Está en la página 1de 2
La primera pelicula de Welles en Hollywood, referida a me- nado como un protomoi,introdujo una nueva temtia al mis- ‘mo tiempo que incorpor® un nuevo tipo de vecabulario visual yy de estructura narrativa dentro del cine norteamericano; su dl timo film en Hollywood, Sed de mal (1958), un noir barroco pprotagonizado por Charlton Heston en el papel de un policia mexicano y Janet Leigh como su mujer norteamericana, ba cl telén de uno de los movimientos mas fructferos en la cut +a pop de Estados Unidos. En lo que a Hollywood! respect, el préximo movimiento sera llevado a cabo por Alfred Hitchcock ‘través de otra pelicula que stuara a Leigh en un motel ame- nnazante:Psicosis (1960). [EL PRIMER ARTISTA HIPERREAL Welles se exili en Europa, Douglas Sirk (nacido bajo el ‘nombre Claus Detlev Sierck, 1897-1987) encontrd su vou en Estados Unidos. Sirk, una de las personalidades mis radical mente desplazadas dl siglo XX, fue un intelectual europeo que ‘estudidleyes, losoiae historia del arte (con Erwin Panofsky), ademés de traducir sonetos de Shakespeare y dirigir muchas puestasteatrales, incluido el estreno del canto del cisne del ‘compositor alemén Kurt Weill, El lago de plata, en 1933. Al poco tiempo de la legada al poder de los nazis, Sirk comenz6 su carrera cinematogrfica, medio en el que tuvo un éxito con- siderable como director de melodramas ex6tios, ademis de {mpulsar ala estrella Zarah Leander. Sirk abandon Alemania en visperas de la Segunda Guerra “Mundial y se abeié camino hasta Hollywood en 1942, al poco tiempo del ingreso de Estados Unidos en la guerra. Pero no se- ria hasta los cincuenta que comenzaria su carrera fructfra (y fen gran parte andnima) como director de grandes dramas en Technicolor como Sublime obsesion (1954), Lo que el cielo nos da (1955), Palabras al viento (1956), todas protagonizadas por Rock Hudson, y la remake de 1959 de bmitacim de la vida 76 (1934), de John Stab Teriblemente populares e ignorados por Ia critica, estos proyectos por encargo eran lo opuesto a El ci dadano, pero asiy todo pueden ser considerados como films noir por otros medios, al tratarse de peliculas de género para un ii blico masivo tan amaneradas crifca e rénicas que funcionaban como algo mis, por lo menos alos ojos del esteta que las dicgis (y de las generaciones fururas de cinilos) Dela misma manera «que Roy Lichtenstein encuadeé comics y James Rosenguis, af ches, Sirk represent6 el “cine femenino” hollywoodense.” ‘Con un temperamento capaz de apeeciar Ia wnidimensiona- lidad (o naturaleza de segunda mano} de su cultura adoptada, Sirk aseguraba que habia flmado Tmitacién de la vida vola- ‘mente por su gran titulo; al menos eso fue lo que le dijo a Jon Halliday, cuya entrevista en forma de libro Sirk om Sirk (1972) ppermanece como el equivalente a las memorias de esta figara ‘enigmatica. Cuando Sirk fue asignado a adaprar el best seller rmoralizador de 1929 de Lloyd C. Douglas, Sublime obsesisn, su primera reaccin fue de desaliento y desconcierto La reve. lacién vino luego de decidir abrazar completamente la historia de un mujeriego imprudente (Hudson) que causa la muerte por accidente de un doctor honrado y, luego de dejar a la mujee del doctor ciega (Jane Wyman}, decide estudiar medicina para dedicat (andnimamente) su vida a curaea. ‘Con diligencia, Sirk intensifié las convenciones melodrams- teas y el misticismo dela clase media de la novela embalsaman- ddo el material en una pirimide de celuloide. Los pasillos del hospital aparecen surcados por rayos de liz salidos de una cate- dal. Las casas suburbanas son palacetes que se asemejan al eas- till de Charles Foster Kane. Pricticamente todos ls interiores contienen un jarrén con flores, como si los personajes circula- ‘an perpetuamente por mausoles. Los interiorestenen wetas de Juz sin fuente aparente. Los objetos hogateios aparecen como 7 hes de que Richard Hamilton aya sado na imagen del ln de Sick Los smantes (1949), sm no ono con gn de are Fller y Helen Deutschen sus olaesInertr Ty I ambos 1968 es una “oinidenia ugcrent. amenazadores y radioactvos, El paisa, a menudo encuadrado por ventanas se we tan falso como las vistas pintadas en posta- les,en donde una