más de diez veces, originando con ello
el efecto conocido como Explosión Química .

¿Por qué las explosiones en obras de construcción


producen efectos mayores que las producidas por un
cilindro de gas?

Se debe a que los explosivos utilizados en construcción


son sólidos o líquidos y éstos contienen mucho más
materia que los explosivos gaseosos.

Con el fin de tener un concepto más profundo sobre la


esencia de los explosivos, compararemos los explosivos
con los combustibles. Seguramente habrá muchas
personas que pensarán que los explosivos tienen mucho
más calorías, en igualdad de pesos, de las que tienen los
combustibles. En realidad, esto no es verdad, ya que los
explosivos tienen mucho menos calorías que los
combustibles en general.

Como ejemplo: un kilo de nitroglicerina contiene


aproximadamente 1.570 kilocalorías, mientras que la
misma cantidad de carbón contiene entre 6.000 a 8.000
kilocalorías, es decir, el carbón contiene alrededor de cinco
veces más de energía. Sin embargo, la explicación está en
que los explosivos que tienen menos energías, producen
mayor potencia y el secreto radica en que los explosivos
reaccionan a una velocidad muy rápida, es decir, su
transformación química se realiza prácticamente en un
instante.

Por ejemplo, un kilo de dinamita necesita solamente 50 milésimas de segundo para comenzar y
terminar su explosión. A pesar de la menor cantidad de calorías, con esta velocidad de
transformación química, es decir, la explosión, el volumen de gases eleva considerablemente la
presión y se produce el impacto instantáneo, que se calcula entre decenas o cientos de miles
atmósfera, realizando gran cantidad de trabajo.

¿Qué es un explosivo?

Los explosivos son compuestos químicos, sólidos o líquidos que por la acción de estímulos como

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calor, impacto o presión, se descomponen o reaccionan violentamente, generando gran cantidad de


gases calientes que al expandirse provocan ondas de choque. Su uso además de ser básico en la
extracción de riquezas minerales y perforación de túneles, se ha incrementado notoriamente en los
Movimientos de Tierras y Rocas que se efectúan para las obras de construcción, en investigaciones
sismológicas, demolición de edificios, colocación de remaches, extinción de incendios forestales y
petroleros, etc.

2 Termodinámica de los explosivos

El objetivo esencial de la utilización de un explosivo en el arranque de rocas consiste en disponer de


una energía concentrada químicamente, colocada en el lugar preciso y en cantidad suficiente, que
al liberarla de un modo controlado, en tiempo y espacio, logre la fragmentación del material rocoso.

Según Berthelot, “la explosión es la repentina expansión de los gases en un volumen mayor que el
inicial, acompañada de ruidos, vibraciones y efectos mecánicos violentos”.

Los tipos de explosivos son los siguientes: mecánicos, eléctricos, nucleares y químicos. Estos
últimos son los que estuiaremos. Los explosivos comerciales no son otra cosa que una mezcla de
sustancias, unos combustibles y otras oxidantes, que una vez iniciada, dan lugar a una reacción
exotérmica muy rápida que genera una serie de productos gaseosos a alta temperatura,
químicamente estables y que ocupan un mayor volumen.

Por ejemplo una central térmica de 550 MW de potencia


instalada y sabiendo que 1 kw equivale a 238 cal/s, la
potencia de la planta es de 130.900 kcal/s (13 x 10 4 kcal/s).
Un kilogramo de explosivo gelatinoso de 1.000 kcal/kg
colocado en una columna de un metro de longitud y con una
velocidad de detonación de 4.000 m/s, desarrolla una
potencia que es 37 veces superior a la de la central térmica.

Los gases producidos acumulan el calor generado, dilatándose hasta un volumen que puede ser
unas 10.000 veces mayor que el barreno donde se aloja el explosivo. Los explosivos tienen
características individuales, cada una de las cuales es singularmente importante y deben ser
consideradas en su elección para una aplicación específica. Los procesos de descomposición de
una sustancia explosiva son:

Combustión: Puede definirse como toda reacción química capaz de desprender calor, pudiendo ser
o no percibido por nuestros sentidos.

Deflagración: Es un proceso exotérmico en el que la transmisión de la reacción de descomposición


se basa principalmente en la conductividad térmica. Es un fenómeno superficial en el que el frente
de deflagración (combustión) se propaga por el explosivo en capas paralelas a una velocidad baja
que, generalmente, no supera los 1.000 m/s.

