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de la Defensa
Nacional
La experiencia
argentina
(2007-2013)
Planeamiento
de la Defensa
Nacional
La experiencia
argentina
(2007-2013)
Platón, República
Índice
Prólogo 9
JORGE BATTAGLINO
Introducción
11
SERGIO EISSA
1. Aportes teóricos 13
SOL GASTALDI Y SERGIO EISSA
Antecedentes 46
La Defensa Nacional desde el retorno de la democracia
46
El Planeamiento para la Defensa Nacional entre
1983 y 2006 55
5
El Planeamiento por Capacidades (2007-2013)
Conceptos 57
Sistema de Planeamiento, Programación y
Presupuestación (S3P) 61
El Sistema Presupuestario en la Administración
Pública 65
Normativa del Nivel Estratégico Nacional sobre el
Planeamiento de la Defensa Nacional 69
Disposiciones de la Ley Nº 23.554 de Defensa
Nacional en materia de planeamiento 71
El Decreto Nº 1691/2006 sobre Organización y
Funcionamiento de las Fuerzas Armadas 76
El Decreto Nº 1729/2007 sobre el Ciclo de
Planeamiento de la Defensa Nacional 80
Convocatoria al Consejo de Defensa Nacional
(CODENA) 87
Directiva de Política de Defensa Nacional 88
El Planeamiento Estratégico Militar según la Doctrina
Militar 89
Doctrina 89
Publicación Conjunta PC 20-09 “Planeamiento para
la Acción Militar Conjunta– Nivel Estratégico Militar
del Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas
Armadas 91
El planeamiento de recursos de la defensa 101
El Sistema Integral de Gestión de Inversiones para la
Defensa (SIGID) 101
4. La dinámica del Primer Ciclo de Planea-
miento de la Defensa Nacional 114
8
Prólogo
Jorge Battaglino
Rector de la Universidad de la Defensa Nacional
Investigador CONICET
10
Introducción
12
1. Aportes teóricos
Por tal motivo, muchas políticas que están bien diseñadas fallan en la fase
de implementación. En este sentido, Tamayo (1997) señala que los estudios
de implementación de las políticas públicas son más recientes. Hasta los años
sesenta, los analistas se habían concentrado en la fase de formulación del
19
Aportes teóricos
Por lo tanto, este libro abordará el estudio del proceso del Ciclo de Pla-
neamiento de la Política de Defensa Nacional (2007-2013) en la República
Argentina. Nuestra hipótesis sostiene que durante la fase de implementación
en el Nivel Estratégico Militar, frente a la ausencia de supervisión estratégica,
los actores militares tamizaron las definiciones de la DPDN 2009 en el es-
cenario burocrático militar a través de la doctrina militar, donde poseían una
ventaja de formación y de recursos humanos.
1 Nos referimos a los “civiles” en tanto componente político de la relación, que son aquellos responsables de
la toma de decisiones en materia de política de defensa y política militar. En ocasiones, aparece el término de
relaciones político-militares para denotar este aspecto, puesto que muchos países designan a oficiales militares
en puestos de conducción civil, para ejercer desde el cargo de ministro de Defensa, hasta funcionarios de tercer
nivel, como subsecretarios y directores. Según el enfoque teórico de las relaciones civiles-militares, el hecho
de que oficiales de las Fuerzas Armadas sean designados en puestos de conducción política podría reducir la
capacidad de control civil; al respecto, Pion-Berlin (2013) señala que la reducción del mando vertical favorece
el control civil.
21
Aportes teóricos
2 Se trata de los conceptos de “control civil objetivo” y “control civil subjetivo”, vinculados al poder relativo
de los grupos civiles frente a los militares y al ejercicio de la “profesionalidad militar”. El primero es el tipo de
control civil que hace a los militares políticamente neutrales, asegurando la no interferencia de los mismos en la
política nacional, en base a una alta profesionalidad que sostiene la ética de la subordinación.
3 Feaver (1996) señala que, si bien en el momento de la publicación de El Soldado y el Estado los argumentos
teóricos de Huntington eran ampliamente aplicables, la resolución de la Guerra Fría demostró que algunos
argumentos podían ser objetados empíricamente, como aquel por el cual entendía que la ideología liberal de los
Estados Unidos dificultaría la maximización de la seguridad nacional.
4 Es necesario aclarar que, en forma paralela al aporte de Samuel Huntington, la sociología brindó otro pa-
radigma teórico, a partir del trabajo de Morris Janowitz (1960). La corriente de investigación que se instituyó
a partir de su trabajo también centró sus estudios en torno al concepto de profesionalismo, pero, a diferencia
de Huntington, consideró que la profesionalidad no asegura per se el control civil sobre las FFAA. Según este
enfoque, la autonomía militar debe ser limitada por el control civil, a través de un incremento en los grados de
libertad de las autoridades civiles en los procesos de toma de decisión.
5 Ernesto López también propone una revisión de los tradicionales conceptos huntingtonianos de “control civil
objetivo” y “control civil subjetivo”, dado que, según el autor, no serían aplicables a los contextos latinoamerica-
nos. Empleando una perspectiva weberiana, López define al control civil subjetivo como un “intento por esta-
blecer, alcanzar y mantener la subordinación militar a la autoridad pública sobre la base de la particular adhesión
de las clases uniformadas a algún grupo o sector civil. Esta adhesión podría, entre otras cosas, ser fundada en
la coincidencia o similitud de opiniones; lealtad personal; o la conveniencia individual, material, institucional y a
través de acuerdos”. Por su parte el control civil objetivo refiere al “intento por establecer, alcanzar y mantener
la subordinación militar a la autoridad pública en base a la legitimación racional-legal” (López, 2001, p. 99). La
traducción es propia.
22
Sol Gastaldi y Sergio Eissa
6 La traducción es nuestra.
7 Huntington se refiere así al proceso de transiciones a la democracia desde regímenes autoritarios que se
desarrollaron en una treintena de países de Europa, América Latina y Asia, entre los años 1974 y 1990. El autor
define a la “ola de democratización” como al “conjunto de transiciones de un régimen no democrático, que
ocurren en un determinado período de tiempo y que superan significativamente a las transiciones en dirección
opuesta durante ese mismo período. Una ola también implica habitualmente la liberalización o la democratiza-
ción parcial en sistemas políticos que no se convierten por completo en democracias” (1994, p. 24). Las otras
dos olas de democratización procedieron, según Huntington, entre 1828 y 1926, como consecuencia de las
revoluciones francesa y estadounidense, mientras que la segunda fue entre 1943 y 1962.
8 Por caso, puede mencionarse a Chile y Bolivia, donde los militares mantienen un rol tutelar como garantes
del orden institucional. O el caso de Portugal, cuya carta magna creó un órgano denominado “Consejo de la
Revolución”, que funcionó entre 1974 y 1982, facultado para asesorar al gobierno y evaluar la constitucionalidad
de las leyes, integrado por miembros de las Fuerzas Armadas (Huntington, 1994). En el caso de Brasil, si bien
este país inició su transición a la democracia en 1985, no tuvo un Ministerio de Defensa hasta el año 1999.
23
Aportes teóricos
Saín (2010) afirma además que el gobierno civil se optimiza cuando se ar-
ticula en un contexto caracterizado por un elevado nivel de institucionaliza-
ción legal de tipo racional-burocrático. Sin embargo, señala que este modelo
requiere, además, para su efectiva instrumentación, de la voluntad política
de conducción. Al respecto, considera que la falta de una firme voluntad
de conducción es un elemento que deriva en el desempeño deficiente del
ejercicio del gobierno político-institucional sobre las Fuerzas Armadas. De
acuerdo al autor, esta falta de voluntad para la efectivización de un ejercicio
competente del mando, puede deberse a diversos factores, ya sea por indi-
ferencia frente a la cuestión castrense, por considerar inoportuno o no que-
rer asumir los costos de dicho ejercicio, o también la falta de conocimiento
técnico-profesional sobre los asuntos de defensa que generan fallas o déficits
en la conducción. Dicho con otras palabras: sin voluntad de conducción las
instituciones no aseguran per se el control civil sobre las Fuerzas Armadas.
