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UNA GUÍA DE TREINTA DÍAS PARA LOS NUEVOS

CREYENTES
por JOHN D. BECKETT

INTRODUCCIÓN
A fines de la década de los sesenta, tuve una experiencia que cambió mi
vida. En el negocio de la familia al que me había unido hacía poco tiempo
surgieron algunos problemas graves: la muerte repentina de mi padre,
quien había fundado la compañía y, poco después de aquello, un fuego que
les hizo unos daños increíbles a las dependencias de nuestra fábrica. Antes
de aquellos traumáticos sucesos, y pensaba que me podría enfrentar
incluso a los retos más difíciles sin ayuda alguna; ni siquiera la ayuda de
Dios. Pero este joven ingeniero graduado del MIT, entonces tan seguro de
sí mismo, ya no lo estaba tanto. No tenía las respuestas a aquellos reveses
tan aplastantes… sólo montones de preguntas. Fue entonces cuando me
convertí en un comprometido seguidor de Jesucristo. Más tarde descubriría
que en realidad, Él me había hecho para que le hiciera compañía. Todo
aquello sólo era “volver a casa”, a Aquél que me amaba profundamente y
se preocupaba por mí.

Esa decisión de entregarle mi vida a Jesús me transformó de una forma


tal, que nunca me la habría podido imaginar. Si no me equivoco, usted ha
dado un paso similar que indica que ha tomado la decisión de seguir a
Cristo como consecuencia de haber visitado uno de los diversos portales de
la Internet que presentan el mensaje del amor de Dios y el camino hacia
una transformación personal.

No es usted el único. De hecho, en un desarrollo notable y reciente,


decenas de miles de personas se están convirtiendo en creyentes de esa
misma forma. Hay un portal en particular, el que se encuentra en
www.lifesgreatestquestion.com, que relata mi historia. Lo han visitado
personas del mundo entero, y una de cada ocho ha indicado que anhela
seguir a Cristo.

Ahora, mi gran anhelo es ayudarle a partir de las lecciones que he


aprendido, para que dé los siguientes pasos. Así que esto es una sorpresa.
Esta pequeña guía para los próximos treinta días se llama Los próximos
pasos, y está pensada para su uso personal. A menos que usted nos dé
otras indicaciones, le estaremos enviando una sección cada día durante el
próximo mes. Al ir llegando al final, se le darán enlaces para que tenga
acceso a otros materiales si quiere hacer unos estudios más amplios.

He observado esto: Mientras que la fe cristiana es desafiada desde muchas


direcciones, la búsqueda de la realidad y el hambre por la verdad han ido
creciendo. Usted quiere saber cuál es el sentido de la vida. Quiere
comprender quién es Dios. Necesita esperanza. No está satisfecho con
tener “religión”, sino que quiere hallar una relación personal y
satisfactoria; un vínculo íntimo con el propio Jesucristo. El Señor al que
servimos y la vida transformada que Él ofrece son tan increíbles, que hoy
en día se calcula que existen más creyentes que en todos los períodos
anteriores de la historia humana sumados. Así que le doy la bienvenida a
una familia en crecimiento.

LOS PRÓXIMOS PASOS


¿Por qué son tan importantes esos próximos pasos? Piénselo de esta
manera. A la persona que acaba de nacer espiritualmente se la puede
comparar con un niño recién nacido. Ambos se hallan en peligro. Ambos
necesitan ayuda. Ambos exigen protección, cuidado y alimentación. Así
como el bebé necesita comida natural, la persona que acaba de nacer
espiritualmente necesita la clase correcta de alimento espiritual.

Jesús hizo una ilustración para ayudarnos a comprender los riesgos que
comprendía esta situación. Habló de un sembrador que salió a sembrar,
ejemplo que subraya lo importantes que van a ser los próximos treinta
días. Dijo que parte de la semilla cayó junto al camino, donde se la
comieron las aves antes que llegara a echar raíces siquiera. Otras semillas
cayeron donde había poca tierra. Al principio comenzaron a crecer, pero
las raíces nunca se llegaron a fijar como es debido. Cuando salió el sol, las
plantas se quemaron y se secaron. Otras semillas sí echaron raíces, pero
pronto las espinas que las rodeaban se enredaron con las nuevas plantas y
acabaron con su vida.

