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PALEOGEOGRAFÍA CUATERNARIA EN LA ZONA DEL LLANO GRANDE DEL ANÍS


-ANDES CENTRALES VENEZOLANOS: EVIDENCIAS DE MEGAFAUNA

Research Proposal · April 2019


DOI: 10.13140/RG.2.2.30343.04009

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1 author:

Omar antonio Guerrero


University of the Andes (Venezuela)
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PALEOGEOGRAFÍA CUATERNARIA EN LA ZONA DEL LLANO GRANDE DEL ANÍS
– ANDES CENTRALES VENEZOLANOS: EVIDENCIAS DE MEGAFAUNA
Omar Antonio Guerrero
Omarguerrero1231@gmail.com
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
MERIDA - VENEZUELA

Introducción

El sector del Valle Grande del Anís se encuentra ubicado en el Municipio Sucre del Estado
Mérida, corresponde a una Unidad ecológica arbustal espinoso con déficit hídrico y
localizada entre las cotas 500 y 1800 msnm. El Llano Grande del Anís se extiende en la
cuenca hidrográfica media del río Chama ubicada hacia el flanco norandino de los Andes
venezolanos (Figura 1), presenta una serie de relieve tectono-estratigráficos, como es el
caso de la cuenca de tracción de Las González, la cual representa una depresión cortical
de forma alargada, ubicada el suroeste de la cordillera de Mérida, (Schubert y Vivas,
1993), esta cuenca se encuentra rellena de espesos depósitos de sedimentos
cuaternarios, generados esencialmente a partir de aportes trasversales del margen
derecho de la cuenca media del Río Chama, así como de aportes longitudinales (Tricart
y Michel, 1965).Se han planteado diversos modelos estructurales para la cuenca La
González, (Schubert, 1984;Audemard, F., 2003, entre otros), que han revelado la
existencia de grandes cuencas cenozoicas en tracción (pull-apart basins), en las cuales,
se pueden evidenciar grandes desplazamientos locales verticales-normales (Alvarado,
2008).
Figura 1. Localización del área del Valle Grande de El Anís, en la cuenca media del Río Chama,
estado Mérida.

En el sector afloran rocas Precámbricas (Asociación Sierra Nevada), Paleozoicas


(Asociación Tostós y Formación Sabaneta) y Jurásicas (Formación La Quinta), todas
estas rocas se encuentran cubiertas por depósitos Cuaternarios. La integración de
factores sedimentológico, estructurales, litológicos, geomorfológicos, climáticos y
geofísicos permitieron reconocer un sistema de depósitos progradantes que consta de
abanicos aluviales, abanicos de delta y depósitos lacustre-palustres; modificados y
reactivados por la dinámica neotectónica de la falla de Boconó. La existencia de estos
ambientes sedimentarios asociados a procesos climáticos concretos posiblemente
condicionó hace aproximadamente 10.000 años, la existencia de vida vegetal y animal
en esta zona de la cuenca del río Chama. Posteriormente debido a tectónica activa y
detonantes hidrometeorológicos, los paisajes fueron modificados hasta conformarse el
relieve actual.

Recientemente, en la zona del Llano Grande del Anís – Cuenca media del Río Chama,
se realizaron descubrimientos de fósiles bien preservados de macrovertebrados
pertenecientes a la especie Megatherium (Familia megatheriidae, Figura 2). Este
hallazgo condujo al Grupo de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Los
Andesa realizar una evaluación y reconstrucción paleogeográfica preliminar, para
determinar las características geomorfológicas, neotectónicas y paleoambientales que
controlaron la cuenca media del río Chama durante el Pleistoceno.

Figura. 2. Yacimiento de restos fósiles de Megatherium, localizado en el Llano Grande del Anís-
Mérida. (Cuadricula 1x1 m).