Como puede observarse, los estudios sobre relaciones civiles-militares
en América Latina suelen ponderar el efecto o implicancia de los elemen-
tos políticos-relacionales, o bien, los político-institucionales sobre el control
civil. De cualquier modo, es interesante señalar algunos aspectos del modelo
argentino de control-civil, tal vez, uno de los más avanzados de la región en
términos institucionales (Battaglino, 2010).
El modelo de control civil en Argentina es resultado de un largo proceso
de ingeniería institucional (Gastaldi, 2012). Este modelo empezó a forjarse
luego de la recuperación de la democracia, y si bien no estuvo desprovisto
de avances y retrocesos9, no logró consolidarse sino hasta el gobierno de
9 Ernesto López (1994) da cuenta de las dificultades que tuvo este proceso en el campo político. El caso tal vez
más paradigmático sea la sanción de la Ley de Defensa Nacional. En abril de 1985, la Unión Cívica Radical (UCR)
presentó en la Cámara de Diputados el primer proyecto de ley, que fue aprobado cuatro meses después a pesar
de la oposición del bloque peronista; en su paso por el Senado, volvió a encontrar obstáculos en su tratamiento
como consecuencia de una división interna en el peronismo, que terminó presentando tres proyectos alterna-
tivos que fueron compatibilizados –junto al proyecto de ley de la UCR– en un solo proyecto para octubre de
1986. Éste, tras su remisión a la cámara de origen, no obtuvo tratamiento. Al año siguiente, después del primer
25
Aportes teóricos
levantamiento militar de abril de 1987, las dos principales fuerzas políticas acordaron un nuevo proyecto, que
fue aprobado en Diputados a fines de ese año. Recién en abril de 1988, el proyecto fue aprobado en el Senado
y la ley que fue sancionada –Ley N° 23.554 de Defensa Nacional– no fue reglamentada sino hasta el año 2006.
11 Ver Ley N° 23.023 y Decreto N° 436/84. Esta reforma incluyó la concentración de las funciones de los
Comandantes en Jefes de las Fuerzas Armadas en la figura del Presidente de la Nación como único Comandante
en Jefe; la degradación de éstos a Jefes de Estado Mayor General y la delegación en el ministro de Defensa de
facultades que eran ejercidas por el Presidente, tales como disponer los nombramientos o cambios de destino
26
Sol Gastaldi y Sergio Eissa
del personal superior, los retiros y bajas y el ejercicio de facultades disciplinarias (López, 1994; Canelo, 2012).
12 Por “conducción civil” entenderemos el ejercicio por parte de las autoridades gubernamentales del gobier-
no y gestión de los asuntos de la política de defensa nacional y la política militar. Coincidiendo plenamente con
Marcelo Saín, desde la reapertura democrática, los sucesivos gobiernos hasta la llegada de Néstor Kirchner de-
jaron que “las instituciones castrenses gestionen los asuntos de la defensa y autogobiernen sus propias fuerzas,
dando forma con ello a una sistemática delegación de la conducción” (2010, p. 188). Por tal motivo, caracteriza-
remos dicha actuación como conducción civil delegativa. Ver también Montenegro (2013).
14 Se considera que las relaciones civiles-militares durante la administración menemista manifestaron una
27
Aportes teóricos
dinámica pendular, puesto que las mismas oscilaron entre mayores y menores niveles de cooperación. Por un
lado, los indultos decretados por el entonces mandatario y la participación de los militares en misiones de paz
fueron las medidas más importantes que lograron un estadio de cooperación en la relación civil-militar. No
obstante, algunas políticas tales como la restricción presupuestaria, la eliminación del servicio militar obligatorio,
la privatización de las empresas militares estatales y la desarticulación de emprendimientos productivos para la
defensa, junto a la apertura de procesos judiciales por robo de bebés y las “autocríticas institucionales”, actuaron
como elementos que tensionaron la relación civil-militar. Para un mayor detalle de estos hechos se sugiere ver
Canelo (2010).
15 Saín sostiene que sobre dicho consenso básico se formalizaron los criterios políticos fundamentales de
las políticas de defensa y seguridad: “la conceptualización de la defensa como el esfuerzo nacional destinado a
conjurar todo tipo de agresiones militares [estatales] de origen externo, la distinción legal e institucional entre la
defensa nacional y la seguridad interior, la definición de las instituciones castrenses como instrumentos militares
de la defensa nacional, la expresa prohibición de que las Fuerzas Armadas produzcan inteligencia referida a los
asuntos de política interna del país y el carácter excepcionalísimo que tendría toda eventual intervención militar
para conjurar situaciones vulneratorias de la seguridad interior” (2001: p. 10-11).
28
Sol Gastaldi y Sergio Eissa
29
2. El planeamiento para la defensa. Historia y dif-
erentes metodologías
dominante ha sido hacia lo conjunto, por lo que esta etapa recibe el nombre
de planeamiento militar conjunto, el cual suele delimitarse en ciclos de corto,
mediano y largo plazo. Así, el planeamiento de corto plazo determinará el
instrumento militar necesario para cumplir las misiones actuales; mientras
que el planeamiento de mediano y largo plazo buscará establecer el diseño
de fuerzas deseable –y también necesario– para lograr los efectos militares
futuros dispuestos por el nivel Estratégico Militar.
Desde una óptica vinculada con la toma de decisión, los diferentes mé-
todos de planeamiento pueden ser agrupados en dos categorías: i) modelos
descendentes o “de arriba hacia abajo”; y ii) modelos ascendentes o “de
abajo hacia arriba”.
En el modelo descendente, el proceso de planeamiento parte del mayor
nivel de conducción política. Es generalmente asociado a la “gran estrategia”,
“estrategia política” o “estrategia de seguridad nacional”, en tanto parte de la
identificación política de los objetivos nacionales que conllevan la elaboración
de una serie de documentos claves a través de los sucesivos niveles en la
toma de decisión.
Tal estructuración jerárquica permite la priorización de los fines. Asimis-
mo, proporciona una manera sistemática de pensar a través de los reque-
rimientos desde una perspectiva amplia o “macro”, lo que a la vez permite
establecer relaciones con otros instrumentos de apoyo además del militar.
En cambio, en el modelo ascendente, los medios terminan determinando
los fines, puesto que prevalecen como variables las capacidades existentes.
Así, el planeamiento se realiza a partir del análisis de una situación estratégica
previsible, en torno a cómo los potenciales oponentes pueden ser enfrenta-
dos con los medios disponibles.
En el caso argentino –y como veremos más en detalle en los próximos
capítulos– se adoptó un modelo descendente, que partió del mayor nivel de
decisión política, el cual empleó la metodología de planeamiento basado en
capacidades.
Tal como se insinuó más arriba, el contexto estratégico de seguridad in-
32
Sol Gastaldi y Sergio Eissa
16 El “ámbito interno” fue cambiando a lo largo del tiempo. Mientras que en el siglo XIX se refería a los pue-
blos originarios, posteriormente fue variando desde el anarquismo/socialismo, pasando por el radicalismo y el
peronismo, fundamentalmente, hasta llegar al Plan CONINTES en 1958 y la Doctrina de Seguridad Nacional
en 1966.
34
Sol Gastaldi y Sergio Eissa
40
Sol Gastaldi y Sergio Eissa
Enfoque global
El siglo XXI trajo una renovada discusión sobre las metodologías de pla-
neamiento. En los Estados Unidos, se replanteó la utilidad del modelo basado
en capacidades. Entre las críticas, se señala que dicho método le ha impedido
a los Estados Unidos considerar otros aspectos, además de las capacidades
militares, que también inciden en el desarrollo de las operaciones, como la
cultura o aspectos geográficos y estratégicos. Parte de la discusión se arraiga
17 Por ejemplo, Estados Unidos emplea en diferentes etapas el planeamiento basado en capacidades y el
planeamiento basado en efectos.
