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BIOCORREDORES:

Una estrategia para la conservacion


de la biodiversidad, el ordenamiento territorial
y el desarrollo sustentable en la
Zona de Planificación 1
(Carchi, Imbabura, Esmeraldas y Sucumbíos)

Ibarra – Ecuador
2013
Biocorredores:
Una estrategia para la conservación de la biodiversidad,
el ordenamiento territorial y el desarrollo sustentable
en la Zona de Planificación 1
(Carchi, Imbabura, Esmeraldas y Sucumbíos)

Ibarra – Ecuador
2013
© Ministerio del Ambiente del Ecuador. 2013.

Este documento debe ser citado de la siguiente manera:


Ulloa, R. (Editor). 2013. Biocorredores: una estrategia para la conservación de la biodi-
versidad, el ordenamiento territorial y el desarrollo sustentable en la Zona de Planifica-
ción 1 (Carchi, Imbabura, Esmeraldas y Sucumbíos). Dirección Provincial del Ambiente
de Imbabura–Coordinación Zonal 1. Mesa Técnica de Trabajo de Biocorredores. Mi-
nisterio del Ambiente del Ecuador. Conservación Internacional Ecuador y Fundación
Altrópico. Ibarra, Ecuador.

Co-ejecución, supervisión y aprobación (Ministerio del Ambiente):


Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura–Coordinación Zonal 1
Segundo Fuentes
Victor Hugo Portocarrero
Bolívar Montenegro
Byron Coronel
José Trejo
Verónica Pozo

Mesa Técnica de Trabajo de Biocorredores:


Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura–Coordinación Zonal 1
Direccion Provincial del Ambiente del Carchi
Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno
Gobierno Autónomo Descentralizado de Imbabura
Gobierno Autónomo Descentralizado del Carchi
Conservación Internacional Ecuador
Corporación Nacional de Bosques y Reservas Privadas del Ecuador
Corredor de Vida Chiles Mataje – GIZ
Fundación Altrópico
Fundación Sobrevivencia Cofán

Apoyo técnico (Conservación Internacional Ecuador):


Free de Koning, Director Técnico
Roberto Ulloa, Gerente de Políticas Ambientales
Christian Martínez, Gerente de Planificación Territorial
Diana Tamayo, Consultora

Apoyo financiero:
Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF)
Amigos de la Tierra - Suecia

Revisión de estilo:
Patricio Mena Vásconez pamv59@gmail.com

Fotografía de portada:
Alfredo Carrasco

Diagramación e impresión:
SOLUGRAF
El documento Biocorredores: una estrategia para la conservación de la biodiversidad,
el ordenamiento territorial y el desarrollo sustentable en la Zona de Planificación 1 (Car-
chi, Imbabura, Esmeraldas y Sucumbíos) fue construido participativamente durante
los meses de septiembre a diciembre de 2013, con el liderazgo y apoyo político y
técnico de la Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura–Coordinación Zonal 1, los
Gobiernos Autónomos Descentralizados de las Provincias de Imbabura y Carchi y la
participación de los integrantes de la Mesa Técnica de Trabajo de Biocorredores. Este
documento constituye el marco orientador para alcanzar la gestión efectiva del territorio
en la Zona 1 en función de la creación de biocorredores, como una estrategia integral
para la conservación de la biodiversidad y uso sostenible de los recursos naturales,
principios sustentados legalmente en la Constitución del Ecuador de 2008, el Plan
Nacional del Buen Vivir 2013–2017, el Código Orgánico de Organización Territorial,
Autonomía y Descentralización (COOTAD 2010) y el Código Orgánico de Planificación
y Finanzas Públicas (COPFP 2010).

Para más información visite: www.ambiente.gob.ec y www.conservation.org.ec


PRESENTACIÓN
Las nuevas estrategias para la conservación de la biodiversidad a
nivel mundial reconocen la necesidad de mantener los hábitats y eco-
sistemas conectados en esquemas de paisaje más amplios. Esta
necesidad surge al comprobar que, si bien muchas áreas protegidas
son efectivas para detener la deforestación y extracción ilegal de re-
cursos naturales en su interior, a largo plazo la conservación de la
biodiversidad que amparan sigue amenazada por efectos del aisla-
miento progresivo al que están sometidas. Pasar de mecanismos de
conservación puntual a estrategias de gestión de paisaje a escala
regional ha requerido del desarrollo de políticas y metodologías de
planificación a diferentes niveles.

Es indiscutible que el establecimiento de los biocorredores constituye


la opción idónea para alcanzar objetivos de conservación, producción
de bienes y servicios ambientales, y desarrollo socioeconómico en un
territorio determinado. Por estas razones, el Ministerio del Ambiente
definió los “Lineamientos de gestión para la conectividad con fines de
conservación” considerando los preceptos de la Constitución de la
República del Ecuador, el Plan Nacional del Buen Vivir 2013 – 2017, y
el COOTAD, que conciben a la Biodiversidad como un Recurso Estra-
tégico. En este sentido, los biocorredores juegan un rol fundamental
para alcanzar los principios del Buen Vivir y sustentar el nuevo modelo
de desarrollo económico del actual Gobierno basado en el cambio de
la matriz productiva.

La aplicación de los indicados Lineamientos en la Zona de Planifica-


ción 1, integrada por las provincias de Carchi, Imbabura, Esmeraldas
y Sucumbíos, única zona en el Ecuador conformada por las tres re-

5 Presentación
giones continentales: Costa, Sierra y Amazonía, y con una gran rique-
za natural y cultural, constituye una oportunidad para generar paisajes
ecológicos funcionales capaces de brindar soluciones reales a la frag-
mentación de ecosistemas y transformarse en un eficaz mecanismo
de lucha contra la pobreza en el Ecuador.

Este documento plantea conformar biocorredores en la Zona de


Planificación 1 como una estrategia para la conservación de la bio-
diversidad, el ordenamiento territorial y el desarrollo sustentable de
los pobladores, comunidades indígenas y afroecuatorianos que allí
habitan, incentivando una gestión ambiental del territorio con un enfo-
que paisajístico mayor que promueva la conectividad entre la amplia
gama de ecosistemas terrestres y marinos existentes en esta región
del Ecuador.

Mgs. Lorena Tapia


Ministra del Ambiente del Ecuador

Presentación 6
PREFACIO
Ecuador no solo tiene una mega diversidad natural sino también una
gran riqueza cultural, presente en cada una de las regiones por me-
dio de la participación activa de pueblos y naciones. De acuerdo a
los saberes ancestrales, los Runas “humanos” habitaban en el am-
biente vital o espacio de vida, en armonía con su entorno y mundos
vivos... animales, vegetales, minerales y el mundo espiritual. De igual
manera, el territorio para los pueblos originarios es la Llacta “tierra”.
La llacta incluye todo los componentes del entorno natural y para que
se regenere como territorio, este se entiende como todo en uno solo,
para la vida.

Los conceptos de Runa como Llacta para los pueblos originarios, se


sintetizan en los biocorredores y la visión del Sumak Kausay, como
espacios del territorio donde se recupera la conectividad ecológica y
ambiental; a más de ello, se desarrollan armónicamente las diferen-
tes relaciones sociales y de vida entre el runa y su entorno.

El reconocimiento de nuestra identidad cultural ambiental, constituye


el punto de partida para la presente iniciativa de trabajo en minga, el
Estado - Organizaciones No Gubernamentales - Comunidad.

Hablar y hacer el análisis de biocorredores, plantea un nuevo enfoque


territorial, que permite incorporar los procesos de construcción de
los territorios del Buen Vivir, en función del diagnóstico y el contexto
de la Zona I.

7 Prefacio
El presente documento que propone convertirse en una herramien-
ta de trabajo y guía metodológica, aborda la profundización de los
conceptos de conectividad y biocorredores, la sistematización de
experiencias desde una perspectiva metódica y participativa des-
de los territorios, identificados en la Costa, Sierra y la Amazonía, en
donde se analizan temas ambientales, socioculturales, económicos,
políticos e institucionales, en el marco de las normas y lineamientos
emitidos por el MAE sobre gestión para la conectividad con fines de
conservación. Todo lo cual contribuye a que los Derecho de la Natu-
raleza planteada en la Constitución se plasme en los territorios en la
Zona de Planificación 1 (Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Sucumbíos).

Estamos seguros que este aporte realizado desde la Zona I a la cons-


trucción de los espacios de conectividad mediante biocorredores,
posibilita la creación y discusión de un pensamiento filosófico pro-
pio en Abya Yala “America” sobre el tema, en donde se incorpore
un conjunto de prácticas, normas, valores, creencias, estructura so-
cio-cognitivas y lógicas propias de los Runas con su entorno.

Ing. Segundo Fuentes Cáceres


Coordinador Zonal 1
Ministerio del Ambiente

Prefacio 8
PRÓLOGO
En los últimos años, la Dirección Provincial del Ambiente de Imba-
bura–Coordinación Zonal 1 ha impulsado iniciativas de conectividad
funcional con fines de conservación en las cuatro provincias de la
Zona de Planificación 1 (Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Sucumbíos).
Con la finalidad de sistematizar las iniciativas de conectividad en esta
zona, en septiembre de 2013, con apoyo de la Fundación Altrópico,
la Dirección organizó el Primer Taller Regional de Biocorredores Zona
1. En este evento ratificó el interés de las entidades participantes por
la implementación de biocorredores como eje estratégico para la con-
servación de la biodiversidad, el desarrollo socioeconómico y la plani-
ficación y ordenamiento territorial en la Zona 1.

El término “biocorredor” es utilizado de forma amplia para señalar los


diversos mecanismos de conectividad de hábitats vinculados a es-
quemas de paisaje más amplios, que forman parte integral de una
estrategia de ordenamiento territorial regional, basada en la ecología
del paisaje y la conservación, rehabilitación y el uso sostenible de la
biodiversidad y los servicios que genera.

Uno de los resultados significativos del indicado Taller fue la confor-


mación de la Mesa Técnica de Trabajo de Biocorredores, liderada por
la Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura–Coordinación Zonal
1 e integrada por representantes de la Dirección Provincial de Am-
biente del Carchi, la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, los
Gobiernos Autónomos Descentralizados Provinciales de Imbabura y
Carchi, organizaciones no gubernamentales como la Fundación Altró-
pico, Conservación Internacional-Ecuador, la Fundación Sobreviven-
cia Cofán, la Corporación Nacional de Bosques y Reservas Privadas
del Ecuador y el colectivo social Corredor de Vida Chiles Mataje – GIZ.

9 Prólogo
El objetivo primordial planteado en la Mesa Técnica de Trabajo fue
el de promover la articulación ambiental y social del territorio en la
Zona 1 mediante la generación de mecanismos de conectividad de
los ecosistemas –los biocorredores– y su incorporación en los planes
de ordenamiento territorial de los GAD. Esta conectividad permitirá
proteger la gran biodiversidad existente en la Zona 1 de las múltiples
amenazas y controlar el deterioro que presentan los recursos natura-
les, con lo que se garantizará la continuidad de los procesos ecoló-
gicos. Adicionalmente, la Mesa se propuso la difusión de prácticas y
conocimientos técnicos y de saberes ancestrales para fortalecer las
capacidades locales sobre el tema de biocorredores, y el incremento
de medios de vida rurales sostenibles, especialmente para las comu-
nidades locales y los pueblos y nacionalidades indígenas que viven
en esta zona.

Un primer desafío concreto planteado en la Mesa de Trabajo consti-


tuyó el análisis de las iniciativas más significativas de biocorredores
desarrolladas en la Zona 1, con la finalidad de sistematizar las leccio-
nes aprendidas y buenas prácticas de estas experiencias. Esta tarea
fue asumida por los miembros de la Mesa y de allí surge el presente
documento.

Los preceptos que desarrolla este libro se basan y tienen directa re-
lación con la importancia de los biocorredores en diversos aspectos,
especialmente:

• Los biocorredores y su eficacia en la conservación y rehabilitación


de la biodiversidad y los bienes y servicios ambientales que gene-
ran como base fundamental del desarrollo económico local en la
Z1 y como mecanismo efectivo de lucha contra la pobreza.
• Los biocorredores como base de los procesos de ordenamiento
territorial en la Zona 1.
• Los biocorredores como elemento fundamental para garantizar la
soberanía alimentaria en la Zona 1.
• Los biocorredores y su papel en la transformación de la matriz
productiva.
• Los biocorredores y su relación con el cambio en la matriz energé-
tica.

Prólogo 10
• Los biocorredores y su influencia en los esquemas de cambio cli-
mático en la Zona 1.
• Los biocorredores como plataforma de coordinación interinstitu-
cional y participación social (gobernanza), especialmente en el ma-
nejo de aquellos territorios gestionados por comunidades locales e
indígenas.

Los capítulos desarrollados se enfocan en: las características de la


zona y en las razones para impulsar la creación de biocorredores, así
como en el análisis del marco teórico conceptual, la sistematización
de las principales iniciativas de biocorredores en la Z1, los aspectos
legales y políticos directamente relacionadas con el tema (tomando
como base los “Lineamientos de gestión para la conectividad con
fines de conservación” emitidos por el MAE mediante Acuerdo Minis-
terial No 105 de 24 de octubre de 2013), y la definición de criterios e
indicadores geográficos que permiten identificar elementos estructu-
rales del paisaje que orientarían la conformación de biocorredores en
la región.

El documento trata de ser lo más visual posible para que pueda ser
utilizado como instrumento de difusión y concienciación de las opor-
tunidades que brindan los biocorredores en la Zona 1.

Es indiscutible que la implementación de biocorredores en la Zona 1


tiene mucho camino por recorrer, pero es innegable también que para
posicionar el tema adecuadamente se deben articular más entidades
y actores públicos y privados, aunar más voluntades políticas y lograr
más apoyos técnicos, financieros y colectivos. Se trata de un proceso
continuo que debe fortalecerse para incidir en las políticas institucio-
nales y en la gobernanza de la región, y que podría ser replicado en
otras zonas del país.

Roberto Ulloa M.Sc


Editor - Mesa Técnica de Trabajo de Biocorredores
Gerente de Políticas Ambientales
Conservación Internacional - Ecuador

11 Prólogo
CONTENIDO
Presentación 5
Prefacio 7
Prólogo 9
Contenido 12

Capítulo I. Introducción

1.1. Antecedentes del proceso 21

1.2. Por qué generar corredores en la Zona 1 25


1.2.1. Principales amenazas a la diversidad natural 27
y cultural y al mantenimiento de las funcio-
nes ecológicas en la Zona 1
1.2.2. Conectividad en la Zona 1 – lucha contra la 29
pobreza

1.3. Principales características de la Zona 1 30


1.3.1. Ubicación geográfica 31
1.3.2. Aspectos socioeconómicos 32
1.3.3. El patrimonio natural de la Zona 1 41
1.3.4. Vulnerabilidad socioambiental 58

1.4. Presiones y amenazas a los ecosistemas naturales 61


de la Zona
1.4.1. Cambio del uso del suelo 63
1.4.2. Obras de infraestructura 65
1.4.3. Agroindustrias 68
1.4.4. Cambio climático 71
1.4.5. Efectos en la integridad ecológica 75

Bibliografía 78

Contenido 12
Capítulo II. Marco teórico conceptual de corredores

2.1. Introducción 89

2.2. Conectividad de áreas protegidas 90

2.3. Las bases ecológicas del enfoque de corredores 92

2.4. Síntesis sobre el avance conceptual del enfoque de 96


corredores

2.5. Componentes y características básicas de los co- 104


rredores

2.6. Factores que los corredores buscan revertir 106

2.7. Beneficios y oportunidades del enfoque de corre- 107


dores

2.8. Limitaciones y retos del enfoque con corredores 108

2.9. Elementos claves que se deben considerar en el 110


diseño y gestión de corredores

2.10. Corredores y planificación territorial 115

Bibliografía 120

Capítulo III. Biocorredores: de la teoría a la práctica

3.1. Experiencias internacionales significativas 134


3.1.1. Los Corredores Biológicos y su proceso de 134
desarrollo y consolidación en Costa Rica

3.2. Algunas iniciativas del Ecuador en Biocorredores 139


en la Zona 1 (Carchi, Imbabura, Esmeraldas y Su-
cumbíos

13 Contenido
3.2.1. Una propuesta regional para el Buen Vivir: el 139
Corredor de Vida Chiles Mataje
3.2.2. El Corredor de Conservación Chocó Manabí 168
3.2.3. El Corredor Biológico de la Cordillera Orien- 192
tal – Provincia del Carchi
3.2.4. El Corredor Trinacional de Áreas Protegidas 205
Parque Nacional Natural La Playa (Co-
lombia), Reserva de Producción de Fauna
Cuyabeno (Ecuador) y Parque Nacional
Güeppí (Perú): un modelo de conservación e
integración fronteriza
3.2.5. Experiencia de la Nacionalidad Cofán en 236
la creación de corredores en las áreas de
conservación existentes en la Amazonía del
Ecuador y Colombia: Reserva Ecológica
Cofán Bermejo y Santuario de Plantas Medi-
cinales Orito Inge Ande
3.2.6. Análisis de las experiencias presentadas 251
3.2.7. A manera d elecciones aprendidas y reco- 255
mendaciones

Bibliografía 266

Capítulo IV. Política pública para la creación


de corredores1 en la Zona 1

4.1. Referencias en la legislación ecuatoriana 279

4.1.1. Constitución de la República del Ecuador 279


(2008)
4.1.2. Código Orgánico de Organización Territorial, 281
Autonomía y Descentralización COOTAD
(2010)
4.1.3. Acuerdos ministeriales 281
4.1.4. Estrategia Nacional de Biodiversidad 2001 – 282
2010
4.1.5. Políticas y Plan Estratégico del SNAP 283

Contenido 14
4.2. Principales referencias de corredores en la normati- 284
va internacional
4.2.1. Convenio sobre la Diversidad Biológica 284
(CDB))
4.2.2. El Programa de Trabajo sobre Áreas Protegi- 285
das del CDB
4.2.3. El Plan Estratégico para la Diversidad Bioló- 287
gica 2011 - 2020 y las Metas de Aichi

4.3. Procesos para la construcción de corredores 289


4.3.1. Elementos generales para la creación y/o 289
constitución de corredores
4.3.2. Consideraciones especiales 294
4.3.3. Aprendizajes desde el territorio para la crea- 298
ción y/o constitución de corredores

Bibliografía 303

Capítulo V. Elementos territoriales que orientarían la


conformación de corredores en la Zona 1.
Una aproximación desde la conectividad ecológica

5.1. Introducción 305

5.2. Elementos que componen un corredor 306

5.3. Consideraciones para el diseño espacial de corre- 309


dores
5.3.1. Condiciones ecológicas de paisajes que 309
favorecen la conectividad
5.3.2. Condiciones que limitan la conectividad eco- 311
lógica

5.4. Una mirada a la Zona 1 313


5.4.1. Integridad ecológica 314
5.4.2. Presiones y amenazas 318
5.4.3. Conformación de corredores 322

15 Contenido
5.5. Algunas reflexiones finales 325

Bibliografía 327

Capítulo VI. A manera de Atlas 333

Lista de Gráficos

Gráfico 1. Densidad poblacional calculada para cada 33


provincia de la Zona 1
Gráfico 2. Variación de la remanencia de vegetación 63
natural en la Zona 1 entre los años 1990 y
2008
Gráfico 3. Cambios de la vegetación natural de la Zona 64
1 en los períodos 1990-2000 y 2000-2008.
Gráfico 4. Crecimiento de la superficie sembrada (en 69
hectáreas) para palma aceitera entre 1981 y
2005 en la Zona 1
Gráfico 5. Relación entre el número de plantaciones 70
de palma aceitera y la superficie sembrada
respecto a la cercanía a los remanentes de
vegetación natural de la Zona 1
Gráfico 6. Variación temporal del número de fragmen- 76
tos (eje Y) y su tamaño promedio (proporcio-
nal al área de los círculos) para los bosques,
páramos, arbustales y herbazales remanen-
tes en la Zona 1, entre los años 1990 y 2008
Gráfico 7. Variación temporal de la distancia promedio 77
entre fragmentos de los bosques, páramos,
arbustales y herbarzales remanentes en la
Zona 1, entre los años 1990 y 2008
Gráfico 8. Propuesta de la estructura de gobernanza 153
del Corredor de Vida Chiles Mataje.
Gráfico 9. Estructura Programa Trinacional del Corre- 222
dor de Conservación y Desarrollo Sostenible
de Áreas Protegidas PNN La Paya (Colom-
bia) – RPF Cuyabeno (Ecuador) – ZR Güeppí
(Perú)

Contenido 16
Gráfico 10. Líneas de gestión del Programa Trinacional 223
del Corredor de Conservación y Desarrollo
Sostenible de Áreas Protegidas PNN La
Paya (Colombia) – RFP Cuyabeno (Ecuador)
– ZR Güeppí (Perú)
Gráfico 11. Presiones a la que responde la conforma- 251
ción de corredores

Lista de Figuras

Figura 1. Corredores de conectividad en el Ecuador 22


Figura 2. Ubicación geográfica de la Zona 1 31
Figura 3. Principales ciudades y redes viales en la 36
Zona 1
Figura 4. Pueblos y nacionalidades de la Zona 1 40
Figura 5. Ecosistemas de la Zona 1 43
Figura 6. Áreas Protegidas del PANE ubicadas en la 45
Zona 1
Figura 7. Bosques y Vegetación Protectora ubicados 47
en la Zona 1
Figura 8. Mecanismos de protección existentes de la 55
Zona 1
Figura 9. Recursos Hídricos de la Zona 1 56
Figura 10. Cobertura Vegetal de la Zona 1 58
Figura 11. Deforestación de la Zona 1 61
Figura 12. Ecosistemas remanentes de la Zona 1 62
Figura 13. Cambios sobre la vegetación natural de la 65
Zona 1, registrados en los períodos 1990 –
2000 – y 2000 – 2008
Figura 14. Densidad vial por cada ecosistema rema- 66
nente de la Zona 1
Figura 15. Proyectos de generación eléctrica definidos 67
para la Zona 1
Figura 16. Remanencia de vegetación natural por 68
unidad hídrica y proyectos de generación
eléctrica

17 Contenido
Figura 17. Localización de las plantaciones de palma 70
aceitera en la Zona 1
Figura 18. Variación de la precipitación hacia el año 71
2050, en la Zona 1, según las estimaciones
del modelo HADCM3,B2
Figura 19. Variación de la precipitación media anual 72
hacia el año 2050, en los ecosistemas de la
Zona 1, según las estimaciones del modelo
HADCM3,B2
Figura 20. Variación de la temperatura media anual 73
hacia el año 2050, en los ecosistemas de la
Zona 1, según las estimaciones del modelo
HADCM3,B2
Figura 21. Superficie de cada ecosistema que en el 75
2050, según el modelo HADCM3,B2, se
mantendría estable dentro de rangos climáti-
cos observados en la actualidad
Figura 22. Mapa del Corredor de Vida Chiles Mataje 141
Figura 23. Tipología de Necesidades Básicas Insatisfe- 147
chas (urbano)
Figura 24. Tipología de Necesidades Básicas Insatisfe- 147
chas (rural)
Figura 25. Mapa de viabilidad ecosistémica del Micro- 156
corredor de Conectividad El Ángel-Golondri-
nas
Figura 26. Mapa de Viabilidad Social del Microcorredor 158
de Conectividad El Ángel-Golondrinas
Figura 27. Mapa de Viabilidad Económica del Microco- 160
rredor de Conectividad El Ángel-Golondrinas
Figura 28. Mapa de Viabilidad Institucional del Microco- 161
rredor de Conectividad El Ángel-Golondrinas
Figura 29. Mapa de áreas viables para el desarrollo del 162
Microcorredor de Conectividad El Ángel-Go-
londrinas
Figura 30. Ubicación geográfica del Corredor de Con- 170
servación Chocó – Manabí
Figura 31. Cobertura vegetal y uso actual del suelo del 173
Corredor de Conservación Chocó – Manabí

Contenido 18
Figura 32. Áreas o ventanas prioritarias de conserva- 182
ción del Corredor de Conservación Chocó
– Manabí
Figura 33. Ubicación de los remanentes en la cordillera 193
oriental de la Provincia del Carchi
Figura 34. Propuesta de establecimiento de corredo- 204
res biológicos en la cordillera oriental de la
Provincia del Carchi
Figura 35. Ubicación y límites del Corredor Trinacional 210
Figura 36. Ampliación frontera agropecuaria en el Co- 211
rredor Trinacional y su área de influencia
Figura 37. Bloques y pozos petroleros en el Corredor 212
Trinacional y su área de influencia
Figura 38. Actividad minera en el Corredor Trinacional y 213
su área de influencia
Figura 39. Proyectos de infraestructura en el Corredor 214
Trinacional y su área de influencia
Figura 40. Sistemas Ecológicos presentes en el Corre- 217
dor Trinacional y su área de influencia
Figura 41. Territorio ancestral Cofán en el Ecuador 238
Figura 42. Ubicación del Santuario de Plantas Medici- 250
nales Orito Inge Ande
Figura 43. Esquema de interacción espacial entre los 307
elementos de un corredor.
Figura 44. Distribución de espacios potenciales para 308
integrar corredores en la Zona 1
Figura 45. Esquema general de interacción entre la 313
integridad ecológica y las presiones y ame-
nazas, para determinar el rol funcional de un
sitio dentro de un corredor
Figura 46. Métricos de paisaje utilizados para determi- 314
nar la integridad ecológica en la Zona 1
Figura 47. Remanencia local en un área de radio 15 km 315
Figura 48. Métricas de fragmentación 316
Figura 49. Métricas para determinar condiciones de 317
aislamiento
Figura 50. Variedad de usos del suelo en un área de 317
radio 15 km

19 Contenido
Figura 51. Integridad ecológica en la Zona 1 318
Figura 52. Indicadores utilizados para evaluar las pre- 319
siones y amenazas en la Zona1
Figura 53. Densidad vial en la Zona 1 319
Figura 54. Probabilidad de cambio de la cobertura ve- 320
getal natural en la Zona 1
Figura 55. Sitios donde se registra aprovechamiento 320
forestal en la Zona 1
Figura 56. Presencia de actividades mineras en la Zona 321
1
Figura 57. Variaciones futuras estimadas para tempera- 321
tura y precipitación en la Zona 1
Figura 58. Presiones y amenazas en la Zona 1 322
Figura 59. Reclasificación en cuartiles de integridad 323
ecológica y presiones y amenazas
Figura 60. Posibles roles funcionales para la conforma- 324
ción de corredores en la Zona 1

Contenido 20
Capítulo I.
Introducción.

Diana Tamayo1, Roberto Ulloa2, Christian Martínez3,


Bolívar Montenegro4

1.1. Antecedentes del proceso

d
esde hace varias décadas en el Ecuador se desarrollan ac-
ciones para conservar el mayor remanente posible de biodi-
versidad (MAE 2006; Ulloa 2007). Actualmente, el país tiene
alrededor del 19 % de su territorio continental bajo diferentes catego-
rías de protección. Si bien este porcentaje es significativo, muchas de
estas áreas tienen tamaños ecológicamente pequeños, están siendo
aisladas y rodeadas por áreas alteradas y se ven sometidas a presio-
nes antrópicas de diferente índole.

Para consolidar los logros en la conservación de la biodiversidad al-


canzados hasta el momento, es necesario fortalecer procesos de
planificación sistemática de la conservación a escala de paisaje, apli-
cando el enfoque de corredores, e incorporándolos en los planes de
ordenamiento territorial en todos los niveles de gestión (nacional, re-
gional y local). Diversas publicaciones (Bennett 2003; Bennett y Mu-
longoy 2006; Canet-Desanti 2007; Conservation International 2005;
Cracco y Guerrero 2004; Noss 1992; Rojas y Chavarría 2005; Rosen-

1 Consultora para Conservación Internacional Ecuador, Proyecto CEPF.


2 Gerente de Políticas Ambientales. Conservación Internacional Ecuador.
3 Gerente de Planificación Territorial. Conservación Internacional Ecuador.
4 Especialista Forestal Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura – Coordinación Zonal 1.

21 Introducción
berg et al. 1997, 1998; Sanderson et al. 2003; Yerena s/f.) señalan
que es más probable que las poblaciones, las comunidades y los pro-
cesos ecológicos naturales se mantengan en paisajes que incluyan
un sistema interconectado de hábitats (el equivalente a un corredor),
que en paisajes donde los hábitats naturales están compuestos por
fragmentos dispersos y ecológicamente aislados.

El diseño y gestión de los diferentes tipos de corredores (como se


analiza en el Capítulo II) es una estrategia de conservación de amplio
y frecuente uso en América Latina y otras partes del mundo (Bennet
y Mulongoy 2006; Conservation International 2005; Cracco y Gue-
rrero 2004). Adicionalmente, las diversas modalidades de corredores
son mecanismos de gestión de la biodiversidad con un alto grado de
participación social, por lo que se han convertido en un elemento es-
tratégico de la conservación en el mundo (Canet-Desanti et al. 2008;
Rojas y Chavarría 2005). No obstante, a pesar del nivel de manejo al-
canzado y del conocimiento generado, los corredores continúan sien-
1, Corredor de Conservación El Ángel-Golondrinas
2, Corredor Galera San Francisco-Mache Chindul-Muisne
3, Corredor de Conservación Abiseo-Cóndor-Kutukú
4, Corredor Biológico Chiles-Quitasol-El Ángel
5, Corredor Chongón Colonche-Machalilla-Cuenca Hidrográfica de Ayampe y Valdivia
6, Corredor Marino de Conservación del Pacífico Este Tropical
7, Corredor Cayambe Coca-Antisana-Sumaco
8, Corredor Ecológico Antisana-Llanganates
9, Corredor Ecológico Llanganates-Sangay
10, Corredor de Conservación Chocó-Manabí
11, Corredor Biológico Chocó-Andino
12, Corredor Cuyabeno-Quepí-La Paya 16
13, Corredor Yacuambi-Podocarpus 17
14, Corredor Cuyuja-Río Malo 10
1
15, Corredor del Páramo 2 4
16, Corredor Biológico Awacachi
17, Corredor de Vida Chiles-Mataje
18, Corredor Biológico Pañacocha
11
15
7
14 12
18

6 8

13

0
¯ 50 100
Km Fuente:MAE-GIZ 2012.

Figura 1. Corredores de conectividad en el Ecuador.


Fuente: MAE-GIZ (2012). Elaborado por C. Martínez.

Capítulo I 22
do un gran desafío en la gestión de la biodiversidad a nivel de paisaje.
Las iniciativas para el desarrollo de corredores en el Ecuador han sido
varias (Figura 1). Dentro de estas experiencias destacan el Corredor
Ecológico Llanganates Sangay, los Corredores de Conservación Cho-
có-Manabí (CCCM) y Abiseo-Cóndor-Kutukú (CCACK), el Corredor
Biológico Awacachi, el Corredor Marino de Conservación del Pacífico
Este Tropical (ETPS, por sus siglas en inglés) y el Corredor de Vida
Chiles Mataje ( MAE 2006; MAE – GIZ 2012).

El Ministerio del Ambiente (MAE) reconoce que el establecimiento y


gestión de corredores constituye el mecanismo más adecuado para
garantizar la conexión funcional entre paisajes, ecosistemas y hábitats
naturales o modificados, pues incrementa la permanencia de la bio-
diversidad a largo plazo y de los servicios ecosistémicos imprescindi-
bles para el bienestar de la sociedad. Bajo esta perspectiva, mediante
Acuerdo Ministerial No 105 del 24 de octubre de 2013, el MAE expi-
dió los “Lineamientos para la Gestión para la Conectividad con Fines
de Conservación” (MAE 2013a).

Estos lineamientos se enmarcan en la Política y Estrategia Nacional


de Biodiversidad del Ecuador 2001 – 2010 y en la Política y Plan Es-
tratégico del Sistema Nacional de Áreas Protegidas 2007-2016, en
donde se identifica como necesidad la implementación de corredores
ecológicos. De esta manera, el Ecuador refleja en la práctica los com-
promisos internacionales adquiridos en el marco de la Convención de
la Diversidad Biológica, el Plan Estratégico para la Diversidad Biológi-
ca 2011-2020 y las Metas de Aichi (MAE-GIZ 2012).

Bajo este enfoque, el MAE propone adicionalmente complementar y


fortalecer los procesos de planificación y ordenamiento territorial que
los gobiernos autónomos descentralizados (GAD) llevan a cabo, con
el fin de dar cumplimiento a las disposiciones establecidas especial-
mente en la Constitución, el Código Orgánico de Organización Terri-
torial, Autonomía y Descentralización (COOTAD) y el Código Orgánico
de Planificación y Finanzas Públicas (COPFP).

Los GAD han avanzado significativamente en el diagnóstico y plani-


ficación integral de sus territorios. Dentro de los procesos de planifi-
cación, la implementación de la lineamientos de conectividad para la

23 Introducción
conservación propuesta por el MAE, aportará a una mayor integración
e interacción de sus elementos como parte de los sistemas ambien-
tal, económico, sociocultural, político-institucional, de asentamientos
humanos, de movilidad, de energía y de conectividad que conforman
el régimen de desarrollo previsto en la Constitución (MAE-GIZ 2012).
La Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura–Coordinación Zo-
nal 1, al considerar los objetivos y el enfoque de los “Lineamientos
para la Gestión para la Conectividad con Fines de Conservación”, ha
venido desarrollando una serie de acciones y programas a escala de
paisaje y aplicando el enfoque de corredores, mediante una planifica-
ción sistemática de la conservación que tienda a disminuir la presión
sobre los recursos naturales en la Zona 1 (Esmeraldas, Imbabura,
Carchi y Sucumbíos), presión que afecta de manera directa la bio-
diversidad, la integridad ecológica y la calidad de vida de los y las
habitantes de esta zona.

Un paso significativo en esta dirección constituyó la declaratoria en el


2012 del Área Ecológica de Conservación Municipal Taita Imbabura,
con una superficie de 7.201 ha, ubicadas en el volcán Imbabura. El
área conserva 45 vertientes y ocho microcuencas, y es importante
desde el punto de vista social puesto que existe la presencia de di-
ferentes culturas (Kichwa, Kayambi, Otavalo, Natabuela y Karanki). El
proceso legal implicó la conformación de una mancomunidad entre
los GAD municipales de Antonio Ante, Ibarra y Otavalo, y la declara-
toria correspondiente mediante ordenanza municipal en cada cantón.
Esta declaratoria es un proceso inédito en el país para la creación de
una reserva de tipo municipal y sienta las bases para promover un
corredor de conservación en esta zona (MAE 2010a).

Adicionalmente, la Dirección Provincial del Ambiente de Imbabu-


ra-Coordinación Zonal 1, en el mes de septiembre de 2013 desarrolló
el Primer Taller Regional denominado “Los corredores: una alternativa
para el manejo integral de la biodiversidad y la buena gobernanza”,
en el que se ratificó el interés de las entidades participantes, espe-
cialmente los GAD, en diseñar e implementar corredores como eje
estratégico para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo
socioeconómico, acogiendo en este sentido las disposiciones y linea-
mientos establecidos por el MAE.

Capítulo I 24
Como resultado del mencionado Taller, se conformó la Mesa Téc-
nica de Trabajo de Biocorredores, integrada por representantes de
las Direcciones Provinciales de Ambiente de la Zona1, de la Reserva
de Producción de Fauna Cuyabeno, los Gobiernos Autónomos Des-
centralizados Provinciales de Imbabura y Carchi, organizaciones no
gubernamentales como la Red de Bosques Privados del Ecuador, la
Fundación Altrópico, Conservación Internacional, la Fundación So-
brevivencia Cofán y el Corredor de Vida Chiles Mataje-GIZ.

El objetivo central de la Mesa Técnica es impulsar la conformación de


corredores en la Zona 1 y así promover la conectividad de los ecosis-
temas para garantizar la conservación de la biodiversidad regional y
la continuidad de procesos ecológicos generadores de servicios am-
bientales asociados, e impulsar el fortalecimiento de las capacidades
locales y el desarrollo de medios de vida rurales sostenibles compa-
tibles con el ambiente, la transferencia de tecnologías y la difusión de
conocimientos.

Desde su conformación, la Mesa Técnica ha mantenido varias reu-


niones de trabajo y se propuso, bajo el liderazgo de la Dirección Pro-
vincial del Ambiente de Imbabura-Coordinación Zonal 1, sistematizar
las experiencias de corredores en la Zona 1 y generar una propuesta
para incorporarlos en los procesos de planificación y ordenamiento
territorial de la zona. El presente documento constituye el resultado
de este esfuerzo asociado de trabajo.

1.2. Por qué generar corredores en la Zona 1

La Zona de Planificación 1 (ZP1), integrada por las provincias de Es-


meraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos, cuenta con una posición
geoestratégica de alta relevancia (SENPLADES 2011). Sus caracte-
rísticas ambientales, naturales, culturales y de conectividad, y su ve-
cindad con Colombia, la convierten en una región especial de gran
importancia para el desarrollo local y nacional.

La ZP1 posee una superficie de 42.065 km², que corresponde al


15,46% del territorio ecuatoriano y constituye la única zona de pla-

25 Introducción
nificación en el Ecuador conformada por las tres regiones naturales
continentales: costa, sierra y amazonia, con una amplia variedad de
climas y diferentes rangos altitudinales.

Una de las principales características de la Zona 1 constituye su gran


biodiversidad, la cual se encuentra representada por importantes
ecosistemas terrestres y marinos, que incluyen una abundancia y ri-
queza de especies de flora y fauna. A esta particularidad, se asocia un
significativo componente de conocimiento tradicional de numerosos
grupos étnicos existentes en este territorio, ciudades patrimoniales,
sitios arqueológicos y centros turísticos.

La Zona 1 está integrada por nueve sistemas hidrográficos. La mayo-


ría de los ríos, en especial en las zonas bajas, son utilizados como vías
de acceso natural, para el transporte de productos a distintos lugares.

Aproximadamente, 15.587 km² correspondientes al 38,9% de la su-


perficie de la ZP1, se encuentran bajo figuras legales de protección,
incluyendo 13 áreas protegidas pertenecientes al Patrimonio de Áreas
Naturales del Estado (PANE) del Sistema Nacional de Áreas Protegi-
das (SNAP), dos áreas ecológicas de protección municipal, 40 Bos-
ques Protectores Públicos, 15 Bosques Protectores Privados que for-
man parte de la Corporación Red de Bosques Privados del Ecuador,
y territorios indígenas de los pueblos Awá, Chachi, Kichwa, Épera,
Siona, Secoya y Cofán. La Zona 1 registra además 3 sitios RAMSAR
y 17 Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (IBAS, por
sus siglas en inglés).

Diversos programas de conservación han sido implementados en la


Zona 1, dentro de los cuales destaca el Programa Socio Bosque,
que hasta mayo de 2013, estableció 654 convenios, la mayoría con
“Socios Individuales” y 48 convenios con “Socios Colectivos”, prote-
giendo 226.890 ha de ecosistemas naturales en la Zona 1.

Sin embargo, es necesario ampliar y complementar las iniciativas de


conservación e incrementar zonas con importancia biológica y/o pro-
veedoras de servicios ambientales, bajo una visión holística, estable-
ciendo conexiones entre sí y generando verdaderos paisajes ecosis-

Capítulo I 26
témicos funcionales capaces de brindar soluciones reales frente a la
fragmentación y constituirse en el eje principal de la lucha contra la
pobreza.

Bajo este enfoque, y con el fin de reflejar resultados concretos, se tor-


na imprescindible incorporar estos conceptos dentro del marco legal
y normativo y en los planes de desarrollo y ordenamiento territorial de
GAD tendiente a lograr la gestión local de los corredores en la Zona
de Planificación 1.

La Zona 1 tiene una importancia nodal respecto al patrimonio cultural


intangible del país, derivado de la existencia de diversas etnias y cul-
turas de sus habitantes, la presencia de un conjunto de ciudades pa-
trimoniales, sitios arqueológicos y centros turísticos. En esta zona se
concentra la mayor parte de la diversidad étnica del país, puesto que
contiene siete de las catorce nacionalidades existentes en el Ecuador:
Kichwa, Awá, Chachi, Épera, Siona, Secoya y Cofán, la más impor-
tante concentración del pueblo afroecuatoriano en las provincias de
Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Sucumbíos, y población mestiza con
una importante diversidad sociocultural.

Las áreas de convergencia étnica constituyen también áreas de con-


vergencia de biodiversidad; sin embargo, esta se encuentra cada vez
más amenazada debido a la dinámica económica y extractiva. Las
nuevas generaciones de los diferentes grupos étnicos que confor-
man la Zona 1, están experimentando un cambio progresivo en sus
patrones culturales, lo cual debilita el patrimonio inmaterial. Los cam-
bios generacionales, sumados a la articulación con la economía de
mercado, la dinámica urbana y el deterioro ambiental inciden en el
debilitamiento de la cultura.

1.2.1 Principales amenazas a la diversidad natural y cultu-


ral y al mantenimiento de las funciones ecológicas en
la Zona 1

La Zona 1, por su variabilidad ambiental, económica y social, presenta


varias amenazas a la diversidad natural y cultural y al mantenimiento

27 Introducción
de las funciones ecológicas. Las principales amenazas a la biodiver-
sidad encontradas son: la conversión del uso del suelo resultante de
las actividades económicas agroindustriales para la producción de
monocultivos como banano, flores y palma africana; la expansión de
actividades agrícolas y ganaderas en zonas frágiles, el establecimien-
to de plantaciones forestales comerciales, la extracción maderera, la
construcción de obras de infraestructura viales y portuarias, así como
el avance de la desertificación debido a la erosión, deforestación,
modificaciones del clima y al inadecuado uso del agua especialmente
en ecosistemas áridos y secos.

A estas alteraciones, se suman la pobreza, que afecta especialmente


a las comunidades rurales, y la poca claridad sobre los derechos de
uso y propiedad, las mismas que han contribuido a la reducción de
los bosques.

Las principales amenazas reportadas para los ecosistemas mari-


nos-costeros en la Zona 1 son las alteraciones físicas, la contami-
nación, la sobreexplotación de recursos, la introducción de especies
y cambios climáticos globales. La pesca artesanal e industrial ejerce
una importante presión sobre los ecosistemas marinos, al igual que
la contaminación proveniente de fuentes terrestres (doméstica e in-
dustrial) y de fuentes marinas (hidrocarburos). Los manglares están
expuestos a constantes amenazas, tales como la acuacultura, en es-
pecial la actividad camaronera que provocó la desaparición de impor-
tantes manglares de la costa, la expansión de centros poblados, la
expansión agrícola y ganadera, la explotación maderera y extracción
de las especies de manglar para carbón (Hurtado et al., 2000).

El páramo es un ecosistema frágil que se encuentra permanentemen-


te amenazado, debido a los proyectos de forestación con especies
exóticas, ampliación de la frontera agrícola, quemas excesivas, sobre
pastoreo y el incremento en la demanda de agua.

La calidad ambiental de los ríos, y el aire, incluido los sitios de asen-


tamientos humanos en la Zona 1, está expuesta a una diversidad de
factores que contribuyen a su deterioro, tales como: la actividad de
exploración y explotación petrolera, la industrialización, la minería, los

Capítulo I 28
desechos industriales y hospitalarios, la emisión de gases tóxicos, la
disposición inadecuada de los desechos líquidos y sólidos, la utiliza-
ción de agroquímicos, entre otros. La contaminación de las aguas
sumada a la escasa disponibilidad del recurso hídrico, constituyen un
grave problema y es un foco potencial de conflictos.

Las amenazas a la biodiversidad expuestas en esta sección, afectan


de igual manera al patrimonio cultural inmaterial, específicamente por
la extracción indiscriminada de recursos naturales, las necesidades
básicas insatisfechas y el grado de pobreza de las comunidades, la
discriminación, desigualdad y exclusión de los pueblos y nacionali-
dades, la paulatina merma de la identidad cultural, la pérdida de los
territorios ancestrales y presiones constantes; los desplazamientos y
la alta movilidad de las comunidades.

1.2.2 Conectividad en la Zona 1 - lucha contra la pobreza

Establecer corredores en sitios estratégicos no solamente permite


recuperar la integridad ecológica para la conservación de la biodiver-
sidad sino también promueve un modelo de desarrollo económico
sostenible vinculado con el mejoramiento de la calidad de vida de las
poblaciones en la Zona 1.

Dentro de las opciones económicas se contempla el impulso al surgi-


miento de nuevos negocios con base ambiental, tendientes al mejo-
ramiento de las condiciones económicas de las poblaciones locales.
Debido a que los corredores y la biodiversidad que albergan constitu-
yen una reserva de recursos, material vegetativo para reproducción en
viveros, fuente de plantas medicinales, ornamentales y maderables,
pueden constituirse como bancos genéticos y controladores biológi-
cos efectivos. Además, promueven modelos de desarrollo local con
enfoque ecosistémico y de desarrollo sostenible.

Los invaluables paisajes naturales de las zonas costeras, los bosques


y los páramos de las montañas andinas, y el bosque húmedo tropical
de la Amazonía con su encanto inherente y sus impresionantes ríos,
constituyen un santuario de vida, que ofrecen la posibilidad de ser

29 Introducción
aprovechados para fines turísticos y recreativos, biomédicos, científi-
cos y como fuentes de bienes y servicios ambientales para beneficio
de todos los habitantes de la zona y del país. Muchos recursos de
biodiversidad permiten afirmar la soberanía alimentaria de la región y
del Ecuador.

Los corredores propician la prevención de desastres naturales, pues-


to que actúan como barreras protectoras ante eventos climáticos,
incentivan además la investigación científica y la generación de cono-
cimiento y son una oportunidad para la generación de conciencia y
educación ambiental en la zona.

Adicionalmente, en la Zona 1 existen una serie de iniciativas de co-


rredores que es necesario fortalecer y apoyar, como: el Corredor de
Conservación Choco – Manabí, el Corredor de Vida Chiles Mataje, la
propuesta de Corredor Biológico de la Cordillera Oriental - Provincia
del Carchi, el Corredor Trinacional de Áreas Protegidas Parque Na-
cional Natural La Paya (Colombia), Reserva de Producción de Fauna
Cuyabeno (Ecuador) y Parque Nacional Güeppí (Perú), el Corredor
Binacional propuesto por el pueblo Cofán entre la Reserva Ecológica
Cofán Bermejo (Ecuador) y el Santuario de Plantas Medicinales Orito
Inge Ande, el Corredor Awacachi, entre los más significativos. Varios
de estos corredores serán analizados con mayor detenimiento en el
Capítulo III.

1.3. Principales características de la Zona 1

Esta sección se basa en la información generada por la Consultora


SAMIRI ProGea (2012) en su estudio “Agenda Territorial del Patrimo-
nio Zona de Planificación 1 – Estado actual”. Este informe5 analiza a la

5 Los datos descritos están respaldados en: fuentes de información secundaria sobre los ám-
bitos socioeconómicos, culturales y naturales; validación de datos en el campo a través de
consultas a personas, encuestas estructuradas dirigidas a los Gobiernos Autónomos Des-
centralizados (GAD); revisión de la base de datos del Instituto de Patrimonio Cultural; es-
tadísticas censales del INEC (2010); base de datos del Sistema de Administración Forestal
del MAE; información oficial sobre las áreas protegidas, e información oficial suministrada por
el MCP (2011).

Capítulo I 30
Zona de Planificación 1 dentro de un contexto nacional y en función
de variables de carácter legal-institucional, socioeconómico, cultural
y de patrimonio natural que influyen en su dinámica.

1.3.1. Ubicación geográfica

La Zona de Planificación 1 está integrada por las provincias de Es-


meraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos, que a su vez incluyen 27
cantones, 144 parroquias rurales y 39 parroquias urbanas.

La ZP1 posee una superficie de 42.065 km², que corresponden al


15,46% del territorio ecuatoriano (Figura 2).

Figura 2. Ubicación geográfica de la Zona 1.


Fuentes: IGM (2013) e INEC (2012). Elaborado por C. Martínez.

31 Introducción
Mancomunidad de la ZP1

El 21 de enero de 2011, en la ciudad de Nueva Loja se suscribió el


Convenio de Creación de la Mancomunidad del Norte del Ecuador
entre los Gobiernos Autónomos Descentralizados de Carchi, Sucum-
bíos, Esmeraldas e Imbabura.

Esta mancomunidad, reconocida legalmente en el COOTAD y en la


Constitución, tiene el objetivo de “Propiciar la gestión concertada para
el desarrollo sustentable y sostenible de las provincias del Norte del
Ecuador: Carchi, Sucumbíos, Esmeraldas, e Imbabura” (Mancomuni-
dad de los GAD del Norte del Ecuador 2011).

1.3.2. Aspectos socioeconómicos

Estructura y densidad poblacional

La Zona de Planificación 1 está compuesta por cuatro provincias con


características y composición sociales diversas. Los datos del censo
del 2010 (INEC 2010) revelan la existencia de 1’273.332 habitantes
que representan el 8,79% de la totalidad nacional, distribuidos en las
cuatro provincias. De esta cifra, la mayor parte de la población se
encuentra en la provincia de Esmeraldas con el 42% y la menor en la
provincia de Carchi con el 13%. El 21,74 % de la población de la Z1
es afro-ecuatoriana y el 11,5% es indígena.

Más del 50% del total de la población en la Zona 1 es en su mayoría


joven, con un rango de edad entre los 0 y 24 años.

La distribución poblacional es bastante diferenciada en la Zona 1, lo


cual se ve reflejado en la variedad de la densidad poblacional en cada
provincia. En promedio, se encuentran 43,30 habitantes/km2 en la
Zona 1. La densidad poblacional encontrada en cada provincia obe-
dece a ciertos factores, tales como, la mayor extensión en superficie
existente en las provincias de Sucumbíos y Esmeraldas; el crecimien-
to de las ciudades que han experimentado principalmente las provin-

Capítulo I 32
43,52
33,11

cias de Carchi e Imbabura; y la ocurrencia del fenómeno migratorio


en dirección a las cabeceras cantonales y las capitales
9,76
de provincia.

En el Gráfico 1 se puede observar la densidad poblacional calculada


Esmeraldas Imbabura Carchi Sucumbíos
para cada provincia de la Zona 1.

Densidad Poblacional
86,8

43,52
33,11

9,76

Esmeraldas Imbabura Carchi Sucumbíos

Gráfico 1. Densidad poblacional calculada para cada provincia de la Zona 1.


Fuente: INEC Censo de Población y Vivienda (2010). Elaborado por Samiri ProGea 2012.

Principales ciudades y redes viales de interconexión socioe-


conómica

La Zona de Planificación 1 está conformada por un conjunto de ciu-


dades intermedias y pequeñas que se encuentran interconectadas
entre sí, a través de mini circuitos y diversos niveles de intercambio
social, cultural y comercial.

En términos generales, la ZP1 está dotada de un sistema vial en bue-


nas condiciones, especialmente los nodos urbanos de la zona an-
dina, entre las provincias de Imbabura y Carchi. Las provincias de
Esmeraldas y Sucumbíos presentan serias limitaciones de conexión
entre campos y poblados.

Las ciudades de Ibarra y Esmeraldas se caracterizan por su impor-


tante tamaño e índice de movilidad. Las ciudades de Tulcán, Lago

33 Introducción
Agrio, Otavalo y Quinindé se distinguen por una significativa actividad
económica. Entre las ciudades de mediano a pequeño tamaño que
surgen como polos de desarrollo figuran San Lorenzo y Muisne en la
provincia de Esmeraldas; San Gabriel, El Ángel y Mira en la provincia
del Carchi, y Cotacachi y Atuntaqui en Imbabura.

Existen dos puertos marítimos en Esmeraldas y San Lorenzo y dos


puertos fluviales, Puerto Providencia y Puerto Sucumbíos, en Sucum-
bíos; sin embargo, estos no se encuentran interconectados. En las
capitales de cada provincia que integra la ZP1 existen aeropuertos;
dos de ellos, ubicados en las ciudades de Esmeraldas y Lago Agrio,
están actualmente habilitados. No existen frecuencias de vuelos
interregionales. La ZP1, además, se encuentra atravesada por un
oleoducto y varios poliductos, los cuales se inician en Sucumbíos y
terminan en la refinería en Esmeraldas.

La Zona de Planificación 1 desarrolla una dinámica de funcionamiento


espacial en concordancia con el sistema de conectividad y movilidad
de sus habitantes. Estas movilidades se dan de acuerdo con los inte-
reses de los ciudadanos/as y con la circulación de bienes y servicios.
La conectividad se fortalece gracias a las distintas vías de comuni-
cación que integran comunidades, pueblos, ciudades, subregiones
y regiones.

La Zona 1 presenta una red vial de 18.000 km de longitud (IGM 2013);


de esta, casi el 10% (1.700 km) corresponde a vías pavimentadas de
primer orden, 4.700 km (26%) a vías secundarias no pavimentadas, y
el restante 64% (11.600 km) a vías de tercer orden como caminos de
herradura, verano y senderos.

La conectividad y la movilidad de la ZP1 ocurre dentro de los siguien-


tes tres escenarios:

Conectividad intraprovincial.- Está relacionada con los flujos, in-


tercambios y movimientos que los habitantes establecen al interior
de las provincias de acuerdo a sus intereses. La provincia de Esme-
raldas posee una dinámica funcional interna que gira alrededor de
tres nodos o circuitos determinados por las ciudades de Esmeraldas,

Capítulo I 34
Quinindé y San Lorenzo. El primer circuito de movilidad corresponde
al eje vial que conecta a Quinindé con La Concordia e integra las
comunidades de La Unión, El Consuelo y La Independencia. El se-
gundo circuito conecta la ciudad de Esmeraldas con Muisne e integra
el cordón turístico de Atacames, Tonsupa, Súa, Tonchigüe y Mompi-
che. La ciudad de Esmeraldas, hacia el norte, crea un microcircuito
con Tachina, Camarones, Río Verde y Las Peñas. La ciudad de San
Lorenzo, hacia el norte, se integra tanto por vía carrozable como por
los esteros con Borbón, La Tola y Limones, e integra una serie de pa-
rroquias rurales como Maldonado, Colón Eloy, Timbiré y Selva Alegre
(Samiri ProGea 2012).

La provincia del Carchi se conecta principalmente por medio del eje


vial que traza la Panamericana Norte, que corre de norte a sur desde
la ciudad de Tulcán hasta Ibarra. Por medio de esta vía se integran
las ciudades de Huaca y Bolívar. Existe además un ramal marginal
que integra las ciudades de Mira, El Ángel y Bolívar. Este subcircuito
natural se conecta automáticamente con la vía Panamericana Norte
(Samiri ProGea 2012).

La provincia de Imbabura se integra en un solo circuito determinado


por la Vía Panamericana Norte. La ciudad de Ibarra se conecta hacia
el norte con las comunidades afroecuatorianas de Mascarilla, Chota,
Carpuela, Juncal y la población de Pimampiro; Ibarra hacia el sur se
integra con San Antonio, Atuntaqui, Cotacachi y Otavalo (Samiri Pro-
Gea 2012).

La provincia de Sucumbíos presenta una conectividad que se en-


cuentra determinada por la Carretera Marginal de la Selva que une
por el norte a Nueva Loja con Cascales, Lumbaqui y La Bonita (Samiri
ProGea 2012).

Conectividad interprovincial.- Del análisis de funcionamiento espa-


cial intrarregional se deduce que entre las provincias de Esmeraldas,
Imbabura y Carchi existe una importante conexión. Sin embargo, la
relación de funcionalidad de las tres provincias con Sucumbíos es de
baja intensidad. La provincia de Imbabura se conecta de manera di-
námica con el norte de la provincia de Esmeraldas a través del eje San

35 Introducción
Lorenzo – Ibarra, donde se conectan Alto Tambo, Lita y Salinas. En
tanto, la provincia de Imbabura se conecta con Carchi por medio del
cordón vial Ibarra- Tulcán. La conexión de Sucumbíos con las demás
provincias de la zona norte es por medio del ramal marginal Nueva
Loja – La Bonita - Tulcán.

Los principales centros poblados y redes viales se pueden observar


en la Figura 3.

Figura 3. Principales ciudades y redes viales en la Zona 1.


Fuente: SENPLADES ZONA 1 (2012).

Conectividad extra regional.- La ZP1 mantiene cuatro conexiones


dinámicas con otras provincias gracias a la existencia de vías carro-
zables. La primera conexión se da entre las provincia de Imbabura y
Pichincha, en la cual se encuentran integradas las ciudades de Ibarra,
Cayambe, Tabacundo, Guayllabamba y Quito. La segunda conexión
está determinada por la vía que conecta Esmeraldas con Quinindé y
Quito, integrada por las ciudades de Los Bancos y Nanegalito.

La provincia de Esmeraldas mantiene conexión con la provincia de


Santo Domingo de los Tsáchilas a través de la vía que une a Quinin-
dé con La Concordia y Santo Domingo de los Colorados. La tercera

Capítulo I 36
conexión extrarregional se da entre la provincia de Sucumbíos y la
provincia de Orellana, por medio de la vía que une a Nueva Loja con
Joya de los Sachas, Shushufindi y Coca. Finalmente, Esmeraldas se
une al sur Manabí por medio de la vía que une la ciudad de Esmeral-
das con Muisne, Pedernales y Jama. De manera marginal se destaca
la vía rural que une a Otavalo con Selva Alegre y Nanegalito.

Actividades económicas

La Zona 1 representa el 8,41% de la población económicamente ac-


tiva (PEA) a nivel nacional. La provincia de Esmeraldas presenta el
más alto porcentaje (39,72%) de la PEA de la Zona, y Carchi el menor
(14%). Estos valores están relacionados en buena parte a la cantidad
de habitantes que tienen las provincias de Esmeraldas e Imbabura en
comparación con Carchi y Sucumbíos (Gráfico 2).
Población económicamente activa en la Zona 1.
Zona 1 Carchi Esmeraldas Imbabura Sucumbíos
Población
512.184 68.506 203.454 168.734 71.490
económicamente activa
Tasa global de
94,35 95,68 91,91 95,86 95,69
ocupación
% de la PEA dentro 13,38 39,72 32,94 13,96
de la zona
Fuente: INEC Censo de Población y Vivienda (2010). Elaborado por el equipo
Consultor de Samiri ProGea (2012).

La información proporcionada por SENPLADES indica que la econo-


mía de la ZP1 se desarrolla en función de cinco actividades económi-
cas principales (BCE 2007):

• La explotación petrolera y minera, que genera el 42% del total de


la economía en la Z1.
• La producción de derivados del petróleo, con 14,5%.
• El comercio al por mayor y menor, con 10%.
• La industria manufacturera, con 7,3%.
• La agricultura, ganadería y silvicultura, con 6,7%.
• Otros (actividades comerciales)

La dinámica económica de la ZP1 gira en torno a las condiciones


económicas provinciales. A excepción de la producción petrolera, la

37 Introducción
provincia de Esmeraldas aporta con el 43% de la economía zonal,
especialmente en el sector terciario, comercio al por mayor y al por
menor. La provincia de Imbabura aporta con el 33%, Carchi con 15%
y Sucumbíos con el 9%.

La fuerza laboral de las cuatro provincias se dirige principalmente a


actividades agrícolas y comerciales. La Zona 1 aporta ocho de los 15
productos de la canasta básica familiar ecuatoriana.

Recursos energéticos renovables

La fisonomía de la Zona 1 ofrece la posibilidad de desarrollar pro-


yectos orientados a energías renovables eólica, solar, geotérmica e
hidroeléctrica, las cuales se enmarcan dentro del cambio de matriz
productiva propuesta por el Gobierno ecuatoriano.

Las provincias de Carchi e Imbabura han sido catalogadas como im-


portantes áreas potenciales para desarrollar proyectos de generación
eléctrica derivada de la explotación de la energía geotérmica.

Los proyectos Tufiño – Chiles, Chalpetán, Iguén en la provincia de


Carchi, y Chachimbiro, Cuicocha e Imbabura en la provincia de Imba-
bura, presentan un elevado valor energético (Coviello 2000; CONE-
LEC 2009).

En la Zona 1 se han identificado varios proyectos con potencial hi-


droeléctrico, dentro de los cuales figura el del río Baboso, que se
encuentra en ejecución. Esta área forma parte de la zona baja del
área de influencia del proyecto Coca Codo Sinclair en la provincia de
Napo.6

Estudios preliminares realizados en la Zona 1 identifican los siguientes


sitios como potenciales para la generación de energía eólica: Tachina
(Esmeraldas), Salinas (Imbabura) y El Ángel (Carchi) (Maldonado y De
Jeronimo 2008).

6 Catálogo de Proyectos Hidroeléctricos para el Corto, Mediano y Largo Plazo, ONECER -


CFN, Noviembre 1997; http://www.conelec.gob.ec/contenido.php?cd=1792&l=1.

Capítulo I 38
En la parroquia García Moreno, ubicado en el cantón Bolívar, se rea-
lizaron estudios de factibilidad para implementar un parque eólico,
programa impulsado por el Gobierno Provincial del Carchi (GPC) y el
Instituto Nacional de Pre inversión (EERSSA s/f).

Los índices de radiación solar destacan en la zona costera de Esme-


raldas, en la región andina (Carchi – Imbabura), y en Sucumbíos, par-
ticularmente en Lago Agrio. En la Zona 1 de planificación se reportan
tres iniciativas para la generación de energía solar fotovoltaica: Esme-
raldas Negro, Viche y Esmeraldas con una capacidad de generación
de 773 KW.

Atractivos y potenciales turísticos

En términos generales, la demanda turística en la Zona 1, a nivel na-


cional e internacional ha sido favorable en los últimos años, y actual-
mente se encuentra en auge. De acuerdo los datos del 2011, la Zona
1 contienen 36,7% del volumen de viajeros extranjeros a nivel na-
cional, lo cual indica las cualidades y la potencialidad turística de los
recursos del patrimonio natural y cultural existente en esta zona. Sin
embargo, la acogida de turistas nacionales en la Zona 1 correspon-
de a un 14,1% de la demanda de viajes domésticos (Samiri ProGea
2012).

Las provincias de Imbabura y Esmeraldas constituyen destinos tu-


rísticos consolidados, aunque con diferencias en la composición de
la demanda. Imbabura recibe mayoritariamente turistas extranjeros
mientras que en Esmeraldas la demanda es similar tanto para turis-
tas nacionales como extranjeros. Debido a su situación fronteriza, en
la provincia del Carchi la visita de colombianos es significativamente
mayor en comparación con la visita de turistas nacionales; similar es-
cenario se observa en la provincia de Sucumbíos.