Contexto geológico regional del sector cuenca media del río Chama: Llano Grande
del Anís.
Los Andes Venezolanos o Cordillera de Mérida constituye un sistema montañoso que
comienza en el suroeste del país en la depresión del Táchira, desde donde se extienden
en dirección noreste hasta la depresión de Barquisimeto-Acarigua en los estados Lara y
Portuguesa con una prolongación aproximada de 500 km y una anchura promedio de 80
Km. Toda la cadena montañosa representa un rasgo de deformación tectónica producto
de la colisión de la placa Sudamericana y del Caribe, donde importante relieves como El
Pico Bolívar resaltan dentro dicho estructura y están constituidos por unidades de rocas
antiguas, como lo es, el Complejo Iglesias perteneciente al Precámbrico Superior
(González de Juana, et al., 1980).

Hay que resaltar que Los Andes Venezolanos, presenta gran diversidad litológica ya que
contiene rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas y a su vez, se encuentran formados
por rocas pertenecientes a todas las eras geológicas, desde la Precámbrica hasta la
Cenozoica (Figura 3) y geomorfológicamente se encuentra condicionada por procesos
de glaciaciones sufridas en el pasado y por la presencia de la falla de Boconó ( Schubert
y Vivas, 1993), que en la actualidad es considerada una falla transcurrente dextral, y se
extiende por más 500 Km hacia el Noroeste del país desde la depresión del Táchira,
hasta Morón en las Costas Caribeñas del Golfo Triste, provocando modificaciones en la
morfología de la superficie terrestre (Audemard, 2003).

Debido a la gran complejidad estructural de la zona donde se encuentra ubicado el Valle


Grande del Anís, se han planteado diversos modelos para explicar la formación de la
denominada cuenca en tracción La González (Schubert 1980a, 1982, 1984).
Recientemente Alvarado, (2008) propone dos períodos importantes en su evolución
estructural, la primera corresponde a una segmentación de la falla de Boconó dispuestas
en forma de “echelon” para la cuenca de Las González, en toda su magnitud, y
posteriormente un periodo en el cual, la zona de falla evoluciona a una traza ubicada al
norte de la cuenca y que actualmente se encuentra activa, originando una cuenca de
tracción pequeña, denominada cuenca en tracción Lagunillas.
Figura 3. Distribución de las unidades geológicas en la zona del Valle Grande de El Anís y sus
alrededores.

Consideraciones geológicas asociadas al sitio del yacimientos paleontológico –


arqueológico del Llano Grande del Anís

Con el propósito de producir una visión geológica del área donde se localiza el Valle
Grande del Anís (sector del Anís-Lagunillas), se procedió a la interpretación geológica
de las fotografías aéreas (Misión aéreo-fotográfica 010480 a escala 1:40.000) (Figura 4),
En dicho estudio fue posible observar la unión entre abanicos de ambas márgenes de la
cuenca media del río Chama, lo cual resulta ser un rasgo geomorfológico muy común a
lo largo de la sección media de este río. El abanico aluvial de La Honda está suspendido
a una altura de 20 metros, con respecto al nivel actual del río Chama. Este desnivel
posiblemente permitió que el arroyo fuera progresivamente erosionando los sedimentos
del abanico antiguo de la Honda, hasta formar esos taludes que se pueden apreciar a
ambos lados de los márgenes de la quebrada. Por otra parte, la sinuosidad que muestra
el río Chama en este sector, podría ser la respuesta de las grandes cantidades de aportes
de sedimentos que provienen de ambas laderas y en especial de las quebradas de la
Honda y El Anís, las mismas han provocado represamientos del canal del río Chama,
formando depósitos lacustres de escasa duración.
Figura 4. Se muestra parte de la cuenca media del río Chama, y el Llano Grande del Anís hacia la
margen derecha del río Chama.(Vista aérea (Nº 463) de la Misión aerofotográfica 010480 a escala
1:40.00).

Realizando una descripción geomorfológica en sentido anti-horario comenzando con la


ladera de la Sierra Nevada de Mérida, extendida hacia el suroeste, en la margen izquierdo
del río Chama (Figura 5), se reconocen una vertiente con pendientes muy elevadas,
marcadas por carcavamiento activo e inactivo, así como la presencia de abanicos
aluviales de poco desarrollo coalescentes (abanicos conjuntos conexos), que se inicia
desde parte altas de la zona baja de la margen izquierda, que están sometidas a los
efectos de la zona de traza de falla geológica de Boconó. Hay que aclarar que la falla de
Boconó forma una zona de fallas de aproximadamente 5 km de ancho en promedio a lo
largo de la cuenca del río Chama (Comunicación personal con Prof. Jaime Lafaille).