42
Sol Gastaldi y Sergio Eissa
43
3. Conceptos y normativa del planeamiento para la
defensa en la Argentina
Las previsiones accesorias para la organización de la Nación en tiempo de guerra, deberán ser
adoptadas desde tiempo de paz de acuerdo con las directivas fijadas por el Consejo de De-
fensa Nacional. La preparación y ejecución de los planes y programas destinados a satisfacer
esas previsiones hasta en sus menores detalles, corresponden a los ministerios o secretarias
de Estado por intermedio de sus organismos dependientes y de aquellos que, a los efectos de
44
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
Antecedentes
18 Ver artículo 24 de la Ley de Ministerios Nº 18.416. El Comité Militar se integraba, de acuerdo a la Ley Nº
16.970, por el Presidente de la Nación, que lo presidía, por el Ministro de Defensa y la Junta de Comandantes
en Jefe, conformada por los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. El Comité Militar también era respon-
sable de asignar responsabilidades operativas y logísticas a cada fuerza armada, de acuerdo con la planificación
estratégica; establecer comandos conjuntos y específicos; formular la doctrina conjunta de las Fuerzas Armadas
y las políticas para el adiestramiento conjunto. Para estas tareas, el Comité Militar disponía de un órgano de
trabajo, denominado Estado Mayor Conjunto, dependiente de la Junta de Comandantes en Jefe.
46
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
19 Ver Eissa (2015). Una buena descripción de cómo se alcanzó el acuerdo es expuesta por Druetta (1989).
20 Para un mayor detalle de estos principios, se sugiere ver Eissa, S. y Gastaldi, S. (2014).
47
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
48
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
27 Anexo I del Decreto 1691/2006. Sección “Respecto de las Misiones principal y subsidiarias del Instrumen-
to Militar y de sus respectivos ámbitos de actuación”.
50
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
30 Esto incluye no solo a La Ley Nº 24.059, sino también a la Resolución MD Nº 1020/2009.
51
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
32 Capítulo segundo del Decreto Nº 1714/2009 Directiva de Política de Defensa Nacional. Cabe destacar que
es la primera directiva emitida en democracia.
36 Decreto Nº 1691/2006. “Respecto de las Misiones principal y subsidiarias del Instrumento Militar y de sus
respectivos ámbitos de actuación”.
39 Decreto Nº 1691/2006. “Respecto a la Concepción del Instrumento Militar y de las Condiciones de su
Empleo Efectivo”
54
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
43 Entrevista reservada con Fuente X (civil), 17 de agosto de 2018, Buenos Aires. 57
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
47 Decreto Nº 1691/2006. Este decreto es considerado, junto al Decreto Nº 1729/2007 sobre el Ciclo de Pla-
neamiento, como reglamentaciones parciales a la Ley Nº 24.948 de Reestructuración de las Fuerzas Armadas.
59
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
48 Aún no han sido sancionadas la Ley de Personal Militar, la Ley de Reservas y la Reglamentación de la Ley
Nº 24.948. Abril 2021.
49 En consecuencia, el CODENA se constituyó por primera vez en el Honorable Senado de la Nación para su
deliberación. Entre los presentes en aquella reunión, presidida por la entonces Ministra de Defensa, Nilda Garré,
se encontraron: la Senadora Nacional justicialista María Cristina Perceval, presidente de la Comisión de Defensa
Nacional del Senado; el Diputado Nacional Jorge Villaverde, presidente de la Comisión de Defensa Nacional de
la Cámara de Diputados; y además algunos oficiales militares, funcionarios de la Jefatura de Gabinete de Minis-
tros, del Ministerio de Desarrollo Social, entre otros funcionarios y legisladores. La crónica de aquella reunión
puede ser leída en Honorable Cámara de Senadores (2006).
60
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
Conceptos
Orígenes
50 Luego, pasaría a denominarse S3PE en Argentina, al agregarse como parte del sistema la etapa de Ejecución.
61
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
los militares no sabían qué requerían para construir armas y que tampoco
se identificaban etapas para poder entregar lo necesario para realizar la pro-
ducción a tiempo. Una vez creada la Oficina de Producción para la Guerra,
en 1942, se implementó el Plan de Materiales Controlados, que resultó el
primer programa federal de presupuesto. Este programa incorporaba ideas
como las metas-objetivos, programas interservicios, un horizonte temporal
y un análisis sistemático de las alternativas.
El siguiente paso en el desarrollo del S3P se produjo en algunas agencias
de gobierno (por ejemplo, la Guardia Costera) y en el Think Tank RAND
Corporation.
La RAND fue creada por funcionarios provenientes de la Oficina de Inves-
tigación Científica y Desarrollo del por entonces Departamento de Guerra,
y de otros civiles provenientes del sector industrial. El objetivo inicial fue
conectar el planeamiento militar con las decisiones de desarrollo e investiga-
ción. Fue puesta en marcha a través de un proyecto de la Fuerza Aérea de
los Estados Unidos en 1945, hasta que finalmente se convirtió en un Think
Tank en 1948. Actualmente es financiada por el gobierno de los Estados Uni-
dos y por el sector privado.
La RAND consideraba que las herramientas tradicionales para elegir me-
dios (tanques, aviones, etc.) no eran las únicas, y que había que incorporar el
criterio de Análisis de los Sistemas de Armas. El primer trabajo que desarro-
lló este concepto es del año 1949. En 1959, la RAND le propuso a la Fuerza
Aérea aplicar el primer sistema de programa y presupuesto, y sugirió no
limitarlo solo a la temática de los sistemas de armas, sino expandirlo también
a todas las actividades militares. La Fuerza Aérea no adoptó inmediatamente
la idea, aunque tampoco la prohibió, lo cual le permitió a la RAND seguir
desarrollando sus ideas sobre la programación presupuestaria. En 1960, este
Think Tank publicó dos documentos: “The economics of defense in the nuclear
age” y “New tools for planners and programmers”. Estos trabajos llamaron la
atención del futuro Secretario de Defensa, Robert McNamara, que los intro-
dujo en el Departamento de Defensa en 1961 (Novick, 1966).
McNamara y su equipo querían un método para ayudar al proceso de
toma de decisión y en este punto eran más importantes los problemas cua-
litativos que los cuantitativos (Novick, 1966). Según Don Vito (1969), el
propósito del S3P era proveer las herramientas analíticas para la toma de
decisiones y materializarlas en las funciones de planeamiento, programación
y presupuestación. De acuerdo con este autor, una organización puede ser
vista de manera simplificada a través de “cinco fases básicas y secuenciales”:
a) planeamiento, b) programación, c) presupuestación, d) implementación
(operations) y e) evaluación. El S3P se relaciona con las tres primeras de estas
62
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
a) Estructura programática;
b) Un documento que efectúe proyecciones para el futuro;
c) Un proceso de toma de decisión;
d) La utilización de herramientas analíticas para la toma de decisiones; y
e) Un sistema de información adaptado a las necesidades del S3P, que
apoya al resto de los elementos.
El S3P en Argentina
51 Entrevista con Horacio Jaunarena, 16 de diciembre de 2014. Entrevista con el Gral. (RE) Raúl Racana, 24
de abril de 2015.