En la Zona de Planificación 1 el Ministerio de Turismo tiene registrado


en el Inventario Nacional un total de 286 atractivos de los cuales el
55% son culturales y el 45% son de naturaleza (Samiri ProGea 2012).

39 Introducción
Pueblos y nacionalidades de la Zona 1

La composición étnica de las cuatro provincias que conforman la


Zona 1 es diversa. Siete de las catorce nacionalidades indígenas exis-
tentes el país se localizan en la Zona 1: Kichwa, Awá, Chachi, Épera,
Siona, Secoya y Cofán. En la nacionalidad Kichwa, particularmente,
se encuentran los siguientes pueblos oficialmente reconocidos: Ota-
valo, Natabuela, Karanki y Kayambi.

En la Zona 1 se sitúan también las comunidades Afro-ecuatorianas de


Esmeraldas y el Chota, que manifiestan diferencias culturales signifi-
cativas entre sí, dada su localización geográfica particular (Figura 4).

Adicionalmente, los blancos, mestizos y de nacionalidad extranjera,


principalmente de Colombia y de países del norte, conforman un nú-
mero importante de habitantes en la Zona 1.

Figura 4. Pueblos y Nacionalidades de la Zona 1.


Fuentes: CODENPE, Altrópico, EcoCiencia.
Elaborado por C. Martínez

Capítulo I 40
1.3.3. El patrimonio natural de la Zona 1

El Patrimonio Natural, considerado como un recurso estratégico del


Estado, ocupa una dimensión trascendente en el Plan Nacional del
Buen Vivir (PNBV) 2013 – 2017.Su gestión se orienta a sustentar el
desarrollo de la sociedad del bioconocimiento. Este enfoque impli-
ca una compresión distinta de las relaciones sociedad – naturaleza,
economía – ecología y ecosistema – cultura. Se orienta a recuperar
las relaciones espacio – temporales del ser humano con la naturaleza
(Samiri ProGea 2012).

La diversidad cultural y natural del Ecuador, como bien patrimonial,


está amparada en varios artículos de la Constitución Política que
tienen relación con la cultura, la ciencia, los saberes ancestrales, la
educación, el agua, la alimentación, las comunidades, pueblos y na-
cionalidades, la naturaleza y ambiente, los ecosistemas, las áreas
protegidas, los recursos naturales, el suelo, el agua y la biosfera.
Adicionalmente, existen convenios y normativas internacionales afi-
nes ratificados por el Ecuador. Este marco legal sustenta la gestión
integral del patrimonio bajo un enfoque de uso sustentable para el
desarrollo socioeconómico del país (MCP 2011).

Las provincias de la Zona 1 incluyen regiones biogeográficas singula-


res, algunas de ellas compartidas entre dos o tres provincias. En Es-
meraldas se destacan los bosques húmedos tropicales, los mangla-
res y una amplia variedad de ecosistemas marinos costeros (Hurtado
et al. 2000). Imbabura y Carchi son provincias andinas que poseen
extensas zonas de páramos, bosques nublados y de altura, así como
áreas con vegetación típica de zonas secas. Sucumbíos, en la zona
amazónica, contiene bosques húmedos, zonas de ceja andina e in-
cluso páramos (Figura 5).

Bosque húmedo tropical

Los bosques húmedos tropicales se ubican a los dos lados de los


Andes por debajo de los 600 m de altitud (Palacios y Jaramillo 1999).
Los bosques noroccidentales de la cordillera de los Andes de la pro-
vincia de Esmeraldas son parte del punto caliente o hotspot biogeo-

41 Introducción
gráfico Chocó - Darién – Ecuador Occidental, considerado una de las
ecorregiones de mayor valor para la conservación de la biodiversidad
regional y mundial (Ganzenmüller et al. 2010).

En la zona amazónica de la provincia de Sucumbíos están presentes


dos formaciones vegetales: bosque húmedo tropical y bosque muy
húmedo tropical. En ellos se pueden encontrar diferentes ambien-
tes como los pantanos permanentes, tierras inundadas, tierra firme y
ecosistemas acuáticos como el sistema lacustre de los ríos Cuyabeno
y Lagartococha, localizados en la Reserva de Producción de Fauna
Cuyabeno (Palacios y Jaramillo 1999).

Páramos

El páramo, presente en Carchi, Imbabura y Sucumbíos, es un eco-


sistema andino frágil, único en términos de biodiversidad y de vital
importancia para la ecología y economía de los Andes. Se encuentra
ubicado sobre el bosque andino o lo que alguna vez lo fue, ya que
este último ha sido transformado por la agricultura, ganadería y urba-
nización en la Zona.

La extensión de páramos en el Ecuador es de 12.583 km2, equiva-


lente al 5% del país; de ellos corresponden a Carchi 27.598 ha que
equivale al 7,65% de la superficie total de la provincia, e Imbabura
con 41.255 ha u 8,93% del total provincial (Boada y Campaña 2008).

En la Zona 1 y a nivel nacional, los páramos andinos enfrentan serios


problemas y amenazas por la quema, tala de bosques y expansión
de la frontera agrícola.

Bosques andinos

Los bosques andinos de las estribaciones orientales y occidentales


de las provincias de Carchi e Imbabura poseen importantes recursos
de biodiversidad y ofrecen invalorables servicios ambientales.

Capítulo I 42
Ambientes marino - costeros

El territorio marino-costero en la zona norte del Ecuador se extiende


desde la frontera con Colombia (en la desembocadura del río Mataje)
hasta Cabo Pasado; la representatividad comparada de los ecosiste-
mas marinos y costeros y hábitats asociados indican que los ambien-
tes costeros de la zona norte se caracterizan por ser más diversos
que las zonas central y sur (Hurtado et al. 2000).

Ecosistemas terrestres
Límite Ecuador Ecosistema
Límite Zona 1 Manglar
Vegetación lacustre-riparia
Bosque inundado
Bosque inundable
Bosque semideciduo
Bosque siempreverde estacional
Bosque siempreverde de tierras bajas
Bosque siempreverde piemontano
Bosque siempreverde montano bajo
Bosque siempreverde montano
Bosque siempreverde montano alto
Vegetación de páramo

0
¯ 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2013, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 5. Ecosistemas de la Zona 1.


Fuentes: MAE (2013). Elaborado por C. Martínez.

Sistema Nacional de Áreas Protegidas

En la Zona 1 existen 13 áreas protegidas del Patrimonio de Áreas


Protegidas (PANE) perteneciente al Sistema Nacional de Áreas Pro-
tegidas (SNAP), distribuidas en: un parque nacional, cuatro refugios
de vida silvestre y ocho reservas (seis ecológicas, una biológica y una
marina), que equivalen a 1’550.328 ha (Ulloa et al. 2007). De estas
13 áreas, el Refugio de Vida Silvestre la Chiquita y la Reserva Mache
Chindul son las AP con una mayor superficie sin cobertura natural,
18,6% y 8,6% respectivamente (Figura 6).

43 Introducción
Áreas del Patrimonio de Áreas Protegidas del SNAP existentes en la ZP1
Superficie Superficie Porcentaje de
Área Protegida Provincia (hectáreas) Deforestada Deforestación
(hectáreas)

1. Parque Nacional Cayambe-Coca Imbabura / 403.103 1.156,07 0,66%


Sucumbíos
2. Refugio de Vida Silvestre La Chiquita Esmeraldas 811,85 151,06 18,61%
3. Refugio de Vida Silvestre Manglares Esmeraldas
Estuario Río Esmeraldas 242,58 0,09 0,04%
4. Refugio de Vida Silvestre Manglares Esmeraldas
Estuario Río Muisne 2.592,76 57,71 2,23%
5. Refugio de Vida Silvestre El Pambilar Esmeraldas 3.108,92
6. Reserva Biológica Limoncocha Sucumbíos 3.238,09 14,99 0,46%
7. Reserva de Producción de Fauna Sucumbíos 603.380 915,33 0,20%
Cuyabeno
8. Reserva Ecológica Cayapas-Mataje Esmeraldas 56.420,08 1.198,87 2,12%
9. Reserva Ecológica Cofán-Bermejo Sucumbíos 55.026,24 65,16 0,12%
10. Reserva Ecológica Cotacachi-Ca- Imbabura / 232.569,34 2.005,59 0,86%
yapas Esmeraldas 0,01%
11. Reserva Ecológica El Ángel Carchi 15.974,51 1,71 8,63%
12. Reserva Ecológica Mache-Chindul Esmeraldas 119.172 7.308,34
13. Reserva Marina Galera-San Francisco Esmeraldas 54.688,60

Superficie Total SNAP Zona 1 (hectáreas.) 1´550.328 12.874,92

Fuente: Ministerio del Ambiente (2012).

En la provincia de Sucumbíos se encuentra el 45,4% del total de la


superficie protegida en la Zona 1. Esmeraldas e Imbabura comparten
el 20,3%. En Esmeraldas está representado el PANE con un 16,2%.
En las provincias de Imbabura y Sucumbíos está presente el 15,2%.
La provincia de Carchi participa con el 1,4% de la superficie de los
espacios protegidos en la ZP1.

Capítulo I 44
Áreas Protegidas
Límite Ecuador
Límite Zona 1
Reserva Ecológica
Manglares Cayapas Mataje
PANE

Refugio de Vida Silvestre Refugio de Vida Vegetación natural


Ecosistema de Manglar del Silvestre La Chiquita
Estuario del Río Esmeraldas
Reserva
Marina Refugio de
Galera Vida Silvestre
San Francisco El Pambilar
Reserva Ecológica Reserva Ecológica
Cotacachi Cayapas El Ángel
Reserva Ecológica
Mache Chindul Reserva Ecológica
Cofán Bermejo
Refugio de
Vida Silvestre
Ecosistema de
Manglar del Estuario
del Río Muisne Parque Nacional
Cayambe Coca
Reserva de Producción
Reserva Biológica de Fauna Cuyabeno
Limoncocha

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012 y 2013, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 6. Áreas Protegidas del PANE ubicadas en la Zona 1.


Fuentes: MAE (2012, 2013). Elaborado por C. Martínez.

Bosques y vegetación protectora en la Zona 1

En la Zona 1 se han declarado 40 Bosques Protectores que repre-


sentan 243.154 ha, de las cuales 4.657,2 ha están deforestadas. La
lista de los Bosques y Vegetación Protectora de la Zona 1 se indican
en la siguiente tabla.

45 Introducción
Bosques y Vegetación
Bosques y vegetación Protectora delalaZona
protectora de Zona1 1

Provincias / Bosque y Vegetación Protectora Hectáreas Superficie


Deforestada
CARCHI 23.483 709
1. Cerro Golondrinas 13.550 589
2. Hondón Chamizo 4.211 93
3. Lomas Corazón y Bretaña 2.478 8
4. Mirador de las Golondrinas 177 8
5. Chamizo Minas 3.067 10
ESMERALDAS 17.516 1637
6. Río Sucúa y cuenca alta del Estero Tonchigüe 473 21
7. Margen derecha del Estero Tonchigüe 188 5
8. Asociación Agrícola Carchi - Imbabura 2.363 290
9. Cebú 174
10. Ciudad de los Muchachos 63
11. Cuenca del Río Cube 1.044 144
12. Cuencas de los Ríos Tabiazo y Atacames 8.329 545
13. Hacienda La Perla 282
14. Humedal del Yalaré 1.681 198
15. Íntag (El Chontal) 22
16. Lamone 2.897 430
IMBABURA 19.068 609
17. Animanga o Taminanga Grande 986 22
18 Cascada de Peguche 39
19. Cebú 2.042
20. Cushnirumi (San Alberto) 79
21. Guayabillas 56
22. Hacienda Piganta* 52 6
23. Íntag (El Chontal) 6.966 236
24. Los Cedros 5.255 117
25. Neblina Sur 1.029 53
26. Pajas de oro 278 25
27. Paso Alto 14
28. Peribuela, Imantag 346 2
29. Siempre Verde 406 21
30. Siempre Vida 310 18
31. Subcuenca del Río Blanco - Pimampiro 1.060 103
32. Tambo Grande La Florida 150 0
SUCUMBÍOS 183.068 1.722
33. Cuembi 101.617 1206
34. El Bermejo 10.885 179
35. La Cascada 101
36. Lomas Corazón y Bretaña 4.635
37. Pañacocha 58.956 220
38. Chamizo Minas 37
39. Parte media y alta del Río Tigre 5.362 115
40. Sacha Lodge 1.475
Total general 243.153 4679
* La hacienda Piganta tiene una superficie de 1.005,20 hectáreas. La propiedad se localiza en la
Parroquia Atahualpa, en el Cantón Quito.
Fuente: Ministerio del Ambiente (2012). Elaboración: Equipo consultor Samiri ProGea (2012)

Capítulo I 46
La Figura 7 muestra los bosques y vegetación protectora ubicados
en la Zona 1.

Bosques y Vegetación Protectora


Límite Ecuador
Límite Zona 1

Bosques y Vegetación Protectora

Humedal del Yalaré Vegetación natural


Asociación Agrícola
Ciudad de Carchi - Imbabura
los Muchachos Canchalagua
Margen Cerro Golondrinas
derecha del
Cuencas de los ríos
Estero Tonchigue
Tabiazo y Atacames Hondón Chamizo
Río Sucua y Lamone Lomas Corazón y Bretaña
cuenca alta del Intag Chamiso
Siempre
Estero Tonchigue (El Chontal)
Verde Peribuela
Cebu
Cuenca del río Tambo Grande La Florida
Cube Neblinas Subcuenca Río Cuembi
Los Cedros El Bermejo
Animanga Blanco
Zuleta y Pimampiro
Hacienda Anexo Franja Laguna de Lago Agrio
Hacienda La Perla
Piganta Cía. Ltda.
Parte media y
alta del Río Tigre

La Cascada

Sacha Lodge Pañacocha

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012 y 2013, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 7. Bosques y Vegetación Protectora ubicados en la Zona 1.


Fuente: MAE (2012, 2013). Elaborado por: C. Martínez.

Áreas protegidas privadas

En la Zona de Planificación 1 están presentes 16 “Bosques Protecto-


res” (véase la tabla a continuación), que forman parte de la Corpora-
ción Red de Bosques Privados del Ecuador. Este grupo tiene recono-
cimiento legal mediante Acuerdo Ministerial No. 141 de 25 de abril del
2006. Estas 16 áreas tienen una superficie total de 43.562 ha.

47 Introducción
Bosques Protectores Privados en la Zona 1
Predio Propietario y/o Administrador Provincia Cantón Bosque
(hectáreas)
1. Bosque Comunal Sr. Carlos Monje / Fundación Imbabura Otavalo 400
“Chachimbiro” Cordillera
2. Bosque Protector Ing. Edgar Gudiño Jara Imbabura Cotacachi 200
“Tablachupa”
3. Reserva “Alto Chocó” Sr. Rodrigo Pineda / Fundación Imbabura Cotacachi 2500
Zoobreviven
4. Bosque Protector Sr. Robert A. Brady Imbabura Cotacachi 215
“Siempreverde”
5. Bosque Protector Sr. Carlos Zorrilla / Sra. Leonore Imbabura Cotacachi 470
“La Florida y El Placer” Cavallero
6. Predio “Bellaestancia” Sr. Edmundo Varela Imbabura Cotacachi 40
7. Bosque Protector Sr. José Augusto Rosero Imbabura Cotacachi 105
“El Naranjal”
8. Bosque Protector Lic. Álvaro Rosales/ Fundación Imbabura Cotacachi 6963
“El Chontal” Protevs
9. Bosque Protector y Dra. Martha Mondragón / CIBT Imbabura Cotacachi 6300
Reserva “Los Cedros”
10. Reserva Privada Sabia Ing. Marcelo Ramírez Imbabura Pimampiro 1500
Esperanza
11. Bosque Protector Srta. María Eliza Manteca/ Carchi Tulcán 1800
“Cerro Golondrinas” Fundación Golondrinas
12. Estación Biológica Fundación Jatun Sacha Carchi Tulcán 1000
“Guandera”
13. Los Arrayanes* Carchi 16
14. Reserva “El Paraíso” Sr. Roque Jervis/Aso. Trabajado- Esmeraldas Quinindé 19000
res Agropecuarios
15. Estación Científica Sr. Michael McColm / Fundación Esmeraldas Quinindé 3000
“Bilsa” Jatun Sacha
16. Reserva “ Solmar” Sr. José Alfonso Arroyo T. Esmeraldas Esmeraldas 53
Total ha 43.562
* La hacienda Piganta tiene una superficie de 1.005,20 ha. La propiedad se localiza en la Parroquia Atahualpa, en el Cantón Quito.

Fuente: Ministerio del Ambiente (2009).

Iniciativas de conservación comunitaria

Las principales iniciativas de conservación comunitarias existentes en


la Zona 1 son las siguientes:

La Reserva Ecológica Cofán Bermejo, creada en el año 2002 (Acuer-


do Ministerial No 016 del Ministerio del Ambiente de 30 de enero de

Capítulo I 48
2002. Registro Oficial 519 de 21 de febrero 2002), es gestionada por
las comunidades Cofanes existentes en el área y cuenta con el apoyo
de la Fundación Sobrevivencia Cofán y la Federación de Indígenas
Cofanes del Ecuador FEINCE (Robles et al. 2005).

El pueblo Cofán señala que la actual superficie es de 148.907 ha


de un territorio no continuo, integrado por áreas ocupadas por seis
comunidades A’I Cofán. La nacionalidad A’I Cofán ha propuesto la
legalización 112.000 ha, pero el Estado reconoce únicamente 94.000
ha. El territorio legalizado total es de 33.571 ha, que corresponden
a tres comunidades: Dureno, Chandía Na’en y Dovuno (Ormaza y
Bajaña 2008).

Adicionalmente, ha establecido acuerdos de conservación con el Mi-


nisterio del Ambiente en la Reserva de Producción Faunística Cuya-
beno, incluyendo 35.000 ha en la comunidad Zábalo; en la Reserva
Ecológica Cofán Bermejo, con 55.000 ha de las comunidades Chan-
día Na’en, Tayo su Conque y Alto Bermejo (FEINCE, 2010, Ormaza y
Bajaña 2008).

Los Siona ocupan una superficie de 47.888 ha legalizadas, de las


cuales 7.888 son propiedad colectiva. En la actualidad tienen su terri-
torio delimitado en 40.000 ha, en convenio de uso con el ex INEFAN,
dentro de la Reserva Faunística Cuyabeno (Mancomunidad del Norte
2012, Ormaza y Bajaña 2008).

La comunidad Secoya (Paicoca) que reside en la provincia de Su-


cumbíos ha legalizado 39.414 ha de tres comunidades: San Pablo de
Cantëtsiaya, Secoya Remolino Ñe´ñena, y Campo Eno. En su territo-
rio el Estado declaró la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno.
En el territorio Secoya está localizado el Bloque petrolero 15 (GAD
Shushufindi s/f).

El Estado declaró en 1998 la Reserva Étnica Forestal Awá, que forma


parte del Chocó Biogeográfico y que comprende 101.000 ha desti-
nadas al uso exclusivo de esta nacionalidad. Al 2006, la superficie se
incrementó en 12.000 ha (MAE, 2007). Toda el área de la Reserva
está protegida como Reserva Étnica y Bosque Protector.

49 Introducción
La comunidad Chachi posee en la provincia de Esmeraldas un territo-
rio de 105.468 ha, de las cuales en el 21% de la superficie se encuen-
tran los distintos Centros y el 79% corresponde a bosques primarios y
secundarios. En el 2009 establecieron un área de protección comunal
Chachi, denominada Gran Reserva Chachi, entre los ríos Cayapas y
Ónzole, originalmente de 7.200 ha. El pueblo Chachi, con esta inicia-
tiva sumada a los predios incorporados al Programa Socio Bosque
conserva 27.017 ha de bosque beneficiando a 2.424 familias.

Áreas protegidas de gobiernos autónomos descentralizados

En la Zona 1 se han identificado distintas iniciativas de GAD que es-


tán en fase de construcción, mientras que otras requerirán de ser
afinadas. En el 2009, el Municipio de Sucumbíos en la provincia de
Sucumbíos, mediante Ordenanza Municipal declaró a la zona de La
Bonita - Chingual como Área Ecológica de Conservación Municipal,
con una superficie de 70.000 ha (MAE 2009).

El Gobierno Provincial de Carchi y los GAD municipales de Tulcán,


Huaca y Montúfar, con el apoyo del Proyecto Páramo Andino, lidera-
do por EcoCiencia y la Fundación Altrópico, impulsaron la propuesta
de Ordenanza para establecer del Sistema Provincial de Áreas Prote-
gidas, la misma que aún debe ser aprobada en segundo debate por
el Consejo Provincial (MAE 2009).

El gobierno Provincial del Carchi, en su línea de trabajo establece


como macroproyectos “Impulsar la formación del sistema provincial
de áreas protegidas”, así como el “Fortalecimiento de la Mancomuni-
dad Provincial para el manejo de la Reserva Ecológica El Ángel y los
recursos naturales provinciales” (GADPC 2012).

El Gobierno Autónomo Descentralizado del Cantón Muisne mostró su


apoyo para una potencial ampliación del área terrestre de la Reserva
Marina Galera San Francisco, la que fue declarada mediante Acuerdo
Ministerial No. 162 del 31 de octubre del 2008.

Capítulo I 50
Una de las iniciativas más recientes en temas de conservación in situ
dentro de la Zona 1 constituye la declaratoria del Área Ecológica de
Conservación Municipal Taita Imbabura, con 7.201 ha ubicadas en el
volcán Imbabura. Esta área se extiende desde los 2.800 msnm hasta
los 4.621 msnm, incluyendo una variedad de ecosistemas que van
desde bosque húmedo Montano Bajo hasta bosque muy húmedo
Subalpino. El área conserva 45 vertientes y ocho microcuencas. El
área es importante desde el punto de vista social puesto que existe
la presencia de diferentes culturas (Kichwa Kayambi, Otavalo, Nata-
buela y Karanki).

El proceso legal implicó la conformación de una mancomunidad entre


los GAD municipales de Antonio Ante, Ibarra y Otavalo, y la declara-
toria mediante ordenanza municipal; este es un proceso inédito en el
país para la creación de una reserva de tipo municipal. Al momento
se encuentran en proceso de elaboración del plan de manejo del área
y en gestión los requerimientos que la legislación ambiental vigente
exige para su inscripción en el registro correspondiente al Subsistema
Autónomo Descentralizado del SNAP del Ministerio del Ambiente.

Concesiones de manglar

En base a la normativa formulada por el Ministerio del Ambiente, en-


tre el 2000 y el 2010 se otorgaron, a nivel nacional, 40 acuerdos de
concesión. La superficie total concesionada cubre una superficie de
37.166,30 ha. Trece de esas concesiones están en la provincia de Es-
meraldas, ubicadas especialmente al interior de la Reserva Cayapas
– Mataje (REMACAM) en los cantones San Lorenzo y Eloy Alfaro, con
una superficie total de 13.419,78 ha, equivalente al 36,1 % del total
nacional.

Los acuerdos otorgan la exclusividad de uso del manglar (un bien pú-
blico que no es objeto de propiedad privada) a un grupo organizado
(comunidades o grupos) de usuarios tradicionales por un periodo de
10 años. Establece, además, que la renovación de uso no es auto-
mática (Coello et al. 2008). Las concesiones se otorgan para el apro-
vechamiento de conchas y cangrejos.

51 Introducción
Áreas importantes para la conservación de aves (IBA)

En Ecuador se han identificado 107 Áreas Importantes para la Conser-


vación de las Aves (IBA por sus siglas en inglés), en 102 de las cuales
se han registrado especies migratorias (Freile y Santander 2005, San-
tander et al. 2009; Ridgely y Greenfield 2006). La Zona 1 contiene 17
sitios IBAS de los cuales ocho se distribuyen en Esmeraldas, cuatro
en Carchi, dos en Sucumbíos, uno en Imbabura, uno entre Imbabura
y Esmeraldas, y uno entre Imbabura y Sucumbíos.

Áreas importantes para la conservación de las aves (IBA) en la Zona 1


Cód. IBA Nombre del sitio Provincia
1. EC001 Mataje-Cayapas-Santiago Esmeraldas
2. EC002 Territorio Étnico Awá y alrededores Esmeraldas
3. EC003 Corredor Awacachi Esmeraldas
4. EC004 Cayapas-Santiago-Wimbí Esmeraldas
5. EC005 Verde-Ónzole-Cayapas-Canandé Esmeraldas
6. EC006 Cerro Mutiles Esmeraldas
7. EC007 Tonchigüe-Mompiche Esmeraldas
8. EC008 Reserva Ecológica Mache-Chindul Esmeraldas
9. EC036 El Ángel-Cerro Golondrinas Carchi
10. EC037 Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas Esmeraldas / Imbabura
11. EC038 Íntag-Toisán Imbabura
12. EC039 Bosque Protector Los Cedros Carchi
13. EC046 Estación Biológica Guandera-Cerro Mongus Carchi
14. EC047 La Bonita-Santa Bárbara Carchi
15. EC048 Reserva Ecológica Cofán-Bermejo Sucumbíos
16. EC049 Reserva Ecológica Cayambe-Coca Sucumbíos / Imbabura
17. EC091 Reserva de Producción Faunística Cuyabeno Sucumbíos

Adicionalmente, existe un conjunto de humedales en la ZP1 que por


sus características son considerados sitios de importancia para las
aves acuáticas (Granizo y Aldaz 1995):

• Provincia del Carchi: Río Mira, los humedales del Páramo de El


Ángel y la laguna artificial del Salado.

• Provincia de Imbabura: Posee 27 lagunas, 16 de las cuales per-


tenecen al grupo de lagunas glaciares de Piñán cerca del cerro
Yanahúrco, en la cordillera occidental. Las lagunas más importan-
tes y conocidas son: San Pablo, Yahuarcocha, Cuicocha, Mojanda

Capítulo I 52
(conformada por tres lagunas: Caricocha, Huarmicocha y Yanaco-
cha), Cunrru, Cubilche, Cristococha y Puruhanta.

• Provincia de Esmeraldas: Estuario del sistema Mataje-Cayapas,


Laguna de La Ciudad, Ciénega de Same, ríos Cayapas y San-
tiago, ríos Quinindé-Guayllabamba-Esmeraldas, playas (carretera
Camarones-La Tola, Punta Galera, Súa, Atacames, Quingue, Bo-
lívar y Punta Portete), La Cochita, Guandal Pater, El Paraíso y las
camaroneras.

• Provincia de Sucumbíos: Río Aguarico y su sistema de inundación


(especialmente las lagunas de Cuyabeno, Imuya y Lagartococha),
Laguna Pañacocha, Laguna Taracoa, Río Lagarto, Río Jivino y la-
gunas del Río Putumayo, Lago Agrio, Limoncocha, Zancudoco-
cha, Canangüeno, Piguali, Garzacocha.

Humedales – sitios RAMSAR

La Convención sobre los Humedales (RAMSAR, Irán, 1971), de la


cual el Ecuador es adherente a partir del 7 de enero de 1991, ha de-
clarado dieciocho sitios.

En la Zona 1 específicamente están presentes cuatro sitios RAMSAR:


la Reserva Biológica Limoncocha en Sucumbíos, la Reserva Ecoló-
gico El Ángel en Carchi y la laguna de Cube y la Reserva Ecológica
Cayapas Mataje en Esmeraldas (Solís et al. 2011).

Programa Socio Bosque

En la Zona 1, el Programa Socio Bosque (SB) ha establecido hasta


mayo de 2013 un total de 654 convenios, de los cuales 606 conve-
nios se han suscrito con “Socios Individuales” y 48 convenios se han
firmado con “Socios Colectivos”. Estos convenios reúnen a 35.180
beneficiarios, quienes son propietarios de 222.890 ha.

Se presenta en la siguiente tabla información más detallada a nivel de


cantón sobre el Programa SB en la Z1:

53 Introducción
Información sobre el programa Socio Bosque en la Zona de Planificación 1
Provincia Cantones Convenios Convenios Número de Monto del Beneficiarios
individuales colectivos hectáreas Incentivo

Bolívar 6 - 170,50 $ 6.583,20 24


Espejo 26 1 4.368,94 $ 73.623,50 910
Mira 22 - 1.322,88 $ 34.776,50 79
Carchi Montúfar 18 - 302,52 $ 11.096,60 87
San Pedro 2 - 143,14 $ 3.862,80 8
De Huaca
Tulcán 50 2 12.974,48 $ 155.175,93 1.341
Total 124 3 19.282,46 $ 285.118,53 2.449
Atacames 5 - 280,67 $ 6.330,10 28
Eloy Alfaro 15 19 36.004,91 $ 463.877,52 20.786
Esmeraldas 10 - 646,89 $ 16.142,20 43
Esmeraldas Muisne 22 3 5.510,31 $ 95.400,50 1.599
Quinindé 41 1 6.585,27 $ 110.313,90 471
Río Verde 2 1 352,38 $ 9.405,60 220
San Lorenzo 63 6 6.588,45 $ 159.596,27 2.437
Total 158 30 55.968,88 $ 861.066,09 25.584
Antonio Ante - - - - -
Cotacachi 68 - 5.909,99 $ 121.884,50 265
Ibarra 48 2 6.608,86 $ 128.270,87 1.492
Imbabura Otavalo 4 - 7.235,89 $ 40.187,70 11
Pimampiro 25 - 3.340,12 $ 39.663,26 113
San Miguel 15 - 678,41 $ 19.503,00 73
de Urcuquí
Total 160 2 23.773,27 $ 349.509,33 1.954
Cascales 12 2 3.525,64 $ 68.332,10 112
Cuyabeno 55 2 45.219,15 $ 190.653,60 567
Sucumbíos Gonzalo Pizarro 14 1 712,00 $ 21.761,50 301
Lago Agrio
Putumayo 25 1 8.127,55 $ 83.783,10 606
Shushufindi 33 - 1.600,42 $ 45.494,20 112
Sucumbíos 10 6 38.133,10 $ 340.510,90 2.229
Total 15 1 30.547,86 $ 94.439,20 1.266
164 13 127.865,72 $ 844.974,60 5.193

Esmeraldas es la provincia en la que se suscribió el mayor número de


convenios (28,75%) y con el mayor número de beneficiarios (25.584);
mientras que Sucumbíos es la que tiene la mayor superficie conser-
vada (127.865,72 ha) en la Zona 1.

Capítulo I 54
Mecanismos de protección
Límite Ecuador
Límite Zona 1

PANE
Bosques Protectores
Socio Bosque - predios colectivos
Socio Bosque - predios individuales

Vegetación natural

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012 y 2013, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 8. Mecanismos de protección existentes de la Zona 1.


Fuentes: MAE (2012, 2013). Elaborado por C. Martínez.

La Figura 8 muestra los distintos mecanismos de protección exis-


tentes de la Zona 1, incluyendo los beneficiarios del programa Socio
Bosque.

Recursos hídricos

La Zona 1 cuenta con nueve sistemas hidrográficos. Hacia la zona


occidental y oriental drenan los ríos Muisne, Esmeraldas, Verde, Ca-
yapas, Mataje, Mira, Putumayo, Napo y Carchi. Los sistemas con ma-
yor rendimiento hídrico son los de los ríos Putumayo y Cayapas. La
mayoría de estos ríos, en especial en las zonas bajas, son utilizados
como vías de acceso natural (Santiago, Cayapas, Esmeraldas, Blan-
co, Mataje, Putumayo, Aguarico y San Miguel), para el transporte de
productos a distintos lugares. El río Mira es proveedor de agua, espe-
cialmente para riego (SENPLADES 2010) (Figura 9).

En la provincia de Imbabura se están impulsando el Proyecto Multi-


propósito Puruhanta - Pimampiro Yahuarcocha y el proyecto multi-
propósito Tumbabiro, que contempla la construcción de una presa

55 Introducción
de regulación para el desarrollo agrícola, generación hidroeléctrica y
dotación de agua potable.

Figura 9. Recursos Hídricos de la Zona 1.


Fuente: SENAGUA (2012) e IGM (2013). Elaborado por C. Martínez.

Uso del suelo

Según el “Atlas Regional”, la Zona 1 topográficamente corresponde a


relieves colinados altos y muy altos, localizados en Esmeraldas, Car-
chi e Imbabura (SENPLADES 2010). Existe la ocurrencia de laderas
con pendientes superiores a 60%, lo que dificulta el desarrollo de las
actividades productivas, así como también en los suelos con poca
profundidad existente en ciertas zonas de la ciudad de Esmeraldas y
en la provincia de Sucumbíos. La cobertura vegetal y uso del suelo en
las provincias de la Z1 se indican a continuación.

Capítulo I 56
Cobertura vegetal / uso del suelo en la Zona 1
PROVINCIA/uso Superficie Porcentaje

CARCHI 377.970,58 100,00%


Bosque 150.382,14 39,79%
Vegetación Arbustiva y Herbácea 77.374,36 20,47%
Tierra Agropecuaria 140.394,64 37,14%
Zona Antrópica 1.508,71 0,40%
Otras Tierras 749,75 0,20%
Cuerpo De Agua 756,26 0,20%
n/d 6.804,72 1,80%
ESMERALDAS 1’605.407,02 100,00%
Bosque 662.067,21 41,24%
Vegetación Arbustiva y Herbácea 128.014,14 7,97%
Tierra Agropecuaria 667.679,26 41,59%
Zona Antrópica 5.571,65 0,35%
Otras Tierras 6.295,83 0,39%
Cuerpo De Agua 17.523,16 1,09%
n/d 118.255,76 7,37%
IMBABURA 458.371,61 100,00%
Bosque 146.876,27 32,04%
Vegetación Arbustiva y Herbácea 112.879,44 24,63%
Tierra Agropecuaria 189.702,00 41,39%
Zona Antrópica 3.879,58 0,85%
Otras Tierras 647,72 0,14%
Cuerpo De Agua 2.666,40 0,58%
n/d 1.720,20 0,38%
SUCUMBÍOS 1’814.655,78 100,00%
Bosque 1’372.261,44 75,62%
Vegetación Arbustiva y Herbácea 63.512,92 3,50%
Tierra Agropecuaria 279.979,35 15,43%
Zona Antrópica 5.430,87 0,30%
Otras Tierras 3.409,22 0,19%
Cuerpo De Agua 25.127,42 1,38%
N/D* 64.934,55 3,58%
Total general 4’256.404,99 100,00%
* Zonas donde no se posee información satelital debido a la nubosidad en la toma

Fuente: Ministerio del Ambiente (2012).

En las categorías de usos del suelo en la Zona 1, los montes y bos-


ques ocupan el 44,7% de las Unidades Productivas Agropecuarias
(UPAS) identificadas en el Censo Agropecuario del 2001; lo siguen los
Pastos Cultivados con el 24,7% y luego los Cultivos Permanentes con
el 12,9%. En porcentajes menores al 5,5% están las otras categorías
(Paredes 2009) (Figura 10).

57 Introducción
Cobertura Vegetal
Límite Ecuador
Límite Zona 1

Bosque nativo
Páramo
Vegetación arbustiva
Vegetación herbácea
Cultivo anual
Cultivo permanente
Cultivo semipermanente
Mosaico agropecuario
Pastizal
Plantación forestal

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 10. Cobertura Vegetal de la Zona 1


Fuentes: MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

1.3.4 Vulnerabilidad socioambiental

De acuerdo con los datos de SENPLADES (2010), las vulnerabilida-


des de la Zona 1 se manifiestan por los siguientes factores:

• Presencia de grupos armados irregulares.


• Creciente economía informal.
• Clima de violencia e inseguridad especialmente en las provincias
fronterizas de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos.
• Altos flujos migratorios que generan sobre oferta laboral.
• Mayor demanda de cobertura de servicios básicos como agua
para consumo, alcantarillado y cobertura de telefonía.

A su vez, la diversidad étnica, cultural y natural existente en la Zona 1


se encuentra afectada por:

- La extracción indiscriminada de recursos naturales y pérdida de


identidad cultural con desplazamientos de poblaciones de sus te-
rritorios ancestrales, y a su vez, el incremento de asentamientos
humanos en zonas rurales.

Capítulo I 58
- La tasa de crecimiento de la población urbana, que es mayor a la
nacional en ciertos sectores de la Zona 1, genera un desorden en
la consolidación de los asentamientos humanos. En las provincias
de Esmeraldas y Sucumbíos especialmente, existen problemas de
acceso y tenencia de la tierra, además de una fuerte migración
colombiana.

- Debilidades y déficit en cobertura de servicios básicos, niveles de


atención social, presencia estatal y diferencias entre las áreas ur-
bana y rural.

En la Z1 se pueden identificar también ciertos factores que influyen en


la vulnerabilidad de la zona de frontera (SENPLADES 2010):

- Efectos del conflicto colombiano. Situación que deriva principal-


mente en el desarrollo de actividades ilícitas, la presencia de gru-
pos armados, el tráfico y el contrabando.

- Minería ilegal, especialmente en los cantones de Eloy Alfaro y San


Lorenzo de la provincia de Esmeraldas. La actividad minera se rea-
liza de forma ilegal y con procedimientos precarios que no garanti-
zan la seguridad ambiental y, la integridad de las personas.

El 85% de la superficie de la provincia de Sucumbíos está confor-


mada por yacimientos propicios para la extracción de asfalto, gas
anhídrido carbónico, sales de potasio y sodio, calizas fosfatos y
otras.

La Zona 1 forma parte de una enorme reserva aurífera ubicada en


la cuenca oriental de la cordillera en donde se encuentran depó-
sitos de oro; además, es posible encontrar minerales como plata,
cobre, manganeso, plomo, zinc, antimonio, estaño y hierro, entre
otros, ubicados en zonas de difícil accesibilidad.

- Conflicto de tierras comunitarias. En Sucumbíos, la irregularidad en


la tenencia de la tierra afecta a los campesinos afincados en zonas
de protección y amortiguamiento y a las nacionalidades indígenas,
lo que se traduce en una afectación directa a los sistemas de vida

59 Introducción
ancestrales y ecosistemas frágiles. En el cantón San Lorenzo de
la provincia de Esmeraldas, las comunidades Tululbí-Ricaurte y los
pueblos Chachi y Awá son las más perturbadas por este fenóme-
no.

- Extracción intensiva y extensiva de petróleo. Sucumbíos es la pro-


vincia con la mayor cantidad de pozos petroleros, factor que la
pone en riesgo de impactos socioambientales indirectos a la ac-
tividad extractiva de esos recursos, tales como: colonización de
tierras dentro de áreas protegidas, deforestación con la conse-
cuentemente degradación del hábitat y pérdida de biodiversidad, y
contaminación de suelos y fuentes de agua, entre otros.

- Actividad pecuaria. La Zona 1 dispone de suelos con muy buena


aptitud agrícola y forestal y cuenta con una importante biodiver-
sidad y disponibilidad de fuentes de agua dulce. Sin embargo, la
tecnificación en las prácticas agrícolas es precaria, lo cual conlleva
una baja productividad, especialmente en las provincias de Imba-
bura y Carchi.

- Palmicultoras. El crecimiento de esta industria en las provincias de


Esmeraldas y Sucumbíos es alarmante, lo cual ha originado serias
implicaciones dentro del marco social, económico y ambiental de-
bido al uso de agroquímicos y al potencial avance de esta activi-
dad en las zonas de bosque natural (Añazco et al. 2010).

- Explotación maderera. La presión ejercida por los grupos made-


reros ha sido devastadora. Actualmente, el cantón San Lorenzo
registra apenas un 6% de superficie forestal de un total de 80.000
km2 de bosques húmedos. Una de las últimas reservas forestales
localizada en territorios del pueblo Chachi, en el cantón Eloy Alfaro,
se encuentra gravemente amenaza. De igual manera, en la Reser-
va del Cuyabeno y su área de amortiguamiento, en la provincia
de Sucumbíos, entre los años de 1986 y 2001 registró una media
anual de 2.000 ha de bosque primario alterado (Figura 11).

- Camaroneras. La expansión de la actividad camaronera está di-


rectamente ligada con la tala indiscriminada de manglar (Bodero

Capítulo I 60
2005). Esto ha provocado la alteración de ecosistemas y la directa
afectación de miles de familias que dependen económicamente de
la cosecha de concha y cangrejos, en los cantones San Lorenzo y
Eloy Alfaro (Reese 2007).

Deforestación
Límite Ecuador
Límite Zona 1

Deforestación 1990-2000
Deforestación 2000-2008

Vegetación natural 2008

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012 y 2013, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 11. Deforestación de la Zona 1.


Fuentes: MAE (2012, 2013) Elaborado por C. Martínez.

1.4. Presiones y amenazas a los ecosistemas natura-


les en la Zona

El Ecuador es reconocido como un país megadiverso, ecológica y


culturalmente. Esta gran riqueza es el elemento estructurador del de-
sarrollo y el Buen Vivir debe alcanzarse mediante la consolidación de
una relación armónica y estratégica entre la naturaleza y el ser huma-
no.

El espacio geográfico es el escenario de interacción de los múltiples


elementos ambientales, sociales, culturales, económicos, institucio-
nales y políticos que caracterizan a las sociedades. Esta interacción
se expresa, entre otras, en las dinámicas de uso y manejo de los re-
cursos, las mismas que modelan los componentes fundamentales del
medio natural y sus relaciones, influyendo así en su funcionamiento y
en la posibilidad de oferta de sus beneficios (Martínez 2013).

61 Introducción
El cambio de uso de suelo (Veldkamp y Verburg 2004), la expansión
de la frontera agrícola (Encalada y Martínez 2005), el crecimiento po-
blacional (Vitousek et al. 1997; Kok 2004) o la apertura de nuevas vías
son algunas dinámicas que generan presión sobre los ecosistemas,
comprometiendo los procesos ecológicos que en ellos se desarrollan
(Kasperson et al. 1995; Buytaert et al. 2006).

La gestión territorial exige un análisis integral tanto de las condiciones


y características del medio natural, como de los elementos o condi-
ciones espacio-temporales que representan amenazas y presiones a
los ecosistemas y, por ende, a los beneficios que de ellos se derivan.

La Zona 1 muestra una gran riqueza ecológica al abarcar práctica-


mente todas las regiones naturales del Ecuador continental. Esta gran
riqueza se expresa en la presencia de 33 ecosistemas naturales rema-
nentes (Figura 12) que corresponden al 34,1% del total de ecosiste-
mas registrados para el Ecuador continental (MAE 2013). Los ecosis-
temas remanentes en la Zona 1 cubren una superficie de 4´252.840
ha, que corresponden al 64,1% de la superficie total de esta zona.

Ecosistemas Bosques inundables


de la llanura aluvial de los ríos de origen amazónico
Manglares
de la llanura aluvial de los ríos de origen andino y de Cordilleras Amazónicas
manglar del Chocó Ecuatorial de llanura intermareal del Chocó Ecuatorial
Bosques inundados vegetación lacustre-riparia de aguas negras de la Amazonía
de la llanura aluvial de la Amazonía Bosques y arbustales semideciduos
de llanura aluvial del Chocó Ecuatorial de tierras bajas del Jama-Zapotillo
de palmas de la llanura aluvial de la Amazonía semideciduo del norte de los Valles
Arbustales y herbazales
arbustal siempreverde montano del norte de los Andes
arbustal siempreverde y herbazal del Páramo
herbazal del Páramo
herbazal inundable del Páramo
herbazal y arbustal siempreverde subnival del Páramo
herbazal inundado lacustre-ripario de la llanura aluvial de la Amazonía
rosetal caulescente y herbazal del Páramo (frailejones)

Bosques siempreverdes
Fuentes:
de tierras bajas del Aguarico-Putumayo-Caquetá MAE, 2013,
de tierras bajas del Chocó Ecuatorial IGM 2013,
de tierras bajas del Napo-Curaray montano bajo de Cordillera Costera del Chocó INEC 2012.
del Páramo montano bajo de Cordillera Occidental de los Andes
estacional de tierras bajas del Chocó Ecuatorial
estacional piemontano de Cordillera Costera del Chocó
estacional piemontano de Cordillera Costera del Pacífico Ecuatorial
montano bajo del Norte de la Cordillera Oriental de los Andes
montano de Cordillera Occidental de los Andes
montano del Norte de la Cordillera Oriental de los Andes
0 25 50 75
¯
montano alto de Cordillera Occidental de los Andes piemontano de Cordillera Occidental de los Andes Km
montano alto del Norte de la Cordillera Oriental de los Andes piemontano del Norte de la Cordillera Oriental de los Andes UTM, WGS84 - Zona 17Sur

Figura 12. Ecosistemas remanentes de la Zona 1.


Fuente: MAE (2013). Elaborado por C. Martínez.

Capítulo I 62
Sin embargo, esta gran riqueza natural está expuesta a permanentes
presiones y amenazas ocasionadas tanto por las actividades huma-
nas, así como por fenómenos naturales. A continuación, con el fin
de comprender ciertos procesos que se registran en la Zona 1, se
describen algunas de estas presiones y amenazas y se analizan sus
posibles efectos sobre la integridad ecológica de los ecosistemas.

1.4.1. Cambio del uso del suelo

El uso del suelo es una de las expresiones más claras de las diná-
micas territoriales que se dan en un sitio determinado. No obstante,
estas dinámicas no son estáticas en el tiempo y es necesario analizar
su evolución temporal para identificar patrones y estimar tendencias
que orientarán acciones claras en cuanto a la gestión territorial.

En el caso de la Zona 1, se registran procesos dinámicos de cam-


bio de uso del suelo que han tenido un efecto significativo en los
ecosistemas naturales. Según datos del MAE (2012), entre los años
1990 y 2008 la cobertura vegetal natural disminuyó de 2´827.323 ha
a 2´432.789 ha (una pérdida de 394.534 ha); es decir, que para el año
2008 se mantuvo estable únicamente el 86% de la vegetación natural
que había en 1990. Este cambio corresponde a una tasa de pérdida
de la vegetación natural de 21.918 ha/año, que fue más intensa en la
primera década analizada pues se registró una tasa de pérdida de la
vegetación natural de 26.246 ha/año, mucho mayor que la ocurrida
100 2900000

Superficie 2800000
remanencia (% respecto a 1990)

95
Remanencia
2700000
Superficie (ha)

90
2600000

2500000
85

2400000
80
2300000

75 2200000
año 1990 2000 2008

Gráfico 2. Variación de la remanencia de vegetación natural en la Zona 1


entre los años 1990 y 2008.
Fuente: MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

63 Introducción
entre los años 2000 y 2008, que fue de 16.508 ha/año. El Gráfico 3
muestra la evolución temporal de las tendencias de cambio de la ve-
getación natural de la Zona 1.

La pérdida de la vegetación natural se ha dado por efecto del estable-


cimiento de otros usos del suelo. El Gráfico 4 muestra la proporción
de cada tipo de cambio identificado para las coberturas naturales de
bosque, páramo, arbustales y herbazales. La conversión hacia mo-
saicos agropecuarios es la transición más dominante (entre el 50% y
80% de los cambios) para todas las coberturas naturales. En el caso
de los bosques, los cambios significativos se dieron hacia pastizales
(entre el 20% y 25%) y cultivos permanentes (6%). El establecimiento
de pastizales (entre el 7% y 22%) y el aparecimiento de áreas sin co-
bertura vegetal (entre el 9% y 22%) fueron otros cambios importantes
en áreas de páramos, sobre todo en el período 2000-2008. Para los
arbustales y herbazales, la siguiente transición importante fue su con-
versión hacia pastizales (del 13 al 25% de los cambios).

100%
90%
Áreas sin cobertura vegetal
80%
Área poblada
70%
60% Plantación forestal

50% Pastizales

40% Mosaico agropecuario


30% Cultivo semipermanente
20%
Cultivo permanente
10%
Cultivo natal
0%
Bosque Bosque Páramo Páramo Arbustales Arbustales Herbazales Herbazales
(90-00) (00-08) (90-00) (00-08) (90-00) (00-08) (90-00) (00-08)

Gráfico 3. Cambios de la vegetación natural de la Zona 1 en los períodos 1990-2000


y 2000-2008. Para cada tipo de cobertura natural y período de tiempo, se muestra la
proporción que representa cada tipo de cambio observado.
Fuente: MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

Capítulo I 64
La Figura 13 muestra la distribución espacial de estos cambios. Se
observa claramente que los cambios se han dado mayormente sobre
los remanentes de bosque; al mismo tiempo, se puede ver que las
dinámicas de cambio de la última década se han concentrado en la
vertiente occidental.

Cambios de la vegetación natural


Límite Ecuador 1990 - 2000 2000- 2008
Límite Zona 1 cambios sobre: cambios sobre:
Bosque nativo Bosque nativo
Páramo Páramo
Vegetación arbustiva Vegetación arbustiva
Vegetación herbácea Vegetación herbácea

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 13. Cambios de la vegetación natural de la Zona 1, registrados en los períodos


1990-2000 y 2000-2008
Fuente: MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

1.4.2. Obras de infraestructura

Vialidad

Las diversas acciones de la sociedad exigen el establecimiento de la


infraestructura más adecuada para desarrollarlas. La red vial constitu-
ye quizás la obra de infraestructura más estratégica, ya que se cons-
tituye en un eje articulador de las diversas intervenciones en el territo-
rio. Sin embargo, también juega un papel importante en el aumento
de presión sobre los ecosistemas naturales, ya que puede ocasionar
efectos de fragmentación y aislamiento de ambientes naturales, y
también promover procesos de deforestación mediante la facilitación
de acceso a sitios remotos.

65 Introducción
La Zona 1 presenta una red vial de 18.000 km de longitud (IGM 2013).
De esta, casi el 10% (1700 km) corresponde a vías pavimentadas de
primer orden, 4.700 km (26%) corresponden a vías secundarias no
pavimentadas, y el restante 64% (11600 km) a vías de tercer orden
como caminos de herradura, verano y senderos.

Esta red vial se encuentra concentrada en áreas intervenidas. Sin em-


bargo, algunas de estas vías atraviesan también varios de los ecosis-
temas naturales remanentes, siendo el Arbustal siempreverde mon-
tano del norte de los Andes, el Bosque y Arbustal semideciduo del
norte de los Valles y el Bosque siempreverde estacional piemontano
de Cordillera Costera del Pacífico Ecuatorial los que registran mayor
densidad vial: 1.581 y 658 m de vías por cada km2 del ecosistema
respectivo.

La Figura 14 muestra la densidad vial registrada para cada ecosiste-


ma remanente en la Zona 1.

Densidad vial por ecosistema


Límite Ecuador Vías Densidad vial (m/km2)
Límite Zona 1 primer orden 0.00 - 63.05
segundo orden 63.05 - 121.48
tercer orden 121.48 - 392.73
392.73 - 1579.34

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 14. Densidad vial por cada ecosistema remanente de la Zona 1.


Fuentes: MAE (2012) e IGM (2013). Elaborado por C. Martínez.

Capítulo I 66
Proyectos de generación eléctrica

El recurso hídrico es esencial para la vida. Su gestión, uso y aprove-


chamiento deberían estar orientados a garantizar en el tiempo tanto
su calidad como su cantidad. La Zona 1 goza de una gran riqueza
hídrica y es por esta razón que se han identificado 34 sitios para la im-
plementación de proyectos de generación hidroeléctrica (Figura 15).
Estos proyectos generarían en total 1.466 MW con un uso de caudal
total de 1.458 m3/s (CONELEC 2009).

Proyectos de generación eléctrica


Límite Ecuador Potencia de generación Caudal aprovechado
Límite Zona 1 (Mw) (m3/s)
UH nivel 5 2 - 11 3-7
11 - 27 7 - 23
27 - 42 23 - 27
421 - 270 57 - 797

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: CONELEC 2009, SENAGUA 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 15. Proyectos de generación eléctrica definidos para la Zona 1.


Fuentes: CONELEC (2009) y SENAGUA (2012). Elaborado por C. Martínez.

El éxito de dichos proyectos radica, entre otras cosas, en que el cau-


dal requerido se mantenga estable en el tiempo. Es necesario garan-
tizar que las funciones de los ecosistemas se desarrollen con norma-
lidad para que estas fábricas naturales de agua no se deterioren. Las
cuencas involucradas aún mantienen una buena cobertura vegetal
remanente (Figura 16), por lo que la gestión de estos espacios deberá
orientarse a evitar su pérdida.

67 Introducción
Remanencia natural y proyectos de generación eléctrica
Límite Ecuador Potencia de generación Remanencia natural por UH
Límite Zona 1 (Mw) (%)
UH nivel 5 2 - 11 22 - 25
11 - 27 25 - 50
27 - 42 50 - 75
421 - 270 75 - 100

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAE 2012, CONELEC 2009, SENAGUA 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 16. Remanencia de vegetación natural por unidad hídrica


y proyectos de generación eléctrica
Fuentes: MAE (2012), CONELEC (2009) y SENAGUA (2012). Elaborado por C. Martínez.

1.4.3. Agroindustrias

Los últimos años han estado caracterizados por un gran crecimien-


to de varias agroindustrias. Una de las más notables es la industria
de la palma aceitera (Elaeis guineensis), que registra a nivel nacional
una superficie sembrada de 280.000 ha (ANCUPA 2013). En la Zona
1, este cultivo registra un crecimiento exponencial (Gráfico 4), desde
973 ha sembradas en 1981 hasta 89.838 ha en el año 2005 (MAGAP
2006). Además, ANCUPA (2013) reporta que en la Zona 1 existirían
actualmente 183.000 ha de palma aceitera.

El gran crecimiento de este cultivo se debe principalmente a la alta


productividad que tiene el cultivo y su gran demanda y altos precios
en mercados nacionales e internacionales.

Las tendencias indican que el cultivo de este producto seguirá en au-


mento, más aun tomando en cuenta el próximo impulso que se dará
al uso de aceite de palma para la producción de biodiesel (Decreto

Capítulo I 68
100000
90000
80000 Superficie acumulada

Superficie sembrada (ha)


70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
0
1985 1990 1995 2000 2005
Gráfico 4. Crecimiento de la superficie sembrada (en hectáreas)
para palma aceitera entre 1981 y 2005 en la Zona 1.
Fuente: MAGAP (2006). Elaborado por C. Martínez.

Ejecutivo 1303). Pero es necesario que esta expansión se haga de


forma muy planificada, de tal manera que no comprometa los eco-
sistemas naturales que aún existen en la zona. Frenkel (2007) reporta
que en los cantones de San Lorenzo y Eloy Alfaro, en la provincia de
Esmeraldas, entre los años 1998 y 2007 las plantaciones de palma
aceitera crecieron a una tasa de 2.470 ha/año. En el año 2007 estos
cantones tuvieron una extensión mayor a 22.000 ha de plantaciones
de palma aceitera, de las cuales el 75% fueron establecidas a costa
de ecosistemas naturales.

El Gráfico 5 muestra la relación entre las plantaciones de palma acei-


tera reportadas para la Zona 1 en el año 2005 (MAGAP 2006) y la
cercanía a los remanentes de vegetación natural al año 2008 (MAE
2012). Se observa que la zona más cercana a los remanentes natura-
les (entre 0 y 1 km) concentra casi el 22% de las plantaciones, lo que
corresponde al 40% del área sembrada. Esto es una muestra de la
gran presión que esta agroindustria representa para los ecosistemas
naturales.

La Figura 17 presenta la distribución espacial de las plantaciones de


palma aceitera respecto a los remanentes naturales. Se observa que
las plantaciones más antiguas se concentran principalmente en el
cantón Quinindé, habiéndose expandido después a los cantones San

69 Introducción
Lorenzo, Eloy Alfaro, Shushufindi y Lago Agrio. Esta expansión pone
de manifiesto la alta presión que hay sobre los bosques tropicales de
la zona del Chocó y de la Amazonía Norte.

20000 200

18000 180

16000 160
Superficie sembrada
Superficie sembrada (ha)

14000 140

Número de plantaciones
# de plantaciones
12000 120

10000 100

8000 80

6000 60

4000 40

2000 20

0 0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28
Distancia a sitios con vegetacion natural (km)
Gráfico 5. Relación entre el número de plantaciones de palma aceitera y la
superficie sembrada respecto a la cercanía a los remanentes de vegetación
natural de la Zona 1.
Fuentes: MAGAP (2006) y MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

Agroindustrias
Límite Ecuador Plantaciones de palma aceitera
Límite Zona 1 año de siembra
Vegetación natural (2008) 2000 - 2005
1990 - 1999
1981 - 1989

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: MAGAP 2006, MAE 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 17. Localización de las plantaciones de palma aceitera en la Zona 1


Fuentes: MAGAP (2006) y MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

Capítulo I 70
1.4.4. Cambio climático

El tan debatido cambio climático es solo uno de los efectos del impac-
to causado contra el medio natural y ha puesto en evidencia nuestra
gran vulnerabilidad (Martínez y Remache 2011). El clima es determi-
nante en la distribución de la vida sobre la Tierra y es indudable que
el cambio climático desestabiliza el actual ritmo de vida que lleva la
humanidad y afecta a todos los sectores. Durante las últimas décadas
se han registrado modificaciones climáticas anómalas a los patrones
habituales (como años con temperaturas muy elevadas, modificacio-
nes en los patrones de precipitación y la mayor frecuencia, persis-
tencia e intensidad de los impactos de eventos extremos) y algunos
efectos como el aumento del nivel medio del mar y la reducción de
casquetes polares y glaciares de montaña (IPCC 2001 y 2007).

Si bien hay incertidumbre en la predicción del clima futuro, se han


desarrollado algunos escenarios (IPCC 2000; Arnell et al. 2004) que
integran ciertas características sociales, políticas y económicas a
modelos climáticos, complejos, permitiendo estimar posibles condi-

Cambio climático
Límite Ecuador Variación estimada de precipitación
Límite Zona 1 HADCM3, B2
46.8%

-27.6%

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: Hijmans et al. 2005, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 18. Variación de la precipitación hacia el año 2050, en la Zona 1,


según las estimaciones del modelo HADCM3, B2.
Fuente: Hijmans et al. (2005). Elaborado por C. Martínez.

71 Introducción
ciones climáticas futuras (IPCC 2009; Hijmans et al. 2005). Una de
estas estimaciones (HADCM3, B2) muestra que para el año 2050,
en la Zona 1 se esperarían variaciones en la precipitación anual que
alcanzarán incrementos del 46,6% de lluvias en la región occidental
y disminuciones de la precipitación en un 27,6% en la región oriental
(Figura 19). De igual forma, se esperaría un aumento en la tempera-
tura media anual de hasta 4,8°C, principalmente en la región oriental.

Al resumir las variaciones esperadas para cada ecosistema (Figuras


19 y 20), se observa que los cambios en la precipitación afectarán
en mayor medida a los ecosistemas costeros Bosque semideciduo
de tierras bajas del Jama-Zapotillo y Bosque siempreverde estacional
piemontano de Cordillera Costera del Pacífico Ecuatorial, que ten-
drían incrementos en su precipitación media anual mayores al 28%.
De igual forma en la región del Chocó, los Bosques siempreverdes
montano bajo, estacional piemontano y estacional de tierras bajas au-
mentarían su precipitación media anual entre 17 y 19%. Por el contra-
rio, ecosistemas de la región Amazónica como el Bosque inundable
y vegetación lacustre-riparia de aguas negras y el Bosque siempre-

Variación precipitación por ecosistema


Límite Ecuador Cambios de precipitación anual
Límite Zona 1 entre los años 2000 y 2050 (%)

-3 - 0
0-5
5 - 10
> 10

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: Hijmans et al. 2005, MAE 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 19. Variación de la precipitación media anual hacia el año 2050, en los ecosiste-
mas de la Zona 1, según las estimaciones del modelo HADCM3, B2.
Fuente: Hijmans et al. (2005) y MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

Capítulo I 72
verde de tierras bajas del Aguarico-Putumayo-Caquetá presentarían
una disminución en la precipitación entre -2,4 y -2,9%. Además, en
los bosques inundados e inundables de la llanura aluvial amazónica
se mantendrían estables las condiciones de precipitación.

En el caso de la temperatura, los mayores cambios se presentarían


en los ecosistemas amazónicos Herbazal inundado lacustre-ripario
de la llanura aluvial de la Amazonía, Bosque inundable y vegetación
lacustre-riparia de aguas negras de la Amazonía y Bosques inunda-
dos de la llanura aluvial de la Amazonía, que tendrían aumentos de
hasta 2°C. En cambio, ecosistemas de la región del Chocó como el
Bosque inundable de llanura intermareal del Chocó Ecuatorial y el
Bosque inundado de llanura aluvial del Chocó Ecuatorial, presentarían
cambios menores con incrementos de 1,4°C.

Variación térmica por ecosistema


Límite Ecuador Cambios de temperatura media anual
Límite Zona 1 entre los años 2000 y 2050 (°C)

1.3 - 1.5
1.5 - 1.7
1.7 - 1.9
1.9 - 2.1

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: Hijmans et al. 2005, MAE 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 20. Variación de la temperatura media anual hacia el año 2050, en los ecosiste-
mas de la Zona 1, según las estimaciones del modelo HADCM3, B2.
Fuente: Hijmans et al. (2005) y MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

73 Introducción
Estos cambios seguramente producirán efectos sobre las dinámicas
ecológicas de los ecosistemas naturales. Algunos estudios reconocen
que el cambio climático ocasionaría variaciones en los rangos de dis-
tribución de especies y en la composición de las comunidades (Pear-
son y Dawson 2003; Thuiller 2004; Delgado 2008), desplazamientos
(altitudinales y/o latitudinales) de comunidades vegetales (Cuesta et
al. 2009; Martínez y Remache 2011) y cambios en el funcionamiento
de los ecosistemas (Broennimann et al. 2006). Previsiblemente, es-
tos efectos podrían ser más dramáticos en ecosistemas de montaña
(Beniston et al., 1997) por la diversidad biológica asociada a su varia-
bilidad altitudinal.

Considerando los rangos climáticos actuales de precipitación anual y


temperatura media anual (Hijmans et al. 2005) en los que se distribu-
yen los ecosistemas de la Zona 1, las condiciones climáticas futuras
podrían representar condiciones adversas para las especies asocia-
das a cada ecosistema. La Figura 21 muestra la proporción de cada
ecosistema que se mantendrían dentro de rangos climáticos similares
a los observados en la actualidad.

