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INTRODUCCIÓN A LA TERMODINÁMICA

La palabra termodinámica, proviene de los vocablos griegos therme (calor) y


dynamis (potencia), que describe los primeros esfuerzos realizados por el hombre
para convertir el calor en potencia (trabajo por unidad de tiempo) o potencia
desarrollada a partir de éste; sin embargo, esta restricción con respecto a su
significado ha desaparecido desde hace tiempo. En la actualidad, la palabra
termodinámica abarca el estudio de todos los aspectos de una magnitud más
general denominada energía.

La palabra energía proviene del griego y significa <capacidad de actuar> y


fue propuesta por primera vez por Thomas Young físico inglés a principios del siglo
XIX (1805); a diferencia de la materia, la energía representa un término bastante
abstracto ya que no se puede ver, tocar, oler o pesar. Actualmente la energía se
define como la capacidad de un sistema para realizar trabajo o para transferir calor.
Si algo tiene una gran cantidad de energía puede realizar grandes cantidades de
trabajo. Se debe tener en cuenta que la energía se conoce y se reconoce por sus
efectos.

Con base en lo anterior, podemos definir a la termodinámica como una


ciencia que tiene por objeto, el estudio de la energía en todas sus formas, su
almacenamiento, su transferencia, su transformación y las leyes que rigen dichos
procesos. La termodinámica se desarrolló para estudiar la energía, nos referimos a
la energía que se obtiene de: los combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas),
madera, agua corriente, del vapor a baja y alta presión, la digestión de los alimentos
que ingerimos, la combustión de la gasolina, las plantas hidroeléctricas,
nucleoeléctricas, colectores solares y eólicos, la bomba atómica, etc. La energía es
la base de nuestra civilización moderna, la necesitamos, entre otros aspectos, para
el transporte, la calefacción y para generar la electricidad. Casi el 85% de la energía
que usamos para mantener nuestro modo de vida proviene de combustibles fósiles.
Un sistema físico puede llegar a poseer energía en una variedad de formas,
podemos mencionar, entre otras: energía cinética, potencial, mecánica, térmica,
química, nuclear, eléctrica, magnética, solar, eólica, hidraúlica, geotérmica.

Por otra parte, la termodinámica trata únicamente de las propiedades de la


materia en general, es decir, exclusivamente de las propiedades macroscópicas de
la materia, las cuales son aquellas que se observan a gran escala y corresponden a
la materia como un todo en vez de moléculas individuales; propiedades tales como
presión, temperatura, volumen y composición las cuales se pueden medir con
dispositivos sencillos. La aplicación de este enfoque macroscópico al estudio de la
termodinámica, recibe el nombre de termodinámica clásica. Esta ciencia se refiere a
sistemas en equilibrio termodinámico, es decir, sistemas donde resulta imposible un
cambio espontáneo en un estado. Cuando se hacen consideraciones en término de
la estructura microscópica, se está en los dominios de la termodinámica estadística.

En este texto, el término <termodinámica> significará siempre termodinámica


clásica.

La termodinámica clásica es una ciencia macroscópica y es una


consecuencia de lo que ocurre a nivel molecular (microscópico).

Tomando en consideración lo anteriormente expuesto, podemos establecer


en un sentido más amplio que el propósito de la termodinámica es, investigar
aquellas propiedades macroscópicas de la materia, que guardan alguna
relación con los cambios de energía que se producen en los procesos físicos y
químicos.

La termodinámica se fundamenta en cuatro leyes, conocidas como las leyes


de la termodinámica. En este capítulo se aporta una breve introducción a estas leyes
que serán tratadas con mayor amplitud en capítulos posteriores.
La primera y segunda leyes de la termodinámica, fueron postuladas en forma
simultánea a partir del año de 1850. En la formulación de dichas leyes jugaron un
importante papel los trabajos de Julius Mayer, James Prescott Joules, Hermann Von
Helmholtz, Sadi Carnot, William Rankine, Rudolph Clausius, Lord Kelvin y Max
Planck. Estas leyes rigen la transformación de una forma de energía en otra.

La primera ley de la termodinámica, es una expresión sencilla del principio de


la conservación de la energía, que establece: LA ENERGÍA DEL UNIVERSO SE
CONSERVA, ES DECIR, LA ENERGÍA NO PUEDE CREARSE O DESTRUIRSE,
PERO SE TRANSFORMA CONTINUAMENTE. En otras palabras, siempre que se
produzca una cantidad de una forma de energía, se deberá consumir una cantidad
exactamente equivalente de otra forma (o formas). Encender un automóvil es un
ejemplo de la transformación de las formas de energía. Al darle vuelta a la llave del
switch, la energía acumulada en la batería (energía química) produce una corriente
eléctrica (energía eléctrica) que se transmite al motor de arranque (energía
mecánica) y a las bujías (energía eléctrica y térmica) las cuales causan la
combustión de la gasolina comprimida en los cilindros del motor (energía química),
la que se transfiere al cigüeñal (energía mecánica) cuando la transmisión está
engranada ocasionando que el automóvil se mueva.

No todas las formas de energía son iguales; las formas de energía de alta
calidad (más útiles) constantemente se están degradando a formas de baja calidad
(menos útiles). El calor representa la forma menos eficaz de la energía, y la
transformación de otras formas en calor representa una degradación de la energía.
La energía mecánica tarde o temprano se convierte en energía térmica.

