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Psicofarmaco 2 Parcial
Psicofarmaco 2 Parcial
Los trastornos que requieren la presencia de psicosis como una característica definitoria
del diagnóstico incluyen:
▪ Esquizofrenia
▪ Trastorno psicótico inducido por sustancias
▪ Trastorno esquizofreniforme
▪ Trastorno esquizoafectivo
▪ Trastorno delirante
▪ Trastorno psicótico breve
▪ Trastorno psicótico compartido (o inducido)
▪ Trastorno psicótico debido a una afección medica general
Los trastornos que pueden estar o no asociados con síntomas psicóticos incluyen:
● Manía
● Depresión
● Trastornos cognitivos
● Demencia de Alzheimer
→ Las distorsiones perceptivas incluyen estar desasosegado por voces alucinatorias; escuchar voces que
acusan, culpan o amenazan con castigos; ver visiones; sufrir alucinaciones táctiles, gustativas u olfatorias, o
manifestar que las cosas y las personas familiares parecen cambiadas.
→ Las alteraciones motoras consisten en posturas rigidas peculiares; signos manifiestos de tensión; muecas
o risas inapropiadas; gestos repetitivos peculiares; hablar, refunfuñar o farfullar, o mirar alrededor como si
se oyesen voces.
10.1.1. Psicosis paranoide
El paciente manifiesta proyecciones paranoides, beligerancia hostil y expansividad grandiosa. La
proyección paranoide incluye estar preocupado por creencias delirantes; creer que la gente hable
de uno; creer que le persiguen a uno, o que conspiran contra él, y creer que la gente u otras
fuerzas externas controlan las propias acciones.
La expansividad grandiosa consiste en exhibir una actitud de superioridad; oír voces que alaban
y ensalzan, y creer que uno tiene poderes extraordinarios, que es una personalidad muy conocida
o que tiene una misión divina.
La desorientación consiste en no saber dónde está uno, en que estación del año, en que año, o
cual es la propia edad.
El sentimiento ansiosos de castigo de uno mismo y de culpa consiste en una tendencia a culparse
o condenarse a uno mismo; ansiedad sobre temas específicos; aprensión acerca de vagos
acontecimientos del futuro; una actitud de desprecio hacia uno mismo; un estado de ánimo
deprimido; sentimientos de culpabilidad y remordimiento; preocuparse por pensamientos suicidad,
ideas no deseadas y miedos específicos, y sentirse indigno o pecador.
Este inventario de grupos de síntomas psicóticos no constituyen los criterios diagnósticos para
ningún trastorno psicótico.
Las alucinaciones pueden ocurrir en cualquier modalidad sensorial (auditiva, visual, olfatoria,
gustativa y táctil), pero las alucinaciones auditivas son, con mucho, las más comunes y
características en la esquizofrenia.
Aunque oficialmente no se reconoce como parte de los criterios diagnósticos para la esquizofrenia
números estudios clasifican los síntomas de esta enfermedad en cinco dimensiones (varias
enfermedades comparten estas):
Los trastornos aparte de la esquizofrenia, que pueden tener síntomas positivos incluyen el
trastorno bipolar, el trastorno esquizoafectivo, la depresión psicótica, la enfermedad de Alzheimer
y otras demencias organizas, las enfermedades psicóticas infantiles, la psicosis inducida por
drogas y otras.
□ Atención deteriorada
Los síntomas negativos de la esquizofrenia se suelen considerar una reducción de las funciones
normales, como el embotamiento afectivo, el retraimiento emocional, una escasa capacidad de
contacto, la pasividad y el retraimiento social apartico. La dificultad de pensamiento abstracto, el
pensamiento estereotipado y la falta de espontaneidad están asociados a largos periodos de
hospitalización y a un pobre funcionamiento social.
Las deficiencias cognitivas más comunes y más graves de la esquizofenia puede incluir el
deterioro de la fluidez verbal, los problemas con el aprendizaje en serio y el deterioro de la
vigilancia de la función ejecutiv.
Estos diversos síntomas constituyen también características prominentes del trastorno depresivo
mayor, la depresión psicótica, el trastorno bipolar, el trastorno esquizoafectivo las demencias
organizas y los trastornos psicóticos infantiles, entre otros, y especialmente de los casos de
depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia resistentes al tratamiento.
