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Capítulo 37
Estado Amazonas.
Héctor Escandell García

héctor escandell garcía. Nació en 1955 en Barcelona, España. Venezolano. Licenciado


en Geografía por la Universidad Central de Venezuela (1979). Especialista en Desarrollo
de Áreas Amazónicas por la Universidad Federal do Pará (Belén, Brasil, 1989). Veintiséis años
de servicio en el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales. Corporación Venezolana
de Guayana. Gobernación del Estado Amazonas. Conicit. Universidad Santa María, Núcleo
Amazonas. IUTA. Fundación La Salle. Cargo actual: director general estadal Amazonas (E) del
MARN. Entre sus publicaciones destacan: Sostenibilidad y políticas públicas. Estado Amazonas
de Venezuela, en la Segunda Conferencia Internacional Amazonía 21; Logros para una agenda
sustentable (Serie Cooperación Amazónica, N° 23, Unamaz, Caracas, 2000); «Estado Amazonas.
Manejo integral de bosques naturales», en colaboración con Pedro García Montero, Miguel
Ángel Perera y Pedro Cortez, en Desarrollo sostenible del medio rural (Fundación Polar, 1997);
«Foundations for the sustainable development of the Venezuelan Amazon: A regional development
G
plan», en Third Millenium for humanity? The Search for Paths of Sustainable Development
(Dietrich Leihnes y Tomas Mitschein Editors, Belén, Brasil, 1996); «Amazonas. Estrategia
de desarrollo y participación», en Amazonas. Modernidad en tradición (M. A. Perera y A. Carrillo,
editores, Caracas, 1995); «Bases para el desarrollo sustentable de Amazonas», en Amazonía
venezolana, una perspectiva común para el futuro (Fundación Konrad Adenauer, 1995);
E «Implicaciones del pago de la deuda externa en el aprovechamiento de los recursos naturales
de la Amazonía venezolana», en Amazonas en tiempo de transición (Serie Cooperación
Amazónica. OEA, Universidad Federal do Pará, N° 4, Belén, Brasil, 1989).

O
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. Monumento Natural cerro Autana, estado Amazonas.


Fotografía Román Rangel, Ecograph

. Lago Leopoldo, cerro Autana, estado Amazonas.


Fotografía Román Rangel, Ecograph
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.  Río Cataniapo, estado Amazonas.


Fotografía Román Rangel, Ecograph

.  Río Culebra, Parque Nacional Duida-Marahuaca, estado Amazonas.


Fotografía Román Rangel, Ecograph
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. La Esmeralda, estado Amazonas.


Fotografía Román Rangel, Ecograph
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.  Río Orinoco, estado Amazonas.


Fotografía Román Rangel, Ecograph

.  Brazo Casiquiare, estado Amazonas.


Fotografía Román Rangel, Ecograph
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presentación
1
El estado Amazonas comprende la segunda mayor extensión entre todas las entidades
federales del país; sin embargo, su población es la de menor tamaño y, en consecuencia,
su densidad poblacional es también la más baja. En contraposición, el estado Amazo-
nas posee la mayor diversidad cultural, representada en 19 grupos étnicos aborígenes
distribuidos en su geografia. A través de cientos de años esos pueblos han desarrollado
estrategias de ocupación del espacio y de aprovechamiento de los recursos naturales
que, por su baja magnitud, han permitido que el estado Amazonas presente hoy un alto
grado de conservación ambiental.
2
En las últimas cuatro décadas se han producido cambios sustanciales tanto en la com-
posición demográfica como en los modos de ocupación y uso del espacio y los recursos
naturales, derivados de la imposición del modelo de desarrollo nacional, que incluye
una mayor presencia de población no indígena que ha migrado desde otras regiones
del país y de las naciones vecinas, especialmente Colombia.
3
Su posición geográfica le confiere un carácter estratégico, en tanto posee extensos lími-
tes con Brasil y Colombia que favorecen el intercambio social y económico, pero tam-
bién situaciones indeseables como la minería aurífera ilegal y el contrabando de
recursos naturales.
ubicación, límites y división
político-territorial
Ubicación geográfica y astronómica
4
El estado Amazonas está ubicado al centro-sur del país, formando una cuña que se
incrusta hacia el corazón del continente. El perímetro de la entidad se asemeja a un
rectángulo, cuyos lados mayores se orientan en dirección norte-sur; el extremo meri-
dional se localiza en las proximidades de la catarata de Hua (nacimiento del río Ararí),
en el Parque Nacional Serranía de la Neblina, a los 0° 40' de latitud Norte y se extiende
hasta los 6° 15' de latitud Norte, a la altura del caño Orera. El punto más occidental
ocurre a los 67° 50' de longitud Oeste, coincidiendo con la entrada del río Guainía a
territorio venezolano desde la República de Colombia, y se prolonga hasta los 63° 20'
de longitud Oeste en las cabeceras del río Orinoco, en el cerro Delgado Chalbaud
(ver mapa División político territorial del estadoAmazonas,en el Apéndice cartográfico).
5
Su ubicación, muy próxima al norte del ecuador terrestre, en pleno cinturón intertro-
pical, y el origen precámbrico del basamento geológico, determinan en buena medida
las condiciones ambientales y ecológicas que presenta la región.
6
De acuerdo al Decreto de Regionalización Administrativa nº 478 del año 1980,el estado
Amazonas integra la llamada región Guayana, conjuntamente con los estados Bolívar y
Delta Amacuro. En 1999, el ámbito de la CorporaciónVenezolana de Guayana, instan-
cia responsable de la promoción del desarrollo regional, fue ampliado al sur de los esta-
dos Anzoátegui y Monagas; sin embargo, es necesario señalar que funcionalmente la
entidad ha estado más vinculada con el norte del país a través de San Fernando de Apu-
re que con el resto de la región Guayana.
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7
Su superficie es de 183.500 km2 (1), equivalentes al 19,8% de la extensión continental
del país y al 40% de la región Guayana, superior a la extensión de naciones como
Holanda, Bélgica y similar a la de Uruguay; no obstante, su población apenas supera
los cien mil habitantes.
8
Es interesante destacar que las mejoras sustanciales recientes en el cubrimiento carto-
gráfico del sur deVenezuela, especialmente las derivadas de la ejecución del proyecto
Cartosur, conducido por el Marnr entre 1996 y 2002, permitieron, además de precisar
los límites internacionales del estado, aumentar su extensión en cerca de 10.000 km2,
con respecto a la data oficial anterior.
Límites
9
El perímetro de la entidad es de unos 2.300 km, que incluyen 1.450 km que definen
fronteras internacionales con Colombia y Brasil, que se extienden desde el extremo
noroccidental, a la altura de la desembocadura del río Meta en el Orinoco, siguiendo
rumbo hacia el sur, hasta las proximidades del Monumento Natural Piedra del Cocuy
en el río Negro y, desde allí, con rumbo este-noreste hasta encontrar el límite con
el estado Bolívar (ver mapa División político territorial del estado Amazonas, en el
Apéndice cartográfico).
10
La frontera con la República de Colombia define la porción occidental del estado
Amazonas en unos 675 km de longitud, y se expresa geográficamente a través del canal
de navegación de los ríos Orinoco, Atabapo y Guainía-Negro, salvo una porción esta-
blecida por una línea geodésica de 75 km, trazada entre las cabeceras del río Atabapo al
norte y la entrada del río Guanía a territorio venezolano al sur.
11
El límite con Brasil se extiende por unos 825 km, desde el punto trifinio, localizado a la
altura del río Negro, frente a la Piedra del Cocuy, hasta el punto donde se encuentran
los límites del estado Amazonas con el estado Bolívar. A diferencia de los límites con
Colombia, la frontera con Brasil está definida por la divisoria de aguas de un conjunto
de serranías contiguas: La Neblina,Tapirapecó, Curupira, Urucusito y Parima, que se
orientan desde el extremo sur hasta el extremo nororiental.
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Un elemento importante a considerar al estudiar el fenómeno fronterizo en el estado
Amazonas es la presencia de numerosas islas en el cauce de los ríos binacionales, que
definen fronteras a partir de la vaguada o canal de navegación en el período de aguas
bajas que se extiende desde diciembre a marzo. Así, en el tramo del Orinoco, desde
San Fernando de Atabapo hasta la desembocadura del río Meta al norte, todas las islas

(1 ) Las fuentes de información contienen diversos valores para expresar la extensión de la entidad;
ello se debe básicamente a que la cartografia disponible no ofrecía la precisión necesaria al momento
de elaborar las primeras síntesis geográficas; así, la cartografia temática utilizada para representar
información de los inventarios de recursos naturales presenta inconsistencias de acuerdo a la
base utilizada. Para este trabajo se asume la extensión proporcionada por el Instituto Nacional de
Estadística en el documento Amazonas. Síntesis estadística , y se han realizado los ajustes
para la información temática cuando ha sido posible.
Otras cifras acerca de la extensión del estado Amazonas son las siguientes: 177.617 km2 en el Anuario
estadístico deVenezuela, ocei, 1955, y 181.000 km2 en el Atlas imagen deVenezuela, pdvsa, 1992.
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ubicadas a la derecha del canal de navegación son venezolanas, mientras las restantes
pertenecen a Colombia. El mismo criterio se aplica para las islas del río Atabapo; mien-
tras que para el río Guainía-Negro son venezolanas todas las islas ubicadas a la izquier-
da del canal de navegación, en sentido norte-sur.
13
La mayor isla sobre el río Orinoco es la isla Ratón, con 56 km2, ubicada aguas arriba de
los raudales de Maipures, enfrente de la desembocadura del río Sipapo. Por su exten-
sión y localización constituye una posesión estratégica para el país.
División político-territorial
14
El territorio del actual estado Amazonas ha pasado por una serie de categorizaciones
político-administrativas desde el período colonial hasta nuestros días, denominacio-
nes que reflejan la valoración que sobre la región tenían las autoridades (2).
15
Hasta el año 1817, la región estuvo integrada por los cantones de San Fernando de Ata-
bapo, La Esmeralda y San Carlos de Río Negro y Maroa, en correspondencia con los
primeros núcleos poblados estables fundados por la metrópoli. Hasta 1842 se le cono-
ció como cantón de Río Negro, dependiendo sucesivamente de la provincia de Guaya-
na, departamento del Orinoco, confederación de la Gran Colombia y el Estado
Soberano deVenezuela. A partir de 1842 y hasta 1856 se denominó distrito de reduc-
ción indígena de Río Negro de la provincia de Guayana.
16
Entre 1856 y 1861 fue conocida como provincia de Amazonas de la República deVene-
zuela, siendo ésta la primera ocasión en que explícitamente se señala su asociación a la
gran región amazónica; posteriormente, entre 1861 y 1864, se identificó como distrito
Amazonas de la provincia de Guayana, y entre 1864 y 1876 como territorio Amazonas
de los Estados Unidos deVenezuela, otorgándosele la capitalidad a San Fernando de
Atabapo.
17
A partir de 1876 y hasta 1880, la entidad mantuvo la denominación de territorio Amazo-
nas, pero su capital fue trasladada aYavita, como respuesta a la inestabilidad política
que dominaba la región, donde una serie de caudillos asociados a la explotación del
caucho silvestre desoían a las autoridades nacionales. Entre 1880 y 1893, la región fue
separada en los territorios de Alto Orinoco y Amazonas, con capitales en San Fernando
de Atabapo y Maroa de los Estados Unidos deVenezuela, y a partir de 1893 hasta 1928
volvió a integrarse en territorio Amazonas con capital en San Fernando de Atabapo.
18
Desde 1928 a 1991 se le conoció como territorio federal Amazonas, con la capital en el
poblado de Atures, luego denominado Puerto Ayacucho.
19
La relativamente reciente conversión de la región de territorio federal a estado conllevó
a su municipalización. Así, de los cuatro departamentos en que estaba dividido políti-
ca y administrativamente el territorio federal hasta el año 1992, pasó al establecimiento
de siete municipios, cuyas capitales y extensión se señalan en la tabla 1 (p. 178).

(2 ) Haro (2000) y Mariño Blanco (1992), citados en la bibliografia, tratan extensamente el tema.
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tabla  Distribución de la superficie de los municipios con respecto al estado Amazonas.
municipio capital superficie (km²)
alto orinoco ˙ la esmeralda ˙ 50.850
atabapo ˙ san fernando de atabapo ˙ 25.900
autana ˙ el carmen de ratón ˙ 12.700
atures ˙ puerto ayacucho ˙ 7.550
manapiare ˙ san juan de manapiare ˙ 33.100
maroa ˙ maroa ˙ 14.250
río negro ˙ san carlos de río negro ˙ 39.150
total
˙ 183.500

Fuente: Ley de División Político Territorial del Estado Amazonas,1992.

20
Resulta interesante observar cómo esta amplia porción del país —que a primera vista y
hasta hace pocos años parecía haber permanecido al margen de cualquiera de los gran-
des procesos socioeconómicos y políticos ocurridos en las últimas siete décadas—
desempeñó un papel mucho más activo desde el inicio del período republicano hasta
los años finales de la Segunda Guerra Mundial. Más allá de los cambios de denomina-
ción, las actuaciones de gobernantes como Guzmán Blanco, Ignacio Andrade, Cipria-
no Castro y JuanVicente Gómez evidencian la intención de integrar esta amplia región
al resto del país o al menos a propiciar su colonización y la explotación de sus recursos
naturales (3).
21
Diversos contratos y concesiones se otorgaron a nacionales y extranjeros para esos
fines con distintos resultados; en todo caso, todo ello se hizo bajo la premisa del desco-
nocimiento científico de la región y, especialmente, con la imposición cultural violen-
ta sobre sus pobladores autóctonos (4).
Proyección internacional y geopolítica
22
La ubicación geográfica del estado Amazonas hace de él una puerta hacia el sur del
continente; la integración vinculante de dos grandes cuencas, Amazonas y Orinoco; su
tropicalidad expresada en la presencia de una cobertura selvática poco intervenida,
contenedora de una reconocidamente abundante diversidad biológica, y la presencia
de la mayor diversidad cultural del país, compuesta por 19 grupos étnicos, le otorgan
una importancia relevante desde la perspectiva geopolítica, que trasciende lo nacional
hasta convertirse en una región de interés mundial.
23
La ubicación descrita permite visualizar a futuro el desempeño de un rol estratégico en
materia de integración subregional. La presencia en su territorio del río Casiquiare,
uniendo a través de un fenómeno natural de difluencia las cuencas de los ríos Orinoco
y Negro, y la dinámica del crecimiento demográfico y económico que evidencia el
norte de la Amazonía brasileña, principalmente alrededor de las ciudades de Manaos y

(3 ) Perera. ElAmazonas venezolano. Impacto y desarrollo, pp. 21-35.


(4 ) Sobre este particular, se sugiere consultar los trabajos de Perera, Iribertegui y Haro,
referidos en la bibliografia.
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Boavista, pero también de otros centros urbanos menores como San Gabriel, unida al
desarrollo del polo industrial de Ciudad Guayana y a las potencialidades económicas
dispersas en el resto de la región y el país, hace pensar que el estado Amazonas puede
convertirse en un centro de intercambio comercial que complemente sus propias
oportunidades de aprovechamiento de los recursos naturales para diversificar una
economía basada en criterios de sustentabilidad, que mejorará las precarias condicio-
nes de vida que aún hoy afectan a buena parte de su población.
24
Cada día se hace más evidente la importancia global de los servicios ambientales que
presta la región amazónica; servicios que tienen que ver con los grandes ciclos quími-
cos y biológicos que aseguran la sostenibilidad de las condiciones de vida del planeta.
En esa perspectiva, la valoración de la región, de su conservación dinámica, se hace
más relevante para la humanidad y, en consecuencia, cabe esperar que en el futuro el
uso de los recursos que contiene, las modalidades que se empleen para su aprovecha-
miento, el destino de las poblaciones autóctonas, se conviertan en tema prioritario de
los foros mundiales. El reto está en conciliar los intereses nacionales, y sobre todo de
los habitantes de la región, con las expectativas de la sociedad global; en todo caso, se
vislumbra a la región como un campo fértil para la cooperación internacional en diver-
sas áreas.
las unidades físico-naturales
Las regiones naturales del estado Amazonas
25
El estado Amazonas se ubica en la provincia fisiográfica del llamado escudo guayanés,
conformado sobre restos de un escudo de origen precámbrico, cuyo relieve rígido, tipo
zócalo, ha sido afectado más por epirogénesis que por orogénesis. Caracterizado por
intensos procesos de mineralización y por la presencia de un basamento ígneo sedi-
mentario, recubierto por formaciones sedimentarias más recientes, ha dado origen a
tres grandes unidades geomorfológicas o regiones naturales(5):
1 La penillanura del norte. Se caracteriza por los afloramientos rocosos caracte-
rísticos —de granitos y gneises— de forma redondeada o profundamente meteori-
zados en sabanas.
2 Las penillanuras del Casiquiare y tierras bajas delVentuari. Presentan alturas
que no exceden los 200 metros, con una inclinación general ligeramente orientada
hacia el suroeste. El drenaje es de tipo concéntrico, que se explica mediante la
cubeta de deflación que drena la cuenca del río Casiquiare.
3 Los tepuyes. Son superficies tabulares, caracterizadas por rocas areniscas muy
duras de la formación Roraima, con bajo o inexistente metamorfismo y con alturas
sobre los 1.200 metros. Por su condición de islas intracontinentales, han dado
lugar a ecosistemas muy diferenciados.
26
Durante los primeros años de la década de los ochenta, el marnr adelantó el estudio
regional denominado Sistemas AmbientalesVenezolanos, que para el actual estado
Amazonas identificó 74 áreas naturales; por agregación de similitudes climáticas y geo-

(5 ) José Arismendi. «Presentación geográfica de las formas de relieve», GeoVenezuela, tomo 2,


Fundación Empresas Polar, Caracas.
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morfológicas se generaron 30 subregiones naturales, de las cuales surgieron por agru-
pación de subregiones con clima y relieve similares, nueve grandes regiones naturales
o grandes unidades de paisaje, que describiremos seguidamente (fig. 8 y tabla 2).
fig 8 Regiones naturales del estado Amazonas.
68° 67° 66° 65° 64°
E S T A D O A P U R E E S T A D O B O L Í V A R


N
3

1 3

2

4
A
I
B

5

M

6 3
O
L
O
C


7

B R A S I L

Situación relativa nacional km


1 : Contacto con los Llanos. 0 50 100

2 : Macizo de Parguaza.
3 : Macizo del Este y Central.
4 : Llanuras del Ventuari.
5 : Orinoco medio.
6 : Cunucunuma-Ventuari.
7 : Alto Orinoco.
Colombia
8 : Casiquiare.
9 : Macizo del Sur.
Fuente: Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar,1994;
Brasil Esteves y Dumith,1997.
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tabla  Unidades físico-naturales del estado Amazonas: grandes unidades de paisaje.
superficie porcentaje
nombre paisaje predominante (km ) total
1. contacto con los llanos ˙ Llanuras de alteración ˙ 4.464 ˙ 2.49 %
2. macizo de parguaza ˙ Montaña ˙ 14.520 ˙ 8.11 %
3. macizo del este y central ˙ Montaña ˙ 35.844,5 ˙ 20.02 %
4. llanuras del ventuari–manapiare ˙ Llanuras y penillanuras de alteración ˙ 12.110 ˙ 6.76 %
5. orinoco medio ˙ Llanuras y penillanuras de alteración ˙ 24.800 ˙ 13.85 %
6. cunucunuma–ventuari ˙ Penillanuras ˙ 9.316 ˙ 5.20 %
7. alto orinoco ˙ Llanuras y penillanuras de alteración ˙ 13.000 ˙ 7.26 %
8. casiquiare ˙ Llanuras de alteración ˙ 36.000 ˙ 20.11 %
9. macizo del sur ˙ Montañas y penillanuras de alteración ˙ 29.000 ˙ 16.20 %

Mapa base: Esteves y Dumith. Diversidad biológica,1997.


La información de base difiere de la considerada en otros apartes de este documento (183.500 km2);
se estima que para la fecha de elaboración se utilizó la información proveniente del informe MARNR-ORSTOM de1985.
No pueden realizarse los ajustes al dato utilizado en el texto.

Fuente: Esteves y Dumith. Diversidad biológica,1997.

