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DISCURSO LEIDO

DISCURSO LEÍDO: Este discurso se redacta por escrito, pero el orador lo


pronuncia leyendo el texto directamente. 

El método tiene sus ventajas, pero solo cuando se trate de discursos que deban
pronunciarse en ocasiones especiales o cuando un desliz verbal, pudiera
ocasionar consecuencias desagradables, cuando se requiera una expresión muy
exacta y concisa o cuando deban ajustarse a limites prefijados de tiempo,
como ocurre con la radio y la televisión. 

DESVENTAJAS: se sacrifica parte del vigor y de la espontaneidad, que son


esenciales en la comunicación oral.

Se pierde el magnetismo de la mirada, y el discursante suele tomar un tono de


voz totalmente distinto del tono de conversación o charla directa, perdiéndose
así los cambios de inflexión, que a su vez se traducen en monotonía.

Se pierde vivacidad, comunicación y contacto directo. 

DISCURSO IMPROVISADO

DISCURSO IMPROVISADO: Improvisar no es repentizar. Por improvisar


hemos de entender el arte y la técnica de decir con palabras diferentes
conceptos e ideas ya previstas. 

El orador debe saber de antemano las ideas que va a expresar y confiar su


formulación concreta, a la inspiración del momento.

 Se dicen palabras que no estaban previstas, pero sobre conceptos que ya
estaban muy claros.

 Lo que hace difícil la improvisación, es la facultad de realizarla delante de


personas extrañas a nuestra relación habitual y sobre un tema que conocemos
poco o nada algunas veces. 

Sin embargo, cuando las ideas son claras, las palabras nunca faltan. 

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