10.3. Las cuatro vías dopaminergicas clave y la base biológica de la esquizofrenia
La base biológica de la esquizofrenia sigue siendo desconocida. Sin embargo, el neurotransmisor
monoaminergico dopamina ha desempeñado un papel clave en diversas hipótesis sobre ciertos
aspectos de las cinco dimensiones sintomáticas de la esquizofrenia ya mencionadas.
Se proyecta desde los cuerpos celulares dopaminergicos del área tegmentaria ventral del cerebro
a los terminales axonicos de las áreas límbicas del cerebro, como un nucleus accumbens.
Se cree que esta vía desempeña un importante papel de las conductas emocionales,
especialmente en las alucinaciones auditivas, pero también en los delirios y el trastorno del
pensamiento.
Durante más de veinticinco años se ha observado que las enfermedades o los fármacos que
incrementan la dopamina aumentan o producen síntomas psicóticos positivos, mientas que los
fármacos que disminuyen la dopamina reducen o interrumpen los síntomas positivos.
Hipótesis dopaminergica mesolimbica de los síntomas psicóticos positivos ya que se cree que es
concretamente la hiperatividad de esta vía dopaminergica la que media en los síntomas positivos
de las psicosis. Hipotéticamente la hiperactividad de la vía dopaminergica mesolimbica explica los
síntomas psicóticos positivos tanto si dichos síntomas forman parte de la enfermedad de la
esquizofrenia o de una psicosis inducida por drogas como si los síntomas psicóticos positivos
acompañan a la manía, la depresión o la demencia.
La deficiencia dopaminergica en los ganglios basales también puede producir acatisia (un tipo de
desasosiego) y distonia (movimientos de torsión, especialmente en la cara y el cuello).
SUSTANCIAS DE ABUSO
∏ Por inyección 🡪 Práctica médica habitual. Los efectos son intensos, rápidos y previsibles. Por lo
general se inyectan por:
○ Vía subcutánea: En el tejido graso que está justo debajo de la piel.
○ Vía intramuscular: En los músculos grandes.
○ Vía intravenosa: Directamente en las venas. Esta vía transporta la droga directamente al
encéfalo. La velocidad y lo directo son ventajas a medias ya que tras una inyección intravenosa,
hay pocas o ninguna oportunidad de contrarrestar los efectos de una sobredosis, una impureza o
una reacción alérgica.
∏ Inhalación 🡪 Muchos anestésicos se administran habitualmente por esta vía (ejemplo tabaco y
marihuana). Los dos inconvenientes principales de esta vía son: resulta difícil regular con
precisión la dosis de la droga que se inhala; y muchas sustancias lesionan los pulmones si se
inhalan crónicamente.
∏ Absorción a través de las membranas mucosas 🡪 De la nariz, la boca y el recto (ejemplo cocaína).
Metabolismo de la droga
Proceso mediante el cual, las enzimas que se sintetizan en el hígado ponen fin a la acción de la
mayoría de las drogas, estimulando la conversión de las drogas activas en formas no activas.
2) Tolerancia cruzada 🡪 La exposición a una droga puede producir tolerancia a otras drogas
que actúan a través del mismo mecanismo. La capacidad de una sustancia de suprimir las
manifestaciones de dependencia física producidas por otra.
🡪 La tolerancia a los psicofármacos es, en gran parte funcional y puede ser resuelto de varios
tipos diferentes de cambios neuronales.
Por ejemplo: La exposición a un psicofármaco puede reducir la cantidad de receptores para él,
disminuir la eficacia con que se une a los receptores existentes, o disminuir el impacto de la
fijación al receptor sobre la actividad de la célula.
Una hipótesis (Siegel) sostiene que los adictos adquieren tolerancia cuando se autoadministran
reiteradamente su droga en el mismo contexto y, como resultado, comienzan a tomar dosis cada
vez mayores para compensar la disminución de los efectos de la droga. Entonces su el adicto se
administra la dosis masiva habitual en una situación no habitual, no se cuenta con los efectos de
tolerancia para compensar los efectos de la droga y existe un mayor riesgo de muerte por
sobredosis.
● Síndrome de Abstinencia
Reacción fisiológica adversa producida por la eliminación repentina de una droga, después de
que hayan estado en el organismo cantidades significativas de la misma durante un cierto tiempo.
Las personas que sufren de una reacción de abstinencia cuando dejan de tomar una droga tienen
dependencia física de esa droga.