Por fortuna, la parábola no termina aquí. Jesús describe otra clase de suelo
como “buena tierra”. Las semillas que cayeron en aquel suelo echaron
raíces, crecieron las plantas y terminaron multiplicándose hasta formar un
gran número. (Vea la parábola entera en Mateo 13:1-23). ¿Le gustaría que
sus raíces espirituales penetraran en esa clase de suelo?

La “semilla” de la parábola representa el “Evangelio”, o literalmente, la


“buena noticia” de que Jesús murió por nosotros a fin de que fuéramos
restaurados a nuestra relación con Dios y recibiéramos vida eterna. Usted
necesita imponerse la meta de ir más allá de la experiencia inicial de
entregarse a Cristo, y seguir adelante, hacia una viabilidad continua, una
productividad y un cambio dinámico.

Se han realizado estudios que indican la importancia crítica que tiene lo


que sucede en los días inmediatamente posteriores al nuevo nacimiento. Si
usted comienza bien, los beneficios de esto lo podrán sostener durante el
resto de su vida. Ahora, usted quiere comprender lo sucedido y establecer
en su vida nuevas maneras de pensar y de comportarse, a fin de crecer,
volverse espiritualmente sano y dejar un impacto en la vida de otras
personas.
EL RETO
Creo con toda firmeza que si usted hace una modesta inversión de su
tiempo para estudiar los conceptos clave que aparecen en esta guía de
treinta días, verá cómo sus raíces penetran profundamente en la buena
tierra de la que habló Jesús. Tal vez no le parezca fácil. Todo tipo de
distracciones van a competir para captar su tiempo y su atención. Sin
embargo, manténgase firme. Permita que echen raíces las semillas de la
verdad y de la vida. Dios quiere esto para usted, y es Él quien lo va a
hacer posible. Las recompensas son infinitamente grandes, mientras que
las posibles pérdidas que traería consigo el no aprovechar esta oportunidad
se hallan más allá de toda medida.

Su destino no está en fracasar, ni en ver su vitalidad asfixiada por los


espinos, sino en ser una persona productiva que triunfe en todas las
dimensiones de la vida. Usted fue pensado para que fuera un seguidor de
Jesucristo lleno de gozo. Esta guía lo ayudará a convertirse en esa
persona.
 
© John D. Beckett

UNA GUÍA DE TREINTA DÍAS PARA LOS NUEVOS


CREYENTES
por JOHN D. BECKETT

DÍA 1 LA TRANSFORMACIÓN PERSONAL


¿Qué es lo que sucede en realidad cuando me comprometo a seguir a
Jesús?

Esta pregunta tiene una importancia inmensa. La mayoría de nosotros


tenemos un conocimiento incompleto en cuanto a lo que comprende la
transformación de nuestra vida en el momento de tomar la decisión de
seguir a Cristo. Ahora bien, es esencial que nuestra comprensión de esto
crezca con rapidez.

Según la Biblia, “nacemos de nuevo” cuando damos ciertos pasos en fe:

Reconocer que hemos estado separados de Dios —viviendo independientes


de Él— y arrepentirnos de habernos mantenido separados. (“Arrepentirse”
significa detenerse y comenzar a caminar en la dirección diametralmente
opuesta).
Volvernos hacia Dios al mismo tiempo que nos alejamos de nuestra
antigua forma de vivir.
Pedirle a Jesucristo de manera persona y oral que sea nuestro Salvador:
recibirlo como Aquél que por medio de su muerte, sepultura y resurrección
hizo posible que nosotros regresáramos a Dios.
Entregarnos plenamente a Él, reconociendo que Jesús es el Señor; Aquél
que tiene derecho a toda autoridad sobre nuestra vida.