Unidad de paisaje contacto con los llanos


27
Ubicada al noroeste de la entidad, cubre unos 4.464 km2, entre el macizo de Parguaza
y el río Orinoco. Se caracteriza por su clima tropical con temperaturas promedio de
27 °C y precipitaciones anuales promedio de 2.200 mm, con una estación seca de tres
meses que se extiende de enero a marzo.
28
En su basamento geológico predominan los granitos moderadamente tectonizados, ti-
po Santa Rosalía, y depósitos aluviales que bordean la margen derecha del río Orinoco.
29
Geomorfológicamente se distinguen cuatro tipos de paisajes:
. Penillanuras de alteración en media naranja, con cobertura boscosa sobre suelos
de clase VI, utilizables mediante modalidades de manejo forestal; localizadas al este
de la región.
. Llanura de alteración en glacis, con suelos de clase IV y cobertura boscosa fuertemente
intervenida por cultivos de subsistencia, ocupando la franja central de la unidad.
. Llanura aluvial de orillar y de desborde, localizadas al extremo occidental de la región;
presenta suelos clase IV, con fuertes limitaciones por exceso de humedad e inundacio-
nes periódicas, unidas a un drenaje deficiente.
. Otras llanuras dispersas, con suelos de las clases VI y VII, donde predomina la vegeta-
ción de sabana.
30
La región ofrece algunas posibilidades para la agricultura, especialmente en las sub-
cuencas de los ríos Cataniapo y Samariapo, y en la llanura orillar del río Orinoco. Las
áreas de sabana tienen potencialidad para la ganadería extensiva, con baja capacidad
de carga en función de las características de baja fertilidad de los suelos y la pobreza
nutricional de los pastos naturales.
182
Unidad de paisaje macizo de Parguaza
31
Se expresa en el macizo montañoso localizado al este de la región de contacto con los
llanos, que se prolonga hasta la depresión de Manapiare, al oeste, con una extensión
aproximada de 14.520 km2, presenta un clima caracterizado por temperaturas prome-
dio anuales alrededor de los 21 °C y precipitaciones que oscilan entre 2.500 y 3.200
mm. Su relieve abrupto se levanta sobre el granito de Parguaza, evidente en abundan-
tes afloramientos, rocas del grupo Roraima y granitos moderadamente tectonizados,
con alturas superiores a 1.000 msnm, conformando paisajes de montaña, altiplanicies
y tepuyes, con valles entallados que definen las cabeceras de los ríos Cataniapo, Cuao,
Sipapo, Autana, Guayapo, Guapuchi y Marieta. Las formas de vegetación dominante
son el bosque pluvial premontano y la vegetación típica de los tepuyes.
32
En atención a las condiciones descritas, la vocación de la región se orienta a la protec-
ción de la diversidad biológica y de las nacientes de aguas.
Unidad de paisaje macizo del este y central
33
Conforma el límite oriental del estado Amazonas con el estado Bolívar y la República
Federativa de Brasil. Con unos 35.844,5 km2 posee un clima húmedo de montaña, con
precipitaciones que van desde los 2.500 a los 3.400 mm anuales. Las areniscas de la for-
mación Roraima, los granitos moderadamente tectonizados y los granitos de tipo
porfidico constituyen el sustrato geológico sobre el que se levantan montañas, altipla-
nicies y tepuyes de fuertes pendientes como el Duida, el Marahuaca, el Parú y el Hua-
chamacare, donde nacen importantes ríos como elVentuari, Parú, Cunucunuma,
Padamo, Cuntinamo, Matacuni y Ocamo.
34
La vocación de la región se orienta hacia la protección de la biodiversidad y de las fuen-
tes de agua.
Unidad de paisaje llanuras del Ventuari-Manapiare
35
Con una superficie de 12.110 km2, ocupa la gran depresión geográfica que se extiende
desde la confluencia del ríoVentuari en el Orinoco, al sur, hasta el piedemonte del
macizo del este y central. El relieve va de ondulado a plano, conformando llanuras alu-
viales, penillanuras de alteración y llanuras de alteración. El clima es tropical húmedo,
con lluvias anuales entre los 2.100 y 2.600 mm, y presenta un período seco transicio-
nal de dos meses (enero y febrero).
36
La región ofrece posibilidades para el aprovechamiento agrícola, al contener algunos
de los suelos con mejores condiciones de fertilidad natural de la entidad. Las sabanas,
estacionalmente inundables, presentan condiciones favorables para la ganadería.
Unidad de paisaje Orinoco medio
37
Localizada en posición centro-occidental, desde la desembocadura del río Cunucunu-
ma en el Orinoco al este, hasta el límite internacional establecido por los ríos Orinoco y
Atabapo al oeste, tiene una extensión de aproximadamente 24.800 km2. Las precipita-
ciones varían desde los 2.500 a los 3.000 mm anuales, con temperaturas promedio
anual de 26,7 °C.
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38
El sustrato geológico predominante está conformado por rocas graníticas tectoniza-
das, granitos porfidicos y granitos feldespáticos hacia el este de la región; unidades
metasedimentarias al centro y sureste; migmatitas y augen gneises en las proximidades
de la boca delVentuari, y depósitos aluviales a lo largo de la planicie del Orinoco.
39
El relieve va de ondulado a plano, con extensas áreas sometidas a inundaciones esta-
cionales, conformando tres tipos de paisajes dominantes:
. Llanuras de alteración, cubiertas de formaciones de selva pluvial, con suelos con capa-
cidad de uso III, aprovechables para agricultura de subsistencia y manejo de recursos
forestales no maderables en las áreas de bosques anegados.
. Llanuras de erosión, cubiertas por formaciones de sabanas, matorrales y bosques en
pantanos, sobre suelos con muy baja capacidad de uso, clase VIII, con muy fuertes
limitaciones fisicas y químicas.
. Penillanuras de alteración, cubiertas por bosque pluvial denso, bien drenadas y suelos
clases III y IV, con limitaciones por acidez, fertilidad y riesgos de erosión.
Unidad de paisaje penillanuras del Cunucunuma-Ventuari
40
Con una extensión de 9.316 km2, se ubica entre el macizo del este y central, al oriente,
y la región del Orinoco medio al oeste. Los paisajes dominantes son las penillanuras
disectadas a muy disectadas, y su clima, muy húmedo, presenta precipitaciones que
van desde 3.000 a 3.500 mm anuales. El relieve ondulado está cubierto por formacio-
nes de bosque alto y denso, con suelos de clases IV y VI, bien drenados, pero con fuer-
tes limitaciones de uso por las marcadas pendientes y los consecuentes riesgos de
erosión; sin embargo, en algunas áreas sobre las penillanuras de alteración en lomas, se
localizan manchas de suelos con mejores condiciones fisicas que presentan vocación
para el manejo agroforestal y la agricultura de subsistencia.
Unidad de paisaje llanuras del alto Orinoco
41
Coincidente con la porción de la cuenca alta del río Orinoco, se extiende desde las
cabeceras del río hasta la confluencia del río Cunucunuma al oeste. Esencialmente
constituida por llanuras y penillanuras de alteración, la región presenta un clima
húmedo, con precipitaciones entre 1.800 y 2.500 mm anuales.
42
Las rocas graníticas tectonizadas, y en menor proporción las unidades metasedimenta-
rias, conforman la geología predominante, que da lugar a un relieve ondulado cubierto
por vegetación boscosa alta; los suelos bien drenados, en las llanuras de alteración con
tierras clase III, presentan aptitud para el uso agroforestal, la ganadería y los cultivos de
subsistencia.
Unidad de paisaje llanuras y penillanuras del Casiquiare
43
Los aproximadamente 36.000 km2 de superficie la hacen la más extensa de las regiones
naturales del estado Amazonas. Climáticamente cubre el área más húmeda de la enti-
dad, con lluvias anuales que van desde los 3.000 a los 3.700 mm, factor que origina
extensas áreas, adyacentes a los cauces de los principales ríos, con exceso de agua
superficial permanente.
184
44
El sustrato geológico dominante está constituido por rocas básicas e intermedias mig-
matizadas y tectonizadas del complejo Supamo, que han dado origen a un relieve pla-
no y ligeramente ondulado donde dominan los paisajes de llanura de alteración,
cubierta por formaciones de bosque denso bajo y alto, con tierras de capacidad de uso
III, útiles para el manejo agroforestal y la agricultura de subsistencia.
45
Las penillanuras de alteración con relieve ondulado, cubiertas de bosques medio y
alto, se localizan al este de la región, con suelos de clase IV, caracterizados por severas
limitaciones de fertilidad y fuerte acidez, que condiciona sus potencialidades al uso
agroforestal y de protección.
Unidad de paisaje macizo del Sur
46
Coincide con la zona fronteriza con Brasil al extremo sur de la entidad.Tiene una
superficie estimada en 29.000 km2, cubierta por formaciones boscosas sobre paisajes
de peniplanicies disectadas premontanas, montañas, tepuyes y penillanuras de altera-
ción, desarrollados sobre granitos moderadamente tectonizados, granitos tectoniza-
dos porfidicos y rocas del grupo Roraima. El clima muy húmedo presenta precipita-
ciones entre 2.500 y 3.500 mm. La vocación de la región parece orientarse hacia la
protección de nacientes de agua y a la conservación de una diversidad biológica mayo-
ritariamente desconocida aún en nuestros días.
La geología y suelos
47
En términos generales, el basamento geológico de la región forma parte del escudo
arqueano brasileño (arcaico guayanés), constituido por rocas de edad precámbrica,
tipo zócalo(6) algunas con edades superiores a los 2.000 millones de años, como el
denominado complejo granítico amazónico y, los granitos del Parguaza, con aproxima-
damente 1.500 millones de años de antigüedad(7).
48
Procesos erosivos desarrollados por cientos de millones de años desagregaron y remo-
vieron las rocas originales, dando lugar a enormes capas de sedimentos que, sometidas
a transformaciones fisico-químicas, permitieron el surgimiento de la llamada forma-
ción Roraima. Ésta ha sido luego intrusionada por granitos, garbos y diabasas que pro-
vocaron amplios e intensos procesos metamórficos y zonas de mineralización(8).
49
El mosaico geológico resultante, expuesto a los procesos erosivos y en general a las
condiciones climáticas propias de la ubicación geográfica, ha permitido la formación
de un conjunto de paisajes, relieves y geoformas que pueden sintetizarse en cinco gran-
des categorías(9):
a) Llanuras de erosión-alteración: representadas en las penillanuras del Casiquiare,
Santa Bárbara yVentuari.
b) Depósitos aluviales: que se producen a lo largo de los principales ríos de la región.

(6 ) José Arismendi, op. cit.


(7 ) marnr-Codesur. Atlas de la Región Sur, p. 6; marnr-Orstom. Atlas del inventario de tierras del
territorio federalAmazonas, p. 17.
( ) Vicente Mendoza y colaboradores. «Geología de la parte norte del territorio federal Amazonas.
8
Venezuela», pp. 387-389.
(9 ) marnr-Codesur, op. cit., pp. 11 y 12.
H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
185
c) Valles intramontanos: amplios y poco profundos, excavados por ríos como
el Parucito, altoVentuari y Caño Santo.
d) Macizos graníticos-gnéisicos precámbricos: testigos de antiguas superficies de
erosión comoTapirapecó, Unturan y Sierra Parima.
e) Macizos de la formación Roraima: constituidos por formas residuales tabulares,
conocidas como tepuyes, dispersos sobre la superficie del estado, donde se
localiza la estribación más occidental de la formación.
50
Por su origen geológico antiguo(10) han sido identificadas cinco provincias petrotectó-
nicas: Casiquiare, Alto Orinoco, Siapa, Manapiare y Ayacucho, ordenadas de la más
antigua a la más reciente, que han sido el resultado de distintos procesos geológicos
sobre las cuales se han desarrollado los procesos pedogenéticos, condicionados por
altos valores de temperatura y pluviosidad. Así, los suelos del estado Amazonas son, en
términos de fertilidad natural, de pobres a extremadamente pobres, muy ácidos, con
baja capacidad de almacenamiento de nutrientes y, una vez desprovistos de cobertura
vegetal, muy susceptibles a la erosión y la lixiviación. Son suelos con muchas limitacio-
nes de orden fisico-químico que se reflejan en la baja fertilidad natural; presentan muy
baja capacidad de intercambio catiónico y alta saturación de aluminio, en ocasiones
superior al nivel de tolerancia de las plantas cultivadas(11).
51
La restricción derivada de los problemas de drenaje predominantes en extensas áreas y
la susceptibilidad a la erosión favorecida por la estructura y composición de los suelos,
constituyen otros elementos limitantes para la agricultura.
52
Otro fenómeno de particular interés radica en las carencias en los suelos de nitrógeno,
fósforo, calcio y otros nutrientes indispensables para el crecimiento de las plantas, los
cuales suelen estar almacenados en la biomasa. Este hecho constituye una de las más
interesantes particularidades de los ecosistemas amazónicos, puesto que los ciclos de
nutrientes ocurren básicamente fuera del sustrato, en la biomasa vegetal y en el manto
de residuos en descomposición que se acumula sobre él(12).Tal situación evidencia los
procesos especializados que por siglos ha tenido que desarrollar la vegetación para
asegurar su sobrevivencia.
El clima
53
La localización de la región en el cinturón intertropical le otorga unas condiciones
caracterizadas por altos valores de radiación solar, temperatura, precipitación, evapo-
ración y humedad durante todo el año. El tránsito estacional de la convergencia inter-
tropical determina la distribución espacial de las lluvias, sólo influenciada por los
macizos orográficos que inciden en la circulación atmosférica y consecuentemente en
el régimen hídrico(13).

(10 ) Vicente Mendoza y colaboradores, op. cit., pp. 367-368.


(11 ) Sergio Benacchio. «El potencial agrícola del territorio federal Amazonas. Una perspectiva», p. 407.
(12 ) Rafael Herrera, C. Jordan, H. Kingle y E. Medina. «Amazon ecosystems.Their structure and
functioning with particular emphasis on nutrients», p. 231.
(13 ) marnr. «Sistemas ambientales venezolanos. Región Guayana.Territorio federal Amazonas», p. 30.
En Julio Esteves y Deud Dumith. Diversidad biológica enAmazonas. Bases para una estrategia
de gestión, p. 35.
186
54
El clima en la mayor parte del estado Amazonas es catalogado como súper húmedo, y
sólo al noroeste, en los alrededores de Puerto Ayacucho, es considerado como muy
húmedo, influenciado por los sistemas atmosféricos del norte y noreste: dorsal antici-
clónica del Atlántico norte, frentes fríos del norte y vaguada en altura, y el sistema del
sur: frentes fríos del sur, núcleos de alta presión del Atlántico sur y la Zona de Conver-
gencia Intertropical(14).
55
Estudios a gran nivel para la región amazónica señalan que la fuente primaria de hume-
dad de la región proviene de la evaporación sobre el océano Atlántico, que luego es
arrastrada sobre la cuenca por la acción de los vientos alisios. Se estima que el 50% de
las lluvias son producto de la recirculación del vapor de agua en la región, indicador de
la importancia en el proceso de la cobertura vegetal, a través de la transpiración(15).
56
Para el estado Amazonas, la red de estaciones de monitoreo de variables climáticas se
reduce a ocho, ubicadas todas en las tierras bajas de la región. Es evidente que en vir-
tud a la gran extensión de la entidad y a la diversidad de paisajes, la representatividad
de los datos acumulados es útil sólo para obtener una visión general.
57
Producto de las condiciones descritas, se puede diferenciar tres regímenes de hume-
dad(16):
. Perhúmedo, con lluvias superiores a 3.400 mm anuales, localizado en la franja suroeste
de la entidad, sobre las cuencas de los ríos Atabapo y Guainía-Negro.
. Muy húmedo, que cubre unos dos tercios de la superficie de la región, con precipita-
ciones anuales entre 2.500 y 3.500 mm, coincidente con las cuencas medias de los ríos
Orinoco yVentuari.
. Húmedo, con lluvias anuales entre 1.700 y 2.500 mm, sobre las cuencas altas de los ríos
Orinoco yVentuari, y la franja fronteriza noroccidental, que se extiende al norte y sur
de Puerto Ayacucho.
58
En las figuras 10 hasta la 23 (pp. 188-191) se presentan los registros climatológicos para
la serie 1990–2002, recogidos en las principales estaciones metereológicas del estado
Amazonas.
59
Se puede observar que desde el núcleo de más altas precipitaciones anuales (régimen
perhúmedo) los valores de pluviosidad van disminuyendo hacia el este y el norte del
estado, donde es posible identificar una estación seca entre los meses de diciembre y
marzo alrededor de Puerto Ayacucho, que se reduce a dos meses en la franja de régi-
men muy húmedo.
60
Del análisis de las series de datos climatológicos se desprende que la temperatura pro-
medio anual presenta valores superiores a los 26 °C sobre las tierras bajas, con una
variación intradiaria que puede oscilar entre los 8 y 12 °C. La altitud tiene un evidente
efecto moderador, que coloca los valores de temperatura promedio en un rango de 21 a
24 °C y aun menores, en las cimas de las altas montañas y tepuyes(17).

(14 ) Rigoberto Andressen. «Circulación atmosférica y tipos de clima», GeoVenezuela, tomo 2,


Fundación Empresas Polar, Caracas.
( ) Eneas Salati et al. «Origen y distribución de las lluvias en la Amazonía», pp. 200-205.
15

(16 ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., p. 38.


(17 ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., p. 36.
H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
187
fig 9 Regiones hidrográficas y distribución de la precipitación.
68° 67° 66° 65° 64°
E S T A D O A P U R E E S T A D O B O L Í V A R

00
23

N

00
23
300

00
0

25
2300

25 00 5 5°

3000
4
A

3000
I
B

25
00 4°
M
O

0
350
L
O

3 2000
C

1800

1

0
370

180
2

0
200
0
250
0


0
350

30
00

B R A S I L

Situación relativa nacional km


1 : Alto Orinoco. 0 50 100

2 : Guainía-Río Negro.
3 : Medio Orinoco.
4 : Ventuari.
5 : Medio y Bajo Orinoco.
Fuente: Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar,1994;
Esteves y Dumith,1997.
Colombia

Brasil
188
fig. 10 Temperatura promedio, 1990-2002. Estación San Fernando de Atabapo.
Temp eratura º C

29,5

29

28,5

28

27,5

27

26,5
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 11 Temperatura promedio, 1990-2002. Estación Puerto Ayacucho.


Temp eratura º C

28,5

28

27,5

27

26,5

26
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 12 Temperatura promedio 1990-2002. Estación San Carlos de Río Negro.


Temp eratura º C

28,2

28

27,8

27,6

27,4

27,2

27

26,8
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

Nota: Información incompleta por datos no disponibles.


Fuente: Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales, MARN.
H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
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189
fig. 13 Precipitación promedio, 1990-2002. Estación San Fernando de Atabapo.

milímetros
Pre cipit ación en 500

400

300

200

100

0
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 14 Precipitación promedio, 1990-2002. Estación Puerto Ayacucho.


Pre cipit ación en milímetros

450

400

350

300

250

200

150

100

50

0
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 15 Precipitación promedio, 1990-2002. Estación San Carlos de Río Negro.


Pre cipit ación en milímetros

450

400

350

300

250

200

150

100

50

0
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

Fuente: Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales, MARN.


190
fig. 16 Temperatura promedio, 1992-2002. Estación San Juan de Manapiare.
Temp eratura º C

29

28,5

28

27,5

27

26,5
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 17 Temperatura promedio, 1992-2002. EstaciónTamaTama.


Temp eratura º C

28,5

28

27,5

27

26,5
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 18 Temperatura promedio, 1990-2002. Estación Santa Bárbara del Orinoco.


Temp eratura º C

28,5

28

27,5

27

26,5

26
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 19 Temperatura promedio, 1990-2002. Estación Santa María


de los Guaica-Ocamo.
Temp eratura º C

28,4

28,2

28

27,8

27,6

27,4

27,2

27
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

Fuente: Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales, MARN.


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191
fig. 20 Precipitación promedio, 1990-2002. Estación San Juan de Manapiare.

milímetros
Pre cipit ación en 500

400

300

200

100

0
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 21 Precipitación promedio, 1990-2002. EstaciónTamaTama.


milímetros
Pre cipit ación en

500

400

300

200

100

0
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

fig. 22 Precipitación promedio, 1990-2002. Estación Santa Bárbara del Orinoco.


milímetros
Pre cipit ación en

500

400

300

200

100

0
Mes E F M A M J J A S O N D
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E B R R Y N L O P T V C

fig. 23 Precipitación promedio, 1990-2002. Estación Santa María


de los Guaica-Ocamo.
milímetros
Pre cipit ación en

400

350

300

250

200

150

100

50

0
Mes E F M A M J J A S O N D
N E A B A U U G E C O I
E B R R Y N L O P T V C

Fuente: Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales,MARN.