Que los efectos de la abstinencia con frecuencia sean los opuestos a los efectos iniciales de la
droga sugiere que los efectos de la abstinencia pueden estar producidos por los mismos cambios
neurales que producen la tolerancia a la droga. Según esta teoría, la exposición a una droga
produce cambios compensadores en el sistema nervioso que contrarrestan los efectos de la
droga y producen tolerancia.
Cuando se elimina la droga del organismo, estos cambios neurales compensadores, sin que la
droga los contrarreste, se manifiestan como síntomas de abstinencia.
La gravedad de los síntomas depende de la droga concreta de que se trate, de la duración y el
grado de exposición previo a la droga y de la velocidad con que se elimine del organismo. Una
exposición más larga a una dosis más alta, seguida de una eliminación rápida, produce unos
efectos de abstinencia mayores.
● Rebote
Ocurre cuando se da tolerancia en pacientes que han tomado una sustancia (normalmente un
fármaco de uso médico aprobado), cuya administración se detiene posteriormente de forma
repentina: los síntomas reaparecen de forma exagerada.
Muchos adictos que se han abstenido de consumir la droga durante muchas semanas, y por lo
tanto creen que han controlado su adicción, prueban una sola vez la droga que consumían antes
y se hunden inmediatamente de nuevo en una verdadera adicción; y el contacto con claves
ambientales (personas, momentos, lugares u objetos) que previamente se han asociado con el
consumo de droga.
❖ Adicción
Patrón conductual de abuso de fármacos o drogas que se caracteriza por una dependencia
apremiante respecto al uso de una sustancia (uso compulsivo), por la necesidad de asegurarse
su suministro y por una marcada tendencia a recaer tras su interrupción.
Un adicto 🡪 Consumidor habitual de droga, pero no todos los consumidores habituales de droga
son adictos. Siguen consumiendo la droga a pesar de sus efectos adversos sobre su salud y su
vida social, y a pesar de sus esfuerzos reiterados por dejar de consumirla.
Algunos consideran que ésta constituye el “centro del placer” del cerebro y que la dopamina es el
“neurotransmisor del placer”. Hay muchas formas naturales de desencadenar la liberación de
dopamina por parte de las neuronas dopaminérgicas mesolímbicas, como los logros intelectuales,
atléticos o experimentar un orgasmo.
A veces se les llama “clímax naturales” y entre los inputs de esta vía que median estos clímax,
se incluye la gran “farmacia” de sustancias de origen natural 🡪 desde la propia morfina / heroína
del cerebro (endorfinas) hasta la propia marihuana (anandamida), pasando por la nicotina
cerebral (acetilcolina) y las propias cocaína y anfetamina (la misma dopamina).
Las numerosas sustancias psicotrópicas de abuso también presentan una vía final común que
hace que la vía mesolímbica libere dopamina, a menudo de forma más explosiva y agradable de
la que se da naturalmente. Estas sustancias ignoran a los propios neurotransmisores del cerebro
y estimulan directamente a los propios receptores cerebrales para esas sustancias, provocando la
liberación de dopamina.
Una recompensa inducida por drogas provoca una provisión tal de dopamina a los receptores
postsinápticos dopaminérgicos a nivel límbico, que éstos buscan reponer la dopamina una vez
que deja de funcionar, llevando al sujeto a preocuparse por buscar más droga, entrando así en un
círculo vicioso de abuso, adicción, dependencia y abstinencia.
Dado que parece haber un rango óptimo en el que la estimulación de los receptores D2 por el
sistema dopaminérgico es reforzante, el riesgo de caer en el abuso de una sustancia puede
depender de cuántos receptores tenga la persona:
- Muchos receptores: tomar dicha sustancia les resultará aversivo, y no querrán probarla de
nuevo.
Diversos estudios con alcohólicos, adictos a la cocaína y a la anfetamina, muestran que una
baja respuesta inicial a una droga predice un elevado riesgo de posterior abuso, mientras que una
elevada respuesta inicial a una droga predice un bajo riesgo de abuso.
Es un sistema de abajo – arriba que señala la perspectiva inmediata del placer o del dolor y
provee de la motivación y el impulso conductual para conseguir ese placer o evitar ese dolor.
Ejemplo el craving o la abstinencia provocan que el sistema reactivo de la recompensa
desencadene el comportamiento de búsqueda de drogas.
Mediante la exposición repetida al abuso de drogas, este sistema aprende de forma patológica a
desencadenar las conductas de búsqueda de droga y recuerda cómo hacerlo cuando se enfrenta
con indicaciones internas como el ansia por las droga y la abstinencia y con las cuestiones
externas del entorno. Los mecanismos normales de aprendizaje son convertidos en un trastorno
cerebral y a esto se le llama aprendizaje diabólico.