Este acto de creer, el término que se usa con mayor frecuencia en el


Nuevo Testamento, no consiste en una simple aceptación mental, sino en
un invitar activamente a Jesús para que sea nuestro Salvador y Señor, y
hacerlo con todo el corazón y con todas nuestras fuerzas. ¡Aquí es lícito
actuar con pasión!

Como ya dije antes, yo llegué a este punto de compromiso después de


años de intentar salir adelante por mi propia cuenta. Terminé llegando al
final de mis posibilidades… y extendí la mano hacia Jesús. Me convertí en
creyente. “Nací de nuevo.” Así fue como pude comenzar de nuevo, llegar a
un nuevo principio.

Aunque no se produjeron de inmediato unos cambios que fueran


observables, al recordarlo todo en estos momentos, puedo ver un proceso
de cambios graduales que comenzó un notable desplazamiento en cuanto
a todo el rumbo que tomaba mi vida. En dos palabras: fui transformado.

He aquí algunas de las formas en que la Biblia describe esa


transformación:

          De las tinieblas               A la luz                (1 Pedro 2:9)


          De la esclavitud              A la libertad         (Romanos 8:21)
          De la muerte                   A la vida              (Romanos 6:13)

 En el primer día después de haberse comprometido a seguir a Jesús, es


posible que usted no sienta diferencia alguna. No permita que sus
sentimientos oscurezcan esta importante realidad: se ha producido una
inmensa transición. Va a hacer falta tiempo —tal vez toda una vida— para
valorar por completo las consecuencias que va a tener el haberle
entregado su vida a Cristo, tanto ahora como en la eternidad. Aún me
abruma darme cuenta de que Dios mismo fue a mi encuentro cuando sólo
era un joven perdido, voluntarioso y autosuficiente. El Autor de toda la
creación me alcanzó, me aceptó en su familia y me mostró su amor
incondicional. Y ese amor nunca ha disminuido ni por un solo instante
desde entonces.

No se desaliente si no ve evidencias de inmediato. Manténgase firme.


Usted ha echado a andar por un nuevo camino. Es una nueva persona, y
tiene una vida nueva, transformada. Su aventura como seguidor de Jesús
acaba de comenzar.
Texto bíblico De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
clave es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas (2 Corintios 5:17).
Pensamiento
Mi vida ha cambiado, y para siempre.
clave
 
© JOHN D. BECKETT

UNA GUÍA DE TREINTA DÍAS PARA LOS NUEVOS


CREYENTES
por JOHN D. BECKETT

DAY 2 EL COMIENZO DEL CAMINO


¿Qué puedo esperar que suceda mientras voy por el camino?

Hace años, cuando nuestra familia salía para dar un viaje largo en
automóvil, sólo habíamos recorrido unos cuantos kilómetros por la
carretera, cuando uno de los niños más pequeños me preguntaba: “Papá,
¿ya llegamos?”

 Al comenzar nuestro caminar espiritual, no centremos nuestra atención en


lo largo que pueda volverse el viaje. Y no nos preocupemos por lo que
vamos a encontrar a lo largo del camino, porque en realidad no lo
sabemos. Sólo Dios lo sabe. Más bien, pensemos en lo que está
sucediendo ahora mismo. He aquí algunas ideas clave:

Así como usted le consagró su vida a Jesús, Él se ha comprometido con


usted. Ésta es su promesa: “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré”
(Hebreos 13:5). Jesús está con usted todo el tiempo, cualquiera que sea
su situación.
Abandone la idea de que obtendrá unos resultados instantáneos. El
crecimiento espiritual no se produce de un día para otro, sino que es un
proceso. Busque los cambios pequeños, como conocer a un nuevo amigo
que es cristiano, dar un paso para reducir un hábito incómodo o descubrir
en la Biblia una idea que le es útil.
Tómese su nueva vida de día en día; incluso de momento en momento. Un
diario escrito por Oswald Chambers, cuyos pensamientos sobre la vida
cristiana aparecen en un maravilloso libro llamado En pos de lo supremo
(“My Utmost for His Highest”), dice en su anotación del 28 de julio: “Su
propósito (el de Dios) es para este minuto, y no para algo en el futuro”.
Centre su atención en el aspecto en el cual Él está obrando en usted,
alrededor de usted y por medio de usted en este mismo momento.