imagen exagerada se potencia por Ia aparicién ‘estratégica de tn ciervo en pose perfect. El puiblico nolo encon traba gracioso y Sirk tampoco. Semejanteestilizacin impavida seria st marca personal Por otra parte, la revista Time encontr6 sraciosa a Lo que el cielo nos da, en la que Wyman interpreta a tuna vada respetable que se enamora de su jardinero (Hudson): “Los personajes dscuten revstas de amas de casa y la pantalla barilla como la pagina de una revista de decoraci6n”. [Al tratar a los guiones larimégenos o ridicules como un cjerccio intelectual semejante al de Hermann Hesse en El juego dd los abalorias, Sirk elevs los novelones de Hollywood a nivel de la tragedia cliscs, © al menos fantaseé con ello. Halliday Iams a Sirk “el mejor lector que jams conoei” y muy posi- blemente el director "més letrado” de Hollywood. “Hay que Ihacer el mayor estuerzo para odiala y también para amarla”, confess Sirk acerca de lmitacin de la vida. “Hay una distancia ‘muy corta entre el arte elevado y la basura, y la basura que con- tiene el elemento de lalocuraesté por esto mismo muy cereana alae”. Palabras al viento, la mejor pelicula de Sik, proyecta tun gesto clisico de majestuosiad estridente: como si Norman Rockwell reimaginase el Partenén o Jacques-Louis David pin tara Las Vegas, Desde la secuencia de créitos (una cascada de joyas mientras Eael Grant, el imitador de Nat King Cole, canta sobre “cielos en colores flamantes”), Imitacim de la vida se re- dea enartificialidad:rifagas de neve falsa, decorados navide~ fos relucientes, una casa suburbana impecable amueblada con pinturas posimpresionistas genéricas y libeos forrados en cuero jams leidos, una actriz blanca que interpreta a una mujer de color que se hace pasar por blanca Roland Barthes escribié que el arte pop “acepta ser una imagen”. Las peliculas de Sirk, también. Con su mezcla de afectacin frenética y chatura seductora, sus melodramas predicen lo que el galerista de arte Ivan Karp dria de los tensamblajes plasticos de Tom Wesselman al califiarlos de 8 “brillantes y brutalessy de la misma manera que las come- dias modernistasvulgares de historietista devenido en cineas- ta Frank Tashlin, el especticulo de consumo inmaculado de Sik anticipa alos artistas mercanties de los aos ochenta. Los critics de Cahiers du cinéma fueron los primeros (ya en 1967) fen considerarlo wn estetay alabar su puesta en escena magni fica. Unos afios mis tarde, los escrtores brtinicos marxistas| dela revista Screen denominaron a Sirk wn Brecht clandestino ‘dotado de una carga deandlisis sociales subversvos, (“El estu- dio estaba encantado con el titulo del film Lo que el cielo nos dda”, conto Sirk a Halliday. “Pensaban que signiicaba que uno ppuede tener todo lo que desea. Mi vision era exactamente la ‘puesta. En lo que a mi respecta el cielo es mezquino”.) I pintor David Salle, en una entrevista de 1987 en la que se rein a Sick como el “primer artista hiperreal, dijo que ha- bia perdido toda esperanza de poder hacer una obra attic tan senial como Imitaciin de la vida. Rainer Werner Fassbinder lo ‘acogié como el precursor del cine populista y eric al cual as- piraba. La angusti corroe el alma (1973), de Fassbinder, es una emake de Lo que el cielo nos da; Lejos del paraso (2002), de “Todd Haynes, s una remake de ambos films transformados a su vvezen una “pelicla de Sik" que arroja luz sobre aquello que los films del maestro ocultaban. Fue slo cuestin de tempo que Sirk ‘se transformase en un personaje de fecién como Welles. La idea de Sirk -el concepto de un artista sufructuando ls posblidades tstétcas provstas por el sistema de studios y de as eonvencio- nes genérieas comercales~es tan aractiva como sus peliculas, realizadas tanto para las masas como para un pico de uno. 7B de cio en el vento le peri a Sirk evar a cabo un pro- ‘eco personal ena, ln aapescion de Pn, de WiliaFaulnes, lode Loe digbloe del ave (1988). lonia, nora y replete boos cca meade Ingmae Berginan yl caraval Mard Gea 5 {mas etvopco dels teams norteamericanos de ik, el mis Somenmricano de of de arte eaopeos (Notable eta pe ‘eu foe preuida por el nada rehnado Albert Zugsmith, tambien respon de Sed de ma ese mismo ao) ”

También podría gustarte