Está en la página 1de 1

Posibles efectos

La oxigenación es la clave que ha llevado a científicos, como al alemán Andreas Kalcker, uno de los
principales promotores del dióxido de cloro, a recomendar su consumo como alternativa médica;
sin embargo, su propuesta ha sido rechazada por diversas organizaciones de salud, por considerarla
imprecisa, falta de datos, bibliografía no justificada y por presentar casos con pacientes escogidos
de forma arbitraria.
Para Arturo Mercado, habitante de la Ciudad de México, consumir dióxido de cloro ha representado
una mejoría para su salud, “empecé a tener mejor rendimiento físico, duermo mucho mejor.
Algunos conocidos me han dicho que es producto de limpieza, que es tóxico, que te puedes hasta
morir, pero hasta ahorita sigo con vida”.
Arturo lleva cinco meses consumiéndolo: toma 10 mililitros al día mezclados en un litro de agua que
él mismo prepara. “Yo consumo dióxido de cloro porque realmente investigué a detalle. La verdad
quedé muy sorprendido con los resultados que empecé a ver. Ha sido una de las mejores decisiones
que yo he tomado en mi vida y ya es cuestión de cada quien si lo consume o no”.
“Es importante mencionar que no es dañino para la salud porque no se acumula. La EPA, que es la
United States Environmental Protection Agency, dice que no deja residuos tóxicos en el cuerpo”,
declara Díaz Calvete, y agrega que “la dosis letal es 292 miligramos por kilogramo de peso que,
poniendo un ejemplo, una persona de 70 kilos, tendría que tomar 20 litros para que se muera.
Imposible”. En contraposición, para la neumóloga de la Secretaría de Salud capitalina, el dióxido de
cloro “no es un medicamento. Existen reportes de gente que ha empezado a tomarlo y empiezan
con una intoxicación: náuseas, vómito, diarrea y también hay pacientes que han tenido falla renal”.

Anota tu simbología

Amarillo: Idea

Verde: Creencia

Café: Idea

Morado: Creencia

También podría gustarte