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All content following this page was uploaded by Omar antonio Guerrero on 18 April 2019.
Introducción
El sector del Valle Grande del Anís se encuentra ubicado en el Municipio Sucre del Estado
Mérida, corresponde a una Unidad ecológica arbustal espinoso con déficit hídrico y
localizada entre las cotas 500 y 1800 msnm. El Llano Grande del Anís se extiende en la
cuenca hidrográfica media del río Chama ubicada hacia el flanco norandino de los Andes
venezolanos (Figura 1), presenta una serie de relieve tectono-estratigráficos, como es el
caso de la cuenca de tracción de Las González, la cual representa una depresión cortical
de forma alargada, ubicada el suroeste de la cordillera de Mérida, (Schubert y Vivas,
1993), esta cuenca se encuentra rellena de espesos depósitos de sedimentos
cuaternarios, generados esencialmente a partir de aportes trasversales del margen
derecho de la cuenca media del Río Chama, así como de aportes longitudinales (Tricart
y Michel, 1965).Se han planteado diversos modelos estructurales para la cuenca La
González, (Schubert, 1984;Audemard, F., 2003, entre otros), que han revelado la
existencia de grandes cuencas cenozoicas en tracción (pull-apart basins), en las cuales,
se pueden evidenciar grandes desplazamientos locales verticales-normales (Alvarado,
2008).
Figura 1. Localización del área del Valle Grande de El Anís, en la cuenca media del Río Chama,
estado Mérida.
Recientemente, en la zona del Llano Grande del Anís – Cuenca media del Río Chama,
se realizaron descubrimientos de fósiles bien preservados de macrovertebrados
pertenecientes a la especie Megatherium (Familia megatheriidae, Figura 2). Este
hallazgo condujo al Grupo de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Los
Andesa realizar una evaluación y reconstrucción paleogeográfica preliminar, para
determinar las características geomorfológicas, neotectónicas y paleoambientales que
controlaron la cuenca media del río Chama durante el Pleistoceno.
Figura. 2. Yacimiento de restos fósiles de Megatherium, localizado en el Llano Grande del Anís-
Mérida. (Cuadricula 1x1 m).
Contexto geológico regional del sector cuenca media del río Chama: Llano Grande
del Anís.
Los Andes Venezolanos o Cordillera de Mérida constituye un sistema montañoso que
comienza en el suroeste del país en la depresión del Táchira, desde donde se extienden
en dirección noreste hasta la depresión de Barquisimeto-Acarigua en los estados Lara y
Portuguesa con una prolongación aproximada de 500 km y una anchura promedio de 80
Km. Toda la cadena montañosa representa un rasgo de deformación tectónica producto
de la colisión de la placa Sudamericana y del Caribe, donde importante relieves como El
Pico Bolívar resaltan dentro dicho estructura y están constituidos por unidades de rocas
antiguas, como lo es, el Complejo Iglesias perteneciente al Precámbrico Superior
(González de Juana, et al., 1980).
Hay que resaltar que Los Andes Venezolanos, presenta gran diversidad litológica ya que
contiene rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas y a su vez, se encuentran formados
por rocas pertenecientes a todas las eras geológicas, desde la Precámbrica hasta la
Cenozoica (Figura 3) y geomorfológicamente se encuentra condicionada por procesos
de glaciaciones sufridas en el pasado y por la presencia de la falla de Boconó ( Schubert
y Vivas, 1993), que en la actualidad es considerada una falla transcurrente dextral, y se
extiende por más 500 Km hacia el Noroeste del país desde la depresión del Táchira,
hasta Morón en las Costas Caribeñas del Golfo Triste, provocando modificaciones en la
morfología de la superficie terrestre (Audemard, 2003).
Con el propósito de producir una visión geológica del área donde se localiza el Valle
Grande del Anís (sector del Anís-Lagunillas), se procedió a la interpretación geológica
de las fotografías aéreas (Misión aéreo-fotográfica 010480 a escala 1:40.000) (Figura 4),
En dicho estudio fue posible observar la unión entre abanicos de ambas márgenes de la
cuenca media del río Chama, lo cual resulta ser un rasgo geomorfológico muy común a
lo largo de la sección media de este río. El abanico aluvial de La Honda está suspendido
a una altura de 20 metros, con respecto al nivel actual del río Chama. Este desnivel
posiblemente permitió que el arroyo fuera progresivamente erosionando los sedimentos
del abanico antiguo de la Honda, hasta formar esos taludes que se pueden apreciar a
ambos lados de los márgenes de la quebrada. Por otra parte, la sinuosidad que muestra
el río Chama en este sector, podría ser la respuesta de las grandes cantidades de aportes
de sedimentos que provienen de ambas laderas y en especial de las quebradas de la
Honda y El Anís, las mismas han provocado represamientos del canal del río Chama,
formando depósitos lacustres de escasa duración.