En primer plano, se reconoce un borde de la antigua laguna del Anís, formada por
mecanismos tectónicos, asociados posiblemente al geo-rasgo laguna de falla, producto
de los cortes del sistema de fallas de Boconó. En campo, se reconoce debajo de estos
sedimentos, rocas de tipo; gneises, esquistos y cuarcitas, que forman parte de la
Asociación Tóstos que aflora en la vertiente izquierda (fondo de la imagen), esto indica
que existía continuidad de esa ladera desde el sur hacia el norte y la misma llegaba hasta
el sitio donde hoy se encuentra las viviendas ubicadas al borde del talud, esa evidencia
implica que el canal principal del río Chama transitaba en el pasado geológico
posiblemente en la zona donde se encuentra actualmente las viviendas de la población
del Anís y seguía más o menos la dirección que tiene actualmente la carretera Mérida –
El Vigía. La hipótesis anteriormente mencionada, es un escenario posible para la
acumulación de ambientes sedimentarios tipo pantanos (palustres) en este sector, lo cual
permitió mantener un microclima que otorgaba alimento y agua para el sustento de las
especies de mamíferos vertebrados que se encuentran allí.
Figura 5. Vertiente izquierda valle medio del Rio Chama-Andes centrales venezolanos. Sierra
Nevada de Mérida. Sección oeste del sector del Anís, ubicación de la extinta laguna del Anís. En
esta localidad de se encuentran los especímenes de Megaterium, equus y huellas de felinos

Continuando el recorrido a lo largo del fondo del valle de la cuenca media del río Chama
y observando la ladera del Sierra Nevada de Mérida, se puede reconocer en la Figura 4,
la zona central de la antigua laguna del Anís, al fondo se reconoce la vertiente de la Sierra
Nevada de Mérida, compuesta por rocas metamórficas de la Asociación Tóstos, donde
se reconocen un conjunto denso de carcavamiento, muy relacionado con el trazo de la
falla de Boconó. En la parte baja de estas laderas se reconocen depósitos tipo derrumbes
y deslizamientos de bloques que pueden deberse a procesos co-sísmicos (deslizamiento
de masa de terrenos provocados por la actividad sísmica), también se reconocen
abanicos aluviales coalescentes justo al final del sistema de carcavamiento activo.

En primer plano, se puede reconocer el borde norte de la antigua laguna del Anís y se
estima, que en la zona donde se concentra el mayor número de viviendas (Figura 4) y
que coincide con la zona de pendientes más baja, se estima que se localiza el depocentro
(mayor profundidad batimétrica) de la antigua Laguna del Anís. La pregunta obligada en
este sitio; ¿Cuáles fueron las causas para que el río Chama desviará la trayectoria de su
cauce?; ¿Por qué el río Chama se encuentra actualmente encajado al menos 20 m con
respecto a la zona de borde de talud del Abanico de las quebradas La Honda y El Anís?.
Figura 4. Vista de la parte central de la antigua laguna del Anís, al fondo afloramientos de la
Asociación Tóstos, compuesta por rocas metamórficas. Hacia el noroeste de la zona central, sitio
donde se localiza el galpón de techo rojo, se estima la ubicación del depocentro de la antigua
laguna del Anís.

El margen oriental de la antigua Laguna del Anís (Figura 5), donde actualmente reposan
los restos de los mamíferos vertebrados fosilizados dentro de los sedimentos lacustrinos.
En esa localidad se ubica el sitio de ruptura, donde se presume que las aguas de la
laguna antigua drenaron aguas abajo buscando sus niveles de base, e inclusive por
donde las aguas de lluvias actuales transitan, buscando la orilla de la quebrada El Anís,
para luego seguir su viaje a lo largo del canal del río Chama hasta el Lago de Maracaibo.
Esas aguas superficiales actualmente caen a la quebrada El Anís, que se localiza en este
sector y delimita la zona por el lado noreste. La Quebrada El Anís se forma en la Sierra
de La Culata, y se desplaza de manera casi paralela con respecto a la Quebrada La
Honda.