Detonación: Es un proceso físico - químico caracterizado por su gran velocidad de reacción y


formación de gran cantidad de productos gaseosos a elevada temperatura, que adquieren una gran
fuerza expansiva. En los explosivos detonantes la velocidad de las primeras moléculas gasificadas
es tan grande que no ceden su calor por conductividad a la zona inalterada de la carga, sino que lo
transmiten por choque, deformándola y produciendo su calentamiento y expansión adiabática
(disminución de presión y calor) con generación de nuevos gases. El proceso se repite con un
movimiento ondulatorio que afecta a toda la masa explosiva y se denomina onda de choque.

Iniciado el explosivo, el primer efecto es la generación de una onda de choque o presión que se
propaga a través de su propia masa. Esta onda es portadora de la energía necesaria para activar

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las moléculas de la masa del explosivo, provocando así una reacción en cadena.

El proceso de detonación de un explosivo como se


ha indicado anteriormente, consiste en la
propagación de una reacción química que se
mueve a través del explosivo a una velocidad
superior a la del sonido en dicho material,
transformando a éste en nuevas especies químicas.
La característica básica de estas reacciones es que
es iniciada y soportada por una onda de choque
supersónica.

Como se describe en la figura 2.2, en la cabeza


viaja un choque puro que inicia la transformación
química del explosivo, que tiene lugar a través de la
zona de reacción, para terminar en el plano llamado
de Chapmant - Jouguet (C - J), donde se admite el
equilibrio químico, por lo menos en las Figura 2.2: Plano llamado Chapmant – Jouguet (C – J)
detonaciones ideales.

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3 Propiedades de los explosivos

Los explosivos convencionales y los agentes explosivos poseen propiedades diferenciadoras que
los caracterizan y que se aprovechan para la correcta selección, atendiendo al tipo de voladura que
se desea realizar y las condiciones en que se debe llevar a cabo.

Las propiedades de cada grupo de explosivos permiten además predecir cuáles serán los resultados
de fragmentación, desplazamiento y vibraciones más probables.

Las características más importantes son: potencia y energía desarrollada, velocidad de detonación,
densidad, presión de detonación, resistencia al agua y sensibilidad. Otras propiedades que afectan
al empleo de los explosivos y que es preciso tener en cuenta son: los humos, la resistencia a bajas y
altas temperaturas, la desensibilización por acciones externas, etc.

Para que los explosivos pasen de sólidos o líquidos a gas, tres son los caminos, y éstos son: la
descomposición o reacción molecular, la combustión y la detonación.

Descomposición o reacción molecular lenta: El aumento de la temperatura produce una reacción


en cadena que se denomina “Explosión espontánea”

Combustión: El aumento local de la temperatura por la exposición directa de una llama, produce
una explosión y una energía mecánica.

Detonación: Se produce por una onda de presión.

3.1 Propiedades físicas y químicas

Estas dependen del proceso de fabricación y de su composición, determinándose por ensayos


físicos y químicos. Los ensayos físicos corresponden a:

Inspección ocular: Se realiza por la observación del color, brillo, tamaño de las partículas o
pedazos (polvos, gránulos, bastones, etc.) y estructura de la masa (laminar, compacta, fibrosa, etc.).

Contenido de humedad: Corresponde a la pérdida de peso que se produce cuando se seca una
cantidad conocida de muestra a una cierta temperatura. El resultado se expresa en porcentaje en
peso.

Contenido de agua: Corresponde a la cantidad de agua que contiene un explosivo.

Higroscopicidad: Corresponde al contenido de agua en equilibrio con el aire.

3.2 Propiedades técnicas

Las principales características que se deben considerar para tener una idea del trabajo que puede
efectuar un explosivo, son las que se indican en adelante:

Calor producido por la explosión: Define la cantidad de energía liberada, expresada en calorías
por kilogramo de explosivo.

Concentración energética: Se define por el producto entre el calor generado y la densidad del
explosivo.

Volumen especifico: Corresponde a los gases producidos por la descomposición completa de un

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kilogramo de explosivo, calculado a cero grado de temperatura y a presión atmosférica. El volumen


de los gases puede variar desde 300 a 1.000 litros por kilogramo de explosivo.

Temperatura de explosión: Temperatura que alcanzan los gases en caso de descomposición


adiabática del explosivo. Su valor es del orden de 2.500 a 3.000 ºC para los explosivos corrientes y
puede alcanzar 4.700 ºC en los explosivos más potentes.

Potencia y energía: La potencia es, desde el punto de vista de aplicación industrial, una de las
propiedades más importantes, ya que se define la energía disponible para producir efectos
mecánicos.

