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Tarcus, Horacio, "El Marxismo en América Latina y La Problemática de La Recepción Transnacional de Las Ideas
Tarcus, Horacio, "El Marxismo en América Latina y La Problemática de La Recepción Transnacional de Las Ideas
° 54
ISSN 0259-2339
la teoría de Marx gana y al mismo que son, todos ellos, también y sobre
tiempo pierde cuando es asumida todo, lectores.
como doctrina por un movimiento
internacional de masas. Finalmente, insisto, la perspectiva
de la recepción exige una investiga-
Pero este estudio de caso, además de ción sobre los modos, los canales y
inscribir este proceso de difusión en los agentes a través de los cuales ha
una escala universal, implica tam- ingresado el pensamiento de Marx
bién el reconocimiento de la especi- en la América Latina, al mismo
ficidad que adopta el marxismo o los tiempo que una reflexión más gene-
marxismos cuando son recepciona- ral sobre los procesos de recepción
dos y apropiados en cada una de las de ideas, de sus alcances y límites.
naciones de nuestro continente. Esta
teoría surgida en Europa occidental En las antípodas de aquella pers-
será, según las diversas matrices de pectiva que entiende que hay un
interpretación, aplicada, adaptada, verdadero Marx al que basta leer
aclimatada, mestizada, recreada o correctamente, el punto de partida
bien antropofaguizada, si se apela a la de esta nueva perspectiva ha sido
elocuente operación de la vanguardia la recepción como problema. Lejos
brasileña de los veinte. de suponer al marxismo como una
teoría universal disponible para su
Las nuevas perspectivas se interesan uso adecuado y que solo se trata de
por la lectura y sus usos sobre el ca- aplicar correctamente a la realidad
rácter activo y creativo de quienes local, se interesa por aquel mal-
buscan importar o adoptar ciertas entendido estructural inherente a
ideas provenientes de otro contex- todo proceso de adopción de ideas
to para hacerlas propias, ya sea tra- en un contexto heterónomo al
duciéndolas, citándolas, publicán- contexto de su producción.
dolas, prologándolas, anotándolas,
profesándolas... Se interesan por la En este marco de preguntas elaboré
lectura y sus medios: libros, folletos, Marx en la Argentina. Sus primeros
periódicos, revistas; sobre la lectura lectores obreros, intelectuales y cien-
y sus ámbitos: las bibliotecas obre- tíficos, que publicó Siglo XXI, Bue-
ras, los centros de estudio, las libre- nos Aires, en el 2007, y que reedi-
rías populares; sobre la lectura y sus tó recientemente. La pregunta que
sujetos: traductores, editores, profe- guio mi investigación no fue, pues,
sores, investigadores, divulgadores... ¿quién leyó correctamente a Marx
Pero por otro lado, la teoría inicial, muestran una gran propensión a su-
al devenir doctrina, pierde comple- perponerse y confundirse.3
jidad y riqueza: al reducirse a un
conjunto mínimo de variables fácil- Este marxismo enfatiza su carácter
mente manejables para facilitar los de ciencia social capaz de estable-
procesos de identificación de gran- cer la legalidad que rige la historia
des masas necesariamente se vulga- humana pasada, así como la política
riza; el léxico se reduce, la sintaxis se presente y futura. La compleja teo-
empobrece, el lenguaje se simplifica: ría histórica de Marx acerca de los
«Expansión y empobrecimiento, di- modos en que en cada época histó-
fusión y esquematización, parecen rica organiza la producción social y
ser las dos caras de la trayectoria del realiza la apropiación del excedente
marxismo entre finales del siglo XIX económico fue leída, en el marco de
y principios del nuevo siglo» (An- la doctrina marxista de la Segunda
dreucci, 1979: p. 15). Internacional, en términos de una
teoría evolucionista de corte histó-
En un proceso de fuerte asimilación rico-filosófico, según la cual la His-
de la ideología positivista (hegemó- toria marchaba ineluctablemente,
nica en el período que estudio aquí) siguiendo una serie de estadios su-
ciertas dimensiones de la teoría mar- cesivos y necesarios, del comunismo
xiana —como, por ejemplo, la pro- primitivo al comunismo moderno,
blemática del fetichismo de la mer- pasando por la esclavitud, la servi-
cancía— tienden casi a desaparecer dumbre y el capitalismo. La clave
del horizonte intelectual de la doc- materialista de la concepción ma-
trina marxista, mientras que otras terialista de la historia venía dada
se enfatizan, sufriendo importantes por la determinación económica
mutaciones. El marxismo finisecular de todo el proceso histórico —y en
tiende a obliterar su legado filosófi- ciertas versiones incluso por la pre-
co-crítico acentuando, en cambio, eminencia del factor económico por
su carácter de ciencia social, de sobre otros factores—, a tal punto
modo que dos de los grandes para-
3 Una crítica temprana a la confusión en-
digmas teóricos del siglo XIX, que
tre marxismo y sociología puede encon-
habían nacido de modo agonístico trarse en la polémica de Gramsci con el
—el marxismo y la sociología—, Manual de Materialismo Histórico de Bu-
jarin (Gramsci, 1932-1958). Una histo-
ria comparada de ambos paradigmas en
competencia fue llevada a cabo por G.