Esto tiene que ver con la amígdala, centro de aprendizaje emocional y sobre la recompensa.
Los individuos llevan a cabo acciones impulsivas, directas y automáticas, obligatorias sin
pensarlo, para encontrar y consumir más droga. No son capaces en este estado, de basar sus
decisiones en las consecuencias a largo plazo de sus conductas.
EL SISTEMA REFLEXIVO DE LA RECOMPENSA (ARRIBA-ABAJO)
Regula la llegada estimulante desde el sistema reactivo de la recompensa de abajo-arriba.
Este sistema se construye y mantiene a lo largo del tiempo en base a varias influencias que
incluyen el neurodesarrollo, la genética, la experiencia, la presión de los iguales, el aprendizaje de
reglas sociales y el aprendizaje de los beneficios de suprimir el placer actual por otras ganancias
futuras más valiosas. Tiene el poder de conformar la salida final del sistema de recompensa en
conductas dirigidas a objetivos beneficiosos a largo plazo, como la fuerza de voluntad de
resistirse a las drogas. Cuando está plenamente desarrollado y funciona adecuadamente, puede
proporcionar la motivación para perseguir experiencias de recompensa más naturales, como la
educación, desarrollo profesional.
La primera vez que se toma una droga, causa la liberación inmediata de dopamina y la
experiencia de placer correspondiente.
Como resultado, la amígdala aprende que esto es una experiencia gratificante. Luego de varias
experiencias gratificantes con la droga, los circuitos de recompensa se convierten en adictivos, y
la próxima vez que esta la oportunidad de usar una droga, no sólo la ingesta causara liberación
de dopamina y placer, sino que las indicaciones que predicen el placer, ya causan la liberación de
DA.
NICOTINA
Fumar cigarrillos es un sistema de autoadministración de nicotina de forma inteligente pero
dañina ya que también se administran carcinógenos y otras toxinas que dañan el corazón, los
pulmones y también otros tejidos.
Los efectos experimentados por los fumadores incluyen elevación del estado de ánimo, la
potenciación de la cognición y disminución del apetito.
Las acciones farmacológicas y conductuales de la nicotina parecen ser mucho más sutiles que las
de la cocaína: Mientras que la cocaína bloquea el transportador de DA y causa una inundación
de ésta que actúa en la sinapsis dopaminérgica, es posible que la nicotina cierre los receptores
de nicotina inmediatamente después de unirse a ella, de modo que ni ella ni la propia acetilcolina
puedan estimular ya los receptores nicotínicos durante un tiempo.
Es posible que tanto los que toman estimulantes como los fumadores regulen a la baja sus
receptores de dopamina debido a la excesiva estimulación dopaminérgica. Sin embargo, los
consumidores de nicotina podrían regular al alza sus receptores colinérgicos nicotínicos para
ayudar a compensar el hecho de que la nicotina no deja de desconectarlos. Estos posibles
cambios pueden estar relacionados con los mecanismos psicofarmacológicos que subyacen a la
profunda capacidad de la nicotina de producir dependencia y abstinencia.
La dependencia de la nicotina causa un síndrome de abstinencia caracterizado por
“craving” y agitación, síndrome que recuerda aunque en una versión más benigna al
experimentado por quienes abusan de estimulantes.
Tratamiento
El líder en el tratamiento para la dependencia de nicotina, parece ser el agonista parcial
nicotínico (APN).
Varenielina 🡪 Agonista parcial selectivo del receptor nicotínico de acetilcolina. Esta última es un
agonista completo de acción corta (debido a la enzima acetilcolinesterasa que la destruye), y la
nicotina es un agonista completo de acción larga. Ambos, abren el canal completa y
frecuentemente, en contraste con los agonistas que estabilizan el canal en estado cerrado pero
no desensibilizan estos receptores.
La idea es que a los receptores de nicotina y dopamina se les permita readaptarse de forma más
gradual de lo que lo harían si el fumador pasara de repente a un estado de abstinencia. Además,
la dosis se puede disminuir progresivamente, dependiendo de cuánta reducción pueda tolerar el
fumador. El éxito de esta técnica depende de la motivación del fumador para dejarlo y del uso de
asistencia psicológica complementaria y de programas de información que ayuden al fumador a
sobrellevar mejor la abstinencia.