192
61
Los valores de humedad están asociados a la nubosidad y las precipitaciones.Los regis-
tros señalan promedios superiores al 80% anual alrededor de las estaciones climáticas.
62
En función de los factores señalados, y atendiendo a la clasificación climática de Koep-
pen, podemos diferenciar tres tipos de clima: el de selva tropical lluviosa sin estación
seca definida, convencionalmente identificado como Afi, el tropical monzónico Ami y
el de sabana Aw” (s”), coincidentes con las categorías señaladas para los regímenes de
humedad.
Hidrografia
63
El estado Amazonas posee una extensa red hidrográfica dispuesta alrededor de dos
cursos principales, el río Orinoco y el río Guainía-Negro, cuyas cuencas se conectan
naturalmente a través del río Casiquiare (fig. 9, p. 187), que en una extensión de 300 km
y un discurrir en sentido noreste al suroeste, desplaza aproximadamente un 25% del
caudal transportado por el Orinoco a la altura deTamaTama, donde ocurre el fenóme-
no de difluencia, documentado por Humboldt durante su travesía por estas tierras y
que ha despertado el interés de científicos y políticos que ven en él la posibilidad fisica
cierta de integración del continente sudamericano a través de la navegación fluvial.
64
La naturaleza geológica de la región, los tipos de suelos predominantes, el clima y la
cobertura vegetal determinan las características fisico-químicas de las aguas que dre-
nan el territorio. La variabilidad de estas condiciones se traduce en un complejo siste-
ma de interés científico y en el soporte de la abundancia y diversidad de los recursos
naturales(18).
65
El río Orinoco, cuya cuenca es compartida geopolíticamente con Colombia, drena
unos 128.500 km2 de la superficie del estado Amazonas, mientras que la cuenca del
Guainía-Negro, afluente del gran río Amazonas, también compartida por ambos países
en su tramo superior y luego con Brasil aguas debajo de la Piedra del Cocuy, cubre
unos 55.000 km2.
66
En el estado Amazonas, el Orinoco recorre desde su nacimiento en el cerro Delgado
Chalbaud de la sierra de Parima hasta la confluencia con el río Meta, unos 940 km, de
los 2.100 de su extensión total. En ese trayecto recibe los aportes de numerosos afluen-
tes, especialmente sobre su margen derecha, entre los que destacan por su caudal el
Ocamo, Padamo, Cunucunuma,Yagua,Ventuari, Sipapo, Cataniapo y muchos otros
de menor magnitud. El ríoVentuari constituye el mayor tributario, drenando una cuen-
ca de 42.000 km2 aproximadamente.
67
Estos afluentes de la margen derecha drenan, por lo general, suelos formados sobre el
basamento del escudo guayanés, que como hemos visto son muy antiguos, lavados y
lixiviados, y, por lo tanto, hacen muy pequeños aportes de materia orgánica a las aguas.
Esto se refleja consecuentemente en la ictiofauna, menos abundante que en los cursos
que reciben aportes de nutrientes por la escorrentía sobre suelos de formaciones más

(18 ) Franz Weibezahn. «Hidroquímica y sólidos suspendidos en el alto y medio Orinoco», p. 151.
H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
193
recientes, como los que caracterizan a la mayoría de los afluentes del Orinoco por la
margen izquierda, a partir de la confluencia del río Atabapo con el Orinoco, a la altura
de San Fernando de Atabapo.
68
Diversos ríos que nacen en los Andes colombianos y drenan sobre los llanos orientales
de ese país constituyen los principales afluentes del río Orinoco en términos de caudal
y aporte de sedimentos, destacándose el Guaviare, elTomo y elVichada. Es precisa-
mente en estos tramos del Orinoco donde se localiza la mayor riqueza pesquera de la
región y donde estacionalmente se produce el fenómeno llamado ribazón, es decir, la
afluencia de enormes volúmenes de peces de distintas especies que en determinadas
épocas del año discurren a través del Orinoco, aguas arriba, intentando alcanzar los
lugares de desove y las áreas de alimentación(19).
69
La cuenca del río Guainía-Negro tiene su principal afluente en el río Casiquiare. La
naturaleza de los suelos de la región origina una coloración oscura en las aguas, que es
producto de la presencia de taninos originados por la rápida descomposición de la bio-
masa del bosque y su consecuente arrastre por la red de drenaje superficial hasta los
caudales colectores. Estos ríos de aguas oscuras o negras se repiten en buena parte de la
superficie de la región, especialmente en los cursos que drenan sobre los suelos más
antiguos, donde la presencia de nutrientes es casi inexistente. Se caracterizan por su
alta acidez y por la escasez de la fauna acuática que albergan. Además del Guainía-
Negro se destacan por su caudal el Atabapo, la cuenca baja del Casiquiare, y el Sipapo.
70
Los cursos que drenan sobre formaciones geológicas más recientes, especialmente de
la formación Roraima, entre ellos destacan el Cunucunuma, elVentuari, el Ocamo, el
Manapiare y el Cataniapo(20), son llamados ríos de aguas claras, donde la vida acuática
es más abundante que en los ríos de aguas negras, debido al aporte de sedimentos
hecho por la escorrentía.
71
Una última categoría incluye los llamados ríos de aguas blancas o turbias, caracteriza-
dos por drenar sobre suelos recientes, que permiten el mayor aporte de sedimentos y
nutrientes, y, consecuentemente, soportan una mayor carga y diversidad de fauna
acuática. El tramo del río Orinoco entre San Fernando de Atabapo al sur y la confluen-
cia con el río Meta al norte constituye el ejemplo representativo de esta categoría.
72
Resulta entonces evidente que existe una relación entre la coloración de las aguas y la
naturaleza de los terrenos drenados, que se extiende a la transparencia del agua, factor
ecológicamente importante en los procesos de producción fotosintética de los organis-
mos autótrofos que en ellas viven. Así, los cursos que drenan sobre terrenos más anti-
guos tendrán cargas de sedimentos muy bajas y, por ende, mayor transparencia que
los ríos que drenan sobre formaciones más jóvenes, susceptibles a la erosión y meteori-
zación y que, por lo tanto, aportan mayores cargas de sedimentos y nutrientes(21).

(19 ) marnr, op. cit., p. 441.


(20 ) Franz Weibezahn, op. cit., pp. 159-160.
(21 ) Franz Weibezahn, op. cit., pp. 170-171.
194
Vegetación
73
El estado Amazonas posee la mayor diversidad de vegetación del país, representada
en cuatro provincias fitogeográficas, cuatro biomas y 56 tipos de vegetación, entre las
que destacan las formaciones boscosas que cubren aproximadamente el 93% de
la superficie(22).
74
Los especialistas estiman la presencia de unas 5.000 especies, de las cuales cerca de
1.000, representadas por 20 géneros y 100 familias, serían endémicas(23). Estas cifras
indican una alta diversidad botánica para la región, sobre todo si consideramos que la
mayor parte de la entidad no ha sido inventariada a detalle, especialmente las formacio-
nes boscosas de tierras bajas donde se presume la mayor diversidad.
75
Seguidamente presentamos las características de los diferentes tipos de vegetación.

(22 ) Otto Huber. Mapa de vegetación del estadoAmazonas.


(23 ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., pp. 56-59.

tabla  Paisajes vegetales del estado Amazonas.


tipos de vegetación superficie (ha) porcentaje
bosques ˙ ˙
Macrotérmicos ombrófilos siempreverdes˙ 83.721 ˙ 47,1 %
Macrotérmicos semicaducifolios ˙ 7.296 ˙ 4,1 %
Macrotérmicos caducifolios ˙ 475 ˙ 0,3 %
Ribereños ˙ 6.834 ˙ 3,8 %
Submontanos ˙ 48.245 ˙ 27,1 %
Montanos y altimontanos ˙ 19.166 ˙ 10,8 %

˙
total bosques 165.737 ˙ 93,2 %
arbustales
Macrotérmicos ˙ 3.017 ˙ 1,7 %
Tepuyanos ˙ 810 ˙ 0,4 %
total arbustales
˙ 3.827 ˙ 2,1 %
sabanas y herbazales
Sabanas macrotérmicas ˙ 3.686 ˙ 2,1 %
Herbazales macrotérmicos ˙ 3.755 ˙ 2,1 %
Herbazales tepuyanos ˙ 870 ˙ 0,5 %
total de sabanas y herbazales
˙ 8.311 ˙ 4,7 %
formaciones pioneras ˙No determinadas
Fuente: Huber. Mapa de vegetación del estado Amazonas, escala 1:2.000.000,1995.
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195
Bioma forestal
76
Representa cerca del 30% de la cobertura boscosa del país y el 93% del estado. Predo-
mina en el centro-sur de la región e incluye los siguientes tipos:
. Bosques macrotérmicos semicaducifolios, localizados en las vertientes protegidas de
los vientos, con precipitaciones entre 2.000 y 2.500 mm anuales, con individuos de 20
a 30 metros de altura.
. Bosques macrotérmicos ombrófilos siempreverdes, localizados en tierras bajas, por
debajo de los 500 msnm y temperaturas medias anuales superiores a 24 °C. Cubren la
mayor extensión de la región, desde el valle del Manapiare al norte hasta la serranía de
Unturan al sur. Presenta cuatro subtipos:
a) bosques altos sobre suelos bien drenados, densos con sotobosque ralo e individuos
de hasta 35 m de alto;
b) bosques altos densos sobre suelos inundados estacionalmente;
c) bosques estacionalmente inundables esclerófilos, de altos a medios, también
conocidos como catinga amazónica, y
d) bosques inundables de palmas.
. Bosques submontanos, los cuales se localizan rodeando el piedemonte y las serranías,
distinguiéndose dos subtipos:
a) basimontanos, localizados entre la base de las montañas hasta los 400 msnm, y
b) montanos bajos, entre los 400 y los 800 msnm con individuos de hasta 60 metros
de altura.
. Bosques montanos y altimontanos, ubicados entre los 800 y 2.000 msnm, con indivi-
duos de mediana altura y siempreverdes los primeros, de porte bajo en las cumbres
de las montañas y por encima de los 2.000 msnm, de porte bajo y siempre verdes los
segundos, localizados sobre las estribaciones tepuyanas.
. Bosques ribereños, localizados en franjas a lo largo de los ríos y caños, incluyen dos
subtipos:
a) bosques de galería, siempreverdes, con árboles de porte mediano y sujetos a
inundación entre 8 y 9 meses por año;
b) bosques ribereños altos y densos, ubicados sobre suelos aluviales, con individuos
de hasta 40 metros de altura, diferenciándose los ribereños de aguas blancas
de los ríos Orinoco,Ventuari, Ocamo y Padamo, y los ribereños de aguas negras,
como el Sipapo y río Negro, que a su vez presentan tres subclases en función
al régimen de inundación.

Arbustales
77
Ocupan el 2,1% de la superficie del estado e incluyen dos categorías:
a) arbustales macrotérmicos de tierra baja, localizados sobre arenas blancas,
inundables y asociadas a ríos de aguas negras;
b) arbustales submesotérmicos a submicrotérmicos montanos, localizados sobre
suelos de turba o afloramientos rocosos, entre los 500 y 3.000 msnm.
196
Sabanas y herbazales
78
Cubren el 4,7% de la región, agrupados en seis categorías:
a) sabanas arboladas y arbustivas no inundables, conformadas predominantemente
por gramíneas;
b) sabanas abiertas inundables, con dominancia de gramíneas de porte alto,
sumergidas durante gran parte del año;
c) herbazales no graminosos macrotérmicos de tierras bajas, asociados a suelos
extremadamente pobres en nutrientes, con una alta variedad de hierbas,
frúctices, subarbustos y arbustos, diferentes al resto de las sabanas venezolanas;
d) herbazales graminosos submesotérmicos de tierras intermedias, ubicados entre
los 500 y 1.500 msnm y compuestos por gramíneas y arbustos;
e) herbazales graminosos mesotérmicos, correspondientes a las praderas arbustivas
altotepuyanas de la serranía de Maigualida, y
f) herbazales no graminosos mesotérmicos de tierras altas, ubicados en zonas
tepuyanas y dominados por especies arbustivas de hoja ancha, creciendo sobre
turba o suelos rocosos.
Formaciones pioneras
79
Se refieren a comunidades vegetales que prosperan sobre afloramientos rocosos graní-
ticos, también denominados lajas, y sobre las cumbres tepuyanas de areniscas y grani-
to. La vegetación pionera se localiza sobre las depresiones del terreno y las grietas,
formando manchas de sabanas graminosas y en ocasiones pequeños bosques con
árboles de 8 a 10 metros de altura.
Fauna
80
La mayor parte de los ecosistemas del estado Amazonas son desconocidos faunística-
mente(24). La gran mayoría de las expediciones científicas realizadas en la región se han
concentrado en las llamadas tierras altas, suerte de refugios biológicos, donde hay un
alto grado de endemismo y, por tanto, mayor posibilidad de descubrir nuevas especies,
situación similar a la ocurrida con las expediciones de objeto botánico.
81
Los resultados del inventario de recursos adelantado por cvgTecmin, el último de los
grandes esfuerzos por sistematizar el conocimiento biofisico sobre la región, no están
aún disponibles y metodológicamente persisten las dificultades para expresar las uni-
dades funcionales de fauna(25).

(24 ) Stefan Gorzula. Una evaluación del estado actual de la fauna silvestre en el estadoAmazonas,Venezuela,
pp. 40-43.
(25 ) Stefan Gorzula, op. cit., pp. 36-37.
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197
82
Se han propuesto cinco grandes conjuntos ecológicos para la fauna silvestre
de la región(26):
1 Fauna acuática macrotérmica fluvial: localizada por debajo de los 500 msnm,
donde se identifican un conjunto de especies indicadores, que incluyen,
entre otras, la tortuga arrau, el cocodrilo, lagartos, el perro de agua, el manatí,
la tonina y el murciélago pescador.
2 Fauna terrestre macrotérmica no boscosa: localizada en sabanas graminosas,
matorrales, bosques deciduos, afloramientos rocosos, pero no en sabanas
de arenas blancas. Entre las especies indicadores se encuentran el venado cara-
merudo, el conejo y las serpientes crótalo.
3 Fauna terrestre macrotérmica selvática: localizada sobre un área biogeográfica
de transición entre las especies alto amazónicas y guayanesas. Algunas de
las especies indicadores son: el paují, el loro, el tucán, los osos hormigueros,
el cachicamo y la pereza.
4 Fauna terrestre y acuática mesotérmica: localizada en alturas superiores a los
500 msnm, desde el pie de monte hasta la selva nublada; también definida
como fauna premontana, tiene entre las especies indicadores lechuzas (Otus
guatemalae y Glaucidium brasilianum), perico (Nannopsittaca panychlora),
el turpial (Macroagelaius imthurni) y un primate (Aotus trivirgatus).
5 Fauna terrestre y acuática submicrotérmica: caracterizada por un alto ende-
mismo y especiación, ocupa las formaciones tepuyanas. Entre las especies indi-
cadores destacan el verdín (Diglossa duidae) y dos marsupiales (Marmosa
tyleriana y Didelphys albiventris).
83
Con respecto a la ictiofauna, la información disponible aún es escasa. Sin embargo,
para el río Orinoco se han reportado unas 450 especies de peces, clasificados según sus
hábitos alimenticios en cuatro categorías(27):
1 Fango detrívora, donde destacan el coporo (Prochilodus mariae), el bocachico
(Semaprochilodus kneri) y la zapoara (Semaprochilodus laticeps).
2 Predominantemente herbívoros, como el morocoto (Colossoma brachypomun)
y la cachama (Colossoma macropomus).
3 Predominantemente carnívoros, donde se ubican los bagres (Pseudoplatystoma
fasciatum y Brachyplatistoma vaillanti), la payara (Hidrolicus scomberoides),
la curvinata (Plagiocion squamoissismus), la sardinata (Pellona spp.) y el pavón
(Cichla ocellarus).
4 Omnivoros-predadores, como el curito (Hoplosternum litoralle) y la guitarrilla
(Oxydoras Niger).
84
El número de especies identificadas y la variedad de las condiciones ecológicas donde
se encuentran son indicadores de la complejidad de la comunidad íctica y, por ende,
de su manejo racional.

(26 ) Stefan Gorzula, op. cit., pp. 36-39.


(27 ) Daniel Novoa. El río Orinoco y sus pesquerías; estado actual, perspectivas futuras y las investigaciones
necesarias, p. 391.
198
la disponibilidad de recursos naturales:
su aprovechamiento y restricciones de uso
85
Los primeros inventarios de recursos se realizaron esencialmente alrededor de las
rutas fluviales principales(28), que servían y sirven de vías de comunicación en el inte-
rior de la región, dejando al margen del reconocimiento las vastas extensiones interflu-
viales y aquellas áreas que por condiciones de la topografia eran de muy dificil acceso,
es decir, la mayor extensión del territorio. Por otra parte, estos trabajos iniciales perse-
guían básicamente identificar y describir especies de flora y fauna propias de la región
y que, por tanto, constituían aportes al conocimiento científico, siendo ésta la mayor
pretensión de los científicos naturalistas que visitaban la región.
86
Entre la visita de Alejandro Humboldt en 1800 y la expedición franco-venezolana a las
fuentes del río Orinoco en 1951, se sucedieron múltiples expediciones de carácter
exploratorio que realizaron valiosos aportes al conocimiento científico de la región(29).
Sin embargo, sólo a partir de la creación del Herbario Nacional deVenezuela, en los
años treinta del siglo pasado, comenzaron a depositarse muestras de nuestro patrimo-
nio natural en el país, y en la región a partir de los años ochenta con la creación del Her-
bario Regional de Puerto Ayacucho. En referencia a la fauna y a otras especies de la
diversidad biológica de la región, continúa siendo insuficiente la investigación en
materia ecológica y de inventarios, especialmente en los ecosistemas de tierras bajas.
87
A partir de mediados del siglo pasado, con la mejora de las facilidades logísticas, pro-
liferaron las expediciones científicas institucionales, promovidas o al menos apoyadas
por el Estado, en áreas con mayores dificultades de acceso, especialmente las tierras
altas; entre ellas destacan la llamada exploración de Pantepui, que permitió el recono-
cimiento científico de las mesetas de arenisca distribuidas sobre el escudo de Guyana,
conocidas como tepuyes, lugares donde se presentan condiciones de vida muy parti-
culares por endemismo y grado de especialización alcanzado por plantas y animales.
88
Los estudios sistemáticos y de carácter ecológico de la gran región amazónica sólo se
iniciaron en la última mitad del siglo xx (en el Amazonas venezolano, a partir de los
años setenta, cuando la región se convirtió en objeto de la atención del Estado). Así, las
investigaciones ecológicas sobre los ecosistemas forestales del alto río Negro, conduci-
da por el InstitutoVenezolano de Investigaciones Científicas (ivic), pasando por las
expediciones coordinadas por la Fundación Terramar en los Cerros Marahuaca en
1983 y Aratitiyope en 1984; la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias fisicas,
Matemáticas y Naturales (Fudeci), en la serranía de la Neblina entre 1984 y 1985, y otras
como el Inventario deTierras de la Región Sur, coordinado por el marnr, el Inventario
de Recursos Naturales de la Región Guayana, coordinado por la CorporaciónVenezo-
lana de Guayana a finales de los años noventa, y el proyecto Surumoni, adelantado por
la Academia de Ciencias de Austria en coordinación con el Conicit, a finales de los

(28 ) Otto Huber. «Estado actual de los conocimientos sobre la flora y la vegetación de la región
Guayana,Venezuela», p. 337.
(29 ) Otto Huber, op. cit., pp. 344-364.
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199
noventa e inicios del presente siglo, conforman junto con otras iniciativas el banco de
información que ha permitido construir las imágenes cartográficas temáticas del terri-
torio del estado Amazonas que hoy conocemos, y profundizar la comprensión acerca
de los procesos ecológicos.
Tierras agrícolas
89
Los suelos de la región se han formado a partir de un sustrato geológico de origen pre-
cámbrico, específicamente del período Paleozoico, constituido principalmente por
rocas metamórficas y graníticas fuertemente meteorizadas que coincide con el escudo
de Guayana(30).
90
De las consideraciones anteriores se desprende que los escasos estudios disponibles,
la mayoría de bajo nivel de detalle, coincidan en que el potencial agrícola es muy bajo y
casi inexistente en algunas áreas(31); sin embargo, es necesario considerar que estos
estudios se basan en clasificaciones convencionales de capacidad de uso diseñadas
para regiones con marcadas diferencias en las condiciones ecológicas y geográficas.
91
Es necesario reconocer que las culturas indígenas de la región han desarrollado estra-
tegias tecnológicas asociadas a la producción agrícola en estos suelos, que podrían
calificarse como exitosas en tanto han asegurado por miles de años la subsistencia de
sus habitantes, generando paralelamente muy pocos perjuicios a los ecosistemas,
mientras se han mantenido los sistemas productivos tradicionales. Éstos podrían resu-
mirse en la estrategia de rotación del suelo, la sustitución del bosque original por una
estructura de cultivos que lo imita, la selección de especies y la fertilización a través de
la descomposición de la biomasa abatida y la quema de los residuos, todo ello a través
del conocimiento milenariamente desarrollado para diferenciar la calidad de las tie-
rras. En su conjunto, este sistema ha sido denominado por los investigadores como el
conuco indígena o sistema de roza y quema, por lo demás característico de todas las
culturas agrícolas del trópico húmedo. En todo caso, es oportuno señalar que no exis-
te un modelo único de conuco y que el sistema se ha adaptado en función de los culti-
vos ecológicamente viables y culturalmente aceptados, en tanto el uso de los productos
atiende a las necesidades integrales de las comunidades.
92
El inventario de tierras adelantado por el marnr en cooperación con Orstom(32), basa-
do en la determinación de capacidad de uso, ha identificado la presencia de tierras
desde la clase III a la clase VIII, señalando en la descripción general de fuertes a muy
fuertes restricciones de uso asociadas a la muy baja fertilidad natural, problemas de
drenaje, poca profundidad del horizonte superior orgánico y pendientes pronun-
ciadas, entre otras.