Las quebradas El Anís y La Honda, fueron las responsables de mantener alimentada el


sistema de lagunas del Valle Grande del Anís, tiempo en el cual se instalo en la localidad
una vegetación de arbustos y árboles dentro de este valle, pues según evaluaciones
realizadas en la localidad, se encuentra el hallazgo flora fósil, así como la presencia de
paleosuelos apilados, que evidencian cambios climáticos importantes en esta localidad
de los Andes venezolanos. Evidencias actualmente sometidas a estudios de
sedimentología de alta resolución y en la espera de realizar dataciones absolutas que
permitan identificar el momento histórico geológico, que determinen cambios climáticos
a nivel regional y/o local.
Figura 5. Margen oeste del Valle Grande del Anís, ahora cubierta por abanicos aluviales-
fluviales, terraceados por el efecto erosivos tanto del Rio Chama, como por el Arroyo del Anís.

Rasgos Geomorfológicos del sector de la cuenca media del Río Chama: Sector
Valle Grande del Anís.

Un aspecto clave para la interpretación geológica de la cuenca media del Río Chama son
los rasgos morfoestructurales existentes en esta localidad, los cuales fueron los
precursores de la formación y posterior desaparición de los sistemas de lagunas en estas
zonas. En el panel fotográfico expuesto en la Figura 6., podemos observar la vertiente
de la Sierra Nevada de Mérida y el encuentro entre la cuenca media del río Chama y la
cuenca del río Mocotíes, fracturada por la traza norte de la Falla de Boconó, la cual
deforma las crestas de las montañas produciendo formas sinuosas, además de
desprendimientos de bloques. Hacia el fondo del valle del río Chama, podemos
reconocer la extensión hacia el sureste de la antigua Laguna de El Anís, igualmente se
reconocen la zona más distal de la quebrada El Anís, responsable junto con la quebrada
La Honda, de alimentar de agua y sedimentos en esta sección del valle. La quebrada de
El Anís, sufrió la misma suerte que La Honda, ambas producto de la neotectónica andina
(tectónica reciente o cuaternaria de la falla de Boconó), produjo mecanismos de
desviación de sus drenes, los cuales se desviaron y encajaron sus canales, buscando el
nivel de base de la posición actual del río Chama. Igualmente debido al régimen
pluviométrico, caracterizado por ser de intensidad elevada y frecuencia baja, producen
depósitos de tipo flujos de detritos debido a una elevada tasa de erosión en sus vertientes
y acumulaciones muy forzadas en los fondos de los valles. Al observar estos depósitos,
así como los sedimentos de estudiados en la zona de las excavaciones, podemos
determinar dos tipos de colores en los sedimentos; En las partes basales, los sedimentos
son de color verde, mientras que hacia las parte superiores los sedimentos son
mayoritariamente de tonalidades rojas y ocres. Esto condición esta vinculadas a la
fuentes de sedimentos mayores; los sedimentos verdes provienen de las rocas de la
Asociación Tóstos, mientras que los rojos y ocres provienen de las rocas de la Formación
La Quinta (Jurásico, +/- 199 Ma.).

La vertiente de la Sierra Nevada de Mérida en este sector tiene escasa acumulación de


sedimentos en su base, ya que los sedimentos que progresivamente se desprenden de
la parte alta de esta vertiente al llegar a la zona de inundación o lecho del río Chama son
transportados como cargas de fondo aguas abajo, situación que no permite la formación
de depósitos ni aluviales, coluviales y fluviales en el fondo de valle y en especial, hacia
la margen izquierda del río Chama. Se observan grandes desprendimientos de masa de
terrenos y zonas con carcavamiento activo, se asumen mecanismo cosismicos, es decir
movimientos en masa asociados a actividad sísmica relacionadas con la zona de falla de
Boconó, tanto de sismicidad reciente como histórica.