52 Escribano, Claudio (2013, 5 de julio), “La virtud del agradecimiento”, en La Nación, Buenos Aires.
Por otro lado, la reforma establecía que el sistema contable fuera el sis-
tema integrador de la información financiera del sector público, y que el
sistema presupuestario lograse un sistema descentralizado de elaboración y
ejecución del presupuesto, otorgando mayor responsabilidad a cada una de
las jurisdicciones para que contemplaran las metas previstas en cada uno de
los programas. Es decir, la responsabilidad de “concebir los planes de acción,
de fijar las metas y estimar los recursos físicos y financieros que requieren la
ejecución de las actividades y proyectos de los programas presupuestarios”
sería responsabilidad de cada jurisdicción (Ministerio de Hacienda, 2016, p.
18).
Por último, en dicho manual se considera al presupuesto como un instru-
mento de gobierno, en tanto contiene:
entonces, son los objetivos políticos los que definen las capacidades militares
–modelo descendente–, mediante la aplicación del método de planeamiento
basado en capacidades.
Acaso una de las definiciones más trascendentes del Decreto Nº 727/2006
de Reglamentación de la Ley de Defensa Nacional fuera la definición respec-
to de los agresores externos (artículo 2º de la ley), de origen exclusivamente
estatal militar. Esta definición, que fue de estricta naturaleza política, terció
en un debate en torno al empleo de las Fuerzas Armadas en tareas de segu-
ridad interior, contrapunto que había sido alentado en la década de 1990 y a
principios de este siglo tanto por voces militares como civiles57.
En acuerdo con los cambios estratégicos globales luego del fin de la Gue-
rra Fría, los Estados centrales comenzaron a diagramar nuevas misiones para
las Fuerzas Armadas, identificando nuevos tipos de conflictos y agresores.
Entre estos, actores no estatales y amenazas transnacionales, como el nar-
cotráfico, el terrorismo, el crimen organizado, el mantenimiento del orden
público y otros tipos de riesgos para la seguridad internacional.
En todo caso, los Estados Unidos propiciaban la intervención de las Fuer-
zas Armadas en tareas de conjuración de estos riesgos, configurados en va-
rios países como delitos penales y comunes. En los países sudamericanos,
varios Estados no poseían una división entre las funciones de la defensa ex-
terior y la seguridad interna similar a la argentina. Incluso, algunos de ellos
contemplaban en sus constituciones y en la legislación local la intervención
de los militares ante determinadas situaciones y, por lo general, con la debida
autorización por parte de la conducción política del Estado.
De esta manera, en Argentina ocurre una puja muy fuerte en los años 90,
entre quienes querían involucrar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra las
nuevas amenazas y quienes seguían defendiendo la separación entre defensa
y seguridad interior, que, tal como está establecido en la ley, es una separa-
ción orgánica y funcional y que no es tajante (Eissa, 2018).
Por su parte, la República Argentina tenía claramente definidas, por la
Ley 23.554 de Defensa Nacional, las misiones de las Fuerzas Armadas para
ejercer la defensa ante agresores externos militares. Desde 1988, la doctrina
y el adiestramiento del personal de las fuerzas se había orientado hacia la
posible defensa del territorio nacional ante un eventual Estado que pudiera
ejercer un ataque al país. Asimismo, con la historia reciente de participación
de los militares en la política nacional, durante el terrorismo de Estado, se
mantenía un fuerte consenso político y social sobre la especificidad de las
57 Los actores del denominado “Consenso Oris de Roa”, que adoptan para la Argentina los lineamientos es-
tratégicos de Estados Unidos para América Latina, lo cual devino en Fuerzas Armadas pequeñas (small forces),
dedicadas a la seguridad interior. Es una continuación del modelo de la Doctrina de Seguridad Nacional.
70
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
misiones militares.
Sin embargo, el debate permeó diversos estamentos castrenses y civiles.
El contexto de una creciente conflictividad criminal, el surgimiento más visi-
ble del narcotráfico y su vínculo con organizaciones criminales trasnacionales
y de mayor capacidad delictiva, favorecían esta discusión, al tiempo que era
tomada por algunos dirigentes políticos y oficiales superiores de las Fuerzas
Armadas. En esta situación se encontraba la ausencia de una definición polí-
tica en torno al problema.
La reglamentación de la Ley Nº 23.554 fue la oportunidad para dejar de
lado estas conjeturas. La decisión fue unívocamente política y de acuerdo
a las concepciones sobre la política de defensa que el gobierno de Néstor
Kirchner había decidido para el Estado argentino: una actitud estratégica
defensiva, la dimensión autónoma y cooperativa de la defensa nacional y la
instauración definitiva del gobierno político de la defensa.
58 De acuerdo al artículo 14 de la Ley Nº 23.554, el CODENA se encuentra presidido por el presidente e
integrado por integrado por el vicepresidente de la nación, los ministros del Gabinete Nacional y el responsable
del organismo de mayor nivel de inteligencia. El Ministro de Defensa puede requerir la participación del Jefe de
Estado Mayor Conjunto y de los Jefes de Estado Mayores Generales cuando el ministro lo considere necesario.
Asimismo, está integrado por los presidentes de las Comisiones de Defensa del Senado y de la Cámara de
Diputados de la Nación y dos integrantes de dichas Comisiones, uno por el bloque de la mayoría y otro por la
primera minoría. Asimismo, el artículo 11 establece que el Ministerio de Defensa es el órgano de trabajo del
CODENA, ejerciendo su Secretaría.
73
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
Global y Regional”.
Este decreto ordenó así los parámetros para el diseño del instrumento
militar. Así, para el diseño de fuerzas, la norma introdujo la metodología de
planeamiento basada en capacidades, tal como se cita a continuación:
Un diseño de fuerzas del Instrumento Militar que continuará avanzando en función del criterio
de “capacidades” en reemplazo del modelo basado en hipótesis de conflicto, esto es, en fun-
ción de alcanzar y consolidar la aptitud de ejecutar en forma autónoma la completa gama de
operaciones que demandan todas las formas genéricas de agresión que se manifiestan en los
conflictos convencionales de origen externo generados por actores estatales.59
59 Inciso b “Respecto de los Roles y Funciones del Estado Mayor Conjunto y de las Fuerzas Armadas”.
60 Así se expresa la Ley 23.554 de Ley de Defensa Nacional, cuando en su artículo 21 señala que la composi-
ción, dimensión y despliegue [de las Fuerzas Armadas] derivarán del planeamiento militar conjunto.
61 Piénsese, por caso, que el despliegue de las Fuerzas Armadas –que a la fecha no ha sido modificado– refleja
un escenario estratégico nacional y regional ya inexistente. Según Rattenbach et al (1987, p. 127) las Fuerzas
Armadas conservaron un despliegue adecuado “al propósito de ocupar o controlar el país, respondiendo a los
dictados de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), que coloca al enemigo dentro del propio país”. Otros
autores, como Marcelo Acuña y Ricardo Runza (2006) consideran que el despliegue de las Fuerzas Armadas res-
ponde a un criterio de ocupación territorial cuya mayor concentración se encuentra en la Provincia de Buenos
Aires, particularmente alrededor de la Capital Federal, configurando una especie de cinturón militar alrededor
del principal centro de poder político y económico del país que no se corresponde con la actual situación
estratégica.
77
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
casos en los que por el ámbito en que ésta se desarrolle y/o por las
características propias de la operación en cuestión, la misma deba ser
ejecutada por una fuerza específica en forma exclusiva (…). En función
del cumplimiento de las misiones asignadas al Instrumento Militar de
la Defensa Nacional y como condición primaria para un accionar mili-
tar eficaz, la acción conjunta debe ser entendida y ejecutada como el
empleo coherente, coordinado y sistemático de todos los medios y re-
cursos con que cuenta cada fuerza armada en forma específica, empleo
concebido a partir del control y de la gestión integral y centralizada de
la totalidad de dichos medios y recursos militares disponibles por el con-
junto de organismos que conforman el sistema de Defensa Nacional.