(30 ) Sergio Benacchio, op. cit., pp. 413-414.


(31 ) El mapa de Comerma y Paredes de 1973: Potencial de aptitud agrícola de la tierra enVenezuela,
citado por Elizalde,Viloria y Rosales en el capítulo «Geografia de los suelos deVenezuela»,
Geo Venezuela, señala dos categorías para el estado Amazonas: tierras limitadas a ganadería en
las llanuras y penillanuras del Orinoco, Casiquiare y Guainía-Negro, y tierras limitadas a
bosques-parques en la extensión correspondiente a las tierras altas.
(32 ) marnr-Orstom, op. cit., pp. 31-32.
200
93
Sin embargo, en términos absolutos se han identificado cerca de 2.300.000 ha de tie-
rras de clase III, con limitaciones de suelos y fertilidad, y 1.650.000 ha de la clase IV,
con severas limitaciones por acidez, bajo contenido de nutrientes y exceso de hume-
dad superficial(33), que permiten presumir las posibilidades de un desarrollo agrícola
basado en la superación de estas restricciones, cuyo éxito estará sujeto, entre otras con-
sideraciones, a privilegiar cultivos no convencionales en otras regiones del país, ecoló-
gicamente adaptados y a la generación de tecnologías económica y ambientalmente
eficientes.
94
El resto de las tierras del estado, clasificadas en las clases V a la VIII, coinciden con las
tierras altas donde las fuertes pendientes son las principales limitantes de uso y coinci-
den con las áreas de nacientes de agua de los principales ríos de la región, de allí su
vocación para las actividades asociadas a la preservación.
Recursos forestales
95
El aprovechamiento de los recursos forestales ha estado asociado a los procesos de
ocupación del espacio y podría decirse con propiedad que su disponibilidad, y espe-
cialmente su diversidad, han asegurado la sobrevivencia de los pueblos indígenas.
96
El afortunadamente tardío proceso de integración del componente no indígena de la
población a la región, significó que ésta se mantuviera al margen de la explotación
comercial a gran escala de la madera y los productos del bosque hasta finales del siglo
xix, cuando el caucho silvestre se convirtió en un producto atractivo para las nacientes
sociedades industriales de Europa y América del Norte.
97
La explotación de los cauchales naturales dispersos a lo largo de los grandes ríos del
sur de la región marcó el momento histórico más relevante y documentado del Amazo-
nas venezolano, tanto por el efecto económico reflejado en las estadísticas de produc-
ción y exportación nacionales como por el impacto generado sobre las poblaciones
aborígenes que aún hoy se recuerda con pesar. La explotación del caucho silvestre y de
otros productos del bosque, como la sarrapia y el balatá, tuvo vigencia con altibajos
producto de la dependencia del mercado internacional, hasta mediados del siglo xx, al
fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando la producción en plantaciones y el surgi-
miento del caucho sintético desestimularon la extracción(34).
98
El aprovechamiento de los productos del bosque y de los restantes ecosistemas presen-
tes en la región ha sido el medio para resolver múltiples necesidades de la población
indígena y no indígena, donde el Estado no ejerció prácticamente algún control hasta
bien entrado el siglo xx; no obstante las magnitudes de las intervenciones, se mantuvie-
ron en un bajo nivel como resultado de la muy baja densidad de población, y esencial-
mente por el aislamiento fisico que caracterizó a la región hasta hace pocas décadas.

(33 ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., p. 52.


(34 ) El texto de Iribertegui, Amazonas. El hombre y el caucho, describe exhaustivamente las
condiciones de los procesos sociales que caracterizaron el período histórico del aprovechamiento
del caucho silvestre.
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201
99
Con la intervención de la Comisión para el Desarrollo del Sur (Codesur) a partir de los
años sesenta del siglo pasado, cuya misión era la integración del sur deVenezuela al
país, comienza a profundizarse la vinculación de la región al resto del país; la visión
desarrollista que definía esta iniciativa oficial de integración, sumada a la muy escasa
información biológica y ecológica disponible que hacía posible la creencia común del
mito de la fertilidad de los suelos amazónicos, provocó de inmediato que se intensifi-
caran las presiones para la explotación de los recursos forestales madereros, materiali-
zada en la instalación de tres aserraderos en el área cercana a Puerto Ayacucho y de uno
más en la localidad de San Simón del Cocuy, al extremo sur-occidental de la región,
asentamiento por cierto fundado por Codesur con inmigrantes de otras regiones del
país, que la naturaleza y la discontinuidad administrativa se encargaron muy pronto de
condenar a la desaparición.
100
Estas presiones sobre los recursos forestales se vieron minimizadas por la dificultad de
competir con otras regiones productoras del país en términos de las limitaciones de
transporte, y principalmente por la evidencia científica que resultó de los primeros
inventarios forestales, que demostraron la baja densidad de especies comerciales tradi-
cionales por unidad de superficie, cuestión ante la cual la industria maderera no estaba
preparada(35).
101
Un factor a considerar es el relacionado con la creciente sensibilización política, indu-
cida por otros actores sociales, ante los temas de la conservación, que comenzaron a
hacerse sentir con fuerza a partir de los años ochenta del siglo xx. A finales de los años
ochenta y comienzos de la década de los noventa, se materializan una serie de acciones
políticas que pueden entenderse como la declaración de moratoria a los grandes pro-
yectos de desarrollo en la entidad(36), y que incluye entre ellas la sanción ejecutiva de un
decreto que prohíbe las deforestaciones con fines comerciales en la región, dejando a
salvo los derechos de las poblaciones indígenas y campesinas para el desarrollo de sus
actividades tradicionales.
102
Con respecto a los recursos forestales secundarios o no maderables, el aprovechamien-
to ha ido creciendo a la par de la población. Sin embargo las tasas de explotación y las
regulaciones ambientales han permitido enfrentar el potencial agotamiento de los
recursos más utilizados, como son las frondas de palmas (Maximiliana sp., Manicarea
saccifera, Euterpe oleracea, Mauritia flexuosa, Jessania batua), las fibras de mamure
(Heteropsis sp.) y chiqui chiqui (Leopoldinia piassaba), especialmente. Por otra par-
te, el aprovechamiento racional de estos recursos constituye una opción de desarrollo
ajustada a las premisas de la sustentabilidad, que debe ser potenciada mediante la
investigación de la ecología y biología de estas y otras especies de interés que permitan
su manejo sostenible. De hecho, las palmas de Amazonas y sus artesanos indígenas
llegan cada vez más a distintas regiones del país e incluso al exterior.

(35 ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., p. 63.


(36 ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., p. 103.
202
103
Los frutos silvestres merecen un párrafo aparte, en tanto constituyen tradicionalmente
parte de la dieta amazonense, que comienza tímidamente a extenderse hacia otras
regiones. La manaca (Euterpe precatoria martin y Euterpe oleraceae ) , el tupiro
(Solanum topiro), el seje (Oenocarpus bacaba y Oenocarpus bataua Mart), el copoazú
(Theobroma grandiflorum) son sólo algunas de las especies autóctonas más intensa-
mente aprovechadas y con mayores perspectivas de aumentar su participación en
el mercado, en tanto la ciencia provea el conocimiento para mejorar y manejar su
productividad.
Recursos faunísticos
104
El uso de la fauna silvestre ha estado asociado a la sobrevivencia milenaria de los pue-
blos indígenas, y aún hoy constituye una fuente importante de proteínas para las pobla-
ciones menos aculturadas. El impacto acumulado de la captura y el consumo de las
especies más utilizadas presenta distintas magnitudes de acuerdo a la presencia o no de
aglomeraciones humanas. Sin embargo, al considerar la baja densidad de población
que caracteriza al estado Amazonas, podemos suponer que, salvo en el área que rodea a
la ciudad de Puerto Ayacucho y al resto de los centros poblados principales, el impac-
to sobre el tamaño de las poblaciones naturales y sus principales hábitats no reviste
mayor gravedad.
105
La inexistencia de vías carreteras y obras de infraestructura de gran magnitud en el
interior de la región indican que no se han producido rupturas significativas en los
ciclos y corredores naturales; sin embargo, lo que sí ha incidido negativamente es la
presencia de núcleos mineros ilegales en diversas localidades del interior del estado,
como los existentes en los parques nacionalesYapacana y Serranía de la Neblina, don-
de están ejerciendo una fuerte presión sobre algunas especies de la fauna silvestre, uti-
lizadas como fuente de proteínas por esas poblaciones, afectando además la disponibi-
lidad para las comunidades indígenas que habitan esas áreas. Por otra parte, a pesar de
las regulaciones legales que establecen condiciones para la actividad de cacería, resul-
ta prácticamente imposible ejercer un control efectivo en el interior del estado.
106
Por último, debemos destacar el esfuerzo que vienen adelantando algunas institucio-
nes como el marnr y Fudeci, para la protección de especies identificadas en peligro de
extinción, como la tortuga arrau, o sujetas a mayor presión de cacería por la demanda
de su carne, como la lapa. Estas instituciones han iniciado programas de cría en cauti-
verio, orientados hacia la reproducción; es particularmente exitoso el programa de la
tortuga arrau, que logra devolver a su hábitat natural a algunos miles de individuos
cada año. Para el resto de las especies aún no se cuenta con información suficiente
para evaluar su situación. Sin embargo, parece lógico suponer que las iniciativas de
establecer zoocriaderos de distintas especies van a proliferar en el futuro cercano, por
diversas razones, incluyendo entre ellas el impacto económico que se esperaría genera-
rán en una economía hoy altamente deprimida.
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203
Recursos hídricos
107
En la extensa red hidrográfica, cuyos volúmenes escurridos, 473,4 ҂ 109 m3앛 año, equi-
valen a cerca del 60% del total de la disponibilidad nacional(37), corresponde al río Ori-
noco un gasto estimado en 22.631 m3앛s, tras la confluencia del río Meta, en el extremo
noroccidental de la entidad.
108
A lo largo de la red abundan sitios potenciales para el aprovechamiento hidroenergéti-
co, representados tanto por los importantes caudales permanentes como por la pre-
sencia de numerosos saltos y raudales. Han sido identificados más de cien sitios
posibles de aprovechamiento hidroeléctrico a pequeña y mediana escala(38), de ellos
unos sesenta han sido evaluados en términos de potencial de generación y caracterís-
ticas geotécnicas. Los datos señalan que el potencial hidroeléctrico está en el orden de
los 3.300 MW para los 34 sitios evaluados con mejores condiciones(39). No obstante
estas posibilidades, el uso de la energía hidroeléctrica es prácticamente nulo, sólo se
conoce una experiencia en la comunidad piaroa de Raudal del Danto, donde a fines de
los años ochenta se instaló una microcentral aprovechando el caudal en un desnivel del
cauce del río Cuao.
109
Es interesante notar cómo a través de los años las vicisitudes de los procesos de pobla-
miento han estado asociadas a la localización de los poblados en las proximidades de
los cursos de agua. Poblaciones como San Fernando de Atabapo, Maroa y San Carlos
de Río Negro, localizadas a las márgenes de ríos de aguas negras, con más de doscien-
tos años de fundadas, no terminan de conformar núcleos de crecimiento y desarrollo,
manteniendo un bajo número de población en todos los reportes censales. En contras-
te, Puerto Ayacucho, con menor antigüedad, es un centro poblado que muestra un cre-
cimiento intercensal sostenido, triplicando el tamaño en menos de veinte años.
110
Es relevante destacar la presencia de los raudales de Atures y Maipures, ubicados al sur
de Puerto Ayacucho, sobre el río Orinoco, que con una longitud cercana a los cincuen-
ta kilómetros, constituyen el único obstáculo real para la navegación segura de peque-
ñas y medianas embarcaciones. Durante los años previos al fin de la Segunda Guerra
Mundial, el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos de América realizó una deta-
llada investigación de campo sobre las posibilidades de navegación interior en el conti-
nente sudamericano, aprovechando la conexión natural entre las cuencas del Orinoco
y el Amazonas que permitía la presencia del río Casiquiare. Una de las múltiples reco-
mendaciones para habilitar el canal de navegación consistía en la voladura de los rau-
dales de Atures y Maipures, propuesta por supuesto ajena a cualquier consideración
sobre su importancia ecológica; probablemente el fin de la guerra nos ahorró un grave
impacto ambiental, aunque aún hoy día hay quienes proponen retomar tal acción.

(37 ) Comisión Presidencial para Asuntos Fronterizos. Amazonas. Diagnóstico y estrategia


de desarrollo fronterizo, p. 40.
( ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., p. 48.
38

(39 ) Julio Esteves y Deud Dumith, op. cit., p. 48.


204
111
La trama fluvial constituye no sólo el principal eje de poblamiento y comunicación de
la región, sino también la mayor despensa de proteínas para sus habitantes y el poten-
cial para la generación energética que permitirá sostener su desarrollo integral.
Recursos pesqueros
112
Como hemos visto, la variada composición fisico-química de las aguas de los ríos de la
región determina la disponibilidad de nutrientes y, consecuentemente, la abundancia
de la ictiofauna; así, los llamados ríos de aguas negras se caracterizan por la baja densi-
dad de los recursos piscícolas, que va aumentando cuando las aguas entran en las cate-
gorías de claras y blancas.
113
La actividad pesquera continúa siendo de carácter artesanal y los volúmenes de captu-
ra imprecisos ante la falta de control efectivo por parte de las autoridades. No obstante,
las estadísticas disponibles para los años 2001 y 2002(40), arrojan una producción de
130.385 kg y 605.465 kg con valores de producción que alcanzaron a Bs. 127.374.260 y
Bs. 522.345.523, respectivamente. En el 2001, las especies más explotadas fueron: palo-
meta, el bagre rayado, el bocachico y el blanco pobre; mientras que en el año 2002 lo
fueron el bocachico, la sapuara, la palometa, el bagre rayado, el bocón y la curvinata
(tabla 4). Las diferencias en los volúmenes de pesca por especie pueden tener su ori-
gen en sub-registros o, en el comportamiento biológico de cada especie, asociado al
régimen hidráulico interanual de la red fluvial. Durante los últimos años se ha observa-
do en las áreas aledañas a Puerto Ayacucho la intensificación de las pesquerías que
conllevan a la utilización creciente de artes y métodos de pesca que parecieran no ser
sustentables. La mayor presión sobre los recursos pesqueros obedece directamente al
aumento de la población, especialmente de la capital, pero también a la demanda extra
regional sobre ciertas especies, como los bagres que son trasladados al centro del país y
a Colombia.
114
Un componente importante de los recursos pesqueros son las especies ornamentales,
sobre las que se viene desarrollando una importante actividad comercial orientada a la
exportación,y en la que se vinculan de forma marginal algunas comunidades indígenas
que colectan los peces en ríos y caños, para su venta a un intermediario.
115
Las experiencias de acuacultura y de procesamiento industrial han fracasado por razo-
nes que valdría la pena estudiar, pero que en términos generales parecen estar asocia-
das a la abundancia de las pesquerías que parece exceder la demanda de la población, a
pesar de que son los peces una de las bases de la dieta amazonense.
116
En todo caso, el aprovechamiento científico e intensivo de los recursos pesqueros es
otra de las más importantes opciones para el desarrollo socioeconómico de la entidad a
corto plazo.

(40 ) Inapesca. Estadísticas de producción fluvial –.


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205
tabla  Producción pesquera del estado Amazonas, años 2001 y 2002.
producción   valor producción   valor
especie (kg) producción ( B s.) (kg) producción ( B s.)
Palometa ˙ 64.160 ˙ 63.540.100 ˙ 78.162 ˙ 58.300.200
Bagre rayado ˙ 13.832 ˙ 14.407.900 ˙ 69.307 ˙ 79.933.000
Bocachico ˙ 12.526 ˙ 12.060.100 ˙ 155.806 ˙ 144.660.600
Blanco pobre ˙ 11.739 ˙ 11.680.500 ˙ 22.778 ˙ 19.138.000
Guaraguara ˙ 3.900 ˙ 780.000 ˙ – ˙ –
Bocón ˙ 3.523 ˙ 3.575.000 ˙ 58.436 ˙ 43.146.600
Dorado ˙ 2.586 ˙ 4.442.400 ˙ 2.926 ˙ 4.312.000
Curbinata ˙ 2.587 ˙ 2.640.300 ˙ 43.722 ˙ 48.559.623
Payara ˙ 2.246 ˙ 2.019.160 ˙ 18.396 ˙ 9.891.000
Morocoto ˙ 2.054 ˙ 2.007.200 ˙ 10.402 ˙ 12.667.200
Coporo ˙ 1.976 ˙ 1.973.400 ˙ 10.640 ˙ 6.559.000
Sierra ˙ 1.534 ˙ 942.500 ˙ 5.754 ˙ 2.266.600
Toruno ˙ 1.268 ˙ 1.267.500 ˙ 4.242 ˙ 3.696.000
Zapoara ˙ 1.287 ˙ 1.531.400 ˙ 109.634 ˙ 76.497.400
Otros ˙ 5.167 ˙ 4.506.800 ˙ 15.260 ˙ 12.781.300
total
˙ 130.385 ˙ 127.374.260 ˙ 605.465 ˙ 522.345.523
Fuente: Instituto Nacional de la Pesca y Acuicultura (Inapesca).

Recursos mineros
117
El origen del basamento geológico de la región y los subsecuentes procesos de minera-
lización, resultado de movimientos tectónicos y metamorfismo por cientos de millones
de años, han hecho del estado Amazonas un amplio depósito de los más variados
recursos minerales. Éste se evidencia a través de los múltiples levantamientos realiza-
dos por el antiguo Ministerio de Minas e Hidrocarburos, profundizados durante el
período de Codesur y sistematizados por el Inventario de Recursos Naturales adelan-
tado por cvg-Tecmin, a finales de los años noventa del siglo xx, que identificaron gran
número de anomalías radiométricas y gravimétricas asociadas con la presencia de múl-
tiples recursos de potencial interés comercial(41).
118
Se conoce la existencia de manganeso en diversas localidades del estado, asociado a
yacimientos de mineral de hierro, especialmente hacia el norte de la región. En la cuen-
ca del ríoYureba han sido identificadas arenas con alto contenido de titanio; granitos
de diversas composiciones están presentes en toda la entidad, así como se ha identifi-
cado molibdeno en las estribaciones al norte del cerro Duida(42).
119
Yacimientos importantes de bauxita han sido reportados al norte del valle de Manapia-
re y en la cuenca alta del río Cataniapo, en las cercanías de Puerto Ayacucho; arenas de

(41 ) Vicente Mendoza y colaboradores, op. cit., pp. 387-388.


(42 ) Citado por González Niño en Geo-historia del estado Amazonas, p. 17.
206
cuarzo y láminas de mica abundan en los cauces de numerosos ríos y la presencia de
minerales radioactivos ha sido reportada con certeza al noreste de la región desde ini-
cios de los años setenta(43).
120
La presencia de oro en aluvión y vetas; y de diamantes, se evidencia a lo largo y ancho
del estado y su aprovechamiento ilegal ha pasado a ser el más grave problema socioam-
biental de cuantos en la actualidad afectan a la región.
121
La actividad minera está prohibida por Decreto Ejecutivo desde el año 1989. En el año
2002 fue modificado el decreto para permitir exclusivamente la minería no metálica
destinada a las actividades de construcción de infraestructura, y se establecen las nor-
mas de aprovechamiento. Entendemos que la prohibición, en su momento, obedeció a
la alarma desatada por la presencia de mineros brasileños en la región y que su objetivo
de largo plazo era posponer el aprovechamiento minero para cuando las circunstancias
sociales y de capacidad tecnológica lo exigieran. Así, la minería, si y sólo si, desarrolla-
da con los cuidados ambientales necesarios, deberá convertirse en el futuro en una de
las bases de la economía regional y seguramente de efecto en las cuentas nacionales.
Recursos turísticos y espacios naturales atractivos
122
Los parques nacionales, monumentos naturales y otras categorías de protección con-
forman conjuntamente con la diversidad biológica y cultural las bases para el desarro-
llo de una economía diversificada y prospera. No obstante, la actividad apenas
comienza a desarrollarse en la región y su suerte estará asociada a la solución de los
déficits acumulados en las capacidades de prestación de servicios, especialmente en el
interior de la región, el desarrollo del talento humano local para conducir la empresa
y, en general, el fortalecimiento de la formación ciudadana para actuar como sociedad
receptora capaz de sacar el mejor provecho del turismo de manera sustentable.
123
Los atractivos turísticos más demandados por el turismo internacional son: el Monu-
mento Natural Cerro Autana, la región del alto Orinoco habitada por los yanomamis y
la llamada ruta de Humboldt, que comprende la travesía por los ríos Orinoco, Ataba-
po, Guainía-Negro y Casiquiare.
124
El turismo nacional, generalmente de menor poder adquisitivo, se concentra en los
balnearios cercanos a la capital, especialmente el Tobogán de la Selva, Pozo Azul y
Pozo Cristal. El Museo Etnológico, la Casa de la Piedra, el Mirador, el Cerro Perico y el
Malecón constituyen los principales atractivos turísticos de Puerto Ayacucho.
125
La conformación y consolidación de una imagen reconocida como destino turístico
requiere de una acción sostenida del sector público, complementaria a la iniciativa pri-
vada, que sea capaz de trascender los períodos administrativos de gobierno y se con-
vierta en una política consensuada, orientada a hacer del turismo de naturaleza la
actividad central de la estrategia de desarrollo a mediano y largo plazo.