Existen diferentes formas de expresar la potencia de un explosivo. En las antiguas dinamitas era el
porcentaje de nitroglicerina el parámetro de medida de la potencia. Posteriormente, con la
sustitución parcial de la nitroglicerina por otras sustancias y la realización de ensayos comparativos
de laboratorio, se pasó a hablar de “Potencia Relativa por Peso” y “Potencia Relativa por
Volumen”. Así, es frecuente referir la potencia de un explosivo en tantos por ciento de otro que se
toma como patrón, goma pura, ANFO, etc., al cual se le asigna el valor 100.

Existen varios métodos prácticos para medir la potencia o energía disponible de un explosivo, todos
ellos muy discutibles debido a las peculiaridades que presentan y a su repercusión en los resultados cuando se
comparan con los rendimientos obtenidos en las voladuras.

Velocidad de detonación: Es la velocidad a la que la


onda de detonación se propaga a través del explosivo
y, por lo tanto, es el parámetro que define el ritmo de
liberación de energía.

La velocidad de detonación es la característica más


importante de un explosivo e indica el valor de la
energía que desarrolla y la probabilidad de
aprovecharla en trabajo antes de que se disipe. Se
puede definir como la rapidez con que, a partir de la
masa del explosivo, se propaga la descomposición de
éste. Se mide en metros por segundos (mt/seg.).

Cuanto más alta sea la velocidad de detonación,


tanto mayor será la acción destructora del explosivo
sobre el medio que lo rodea:

 Para tronadura de rocas duras, se necesita Figura 2.3: Influencia del diámetro de la carga sobre la
explosivo de alta velocidad velocidad de detonación.

 Para tronadura de rocas semiblandas o


fracturadas se necesita explosivos de mediana a
baja velocidad.

Los factores que afectan a la velocidad de detonación (VD) son:

 La densidad de la carga explosiva.

 El diámetro del barreno.

 El confinamiento.

 La iniciación.

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 La edad del explosivo (envejecimiento).

Densidad: La densidad de la mayoría de los explosivos varía entre 0,8 y 1,6 g/cm 3, y al igual que
con la velocidad de detonación cuanto mayor es, más intenso es el efecto rompedor que
proporciona.

En los agentes explosivos la densidad puede ser un factor crítico, pues si es muy baja se vuelven
sensibles al cordón detonante que los comienza a iniciar antes de la detonación del multiplicador o
cebo, o de lo contrario, si es muy alta, pueden hacerse insensibles y no detonar. Esa densidad
límite es la denominada Densidad de Muerte.

La densidad de un explosivo es un factor importante para el cálculo de la cantidad de carga


necesaria para una voladura.

Por regla general, en el fondo de los barrenos, que es donde se necesita mayor concentración de
energía para el arranque de la roca, se utilizan explosivos más densos, como son los gelatinosos e
hidrogeles, mientras que en las cargas de columna se requieren explosivos menos densos, como
son los pulverulentos y los de base ANFO.

La concentración lineal de carga "q1" en un barreno de diámetro "D" y una densidad se calcula a
partir de:

q1 (kg/m) = 7,854 x 10-4 x e x D2 Ec. 2.2

Donde:

e = Densidad del explosivo (gr/cm3)

D = Diámetro de carga (mm)

Cuando los barrenos tienen una gran longitud, un fenómeno que suele estar presente es la variación
de la densidad del explosivo a lo largo de la columna del mismo, como consecuencia de la presión
hidrostática.

Presión de detonación: La presión de detonación es una medida de la presión de onda de


detonación, que depende de los ingredientes que componen el explosivo y es posible determinarla
en función de la velocidad de detonación y de la densidad del mismo. Una alta presión de
detonación resultante de una fuerte onda de choque es de gran importancia para quebrar rocas muy
densas.

La presión de detonación de un explosivo es función de la densidad y del cuadrado de la velocidad


de detonación. Se mide en el plano C-J de la onda de detonación cuando se propaga a través de la
columna de explosivo, como ya se ha indicado.

Aunque la presión de detonación de un explosivo depende, además de la densidad y de la "VD", de


los ingredientes de que esté compuesto, una fórmula que permite estimar dicho parámetro es:

PD = 432 x 10-6 x e x VD2 / (1 + 0,8 x e) Ec. 2.3

Donde:

PD = Presión de detonación (Mpa)

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e = Densidad del explosivo (g/cm3)

VD = Velocidad de detonación (m/s)

Los explosivos comerciales tienen una "PD' que varia entre 500 y 1.500 Mpa. Generalmente en
rocas duras y competentes la fragmentación se efectúa más fácilmente con explosivos de alta
presión de detonación, debido a la directa relación que existe entre esta variable y los mecanismos
de rotura de la roca.