Según los modelos analizados, ecosistemas andinos como el Arbus-


tal siempreverde y Herbazal del Páramo, Herbazal del Páramo, Bos-
que siempreverde montano alto del Norte de la Cordillera Oriental de
los Andes, Arbustal siempreverde montano del norte de los Andes y
Bosque siempreverde montano alto de Cordillera Occidental de los
Andes, a pesar de los cambios esperados en precipitación y tempe-
ratura, mantendrían toda su extensión dentro de rangos climáticos si-
milares a los actuales. Ecosistemas tanto del Chocó Ecuatorial (como
Manglar, Bosque inundado de llanura aluvial y Bosque inundable de
llanura intermareal), así como de la región amazónica (como Bosque
inundado de palmas y lacustre-ripario de la llanura aluvial de la Ama-
zonía, Bosques inundables de la llanura aluvial de los ríos de origen
amazónico y de origen andino y de Cordilleras Amazónicas, y Bosque
inundable y vegetación lacustre-riparia de aguas negras de la Ama-
zonía) presentarían en toda su extensión condiciones climáticas que
estarían por fuera de los rangos actualmente observados.

Capítulo I 74
Ecosistemas y cambio climático
Límite Ecuador Superficie estable por ecosistema
Límite Zona 1 0 - 20 %
20 - 40 %
40 - 60 %
60 - 80 %
80 - 100 %

¯
0 25 50 75
Km
UTM, WGS84 - Zona 17Sur Fuentes: Hijmans et al. 2005, MAE 2012, IGM 2013, INEC 2012.

Figura 21. Superficie de cada ecosistema que en el 2050, según el modelo HADCM3,
B2, se mantendría estable dentro de rangos climáticos observados en la actualidad.
Fuente: Hijmans et al. (2005) y MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

1.4.5. Efectos en la integridad ecológica

Se define la integridad ecológica como la capacidad que tiene un


ecosistema de mantener su organización y funcionalidad ecológicas
(Groves 2003). Esto implica que se conserven tanto las especies nati-
vas, así como sus hábitats y, al mismo tiempo, que los procesos eco-
lógicos naturales se desarrollen con normalidad. Evaluaciones de este
tipo requieren el análisis de indicadores que permitan medir atributos
de composición, estructura y función de los ecosistemas (Parrish et
al. 2003).

Algunos indicadores a nivel de paisaje permiten tener una primera


aproximación de la integridad ecológica de los ecosistemas, siendo la
fragmentación y la conectividad los criterios frecuentemente evalua-
dos (SGCAN 2008).

Los Gráficos 6 y 7 muestran la evolución temporal de tres indicado-


res de paisaje (tamaño promedio, número de fragmentos y distancia

75 Introducción
promedio entre fragmentos de un tipo de vegetación) medidos sobre
las coberturas de bosque, páramos, arbustales y herbazales de la
Zona 1, entre los años 1990 y 2008. Se observa que los bosques y
páramos, en los tres períodos de análisis, presentan fragmentos de
tamaño promedio mayor a los de los arbustales y herbazales. Sin
embargo, en todos los casos se advierte una tendencia a la dismi-
nución del tamaño promedio de los fragmentos. Esto quiere decir
que la pérdida de cobertura vegetal natural se refleja en el apareci-
miento de fragmentos de hábitat cada vez más pequeños, lo que
representa un riesgo para aquellas especies que requieren un mínimo
hábitat para su sobrevivencia mayor a esos fragmentos. Igualmente,
se observa también una tendencia general de incremento del número
de fragmentos. Esto implica que, además de la pérdida de hábitat,
los espacios naturales van quedando aislados unos de otros, lo que
muestra una clara tendencia de procesos de fragmentación de los
ecosistemas naturales.

12000,00

10000,00
Número de Fragmentos

8000,00
Bosques

6000,00 Páramos

Arbustales
4000,00
Herbazales
2000,00

0,00

-2000,00
1985 1990 1995 "2000 2005 2010

Gráfico 6. Variación temporal del número de fragmentos (eje Y) y su tamaño


promedio (proporcional al área de los círculos) para los bosques, páramos,
arbustales y herbazales remanentes en la Zona 1, entre los años 1990 y 2008.
Fuente: MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

Por otro lado, la evaluación de la distancia media entre fragmentos


muestra que en el período 1990-2000 las zonas naturales se presen-
taron más cohesionadas; es decir que sí hubo pérdida de hábitat,
pero los remanentes naturales se mantuvieron cercanos entre sí. En
este período, probablemente los procesos de conversión de la vege-
tación natural afectaron principalmente a los remanentes más exter-

Capítulo I 76
nos y cercanos a las áreas intervenidas. Sin embargo, en el período
2000-2008 se verifica una mayor separación entre los fragmentos de
vegetación natural (salvo el caso de los páramos), lo que indica una
intensificación de los procesos de aislamiento y fragmentación del
hábitat.

1000
Bosques Páramos
Distancia media entre fragmentos (m)

Arbustales Herbazales
900

800

700

600

500
1990 2000 2008

Gráfico 7. Variación temporal de la distancia promedio entre fragmentos de


los bosques, páramos, arbustales y herbazales remanentes en la Zona 1,
entre los años 1990 y 2008.
Fuente: MAE (2012). Elaborado por C. Martínez.

77 Introducción
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Capítulo I 88
Capítulo II
Marco teórico conceptual
de corredores
Roberto Ulloa1, Christian Martínez2, Sergio Antonio Ruiz3 y Free de
Koning4

2.1 Introducción

La pérdida de la diversidad biológica y sus consecuencias para la so-


ciedad es uno de los problemas críticos que enfrenta la conservación
en el Ecuador, uno de los países con mayores tasas de deforestación
en el Neotrópico en las tres últimas décadas. En esto coinciden varios
estudios realizados con diversos métodos de estimación y en dife-
rentes períodos (WRI 1992, 1994; FAO 1994, 1997; Wunder 2001,
citados en: Ganzenmüller et al. 2010). Según la Organización para la
Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO por sus siglas
en inglés), en la década de 1980 la tasa de deforestación del Ecuador
fue de 1,8% anual (FAO 1993), siendo para ese entonces una de las
más altas del mundo.

Si bien, de acuerdo a las estadísticas del MAE (2012) la deforestación


está disminuyendo (el cálculo de pérdida de bosques para el período
2000-2008 es de -0.66 %, correspondiente a 77.647 ha/año), esta ha

1 Gerente de Políticas Ambientales. Conservación Internacional Ecuador.


2 Gerente de Planificación Territorial. Conservación Internacional Ecuador.
3 Experto Integrado de la Cooperación Internacional Alemana (CIM-GIZ) en la Dirección de
Gestión Ambiental del GAD-Pichincha.
4 Director Técnico. Conservación Internacional Ecuador.

89 Marco teórico conceptual


generado una fuerte pérdida de biodiversidad, la destrucción directa
de los ecosistemas y, más visiblemente, la fragmentación de la vege-
tación remanente.

La fragmentación de la cobertura vegetal original afecta la estructura


y el funcionamiento de los ecosistemas, lo que altera el hábitat de la
biodiversidad y ocasiona su pérdida. Para reducir la fragmentación,
las alternativas propuestas han ido desde el establecimiento de zonas
de amortiguación, pasando por los corredores de conectividad de
diferentes tipos, hasta la gestión de mosaicos de paisaje; esta última
goza en la actualidad de mayor aceptación en acciones de conserva-
ción de hábitats.
Evolución del concepto de conservación in situ

a) Áreas protegidas aisladas b) Áreas protegidas con zonas


de amortiguamiento

c) Conectividad entre áreas d) Mosaico de usos del territorio,


protegidas manejo para la conectividad de
fragmentos

Fuente: Conservación Internacional (2004, 2005).

2.2 Conectividad de áreas protegidas

La conectividad de las áreas naturales protegidas es de vital impor-


tancia para garantizar la conservación de la diversidad biológica a
largo plazo. Uno de los principales retos en el diseño de áreas na-
turales protegidas consiste precisamente en mantener la viabilidad

Capítulo II 90
de las mismas frente a la creciente fragmentación de ecosistemas
producida por la deforestación, el impacto secundario del desarrollo
de obras de infraestructura y la extracción de recursos, así como de
otras actividades de aprovechamiento del suelo como agricultura, ga-
nadería, minería, etc. (Conservación Internacional 2005; CBM 2002;
Lockwood et al. 2006; Vitousek et al. 1997). Esta viabilidad se obtiene
en parte al mantener y mejorar la conectividad, una condición referida
al enlace o nexo que facilita el desplazamiento de organismos entre
parcelas o parches de hábitats (Brown et al. 2005; Crooks y Sanjayan
2006; Hamilton et al. 1996; Harmon y Worboys 2004; Worboys et al.
2005).

¿Qué es la conectividad?

El grado en el que un paisaje facilita o impide los desplazamien-


tos de la fauna silvestre entre hábitats naturales favorables se
conoce como conectividad (Noss 1990, 2002; Bennett 2003,
2004).

Un paisaje con alta conectividad es aquel en el cual los indivi-


duos pueden desplazarse con libertad entre hábitats naturales
adecuados; por el contrario, un hábitat con baja conectividad
corresponde con un paisaje en el cual los individuos se encuen-
tran altamente limitados en su desplazamiento (Bennett 2004).

Hay dos tipos de conectividad, la estructural y la funcional. La


primera está determinada por la distribución espacial de los di-
ferentes tipos de hábitat en el paisaje e implica la distancia que
deben atravesar las especies para trasladarse de un fragmento a
otro y la presencia de redes por las cual puedan desplazarse los
individuos (Beier y Noss 1998, Bennett 2004, Brown y Mitchell.
2000).

La conectividad funcional se refiere a las diferentes respuestas


conductuales por parte los individuos a la estructura física del
paisaje: la escala en que una especie percibe y es capaz de des-
plazarse dentro de la matriz, sus requerimientos de hábitat y su
grado de especialización, su nivel de tolerancia ante los cambios
del medio, los tipos de desplazamiento y la respuesta de esta
ante los depredadores y competidores (Bennett 2004).

91 Marco teórico conceptual


La conectividad puede entenderse, además, como la capacidad del
territorio para permitir el flujo de una especie entre bloques o “islas”
con recursos (Tilman et al. 1997). Es una propiedad del territorio para
una especie o conjunto de especies similares desde el punto de vista
de sus requerimientos ecológicos y capacidad dispersiva, así como
una condición crítica que garantiza la viabilidad de las poblaciones
que se desean conservar (Bennett 2004). Un paisaje con alta conec-
tividad es aquel en el que los individuos de una especie determina-
da pueden desplazarse con libertad entre hábitats que se requieren
para alimentarse, protegerse y reproducirse (Bennett 2004; Haadad
1999a, 1999b, 1999c; Brown y Mitchell 2000).

En el caso de la gestión de áreas naturales protegidas, el concepto


de conectividad se aplica de tres diferentes formas. Primero, como
un criterio para el diseño del sistema de áreas protegidas que ga-
rantice la viabilidad de los ecosistemas a proteger, bajo el cual se
resalta la necesidad de contar con áreas de una extensión apropiada
que garantice los flujos naturales de las poblaciones. Segundo, como
una estrategia de conservación a escala regional que permita unir los
grandes “parches” o “cadenas” de áreas naturales protegidas, bajo la
cual se promueva la colindancia entre áreas protegidas o el reconoci-
miento de otras estrategias complementarias (como reservas de bios-
fera, corredores de conservación, etc.); y tercero, una aproximación
antropológica: el territorio que debe permitir el flujo y libre tránsito de
poblaciones que pueden habitar o migrar dentro de áreas naturales
protegidas (Hilty et al. 2006; Phillips 2003; Sandwith et al. 2001; Se-
púlveda et al. 1997; Thorsell 1990; Sutcliffe y Thomas 1996).

2.3 Las bases ecológicas del enfoque de corredores

En una primera instancia, un corredor se puede visualizar como un


enlace de hábitats modificados, en el cual las actividades que se rea-
lizan están orientadas a favorecer la movilidad de especies entre los
distintos fragmentos de hábitats naturales (Beier y Noss 1998; Ben-
nett 1998; Noss 2002; Sanderson y Harris 1998; Saunders y Hobbs
1991; Tischendorf y Wissel 1997).

Capítulo II 92
En 1936, George Gaylord Simpson utilizó el término “corredor” para
explicar la dispersión de las especies entre los continentes (Shaffer
1981). Igualmente, el concepto parece haber estado en la mente de
destacados naturalistas de mediados del siglo XX. Frank W. Preston,
en 1962, recomendó establecer corredores entre reservas con el fin
de incrementar el tamaño de poblaciones animales aisladas, y por
tanto, sus posibilidades de supervivencia (Shaffer 1981).

En la década de 1970 se incrementaron las recomendaciones prácti-


cas para la conservación de la biodiversidad. Los estudios que bus-
caron establecer o favorecer la conexión entre hábitats fragmentados
sugirieron el uso de “corredores” que integrasen hábitats similares
(Bennet 2003, 2004). Esta línea de pensamiento surgió principalmen-
te de consideraciones y supuestos conceptuales, sustentadas en la
denominada Teoría del Equilibrio de Biogeografía de Islas (Bennet
2003; Brown y Mitchell 2000; Noss 1992, 2002).

La Teoría del Equilibrio de la Biogeografía de Islas

Esta teoría postula que la cantidad de especies que están pre-


sentes en una isla tiende a un nivel de equilibrio entre la tasa de
colonización de especies nuevas y la tasa de extinción de las
especies residentes en la isla. A su vez, la tasa de colonización es
determinada por el grado de aislamiento de la isla con respecto
al hábitat donador de especies en tierra firme, mientras que la
tasa de extinción en la isla está determinada por su área.

En 1967, Robert H. MacArthur y Edward O. Wilson publicaron su Teo-


ría del Equilibrio de Biogeografía de Islas (MacArthur y Wilson 1967)
y llegaron a la conclusión de que el número de especies que pueden
encontrarse en una isla está determinado por el equilibrio entre la
tasa en la cual nuevas especies colonizan la isla (tasa de colonización
o inmigración) y la tasa a la cual las especies desaparecen (tasa de
extinción). A su vez, la tasa de colonización está determinada por el
grado de aislamiento de la isla con respecto al hábitat donador de
especies en tierra firme, mientras que la tasa de extinción en la isla
es determinada por su área. Por lo tanto, aquellas islas más cercanas

93 Marco teórico conceptual


al continente albergan un mayor número de especies que islas más
alejadas, porque son más accesibles y por lo tanto están sujetas a
mayores tasas de inmigración. Además, las islas grandes contienen
poblaciones mayores que las islas más pequeñas, y estas poblacio-
nes son menos vulnerables a la extinción. La Teoría del Equilibrio de
Biogeografía de Islas predice que las islas más grandes y cercanas al
continente también contienen más especies.

Los “corredores biológicos” fueron propuestos por primera vez por


Wilson y Willis en 1975 a partir de la Teoría del Equilibrio de Biogeo-
grafía de Islas postulada por MacArthur y Wilson, y basados también
en el concepto de la metapoblación (véanse, por ejemplo, Opdam
1991; Gilpin y Hanski 199, y MacClintock et al. 1977). Según este
concepto, las especies no existen como poblaciones estables y ho-
mogéneas, sino que constituyen entidades dinámicas que se distribu-
yen irregularmente a través del paisaje en hábitats de diversa calidad.
Las poblaciones locales son vulnerables a la extinción, pero como los
individuos de otras poblaciones locales de la misma especie pueden
recolonizar el hábitat vacío, la metapoblación puede seguir sobrevi-
viendo.

Por esta razón, si las poblaciones satélites están aisladas de las nu-
cleares y el desplazamiento entre ellas es limitado, la probabilidad
de que haya recolonización después de eventos de extinción local
será más baja. El desplazamiento de animales entre cada una de es-
tas poblaciones a través del paisaje es crucial para la dinámica de la
metapoblación. Si las condiciones del paisaje favorecen el desplaza-
miento de los individuos, las extinciones serán menos frecuentes y la
recolonización a nivel regional será más rápida (Bennett 2003a).

Metapoblaciones y Tamaño Mínimo Viable

Una metapoblación es un conjunto cambiante de poblaciones


temporales relacionadas entre sí por la dispersión y el flujo de
genes (Burkey 1997, Opdam 1991, Gilpin y Hanski 1991, Poiani
et al. 2000), las cuales ocupan parches discretos de hábitat que
están interconectados (Primack et al. 2001). Las metapoblacio-

Capítulo II 94
nes se caracterizan por estar formadas por un grupo de subpo-
blaciones en las que se pueden distinguir dos tipos: las fuentes o
nucleares y las sumideros o satélites.

Las subpoblaciones fuentes o nucleares generalmente están si-


tuadas en un hábitat favorable que propicia un exceso de indivi-
duos. Las subpoblaciones sumideros o satélites, al contrario, se
asocian a un hábitat desfavorable en el cual los tamaños pobla-
cionales no pueden ser mantenidos sin la inmigración desde los
hábitat fuentes (Poiani et al. 2000). De esta manera, las poblacio-
nes satélites pueden llegar a extinguirse en años desfavorables,
pero las áreas son recolonizadas por las migraciones desde una
población nuclear más permanente, cuando las condiciones se
tornan más favorables (Primack et al. 2001). Polliam (1998 citado
por Poiani et al. 2000) demostró que el 10% de una población
fuente puede llegar a ser responsable por el mantenimiento del
90% de las poblaciones sumideros.

Wilson y Willis (1975) propusieron cuatro principios que han generado


un fuerte debate a lo largo de 40 años en la biología de la conserva-
ción y la gestión y manejo de la conservación in situ de la biodiversi-
dad, incluyendo el debate “SLOSS” (single large or several small, una
grande o varias pequeñas) y el debate sobre corredores. Los cuatro
principios incluyen:

1) un parche de gran tamaño es preferible a varios parches peque-


ños;
2) la forma de los parches debe minimizar la proporción entre el bor-
de y su área;
3) parches agrupados son preferibles a parches que se encuentren
más aislados, y
4) la extinción será menor cuando los fragmentos estén conectados
por corredores de hábitat natural.

Los corredores biológicos consideran el supuesto de que los frag-


mentos unidos o conectados por un corredor de hábitat disminuyen la
tasa de extinción y tienen un mayor valor para la conservación que los
hábitats aislados (Noss 1992; Haas 1995). Las teorías mencionadas
indican, en síntesis, que la fragmentación aumenta la vulnerabilidad

95 Marco teórico conceptual


de las poblaciones de las especies mediante la reducción del hábitat
disponible para las poblaciones locales y limita las oportunidades de
dispersión, migración e intercambio genético.

La finalidad de estos corredores biológicos es permitir la dispersión


de plantas y animales de una reserva a otra o de un fragmento de
bosque a otro, facilitando el flujo de genes y la colonización de sitios
adecuados. De igual forma, facilitan las migraciones estacionales y
diarias entre una variedad de hábitat diferentes (Beier y Noss 1998;
Bennett 2003; Brown y Mitchell 2000; Primack et al. 2001).

La necesidad de crear y manejar corredores de conservación a es-


calas de paisaje se relaciona con dos conceptos de gran importancia
ecológica: la “población mínima viable” (MVP por sus siglas en inglés)
y el “área mínima de hábitat”. El concepto de población mínima viable
se refiere al tamaño o número de individuos de una especie que se
requiere para garantizar su supervivencia en el largo plazo (Shaffer
1981; Dunning et al. 1995).

Poblaciones Mínimas Viables:


¿cuántos individuos de una especie son suficientes?

Desafortunadamente, una pregunta tan simple no tiene una sim-


ple respuesta.

Shaffer (1981) propuso que una población mínima viable de una


especie en determinado hábitat corresponde a la población ais-
lada más pequeña que tiene el 99% de probabilidad de perma-
necer viva durante mil años, pese a posibles desastres naturales,
genéticos y demográficos. En el caso de los vertebrados, se ha
estimado que entre un mínimo de 500 y un máximo de 5.000
individuos preservarán adecuadamente la variabilidad genética y
permitirán la supervivencia de un número mínimo de individuos
en años de catástrofes (Bennett 1998; Primack et al. 2001).

La definición parece clara, pero el proceso para la determinación


de MVP es complejo y está lejos de ser exacto. El proceso es
conocido como “análisis de viabilidad de población” (PVA por

Capítulo II 96
sus siglas en inglés) e incluye la consideración de las variables
de la historia de la vida de las especies (longevidad, fecundidad,
supervivencia, tasa de crecimiento, etc.) y factores imprevisibles
tales como la variación demográfica y del medio ambiente, ries-
gos genéticos y efectos de catástrofes (Shaffer 1981).

Desgraciadamente, muy pocas poblaciones son conocidas con


suficiente detalle como para proporcionar información realista
para los modelos.

Fuente: Sanderson et al. (2003).

A su vez, el área mínima corresponde a la superficie mínima de te-


rritorio necesaria para mantener la población mínima viable. Si bien
la estimación de estos parámetros será única para cada especie, el
establecimiento de corredores de conservación busca contribuir, a
escala de paisaje, al mantenimiento de un hábitat adecuado para la
supervivencia de la biodiversidad.

Requisitos del área: ¿cuánto es suficiente?

Estimar los requerimientos de área para una especie es difícil


cuando no se conoce la población mínima viable (MVP). Los ver-
tebrados con requerimientos de grandes superficies probable-
mente tienen los menores tamaños de población y están entre los
más sensibles a la extinción (Beier 1993; Fahrig y Merriam 1985;
Soulé y Simberloff 1986; Soule y Terborgh 1999). Por ejemplo,
las densidades de jaguar (Panthera onca) en América Central van
desde uno por 15 km2 a uno por cada 50 km2 (Crawshaw y Qui-
gley 1991; Aranda 1998; Rabinowitz y Nottingham 1986: Ceba-
llos et al. 2000). Es necesaria un área de 750 a 2.500 km2 para
una población de 50 individuos. Se requieren áreas diez veces
mayores si la población viable es de 500 individuos. Si la especie
ocurre solamente en las áreas protegidas, entonces estas nece-
sitan estar en la escala de 5.000 a 25.000 km2. La densidad de
los jaguares es más baja en el bosque Atlántico, en donde van
desde 1 a 3,7 jaguares por 100 km2 y se requiere áreas más
grandes (Crawshaw 1995; Leite y Boulhosa 2002).

97 Marco teórico conceptual


La densidad del oso de anteojos (Tremarctos ornatus) en la cor-
dillera de los Andes es de uno por 1,3 km2 a uno por 9 km2. Un
área de 650 a 4.545 km2 es necesaria para una población de 500
individuos (Bennett 2003).

Incluso para una pequeña especie como el lémur nocturno ena-


no de Coquerel (Mirza coquereli), de solo 300 gramos, se re-
quiere un área del parche mínima de 250 km2 para apoyar una
población viable a largo plazo de más de 5.000 individuos. Este
lémur nocturno vive en Madagascar occidental donde sólo dos
parches de ese tamaño permanecen dentro de la distribución de
esta especie al norte de Morondava (Smith 1997).

Fuente: Sanderson et al. (2003) y Dunning et al. (1995) .

2.4 Síntesis sobre el avance conceptual del enfoque


de corredores5

Podría considerarse que el concepto de corredor, como medida o es-


trategia de manejo, ha sido exitosa en capturar la atención y apoyo de
planificadores, manejadores, gerentes de recursos naturales, políti-
cos, investigadores, etc., lo cual ha dado lugar a numerosos concep-
tos similares o derivados, tales como “corredores faunísticos”, “vín-
culos del paisaje” (“landscape linkages”), “corredores de dispersión”,
“cinturones verdes” (“green belts”), “corredores de conservación”,
biocorredores, etc. (Bennet 2003). Por lo tanto, el interés creció en el
desarrollo de enfoques de conservación que promovieran coherencia
ecológica en la escala de paisaje.

Esta conceptualización, promoción y auge en el diseño y conforma-


ción de corredores podría explicarse porque son una solución intui-
tivamente convincente; si el problema es la fragmentación, entonces
reducir la fragmentación mediante la conexión es una solución obvia y
con posibilidades tangibles (Andreassen et al. 1996). También podría
deberse a que los corredores constituyen una solución aplicable tanto
a escala local como regional, nacional e incluso internacional.

5 Sección basada en Yerena, E. s/f. Corredores: ¿de qué estamos hablando? Documento base
para el foro electrónico sobre corredores y enfoque ecosistémico Departamento de Estudios
Ambientales. Universidad Simón Bolívar. Caracas.

Capítulo II 98
Conceptos similares o derivados

• Corredores faunísticos
• Corredores o vínculos del paisaje (Landscape linkages)
• Corredores lineales
• Corredores de dispersión
• Corredores de pasos, trampolines (Stepping stones)
• Cinturones verdes (Green belts)
• Vías verdes (Greenways)
• Red ecológica
• Corredores biológicos
• Corredores ecológicos
• Corredores de conservación
• Corredores de conservación y desarrollo sostenible
• Corredores de vida
• Biocorredores, etc.

A partir de mediados de la década de 1990 se ha dado en la ciencia


de la Biología de la Conservación un intenso debate en relación con
corredores. Los conceptos más significativos y los significados aná-
logos de corredores se transcriben a continuación, los cuales reflejan
la variedad de enfoques sobre este tema. Si bien se utilizan diversos
términos para describir las varias iniciativas existentes, el nombre ge-
nérico de “corredor” es el más utilizado.

• Corredor (Merriam 1984): sector o parche (patch) angosto y con-


tinuo de vegetación que facilita el movimiento entre sectores (pat-
ches) de hábitat, previniendo el aislamiento de poblaciones.

• Corredor (Forman 1983): Franja angosta de tierra que difiere de


la matriz circundante (ambiente en que los hábitats y áreas linea-
les están incluidas [embedded]). Pueden ser franjas aisladas pero
usualmente están adjuntas (attached) a un parche (patch) con ve-
getación más o menos similar.

• Red ecológica (Cook y van Lier 1994): es un modelo que ha de-


sarrollado durante los últimos 30 años en Europa Central y Oriental
con el objetivo general de mantener la integridad de los procesos
ambientales. Varios programas ecológicos de redes nacionales se
desarrollaron en la década de 1980 inspirados en la teoría del Pai-

99 Marco teórico conceptual


saje Polarizado del geógrafo ruso Boris Rodoman. Basado en esta
teoría, el enfoque de la “ecoestabilización” propuso que el paisaje
debe ser dividido en zonas de tal manera que áreas intensamen-
te utilizadas sean equilibradas por zonas naturales que funcionan
como un todo coherente, autorregulador. Los programas resultan-
tes no sólo desarrollaron las redes ecológicas sino también la inte-
gración de la conservación de la biodiversidad en planes de manejo
ambiental más amplio, aproximándose a lo que ahora sería descrito
como “estrategias nacionales de desarrollo sostenible”.

• Vía verde (“Greenway”) (Little 1990): espacio abierto, lineal, es-


tablecido a lo largo de un corredor natural tal como ribera, valle,
fila montañosa o a lo largo de un derecho de vía (por ejemplo, una
ferrovía), transformado a uso recreacional, de un canal, carretera
escénica, o cualquier otra ruta; así como un espacio abierto que
conecta parques, reservas naturales, elementos culturales o sitios
históricos, entre sí y con áreas pobladas.

• Corredor (Saunder y Hobbs 1991): rasgo lineal de vegetación que


difiere de la vegetación circundante y conecta al menos dos secto-
res (patches) que estaban conectados en tiempos históricos.

• Corredor de paisaje (Barrett y Bohlen 1991): es una franja de


tierra o vegetación que difiere del paisaje circundante predominante
a ambos lados de ella. Se distinguen los siguientes tipos:

o Corredor de disturbio: aquel que irrumpe dentro de un paisaje


natural más homogéneo. Por ejemplo, un corredor de tendido
eléctrico.
o Corredor de plantación: aquel generado por el ser humano, con
elementos no autóctonos, para una variedad de razones como
estéticas, económicas o funcionales. Por ejemplo, barreras de
árboles cortaviento.
o Corredor de regeneración: aquel proveniente de la regenera-
ción de un área previamente intervenida. Por ejemplo, la regene-
ración vegetal que ocurre a lo largo de cercas.
o Corredor de recursos ambientales: aquel que existe natural-
mente, asociado a un recurso que se distribuye linealmente en el

Capítulo II 100
paisaje. Por ejemplo, bosques de galería o asociados a cursos
de agua.
o Corredor remanente: aquella franja de vegetación que perma-
nece inalterada tras la remoción del resto de la vegetación nativa.
Por ejemplo, un bosque a lo largo de una fila montañosa.

• Corredor de dispersión de fauna (Harris y Scheck 1991): ele-


mento lineal del paisaje, existente y natural o, nativo y restaurado,
que conecta dos o más bloques (tracts) más grandes de hábitat y
que funciona como ruta de dispersión para la fauna y flora nativa
y para el funcionamiento de procesos ecológicos naturales, tales
como el fuego.

• Corredor de biodiversidad o ecológico (Conservation Interna-


tional 2000): mosaico de usos de tierra que conecta fragmentos de
bosque natural a lo largo del paisaje. Es una unidad de planeamien-
to regional antes que un mecanismo de zonificación. Incluye áreas
protegidas existentes, nuevas, reservas privadas, etc.

• Corredor transfronterizo (Miller et al. 2001): iniciativa que maxi-


miza los beneficios de la conservación y mejora las oportunidades
económicas y sociales de las poblaciones rurales, mediante un en-
foque biorregional, como el Corredor Biológico Mesoamericano, a
través del ordenamiento territorial y el manejo del uso del suelo. Se
trata de un sistema de ordenamiento territorial compuesto de áreas
naturales bajo regímenes de administración especial, zonas núcleo,
de amortiguamiento, de usos múltiples y áreas de interconexión,
organizado y consolidado, que brinda un conjunto de bienes y ser-
vicios ambientales a la sociedad, proporcionando los espacios de
concertación social para promover la inversión en la conservación y
uso sostenible de los recursos. Las zonas de corredor son sende-
ros de tierra o agua que unen zonas núcleo, y permiten la disper-
sión de seres vivos y la adaptación a las presiones de los cambios
climáticos y de hábitat. Estas pueden retornarse a su estado silves-
tre mediante procesos de restauración. La meta central es asegurar
que los patrones de uso del suelo dentro de los corredores imiten
a la naturaleza silvestre lo más cercanamente posible, y así exhiban
una variedad de cultivos, bosques y hábitat silvestres.

101 Marco teórico conceptual


• Corredor de hábitat (Bennet 2003): franja lineal de vegetación que
provee de una continuidad entre dos hábitat. Este término no tiene
implicación sobre su uso relativo por animales.

• Corredor de conservación y desarrollo sostenible (Conservation


International 2004): estrategia de conservación que vincula áreas
protegidas mediante un mosaico de usos de bajo impacto. Conec-
ta las áreas protegidas y los territorios alrededor de ellas, con lo
que promueve que las actividades humanas en la zona se realicen
de manera sostenible; es decir, sin destruir los recursos naturales
y beneficiando especialmente a los pobladores y pobladoras loca-
les. Los corredores de conservación ofrecen una nueva manera de
combinar conservación con desarrollo sostenible por medio de la
reducción de la destrucción continua de la biodiversidad. Son una
herramienta flexible de planificación que conecta áreas protegidas
a través de una combinación de usos de la tierra.

• Corredor ecológico (IUCN 2011): implica una conectividad entre


áreas protegidas con una biodiversidad importante, con el fin de
contrarrestar la fragmentación de los hábitats. Pretende unir es-
pacios con paisajes, ecosistemas y hábitats naturales o modifica-
dos para facilitar el mantenimiento de la diversidad biológica y los
procesos ecológicos, a través de la facilitación de la migración y
la dispersión de especies de flora y fauna silvestres. Facilita el flujo
genético entre poblaciones y así aumenta la probabilidad de super-
vivencia a largo plazo de las comunidades biológicas y, en última
instancia, de los procesos ecológicos y evolutivos.

• Corredor de vida (Boletín Informativo del Corredor de Vida Chiles


Mataje –CVCHM 2011): es una iniciativa desarrollada en el Ecuador.
Es un espacio de concertación social comprometido con el bienes-
tar de las comunidades a través de la construcción del buen vivir y
su desarrollo integral a través de la conservación y uso sustentable
de los recursos naturales. Esto se hace por medio de la concerta-
ción y la planificación de acciones conjuntas y con el diálogo social
entre autoridades y comunidades. Constituye una confluencia de
organizaciones multiculturales que conforman una red social que
interactúa en un territorio, lo que permite multiplicar fuerzas con el

Capítulo II 102
intercambio de experiencias, y el rescate y fortalecimiento de las
identidades culturales.

En América Latina, las variaciones más frecuentemente aplicadas


incluyen: corredor biológico (como Bremen–Barbas en Colombia),
corredor ecológico (como Llanganates–Sangay en Ecuador), corre-
dor de biodiversidad (como la Central da Mata Atlántica en Brasil),
corredor de conservación (como la Patagonia en Argentina y Chile) y
corredor biogeográfico (como Madidi– Pilón Lajas–Manuripi–Tambo-
pata–Candamo– Bahuaja Sonene en Bolivia y Perú). (Cracco y Gue-
rrero 2004).

Un análisis de las definiciones arriba transcritas en orden cronológi-


co, evidencia el importante salto conceptual que se ha dado en la
discusión sobre corredores y su funcionalidad. Los corredores se di-
señaron como medio para evitar el deterioro poblacional biológico en
función de proveer un mecanismo de conectividad entre poblaciones
aisladas a lo largo de algún componente de su hábitat (por ejemplo,
vegetación, curso de agua, línea de árboles, etc.) y se visualizan hoy
en día como parte integral de una estrategia de ordenamiento terri-
torial regional, a mayor escala, basada en la visión de la ecología del
paisaje y del uso sostenible de la biodiversidad. En otras palabras, el
concepto parece haber evolucionado de la dispersión de individuos a
la extensión del hábitat, de lo lineal a lo matricial, del hábitat individual
a la matriz de hábitat del paisaje, de la población hacia el ecosistema
funcional, de lo biológico a lo sociopolítico.
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE CORREDOR – CONCEPTO EN EVOLUCIÓN

Concepto se originó Parte integral de


como medio para De: Hacia: una estrategia de
evitar el deterioro - Dispersión de - La extension del ordenamiento
poblacional individuos hábitat territorial
biológico regional, a mayor
- Lo lineal - Lo matricial escala, basada en
Mecanismos de el enfoque
comunicación entre - Hábitat - La matriz de ecosistémico, la
poblaciones individual hábitats del paisaje visión de la
aisladas a lo largo ecología del
de algún compo- - La población - El ecosistema paisaje y del uso
nente de su hábitat funcional sostenible de la
(por ejemplo, - Lo biológico biodiversidad, con
vegetación, curso - Lo sociopolítico. diversos niveles
de agua, línea de de gobernanza
árboles, etc.)

103 Marco teórico conceptual


Un análisis desarrollado por Cracco y Guerrero (2004) de las iniciati-
vas de corredores en América del Sur permitió definir los elementos
particulares y comunes de los principales conceptos de corredores
(biológico, ecológico, de conservación y de desarrollo sustentable),
los cuales se expresan en la siguiente figura:

• Conectividad funcional (biológica)


• Integración de áreas protegidas
• Conservación de biodiversidad
• Flujo intercambio genético
• Planificación y ordenamiento territorial
• Énfasis en la conservación de especies
• Uso sustentable de recursos
significativas
• Concepción y Conectividad lineal
• Conexión física entre parches
• Facilitar movilidad y dispersión

Corredor biológico
• Conectividad funcional (bioló-
gica)
• Integración de aspectos socia-
les, políticos y ambvientales
• Voluntad política y financiera
• Conectividad buscando bene- • Con enfoque ecosistémico
ficios económicos Corredor • Conectividad estructural y
• Énfasis en producción Corredor
desarrollo funcional
sostenible ecológico • Incorporar al corredor
• Incorporar al corredor de con- sustentable biológico
servación y añade temas eco-
sistemas, políticos, de infrae-
“de vida” • Incluye conceptos de
ecología de paisaje
structura, etc.

Corredor de
• Participación de actores y sectores sociales. conservación
• Equilibrio social y biológico (uso sostenible) • Planificación territorial a gran
• Escala geográfica de mayor cobertura escala (mayor al existente en el c.
• Redes de conectividad (de áreas que no necesaria- biológico) Integración de áreas
mente deben ser protegidas protegidas
• Incorporar al corredor ecológico y añade aspectos • Procesos ecológicos
sociales • Usos sostenibles y conservación

2.5 Componentes y características básicas de los


corredores

La finalidad primordial de un corredor, especialmente enfocado a la


conservación de la biodiversidad, es posibilitar el flujo genético entre
poblaciones aisladas o entre fragmentos de vegetación; estas estra-
tegias de conservación deben desarrollarse dentro de un contexto
social y político. Esto implica un proceso de planificación territorial
con visión compartida entre los diversos sectores, cuyo éxito radica
en gran medida en la capacidad de articular los objetivos de conser-
vación y los requerimientos de los usuarios del corredor.

Capítulo II 104
Desde el punto de vista biológico, diversos autores (Andreassen et al.
1996; Bennett 2003; 2004, Bennett y Mulongoy 2006; Canet-Des-
anti 2007; Conservation International 2005; Cracco y Guerrero 2004;
Haadad 1999a, 1999b; Jongmany Pungetti 2004; Mittermeier et al.
2005; Noss 1992; Rojas y Chavarría 2005; Rosenberg et al. 1997,
1998; Sanderson et al. 2003; SINAC 2008) han sugerido que los co-
rredores pueden proporcionar tres beneficios específicos. Primero,
incrementar las tasas de colonización de las especies, con lo que se
previene la extinción local de las poblaciones. Segundo, al aumen-
tar el movimiento de especies, amplían el flujo genético y reducen
la consanguinidad. Finalmente, al disminuir los eventos de extinción
local, los corredores mantienen mayor diversidad de especies en los
fragmentos.

Cracco y Guerrero (2004) identificaron cuatro elementos claves que


son compartidos por diversos programas de gestión de corredores
en América del Sur:

• Integrar las áreas protegidas en un enfoque más amplio de gestión.


• Promover la conectividad funcional.
• Enfatizar primariamente en la conservación de la biodiversidad.
• Utilizar el ordenamiento del territorio como un medio para obtener
objetivos de conservación.

Adicionalmente, estos autores sistematizaron elementos comunes en


las iniciativas de corredores que permitieron generar recomendacio-
nes para el diseño y la gestión de corredores. Estos elementos se
resumen en:

a) La continuidad, flexibilidad y dinámica de un proceso que debe ser


adaptativo.
b) La dependencia de la complejidad de la gestión en la escala.
c) La articulación con procesos en curso de ordenamiento territorial y
uso del territorio.
d) La consideración de los proyectos de desarrollo (infraestructura,
agrícolas, energía, viales, etc.).
e) La promoción de procesos de participación y decisión por parte de
los actores relevantes.

105 Marco teórico conceptual


f) En la mayor parte de los casos, el planteamiento de los corredores
se desarrolla en lugares donde vive gente, cuyas prioridades no
incluyen necesariamente la conservación, por lo cual es necesario
conciliar intereses.
g) Los diferentes niveles de gobernanza, institucionalidad, normativi-
dad, competencias y jurisdicciones.
h) En el caso específico del Ecuador, podría plantearse la conforma-
ción del actual SNAP, incluyendo las áreas protegidas públicas
(PANE. GAD), comunitarias y privadas, al igual que otro tipo de
áreas como los bosques y vegetación protectoras, que actuarían
como las zonas núcleo de los corredores.

2.6 Factores que los corredores buscan revertir

Existen determinados factores que los corredores buscan revertir,


especialmente (Canet-Desanti 2007; Canet-Desanti y Finegan 2009;
Campos 2001; Finegan y Bouroncle 2004):

• Pérdida de cobertura vegetal natural.


• Fragmentación de hábitat.
• Pérdida de biodiversidad.
• Contaminación ambiental.
• Presión sobre los recursos naturales (cacería, tala ilegal e incen-
dios forestales, entre otros).
• Prácticas agrícolas inadecuadas para el ambiente.
• Falta de un ordenamiento territorial.
• Pérdida del recurso hídrico.
• Falta de participación de la gente local.

Capítulo II 106
2.7 Beneficios y oportunidades del enfoque de co-
rredores

La extensa bibliografía sobre corredores (Andreassen et al. 1996;


Bennett 2003; 2004; Bennett y Mulongoy 2006; Braack et al. 2006;
Canet-Desanti 2007; Canet-Desanti et al. 2008; Campos 2001; Con-
servation International 2004; 2005; 2006; Cracco y Guerrero 2004;
Haadad 1999a; 1999b; 1999c; MAE-GIZ 2012; IUCN 2004; Mitter-
meier et al. 2005; Noss 1992; Rojas y Chavarría 2005; Rosenberg et
al. 1997; 1998; Sanderson et al. 2003; SINAC 2008) reconoce que
los corredores generan una serie de beneficios y oportunidades. La
siguiente tabla los menciona, divididos en aspectos ambientales, eco-
nómicos, sociales y políticos.

BENEFICIOS DESCRIPCIÓN

Ambientales Conservan y protegen la biodiversidad.


Conectan a poblaciones de especies de flora y fauna (intercambio genético y efecto
de rescate) y así aumentan el tiempo de residencia de poblaciones de plantas y
animales en un mismo sitio.
Expanden el área de hábitats aislados.
Permiten el movimiento diario, estacional o migratorio de animales.
Recuperan y protegen ecosistemas marinos y terrestres.
Mantienen y regulan el régimen climático de la zona.
Permiten proteger, recuperar y manejar el suelo.
Posibilitan el manejo y protección de las cuencas hidrográficas puesto que regulan
los flujos hidrológicos, previenen inundaciones y proveen agua limpia (regulación de
la oferta hídrica).
Mantienen y generan servicios ambientales como captación de gases de efecto in-
vernadero, las interacciones plantas y animales (dispersión de semillas, polinizado-
res, etc.)
Económicos Promueven modelos de desarrollo local (mejoramiento de las condiciones económi-
cas de las poblaciones) con enfoque ecosistémico y de desarrollo sostenible.
Constituyen una reserva de recursos, material vegetativo para reproducción en vi-
veros, plantas medicinales, ornamentales y maderables, banco genético y controla-
dores biológicos.
Propician la prevención de desastres naturales (actúan como barrera protectora ante
eventos climáticos).
Impulsan el surgimiento de nuevos negocios con base ambiental.
Constituyen oportunidades para recreación y esparcimiento.
La protección de los servicios ambientales es también clave para muchas activida-
des económicas.

107 Marco teórico conceptual


BENEFICIOS DESCRIPCIÓN

Sociales Promueven la investigación científica.


Favorecen la generación de conocimiento y la educación ambiental.
Apoyan la consolidación de territorios indígenas y de áreas protegidas o de las zonas
núcleo existentes en el corredor de conservación por medio de la integración de la
población local en la gestión.
Promueven la cohesión y comunicación entre diversas culturas.
Políticos Representan estrategias integrales y ambiciosas para planificar la conservación y el
uso sostenible de los recursos naturales.
Son instrumentos de ordenamiento sostenible del territorio.
Promueven la cooperación interinstitucional, gubernamental y no gubernamental,
nacional e internacional.
Crean un gradiente entre las unidades de máxima protección –áreas protegidas– y
las zonas de uso, aprovechamiento y asentamientos humanos.
Constituyen modelos para la generación de políticas de Estado en la medida que se
enfocan a la conservación de la biodiversidad y al uso sustentable de los recursos
naturales.

2.8 Limitaciones y retos del enfoque con corredores

A pesar de que los corredores son planteados como una estrate-


gia adecuada dentro de las actividades de conservación (Noss 1991,
1992), en los últimos años se han hecho una serie de cuestionamien-
tos a la efectividad del funcionamiento de los corredores. Existen di-
versos autores (Simberloff et al. 1992; Hobbs 1993) que cuestionan y
plantean si realmente cumplirían con las funciones para las que fueron
diseñados, o si se debería evaluar la efectividad de los corredores
frente a otras alternativas, tomando en consideración la limitante que
existe en cuanto a la disponibilidad y asignación de recursos para la
conservación. Otras críticas a los corredores van en relación a que la
conservación dentro de ellos puede competir con las bajas fuentes
de financiamiento asignadas a las áreas protegidas. Diversos autores
han presentado los efectos potenciales, tanto positivos como negati-
vos de los corredores, así como las implicaciones que puede tener la
falta de precaución en el diseño y la propuesta de estas herramientas
(Dendy 1987; Beier y Noss 1998; Bennett 1998).

En una revisión sobre corredores que tuvo gran influencia, Simberloff


y sus colegas (1992) catalogaron los posibles efectos negativos de
los corredores, los cuales pueden promover la dispersión de especies
exóticas o de enfermedades (Hess 1994) y facilitar la dispersión de

Capítulo II 108
catástrofes como el fuego. Los corredores pueden reducir la disper-
sión si mantienen mayor población de depredadores. Además, los
corredores requieren un área específica de conservación cuyo costo
de mantenimiento puede ser muy alto, comparado con otras áreas
del mismo o mayor tamaño que son conservadas en otros sitios. A
pesar de estas posibles consecuencias, los efectos negativos de los
corredores casi nunca han sido demostrados empíricamente (Bennett
2003).

Adicionalmente, incomoda a muchos el hecho de que existe una ten-


dencia a pensar que los corredores deben imponerse a la fuerza, in-
clusive donde no hay conexiones en el paisaje. Para responder a este
interrogante se plantea que los corredores son fundamentalmente un
intento por mantener o restaurar la conectividad que existía natural-
mente en el paisaje y no una propuesta para establecer conexiones
entre hábitats naturalmente aislados (Noss 1991; Crooks y Sanjayan
2006). Se sostiene que la estrategia de los corredores es útil si se la
considera como una fuerza de equilibrio y complemento a las activi-
dades mayoritariamente modificadoras del paisaje natural (por ejem-
plo, la construcción de infraestructura como carreteras o hidroeléctri-
cas), para que, junto con estas, se haga un manejo combinado entre
los elementos de la biodiversidad y los usos y efectos antrópicos al
paisaje.

Por lo tanto, las actividades de diseño de corredores deberían orien-


tarse en función del nivel del problema y las escalas a las que se
quieren dar las soluciones, desde las consideraciones más sencillas
(por ejemplo cercas vivas), hacia las más complejas (mosaicos de
paisaje, escala regional, etc.), tomando en cuenta no solo el aspecto
espacial, sino también las implicaciones que tendría funcionalmente
un corredor dentro del contexto (a diversos niveles como local, regio-
nal o multinacional), donde se están tomando decisiones sobre el uso
y conservación del suelo (Beier y Noss 1998; Bennett 1998; Forman
1983).

Cracco y Guerrero (2004) identifican limitaciones en cuanto a la crea-


ción y gestión de corredores en América del Sur, las cuales se resu-
men en los siguientes aspectos:

109 Marco teórico conceptual


• El concepto de corredor no ha sido debidamente socializado entre
el público en general.
• La validación práctica en el campo del concepto de corredores
funcionales todavía es incipiente.
• Los sistemas de seguimiento y evaluación para entender la efecti-
vidad de los proyectos de corredores son aún débiles.
• No se cuenta aún con suficiente respaldo en círculos políticos y de
gobierno que consideren los corredores especialmente como un
mecanismo efectivo de ordenamiento territorial.
• La sostenibilidad y continuidad en el largo plazo de los corredores
es muy sensible a los cambios coyunturales en la economía y la
política.
• No existe una base legal específica que promueva la creación de
corredores, ni de zonas de amortiguamiento de áreas protegidas
que apoyen la gestión de los corredores.

Adicionalmente, es necesario tomar medidas que contrarresten las


siguientes posibilidades:

• Transmisión de enfermedades y pestes, especies exóticas y male-


zas (Shafer 1990; Noss 1987; Dendy 1987).
• Dispersión de fuegos y disturbios abióticos (Noss 1987; Bowne et
al. 1999; Simberloff y Cox 1987).
• Exposición de vida silvestre a cazadores y depredadores (Noss
1987).
• Posibilidad de requerimiento de altos recursos económicos (Sim-
berloff y Cox 1987).

2.9 Elementos claves que se deben considerar en el


diseño y gestión de corredores

Bennet (2003, 2004) sugiere consideraciones especiales en el diseño


y manejo de enlaces para la conservación, considerando dos aspec-
tos fundamentales, el biológico y el sociopolítico. Estas consideracio-
nes se resumen en la siguiente tabla:

Capítulo II 110
Consideraciones en el diseño y manejo de enlaces para la conservación

Aspectos biológicos Propósito biológico del enlace


Ecología y comportamiento de la especie
Conectividad estructural
Calidad del hábitat
Efectos de los linderos
Anchura
Monitoreo del uso de enlaces
Aspectos sociopolíticos Situación y tenencia de la tierra
Responsabilidad de manejo y suficiencia de recursos
Participación y cogestión de comunidades locales
Integración con otros programas de manejo
sostenible de la tierra
Educación y toma de conciencia comunitarias
Orientación estratégica a la planificación
Fuente: Adaptado de Bennett (2003, 2004) y Borrini-Feyerabend (1996).

El mismo autor (Bennett 2003, 2004) propone una serie de medidas


que se pueden tomar para mejorar el valor de los enlaces o conexio-
nes, especialmente para la conservación de la vida silvestre. Con-
sidera 14 aspectos, que van desde aspectos ambientales, como la
ecología y comportamiento de especies o los efectos de borde, hasta
aspectos sociales, que incluyen tenencia de la tierra o apoyo de parte
de comunidades locales. Estas medidas se resumen en la siguiente
tabla:

Resumen de medidas que se pueden tomar para mejorar el valor de los enlaces
para la conservación de la vida silvestre
Aspecto Medidas para mejorar el valor de conservación de los enlaces
1. Propósito del - Definir con claridad el propósito del eslabón como base para acciones y
enlace metas de manejo.
2. Ecología y - Hacer corresponder la clase y dimensiones del enlace con la ecología y pa-
comporta- trones de desplazamiento de la especie blanco.
miento de - Planificar eslabones de paisaje para proporcionar hábitat y recursos a agru-
especies paciones enteras de animales, con especial atención a especies que tienen
necesidades especializadas.
- Manejar hábitats para minimizar brechas en los enlaces.
3. Conectividad - Monitorear perturbaciones externas que podrían dañar secciones de eslabo-
estructural nes.
- Desarrollar redes de eslabones para proporcionar alternativas en caso de
algún desastre imprevisto.
- Incorporar nodos a lo largo de enlaces para proporcionar hábitat adicional.

111 Marco teórico conceptual


4. Calidad del - Manejar hábitats para asegurar que existan recursos adecuados (comida,
hábitat protección, refugio, sitios de cría) para todas las especies que utilizan el
eslabón.
- Establecer nuevos enlaces basados en áreas existentes de vegetación natu-
ral o seminatural más que en tierras perturbadas.
- Reconocer la necesidad de manejar los enlaces y sus recursos de hábitat a
lo largo del tiempo.
5. Efectos de - Evaluar efectos probables de borde y sus impactos potenciales en la vida
borde silvestre.
- Maximizar la anchura de los enlaces para minimizar los efectos de borde.
- Buscar formas de disminuir la perturbación cerca de o dentro de enlaces, o
trasladar las fuentes de perturbación.
- Incorporar zonas de amortiguamiento a lo largo de bordes para limitar los
impactos de fuentes externas de perturbación.
6. Anchura - Hacer corresponder la anchura del enlace con su propósito biológico. Medir
la anchura de los enlaces de paisaje en kilómetros.
- Ponderar las necesidades de área de especies clave que utilizan el eslabón.
- Maximizar la anchura de los enlaces si fuera posible para incrementar el
tamaño total y diversidad de hábitats para fauna.
- Asegurar que la anchura sea suficiente para contrarrestar perturbaciones de
borde graves.
7. Ubicación - Utilizar el conocimiento de sendas de animales para ubicar los enlaces.
- Evitar establecer enlaces a través de barreras ecológicas naturales.
- Ubicar enlaces a lo largo de contornos ambientales para maximizar la conti-
nuidad de hábitat homogéneo (a no ser que la meta sea enlazar a propósito
a través de contornos).
- Ubicar enlaces para complementar otras estrategias de conservación de
recursos.
8. Monitoreo - Incluir el monitoreo como parte integral del manejo de enlaces.
- Diseñar procedimientos de monitoreo para valorar la eficacia de los enlaces
para la fauna.
- Utilizar los resultados del monitoreo para mejorar el manejo permanente.
9. Tenencia de la - Garantizar la seguridad de la situación y tenencia de la tierra para enlaces a
tierra fin de evitar cambios futuros negativos en el uso de la tierra.
- Asegurar que la ubicación y extensión del enlace estén claramente indica-
dos en mapas, documentos de planificación y estrategias de uso de la tierra.
10. Responsabili- - Especificar la responsabilidad por el manejo.
dad de manejo - Asegurar acuerdos sobre metas de manejo entre todos los gestores respon-
sables de tierras.
- Asegurar recursos humanos y financieros adecuados y que se disponga de
destrezas en manejo de la tierra.
- Prever cambios probables en el uso de la tierra que pudieran afectar el esla-
bón.

Capítulo II 112
11. Apoyo de par- - Involucrar a comunidades locales en decisiones, manejo y monitoreo.
te de comuni- - Estimular un manejo favorable de tierras contiguas.
dades locales - Estar conscientes de las preocupaciones más generales de las personas
locales.
12. Integración - Investigar formas de integrar enlaces ecológicos con otros programas en de
con otros pro- manejo de recursos naturales.
gramas de ma- - Identificar y comunicar los beneficios ecológicos y sociales más amplios de
nejo sostenible los enlaces.
de la tierra
13. Educación y - Asegurar que la comunicación y compartir información formen parte integral
concienciación del manejo.
comunitarias - Determinar los medios más eficaces para proveer información a todos los
grupos involucrados.
- Estimular el involucramiento de personas locales y de grupos comunitarios.
14. Orientación - Planificar la conectividad a escalas espaciales amplias (paisaje, región) y con
estratégica en perspectiva a largo plazo.
planificación - Identificar necesidades futuras de conectividad antes de que se pierdan las
oportunidades por cambios en el uso de la tierra.
Fuente: Bennett (2003).

Inchausty (2004, en Cracco y Guerrero, 2004) hace recomendaciones


específicas para el diseño, manejo, concertación e implementación
de corredores, las cuales se resumen en la siguiente tabla:

Aspectos Sugerencias / Recomendaciones


Requerimientos − La apropiación y participación (no solo consulta) de los actores involucra-
para la genera- dos y la conciliación de sus diferentes necesidades (biológicas, políticas,
ción de corre- sociales y económicas) que se podrán conocer a través de diagnósticos y
dores estudios de impacto sociocultural, etc.
− El fomento de una conciencia ambiental por parte de los actores; cada uno
debe reconocer sus propios beneficios y responsabilidades. Para que exista
una conciencia ambiental se requiere generar información y transmitirla de
manera transparente.
− El gobierno y la importancia de la voluntad política hacia las iniciativas de
conservación. La voluntad política se reflejará en la continuidad y consis-
tencia de las leyes y políticas gubernamentales en los diferentes sectores
y escalas, incluyendo el fortalecimiento y promoción de políticas públicas
apropiadas.
− La existencia de criterios teóricos y mapas como sustento inicial del corre-
dor, para entender su ubicación no solo en el contexto biogeográfico, pero
también en el social, político y económico.
− Los corredores deben estar bien articulados en términos de manejo ecosis-
témico y términos de mecanismos de manejo administrativo y económico.
− La necesidad de asegurar los recursos económicos en la planificación bio-
rregional a corto, mediano y largo plazo. Para unos es un elemento clave,
para otros es un elemento instrumental.

113 Marco teórico conceptual


− La investigación científica es básica para el entendimiento del funcionamien-
to y características de todo corredor, su análisis servirá para la gestión inte-
grada del mismo
− La sistematización de las lecciones aprendidas, de los éxitos y fracasos en
la gestión de corredores permite evaluar si los planteamientos teóricos se
revierten en efectos prácticos. La generación de indicadores u otras herra-
mientas de evaluación permite realizar un seguimiento real de los efectos
de los corredores. Estos resultados deben ser socializados al interior de los
corredores y fuera de ellos (hacia la sociedad nacional)
− No existe un modelo de gestión (con elementos específicos) aplicable a to-
dos los corredores, porque el desarrollo depende de la gente, del contexto
local y nacional de los países.
Para la gestión − El corredor no es una figura legal que imponga restricciones de uso a nivel
de corredores del corredor (fuera de áreas protegidas).
− El corredor no es un área protegida más grande.
− Su gestión se basa en alianzas estratégicas entre y con los diferentes acto-
res sociales e institucionales (gobiernos, organizaciones de base, ONG, etc.)
dentro del concepto de corredor.
− No requiere de un ámbito oficial de planificación; se basa en complemen-
tariedad, sinergismos y acciones catalíticas para optimizar las actividades
enmarcadas en el desarrollo sostenible.
Después del − Participación de autoridades de otros sectores relacionados. No es un pro-
diseño ceso lineal, puede ser paralelo, y va a depender de las oportunidades, del
corredor y del contexto. Las autoridades, donantes, tienen que entender y
apoyar la lógica del corredor.
− Inicio de la elaboración de la estrategia del corredor.
− Creación de grupos nacionales de corredores. Los grupos nacionales de
corredores ayudaron mucho a impulsar el proceso.
− Fortalecimiento de las áreas protegidas, ya que son los núcleos del corredor.
Durante la imple- − Inicio de un proceso de comunicación y elaboración de la estrategia. Es
mentación del importante como nos ven y cómo nos vemos.
corredor − Producción de información accesible en varios formatos y lenguaje sencillo.
− Establecimiento de alianzas estratégicas. Una alianza es mucho más que
trabajar juntos, es tener una agenda y objetivos compartidos.
− Desarrollo de convenio de cooperación e intercambio.
− Participación de cancillerías (comités de fronteras y agendas binacionales)
− Apoyo de coordinación entre áreas protegidas.
− Establecimiento de sistemas de monitoreo y evaluación.
− Coordinación de los proyectos. Generalmente se espera obtener resultados
de manera rápida; sin embargo, hay que tomar en cuenta que coordinar
proyectos y un corredor es un proceso largo.
− Desarrollo de una matriz de planes operativos de áreas protegidas incluyen-
do actividades de las ONG y los municipios integrando la misma a los planes
de manejo de las áreas protegidas.
− Participación en procesos de planificación gubernamental.
− Fortalecimiento de la coordinación transfronteriza.
− Trabajo con decisores, mantenimiento de la comunicación e intentos conti-
nuos de coordinación con todos los implicados e interesados.

Fuente: Inchausty (2004, en Cracco y Guerrero 2004).

Capítulo II 114
2.10 Corredores y planificación territorial

Al ser el territorio la base de toda intervención humana, es funda-


mental considerar en los proceso de planificación los intereses de
ocupación de los actores locales. En este sentido, el Ordenamiento
Territorial (OT) ayuda a la organización óptima de los elementos que
interactúan en un determinado espacio o jurisdicción territorial, con el
objeto de lograr los objetivos de desarrollo sustentable.

Al ser los corredores propuestas de conservación y uso sustentable


de recursos, su establecimiento debe estar incluido en los procesos e
instrumentos del OT. De otra forma, sería imposible articular e integrar
los diversos usos e intereses hacia el territorio, con las demandas
ecológicas o de conservación (Martínez 2013).

Las distintas zonas que componen los corredores, como por ejem-
plo, la zona núcleo (especialmente las áreas protegidas), las zonas de
amortiguamiento (que rodean áreas protegidas y actúan como filtro
para reducir presiones, las zonas de corredor (conectan las zonas

Fuente: Modificado de Bennett y Mulongoy (2006, citado por SINAC 2008).

115 Marco teórico conceptual


núcleo unas con otras) y las zonas de uso múltiple (áreas de interven-
ción humana que son manejadas para facilitar la creación de paisajes
más amplios), deben integrarse como componentes significativos de
la planificación territorial.

Como parte de un sistema integrado de ordenación territorial, cada


una de las zonas citadas proporciona beneficios tanto ecológicos
como socioeconómicos (Miller et al. 2001).

Componentes estructurales de un corredor

Áreas núcleo: son áreas naturales protegidas cuyo propósito es


que los ecosistemas continúen manteniendo la biodiversidad y la
provisión de bienes y servicios ecosistémicos para la sociedad.
Las condiciones favorables de hábitat que esperaríamos encon-
trar dentro de estas zonas determinan su funcionalidad dentro de
la dinámica del corredor biológico, como zonas de poblaciones
fuente (Bennett 1998; Poiani et al. 2000; Miller et al. 2001; Bennett
y Mulongoy 2006).
Rutas de conectividad: son propuestas de enlace entre dos o
más zonas núcleo; surgen del paso entre los diferentes usos del
suelo y proveen una menor resistencia al movimiento de especies,
así como la adaptación a los cambios y presiones del ambiente
y del clima (SINAC 2007; Miller et al. 2001; Bennett y Mulongoy
2006).
Zonas de amortiguamiento: son zonas de transición entre las
áreas núcleo y la matriz del corredor biológico. Su función es que,
a través del manejo sostenible de los recursos naturales, se reduz-
can y controlen los impactos a las áreas núcleo provenientes de la
matriz (Miller et al. 2001; Bennett y Mulongoy 2006).
Hábitats sumideros: son fragmentos del ecosistema original. Por
sus características en cuanto a tamaño y salud del ecosistema en
sí, no son capaces de mantener poblaciones viables de especies;
por ello necesitan de la inmigración de individuos provenientes de
las zonas núcleo. Sin embargo, estas son áreas fundamentales
para restablecer la conectividad en el paisaje (Bennett 1998; Poiani
et al. 2000; Bennett y Mulongoy 2006).
Matriz del corredor biológico: área dedicada a usos múltiples
(actividades agropecuarias, asentamientos humanos, aprovecha-
miento forestal, ecoturismo y otros). A pesar de que generalmente
la matriz está dominada por hábitats abiertos, la presencia de pe-
queños parches de bosque que sirven como refugios temporales
facilita el movimiento de las especies a través del corredor bioló-
gico (Miller et al. 2001; Kattan 2002; Bennett y Mulongoy 2006).