ALCOHOL
La farmacología del alcohol está todavía escasamente definida y su mecanismo de acción es
inespecífico, ya que puede tener efectos en una amplia variedad de sistemas de
neurotransmisores.
También produce una estimulación directa como indirecta en los receptores opioides y
cannabinoides en el ATV y el núcleo, potenciando los efectos eufóricos liberando opiáceos y
endocannabinoides, quizás mediando así su “clímax”.
Teóricamente, las propiedades reforzantes del alcohol están mediadas por los efectos que sobre
el GABA y sobre el glutamato producen en la liberación de dopamina en el sistema
dopaminérgico mesolímbico.
El bloqueo de los receptores cannabinoides reduce el “craving” por el alcohol en animales
dependientes. El bloqueo de los receptores opiáceos con naltrexona (antagonista en los
receptores opioides) en humanos alcohólicos disminuye el “craving”, y en consecuencia, aumenta
las tasas de abstinencia (si uno bebe mientras está tomando naltrexona, los opiáceos liberados
no producen placer; entonces ¿para qué beber? Algunos pueden decir ¿para qué tomar
naltrexona? Y recaer en el alcoholismo. Se recomienda en los primeros noventa días de
abstinencia, cuando el riesgo de recaída es mayor.
Cuando el alcohol se toma crónicamente y después se abandona, los cambios adaptativos que causa en el
sistema glutamatérgico y el en gabaérgico → Crean un estado de sobreexcitación por glutamato e
incluso toxicidad, al tiempo que deficiencia del GABA. Demasiado glutamato puede provocar
daños neuronales.
OPIÁCEOS
Actúan sobre diversos receptores y los 3 subtipos más importantes 🡪 mu (μ), delta (Δ) y
kappa (κ).
En dosis suficientes, pueden inducir una euforia breve pero muy intensa, llamada a veces
“rush” (subida), seguida de una profunda sensación de tranquilidad, que puede durar varias
horas, seguida a su vez de somnolencia (“cabezadas”), cambios de humor, obnubilación mental,
apatía y lentitud motora.
Otro signo de dependencia y de que los receptores opiáceos se han adaptado, es la producción
de un síndrome de abstinencia 🡪 una vez que el opiáceo administrado crónicamente va
desapareciendo, que se caracteriza por una sensación de disforia, ansia por otra dosis,
irritabilidad y signos de hiperactividad autonómica (taquicardia y sudoración). También la
piloerección (“piel de gallina”) especialmente cuando se suspende bruscamente (“mono”).
En los primeros días de uso, abuso e intoxicación, y antes de que se completen los mecanismos
neuroadaptativos que median en la sensibilización de los receptores opiáceos, la intoxicación se
alterna con el funcionamiento normal. Más tarde, cuando los receptores se adaptan y se
establece la dependencia, el adicto puede experimentar muy poca euforia, entrando en una fase
en la que los períodos sin abstinencia se alternan con otros en los que ésta sí se produce.
La clonidina 🡪 Agonista adrenérgico alfa 2, que puede reducir los signos de hiperactividad
autonómica durante el síndrome de abstinencia y ayudar en la desintoxicación.
Sustitución por otro opiáceo de administración oral, la metadona e ir reduciéndolo poco a poco.
Como los adictos utilizan la cocaína durante períodos de tiempo más largos, sus receptores
dopaminérgicos se desensibilizan (se regulan a la baja) en la medida que se adaptan a la
exposición crónica. Después de varios episodios consecutivos de intoxicación seguidos por
abstinencia, median en la aparición de un síndrome de abstinencia cada vez más molesto.
Las primeras dosis de estimulantes producen placenteros disparos fásicos de DA. Con el uso
crónico, el condicionamiento de la recompensa produce craving entre las dosis estimulantes y
solamente disparos residuales tónicos de Da con ausencia de los placenteros disparos fásicos de
DA. En este estado de adicción, se necesitan dosis de estimulantes cada vez mayores para
alcanzar las placenteras subidas. A más alta sea la subida, mayor será la bajada, y entre las
dosis estimulantes, se experimentara ausencia de subida, síntomas de abstinencia como
somnolencia y anhedonia. El esfuerzo para combatir la abstinencia puede conducir al uso
compulsivo y a comportamientos impulsivos y peligrosos para asegurarse los estimulantes.
Puede haber cambios duraderos en las neuronas dopaminérgicas, incluyendo depleciones a largo
plazo de los niveles de dopamina y degeneración axonal 🡪 estado llamado burn out.