(43 ) Citado por González Niño en Geo-historia del estado Amazonas, p. 18.
H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
207
126
Una de las opciones para fortalecer el turismo en la región está asociada a la investiga-
ción. De hecho, durante las décadas de los años ochenta y noventa del siglo pasado
esta modalidad atrajo a algunas organizaciones internacionales a través de la coopera-
ción técnica con el marnr y otras instancias públicas, entre ellas uicn, la Agencia del
Medio Ambiente de Andalucía, la Academia de Ciencias de Austria, la Agencia de
CooperaciónTécnica Alemana gtz y la Comisión de las Comunidades Europeas, entre
otras.
Recursos paisajísticos protegidos
127
A inicios de la década de los años sesenta del siglo pasado, el Estado venezolano decide
crear la primera Área Bajo Régimen de Administración Especial (abrae) en el otrora te-
rritorio federal Amazonas: la Reserva Forestal del Sipapo,decretada sobre 1.250.000 ha.
128
A partir de la Conferencia de Estocolmo de 1972, con el surgimiento del tema ambien-
tal en los grandes foros mundiales, el país asume el tema ambiental con la creación del
marnr, en 1976. Así, se inicia el diseño de la política ambiental oficial, que entre otros
muchos elementos incorpora la creación de áreas protegidas en las diversas regiones
del país. En el caso del estado Amazonas se decreta la creación de los primeros parques
nacionales:Yapacana y Duida-Marahuaca, y los monumentos naturales cerro Autana y
Piedra del Cocuy, en 1978.
129
La creación de la Reserva de Biosfera Alto Orinoco Casiquiare, la primera del país,
aceptada por la Unesco y la más extensa área protegida de bosque tropical del planeta,
incorpora una categoría de protección innovadora para la legislación ambiental nacio-
nal que expresa una concepción más a tono con el concepto del desarrollo sustentable.
En ese período se crea el sistema de monumentos naturales de la región, orientado par-
ticularmente a la protección de las formaciones tepuyanas dispersas en el estado.
130
Hoy día el sistema de áreas protegidas del estado Amazonas cubre más del 52% de su
superficie y está integrado por diversas categorías de protección, algunas superpues-
tas, que además de las mencionadas previamente incluye una zona protectora de cuen-
ca hidrográfica para el río Cataniapo, localizada al sureste de la ciudad de Puerto
Ayacucho. En ella coinciden tierras agrícolas de las clases III y IV , con la fuente del
acueducto que atiende a la capital.
131
Es importante destacar que de manera complementaria a la creación del sistema de
áreas protegidas, el Estado venezolano ha emitido instrumentos jurídicos de particular
aplicación en la región; entre ellos el Decreto nº 269, de fecha 9 de junio de 1989, que
prohíbe la actividad minera en el estado Amazonas. El Decreto nº 2.525, de fecha 17 de
enero de 1978, que prohíbe las deforestaciones con fines madereros comerciales, y el
Decreto nº 625, de junio de 1992, que regula la actividad turística.Todos ellos pueden
interpretarse como respuestas estratégicas ante las situaciones problemáticas deriva-
das de las actuaciones de agentes foráneos a la región.
132
En la tabla 5 (p. 209) se relacionan las distintas abrae presentes en el estado Amazonas,
su extensión y datos sobre su creación.
208
fig. 24 Áreas bajo régimen de administración especial del estado Amazonas.
68° 67° 66° 65° 64°
E S T A D O A P U R E E S T A D O B O L Í V A R


N
Río
Cataniapo

Sipapo
A
I
B


M
O

Yapacana
L

Duida
O

Marahuaca
C

P r
Parima
Alto Orinoco TTapirapecó
pr p ó
Casiquiare

SSerranía
err ía
La
L NNeblina
eb a

B R A S I L

Situación relativa nacional km


Monumento natural (tepuyes). 0 50 100

Parque Nacional.
Zona protectora de cuenca hidrográfica.
Reserva forestal.
Reserva de biosfera.
Fuente: Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar, 1994;
Esteves y Dumith,1997.
Colombia

Brasil
209
tabla  Áreas naturales protegidas del estado Amazonas.
superficie respecto
superficie al total
categoría genérica figura (km²) porcentaje * Nº de Decreto Nº de Gaceta
fines estrictamente
protectores,
Parque Nacional
Duida–Marahuaca
˙ 2.100 ˙ 1,14 % ˙ º 2981
12 de diciembre
˙º 2417
Extraordinaria
científicos, 1979
educativos
y recreativos Parque Nacional
Serranía de La Neblina
˙ 13.600 ˙ 7,41 % ˙º 2979
12 de diciembre
˙º 2417
Extraordinaria
1979
Parque NacionalYapacana ˙ 3.200 ˙ 1,74 % ˙º 2980
12 de diciembre
˙º 2417
Extraordinaria
1979
Parque Nacional
Parima–Tapirapecó
˙ 34.200 ˙ 18,63 % ˙º 1636
5 de junio
˙ º 34767

1991
Monumento Natural
Cerro Autana
˙ 0,30 ˙ 0,001 % ˙º 2987
12 de diciembre
˙º 2417
Extraordinaria
1978

Monumento Natural
Piedra del Cocuy
˙ 0,15 ˙ 0,001 % ˙º 2986
12 de diciembre
˙º 2417
Extraordinaria
1978
Monumento Natural
Cerro Camani y Morrocoy
˙ 1.200 ˙ 0,65 % ˙º 1233
2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990
Monumento Natural Cerro Guanay ˙ 1.000 ˙ 0,54 % ˙º 1233
2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990
Monumento Natural
CerroTamacuari y SerraníaTapirapecó
˙ 3.400 ˙ 1,85 % ˙º 1233
2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990
Monumento Natural
CerroVinilla y Aratitiyope
˙ 3.300 ˙ 1,80 % ˙º 1233
2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990

Monumento Natural CerroYavi ˙ 400 ˙ 0,21 % ˙º 1233


2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990

Monumento Natural Parú-Euaja ˙ 3.000 ˙ 1,63 % ˙º 1233


2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990

Monumento Natural
Sierra Unturan
˙ 6.100 ˙ 3,32 % ˙º 1233
2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990

Monumento Natural
Yutajé-Corocoro
˙ 2.100 ˙ 1,14 % ˙º 1233
2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990

Monumento Natural Piedra LaTortuga ˙ 5,25 ˙ 0,002 % ˙º 2351


5 de junio
˙ º 35089

1992

Monumento Natural Piedra Pintada ˙ 14,75 ˙ 0,008 % ˙º 2351


5 de junio
˙ º 35089

1992

Monumento Natural
Macizo Cuao-Sipapo y Cerro Moriche
˙ 11.200 ˙ 6,10 % ˙º 1233
2 de noviembre
˙º 4250
Extraordinaria
1990
210

superficie respecto
superficie al total
categoría genérica figura (km²) porcentaje * N º de D ecreto N º de G aceta

fines protectores
bajo usos
Zona Protectora
Cuenca Hidrográfica
˙ 1.538 ˙ 0,83 % ˙º 2314
5 de junio
˙º 4548
Extraordinaria
normados Río Cataniapo 1992

Reserva de Biosfera
Alto Orinoco-Casiquiare
˙ 84.774,6 ˙ 46,19 % ˙ º 1635
5 de junio
˙ º 34767

1991

fines protectores
y estratégicos
Reserva Forestal del Sipapo ˙ 12.155 ˙ 6,62 % ˙ º R-16
7 de enero
˙ º 27044

1963

(*) La sumatoria de la superficie desde el punto de vista porcentual no es pertinente por cuanto algunas
figuras incluyen a otras. Por ejemplo, la Reserva de Biosfera incluye a los parques nacionales: Parima-Tapirapecó,
serranía de La Neblina, Duida-Marahuaca y algunos monumentos naturales.

las formas y el proceso de ocupación del espacio


133
El poblamiento original del continente americano constituye un tema de discusión
sobre el cual han trabajado y trabajan múltiples especialistas sin llegar a acuerdos que
permitan determinar con precisión aceptable la edad y origen de los primeros habitantes.
134
Aceptando la hipótesis de que Sudamérica estaba poblada hace unos trece mil años y
los primigenios pobladores tuvieron un origen múltiple tanto en los aspectos fisicos y
culturales como en las vías de entrada al continente (44) , la evidencia arqueológica
demuestra que la gran región amazónica contaba con establecimientos seminómadas
hace unos tres mil años(45).
135
El poblamiento del actual estado Amazonas se explica a partir de la ocupación inicial
de la gran región amazónica, proceso sobre el cual persisten grandes vacíos de infor-
mación y discrepancias entre los estudiosos de la temática. Así, la antigüedad, la dis-
persión geográfica y la diversidad etnolingüística característica de la región no son
posibles de explicar con certeza.
136
De acuerdo a la hipótesis de la investigadora Betty Meggers, las culturas amazónicas se
desarrollaron por influencias andinas y la adaptación evolutiva, condicionada por los
grandes cambios climáticos experimentados por la región en los últimos 13.000 años,
factor que explicaría la actual distribución.
137
Otra corriente del pensamiento, liderada por D. W. Lathzap (46) , señala que hubo
poblaciones autóctonas y la difusión de grupos e idiomas se explica a partir de causas
demográficas, entre ellas las migraciones y la competencia por el dominio del territo-
rio. Ambas impulsaron la expansión desde los núcleos suroccidentales de la Amazonía
hacia las cuencas altas de los grandes ríos y las regiones interfluviales.

(44 ) Citado en el texto de María Isabel Eguillor. Yopo, shamanes y hekura.Aspectos fenomenológicos
del mundo sagrado yanomami, p. 17.
(45 ) William Barse. «El período arcaico en el Orinoco y su contexto en el norte de Sudamérica», p. 112.
(46 ) Lathzap, citado por Mansutti, p. 34.
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211
138
Para la subregión noroeste de la entidad, coincidente con el actual municipio Atures,
los estudios y excavaciones conducidas por Barse señalan la presencia de asentamien-
tos 7.000 años antes de Cristo, probablemente producto de la expansión de la pobla-
ción en la sabana de Bogotá(47). Este elemento viene a añadir un nuevo hilo a la trama
del origen del poblamiento en la región que Mansutti expone en su hipótesis sobre el
poblamiento del Orinoco medio(48).
139
Donde hay mayor consenso es en cuanto a las familias lingüísticas precursoras de la
actual diversidad. Así, los tupís-guaraníes y arahuacos, provenientes del suroeste,
habrían entrado al territorio a través del río Negro hace unos tres mil años, alcanzando
el Orinoco. La cultura caribe habría llegado a la región unos mil años después, desde el
noreste, ejerciendo presiones sobre los grupos arahuacos más septentrionales y provo-
cando nuevos desplazamientos que originaron la actual disposición de la ocupación
territorial.
140
En todo caso, la información disponible para el territorio del actual estado Amazonas
parece aún insuficiente para establecer consensos acerca del poblamiento precolombi-
no, donde las investigaciones arqueológicas han sido geográficamente dispersas, asis-
temáticas y aun inexistentes en grandes espacios de la región.
141
Así, es poco lo que sabemos sobre la distribución espacial de los pueblos indígenas de
la región aun entrado el siglo xviii. Los estudios disponibles apenas trazan señales
acerca de la ocupación de algunos territorios; sin embargo, es evidente que tal distri-
bución ha experimentado marcados cambios en el tiempo, especialmente los que se
reportan a partir de las primeras expediciones a la región, cuyo objetivo fue el estable-
cer límites, primero entre los reinos de España y Portugal, y posteriormente entre las
naciones resultantes de los procesos de emancipación.
142
Durante el siglo xvii, los conquistadores, acompañados de misioneros jesuitas, realiza-
ron aproximaciones a la región. En 1682 fundaron a San Juan de Nepomuceno de los
Atures, antecedente del actual Puerto Ayacucho y de otros asentamientos en el noroes-
te del actual estado Amazonas y, por ende, iniciaron el proceso de evangelización sobre
los pueblos indígenas del área (sálibas, piaroas, guajibos, entre otros). No obstante,
estas experiencias fracasaron al poco tiempo debido a las sublevaciones de los indíge-
nas caribes, posponiendo por cerca de un siglo el establecimiento de los primeros
poblados perdurables(49).
143
Desde el comienzo de los establecimientos coloniales en el territorio del hoy estado
Amazonas a mediados del siglo xviii, las relaciones entre los pueblos aborígenes y los
nuevos ocupantes estuvieron marcadas por el desplazamiento de los primeros y el ini-
cio de los procesos de aculturación y desculturación de aquellos que por cualquier

(47 ) marnr, op. cit., p. 441.


(48 ) Alexander Mansutti. «Hipótesis sobre el poblamiento en el Orinoco medio durante el período
protohistórico temprano», pp. 32-38.
(49 ) Juan Haro. De curas y capitanes doctrineros y preceptores en las misiones y valles del cantón de Río Negro;
y Ramón Iribertegui. Amazonas. El hombre y el caucho, desarrollan ampliamente el tema.
212
circunstancia se vieron obligados a establecerse en poblados como San Fernando de
Atabapo, Maroa, San Carlos de Río Negro, La Esmeralda o en sus alrededores.
144
Los cambios en los patrones de asentamiento, que conllevaron a la sedentarización de
pueblos indígenas como los yabaranas, banivas, barés y guarequenas, habitantes de los
territorios de las cuencas de los ríos Manapiare,Ventuari, Atabapo, Guainía, Negro y
Casiquiare, constituyen ejemplos documentados de los efectos de la imposición de
formas de explotación de recursos naturales que, como el caucho y el balatá, eran ape-
tecidos por los ocupantes no indígenas, quienes basaron la economía de la región en el
comercio de estos y otros productos del bosque.
145
La aculturación compulsiva que marcó las primeras relaciones entre indígenas y los
nuevos ocupantes generó diversos impactos que podrían resumirse en la pérdida cul-
tural, el mestizaje, la disminución sustantiva de su número y, para los menos afortuna-
dos, la extinción.
146
Ante las prácticas de explotación de los recursos naturales,conducidas por los criollos,
y los efectos perniciosos que se derivaban hacia los pueblos indígenas sometidos, algu-
nos grupos étnicos como los piaroas y los yekuanas sabiamente se desplazaron hacia
regiones de más dificil acceso, procurando protegerse de las actuaciones de los nuevos
ocupantes, que no pocas veces incluyeron la esclavitud. Estos movimientos se orien-
taron principalmente hacia las cuencas altas de los ríos Sipapo, Cuao, Guayapo, en el
caso de los piaroas; y en los afluentes delVentuari y el Orinoco, para los yekuanas.
147
Otras causas más recientes que explican la actual distribución espacial de las poblacio-
nes indígenas están asociadas al rol desempeñado por las misiones católicas y protes-
tantes en las últimas seis décadas del siglo xx. A través del proceso evangelizador, pero
principalmente como resultado de los servicios prestados a la población indígena,
han logrado consolidar importantes centros poblados, como en Mavaca los misione-
ros salesianos. Los protestantes de la Misión NuevasTribus debieron dejar el país a
partir de octubre del año 2005, debido a su expulsión por el Gobierno nacional, aban-
donando sus viviendas misionales, dependencias médicas, escuelas, aeródromos y
otras instalaciones. Las NuevasTribus, una organización evangélica asociada durante
décadas al estadounidense Instituto Lingüístico deVerano, ha actuado en varios países
de Asia y América Latina, y enVenezuela se concentró a partir de 1946 en las etnias
indígenas yanomami, yekuana, panare y otras del sur del país.Ya para 1974 asumieron
el nombre jurídico de Misión NuevasTribus deVenezuela (asociación civil sin fines de
lucro). Estos misioneros evangélicos se habían ubicado en las comunidades Tama
Tama, Cosholobateri, Cúa y La Esmeralda, en el municipio Alto Orinoco. Desde los
años setenta, las NuevasTribus han sido acusadas de efectuar prospección de minera-
les estratégicos y de inducir a los indígenas a la aculturación por su evangelización. Las
acusaciones partieron de organizaciones ambientalistas, grupos indígenas, intelec-
tuales y algunos mandos militares.
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213
148
La actuación del Estado, a través de los distintos gobiernos ha jugado un papel princi-
pal en la conformación de la actual estructura espacial de poblamiento. La política de
integración de los pueblos indígenas al sistema nacional, establecida por mandato
constitucional hasta el año 1999, e instrumentada en la actuación de los organismos
públicos, se caracterizó por estabilizar poblaciones mediante la creación de empleos y
la dotación de servicios públicos básicos, principalmente viviendas e infraestructuras
para la atención de la salud y las escuelas.
149
Las acciones políticas de orden clientelar atrajeron y atraen continuamente a la pobla-
ción hacia los principales centros poblados, especialmente Puerto Ayacucho, cuyo
crecimiento demográfico excede considerablemente al que podría esperarse en condi-
ciones normales, como veremos más adelante.
150
Los procesos migratorios provenientes de los países vecinos han contribuido sustan-
cialmente con el crecimiento poblacional experimentado en las últimas décadas. En
los últimos treinta años un número importante de población de origen jiwi (guahiba),
proveniente de los llanos orientales colombianos, se ha venido estableciendo en el sec-
tor noroccidental del estado, en las costas del río Orinoco y en las márgenes de los ejes
carreteros, para así modificar los patrones de ocupación tradicionales e introducir un
elemento perturbador en los procesos que en la actualidad se adelantan para regulari-
zar los derechos de los pueblos y comunidades indígenas en materia de sus tierras
ancestrales.
151
Al suroeste del estado, poblaciones originarias del Brasil han pasado a ocupar centros
poblados en las riberas de los ríos Negro y Guainía, sustituyendo, por así decirlo, a las
poblaciones que han migrado hacia la capital.
152
La población no indígena ha venido aumentando su número efectivo a través de los
años, y hoy proporcionalmente equipara a la población indígena, tal como se despren-
de del análisis de los resultados del último censo(50). Esta población se localiza princi-
palmente en Puerto Ayacucho y comienza a desplazarse hacia algunas capitales muni-
cipales. Contingentes provenientes de los estados vecinos (Apure, Bolívar y Guárico),
constituye el grueso de la población migrante, fenómeno que se evidenció a partir de la
habilitación permanente de las carreteras que conectan al estado con el norte del país.
Los recursos humanos
153
La población del estado Amazonas ha sido históricamente poco numerosa (tabla 6,
p. 214). Cada evento censal ha establecido pautas distintas en los modos de considerar
a la población indígena. Los primeros censos los omitían, o en el mejor de los casos
asumían estimaciones provenientes de fuentes indirectas, como los misioneros y los
antropólogos, factor que debe considerarse en el análisis demográfico.

(50 ) ine. Amazonas. Síntesis estadística .


214
tabla  Población del estado Amazonas, censos del período 1950-2001.
tasa geométrica
año población porcentaje
1950 ˙ 10.582* ˙ 12,3 %
1961 ˙ 11.757* ˙ 1,0 %
1971 ˙ 21.698* ˙ 5,9 %
1981 ˙ 63.942** ˙ 7,8 %
1990 ˙ 55.717*** ˙ 2,2 %
2001 ˙ 70.464*** ˙ 2,2 %

(*) Indica que el censo no incluyó la población indígena como categoría censal.
(**) Indica que el censo incluyó la población indígena registrada en centros poblados.
(***) Indica no incluye la población indígena.
OCEI. XII Censo General de Población y Vivienda,
Instituto Nacional de Estadistica, Censo de Población y Vivienda 2001.