Therborn (1976-1980).
del siglo XIX, habida cuenta de que la perspectiva evolutiva que domi-
circulaban distintas teorías socialis- nó durante décadas las historias del
tas en disputa entre sí, ¿qué ventajas pensamiento social y de los traba-
leían los obreros e intelectuales socia- jadores, según la cual el marxismo
listas de 1890 o de 1900 que querían sería la conciencia definitiva e irre-
construir un partido de clase en los versible de un movimiento obrero
textos del socialismo marxista por so- destinado a atravesar, en todos los
bre los textos de otras vertientes del rincones del planeta, un mismo pro-
socialismo?; ¿qué ventajas percibían ceso de etapas sucesivas y necesarias.
en los textos socialistas por sobre los
textos anarquistas? Aricó (1980) celebraba la perspec-
tiva histórica con que Antonio La-
Por otra parte, ante el complejo pro- briola había sido capaz de pensar la
blema del progresivo reflujo de las formación del marxismo, pues ella
ideas marxistas en el seno del socia- habilitaba «abordar en términos de
lismo argentino a principios del si- problemática historicidad la quere-
glo XX y la creciente hegemonía del lla acerca del encuentro del marxis-
socialismo reformista que preconizó mo, en cuanto teoría de la transfor-
Justo, dejo de lado la perspectiva de mación social, con el movimiento
antiguas aproximaciones plantea- social no sólo de los países capita-
das en términos de traición o de mala listas centrales, sino también en el
comprensión respecto a Marx, para resto del mundo» (s/p). Solo plan-
preguntar sobre las ventajas relativas, teando las relaciones en términos de
así como sobre los límites que podía encuentro (posible históricamente)
ofrecer a los dirigentes, intelectuales de dos realidades se restituye su ca-
u obreros socialistas argentinos la rácter problemático:
recepción de textos de autores socia-
listas que no profesaban un marxismo La maduración del pensamiento
de Marx no es un hecho pura-
ortodoxo, como, por ejemplo, el ita-
mente individual, puesto que se
liano Enrico Ferri, el alemán Eduard
corresponde con la maduración
Bernstein o el francés Jean Jaurés. de un proceso en el que adquiere
una decisiva importancia la trans-
En tercer lugar, el problema de la re- formación histórica de ese sujeto
lación entre socialismo-marxismo y concreto al que la doctrina asigna
clase obrera. También en ese terreno una función esencial, instala a la
resulta hoy inaceptable, en una in- investigación historiográfica en el
vestigación de historia intelectual, terreno concreto de una realidad
El período que se abrió en 1848 asis- expansión del comercio exterior ha-
tió a la metamorfosis política de la bía provocado una dinamización de
élite, del romanticismo al liberalis- toda la actividad económica.