Capítulo II 116
En función a las múltiples demandas de una sociedad organizada, el
OT propone instrumentos técnicos y políticos, denominados planes
de desarrollo y ordenamiento territorial (PDOT), que, a través de sus
restricciones e incentivos, orientan el óptimo uso del territorio, priori-
zando el beneficio público sobre los intereses particulares.

Si se espera un cambio significativo que favorezca a la conservación,


es necesario incluir los corredores dentro de los planes de desarrollo
y ordenamiento territorial. Esto implica un proceso consistente y me-
tódico de priorización. La priorización demanda también una negocia-
ción de intereses, tanto de los actores públicos como de los privados
(Malo 2012). No obstante, la priorización no siempre es fácil; para que
sus recomendaciones no sean cuestionadas, el OT debe considerar
las políticas y los intereses sociales, ambientales y económicos de la
sociedad.

La Constitución ecuatoriana, en su artículo 241, obliga a todos los go-


biernos autónomos descentralizados (GAD) a realizar la planificación
con base en el ordenamiento territorial, con el fin de contribuir a las
políticas de desarrollo sostenible y Buen Vivir. A través de los PDOT,
los GAD están también obligados a articular toda la planificación na-
cional, regional, cantonal y parroquial. Todas estas atribuciones son
detalladas en el Código de Ordenamiento Territorial y Administración
Descentralizada (COOTAD 2010), que al ser un código específico de
OT, no solo regula la planificación territorial, sino que también, en el
caso ecuatoriano, norma la división político-administrativa del país,
sentando las bases para los procesos de descentralización. De esta
forma, el OT cuenta al menos con cuatro dimensiones: administrativa,
de planificación, jurídica y de gestión del desarrollo sostenible. A con-
tinuación se detalla cada una de las cuatro dimensiones.

Dimensión administrativa

Una gestión ordenada del territorio demanda la existencia de un sis-


tema administrativo institucionalizado, con capacidad de articular el
conjunto de todas las instancias y grupos de interés que participan en
el proceso. El orden en la administración garantizará también la armo-
nía y coordinación vertical de los planes, así como su complementa-

117 Marco teórico conceptual


riedad y concurrencia (Gómez y Gómez 2012). Como se mencionó,
en el Ecuador el OT ha servido también para ordenar la gestión de
administración pública, organizado el territorio en regiones, provin-
cias, cantones y parroquias.

Dimensión de planificación

La experiencia demuestra que la ocupación espontánea del territorio


conduce a sistemas territoriales insatisfactorios, donde predomina la
perspectiva de corto plazo sobre la visión de largo plazo. En territorios
desordenados es el interés privado el más fuerte y el que se sobrepo-
ne al interés público (Gómez y Gómez 2012). De allí que un Plan de
Ordenamiento Territorial deba ser el producto de un proceso político
participativo, en la medida en que involucra la toma de decisiones
concertadas de todos grupos de interés (Ruiz 1996). Esta concerta-
ción incluye también el diseño, limites, restricciones y opciones de los
corredores en un territorio determinado.

Dimensión jurídica

La planificación territorial no es de ninguna manera una imposición,


sino que más bien propone la regulación del uso a partir de normas
jurídicas que establecen procedimientos, incentivos, sanciones y
fuentes de ejecución (Gómez y Gómez 2012). De esta forma, además
de un alto contenido técnico, el OT demanda la formulación clara
de reglas de juego. Las normas están dirigidas tanto a los diversos
grupos de interés privados como los encargados de la administración
pública. Es así que para permitir cualquier intervención en el territorio,
el OT cuenta con una gama de regulaciones, elaboradas según las
condiciones del entorno biofísico y las características sociales identi-
ficadas. Además de las restricciones, el OT debe considerar las me-
didas posteriores al uso del territorio, a fin de reponer, o en lo posible
evitar, el deterioro definitivo de los recursos.

Gestión del territorio y manejo de conflictos

El cumplimiento de las normas jurídicas, de los alcances técnicos in-


cluidos en los planes y del establecimiento de las políticas públicas,

Capítulo II 118
conllevan la gestión ordenada del territorio. No obstante, uno de los
retos que debe enfrentar permanentemente el OT es el manejo de
conflictos. Al ser la ocupación del territorio el resultado de la pugna de
intereses de los grupos locales, se espera la emergencia de conflictos
durante todos los pasos y procedimientos técnicos y admirativos del
OT (Ruiz 1996). La conservación de los recursos ha sido vista siempre
como antagónica a los intereses económicos e incluso tradicionales
de muchos grupos de interés. No obstante, la conservación puede
ser un elemento compatible con otros intereses locales, como por
ejemplo con aquellos que defienden los derechos y costumbres de
los pueblos indígenas.

119 Marco teórico conceptual


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131 Marco teórico conceptual


Capítulo III
Biocorredores: de la teoría a la
práctica

Este capítulo analiza el caso de Costa Rica en el diseño y gestión de


corredores y las experiencias más significativas de conectividad desa-
rrolladas en la Zona 1 (Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Sucumbíos),
incluyendo:

• El Corredor de Vida Chiles Mataje;


• El Corredor Choco Manabí;
• El Corredor Biológico de la Cordillera Oriental - Provincia del Car-
chi;
• El Corredor Trinacional La Paya - Cuyabeno – Güeppí, y
• La experiencia de la Nacionalidad Cofán en la creación de Corre-
dores en las Áreas de Conservación existentes en la Amazonia del
Ecuador y Colombia: Reserva Ecológica Cofán Bermejo y Santua-
rio de Plantas Medicinales Orito Inge Ande.

Se escogió el caso de Costa Rica debido a que éste es uno de los


pocos países en Latinoamérica que cuenta con un marco legal espe-
cífico para corredores, mecanismos adecuados para la participación
social, e instrumentos para la evaluación y monitoreo de los diversos
corredores existentes en este país.

La Zona 1 es la región que cuenta con el mayor número de expe-


riencias en diseño y gestión de corredores en el Ecuador. Los casos

133 Biocorredores: de la teoría a la práctica


seleccionados brindan lecciones aprendidas que permitirán fortalecer
y replicar iniciativas de este tipo, tanto en la Z1 como en el resto del
país.

3.1. Experiencias internacionales significativas

3.1.1. Los corredores biológicos y su proceso de desarrollo y


consolidación en Costa Rica

Cristhian Byron Rodas Guerrero1

Antecedentes

La República de Costa Rica ha tenido similares procesos de desarro-


llo a los de otros países de América Latina; el deterioro de los recursos
naturales se inició a finales del siglo XIX, un periodo destacado por
la expansión de la frontera agrícola, principalmente del café (Chacón
2003), continuando su proceso de pérdida de cobertura de vegeta-
ción natural hasta finales de la primera mitad del siglo XX, patrocina-
da por una normativa referente a la reforestación y terrenos baldíos,
que solamente fue un sustento legal para poder seguir expandiendo
la frontera agrícola (Vargas 1994). En la segunda mitad del siglo XX
continúan generándose normas ambientales todavía carentes de un
enfoque integral, que no reconoce que el desarrollo socioeconómico
y el ambiente se condicionan mutuamente. Entre 1950 y 1980, por
ejemplo, la tasa de deforestación de los bosques fue muy elevada, lo
que propició un proceso de destrucción, reducción y fragmentación
de los hábitats naturales (Chacón 2003).

A partir de 1994 se regula en Costa Rica el marco jurídico a favor de


la biodiversidad con la expedición de la Ley Orgánica del Ambiente
(1995), cuyo objetivo es dotar de los instrumentos necesarios para
obtener un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, además
de definir las categorías de manejo de las áreas silvestres protegidas
(Madrigal y Sandoval 1996). En 1998 se define la Ley de Biodiversi-

1 Coordinador de Programa de Conservación. Fundación ALTRÓPICO.

Capítulo III 134


dad, enfocada a conservar la biodiversidad y propiciar el uso soste-
nible de los recursos; también se crea el Sistema Nacional de Áreas
de Conservación de Costa Rica (SINAC), con el fin de dictar políticas,
planificar y ejecutar procesos dirigidos a lograr la sostenibilidad en
el manejo de los recursos naturales de este país (Artículo 1, Ley de
Biodiversidad).

En cuanto a la conformación de Corredores, el inicio del proceso


constituye la firma del Convenio para la Conservación de la Biodi-
versidad y Protección de las Áreas Silvestres Prioritarias de América
Central (1992), que evolucionó favorablemente a lo largo de los años
hasta convertirse en 1997 en el Programa Regional para la Consolida-
ción del Corredor Biológico Mesoamericano, una estrategia a nivel de
Mesoamérica para crear rutas de conectividad (corredores biológicos)
entre los espacios naturales no modificados aún existentes desde Mé-
xico hasta Panamá. El pilar básico de este nuevo modelo de conser-
vación a nivel de paisaje regional es el de armonizar la conservación
de los recursos naturales, el desarrollo socioeconómico sostenible y
el disfrute de la naturaleza por parte del ser humano (Barrera y Galia-
na 2011). Además, como parte de los compromisos adquiridos en el
Programa, se establece mediante Decreto Ejecutivo 33106 – MINAE
en mayo del 2006, el Programa Nacional de Corredores Biológicos
(PNCB) como una estrategia para la conservación de la biodiversidad
(Costa Rica 2006). EL PNCB tiene como objetivo promover la conser-
vación y el uso sostenible de la biodiversidad desde una perspectiva
de enfoque ecosistémico, para el beneficio de la sociedad.

Corredores biológicos en Costa Rica

Un corredor biológico es una región geográfica compuesta por áreas


núcleo y zonas de interconexión que, bajo diferentes configuraciones
espaciales, maximizan y aseguran la conectividad. Constituye una
plataforma de concertación y planificación social para la definición
de objetivos de uso racional de la biodiversidad, de tal forma que se
asegure el mantenimiento de los procesos ecológicos que sustentan
la biodiversidad, los servicios ecosistémicos asociados y los benefi-
cios que estos generan a las comunidades locales y a la sociedad
en general (Herrera y Finegan 2008). Además, los corredores se de-

135 Biocorredores: de la teoría a la práctica


finen como una propuesta novedosa que busca integrar, de forma
participativa, a diferentes actores sociales (instituciones, comunida-
des, ONG) para desarrollar en alianza actividades que mejoren las
condiciones socioambientales, promoviendo así la coexistencia entre
las actividades humanas y la conservación de la naturaleza. Los co-
rredores constituyen una estrategia de conservación que involucra a
los actores locales para resolver problemas ambientales relacionados
con cobertura vegetal, biodiversidad, recursos hídricos, contamina-
ción ambiental, prácticas agrícolas inadecuadas, presión de los recur-
sos naturales, etc. (Canet-Desanti 2007).

Elementos de un corredor biológico

El diseño de un corredor debe considerar varios criterios fundamen-


tales: el sistema biofísico (presencia de áreas protegidas, amplio gra-
diente altitudinal, utilización de límites naturales), el sistema político
(utilización de límites cantonales, subregionales), el sistema social y
cultural (inclusión del rango de acción de las organizaciones involu-
cradas, presencia de sitios de importancia para la conservación y cul-
turales) y el sistema económico (actividades económicas, presencia
de una matriz con un porcentaje favorable de cobertura natural apta
para restablecer la conectividad). En el diseño de un corredor bioló-
gico es importante la participación de la mayor cantidad de actores
posible. Así mismo, es trascendental contar con objetivos claros y
consensuados sobre la meta de establecer un corredor (Canet-De-
santi 2007).

El siguiente elemento es el modelo de gobernanza del corredor, que


generalmente es un grupo encargado de su gestión, conocido como
comisiones locales, que puede tener otras denominaciones tales
como: alianza, comité local, comité ejecutivo, grupo gestor, coali-
ción técnica, comité de apoyo o el nombre de alguna asociación en
particular. La publicación del Reglamento a la Ley de Biodiversidad
oficializa y aclara la manera en que los Concejos Locales deben con-
formarse, así como sus funciones y competencias territoriales (Costa
Rica 2008). Estos concejos locales deben procurar tener una institu-
cionalidad que les permita funcionar con autonomía e independencia.
La amplia participación de actores dentro del concejo local contribuye

Capítulo III 136


con el equilibrio de los diversos intereses en cuanto al uso y conser-
vación de los recursos naturales que existen en el corredor. Entre las
principales funciones de un concejo local se encuentran la administra-
ción del corredor, la gestión de fondos o recursos de diversa índole, la
planificación estratégica, la promoción y divulgación y, sobretodo, el
monitoreo y sistematización de la información (Canet-Desanti 2007).

El tercer elemento es el perfil técnico, que consiste en brindar infor-


mación básica sobre un corredor biológico en particular. Es una he-
rramienta de carácter descriptivo que orienta y facilita la toma de de-
cisiones y es parte de los requisitos necesarios para la oficialización
de un corredor biológico a nivel nacional. Este perfil gira alrededor de
cuatro preguntas básicas:

• ¿Por qué es importante establecer el corredor biológico?


• ¿Qué recursos hay en el corredor biológico?
• ¿Cuáles son las tendencias del entorno y el territorio del corredor
biológico?
• ¿Qué se puede hacer en los próximos años?

Con las respuestas a estas preguntas, el perfil técnico busca ser no


solamente un documento descriptivo que suministra información,
sino un planteamiento lógico que parte desde una necesidad que
responde al porqué e identifica las amenazas y oportunidades que
contribuyan a orientar el proceso del establecimiento del corredor bio-
lógico (Canet-Desanti 2007).

Cada corredor biológico es un caso particular, pero la mayoría sigue


ciertos patrones, generalmente en los primeros años de gestión en los
cuales el concejo local trabaja en su consolidación y son frecuentes
las actividades dirigidas a crear alianzas estratégicas y la elaboración
de documentos técnicos (planes de trabajo y planes estratégicos, en-
tre otros). Es importante tener una continuidad en el proceso, toman-
do en cuenta que construir la base organizacional del corredor repre-
senta una de las etapas más críticas del proceso. Es en este punto
es donde muchas estrategias de corredores biológicos no logran salir
adelante. Cuando se ha logrado fortalecer esta base organizacional,
las actividades suelen redirigirse a otros aspectos relacionados con

137 Biocorredores: de la teoría a la práctica


otros usuarios del corredor biológico. Las actividades que se realizan
se suelen orientar a educación ambiental, capacitación en prácticas
amigables con el ambiente y campañas de divulgación (estableci-
miento de rótulos, panfletos, afiches). Finalmente, estas actividades
suelen generar un cambio en la percepción y la forma de manejar los
recursos naturales del corredor biológico, lo que posibilita la inver-
sión de esfuerzos dirigidos hacia el fortalecimiento del capital natural.
Es aquí, dónde se desarrollan actividades referentes a reforestación,
restauración de hábitats degradados, implementación de estrategias
para el manejo de vida silvestre y monitoreo ecológico, entre otros
(Canet-Desanti 2007).

Oportunidades de los corredores biológicos

La experiencia de los corredores biológicos en Costa Rica ha genera-


dos beneficios para su desarrollo y consolidación como:

• Mayor interés de parte de los cooperantes internacionales en este


enfoque de paisaje por considerarlo prioritario.
• Preferencia en la asignación para el pago de servicios ambientales
sobre otras zonas que no son corredores biológicos.
• Han generado oportunidades para el desarrollo local, puesto que
existe mayor interés y motivación de organizaciones no guberna-
mentales para invertir en el área.
• Ventajas para el establecimiento de actividades ecoturísticas, de
investigación y científicas.
• Constituyen una estrategia para el ordenamiento territorial.
• Ofrecen una oportunidad para la articulación comunitaria con el
sector institucional gubernamental y no gubernamental.
• Ofrecen oportunidades para generar conocimiento (universidades,
centros de investigación) y a través del acceso al conocimiento y
la generación de capacidades brindan mayores posibilidades de
incidir en las políticas nacionales y participar en la toma de deci-
siones para el desarrollo local (Canet-Desanti 2007).

Capítulo III 138


Conclusiones

En Costa Rica, a partir de la promulgación de la Ley Orgánica del


Ambiente (1998) se han establecido políticas, normas y una adecua-
da administración de los recursos naturales, así como se ha garanti-
zado su protección, conservación y uso sostenible, con una efectiva
participación de la sociedad civil en la toma de decisiones. Esto ha
generado un cambio en el modelo de desarrollo del país, cambiando
de un modelo extractivista con una acelerada expansión de la fron-
tera agrícola, a un modelo sostenible donde se han recuperado las
áreas degradadas y convive el desarrollo agroindustrial con el manejo
adecuado de los recursos naturales y su biodiversidad a través de la
creación de corredores biológicos.

3.2. Iniciativas significativas de biocorredores en la


Z1 (Carchi, Imbabaura, Esmeraldas y Sucum-
bios) en el Ecuador

3.2.1. Una propuesta regional para el Buen Vivir: el Corredor


de Vida Chiles Mataje

Gustavo Huera2, Herman Snel3

Antecedentes

La construcción de la iniciativa colectiva del Corredor de Vida Chiles


- Mataje (CVCh-M) empieza formalmente a partir del año 2008. Este
corredor es concebido como una red regional de concertación social,
ambiental y económica constituida por una confluencia de organiza-
ciones sociales multiculturales que interactúa en un territorio común,
con necesidades y objetivos comunes.

2 Coordinador Organizativo, Comité Promotor, Corredor de Vida Chiles Mataje.


3 Asesor Interno del Corredor de Vida por parte del Programa GESOREN – GIZ.

139 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Entre los principios fundamentales del Corredor de Vida se encuentra
el profundo interés de fomentar una cultura de paz en esta región
fronteriza, generando relaciones que promuevan la concertación, el
diálogo y la articulación entre actores de la sociedad civil (organiza-
ciones de base, comunidades, comunas, pueblos y nacionalidades
indígenas) y entidades estales. Por medio de su accionar, el Corredor
de Vida esperaría vigorizar el papel conjunto de la ciudadanía en la
construcción de una democracia participativa.

Por medio de la consolidación del CVCh-M se pretende promover la


construcción colectiva de un nuevo modelo de desarrollo sostenible,
poniendo en práctica el concepto del “Buen Vivir” plasmado en la
Constitución de la República. Una de las principales aspiraciones del
Corredor de Vida es mejorar el bienestar de la población y, a la vez,
hacer respetar los ciclos vitales de la naturaleza y los valiosos recur-
sos naturales que todavía existen en esta región.

La palabra Vida dentro del concepto del Corredor de Vida surge de


la convicción de que esta región fronteriza solo puede mantener su
alta biodiversidad si la gente se involucra directamente en acciones
que permitan fortalecer sus identidades culturales y recuperar el buen
vivir. Para esto será fundamental que la gente participe activamente
en el diseño de procesos locales y regionales que permitan integrar
el desarrollo sostenible con la conservación. Este vínculo fundamental
entre el desarrollo y la conservación solo puede ser posible mediante
la generación de soluciones concretas que se enfoquen en los pro-
blemas sociales, económicos, culturales y ambientales que abundan
en la zona.

Contexto geográfico y cultural

Geográficamente, el CVCh-M está ubicado desde el cerro Chiles en la


provincia del Carchi, a una altura de 4.700 msnm, hasta la parte baja
del rio Mataje en la provincia de Esmeraldas, ubicado a 80 msnm,
incluyendo una parte de la provincia de Imbabura. Esta área limita
al norte con Colombia y al sur con la Reserva Ecológica Cotacachi
Cayapas (Figura 21).

Capítulo III 140


Esta zona cubre alrededor de 638.961 ha e incluye una serie de áreas
protegidas estatales, bosques protectores y territorios de posesión
ancestral y/o comunal que en conjunto generan un rico mosaico pai-
sajístico de gran diversidad biológica y cultural. Esta región milena-
riamente ha constituido el hogar y los territorios de una variedad de
pueblos, como son los Pastos, los Awá, los Chachi, los Sia Pidaras
(Épera), las comunidades afrodescendientes y muchas comunidades
campesinos mestizas.

A pesar de la relevancia e importancia biológica y cultural de esta


zona, durante las últimas décadas la región ha sido amenazada por
fuertes presiones antropogénicas debido principalmente al avance de
la frontera agrícola con prácticas no sostenibles, la crianza de gana-
do, la tala forestal y la expansión de otras actividades extractivas.

Figura 22. Mapa del Corredor de Vida Chiles Mataje.


Elaborado por: GIZ.

141 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Ecosistemas/formaciones vegetales a conservar

El espacio geofísico del CVCh-M representa las estribaciones occi-


dentales de los Andes en Ecuador en mejor estado de conservación.
Esta zona es reconocida mundialmente por la importante biodiversi-
dad que alberga y está situada en dos hotspots o puntos calientes, el
Tumbes - Choco - Magdalena y el de los Andes Tropicales. Ambos se
caracterizan por una alta diversidad de especies de flora y fauna y por
ser zonas donde se siguen generando nuevas especies. Asimismo, la
biorregión del Chocó es considerada como una de las nueve áreas de
endemismo de aves en el mundo.

El área que corresponde al CVCh-M alberga una gran variedad de eco-


sistemas debido a la variación en los rangos altitudinales presentes.
Gracias a estas características se encuentran diferentes formaciones
vegetales como: el Páramo de Pajonal, Páramo de Frailejón, Bosque
Siempreverde Montano Alto, Bosque Nublado, Bosque Siempreverde
Montano Bajo, Bosque muy Húmedo Tropical y Bosque Siemprever-
de Pie Montano. Estas formaciones vegetales se encuentran en los
ecosistemas de manglar, páramo, marino-costeros, bosque andino y
bosque tropical, entre otros.

Áreas protegidas y zonas amortiguadoras involucradas en el


corredor

Dentro del área que abarca el Corredor de Vida se encuentra una


serie de áreas protegidas y bosques protectores Estatales y también
áreas de protección a nivel comunitario y privado.

Las áreas protegidas del PANE del SNAP dentro del CVCh-M son las
reservas ecológicas Cotacachi Cayapas, Manglares Cayapas Mataje
y El Ángel. Adicionalmente se encuentra el Bosque Protector Golon-
drinas. Dentro de las principales áreas de conservación comunitaria
(bajo diferentes formas de tenencia y manejo) están el territorio de la
Comuna la Esperanza, el territorio de la Nacionalidad Awá, el Cerro
Colorado y el territorio de la Comuna Playa de Oro.

Capítulo III 142


A nivel de propietarios privados existen algunas iniciativas privadas
de conservación como la asociación Palmeras del Carchi y un buen
número de personas que han ingresado sus terrenos al Programa
Socio Bosque.

Principales presiones socioambientales registradas en el corre-


dor y percepciones generales de la gente en torno a estas pre-
siones

Esta zona, rica en términos de biodiversidad y de diversidad cultural,


sufre de una serie de presiones socioambientales que se enumerarán
a continuación.

- Minería ilegal
- Avance de la frontera agrícola
- Tala indiscriminada
- Uso excesivo de agroquímicos en ciertos productos agrícolas-
Fraccionamiento de áreas naturales por desarrollo de infraestruc-
tura.
- Ganadería extensiva.

Se evidencia que en la región la gente está generando nuevas ac-


titudes entorno a la necesidad de proteger los recursos naturales y
planificar cómo hacer sus actividades sin causar daños irreversibles al
ambiente. Evidentemente, hay muchas organizaciones e instituciones
que han estado trabajando el tema ambiental con las comunidades;
en específico, la Fundación Altrópico ha trabajado muchos años den-
tro de esta área. En este sentido, el Corredor de Vida Chiles Mataje no
se puede atribuir todos los méritos en este aspecto; sin embargo, lo
que sí se evidencia claramente es que el Corredor de Vida ha logrado
generar muchos diálogos e intercambios en torno a esta temática a
nivel de las comunidades y la región.

El espacio del corredor ha permitido que la gente de las comunidades


pueda expresar sus preocupaciones en relación al tema ambiental y
pueda conocer las preocupaciones de otras comunidades vecinas y
aledañas. Asimismo, las comunidades pudieron compartir prácticas,

143 Biocorredores: de la teoría a la práctica


experiencias, ideas y sugerencias sobre los resultados que habían te-
nido en relación a ciertos temas ambientales. Analizando con la gente
cómo vivían antes y cómo es la situación ahora, muchas de ellas
expresan que el nivel de desarrollo actual ha causado un impacto am-
biental fuerte, lo cual indirectamente también ha generado impactos
sociales.

La gente habla de los impactos de la deforestación, del uso excesivo


de agroquímicos para cultivos destinados al mercado, el desarraigo
territorial debido a la expansión de la frontera agrícola y los monocul-
tivos, y la densidad poblacional y su repercusión en las fuentes de
agua potable y en la contaminación irracional de los ríos. La gente
conoce y conversa sobre los impactos que genera la contaminación
en la parte alta de una cuenca hidrográfica a las personas que habitan
en la parte baja.

Otras comunidades comentan sobre los esfuerzos que realizan para


la protección del recurso hídrico que se encuentra dentro de sus terri-
torios y del cual los y las habitantes de una ciudad aledaña se sirven
del líquido a diario, sin reconocer a la población que les brinda ese
servicio, es decir, por sus esfuerzos y trabajos diarios y por su con-
ciencia de ya no cultivar la tierra en ciertas zonas frágiles.

Asimismo, se conocen muchos casos en que comunidades o parro-


quias generan acuerdos de convivencia comunitaria alrededor del re-
curso hídrico de sus localidades. Existen múltiples experiencias para
proteger, reforestar y recuperar fuentes de agua o microcuencas.

Muchas personas adultas mencionan cómo en tiempos pasados en


el área del Corredor de Vida había una exuberancia natural que brin-
daba alimentación para todos. Reconocen que ahora la situación ha
cambiado y que, por ejemplo, en los ríos los peces ya está empezan-
do a escasear.

Un cambio fundamental en la mentalidad de la gente que vive en las


comunidades del CVCh-M es la grado de conciencia que han desa-
rrollado para realizar acciones para proteger y cuidar el ambiente. La
gran mayoría de personas considera que es directa responsabilidad

Capítulo III 144


de la población el actuar ante estos desafíos, evidentemente con el
apoyo de las instituciones, pero bajo su propio liderazgo. La gente de
las comunidades, en coordinación con los GAD, está haciendo varios
esfuerzos dentro del tema ambiental. Entre los ejemplos se pueden
nombrar los siguientes:

• Zonificación y ordenación del territorio en función a la gestión am-


biental.
• Delimitación de reservas individuales, comunitarias o parroquiales
para la protección ambiental y, en algunos casos, para ingresar al
programa Socio Bosque.
• Reforestación de fuentes y tomas de agua.
• Prácticas con rellenos sanitarios y el respectivo ejercicio de reco-
lección de basura.
• Instalación de sistemas de alcantarillado y manejo de aguas servi-
das.
• Microempresas de reciclaje parroquial.
• Promoción de prácticas agrícolas que no contaminen y no generen
mayor impacto al ambiente.

Hasta el momento, las prácticas son muy localizadas. Sería suma-


mente importante que las autoridades regionales y locales reconoz-
can las iniciativas de la gente y las apoyen, articulando estas iniciativas
locales para dinamizar y posibilitar la generación de nuevos modelos
de planificación participativa de desarrollo regional para el Buen Vivir.
Se deberían generar intercambios en los que se puedan compartir las
experiencias comunitarias y la experiencia del Corredor de Vida con
personas que viven en las ciudades y que hacen uso de todos los ser-
vicios que presta el sector rural. Este tipo de intercambios permitiría
que se conozcan las actividades que realiza la gente del campo para
que los pobladores y pobladoras de las ciudades accedan a agua y
alimentos sanos.

145 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Principales características socioeconómicas del Corredor de
Vida Chiles Mataje

Los datos oficiales estatales evidencias altos índices de pobreza por


Necesidades Básicas Insatisfechas en la zona que corresponde al
Corredor de Vida Chiles Mataje, en comparación con el promedio
nacional. Para las poblaciones rurales, las estadísticas reflejan bajos
niveles de escolaridad, altas tasas de analfabetismo, falta de acce-
so a servicios de agua potable y saneamiento ambiental, déficit en
la cobertura de energía eléctrica, deficiencias en la dotación de ser-
vicios de salud y limitantes en términos de infraestructura vial y de
comunicación. Los niveles de pobreza por ingresos son superiores al
promedio a nivel nacional. Los distritos pertenecientes a la zona de
Esmeraldas se encuentran en situaciones críticas.
Distrito % NBI rural % NBI urbano
San Lorenzo 95,5 75,56
Eloy Alfaro 95,27 89,46
Espejo – Mira 82,03 37,80
San Pedro de Huaca – Tulcán 77,59 29,97
Promedio cuatro distritos 87,70 58,20
Promedio nacional 83,39 46,14
Fuente: SENPLADES (2013).

Como se ve en la tabla anterior, los altos niveles de pobreza por Ne-


cesidades Básicas Insatisfechas se concentran en la población rural,
lo que responde a que la mayor parte del presupuesto público en
gobiernos anteriores se invertía en las cabeceras provinciales, can-
tonales y parroquiales. Estas brechas han dejado en un estado de
marginación a la población rural, que es la que justamente habita las
zonas de mayor importancia en términos ambientales y biológicos.

Los más altos índices de necesidades básicas insatisfechas se en-


cuentran dentro de los territorios de los pueblos y nacionalidades in-
dígenas. Para el caso del Corredor de Vida sobresalen los casos de
la población Awá, la población afroecuatoriana, los Chachi y la pobla-
ción Siapidara, también conocidos como Épera.

A continuación se presentan dos mapas elaborados por SENPLADES


en el Atlas de Desigualdades (Figuras 22 y 23). Estos mapas permiten

Capítulo III 146


visualizar la desigualdad en función de los distritos de la Zona 1. Se
observa que existe mayor cantidad de sectores rurales que sectores
urbanos en situaciones de emergencia por NBI. También cabe resal-
tar que la zona de Esmeraldas es la zona más crítica.

Figura 23.Tipología de Necesidades Básicas Insatisfechas (urbano)


Fuente: CNPV (2010). Elaborado por: Dirección de Planificación Zona 1 Norte (2013).

Figura 24.Tipología de Necesidades Básicas Insatisfechas (rural)


Fuente: CNPV (2010). Elaborado por: Dirección de Planificación Zona 1 Norte (2013).

147 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Cabe subrayar esta discrepancia y aparente contradicción: en esta
zona tan rica en biodiversidad y bienes y servicios ambientales habita
una población rural con altos índices de pobreza por Necesidades
Básicas Insatisfechas y que depende de gran medida de los recur-
sos naturales para su sustento familiar. Desde la perspectiva de las
comunidades del Corredor de Vida, la única forma de garantizar la
protección de la biodiversidad es por medio de la implementación
de modelos alternativos de desarrollo sustentable que aborden ele-
mentos humanos, organizativos, sociales, culturales, territoriales, po-
líticos, institucionales, productivos y económicos.

Principales actividades productivas

La gran mayoría de la población rural que tiene acceso a tierras cul-


tivables se dedica a actividades agrícolas primarias con enfoque de
mercado. La región del Corredor de Vida se caracteriza por ser pro-
ductora de bienes primarios; existe muy poca tecnificación en los pro-
cesos productivos a nivel comunitario. Se evidencia poca inversión
del sector privado en la zona y casi no existen industrias procesado-
ras de productos primarios, a excepción de la industria láctea que se
desarrolla en el cantón Tulcán y la industria de palma africana concen-
trada en la provincia de Esmeraldas.

En toda la zona existe una fuerte incidencia por parte de intermedia-


rios quienes al negociar con la población desorganizada, se aprove-
chan para abastecerse de productos primarios a precios extremada-
mente bajos (Snel 2013).

Según la Agenda Zonal de Desarrollo de SENPLADES la región se


caracteriza por patronos productivos con altos niveles de desigualdad
en la distribución de las ganancias (SENPLADES 2013).

Se cultivan pequeñas superficies de tierra para producir los principa-


les productos de consumo familiar, mientras que extensiones grandes
de tierra son cultivadas en función de producir para el mercado regio-
nal y nacional. Estos patrones de uso de tierra están menoscabando
la seguridad y soberanía alimentaria de las familias rurales, afectando
la agrobiodiversidad de la zona.

Capítulo III 148


La crianza de ganado de forma extensiva y la producción de papas
son las principales actividades productivas en la zona alta del Corre-
dor de Vida, mientras que la producción de naranjilla y la crianza ex-
tensiva de ganado caracterizan la producción agrícola en la zona baja
de la Sierra. La zona costera tiene una dinámica económica producti-
va que es caracterizada principalmente por las actividades maderera
y minera, y el monocultivo de palma africana.

En la actualidad se están desarrollando algunos emprendimientos lo-


cales para generar valor agregado con productos primarios produci-
dos localmente. Entre estas están la cadena del café, los derivados
de la caña de azúcar y la cadena de valor de la mora. Estas nuevas
prácticas productivas están motivando a la gente porque generan
mejoras en la economía familiar para la población local.

Como se mencionó, hay la percepción de pocos GAD incorporaban


la participación activa de la ciudadanía en su gestión. Los datos es-
tadísticos estatales evidencian que el presupuesto público se invertía
mayoritariamente en áreas urbanas dejándose de invertir en las zonas
rurales.

Objetivos del corredor

El objetivo principal al empezar a construir el Corredor de Vida Chiles


Mataje era conformar una red regional en la cual deberían participar
y ser protagonistas todas las comunidades de la zona. Esta red re-
gional se conformaría como un espacio para fortalecer y dinamizar la
concertación social, el intercambio de conocimiento y la promoción
de procesos de formación y capacitación. A su vez, este colectivo
regional de comunidades se conformaba con el objetivo de unificar
las voces de los actores sociales de la zona para que se conviertan
en los protagonistas activos de su desarrollo.

El corredor y sus comunidades proponen impulsar un modelo alter-


nativo de desarrollo para esta región y su gente que permita generar
una economía social y solidaria, y que contemple tanto factores hu-
manos como factores ambientales, garantizando de esta manera el
buen vivir. Este buen vivir estaría sustentado en recuperar y mejorar la

149 Biocorredores: de la teoría a la práctica


calidad de vida del ser humano, fortalecer la organización comunitaria
y colectiva en la región, practicar e implementar actividades para pro-
teger y conservar la naturaleza y aplicar modelos y prácticas de uso
de suelo que respetan la tierra y mantienen los ciclos naturales vitales
de la vida.

Misión del Corredor de Vida Chiles Mataje

“Somos una confluencia de organizaciones multiculturales que inte-


ractúa en un territorio con necesidades y objetivos comunes que le
llamamos Corredor de Vida Chiles Mataje. Buscamos el buen vivir de
nuestras comunidades y su desarrollo integral, a través de la con-
servación y uso sustentable de los recursos naturales por medio de
la concertación y planificación de acciones conjuntas. Conformamos
una red social que permite multiplicar fuerzas con el intercambio de
experiencias, el rescate y fortalecimiento de nuestras identidades cul-
turales”.

Visión del Corredor de Vida Chiles Mataje

“Quienes conformamos el Corredor de Vida Chiles Mataje, mejorare-


mos la calidad de vida de nuestras comunidades, rescatando nuestra
identidad e historia, mediante el trabajo asociativo y organizado, con
propuestas claras para el desarrollo integral de la región y la conser-
vación de nuestros recursos naturales.

Seremos una Red Social consolidada y reconocida a nivel local, regio-


nal, nacional e internacional por nuestro compromiso con el bienestar
de nuestras comunidades y la conservación de la riqueza biológica y
cultural del Corredor de Vida”.

Capítulo III 150


¿Qué estamos
Líneas de acción Propuestas
haciendo?

1. Presiones - Tenencia de tierras. - Foros de diálogo en


socioambientales - Transparencia y participación en relación temas como minería.
a proyectos extractivos o mega proyectos.
- Intercambios de experiencias.
- Foros de diálogo y deliberación pública.
2. Manejo de - Ecoturismo. - Participación y apoyo
Recursos - Planes de manejo. en espacios de edu-
Naturales: - Incentivos por servicios y bienes cación ambiental.
ambientales.
- Manejo del recurso hídrico.
- Educación ambiental.
3. Interculturalidad y - Intercambio de saberes. - Intercambios de
Plurinacionalidad - Revitalización cultural. experiencias entre los
diferentes actores.
4. Área Socio- - Fortalecimiento socio organizativo. - Capacitación a
Organizativa - Formación en liderazgo y derechos. líderes y lideresas del
- Participación ciudadana y control social. Comité Promotor.
- Espacios de diálogo
comunitario con
actores locales.
5. Área Social - Salud.
- Educación.
- Vivienda.
6. Economía - Soberanía y seguridad alimentaria.
Productiva y - Comercialización asociativa.
solidaria - Cadenas de valor.
- Fincas integrales y auto sostenibles.
- Bancos de semillas.
- Bancos comunitarios.

Principales líneas de acción del Corredor de Vida Chiles Mataje


funcionamiento, organización y gobernanza del Corredor de Vida

Partiendo del análisis realizado por los integrantes del Comité Pro-
motor y varios miembros del Corredor de Vida Chiles Mataje, uno
de los elementos centrales sobre el cual se debería fundamentar la
estructura de funcionamiento del Corredor sería la horizontalidad y
representatividad legítima en la toma de decisiones (Gráfico 8).

151 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Desde esa perspectiva, sería imprescindible que la estructura de fun-
cionamiento del Corredor de Vida promueva, en todos los ámbitos, la
participación democrática de sus miembros. Es así que se consideró
que se deberían conformar estructuras y comisiones temáticas en
donde se asignaban responsabilidades definidas con roles y papeles
propios e individuales, pero que en el modelo de gestión se debería
garantizar horizontalidad y responsabilidades compartidas.

Los elementos que fueron definidos planteaban la necesidad de con-


tar con una estructura funcional que pudiera garantizar los siguientes
elementos (Ormaza 2011):

• La toma de decisiones se las realiza con la participación amplia e


incluyente de los miembros del Corredor de Vida.
• Contar con una instancia ejecutora que permita dar cumplimiento
a los mandatos del Congreso. Este papel se ajustaría al Comité
Promotor tal como se venía ejerciendo.
• La existencia de un grupo de miembros que por su capacidad,
habilidad, o por su conocimiento de los problemas, ocupen los
puestos de dirección; sin embargo, se debería limitar el poder de
decisión a estos dirigentes para evitar que una decisión individual
o de grupo minoritario pudiera poner en riesgo la autonomía de la
organización.

En la propuesta de la estructura de gobernanza se refleja el análisis


realizado en relación a la toma de decisiones democrática y partici-
pativa. Esta reflexión, entre otras, se evidencia en la propuesta de
generar dos instancias de toma de decisiones estratégicas, operati-
vas y políticas y una instancia ejecutiva: El Congreso, la Asamblea de
Delegados y el Comité Promotor respectivamente.

Capítulo III 152


ASAMBLEA GENERAL/CONGRESO

COMITÉ DE
ASOCIACIONES GESTIÓN JUNTAS
COMUNIDADES COMUNAS FEDERACIONES
Y OTROS DE ÁREAS PARROQUIALES
PROTEGIDAS

ASAMBLEA DE DELEGADOS

DELEGADO DELEGADO DELEGADO


DELEGADO DELEGADO DELEGADO
ASOCIACIONES DE COMITÉ JUNTAS
COMUNIDADES COMUNAS FEDERACIONES
Y OTROS DE GESTIÓN PARROQUIALES

COMITÉ PROMOTOR

Coordinador Coordinador
Político Organizativo

Secretario

Comisión de Comisión de Comisión de Comisión de


Comisión de
Fortalecimiento Bienestar social Agua, Tierras Asuntos
Comunicación
Organizativo y Buen Vivir y Territorios económicos

Gráfico 8. Propuesta de la estructura de gobernanza del


Corredor de Vida Chiles Mataje.4
Fuente: Ormaza (2011).

Principales iniciativas previstas para generar conectividad


¿cómo?

En el año 2013 se realizó la caracterización biofísica y socioeconó-


mica dentro de un área denominada Microcorredor de Conectividad
¨El Ángel – Golondrinas¨ en el CVCh-M. Esta área abarca cinco parro-
quias: Maldonado, Tufiño, Chical, Goaltal y Jacinto Jijón y Caamaño.

Dentro del microcorredor se encuentran el Bosque Protector Golon-


drinas, con una superficie de 13.550 ha, y la Reserva Ecológica el
Ángel, de 16.541 ha. El rango altitudinal que se encuentra en el área
varía entre los 1.000 msnm y 4.584 msnm. En total se registraron 185

4 La estructura fue presentada y aprobada ante la asamblea realizada a finales del año 2011.
Esta propuesta toma en consideración la estructura orgánica funcional presentada por el
Comité Promotor ante la III Asamblea General realizada en el 2010. Asimismo, la actual pro-
puesta se fundamenta en el trabajo del Taller de Gobernanza realizado en El Limonal los días
17, 18 y 19 de noviembre del 2011.

153 Biocorredores: de la teoría a la práctica


especies de plantas en esta zona, 178 especies de aves, 59 especies
de mamíferos y 29 especies de anfibios y reptiles.

En todos los grupos estudiados se han registrado especies endémi-


cas y se ha obtenido información sobre la distribución de especies.
Adicionalmente un gran número de especies registradas en esta zona
se encuentra en alguna categoría de amenaza, demostrando la im-
portancia de esta región para funciones de conservación y en térmi-
nos de biodiversidad.

Esta zona debe generar una estrategia inter-parroquial que posibilite


la generación de este Microcorredor de Conectividad, liderado por las
comunidades en coordinación con las autoridades locales y regiona-
les.

Análisis de viabilidad5 del Microcorredor de Conectividad ¨El Án-


gel – Golondrinas¨ en el CVChM

Para conocer y analizar la viabilidad del propuesto Microcorredor de


conectividad ¨El Ángel – Golondrinas” se realizó un estudio de via-
bilidad basado en ciertos factores y parámetros que se detallan a
continuación.

Desde el punto de vista biológico, toda la zona de estudio es impor-


tante y debería tratar de incluirla en el Microcorredor de Conectividad
que se plantea. Los estudios biológicos realizados revelan que el área
contiene elementos de la biodiversidad que se encuentran dentro de
alguna categoría de amenaza o de prohibición de su comercio, que
son endémicas e inclusos ciertos taxones (especies) que al parecer
no han sido aún descritos por la ciencia. Estas razones biológicas
y ecológicas son suficientes para determinar la importancia de este
Microcorredor en términos de conservación biológica.

Sin embargo, debido principalmente a la heterogeneidad del área y


las diversas presiones antrópicas a las que ha estado expuesta, no es

5 La presente información fue tomada del estudio: “Caracterización Biofísica y Socioeconómica


del Microcorredor El Ángel Golondrinas”, desarrollado por la Fundación ECOCIENCIA (2013).

Capítulo III 154


factible reconocer a toda el área de estudio como totalmente viable
para el establecimiento del Microcorredor de Conectividad. Por esta
razón es importante priorizar las zonas de intervención de acuerdo al
análisis de fragmentación, así como el análisis económico, social e
institucional.

Con los datos obtenidos en los diferentes componentes de este es-


tudio, se generaron varios mapas de viabilidad del Microcorredor de
Conectividad El Ángel – Golondrinas. Posteriormente se realizó un
análisis espacial (algebra de mapas) con una escala de 1:50.000, para
cruzar entre sí los resultados obtenidos en cada uno de los compo-
nentes, generando un mapa de viabilidad final para el establecimiento
del Microcorredor.

Para realizar este análisis espacial, se pondera matemáticamente a


las áreas, a nivel parroquial en el caso del análisis social, económico
e institucional, mientras que desde el punto de vista ecosistémico se
pondera desde el punto de vista de conectividad de celdas. La pon-
deración se hace dentro de un rango que va desde totalmente viable
hasta la categoría nada viable, generando información para cada una
de las áreas en base a los resultados de los cuatro componentes.

Los criterios utilizados para definir las áreas viables para el estableci-
miento del Microcorredor de Conectividad El Ángel – Golondrinas se
presentan a continuación:

CRITERIO PONDERACIÓN
Totalmente viable 2,5 a 2,75
Viable 2,25 a 2,49
Poco viable 2 a 2,24
Nada viable 1 a 1,99
Elaboración: Equipo consultor (2013).

Viabilidad ecosistémica

A través del análisis de fragmentación de hábitat, se identificaron las


celdas de conexión que permiten visualizar una gran zona de conecti-
vidad para la creación del Microcorredor, como se indica en la Figura
24.

155 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Figura 25. Mapa de viabilidad ecosistémica del Microcorredor de
Conectividad El Ángel – Golondrinas
Fuente: GIZ, MAE, SENPLADES.

En conjunto, las zonas Totalmente Viables y Viables abarcan una su-


perficie de 69.420,28 ha. El tipo de formación vegetal mejor represen-
tada es el Bosque Nublado con 24.814,10 ha, seguido del Bosque
Siempreverde Montano Bajo con 10.657,45 ha. Los dos tipos de for-
maciones vegetales fueron incluidas en las evaluaciones biológicas de
campo. Las zonas consideradas como Altamente Viables y Viables se
distribuyen en las cinco parroquias del área de estudio.

Viabilidad social

Desde el punto de vista social, la parroquia de Maldonado es conside-


rada como Altamente Viable debido a que la dinámica social de esta
parroquia denota una alta interacción, tanto la directiva de la Junta
Parroquial como los actores locales demuestran un alto interés y ma-
nejo de información de las necesidades y conflictos locales, así como
también la perspectiva de las posibles alternativas a los conflictos de
la zona, identificadas con las más avanzadas iniciativas del Cantón.

Capítulo III 156


En el caso de la parroquia de Tufiño, esta fue considerada como Via-
ble. Existe una alta participación de los actores de la zona urbana
como de la parte rural. Aunque la directiva asumió recientemente la
gestión se nota una creciente apropiación del rol que le compete.
Los conflictos latentes están procurando encontrar salida y la clave
está en los acuerdos estratégicos entre La Comuna La Esperanza
y el GAD. La dinámica social de la Comuna La Esperanza está muy
ligada a la junta parroquial de Tufiño, de hecho en esta población tiene
dos locales; pero la zona baja no está suficientemente vinculada a la
organización, siendo este un aspecto pendiente a resolver. La nueva
directiva está tomando nota de las necesidades y conflictos de la
zona para completar una planificación estratégica; una alianza estable
con el GAD está configurándose, lo que da una perspectiva positiva
para el futuro inmediato.

La parroquia de El Chical, también es considerada como Viable debi-


do a que la dinámica social tiene elementos positivos, tanto de parte
de la directiva de la junta parroquial como de las organizaciones y
actores locales. Por su ubicación, los actores que confluyen son múl-
tiples, están en contacto con la nacionalidad Awá, la parte baja de la
Comuna La Esperanza y otras asociaciones al pie del Cerro Golon-
drinas. Todas estas procuran organizar sus agendas para lograr dar
salida a las realidades que enfrentan.

La parroquia de El Goaltal fue considerada como Nada Viable debido


a que la dinámica social parece no tener un paralelismo en el cono-
cimiento, análisis y búsqueda de salidas colectivas entre la directiva
de la junta parroquial y las comunidades y actores locales. Algunos
aspectos estratégicos como el de una posible hidroeléctrica y activi-
dad minera en la zona están adelantándose sin mayor consulta con
las comunidades.

La parroquia de Jijón y Caamaño también fue considerada como


Nada Viable debido a que la dinámica social denota una dicotomía
entre la actoría de los representantes locales, su interés y manejo de
información de las necesidades y conflictos locales, así como también
la perspectiva de las posibles alternativas a los conflictos de la zona.

157 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Esto contrasta con un menor interés y atención que se pudo eviden-
ciar en la directiva del GAD (Figura 25).

Figura 26. Mapa de Viabilidad Social del Microcorredor de


Conectividad El Ángel – Golondrinas
Fuente: GIZ, MAE, SENPLADES.

Viabilidad económica

Desde el punto de vista económico, la parroquia de Maldonado fue


considerada como Totalmente Viable debido a que existe un creci-
miento importante de la producción de café de altura, no se evidencia
ampliación de frontera agrícola, sino reemplazo de cultivos. Existen
algunos cultivos como el de la caña, que permiten la generación de
valor agregado. Se evidenció, además, un desarrollo importante de
experiencias asociativas, como los bancos comunitarios, con una
participación de casi un 50% de la población así como la producción
y comercialización de café. Se observan también altos niveles de con-
trol social.

Capítulo III 158


Se consideró que la parroquia de Tufiño es Viable debido a que se
evidenció una organización comunitaria y también un fuerte compro-
miso para la conservación de páramos como fuente de agua y de
los bosques como espacios de vida. Además, en la parroquia existe
potencial turístico, especialmente en el sector de Aguas Hediondas,
lo cual puede generar ingresos. El gobierno local muestra un com-
promiso con la promoción de sus territorios como destinos para el
turismo, lo que implica el fomento de la conservación de la naturaleza.
Sin embargo, existe ganadería extensiva que está afectando el suelo
especialmente de los páramos y causando deforestación en los re-
manentes de Bosque Siempreverde Montano Alto.

La parroquia del Chical también fue considerada como Viable. Se pre-


senta como una parroquia vulnerable por contar con mucho comercio
de productos externos, por su cercanía con un paso hacia territorio
colombiano, que hace que entren y salgan productos que no son
locales. De esto se benefician exclusivamente los comerciantes ex-
ternos, haciendo que los recursos monetarios salgan con facilidad de
la zona. La expansión de la frontera agrícola también constituye otro
limitante en la parroquia, además de que existen niveles elevados de
extrema pobreza. Sin embargo, se evidenció que existe organización
comunitaria para producción y financiamiento.

La parroquia de Goaltal fue considerada como Viable. La población


tiene serias inquietudes sobre una posible construcción de una re-
presa hidroeléctrica ya que aún no se le han presentado los estudios
correspondientes. Este tipo de proyectos pueden causar profundos
cambios en la economía de la parroquia, pero al mismo tiempo ge-
neran impactos ambientales fuertes. Además, se ha tenido inconve-
nientes con tentativas de realización de minería artesanal en la parro-
quia. La producción de la naranjilla es muy extensiva utilizando mucho
agroquímicos, lo cual afecta a otros cultivos y a los suelos. Existe
poca organización comunitaria para la producción y financiamiento.

Finalmente, la parroquia Jijón y Caamaño fue considerada como No


Viable debido a que en el área la producción agrícola más importante
es la de la naranjilla, cultivo que por su elevado uso de agroquímicos
atenta a la salud humana, a los suelos y a otros cultivos. Dentro de la

159 Biocorredores: de la teoría a la práctica


zona de estudio, esta parroquia es la que exhibe el mayor porcentaje
de explotación agropecuaria. No existe organización para la produc-
ción salvo para la producción de café. Adicionalmente, se evidenció
una cultura organizativa y niveles de participación social que no favo-
recerían a la implementación del Microcorredor (Figura 26).

Figura 27. Mapa de Viabilidad Económica del Microcorredor de


Conectividad El Ángel – Golondrinas.
Fuente: GIZ, MAE, SENPLADES.

Viabilidad institucional

Desde el punto de vista institucional, la parroquia Maldonado es con-


siderada como Altamente Viable debido que la Junta Parroquial está
involucrada en los procesos de planificación y desarrollo de proyectos
comunitarios, tiene una gran capacidad de convocatoria y el manejo
de las relaciones con instancias gubernamentales, privadas y comu-
nitarias es eficiente. Las parroquias de Tufiño y El Chical son conside-
radas como Viables. Las Juntas Parroquiales tienen cercanía con los
actores locales, sin embargo aún falta fortalecer vínculos pues aún

Capítulo III 160


existen muchos conflictos latentes. Finalmente, las parroquias de El
Goaltal y Jijón y Caamaño son consideras como Nada Viables. Las
Juntas Parroquiales no tienen una buena coordinación con la dinámica
de las comunidades, e incluso en el caso de El Goaltal, la Junta Parro-
quial no comparte algunas iniciativas de las comunidades (Figura 27).

Figura 28. Mapa de Viabilidad Institucional del Microcorredor de


Conectividad El Ángel – Golondrinas
Fuente: GIZ, MAE, SENPLADES.

Viabilidad final

Una vez obtenida la información ecosistémica, ambiental, económica,


institucional y social del área propuesta como Microcorredor de Co-
nectividad El Ángel – Golondrinas, se ha establecido que si existe la
viabilidad requerida que permitiría generar un escenario idóneo para
el manejo sostenible de la biodiversidad y, por ende, el bienestar de
los pobladores que se encuentran dentro o en el área de influencia
directa del Microcorredor. El área de viabilidad incluye a tres de las

161 Biocorredores: de la teoría a la práctica


cinco parroquias: El Chical, Maldonado y Tufiño. No obstante, es im-
portante mencionar que las otras dos parroquias (El Goaltal y Jijón
y Caamaño), si presentan las características naturales para proveer
conectividad, sin embargo las condiciones sociales, económicas e
institucionales no les permiten ser consideradas.

Es importante señalar que el hecho de que algunas parroquias fueran


calificadas como No Viables, no implica que no se deba trabajar en
ellas. De hecho, estas son las zonas donde más se debe reforzar los
procesos sociales y económicos a través de la priorización de los tra-
bajos que se puedan realizar, con la finalidad de fortalecer las actuales
debilidades en los aspectos, sociales, económicos e institucionales.
Es decir, la calificación manifiesta que al momento no existen las me-
jores condiciones para emprender actividades para la consolidación
del Microcorredor, pero mediante un trabajo integral y coordinado con
las autoridades locales y el fortalecimiento de los actores de base, se
puede mejorar las condiciones con la finalidad de consolidar y fortale-
cer esas zonas específicas (Figura 28).

Figura 29. Mapa de áreas viables para el desarrollo del


Microcorredor de Conectividad El Ángel – Golondrinas
Fuente: GIZ, MAE, SENPLADES.

Capítulo III 162


Buenas prácticas, lecciones aprendidas y conclusiones del
CVChM

En lo organizativo y social

La consolidación del Comité Promotor, compuesta por actores lo-


cales quienes han desarrollado una serie de capacidades de gestión
participativa de proyectos mediante mecanismos organizativos de
gobernanza democrática, ha demostrado ser una estrategia adecua-
da para la consolidación de este tipo de redes y corredores.

Sin el liderazgo y el protagonismo de los actores locales este tipo


de iniciativas seguirán dependiendo de esfuerzos y aportes externos,
tanto a nivel financiero como a nivel de recursos humanos. Se con-
sidera que el fuerte trabajo que se desarrolló en función a la consoli-
dación social y organizativa del Corredor de Vida ha jugado un papel
sumamente importante en este sentido. Se puede decir que hubo
dos factores de éxito fundamentales:

• El fuerte involucramiento de los actores de base en todos los pro-


cesos de la consolidación de la iniciativa.
• El hecho de que el trabajo del Corredor de Vida se vinculó directa-
mente a un proceso de formación en capacidades de gestión par-
ticipativa que tuviese una aplicación práctica por medio del trabajo
dentro del Corredor de Vida Chiles Mataje.

El gran esfuerzo y la sólida dedicación de los integrantes del Comité


Promotor han sido fundamentales para el diseño y gestión del Corre-
dor de Vida Chiles Mataje. Las lideresas y los líderes, quienes han tra-
bajado de forma voluntaria dentro del Comité Promotor, han aportado
con su tiempo y conocimiento en la consolidación de esta iniciativa. El
trabajo social y organizativo que se lidera desde las comunidades ha
generado fuertes ventajas: se evidencia que los líderes comunitarios
conocen y entienden las dinámicas y los ritmos de las comunidades
y respetan los procesos comunitarios; además, debido a que ellos
mismos provienen de comunidades se identifican con los casos par-
ticulares de cada lugar.

163 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Esta modalidad de trabajo ha permitido garantizar que la participa-
ción activa de los miembros del Comité Promotor se sustenté en su
convicción personal de apoyar y creer en esta iniciativa sin que exis-
tan intereses particulares de por medio de carácter económico o de
carácter de ejecución de proyectos. No obstante, en la experiencia
del Corredor de Vida Chiles Mataje es evidente que se requiere de al
menos una o dos personas dentro del comité promotor que se de-
diquen a tiempo completo al Corredor de Vida. Se deberían buscar
fondos que permitan contratar a dos personas locales para dedicarse
exclusivamente a estas funciones.

Sostenibilidad

Se considera que el liderazgo de actores de base dentro del Corredor


también garantizará la sostenibilidad social de esta iniciativa. Es decir,
que el liderazgo local genera una sostenibilidad social y organizativa
por medio de gente y comunidades que están comprometidas con el
proceso porque ven las ventajas que genera para las comunidades y
la región.

Dentro de este análisis de sostenibilidad se puede mencionar un ele-


mento que falta trabajar más y es el tema de la sostenibilidad financie-
ra del Corredor. Hasta ahora, el CVChM ha funcionado principalmente
gracias a los aportes de la Cooperación Alemana y Fundación Altró-
pico. Aunque ha habido aportes financieros de algunas instituciones
estatales como por ejemplo Plan Ecuador, estos han sido puntuales.
Se ha analizado que una estrategia de sostenibilidad financiera de-
bería generarse por medio de la articulación a presupuestos públi-
cos y, por ende, por medio de la vinculación del Corredor de Vida a
los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de los Gobiernos
Autónomos Descentralizados. Sin embargo, en varias asambleas del
Corredor de Vida se ha analizado que es necesario garantizar la inde-
pendencia y autonomía del Corredor como una organización social.
En este sentido, hay varias personas que consideran que si la pro-
puesta del Corredor de Vida se convierte en una propuesta financiada
por los Gobiernos Autónomos se pondría en riesgo esta indepen-
dencia. Otras personas consideran que la única forma de generar
sostenibilidad es por medio de vinculación del Corredor a los Planes

Capítulo III 164


de Desarrollo, y que las capacidades locales de liderazgo y negocia-
ción del Corredor de Vida deberían fortalecerse para evitar que otros
actores fuera de los representantes locales y comunitarios lideren la
iniciativa del CVChM.

Vinculación a los Gobiernos Autónomos Descentralizados

Hasta el momento, la mayoría de los esfuerzos del Corredor de Vida


y su comité promotor se han enfocado en el nivel comunitario y pa-
rroquial. Esta decisión estratégica se fundamenta en la convicción
que la definición del Plan de Gestión y otros documentos fundamen-
tales de la iniciativa están basados en las necesidades sentidas y las
propuestas generadas a nivel de la población. Estos planteamientos
deberían formar parte de los planes y programas a nivel de Gobierno
Autónomo Descentralizado más cercano a la población, el gobierno
parroquial, respondiendo a la definición de la participación ciudadana
como principio, derecho y garantía, tal como fue establecido en la
Constitución. En este sentido, ha habido un cierto limitante en rela-
ción a una identificación o visualización del Corredor de Vida Chiles
Mataje en los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de la
región. Por una parte, esto posibilita reflexionar sobre el trabajo del
Corredor y sus planteamientos y como se deben definir estrategias
para incidir en las agendas regionales y locales de desarrollo, pero a
la vez también permite considerar sobre el espíritu esencial de este
tipo de iniciativas que no se limita a un área definida o un nivel político
organizativo determinado y por ende sobrepasa el trabajo sectorial,
redefiniendo el concepto del trabajo territorial y descentralizado de los
GAD en relación a iniciativas regionales con propuestas intersectoria-
les de desarrollo sostenible y conservación.

Participación activa de los socios

La elaboración participativa de un boletín informativo del Corredor de


Vida ha demostrado ser una estrategia de comunicación y difusión
muy efectiva. El liderazgo del Comité Promotor en su diseño y elabo-
ración resultó sumamente necesario para la generación de capacida-
des y estrategias de comunicación social y para la difusión correcta
de los avances a nivel de las comunidades socias de la iniciativa.

165 Biocorredores: de la teoría a la práctica


El proceso de elaboración de los estatutos del Corredor de Vida Chi-
les Mataje ha sido un proceso lento pero sumamente participativo, en
el cual los actores de base han generado, revisado y validado varias
propuestas a nivel regional. Esto ha permitido contar con un estatuto
que se ha elaborado a partir y basado en la experiencia local.

Similar es el proceso de elaboración y revisión de los lineamientos de


gobernanza participativa y democrática para el funcionamiento y la
gestión del Corredor de Vida, este proceso ha permitido involucrar a
los principales actores y socios de base en el análisis y la definición
de unos conceptos fundamentales y sociales que definen el modelo
de gestión y el modelo de gobernanza de la iniciativa del Corredor de
Vida. Esta discusión a la vez ha generado los sustentos conceptuales
para iniciar la elaboración participativa de los estatutos del Corredor y
de los lineamientos de funcionamiento Interno del Comité Promotor.
Así mismo, ha generado los insumos para definir la estructura de go-
bernanza del Corredor de Vida.

En la experiencia del CVChM ha resultado sumamente valioso partir


de trabajos comunitarios y regionales para poder contar con la parti-
cipación legítima de la población local en la definición de propuestas
de estructuras de trabajo y propuestas de estatutos organizativos.

Mantenimiento de sana distancia de la política partidista y pro-


selitista

En la última parte de los años 2009 y 2012 se ha vivido un fuerte auge


en las campañas electorales para las elecciones de representantes
de GAD, situación que está ocurriendo actualmente con las próximas
elecciones a realizarse en febrero de 2013. El Comité Promotor del
Corredor de Vida ha tomado la decisión de reducir sus actividades
y el relacionamiento interinstitucional con instituciones del sector pú-
blico durante estos períodos. Esta decisión ha logrado evitar que el
Corredor de Vida Chiles Mataje se encuentre inmiscuido, voluntaria o
involuntariamente, en cualquier actividad de tipo proselitista o parti-
daria.

Capítulo III 166


Organización de hecho y organización de derecho

Al no contar con la personería jurídica hasta el momento, el Comité


Promotor del Corredor de Vida ha vivido una fuerte dependencia de
aliados estratégicos quienes respaldan el trabajo de una organización
“de hecho”. Para el año 2013, el Comité Promotor se ha propuesto
obtener su personería, lo que evidentemente va de la mano con nue-
vas oportunidades y nuevos retos que demandarán mucho esfuerzo
por parte de los integrantes del Comité Promotor. Se ha decidido to-
mar un buen tiempo para legalizar el Corredor de Vida Chiles Mataje
hasta tener toda la seguridad que la parte organizativa del Corredor
de Vida esté totalmente consolidada y haya demostrado ser eficaz en
aplicar estrategias de sostenibilidad.

