BIENVENIDA A NUESTRO SANTO PADRE

EN EL SANTUARIO DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS

Beatísimo Padre:

Hoy, como priora de este Monasterio de Nazarenas Carmelitas Descalzas y con profundo
gozo en nombre de todas las monjas contemplativas aquí presentes le digo: “Bienvenido,
Santo Padre”.

Hace poco más de 50 años, me trasladé del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Vitoria
– España y llegué a esta hermosa tierra del Perú. Desde entonces mi corazón se unió a este
pueblo que ama al Señor de los Milagros. Por eso nuestro deseo es que su corazón de
Padre también se quede con el Señor de los Milagros.

Nuestra vida consagrada es un constante buscar el rostro del Señor y lo encontramos

siempre en la cruz, en la meditación de la Palabra y en la Eucaristía.

Somos misioneras de la contemplación y desde el silencio del claustro caminamos siempre

al lado del Papa, de los Obispos, de los Sacerdotes y de los Religiosos.

La Santa Madre Teresa de Jesús hace más de 400 años escribía: “Estase ardiendo el
mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, pues le levantan mil testimonios, quieren
poner su Iglesia por el suelo… no es tiempo de tratar con Dios cosas de poca importancia”
(Camino 1,5).

Esas palabras tan actuales, remueven nuestras vidas y por eso fieles a nuestra vocación le
pedimos humildemente al Papa Francisco que nos anime con su palabra, eco de la Palabra
del Señor Jesús y nos imparta su Bendición para caminar junto a Él, llevando su cruz,
haciéndolo todo por Él, siendo enteramente suyas, para ayudar a la edificación de la
Iglesia.

Gracias Santísimo Padre, por regalarnos el don de su visita, Gracias porque en su corazón
paternal nos regala este momento de oración y meditación; “Bienvenido a esta Casa”;
confírmenos Santo Padre en la fe y en el amor a nuestro Señor.

Gracias