mo. A partir de entonces fue el tur-
no de los emigrados políticos ilustra- El crecimiento de la población y de
dos en la recepción y difusión de las la urbanización se vio empujado por
ideas socialistas. Periodistas, aboga- la creciente masa de inmigración
dos, docentes, estos hombres ocupa- europea que se integraba como asa-
ron lugares de prestigio intelectual, lariada para trabajar en el campo, en
aunque de segundo orden dentro de el puerto, en los ferrocarriles, en la
los engranajes del Estado nacional o construcción, en los frigoríficos, así
de las instituciones civiles, lo que no como en los pequeños talleres e in-
les impedía establecer relaciones con cluso en las fábricas, que conocieron
el incipiente movimiento obrero y un relativo crecimiento a partir de
socialista. Francisco Bilbao, Bartolo- 1890. Como resguardo a la preca-
mé Victory y Suárez, Alejo Peyret y ria condición del trabajador, en la
Serafín Álvarez fueron republicanos década de 1850 comenzaron a es-
de izquierda, federalistas antiunita- tructurarse las primeras formas de
rios, demócratas radicales, masones organización mutual sobre la base
laicistas y anticlericales que pusie- del oficio. Las sociedades de resisten-
ron en circulación ideas socialistas cia surgieron como diferenciación
cristianas, utopistas o proudhonia- en el seno de las mutuales, a fines
nas. Figuras de un pensamiento en de la década de 1870, sobre todo
transición, tanto en Europa como en en la Ciudad de Buenos Aires, y se
América, fueron más que republica- generalizaron entre los dos últimos
nos y aún menos que socialistas en el años de la década 1880 y la década
sentido moderno del término. siguiente. Puede decirse que a partir
de 1888 el movimiento obrero de la
En franco contraste con estas figu- Argentina comenzó una acción rei-
ras, los sujetos privilegiados de la vindicativa y política no esporádica,
recepción de Marx fueron (en el pe- sino continua (Falcón, 1986).
ríodo que ocupó Marx en la Argenti-
na) los trabajadores y los intelectua- Una de las formas de asociación de
les vinculados al mundo del trabajo. carácter mutual, social y cultural, a
En las últimas décadas del siglo XIX la que no eran ajenos ciertos objeti-
comenzaron vertiginosas transfor- vos políticos, fueron las asociaciones
maciones sociales en el país: la gran por nacionalidades extranjeras. Estas
Como se verá, las ideas socialistas y parte de los socialistas el que de al-
marxistas pesaron significativamen- gún modo facilitó su apropiación por
te en la conformación de esta cultu- aquellos trabajadores «de orígenes
ra, a pesar de la hegemonía anarquis- abrumadoramente europeos». Ade-
ta, constituyendo lo que se podría más, tanto en América Latina como
denominar una subcultura socialista en Europa, el marxismo les propor-
dentro de aquella cultura obrera. cionó a estos trabajadores el recono-
Ejercieron un influjo importante cimiento de una condición propia:
sobre ciertos sectores de la clase tra- una identidad obrera. Una intensa
bajadora en formación, partiendo de voluntad de transformación social
los obreros de origen alemán y fran- estaba asociada a la idea de autoor-
cés y penetrando crecientemente ganización política del proletariado,
entre los republicanos italianos. En independiente de la burguesía, que
la configuración de esta identidad los delimitaba de las posturas anti-
marxista se puede ver el peso que políticas anarquistas:
jugaron las representaciones imagina-
rias: la iconografía de Marx en los De ahí entonces [concluyó Ari-
có], que todos aquellos que colo-
centros y en las viviendas obreras,
cándose desde el punto de vista
las banderas rojas, el canto colectivo
de la clase obrera expresaran la
de La Internacional en los mítines e necesidad de construir un partido
incluso el culto a los libros, particu- político propio, se pensaran a sí
larmente al que en aquella época se mismos como marxistas, no im-
dio en llamar la Biblia del Proleta- porta qué conocimientos tuvie-
riado: El Capital. ran de las ideas de Marx. [El mar-
xismo, entonces, antes que] «una
Ahora bien, la pregunta que se im- forma de saber reconocida en sus
pone aquí es por qué la teoría de categorías fundamentales», [fun-
Marx ejerció esta atracción para una cionaba como] «una delimitación
amplia franja de obreros inmigran- de fronteras precisas, respecto de
tes. Según la tesis de Aricó, fue el los anarquistas y de la democracia
burguesa (Aricó, 1988: p. 944).
perfil eurocéntrico de la traducción
latinoamericana del marxismo por
En último lugar, pero no de impor-
tancia, se debe señalar a los agentes
concentración urbana en los barrios de por antonomasia de los procesos de
Balvanera, Monserrat, San Cristóbal
recepción de ideas: los intelectuales.
y Constitución, además de La Boca y
Barracas. En cierta medida, se volverá aquí al
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