154
Es relevante considerar que los patrones tradicionales de ocupación del espacio por
parte de la población indígena obstaculizaban severamente la posibilidad de cuanti-
ficar con mínimo margen de error a ese importante componente de la población regio-
nal. Así, es únicamente a partir del censo de 1990 cuando las apreciaciones acerca del
número de habitantes indígenas comienzan a ser confiables, al darle la autoridad censal
un tratamiento particular que incluyó un esfuerzo considerable de trabajo de campo
para incorporar en la data a la población dispersa e itinerante que habita en la subre-
gión del alto Orinoco. Es el caso especial de la étnia yanomami, que hasta ese momento
había sido o bien omitida o apenas considerada a través de estimaciones producidas
por terceros, especialmente misioneros y antropólogos.
155
A los fines de promover la coherencia en el análisis, asumimos como dato de población
para el estado la cifra oficial emitida por el Instituto Nacional de Estadística (ine), que
para el año 2001 señala una población de 118.129 personas, de las cuales 59.718 son
indígenas y 58.411 no indígenas (tabla 7), lo cual indica una proporción cercana al 50%
para cada componente poblacional.
156
Considerando sólo los momentos censales de 1990 y 2001, sin incluir la población
indígena, se obtiene una tasa anual geométrica de crecimiento en el orden del 2,2%
para el estado (incluyendo consolidación de la población indígena, Censo 2002), que
se eleva al 3,5% al considerar sólo el municipio Atures, y una tasa de crecimiento abso-
luto en el orden del 26,5% para el período en consideración. Los valores generales para
el estado resultan menores que la media para el país y sólo Atures por el efecto Puerto
Ayacucho supera la tasa nacional(51).
157
Como se observa en la tabla 7,la población indígena ha crecido en el período 1992–2002,
en términos absolutos, en 15.206 personas. Es decir, que para este último año se regis-
tra un aumento del 31% con respecto al dato anterior. Esto sin considerar el reconoci-
miento del ine respecto a la omisión de 5.000 yanomamis, implica una tasa de
crecimiento interanual del orden 3,1%, bastante similar a la media nacional para el
período en estudio.

(51 ) ine. Amazonas. Síntesis estadística .


H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
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215
tabla  Estado Amazonas, población indígena. Censos de 1992 y 2002.
etnia población  1 porcentaje población   2 porcentaje
Baniva ˙ 1.166 ˙ 2,62 % ˙ 2.344 ˙ 3,99 %
Baré ˙ 1.225 ˙ 2,75 % ˙ 2.729 ˙ 4,65 %
Eñepa ˙ 139 ˙ 0,31 % ˙ 133 ˙ 0,23 %
Guajibo –Jiwi ˙ 9.418 ˙ 21,16 % ˙ 12.373 ˙ 21,06 %
Jodi–Hodi ˙ 257 ˙ 0,58 % ˙ 332 ˙ 0,57 %
Kurripaco ˙ 2.770 ˙ 6,22 % ˙ 4.817 ˙ 8,20 %
Pemón ˙ 16 ˙ 0,04 % ˙ 4 ˙ 0,01 %
Piapoko ˙ 1.169 ˙ 2,63 % ˙ 1.746 ˙ 2,97 %
Piaroa ˙ 9.368 ˙ 21,05 % ˙ 11.510 ˙ 19,59 %
Puinave ˙ 774 ˙ 1,74 % ˙ 1.294 ˙ 2,20 %
Pume ˙ 2 ˙ 0% ˙ 59 ˙ 0,10 %
Saliva ˙ 79 ˙ 0,18 % ˙ 252 ˙ 0,43 %
Warekena ˙ 427 ˙ 0,96 % ˙ 498 ˙ 0,85 %
Yanomami ˙ 13.347 ˙ 29,99 % ˙ 12.049 ˙ 20,51 %
Yavarana ˙ 319 ˙ 0,72 % ˙ 252 ˙ 0,43 %
Yekuana ˙ 2.671 ˙ 6,00 % ˙ 3.783 ˙ 6,44 %
Yeral ˙ 744 ˙ 1,67 % ˙ 1.280 ˙ 2,18 %
No indígena 3
˙ 589 ˙ 1,32 % ˙ 1.622 ˙ 1,11 %
Otros 4 ˙ 32 ˙ 0,07 % ˙ 2.065 ˙ 3,60 %
No declarado ˙ – ˙ – ˙ 576 ˙ 0,98 %
total
˙ 44.512 ˙ 100.00 % ˙ 59.718 ˙ 100.00 %

1 Incluye al subgrupo Sanema en la etnia Yanomami.


2 Incluye aproximadamente 5.000 yanomamis no empadronados.
3 Por No indígena se entiende población residente en comunidades empadronadas sin pertenecer a algún pueblo.
4 Por Otros, se entiende población indígena perteneciente a pueblos que no ocupan tradicionalmente la región.
Fuentes: Instituto Nacional de Estadistica, Amazonas. Síntesis estadística 2001 y XIII Censo General de Población y Vivienda.

158
En la tabla 8 se presentan las proyecciones de población estimadas por el ine. De allí
se desprende que la densidad de población para el año 2001 apenas alcanzaba un valor
de 0,64 habitantes por km 2, y que sólo en las proximidades del año 2020 la entidad
alcanzará una densidad de población de un habitante por cada km2.
tabla  Estado Amazonas. Proyecciones de población, años 2005-2020-2030.
año población
2001 ˙ 118.129
2005 ˙ 135.835
2020 ˙ 189.859
2030 ˙ 221.594

Fuente: Instituto Nacional de Estadistica, Amazonas. Síntesis estadística 2001.


216
159
Estos valores, al ser analizados desde la perspectiva del poblamiento por municipios,
nos muestran profundas diferencias en la dinámica demográfica entre el municipio
Atures, donde se localiza Puerto Ayacucho, y el resto de las entidades municipales. En
la tabla 9 se presenta la distribución poblacional por municipio con sus respectivas
densidades y el peso de los componentes étnicos para el año 2001.
tabla  Estado Amazonas. Distribución de la población por municipios y densidades
poblacionales, 2001.
población población población densidad
municipio total indígena no indígena (hab./km²) *
alto orinoco ˙ 14.702 ˙ 14.612 ˙ 90 ˙ 0,29
atabapo ˙ 8.137 ˙ 6.687 ˙ 1.450 ˙ 0,31
atures ˙ 78.044 ˙ 22.152 ˙ 55.892 ˙ 10,07
autana ˙ 6.143 ˙ 5.951 ˙ 192 ˙ 0,48
maroa ˙ 1.654 ˙ 1.524 ˙ 130 ˙ 0,12
manapiare ˙ 7.205 ˙ 6.910 ˙ 295 ˙ 0,22
río negro ˙ 2.244 ˙ 1.882 ˙ 362 ˙ 0,06
total
˙ 118.129 ˙ 59.718 ˙ 58.411 ˙ 0,64

(*) Se asume el valor de183.500 km2 como superficie del estado Amazonas.
Fuente: Instituto Nacional de Estadistica, Equipo técnico Amazonas, 2004.

160
Para el año 2001, el Instituto Nacional de Estadística reporta que la población de 15 y
más años alcanzaba a 47.357 personas, cifra que se elevó a 56.253 para el final del segun-
do semestre del 2003(52). Del total reportado para este último año se encontraban acti-
vos 38.897 personas, equivalente a una tasa de actividad del 69,1%.
161
Para el período en consideración, la población desocupada alcanzaba a 4.531 perso-
nas, el 11,7% del total, mientras 459 personas declaraban estar buscando trabajo por
primera vez, es decir, apenas el 1,2% de la población activa.
162
La tasa de inactividad alcanzó al 30,9%, es decir, 17.356 personas, de las cuales 6.291
eran estudiantes, 7.776 se dedicaban a quehaceres del hogar, 32 estaban incapacitadas
y 3.259 en otra situación.
163
En términos de género, la ocupación entre los hombres alcanzaba el 89,4% y en las
mujeres el 86,6%, concentrándose en esta categoría el mayor número de inactivos
dedicados a quehaceres del hogar, con 7.738 mujeres por apenas 38 hombres.
164
El sector formal ocupaba a 13.795 personas, mientras el sector informal sumaba
20.530, equivalentes al 59,3%, demostrándose así el predominio de este sector en la
ocupación, donde los trabajadores por cuenta propia no profesionales concentraban
el 41,1% del total de ocupados con 14.122 personas. Los empleados y obreros sumaban
el 17,5 % y los patronos apenas el 1,7%.
165
En atención al sector empleador, el sector público empleaba a 9.327 personas y el sec-
tor privado a 25.019; de esta última cifra, 14.152 personas, el 41,2% del total de ocupa-

(52 ) ine. Amazonas. Síntesis estadística .


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217
dos, se catalogaban como trabajadores por cuenta propia. El sector público empleó
4.675 hombres y 4.632 mujeres; mientras el sector privado privilegió el empleo mascu-
lino con 16.865 trabajadores por sólo 8.154 mujeres.
166
La tasa de desocupación para el año 2003 reporta un 11,7%, contra el 13,9% para el
2001. La tasa de inactividad para los mismos años es del 30,9% y 28,8% respectivamen-
te. Por grupos de edad, la mayor tasa de desocupación se ubica en el rango de 15 a 24
años, con el 22,5 %.
167
La tasa de desocupación para los hombres es del 10,6% en 2003, contra 13,0% en 2001;
mientras que para las mujeres es del 13,4% y del 15,2%, respectivamente.
168
Con relación a la población económicamente activa, predomina la categoría de artesa-
nos, operarios en fábricas y trabajadores de ocupaciones afines con el 22,7% del total.
Los trabajadores de los servicios, deportes y diversiones suman el 18,9%. La categoría
de los agricultores, ganaderos, pescadores, cazadores, trabajadores forestales reúne el
16,9%; los vendedores y afines, el 11,8%, y los profesionales, técnicos y afines, el 10%,
equivalente a 3.877 personas, de las cuales el 91% estaban ocupadas.
169
Por rama de actividad económica, del total de 34.346 personas ocupadas, el 34,5% se
concentra en la categoría de servicios comunales y sociales (tablas 10 y 11, p. 218).
tabla  Estado Amazonas. Población de 15 años y más, ocupada por sector
empleador y rama de actividad, ii semestre 2003.
sector sector
categoría público privado total porcentaje
Actividades agrícolas y pecuarias ˙ 0 ˙ 6.274 ˙ 6.274 ˙ 18,3 %
Industria manufacturera ˙ 0 ˙ 5.022 ˙ 5.022 ˙ 14,6 %
Construcción ˙ 0 ˙ 2.408 ˙ 2.408 ˙ 7,0 %
Comercio, restaurantes y hoteles ˙ 17 ˙ 5.022 ˙ 5.039 ˙ 14,7 %
Transporte y almacenamiento ˙ 0 ˙ 3.162 ˙ 3.162 ˙ 9,2 %
Establecimientos financieros y seguros ˙ 22 ˙ 347 ˙ 369 ˙ 1,1 %
Servicios comunales y sociales ˙ 9.084 ˙ 2.753 ˙ 11.837 ˙ 34,5 %
Electricidad, agua y gas ˙ 204 ˙ 31 ˙ 235 ˙ 0,7 %
total
˙ 9.327 ˙ 25.019 ˙ 34.346 ˙ 100 %
Fuente: Instituto Nacional de Estadistica. Encuesta de hogares por muestreo. Proyecciones en base al censo 2001.

170
En relación con la ocupación y nivel educativo, se reporta que 3.719 personas, es decir,
el 9,8% de la población activa de 15 años y más, es catalogada como analfabeta, y apenas
2.685 personas, el 7,1%, tiene nivel universitario, predominando abiertamente la pobla-
ción con estudios del nivel de básica, que agrupan el 55,5% del total (tabla 12,p.218).
171
Para completar la caracterización, podemos señalar que la estructura demográfica en
términos de grupos de edad y sexo muestra una pirámide donde predomina la pobla-
ción menor de 20 años y especialmente los grupos de edad entre 0 y 4 años y 5 y 9 años,
que concentran cerca del 39% de la población total (fig. 25). Existe un predominio del
sexo masculino: 102,3 hombres por cada 100 mujeres; este último indicador era de
105,3 hombres en 1990.
218
tabla  Estado Amazonas. Población de 15 años y más, ocupada por sector
formal e informal y rama de actividad, ii semestre 2003.
sector sector
actividad formal informal total
Actividades agrícolas y pecuarias ˙ 306 ˙ 5.968 ˙ 6.274
Industria manufacturera ˙ 396 ˙ 4.605 ˙ 5.001
Construcción ˙ 578 ˙ 1.847 ˙ 2.425
Comercio, restaurantes y hoteles ˙ 1.214 ˙ 3.808 ˙ 5.022
Transporte, almacenamiento y comunicaciones ˙ 1.081 ˙ 2.081 ˙ 3.162
Establecimiento financieros y seguros ˙ 287 ˙ 82 ˙ 369
Servicios comunales y sociales ˙ 9.698 ˙ 2.139 ˙ 11.837
Electricidad, gas y agua ˙ 235 ˙ 0 ˙ 235
total
˙ 13.795 ˙ 20.530 ˙ 34.325

Fuente: Instituto Nacional de Estadistica. Encuestas de hogares por muestreo. Proyecciones censo 2001.

tabla  Estado Amazonas. Condiciones de ocupación y nivel educativo,


ii semestre 2003.
categoría total porcentaje
población activa ˙ 38.097 ˙ 100 %
Analfabeta ˙ 3.719 ˙ 9,76 %
Sin nivel ˙ 268 ˙ 0,70 %
Básica ˙ 21.154 ˙ 55,53 %
Media, diversificada y profesional ˙ 8.363 ˙ 21,95 %
Técnico universitario ˙ 1.082 ˙ 2,84 %
Universitario ˙ 2.685 ˙ 7,05 %
No declarado ˙ 826 ˙ 2,17 %

Nota: Escolaridad promedio en población mayor de15 años: 8,53 años (SISOV. MPD)
Fuente: Instituto Nacional de Estadistica. Encuestas de hogares por muestreo. Proyecciones censo 2001.

fig. 25 Pirámide poblacional, estado Amazonas. Proyecciones, 2002.


G RUP OS D E EDAD
75 +
70 –75
65 – 69
60 – 64
55– 59
50 – 54
45 – 49
40 – 44
35 – 39
30 – 34
25 – 29
20 – 24
15 – 19
10 – 14
5–9
0–4
% 20 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
hombres mujeres
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219
La espacialización del legado histórico cultural
172
La presencia en el estado Amazonas de 19 grupos étnicos aborígenes constituye en sí
misma un valioso patrimonio cultural que se expresa de múltiples formas. Los diferen-
tes idiomas, el conocimiento de la biodiversidad, los sistemas agrícolas y la tecnología
asociada, la gastronomía, la música, la artesanía y cestería, la navegación fluvial, el
manejo de los ecosistemas y de especies de la fauna, las cosmovisiones sobre su origen,
son aspectos merecedores de particular atención que a su vez conforman opciones
para entender la complejidad de la región.
173
El proceso centenario de mestizaje entre criollos e indígenas, y aun entre etnias aborí-
genes, si bien podría entenderse en la pérdida cultural, como resultado de los procesos
de dominación e imposición de la cultura más fuerte, la criolla (o la yekuana con rela-
ción a los hotis), otra interpretación conduce a valorar el mestizaje como factor enri-
quecedor del patrimonio cultural, que en algunos casos ha asegurado la sobrevivencia
fisica de algunos de los pueblos indígenas de la región.
174
El análisis de la situación actual de los pueblos indígenas nos lleva a concluir que la
situación de la salud de las culturas es diversa y que de ello se plantean distintas pers-
pectivas. Así, encontramos pueblos indígenas donde apenas han sido identificados
representantes, como los eñepas, los pumés, los yavaranas o los hodis; y pueblos como
los yekuanas, piaroas y jiwis, que muestran un crecimiento intercensal considerable y
alcanzan números superiores a los cinco mil representantes (ver resultados del Censo
Indígena 2002, tabla 7, p. 215).
175
Sería interminable enunciar cada una de las expresiones culturales de las distintas
etnias presentes en el estado Amazonas, por lo que resulta conveniente señalar que
todas ellas parten de una rica concepción mágico-religiosa que presenta ciertas seme-
janzas en torno al origen. El chamanismo o el arte de curar las enfermedades es común
en todos los pueblos indígenas, y a pesar de la acelerada aculturación que han experi-
mentado en distinta escala todos ellos, permanece como una de las prácticas tradicio-
nales más extendidas, en tanto parte de un profundo conocimiento de la naturaleza,
transmitido de generación en generación, especialmente de las plantas y animales que
habitan los ecosistemas donde los pueblos indígenas han vivido por siglos(53). Este fac-
tor comienza a ser reconocido y valorado por la sociedad no indígena, especialmente
por la ciencia occidental y los gobiernos, que han promulgado leyes y desarrollado
acciones que persiguen no únicamente su rescate, sino también reconocimiento legal
de la autoría colectiva y transgeneracional de los saberes.
176
La artesanía indígena experimenta una adaptación cultural hacia el mercado, que ha
hecho de los bienes de carácter original utilitario un atractivo para las sociedades no
indígenas. La creciente demanda de artículos artesanales, a la par que contribuye al
empleo y a la generación de circulante en algunas comunidades que se han especializa-
do en su producción, trae consigo también una mayor presión sobre los recursos natu-

(53 ) Citado por González Niño en Geo-historia del estado Amazonas, p. 47.
220
rales utilizados. Esto se evidencia en la caída de la disponibilidad natural de ciertos
recursos, como las frondas de palma y fibras (mamure), especialmente en las comuni-
dades cercanas a Puerto Ayacucho. Algunas comunidades organizadas, especialmente
yekuanas del altoVentuari y piaroas del valle del Manapiare, han hecho de la artesanía y
su comercialización la base de su economía(54).
Caracterización geoeconómica estadal
177
La actividad económica productiva del estado Amazonas es de tan baja magnitud que
resulta imposible encontrar indicadores que contemplen su participación en las cuen-
tas nacionales(55).
178
La región no dispone de infraestructuras productivas o de apoyo a la producción que
puedan considerarse relevantes. No existen industrias estratégicas, sistemas de riego,
estructuras de almacenamiento ni agricultura comercial que conlleve a grandes volú-
menes de producción. Sin embargo, debe destacarse que desde la década de los noven-
ta la región, y en particular Puerto Ayacucho, mejoraron sustancialmente sus capacida-
des de soporte poblacional con la interconexión eléctrica al sistema de Guri, la incor-
poración al Sistema Integrado de Suministro de Oriente (Sisor), que provee el com-
bustible, y el mejoramiento sustancial del acueducto de la ciudad realizado por la cvg.
179
La economía de la entidad es extremadamente dependiente del gasto público, con-
formado por la asignación del situado constitucional, las transferencias de los orga-
nismos nacionales a sus dependencias locales y los recursos financieros transferidos
por los fondos intergubernamentales, especialmente el Fondo Intergubernamental
para la Descentralización (fides) y la Ley de Asignaciones Económicas Especiales
(laee). En conjunto, para el año fiscal 2004 ascendieron aproximadamente a Bs.
180.000.000.000(56); cifra que dividida entre una población estimada por el ine para la
fecha de 121.000 habitantes, arroja un monto de Bs. 1.400.000 por persona/año. La
asignación del situado (Bs. 136.424.207.129,50) se concentra en el pago de salarios en
cerca del 80%(57).