Este carácter ineludiblemente conjunto del Instrumento Militar implica
a las diversas cuestiones de doctrina, de planeamiento, de diseño de
fuerzas, de adiestramiento y de operación militar propiamente dicha,
razón por la cual deberá avanzarse en la elaboración del Planeamiento
Estratégico Militar, con sus supuestos básicos de doctrina militar con-
junta, planeamiento militar conjunto y adiestramiento militar conjunto,
y asimismo también en las modificaciones y readecuaciones necesa-
rias de las estructuras orgánico-funcionales de cada una de las fuerzas
como presupuestos iniciales de evolución hacia un Instrumento Militar
integrado y efectivamente conjunto.
62 Decreto 1691/2006. Anexo I “Respecto de la Concepción del Instrumento Militar y de las Condiciones de
su Empleo Efectivo”.
79
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
Por ende, los medios humanos y materiales de cada fuerza armada, de-
berán estar determinados por el diseño del Instrumento Militar, diseño que
será responsabilidad del Estado Mayor Conjunto.
De esta manera, el diseño del instrumento militar, derivado del planea-
miento militar conjunto, debía priorizar el desarrollo de capacidades, que
posibilitaran la integración y coordinación del instrumento militar, que se
correspondieran con el perfil y la actitud estratégica defensiva que asumía
la política de defensa, garantizando niveles operativos aptos para actuar en
forma combinada con otras fuerzas de la región, o en el marco de una fuerza
de paz multilateral, y, por supuesto, que fueran viables en términos presu-
puestarios.
Así, el diseño del instrumento militar argentino empezó a orientarse
en función de capacidades, que fueron establecidas en la Directiva sobre
Organización y Funcionamiento de las Fuerzas Armadas. De esta forma, el
planeamiento estratégico militar debió priorizar el desarrollo y la consolida-
ción de las capacidades de: vigilancia, comando y control, comunicaciones,
informática e inteligencia, movilidad táctica y estratégica, sostén logístico;
así como también de capacidades relacionadas al concreto desarrollo de las
operaciones militares de combate.
Esto exigía, a la vez, un cambio cultural, particularmente en aquellos fun-
cionarios civiles y militares que se abocarían a las tareas de planeamiento.
Significaba un profundo cambio en el modo de pensar y diseñar una estruc-
tura de fuerzas, hacerlo ya no en función del “quien”, sino del “para qué”.
paz. Dicha zona de paz ha otorgado a los países una alta previsibilidad en tér-
minos estratégicos. Esta característica regional ha tornado obviamente inne-
cesario un planeamiento por hipótesis de conflicto. Por el contrario, ha facili-
tado entre los países considerar aspectos de complementación y confluencia
como fue visto en el marco del Consejo de Defensa Suramericano de la
UNASUR, o bien, en forma bilateral, con aspectos tales como la creación de
fuerzas combinadas para ser desplegadas en misiones de paz de las Nacio-
nes Unidas, como la Fuerza de Paz Conjunta Combinada argentino-chilena
“Cruz del Sur” y la Compañía de Ingenieros Combinada peruano-argentina
General San Martín.
Este escenario estratégico es clave para la formulación del planeamien-
to estratégico militar. Como se ha mencionado, el modelo adoptado por
la Argentina es de tipo up-bottom, es decir, descendiente. Parte del mayor
nivel de conducción política, y la apreciación que el nivel Estratégico Nacio-
nal realice, serán determinantes para el diseño de las capacidades militares
necesarias para el desarrollo de las misiones del instrumento militar en dicha
coyuntura estratégica.
Con fecha 27 de noviembre de 2007 se promulgó el Decreto N° 1729
que aprobó el Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional (CPDN). Su
objetivo es fijar, a partir de directivas políticas y criterios técnico-militares, un
diseño del Instrumento Militar para el corto, mediano y largo plazo63.
En su sexto considerando, el decreto de referencia es claro respecto de
la importancia del planeamiento en defensa. Sostiene que este es “el proceso
esencial e insustituible del Sistema de Defensa Nacional en lo que refiere
a la definición de todos los subsistemas del Instrumento Militar: recursos
humanos, infraestructura, logística, material, información, adiestramiento,
organización y doctrina”64.
El decreto continúa afirmando el carácter conjunto del Instrumento Mili-
tar y da cuenta de la importancia fundamental de un adecuado y claramente
definido proceso de elaboración del planeamiento de la defensa nacional.
De esta manera y en su Artículo 2° el decreto establece que el CPDN:
Una vez dictada la DPDN por el Poder Ejecutivo Nacional (PEN), la cual,
como ya hemos analizado, explicita los lineamientos centrales de la política
de defensa nacional y de la política militar, el Estado Mayor Conjunto de
las Fuerzas Armadas formulará una Directiva para la Elaboración del Pla-
67 Entre el Decreto Nº 1729/2007 y el Manual, del cual fue extraído este gráfico, ya surge una primera incon-
sistencia, en tanto que la norma no hace mención que debe tenerse en cuenta al Plan de Largo Plazo para la
elaboración del PLANCAMIL.
84
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
la Defensa (SIGID)70
71 Resolución del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 121/2008. Capítulo 1. Aparta-
do 1.04.
86
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
87
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
Doctrina
}Al igual que cada nivel de doctrina, cada nivel de planeamiento se asocia
a un nivel de conducción, tal como se observa en el siguiente cuadro:
Cuadro N° 1: Niveles de Conducción y Niveles de Doctrina
NIVEL DE NIVEL DE NIVEL DE PLANEAMIENTO DOCUMENTOS DE
CONDUCCIÓN DOCTRINA PLANEAMIENTO
DEMIL
PLANES MILITARES DE
CORTO, MEDIANO Y
LARGO PLAZO*
Esta última publicación fue aprobada por Resolución del Jefe del Estado
Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 121/2008. Puesto que debería
traducir los aspectos doctrinarios de nivel Estratégico Nacional al nivel Estra-
tégico Militar, corresponde analizarla con mayor detalle, lo que será tratado
en el siguiente apartado.
El Nivel Estratégico Militar (NEM) es definido como “el más alto nivel de
conducción militar, el cual es ejercido por el Presidente de la Nación en su
carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, lo que incluye el
91
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
74 Resolución del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 121/2008. Capítulo 1. Apartado
1.02.
75 Resolución del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 121/2008. Capítulo 1. Apartado
1.03.
92
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
76 Lo que sigue fue tomado de la Resolución del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N°
121/2008. Capítulo 4. Apartado 4.03.
94
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
77 Resolución del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 121/2008. Capítulo 6. Aparta-
do 6.01.
96
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
79 Resolución del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 121/2008. Capítulo 7. Apartado
7.01
97
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
80 Resolución del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas N° 121/2008. Capítulo 9. Apartado
9.01.
98
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
100
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
nes del sistema presupuestario y en este proceso puede presentar tres tipos
de ajustes:
84 Es “la categoría conceptual de la logística que se ocupa de la generación de las capacidades militares” (Me-
neghetti et al., 2009, p. 73).
105
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
Fuente: Documentos que conforman el proceso de planeamiento del SIGID II (Meneghetti et al., 2009).
85 El manual fue presentado en el seminario internacional “Evaluación y gestión de inversiones en los Sistemas
de Defensa” realizado en Buenos Aires el 29 de abril del 2010. Compartieron este espacio distintos países de
107
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
UNASUR (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Uruguay), junto a distintos países que ya han
emprendido procesos de modernización, como España, Estados Unidos, Francia e Italia.
tentes en la materia”89.
Así, el SIPRED se define como:
el conjunto de principios, normas y procedimientos que articula los procesos de planificación
y gestión de recursos (financieros y logísticos) existentes en las etapas de planeamiento, pro-
gramación, presupuestación y ejecución en las que se divide la determinación y obtención de
los requerimientos de la Defensa90.
