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Dos enamorados fueron al cerro Ki sipata a cortar paja y competir entre sí. Al terminar de cortar la paja, decidieron correr de regreso a su comunidad para ver quién era más rápido. Sin embargo, no se dieron cuenta de que había un barranco y cayeron por él con la carga de paja, rompiéndose las piernas y los brazos. Una niña que pastaba ganado vio el accidente y pidió ayuda. Cuando llegaron los aldeanos, encontraron a los jóvenes destrozados y, como no sabían
Dos enamorados fueron al cerro Ki sipata a cortar paja y competir entre sí. Al terminar de cortar la paja, decidieron correr de regreso a su comunidad para ver quién era más rápido. Sin embargo, no se dieron cuenta de que había un barranco y cayeron por él con la carga de paja, rompiéndose las piernas y los brazos. Una niña que pastaba ganado vio el accidente y pidió ayuda. Cuando llegaron los aldeanos, encontraron a los jóvenes destrozados y, como no sabían
Dos enamorados fueron al cerro Ki sipata a cortar paja y competir entre sí. Al terminar de cortar la paja, decidieron correr de regreso a su comunidad para ver quién era más rápido. Sin embargo, no se dieron cuenta de que había un barranco y cayeron por él con la carga de paja, rompiéndose las piernas y los brazos. Una niña que pastaba ganado vio el accidente y pidió ayuda. Cuando llegaron los aldeanos, encontraron a los jóvenes destrozados y, como no sabían
Hace 101 años en la comunidad de Ccaycco, una pareja de
enamorados, fueron a cortar paja al cerro llamado Ki sipata que quedaba detrás de la comunidad, donde había mucha paja, justo lo que ellos querían. Los enamorados, habían decidido cortar la paja a manera de concurso, quien cortara más rápido, al terminar, ambos quedaron iguales, entonces se pusieron otro concurso que quien corría mas rápido hasta llegar a la comunidad. Los jóvenes se cargaron cada uno su carga de paja y empezaron a correr del cerro sin percatarse que más abajo había un barranco. Los jóvenes no pudieron detenerse y cayeron al barranco llevados por la fuerza de la carga. Al caer quedaron destrozadas su piernas y brazos quedaron tirados en distintos lugares al igual que los bultos. Muy cerca de ahí una jovencita que pastaba su ganado, vio lo que sucedió en ese momento. Al ver a los jóvenes destrozados y ensangrentados, la niña asustada con lo sucedido, dejando su rebaño corrió a pedir ayude a las personas que se encontraban cerca. Las personas del lugar fueron inmediatamente, encontrándolos destrozados, las personas al verlos, vieron que no eran personas del lugar, y no sabían de dónde venían y decidieron enterrarlos al pie del cerro llamado Runawañuna. La cabeza y las extremidades se convirtieron en piedra y permanecen allí desde entonces, así me conto mi abuelo.