Ahora necesito hacerle una advertencia, que más tarde vamos a ver con
mayor profundidad. Cuando Jesús les estaba explicando la parábola del
sembrador a sus discípulos (la que mencioné en la Introducción), les dijo:
“Viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón” (Mateo
13:19). Se estaba refiriendo a Satanás, al diablo; a su adversario, que
siempre está obrando en contra suya. La táctica de Satanás con el nuevo
creyente consiste en apartarlo de la fe que acaba de hallar. Le dice: “Esto
no es real. Sólo has tenido una experiencia emocional”. “Vas a perder
todos tus amigos.” “Se te acabó la diversión.” Es una batalla mental, y el
enfrentamiento con el adversario es una realidad de su vida cristiana.

Cuando Satanás le llegue con dudas, temores y tentaciones, opóngase a él


con palabras como éstas: “Yo soy hijo de Dios, redimido por el Señor Jesús
de mi vida vieja”. Después ore para que Jesús le ayude. “Señor, ayúdame
a vencer en esta batalla”.

Recuerde: al acercarse a Jesús, usted ha dado un paso grande y


transformador; un paso del que nunca se tendrá que lamentar.

Texto bíblico clave El que comenzó en vosotros la buena obra, la


perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Filipenses
1:6).
Pensamiento clave Mi próximo paso es el más importante del camino
que tengo que recorrer en toda mi vida.
 
© JOHN D. BECKETT
UNA GUÍA DE TREINTA DÍAS PARA LOS NUEVOS
CREYENTES
por JOHN D. BECKETT

DIA 3 DIOS OBRA DESDE DENTRO HACIA


FUERA
¿Qué es lo primero que debo hacer?

Apenas comenzamos a caminar, necesitamos comprender la vital distinción


que existe entre la religión y una relación. La mayoría de nosotros hemos
visto funcionar a la religión; en cambio la relación que tenemos con Jesús
es muy distinta. La religión tiende a lo externo. Está estructurada y se
basa en reglas. En contraste con esto, nuestra relación debe ser personal,
abierta, cálida y liberadora.

Jesús quiere que nos acerquemos a Él de la misma forma que un niño


pequeño se acerca a un padre amoroso. Todo el que haya pasado tiempo
cerca de un niño así comprende esta imagen. Mi esposa Wendy y yo
siempre nos sentíamos felices cuando uno de nuestros seis hijos corría
hacia uno de nosotros con los brazos abiertos para abrazar, y después se
acurrucaba en sus brazos, en un descanso total y lleno de confianza.

¿Le puedo pedir que haga esto usted ahora mismo? Conviértase en un
“niño pequeño” por un minuto, y acérquese a Jesús como se habría
acercado a un padre o una madre que lo amara profundamente. Sin pedir
nada. Sin esperar nada. No hace falta que se cepille los dientes ni que se
peine el cabello. Sólo lléguese a Él y acurrúquese. Manténgase en su
presencia. Experimente el amor que Él le tiene.

¿Se tomó el tiempo para hacerlo? Por favor, no siga adelante mientras no
lo haya hecho.

Convierta este acto tan infantil en un hábito para toda la vida. En ese lugar
de descanso, confianza y dependencia, va a experimentar el poder
transformador de la nueva vida. “Porque Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses
2:13). El obra desde dentro hacia fuera, y no al revés.
Es triste que muchos cristianos hayan permitido que la religión se
convierta en sustituto de una relación. Es fácil caer en esa trampa. Uno
puede llegar a estar tan ocupado “haciendo cosas para Dios”, que descuide
sus lazos personales con Él.