ANFETAMINAS 🡪 Especialmente la D-anfetamina y la metanfetamina, tienen potentes efectos
farmacológicos en la neurona dopaminérgica.
Los efectos clínicos de la anfetamina y sus derivados son muy parecidos a los de la cocaína, si
bien la euforia que producen puede ser menos intensa, aunque de más larga duración.
Los signos de intoxicación, toxicidad, sobredosis, sensibilización por producción de una psicosis
paranoide aguda y síndrome de abstinencia causados por las anfetaminas son similares a los
descritos para la cocaína.
Tratamiento
Las intervenciones encaminadas a rellenar los depósitos de dopamina y a readaptar la
sensibilidad de los receptores dopaminérgicos serían útiles para el adicto dependiente de la
cocaína que ha desarrollado tolerancia como tolerancia inversa.
Sin embargo, la intervención más útil consiste en permitir al sistema dopaminérgico que se
recupere por sí mismo con el tiempo, lo que requiere la abstinencia durante el tiempo suficiente. A
menudo esto no resulta factible ni es deseado por el adicto.
En el futuro una posibilidad terapéutica serían los anticuerpos de la cocaína. Se están probando
también antipsicóticos como la olanzapina, pero sobretodo agonistas parciales D2 como el
aripiprazol.
BENZODIACEPINAS Y SEDANTES-HIPNÓTICOS
BENZODIACEPINAS
El mecanismo farmacológico 🡪 Modulación alostérica positiva para los receptores GABA A.
Esto causa un incremento neto de la conductancia al cloro a través del canal de cloro,
potenciando la neurotransmisión inhibidora y produciendo acciones ansiolíticas.
Estas acciones continúan bien hasta que se reemplace la benzodiacepina, hasta que los
receptores se readapten a la sensibilidad que tenían antes del uso excesivo de benzodiacepinas.
Alternativamente, se pueden reinstaurar las benzodiacepinas, pero disminuyéndolas lentamente a
fin de que los receptores tengan tiempo para readaptarse durante la reducción de la dosis y se
eviten los síntomas de abstinencia.
Generalmente son una alternativa adecuada a los barbitúricos 🡪 menos seguros en casos de
sobredosis, y causan dependencia más frecuentemente, se abusa más a menudo y producen
reacción de abstinencia más peligrosa.
SEDANTES - HIPNOTICOS
Incluyen los barbitúricos. A veces se incluyen el alcohol, las benzodiacepinas.
El mecanismo farmacológico de acción aún no se ha demostrado, pero se cree que es
básicamente el mismo que para las benzodiacepinas 🡪 Modulación alostérica positiva para los
receptores del GABA-A en los canales de cloro de acceso controlado por ligando.
Producen una euforia más intensa y una sensación de tranquilidad aún más deseable que las
benzodiacepinas.
MARIHUANA Y ENDOCANNABINOIDES
Las preparaciones de cannabis se fuman con el fin de administrar sustancias psicoactivas,
los cannabinoides, especialmente el delta-9-tetrahidrocannabinol, THC.
Estas sustancias fumadas interactúan con los receptores de los propios cannabinoides del
cerebro para desencadenar la liberación de dopamina del sistema de recompensa mesolímbico.
Existe también un sistema cannabinoide endógeno (la marihuana propia del cerebro) capaz
de activar los receptores cannabinoides, que, sin embargo, son sintetizados por las neuronas y
desactivados por los sistemas de recaptación y las enzimas de las neuronas como de la glía.
Entre los consumidores habituales, una complicación del uso a largo plazo es el síndrome
amotivacional 🡪 Aparición de una disminución del impulso y de la ambición y luego amotivación.
También se asocia con otros síntomas de deterioro social y laboral, que incluyen reducción del
intervalo de atención, escasa capacidad de juicio, facilidad para distraerse, deterioro de la
capacidad de comunicación, introversión y disminución de la efectividad en las situaciones
interpersonales. Los hábitos personales pueden deteriorarse, y darse una pérdida de la capacidad
de discernimiento y una sensación de despersonalización.
ALUCINÓGENOS
Grupo de agentes que actúan en las sinapsis serotoninérgicas del sistema de la
recompensa.
Producen una intoxicación, a veces llamada “viaje”, asociada a cambios en las experiencias
sensoriales que incluyen ilusiones visuales y alucinaciones, una percepción acrecentada de los
estímulos externos y una conciencia acrecentada de los pensamientos y estímulos internos.