Figura 4. Se muestra parte de la cuenca media del río Chama, y el Llano Grande del Anís hacia la
margen derecha del río Chama.(Vista aérea (Nº 463) de la Misión aerofotográfica 010480 a escala
1:40.00).
En primer plano, se reconoce un borde de la antigua laguna del Anís, formada por
mecanismos tectónicos, asociados posiblemente al geo-rasgo laguna de falla, producto
de los cortes del sistema de fallas de Boconó. En campo, se reconoce debajo de estos
sedimentos, rocas de tipo; gneises, esquistos y cuarcitas, que forman parte de la
Asociación Tóstos que aflora en la vertiente izquierda (fondo de la imagen), esto indica
que existía continuidad de esa ladera desde el sur hacia el norte y la misma llegaba hasta
el sitio donde hoy se encuentra las viviendas ubicadas al borde del talud, esa evidencia
implica que el canal principal del río Chama transitaba en el pasado geológico
posiblemente en la zona donde se encuentra actualmente las viviendas de la población
del Anís y seguía más o menos la dirección que tiene actualmente la carretera Mérida –
El Vigía. La hipótesis anteriormente mencionada, es un escenario posible para la
acumulación de ambientes sedimentarios tipo pantanos (palustres) en este sector, lo cual
permitió mantener un microclima que otorgaba alimento y agua para el sustento de las
especies de mamíferos vertebrados que se encuentran allí.
Figura 5. Vertiente izquierda valle medio del Rio Chama-Andes centrales venezolanos. Sierra
Nevada de Mérida. Sección oeste del sector del Anís, ubicación de la extinta laguna del Anís. En
esta localidad de se encuentran los especímenes de Megaterium, equus y huellas de felinos
Continuando el recorrido a lo largo del fondo del valle de la cuenca media del río Chama
y observando la ladera del Sierra Nevada de Mérida, se puede reconocer en la Figura 4,
la zona central de la antigua laguna del Anís, al fondo se reconoce la vertiente de la Sierra
Nevada de Mérida, compuesta por rocas metamórficas de la Asociación Tóstos, donde
se reconocen un conjunto denso de carcavamiento, muy relacionado con el trazo de la
falla de Boconó. En la parte baja de estas laderas se reconocen depósitos tipo derrumbes
y deslizamientos de bloques que pueden deberse a procesos co-sísmicos (deslizamiento
de masa de terrenos provocados por la actividad sísmica), también se reconocen
abanicos aluviales coalescentes justo al final del sistema de carcavamiento activo.
En primer plano, se puede reconocer el borde norte de la antigua laguna del Anís y se
estima, que en la zona donde se concentra el mayor número de viviendas (Figura 4) y
que coincide con la zona de pendientes más baja, se estima que se localiza el depocentro
(mayor profundidad batimétrica) de la antigua Laguna del Anís. La pregunta obligada en
este sitio; ¿Cuáles fueron las causas para que el río Chama desviará la trayectoria de su
cauce?; ¿Por qué el río Chama se encuentra actualmente encajado al menos 20 m con
respecto a la zona de borde de talud del Abanico de las quebradas La Honda y El Anís?.
Figura 4. Vista de la parte central de la antigua laguna del Anís, al fondo afloramientos de la
Asociación Tóstos, compuesta por rocas metamórficas. Hacia el noroeste de la zona central, sitio
donde se localiza el galpón de techo rojo, se estima la ubicación del depocentro de la antigua
laguna del Anís.
El margen oriental de la antigua Laguna del Anís (Figura 5), donde actualmente reposan
los restos de los mamíferos vertebrados fosilizados dentro de los sedimentos lacustrinos.
En esa localidad se ubica el sitio de ruptura, donde se presume que las aguas de la
laguna antigua drenaron aguas abajo buscando sus niveles de base, e inclusive por
donde las aguas de lluvias actuales transitan, buscando la orilla de la quebrada El Anís,
para luego seguir su viaje a lo largo del canal del río Chama hasta el Lago de Maracaibo.
Esas aguas superficiales actualmente caen a la quebrada El Anís, que se localiza en este
sector y delimita la zona por el lado noreste. La Quebrada El Anís se forma en la Sierra
de La Culata, y se desplaza de manera casi paralela con respecto a la Quebrada La
Honda.
Rasgos Geomorfológicos del sector de la cuenca media del Río Chama: Sector
Valle Grande del Anís.