Esta tendencia “religiosa”, si no se la corrige, se puede convertir realmente


en un estorbo espiritual. Así eran las cosas en los tiempos de Jesús. Él
reservó algunas de sus palabras más duras para los “creyentes
profesionales”, que se dejaban atar tanto con las normas y las reglas, que
su vida se iba consumiendo con la hipocresía y la codicia. Estaban ciegos
ante el anhelo de Jesús de tener una relación personal con ellos.

Fíjese la meta de seguir siendo como un niño en su relación con Jesús, al


mismo tiempo que crece en conocimiento, comprensión y sabiduría.

Texto bíblico clave Venid a mí todos los que estáis trabajados y


cargados, y yo os haré descansar (Mateo 11:28).
Pensamiento clave Jesús es una persona, y quiere tener una relación
personal conmigo.
 
© JOHN D. BECKETT
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por JOHN D. BECKETT

DIA 4 LA BIBLIA: PALABRA PARA TODOS LOS


TIEMPOS
¿Qué tal me va en el cuarto día?

¿Puede decir lo siguiente con pleno convencimiento?


Estoy seguro de haber nacido de nuevo por fe; he salido de las tinieblas a
la luz. (Recuerde: nuestra seguridad se basa en la realidad de la promesa
de Dios, y no en lo que nosotros sentimos).
Estoy centrado en este lugar y en este momento; no en lo que he sido, ni
tampoco en lo que me pueda estar esperando en el futuro.
He entrado en una relación nueva y personal con Jesucristo. Él me ama y
me está transformando desde dentro hacia fuera.

De vez en cuando, regresaremos a estos temas. Ahora, le quiero presentar


un libro: la Biblia. Ese libro se debe convertir en su amigo y compañero
para toda la vida.

En todas las culturas, las palabras son importantes. Son nuestra manera
de comunicar datos, ideas, instrucciones, aliento y corrección. No le
debería sorprender el que Dios quiera comunicarse con usted por medio de
palabras. Hasta cuando se refirió a Jesús, su propio Hijo, lo llamó “la
Palabra” (el “Verbo”; vea Juan 1).

La Biblia está formada por sesenta y seis libros. Es una colección de


historia, poesía, cartas y relatos hechos por personas de las cuales
podemos aprender unas valiosas lecciones. Es el más importantes de los
medios para que aprenda quién es Dios, cómo quiere Él que usted viva, y
cómo lo quiere ayudar.

Yo no vi siempre la Biblia como esta clase de compañía. Antes de


entregarle mi vida a Jesús, la hallaba confusa; hasta misteriosa. Parte del
problema estaba en que trataba de leerla como quien lee cualquier otro
libro, desde la primera página. Muy pronto me quedaba estancado y la
dejaba de lado.

Después que me convertí en creyente, la Biblia comenzó a adquirir vida.


Empecé la lectura por uno de los cuatro evangelios que están en el Nuevo
Testamento, siguiendo el consejo de un amigo, y descubrí allí un
maravilloso recuento de la vida de Jesús. Lo hallé muy real; muy
transparente. Sentí que aquello que estaba leyendo estaba produciendo
esperanza en mí. Descubrí unas lecciones que se aplicaban a la situación
en la que yo me hallaba en esos momentos. De hecho, era frecuente que
aquello que leía cada mañana tuviera una aplicación directa a los sucesos
que se producían ese mismo día. Recuerdo haber dicho en más de una
ocasión: “¡Esto es asombroso!”

Si usted tiene una Biblia, magnífico. Si no, puede encontrar una en línea
en www.biblegateway.com. Le sugiero que comience por el evangelio de
Lucas. Lea un poco cada día. Mientras lee, deje que esas palabras le
hablen, le traigan alguna idea fresca, alguna verdad nueva. Saboree lo que
Dios le dice por medio de su palabra, dándole vueltas en la mente,
permitiendo que se convierta en una fuente esencial de vida. (Aunque hay
algunas cosas que pueden parecer confusas, recuerde que todo lo que hay
en la Biblia se encuentra allí con un propósito).