Estabilidad: Los explosivos deben ser químicamente estables y no descomponerse en condiciones


ambientales normales. Un método de probar la estabilidad es mediante la prueba Abel, que
consiste en el calentamiento de una muestra durante un tiempo determinado y a una temperatura
específica, observando el momento en que se inicia su descomposición. Por ejemplo, la
nitroglicerina a 80 ºC tarda 20 minutos en descomponerse.

La estabilidad de los explosivos es una de las propiedades que está relacionada con el tiempo
máximo de almacenamiento de dichas sustancias para que éstas no se vean mermadas en los
efectos desarrollados en las voladuras.

Resistencia al agua: Es la capacidad para resistir una prolongada exposición al agua sin perder
sus características. Varía de acuerdo con la composición del explosivo y generalmente está
vinculada a la proporción de nitroglicerina o aditivos especiales que contengan, así las gomas, los
hidrogeles y las emulsiones son muy resistentes al agua. Las sales oxidantes, como el nitrato de
amónico en el ANFO, disminuyen intensamente la resistencia al agua pues son muy higroscópicas.

La escala de clasificación generalmente aceptada va desde:

 Nula 0,0 horas;

 Limitada 1,0 horas;

 Buena 6,0 horas;

 Muy Buena 10,0 horas; y

 Excelente 12,0 horas y más.

En la primera, el explosivo no tiene ninguna resistencia al agua (e.g. el ANFO), mientras que en la
última, garantiza una exposición superior a 12 horas (e.g. hidrogeles y emulsiones).

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Sensibilidad: Se puede definir la sensibilidad como la facilidad con que un explosivo puede ser
iniciado por choque, calor o fricción. Esta propiedad es de gran importancia en la manipulación de
explosivos como la dinamita y detonadores más sensibles. En una Acción Controlada la sensibilidad
equivale a la aptitud de un iniciador a la detonación (e.g. un detonador). Mientras que en una
Acción Incontrolada, la sensibilidad es una medida de la facilidad con la que un explosivo puede
ser detonado por calor, fricción, impacto o choque.

 Sensibilidad a la iniciación: Los explosivos deben ser suficientemente sensibles para ser
detonados por un iniciador adecuado. Esta capacidad varía según el tipo de producto, así por
ejemplo, para la mayoría de los explosivos gelatinosos se emplean detonadores, mientras que
los agentes explosivos requieren en general de un multiplicador o cartucho cebo de mayor
presión y velocidad de detonación.

Una clasificación que se emplea es la siguiente: Explosivos sensibles al detonador Nº 8 (Cap


sensitives) y los no sensibles al detonador Nº 8 (Non cap sensitives). El citado detonador, que
es el más utilizado, tiene una carga de 2 gramos de mezcla de fulminato de mercurio (80%) y
clorato potásico (20%) o una carga de pentrita prensada equivalente.

 Sensibilidad al choque y a la fricción: Algunos explosivos pueden detonar por efecto de


estímulos subsónicos, tales como choques o fricción. Por seguridad es importante conocer su
grado de sensibilidad, especialmente durante su manipulación y transporte.

El ensayo de resistencia al choque suele realizarse con un martillo de caída (Kast), que consiste
en colocar sobre un yunque una muestra de explosivo, generalmente de 0,1 gramo sobre la que
se deja caer un peso de acero de 0,5 a 10 kg, registrando la altura a la cual explota. Por
ejemplo, con un martillo de 2 kg, el fulminato de mercurio detona con una altura de caída de 1 a
2 cm, nitroglicerina con 4 a 5 cm, dinamita con 15 a 30 cm, y los amoniacales de 40 a 50 cm.

 Sensibilidad al calor: Los explosivos al ser calentados de forma gradual llegan a una
temperatura en que se descomponen repentinamente con desprendimientos de gases,
aumentando poco a poco hasta que al final se produce una deflagración o bien una pequeña
explosión. A esa temperatura se la denomina "punto de ignición". En la pólvora varía entre 300
y 350 ºC y en los explosivos industriales entre 180 y 230 ºC.

Esta característica es diferente de la sensibilidad al fuego, que indica su facilidad de


inflamación. Así, la pólvora a pesar de su buen grado de sensibilidad al calor es muy
inflamable, explosionando hasta con una chispa, lo mismo que la nitrocelulosa.