En primer plano de la imagen (Figura 7), se reconocen los extensos y espesos depósitos
de abanicos aluviales que le asignan el nombre de valle grande de El Anís, estas
superficies amplias permiten el desarrollo de actividades agrícolas (siembra de cañas y
hortalizas de climas cálidos) y ganadería de caprinos muy extensiva. La dinámica fluvial
por este lado del valle Grande de El Anís esta dinamizado por los aportes de la quebrada
El Anís, la cual actualmente se encuentra encajada, pero se reconocen depósitos
abanicos aluviales que entraron en los depósitos lacustrinos del Anís, formando
acumulaciones de tipo abanicos de deltas, debido a que parte de los depósitos se
sedimentaron en los ambientes lacustrinos, proceso que progresivamente fue
colmatando a la cuenca con abundantes sedimentos gruesos (gravas y arenas), hasta
que finalmente el espacio disponible se fue llenando de sedimentos y colmatarse. Por
otra parte, la erosión lateral causado por los caudales de la quebrada El Anís, permitió
un proceso de erosión lateral y vertical que profundizaron las laderas de los depósitos
cuaternarios e inestabilizaron los contrafuertes de los depósitos palustres.

De manera general, la sección media y alta del río Chama, especialmente de la vertiente
de la Sierra Nevada, donde se identifican los picos Bolívar (4979 msnm),El Toro (4754
msnm.) y León (4743 msnm). Los contrafuertes de la laguna y los sistemas de abanicos
del Valle Grande de El Anís, esta conformados por las rocas sedimentarias (areniscas,
conglomerados y limolitas) con su color rojo característicos de la Formación La Quinta
(Jurásico), y por las cuarcitas, esquistos y gneises cloríticos de la Asociación Tóstos.
También se reconocen sedimentos provenientes de la Formación Sabaneta (Paleozoico-
Pérmico).

Figura 7. Vista panorámica del borde sur del sector Valle Grande del Anís. Se reconocen el patrón
de erosión (carcavamiento-surcos) y los depósitos cuaternarios suspendidos.

La Figura 8, se reconoce el valle de la quebrada La Honda, donde podemos interpretar


dos niveles sedimentarios cuaternarios extendidos en el fondo del valle. En primer plano,
se reconoce una los posibles bordes del sistema lacustre del Anís, obstruidas por
acumulaciones de abanicos aluviales que afectaron el borde noreste de la laguna de El
Anís. En segundo plano, se puede reconocer un talud natural de los depósitos de los
abanicos aluviales extensos que ocupan una gran parte de este sector, donde se
desarrollan actividades agrícolas. Estos últimos depósitos son más recientes que los
correspondientes a la zona lacustrina, por que se interpreta un avance de los abanicos
aluviales y la eventual progradación hacia las zonas lacustres antiguas del Anís. Este
mecanismo debe ser el resultado de detonantes sísmicos y/ o hidro-meteorológicos.

Hacia la sección más oriental de la cuenca media del río Chama, donde se reconocen los
contrafuertes de este lado de la cuenca tectónica de Las Gonzales, se anida la antigua
Laguna de El Anís. Al fondo de identifican un sistema de colinas y lomas formados por
rocas metamórficas de alto y bajo grado de unidades geológicas paleozoicas y
sedimentarias de unidades mesozoicas. Además podemos observar hacia la zona más
noreste un alineamiento de colinas compuestas por rocas metamórficas producto de los
efectos tectónicos de la traza sur de la falla de Boconó. Sin embargo, estos paisajes están
cubiertos por un manto delgado de sedimentos cuaternarios que forman depósitos
cuaternarios antiguos, de los cuales solo se preservan restos, como es el caso del bloque
redondeado que aparece en el primer plano de la imagen. Estos cantos rodados (bloques)
son los testigos geológicos de que en los tiempos geológicos pasados los sistemas
fluviales que ahora pasan varias decenas de metros en los fondos de valles actuales,
corrían sobre estos paisajes de colinas y lomas.