(54 ) Organizaciones no gubernamentales como el Centro Educativo para la Autogestión Indígena


(Cepai) y el Centro (Ceaco), vinculados a la Iglesia católica, han venido trabajando desde
hace aproximadamente dos décadas en la organización comunitaria indígena para la producción
agrícola y artesanal, el procesamiento y la comercialización, con distintos niveles de éxito.
El acompañamiento sostenido parece ser la clave de la consolidación de las empresas comunitarias.
(55 ) La revisión de las estadísticas del Banco Central, referidas a la producción y contribución al pib
nacional, no incluyen al estado Amazonas. Consultas personales realizadas en la Gerencia del
ine Amazonas ofrecen iguales resultados. Es posible que para algunos rubros agrícolas regional-
mente importantes como la yuca y sus derivados no hayan sido registrados oportunamente.
(56 ) La Ley de Presupuesto de Ingresos y Gastos para el ejercicio fiscal 2004 contiene los aportes
considerados para realizar el cálculo. En todo caso, la cifra debe entenderse apenas como
una aproximación, por cuanto en ella se incluyen estimaciones correspondientes a los aportes
de la administración central y no se consideran los aportes extraordinarios ni aquellos
provenientes del sector público. El objeto de su inclusión obedece al deseo de mostrar la exigüi-
dad de la inversión en proporción con la relevancia geopolítica y estratégica de la región.
(57 ) El dato es producto de un estudio realizado por el autor acerca del presupuesto de la Gober-
nación en su componente de ingreso por vía del situado constitucional para el año 2002.
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221
180
El sector privado de la economía gira en torno al comercio y, en menor proporción, a
los servicios profesionales. Las actividades productivas son predominantemente de
pequeña escala, con muy pocas unidades de producción en el sector agropecuario que
generen excedentes para el mercado local. Algunas iniciativas de producción agrope-
cuaria y agroindustrial de pequeña escala, adelantadas por comunidades indígenas,
han logrado orientar sus productos hacia puntos del mercado nacional, por ejemplo la
miel, el cacao, las artesanías y la carne de res que producen y comercializan comunida-
des piaroas y yekuanas del municipio Manapiare, como Guanay y Cacurí. Sin embar-
go, no hay información estadística confiable que permita medir el impacto real de estas
excepciones.
181
El sector industrial es quizás el más deprimido. En el año 2004 se reconocían sólo 11
establecimientos industriales, de ellos 1 de mediana industria y 10 de pequeña indus-
tria. Entre ellas destacan algunas pequeñas industrias metalmecánicas que fabrican
embarcaciones fluviales y experiencias agroindustriales, como la del picante denomi-
nado Catara y las mermeladas de frutas, localizadas todas en el área inmediata de
influencia de Puerto Ayacucho. Las actividades más recientes están representadas por
el procesamiento de la piña y otras frutas autóctonas, como el túpiro, conducida por la
comunidad piaroa de Betania deTopocho. Ésta se localiza al norte de la capital y pre-
tende integrar la producción de otras comunidades. Por último, la fábrica de guantes
que adquiere el caucho cosechado en la plantación de la cvg, en las cercanías de San
Fernando de Atabapo, aunque aún es altamente dependiente de la importación de cau-
cho desde Centroamérica.
182
Estas iniciativas, aunque incipientes, sumadas a las citadas que adelantan comunida-
des yekuanas y piaroas del interior del estado, son elementos del paradigma del desa-
rrollo deseable para la región, en tanto se caracterizan por la sustentabilidad ecológica,
la eficiencia económica y el bajo impacto ambiental que se refleja en la conservación de
la biodiversidad.
183
El turismo de bajo impacto, orientado hacia la naturaleza, no ha podido consolidarse
por múltiples razones que van desde la precaria condición de la seguridad de bienes y
personas, especialmente en la frontera occidental, hasta las contradicciones que se
desprenden de la legislación vigente. Sin embargo, las perspectivas son favorables en
tanto se está avanzando en la formación de recursos humanos locales por vía de la
reciente creación del Instituto UniversitarioTecnológico Amazonas y la promoción
del estado como destino turístico.
184
La actividad minera, por su condición de ilegal, a pesar de que ocupa un buen número
de personas directa e indirectamente, no genera ningún impacto positivo a las finanzas
del estado. Sin embargo, es predecible que una vez que el Estado decida atender con
seriedad esta actividad, pudiera convertirse en uno de los ejes de la economía regional,
si lograra asegurarse el control sobre los impactos socioambientales negativos que la
caracterizan.
222
185
La agricultura, en sus diversas modalidades, constituye la actividad económica princi-
pal entre la población que no se beneficia de manera directa del empleo público, y es
particularmente importante para la mayoría de las comunidades indígenas asentadas
en el interior de la entidad.
186
La estrategia del conuco indígena comienza a inviabilizarse ecológicamente cuando,
producto de la aculturación, las comunidades introducen modificaciones sustanciales
en los sistemas productivos. Estos parten de la sedentarización y consecuentemente de
la restricción del espacio disponible para la rotación, y continúan con el establecimien-
to de relaciones de dependencia con el mercado que los orientan hacia la simplificación
de los sistemas para aumentar la densidad de aquellos cultivos con valor comercial,
como la yuca y estacionalmente el maíz, rubros que se caracterizan por agotar veloz-
mente la exigua reserva de nutrientes contenida en los suelos.
187
Esta situación es particularmente evidente en las comunidades localizadas en las cer-
canías de las capitales municipales, que actúan como demandantes de determinados
rubros agrícolas. La modificación de los sistemas tradicionales ha venido generando
considerables impactos ambientales acumulativos en los territorios comunitarios,
donde la vegetación boscosa ha sido fuertemente intervenida y sustituida por una
vegetación herbácea de baja cobertura, que aumenta la susceptibilidad de la erosión en
unos suelos extremadamente frágiles.
188
La agricultura practicada por los criollos y por indígenas en avanzado estado de acul-
turación se desarrolla principalmente en los alrededores de Puerto Ayacucho y en
algunas áreas del interior del estado donde distintas organizaciones no gubernamenta-
les, de distinto origen, adelantan programas de asistencia técnica; estas experiencias,
no todas exitosas, se basan en la incorporación de elementos tecnológicos por lo gene-
ral de origen foráneo, no siempre sujetos a las adaptaciones culturales, fisicas y biológi-
cas necesarias, ocasionando a veces impactos negativos en el medio donde se
practican.
189
En el año 2004, según el Anuario agropecuario, se reconocían 65 ha de superficie de
plantaciones de cacao con una producción de 30 t; 34 ha de pequeñas plantaciones de
caña de azúcar con una producción de 1.199 t. En frutales se reconocen 11 ha de planta-
ciones de melón con 129 t de producción; 24 ha sembradas de patilla con una produc-
ción de 414 t; 67 ha de plantaciones de piña con 1.079 t de producción; 67 ha de plata-
nares con 964 t de producción. No está registrada la abundante producción de
numerosos frutales amazónicos de consumo local, como tampoco la excepcional miel
amazónica. En raíces y tubérculos destacan las 58 t de batata producidas en 12 ha; las
86 t de mapuey cosechadas en 22 ha; las 181 t de ñame cosechadas en 36 ha y las 9.549 t
de yuca cosechadas en 825 ha. En leguminosas se registra una producción de 5 t de
caraotas cosechadas en 8 ha; de 31 t de frijol cosechadas en 50 ha; de 19 t de quinchon-
cho en 37 ha. Es escasa la presencia pecuaria en Amazonas, con una existencia en el año
2004 de 6.721 cabezas de bovinos, 1.377 porcinos y sólo 50 bovinos. En el citado año
se produjeron 75.732 litros de leche y 11.567 kilogramos de queso.
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223
Sistema de centros urbanos y rurales
y la trama de vialidad y transporte
190
Hasta hace poco más de treinta años el estado Amazonas estuvo aislado del contexto
nacional por vía terrestre, al menos por carreteras convencionales que facilitaran el
tránsito durante todo el año. Las entradas al territorio estaban restringidas a los vuelos
comerciales y militares de periodicidad irregular y a la navegación del río Orinoco
mediante embarcaciones de regular tamaño provenientes de San Fernando de Apure o
Ciudad Bolívar.
191
Antes de la finalización de la carretera de 375 km, a inicios de los años ochenta del siglo
pasado, que comunica a Puerto Ayacucho con Caicara del Orinoco en el estado Bolí-
var, la ciudad capital no había alcanzado aún los 20.000 habitantes y el resto de los
principales centros poblados, capitales de departamento para ese entonces: San Fer-
nando de Atabapo, San Carlos de Río Negro y San Juan de Manapiare, con dificultad
llegaban a mil habitantes, aun incluyendo sus áreas inmediatas de influencia.
192
Durante el período de operación de Codesur se planificaron distintas vías carreteras
para procurar la integración de la región al resto del país y hacia el interior del territo-
rio. De tales propuestas apenas lograron materializarse la vía que comunicaba a San
Juan de Manapiare con Caicara del Orinoco, hoy intransitable, y algunos tramos inte-
riores como el San Carlos de Río Negro-Solano, ubicado en la margen izquierda del
Casiquiare, con una longitud de 30 km, y la vía de tierra de 120 km de longitud que unía
a San Fernando de Atabapo con San Antonio del Orinoco, actualmente transitable en
unos 60 km hasta la localidad de Santa Bárbara del Orinoco.
193
Otro tramo carretero de singular importancia es el que procura la comunicación entre
las localidades deYavita y Maroa, de unos 27 km de longitud; reportado por Humboldt
durante su visita a la región hace más de 200 años, comunica las cuencas altas de los ríos
Atabapo y Guainía y su tránsito permite obviar el enorme desvío que implica navegar el
río Casiquiare para comunicar el norte con el sur del estado. Esta vía, localizada sobre
una depresión del terreno, estacionalmente inundada y permanentemente atravesada
por numerosos cursos de agua, se ha convertido en el mayor reto para ingenieros y
gobernantes a través de los años, pues los repetidos intentos por consolidarla han sido
vencidos por la naturaleza en los períodos interanuales de mayor precipitación.
194
La carretera que va desde Puerto Ayacucho hasta el Puerto de Samariapo, al sur, cons-
truida en un trayecto de 70 km en la década de los años veinte del pasado siglo, tuvo su
origen en una decisión política del gobierno del general JuanVicente Gómez, que pre-
tendió con ella mejorar el control efectivo sobre el interior de la región, donde la explo-
tación del caucho silvestre y su comercialización se realizaban en condiciones
infrahumanas y prevalecía la violencia conducida por los gobernantes designados y los
empresarios caucheros.
195
La obra, encargada al ingeniero Santiago Aguerrevere, sirvió paralelamente para el sur-
gimiento de Puerto Ayacucho en 1924, a partir del campamento instalado, y del preca-
rio poblado de Atures, ubicado cerca de la desembocadura del río Cataniapo en el
Orinoco.
224
196
A partir de los años sesenta, producto de una intervención mucho más activa por parte
del Estado, iniciada por Codesur, la tendencia a la sedentarización de las comunidades
se ha ido acentuando soportada en la inversión pública, especialmente en servicios de
salud y educación, es decir, pequeños dispensarios y escuelas de primer nivel, que con
la consecuente creación de empleos asalariados: maestros, enfermeros, comisarios,
operadores de equipos de servicios públicos, soportan la consolidación de múltiples
comunidades, que hoy superan el número de cuatrocientas, dispersas en la geografia
de la región.
197
Persuadida la población de las posibilidades de beneficiarse, aunque precariamente de
la inversión del Estado, la sedentarización de algunas comunidades se tradujo en una
suerte de imán que motivó la migración de los habitantes dispersos en las cuencas altas
del Orinoco y sus tributarios,es decir,desde los territorios tradicionales,primero hacia
las riberas de los principales ríos, para en una segunda fase trasladarse a las antiguas
capitales departamentales o a sus inmediaciones, y luego, a partir de los años setenta
hacia Puerto Ayacucho en una búsqueda lógica de mejores condiciones de vida y de
oportunidades de progreso, que en la mayoría de los casos no parecen haber resultado
exitosas. Este proceso ha generado no sólo nuevas formas de ocupación del espacio,
con las consecuencias ecológicas y socioculturales que se derivan de la intensificación
de los impactos al ambiente, resultado de las actividades económicas productivas
orientadas hacia el mercado, sino además nuevas realidades de territorialidad de los
pueblos indígenas, que en ocasiones entran en conflicto con los ocupantes no indíge-
nas de las nuevas áreas de ocupación.
198
La conversión en estado y la consecuente municipalización ha minimizando el éxodo
poblacional desde el interior de la entidad. La magnitud del impacto ha estado por
debajo de lo que podría esperarse al observar los más recientes números de pobla-
ción. Las leves mejoras en la capacidad de prestación de servicios básicos en las capita-
les municipales no han sido suficientes para propiciar el desarrollo de economías
productivas que reduzcan la extrema dependencia hacia el gasto público.
199
La red de comunicación que presenta el estado alcanza a unos 400 km de carreteras,
que incluyen la vialidad rural adyacente a Puerto Ayacucho; de ellos apenas 150 km
están asfaltados. El sistema se complementa con el tradicional transporte fluvial, tecno-
lógicamente mejorado, pero extremadamente dependiente del suministro de energía
fósil que la región no produce y necesita importar desde el oriente del país. Las dificul-
tades para la distribución de gasolina y lubricantes en el interior del estado ha sido uti-
lizada como una de las principales limitantes para la gestión del desarrollo, y, aunque
en los últimos años la situación ha mejorado considerablemente, la proximidad de la
frontera con la República de Colombia ha hecho de ello un atractivo rubro de contra-
bando, que de alguna manera contribuye a mejorar el flujo de dinero en la región en
perjuicio del tesoro nacional.
200
El transporte aéreo extrarregional, que a inicios de la década de los años noventa llegó
a mover hasta tres vuelos diarios entre Puerto Ayacucho y la región central, hoy ape-
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225
nas cuenta con un vuelo, y ocasionalmente dos, en equipos de reducida capacidad.
Tres empresas locales atienden la demanda de comunicación entre la capital y el inte-
rior del estado.
201
Sólo las pistas de Puerto Ayacucho y La Esmeralda, ambas pavimentadas y con exten-
siones superiores a dos kilómetros, son útiles para recibir aviones de gran tamaño;
mientras que en las restantes capitales municipales y en algunas comunidades estraté-
gicamente localizadas, encontramos pistas de tierra con tamaños que van desde unos
pocos centenares de metros hasta 1,5 km, en el caso de San Fernando de Atabapo. El
interior de la región carece de infraestructura de apoyo para la navegación aérea, que
hacen de ésta un riesgo especialmente en la temporada de lluvias.
202
La estructura de apoyo a la navegación fluvial se basa en unas pocas empresas privadas
que movilizan, con frecuencia diaria, pasajeros entre los puertos de Samariapo y San
Fernando de Atabapo. Pequeños embarcaderos sin equipos para movilizar grandes
cargas se encuentran dispersos en la geografia de la región y tampoco se dispone de
ayudas para la navegación, por lo que la seguridad de viajar por los ríos depende de la
experiencia de quien conduzca la embarcación.
203
El sistema actual de centros poblados (fig. 19), puede resumirse en un núcleo principal
o de primer orden, Puerto Ayacucho (62.824 hab.), en su condición de capital del esta-
do y del municipio Atures, donde se concentra más del 90% de la población no indíge-
na y aproximadamente el 60% del total de la entidad. Este valor aumenta hasta el 70%,
al sumar los habitantes de las comunidades indígenas y criollas localizadas en las már-
genes de las carreteras norte y sur, las cuales mantienen una estrecha relación de depen-
dencia funcional con la capital, presentando algunas de ellas, las más próximas, condi-
ciones socioestructurales que las definen mejor como un barrio de la ciudad que como
una comunidad. Es el caso de San Antonio y San Pablo de Carinagua, al sureste; Pica-
tonal y Provincial, al norte, y Puente Cataniapo, al sur, entre otras.
204
Puerto Ayacucho, como centro con funciones político-administrativas, repite a su
escala el modelo centro-periférico del país que gira alrededor de Caracas. La ciudad
actúa como núcleo de atracción poblacional, en tanto en ella se concentra la mayor y
mejor dotación de servicios básicos esenciales para la población, el poder político y
decisorio del destino de las finanzas públicas.
205
En un segundo nivel, están las seis capitales municipales restantes: San Fernando de
Atabapo (3.123 hab.), San Carlos de Río Negro (1.213 hab.), Maroa (890 hab.), El Car-
men de Ratón (768 hab.), San Juan de Manapiare (986 hab.) y La Esmeralda (655
hab.), que gracias a la posibilidad de administrar una cuota del situado constitucional,
han logrado mejorar las capacidades de prestación de servicios a la ciudadanía,en com-
paración con la situación reinante antes de la municipalización de 1992.La información
que se desprende de la historia censal indica que sólo San Juan de Manapiare, El Car-
men de Ratón y San Fernando de Atabapo muestran algún dinamismo en cuanto al cre-
cimiento poblacional, mientras que Maroa, San Carlos de Río Negro y La Esmeralda
parecen estancarse en el tiempo en razón de su casi nulo crecimiento demográfico.
226
fig 26 Jerarquización de centros poblados del estado Amazonas.
68° 67° 66° 65° 64°
E S T A D O A P U R E E S T A D O B O L Í V A R


N
Limón de Parhueña
Puerto Ayacucho
MUNICIPIO ATURES
Platanillal
Coromoto San Juan
El Carmen de Ratón de Manapiare

MUNICIPIO
Pendare de Sipapo MANAPIARE
MUNICIPIO
AUTANA Cacurí
San Pedro
A

del Orinoco
I
B


M

San Fernando
de Atabapo
O

MUNICIPIO
ATABAPO MUNICIPIO
L

ALTO ORINOCO
O
C

Acanaña
Tama Tama La Esmeralda
Misión Padamo

Ocamo Parima B
Maroa MUNICIPIO
GUAINÍA
Mavaca


San Carlos
de Río Negro MUNICIPIO
RÍO NEGRO

B R A S I L

Situación relativa nacional km


niveles jerárquicos 0 50 100

Primer orden.
Segundo orden.
Tercer orden.
Fuente: Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar,1994;
Esteves y Dumith,1997.
Colombia

Brasil
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227
206
El crecimiento poblacional de los centros poblados de segundo nivel, aunque peque-
ño, es el resultado de las mejoras en la infraestructura de servicios básicos, especial-
mente de salud, factor que se refleja en el mejoramiento de las condiciones de vida. No
obstante, la posibilidad de empleo a través de la estructura funcional de las alcaldías
parece ser la razón principal, a costa de la migración desde las comunidades aledañas.
207
En la tercera categoría se ubican unas pocas comunidades, cuyo tamaño se aproxima a
los 1.000 habitantes. Algunas, como Limón de Parhueña, Coromoto y Platanillal, peri-
féricas a Puerto Ayacucho y favorecidas durante los últimos años por la inversión
pública, pueden entenderse como centros de atracción para las comunidades menores
cercanas. Otras, como Pendare del Sipapo, San Pedro del Orinoco y Cacurí, deben su
crecimiento a actividades productivas relativamente exitosas y funcionan como
núcleos de redes con otras comunidades menores cercanas, donde el factor étnico es
aglutinante. Un tercer grupo, en la misma categoría, reúne comunidades como Mava-
ca, Ocamo, Misión Padamo,TamaTama, Parima B y Acanaña, donde el papel de las
misiones católicas y protestantes en el reforzamiento de la asistencia a la población ha
consolidado números de población comparativamente relevantes, además de actuar
como centros de servicios de salud y educación para comunidades cercanas.
208
En el cuarto nivel se agrupan más de doscientas comunidades dispersas en todo la geo-
grafia regional, con poblaciones que van desde unas decenas de habitantes hasta unos
cientos, algunas situadas alrededor de los ejes carreteros cuyo origen se debe funda-
mentalmente a escisiones de otras comunidades aledañas y, en menor proporción, al
asentamiento de grupos familiares provenientes de áreas distantes, incluso del país
vecino Colombia. Otras, la mayoría, distribuidas en los territorios tradicionales de los
pueblos indígenas del interior de la entidad, principalmente piaroas y yekuanas de las
cuencas medias, jiwis en la subregión noroccidental y arahuacos al sureste del estado.
209
Un último nivel recoge las comunidades menos aculturadas del alto Orinoco y de las
cuencas altas de sus tributarios, donde aún prevalecen los sistemas de vida itinerante.
En este grupo, caracterizado por tamaños poblacionales que raramente exceden los 50
habitantes por comunidad, destacan los yanomamis, hotis y sanemas.
210
Por último, la actividad minera ilegal obliga a diferenciar una categoría de centros
poblados precarios, sujetos a la movilidad o despoblamiento estacional, conformado
por núcleos localizados que, como en el caso de las minas del Parque NacionalYapaca-
na, han alcanzado concentraciones de hasta mil habitantes, tal como lo han reportado
informes técnicos oficiales(58).
Los espacios resultantes y su dinámica
211
Diversos factores han marcado la dinámica demográfica a través del tiempo. Si bien los
pueblos indígenas originarios no dejaron rastros que evidenciaran la existencia de
grandes aglomeraciones humanas —como ocurrió con otras culturas indígenas su-
damericanas, y en consecuencia no es posible determinar con certeza el tamaño de la