Elaboración de la caracterización biofísica y socio-económica

Desde sus inicios, el CVChM ha trabajado simultáneamente con un


enfoque socio económico y un enfoque de manejo sostenible de
recursos naturales. Los habitantes de las comunidades socias del
Corredor de Vida progresivamente adoptan posiciones y prácticas
amigables con el ambiente y la protección de los recursos naturales
y cada día se conforman nuevas organizaciones o generan nuevos
emprendimientos económicos en la zona. Hasta el año 2012, el Co-
rredor no ha contado con un diagnostico o estudio que caracterice
toda la diversidad y riqueza biológica, social, cultural y productiva que
existe en la zona.

Por medio del apoyo del Programa GESOREN de la GIZ, en al año


2013 se logró realizar esta caracterización socioeconómica y biofísica
dentro de un área específica del Corredor denominada el Microcorre-
dor El Ángel – Golondrinas. La forma participativa de la elaboración
de los términos de referencia para la realización de este estudio y los
demás procedimientos inclusivos y participativos emprendidos para
vincular al Comité Promotor del Corredor de Vida en el proceso de
contratación, acompañamiento y evaluación del estudio de caracte-
rización han sido sumamente importantes para el buen desarrollo del
proceso. Los resultados de la caracterización demuestran que el Mi-
crocorredor ¨El Ángel – Golondrinas¨ tienen mucho potencial biológico

167 Biocorredores: de la teoría a la práctica


y socio económico. Además, se evidenció que dentro de esta zona
existen valiosas, y en algunos casos, todavía especies desconocidas
de flora y fauna. Es evidente que el único modelo de desarrollo que
sería adecuado para esta zona se fundamenta bajo tres pilares, eco-
nomía solidaria, protección y defensa ambiental, soluciones para las
necesidades concretas de la población.

3.2.2. El Corredor de Conservación Chocó Manabí

Diana Tamayo6, Roberto Ulloa7, Christian Martínez8

La denominación de Corredor de Conservación fue introducida por


Conservación Internacional y el concepto integra objetivos de conec-
tividad entre las áreas protegidas y los territorios alrededor de ellas,
para la mantención de los procesos ecológicos y evolutivos que per-
miten la funcionalidad y viabilidad de las especies que los habitan.
También promueve la recuperación de zonas degradadas y la promo-
ción de sistemas productivos amigables con la biodiversidad, bene-
ficiando especialmente a los pobladores locales. Los corredores de
conservación ofrecen una nueva manera de combinar conservación
con desarrollo sostenible, reduciendo la continua destrucción de la
biodiversidad. Son una herramienta flexible de planificación que co-
necta áreas protegidas a través de una combinación de usos de la
tierra (Conservation International 2003; CEPF 2005).

Los corredores de conservación son espacios subregionales biológica


y estratégicamente definidos y concebidos como una unidad para la
planificación y ejecución de proyectos y programas de conservación
a gran escala (Sanderson et al. 2002). Constituyen una herramienta
flexible de planificación que conecta áreas protegidas a través de una
combinación de usos de la tierra.

En aplicación de este concepto, Conservación Internacional Ecuador,


con apoyo de diversas organizaciones, ha impulsado a nivel regional

6 Consultora para Conservación Internacional Ecuador, Proyecto CEPF.


7 Gerente de Políticas Ambientales. Conservación Internacional Ecuador.
8 Gerente de Planificación Territorial. Conservación Internacional Ecuador.

Capítulo III 168


el diseño y gestión de dos corredores de conservación transfronte-
rizos: Chocó-Manabí entre Ecuador y Colombia, y Cóndor-Kutukú,
entre Ecuador y Perú (Andrade et al. 2004).

A partir del 2001, Conservación Internacional Ecuador ha enfocado


sus esfuerzos en la conformación y consolidación del Corredor de
Conservación Chocó-Manabí (CCCM) entre Ecuador y Colombia, en
alianza con instituciones públicas, organizaciones no gubernamenta-
les, comunidades, especialmente con el respaldo financiero del Fon-
do de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF por sus siglas en
inglés - Critical Ecosystem Partnership Fund) y otros donantes.

Esta sección aborda las principales características y experiencias en


el diseño y creación del Corredor de Conservación Chocó Manabí en
el Ecuador.

Ubicación y superficie del CCCM

El CCCM forma parte de la Ecorregión Terrestre Prioritaria (ETP) de la


provincia florística del Chocó – Darién – Ecuador Occidental (Myers
et al. 2000), considerada como una de las áreas de mayor diversidad
biológica del planeta y también como una de las más amenazadas a
nivel mundial (Andrade et al. 2004; CEPF 2001; Plan de Salvaguar-
da Étnica del Pueblo Indígena Awá 2010). Esta ETP tiene en total
26.059.500 ha de superficie, de las cuales, el 40% (10.437.575 ha)
conforman el Corredor de Conservación Chocó-Manabí entre Colom-
bia y Ecuador (Andrade et al. 2004).

La zona ecuatoriana del Corredor de Conservación Chocó Manabí


corresponde al área adyacente al Chocó colombiano y se extiende
aproximadamente desde los 00 de latitud hasta el límites con Colom-
bia, comprendiendo las provincia de Esmeraldas y parte de Carchi,
Imbabura y Manabí (Bohórquez y Cárdenas 2007).

Específicamente, el CCCM en el Ecuador se extiende desde la diviso-


ria de aguas de la cordillera Occidental de los Andes hacia el Océano
Pacífico e incluye la cordillera de la Costa, que se sitúa en forma para-
lela al litoral a lo largo de 350 km, desde la ciudad de Esmeraldas en

169 Biocorredores: de la teoría a la práctica


el norte hasta Guayaquil en el sur. Las cimas de esta cordillera varían
entre 400 y 600 m de altitud y, aunque es bastante continua en toda
su longitud, se reconocen dos grandes bloques: Mache-Chindul al
norte y Jama-Colonche-Chongón al sur (Ganzenmüller et al. 2010).

Figura 30. Ubicación geográfica del Corredor de Conservación Chocó-Manabí


Fuente: Conservación Internacional, MAE e INEC. Elaborado por C. Martínez.

Ecosistemas/formaciones vegetales del CCCM

El Corredor de Conservación Chocó Manabí en el Ecuador compren-


de los bosques húmedos y muy húmedos de la región del Pacífico
en la provincia de Esmeraldas, los bosques estacionales húmedos,
sub-húmedos y secos de la provincia de Manabí, así como también
los bosques montanos en el oeste del Ecuador (Ganzenmüller et al.
2010). Estos ecosistemas, mantienen una gran biodiversidad y altos

Capítulo III 170


niveles de endemismo. Muchas de las especies endémicas en este
lugar tienen zonas de distribución reducidas, lo que las hace especial-
mente vulnerables a la extinción.

La región exhibe un gran número de tipos de vegetación, tales como


los matorrales espinosos de desierto en las partes secas y muy secas
de las planicies costeras hasta las cordilleras costeras en donde las
zonas más bajas están cubiertas por matorrales espinosos secos,
los que son sustituidos por vegetación premontana en las estriba-
ciones y las laderas. Las cumbres se encuentran cubiertas por ve-
getación húmeda y muy húmeda. La zona costera del Ecuador en el
noroeste, constituye una extensión del Chocó Colombiano y contiene
bosques lluviosos húmedos y la correspondiente flora especializada
(CEPF 2001). Actualmente, el sector ecuatoriano del CCCM presen-
ta la mayor transformación de la cobertura vegetal original (Gómez
2009) (Figura 30).

Los tipos de cobertura vegetal por provincia encontrados en el CCCM


ecuatoriano, de acuerdo a Sierra (1999) se resumen en la siguiente
tabla:

Subregión Sector Cobertura Vegetal Localización

Subregión Sector de las estriba- Bosque siempreverde Provincia de Esmeraldas y en


norte hú- ciones de la Cordillera piemontano el pie de la cordillera occidental
meda Occidental en las provincias de Carchi e
Imbabura.
Sector tierras bajas Manglar Se encuentran en los estuarios
y desembocaduras de Ríos
de la Provincia de Esmeraldas
entre San Lorenzo y Mataje.
Bosque siempreverde Restringida al norte de la pro-
inundable de tierras bajas, vincia de Esmeraldas.
conocido como Guandal
Bosque siempreverde de Provincia de Esmeraldas y norte
tierras bajas de Manabí.
Bosque semideciduo de Provincia de Esmeraldas y
tierras bajas Manabí.
Sector de la cordillera Bosque siempreverde Avanza hasta la cúspide de la
costera piemontano cordillera costera de Ma-
che-Chindul en la provincia de
Esmeraldas y en el norte de
Manabí.

171 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Subregión Sector tierras bajas Manglar Se localiza la provincia de
Centro Manabí. De igual manera que
(Seca y los manglares dela Costa norte
Húmeda) se pueden diferenciar manglares
de tipo Iitoral y manglares de
tipo ribereño como por ejemplo,
en la Reserva Manglares-Chu-
rute.
Bosque semideciduo de Avanza hacia el norte en la cor-
tierras bajas dillera de Chongón y Colonche
hasta la provincia de Manabí en
el Parque Nacional Machalilla
y por el Sur, en la provincia de
Guayas, a la Reserva Ecológica
Manglares-Churute.
Bosque deciduo de tierras Se localiza entre las provincias
bajas de Manabí en el Parque Nacio-
nal Machalilla y en determinados
sectores de la Reserva Ecológi-
ca Manglares-Churute.
Sabana Se localiza en las provincias de
Manabí.
Matorral seco Iitoral Provincia de Manabí en el Par-
que Nacional Machalilla.
Herbazal lacustre de Se localiza en lagunas en las
tierras bajas provincias de Manabí.
Espinar litoral Provincia de Manabí en el Par-
que Nacional Machalilla.
Sector de la Cordillera Bosque semideciduo Avanza hacia el norte en la cor-
Costera piemontano dillera de Chongón y Colonche
hasta la provincia de Manabí en
el Parque Nacional Machalilla.
Bosque siempreverde Se localiza en el Parque Nacio-
piemontano nal Machalilla.

Fuente: Andrade (2007); Baquero et al. (2004); Bernis y Cárdenas (2007); Frenkel et al. (2007); Ganzenmüller et al.
(2010); Guevara (2003); Guzmán (2011); Sierra (1999).

Capítulo III 172


Figura 31. Cobertura vegetal y uso actual del suelo del
Corredor de Conservación Chocó-Manabí.
Fuente: EcoCiencia (2007).

173 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Áreas de conservación involucradas en el Corredor CCCM

En el Ecuador, el CCCM comprende diversas áreas de conservación


como se aprecia en la siguiente tabla.

Áreas de conservación en el Corredor de Conservación


Chocó Manabí - Ecuador
Áreas Protegidas Parques Nacionales Parque Nacional Machalilla
(PANE) Reservas Ecológicas Cotacachi Cayapas
Manglares Cayapas Mataje
El Ángel
Mache Chindul
Refugios de Vida Silvestre Pacoche
Isla Corazón y Fragatas
La Chiquita
Manglares Estuario Río Muisne
Manglares Estuario Río Esmeraldas
El Pambilar
Reservas Marinas Galera San Francisco
Reservas Étnicas y Forestales Reserva Indígena Awá
Gran Reserva Chachi
Humedales La Tembladera
El Relicario
La Segua
Laguna de Cube
Laguna de la Ciudad
Yalaré
Ciénaga de Same
Laguna de Mono
Fuente: CEPF (2001-2005-2007); ECOLAP y MAE (2007); Elbers (2011); Hurtado et al. (2010); Villa y Hurta-
do (2009).

Los Bosques y Vegetación Protectora, específicamente ubicados en


las provincias de Esmeraldas, Imbabura y Carchi en el CCCM son los
siguientes:
Los bosques y vegetación protectora en el Corredor de Conservación
Chocó Manabí - Ecuador
Provincias / Bosque y Vegetación Protectora Hectáreas Deforestación

CARCHI 23.483 709


1. Cerro Golondrinas 13.550 589
2. Hondón Chamizo 4.211 93
3. Lomas Corazón y Bretaña 2.478 8
4. Mirador de las Golondrinas 177 8
5. Chamizo Minas 3.067 10

Capítulo III 174


ESMERALDAS 17.516 1637
6. Río Sucúa y cuenca alta del Estero Tonchigüe 473 21
7. Margen derecha del Estero Tonchigüe 188 5
8. Asociación Agrícola Carchi - Imbabura 2.363 290
9. Cebú 174
10. Ciudad de los Muchachos 63
11. Cuenca del Río Cube 1.044 144
12. Cuencas de los Ríos Tabiazo y Atacames 8.329 545
13. Hacienda La Perla 282
14. Humedal del Yalaré 1.681 198
15. Íntag (El Chontal) 22
16. Lamone 2.897 430
IMBABURA 19.068 609
17. Animanga o Taminanga Grande 986 22
18 Cascada de Peguche 39
19. Cebú 2.042
20. Cushnirumi (San Alberto) 79
21. Guayabillas 56
22. Hacienda Piganta* 52 6
23. Íntag (El Chontal) 6.966 236
24. Los Cedros 5.255 117
25. Neblina Sur 1.029 53
26. Pajas de oro 278 25
27. Paso Alto 14
28. Peribuela, Imantag 346 2
29. Siempre Verde 406 21
30. Siempre Vida 310 18
31. Subcuenca del Río Blanco - Pimampiro 1.060 103
32. Tambo Grande La Florida 150 0
SUCUMBÍOS 183.068 1.722
33. Cuembi 101.617 1206
34. El Bermejo 10.885 179
35. La Cascada 101
36. Lomas Corazón y Bretaña 4.635
37. Pañacocha 58.956 220
38. Chamizo Minas 37
39. Parte media y alta del Río Tigre 5.362 115
40. Sacha Lodge 1.475
Total general 243.153 4679
Fuente: Samiri ProGea (2012).

La cuenca del Río Mira y el Bosque Protegido Golondrinas, con áreas


adyacentes de páramo y bosques montanos de la ladera occidental
de los Andes, conecta la Reserva de El Ángel con la Reserva Awá
(CEPF 2001). Dentro de este corredor se encuentran: el denominado
corredor Awacachi que conecta la Reserva Indígena Awá y la Reserva

175 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Ecológica Cotacachi Cayapas; las cuencas de los ríos Santiago, Ca-
yapas y Mataje, que poseen humedales y bosques tropicales, que co-
nectan la Reserva Cotacachi Cayapas con la Reserva de Manglares
Cayapas Mataje; la cordillera costera de Mache, con bosque costero
subtropical y montano; la Reserva Ecológica de Mache Chindul; las
cuencas de los ríos Chone y Portoviejo, zona de transición entre el
bosque húmedo tropical y el bosque seco al sur que se interna en el
Parque Nacional Machalilla y llega hasta el Perú (CEPF 2001).

Los últimos fragmentos bien conservados de bosques costeros en


el CCCM ecuatoriano se localizan en la zona de amortiguamiento al
noroeste de la Reserva Étnica Awá y en la cuenca alta de los Ríos
Ónzole y Cayapas.

Al igual que los bosques del norte en Esmeraldas, aquellos de la cor-


dillera alrededor de Mache Chindul son los últimos fragmentos razo-
nablemente extensos de bosques Húmedo tropicales Premontanos
en el oeste del Ecuador.

Principales presiones registradas en el CCCM

Las amenazas y presiones que puedan impactar a los corredores son


similares a aquellas que afectan a las áreas protegidas. Sin embargo,
en los corredores de conservación se pueden intensificar las presio-
nes, principalmente en corredores que presentan mayor longitud en
combinación con un ancho reducido (Yerena s/f), como es el caso del
CCCM.

En la actualidad, la integridad del CCCM en el Ecuador está sien-


do afectada por una serie de factores y procesos que conllevan a la
deforestación y degradación de los ecosistemas y a la pérdida de la
biodiversidad asociada, incluyendo:

• Cacería y pesca intensiva, en el Pacífico ecuatoriano, esta pro-


blemática genera procesos de defaunación agresiva tanto en los
ecosistemas terrestres como en los de agua dulce.
• Expansión de la frontera agrícola y ganadera, especialmente mo-
nocultivos de palma de aceite a escala industrial.

Capítulo III 176


• Explotación maderera y manejo no sostenible de recursos foresta-
les maderables y no maderables.
• Nuevas obras de infraestructura y megaproyectos.
• Enclaves de cultivos de uso ilícito y problemas de orden público.
• Extracción selectiva de especies valiosas de fauna y flora silves-
tres.
• Minería.
• Poblaciones con uno de los mayores índices de pobreza en el
Ecuador.

Principales características socioeconómicas y ecológicas

Las prioridades de conservación en el Corredor de Conservación


Chocó-Manabí en el Ecuador deben ser consideradas bajo un enfo-
que ambiental, cultural y social (Narváez y Cárdenas 2007).

A continuación se describe las principales características ecológicas


y socioeconómicas existentes.

Características ecológicas

El CCCM binacional constituye como una zona de convergencia de


dos “hotspots”: Andes Tropicales y Tumbes-Chocó-Magdalena, que
se caracteriza por ser la región más diversa a nivel florístico en el Neo-
trópico, con 9.000 especies de plantas, 20% de las cuales son endé-
micas. En el CCCM ecuatoriano se estima un total de 800 especies
de aves incluyendo las migratorias, de las cuales 40 son endémicas
del occidente de Ecuador; 142 especies de mamíferos, 15 de éstos
endémicos; y 350 especies de anfibios, 30 de los cuales son endé-
micos (Chocó-Manabí 2007; CEPF 2005). Se calcula que el Chocó
ecuatoriano contiene el 25% de la flora del país, equivalentes a 6.300
especies de plantas, de las que aproximadamente el 20% son endé-
micas (Chocó-Manabí 2007).

Los bosques montanos en el oeste del país mantienen también gran


cantidad de especies y altos niveles de endemismo en zonas de dis-
tribución reducidas (Frenkel et al. 2007). El bosque húmedo tropical
situado hacia el sector continental presenta una gran diversidad de
especies forestales, mientras que los bosques de guandales se ca-

177 Biocorredores: de la teoría a la práctica


racterizan por ser zonas pantanosas con suelos muy inestables (Ber-
nis y Cárdenas 2007).

Sin embargo, a pesar de la riqueza biológica encontrada en el CCCM


ecuatoriano, el número y variedad de especies florísticas y faunísticas
amenazadas son considerables: 99 especies de aves, 39 mamíferos,
15 reptiles y 40 anfibios (Conservación Internacional 2001).

Características socioeconómicas

En el Corredor de Conservación Chocó Manabí ecuatoriano habitan


una gran diversidad de grupos étnicos, que incluye a varias nacionali-
dades indígenas, comunidades afro descendientes y mestizos.

Las comunidades afro-ecuatorianas. Éstas ocupan diversas áreas


dentro del Corredor Chocó-Manabí concentrándose en la Provincia
de Esmeraldas, en una extensión de aproximadamente 800.000 ha,
en su mayoría a lo largo de los ríos Santiago, Ónzole y Canandé.
Su historia se remonta al periodo de la llegada de esclavos a Amé-
rica, y frecuentemente la discriminación económica y social aún los
hace abandonar sus tierras para dirigirse hacia ciudades y pueblos sin
encontrar mayores opciones. Su pobreza se incrementó cuando las
operaciones de extracción de madera y aceite de palma ocasionaron
su desplazamiento (CEPF 2001, 2005).

En general, las comunidades afroecuatorianas ocupan las tierras ba-


jas costeras y ribereñas, mientras los pueblos indígenas se han des-
plazado a las laderas de las montañas más bajas, dejando las laderas
más altas a los colonizadores mestizos (CEPF 2001).

Los patrones de uso de la tierra de las comunidades afro ecuatoria-


nas incluyen la agricultura de cultivos (plátano, papaya, cítricos y caña
de azúcar) en las riberas de los ríos, y de arroz en los humedales.
También extraen madera, cazan y pescan en los ríos y a lo largo de la
costa (CEPF 2001 - 2005).

Las comunidades indígenas. Las principales nacionalidades que


se ubican en el CCCM en el Ecuador son las Awá, Chachi, Épera,

Capítulo III 178


Huancavilca y Manteño-Jama-Coaque. Es importante mencionar que
gran parte de estas comunidades viven en condiciones de extrema
pobreza y dependen directamente de los ecosistemas naturales para
su subsistencia.

En Ecuador, los Awá ocupan aproximadamente 3.500 kilómetros


cuadrados y, con los Chachis, están concentrados en el norte a lo
largo de la costa del Pacífico en Esmeraldas y en Carchi; actualmente,
ocupan alrededor de 76.000 ha en los municipios de San Lorenzo, y
Tulcán. Los Awá están organizados en 18 Centros en la Federación
Awá, y 9 ejercen sus derechos de propiedad comunal basados en el
principio de la propiedad comunal de “Reservas Forestales Étnicas”.

Los patrones de uso de la tierra de las poblaciones indígenas son


menos diversos, menos dependientes de la pesca y de los recursos
costeros, como sucede en las comunidades afroamericanas, pero
son más dependientes de la cacería y la recolección, y las artesanías
para vender en los pueblos y las ciudades regionales.

En el siglo XIX, sus territorios fueron invadidos por los buscadores de


oro, caucho y tagua, así como lo hicieron las plantaciones de banano
y los madereros en el siglo XX. La destrucción de los bosques oca-
sionada por el avance de la frontera agrícola, los colonizadores y los
madereros ha obligado a los Chachis, por ejemplo, a abandonar parte
de sus tierras ancestrales, las que vendieron a compañías madereras
(CEPF 2001, 2005).

En el CCCM ecuatoriano los fragmentos de vegetación natural donde


viven las comunidades indígenas son objeto de alta presión antrópica
debido al desarrollo de sistemas productivos asociados a la palma
africana, la agricultura, la cría de camarones en estanques y a la ga-
nadería. Los bosques remanentes se han ido conformando en “islas”
biológicas y culturales debido a la fragmentación del paisaje (Gómez
2009).

Las comunidades mestizas. Respecto a las comunidades mestizas,


estas han migrado hacia bosques relativamente poco poblados y tie-
rras indígenas en el CCCM debido especialmente a la poca producti-

179 Biocorredores: de la teoría a la práctica


vidad de la agricultura de subsistencia junto a la densidad poblacional
en las tierras altas del Ecuador. También los procesos de colonización
por parte de mestizos es impulsada por la pobreza y la falta de ac-
ceso a la tierra (CEPF 2001 - 2005). Esta migración ha ocasionado
a su vez el conflicto entre grupos étnicos y mestizos por las tierras y
los recursos.

Los mestizos traen consigo las prácticas de agricultura y ganadería


de las tierras altas, principalmente la tala y roza, lo cual genera fuerte
deforestación. Las carreteras construidas por las municipalidades y
el gobierno nacional han aumentado el acceso a áreas que una vez
fueron prístinas (CEPF 2001 - 2005).

A diferencia de las comunidades afroamericanas y de los pueblos


indígenas, las prácticas agrícolas de los mestizos históricamente han
causado impactos adversos sobre el ambiente; y, por la misma razón,
es más difícil promover principios de conservación en comunidades
de mestizos que entre grupos afroamericanos e indígenas.

Objetivo del CCCM

El objetivo del CCCM en el Ecuador es mantener la conectividad entre


las superficies naturales, mediante la creación, ampliación y consoli-
dación de áreas protegidas, la recuperación de zonas degradadas y la
promoción de sistemas productivos amigables con la biodiversidad.

Principales iniciativas de conservación en el CCCM

En función del conocimiento de las causas subyacentes que explican


la pérdida de biodiversidad en la ecorregión en su conjunto se esta-
blecieron criterios para la definición de áreas prioritarias de conserva-
ción en el Corredor Choco Manabí, de acuerdo a aspectos biológi-
cos, geográficos, presencia de áreas naturales protegidas, iniciativas
públicas y privadas en marcha, presencia de ONG con capacidad de
gestión, entre otras. En consecuencia, se predefinieron cuatro áreas
o ventanas prioritarias de conservación (Figura 32):

Capítulo III 180


• Ventana San Juan, que incluye el PNN Tatamá – Serranía de los
Paraguas, PNN Utría – Golfo de Tribugá y la cuenca del río San
Juan que corresponde al Distrito Alto Atrato – San Juan de la Uni-
dad Biogeográfica del Chocó Magdalena.

• Ventana Binacional donde se encuentra representados los Distri-


tos Tumaco, Micay, Barbacoas, Awá en Colombia y la región norte
de la provincia de Esmeraldas (Ecuador), parte de la provincia del
Carchi (Reserva Ecológica El Ángel y Territorio Indígena Awá) e Im-
babura (Zona Baja de la Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas).

• Ventana Reserva Mache Chindul, que incluye la Reserva Ecológica


Mache Chindul y su zona de amortiguamiento hacia el Pacífico, y
en el sector oriental de la Reserva hacia la frontera de la expansión
de plantaciones de palma de aceite.

• Ventana Micro-región Parque Nacional Machalilla – Bosque Pro-


tector Chongón Colonche, de la que forman parte una serie de
bosques protectores que constituyen una cadena que conecta al
Parque con la cordillera Chongón Colonche y con la zona norte de
la provincia de Manabí.

181 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Figura 32. Áreas o ventanas prioritarias de conservación del
Corredor de Conservación Choco Manabí
Fuente: CEPF (2007).

En estas zonas se implementan diversos proyectos que han genera-


do interesantes alianzas y sinergia entre ONG, grupos comunitarios,
instituciones académicas, sector privado y agencias de gobierno (An-
drade et al. 2004). En el CCCM ecuatoriano han desarrollado activida-
des diversas organizaciones no gubernamentales, a través del diseño
e implementación de proyectos que han tratado de multiplicar el im-
pacto de las acciones de conservación del Corredor en el mediano y
largo plazo (Andrade et al. 2004).

El trabajo de Conservación Internacional, tanto en la fase de dise-


ño como en la de implementación del CCCM, ha sido apoyado per-
manentemente por el Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos
(CEPF por sus siglas en inglés - Critical Ecosystem Partnership Fund),

Capítulo III 182


cuya estrategia de inversión está guiada por el Perfil del Ecosistema
(CEPF 2001). El CEPF es una alianza interinstitucional entre el Banco
Mundial, el Fondo Ambiental Global (GEF), Conservación Internacio-
nal, la Fundación MacArthur, el gobierno de Japón y el gobierno de
Francia, para el financiamiento de estrategias de conservación de la
biodiversidad de los hotspots más amenazados del mundo.

De manera general, los proyectos se han enfocado en el cumplimien-


to de los siguientes objetivos:

- Que aseguren la persistencia de especies amenazadas a escala


global y de áreas claves para la biodiversidad: proyectos de inves-
tigación aplicada sobre especies endémicas y amenazadas, y de
consolidación y manejo de hábitats para especies críticas.

- Fortalezcan los sistemas de áreas protegidas, en base a la for-


mulación de planes de manejo, ampliación y/o consolidación de
áreas, articulación con paisajes adyacentes, incorporación de
áreas protegidas en los planes de ordenamiento territorial.

- Establezcan sistemas productivos sostenibles y amigables con


la naturaleza: investigación, alternativas productivas compatibles
con objetivos de conservación que permitan conectividad entre
remanentes de bosques o áreas protegidas, y sean rentables y
ecológicamente viables, y de promoción de sistemas integrales
de producción sostenibles que incluyan conocimientos y prácticas
tradicionales.

- Que generen incentivos reales para la conservación.

Principales iniciativas previstas para generar conectividad

Dentro de los límites del CCCM ecuatoriano, Conservación interna-


cional ha orientado sus esfuerzos en generar conectividad mediante
acciones que eviten la extinción de especies amenazadas; creación,
ampliación, conservación y mejoramiento en el manejo de las áreas
protegidas; y consolidación de corredores para mantener procesos
ecológicos y evolutivos (Bensted-Smith 2003).

183 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Las direcciones estratégicas que Conservación Internacional identifi-
có para guiar sus acciones de conectividad en el CCCM ecuatoriano
fueron las siguientes:

• Establecer/fortalecer redes locales y regionales para asegurar la


conservación de la biodiversidad a nivel de paisaje.
• Situar áreas protegidas y especies seleccionadas bajo un manejo
mejorado.
• Identificar y promover prácticas de desarrollo sostenible en comu-
nidades cercanas a áreas protegidas seleccionadas.
• Planificación y ordenamiento territorial.

En base a estas direcciones, se establecieron las siguientes líneas


estratégicas:

• Generación y manejo de información.


• Apoyo en planeación y ordenamiento territorial y marco de gober-
nabilidad.
• Consolidación de alianzas.
• Estrategia de comunicación.
• Desarrollo de instrumentos económicos.
• Proyectos a nivel de especies, áreas protegidas y sistemas pro-
ductivos

Arreglos institucionales

Bajo un enfoque institucional, CI Ecuador ha intentado estimular nue-


vos niveles de manejo y participación de la sociedad civil en los proce-
sos prácticos y políticos en el CCCM, como una manera de fortalecer
y multiplicar el efecto de las respuestas gubernamentales y corporati-
vas hacia la conservación.

La visión de corredores de conservación, incluido el CCHM ecuatoria-


no, depende de manera crítica del establecimiento de alianzas estra-
tégicas, en los ámbitos regionales, nacional y local, para el desarrollo
del marco de apoyo institucional y la coordinación de los proyectos
en el campo.

Capítulo III 184


La participación activa de las organizaciones locales y el fortaleci-
miento de sus capacidades de planificación y manejo son vitales para
alcanzar la sostenibilidad de la biodiversidad en el corredor (CEPF
2001,2005).

En el CCCM ecuatoriano se han establecido acuerdos que han po-


sibilitado la participación comunitaria en diversas acciones de ges-
tión territorial y manejo de recursos naturales. Adicionalmente, se han
trabajado esquemas novedosos como el relacionado con incentivos
para la conservación, con un enfoque participativo de varias comuni-
dades involucradas.

Algunos de los acuerdos más significativos han sido:

Construcción de la Gran Reserva Chachi.- Esta iniciativa permitió


la conformación de una zona de conservación de 7,200 ha entre tres
Centros Chachi (Capulí, Corriente Grande y El Encanto), lo que ge-
neró conectividad entre estas reservas comunitarias con la Reserva
Ecológica Cotacachi Cayapas. Este programa se desarrolló en base
a una alianza entre los centros Chachi con CI Ecuador, la ex GTZ
(actualmente GIZ) y EcoCiencia. El objetivo estaba enfocado en la
conformación de mecanismo de pago o compensación directo a los
Chachis de los 3 Centros mencionados a cambio de la conservación
voluntaria de la denominada Zona de Protección Estricta. El mecanis-
mo reconoce que la conservación implica un costo de oportunidad y
la visualización de la conservación como una fuente de ingresos; los
pagos se canalizan en base a la generación de un fondo comunal
para financiar una compensación inicial de $5/ha/año con asesora-
miento técnico y bajo reglas de gasto definidas y acordadas, promo-
viendo el desarrollo local y la conservación. Este programa fue la base
para el diseño posterior del Programa Socio Bosque.

Corredor Biológico Awacachi (CBA).- Este Corredor tiene una ex-


tensión de más de 10.000 ha y es el único vínculo físico entre dos de
las más grandes áreas boscosas de la selva del Chocó ecuatoriano:
la Reserva Ecológica Cotacachi-Cayapas y el Territorio Étnico Awá;
es decir, vincula alrededor de 350.000 ha de bosque que contiene
ecosistemas de las tierras bajas hasta laderas andinas. El Corredor

185 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Awacachi presenta bosque húmedo tropical, bosque muy húmedo
premontano y bosque pluvial premontano. Aquí, la mayoría de bos-
ques han sido intervenidos (tala selectiva); además, existen bosque
secundario y unos pocos pastizales (5%) que están en estado de
crecimiento secundario.

Desde 1999, Fauna y Flora Internacional (FFI) y la Fundación Niño y


Tierra Unidos por el Ambiente (NYTUA) y Rainforest Concern traba-
jaron en el establecimiento del Corredor Awacachi. La primera fase
incluyó la adquisición de tierras que constituyen la zona núcleo del
CBA. Actualmente, la Fundación Sirua se encarga del manejo de la
Reserva, se ha desarrollado un plan de manejo micro, fortalecimiento
organizativo, estudios de factibilidad económica de iniciativas produc-
tivas comunitarias y acercamiento con comunidades aledañas.

Desarrollo de planes de manejo

En el CCCM se han desarrollado participativamente herramientas de


planificación para el Bosque Protector Golondrinas y para las reservas
ecológicas Mache Chindul y Cotacachi Cayapas

Es interesante el desarrollo del Plan de Manejo Bosque Protector


Golondrinas puesto que fue impulsado por el denominado Grupo
de Apoyo Interinstitucional del Bosque Protector Golondrinas, con-
formado por las Juntas Parroquiales de Maldonado, Chical, Jijón y
Caamaño y El Goaltal, el Gobierno Provincial del Carchi, el Ministerio
del Ambiente, la Fundación Altrópico, la Corporación Randi Randi, y
la Corporación Ecolex, con apoyo financiero del Gobierno Provincial
del Carchi, el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza
(WWF), CEPF, Conservación Internacional, la Fundación MacArthur y
la Federación de Centros Awá del Ecuador.

El Bosque Protector Golondrinas - BPG, constituye un espacio clave


en el Corredor de Vida Chiles – Mataje, que comienza en la Reserva
Ecológica el Ángel a 4.000 m.s.n.m., e incluye la Comuna Indígena La
Esperanza, el Bosque Protector Golondrinas y el Territorio Indígena
Awá, terminando en el cantón San Lorenzo de la Provincia de Es-
meraldas, a 80 m.s.n.m.. El área del Bosque Protector Golondrinas,

Capítulo III 186


constituye un hábitat importantísimo de flora y fauna. De acuerdo a in-
formación del Ministerio del Ambiente - MAE (2005) la mayor parte del
bosque corresponde a Bosque Siempreverde Montano Bajo y en me-
nor porcentaje a una transición entre Bosque Siempreverde Montano
Bajo y Bosque de Neblina Montano. La flora, en especial, tiene carac-
terísticas singulares de riqueza, variedad y endemismo, presentando
un banco de germoplasma importante para el país, cuya diversidad
biológica no es conocida en su verdadera magnitud en la actualidad.

El Bosque Protector Golondrinas constituye la fuente de agua dulce


de las Parroquias de Chical, Maldonado, Jijón y Caamaño y El Goaltal.
Pese a esto, la presión ejercida por colonos sobre el área del Bosque
Protector Golondrinas, la deforestación y la ampliación de fronteras
agropecuarias, constituyen los más apremiantes problemas que afec-
tan actualmente al Bosque Protector.

Retos y oportunidades para la implementación del CCCM

Durante el diseño e implementación del CCCM ecuatoriano se han


presentado una serie de desafíos y un conjunto de oportunidades
para ser analizadas y evaluadas bajo un nivel conceptual de enfo-
que y estrategias, y bajo una perspectiva operativa e implementadora
(Bensted-Smith 2003).

Los principales desafíos encontrados en CCCM han sido (Andrade et


al. 2004, Andrade 2007; Bensted-Smith 2003).

• Lograr una adecuada coordinación y compatibilización de las ac-


tividades que las organizaciones nacionales e internacionales pro-
mueven en el Corredor, lo cual implica la aceptación de una visón
común, la creación de instancias internas de relacionamiento para
garantizar una gestión activa de coordinación, comunicación y la
conformación de alianzas y redes de cooperación efectivas (Bens-
ted-Smith 2003).

• Desarrollar, documentar y dar sostenibilidad a las acciones estra-


tégicas que han sido acordadas y promovidas por CI y que han
sido diseñadas para tener un impacto significativo en el mediano

187 Biocorredores: de la teoría a la práctica


y largo plazo. En este sentido, el empoderamiento de las líneas
estratégicas por parte de los actores locales y regionales cuyas
acciones coordinadas son necesarias para la construcción del Co-
rredor, constituye un elemento clave para asegurar el éxito en el
funcionamiento del mismo.

• Construir un escenario institucional y socioeconómico orientado


hacia el desarrollo sostenible, gobernanza y gestión ambiental res-
ponsable, así como también la creación de un mosaico de siste-
mas de gestión participativa que conserven la biodiversidad en
áreas claves y estratégicas.

• Es necesario contar con políticas gubernamentales claras para


el manejo y gestión participativa y la resolución de conflictos so-
cioambientales.

• Definir las áreas prioritarias para la conectividad e implementar-


las más allá de las fronteras nacionales, mediante acuerdo común
con los gobiernos de los países involucrados, que incluya un aná-
lisis y evaluación de la distribución y requerimientos ecológicos
específicos de especies y comunidades biológicas, proyecciones
de clima, asentamientos, jurisdicciones políticas administrativas,
inversiones, carreteras, explotación industrial y otras amenazas.
Esto con el fin de asegurar la conectividad entre áreas protegidas
y remanentes de bosques para el mantenimiento a largo plazo de
procesos ecológicos importantes para la biodiversidad.

• Aplicar los principios del Enfoque Ecosistémico (EE) en la gestión


del CCCM, principalmente el segundo principio relacionado a la
descentralización, el tercero a los efectos en ecosistemas adya-
centes y otros ecosistemas, y el cuarto a la necesidad de com-
prender y gestionar el corredor dentro de un contexto económico,
entendido como una respuesta a la necesidad de que la imple-
mentación de los programas y planes desde el estado nacional,
gobiernos regionales y locales, y usuarios, beneficie a los ecosis-
temas existentes, reconociendo que los ecosistemas funcionan
como entidades completas que requieren ser manejadas holística
e integralmente y no por partes.

Capítulo III 188


• Alcanzar la sostenibilidad financiera y sociopolítica del proceso de
creación e inserción / interiorización del concepto de Corredor de
Conservación en los ámbitos territoriales, multiculturales y multins-
titucionales que existen en el sitio, puesto que su continuidad en
el largo plazo es muy sensible a los cambios coyunturales en la
economía y la política.

A continuación se mencionan las principales oportunidades encon-


tradas para el establecimiento del CCCM ecuatoriano (Andrade et al.
2004):

• Cobertura nativa del corredor en buen estado de conservación,


que comprende las unidades biogeográficas de mayor prioridad
de conservación en el hotspot Tumbes Chocó Magdalena.

• Se han realizado numerosas iniciativas y programas por parte de


organizaciones estatales, no gubernamentales y comunitarias, re-
lacionados con las líneas de acción para lograr la consolidación del
corredor.

• Posibilidad de establecer micro corredores y nuevas áreas protegi-


das privadas y/o públicas en jurisdicciones municipales y comuni-
tarias.

• Oportunidades de levantamiento de fondos de otras organizacio-


nes para invertir en favor de la conservación del Corredor.

• Participación activa de comunidades indígenas y afrodescendien-


tes.

• La mayor parte del Corredor con tenencia de títulos colectivos de


propiedad a nombre de comunidades indígenas y afrodescendien-
tes, y en proceso de formular e implementar planes de manejo y/o
de vida orientados a la sostenibilidad de los recursos naturales y
protección de la biodiversidad.

189 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Lecciones aprendidas en la gestión del CCCM

Las siguientes lecciones aprendidas se derivan de las diversas accio-


nes emprendidas hasta la actualidad en el CCCM ecuatoriano (Andra-
de et al. 2004; Andrade 2007):

• Para el diseño preliminar de un corredor se requiere contar con


un adecuado Perfil del Ecosistema. Este perfil debe realizarse
aplicando los principios del EE y debe constituir la base para la
formulación de una estrategia de conservación y uso sostenible
del corredor, para lo cual es fundamental identificar los elementos
determinantes que aseguren el éxito o fracaso de la misma. Dicho
énfasis está orientada hacia los aspectos ambientales, sociales y
culturales, económicos, institucionales y de gobernanza.

• Se debe entender la gestión del corredor como un proceso. El


proceso de construcción de un corredor requiere de varios ele-
mentos, entre los cuales figuran: tener una visión de Corredor en
el largo plazo con la participación de todos los actores, y contar
con planes estratégicos, programáticos y financieros sostenibles y
formulados para generar impactos en zonas donde los enfoques
antropocéntricos dominantes en las políticas de inversión pública
y privada excluyen los principios del EE.

• Las estrategias del corredor deben estar basadas en un conoci-


miento profundo, del estado de los ecosistemas y de la biodiversi-
dad, así como el estado situacional de las sociedades regionales y
locales, de las oportunidades y amenazas, y de las acciones que
emprenden las diversas agencias gubernamentales y no guberna-
mentales dedicadas a la conservación y / o desarrollo.

• La necesidad de establecer alianzas y comprender la complejidad


cultural existente en el corredor. El futuro del CCCM ecuatoriano
depende del grado y eficacia de la construcción participativa y asi-
milación del concepto y de su integración en las políticas públicas
y en los procesos de planificación y aspectos socioculturales.
• Reconocer el concepto de Corredor de Conservación como Políti-

Capítulo III 190


ca de Estado, dado que este aportaría sustancialmente al cumpli-
miento de las políticas públicas nacionales y del CDB, al promover
los mecanismos de conectividad biológica bajo una perspectiva
global viable y concertada. Los principios de conectividad y de
conservación de la biodiversidad con el desarrollo humano socioe-
conómico deberían difundirse e interiorizarse con mayor intensi-
dad.

• Coordinación y establecimiento de alianzas estratégicas entre or-


ganizaciones involucradas públicas y privadas para la conserva-
ción de la biodiversidad. La generación de alianzas equitativas y
efectivas requiere tener claridad en los objetivos y metas de la con-
servación, y que existan los suficientes mecanismos de concerta-
ción y control social del gobierno nacional, provincial y municipal,
para la protección y conservación de las áreas protegidas.

Esto significa profundizar los esfuerzos del gobierno, autoridades,


la cooperación internacional, organizaciones no gubernamentales,
actores locales incluyendo comunidades indígenas y afroecuato-
rianas para la construcción de alianzas perdurables.

• La sostenibilidad financiera es un desafío que se debe incluir en la


programación del diseño e implementación del corredor.

• Finalmente, el desarrollo de capacidades (conocimientos, destre-


zas, habilidades) a todo nivel, especialmente en temas clave (por
ejemplo, EE, biología de conservación, manejo de recursos natu-
rales, actividades económicas compatibles con la conservación,
gestión comunitaria, planificación territorial, etc.).

191 Biocorredores: de la teoría a la práctica


3.2.3. El Corredor Biológico de la Cordillera Oriental - Provin-
cia del Carchi

Guillermo Rodríguez9 y Jeny Chalá Ogonaga10

Ubicación

La cordillera oriental de la Provincia del Carchi está limitada al norte


con Colombia, al sur con la provincia de Imbabura al este con Su-
cumbíos y al oeste con el callejón interandino de los cantones Tulcán,
Huaca, Montúfar y Bolívar. Posee una extensión de 11.584,35 ha de
bosque y páramo remanentes localizadas en los bosques protectores
Lomas Corazón y Bretaña y El Chamizo-Minas, y las áreas prioritarias
para la conservación de Virgen Negra y Bolívar (Figura 33).

En el cantón Tulcán incluye a las parroquias rurales de El Carmelo (El


Aljún, Playa Alta, Playa Baja y Cartagena) y Julio Andrade (Bellavista,
Yalquer, Ipuerán, San Francisco del Troje, Chauchín, San José del
Troje y Chunquer)

En el cantón Huaca están incluidas la parroquia rural de Mariscal Sucre


(Loma El Centro, El Tambo y Solferino) y la parroquia urbana de Huaca
(Guananguicho Norte y Guananguicho Sur); en el cantón Montúfar las
parroquias rurales de Fernández Salvador (San Francisco de la Línea
Roja), Piartal (San Pedro Alto y Bajo, El Rosal), La Paz (Pisán, Yaíl,
Túquer) y la parroquia urbana de San José (Chamizo, El Dorado, La
Esperanza, Loma Guagua, Las Lajas, San Francisco de Athal), y en el
cantón Bolívar la parroquia urbana de Bolívar (Purificación, Impuerán
y La Angelina) y las parroquias rurales de San Rafael (Sixal) y Monte
Olivo (Manzanal, Motilón, Ryegras, Miraflores y Palmar Grande).

9 Director de Gestión Ambiental del Gobierno Provincial del Carchi.


10 Directora Provincial del Carchi del Ministerio del Ambiente.

Capítulo III 192


Figura 33. Ubicación de los remanentes en la cordillera oriental
de la Provincia del Carchi.
Fuente: GAD Carchi (2012).

Ecosistemas/formaciones vegetales a conservar

Según el Mapa de Vegetación del Ecuador continental (MAE 2013) la


cordillera oriental de la Provincia del Carchi alberga ocho ecosistemas
en un rango altitudinal de 1.200 a 4.500 msnm.

Ecosistema Rango altitudinal

Bosque y arbustal semideciduo del norte de los Valles 1.200-2.600


Bosque siempreverde montano del Norte de la Cordillera Oriental de los Andes 2.000-3.000
Herbazal inundado lacustre montano de los Andes 2.000-3.100
Bosque siempreverde montano alto del Norte de la Cordillera Oriental de los Andes 3.000-3.700
Bosque siempreverde del Páramo (Bosquetes de Polylepis) 3.200-4.100
Arbustal siempreverde y Herbazal del Páramo 3.300- 900
Herbazal inundable del Páramo 3.300- 4.500
Rosetal caulescente y Herbazal del Páramo (frailejones) 3.350-4.100

193 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Áreas protegidas y zonas de amortiguación involucradas en
el corredor

Las principales áreas de vegetación remanente en la Cordillera Orien-


tal de la provincia del Carchi son las siguientes:

Áreas Hectáreas

Bosques Protectores
Lomas Corazón y Bretaña 2.431
El Chamizo – Minas 3.104
SUBTOTAL 5.535
Áreas Prioritarias de Conservación
Virgen Negra 2.214
Bolívar 4.577
SUBTOTAL 6.791
Reservas y Bosques Privados
Reserva Biológica Guandera* 1.000
Los Arrayanes 16
SUBTOTAL 1.016
TOTAL 12.342
*La Reserva Biológica Guandera está ubicada dentro del B.P.
Lomas Corazón y Bretaña; por ende, su extensión no suma el
total de vegetación remanente en la cordillera Oriental.

Principales características biológicas

Desde el punto de vista zoogeográfico, los bosques de la ceja andina


presentes en la provincia del Carchi se encuentran en el piso altoan-
dino (Albuja et al. 1980) y forman parte de la ecorregión de los Andes
del Norte. Dentro de esta región se encuentran dos áreas de ende-
mismo y de importancia para las aves (IBA), los bosques nublados de
los Andes Centrales del Norte y los páramos y bosques enanos del
Ecuador (Cresswell et al. 1999). Según Valencia et al. (1999), la cor-
dillera Oriental presenta las siguientes formaciones naturales: Bosque
de neblina montano, Herbazal lacustre montano de los Andes, Bos-
que siempreverde montano alto, Páramo de frailejones, Herbazal la-
custre montano alto, Matorral seco montano y Espinar seco montano.

Flora y fauna

La mayor concentración de especies de flora se encuentra en los sec-


tores de la Cordillera Virgen Negra y la Estación Biológica Guandera,

Capítulo III 194


zonas con vegetación natural. De acuerdo a la formación vegetal se
pueden citar especies importantes como el frailejón (Espeletia pyc-
nophylla), que domina visualmente el páramo y varias especies de
paja, (Calamagrostis spp.), que dominan en estudios de biomasa en
páramos. En los bosques alto andinos se pueden encontrar especies
como encinos (Weinmannia pinnata y W. rollotii), así como hoja blan-
ca (Gynoxis spp.), cerote (Hesperomeles ferruginea y H. obtusifolia) y
guandera (Clusia flaviflora), entre otras.

En términos de aves, la riqueza en estos bosques es alta. Los bosques


altoandinos de las estribaciones nororientales albergan algunas de las
avifaunas montanas más ricas en especies del Ecuador (Robbins et
al. 1994; Cresswell et al. 1999). Un estudio puntual en cuatro locali-
dades altoandinas registró 113 especies pertenecientes a 29 familias.
Los colibríes y las tangaras fueron las familias más ricas en especies.
En las áreas de la cordillera de la Virgen Negra y la Loma Guagua las
especies más frecuentes fueron la metalura tiria (Metallura tyrianthi-
na), el zamarrito pechidorado (Eriocnemis mosquera) y el picoespina
arcoíris (Chalcostigma herrani). También se ha registrado la presencia
de algunas especies amenazadas y poco conocidas como la cotinga
ventricastaña (Doliornis remseni), la tangara enmascarada (Buthraupis
wetmorei), el perico cachetidorado (Leptosittaca branickii), el águila
andina (Oroaetus isidori), el aguilucho cenizo (Circus cinereus) y el
tucán andino pechigrís (Andigena hypoglauca).

En cuatro localidades estudiadas por EcoCiencia se registraron 28


especies de mamíferos distribuidas en 19 familias, que representan el
7,32% del total de especies registradas en el Ecuador y el 45,16% de
las especies registradas en la región altoandina (Tirira 2007). Entre las
más importantes por su grado de amenaza tenemos el tapir andino
(Tapirus pinchaque), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el gato
de las pampas (Leopardus pajeros) y el puma (Puma concolor).

Las especies de fauna y flora de la provincia del Carchi incluidas en


alguna de las categorías de amenaza de la UICN, destacando aque-
llas presentes en la cordillera oriental, se indican en la siguiente tabla.

195 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Cordillera
Especie Nombre científico Amenaza
Oriental

Fauna
Danta Tapirus pinchaque CR X
Cóndor andino Vultur gryphus CR
Loro orejiamarillo Ognorhynchus icterotis CR
Rana arlequín de Coyne Atelopus coynei CR
Rana arlequín de Lynch Atelopus lynchi CR
Rana cohete de De la Torre Hyloxalus delatorreae CR
Rana de cristal altoandina Centrolene buckleyi CR
Rana de cristal gigante Centrolene geckoideum CR
Oso de anteojos Tremarctos ornatus EN X
Perico cachetidorado Leptosittaca branickii EN X
Cuervo higuero golirrojo Pyroderus scutatus EN
Rana marsupial Gastrotheca orophylax EN X
Rana marsupial Gastrotheca riobambae EN X
Osornosapo de Antisana Osornophryne antisana EN X
Osornosapo occidental Osornophryne occidentalis EN
Cutín gladiador de Duellman Pristimantis gladiator EN X
Tigrillo/ gato de las pampas Leopardus pajeros VU X
Puma Puma concolor VU X
Cotinga ventricastaña Doliornis remseni VU X
Tangara enmascarada Buthraupis wetmorei VU X
Cutín con botas Pristimantis ocreatus VU X
Lagartija de El Ángel Stenocercus angel VU X
Flora
Uvillo Aegiphila monticola EN X
Nogal Juglans neotropica EN X
Güishca Symplocos carmencitae EN X
Palma de ramos Ceroxylon ventricosum EN X
Achupalla Puya angelensis EN X
Chaquilulo Macleania coccoloboides EN X
Aequatorium asterotrichum EN X
Motilón Hyeronima macrocarpa VU X
Colla Grosvenoria rimbachii VU X
Zarcillo Brachyotum gleasonii VU X
Campanilla Bomarea lutea VU X
Helecho Elaphoglossum antisanae VU X
Amarillo Miconia penningtonii VU X
Alchornea sodiroi VU X
AMENAZA: CR= Peligro Crítico; EN= En Peligro y VU= Vulnerable

Capítulo III 196


Principales características socioeconómicas

La mayor parte de la población de la cordillera Oriental cuenta con


los principales servicios básicos como son educación, electrificación,
agua y recolección/eliminación de los desechos. El 46,4 % de la po-
blación se provee de agua a través de la red pública durante las 24
horas del día; en términos de energía eléctrica, el 99,1% de la pobla-
ción recibe este servicio. En ella se encuentran asentadas 55 comu-
nidades habitadas por 2.987 familias. Esta zona cuenta con un alto
porcentaje de recursos hídricos (ríos, vertientes y quebradas) que per-
miten abastecer a la mayor parte de la población de la provincia del
Carchi, tanto para riego como para consumo humano. La población
económicamente activa representa el 39,8% y centra sus actividades
principalmente en agricultura, silvicultura y pesca; labora un promedio
de ocho horas diarias y percibe un salario de 10 dólares diarios.

Principales presiones registradas en el corredor

La cordillera Oriental está considerada como una de las áreas con


mayores problemas y amenazas de la provincia del Carchi. La tala
y quema de bosques y páramos para la elaboración de carbón y el
establecimiento de sementeras y potreros para el ganado han contri-
buido con la fragmentación y destrucción de los ecosistemas altoan-
dinos, ocasionando notorios y preocupantes cambios en el ambiente:
disminución de la cantidad y calidad de agua, alteración de los regí-
menes de precipitación y erosión de suelos. Todo esto dentro se da
en un marco general de pobreza y marginación en el que las alterna-
tivas de vida son escasas (Mena-Vásconez y Ortiz 2003).

Objetivos del Corredor

General

Conservar la biodiversidad y recursos naturales de los bosques y pá-


ramos de la cordillera oriental de la provincia del Carchi para el usu-
fructo de las próximas generaciones con criterios de sostenibilidad y
permanencia.

197 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Específicos

• Fomentar la interconexión de las áreas de vegetación natural re-


manente de la cordillera oriental con áreas vecinas tanto del sector
oriental (Sucumbíos) como del norte (Colombia) y sur (Imbabura)
de la provincia del Carchi.
• Lograr la conservación de los bosques y páramos de la cordillera
oriental mediante la coordinación interinstitucional y ejecución de
competencias de las diferentes instituciones del estado.
• Ejecutar, en coordinación con los propietarios de bosques, pro-
yectos que propendan a la protección de las áreas naturales y
satisfacción de sus necesidades económicas.

Principales iniciativas previstas para generar conectividad

Planes de manejo

Desde hace 10 años, el Gobierno Provincial del Carchi viene desa-


rrollando los planes de manejo para los bosques protectores y áreas
prioritarias para la conservación de la Provincia. En la cordillera Orien-
tal los bosques Virgen Negra (2003), Lomas Corazón y Bretaña (2011)
y Chamizo-Minas (2011) cuentan con planes de manejo; para el bos-
que de Bolívar el plan de manejo está actualmente en elaboración.

En cumplimiento a los programas y proyectos identificados en los


planes de manejo de los Bosques y Vegetación Protectora El Cha-
mizo-Minas y Lomas Corazón y Bretaña, el GAD de la Provincia del
Carchi viene implementando desde el 2012 el proyecto “Protección
de Bosques Primarios y Vegetación Protectora de la Cordillera Orien-
tal de la Provincia del Carchi”, cuyos objetivos son:

• Fortalecer organizacionalmente a los propietarios de bosques.


• Desarrollar propuestas de investigación a través del establecimien-
to de convenios interinstitucionales
• Implementar el programa de educación ambiental formal en es-
cuelas rurales.

Capítulo III 198


• Establecer el sistema de control y vigilancia a través de dos guar-
dabosques comunitarios.

A esta zona (Cordillera Oriental), con apoyo del CONGOPE, se pre-


tende elevar a la categoría de Subsistema Provincial de Áreas Pro-
tegidas, conforme lo establece la Constitución (2008) para los GAD
provinciales.

Investigación de la biodiversidad y manejo de recursos naturales


de la cordillera Oriental

En el marco del “Programa de Investigación y Manejo Sostenible de


Recursos Naturales” se ha considerado buscar alianzas con institu-
ciones educativas de nivel superior para el desarrollo de proyectos de
investigación sobre la biodiversidad y manejo de los recursos natura-
les de la cordillera Oriental de la Provincia del Carchi.

Esta coparticipación prevé, en la etapa de formulación y ejecución de


las propuestas, el liderazgo de la Universidad, mientras que en la etapa
de ejecución el GAD de la Provincia del Carchi apoyaría logísticamen-
te el desarrollo de las investigaciones, además de facilitar información
secundaria y coordinar con organismos locales como comunidades,
gobiernos parroquiales o municipales y direcciones provinciales de
ministerios y secretarías. Es de mucho interés difundir los resultados
de las investigaciones a través de herramientas o instrumentos que
permitan, de manera sencilla, llegar a toda la población de la provincia
y dar cumplimiento a las políticas ambientales.

Los temas priorizados para investigación son los siguientes:

• Inventarios de biodiversidad o ecosistemas frágiles en áreas priori-


tarias que carezcan de información.
• Generación de una base de datos de la biodiversidad del área con
fotografías de excelente calidad, datos relevantes y mapas de dis-
tribución de organismos.
• Investigación de especies amenazadas de flora y fauna: hábitat,
distribución, estado de conservación, generación de modelos pre-

199 Biocorredores: de la teoría a la práctica


dictivos del estado poblacional, acciones propuestas para su con-
servación como el establecimiento de corredores biológicos.
• Monitoreo de la calidad de agua con organismos acuáticos, esta-
blecimiento de un protocolo de fácil aplicación para los gestores
del recurso hídrico en las comunidades.
• Restauración de bosques: sucesión secundaria, estudio de espe-
cies pioneras o clímax, su dispersión natural, propagación en vive-
ros.
• Rescate y sistematización del conocimiento sobre los usos tradi-
cionales de la biodiversidad.
• Bioprospección.

Esquema de gobernanza propuesto

El proceso para la conformación del Comité de Comanejo tuvo su


inicio en el mes de octubre del 2012 con la conformación de las di-
rectivas de los propietarios de los bosques protectores en cada una
de las comunidades del área de influencia: Bosque Protector Lomas
Corazón y Bretaña, Mariscal Sucre (Loma El Centro, Solferino, Gua-
nanguicho), Fernández Salvador (San Francisco de la Línea Roja),
además del Bosque Protector Chamizo Minas, Piartal (San Pedro,
Las Lajas y el Rosal) del Bosque Protector San José (Jesús del Gran
Poder, Chamizo y Athal).

Se realizaron asambleas para la socialización del proyecto en cada


una de las comunidades descritas para explicar el objetivo relaciona-
do con la conservación de los bosques y su biodiversidad, tanto de
fauna como de flora. El proceso de sensibilización es aplicado a cada
persona que acude a las asambleas para su sensibilización hacia lo
que se pretende como proyecto, es decir, crear un corredor biológico
para la conservación y para aprovechamiento sustentable de las ge-
neraciones futuras.

La estructura orgánica de la Coordinación del Comité está ligada a


que cada actor ejerza acciones desde sus contextos para cumplir
metas y objetivos establecidos en un POA construido participativa-
mente junto con la comunidad, fortaleciendo los procesos que no
se encuentren desarrollándose o las actividades que se pueden de-

Capítulo III 200


sarrollar. La coordinación del Comité de Comanejo fue entregada a
la Prefectura del Carchi; los demás miembros del directorio son los
representantes de las instituciones que desarrollan intervenciones en
el área del corredor biológico.

Espacios y herramientas para la participación comunitaria

A inicios del año 2013, se realizó la presentación del proceso a las


instituciones involucradas: GAD municipales de Montúfar y Huaca,
y GAD parroquiales de Mariscal Sucre, Fernández Salvador, Piartal
y La Paz. Las instituciones de apoyo, como MAE y MAGAP, fueron
involucradas y el GAD CARCHI asumió el liderazgo del proceso. Estas
entidades conforman el Comité de Comanejo de los Bosques Protec-
tores de la Cordillera Oriental.

En cada comunidad involucrada se elige una directiva, cuyo presiden-


te/a forma parte del Comité de Comanejo; la elección del Coordina-
dor/a del Comité se realiza en una sesión ordinaria y la designación
puede recaer en cualquier persona involucrada en el proceso. Una
vez elegido el Coordinador, se elabora un Convenio de Administración
y Comanejo entre el Ministerio del Ambiente y el Comité de Comanejo
de los Bosques “Chamizo Minas y Lomas Corazón y Bretaña” de la
Cordillera Oriental del Carchi; una vez de acuerdo todos los involu-
crados, se envía al MAE en Quito para su legalización. El esquema
siguiente resume la estructura:

COMITÉ REPRESENTANTES DIRECTIVAS


PROPIETARIOS
Turquer

La Paz Pizán

Athal
San José
Chamizo
Autoridades, J. del Gran Poder
Propietarios, Piartal
Asociaciones San Pedro

Fernández Salvador Línea Roja

Aso. Ceja de Montaña

Mariscal Sucre Mariscal Sucre

201 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Cuando ya se encuentre legalizado el Convenio, se trabajará un re-
glamento bajo los estatutos de la Constitución, con el Sumak Kawsay
como premisa principal. En este reglamento se incluirán temas impor-
tantes como:

• Naturaleza y función del Comité.


• Objetivos del comité de Co-manejo.
• Conformación de la estructura del Comité y las responsabilidades
y deberes de los mismos.
• Asesoría técnica de las instituciones involucradas y de otras que
puedan ingresar a colaborar.

En resumen, los principales actores en el proceso son:

• Propietarios de predios ubicados en los bosques protectores de la


cordillera oriental.
• Juntas Parroquiales (presidentes y vocales de ambiente).
• Municipios (alcaldes, directores y técnicos de unidades o direccio-
nes de gestión ambiental).
• Gobierno Provincial (Prefecto, director y técnicos de la Dirección
de Gestión Ambiental).
• Ministerio del Ambiente (Director Provincial y técnicos del Área de
Patrimonio Natural).

Dificultades del proceso

Algunas dificultades para el desarrollo del proceso incluyen:

• Tenencia de la tierra: predios sin escrituras o predios insertos den-


tro de escrituras globales donde los propietarios son poseedores
de derechos de acciones.
• Altos costos de impuestos a predios que mantienen vegetación
natural remanente; al ser estos incluidos en bosques protectores
se hizo legalmente imposible utilizarlos, por lo que son vistos como
tierras improductivas que generan gastos.
• No se cuenta con una normativa para declaratoria de áreas de
conservación provinciales. Tampoco existe la figura legal de corre-
dores biológicos que permita declarar un área protegida bajo ese
criterio.

Capítulo III 202


• Negativa a la protección de los bosques por parte de ciertos pro-
pietarios al desconocer las condiciones de aplicación del progra-
ma SocioBosque.