Figura 8. Vista de la quebrada la honda, vertiente de la Sierra de la Culata o del Norte, se


observa el quiebre de relieve producto de la traza norte de la falla de Boconó.
Un aspecto importante de la Figura 8, es que se puede apreciar el levantamiento y
suspensión de depósitos cuaternarios; abanicos aluviales en la parte media y complejos
de abanicos –depósitos fluviales, que forman lo que se denomina abanico-terraza, Ambos
con formación de taludes naturales de hasta 25 m de altura., Estas geoformas permiten
reconocer la importancia de la neotectónica en la formación y destrucción de los paisajes
pasados y actuales, en esta sección media de la cuenca del río Chama.
Finalmente, la vista del sector Noroeste de la zona de El Anís (Figura ). Pertenecientes
a las laderas de la Sierra de la Culata y el sistema de Montañas de Tovar - Mocotíes -
Páramo de Mariño. En la imagen se reconocen una serie de unidades geológicas que de
más antigua a mas reciente, son; La Asociación Tostós de edad Paleozoico - Carbonífero
(+/-359 Ma.). El Granito de El Verdalito (+/-299 Ma.). Al fondo se observan las areniscas
silíceas-cuarzosas de la Formación Aguardientes de edad Cretácico (+/- 145 Ma.).
Un aspecto dominante en este valle tectónico del río Chama (cuenca hidrográfica media),
es la presencia del sistema de fallas del Boconó, la cual presenta actividad sísmica muy
activa y es la responsable de formar la cuenca tectónica de Las Gónzales, de la cual
forma el paisaje que estamos observando. Esta cuenca tectónica se inicia en donde se
encuentra el Granito de El Verdalito, siendo allí donde el río Chama se encaja y se va
por un valle muy estrecho rodeado de rocas a encontrarse con el río Mocotíes, que corre
en dirección opuesta al río Chama, formando en periodo de lluvias altas, verdaderos
remansos que inestabilizan la carretera que de los túneles que comunica Mérida con El
Vigía.

En las laderas más cercanas al sitio de observación, podemos reconocer una


manifestación de la tectónica reciente de la traza norte de a la Falla de Boconó, donde
podemos observar ensilladuras de fallas (sinuosidad de la ladera de la montaña) y el
contacto entre unidades geológicas de edades muy diferentes, se reconoce la unión por
falla entre los esquistos, gneises y cuarcitas de la Asociación Tostós con los sedimentos
cuaternarios (+/- 12.000 años) compuestos por gravas, arenas y arcillas, donde se
asientan las viviendas que se encuentran en la falda y parte baja de la ladera.

Un aspecto curiosos de la colina baja donde tenemos las rocas de la Asociación Tóstos,
es la presencia de mineralizaciones de latón mineral (aliación natural de plomo y cobre),
producto de inyecciones hidroternales ocurridas en el Paleozoico y que su principal
fuente se encuentra en la zona de Las Tapias e Bailadores, mejor conocidas como “Las
minas de sufuros metálicos de Bailadores”. Estos minerales al exponerse a los procesos
de meteorización- intemperismo se alteran y producen minerales como la azurita
(Cu(OH)2-2(CuCO3)- llamado malaquita azul) y la malaquita (Cu2CO3(OH)2 -
Dihidróxido de carbonato de cobre)., que le dan una tonalidad verde-azulado al cerro,
motivo por el cual a ese cerro se le conoce como “Cerro Azul”.

Composición geológico-sedimentaria del sitio de hallazgo de la megafauna

El análisis mineralógico y sedimentario de los depósitos clásticos y de mezcla con


evaporitas arrojan presencia de carbonatos, cementación de aragonito, vivianita y jarosita
y sexquicarbonatos de calcio y sodio, se reconocieron improntas de hojas
(Dicotiledóneas, Figura 9) en varios niveles edafológicos, que interpretan que el
paleoclima era del tipo subhúmedo y seco con una alta tasa de evapotranspiración. a su
vez, se encontró vestigios de minerales ferromagnesianos y microestructuras nodulares
con contenido de hierro, así como cambios graduales en las tonalidades del suelo entre
rojos y parduzcos, lo que revela variaciones del nivel freático por la alternancia de
periodos humedad y sequia, lográndose ubicar en ambientes oxido-reductores. La
presencia de minerales de yeso y anhidrita, asociados a los carbonatos implica un
sistema evaporítico-carbonático, permitiendo inferir un posible clima árido y semi-árido,
alternante con subhúmedo.