91 Por el Decreto N° 636/2013 se produce una modificación a la estructura orgánica del Ministerio de De-
fensa. A partir de ello, la Secretaria de Planeamiento pasa a denominarse Secretaría de Ciencia, Tecnología y
Producción para la Defensa. Posteriormente, al cambiarse las funciones entre distintas Secretarías, la figura
de la antigua Secretaría de Planeamiento se diluye, quedando el SIPRED sin responsable legal y por lo tanto
difícilmente ejecutable.
110
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
92 La Resolución MD N° 1119/2009 en sus considerandos informa que el manual será el instrumento de re-
ferencia técnica para la elaboración de los documentos analíticos de los Proyectos con Inversión de la Defensa
(PIDs).
93 La cual según la Resolución de creación del SIGID definió una nueva estructura organizativa.
111
Conceptos y normativa del planeamiento para la defensa en la Argentina
De esta manera se creó el SIGID II, que se define como “el conjunto
ordenado de principios, normas y procedimientos que regula el proceso de
identificación, formulación y evaluación de los proyectos de Inversión para la
Defensa, integrando tanto los de carácter público como los específicamente
militares”95, y cuyo objetivo es “garantizar el uso eficiente y transparente de
los recursos asignados al sector, así como la plena adecuación de las inver-
siones a las capacidades determinadas por el Planeamiento Estratégico de
Defensa”96.
El SIGID II comprende en su alcance al Ministerio de Defensa, el Estado
Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, los Estados Mayores Generales del
Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, el Instituto de Investigaciones Cien-
tíficas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), el Instituto de Ayuda Finan-
ciera para Pago de Retiros y Pensiones (IAF), el Instituto Geográfico Militar
(IGM)97, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Servicio de Hidro-
grafía Naval (SHN).
La Directiva General para la Elaboración del Presupuesto de la Jurisdic-
ción Defensa es la que regulará normativamente la Etapa III. Aprobada por la
Resolución MD N° 220/2011, la directiva tiene por objetivo “estructurar el
proceso de elaboración del presupuesto de la Jurisdicción Defensa, conso-
lidando los específicos de las subjurisdicciones y entidades descentralizadas
del sector en pos de lineamientos comunes y bajo la perspectiva de una
gestión orientada a resultados”.
La mencionada norma debe entenderse encadenada a otras directivas
complementarias que la reglamentan y actualizan, contribuyendo a su preci-
sión técnica y adaptación a objetivos estratégicos. En ella se presenta, en pri-
mer lugar, el marco normativo que rige para la confección del presupuesto
97 En 2009 su denominación fue modificada por Instituto Geográfico Nacional (IGN)
112
Ana Albarracín Keticoglu, Sergio Eissa, Juan Calvo,
Sol Gastaldi, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
113
4. La dinámica del Primer Ciclo de Planeamiento
de la Defensa Nacional
99 La Fuente H fue, en el momento en que estos cambios se producían, uno de los encargados de iniciar
115
La dinámica del Primer Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional
capacidades para intervenir en dicho proceso. Para ello, se aprobó una nueva
estructura orgánica mediante el Decreto Nº 788/2007, que fue complemen-
tada por el Decreto Nº 1451/2008100. Esas reformas institucionales buscaban
lograr una verdadera sinergia entre las acciones de los actores involucra-
dos, a fin de que la participación ministerial resultara activa en referencia al
CPDN.
Asimismo, y en consonancia con el Decreto Nº 1729/2007, se creó una
Comisión de Evaluación y Seguimiento del CPDN a través de la Resolución
Ministerial MD Nº 685/2008, a fin de poder efectuar la supervisión y control
sobre la ejecución del CPDN. Esa comisión estaba integrada por represen-
tantes de la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares, la Subsecretaría de
Asuntos Técnicos Militares, la Secretaría de Planeamiento, representantes
del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y de cada una de las
Fuerzas Armadas. Es decir, se estaban asignando responsabilidades directas
sobre el desarrollo del ciclo de planeamiento a distintas instancias del área
de Defensa, con el objeto de que pudieran supervisar el Planeamiento Es-
tratégico Militar –dependiente del CPDN–, para que no se desviara de los
lineamientos y criterios que impondría la Directiva de Política de Defensa.
Por otra parte, se creó el Comité de Doctrina por medio de la Reso-
lución MD N° 11/2008 en el ámbito de la Secretaría de Estrategia y Asun-
tos Militares, que tenía por objetivo la sistematización de la Doctrina de la
Defensa y la respectiva actualización de la Doctrina Militar Conjunta de las
Fuerzas Armadas101. La doctrina era un tema clave para el desarrollo del pla-
neamiento porque el vacío doctrinario de nivel básico, en materia de planea-
miento estratégico militar conjunto, dificultó la traducción de las definiciones
los trabajos requeridos para la implementación del ciclo. Sobre este aspecto recuerda que la modificación del
criterio para realizar planeamiento estratégico le vino impuesta mediante el Decreto Nº 1691/06, lo que trajo
aparejado un primer interrogante para su puesta en práctica: “Para hacer el planeamiento por el criterio de ca-
pacidades, usted tiene que seguir el método ¿Qué es el método por capacidades?”. Entrevista reservada Fuente
H (militar), 13 de noviembre de 2018.
100 Decreto Nº 1451/2008. Este decreto realizó modificaciones en la Secretaría de Asuntos Militares, que
pasó a llamarse de Estrategia y Asuntos Militares. A esa instancia se le sumó una Subsecretaría de Planeamiento
Estratégico y Política Militar con una Dirección General de Planeamiento y Estrategia. También modificó lo
anteriormente establecido en el Decreto Nº 788/2007. Este expresaba que la Secretaría de Asuntos Militares
efectuaría el Planeamiento Militar Conjunto, cuando, según lo establecido en la Ley Nº 23.554, el Decreto Nº
727/2006, el Decreto Nº 1691/2006 y el Decreto Nº 1729/2007, se ordenaba que el EMCO era el organismo
que debía “elaborar, formular, ejercer” el Planeamiento Estratégico Militar. Varias de las modificaciones reali-
zadas se encontraban detalladas en el “Informe para la Modernización del Sistema Logístico de la Defensa”,
producido a partir de la Resolución Ministerial MD Nº 299/2008.
101 Resolución MD Nº 13/2005, con la tarea de ordenar y sistematizar los reglamentos, manuales, directivas
e instrucciones que guiaban la planificación y ejecución de las operaciones.
116
Juan Calvo, Sergio Eissa y Alejandro Salesi
en el olvido102.
102 Entrevista reservada con Fuente J (civil), 15 de abril de 2021, Buenos Aires.
105 El decreto destaca las capacidades de vigilancia, el comando, control, comunicaciones, informática e
inteligencia, movilidad táctica y estratégica en el ámbito de territorio nacional, sostén logístico, y también las
relacionadas al concreto desarrollo de las operaciones militares de combate.
106 Resolución del jefe del EMC Nº 166, Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de la República
Argentina, 2 de junio de 2008. En 2009, la Directiva Nº 9 del jefe del EMCO complementó esa resolución.
119
La dinámica del Primer Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional
107 Dicha comisión estaría presidida por el titular de la Jefatura V – Planeamiento Estratégico y Políticas del
EMCO, con responsabilidad sobre la orientación, armonización y racionalización sistémica del ciclo, y sería inte-
grada también por los equivalentes de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas y del COPERAL.
108 Sería presidida por el subjefe del EMCO e integrada por los titulares de las distintas áreas del EMCO.
110 El Gabinete de Estrategia Militar fue creado por Resolución Nº 158/2008 del jefe del EMCO en cumpli-
miento de las modificaciones orgánicas que la Resolución 546/2008 del Ministerio de Defensa le impuso. Entre
sus responsabilidades, se destaca que para el CPDN debía evaluar y proponer al JEMCO (jefe del EMCO)
durante el proceso de planeamiento por el criterio de capacidades, además de modificaciones de los aspectos
metodológicos pertinentes al planeamiento en curso para transformar el Instrumento Militar y mantener una
vinculación con el Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa “Manuel Belgrano”.