Estas dificultades han sido afrontadas mediante la ejecución de las


siguientes acciones:

• Ejecución de proyecto de Articulación de Redes Territoriales du-


rante el 2011, cuyas acciones permitieron el ingreso de 15 predios
dentro del programa SocioBosque del MAE.
• Actualmente, el GAD Municipal de Montúfar está levantando infor-
mación catastral de los predios ubicados sobre 3.200 msnm en
las parroquias de Piartal y San José.
• El GAD Municipal de San Pedro de Huaca emitió una ordenanza
de exoneración de impuesto predial a las tierras que mantengan
remanentes boscosos.
• Gestión y coordinación interinstitucional con GAD municipales, pa-
rroquiales y MAE para el ejercicio de las respectivas competencias.
En el caso de los municipios se desarrolla el levantamiento del
catastro rural; el gobierno provincial realiza protección de fuentes
hídricas y riberas de ríos; el MAE ejecuta acciones de control y vi-
gilancia para el buen uso de recursos naturales. Se ha hecho una
directa coordinación con el programa SocioBosque del MAE para
el ingresar de los propietarios de bosques protectores.
• Diseño de un sistema de pago por servicios ambientales para la
protección de fuentes hídricas dentro del proyecto “Modernización
del Riego a Pequeña Escala en la Provincia del Carchi”, ejecutado
por el GADPC y la FAO.
• Conformación de un Comité de Comanejo de los bosques protec-
tores de la cordillera Oriental con miras a convertirse en un comité
de gestión del corredor biológico.

Retos para la implementación

Los principales retos para la implementación del Corredor Biológico


de la Cordillera Oriental (Figura 34) incluyen:
• Unificar las cuatro áreas de vegetación natural remanente como un

203 Biocorredores: de la teoría a la práctica


área única de conservación que permita una adecuada y oportuna
gestión con visión de paisaje y con el apoyo de los actores involu-
crados en el proceso.
• Definir y consensuar una normativa que legalice la declaratoria de
corredor biológico como área protegida provincial.
• Fortalecer las instituciones del estado involucradas en la gestión
del Corredor Biológico de la Cordillera Oriental del Carchi.
• Disminuir las presiones a las que se encuentra sometido el Corre-
dor Oriental.

Figura 34. Propuesta de establecimiento de corredores biológicos en la cordillera oriental


de la Provincia del Carchi.
Fuente: GAD Carchi (2012).

Capítulo III 204


Lecciones aprendidas en la gestión del corredor

Si bien el proceso de conformación del Corredor Biológico de la Cor-


dillera Oriental del Carchi es reciente, podrían mencionarse las si-
guientes lecciones aprendidas en su gestión:

• Unas de las principales barreras para la implementación del Co-


rredor Biológico ha sido la legalización de los predios ubicados
dentro de los bosques protectores.
• Las acciones que se requieren tomarse para la protección de los
bosques deben ser inmediatas, para evitar los rápidos procesos
de degradación ambiental.

3.2.4. El Corredor Trinacional de Áreas Protegidas Parque Na-


cional Natural La Paya (Colombia), Reserva de Produc-
ción de Fauna Cuyabeno (Ecuador) y Parque Nacional
Güeppí (Perú): un modelo de conservación e integra-
ción fronteriza11

Alina Vinueza Quinga12

El Programa Trinacional es una iniciativa de integración fronteriza


Amazónica en la cuenca media del río Putumayo, entre el Parque
Nacional Natural La Paya (Colombia), la Reserva de Producción de
Fauna Cuyabeno (Ecuador) y el Parque Nacional Güeppí (Perú). Los
gobiernos de los tres países ratificaron su compromiso a través de la
firma de un Memorando de Entendimiento que confirma la voluntad
de los gobiernos y que a la vez crea un marco de trabajo para las
diferentes iniciativas que se llevan a cabo13.

11 Documento basado en “Ruta para la Construcción Participativa del Plan Estratégico del
Programa Trinacional”, elaborado por el Comité Técnico (Equipo Proyecto Putumayo Tres
Fronteras: Camilo Ortega; Equipo técnico del Servicio Nacional de Áreas Protegidas por
el Estado SERNANP–Perú, Soc. Teófilo Torres, Jefe del Parque Nacional Güeppí; Dr. Luis
Borbor, Responsable de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, Dirección de Bio-
diversidad, Ecuador; Parques Nacionales Naturales de Colombia: Ing. Jeferson Rojas, Jefe
de Área del PNN-La Paya, y Diana Carrera, Secretaría Técnica - MAE Ecuador); página
Web del Programa, reportajes, diapositivas presentadas en los Comités y experiencias del
personal del área protegida.
12 Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, Ministerio del Ambiente del Ecuador.
13 www.programatrinacional.com.

205 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Este programa se enfoca en incidir en las políticas ambientales, pú-
blicas y sectoriales de ámbito local, nacional, regional e internacio-
nal, mediante el desarrollo de herramientas y mecanismos operativos,
técnicos y financieros que puedan ser replicados en otras zonas con
similares características.

Evolución del Programa

El Programa Trinacional se crea en base a diferentes iniciativas de


la gestión de los Sistemas de Áreas Protegidas de Ecuador, Perú y
Colombia. Desde inicios del 2001 se desarrolla la idea de consolidar
un corredor de áreas protegidas dada la cercanía de las tres áreas
protegidas.

Posteriormente, en el 2005, se realizó en Panamá el Primer Taller In-


ternacional de la Subred de Información de Áreas Naturales Protegi-
das Amazónicas (RANPA), en el que se planteó la solicitud de confor-
mación de una subred de áreas protegidas amazónicas. A partir de
ello se realizó una primera reunión en Puerto Leguízamo (Putumayo,
Colombia) en 2006, en donde se revisó el contexto regional y se hizo
un reconocimiento de la gestión realizada por cada área; en esta pri-
mera reunión se identificó la necesidad de generar mecanismos y es-
pacios de gestión coordinada para el manejo adecuado de las áreas
protegidas y sus zonas de influencia directa.

En julio de 2007 se realizó en Iquitos (Loreto, Perú) el Segundo Taller


de Equipos Locales de las tres áreas protegidas, espacio importante
para la iniciativa trinacional puesto que se generó el compromiso por
parte de las entidades de apoyar el desarrollo de acciones mediante
financiación. Dicho compromiso de apoyo se confirmó con los acuer-
dos entre las autoridades ambientales de los tres países y de entida-
des como la OTCA, GTZ, CAN y OAPN; se incorporaron al proceso
los Fondos Nacionales de Áreas Protegidas como entes administra-
dores de los recursos financieros.

En 2008, los Sistemas de Áreas Protegidas encabezadas por las je-


faturas de las áreas protegidas continuaron identificando acciones de
gestión coordinada, considerando necesario el fortalecimiento de la

Capítulo III 206


institucionalidad del Corredor bajo una figura legal denominada Pro-
grama Trinacional. Se estableció como prioridad la conformación de
una Secretaría Técnica, la cual fue creada en el 2009 bajo la res-
ponsabilidad de la Unidad de Parques Nacionales de Colombia. Así
mismo, se evidenció la necesidad de construir mecanismos de coor-
dinación y toma de decisiones, formalizados con base en un acuerdo
entre autoridades denominado “Memorando de Entendimiento”. En
esta labor se contó con la participación activa de las Cancillerías de
los tres países.

En esta misma época se inició la fase preparatoria para la implemen-


tación del proyecto “Apoyo al Programa Trinacional Conservación y
Desarrollo Sostenible del Corredor” financiado por OTCA-GTZ-CAN-
OAPN. Paralelamente, se inició el proyecto “Un Paisaje Integrado de
Conservación y Desarrollo Sostenible: Fortalecimiento de un SIRAP
y Territorios Indígenas en la cuenca Trinacional del Río Putumayo”
denominado “Putumayo Tres Fronteras”. Este proyecto cuenta con
financiación de WWF Alemania.

En 2010 se apreciaron avances técnicos tendientes a la consolidación


del Corredor tales como la generación de acciones conjuntas para el
manejo de recursos y actividades coordinadas de control y vigilancia
en la zona fronteriza; igualmente, se incentivó la participación de las
comunidades locales en las acciones del Proyecto Putumayo Tres
Fronteras y el fortalecimiento de la gestión del Programa, mediante
la elaboración del Reglamento Interno del Comité Técnico para su
revisión por parte de los Directivos del Programa.

Finalmente, a finales del año 2010, después de dos años de labores


coordinadas entre los equipos técnicos y jurídicos de los Sistemas de
Áreas Protegidas y de las Cancillerías de los tres países, se aprobó
el texto del Memorando de Entendimiento por parte de los Directores
de Sistemas de Áreas Naturales Protegidas, y fue firmado en el 2011
por parte de la Ministra de Ambiente de Ecuador (febrero), el Ministro
de Ambiente de Perú (mayo) y la Ministra de Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial de Colombia (julio).

207 Biocorredores: de la teoría a la práctica


En este mismo año, la Unidad de Parques Nacionales Naturales de
Colombia entregó la Secretaría Técnica del Programa a la Dirección
de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente de Ecuador, en cumpli-
miento con lo acordado en el marco del Memorando de Entendimien-
to, con miras a favorecer el proceso de integración interinstitucional
y garantizar la participación equitativa de todos los actores del pro-
grama.

En abril del 2012, la CAN incluyó en su agenda ambiental 2012-2016


el fortalecimiento de la capacidad de gestión mediante la implemen-
tación del Programa Trinacional; este apoyo ratificó la relevancia de
trabajar más allá de las fronteras.

En octubre del 2012 se decretó la zona Reservada de Güeppí como


Parque Nacional, a más de la denominación de dos áreas comunales,
lo que contó con el apoyo de los proyectos financiados por la Unión
Europea y WWF Alemania del Programa Trinacional, con lo cual se
facilitó la titulación de tierras en esa zona.

En el 2013, la Secretaria Técnica con sede en Ecuador se trasladó


a Lima para continuar con las acciones tendientes a documentar y
organizar los comités para estructuración de nuevos proyectos y ac-
tividades en el marco de los convenios existentes.

Ubicación y superficie del Corredor Trinacional

El Programa Trinacional de Conservación y Desarrollo Sostenible del


Corredor de Áreas Protegidas La Paya (Colombia) - Cuyabeno (Ecua-
dor) – Güeppí (Perú) abarca un amplio territorio en el que se localizan
tres áreas protegidas colindantes y sus zonas de influencia que se
han unido para buscar estrategias de conservación y desarrollo sos-
tenible (Figura 35).

Este territorio trinacional abarca las cuencas medias del río Putuma-
yo, del río Napo y del río Güeppí, con un área aproximada de dos mi-
llones de ha. En Colombia, el Parque Nacional Natural La Paya tiene
una extensión de 422.000 ha; en el Perú, el Parque Nacional Güeppí

Capítulo III 208


cuenta con 625.971 ha y en el Ecuador la Reserva de Producción de
Fauna Cuyabeno tiene un área de 590.112 ha (WWF 2011; Programa
Trinacional 2011a; Programa Trinacional 2011b).

El área tiene un gran número de ecosistemas altamente biodiversos


ubicados en el Refugio Pleistocénico del Napo Putumayo, caracteri-
zado por vegetación de Bosque muy húmedo Tropical (BmhT), con
bosques altos bien desarrollados, así como una combinación de bos-
que bajo con sotobosque denso, bosques inundables y bosques al-
tos con poca presencia de palmas (WWF 2011; Programa Trinacional
2011a, 2011b).

En la Amazonía, uno de los principales tributarios es el río Putumayo


que atraviesa los tres países al descender de los Andes y desembocar
en el Amazonas, y es fronterizo en la mayoría de su extensión. El río
nace en territorio colombiano y permanece en él hasta la confluencia
con el río Cehembí, a partir de cuyo punto hasta la desembocadura
del río San Miguel es colombo-ecuatoriano y de allí hasta la desem-
bocadura del río Yaguas es colombo-peruano (WWF 2011; Programa
Trinacional 2011a, 2011b).

En el área coexisten colonos, campesinos mestizos amazónicos y


comunidades indígenas ancestrales y recientes (Cofanes, Sionas, Ki-
chwa/Inga/Ingano, Kamsa (Valle del Sibundoy), Koreguaje, Huitoto/
Murui, Nasa, Secoya, Embera-Chamí, y Muinane (Amazonas), que
manejan de una manera propia los recursos de sus territorios.

La dimensión territorial se distribuye a nivel trinacional de la siguiente


manera:

• Colombia: Sectores Caucayá, Putumayo, Caquetá y Mecaya-Sen-


cella, ubicados en el Municipio de Puerto Leguízamo en el Depar-
tamento de Putumayo.
• Ecuador: los cantones Cuyabeno, Lago Agrio, Putumayo y Agua-
rico en las provincias de Sucumbíos y Orellana.
• Perú: Distritos Teniente Manuel Clavero y Torres Causana de la
Provincia de Maynas en el Departamento de Loreto (SINCHI 2006).

209 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Presiones existentes el Corredor Trinacional

Figura 35. Ubicación y límites del Corredor Trinacional.


Fuente: Programa Trinacional

Tala ilegal e insostenible


Se expresa en la extracción selectiva de especies maderables por di-
versas causas, sean estas las necesidades de las comunidades asen-
tadas en la zona (necesidad de leña, alimentación, adecuación de
viviendas, infraestructura básica de los asentamientos, entre otras) o
de actores externos (extracción maderera a mayor escala, proyectos
de infraestructura de gran escala, cambios en los usos del suelo por
ganadería, cultivos y cultivos ilícitos, entre otros).

Capítulo III 210


Ampliación de la frontera agropecuaria

Es una de las principales generadoras de cambios en la estructura del


paisaje en la región amazónica, debido a razones ambientales rela-
cionadas con la baja productividad para cultivos, así como a razones
económicas sustentadas tanto en las necesidades de la población
local como en los intereses económicos (Figura 36).

Figura 36. Ampliación frontera agropecuaria en el Corredor Trinacional y su área de


influencia.
Fuente: Programa Trinacional

211 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Explotación de hidrocarburos

La explotación de hidrocarburos responde a intereses económicos de


carácter nacional e internacional. Esta actividad tiene implicaciones
biológicas, sociales y culturales en la zona por la importancia ecosis-
témica y los problemas inherentes a este tipo de operaciones, que
requieren un seguimiento estricto al cumplimiento de normas ambien-
tales en cada país (Figura 37).

Figura 37. Bloques y pozos petroleros en el


Corredor Trinacional y su área de influencia.
Fuente: Programa Trinacional

Capítulo III 212


Minería

La actividad minera está considerada como de alto impacto para los


recursos naturales en general. Independientemente de si su carácter
es legal o ilegal; tal actividad genera impactos de gran magnitud so-
bre los recursos naturales, específicamente sobre el recurso suelo y
la vegetación al implicar la remoción de horizontes del suelo. A este
impacto se suma al uso de diversas sustancias químicas como el
cianuro y el mercurio que, debido a su manejo inadecuado, conta-
minan las fuentes de agua y las especies hidrobiológicas, en muchas
ocasiones en lugares alejados a los lugares donde se practica esta
actividad (Figura 38).

Figura 38. Actividad minera en el Corredor Trinacional y su área de influencia..


Fuente: Programa Trinacional

213 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Proyectos de infraestructura

En el corredor y su área de influencia se identifican proyectos de in-
fraestructura que actualmente están generando impactos tanto para
las áreas protegidas como para la biodiversidad del Corredor, espe-
cialmente fragmentación de bosques, colonización y ampliación de la
frontera agropecuaria, y tráfico de especies, entre otros. Estos pro-
yectos consisten principalmente en la construcción de carreteras y
actividades asociadas al macroproyecto “Integración de la Infraes-
tructura Regional Suramericana” - IIRSA (Figura 39).

Figura 39. Proyectos de infraestructura en el Corredor Trinacional


y su área de influencia.
Fuente: Programa Trinacional

Capítulo III 214


Aprovechamiento insostenible de la biodiversidad

La región amazónica es mundialmente reconocida como un centro de


biodiversidad; las poblaciones humanas asentadas en la zona a lo lar-
go de los últimos 10.000 años han aprovechado los servicios ecosis-
témicos de acuerdo con el conocimiento adquirido sobre ellos, y han
aprovechado la oferta natural dentro de sus formas de percepción de
la naturaleza, enmarcadas en una cosmología que implica el respeto
por la selva o el bosque como sitio del cual dependen directamente
para su supervivencia.

No obstante, debido a las utilidades (productos no maderables, pie-


les, aceites, carne de monte, etc.) y a la creciente y continua articula-
ción con la economía central, las especies de flora y fauna han venido
siendo objeto de cacería, aprovechamiento desmedido y comercio,
muchas veces ilegal, a diversas escalas. Actividades como la cace-
ría ha conducido a que diversas especies presenten poblaciones re-
ducidas de individuos lo cual amenaza su supervivencia, tal el caso
del manatí (Trichechus inunguis), especie altamente aprovechada
décadas atrás debido a su carne y aceite. Así mismo, la extracción
pesquera se centró en la pesca indiscriminada de especies como el
paiche (Arapaima gigas), especie de alta demanda tanto a nivel local
como de comercialización para los principales centros poblados.

Aspectos biológicos del Corredor Trinacional

Ecosistemas

De acuerdo con Holdridge (1978) y ONERN (1976) en el área corres-


pondiente al Corredor Trinacional de Conservación y Manejo Sosteni-
ble se encuentran las siguientes Zonas de Vida Naturales:

- Bosque húmedo Tropical (bhT): La cobertura vegetal se carac-


teriza por presentar bosques altos, exuberantes y tupidos, en los
que abundan las epífitas (bromelias, orquídeas, lianas y bejucos)
que tapizan casi todos los tallos de los árboles.

215 Biocorredores: de la teoría a la práctica


- Bosque muy húmedo Tropical (bmhT): esta zona de vida se ca-
racteriza por presentar un clima cálido perhúmedo, con una tem-
peratura media anual de alrededor de 24o C y una precipitación
total anual de 3.900-4.000 mm. El relieve topográfico es colinado
hasta fuertemente disectado. Los suelos dominantes son profun-
dos y ácidos, y de textura arcillosa, por lo que son poco fértiles.
La cobertura vegetal es la de un bosque perennifolio muy exube-
rante en el que predominan los grandes árboles de fuste grueso.
Por lo mismo, la vegetación arbustiva es escasa, ya que el dosel
del bosque deja pasar muy poca luz hacia los estratos inferiores.
Comprende toda la zona de Lagartococha y Güeppí.

El área trinacional comprende los sistemas ecológicos Hylaea Occi-


dental e Hylaea Noroccidental. La zona se distribuye en su mayoría en
el sistema ecológico Hylaea Occidental, del cual hacen parte las tres
áreas protegidas, la cual está ocupada principalmente por:

- Bosque Pluvial de Tierra Firme siempre verde o Bosques Hú-


medos del Napo, con vegetación arbórea abundante en Legu-
minosas, Bombacáceas, Miristicáceas, Solanáceas, Rubiáceas,
Compuestas y Lauráceas, entre otras. Existe alta presencia de
palmeras y de familias higrófilas como las Musáceas, epifitas, or-
quídeas y especies del género Strychnos. En frutales destacan las
Mirtáceas, Sapotáceas, Anacardiáceas, Lecitidáceas y Legumino-
sas. La ecorregión Napo es reconocida como es un centro de es-
peciación y endemismo, lo cual se refleja en una amplia diversidad
de especies de fauna silvestre, dadas las condiciones favorables
para su desarrollo, además de que la zona no sufre fuertes ame-
nazas por cacería furtiva.
- Bosques de Várzea, de gran riqueza florística, entre ella el caucho
Hevea brasiliensis. En áreas inundadas son frecuentes árboles de
gran tamaño como Piptadenia pteroclada, Parkia inundabilis y Cei-
ba pentandra.
- Bosques de Igapó, asociados a ríos de aguas negras, además
de la Catinga amazónica, sobre llanuras arenosas; tiene especies
como Hevea pauciflora y H. viridis. De especial importancia son
Cedrela odorata, Swietenia macrophylla y Cedrelinga catenaefor-

Capítulo III 216


mis; leguminosas como Trattinickia peruviana, Quassia simarouba,
Virola spp. y Hura crepitans, y los géneros Ceiba, Bombax, Apei-
ba, Inga, Ochroma y Clusia (Figura 40).

Figura 40. Sistemas Ecológicos presentes en el


Corredor Trinacional y su área de influencia.
Fuente: Ruta Plan Estratégico (2011).

La Hylaea Noroccidental está ocupada principalmente por Bosque


Pluvial de Tierra Firme o la unidad ecológica Bosques Húmedos de
Solimoes – Japurá- Rio Negro, caracterizada por el amplio número
de leguminosas leñosas. Una pequeña porción del PN Güeppí se en-
cuentra ubicada dentro de esta unidad ecológica.

Esta unidad contiene uno de los dos centros de aglomeración mun-


dial de Cesalpiniáceas con géneros como Dimorphandra, Peltogyne,
Eperua y Elizabetha, entre otros. También se presentan géneros ri-
cos en endémicas como Dicoryna, Macrolobium y Swartzia, y familias

217 Biocorredores: de la teoría a la práctica


como Euforbiáceas, Gutíferas y Voquisiáceas. En frutales destacan
Sapotáceas, Rapatáceas, Miristicáceas, Malpigiáceas y Rutáceas. En
palmas abundan Leopoldina piassaba y Mauritia vinifera.

Asociados a los ríos de aguas negras se presentan también Bos-


ques Pluviales de Igapó, con especies como Licania heteromorpha,
Panopsis rubescens, Conepia spp. y Roupala obtusa, así como los
géneros Inga, Phitecelobium, Calliandra, Parkia, Swartzia, y variadas
Melastomatáceas, Mirtáceas y Rubiáceas. Abundan orquídeas, bro-
meliáceas, musgos y helechos. De especial importancia en la Hylaea
Noroccidental son Carapa guianensis, Cedrela odorata, Cariniana mi-
crantha, Peltogyne spp. y Mimusops huberi, y especies de Calyco-
phyllum, Eperua y Caryocar (Martínez 2001).

Los sistemas ecológicos presentes en el Corredor Trinacional se pre-


sentan en la siguiente tabla.

Sistemas ecológicos presentes en el Corredor Trinacional


Bosque Pluvial Amazónico (Hylaea)

Perú Ecuador Colombia

Hylaea Occidental
Bosques Húmedos del Napo X X X
Hylaea Noroccidental
Bosque Húmedos de Solimoes -
Japurá – Río Negro X

Fuente: Modificado de SINCHI (2006).

Objetos de conservación de tipo biológico identificados para el


Corredor Trinacional

Para la consolidación de diversas estrategias, mecanismos y labores


enfocadas en la conservación, se identificaron, como se ve en las
tablas a continuación, objetos de conservación que permitieran, a tra-
vés de su protección, aportar a la conservación de otras especies, así
como asegurar la continuidad en el flujo de bienes y servicios ambien-
tales dentro del Corredor de Conservación. Para esto se consideró la
gran cantidad y diversidad de presiones que se evidencian en torno a
las áreas protegidas existentes en el corredor.

Capítulo III 218


Especies de fauna propuestas como objetos de conservación del Corredor

Clase Nombre Nombre Estado Atributo clave de


común científico la especie

Peces Pirarucú Arapaima gigas VU Estado poblacional


Área de distribución rara
Arawana Osteoglossum ferreirai EN Estado poblacional
Distribución restringida
Reptiles: Caimán negro Melanosuchus niger EN Estado poblacional
Enriquecimiento nutricional de las
aguas
Charapa Podocnemis expansa VU Estado poblacional
Taricaya Podocnemis unifilis Dispersor vegetación riparia
Mamíferos Nutria Pteronura brasiliensis EN Estado poblacional
Indicador estado recurso pesquero
Delfín rosado Sotalia fluviatilis VU Estado poblacional
Delfín gris Inia geoffrensis VU Estado poblacional
Manatí Trichechus inunguis EN Estado poblacional
Danta Tapirus terrestris CR Estado poblacional
Aves Jaguar Panthera onca VU Estado poblacional
Indicador de calidad de hábitat
Pavón carunculado Crax globulosa EN Estado poblacional (limitada a Perú,
Colombia y Brasil, posiblemente
Ecuador)

Especies de flora propuestas como objetos de conservación para el Corredor

Nombre
Especie Estado Presión Atributo clave
común

Cedro Cedrela odorata VU – EN (Col) Tala selectiva por Estado poblacional


Granadillo Platymiscium sculatum uso maderable y
Palo de rosa Aniba rosedora CR artesanal
Palosangre Brosimum rubescens

Ámbito socioeconómico del Corredor Trinacional

El corredor, entendido como el conjunto de las tres áreas protegidas,


abarca un grupo extenso de actores sociales. Los principales senta-
mientos, datos de población y tenencia en el área núcleo del Progra-
ma Trinacional se presentan a continuación.

219 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Asentamientos y datos de población y tenencia en el área núcleo del Programa Trinacional

País Nombre Río Etnias Área (ha) Tenencia Personas


Colombia Jirijirí Caquetá Murui 4.960,0 115
El Hacha Putumayo Siona 6.637 60
6.000
Lagarto Cocha Caucaya Murui 3.967 224
9.300
Comsará – Mecaya Mecaya Coreguaje 2.815,0
Aguas Negras Putumayo Murui 2.858,0 115
Cecilia Cocha Caucaya Kichwa 5.949
2.500
Tukunare Caucaya Murui 2.609 96
2.280
El Progreso Caquetá Murui 2.404,0 98
Paya Indígena Putumayo Kichwa 5.679,0 75
Perecera Putumayo Kichwa 120
SUBTOTAL 903
Ecuador Puerto Bolívar Cuyabeno Siona 130.844,2 Convenio de uso 111
Tarapuy Tarapuy Siona 100
Playas del Cuyabeno Cuyabeno Kichwa 77.298,9 Convenio de uso 242
Siecoya Remolino Aguarico Secoya 24.214,1 Convenio de uso 150
Charap Aguarico Shuar 3.511,0 Convenio de uso 42
Taikiwa Aguarico Shuar 5.417,6 Convenio de uso 101
Sábalo Aguarico Cofán 138.272,6 Convenio de uso 74
Zancudo Aguarico Kichwa 172.576,0 Convenio de uso 100
Poocoya Secoya
SUBTOTAL 920
Perú Tres Fronteras Putumayo Ribereños, No titulada
migrantes
Puerto Lupita Putumayo Kichwa No Titulada
Miraflores Putumayo Kichwa 5.111,6 Titulada 158
Santa Rosa Escalante Peneya Kichwa No titulada
Puerto Estrella Lagartococha Secoya No titulada
Nuevo Peneya Peneya Ribereños No titulada
Santa Teresita Peneya Murui 8.055,0 No titulada 72
Peneyita Peneya Ribereños No titulada
Vencedor Guajoya Santa María Secoya 1.000,0 Titulada 177
Torres Causana Napo Kichwa 12.850,5 Titulada 150
Segundo San Juan Napo Kichwa 12.182,5 Titulada 125
Puerto Nuevo Putumayo Kichwa 7.872,3 Titulada 34
Puerto Veliz Putumayo Kichwa No titulada
Zambelín de Yaricaya Yaricaya Secoya 16.927,7 Titulada 79
Nuevo Ipiranga Putumayo Kichwa 7.296,0 Titulada 121
Mashunta Angusilla Secoya 22.378,5 Titulada 73
Nueva Angusilla Putumayo Kichwa 6.926,0 Titulada 96
San Martín de Porres Yubineto Secoya 56.613,0 Titulada 306
Nueva Esperanza Putumayo Kichwa 31.029,3 Titulada 252
SUBTOTAL 1.643
TOTAL 3.466

Capítulo III 220


En términos de origen étnico, el área del Corredor Trinacional se so-
brepone a territorios ancestrales de los pueblos o nacionalidades Airo
pai (Siona y Secoya), Cofán, Coreguaje, Kichwa, Murui (Huitoto) y
Shuar. Además, se encuentran también pobladores ribereños mes-
tizos (mestizos amazónicos) de origen (o larga permanencia) en la
región, y migrantes indígenas y mestizos recientes provenientes de
las regiones andinas y de piedemonte de los tres países; en el caso
colombiano también de las regiones de expulsión de población a cau-
sa de recurrencia del conflicto armado y otras dinámicas económicas
y culturales.

La población aproximada del área de estudio del Programa Trinacional,


cuya zona núcleo la constituyen las tres áreas protegidas, se estima
en más de 3.500 personas; se incluyen 38 asentamientos (poblados,
centros, comunas y comunidades nativas) establecidos principal-
mente en las cercanías de los ríos de la región (Aguarico, Angusilla,
Caquetá, Caucaya, Cuyabeno, Mecaya, Napo, Peneya, Putumayo,
Santa María, Tarapuy, Yaricaya y Yubineto), bajo condiciones diversas
de derechos formales de uso y acceso a la tierra y sus recursos.

Además de estos actores del entorno inmediato, existen otros acto-


res establecidos en poblaciones circundantes (veredas, comunida-
des, caseríos) o alejadas, que tienen (o quieren) acceso a esta región
y usan sus recursos. Sus actividades se realizan de manera furtiva o a
través de asociaciones (frecuentemente inequitativas) con los actores
locales, o a través de acuerdos y autorizaciones formales.

Estos actores suelen dedicarse a más de una actividad como usua-


rios de recursos a lo largo del tiempo (cazadores, pescadores, tala-
dores, mineros, trabajadores en petroleras), y pueden ser los usuarios
directos o comerciantes, intermediarios y proveedores de servicios
(como transporte), que hacen parte de las cadenas de valor de pro-
ductos forestales maderables y no maderables, y de las cadenas de
explotación de recursos faunísticos e incluso de recursos no renova-
bles. Hay también empresarios que hacen uso de bienes y servicios
ambientales (madera, pesquerías, paisaje), y grandes empresas pri-
vadas o estatales dedicadas a la extracción de recursos naturales no
renovables.

221 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Principios y estructura del Programa Trinacional

El Marco de entendimiento firmado por los Ministros de Ambiente de


los tres países constituye la estructura misma del Programa Trinacio-
nal; se expresa en objetivos, instancias, funciones y alcances, y en las
líneas de gestión de las áreas protegidas, participación social, fortale-
cimiento del corredor de conservación y capacidades institucionales.
Según el memorando de entendimiento de los ministerios de ambien-
te de los tres países, el objetivo es “generar un modelo de gestión
regional coordinada para la conservación y el desarrollo sostenible en
el ámbito de gestión del programa y la incidencia en políticas ambien-
tales, públicas y sectoriales de ámbito nacional y regional, mediante
el desarrollo herramientas y mecanismos operativos, técnicos y finan-
cieros”.

Instancias para la gobernanza

Las instituciones encargadas de la administración del Programa son


los Ministerios de Ambiente que, junto a las Cancillerías, conforman el

Lineamientos
Instancia de de política del
programa, Marcos Multilaterales
facilitación y para el soporte técnico y
coordinación del supervisión
COMITÉ política de
reconocimientos político
directorio y OTCA
comité técnico;
COORDINADOR proyectos de CAN
SECRETARÍA apoyo
coordinación con Directores Sistemas
proyectos y
TÉCNICA
Áreas Naturales
organismos, Protegidas;
apoyo y segui- cancillerías
miento al
programa

Iniciativas de carácter
COMITÉ técnico de apoyo y
TÉCNICO fortalecimiento del
programa.
Jéfes Áreas
Proporcionar
Protegidas; Proyectos / Mecanismos de
Autoridades coordinación y
directrices técnicas Iniciativas reporte definidos con
del corredor
el Comité Tecnico
Coordinación y
Orientación técnica
de proyectos Coordinación y articulación
temática y programática

Gráfico 9. Estructura Programa Trinacional del Corredor de Conservación y Desarrollo


Sostenible de Áreas Protegidas PNN La Paya (Colombia) – RPF Cuyabeno (Ecuador) –
ZR Güeppí (Perú).
Fuente: Memorando de Entendimiento (2011).

Capítulo III 222


Comité Coordinador encargado de avalar las acciones que se llevan
a cabo en un Comité Técnico compuesto por los jefes de las áreas
protegidas y el personal técnico de los Ministerios; este comité se
encuentra articulado por la Secretaría Técnica y como mecanismos
de apoyo se identifican los diferentes proyectos.

Líneas de gestión (Gráfico 10)

• Gestión de las áreas protegidas y sus zonas de influencia: control


y vigilancia; investigación y monitoreo; promoción del ecoturismo
y bienes y servicios ambientales; zonificación y reglamentación de
usos de las áreas protegidas; capacitación y fortalecimiento de
equipos locales y nacionales.
• Participación social: coordinación con población local para el uso y
manejo sostenible de recursos naturales; fortalecimiento organiza-
tivo y de capacidades locales; apoyo a la protección del patrimo-
nio cultural material e inmaterial de los pueblos indígenas.

Control y vigilancia
Coordinación con población local para el
Investigación uso y manejo sostenible de recursos
y monitoreo naturales

Promoción del Línea Participación Fortalecimiento organizativo y de


Línea Gestión de las ecoturismo y bienes y capacidades locales
social
áreas protegidas y sus servicios ambientales
zonas de influencia Apoyo a la protección del patrimonio
Zonificación y cultural material e inmaterial de los
reglamentación de usos pueblos indígenas
de las áreas protegidas
Capacitación y
fortalecimiento de equipos
locales y nacionales

Cooperación horizontal
Articulación entre instrumentos de
ordenamiento y planificación Posicionamiento
Línea Fortalecimiento
Línea Fortalecimiento Promocióbn del ordenamiento de las capacidades
del corredor de ambiental del corredor institucionales Replicabilidad
conservación
Promocióbn de instancias y
mecanismos de concertación Articulación con procesos e
interinstitucional e intersectorial instituciones regionales

Gráfico 10. Líneas de gestión del Programa Trinacional del Corredor de Conservación
y Desarrollo Sostenible de Áreas Protegidas PNN La Paya (Colombia) – RPF Cuyabeno
(Ecuador) – ZR Güeppí (Perú)
Fuente: Memorando de Entendimiento (2011).

223 Biocorredores: de la teoría a la práctica


• Fortalecimiento del corredor de conservación: articulación en-
tre instrumentos de ordenamiento y planificación; promoción del
ordenamiento ambiental del corredor; promoción de instancias y
mecanismos de concertación interinstitucional e intersectorial.
• Fortalecimiento de las capacidades institucionales: cooperación
horizontal, posicionamiento, replicabilidad y articulación con pro-
cesos e instituciones regionales.

Los proyectos de apoyo al Programa Trinacional

Los proyectos se constituyen como medios para la implementación


de las líneas de acción acordadas en el Memorando de Entendimien-
to, entre ellos se citan:

Apoyo al Programa Trinacional Conservación y Desarrollo Sos-


tenible del Corredor de Gestión Transfronteriza entre las Áreas
Naturales Protegidas La Paya (Colombia), Guëppí (Perú) y Cuya-
beno (Ecuador)

Este proyecto tiene como objetivo general el contribuir a la consolida-


ción del Programa Trinacional de Conservación y Desarrollo Sosteni-
ble del Corredor de las áreas naturales protegidas la Paya (Colombia),
Güeppí (Perú) y Cuyabeno (Ecuador). Los recursos para este proyec-
to fueron obtenidos por la GIZ y el Organismo Autónomo Parques
Nacionales de España (OAPN), con apoyo de la OTCA –CAN. El plazo
de ejecución de este proyecto fue de dos años, con extensión del
proyecto hasta febrero de 2012 en aras de facilitar el cumplimiento de
la totalidad de las actividades.

Un paisaje integrado de conservación y desarrollo sostenible:


fortalecimiento de un SIRAP y Territorios Indígenas en la cuenca
Trinacional del Río Putumayo (Putumayo Tres Fronteras)

El objetivo de este proyecto es contribuir a la conservación de la biodi-


versidad y al desarrollo sostenible de la cuenca media del río Putuma-
yo en el marco de los acuerdos y compromisos ambientales multila-
terales adquiridos por Colombia, Ecuador y Perú. Contó con recursos

Capítulo III 224


provenientes de la WWF Alemania y su esquema de ejecución fue a
través de socios en cada país: en Colombia mediante acciones de
Parques Nacionales Naturales, WWF Colombia y la Fundación Tro-
penbos Internacional; en Ecuador se ejecutó el proyecto por parte de
la Dirección de Biodiversidad y WWF Ecuador; en Perú los ejecutores
fueron el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Esta-
do (SERNANP), WWF Perú, la Asociación Interétnica de Desarrollo de
la Selva Peruana (AIDESEP) y el Centro para el Desarrollo del Indígena
Amazónico (CEDIA). Este proyecto tuvo una duración de tres años y
finalizó su ejecución en diciembre de 2012.

Modelo de coordinación fronteriza para la conservación y el


desarrollo sostenible en el Corredor Paya (Colombia) – Güeppí
(Perú) – Cuyabeno (Ecuador) - Cohesión Social-CAN

Este proyecto se denomina al interior del Programa Trinacional “Co-


hesión Social II” dado que sus recursos provienen del compromiso
adquirido por las Cancillerías y la CAN. Tiene como objetivo consoli-
dar el corredor de gestión PNN La Paya (Colombia), RPF Cuyabeno
(Ecuador) y ZR Güeppí como un modelo de conservación y desarrollo
sostenible regional, en el marco de la cooperación y el fortalecimiento
de las relaciones en la zona de frontera. Como entidades involucradas
en este proyecto se cuenta con cooperantes como la Unión Europea
UE – CAN/Proyecto Cohesión social II; los socios en los países son
las autoridades de los Sistemas Nacionales de Áreas Protegidas (Par-
ques Nacionales Naturales de Colombia, Servicio Nacional de Áreas
Naturales Protegidas por el Estado Perú y Ministerio de Ambiente de
Ecuador, Dirección de Biodiversidad). La formulación de este proyec-
to ha sido hecha conjuntamente con personal de las Cancillerías y la
CAN, como horizonte de ejecución se estimó un máximo de 18 me-
ses. Los objetivos del proyecto se relacionan con las líneas de gestión
del Programa.

Líneas estratégicas del Programa Trinacional

Constituyen los medios para elaborar la planeación estratégica; entre


sus puntos más importantes están:

225 Biocorredores: de la teoría a la práctica


• Cooperación para la gestión coordinada.
• Generación de espacios de concertación para la prevención de
efectos negativos de proyectos de desarrollo sectorial.
• Coordinación autoridades y actores del Corredor (planeación, or-
denamiento y manejo sostenible de recursos).
• Incentivo del desarrollo de procesos que contribuyan a la conser-
vación y desarrollo sostenible.
• Concentración de estrategias de mitigación y adaptación al Cam-
bio Climático;
• Gestión coordinada con actores regionales;
• Visibilidad y posicionamiento del Programa Trinacional, y,
• Sostenibilidad financiera.

Oportunidades para el Corredor

El programa y las iniciativas en marcha para la consolidación del


Corredor Trinacional

Los procesos que actualmente se adelantan en el marco del Pro-


grama Trinacional y, específicamente, en el Proyecto Putumayo Tres
Fronteras, se identifican como una oportunidad para el fortalecimien-
to comunitario y el relacionamiento instituciones-comunidades en el
Corredor. Los temas de interés comunitario se identifican como opor-
tunidades para la generación de acuerdos entre comunidades fronte-
rizas y se relacionan con el manejo adecuado de recursos naturales,
la declaratoria de sitio Ramsar y proyectos que incentivan la conser-
vación, como el REDD en Cuyabeno.

El Programa Trinacional es visto como un escenario que brinda posi-


bilidades de sostenibilidad financiera, institucional y política para pro-
cesos de desarrollo sostenible y conservación en el ámbito fronterizo.
En este punto, se reconoce la posibilidad de generar instrumentos
financieros que permitan dar sostenibilidad a las acciones que vienen
desarrollándose en el marco del Programa y a otras que en el largo
plazo se definan en el marco del proceso de planificación participati-
va. Algunos mecanismos incluyen compensaciones, porcentajes por
uso de recursos naturales e incentivos, entre otros.

Capítulo III 226


El Programa Trinacional se ofrece como una oportunidad para la con-
solidación y el fortalecimiento de la gestión de las áreas protegidas del
Corredor, mencionándose el caso del ZR Güeppí como un ejemplo
del impulso que esta iniciativa trinacional pudo dar para ser declarada
como Parque Nacional. También se considera al Programa Trinacional
como una iniciativa que puede favorecer la resolución de conflictos
por uso de recursos naturales en el ámbito transfronterizo.

En términos de oportunidades para el fortalecimiento de la gestión lo-


cal, el Programa Trinacional se identifica como espacio propicio para
la generación y apoyo a instancias trinacionales y binacionales comu-
nitarias (propuestas de los pueblos Sionas, Secoyas, Kichwas, Murui
y Cofanes) en proyectos de desarrollo sostenible.

Además, se ha planteado la posibilidad de generar alianzas con sec-


tores productivos como el de hidrocarburos, de manera que sus pro-
gramas ambientales y de responsabilidad social empresarial aporten
al fortalecimiento de aspectos que incluyen la operatividad de las
áreas protegidas, proyectos productivos sostenibles de comunidades
y desarrollo de sistemas de monitoreo, como algunas de las posibili-
dades de trabajo conjunto en el marco del Programa Trinacional.

Ecosistemas, biodiversidad, recursos naturales

Los ecosistemas y la biodiversidad en la zona fronteriza se identifican


como oportunidades de trabajo éntre los países para el uso sosteni-
ble de recursos. Así mismo, se identifica el Putumayo como una uni-
dad ecológica de cuencas y ecosistemas que, si bien se ve fragmen-
tado por estados nacionales y territorialidades indígenas, campesinas
y población urbana, corresponde a una misma unidad biogeográfica
de tipo transnacional. En este sentido, se considera que el Programa
Trinacional se constituye en una oportunidad para la articulación de
esfuerzos interinstitucionales entre los tres países.

Planeación, ordenamiento territorial y manejo de recursos natu-


rales

Los actores convocados a los diferentes espacios de trabajo iden-


tificaron la existencia en el Corredor de otras figuras y procesos de

227 Biocorredores: de la teoría a la práctica


ordenamiento territorial como oportunidad para la consolidación del
Corredor, puesto que constituyen un complemento importante a la
función de conservación de las áreas protegidas:

• Áreas de manejo forestal;


• Áreas de manejo de recurso hídrico;
• Procesos de ordenamiento territorial a nivel local y regional (provin-
cial);
• Territorios indígenas por fuera de las áreas protegidas como opor-
tunidades para el ordenamiento de actividades turísticas (caso de
la RPF Cuyabeno);
• Ordenamientos territoriales de comunidades indígenas y sus terri-
torios al interior de las áreas protegidas;
• Bosques Protectores, y
• Áreas o zonas de Patrimonio Forestal

La incidencia de actores locales en procesos de ordenamiento del


territorio a partir de instrumentos públicos, como son los planes de
desarrollo, planes de vida de comunidades indígenas, planes de or-
denamiento territorial de localidades y planes de manejo de recursos
naturales, se consideran una oportunidad para la consolidación del
Corredor, previa la articulación con dichos actores locales y regiona-
les a través de su participación en espacios de trabajo del Programa
Trinacional.

Presencia de pueblos y comunidades indígenas

La presencia pueblos y comunidades indígenas en el Corredor Trina-


cional se identifica como una oportunidad dada su ancestralidad en el
territorio y su adaptación a éste en términos de uso y manejo de re-
cursos naturales. Igualmente, se considera que el trabajo coordinado
con las comunidades puede apoyar el proceso de consolidación del
Corredor por cuanto éstas realizan esfuerzos de fortalecimiento de
sus organizaciones y mantienen vínculos con sus comunidades en los
otros países (comerciales y de parentesco). Esto ha generado iniciati-
vas de consolidación de corredores Cofán, Siona y Kichwa, que son
una oportunidad para la construcción de una visión regional más allá
de los límites fronterizos. De igual manera, se ve como oportunidad el

Capítulo III 228


tipo de relacionamiento tradicional que se ha establecido ancestral-
mente entre las diferentes nacionalidades indígenas y el modo en que
esta situación determina el uso de recursos naturales y el manejo del
territorio.

De manera complementaria, se identificó como oportunidad para la


consolidación del Corredor la demanda de territorio de los grupos
indígenas en los tres países; estos procesos contribuirían a consolidar
seguridad territorial bajo las diferentes figuras definidas en cada país
y como opción para la articulación entre diferentes comunidades y las
categorías de manejo de las áreas protegidas existentes. La posibi-
lidad de las comunidades indígenas del Corredor de aportar desde
su cosmovisión, experiencia y capacidades a procesos de control,
vigilancia y monitoreo e investigación surgió como una oportunidad
destacada en los dos espacios de reunión con comunidades del co-
rredor.

Bienes y servicios ambientales

Se identifica como oportunidad la oferta hídrica regional para el abas-


tecimiento de las poblaciones y comunidades de la región, así como
los proyectos turísticos de beneficio para comunidades locales. Tam-
bién son amplias las posibilidades que ofrece el Corredor para el de-
sarrollo de proyectos de investigación sobre la biodiversidad, meca-
nismos de adaptación de comunidades al cambio climático y manejo
tradicional de recursos y del territorio por comunidades indígenas,
como es el caso específico de experiencias comunitarias en el ma-
nejo de cochas. Más específicamente, la posibilidad de desarrollo de
proyectos REDD fue mencionada como oportunidad en el espacio de
reunión con instituciones en Colombia; sin embargo, cabe mencionar
que los actores comunitarios relacionados con la PN Güeppí ven a
este tipo de proyectos con incredulidad y resistencia. La siguiente
tabla es un resumen de este acápite:

229 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Determinados servicios ecosistémicos identificados
para el Corredor Trinacional
Tipo de servicio Bienes o servicios ambientales
ecosistémico
De regulación Regímenes de temperatura y pluviosidad estables
(beneficios obtenidos Fertilidad de los suelos
de la regulación Control biológico
de los servicios Polinización
ecosistémicos) Regulación de la Biodiversidad
Disponibilidad y calidad del recurso hídrico
Depuración del aire
Control de procesos erosivos
Control de desastres naturales
De abastecimiento Recursos forestales maderables y no maderables
Especies de flora y fauna aproverchadas localmente
Alimentación
Producción animal
Plntas medicinales
Energía y combustibles
Recurso hídrico
Cultural Valores estéticos y paisajísticos
Patrimonio cultural / conocimiento local
Valores espirituales
Educación
Investigación
Servicios de soporte
Servicios necesarios para la producción de los demás servicios ecosistémicos:
Productividad primaria, ciclos de nutrientes, producción de oxígeno y formación
de suelos.
Fuente: Modificado de Ortega et al. (2010).

Resultados alcanzados en el Corredor Trinacional

Gestión de las tres áreas protegidas

Con el soporte de los proyectos Putumayo Tres Fronteras y Apoyo al


Programa, se ha incrementado la operatividad de las áreas protegi-
das mediante el mejoramiento de las instalaciones e infraestructura,
y la adquisición de equipos y herramientas necesarias para control y
vigilancia; sobresale la implementación de un programa de base de
datos que contribuye al manejo del plan de control y vigilancia instau-
rado en la Reserva Cuyabeno.

Adicionalmente, se han fortalecido las actividades en las zonas fron-


terizas de las áreas protegidas del Corredor mediante la capacitación
y participación conjunta de personal de las tres áreas en la realiza-

Capítulo III 230


ción de actividades de control y vigilancia en zonas limítrofes, como la
zona de Lagartococha en la frontera entre Ecuador y Perú.

El impulso generado por este programa permitió que la ZR de Güeppí


obtuviera su categorización de Parque Nacional, además de la deno-
minación de dos áreas comunales, lo que permite que las poblacio-
nes accedan a títulos de propiedad sin ningún impedimento legal y así
se mejore la gobernanza en estas tres áreas.

Participación social

Mediante el Proyecto Putumayo Tres Fronteras, el trabajo realizado en


relación con la coordinación de la población que habita dentro y fuera
de las áreas protegidas, enfocado al uso y manejo sostenible de los
recursos naturales, permitió el fortalecimiento de cadenas producti-
vas de cacao y café. Los ejemplos que sobresalen son los denomina-
dos Café Expreso de Oriente y Chocolate de Pacayacu en la zona de
amortiguamiento de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno.

Otras acciones incluyen el apoyo a las comunidades de la RPF Cu-


yabeno para su inclusión en el Programa SocioBosque, el manejo de
recursos hidrobiológicos como el paiche y arawana en el PN La Paya
y PN Güeppí, y el fortalecimiento del turismo comunitario.

Se impulsó también la titulación de derechos de propiedad de las


comunidades nativas del Putumayo; en el Perú se titularon seis co-
munidades nativas con un territorio comunal total de 35,085.30 ha.

Fortalecimiento del Programa Trinacional

Dada la magnitud que representa la generación de un proceso parti-


cipativo entre las tres áreas protegidas, el reto constituye el estable-
cimiento de reuniones y acciones coordinadas entre técnicos/as del
área geográfica, jurídica, y expertos/as en áreas protegidas de los
tres países. Su participación activa permitió obtener un mosaico de
información necesaria para la articulación de instrumentos de orde-
namiento y planificación regional necesarios en la toma de decisiones
respecto al manejo y zonificación del Corredor Trinacional.

231 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Uno de los avances más significativos para la consolidación del co-
rredor constituyeron la firma del memorando de Entendimiento Tri-
nacional por parte de los Ministerios de Ambiente de los tres países,
la elaboración de la Agenda Ambiental Andina y la definición de los
lineamientos para creación del Plan Estratégico, así como la propues-
ta de Plan de Control y Vigilancia y el fortalecimiento de las instancias
de decisión del programa.

Finalmente, las acciones de difusión permiten visualizar las acciones


del Corredor mediante el diseño de material promocional, vídeos, re-
vista electrónica, página Web y publicaciones de los resultados de
investigaciones y monitoreo de especies.

Retos para consolidar el Corredor Trinacional

Entre los retos que se deberán enfrentar en el futuro se destacan


acciones como:

• Ajustes de planes de manejo de las tres áreas protegidas.


• Fortalecer el relacionamiento con actores locales.
• Generar alternativas de desarrollo sostenible en las áreas protegi-
das y en las poblaciones locales.
• Estrategias para solucionar conflictos por uso, ocupación y tenen-
cia de tierras, y
• Sostenibilidad financiera para cada área protegida.

Adicionalmente, se requiere consolidar el corredor mediante una vi-


sión regional compartida, en donde se apliquen:

• La integración de comunidades, municipalidades, cohesión social


y económica, para posicionamiento del Corredor como escenario
de integración fronteriza y escenario de resolución de conflictos.
• La gestión coordinada con autoridades y actores del Corredor para
la planeación, el ordenamiento territorial y el manejo sostenible de
recursos naturales.
• La generación de espacios de concertación alrededor de medidas
ambientales para el manejo de proyectos mineros, hidrocarburos,
infraestructura y turismo.

Capítulo III 232


• Un plan de control y vigilancia regional.
• Actividades de manejo de recursos (arawana y paiche) más allá de
las fronteras, y
• Gestión coordinada con actores regionales para la generación de
información y toma de decisiones.

Conclusiones

El programa es la primera iniciativa de integración fronteriza amazó-


nica en la cuenca media del río Putumayo entre Colombia, Ecuador
y Perú que involucra el desarrollo de actividades conjuntas en tres
áreas protegidas: el Parque Nacional Natural La Paya (Colombia), la
Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno (Ecuador) y el Parque
Nacional Güeppí (Perú), que se han unido para buscar estrategias de
conservación y desarrollo sostenible transfronterizas.

El área cuenta con un gran número de ecosistemas altamente biodi-


versos ubicados en el refugio pleistocénico del Napo Putumayo, ca-
racterizado por vegetación de Bosque muy húmedo tropical (BmhT) y
Bosque húmedo Tropical(BhT).

En el área coexisten colonos, campesinos mestizos amazónicos y


comunidades indígenas ancestrales y recientes (Cofanes, Sionas, Ki-
chwa/ Inga/Ingano, Kamsa (Valle del Sibundoy), Koreguaje, Huitoto /
Murui, Nasa, Secoya, Embera-Chamí, y Muinane (Amazonas) perci-
biendo de una manera propia el uso y manejo de recursos.

El Corredor Trinacional enfrenta una variada gama de presiones deri-


vadas principalmente de acciones antrópicas, por lo cual es necesaria
la intervención articulada entre el Programa Trinacional y los actores
institucionales y sociales con injerencia en el área.

Las líneas de acción que determinan el trabajo del Programa Trina-


cional corresponden a la gestión de las áreas, la participación social,
y el fortalecimiento del corredor y de las capacidades institucionales

Las instituciones encargadas de la administración del Programa son


el Comité Coordinador, encargado de avalar las acciones que se lle-

233 Biocorredores: de la teoría a la práctica


van a cabo en el Comité Técnico, encabezado por la Secretaría Téc-
nica y como mecanismos de apoyo de los proyectos.

Los procesos que actualmente se adelantan en el marco del Progra-


ma Trinacional se identifican como una oportunidad para la genera-
ción de acuerdos entre comunidades fronterizas, alrededor de temas
de su interés, como es el manejo adecuado de recursos naturales.

Los logros más significativos incluyen: la firma del memorando de


entendimiento de los tres países; la elaboración de los lineamientos
para el plan estratégico; la gestión coordinada para crear instrumen-
tos de manejo, investigación y zonificación; el fortalecimiento de las
cadenas productivas y el trabajo participativo con las comunidades
del corredor; el fomento para la categorización de Güeppí como Par-
que Nacional junto a dos áreas comunales; el fortalecimiento de los
planes de control y vigilancia, y el posicionamiento a nivel regional e
institucional del Programa Trinacional.

El programa Trinacional, lejos de ser un proceso con operatividad ex-


clusiva para las tres áreas protegidas, trata de ser una iniciativa que
pueda ser replicada en otras regiones de Ecuador, Perú y Colombia.

Recomendaciones

El Programa Trinacional debe desarrollar la formulación del Plan Estra-


tégico del Corredor en coordinación con actores de los niveles local,
regional y nacional. Para esto se requiere un amplio proceso de so-
cialización de la intención de consolidar el Corredor Trinacional y los
lineamientos estratégicos que se definan para el efecto, para diversos
actores, incluyendo comunidades y entidades locales, regionales, na-
cionales e internacionales.

Es importante para la consolidación del Corredor, y para su viabilidad


a largo plazo, contar con estrategias de acción definidas conjunta-
mente con actores de los diferentes niveles, lo cual exige un mayor
esfuerzo de apertura y generación de espacios de diálogo y consen-
so. Sin embargo, esto debe darse en el corto plazo, dados los gran-

Capítulo III 234


des retos que supone el actuar frente a la variada gama de amenazas
identificadas para el corredor.

La ampliación del área inicialmente contemplada del corredor necesi-


ta información relacionada con las presiones que lo afectan y la com-
presión del reto que supone el trabajo con visión regional más allá de
los límites fronterizos entre los tres países. La meta incluye consolidar
esta como una zona que cuenta con ecosistemas bien conservados
y un manejo adecuado de los recursos naturales para garantizar la
sostenibilidad de medios de vida para las comunidades; a la vez, im-
plica el mantenimiento de comunidades y poblaciones de especies
así como de los procesos ecológicos en la región.

La información disponible para la creación de bases de datos y sis-


temas de información para la toma de decisiones (SIG y monitoreo)
es deficiente en cuanto a ecosistemas, especies, procesos y dinámi-
cas antrópicas. Los vacíos identificados deben ser objeto de atención
prioritaria por parte de los sistemas de áreas protegidas en asocio
con actores institucionales, no gubernamentales y comunitarios en
el corredor. Esta información permitirá la generación de herramientas
e instrumentos que aporten a la toma de decisiones efectivas para
enfrentar los retos que supone el manejo coordinado de un territorio
tan amplio y diverso en términos biológicos, socioculturales, político
institucionales, y la minimización de las presiones y amenazas para su
efectiva consolidación.

235 Biocorredores: de la teoría a la práctica


3.2.5. Experiencia de la Nacionalidad Cofán en la creación de
corredores en las áreas de conservación existentes en
la Amazonía del Ecuador y Colombia: Reserva Ecológi-
ca Cofán Bermejo y Santuario de Plantas Medicinales
Orito Inge Ande14

Freddy Espinosa15

Antecedentes

Los territorios de la nacionalidad Cofán históricamente cubrían más


de 3 millones de ha de la zona amazónica y de pie de monte al noroc-
cidente de la Amazonia en la frontera entre Colombia y Ecuador, en la
zona del Guamués, afluente del río Putumayo y el Aguarico, afluente
del río Napo. El pueblo Cofán ha ocupado las cuencas de los ríos del
alto San Miguel y Aguarico durante innumerables generaciones. Los
exploradores españoles dieron cuenta de encuentros con los Cofanes
en estas regiones incluso desde 1536 y los primeros religiosos esta-
blecieron misiones en la zona a principios del siglo 17. En esa época,
el pueblo Cofán eran numeroso y políticamente organizado, con po-
blaciones bien establecidas y un flexible sistema de ciudad-estado
que permitía una considerable autonomía entre los poblados, asegu-
rando al mismo tiempo una rápida y poderosa respuesta a cualquier
amenaza externa. Las rutas comerciales se extendían en todas las
direcciones, con comerciantes Cofanes subiendo hasta los Andes y
explorando hasta la desembocadura del Amazonas. Hacia fines del
siglo 16, la hegemonía política Cofán se extendía por el norte hasta
el valle de Sibundoy, en el actual Departamento de Putumayo en Co-
lombia, y por lo menos hasta el valle del río Coca en el sur.

Los historiadores españoles, aun cuando detallan muchas facetas de


los logros políticos y culturales de los Cofanes, de manera consistente
confunden los nombres locales de las aldeas y poblaciones con lo
que los cronistas han denominado “tribus”. La impresión es que hay
grandes “tribus” en la zona, cuando de hecho lo único que se está

14 Documento basado en Vriesendorp et al. (2009).


15 Fundación Sobrevivencia Cofán.

Capítulo III 236


describiendo son diferentes poblados y aldeas. Los nombres asig-
nados, por lo general, se basaban en el nombre Cofanes del arroyo
o río más cercano para propósitos de identificación, y no constituían
una distinción en cuanto a idioma, cultura o incluso afiliación política.
Sin embargo, debido a esta confusión, se asignaron diversas deno-
minaciones para los diferentes grupos Cofanes de la zona, uno de los
cuales ha adquirido prominencia como el nombre dado a la provincia
ecuatoriana en la que residen hoy la mayoría de los Cofanes, Sucum-
bíos. Esta palabra se deriva del nombre Cofán dado al río San Miguel,
que constituye actualmente la frontera entre Colombia y Ecuador en
gran parte de su extensión. El nombre Cofán Tsacumbio Na’e literal-
mente significa “río de mucha agua”; de ahí que la gente de Tsacum-
bio Na’e era conocida localmente como los “Tsacumbionae’su A’i”,
que posteriormente fue modificado en español a Sucumbíos.

De igual manera, “Cofanes” surge de otra confusión similar: el término


Cofa Na’e, que significa “el río importante”, conocido ahora como el
Aguarico, y su derivativo “Cofana’esu A’i” fueron alterados a “cofa-
nes”.

Ubicación actual

Actualmente, en el Ecuador el territorio Cofán se concentra en la pro-


vincia de Sucumbíos, donde existen 13 asentamientos con una po-
blación de aproximadamente 1.400 habitantes en un total de 430.000
ha. Gran parte del territorio de los centros y comunidades cofanes se
encuentra traslapado con áreas protegidas, específicamente con el
Parque Nacional Cayambe Coca, la Reserva Ecológica Cofán Berme-
jo y la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno (Figura 41).

Geográficamente el territorio Cofán incluye la zona de transición de la


cordillera de los Andes, con laderas boscosas, abarcando elevacio-
nes desde 650 hasta 4.100 msnm y resguardando las cabeceras y la
confluencia de dos grandes cuencas, la de Cofanes y Chingual en las
provincias de Sucumbíos, Carchi e Imbabura —que drenan hacia la
cuenca amazónica— así como también las cabeceras de un drenaje
de la vertiente occidental (Chota), que fluyen hacia el Pacífico.

237 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Figura 41. Territorio ancestral Cofán en el Ecuador
Fuente: USAID - TNC (2010).

Muchos de los extensos territorios ancestrales de los Cofanes han


sido colonizados durante los últimos cuarenta años, durante la época
de “desarrollo” desde la llegada del consorcio de Texaco-Gulf, quien
fue el primero en iniciar con la explotación del petróleo en la región.
Como un mecanismo de respuesta a las constantes amenazas que
existían en el territorio Cofán y especialmente sobre la serranía Cofa-
nes y Chingual, la nacionalidad Cofán realiza una petición de creación
de una Reserva al Ministerio del Ambiente. El MAE, mediante Acuerdo
Ministerial No. 016 el 30 de Enero de 2002, creó la Reserva Ecológica
Cofán Bermejo (RECB), que pasa a formar parte del Sistema Nacional
de Áreas Protegidas del Ecuador; en el Acuerdo de creación se dis-
pone la administración y manejo por parte de la nacionalidad Cofán
(Ministerio del Ambiente, 2002)

Capítulo III 238


En diciembre de 2007, los Cofanes recibieron un reconocimiento te-
rritorial del gobierno central, mediante el otorgamiento de un título
de propiedad de 30.720 ha en la parte norte del Parque Nacional
Cayambe Coca, en el cantón Sucumbíos. La llegada de los cofanes
al sitio concitó el interés por parte de las autoridades del cantón por
crear una categoría para la superficie restante del cantón que se en-
contraba “baldía” (INDA 2007).

Luego de una intensa gestión realizada por los miembros del Go-
bierno Autónomo del cantón Sucumbíos, la población interesada en
el cuidado de los recursos naturales del cantón y de la FEINCE, se
logró la declaratoria mediante Ordenanza del GAD Municipal del Área
de Conservación Municipal La Bonita Cofanes Chingual, con una su-
perficie aproximada de 70.000 ha, consolidando geográficamente
un corredor conformado por la Reserva Ecológica Cofán Bermejo, el
Parque Nacional Cayambe Coca, el Territorio Indígena Río Cofanes y
el Área de Conservación Municipal La Bonita Cofanes Chingual (GAD
Sucumbíos 2008). Este corredor puede extenderse hacia la zona pro-
puesta como Corredor Oriental y generar un área significativa en ex-
celente estado de conservación.

El territorio ancestral Cofán y las áreas protegidas del PANE

Como se mencionó, una gran parte del territorio de los centros y co-
munidades Cofanes esta sobrepuesta con áreas protegidas, especí-
ficamente con el Parque Nacional Cayambe Coca, la Reserva Ecoló-
gica Cofán Bermejo y la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno,
tal como se describe en el siguiente cuadro:

239 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Ubicación de los centros cofanes y su relación con el SNAP

Centro Parroquia - Cantón Provincia Traslape con SNAP

Sinangoé Puerto Libre - Lago Agrio Sucumbíos PN Cayambe-Coca

Zábalo Cuyabeno - Cuyabeno Sucumbíos RPF Cuyabeno

Pacuya Cuyabeno - Cuyabeno Sucumbíos RPF Cuyabeno

Dureno (5 centros: Dureno - Lago Agrio Sucumbíos N.A.