Psicotomimético 🡪 Imita un estado de psicosis, aunque la similitud entre un viaje y la psicosis es,
en el mejor de los casos, superficial. Los estimulantes como la cocaína y la anfetamina imitan
mucho más genuinamente la psicosis.
Otros cambios: Deterioro de la capacidad de juicio, miedo a volverse loco, ansiedad, náuseas,
taquicardia, aumento de la presión arterial y aumento de la temperatura corporal. Puede provocar
un ataque de pánico, al que se le llama “mal viaje”.
Los fármacos alucinógenos 🡪 Además de la MDMA, tienen en común que interactúan como
agonistas parciales de los receptores de 5HT2A en los sitios neuronales postsinápticos
serotoninérgicos.
Pueden producir una increíble tolerancia, a veces tras una sola dosis.
Fármacos antipsicóticos
Los tratamientos más antiguos para la esquizofrenia y otras enfermedades psicóticas surgieron
de observaciones clínicas casuales, antes que del conocimiento científicos de las bases
neuronales de la psicosis o de los mecanismo de acción de los agentes psicóticos específicos.
Con los antipsicóticos convencionales no es posible bloquear solo los repeores D2 en la vía
dopaminergica mesolimbica, ya que, estos fármacos reparte por todo el cerebro. Los
antipsicóticos convencionales buscan los receptores D2 de la vía dopaminergica mesocortical,
donde es posible que en la esquizofrenia la dopamina ya sea suficiente, cuando esto ocurre
puede causar síntomas negativos cognitivos, o empeorarlos. – síndrome deficitario inducido por
neurolépticos.
Los receptores dopaminergicos D2 de la cuarta vía dopaminergica también son bloqueados por
los antipsicóticos convencionales, y ellos hace que aumento las concentraciones de prolactina en
plasma, una afección denomina hiperprolactimia. Esta se asocia a las afecciones denominas
galactorrea (secreciones mamarias) y amenorrea. Las hiperprolactina, puede interferir en la
fertilidad, desmineralización de los huesos más rápido que en las mujeres posmenopáusicas que
no reciban terapia de sustitución de estrógenos.
Dilema del bloqueo de los receptores dopaminergicos D2 en las cuatro vías dopaminergica
El uso de fármacos antipsicóticos tiene un fuerte dilema ya que en el cerebro hay 4 vías
dopaminergicas, y parece que el bloqueo de los receptores dopaminergicos en solo uno de ellos
es útil, mientras que el bloqueo de los receptores dopaminergicos en las tres vías restantes
pueden resultar perjudiciales.
Los delirios y alucinaciones se reducen cuando se bloquean los receptores D2 mesolimbicos, si
se bloquean los D2 mesocorticales los síntomas negativos y cognitivos de la psicosis pueden
empeorar, si se bloquean los receptores D2 nigroestriada se puede producir SEP y discinesia
tardía, si se bloquean los receptores D2 tuberoinfundibular se puede producir hiperprolactina y
sus complicaciones.
El hecho de que estos fármacos bloqueen las 4 vías dopaminergicas significa que muchos
pacientes dudan de que los beneficios del tratamiento a largo plazo compensen los problemas
que causan entonces interrumpen el tratamiento.
Existe la posibilidad de una rara maligno, que se asocia a una rigidez muscular extrema,
fiebre alta, coma y la muerte. Afortunadamente, el peso de los efectos secundarios que acarrea el
tratamiento con antipsicóticos atípicos parece ser mucho menor que el de los antipsicóticos
convencionales, y puede llevar a un mejor cumplimiento de las prescripciones y a mejorar a largo
plazo.
Propiedades bloqueantes colinérgicas muscarinas de los antipsicóticos convencionales.
Los diferentes grados de bloqueo colinérgicos muscarinico pueden explicar una mayor tendencia
a producir efectos secundarios extrapiramidales que otros.
¿Y cómo puede el bloqueo de los receptores colonergicos muscarinicos reducir los SEP
causados por el bloqueo de los receptores dopaminergicos D2 en la vía nigroestriada? La razón
parece ser que la dopamina y la acetilcolina ejercen una relación reciproca en la vía nigroestriada.
Las neuronas dopaminergicas en la vía dopaminergica nigroestriada establecen conexiones
postsinapticas con neuronas colinérgicas.