111 En el ámbito del Ministerio de Defensa, una instancia técnica similar fue creada por el Decreto Nº 763 de
mayo de 2008: el Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa (CEEPADE) “Manuel Belgrano”. Su objetivo
fue centralizar la producción de conocimiento sobre temas estratégicos para contribuir a la toma de decisiones
y al planeamiento estratégico de la Defensa Nacional.
120
Juan Calvo, Sergio Eissa y Alejandro Salesi
112 Volvería como Subsecretario de Planeamiento Estratégico y Política Militar a principios del 2008.
113 Entrevista reservada con Fuente J (civil), 15 de abril de 2021, Buenos Aires.
121
La dinámica del Primer Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional
114 El artículo 3º del Decreto N° 1729/2007 dispone que la DPDN debía tener tres capítulos específicos: a)
un diagnóstico y apreciación del escenario de defensa y seguridad global y regional; b) una explicitación de la
concepción y posicionamiento estratégico nacional en materia de defensa y de los lineamientos centrales de
la política de defensa nacional; c) la determinación, el establecimiento y/o la actualización de los parámetros y
criterios que deberán orientar y dirigir el accionar de las Fuerzas Armadas de la Nación.
118 Sintéticamente, la fuerza activa sustancial expresa la mínima organización que se precisa para enfrentar la
incertidumbre relacionada con la capacidad de referencia, con el mínimo esfuerzo que garantice su operación
sistémica, el dominio del know how técnicotáctico y la posibilidad que ésta obre como célula de una fuerza de mayor
magnitud y con idénticas aptitudes.
124
Juan Calvo, Sergio Eissa y Alejandro Salesi
de los sectores estratégicos con los que se divide el territorio nacional. Cabe
notar que, en ambos documentos se explicitan las áreas que conformarán
cada uno de los sectores estratégicos con los que se divide el total del terri-
torio nacional.
Por su parte, para el mediano plazo, la DEMIL debía definir los escena-
rios, los objetivos estratégicos, la maniobra y las misiones militares, junto con
las capacidades requeridas para su cumplimiento.
Por otra parte, la Directiva Estratégica Militar de Largo Plazo (DEMIL-LP)
01-2/2010 “S”, en uno de sus primeros apartados, expone el análisis del
conflicto futuro (que proviene de la Apreciación Estratégica Militar), íntima-
mente relacionado con el largo plazo. Así, se presentan algunas tendencias:
la guerra tradicional como aquel evento que evidenciará una marcada asi-
metría operativa-tecnológica, el incremento de potenciales agresores de
distinta naturaleza (estatal y no estatal), la presencia de un nuevo espacio de
conflicto configurado en el ciberespacio, el aumento de conflictos a partir
de tensiones por el acceso a recursos básicos de supervivencia y desarrollo
humano, el desarrollo de tecnología de la información y su subsiguiente de-
pendencia por parte de los Estados-Nación.
Finalmente, si bien la Directiva Estratégica Militar orienta el desarrollo del
modelo de fuerzas, esta no presentaba definiciones de áreas de capacidad.
nes de apoyo a las operaciones, que tenían que exponer las capacidades a
mantener por incertidumbre. Por último, la distancia entre las misiones y las
capacidades del Instrumento Militar existentes, tanto del Comando Estraté-
gico Operacional como de los Estados Mayores Generales, derivarán en la
consolidación del PMCP.
La falta de precisión del Decreto Nº 1729/2007 se trasladó también a
la publicación, señalando al PMCP como parte del planeamiento de nivel
Estratégico Militar. Esta “zona gris” del PMCP conllevó a que en su proceso
confluyeran actores correspondientes al nivel Estratégico Militar y, mientras
que probablemente también tenía que entender e intervenir en etapas de
formulación anteriores y en su ejecución, al nivel Estratégico Operacional.
Así el PMCP, tal como se encuentra teóricamente formulado, tenía natura-
leza estratégico-militar, aunque contenido operacional, lo cual acarreó difi-
cultades en la elaboración de ese documento y en la aplicación de los planes
resultantes en la actividad operacional conjunta.
Así, tanto de nivel Estratégico Nacional como a nivel Estratégico Militar,
el CPDN no contó con el documento que compilara el PMCP. No obstante,
se elaboró la Directiva del Comandante Operacional Conjunto N° 08/2010
“S” (Formulación de planes de campaña esquemáticos - Nivel Estratégico
Operacional - Contribuyentes a la DEMIL N° 01/2010 “S”). Ese documento,
congruente con la DEMIL-CP (por ejemplo, en categorías de fuerza y en
los grados de alerta), presenta como propósito el establecer los lineamien-
tos generales para orientar a los Estados Mayores Generales de las Fuerzas
Armadas en la elaboración de los planes de apoyo y planes de operaciones
contribuyentes al planeamiento estratégico operacional119.
Es necesario diferenciar ambos documentos. Por un lado, el PMCP es-
tablece la utilización del Instrumento Militar en un plazo de tres años, como
dicta el Decreto Nº 1729/2007 y, en este sentido, sirve de orientación para
saber qué medios hay que recuperar, modernizar o incorporar en el corto
plazo. Por otro lado, la Directiva del Comandante Operacional brinda una
“foto actual”, que debería renovarse anualmente. Sin embargo, este último
documento no fue aceptado por el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las
Fuerzas Armadas. En consecuencia, no se contó con un documento que es-
tableciera cómo sería utilizado el esfuerzo militar con los medios disponibles
en caso de una agresión militar externa120.
119 Directiva del Comandante Operacional Conjunto N° 08/2010 “S”, contribuyente a la Directiva Estratégica
Militar de Corto Plazo N° 01/2010 “S” (DEMIL-CP) (Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas: 2010).
120 Entrevista reservada con Fuente X (civil), 17 de agosto de 2018, Buenos Aires.
130
Juan Calvo, Sergio Eissa y Alejandro Salesi
las opciones para satisfacer las capacidades militares necesarias para que la
misión principal pueda ser formalizada.
Además, el PROCAMIL se apartaba del diseño conjunto, sosteniendo
de la unidad de comando la especificidad, la interoperabilidad y la compa-
tibilidad y complementariedad de las Fuerzas Armadas con el objeto de
alcanzar el accionar militar conjunto. En consecuencia, se advierte que no
plasmaba la naturaleza conjunta e integrada de las Fuerzas Armadas a la que
hace referencia toda la normativa de Defensa Nacional. Tampoco se res-
petaba la estructura orgánica y las responsabilidades que tiene cada uno de
los integrantes del Sistema de Defensa Nacional, dejando en manos de los
Estados Mayores Generales tareas que corresponden al EMCO, en tanto
es el máximo exponente de “integración y estandarización del conjunto de
reglas, procesos, procedimientos, funciones, servicios y actividades relativos
al uso o empleo de los medios militares, así como también al fortalecimiento
y a la consolidación de las capacidades operacionales”121. Asimismo, si bien
la DPDN 2009 hacía referencia a la actitud estratégica defensiva y al énfasis
que la política de Defensa Nacional hace sobre la región suramericana y en
relación con las hipótesis de conflicto, el PROCAMIL incluía información que
se desviaba de esa disposición, añadiéndose que, de alguna manera, equipa-
raba la misión principal con las misiones subsidiarias.
No obstante, en línea con lo expresado por el Decreto Nº 1691/2006,
auspiciaba la adecuada capacidad de control de todos los espacios de juris-
dicción en sus tres ámbitos: tierra, mar y aire. En cuanto a las misiones sub-
sidiarias, el PROCAMIL las especificaba, sosteniendo que son identificadas
con: la participación en operaciones multilaterales de paz, la participación en
operaciones relacionadas a la Seguridad Interior previstas por la Ley de Se-
guridad Interior N° 24.059, la asistencia a países amigos o a la comunidad en
casos de desastres naturales, la participación en la construcción de un Siste-
ma de Defensa Subregional, la contribución al afianzamiento de los derechos
soberanos argentinos en el sector antártico y, por último, el cumplimiento
con la totalidad de las responsabilidades específicas por los tratados, acuer-
dos y legislación internacional que son firmados y respetados por la Repúbli-
ca Argentina. De esta forma, también iba más allá de lo que la normativa, en
la que se sustentaba su elaboración, definía como misiones subsidiarias de las
Fuerzas Armadas.