Oppirito, Ukabati,
Pisurie Canquue y
Bavure)

Dovuno Jambelí - Cascales Sucumbíos N.A.

Chandia Na’e Cascales - Cascales Sucumbíos RE Cofán - Bermejo

Alto Bermejo Cascales - Cascales Sucumbíos RE Cofán - Bermejo

Soquié Cascales - Cascales Sucumbíos RE Cofán - Bermejo

Tayo’su canqque / Cascales - Cascales Sucumbíos RE Cofán - Bermejo


Avie
Fuente: FEINCE 2009

Biodiversidad y objetos de conservación

En el territorio Cofán de los ríos del alto San Miguel y Aguarico existen
varios ecosistemas, especialmente grandes extensiones (aproxima-
damente 135.000 ha) de bosques húmedos tropicales de tierra firme;
además están presentes áreas significativas (unas 110.000 ha) de
bosques subtropicales, aguajales y moretales grandes (53.500 ha),
extensiones de bosques nublados de alturas mayor de 2.000 m que
sobrepasan las 15.000 ha, y extensiones de bosques inundados (iga-
pó) que cubren más de 20.000 ha. Es decir, es un patrimonio lleno de
variedad y de riqueza biológica.

En este territorio se han registrado más de 4.000 especies de ár-


boles y plantas, de las cuales más de 250 especies son utilizadas
como medicinas por varias comunidades, sin mencionar los múltiples
o usos desarrollados durante siglos. Existen más de 800 especies
de pájaros, de los cuales más de 500 figuran o figuraron en la dieta
de la gente Cofán. Existen reconocimientos de más de 50 mamíferos

Capítulo III 240


grandes, de los cuales 25 que están considerados raros o en peligro
de extinción en otros lugares. Aún no existe mucha información sobre
peces, pero existen alrededor de 50 que son utilizados como alimento
(FEINCE 2009).

La escarpada área de cabeceras Cofanes-Chingual es una de las úl-


timas regiones montañosas remotas e intactas en el Ecuador. Abarca
más de 100.000 ha de hábitats ininterrumpidos, con rangos altitudi-
nales desde los 650 metros en la boca del río Chingual, hasta más de
4.100 metros en los páramos y filos más altos; esta zona montañosa
representa el refugio remanente más importante para las restringidas
y amenazadas flora y fauna de los Andes ecuatorianos. Orquídeas es-
pectaculares, peces altamente adaptados, coloridas tangaras y el ta-
pir de montaña se encuentran entre los objetos de conservación más
conspicuos en Cofanes-Chingual, al igual que las fuentes de agua
que abastecen a toda la región. La invaluable y continua gradiente
de vegetación permite el desplazamiento de plantas y animales hacia
arriba y hacia abajo a través de las pendientes, y provee un amorti-
guamiento crucial para contrarrestar el cambio climático en el planeta
(Vriesendorp et al. 2009).

Características sociales

El cantón Sucumbíos, en la provincia de Sucumbíos, en donde se


asienta la mayoría del pueblo Cofán, fue establecido durante las olas
de extracción de recursos naturales, comenzando con la explotación
de caucho de fines del siglo diecinueve, y continuando con la ola de
migración por el desarrollo de actividades petroleras. Actualmente,
el cantón cuenta con electricidad y cañerías de agua; todas las co-
munidades tienen escuelas primarias y escuelas secundarias a larga
distancia, y en La Bonita y El Playón existen escuelas secundarias, al
igual que puestos de salud. El resto de comunidades tienen abasteci-
mientos de medicinas y personal entrenado (Vriesendorp et al. 2009).

Principales actividades económicas

En la región existen dos tipos de actividades económicas: las reali-


zadas por asentamientos poblaciones resultantes de la colonización

241 Biocorredores: de la teoría a la práctica


y las actividades económicas de las comunidades Cofanes. Las ac-
tividades colonas incluyen trabajos asalariados (especialmente en la
municipalidad y otras posiciones gubernamentales), trabajos agrope-
cuarios en cultivos y ganadería y extracción de madera. Las comu-
nidades que se encuentran a lo largo de la carretera Interoceánica
están estrechamente ligadas a la economía de mercado regional, na-
cional y con Colombia, mientras que la comunidad más aislada, La
Sofía, mantiene una economía de autosubsistencia (Vriesendorp et al.
2009).

Las actividades económicas de las comunidades Cofanes giran en


torno a la conservación, y se relacionan con un programa de guar-
daparques comunitarios, impulsado y financiado por la Fundación
Sobreviviencia Cofán. Adicionalmente, a partir del 2009, varias co-
munidades se incorporaron a programas gubernamentales como el
Programa SocioBosque del Ministerio del Ambiente. Este interés en
conservación se relaciona con regulaciones estrictas para la tala ilegal
y proviene del miedo a las sequías, y con la posibilidad de ingresos
que podrían generarse mediante la actividad de ecoturismo o pagos
por servicios ambientales.

Otra fortaleza importante en la región es que los residentes reconocen


que, a pesar de las dificultades económicas, cuentan con una buena
calidad de vida, debido a que sus bosques y aguas permanecen sa-
ludables y sus suelos fértiles (FEINCE - 2009).

Riqueza arqueológica

La región posee una rica y extensa variedad de evidencia arqueoló-


gica que la define como un paisaje antropogénico formado durante
siglos. Se han encontrado materiales que evidencian presencia hu-
mana durante tiempos precolombinos. En las partes más bajas de la
Amazonía alta, específicamente en Río Verde, se confirmó la presen-
cia de un asentamiento pequeño de orientación ribereña. En la zona
de pie de monte andino, en el actual pueblo de La Bonita, se encontró
un gran asentamiento cuyos habitantes poseían una compleja orga-
nización social evidenciada a través de la transformación del entorno

Capítulo III 242


circundante mediante la construcción de montículos y terrazas (Vrie-
sendorp et al. 2009).

Principales amenazas a los ecosistemas acuáticos

Se trata de una zona en donde actividades mineras, petroleras, ma-


dereras, de caza, ganaderas y agrícolas han afectado drásticamente
el equilibrio natural de los ecosistemas, amenazando la supervivencia
de especies de flora, fauna y de grupos humanos que han dependido
milenariamente del estado de los recursos naturales; en este con-
texto, una de las mayores preocupaciones se centra en las fuentes y
cuerpos de agua en el territorio Cofán. La mayor intervención humana
en la zona se presenta por debajo de los 1.000 msnm a través de
diferentes actividades, lo que se hace necesario priorizar medidas de
protección en éstas áreas.

Los pobladores y pobladoras locales identifican que los cuerpos de


agua han sido afectados por actividades como la minería y pesca
con dinamita y barbasco, que son perjudiciales para la comunidad de
peces. Así mismo, la posible construcción de plantas hidroeléctricas
en los ríos de la cuenca Cofanes-Chingual puede tener efectos en
la conectividad y disponibilidad de hábitats en el ecosistema acuáti-
co. Los efectos pueden ser mayores dependiendo de su diseño y en
dónde se ubiquen en la cuenca. Es de resaltar, la amplia distribución
y abundancia de la trucha en varios ríos de esta cuenca a pesar de
que su efecto o amenaza para la ictiofauna nativa de la zona todavía
se desconoce. Es claro el interés que los pobladores de la región
tienen en seguir con este proceso de introducción en otros cuerpos
de agua en donde aún no ha sido introducida la trucha. Por otro lado,
la contaminación de los cuerpos de agua por el uso e incremento de
agroquímicos y la descarga de aguas servidas directamente a los ríos
sin tratamiento puede estar afectando la calidad del agua en el río
Chingual y sus afluentes, lo cual puede tener enormes efectos en la
biota acuática.

243 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Modelo de gestión del territorio

La cosmovisión del territorio del Pueblo Cofán

Con la gestión de su territorio, el pueblo Cofán empieza a tener una


nueva conceptualización del uso de la selva, y el valor a largo plazo de
estas “tierras baldías”, que no tenían posesión privada. Poco a poco,
se reconoce la importancia de asegurar esas tierras para la perma-
nencia de la cultura, reconocimiento que generó en la población y en
los líderes de la nacionalidad la formación de un nuevo concepto, el
de “territorio”.

En alguna manera, el concepto antiguo/nuevo de “territorio Cofán”


ya está integrado a la cosmovisión actual de los cofanes. Existe un
entendimiento por parte de las comunidades sobre la necesidad de
no proteger solo legalmente sus huertas y sus casas, sino, de una
manera global, proteger lo que ha quedado de “los territorios ances-
trales”. Con este reconocimiento, se crea un nuevo concepto, basado
firmemente en el principio emergente de territorio ancestral: las tierras
no son propiedad de una comunidad u otra, sino que son parte de un
todo y forman un patrimonio ancestral en el ámbito de la nacionalidad
en su totalidad.

Este concepto fue ratificado durante el Congreso de Organización de


Indígenas Cofanes del Ecuador (OINCE) en Sinangoé, 1998, y ha for-
mado una parte integral de la política interna de las comunidades y de
la actual Federación de Indígenas Cofanes del Ecuador (FEINCE). Con
esta política existe un reconocimiento de parte de todas las comuni-
dades de que la comunidad local tiene el derecho de decidir —con
base en sus costumbres, sus conocimientos y sus necesidades— los
usos de las tierras que están a su alrededor, siempre y cuando es-
tos no impliquen una amenaza contra la integridad del patrimonio de
todos. Por ende, todas las comunidades, representadas por la FEIN-
CE, tienen la obligación de vigilar que ninguna comunidad empiece
a utilizar sus tierras en una manera que amenace su integridad y la
continuidad de los recursos. La comunidad local formula sus propios
reglamentos y planes de manejo para el territorio que controla, pero
todas las comunidades tienen tanto el derecho y el deber de revisar

Capítulo III 244


esos reglamentos y planes de manejo para asegurar que realmente
cumplan con el concepto central, el de que las tierras constituyen un
patrimonio ancestral.

En términos biológicos, antes estuvimos utilizando grandes extensio-


nes de tierra como un home range, un área de uso poco definido, en
donde en ocasiones se daba una superposición de uso de recursos
con culturas vecinas. Ahora, cambió la mentalidad de tenencia con lo
que se inició implementar mecanismos de defensa del territorio e im-
pedir que nuevos grupos de personas obtengan posesión y titulación
sobre este territorio.

Junto con este concepto, viene formalizándose una nueva visión de


la importancia de lo que en A’ingae16 se denomina “Tsampi”. Aun-
que se traduce como “selva”, la palabra comprende los ríos, esteros,
bosques, animales, plantas, y todo el entorno. Tsampi es lo que da la
vida a los cofanes, es el centro de la cultura. Si bien una cultura es la
suma de las relaciones espirituales, sociales y físicas de un grupo de
seres humanos con su entorno, el idioma puede definir y describir la
importancia y estrechez de esta relación. Más de la mitad del idioma
Cofán está dedicado a la descripción de Tsampi, lo cual da una idea
de cuán importante es mantener intacto al entorno. Si su cultura ha
sobrevivido a todos los avatares es porque siempre ha mantenido su
relación integral con Tsampi; por lo tanto, los cofanes tienen el deber
de asegurar que se mantenga durante los siglos venideros; “al ase-
gurar nuestro Tsampi, aseguramos nuestra sobrevivencia como una
cultura y una nacionalidad” (Vriesendorp et al. 2009 2001)

Políticas sobre la tenencia de los territorios ancestrales

Muy interrelacionado con el cuidado del Tsampi está la gestión de


territorio. Se han definido políticas muy calaras sobre la tenencia de
sus territorios ancestrales, que se resumen en:

16 El lenguaje Cofán se denomina A’ingae y no ha podido ser clasificado dentro de ninguna de


las grandes familias lingüísticas.

245 Biocorredores: de la teoría a la práctica


1. Los territorios ancestrales forman un patrimonio de la totalidad
de nacionalidad Cofán, sin ser propiedad privada de una u otra
comunidad local o de persona natural.
2. Los territorios ancestrales no pueden ser sujetos de actividades
que alteran su estado natural de una manera irreversible.
3. Los territorios ancestrales no son susceptibles de ser enajena-
dos.
4. Los territorios ancestrales no son susceptibles de traspaso a ter-
ceros en ninguna forma.
5. Los territorios ancestrales tienen que ser mantenidos en un esta-
do que garantice que las futuras generaciones de cofanes tengan
las mismas oportunidades de utilización de las que ahora se dis-
pone.
6. La comunidad local tiene el derecho y deber de decidir sobre
la base de las necesidades, tanto espirituales y sociales como
económicas, las reglas de uso de los territorios bajo su control
directo.
7. La comunidad local tiene el derecho al goce, uso y manejo de los
territorios bajo su control directo y los recursos que se encuen-
tran en ellos, siempre y cuando el uso y manejo no contradiga las
políticas y reglamentos cofanes.
8. La nacionalidad Cofán tiene el derecho y deber de revisar las re-
glas de uso de la comunidad local para asegurar que no se ge-
neren actividades contrarias para la conservación del patrimonio
territorial Cofán.
9. La comunidad que formula reglas internas o entra en acuerdos
exteriores que implique riesgo a la integridad del patrimonio terri-
torial Cofán será sancionada; si insiste en su actitud, puede ser
incluso retirada la posibilidad de uso del territorio. En el caso de
darse esta sanción, los y las miembros de la comunidad sancio-
nada recibirían lotes de 50 ha por familia bajo los marcos de la
ley ecuatoriana, siempre y cuando sea aplicable esta modalidad.
El resto de su territorio continúa bajo manejo de la nacionalidad
representada por FEINCE.
10. La comunidad local tiene la responsabilidad de desarrollar un plan
de manejo de acuerdo con las realidades que enfrenta. Este plan
de manejo rige y norma el uso de los recursos locales.

Capítulo III 246


11. La nacionalidad Cofán, representada por las directivas, la FEIN-
CE, y las demás organizaciones y asociaciones de que forman
parte los miembros de la cultura Cofán, tiene la responsabilidad y
el derecho de buscar alianzas con agentes exteriores que coinci-
de con la visión y las políticas de la nacionalidad.
12. Las comunidades locales tienen el derecho y deber de informar
e incluir al resto de la nacionalidad Cofán en cualquier gestión o
situación que afecta la integridad del patrimonio territorial Cofán.

Planes de manejo

Para la nacionalidad Cofán un plan de manejo representa una herra-


mienta muy básica que va tomando cuerpo en base de las realidades
y necesidades que experimentan los y las miembros de la comunidad
local. Si bien no hay que descartar la importancia de una estructura
básica, existe la necesidad de asegurar que esta estructura sea diná-
mica y apoye una evolución continua de mecanismos de control y de
manejo en base a los retos que enfrenta la comunidad.

Zonificación

La zonificación está basada en el esquema ancestral cultural de uso


de la tierra. La cultura Cofán siempre ha concentrado sus pueblos y
su agricultura en las riberas de los ríos grandes, principalmente por
la facilidad de transporte, de acceso a las comunidades y por ser
tierras muy fértiles, productos de las frecuentes crecidas y arrastre
de material de los ríos. Son tierras muy dinámicas, con un índice de
erosión natural muy alto. Las poblaciones que las utilizan tienen que
mantener una actitud de convivencia con en esos cambios naturales.
En términos de un sistema de zonificación, los Cofanes denominan a
esas tierras Zona de uso intensivo.

Las zonas de tierra firme e igapó cercanas al centro poblado son utili-
zadas tradicionalmente como fuente de recursos: medicinales, mate-
riales de construcción, carne de monte, elementos y sustancias para
la utilización en la vida espiritual, materiales para adornos y comercio,
y mucho más. Sin embargo, nunca se utilizan para casas, huertas, o

247 Biocorredores: de la teoría a la práctica


pastos. Los suelos son generalmente muy pobres y no dan para usos
intensivos. Esta zona se denomina Zona de uso extensivo.

En las partes posteriores de dichas tierras existen grandes extensio-


nes de bosques de varios tipos, que quedaron con muy poco uso
directo por parte de las poblaciones locales.

Los guardaparques como eje de participación en temas adminis-


tración de los recursos naturales

Frente a la situación crítica y amenazas del Territorio Cofán, la Federa-


ción de Indígenas de la Nacionalidad Cofán del Ecuador (FEINCE) y la
Fundación para la Sobrevivencia Cofán (FSC) han generado diferen-
tes alternativas de conservación y manejo de su territorio para revertir
esta tendencia. Una de las más exitosas iniciativas es el Programa de
Guardaparques Cofanes.

Esta iniciativa, en alianza con el MAE, permite controlar y vigilar casi


430.000 ha de territorio, la gran mayoría de las cuales coinciden con
áreas del PANE. Operativamente, el programa cuenta con 54 guar-
daparques Cofanes, repartidos entre patrullas móviles permanentes y
estaciones de control en zonas críticas.

Este programa no se limita solamente a la protección y la recupera-


ción de capital natural, sino que genera una alternativa productiva
y de ingresos basada en la protección de la extraordinaria riqueza
natural del territorio Cofán. Adicionalmente, este nuevo papel de guar-
dianes de la selva permite la recuperación de capital social y humano,
además de generar una elevada conciencia ambiental local. El trabajo
conjunto de definir normas de manejo sostenible y de garantizar la
integridad de un territorio extenso contribuye a generar capital social,
mientras las actividades de entrenamiento y capacitación —integran-
do saberes tradicionales y conocimientos modernos en ciencias, me-
dicina, geografía, entre otros— desarrollan nuevas destrezas y capital
humano.

En la actualidad, el sistema de control y vigilancia Cofán es un modelo


plenamente avalado por la Autoridad Ambiental Nacional y con una

Capítulo III 248


proyección hacia otras nacionalidades indígenas como los Chachis,
los cuales se están entrenando con los Cofanes para desarrollar ini-
ciativas similares.

Propuesta de conectividad binacional territorio Cofán (Ecuador


– Colombia)

La relación existente en la nacionalidad Cofán sobre la frontera ha


permitido la realización de dos congresos binacionales en que se han
discutido y diseñado estrategias para crear un corredor entre ambos
países sobre las territorios ancestrales a los dos lados de la frontera
de la Nacionalidad Cofán, incluyendo la Reserva Cofán Bermejo en el
Ecuador y el Santuario de Plantas Medicinales Orito Inge Ande (que
en el idioma Cofán significa “Santuario del Yagé”). Se debe establecer
geográficamente y fortalecer un corredor que una las dos reservas
mencionadas y así genere una estrategia de recuperación de terri-
torios que, por sus condiciones naturales, sean susceptibles de ser
declaradas áreas de conservación y que se sumen a las dos ya exis-
tentes (ASMIK - FEINCE 2008).

El el Santuario de Plantas Medicinales Orito Inge Ande es punto de


unión cultural y biológica de la región amazónica y andina. Está cu-
bierta casi en su totalidad por bosques en un alto grado de conser-
vación y con presencia de una gran diversidad de fauna y flora pro-
pia de esta transición ecológica. El área forma parte del piedemonte
amazónico —lugar de uso tradicional de los pueblos indígenas Cofán,
Inga, Siona, Kamentsa y Coreguaje, etnias con lenguas, costumbres
y tradiciones propias— unidos por lo que la antropología ha deno-
minado la “cultura del yagé” (Banisteriopsis caapi), la cual es una de
las tradiciones chamánicas más fuertes que existen actualmente en
el planeta. En el santuario hay una importante variedad de plantas
asociadas a la cultura del yagé.

El santuario está localizado en Colombia, en el municipio de Orito,


con Putumayo en su zona noroccidental, Pasto en su zona sur y el
municipio de Funes en la zona sur occidental. El santuario tiene una
extensión de 10.204,26 ha y se ubica entre los 700 y los 3.300 msnm
(Figura 42). Fue creada en el año 2007.

249 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Si bien en su interior no viven comunidades indígenas, ha sido un
territorio usado ancestralmente por el pueblo Cofán para la cacería,
la recolección de plantas medicinales (entre estas el Yagé y el Yoco
[Paullinia yoco]), y como referente cultural importante. De acuerdo con
los curacas cofanes, el santuario es habitado por el “pueblo invisible
Cofán” (Tsampi A`Indekhw) y la “gente tigre” (Thesi A`Indekhw).

Aledaña al área esta la comunidad Embera, que habita el resguardo


Alto Orito; además, en su zona de influencia están presentes las et-
nias Inga, Pasto, Quillacingas y Awá, lo que denota la gran diversidad
cultural de la región del piedemonte amazónico.

Figura 42. Ubicación del Santuario de Plantas Medicinales Orito Inge Ande.
Fuente: ASMIK – FEINCE (2008).

Capítulo III 250


3.2.6 Análisis de las experiencias sobre
corredores presentadas

Victor Hugo Portocarrero1

El análisis de las experiencias y los esfuerzos realizados a nivel inter-


nacional y en la Z1 de planificación sectorial, presentan, sin lugar a
dudas, una riqueza de elementos que deberían considerarse para el
diseño y generación de corredores en otras zonas de planificación del
país.

Presiones a la que responde la conformación de corredores

La conformación de corredores en la Z1 responde a las siguientes


presiones: avance de la frontera agrícola y ganadera; coexistencia co-
rredor - asentamientos humanos; deforestación/ tala indiscriminada;
fragmentación de los hábitats naturales (especialmente por construc-
ción de infaestructura); incidencia en las políticas ambientales públicas
y sectoriales, de ámbito local, nacional, regional e internacional; de-
gradación de los ecosistemas y pérdida de la biodiversidad asociada;
minería ilegal; altos índices de pobreza; desarraigo territorial, que en
función de la caracterización socio, económica, política y ambiental
del territorio, tienen mayor peso en su consideración (Gráfico 11).

Presiones antecedentes para la conformación de Corredores

100% 100% 100% 100% 100%

100% 60% 60%


80% 40%
60%
40%
20%
0%
ambientales, públicas y

local, nacional, regional


Coexistencia Corredor

sectoriales de ámbito
Incidir en las políticas
Avance de la frontera

los hábitats naturales


agrícola y ganadera

Degradación de los
Fragmentación de
Deforestación/tala

ecosistemas y a la

Altos índices de
(Infraestructura)
asentamientos

e internacional
indiscriminada

pobreza (NBI)
biodiversidad
pérdida de la

Minería ilegal
Humanos

asociada

Gráfico 11. Presiones a la que responde la conformación de corredores


Elaboración: Victor Hugo Portocarrero

1 Director de Planificación. Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura– Coordinación


Zonal 1.

251 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Tipologías de corredores existentes

Las experiencias de corredores analizadas en la Z1 indican que las


tipologías más frecuentes son corredor de conservación, corredor de
desarrollo, y corredor biológico, aunque su caracterización biófisica
sea similar.

Sistemas de desarrollo y ordenamiento que consideran los co-


rredores

De acuerdo a las tipologías utilizadas, los casos analizados coinciden


en la necesidad de trabajar con los distintos sistemas de planifica-
ción del desarrollo y ordenamiento territorial de manera integrada, in-
cluyendo los sistemas: social cultural, territorial, político-institucional,
productivo y socio-económico.

Propósitos comunes

Otro de los elementos que unifican la experiencia en la gestión de co-


rredores son los objetivos o consideraciones propositivas, las cuales,
de manera general, coinciden en:

• Promover la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad


• Establecer, fortalecer y dinamizar redes locales y regionales de
concertación social
• Generar un modelo de gestión regional coordinada para la conser-
vación y el desarrollo sostenible bajo principios de planificación y
ordenamiento territorial.
• Coordinación interinstitucional
• Fomentar la interconexión de los remanente naturales reduciendo
el impacto de la fragmentación

Actividades comunes

En este contexto, el marco de las actividades para la gestión del co-


rredor se define la realización de acciones encaminadas al:

Capítulo III 252


• Fortalecimiento y dinamización de la participación social
• Fortalecimiento de las capacidades institucionales
• Protección y conservación de la naturaleza y su biodiversidad
• Fortalecimiento del corredor
• Consolidación de alianzas y estrategias de comunicación e infor-
mación
• Gestión de las áreas protegidas y sus zonas de influencia
• Apoyo en planeación y ordenamiento territorial y marco de gober-
nabilidad.
• Proyectos de generación de incentivos

Principales dificultades y retos

Como todo proceso que propone una nueva estructura de relaciona-


miento y modificación de las condiciones de vida y su entorno, pre-
senta dificultades en su ejecución. Los retos principales que afronta la
gestión de los corredores son:

• Base organizacional débil o inexistente


• Tenencia de la tierra: predios sin escrituras o predios insertos den-
tro de escrituras globales donde los propietarios son poseedores
de derechos.
• Altos costos de impuestos a predios que mantienen remanentes
de vegetación natural.
• La declaratoria de bosques protectores hace legalmente imposible
utilizarlos por lo que son percibidos como “tierras improductivas”
que generan gastos.
• Desconocimiento de las condiciones de aplicación del programa
Socio Bosque y negativa a participar por parte de determinados
propietarios.
• No existe la figura legal de corredores, que permita declarar una
zona bajo esa denominación.

Principales aciertos

Por otra parte, es necesario destacar los principales aciertos en la


gestión de los corredores analizados, los cuales se resumen en:

253 Biocorredores: de la teoría a la práctica


• Generar un cambio en la percepción y la forma de manejar los
recursos naturales del corredor.
• Gestión y coordinación interinstitucional con GAD y MAE.
• Intercambio de experiencias.
• Conocimiento profundo del corredor en base a la generación de
mayor información.
• Coordinación y establecimiento de alianzas estratégicas entre enti-
dades involucradas, públicas y privadas, para la conservación de
la biodiversidad.
• Articulación de redes territoriales
• Construcción participativa y asimilación eficaz del concepto de co-
rredor y de su integración en las políticas públicas y en los proce-
sos de planificación.
• Levantamiento de información catastral de los predios ubicados en
el Corredor.
• Generación de incentivos.
• Generación de proyectos de desarrollo sustentable.

Los procesos de articulación y participación en la gestión del corre-


dor, al parecer son los elementos claves para el buen desenvolvimien-
to en virtud de su acción propositiva.

Gobernanza

El análisis de la sistematización de los corredores muestra que la prin-


cipal acción de gobernanza es la inclusión participativa de aquellas
estructuras y asentamientos humanos radicados en el territorio del
corredor donde se espera conservar y desde donde se propone ge-
nerar los diferentes procesos de desarrollo sustentable.

La acción de gobernanza parte desde un enfoque democrático en el


quehacer de la gestión pública y comunitaria del corredor.

Este esquema de gobernanza establece la formación de comités de


diferente denominación, pero integra la gestión en relación con los
diferentes sistemas y subsistemas de planificación y ordenamiento
establecidos. Los diferentes niveles de gobernanza generan entida-
des tales como: consejo local, red social, comité promotor, comité de

Capítulo III 254


co-manejo, comité coordinador, comité técnico, cuyo principal funda-
mento es la participación comunitaria.

De tal manera que, como conclusión, el éxito de la gestión de corre-


dores radica en la participación comunitaria que involucra los elemen-
tos ancestrales de la conservación y el cuidado ambiental.

3.2.7 A manera de lecciones aprendidas y recomendaciones

Roberto Ulloa17

La evidencia científica demuestra que las áreas protegidas son par-


te importante de las estrategias de conservación in situ, pero por sí
solas no son suficientes para conservar la diversidad de los sistemas
naturales, mantener los procesos que las sustentan y la generación
de bienes y servicios ambientales (Barborak 1997; Ervin et al. 2010;
Miller 1997; Phillips 2003; Primack et al. 2001; Secretariat of the Con-
vention on Biological Diversity 2008; Smith 1997; Soulé y Simberloff
1986; Soulé y Terborgh 1999; Thorsell 1990; Ulloa et al. 1977). En la
actualidad, las áreas protegidas están siendo creadas para proteger
hábitats remanentes aislados o entornos naturales que no necesa-
riamente aseguran el mantenimiento de la integridad ecológica; por
esta razón, las iniciativas de implementación de corredores a escala
de paisaje están surgiendo en todo el mundo a un ritmo cada vez
más acelerado (Beier 1993; Bennett 2003; Bennett y Mulongoy 2006;
Conservation International 2005; Hilty et al. 2006).

Desarrollar adecuadamente la conectividad de ecosistemas involucra


una amplia gama de diferentes usos de la tierra, lo que implica que
las iniciativas exitosas de corredores de conservación requieran res-
puestas caso por caso, a menudo a nivel local, para lograr un equili-
brio que beneficie tanto a la conservación de la biodiversidad y al uso
sostenible los recursos (Bennett 2003; Noss 1991).

A pesar de la gran variación en la terminología que se utiliza en todo el


mundo para describir los mecanismos de conservación de la conec-

17 Gerente de Políticas Ambientales. Conservación Internacional Ecuador.

255 Biocorredores: de la teoría a la práctica


tividad a escala de paisaje, hay varios elementos comunes que han
surgido de la experiencia internacional, especialmente en los últimos
15 años. La escala de las iniciativas de conectividad de los corredores
varía desde el nivel local hasta el internacional. La mayoría tienen un
objetivo común de lograr la conservación de la biodiversidad, com-
binándola con el uso sostenible de los recursos, lo que requiere una
combinación de medidas de regulación, incentivos y sensibilización
para tener éxito (Bennett y Mulongoy 2006; Secretariat of the Con-
vention on Biological Diversity 2008; Sanderson et al. 2003).

La experiencia internacional, especialmente la de Costa Rica analiza-


da en este capítulo, indica que las iniciativas de corredores de conser-
vación de biodiversidad exitosas requieren (Rojas y Chavarría 2005;
SINAC 2008; Sanderson et al. 2003):

• Definir una visión y una estrategia nacional, junto con el compromi-


so y responsabilidad política al más alto nivel;
• Contar con un régimen normativo que permita e impulse la conec-
tividad de forma explícita.
• Impulsar una base de información adecuada en evaluaciones eco-
lógicas integrales y conocimientos científicos sólidos para mante-
ner y mejorar la integridad ecológica.
• Planificar más allá del nivel nacional y trabajar bajo una concepción
que rebase las fronteras internacionales

El diseño e implementación de los corredores ha sido iniciado gene-


ralmente por los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales
y las instituciones de investigación, así como por organizaciones co-
munitarias e indígenas. Estas iniciativas a menudo han sido impulsa-
das desde arriba hacia abajo, aunque existen interesante iniciativas
en la cuales el impulso viene desde las organizaciones comunitarias,
las autoridades subnacionales del gobierno o las ONG locales. Las
iniciativas exitosas dependen de encontrar consensos y acuerdos es-
tables, y formas viables de tratar con “límites” en todos los niveles:
político, jurisdiccionales, socioeconómicos, culturales y legales (Crac-
co y Guerrero 2004; Rojas y Chavarría 2005; SINAC 2008).

Capítulo III 256


Generalmente, varias de las iniciativas de corredores se han llevado a
cabo en ausencia de políticas o legislación adecuada y específica, y
han sido impulsadas mediante en el uso creativo de una combinación
de instrumentos políticos y jurídicos. Es indiscutible que la mayoría
de los conflictos es el resultado de contradicciones en la aplicación
de las leyes existentes debido a los intereses sectoriales poco coor-
dinados. En el Ecuador, el Ministerio del Ambiente, mediante Acuerdo
Ministerial 105 del 24 de octubre de 2013, expidió los Lineamientos
de Gestión para la Conectividad con Fines de Conservación (MAE
2013), que constituye el marco de políticas en relación con la creación
y gestión de corredores en el país.

Algunas lecciones aprendidas y determinados factores clave para el


éxito en base al análisis de las experiencias internacionales y naciona-
les de corredores en la Z1 se describen a continuación.

Los corredores constituyen eficaces mecanismos para la con-


servación de la biodiversidad

Si bien la mayoría de las experiencias de corredores en la Z1 no han


sido sistematizadas adecuadamente y no existen mecanismos de
monitoreo, especialmente biológico y social, que hayan sido dise-
ñados y se encuentren funcionando en las experiencias nacionales
presentadas, se puede mencionar que los corredores proporcionan
significativas ventajas para la conservación de la biodiversidad, com-
parados, por ejemplo, con áreas protegidas. Estas ventajas incluyen
la persistencia de especies y comunidades dentro de un ecosistema
determinado, la capacidad de recolonizar parches “vacíos” del hábitat,
la opción de disminuir las amenazas a la integridad de ecosistemas y
la ocurrencia de las perturbaciones y desastres naturales periódicos.
Por lo tanto, el diseño de los corredores debe ser flexible (Harvey y
Sáenz 2004; Saunders y Hobbs 1991; Sepúlveda et al. 1997).

Los corredores de conservación son costo-efectivos

Los corredores pueden ser una alternativa costo-efectiva importan-


te para la ampliación de los sistemas de áreas protegidas como un
medio para lograr los objetivos de conservación (Conservation Inter-

257 Biocorredores: de la teoría a la práctica


national 2005, 2006). Es necesario considerar que el establecimiento
de corredores para proteger los hábitats existentes, antes de que se
vuelvan extremadamente fragmentados, es más rentable que restau-
rar los paisajes ya degradados (Cracco y Guerrero 2004; Inchausty
2004).

Los corredores requieren planificación a largo plazo

La planificación, el establecimiento y la puesta en práctica de corre-


dores sostenibles y viables requieren de una perspectiva a largo pla-
zo, es decir, tiempo, paciencia y permanentes esfuerzos de coordina-
ción interinstitucional. Una característica en común de los ejemplos
de corredores analizados en la Z1 es que, debido al largo período de
tiempo y los múltiples actores interesados que participan en el diseño
y gestión de un corredor, se ha dado prioridad durante las primeras
etapas de gestión a los proyectos y actividades tendientes a generar
visones comunes, sinergias y a organizar a los actores participantes
(institucionales, privados o comunitarios), así como a fortalecer sus
capacidades organizativas; posteriormente, se desarrollan acciones
de conservación a largo plazo o se trata de solventar las necesidades
sociales y económicas. El proceso a largo plazo que caracteriza la
elaboración y aplicación de programas de conectividad requiere de
una visión particular de la conservación y el desarrollo económico que
sea compartida por los sectores público y privado y que trascienda
los sucesivos gobiernos (Canet-Desanti 2007; CBM 2002; Rojas y
Chavarría 2005).

Los corredores requieren de arreglos institucionales y coopera-


ción intersectorial

Los corredores no son solamente remanentes vegetacionales o cuen-


cas hidrográficas: están inmersos en una matriz de diversos usos y
escalas de intensidad de uso de la tierra que implica un tramado inter-
institucional complejo. Por lo tanto, demandan un enfoque intersecto-
rial que requiere la cooperación y coordinación principalmente de los
organismos gubernamentales cuyos intereses pueden ser afectados
por los corredores. Esta red puede incluir no sólo las entidades que
se ocupan de la gestión de los recursos naturales, sino también las

Capítulo III 258


relativas a la agricultura y ganadería, el transporte, la construcción
de obras de infraestructura como carreteras, hidroeléctricas, etc., la
minería, el turismo, recursos naturales no renovables, y finanzas y pla-
nificación, entre otros. El MAE, en su calidad de autoridad ambiental
nacional encargada de la gestión de los recursos naturales y del pa-
trimonio natural debe ser intersectorial en su acercamiento para la
creación y gestión de corredores y tiene la autoridad para coordinar,
liderar propositivamente y tomar decisiones respecto a estos temas.

El rol puntual de las instituciones varía en función de las circunstancias


nacionales; sin embargo, una serie de características son comunes a
las necesidades de muchos programas de conectividad documen-
tados (Bennett y Mulongoy 2006; Cracco y Guerrero 2004; Harvey y
Sáenz 2004; Sanderson et al. 2003; Secretariat of the Convention on
Biological Diversity 2008). Entre ellas destacan:

• La necesidad de normativas claras que se apliquen por igual a las


partes interesadas.
• Los arreglos integrales de zonificación.
• La aplicación de procedimientos y regulaciones eficaces.
• La sostenibilidad financiera para los procesos que se intentan de-
sarrollar.
• la clarificación de la tenencia de la tierra.
• Una clarificación de los derechos de uso de los recursos naturales
y de los recursos públicos y privados.
• Mecanismos definidos de participación social y fortalecimiento de
la capacidad de actores, especialmente aquellos directamente in-
volucrados.

Es difícil conciliar los intereses de los diferentes grupos de interés en


los corredores, por lo que es indispensable tomarse el tiempo nece-
sario para llegar a un acuerdo lo que permitirá el apropiamiento de los
consensos y su aplicabilidad; esta es una de las razones por las que
se requiere un compromiso a largo plazo para su implementación. En
el país, los corredores necesariamente requieren considerar el con-
texto de políticas públicas, especialmente el Plan Nacional del Buen
Vivir 2013-2017 (SENPLADES 2013), esquemas de planificación y
ordenamiento territorial de SENPLADES – GAD y el Plan Estratégico

259 Biocorredores: de la teoría a la práctica


del SNAP (MAE 2007), y conectarse con las iniciativas nacionales de
conservación relacionadas como la conformación de los subsistemas
del SNAP y los Proyectos del MAE, entre otros.

El éxito en la implementación de un corredor requiere el apoyo


de los actores interesados

El análisis de experiencias exitosas de corredores a nivel mundial


(Bennett y Mulongoy 2006; Cracco y Guerrero 2004; Sepúlveda et al.
1997; Mittermeier et al. 2005) requiere un acuerdo entre los distintos
niveles de gobierno, desde el nacional al local, pasando por la relación
entre entidades del Gobierno Central y los GAD. Las entidades de
implementación pueden incluir organismos gubernamentales, orga-
nizaciones comunitarias e indígenas, ONG y personas directamente
involucradas, ya sea que habiten dentro o cerca del corredor. Una lec-
ción visible de la experiencia internacional de corredores de conser-
vación es que la iniciación y gestión de iniciativas de conectividad no
es prerrogativa exclusiva de los gobiernos a nivel central. En muchos
países son iniciadas y conducidas por las autoridades subnacionales
de gobierno, o especialmente por organizaciones comunitarias, no
gubernamentales e instituciones de investigación (Borrini-Feyerabend
1996).

Un caso muy especial en el Ecuador, y en la Zona 1 en especial, es el


del Corredor de Vida Chiles Mataje; los arreglos para la conformación
y fortalecimiento del corredor han partido exclusivamente desde lo
local y actualmente están tratando de trascender hacia niveles supe-
riores y lograr el reconocimiento de autoridades nacionales. Si bien
los acuerdos iniciales pueden ser firmados por altos funcionarios del
gobierno, o a niveles transfronterizos las iniciativas regionales por los
jefes de Estado, es necesaria la participación de los actores locales
(Borrini-Feyerabend 1996; CBM 2002, 2006; Canet-Desanti 2007).
Con la finalidad de lograr y mantener los acuerdos necesarios para el
diseño e implementación de una iniciativa exitosa de corredor (Benne-
tt y Mulongoy 2006; Borrini-Feyerabend 1996; Canet-Desanti 2007;
Cracco y Guerrero 2004; CBM 2002; Sepúlveda et al. 1997; SINAC
2008) debe existir un proceso que permita:

Capítulo III 260


1. Identificar las áreas de interés común y los conflictos actuales y
potenciales.
2. Establecer un proceso de comunicación y negociación que permi-
ta discutir, clarificar y consensuar las diferencias y contar con una
clara visión compartida de la finalidad y objetivos.
3. Tratar las necesidades y requerimientos de las partes interesadas,
especialmente de las comunidades locales cercanas o dentro de
las áreas núcleo o las zonas de conectividad, y generar incentivos
para que apoyen el corredor.
4. Generar la confianza entre los diferentes grupos, incentivando una
amplia participación en las discusiones de planificación y políticas
a nivel regional, nacional y local.

Una cuestión particularmente difícil que confrontan las iniciativas de


corredores de conservación es la forma de garantizar que las par-
tes interesadas del sector privado, en particular en los sectores de la
energía, minería y la explotación forestal, participen plenamente en los
programas y acuerdos con el logro de las metas de los corredores.

Los corredores de conservación deben integrarse en la planifica-


ción del uso de la tierra

Los corredores deben ser incluidos como un componente de los pla-


nes de uso de suelo para zonas urbanas, así como las zonas rurales,
tanto para áreas relativamente pequeñas, como para regiones ente-
ras. Una de las maneras más eficaces de hacerlo es mediante la zoni-
ficación, explicada en el Capítulo II. En este sentido, existen avances
significativos en la Zona 1 puesto que los Gobiernos Provinciales del
Carchi y de Imbabura han incorporado iniciativas de corredores en
sus planes de ordenamiento territorial.

El tamaño y la ubicación de los corredores dependen en gran medida


de los asentamientos humanos y del uso actual y potencial de la tie-
rra. Si la densidad poblacional es baja y el área natural o remanentes
vegetacionales o las áreas núcleo y zonas de conectividad relativa-
mente grandes, se pueden establecer corredores. Sin embargo, en
zonas densamente pobladas, el tamaño de las zonas núcleo y los co-
rredores será limitado (Canet-Desanti 2007; Cracco y Guerrero 2004;
Dendy 1987; Haadad 1999a y 1999b).

261 Biocorredores: de la teoría a la práctica


Los corredores de conservación son un componente del desa-
rrollo sostenible de la comunidad

Si bien los corredores constituyen iniciativas a largo plazo, la expe-


riencia ha demostrado que mantener la conectividad ofrece benefi-
cios tangibles a corto plazo cuando las necesidades de la comuni-
dad, incluyendo la seguridad alimentaria y el alivio a la pobreza, sí se
tienen en cuenta en la fase de planificación y si se utilizan, desde el
principio, auténticos procesos participativos (Bennett 2003; Bennett
y Mulongoy 2006). Si bien el objetivo principal de la planificación de
los corredores es mantener o restaurar la conectividad a través de
paisaje, las iniciativas de corredores que han evolucionado a lo largo
de la última década integran adecuadamente los intereses de conser-
vación con los de desarrollo social, económico y rural (Conservation
International 2006).

Las áreas destinadas a corredores a menudo contienen no solo flora


y fauna significativas, sino también poblaciones humanas que depen-
den de los recursos naturales dentro de un corredor de biodiversidad
y que pueden estar entre los sectores más pobres del país. Como
reflejo del compromiso nacional y mundial para reducir la pobreza y
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, o en el caso ecuato-
riano la consecución de las metas planteadas en el Plan Nacional del
Buen Vivir 20012 - 2017, las iniciativas de corredores proporcionan
nuevas oportunidades para la población rural para asumir las respon-
sabilidades de gestión y para compartir las responsabilidades y los
beneficios económicos derivados de los recursos naturales (Cracco y
Guerrero 2004).

En la gran mayoría de los casos los corredores no requieren la ex-


clusión del uso humano del paisaje y a menudo son aceptables las
prácticas de una amplia variedad de usos del suelo y sus recursos.
Estos usos del suelo y sus recursos incluyen la planificación de las
formas apropiadas de la agricultura, prácticas extensivas de cultivo, la
siembra de cacao o café orgánico, el aprovechamiento sostenible de
los productos forestales no maderables, la silvicultura sostenible en
los territorios comunitarios e indígenas, el establecimiento de viveros
de árboles, la promoción de oportunidades de recreación y ecoturis-

Capítulo III 262


mo, y la generación y usufructo de servicios ambientales, entre los
más comunes (Ervin et al. 2010, Phillips 2003; Primack et al. 2001;
Secretariat of the Convention on Biological Diversity 2008; Rojas y
Chavarría 2005; Smith 1997; Thorsell 1990; Ulloa et al. 1977).

Los corredores y la sensibilización pública y el acceso a la infor-


mación

El éxito en la implementación de un corredor depende del nivel de


información de los actores directamente involucrados para conocer
cómo el corredor va a afectar sus acciones y actividades, por lo que
es esencial el modo en que puedan involucrarse y participar en su
diseño y en el seguimiento de sus logros. Al igual que con otras ini-
ciativas de conservación, el apoyo de las partes interesadas depende
de la concienciación sobre la importancia de la zona para la conser-
vación de la biodiversidad, incluyendo sus servicios ambientales, cul-
turales y económicos, así como la información sobre la forma en que
el corredor puede proteger los servicios y los recursos que afectan
el bienestar social y económico de sus habitantes, especialmente el
enfoque de la reducción de la pobreza (CBM 2002, 2006; Sanderson
et al. 2006).

Un inconveniente para muchas iniciativas de conectividad es que es-


tán siendo planificadas e implementadas a una escala que dificulta
una estrecha cooperación con las comunidades locales, lo que hace
que sean percibidas como irrelevantes para sus medios de vida. Sólo
demostrando que un corredor es parte de un enfoque integrado de
conservación de la biodiversidad y el desarrollo económico a nivel
regional, y que ofrece beneficios a corto plazo a nivel local, se pueden
cumplir estas expectativas (Cracco y Guerrero 2004).

La creación de capacidades

Cada categoría de los grupos de interés y actores involucrados en la


gestión de los corredores requerirá nuevas habilidades y herramientas
para la planificación e implementación de las iniciativas de conectivi-
dad. Para lograr el consenso de las diferentes partes interesadas y el
apoyo a las medidas de conservación que se proponen implemen-

263 Biocorredores: de la teoría a la práctica


tar en los corredores, se debe aprender a relacionar efectivamente
la conservación de los ecosistemas y las especies con la reducción
de la pobreza y la forma de gestión de los procesos de participación.
Los funcionarios públicos locales, los individuos y las comunidades
requieren conocer las bases de la planificación de la conservación de
la biodiversidad, gestión y seguimiento (Sepúlveda et al. 1997). Los lí-
deres políticos y legisladores y responsables en la toma de decisiones
deben tener una comprensión profunda de los efectos de los corre-
dores con el fin de desarrollar políticas y marcos jurídicos que apoyen
la planificación y la gestión integrada del territorio, y ofrecer incentivos,
incluida la financiación sostenible, para su aplicación a largo plazo
(Inchausty 2004).

Gestión del conocimiento e investigación para la toma de deci-


siones

Ante un mundo cambiante —y para aprender y adaptarse a nuevos


escenarios que traen los paradigmas actuales del desarrollo econó-
mico, político y social— un sistema de áreas protegidas y corredores
biológicos dentro de áreas funcionales para la conservación requiere
de conocimiento y de enfoques de manejo adaptativos (Margoluis y
Salafsky 1998). Esto implica aprender de las experiencias exitosas y
poco exitosas, reconocer la incertidumbre en el proceso del manejo y
aceptar e incorporar cambios inesperados en el contexto dentro del
cual se aplica el manejo. En este contexto, es indispensable que los
diversos usuarios utilicen la investigación generada para la toma de
decisiones y orientar la formulación de políticas públicas nacionales.
La experiencia muestra que esto ha sido difícil; por lo general, los
resultados de la investigación científica y del monitoreo han influido
mínimamente en el diseño e implementación de estrategias de con-
servación (Canet-Desanti et al. 2008).

En consecuencia, es necesario desarrollar e institucionalizar modelos


de gestión del conocimiento que permitan al personal de las institu-
ciones encargadas de la gestión de los corredores, la generación y di-
fusión del conocimiento como medio para mejorar el proceso de toma
de decisiones. Sin embargo, deben definirse mecanismos formales
para integrar esta información en los procesos de planificación del

Capítulo III 264


uso de la tierra y el ordenamiento territorial. Además, deben definirse
mecanismos para la concienciación sobre la importancia del mante-
nimiento de procesos ecológicos a escalas regionales, así como el
desarrollo de mecanismos legales e institucionales que respalden los
procesos de toma de decisiones.

265 Biocorredores: de la teoría a la práctica


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Capítulo III 278


Capítulo IV
Política pública para la creación
de corredores1 en la Zona 1
Víctor Hugo Portocarrero2 y Roberto Ulloa3

4.1. Referencias en la legislación ecuatoriana

4.1.1. Constitución de la República del Ecuador (2008)

Determinados elementos de la Constitución que están relacionados


con el tema de corredores son los siguientes:

Mancomunidades: Art. 243: Dos o más regiones, provincias, canto-


nes o parroquias contiguas podrán agruparse y formar mancomuni-
dades, con la finalidad de mejorar la gestión de sus competencias y
favorecer sus procesos de integración.

Gobiernos regionales autónomos: Art. 262: Formulan planes de


ordenamiento territorial, de manera articulada con la planificación na-
cional, provincial, cantonal y parroquial.

Régimen de desarrollo: Art. 276 numeral 6: Promover un ordena-


miento territorial equilibrado y equitativo que integre y articule las ac-
tividades socioculturales, administrativas, económicas y de gestión, y

1 Basado parcialmente en MAE-GIZ (2012) y MAE (2013a).


2 Director de Planificación. Dirección Provincial del Ambiente de Imbabura– Coordinación Zonal 1.
3 Gerente de Políticas Ambientales. Conservación Internacional Ecuador.

279 Política pública para la creación de corredores


que coadyuve a la unidad del Estado. Artículos. 279 y 280: El Estado
Central organiza la planificación para el desarrollo.

Sectores estratégicos, servicios y empresas públicas: Art. 313.-


El Estado se reserva el derecho de administrar, regular, controlar y
gestionar los sectores estratégicos, de conformidad con los principios
de sostenibilidad ambiental, precaución, prevención y eficiencia.

Los sectores estratégicos, de decisión y control exclusivo del Estado,


son aquellos que por su trascendencia y magnitud tienen decisiva in-
fluencia económica, social, política o ambiental, y deberán orientarse
al pleno desarrollo de los derechos y al interés social.

Se consideran sectores estratégicos la energía en todas sus formas,


las telecomunicaciones, los recursos naturales no renovables, el
transporte y la refinación de hidrocarburos, la biodiversidad y el patri-
monio genético, el espectro radioeléctrico, el agua, y los demás que
determine la ley.

Patrimonio natural y ecosistemas: Art. 404: La gestión del patrimo-


nio natural del Ecuador se sujetará a los principios y garantías consa-
grados en la Constitución y se llevará a cabo de acuerdo al ordena-
miento territorial y una zonificación ecológica, de acuerdo con la ley.

Sistema Nacional de Áreas Protegidas: Art. 405: El Sistema Na-


cional de Áreas Protegidas garantizará la conservación de la biodi-
versidad y el mantenimiento de las funciones ecológicas. El sistema
se integrará por los subsistemas estatal, autónomo descentralizado,
comunitario y privado, y su rectoría y regulación será ejercida por el
Estado. El Estado asignará los recursos económicos necesarios para
la sostenibilidad financiera del sistema, y fomentará la participación de
las comunidades, pueblos y nacionalidades que han habitado ances-
tralmente las áreas protegidas en su administración y gestión.

Capítulo IV 280
4.1.2. Código Orgánico de Organización Territorial, Autono-
mía y Descentralización COOTAD (2010)

Biodiversidad amazónica (Artículo 12): Con la finalidad de precau-


telar la biodiversidad del territorio amazónico, el gobierno central y
los gobiernos autónomos descentralizados, de manera concurrente,
adoptarán políticas para el desarrollo sustentable y medidas de com-
pensación para corregir las inequidades.

En el ámbito de su gestión ambiental, se aplicarán políticas de pre-


servación, conservación y remediación, acordes con su diversidad
ecológica.

Ejercicio de las competencias de gestión ambiental (Artículo


136): Corresponde a los gobiernos autónomos descentralizados pro-
vinciales gobernar, dirigir, ordenar, disponer u organizar la gestión am-
biental, la defensoría del ambiente y la naturaleza, en el ámbito de su
territorio; estas acciones se realizarán en el marco del sistema nacio-
nal descentralizado de gestión ambiental y en concordancia con las
políticas emitidas por la autoridad ambiental nacional. Los gobiernos
autónomos descentralizados parroquiales rurales promoverán activi-
dades de preservación de la biodiversidad y protección del ambiente
para lo cual impulsarán en su circunscripción territorial programas y/o
proyectos de manejo sustentable de los recursos naturales y recupe-
ración de ecosistemas frágiles; protección de las fuentes y cursos de
agua; entre otros. Estas actividades serán coordinadas con las políti-
cas, programas y proyectos ambientales de todos los demás niveles
de gobierno, sobre conservación y uso sustentable de los recursos
naturales.

4.1.3. Acuerdos ministeriales

Con la expedición del Acuerdo Ministerial 105 de 24 de octubre de


2013 emitido por el Ministerio del Ambiente, que hace referencia a los
“Lineamientos de Gestión para la Conectividad con fines de Conser-
vación”, se establecen las directrices para el establecimiento y ges-
tión de los corredores de conservación y de desarrollo sustentable
(MAE, 2013a)

281 Política pública para la creación de corredores


4.1.4. Estrategia Nacional de Biodiversidad 2001 – 2010

La Estrategia Nacional de Biodiversidad 2001 – 2010 que actualmen-


te se encuentra en proceso de actualización, definía en determinadas
líneas estratégicas y resultados, aspectos relacionados directamente
con corredores.

Línea estratégica 2: Asegurar la existencia, integridad y funciona-


lidad de los ecosistemas, especies y genes requiere de estrategias
específicas de conservación in-situ, dentro y fuera de las áreas prote-
gidas. Algunas prioridades en este sentido son: el establecimiento de
una propuesta nacional de corredores (ecológicos)

Gestión de la planificación - Resultado 1: El plan de nacional de


ordenamiento territorial como parte de la planificación, ha contribuido
a solucionar conflictos de uso de los recursos de biodiversidad y ha
potenciado el desarrollo sustentable y equilibrado del territorio nacio-
nal y el aprovechamiento de la biodiversidad.

El desarrollo territorial sustentable tomará en cuenta los siguientes


factores: c) Ubicar áreas protegidas y corredores (ecológicos).

Resultado 4: Existe una mayor participación en la producción y el


comercio de las especies y productos elaborados, de la fauna y flora
nativas, y de la vida marina y las presiones sobre la vida silvestre se
han reducido.

El numeral 4.3. Indica que para la recuperación de las poblaciones


con reintroducción controlada de individuos a los hábitats naturales.
Se deberá asegurar la existencia de hábitats adecuados, de exten-
sión apropiada e interconectados, que permitan el desenvolvimiento
de poblaciones viables de vida silvestre con el máximo de diversidad
genética posible para cada población. Para esto se fomentará, a tra-
vés del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, la creación de reservas
y corredores en tierras públicas y privadas, y en áreas costeras y mari-
nas, que permitan el intercambio genético de las poblaciones que han
sido aisladas por la fragmentación de hábitats y que están en peligro
a causa de la sobreexplotación.

Capítulo IV 282
4.1.5. Políticas y Plan Estratégico del SNAP

A nivel de las “Políticas y Plan Estratégico del Sistema Nacional de


Áreas Protegidas del Ecuador 2007 - 2016”, expedidas mediante
Acuerdo Ministerial 009, publicado en el Registro Oficial 343 de 22 de
mayo de 2008, se encuentra de manera general en la primera parte
del documento un breve análisis de la importancia de los corredores
ecológicos y de conservación así como de otras estrategias de co-
nectividad, como mecanismos que apoyan los esfuerzos locales y
nacionales de conservación (MAE 2006).

De manera específica en la Sección I, numeral 1.3 del Plan, se men-


ciona: “Por otro lado, se han desarrollado iniciativas de conservación
dirigidas a elementos específicos como los humedales (sitios RAM-
SAR) y las aves (Áreas de Importancia para la Conservación de las
Aves, AICA), así como algunas relacionadas con corredores ecoló-
gicos que conectan áreas protegidas existentes y con paisajes cul-
turales protegidos. Aunque se trata de conceptos que anuncian una
ruptura de paradigmas en el campo de la conservación, sobre todo
en lo que se refiere a la visión de las áreas protegidas (aisladas entre
sí) como mecanismos efectivos de conservación de la biodiversidad,
en el Ecuador aún no se registran experiencias concretas”.

También se enumeran algunas iniciativas de corredores entre los que


constan:

• Corredor Ecológico Llanganates - Sangay;


• Corredor Awacachi, que une el Territorio Indígena Awá con la Re-
serva Ecológica Cotacachi Cayapas;
• Corredor Territorio Indígena Awá-Bosque Protector Golondrinas;
• Corredor Chachi-Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas en las ca-
beceras de los ríos Cayapas y Ónzole;
• Corredor Cuyabeno-Güeppí-La Paya, y
• Corredores de conservación: Cóndor Kutukú y Chocó Manabí.

Finalmente, en los anexos se menciona que al sobreponer la infor-


mación geográfica, cinco bosques protectores están ubicados entre
áreas protegidas, facilitando de alguna manera su conexión a través
de posibles corredores de conservación.

283 Política pública para la creación de corredores


4.2. Principales referencias de corredores en la nor-
mativa internacional

4.2.1. Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)

El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) fue suscrito por el


Ecuador en 1992 y ratificado en febrero de 1993. Constituye el ins-
trumento internacional más completo para la conservación y uso sus-
tentable de la biodiversidad. El Ecuador, como país signatario de este
Convenio, busca concretar sus tres objetivos: conservar la diversidad
biológica, usar sustentablemente los recursos biológicos, y asegurar
la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de
los recursos genéticos (Naciones Unidas 1992).

En su Artículo 8, el CDB determina que “cada Parte Contratante, en


la medida de lo posible y según proceda”:

Cuando sea necesario, elaborará directrices para la selección, el esta-


blecimiento y la ordenación de áreas protegidas o áreas donde haya
que tomar medidas especiales para conservar la diversidad biológica;

Reglamentará o administrará los recursos biológicos importantes


para la conservación de la diversidad biológica, ya sea dentro o fuera
de las áreas protegidas, para garantizar su conservación y utilización
sostenible;

Promoverá un desarrollo ambientalmente adecuado y sostenible en


zonas adyacentes a áreas protegidas, con miras a aumentar la pro-
tección de esas zonas;

Rehabilitará y restaurará ecosistemas degradados y promoverá la re-


cuperación de especies amenazadas, entre otras cosas mediante la
elaboración y la aplicación de planes u otras estrategias de ordena-
ción;

Procurará establecer las condiciones necesarias para armonizar los


usos actuales con la conservación de la diversidad biológica y la utili-
zación sostenible de sus componentes.

Capítulo IV 284
4.2.2. El Programa de Trabajo sobre Áreas Protegidas del
CDB

La Séptima Conferencia de las Partes (COP) del Convenio sobre la


Diversidad Biológica, reunida en Kuala Lumpur en febrero de 2004,
adoptó un detallado Programa de Trabajo sobre Áreas Protegidas,
mediante la decisión VII/28.

El Programa de Trabajo contiene cuatro elementos, 16 objetivos y


plantea la ejecución de 92 actividades para lograr el objetivo general
del Programa relacionado con apoyar la creación y mantenimiento
de sistemas nacionales y regionales completos, eficazmente gestio-
nados y ecológicamente representativos de áreas protegidas que,
colectivamente, contribuyan al logro de los tres objetivos del CDB y
a la meta de reducir significativamente el ritmo actual de pérdida de
la diversidad biológica (Secretaría del Convenio sobre la Diversidad
Biológica 2004).

Elementos del Programa de Trabajo en Áreas Protegidas

Elemento 1. Acciones directas para la planificación, selec-


ción, establecimiento, fortalecimiento y manejo de sistemas
de áreas protegidas. Las metas y actividades de este elemento,
como un todo, definen los objetivos, naturaleza y extensión del sis-
tema nacional de áreas protegidas que debe constituirse, en última
instancia, en una red global de sistemas nacionales y regionales de
áreas protegidas efectiva y ecológicamente representativas.

Elemento 2. Gobernanza, participación, equidad y distribución


de beneficios. Alcanzar el fin último del PTAP requiere incorporar
temas socioeconómicos e institucionales, además de criterios bio-
lógicos y ecológicos.

Elemento 3. Actividades habilitantes para crear un ambiente


que asegure la implementación exitosa de los otros elementos del
PTAP. Incluye, entre otros, el desarrollo de políticas y mecanismos
institucionales, generación de las capacidades para la planificación
y manejo de áreas protegidas, sostenibilidad financiera, aplicación
de tecnologías apropiadas, concientización pública.

285 Política pública para la creación de corredores


Elemento 4 “Estándares, evaluación y monitoreo” para el desa-
rrollo y adopción de mejores prácticas que promuevan la evalua-
ción y mejora de la efectividad de manejo de las áreas protegidas,
la evaluación y el monitoreo del estado y tendencias de las mis-
mas. El fin es asegurar que el conocimiento científico contribuye al
establecimiento y efectividad de las áreas protegidas.

Fuente: Naciones Unidas (1992)

El Objetivo 1.2 del Elemento 1 del Programa, plantea “Integrar las


Áreas Protegidas en los paisajes terrestres y marinos más amplios de
manera que permitan mantener la estructura y la función ecológicas”.
Este objetivo propone como una meta lograr hasta el año 2015 que:
“Todas las áreas protegidas y sistemas de áreas protegidas estarán
integrados en los paisajes terrestres y marinos más amplios y secto-
res pertinentes, aplicando el enfoque por ecosistemas y teniendo en
cuenta la conectividad ecológica y el concepto, cuando proceda, de
redes ecológicas”.

Las actividades que se sugiere a las Partes del CDB, y que se relacio-
nan con la temática de corredores son las siguientes:

1.2.3 Integrar los sistemas regionales, nacionales y subnacionales de


áreas protegidas en los paisajes terrestres y marinos más amplios,
estableciendo, entre otras cosas, y administrando redes ecológicas,
corredores ecológicos y/o zonas intermedias, cuando proceda, para
mantener los procesos ecológicos y teniendo además en cuenta las
necesidades de las especies migratorias.

1.2.4 Desarrollar herramientas de conexión ecológica, tales como


corredores ecológicos que enlacen las áreas protegidas, de ser nece-
sario, o sean beneficiosos, según lo hayan determinado las priorida-
des nacionales para la conservación de la diversidad biológica.

1.2.5 Regenerar y rehabilitar los hábitats y los ecosistemas degra-


dados, según proceda, como contribución a la creación de redes
ecológicas, corredores ecológicos y/o zonas intermedias.