Figura 9. Improntas de hojas fósiles encontradas en el sitio de exploración de la laguna antigua de


El Anís; muestras tomadas por el Ing. Francisco Santiago (Sin Publicar)

El sitio de donde se realizan las excavaciones arqueológicas-paleontológicas del Llano


Grande de El Anís, se considera que estuvo conformada por la instalación de abanicos
fluvio-aluviales que aportaban fluidos y sedimentos a los sistemas palustres-lacustres
dispuestos en posiciones distales de estos abanicos, bajo una dinámica progradante y
coalescentes, por tal motivo la secuencia sedimentaria está compuesta por ciclos
granodecrecientes y secuencias estratocrecientes, que consecutivamente colmataban
los sistemas palustres-lacustres. Un aspecto importante en el contenido sedimentario es
el evidente cambio de zonas fuentes, la cual determina proveniencia de sedimentos de
la Asociación Tóstos (Paleozoico), compuesta de cuarcita, esquistos cloríticas y filitas,
mientras que los niveles estratigráficos superiores están compuestos por clastos
sedimentarios provenientes de las formaciones Palmarito (Paleozoico) y La Quinta
(Jurásico). Desde el punto de vista estructural, el sector Llano Grande de El Anís y áreas
adyacentes, se reconocen la presencia de las trazas norte y sur de la falla de Boconó con
orientación N40º-45ºE, rumbo-deslizante dextral, y un conjunto de fallas menores de
reajuste del tipo normal, dispuestas en “echelon”, lo que divide a la cuenca de manera
transversal en varios segmentos. El marco geológico-estructural planteado se basa en
movimientos transtensivo a consecuencia de la interacción de la falla de Boconó
(Audemard, F., 2003), lo que produce un adelgazamiento cortical del material, por otra
parte las fallas normales dispuestas en “echelon” producen desplomes cortical del bloque,
se genera un espacio propicio para que se originen sistemas palustres-lacustres.
Propuesta de modelo geomorfológico para el sitio de hallazgos del Llano Grande
de El Anís

Los resultados preliminares obtenidos el estudio geomorfológico y sedimentológico del


sitio de excavación de el Llano Grande de El Anís, nos permiten hacer una serie de
propuesta con respecto al modelo paleogeográfico, para lo cual se proponen cuatro (4)
episodios posibles;

1) Episodio I:La zona de estudio, se encuentra afectada por el sistema de fallas Boconó
el cual genera un cinturón transtensivo, permitiendo la formación de cuencas de
tracción (pullapartsbasins), esto genera espacios propicios para la recepción de
sedimentos y estancamiento de aguas que conforman los sistemas palustres-
lacustres (Figura 10).El avance sedimentario de los márgenes de la Sierra de La
Culata hacia el fondo del valle del río Chama, fueron progresivamente permitiendo el
desplazamiento del cauce de este río hacia la vertiente de La Sierra Nevada de
Mérida, es decir, se produce el desplazamiento del río Chama hacia las zonas de
menor elevación topográfica, en este caso, se encuentra en el margen izquierdo
adosado a la Sierra Nevada de Mérida, aprovechando la debilidad cortical producto
de la acción de la traza Sur de la falla de Boconó, condición que el río Chama se
encaje y de esta manera, el valle medio del río Chama adquiera asimétrica.

Fig. 10. Cuenca media del río Chama, conformación simétrica con aportes laterales de sedimentos
y canal fluvial activo (Tomado de Guerrero y Cantos, 2009).