(58 ) La Dirección General Amazonas del marnr, conjuntamente con la Guardería Ambiental, han
levantado múltiples informes técnicos que describen la magnitud de la minería ilegal en el estado.
228
población en los períodos prehispánicos y aun prerrepublicanos—, la muy posible
baja densidad de habitantes de la región puede explicarse a partir de algunas de sus
características ecológicas y geográficas. Entre ellas parecen destacar las limitaciones
propias de los suelos de la región, aunadas al escaso desarrollo tecnológico alcanzado
por las culturas indígenas, suponen una baja capacidad natural de carga de los ecosis-
temas, que seguramente obligó a instrumentar las estrategias de ocupación y uso del
suelo que aún hoy caracterizan a los grupos menos dependientes.
212
En general, las estrategias tradicionales de ocupación del espacio pueden resumirse en
la existencia de pequeños núcleos poblados, conformados principalmente por familias
extendidas, sustentados en el sistema agrícola de conuco y en la recolección-extracción
de productos de los distintos ecosistemas, donde cada grupo étnico desarrolló su espe-
cialización. Cuando los ecosistemas naturales y modificados bajaban su productividad
o cuando el tamaño de la población amenazaba la disponibilidad de recursos,las pobla-
ciones migraban a nuevos espacios o se separaban, originando nuevas comunidades.
213
Un primer espacio, con Puerto Ayacucho como centro, cuya influencia se hace sentir
sobre las comunidades más cercanas, contrasta con el resto de la entidad, donde aún
predomina el componente poblacional indígena y se mantienen vigentes muchas de
sus prácticas socioeconómicas. Estos espacios aparecen rezagados del empleo, la
dotación de servicios médicos y educativos, el saneamiento ambiental, entre otros.
214
Mientras el primer espacio presenta condiciones de integración territorial, tanto den-
tro de sí como hacia el resto del país, por medio de carreteras, aeropuerto y acceso a
los medios de comunicación nacionales que favorecen el comercio y el intercambio, el
segundo espacio aparece aislado y desintegrado hacia su interior.
215
La tendencia previsible indica que el modelo dominante en el primer espacio absorbe-
rá más temprano que tarde al segundo. Sin embargo, la acumulación de contradiccio-
nes sociales, económicas y ambientales que presenta Puerto Ayacucho y su área de
influencia inmediata podrán ser revertidas a la luz del impacto que se derive de la
incorporación del conocimiento científico, la innovación tecnológica y la elevación de
la calidad del talento humano en la gestión pública y en la acción del sector privado,
para así influir en las subregiones que hoy aparecen como más deprimidas.
perspectiva del ordenamiento
espacial del estado amazonas
216
Acerca del estado Amazonas y su futuro prevalecen hoy visiones encontradas, algunas
antagónicas, cuya evolución en lo inmediato determinará su situación en los próximos
25 años.
217
En el contexto nacional, el estado es percibido como un área de reserva de recursos
naturales y así es promovida su imagen en los foros internacionales. En muchas ocasio-
nes idealizada en una visión simplista de indígenas, fauna, selvas y grandes ríos, convi-
viendo en armonía, donde los pueblos aborígenes mantienen una relación con la
naturaleza que raya en la inocencia.
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229
218
Sin embargo, en los últimos años el Amazonas venezolano ha sido cíclicamente prota-
gonista en la prensa nacional e internacional cada vez que la evidencia de la actividad
ilegal de minería aurífera se hace inocultable por su impacto ambiental y por su agre-
sión a pueblos indígenas como los yanomamis, especialmente sensibles en el mundo
académico y, en general, en las culturas del llamado Primer Mundo.
219
En los períodos en que el problema minero subyace fuera del alcance de los medios de
comunicación, el estado Amazonas vuelve a retomar el que ha sido su característico rol
marginal en los procesos de desarrollo de la nación(59). Así, la minería convertida en el
más grave problema ambiental y de seguridad, es circunstancialmente obviada por los
gobiernos nacional y estadal, permitiendo con ello que las poblaciones locales esta-
blezcan lazos cada vez más estrechos con los autores del problema minero y sus efectos.
220
Las políticas públicas nacionales, incluyendo aquellas que pretenden combatir los
problemas derivados de la minería, han sido tradicionalmente inefectivas para resolver
la acumulación de pasivos sociales y económicos.
221
En lo local, la minería es concebida por parte de la población, incluyendo actores polí-
ticos y dirigentes indígenas, como la vía más expedita para generar riqueza y minimizar
la dependencia hacia el situado constitucional, siempre insuficiente.
222
Quienes promueven la legalización de la minería lo hacen tratando de manera muy
general sus implicaciones y obviando consideraciones geoestratégicas del interés
nacional, como la conservación de las fuentes de agua y la minimización de los impac-
tos culturales a los pueblos indígenas. El argumento utilizado se basa en señalar que es
preferible que el oro sea extraído por los venezolanos, preferiblemente amazonenses,
antes de que siga siendo explotado por mineros extranjeros, colombianos y brasileños,
desconociendo intencionalmente que en el negocio participan nacionales, criollos e
indígenas y que su presencia es, al menos por omisión, favorecida por las autoridades.
223
En los últimos años se ha promovido desde el Estado un intenso proceso de reivindica-
ción cultural indígena, con no pocas resistencias desde distintos ámbitos, que tiene
entre sus componentes más relevantes la tenencia de la tierra, una legítima aspiración
de los pueblos que su postergada atención ha limitado frecuentemente las posibilida-
des de apoyo público, especialmente financiero, para la gestión de sus procesos auto-
gestionarios. No obstante, la movilidad de los pueblos aborígenes y los nuevos patro-
nes de ocupación adoptados, la municipalización y la presencia creciente de población
criolla hacen de la tenencia de la tierra un tema conflictivo de dificil solución.
224
Si bien el ordenamiento espacial del estado Amazonas deberá orientarse hacia los pos-
tulados, ahora constitucionales, de la sustentabilidad de los procesos sociales y econó-

(59 ) En el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001–2007, el estado Amazonas


no es considerado de manera específica en los lineamientos generales que orientan la acción pública
en los cinco equilibrios estratégicos. El estado se asume como parte de la región Guayana,
y apenas se señala que Puerto Ayacucho, como centro sub-regional de primer orden, será objeto
de fortalecimiento en sus funciones de prestador de servicios especializados. En el componente del
desarrollo del turismo, el texto recoge la zonificación realizada a inicios de los años noventa
y desconoce la evolución del sector.
230
micos, prestando la debida atención a las particularidades ambientales y culturales
características de la región, la situación sociopolítica dominante en el estado Amazo-
nas permite visualizar al menos tres escenarios posibles:
225
El primero, donde continuará prevaleciendo el modelo convencional de desarrollo,
transferido en mayor o menor medida a todos los espacios de la entidad, con un sector
privado de la economía, extremadamente dependiente del gasto del Gobierno, que
fortalecerá su papel rector de en todas las actividades socioeconómicas y donde conti-
nuará realizándose el aprovechamiento marginal y no sustentable de los recursos natu-
rales. En este escenario, la minería ilegal continúa expandiéndose, ganando espacios
sociales y políticos en procura de la legalización de la actividad.Tal situación continua-
rá postergando otras opciones de desarrollo económico que, aunque identificadas, no
logran establecerse como acciones motorizadoras de economías sustentables.
226
El segundo parte del cuestionamiento a la eficiencia de la conversión en estado y al pro-
ceso de municipalización. Así, por presiones internas y externas, se promueve la divi-
sión de la entidad en dos realidades político-administrativas: una que conserva la
categoría de estado y reúne a los actuales municipios Atures, Manapiare, Autana y el
sector occidental de Atabapo, Guainía y Río Negro, mientras que para el resto del terri-
torio —la región del alto Orinoco y los sectores fronterizos sur y este— se vuelva a la
competencia del Gobierno nacional. En este escenario, no varía sustancialmente el
modelo de desarrollo. Las estructuras de Gobierno continúan siendo protagonistas de
los procesos sociales y económicos y, consecuentemente, se postergan y/o obstaculi-
zan las iniciativas que promuevan cambios sustanciales en la base económica de la enti-
dad. Para los espacios fronterizos del sur y este del estado es previsible asumir la
priorización de la visión militarista convencional de la seguridad, que podría extender-
se a toda la frontera, reivindicando la condición de espacio de reserva de recursos, fac-
tor éste que puede traducirse en una atención más exhaustiva del problema minero, en
el mejor de los casos minimizando sus impactos negativos a los intereses superiores de
la nación.
227
El tercer escenario, denominado de integración, parte de la premisa de que el valor
estratégico de la entidad exige mantener un satisfactorio nivel de conservación, mien-
tras paralelamente se elevan los niveles de calidad de vida y desarrollo humano. Impli-
ca una visión más integral y holística del desarrollo, donde el conocimiento aportado
por la ciencia es valorizado adecuadamente, en atención a la necesidad de manejar
espacios y recursos de cara a asegurar la sostenibilidad.
228
Si bien cualquiera de los escenarios enunciados, o cualquier combinación de ellos,
podría ocurrir, pensamos que es el tercero el deseable, y sobre él haremos algunas
consideraciones generales en materia de ordenamiento espacial.
229
El escenario de integración es concebido en tres vertientes: hacia lo interno, generando
una estructura funcional complementaria; con el resto del país, elevando su participa-
ción en los procesos y las cuentas nacionales, y hacia el contexto internacional próxi-
mo, complementando la estrategia de integración sudamericana.
H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
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231
230
Las posibilidades de instrumentar una estrategia de ordenación con estas característi-
cas exigen cumplir con ciertas premisas, entre ellas la voluntad de la dirigencia política
para hacer de la gestión pública un instrumento promotor del bienestar social. Así, un
liderazgo innovador que administre eficientemente los siempre escasos recursos finan-
cieros sobre la base de la información científica, promoviendo la participación efectiva
y responsable, resultan el insustituible soporte para que el ordenamiento territorial sea
un instrumento de política realmente útil para el progreso sostenido de la sociedad.
231
Visualizamos la ocupación del espacio al año 2030, atendiendo a un conjunto de linea-
mientos generales(60) que han permitido corregir las distorsiones actuales, entre ellos:
a) Fortalecimiento de las capacidades funcionales en las capitales municipales
y comunidades como Cacurí, San Pedro del Orinoco, Acanaña, San Antonio
del Orinoco y Ocamo, como mecanismo para desacelerar la tendencia
actual, donde Puerto Ayacucho amenaza con estrangular las posibilidades de
un poblamiento más armónicamente distribuido.
b) Desconcentración y la descentralización administrativa y funcional hacia
las unidades básicas de organización de la sociedad: los municipios, parroquias,
organizaciones productivas, que le permitan a la sociedad ser protagonista de
los procesos que determinan su calidad de vida.
c) Integración de la región a través de un sistema multimodal de transporte y comu-
nicaciones que privilegie el uso de las facilidades naturales: los ríos de la región.
d) Capacidad de monitoreo ambiental y el resguardo efectivo de las áreas fronte-
rizas y las abrae, y la valorización efectiva del potencial hídrico del estado como
elemento de poder.
e) La investigación científica y el desarrollo tecnológico fortalecidos para abordar
con éxito los retos que plantean las condiciones ambientales de la entidad;
así como proveer la asistencia técnica y de financiamiento para el desarrollo de:
1 Una agricultura «amazónica» para el manejo sostenido de los bosques y sus
recursos, privilegiando estrategias extractivistas que aseguren su sostenibilidad,
incluyendo las pesquerías y el componente ornamental.
2 El fomento de una industria del turismo, basada en los atractivos que le son
propios a la región.
3 La expansión del comercio internacional de bienes producidos en la entidad
y el país.
4 La consolidación de una oferta de formación de recursos humanos de tercer y cuarto
nivel, en las áreas asociadas al manejo de la biodiversidad, entre otras opciones.

(60 ) Escandell (1995), en «Bases para el desarrollo sustentable de Amazonas», comenta una propuesta
de ordenación del territorio sobre la base de la identificación de oportunidades de gestión social
y económica, bajo la premisa del desarrollo sustentable. Boadas (1983) habla de las perspectivas del
estado en laVenezuela del futuro, visualizando a la entidad como una proveedora de recursos
naturales por vía de la incorporación al proceso de desarrollo nacional. Perera (1993), al comentar las
propuestas para el ecodesarrollo, enfatiza en la falta de visión a largo plazo y la discontinuidad de
la gestión pública como problemas a resolver. La Copaf (1992), en su estudio Amazonas. Diagnóstico
y estrategia de desarrollo fronterizo, señala una serie de lineamientos estratégicos que debería
abordar la administración para promover el desarrollo del estado.
232
f) La identidad cultural consolidada, siempre en el marco de los intereses superiores
de la nación.
232
En esta visión del ordenamiento territorial, el desarrollo de mecanismos que favorez-
can la participación del estado en la estrategia de integración sudamericana es de vital
relevancia. La incorporación de la entidad en el Plan Nacional Ferroviario, mediante la
construcción de la vía férrea suroccidental, que comenzaría en el tramoYavita-Maroa,
para luego extenderse hacia el sur y el norte, la que complementaría las redes hidro-
gráficas y de carreteras, conformando con el transporte aéreo el sistema multimodal de
apoyo al comercio internacional y a la industria del turismo. La creación de áreas de
régimen tributario especial,como el Puerto Libre de San Carlos de Río Negro o la Zona
Especial de Desarrollo Sostenible en el eje San Fernando de Atabapo-San Carlos de
Río Negro, complementarían la estrategia y contribuirían paralelamente a atenuar el
impacto negativo de Puerto Ayacucho como único centro de atracción poblacional. Se
trata de hacer del estado Amazonas un espacio activo, en el marco del Mercosur y el
Tratado de Cooperación Amazónica, dotándolo de las capacidades para actuar como
una región de servicios para tales fines.
233
La estrategia de integración se complementa con el desarrollo de una política que pri-
vilegie el conocimiento y manejo de la biodiversidad, y con la valoración económica de
los servicios ambientales que presta el estado Amazonas al resto del país y al mundo.

A C T U A L I Z A C I Ó N D E D AT O S
estado amazonas
tabla 13 Densidad poblacional según municipio, 2007.

Superficie Población Densidad


Municipio ( km 2 ) * ( hab.) ( hab. / km 2 )
Alto Orinoco 50.850 17.797 0,3
Atabapo 25.900 10.625 0,4
Atures 4.500 91.386 20,3
Autana 15.750 8.181 0,5
Maroa 14.250 1.900 0,1
Manapiare 33.100 9.658 0,3
Río Negro 39.150 2.660 0,1
total 183.500 142.207 0,8

(*) Superficie según Gaceta Oficial del Estado, diciembre1997.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Síntesis Estadística Estadal 2007.


Estado Amazonas. Caracas,10 de enero de 2008.
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233
A C T U A L I Z A C I Ó N D E D AT O S
estado amazonas
tabla 14 Población censal indígena por municipio, según pueblo indígena, 2001.
Municipio
Pueblo indígena Total Alto Orinoco Atabapo Atures Autana Maroa Manapiare Río Negro
total 43.258 14.006 4.828 11.282 5.327 708 6.152 955

Arutani 1 – – – – 1 – –
Baniva 345 – 194 52 20 75 1 3
Baré 304 2 67 75 50 3 35 72
Caribe 2 – – 1 1 – – –
Chaima 1 – – – 1 – – –
Eñepa 104 – 1 6 1 – 96 –
Guajibo 8.772 2 400 5.477 2.125 1 766 1
Guanano 4 – – – – – – 4
Jodi 328 1 – – – – 327 –
Kubeo 13 – 6 6 – 1 – –
Kurripako 2.956 – 1.487 536 44 473 22 394
Mako 1.113 – 415 1 – – 697 –
Mapoyo 28 – – 28 – – – –
Matako 1 – – 1 – – – –
Pemón 1 – – – 1 – – –
Piapoko 1.299 – 532 758 8 – – 1
Piaroa 9.758 100 961 3.469 2.906 – 2.322 –
Píritu 1 – 1 – – – – –
Puinave 640 – 552 70 3 – 8 7
Pumé 13 – – 12 – – – 1
Sáliva 192 – 10 181 1 – – –
Sanemá 669 288 – – – – 381 –
Tukano 2 – – 1 1 – – –
Waikerí 1 – – 1 – – – –
Warao 2 1 1 – – – – –
Warekena 153 – 41 25 1 79 – 7
Wayúu 1 – – – – – 1 –
Yanomami * 12.003 11.816 – – 1 – – 186
Yavarana 118 – – – 1 – 117 –
Yekuana 3.050 1.688 – 21 5 – 1.336 –
Yeral 487 – 117 5 28 70 – 267
No indígena 652 80 28 423 91 – 22 8
No declarado 244 28 15 133 38 5 21 4

(*) En el Censo de Comunidades Indígenas 2001 se estimaron 5.000 personas


de las comunidades yanomamis, que residen en el municipio Alto Orinoco,
las cuales no pudieron ser empadronadas en dicho censo pero se agregaron en estos resultados.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Síntesis Estadística Estadal 2007.
Estado Amazonas. Caracas,10 de enero de 2008.
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estado amazonas
tabla 15 Matrícula por nivel educativo, según municipio y sexo, 2005–2006.
Niveles Educativos

Educación Preescolar Educación Básica


Parroquia sexo Total Preescolar Total Primero Segundo Tercero Cuarto
total 40.452 7.386 29.783 5.012 4.252 3.948 3.459
masculino 20.804 3.648 15.492 2.624 2.180 2.009 1.790
femenino 19.648 3.738 14.291 2.388 2.072 1.939 1.669

Alto Orinoco 1.738 474 1.194 267 206 166 167


masculino 1.015 242 721 150 127 104 95
femenino 723 232 473 117 79 62 72

Atabapo 3.129 518 2.461 559 405 397 303


masculino 1.692 254 1.342 298 195 206 162
femenino 1.437 264 1.119 261 210 191 141

Atures 29.697 5.523 21.249 2.875 2.793 2.628 2.448


masculino 15.005 2.693 10.894 1.506 1.444 1.311 1.264
femenino 14.692 2.830 10.355 1.369 1.349 1.317 1.184

Autana 2.379 434 1.945 535 335 306 216


masculino 1.246 233 1.013 291 161 147 119
femenino 1.133 201 932 244 174 159 97

Maroa 509 84 399 119 59 64 44


masculino 262 43 203 56 29 35 21
femenino 247 41 196 63 30 29 23

Manapiare 2.470 284 2.131 595 401 323 233


masculino 1.302 149 1.105 289 193 172 105
femenino 1.168 135 1.026 306 208 151 128

Río Negro 530 69 404 62 53 64 48


masculino 282 34 214 34 31 34 24
femenino 248 35 190 28 22 30 24

Fuente: Instituto Nacional de Estadística. INE. Síntesis Estadística Estadal 2007.


Estado Amazonas. Caracas,10 de enero de 2008.
235

Educación Media
Quinto Sexto Séptimo Octavo Noveno Total Primero Segundo Tercero
3.065 2.838 2.785 2.452 1.972 3.283 1.674 1.294 315
1.607 1.443 1.483 1.346 1.010 1.664 876 619 169
1.458 1.395 1.302 1.106 962 1.619 798 675 146

123 117 51 47 50 70 33 20 17
65 83 38 30 29 52 26 15 11
58 34 13 17 21 18 7 5 6

213 207 150 130 97 150 51 55 44


127 127 90 84 53 96 35 31 30
86 80 60 46 44 54 16 24 14

2.317 2.143 2.304 2.087 1.654 2.925 1.538 1.173 214


1.181 1.033 1.215 1.121 819 1.418 781 536 101
1.136 1.110 1.089 966 835 1.507 757 637 113

161 148 99 69 76 0 0 0 0
80 82 44 39 50 0 0 0 0
81 66 55 30 26 0 0 0 0

40 21 26 13 13 26 13 7 6
19 14 11 11 7 16 7 5 4
21 7 15 2 6 10 6 2 2

168 153 111 83 64 55 18 22 15


111 81 60 51 43 48 16 19 13
57 72 51 32 21 7 2 3 2

43 49 44 23 18 57 21 17 19
24 23 25 10 9 34 11 13 10
19 26 19 13 9 23 10 4 9
236
A C T U A L I Z A C I Ó N D E D AT O S
estado amazonas
tabla 16 Indicadores globales de la fuerza de trabajo
según sexo. Segundo semestre 2006.

Indicador Segundo semestre 2006


Población de 15 años y más 62.880
activos 45.824
tasa de actividad (% ) 72,9
Ocupados 40.797
tasa de ocupación (%) 89,0
Desocupados 5.027
tasa de desocupación (%) 11,0
inactivos 17.056
tasa de inactividad (% ) 27,1

Hombres 32.481
activos 25.819
tasa de actividad (% ) 79,5
Ocupados 23.222
tasa de ocupación (%) 89,9
Desocupados 2.597
tasa de desocupación (%) 10,1

inactivos 6.662
tasa de inactividad (% ) 20,5

Mujeres 30.399
activas 20.005
tasa de actividad (% ) 65,8
Ocupadas 17.575
tasa de ocupación (%) 87,9
Desocupadas 2.430
tasa de desocupación (%) 12,1
inactivas 10.394
tasa de inactividad (% ) 34,2

Nota: se excluyen aquellas desagregaciones que no resultan


representativas a nivel de la entidad.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE.
Síntesis Estadística Estadal 2007.
Estado Amazonas. Caracas,10 de enero de 2008.
H é c t o r E s c a n d e l l G a rc í a Estado Amazonas
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
237
A C T U A L I Z A C I Ó N D E D AT O S
estado amazonas
tabla 17 Indicadores de género, 2005.

Indicador Total Hombre Mujer


Tasa de mortalidad en menores de 5 años * 6,8 7,2 6,3

Asistencia escolar ( % ) 90,2 90,4 90,1


población de  a  años 76,8 77,2 76,5
de  a  años 98,4 98,6 98,2
de  a  años 89,3 88,6 90,1

Promedio de años de estudio de la población mayor de 15 años 7,2 7,5 6,9

Edad promedio al momento del matrimonio 31,0 32,4 29,6

Tasa de actividad económica ( % ) 73,5 81,2 65,2


población de  a  años 49,4 55,9 42,2
de  a  años 92,2 99,7 84,1
de  a  años 85,4 93,8 76,6
de  años y más 29,4 41,9 18,6

(*) Por cada1.000 habitantes.


Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Síntesis Estadística Estadal 2007.
Estado Amazonas. Caracas,10 de enero de 2008.

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