 Diámetro crítico: Las cargas de explosivo con forma cilíndrica tienen un diámetro por debajo del
cual la onda de detonación no se propaga o si lo hace es con una velocidad muy por debajo a la
de régimen normal, a dicha dimensión se la denomina "Diámetro crítico".

Los principales factores que influyen en el diámetro crítico de un explosivo son: el tamaño de las
partículas, la reactividad de sus constituyentes, la densidad y el confinamiento de los mismos.

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Transmisión de la detonación: La transmisión por "simpatía" es el fenómeno que se produce


cuando un cartucho al detonar induce en otro próximo su explosión.
Una buena transmisión dentro de los barrenos es la garantía para conseguir la completa detonación de las columnas de
explosivo. Pero cuando esos barrenos se hallan próximos o las cargas dentro de ellos se diseñan espaciadas, se puede
producir la detonación por simpatía por medio de la transmisión de la onda de tensión a través de la roca, por presencia
de aguas, discontinuidades estructurales o por la propia presión del material de los retacados intermedios.

En todos estos casos los resultados de


fragmentación y vibraciones se verán
perjudicados seriamente.

Uno de los métodos para medir la capacidad o


aptitud de la propagación por simpatía, también
definido como "Coeficiente de Autoexcitación",
consiste en determinar la distancia máxima a la
que un cartucho cebado hace explotar a otro Figura 2.4: Ensayo de transmisión por simpatía.
cartucho receptor sin cebar, estando ambos
dispuestos en línea según su eje y apoyados En la mayoría de los explosivos industriales las distancias
bien sobre una superficie de tierra o metálica, o máximas en las que se produce la detonación por simpatía
incluso, dentro de tubos de diferentes están entre 2 y 8 veces su diámetro, dependiendo del tipo de
materiales o al aire. explosivo.

Las medidas de los Coeficientes de Autoexcitación pueden efectuarse de forma Directa o Inversa,
aunque en este último caso sólo se transmite aproximadamente el 50 % de la energía que da la
Directa. Los factores que modifican los resultados de estas pruebas son: el envejecimiento, el
calibre de los cartuchos y el sistema utilizado para hacer la prueba.

Resistencias a las bajas temperaturas: Cuando la temperatura ambiente se encuentre por debajo
de los 8 ºC, los explosivos que contienen nitroglicerina tienden a congelarse, por lo que se suele
añadir una cierta cantidad de nitroglicol que hace bajar el punto de congelación en unos 20º C.

Calidad de los humos: Es una medida de la cantidad de gases tóxicos, principalmente monóxido
de carbono y óxido de nitrógeno, producidos por la detonación de un explosivo. Los explosivos
comerciales al detonar producen vapor de agua, nitrógeno, dióxido de carbono y eventualmente,
sólidos y líquidos. Entre, los gases inocuos citados existen siempre cierto porcentaje de gases
tóxicos como el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno. Al conjunto de todos esos
productos resultantes se le designa por "humos". E scala de clasificación por grado de toxicidad para la
exposición de los operadores después de las voladuras.

Categoría (Co – NO2)/dm3 Uso


1ª < 4,5 Cualquier labor subterránea
2ª 4,5 – 9,3 Subterránea con buena ventilación
3ª > 9,3 Solo en superficie
Tabla 2.1: Escala de toxicidad.

La mayoría de los explosivos modernos tienen un balance de oxígeno para minimizar los humos y
optimizar la energía liberada.

Balance de oxigeno: El balance de oxígeno guarda estricta relación con la calidad de los humos.
Para asegurar una completa combustión en la mezcla explosiva, que produzca la máxima potencia y
minimice la producción de gases tóxicos, es necesario que la relación de oxígeno suministrado a los
combustibles sea controlada. Un exceso de oxígeno produce óxidos de nitrógeno y su deficiencia
produce monóxido de carbono. El balance de oxigeno de los explosivos encartuchados se calcula

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considerando el papel emparafinado que lo contiene, por lo que es un error remover el envoltorio.

Volumen de gases: Esta propiedad se refiere a la cantidad de gases generada por un kilo de
explosivo, a cero grado C° de temperatura y a la presión atmosférica, pudiendo variar de 300 a 1000
litros por kilo según el explosivo. El volumen de gases generado no se relaciona directamente con
el poder rompedor de un explosivo, sino más bien con la facilidad de desplazar la roca una vez
quebrada.

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