Estos fármacos poseen propiedades antihistamínicas que bloqueantes adrenérgicas alfa 1 (que
causan efectos secundarios cardiovasculares, como hipotensión ortostatica y somnolencia) y
propiedades bloqueantes dopaminergicas muscarinicas (sequedad de boca, visión borrosa,
estreñimiento, retención de orina y disfunción cognitivos) los agentes antipsicóticos
convencionales difieren en cuanto a sus capacidad para bloquear a los diversos receptores, el
antipsicótico convencional más conocido como haloperidol tiene relativamente poca actividad
anticolinérgica o antihistamínica.
Algunos antipsicóticos convencionales sin más sedantes que otros, algunos tiene mayor
capacidad de causar efectos secundarios cardiovasculares y algunos son más potentes que
otros.
Un antipsicótico atípico se define en parte por las propiedades clínicas que distinguen a tales
fármacos de los antipsicóticos convencionales, a saber, sus reducidos síntomas extrapiramidales
y su eficacia en los síntomas negativos.
Los antipsicóticos atípicos también poseen características que los distinguen entre sí. Cinco
antipsicóticos atípicos:
● Clozapina
● Risperidona
● Olanzapina
● Quetiapina
● Ziprasidona
Así, en la vía dopaminergica nigroestraida la serotonina ejerce un fuerte control sobre la liberación
de dopamina debido a que se da en dos niveles. En el nivel de la inervación serotoninergica de la
sustancia nigra, los terminales axonixos llegan de la sinapsis del rafe con los cuerpos celulares y
las dendirtas de las células dopaminergicas.
En el nivel de los terminales axonicos, sin embargo, la interaccion serotoninergica con las
neuronas dopaminergicas puede darte por medio de la sinapsis axoaxonica o a traves del
neurotransmisor por volumen de la serotonina que se difunde a los terminales axonicos
dopaminergicos desde los terminales axonicos serotoninergicos cercanos, pero sin sinapsis
alguna.
Antipsicóticos atípicos: ¿varios fármacos únicos, o una clase integrada por varios fármacos?
Algunos antagonistas serotoninergicos dopaminergicos no poseen las propiedades clínicas
atípicos de los cinco antipsicóticos atípicos consolidados que ya mencione.
Los antipsicóticos atípicos no solo poseen crecientes acciones farmacológicas además de las
acciones ASD, sino que también presentan propiedades clínicas, favorables y desfavorables, a
parte de la limitada definición clínica de sus SEP reducidos y sus acciones sobre los síntomas
positivos de la psicosis.
Entre las propiedades adicionales favorables se incluyen la capacidad de mejorar los síntomas
negativos en los pacientes con esquizofrenia mejor de lo que pueden hacerlo los antipsicóticos
convencionales, la capacidad de causar un escaso o nulo incremento de los niveles de prolactina,
la capacidad de mejorar lo síntomas positivos en los pacientes esquizofrénicos resistentes al a los
antipsicóticos convencionales, la capacidad de mejorar el estado de ánimo y reducir el suicidio no
solo en pacientes con esquizofrenia, sino también en pacientes bipolares en las fases maniacas,
mixtas y depresivas de su enfermedad. Las propiedades clínicas adicionales desfavorables de
los antipsicóticos atípicos pueden incluir ganancia de peso, sedación, ataques convulsivos o
granulocitosis.
Cada uno de los principales antipsicóticos atípicos difiere de los demás en el grado en que han
podido establecer diversas características clínicas favorables y desfavorables en grandes
ensayos clínicos.
Por otra parte, los pacientes individuales pueden presentar respuestas muy distintas de la
respuesta media predicha a partir de los resultados colectivos de los ensayos clínicos, así como
respuesta muy distinta a uno de esos agentes en comparación con otros.
La idea de la sinergia entre múltiples mecanismo farmacológicos constituye la dase lógica de la
combinación de fármacos de distintas acciones terapéuticas en pacientes que no responde a los
diversos antidepresivos con mecanismos farmacológicos únicos.
Clozapina: el prototipo de los antipsicóticos atípicos, ya que fue el primero en el que se observó
que tenía muy pocos efectos secundarios extrapiramidales, cuando no ninguno.
Esos despertares se observaron en raras ocasiones asociados también al tratamiento con otros
antipsicóticos atípicos, pero raramente, asociados al tratamiento con antipsicóticos
convencionales. El único fármaco antipsicótico asociado al riesgo de una complicación peligrosa y
con mayor riesgos de ataques convulsivos, especialmente en dosis elevadas. