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ANÉCDOTA DE LA PERRITA LAYCA

Una bella, nostálgica y divertida anécdota en esta bella tarde margariteña:

En Febrero del de año 2002, estuvimos el grupo de amigos y compañeros de estudios de


la Maestría en Turismo de la UDO, Núcleo de Nueva Esparta, en la ciudad de Boa Vista
invitados cordialmente por nuestros amigos y también integrantes de ese grupo Gerlene
Castro Magalhaes y su esposo Helvecio Magalhaes, quienes nos propusieron que la
última materia en su modo presencial la cursáramos allí, puesto que ellos ya habían
venido en los anteriores y ellos querían que los visitáramos y de paso conociéramos la
ciudad en la que vivieron durante algunos años. Tres de nosotros, Rita Vega, Álvaro
Gutiérrez y yo nos hospedamos en la casa de ellos y los demás compañeros en una
Posada en el centro de la ciudad. En su casa, Gerlene tenía una bella perrita Pinscher de
nombre Layca la cual al vernos siempre nos ladraba en especial a nuestro compañero de
estudios Álvaro y este le decía de manera muy graciosa: “Pare de ladrar” haciendo
alusión a esa secta brasilera que tiene como eslogan “Pare de Sufrir” y todos nosotros
nos reíamos de esa ocurrencia por lo cómico que se veía Álvaro diciéndole esto a la
perrita. Al poco tiempo Gerlene y Helvecio se trasladaron a Belém de Pará y yo tuve la
oportunidad de ir a visitarlos allí y por supuesto me conseguí con Layca, que ya estaba
muy viejita, ciega y sufriendo de diabetes. Al tiempo la perrita murió y a mí me quedó
siempre el dulce recuerdo de ella y de la famosa frase “Pare de ladrar” que le dijo una vez
nuestro excompañero de estudios y hoy día colega Turismólogo.

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