La primera ley niega la posibilidad, de construir una máquina de movimiento


perpetuo de primera clase, es decir, una máquina que produzca más energía de la
que consuma.
Asimismo, la primera ley no representa restricción alguna respecto a la
conversión de energía de una forma en otra y tampoco suministra información
alguna referente a la factibilidad del proceso. Es un hecho experimental que no se
puede convertir toda la energía de un vapor (energía térmica) en trabajo (energía
mecánica), Asimismo, la energía siempre fluye espontáneamente de un objeto
caliente a uno más frío. Lo opuesto nunca ocurre espontáneamente. Estas
limitaciones en la conversión de energía térmica en energía mecánica y las
observaciones del flujo de calor nos conducen a la formulación de la segunda ley de
la termodinámica.

La segunda ley de la termodinámica se ocupa de una propiedad diferente: la


entropía,* palabra que proviene del griego y significa <transformación>, ya que
está relacionada con la transformación de calor en trabajo. La entropía proporciona
una medida de la efectividad de la conversión de energía térmica en tránsito (calor)
en energía mecánica (trabajo). Podemos definir la entropía como una medida del
grado de aleatoriedad de un sistema. En otras palabras, la entropía es una medida
del desorden de un sistema. En general, cuanto mayor sea el incremento de
desorden que acompaña a un proceso físico o químico, mayor será el aumento de
entropía. Esta ley establece: “La entropía del universo aumenta en un proceso
irreversible o espontáneo”, es decir, a diferencia de la energía, la entropía no es
conservativa.

La segunda ley suministra criterios referentes a la factibilidad de los diferentes


procesos físicos o químicos. Esta ley, niega la posibilidad de una máquina de
movimiento perpetuo de segunda clase. Es imposible convertir completamente calor
en trabajo en un proceso cíclico (enunciado de Kelvin-Planck de la segunda ley de
termodinámica).

*
La palabra “entropía” fue acuñada por Rudolph Clausius en Berlín en 1854.
Asimismo, es imposible construir un dispositivo que opere cíclicamente y cuyo
único efecto sea producir la transferencia de calor de un cuerpo de temperatura más
baja a un cuerpo de temperatura más alta (enunciado alternativo de la segunda ley
de Rudolph Clausius). Estos enunciados de Kelvin-Planck y de Clausius son
equivalentes en sus consecuencias y cualquiera es útil como la expresión de la
segunda ley de la termodinámica.

El conocimiento de las dos leyes de la termodinámica y de cómo la energía y


la entropía dependen de otras propiedades físicas de la materia, nos permite
establecer criterios para predecir la dirección en que se llevará a cabo una reacción
química y el eventual estado de equilibrio de todos los sistemas. Un proceso físico o
químico no es posible a menos que satisfaga tanto la primera ley como la segunda
ley de la termodinámica.

La primera formulación de la tercer ley de la termodinámica se le debe a


Walther Nernst (1906) en la cual se establece, que en toda reacción química que
incluya sólo sólidos cristalinos puros, la variación de entropía es cero. Una
formulación más restrictiva la sugirió Max Planck en 1913.

Hoy día, la tercera ley de la termodinámica establece: “La entropía de una


sustancia pura, perfectamente cristalina, es cero, en el cero absoluto de
temperatura”. Esta ley, permite obtener los valores absolutos de las entropías de
las sustancias químicas a partir de medidas calorimétricas. Por otra parte, no
conduce a nuevos conceptos; únicamente postula una limitación al valor de la
entropía. Por esta razón, algunos autores se resisten a considerarla como una ley de
la termodinámica.

Además de las tres leyes básicas mencionadas, fue establecida en cuarto


lugar la ley cero de la termodinámica. Esta ley fue formulada y nombrada por
primera vez por R. H. Fowler en 1931. Su valor como principio físico fundamental,
fue reconocido más de medio siglo después de la formulación de la primera y
segunda leyes de la termodinámica. Recibió el nombre de ley cero puesto que debe
preceder lógicamente a las otras tres leyes.

La ley cero de la termodinámica establece: “Si dos cuerpos se encuentran


en equilibrio térmico con un tercer cuerpo, están en equilibrio térmico entre
si”, esto, nos permite la definición de escalas de temperatura.

La temperatura se define como una propiedad de estado intensiva que


determina si dos sistemas están o no en equilibrio térmico. La temperatura es una
propiedad esencial de la termodinámica.

Una de las limitaciones de la termodinámica clásica, es que no proporciona


ninguna información respecto a la velocidad con que se efectuará un proceso físico
o químico, o sea que, las relaciones en termodinámica clásica no contienen el
tiempo como variable. La termodinámica clásica está interesada en analizar ¿Qué
ocurre? Y ¿Cuánto es el cambio de energía? pero no se preocupa del tiempo que
éste proceso tarda en alcanzar el equilibrio.

Otra limitación es que las leyes de la termodinámica, no se basan en


suposiciones relativas a la existencia de átomos y moléculas. Sin embargo, esta
limitación potencial ha sido superada por la termodinámica estadística, que combina
principios de termodinámica clásica con la teoría molecular.

La termodinámica es una disciplina de mucha consistencia y de una gran


solidez. Sus principios son generales y se basan en nuestras experiencias diarias y
en observaciones experimentales, siendo ésta, la razón por la cual todos los
estudiantes de ciencia e ingeniería tienen que estudiar, por lo menos, sus conceptos
fundamentales.

Para finalizar esta breve introducción, vamos a citar un comentario del


científico más famoso e influyente del siglo XX “Una teoría resulta más
impresionante entre mayor sea su simplicidad o sus premisas, entre más diferentes
sean las clases de cosas que relaciona y entre más extenso sea su rango de
aplicación. Por tanto, la impresión más profunda la causó en mí la termodinámica
clásica. Estoy convencido de que es la única teoría física de contenido universal
que, dentro del marco de aplicación de sus conceptos básicos nunca dejará de ser
válida” Albert Einstein (1949).

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