Capítulo IV 286
4.2.3. El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011
- 2020 y las Metas de Aichi

La Décima Conferencia de las Partes (COP) del Convenio de Diversi-


dad Biológica (CDB) tuvo lugar en octubre de 2010 en Nagoya (Japón)
y en ella se aprobaron 47 decisiones. La Decisión X/2, hace referencia
al Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011 - 2020 y las Me-
tas de Aichi, el cual constituye el instrumento básico y estructural en
la aplicación eficaz del CDB. Adicionalmente, reconociendo la urgente
necesidad de acciones para la conservación de la biodiversidad a
nivel mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha decla-
rado a los años 2011 -2020 como el Decenio de las Naciones Unidas
para la Diversidad Biológica.

El Plan Estratégico se compone de una visión compartida, una misión


y 20 metas, organizadas en cinco objetivos estratégicos, conocidas
como las Metas de Aichi. Pretende proporcionar a las Partes un mar-
co flexible para establecer metas nacionales y regionales para lograr
una mayor coherencia en la aplicación de las disposiciones del Con-
venio y las decisiones de las COP, incluidos los diversos programas
de trabajo, la Estrategia Mundial para la Conservación de las Especies
Vegetales, así como el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Re-
cursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios
que se deriven de su Utilización. El texto mismo del Convenio y, en
particular sus tres objetivos, constituyen la base fundamental para el
Plan Estratégico.

Adicionalmente, el Plan Estratégico servirá de base para el desarrollo


de herramientas de comunicación que puedan llamar la atención de
diversos sectores, actores e interesados directos y comprometerlos,
facilitando de este modo la integración de la diversidad biológica en
los programas nacionales y regionales.

La misión del Plan Estratégico es “tomar medidas efectivas y urgentes


para detener la pérdida de diversidad biológica a fin de asegurar que,
para 2020, los ecosistemas tengan capacidad de recuperación y si-
gan suministrando servicios esenciales, asegurando de este modo la
variedad de la vida del planeta y contribuyendo al bienestar humano

287 Política pública para la creación de corredores


y a la erradicación de la pobreza. A este fin, las presiones sobre la
diversidad biológica se reducen, los ecosistemas se restauran, los
recursos biológicos se utilizan de manera sostenible y los beneficios
que surgen de la utilización de los recursos genéticos se comparten
en forma justa y equitativa; se proveen recursos financieros adecua-
dos, se mejoran las capacidades, se transversalizan las cuestiones y
los valores relacionados con la diversidad biológica, se aplican eficaz-
mente las políticas adecuadas, y la adopción de decisiones se basa
en fundamentos científicos sólidos y el enfoque de precaución” (Albán
et al. 2013).

Se consideran como referentes al tema de corredores de conectivi-


dad los siguientes objetivos y metas:

Objetivo Estratégico A: Abordar las causas subyacentes de la pérdida


de diversidad biológica mediante su incorporación en todos los ámbi-
tos gubernamentales y de la sociedad. En este la meta a considerar
es:

Meta 2: Para el 2020 los valores de la diversidad biológica habrán


sido integrados en las estrategias y procesos de la planificación de
desarrollo y reducción de la pobreza.

Objetivo Estratégico B: Reducir las presiones directas sobre la diver-


sidad biológica y promover la utilización sostenible.

Meta 5: Para el 2020 se habrá reducido por lo menos a la mitad y


donde resulte factible, se habrá reducido hasta un valor cercano a
cero el ritmo de pérdida de todos los hábitats naturales, incluidos los
bosques, y se habrá reducido de manera significativa la degradación
y fragmentación.

Meta 7: Para el 2020 las zonas destinadas a agricultura, acuicultura


y silvicultura se gestionarán de manera sostenible, garantizándose la
conservación de la diversidad biológica.

Objetivo Estratégico C: Mejorar la situación de la diversidad biológica


salvaguardando los ecosistemas, las especies y la diversidad gené-
tica.

Capítulo IV 288
Meta 11: sistemas de áreas protegidas administrados de manera efi-
caz y equitativa, ecológicamente representativos y bien conectados
y otras medidas de conservación eficaces basadas en áreas y están
integradas en los paisajes terrestres y marinos amplios.

Objetivo estratégico E: Mejorar la aplicación a través de la planifica-


ción participativa, la gestión de los conocimientos y la creación de
capacidad.

Meta 17: Para 2015, cada Parte habrá elaborado, habrá adoptado
como un instrumento de política y habrá comenzado a poner en prác-
tica una estrategia y un plan de acción nacionales en materia de diver-
sidad biológica eficaces, participativos y actualizados.

4.3. Procesos para la construcción de corredores

4.3.1. Armonización con los objetivos y políticas del PNBV


2013-2017

A partir de la Constitución del 2008 se establece como un instru-


mento de gestión prioritario la planificación y dentro de esto el Plan
Nacional de Desarrollo o Plan Nacional del Buen Vivir, en función de
los cuales se debe alinear toda la gestión del estado; en el caso de la
planificación de la Zona 1 la generación de corredores se constituiría
en uno de los principales instrumentos de ordenamiento y gestión
territorial en vista de su caracterización biofísica, socio económica y
cultural, así como su potencialidad y perspectiva en la Agenda Regio-
nal y Nacional.

La contribución al proceso de desarrollo del país en función del nuevo


paradigma del Sumak Kawsay y el programa de gobierno del Buen
Vivir son la clave de para la consecución de una gestión territorial
con visión generacional como estrategia de Estado. Los corredores
aportan a diferentes objetivos establecidos por el PNBV 2013-2017.

A partir de esta consideración, el modelo de gestión territorial con


base en la conectividad con fines de conservación debe identificar los

289 Política pública para la creación de corredores


elementos prioritarios del PNBV, para lograr su implementación como
son: la coordinación institucional y planificación territorial, el aporte a
la soberanía alimentaria, la transformación de la matriz productiva, la
generación de Ecociudades, entre los más significativos.

a. Coordinación institucional y planificación territorial

La coordinación institucional y planificación territorial se refiere a la


identificación de los actores según su procedencia; si proviene o re-
presenta al sector público, no gubernamental, privado o se trata de
una representación ciudadana, organización social, comunitaria, etc.,
a partir de la cual deben establecerse las estrategias de coordinación,
acuerdos y los procesos de ordenamiento y planificación territorial.
Para esto, el levantamiento de información relacionada con el área
geográfica en la cual se constituiría el corredor es necesaria; es de-
cir, si corresponde a más de una parroquia, cantón, provincia o, en
su defecto, a varias comunidades o asentamientos humanos. Esta
determinación en cuanto a su alcance territorial y estructural permiti-
rá especificar el mecanismo de gestión en términos territoriales y de
responsabilidades.

En virtud de estas consideraciones se deberán propiciar los acuerdos


y resoluciones, tales como la generación de mancomunidades y/o
consorcios, o en su defecto procesos simples asociativos.

Los espacios de coordinación desde donde se realiza la armonización


de la gestión territorial son:

a) Instancia de coordinación territorial;


b) Instancia de coordinación intersectorial, e
c) Instancia institucional;

Mediante estas instancias, los Gobiernos Autónomos Descentrali-


zados deberán elaborar su hoja de ruta de la planificación local, la
cual se sintetiza en los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial
PDOT. Se establecen, de forma sistémica e integral, los lineamien-
tos para la gestión territorial para el corto, mediano y largo plazo,
así como las directrices y guías para el ordenamiento físico del terri-

Capítulo IV 290
torio, el desarrollo espacial, infraestructura, actividades económicas,
al igual que la protección y la conservación del patrimonio natural y
cultural y los recursos naturales (SENPLADES 2013).

b. Soberanía alimentaria

Se relaciona con el objetivo estratégico y la obligación del Estado para


garantizar que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades
alcancen la autosuficiencia de alimentos sanos y culturalmente apro-
piados de forma permanente. Analizaría el sector al cual aportaría el
corredor y las implicaciones ambientales y territoriales que tendría en
función del uso del suelo.

c. Transformación de la matriz productiva

Es el proceso de cambio del patrón de especialización productiva de


la economía que le permita al Ecuador generar mayor valor agregado
a su producción en el marco de la construcción de una sociedad del
conocimiento.

Implica el paso de un patrón de especialización primario exportador


y extractivista a uno que privilegie la producción diversificada, eco-
eficiente y con mayor valor agregado, así como los servicios basa-
dos en la economía del conocimiento y la biodiversidad. Este cambio
permitirá generar riqueza basado no solamente en la explotación de
los recursos naturales, sino en la utilización de las capacidades y los
conocimientos de la población (SENPLADES. 2012).

Indiscutiblemente, esta transformación y su relación con los corredo-


res, implica redefinir los patrones de producción implementados en el
territorio, para lo cual se requiere , entre otros elementos , establecer
las características relacionadas con el tipo y uso de Mano de obra
(MO) y/o Tecnología (Tg), así como si se establece un proceso de
transición desde un sector de producción a otro en función de las
cadenas productivas y la generación de mayores/menores ventajas
comparativas o competitivas, en el marco de los procesos de eficien-
cia de los modelos de producción implementados.

291 Política pública para la creación de corredores


La transformación de la matriz productiva y la propuesta programá-
tica, se sujeta a la condición de sustentabilidad ambiental como eje
estratégico; a partir de lo cual, el desarrollo se daría en función de la
formación de talento humano, buenas prácticas y nuevas herramien-
tas de producción, en razón de la generación de conocimiento y el
uso de la tecnología y en aplicación a la producción de bienes y servi-
cios ecológicamente sustentables (SENPLADES 2013).

d. Ecociudades.

Gran parte de las ciudades del país serían “ecociudades” que imple-
mentan principios de justicia ambiental e incorporan criterios mínimos
de uso y conservación de los recursos, tanto en las actividades de
producción como en los patrones de consumo “de tal manera que el
ordenamiento territorial adoptaría un enfoque ecosistémico, orienta-
dor de la formación de los asentamientos humanos urbanos y rurales
mediante una política ambiental sostenida, que garantice la conserva-
ción o gestión sustentable de los ecosistemas del país, de sus funcio-
nes, de las especies y poblaciones nativas y de la agro-biodiversidad.
Es aquí donde los organismos de control del Estado y la sociedad civil
tendrán la capacidad de dar seguimiento y podrán gestionar recursos
para asegurar estos procesos (SENPLADES 2013).

Se debe considerar el aporte de los corredores al proceso de crea-


ción y generación de las ecociudades.

e. Propósitos de la planificación y gestión con sustentabilidad


ambiental

El PNBV 2013-2017 propone que para el 2030 los gobiernos locales


del país deben contar con las capacidades independientes de se-
guimiento del cumplimiento de los objetivos planteados en la política
pública ambiental, en los ejes que establece la Constitución: agua,
aire, seguridad y gobernabilidad (SENPLADES 2013:71).

Considerando el nuevo paradigma del Buen Vivir, el PNBV 2013-2017


estable tres ejes fundamentales: 1) cambio en las relaciones de poder
para la construcción del poder popular, 2) derechos, libertades y ca-

Capítulo IV 292
pacidades para el Buen Vivir,y 3) transformación económica-producti-
va a partir del cambio de la matriz productiva, en función de lo cual se
organiza la política nacional y la guía de acción gubernamental a partir
de los doce objetivos nacionales (SENPLADES 2013).

De los doce objetivos o políticas que establece el PNBV, se destacan


cinco para efectos del tema corredores:

• Objetivo 2. Auspiciar la igualdad, la cohesión, la inclusión y la


equidad social y territorial, en la diversidad.
• Objetivo 7. Garantizar los derechos de la naturaleza y promover la
sostenibilidad ambiental territorial y global.
• Objetivo 8. Consolidar el sistema económico social y solidario, de
forma sostenible.
• Objetivo 10. Impulsar la transformación de la matriz productiva.
• Objetivo 11. Asegurar la soberanía y eficiencia de los sectores
estratégicos para la transformación industrial y tecnológica.

Sin lugar a dudas, en aspectos ambientales, el Objetivo 7 es el que


reviste principal importancia a la hora de establecer una guía progra-
mática, y en función del cual se desprenden 12 políticas:

7.1. Asegurar la promoción, la vigencia y la plena exigibilidad de los


derechos de la naturaleza.
7.2. Conocer, valorar, conservar y manejar sustentablemente el pa-
trimonio natural y su biodiversidad terrestre, acuática continen-
tal, marina y costera, con el acceso justo y equitativo a sus
beneficios.
7.3. Consolidar la gestión sostenible de los bosques, enmarcada en
el modelo de gobernanza forestal.
7.4. Impulsar la generación de bioconocimiento como alternativa a
la producción primario-exportadora.
7.5. Garantizar la bioseguridad precautelando la salud de las perso-
nas, de otros seres vivos y de la naturaleza.
7.6. Gestionar de manera sustentable y participativa el patrimonio
hídrico, con enfoque de cuencas y caudales ecológicos pa-
raasegurar el derecho humano al agua.

293 Política pública para la creación de corredores


7.7. Promover la eficiencia y una mayor participación de energías
renovables sostenibles como medida de prevención de la con-
taminación ambiental.
7.8. Prevenir, controlar y mitigar la contaminación ambiental en los
procesos de extracción, producción, consumo y posconsumo.
7.9. Promover patrones de consumo conscientes, sostenibles y efi-
cientes con criterio de suficiencia dentro de los límites del pla-
neta.
7.10. Implementar medidas de mitigación y adaptación al cambio
climático para reducir la vulnerabilidad económica y ambiental
con énfasis en grupos de atención prioritaria.
7.11. Promover la consolidación de la Iniciativa Yasuní-ITT.
7.12. Fortalecer la gobernanza ambiental del régimen especial del Ar-
chipiélago de Galápagos y consolidar la planificación integral
para la Amazonía.

De tal manera que, “para el periodo 2013-2017 se plantea profundizar


el reencuentro con la naturaleza, para vivir en un ambiente sano y libre
de contaminación. Se proyecta fortalecer el ordenamiento territorial y
la búsqueda de asentamientos humanos sostenibles en lo urbano y lo
rural... garantizar la salud de la población desde la generación de un
ambiente y prácticas saludables; fortalecer el ordenamiento territorial,
considerando la capacidad de acogida de los territorios y el equilibrio
urbano-rural para garantizar el acceso a un hábitat adecuado y una
vivienda digna; avanzar en la gestión integral de riesgos y fomentar la
movilidad sustentable y segura” (SENPLADES 2013).

4.3.2. Consideraciones especiales

Tomando en cuenta lo establecido en los lineamientos nacionales re-


ferente a que los corredores constituyen una estrategia que comple-
menta los esfuerzos del Estado ecuatoriano por conservar y utilizar
su patrimonio natural, hídrico y cultural de manera sostenible, la ex-
periencia del MAE Regional Imbabura en la Zona 1 y la conceptuali-
zación realizada de corredores en el capítulo II de este documento,
es necesario enriquecer de manera participativa considerando la ex-
periencia territorial, el término corredores en virtud de la propuesta
de planificación y gestión territorial que se ejecuta actualmente en el
Ecuador.

Capítulo IV 294
Cuando se hace referencia a corredores se considera no solamente
una estructura física territorial, sino un régimen espacial de comunica-
ción, integración, incorporación y armonización de otros sistemas o
subsistemas, sean estos ambientales, productivos, de asentamientos
humanos, de conectividad; con diversos objetivos.

El criterio en el cual se fundamenta este trabajo se establece a partir


de la propuesta del Buen Vivir, y que se expresa categóricamente en
la Constitución de la República del Ecuador a partir de la primerísi-
ma propuesta motivacional que plantea generar “una nueva forma
de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturale-
za, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay; una sociedad que
respeta, en todas sus dimensiones, la dignidad de las personas y
las colectividades” y en razón de lo que dispone el artículo 14 de la
Carta Magna que “reconoce el derecho de la población a vivir en un
ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la soste-
nibilidad y el buen vivir, sumak kawsay”.

El artículo 1 de la Constitución establece que el Ecuador es un estado


de derechos, y se determina al ser humano como el inicio y el fin del
accionar de éste; adicionalmente, el capítulo séptimo otorga dere-
chos a la naturaleza.

Desde esta perspectiva, y considerando el Plan Nacional del Buen


Vivir (PNBV), se podrían destacar de manera específica y en virtud de
la propuesta de corredores, tres macro políticas significativas: la coor-
dinación institucional y planificación territorial, el cambio de la matriz
productiva sustentable ambientalmente, y la de ecociudades.

Como se mencionó anteriormente, el MAE ha definido los “Linea-


mientos de gestión para la conectividad con fines de conservación”
(MAE, 2013a) que orientan el diseño, establecimiento y gestión de
corredores, considerando que estos no constituyen áreas protegidas
per se, y que requieren la negociación, acuerdos de uso de suelo y
los recursos naturales y esquemas de conectividad entre áreas pro-
tegidas. Su conformación deberá cumplir con los criterios ecológicos
y socio-económicos enmarcados en los principios del enfoque eco-
sistémico y de gestión de cuencas hidrográficas, ateniéndose a la

295 Política pública para la creación de corredores


escala espacial, tamaño y forma específica, en virtud de un proceso
participativo.

Adicionalmente para potenciar la política, establecida en el Plan Na-


cional del Buen Vivir (PNBV) 2013-2017, relacionada con la incorpo-
ración del concepto de Ecociudades, en la mayoría de regiones del
país, es de vital importancia la generación de corredores y su incorpo-
ración en la institucionalidad de la gestión pública, especialmente en
los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de los Gobiernos
Autónomos Descentralizados.

Los Lineamientos de gestión para la conectividad con fines de con-


servación (MAE, 2013 a) señala que “... únicamente en la medida
que los corredores sean parte de la panificación y el ordenamiento
territorial, será posible aportar a la integración e interacción de los
sistemas ambiental, económico, sociocultural, político-institucional,
asentamientos humanos, movilidad, energía y conectividad, que con-
forman el régimen de desarrollo previsto en la Constitución”

Entendiéndose que el establecimiento y gestión de conectividad


para la conservación se realizará desde el ejercicio de las funciones,
atribuciones y competencias exclusivas y concurrentes existentes el
MAE, ha establecido los siguientes “lineamientos Estratégicos” (MAE
2013a).

Lineamientos Estratégicos

1. El diseño espacial de los corredores deberá garantizar la re-


ducción de la fragmentación de los ecosistemas, particular-
mente de aquellos considerados frágiles, áreas de endemis-
mo, de recarga hídrica y de alta variabilidad genética, que son
de importancia estratégica para el Estado.
2. Las áreas naturales que forman parte del SNAP se constituyen
en el núcleo de los corredores, mientras que los remanentes
de bosque y vegetación natural que se destinen a la conserva-
ción y/o restauración, se conciben como circuitos de integra-
ción biológica.

Capítulo IV 296
3. El Ministerio del Ambiente ha elaborado un mapa nacional de
las zonas priorizadas, donde será preeminente establecer uno
o varios corredores, a partir de un análisis integral del Esta-
do-Presión-Respuesta de los Ecosistemas.
4. El establecimiento y gestión de los corredores se realizará des-
de el ejercicio de las funciones, atribuciones y competencias
exclusivas y concurrentes asignadas por la Constitución y las
Leyes, a cada nivel de gobierno.
5. El Ministerio del Ambiente colaborará con los Gobiernos Autó-
nomos Descentralizados en la incorporación de los principios
de conectividad, con fines de conservación en los procesos
de planificación del desarrollo y de ordenamiento de sus terri-
torios, garantizando así la gestión integral del paisaje.
6. Los Gobiernos Provinciales incorporarán los corredores en su
ordenamiento territorial, y realizarán el diseño detallado de me-
canismos que aporten a la conectividad con fines de conser-
vación en la escala espacial que les corresponda.
7. Los Gobiernos Cantonales y parroquiales incorporarán los co-
rredores en su ordenamiento territorial, e intervendrán de ma-
nera directa en su implementación y gestión.
8. Los Gobiernos Autónomos Descentralizados promoverán la
conformación de mancomunidades y/o consorcios para el es-
tablecimiento y gestión de corredores.
9. Los corredores pueden ser promovidos desde la iniciativa ciu-
dadana. Sin embargo, en la búsqueda de su sostenibilidad,
deberán articularse con los mecanismos institucionalizados de
participación ciudadana y planificación participativa.
10. Los actores de la sociedad civil que participen en el estable-
cimiento y gestión de los corredores, podrán conformar alian-
zas, plataformas, coaliciones u otras figuras de participación,
al amparo de lo dispuesto en la Ley Orgánica de Participación
Ciudadana.
11. El establecimiento de corredores no crea, modifica o suprime
los derechos de propiedad que los titulares de la tierra tienen
sobre las áreas que son parte del corredor.
12. La Estrategia Nacional de Incentivos para la Conservación y
Uso Sostenible de la Biodiversidad, así como el proceso de
conformación de los subsistemas del SNAP, estarán encami-
nados a promover la conectividad estructural y funcional de los
ecosistemas.
13. Plan Nacional de Reforestación con fines de Conservación, li-
derado por el Ministerio del Ambiente y los Gobiernos Autóno-
mos Descentralizados, contribuirán al establecimiento de los
corredores.

297 Política pública para la creación de corredores


14. Con la cooperación de la Secretaría Nacional de Planificación
para el Desarrollo, el Ministerio del Ambiente articulará a nivel
territorial e intersectorial, las políticas públicas que contribuyan
a la sostenibilidad de los corredores.
15. Considerando la integridad de los procesos ecológicos, los
actores involucrados deberán monitorear el impacto de las ac-
tividades de conservación y desarrollo que se realizan dentro
de corredores y su territorio adyacente.
16. Las decisiones que se adopten para mantener e incrementar
la conectividad de los corredores, se basarán en información
actualizada, suficiente, oportuna, confiable y pertinente a los
niveles de gestión territorial involucrados.
17. El Ministerio del Ambiente, por medio del Instituto Nacional de
Biodiversidad, realizará y promoverá las investigaciones que se
requieran para orientar el diseño, establecimiento y gestión de
los corredores.

4.3.3. Aprendizajes desde el territorio para la creación y/o


constitución de corredores

La experiencia comunitaria, institucional, organizacional en el territo-


rio, recomienda incorporar algunos criterios como parte de los proce-
sos iniciales para la construcción de corredores.

a. Establecer el propósito/objetivo estratégico del corredor

Toda actividad de gestión en el territorio debe ser implementada en


virtud de un propósito y/u objetivos, planteados de manera estratégi-
ca y observando los principios de desarrollo establecidos. En el caso
de la Zona 1 se propone considerar los siguientes objetivos.

Objetivos propuestos para la creación de corredores

• Mantener estables los servicios ecosistémicos que benefician


directa o indirectamente a la población; servicios de aprovi-
sionamiento de alimentos, servicios de regulación y soporte
(ciclo hidrológico, clima, control de la erosión, mitigación y

Capítulo IV 298
adaptación al cambio climático, reducción de riesgos natura-
les, retención de sedimentos, productividad de los sistemas
agroecológicos...); servicios culturales, estéticos y espiritua-
les.
• Mantener la integridad y funciones de los ecosistemas consi-
derados en el área del corredor establecido y disminuir en los
impactos de la fragmentación del territorio.
• Proteger los ambientes naturales y promover la recuperación
y restauración de las áreas degradadas, para lograr el mante-
nimiento de los procesos ecológicos y el equilibrio ambiental.
• Fomentar el aprovechamiento sostenible de los recursos na-
turales del área establecida como corredor.
• Incentivar la participación de los pobladores del territorio en
su manejo, con énfasis en la conectividad ecológica, paisa-
jística, producción sostenible y sustentable, ordenamiento de
los asentamientos humanos, considerando la importancia y
riqueza de pueblos y nacionalidades.

Fuentes: MAE (2013a), Pozo (2013).

b. Tipología de corredores en base a las experiencias naciona-


les en la Zona 1

De manera general, la tipología del corredor está dada por las con-
diciones intrínsecas de la zona en donde se implementaría, conside-
rando las recomendaciones del PNBV en cuanto a conectividad, la
discusión realizada en el marco teórico de este documento (capítulo
II) y el análisis y sistematización de las experiencias de corredores en
la Zona 1(capítulo III), se propone trabajar en la línea de:

• Corredores de conservación;
• Corredores de desarrollo sostenible, y
• Corredores biológicos.
• Corredores ecológicos.

c. Caracterización actual del territorio

Tiene que ver con la disposición espacial del corredor y trata de deter-
minar las características particulares del entorno geográfico-político
en el que se genera el corredor y los escenarios futuros hacia donde
se orientaría. Se considerarían los siguientes elementos:

299 Política pública para la creación de corredores


• Planificación territorial, a nivel de regiones, distritos o circuitos de
planificación, cuencas hidrográficas, etc.
• Áreas naturales del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, las
áreas ecológicas de protección municipal, bosques protectores
públicos, bosques protectores privados, patrimonio forestal del
estado y áreas bajo conservación del Programa Socio Bosque.
Es decir, los remanentes de hábitat y los usos del suelo que posi-
bilitan mantener procesos de conectividad para la conservación.
• Elementos de biodiversidad, especialmente la flora y fauna (ca-
racterización poblacional de las especies más significativas o cla-
ves).
• Asentamientos humanos, infraestructura, sistemas de abasteci-
miento.
• Riesgos naturales y antrópicos.
• Actividades productivas: sectores productivos.
• Modelo de gestión territorial del corredor.

d. Declaratoria del corredor

La declaratoria es un acto que parte del reconocimiento de los pue-


blos y nacionalidades y que se incorpora a la gestión territorial en
función de sus características conceptuales y propositivas, así como
de su localización geográfica, ambiental y territorial debidamente ca-
racterizada y en función del sistema de administración y manejo pro-
puesto en razón de los actores que lo proponen, intervienen y/o se
contemplan en su gestión territorial.

Este acto tiene relación con su cobertura y propiedad con la gestión


pública, considerada desde las competencias establecidas para las
instituciones del estado y las acciones que en virtud de propiedad
pública y/o privada puedan ejercer sus actores, en consideración de
los territorios de los pueblos originarios.

La declaratoria de corredor deberá considerar los lineamientos esta-


blecidos por el MAE y que se destacan, subsiguientemente, como los
elementos ineludibles a la hora de su constitución como corredores.

Capítulo IV 300
e. Herramientas para la gestión de corredores

La propuesta de gestión de un corredor a partir de las experiencias


en áreas de conservación de la Zona 1 y por tanto de los corredores
propuestos sitúa como herramientas de gestión entre otras las si-
guientes:

• Estudio de viabilidad para la conectividad con fines de conserva-


ción
• Plan estratégico de gestión y manejo del corredor.
• Evaluación de efectividad de manejo.

Es necesario insistir que las herramientas e instrumentos que se pro-


pongan deben estar armonizadas con la Planificación y Ordenamien-
to Territorial, local, regional y nacional.

f. Modelo de gestión

En vista de lo establecido el modelo de gestión deberá ser entendido


como un proceso de construcción y deconstrucción permanente. Se
sugiere como modelo de gestión básico de un corredor el proveniente
del análisis del modelo EPR (Estado, Presión, Respuesta) consideran-
do el estudio de viabilidad para la conectividad, el plan estratégico de
gestión y manejo del corredor, y los resultados y sugerencias de la
evaluación de efectividad de manejo.

Para la definición del corredor, su modelo de gestión se recomienda


como instrumento orientador metodológico seguir la siguiente estruc-
tura de proceso.

301 Política pública para la creación de corredores


Objetivo Estratégico
Tipo de Corredor/Objetivo
de Gestión
Involucrados/Actores

Presiones y amenazas del Corredor Caracterización del Corredor

Riesgos y factores Fortalezas y


claves de éxito de la Resultados esperados y alcanzados potencislidades
gestión facores claves de
Involucrados/Actores éxito al servicio
Acciones, herramientas, e de la gestión
instrumentos de la gestión Involucrados/Actores
Involucrados/Actores
Fuente: MAE, Portocarrero. 2013

En el marco de la teoría del diseño del Buen Vivir el modelo de gestión


debe incorporar la necesaria discusión y actuación en términos de
participación empoderada, ciudadana, comunitaria, organizacional e
institucional del territorio en consideración a la propuesta constitucio-
nal del Sumak Kawsay; desde donde se destaca la primicia del ser
humano y los derechos de la Naturaleza.

Capítulo IV 302
Bibliografía

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Capítulo IV 304
Capítulo V
Elementos territoriales que orientarían la confor-
mación de corredores en la Zona 1. Una aproxi-
mación desde la conectividad ecológica

Christian Martínez1, Roberto Ulloa2, Byron Coronel3, José Trejo4


y Cristhian Rodas5

5.1. Introducción

El territorio es la unidad en la que se integran, estructural y funcional-


mente, los espacios naturales destinados a la protección y conserva-
ción de la biodiversidad con las áreas aprovechadas por la sociedad
para alcanzar sus objetivos de desarrollo económico (MAE 2013a).
La gestión integral y articulada de estos espacios deberá estar enca-
minada a mantener ecosistemas saludables que sostengan la vida y
posibiliten el buen vivir (MAE 2013a).

En este sentido, en el marco de una gestión integral del paisaje, el


establecimiento de corredores es una estrategia de ordenamiento y
gestión territorial que permite armonizar los objetivos de conservación
de biodiversidad con los de desarrollo. Esta situación exige el análisis
de elementos ambientales, sociales, culturales, económicos, institu-
cionales y políticos, tanto en el contexto actual como considerando
las perspectivas territoriales futuras.

1 Gerente de Planificación Territorial. Conservación Internacional Ecuador.


2 Gerente de Políticas Ambientales. Conservación Internacional Ecuador.
3 Responsable de la Unidad de Patrimonio Natural. Ministerio del Ambiente, Regional 1.
4 Técnico Forestal. Ministerio del Ambiente, Regional 1.
5 Coordinador del Programa de Conservación. Fundación ALTROPICO.

305 Elementos territoriales


Los objetivos y enfoques específicos de los corredores podrían variar
según la realidad de cada territorio. Asimismo, el énfasis de ciertos
criterios, útiles para su delimitación geográfica, podría ser diferente.
Sin embargo, en cualquiera de los casos la configuración espacial de
los corredores debe favorecer la conectividad de diversos entornos y
la articulación de múltiples actores.

Este capítulo presenta una evaluación preliminar de la Zona 1 en el


contexto de la conectividad ecológica. Para esto, se definen criterios
e indicadores geográficos que permiten identificar algunos elementos
estructurales del paisaje que orientan la conformación de corredores
de conservación y desarrollo sustentable en esta región.

5.2. Elementos que componen un corredor

Los corredores se establecen en el territorio mediante la interacción


de varios elementos. De forma general, se pueden mencionar tres
elementos mínimos: las áreas núcleo, los ejes o rutas de conectividad
y la matriz del paisaje.

En el contexto de la conectividad ecológica, el MAE (2013a) reconoce


estos tres elementos como constitutivos de los corredores. Como
áreas núcleo menciona específicamente a las áreas naturales que
integran el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Adicional-
mente, podrían constituir áreas núcleo los Bosques y Vegetación Pro-
tectora, públicos y privados, las áreas declaradas por los GAD o las
áreas bajo conservación del Programa SocioBosque, dependiendo
del estado de conservación de sus recursos. Las áreas núcleo con-
servan muestras representativas de la diversidad biológica y son la
fuente de dispersión, migración o intercambio de especies, con lo
que se posibilita mantener poblaciones saludables y viables. De igual
manera, generan bienes y servicios ambientales necesarios para el
desarrollo local y regional. Como ejes o rutas de conectividad se
mencionan aquellos remanentes de hábitat que conectan las áreas
núcleo. Esta conexión puede ser mediante franjas continuas, refugios
de paso o paisajes diversos (Bennett 1998) que permitan el flujo de
especies para mantener sus dinámicas poblacionales. La funciona-

Capítulo V 306
lidad de estos espacios naturales remanentes como ejes o rutas de
conectividad dependerá de algunos aspectos como tamaño, forma,
grado de aislamiento, calidad del hábitat y presiones circundantes,
entre otros. Finalmente, la matriz del paisaje está determinada por
la diversidad de usos y actividades que se den en el entorno. Su ges-
tión debería mantener un enfoque de sustentabilidad para que no se
comprometa la integridad ecológica del paisaje.

Estos elementos pueden complementarse con zonas de amortigua-


miento, regiones de transición entre las áreas núcleo y la matriz del
paisaje. Su función es reducir y controlar los impactos que pudiera
tener la matriz sobre las áreas núcleo (Noss y Harris 1986; Bennett
1998).

La Figura 43 ilustra de forma esquemática la interacción y configura-


ción espacial de los elementos que componen un corredor.

Figura 43. Esquema de interacción espacial entre los elementos de un corredor.


Fuente: Basado en Bennett 1998 y MAE 2013a. Elaboración: C. Martínez

307 Elementos territoriales


En la Zona 1 están presentes 13 áreas protegidas que son parte del
SNAP, específicamente del subsistema del Patrimonio de Áreas Natu-
rales del Estado (PANE). Estos sitios constituirían las áreas núcleo de
los corredores que se lleguen a conformar. Como se mencionó, tam-
bién existen otros sitios que ya cuentan con diversas figuras legales
de protección como las Áreas Ecológicas de Conservación Municipal,
Bosques y Vegetación Protectora, Patrimonio Forestal del Estado y
áreas bajo conservación del Programa SocioBosque. Estos sitios se-
rían potenciales áreas núcleo de los corredores o deberían integrar las
zonas de amortiguamiento o los ejes de conectividad; dependiendo
de su estado de conservación, de su tamaño y de las características
de los corredores a definirse.

La Zona 1 cubre una extensión de 4’258.440 de ha; fuera de las áreas


del SNAP, el 41,7 % (1’775.824 ha) está cubierto por vegetación na-
tural (MAE 2012). Estas áreas, según su funcionalidad e integridad
ecológicas, serían parte de los ejes de conectividad que faciliten la
interacción entre las áreas núcleo. Además, es primordial la gestión
sustentable de las 1’014.499 ha (23,8 % del área total de la Zona
1) que actualmente se encuentran dedicadas a otros usos económi-
co-productivos (MAE 2012) para lograr que se consolide una matriz
de paisaje sustentable en la Zona 1.

Figura 44. Distribución de espacios potenciales para integrar corredores en la Zona 1.


Fuente: MAE 2012. Elaborado por C. Martínez.

Capítulo V 308
La Figura 44 muestra la distribución de estos espacios a lo largo de
la Zona 1.

5.3. Consideraciones para el diseño espacial de co-


rredores

Según el MAE (2013a), “[e]l diseño de los corredores deberá atender


fundamentalmente a criterios ecológicos y socio-económicos, enmar-
cados en los principios del enfoque ecosistémico y de gestión de
cuencas hidrográficas”. Este planteamiento reconoce en los corre-
dores un papel armonizador entre las dinámicas ecológicas y las di-
námicas socioeconómicas. En este sentido, el diseño espacial de los
corredores debería favorecer el desenvolvimiento normal de dichas
dinámicas.

Por lo tanto, es necesario que la identificación y selección de los ele-


mentos estructurales de los corredores se sustente en el análisis de
dos aspectos fundamentales: las condiciones ecológicas que favore-
cen la conectividad y las presiones y amenazas que limitan la conec-
tividad ecológica.

5.3.1. Condiciones ecológicas de paisaje que favorecen la


conectividad

El diseño de un corredor deberá considerar diversos escenarios o


arreglos espaciales que permitan obtener los objetivos que se plan-
teen y al mismo tiempo garantizar la viabilidad ecológica del corre-
dor. En este sentido, se describen a continuación algunos aspectos
o condiciones ecológicas del paisaje que favorecen la conectividad y
que están muy relacionados con su integridad ecológica.

Remanencia. La remanencia se refiere a la disponibilidad de hábitat,


es decir, a la superficie que aún mantiene una cobertura vegetal natu-
ral. Son más favorables para la conectividad ecológica aquellos sitios
que mantienen mayores niveles de remanencia ya que posibilitan el
mantenimiento de la funcionalidad ecosistémica (Groves 2003).

309 Elementos territoriales


Núcleos de conservación. Son aquellos sitios con cobertura vegetal
natural y que se encuentran bajo alguna figura de protección legal.
Los núcleos de conservación de mayor tamaño y con formas más re-
gulares son más favorables para la conectividad pues probablemen-
te mantienen mayor biodiversidad (Wilson y Willis 1975; Rosenzweig
1995) y se ven menos afectados por los efectos de borde (Murcia
1995; Noss 2002).

Fragmentación. La fragmentación es provocada por procesos de


disturbio y transformación del paisaje (Franklin y Forman 1987) y oca-
siona la pérdida y degradación del hábitat (Collinge 1996; Bogaert et
al. 2004). Los cambios estructurales producidos por la fragmentación
incluyen la reducción del hábitat disponible, el aumento del número
de parches naturales y de sus bordes de contacto con zonas inter-
venidas, la reducción de su tamaño promedio, la reducción de su
hábitat interior (core area) y el mayor aislamiento de parches de un
mismo hábitat o ecosistema (Forman y Godron 1986; Bennett 2003).
Ecológicamente, espacios menos fragmentados son más favorables
para establecer conectividad.

Aislamiento. Está determinado por la cercanía o separación entre los


parches o fragmentos de un mismo ecosistema (Forman y Godron
1981), así como por el contacto que puedan mantener con parches
de otros ecosistemas (Gustafson y Parker 1994). Los espacios natu-
rales que presenten menores distancias entre núcleos de conserva-
ción y remanentes naturales, así como con mayores bordes de con-
tacto entre ecosistemas, facilitan el establecimiento de corredores. La
red hídrica es de especial interés como elemento funcional de la co-
nectividad (Sáenz de Buruaga et al. 2005; Bennett y Mulongoy 2006)
ya que presenta una estructura lineal y continua que puede atravesar
una gran diversidad de entornos.

Diversidad del paisaje. La matriz de paisaje puede estar dominada


por algún tipo de actividad específica o puede estar conformada por
múltiples tipos de uso y cobertura. Una matriz más variada y diversa,
con muchos usos del suelo, es más favorable para la conectividad
pues para algunas especies este mosaico de microhábitats puede fa-
cilitar sus dinámicas ecológicas (Krauss et al. 2003; Díaz et al. 2010),

Capítulo V 310
lo que no sucede con ambientes dominados por usos extensivos,
que ocupan grandes extensiones, como en el caso de monocultivos
(Fitzherbert et al. 2008; Canet-Desanti y Finegan 2009).

5.3.2. Condiciones que limitan la conectividad ecológica

Las actividades que se desarrollen en un territorio, si no son planifi-


cadas adecuadamente, pueden ocasionar graves efectos adversos
sobre las dinámicas ecológicas de los espacios naturales. Estos efec-
tos pueden ser mayores si se suman eventos naturales extremos.
Algunas de las condiciones que limitarían la conectividad ecológica se
mencionan a continuación.

Infraestructura y accesibilidad. Algunas obras de infraestructura,


especialmente vías y carreteras, actúan como barreras que impiden
o dificultan la dispersión de organismos a través de la matriz territorial
(Díaz y Schmitz 2011), provocando el aislamiento y la fragmentación
de los ambientes naturales por los que atraviesan. Al mismo tiem-
po, la presencia de vías favorece la accesibilidad a sitios remotos,
exponiéndolos a nuevas presiones (Conservation International 2005;
Suárez et al. 2009).

Expansión urbana y contaminación. El crecimiento poblacional


demanda cada vez nuevos y más espacios para establecer centros
urbanos. Estos, en muchas ocasiones, desplazan sitios agroproduc-
tivos, lo que genera presiones hacia los espacios naturales y cambios
en el uso del suelo en otros sectores, que se dinamizan como provee-
dores de recursos hacia las zonas pobladas (Gobierno Vasco 2003).
Dicha expansión insustentable no considera la capacidad del territorio
para sostener la demanda de recursos ni para asimilar y procesar la
gran carga de contaminantes que afectan principalmente los cuerpos
de agua, que son elementos funcionales de la conectividad ecológica.

Cambio de usos del suelo. Muchas dinámicas socioeconómicas se


traducen en procesos de cambio de usos del suelo (Tello et al. 2008).
Los cambios de uso del suelo pueden afectar la capacidad de dis-
persión de las especies (Bennett 1998) y reducir continuamente la co-

311 Elementos territoriales


nectividad ecológica funcional de la matriz territorial (Tello y Parcerisas
2012). La deforestación y la conversión de otras coberturas naturales
transforman completamente el paisaje y ocasionan la pérdida de im-
portantes remanentes de biodiversidad.

Extracción de recursos naturales. El uso y aprovechamiento de los


recursos naturales debe seguir un modelo de sustentabilidad, de tal
forma que la intensidad de su uso o extracción no sobrepase su ca-
pacidad de reproducción o regeneración (Marten 2001). Sin embargo,
en la mayoría de casos esto no sucede y los patrones de extracción
de recursos son cada vez más intensos. Por ejemplo, la explotación
forestal no sostenible y/o ilegal contribuye con la degradación y frag-
mentación de hábitats (Gurrutxaga 2004) y con el agotamiento de la
biodiversidad. Asimismo, la extracción de recursos del subsuelo re-
quiere, por ejemplo, de la remoción de la vegetación en ciertas áreas
para desarrollar actividades prospectivas o establecer explotaciones
a cielo abierto, lo que contribuye a la reducción y fragmentación de
los hábitats (Gurrutxaga 2004). Además, durante la explotación de
estos recursos se llega a generar gran cantidad de contaminantes
(Tarras-Wahlberg et al. 2000; Waldick 2003; Hurtig y San Sebastián
2002).

Modificación de las condiciones climáticas. Los patrones de dis-


tribución de la diversidad biológica guardan estrecha relación con el
clima (Thomas et al. 2004). Las alteraciones climáticas, cada vez más
intensas (IPCC 2012), generan nuevas condiciones ambientales ante
las cuales cada especie presenta patrones de respuesta distintos;
en función de sus capacidades de adaptación y/o dispersión, pue-
den ocurrir desplazamientos, adaptaciones fisiológicas o extinciones
locales (Holt 1990; Thuiller 2004). Estas condiciones, sumadas a la
fragmentación de los espacios naturales, suponen una disminución
permanente del hábitat adecuado para la biodiversidad (Cuesta et al.
2009; Martínez y Remache 2011) y limitan especialmente la conecti-
vidad altitudinal.

La siguiente tabla resume algunas de las condiciones que favorecen


y limitan la conectividad.

Capítulo V 312
Algunas condiciones que favorecen y limitan la conectividad.
Condiciones favorables Condiciones limitantes
• Mayor nivel de remanencia. • Presencia de infraestructura que aísla es-
• Mayor superficie bajo conservación. pacios naturales.
• Áreas núcleo y parches naturales más • Mayor grado de accesibilidad.
grandes y de formas regulares. • Expansión de asentamientos humanos y
• Menor fragmentación. áreas urbanas
• Menor distancia entre núcleos de con- • Contaminación de cuerpos de agua.
servación y otros remanentes naturales. • Procesos de cambio de uso del suelo.
• Mayor borde de contacto entre ecosis- • Establecimiento de monocultivos.
temas. • Extracción de recursos naturales renova-
• Red hídrica funcional. bles y no renovables.
• Matriz de paisaje con diversidad de • Cambios en los patrones climáticos.
usos del suelo

5.4. Una mirada a la Zona 1

La Zona 1 presenta características y dinámicas territoriales diversas,


donde confluyen los elementos expuestos. Por lo tanto, para determi-
nar la función de un sitio dentro de un corredor es necesario analizar,
desde una perspectiva amplia del paisaje, sus condiciones favorables
y limitantes para la conectividad. Como se mencionó, las condiciones
favorables están muy relacionadas con la integridad ecológica, mien-
tras que las limitantes lo están con algunas presiones y amenazas. El
análisis integral de estos aspectos permite definir a qué elemento del
corredor se debería integrar cada sitio (Figura 45).

+ Área núcleo

Zona de amortiguamiento
Integridad
ecológica
Eje de conectividad

Matriz de paisaje sustentable


-

- Presiones y amenazas +

Figura 45. Esquema general de interacción entre la integridad ecológica y las presiones
y amenazas, para determinar la función de un sitio dentro de un corredor.
Fuente: Martínez et al. 2013. Elaborado por C. Martínez.

313 Elementos territoriales


A continuación se describen los indicadores y métricas de paisaje
utilizadas para evaluar la integridad ecológica y las presiones y ame-
nazas existentes en la Zona 1.

5.4.1. Integridad ecológica

Para estimar la integridad ecológica de la Zona 1 se utilizaron ocho


métricas de paisaje que integran criterios sobre remanencia, fragmen-
tación, aislamiento y diversidad del paisaje (Figura 46). Su cálculo utili-
zó como principal insumo el mapa de ecosistemas remanentes (MAE
2013b).

Integridad ecológica

Remanencia Fragmentación Aislamiento Diversidad del paisaje

Remanencia local Número de parches Ecosistemas conectados Variedad de usos

Tamaños del parche Borde de contacto

Hábitat interior Cercanía a núcleos de conservación

Figura 46. Métricas de paisaje utilizadas para determinar la integridad ecológica en la


Zona 1.
Fuente: Martínez et al. 2013. Elaborado por C. Martínez.

Remanencia

• Remanencia local. Determina la superficie proporcional que aun


mantiene cobertura vegetal natural en un área de radio de 15 km
(Figura 47). Este radio corresponde a la distancia a la cual todos
los remanentes de vegetación natural encuentran un parche veci-
no de vegetación natural. Esta distancia fue utilizada para el cál-
culo de otras métricas que requieren la definición de un área de
análisis.

Capítulo V 314
Figura 47. Remanencia local en un área de radio 15 km.
Fuente: Martínez et al. 2013, a partir de MAE 2013b. Elaborado por C. Martínez.

Fragmentación

• Número de parches. Define el número de parches con vegetación


natural presentes en un área de radio de 15 km (Figura 48a).

• Tamaño del parche. Corresponde a la superficie ocupada por cada


parche o fragmento de los ecosistemas remanentes (Figura 48b).

• Hábitat interior. Expresa el porcentaje de la superficie de cada par-


che de ecosistemas remanentes que se encuentra libre del efecto
de borde (Figura 48c). Para este caso, se definió como efecto de
borde la presión que pueden tener los espacios naturales desde
el borde de contacto con las áreas intervenidas. Se definió como
efecto de borde una distancia de 315 m, la que corresponde al
diámetro promedio de los sitios en los cuales se registró la con-
versión de vegetación natural a áreas intervenidas entre los años
1990 y 2008 (MAE 2012).

315 Elementos territoriales


Figura 48. Métricas de fragmentación. (a) Número de parches de vegetación natural en
un área de radio 15 km, (b) Tamaño de parches de ecosistemas remanentes, (c) Hábitat
interior.
Fuente: Martínez et al. 2013, a partir de MAE 2012 y 2013b. Elaborado por C. Martínez.

Aislamiento

• Ecosistemas conectados. Corresponde al número de ecosistemas
con los cuales está conectado un parche de vegetación natural
(Figura 49a).

• Borde de contacto. Medido como el porcentaje del perímetro del


parche que comparte con otros ecosistemas naturales (Figura
49b).

• Cercanía a núcleos de conservación. Expresa la distancia lineal


más corta entre un sitio determinado y el núcleo de conservación
más cercano (Figura 49c). Se definieron como núcleos de conser-
vación aquellas zonas cubiertas por vegetación natural y que están
protegidas bajo la figura del PANE.

Capítulo V 316
Figura 49. Métricas para determinar condiciones de aislamiento. (a) Número de eco-
sistemas con los que se conectan los parches de vegetación natural, (b) Porcentaje del
borde del parche que está conectado a vegetación natural, (c) Distancia lineal al núcleo
de conservación más cercano.
Fuente: Martínez et al. 2013, a partir de MAE 2013b. Elaborado por C. Martínez.

Diversidad del paisaje

• Variedad de usos. Mide el número de usos del suelo distintos pre-


sentes en un área de radio de 15 km (Figura 50). Permite identificar
matrices de paisaje más diversas y heterogéneas. En este caso,
se utilizó como referencia el mapa de uso de la tierra y cobertura
natural (MAGAP 2002).

Figura 50. Variedad de usos del suelo en un área de radio 15 km.


Fuente: Martínez et al. 2013, a partir de MAGAP 2002. Elaborado por C. Martínez.

317 Elementos territoriales


La combinación de las métricas analizadas permitió contar con una
aproximación sobre el estado de la integridad ecológica en la Zona 1
(Figura 51). Se observa que la zona norte de la Reserva de Produc-
ción Faunística Cuyabeno presenta los valores más altos de integridad
ecológica, específicamente el área cubierta por Bosque siemprever-
de de tierras bajas del Aguarico-Putumayo-Caquetá. Otros sitios con
alta integridad ecológica se encuentran en el Parque Nacional Ca-
yambe Coca, la Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas y la Reserva
Ecológica El Ángel. En estos sitios se encuentran ecosistemas como
los Bosques siempreverde montano y montano alto del Norte de la
Cordillera Oriental de los Andes, el Bosque siempreverde montano
bajo de Cordillera Occidental de los Andes, y el Rosetal caulescente y
Herbazal del Páramo (páramo de frailejones).

Figura 51. Integridad ecológica en la Zona 1.


Fuente: Martínez et al. 2013. Elaborado por C. Martínez.

A su vez, los sitios con baja integridad ecológica se ubican principal-


mente en las zonas intervenidas de los cantones Quinindé, Río Verde,
Cotacachi e Ibarra y, en los límites entre los cantones Lago Agrio y
Shushufindi.

5.4.2. Presiones y amenazas

Para evaluar las presiones y amenazas presentes en la Zona 1 se uti-


lizaron siete indicadores que abordan aspectos sobre infraestructura,
conversión de la vegetación, aprovechamiento de recursos naturales
y cambio climático (Figura 52).

Capítulo V 318
Presiones y amenazas

Infraestructura Conversión de vegetación Aprovechamiento de RRNN Cambio climático

Densidad vial Probabilidad de cambio Forestal Variedad de temperatura

Minería Variación de precipitación

Petróleo

Figura 52. Indicadores utilizados para evaluar las presiones y amenazas en la Zona 1.
Fuente: Martínez et al. 2013. Elaborado por C. Martínez.

Infraestructura

• Densidad vial. Como un indicador de la presencia de infraestruc-


tura se evaluó la densidad vial, medida como la longitud de vías
presente por cada kilómetro cuadrado (Figura 53).

Figura 53. Densidad vial de la Zona 1.


Fuente: Martínez et al. 2013, a partir de IGM 2013. Elaborado por C. Martínez.

Conversión de la vegetación natural

• Probabilidad de cambio. Corresponde a la probabilidad de que


un sitio con cobertura vegetal natural sea transformado o conver-
tido a otros usos (Figura 54). Para esto se tomó como referencia
un modelo espacial que muestra la probabilidad de cambio de la
cobertura vegetal natural (Martínez 2013) y que utiliza como base
los datos del mapa histórico de deforestación del Ecuador (MAE
2012). Este modelo evalúa que tan similar es un sitio determinado

319 Elementos territoriales


respecto a los sitios donde históricamente se registró la conver-
sión de la vegetación natural a otros usos. Los criterios sobre los
que se analiza la similitud incluyen grado de accesibilidad, altitud,
cercanía a áreas intervenidas, patrones demográficos y presencia
de áreas protegidas.

Figura 54. Probabilidad de cambio de la cobertura vegetal natural en la Zona 1.


Fuente: Martínez 2013. Elaborado por C. Martínez.

Aprovechamiento de recursos naturales

• Aprovechamiento forestal. Corresponde a la presencia de planes


y programas de aprovechamiento forestal comercial. Fue repre-
sentado mediante un buffer de área equivalente a la superficie de
aprovechamiento aprobada y registrada en la base de datos del
Sistema de Administración Forestal (SAF) del Ministerio del Am-
biente (Figura 55).

Figura 55. Sitios donde se registra aprovechamiento forestal en la Zona 1.


Fuente: Martínez et al. 2013, a partir de la base de datos del SAF. Elaborado por C. Martínez.

Capítulo V 320
• Extracción de recursos naturales no renovables. Definida por la
presencia de actividad minera (Figura 56), para lo cual se consi-
deró la extensión que ocupan las concesiones mineras (ARCOM
2012). Mientras que en el caso de la actividad petrolera debe ser
considerada el área de los bloques petroleros y el área de influen-
cia de ductos (Secretaría de Hidrocarburos 2011).

Figura 56. Presencia de actividades mineras en la Zona 1.


Fuente: ARCOM 2012. Elaborado por C. Martínez.

Cambio climático

• Variación de temperatura y precipitación. Expresa las variaciones


absolutas de temperatura y precipitación, estimadas para condi-
ciones climáticas futuras, para las que se tomó como referencia
el modelo HADCM3 escenario A2a al año 2050 (Hijmans et al.
2005). En el caso de la temperatura se midió la variación de la
temperatura media anual expresada en grados centígrados (Figura
57a), mientras que para la precipitación se reportó la variación de
la precipitación media anual expresada en porcentaje respecto a la
precipitación media anual actual (Figura 57b).

Figura 57. Variaciones futuras estimadas para (a) temperatura y


(b) precipitación en la Zona 1.
Fuente: Martínez et al. 2013, a partir de Hijmans et al. 2005. Elaborado por C. Martínez.

321 Elementos territoriales


La combinación de los indicadores analizados permitió obtener una
aproximación sobre la concentración de presiones y amenazas en la
Zona 1 (Figura 58).

Figura 58. Presiones y amenazas en la Zona 1.


Fuente: Martínez et al. 2013. Elaborado por C. Martínez.

Se puede observar que los cantones Quinindé, Esmeraldas, Lago


Agrio y Shushufindi presentan los valores máximos de presiones y
amenazas. Aunque de forma general estas presiones y amenazas se
concentran en áreas intervenidas, también afectan zonas cubiertas
por ecosistemas remanentes como los Bosques siempreverde esta-
cional de tierras bajas del Chocó Ecuatorial y piemontano de Cordille-
ra Costera del Chocó, los Bosques siempreverde de tierras bajas del
Napo-Curaray y del Aguarico-Putumayo-Caquetá, y el Bosque siem-
preverde piemontano del Norte de la Cordillera Oriental de los Andes.

Por otro lado, se registran presiones y amenazas mínimas en las zo-


nas interiores de la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, el
Parque Nacional Cayambe Coca y la Reserva Ecológica Cotacachi
Cayapas. En otras áreas, como la Reserva Ecológica Mache Chindul
y la Reserva Ecológica Manglares Cayapas Mataje, las presiones y
amenazas son más intensas y se distribuyen en toda el área.

5.4.3. Conformación de corredores

Como se mencionó, el análisis combinado de la integridad ecológica


de un sitio y las presiones y amenazas a las que está expuesto permi-

Capítulo V 322
te determinar su función dentro de un corredor. Para esto, los mapas
de integridad ecológica y de presiones y amenazas fueron reclasifica-
dos en cuartiles (Figura 59), y así se definieron cuatro categorías para
cada criterio de análisis.

Figura 59. Reclasificación en cuartiles de (a) integridad ecológica y (b) presiones y


amenazas.
Fuente: Martínez et al. 2013. Elaborado por C. Martínez.

La integración espacial de estos mapas muestra diversas combina-


ciones entre las categorías de integridad ecológica y de presiones y
amenazas. Cada combinación refleja una condición territorial especí-
fica que puede asociarse con la funcionalidad de un sitio para formar
parte de un corredor. La siguiente tabla muestra las combinaciones
que determinan las posibles funciones de un sitio dentro de un co-
rredor.

Mediante la aplicación de esta matriz se identificó para cada sitio de la


Zona 1 su posible función para la conformación de corredores (Figura
60).

Matriz de asignación de funciones dentro de un corredor según las combinaciones


posibles entre integridad ecológica y presiones y amenazas. AN (área núcleo), ZA
(zona de amortiguamiento), EC (eje de conectividad) y MP (matriz de paisaje).

Presiones y amenazas

Bajas Medias Altas Muy altas

Muy alta AN AN AN AN
Integridad Alta AN ZA ZA ZA
ecológica Media ZA EC EC EC
Baja EC MP MP MP

323 Elementos territoriales


Figura 60. Posibles funciones para la conformación de corredores en la Zona 1.
Fuente: Martínez et al. 2013. Elaborado por C. Martínez.

El Sistema Nacional de Áreas Protegidas, en el área de la propuesta


establece cinco áreas protegidas que según este análisis se determi-
nan como áreas núcleo. La primera está conformada por la Reser-
va Ecológica Cotacachi Cayapas (RECC) y una franja de Bosque
siempreverde de tierras bajas del Chocó Ecuatorial localizado en el
Territorio Chachi aledaño a la RECC. La segunda, por una porción
de Bosque siempreverde piemontano de Cordillera Occidental de los
Andes dentro del Territorio Awá. La tercera corresponde al páramo de
frailejones de la Reserva Ecológica El Ángel. La cuarta está integra-
da por la zona norte del Parque Nacional Cayambe Coca y el Área
de Conservación Municipal del Cantón Sucumbíos. La quinta está
conformada prácticamente por la totalidad de la Reserva de Pro-
ducción Faunística Cuyabeno.

Alrededor de las áreas núcleo identificadas, se extienden varias zo-


nas de amortiguamiento, las mismas que se muestran como franjas
de anchos variables. Asimismo, se identifican cinco grandes ejes de
conectividad que unirían las áreas núcleo y sus zonas de amortigua-
miento. El primero permitiría la conexión entre la Reserva Ecológica
Mache Chindul, el Refugio de Vida Silvestre Ecosistema de Manglar
del Estuario del Río Esmeraldas y el Refugio de Vida Silvestre El Pam-
bilar. El segundo y tercero conectarían altitudinalmente el Parque Na-
cional Cayambe Coca con la Reserva Ecológica Manglares Cayapas
Mataje, pasando tanto por la Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas
como por la Reserva Ecológica El Ángel. Los ejes cuarto y quinto

Capítulo V 324
permiten la conexión entre el Parque Nacional Cayambe Coca, la Re-
serva Ecológica Cofán Bermejo, la Reserva de Producción Faunística
Cuyabeno y la Reserva Biológica Limoncocha. Sin embargo, la dis-
tribución espacial de estos ejes sugiere que tendrían un papel impor-
tante en la conectividad latitudinal de los ecosistemas amazónicos del
Ecuador y Colombia.

La importancia biológica y cultural que poseen los corredores esta-


blecidos articula naturalmente una amplia gama de ecosistemas que
van desde la Amazonía, pasando por los Andes y llegando hasta las
tierras bajas del Chocó en el Litoral, las que constituyen uno de los
hot-spots más importantes a nivel mundial (Myers et al. 2000; Mitter-
meier et al. 2004).

5.5. Algunas reflexiones finales

El ejercicio presentado constituye una evaluación preliminar de algu-


nas condiciones territoriales de la Zona 1 con miras al establecimiento
de corredores, con énfasis en la conectividad ecológica. A pesar de
que generalmente el diseño de corredores está basado en especies
objeto de conservación, sobre las cuales se analiza su ecología y se
definen los parámetros mínimos del corredor, este ejercicio abordó
el diseño desde la perspectiva más amplia de la ecología de paisaje.

Las métricas e indicadores utilizados para caracterizar el territorio no


son exhaustivos. Otros ejercicios de diseño de corredores, más es-
pecíficos y a mayor escala, deberán complementar sus variables de
análisis con otros elementos que describan las condiciones propias
del territorio que integraría el corredor. Los análisis más específicos
pueden incluir información biológica de algunos grupos de flora y
fauna o tener consideraciones especiales para ecosistemas frágiles
y de distribución restringida, como son los sistemas lacustres y los
humedales. Además, debe tenerse en cuenta la posible presencia de
humedales de importancia internacional RAMSAR, así como de otras
áreas de importancia para la conservación como son las Áreas de
Importancia para la Conservación de las Aves (AICA).

325 Elementos territoriales


En este ejercicio se desarrolló un análisis que abarcó la totalidad de
la Zona 1. Los elementos identificados son útiles en la medida de que
permiten tener una visión amplia del territorio. Sin embargo, para la
implementación de acciones será necesaria la definición de microco-
rredores, cuya integración permitiría la funcionalidad efectiva de los
corredores identificados. Además, es necesario desarrollar un análisis
más integral que considere los territorios aledaños a la Zona 1. Esto
permitiría identificar nuevas opciones de conectividad con territorios
vecinos.

La propuesta planteada constituye solamente un primer paso hacia la


conformación de corredores en la Zona 1. El enfoque de ecología de
paisaje es útil para determinar a nivel biológico los elementos cons-
titutivos de un corredor. Sin embargo, es necesario que este análisis
sea complementado desde los enfoques socio-económico y político
con procesos participativos; esto permitiría incluir nuevos criterios de
análisis y de priorización de sitios, determinar la viabilidad efectiva
para la implementación de corredores en el territorio y definir estra-
tegias de implementación y gestión para cada una de las áreas del
corredor.

Es importante que el diseño de corredores se articule con procesos


en marcha y que cuente con apoyo social y político. Asimismo, debe
ser reconocido como un instrumento de gestión integral del territo-
rio. La participación de múltiples actores es absolutamente necesaria
para lograr consensos, de tal forma que la gestión de los corredores
contribuya efectivamente a la conservación de la biodiversidad y al
desarrollo humano.

Recordemos que la Zona 1 abarca la mayor superficie en lo referen-


te a áreas protegidas consideradas en el SNAP dentro del territorio
ecuatoriano, siendo la Zona con más alto grado de biodiversidad en
donde coexiste la mayor riqueza étnico-cultural del país. Desde esta
perspectiva, el ensayo propuesto de corredores de conservación y
desarrollo sustentable tiene mayor factibilidad de ejecución como
modelo de gestión territorial.

Capítulo V 326
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Capítulo V 332
Capítulo VI
A manera de Atlas

Christian Martínez1

Un Atlas sintetiza, de forma sistemática, diversa información de un


territorio la cual se representa mediante mapas.

La elaboración de este documento implicó acceder a muy variada


información geográfica de la Zona 1, la misma que fue la base para
la generación de nueva información que sirve de sustento para los
análisis presentados en algunos de los capítulos anteriores.

El presente capítulo, muestra una compilación de mapas que recogen


e ilustran mucha de la diversidad territorial que caracteriza a la Zona
1. La información aquí presentada constituye una fuente de consulta
y referencia para fortalecer los procesos de planificación y gestión del
territorio. Asimismo, constituye una herramienta que permitió orientar
el diseño e implementación de corredores y microcorredores en la
Zona 1.

1 Gerente de Planificación Territorial. Conservación Internacional Ecuador.

333 Atllas
Mesa Técnica de Trabajo de Biocorredores - Zona de Planificación 1

Con el financiamiento de:

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