Se estima para este episodio paleogeográfico un ambiente en condiciones climáticas


semihúmedo, seco, y alternancias de periodos pluviosidad, bajo este contexto, tuvo lugar
el mayor auge tanto vegetal como de hábitat de megafauna.Se consideran dos géneros
de mastodontes los Cuvieronius y los Stegomastodon, donde los Cuvieroniushabitaban
en prados y zonas de montaña con condiciones climáticas frías a templadas, mientras
que los Stegomastodon preferirían llanuras más calurosas y húmedas (Morrison, 1978).

2) Episodio II: Este escenario (Figura 11), está relacionado con un incremento del
caudal del río Chama, posiblemente relacionado con momentos interglaciales, que
traen como consecuencia cortes de su talweg y consecuente disminución de sus
niveles de base, formando sistemas de terrazas colgadas, quizás relacionadas con
actividad tectónica en la zona. Este mecanismo produce un abandono de los
alimentadores de los sistemas lacustres-palustres del Valle Grande de El Anís,
específicamente de las quebradas El Anís y La Honda, las cuales exponen a los
sistemas lacustres a una elevada evaporación y escasa tasas de retorno de agua,
formando ambientes evaporíticos (silvina, anhidritas, sexquicarbonatos de calcio y
sódio), bien conservados en los paleosuelos.

Figura 11. Instalación de los sistemas lacustre-palustre (ciénaga de falla). Hábitat de la megafauna
en el sector El Anís, cueca media del río Chama (Tomado de Guerrero y Cantos, 2009)

3) Episodio III:Se estima un encauzamiento del río Chama, por lo tanto las quebradas
El Anís y La Honda, alimentadoras de los antiguos sistemas palustres y lacustres del
Valle Grande del Anís, las cuales profundizan sus canales, buscando el nivel de base
del río Chama y dejando huérfanas a los sistemas lacustres y palustres(Figura 12).
Este mecanismo tectono-sedimentario posiblemente produjo cambios en las
condiciones ecológicas, las cuales restringieron o limitaron el desarrollo de vida tanto
vegetal y animal en esta zona.
Figura 12. Paisaje actual del sitio de El Anís, se reconocen niveles de terrazas suspendidos y
colmatación total de los sistemas lacustres donde reposan restos de megafauna (Tomado de
Guerrero y Cantos, 2009).

Conclusión preliminar

A manera de conclusión preliminar, se propone un modelo sedimentario para el sector


Llano Grande de El Anís, que consta de tres paleo-ambientes de depósitos; Sistema de
abanico aluvial, sistemas fluvio-lacustre con abanicos de delta y finalmente la instalación
de un sistema combinado del tipo lacustre-palustre. Todo este sistema dinamizado por el
tectonísmo activo del sistema de fallas del Boconó.

La reconstrucción del modelo paleogeográfico preliminar, consta de cuatro (3) episodios;


1) Formación de la cuenca de tracción de las González, controlada por el sistemas de
fallas de Boconó. 2) Desarrollo de cuerpos de abanicos fluvio-aluviales que aumentan
los aportes laterales por parte de las quebradas con eventual desplazamiento del Río
Chama hacia el margen izquierdo de la cuenca, bajo condiciones climáticas semi-
húmedas secas, con alternancia de lluvia y sequía, originándose un sistema de
lacustrino-palustre propicio para la existencia de vida tanto vegetal como megafauna. 3)
Posible cambio en las condiciones climáticas, que produjo descenso en la pluviosidad y
aumentando los niveles de temperatura, lo que genera el progresivo descenso del nivel
freático de la laguna por evaporación, acompañado del abandono de los alimentadores
del sistema lacustre-palustre, que bajo el clima semi-árido, evaporó completamente la
laguna produciendo desertización
Referencias consultadas

Alvarado, M., 2008. Caracterización Neotectónica de la cuenca de tracción La González,


Mérida Venezuela. Tesis Magister Scientiae en Ciencias Geológicas. Universidad Central
de Venezuela, Mérida, Venezuela. Inédita.

Audemard, F., 2003. Geomorphy and geologic evidence of ongoing uplift and
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