Un aspecto clave para la interpretación geológica de la cuenca media del Río Chama son
los rasgos morfoestructurales existentes en esta localidad, los cuales fueron los
precursores de la formación y posterior desaparición de los sistemas de lagunas en estas
zonas. En el panel fotográfico expuesto en la Figura 6., podemos observar la vertiente
de la Sierra Nevada de Mérida y el encuentro entre la cuenca media del río Chama y la
cuenca del río Mocotíes, fracturada por la traza norte de la Falla de Boconó, la cual
deforma las crestas de las montañas produciendo formas sinuosas, además de
desprendimientos de bloques. Hacia el fondo del valle del río Chama, podemos
reconocer la extensión hacia el sureste de la antigua Laguna de El Anís, igualmente se
reconocen la zona más distal de la quebrada El Anís, responsable junto con la quebrada
La Honda, de alimentar de agua y sedimentos en esta sección del valle. La quebrada de
El Anís, sufrió la misma suerte que La Honda, ambas producto de la neotectónica andina
(tectónica reciente o cuaternaria de la falla de Boconó), produjo mecanismos de
desviación de sus drenes, los cuales se desviaron y encajaron sus canales, buscando el
nivel de base de la posición actual del río Chama. Igualmente debido al régimen
pluviométrico, caracterizado por ser de intensidad elevada y frecuencia baja, producen
depósitos de tipo flujos de detritos debido a una elevada tasa de erosión en sus vertientes
y acumulaciones muy forzadas en los fondos de los valles. Al observar estos depósitos,
así como los sedimentos de estudiados en la zona de las excavaciones, podemos
determinar dos tipos de colores en los sedimentos; En las partes basales, los sedimentos
son de color verde, mientras que hacia las parte superiores los sedimentos son
mayoritariamente de tonalidades rojas y ocres. Esto condición esta vinculadas a la
fuentes de sedimentos mayores; los sedimentos verdes provienen de las rocas de la
Asociación Tóstos, mientras que los rojos y ocres provienen de las rocas de la Formación
La Quinta (Jurásico, +/- 199 Ma.).
En primer plano de la imagen (Figura 7), se reconocen los extensos y espesos depósitos
de abanicos aluviales que le asignan el nombre de valle grande de El Anís, estas
superficies amplias permiten el desarrollo de actividades agrícolas (siembra de cañas y
hortalizas de climas cálidos) y ganadería de caprinos muy extensiva. La dinámica fluvial
por este lado del valle Grande de El Anís esta dinamizado por los aportes de la quebrada
El Anís, la cual actualmente se encuentra encajada, pero se reconocen depósitos
abanicos aluviales que entraron en los depósitos lacustrinos del Anís, formando
acumulaciones de tipo abanicos de deltas, debido a que parte de los depósitos se
sedimentaron en los ambientes lacustrinos, proceso que progresivamente fue
colmatando a la cuenca con abundantes sedimentos gruesos (gravas y arenas), hasta
que finalmente el espacio disponible se fue llenando de sedimentos y colmatarse. Por
otra parte, la erosión lateral causado por los caudales de la quebrada El Anís, permitió
un proceso de erosión lateral y vertical que profundizaron las laderas de los depósitos
cuaternarios e inestabilizaron los contrafuertes de los depósitos palustres.
De manera general, la sección media y alta del río Chama, especialmente de la vertiente
de la Sierra Nevada, donde se identifican los picos Bolívar (4979 msnm),El Toro (4754
msnm.) y León (4743 msnm). Los contrafuertes de la laguna y los sistemas de abanicos
del Valle Grande de El Anís, esta conformados por las rocas sedimentarias (areniscas,
conglomerados y limolitas) con su color rojo característicos de la Formación La Quinta
(Jurásico), y por las cuarcitas, esquistos y gneises cloríticos de la Asociación Tóstos.
También se reconocen sedimentos provenientes de la Formación Sabaneta (Paleozoico-
Pérmico).
Figura 7. Vista panorámica del borde sur del sector Valle Grande del Anís. Se reconocen el patrón
de erosión (carcavamiento-surcos) y los depósitos cuaternarios suspendidos.
Hacia la sección más oriental de la cuenca media del río Chama, donde se reconocen los
contrafuertes de este lado de la cuenca tectónica de Las Gonzales, se anida la antigua
Laguna de El Anís. Al fondo de identifican un sistema de colinas y lomas formados por
rocas metamórficas de alto y bajo grado de unidades geológicas paleozoicas y
sedimentarias de unidades mesozoicas. Además podemos observar hacia la zona más
noreste un alineamiento de colinas compuestas por rocas metamórficas producto de los
efectos tectónicos de la traza sur de la falla de Boconó. Sin embargo, estos paisajes están
cubiertos por un manto delgado de sedimentos cuaternarios que forman depósitos
cuaternarios antiguos, de los cuales solo se preservan restos, como es el caso del bloque
redondeado que aparece en el primer plano de la imagen. Estos cantos rodados (bloques)
son los testigos geológicos de que en los tiempos geológicos pasados los sistemas
fluviales que ahora pasan varias decenas de metros en los fondos de valles actuales,
corrían sobre estos paisajes de colinas y lomas.
