En las tiendas de Estados Unidos están pasando por un ‘Black Friday apagado’, ya
que la alta inflación y la caída de la confianza de los consumidores afectaron la
demanda de bienes materiales de los estadounidenses. Las ventas de temporada cayeron 1.2% después de ajustar por inflación, la primera caída desde 2009. Normalmente los compradores están dispuestos a desembolsar efectivo si el precio es correcto. El aumento de los inventarios ha obligado a la empresa a seguir recortando los precios en todos los ámbitos, una medida que ha perjudicado las ganancias pero que parece estar atrayendo a consumidores que buscan descuentos, pero del mismo modo es porque la economía estadounidense como la de los demás países se están regulando después de pasar por una pandemia mundial que afectó a las economías de todos. Dado que la inflación en EE. UU. llegó al 8,6 %, una de las tasas más altas del mundo. Muchos de los factores que impulsaron la inflación no fueron solo exclusivos de Estados Unidos, sino que también se mencionan las interrupciones de los suministros por la pandemia de covid y el aumento en los precios de los alimentos por daños en las cosechas causados por tormentas severas y sequías. La inflación se robó la Navidad este año. De las más de 1000 personas encuestadas por RetailMeNot, el 51 % dijo que está lidiando con la inflación vertiginosa este año comprando menos regalos y por lo que no podrán festejar a lo grande como los años pasados. La inflación es un proceso de la economía que provoca un desequilibrio entre la demanda y la producción, que implica un aumento del nivel de precios en los productos y servicios. A su vez, provoca una pérdida de valor de nuestro dinero y, por lo tanto, una pérdida en el poder adquisitivo de la moneda.