Otra buena práctica sería buscar las citas bíblicas que menciono en este
estudio. Esto lo ayudará a familiarizarse con el recorrido por toda la Biblia,
y a ver el contexto concreto de uno o varios versículos determinados. (En
estos treinta días de estudio, he usado en español la versión Reina-Valera
de 1960, a menos que indique otra cosa —como NVI para la Nueva Versión
Internacional—, pero siéntase libre de hallar  una versión que sea la
adecuada para usted).

Como seguramente sabrá, en los proyectos de construcción de todo tipo,


los cimientos son críticos. Por ejemplo, en la edificación de un edificio
nuevo que tenga un buen número de pisos, hay que hacer con sumo
cuidado el trabajo tan “poco encantador” que se realiza por debajo del
nivel del terreno. Los cimientos no son lugar para hacer recortes de
ninguna clase, aunque dé la impresión de que esta fase de la construcción
no se vaya a acabar nunca. En su momento, comienza sobre el nivel del
suelo la actividad, y el edificio va tomando forma con gran rapidez. De
igual manera, su vida nueva en Cristo debe ser edificada sobre unos
cimientos sólidos. El mejor de todos los cimientos es la Biblia. Las
situaciones cambian, y los amigos van y vienen. En cambio, la Biblia es
“sólida como la roca”. Tome hoy la decisión de edificar sus cimientos sobre
la palabra de Dios, convirtiéndola en compañera suya para toda la vida.
Texto bíblico La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros
clave (Colosenses 3:16).
Pensamiento La Biblia va más allá de ser un depósito para la palabra
clave de Dios; es Dios mismo, hablándome directamente por
medio de las palabras que leo.
 
© JOHN D. BECKETT
UNA GUÍA DE TREINTA DÍAS PARA LOS NUEVOS
CREYENTES
por JOHN D. BECKETT

DIA 5 DIOS ES AMOR


¿Cómo puedo estar seguro del amor de Dios?

Todos sabemos que la vida puede ser dura. Por consiguiente, es posible
que nos resulte difícil mirar las circunstancias que nos rodean y llegar a la
conclusión de que Dios es un dios de amor. Tal vez usted creció en un
hogar destruido, donde había pocas evidencias de amor por parte de su
padre terrenal; tal vez lo que existía era el maltrato. Es posible que haya
perdido seres amados por enfermedad, accidente o guerra. En algunas
regiones del mundo, la pobreza y el hambre son realidades diarias. ¿Dónde
está el amor de Dios en todo esto?

Yo creo que a Dios le duele el corazón más de cuanto nosotros nos


podamos imaginar ante las angustias, el sufrimiento, las injusticias y las
dificultades que encuentran en su camino todos sus hijos, en especial
cuando se entiende que la mayor parte de esas cosas tiene por causa el
que la humanidad se ha alejado de Él. La entrada del pecado al mundo
trajo consigo unas graves consecuencias. Sin embargo, desde que
comenzó el pecado con sus estragos, Dios ya tenía en mente el remedio.

Ese remedio era Jesús. Mientras nosotros aún seguíamos atrapados en el


pecado, Dios envió a su propio Hijo para rescatarnos; para “redimirnos”.
He aquí la forma en que Jesús describe el amor de Dios:

Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que
todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16,
NVI).

El apóstol Juan también centró su atención en el amor de Dios:

El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios
su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para
que vivamos por medio de él (1 Juan 4:8,9, NVI).
Oswald Chambers resume así la conexión que existe entre la cruz y el
amor de Dios:
La roca sólida de nuestra fe cristiana es la maravilla insondable e
inmerecida del amor de Dios manifestado en la Cruz del Calvario; un amor
que nunca podremos merecer, y que nunca mereceremos (7 de marzo).