122 Entrevista reservada con Fuente X (civil), 17 de agosto de 2018, Buenos Aires.
134
5. Implementación del ciclo de planeamiento de la
defensa nacional: el retorno del nivel estratégico
nacional y el planeamiento de recursos
123 Entrevista reservada con Fuente X (civil), 17 de agosto de 2018, Buenos Aires.
135
Implementación del ciclo de planeamiento de la defensa nacional:
el retorno del nivel estratégico nacional y el planeamiento de recursos
124 Entrevista reservada con Fuente X (civil), 17 de agosto de 2018, Buenos Aires.
136
Sergio Eissa, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
Cuadro N° 2: Comparación de Gasto en Defensa de América del Sur medido como porcentaje del PBI
144 Dicho Seminario se realizó del 1 al 2 de Septiembre de 2011 en Buenos Aires, organizado por el Ministerio
de Defensa de Argentina. La iniciativa se planteó con el objetivo de promover la búsqueda de la eficiencia en la
administración de los recursos asignados a la Defensa Nacional, fomentando el intercambio de visiones, leccio-
nes aprendidas y perspectivas entre los distintos sectores involucrados en la temática, tanto en Argentina como
en Sudamérica. El seminario contó con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la
Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) y la Asociación Internacional
de Presupuesto Público (ASIP) y fue estructurado en siete paneles en los que disertaron prestigiosos especialis-
tas en la materia y académicos nacionales e internacionales.
146
Sergio Eissa, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
147
Implementación del ciclo de planeamiento de la defensa nacional:
el retorno del nivel estratégico nacional y el planeamiento de recursos
145 Acta de reunión Secretaría de Planeamiento - Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas “Planea-
miento estratégico – Desarrollo de capacidades” del 8 de marzo de 2007.
148
Sergio Eissa, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
149
Implementación del ciclo de planeamiento de la defensa nacional:
el retorno del nivel estratégico nacional y el planeamiento de recursos
Gráfico 5.2: Metodología empleada para la priorización de los proyectos contenidos en la Matriz Estra-
tégica de Diseño del Instrumento Militar (MEDIM) y la Matriz de Inserción de Proyectos (MIP)
152
Sergio Eissa, Karina Meneghetti y Alejandro Salesi
Observación de desvíos
147 Entrevista reservada con Fuente Z (militar retirado), 20 de diciembre de 2018, Buenos Aires.
155
Implementación del ciclo de planeamiento de la defensa nacional:
el retorno del nivel estratégico nacional y el planeamiento de recursos
tarios.
Y, por último, es prioritario que las autoridades militares y políticas a
nivel jurisdiccional y nacional aúnen sus esfuerzos para lograr los consensos
necesarios para llevar adelante estas mejoras y poder pensar en un Sistema
de Defensa a largo plazo.
162
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plementación del control político civil sobre las Fuerzas Armadas”.
En Pion-Berlin, D. y Ugarte, J. (Comps.), Organización de la defensa
y control civil de las Fuerzas Armadas en América Latina. Buenos Aires:
Jorge Baudino Ediciones.
República Argentina. Poder Ejecutivo Nacional (1994). Ley del Servicio Militar
Voluntario N° 24.429. Buenos Aires: Poder Ejecutivo Nacional.
República Argentina. Poder Ejecutivo Nacional (1998). Ley sobre las Bases Po-
líticas, Orgánicas y Funcionales para la Reestructuración de las Fuerzas
Armadas N° 24.948. Buenos Aires: Poder Ejecutivo Nacional.
Sabatier, P. (2007). “The need for better theories”. En Sabatier, P. (Ed.), Theo-
ries of the policy process. Boulder: Westview Press.
Saín, M. (2010). Los votos y las botas. Estudios sobre la defensa nacional y las
relaciones civiles-militares en la democracia argentina. Buenos Aires:
Prometeo.
Vergara Schmalbach, J.C.; Fontalvo Herrerra, T. & Maza Ávila, F (2010). “La
planeación por escenarios: Revisión de conceptos y propuestas me-
todológicas”. En Prospect, 8, (2), pp. 21-29.
178
Autoras y autores
En orden alfabético
JUAN CALVO
Magister en Defensa Nacional (UNDEF); candidato a Magister en Inteligencia Estratégica Nacional (UNLP) y
Licenciado en Ciencia Política (Universidad del Salvador). Docente-investigador en temáticas de defensa en
proyectos de extensión universitaria en la Facultad de la Defensa Nacional (UNDEF) y en el Instituto Nacional
de Capacitación Política del Ministerio de Interior de la Nación.
SERGIO EISSA
Posdoctor en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires), Doctor en Ciencia Política de la Universidad
Nacional de San Martín; Magíster en Ciencias Sociales, mención en Relaciones Internacionales de la Facultad La-
tinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Sede Argentina, y Licenciado en Ciencia Política (UBA). Docen-
te-investigador en temáticas de Defensa, Seguridad (internacional y ciudadana) y Política Exterior en la Facultad
de Ciencias Sociales de la UBA, en el Instituto Universitario de la Gendarmería Nacional (IUGNA) y la UNDEF.
SOL GASTALDI
Asesora de la Subsecretaría de Planeamiento Estratégico y Política Militar del Ministerio de Defensa. Licenciada
en Ciencia Política (UBA). Magister en Defensa Nacional (UNDEF). Profesora de grado en la carrera de Ciencia
Política y de posgrado en el Programa de Actualización en Pensamiento Político No Occidental de la Facultad de
Ciencias Sociales (UBA). Profesora en el Doctorado en Defensa Nacional y docente-investigadora de la UNDEF.
Autora de diversas publicaciones sobre Defensa, Planeamiento Militar, Estrategia y Relaciones Internacionales.
KARINA MENEGHETTI
Doctoranda en Economía (UCA), Magister en Políticas Públicas y Gobierno (Universidad Nacional de Lanús),
Especialista en Evaluación de Proyectos de Inversión para la Defensa (UNDEF) y Licenciada en Economía
(UBA). Docente-investigadora en temáticas de Economía de la Defensa, Economía Internacional y Economía
del Conocimiento y Nuevas Tecnologías en la Universidad de la Defensa Nacional (UNDEF).
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ALEJANDRO SALESI
Magíster en Políticas Públicas y Gerenciamiento del Desarrollo (UNSAM-Georgetown University). Licenciado
en Relaciones Internacionales (USAL). Profesor de la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Ar-
madas (UNDEF).
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El ciclo de planeamiento es uno de los aspectos centrales de la defensa nacional.
Aunque en cada país recibe una denominación particular, todos los ministerios
tienen áreas responsables de definir su estrategia militar a partir de un diagnós-
tico del escenario internacional realizado en el nivel estratégico nacional por la
conducción civil ministerial.
El libro nos recuerda que la defensa es una dimensión de la política estatal profun-
damente condicionada por la historia, la cultura, la ideología, la geografía y el con-
texto regional e internacional. El examen detallado del planeamiento, a nivel de
Ministerio de Defensa y del Estado Mayor Conjunto, permite apreciar el impacto
que tienen estos aspectos en la definición de la estrategia nacional y su traducción
en la estrategia militar.
La solidez conceptual y empírica de esta obra trasciende las aproximaciones más
usuales a esta temática. Por ese motivo es de lectura obligada, no solo para es-
pecialistas del área, sino también para docentes y estudiantes interesados en la
temática.