Un aspecto curiosos de la colina baja donde tenemos las rocas de la Asociación Tóstos,
es la presencia de mineralizaciones de latón mineral (aliación natural de plomo y cobre),
producto de inyecciones hidroternales ocurridas en el Paleozoico y que su principal
fuente se encuentra en la zona de Las Tapias e Bailadores, mejor conocidas como “Las
minas de sufuros metálicos de Bailadores”. Estos minerales al exponerse a los procesos
de meteorización- intemperismo se alteran y producen minerales como la azurita
(Cu(OH)2-2(CuCO3)- llamado malaquita azul) y la malaquita (Cu2CO3(OH)2 -
Dihidróxido de carbonato de cobre)., que le dan una tonalidad verde-azulado al cerro,
motivo por el cual a ese cerro se le conoce como “Cerro Azul”.
1) Episodio I:La zona de estudio, se encuentra afectada por el sistema de fallas Boconó
el cual genera un cinturón transtensivo, permitiendo la formación de cuencas de
tracción (pullapartsbasins), esto genera espacios propicios para la recepción de
sedimentos y estancamiento de aguas que conforman los sistemas palustres-
lacustres (Figura 10).El avance sedimentario de los márgenes de la Sierra de La
Culata hacia el fondo del valle del río Chama, fueron progresivamente permitiendo el
desplazamiento del cauce de este río hacia la vertiente de La Sierra Nevada de
Mérida, es decir, se produce el desplazamiento del río Chama hacia las zonas de
menor elevación topográfica, en este caso, se encuentra en el margen izquierdo
adosado a la Sierra Nevada de Mérida, aprovechando la debilidad cortical producto
de la acción de la traza Sur de la falla de Boconó, condición que el río Chama se
encaje y de esta manera, el valle medio del río Chama adquiera asimétrica.
Fig. 10. Cuenca media del río Chama, conformación simétrica con aportes laterales de sedimentos
y canal fluvial activo (Tomado de Guerrero y Cantos, 2009).
2) Episodio II: Este escenario (Figura 11), está relacionado con un incremento del
caudal del río Chama, posiblemente relacionado con momentos interglaciales, que
traen como consecuencia cortes de su talweg y consecuente disminución de sus
niveles de base, formando sistemas de terrazas colgadas, quizás relacionadas con
actividad tectónica en la zona. Este mecanismo produce un abandono de los
alimentadores de los sistemas lacustres-palustres del Valle Grande de El Anís,
específicamente de las quebradas El Anís y La Honda, las cuales exponen a los
sistemas lacustres a una elevada evaporación y escasa tasas de retorno de agua,
formando ambientes evaporíticos (silvina, anhidritas, sexquicarbonatos de calcio y
sódio), bien conservados en los paleosuelos.
Figura 11. Instalación de los sistemas lacustre-palustre (ciénaga de falla). Hábitat de la megafauna
en el sector El Anís, cueca media del río Chama (Tomado de Guerrero y Cantos, 2009)
3) Episodio III:Se estima un encauzamiento del río Chama, por lo tanto las quebradas
El Anís y La Honda, alimentadoras de los antiguos sistemas palustres y lacustres del
Valle Grande del Anís, las cuales profundizan sus canales, buscando el nivel de base
del río Chama y dejando huérfanas a los sistemas lacustres y palustres(Figura 12).
Este mecanismo tectono-sedimentario posiblemente produjo cambios en las
condiciones ecológicas, las cuales restringieron o limitaron el desarrollo de vida tanto
vegetal y animal en esta zona.
Figura 12. Paisaje actual del sitio de El Anís, se reconocen niveles de terrazas suspendidos y
colmatación total de los sistemas lacustres donde reposan restos de megafauna (Tomado de
Guerrero y Cantos, 2009).
Conclusión preliminar
Audemard, F., 2003. Geomorphy and geologic evidence of ongoing uplift and
deformation in the Mérida Andes, Venezuela.Quaternary International. 101-102, 43-65 pp
Miall, A.D., 1996. The geology of fluvial deposits. Springer- Verlag. 575 p.
Morrison, R., 1978. Quaternary Soil Stratigraphy. Concepts, Methods, and Problems En:
Quaternary soil. Third York Quaternary Simposium. Geo Abstracts, Norwich,England.
Schubert, C, 1980. Late Cenozoic pull-apart basins, Boconó fault zone, Venezuelan
Andes: Jour. of. Struct. Geol., 2, 463- 468 pp