Billy Graham, en su reciente libro llamado The Journey (“El viaje”), dice:
“Mientras más leo la Biblia, más comprendo que el amor es el atributo
supremo de Dios” (p. 22 de la versión inglesa).

Cuando usted le entregó su vida a Dios y nació de nuevo, se encontró cara


a cara con el amor de su Padre celestial. Ahora, a medida que va siguiendo
su caminar como cristiano, apóyese en ese amor, sacando fuerzas de lo
más profundo de él. Sumérjase en su amor y su cuidado.

He aquí una oración, escrita para la antigua iglesia de Éfeso por el apóstol
Pablo, quien les escribió a los nuevos creyentes varias cartas que se hallan
recogidas en el Nuevo Testamento. Ahora usted puede hacer suya esta
oración: “(Para que podáis) conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios
3:19).
Texto bíblico clave Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
unigénito (Juan 3:16, NVI).
Pensamiento clave El amor que Dios me tiene nunca ha disminuido, y
nunca disminuirá.
 
© JOHN D. BECKETT

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CREYENTES
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DIA 5 DIOS ES AMOR


¿Cómo puedo estar seguro del amor de Dios?
Todos sabemos que la vida puede ser dura. Por consiguiente, es posible
que nos resulte difícil mirar las circunstancias que nos rodean y llegar a la
conclusión de que Dios es un dios de amor. Tal vez usted creció en un
hogar destruido, donde había pocas evidencias de amor por parte de su
padre terrenal; tal vez lo que existía era el maltrato. Es posible que haya
perdido seres amados por enfermedad, accidente o guerra. En algunas
regiones del mundo, la pobreza y el hambre son realidades diarias. ¿Dónde
está el amor de Dios en todo esto?

Yo creo que a Dios le duele el corazón más de cuanto nosotros nos


podamos imaginar ante las angustias, el sufrimiento, las injusticias y las
dificultades que encuentran en su camino todos sus hijos, en especial
cuando se entiende que la mayor parte de esas cosas tiene por causa el
que la humanidad se ha alejado de Él. La entrada del pecado al mundo
trajo consigo unas graves consecuencias. Sin embargo, desde que
comenzó el pecado con sus estragos, Dios ya tenía en mente el remedio.

Ese remedio era Jesús. Mientras nosotros aún seguíamos atrapados en el


pecado, Dios envió a su propio Hijo para rescatarnos; para “redimirnos”.
He aquí la forma en que Jesús describe el amor de Dios:

Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que
todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3:16,
NVI).

El apóstol Juan también centró su atención en el amor de Dios:

El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios
su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para
que vivamos por medio de él (1 Juan 4:8,9, NVI).
Oswald Chambers resume así la conexión que existe entre la cruz y el
amor de Dios:

La roca sólida de nuestra fe cristiana es la maravilla insondable e


inmerecida del amor de Dios manifestado en la Cruz del Calvario; un amor
que nunca podremos merecer, y que nunca mereceremos (7 de marzo).

Billy Graham, en su reciente libro llamado The Journey (“El viaje”), dice:
“Mientras más leo la Biblia, más comprendo que el amor es el atributo
supremo de Dios” (p. 22 de la versión inglesa).

Cuando usted le entregó su vida a Dios y nació de nuevo, se encontró cara


a cara con el amor de su Padre celestial. Ahora, a medida que va siguiendo
su caminar como cristiano, apóyese en ese amor, sacando fuerzas de lo
más profundo de él. Sumérjase en su amor y su cuidado.

He aquí una oración, escrita para la antigua iglesia de Éfeso por el apóstol
Pablo, quien les escribió a los nuevos creyentes varias cartas que se hallan
recogidas en el Nuevo Testamento. Ahora usted puede hacer suya esta
oración: “(Para que podáis) conocer el amor de Cristo, que excede a todo
conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios
3:19).
Texto bíblico clave Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo
unigénito (Juan 3:16, NVI).
Pensamiento clave El amor que Dios me tiene nunca ha disminuido, y
nunca disminuirá.
 
© JOHN D. BECKETT

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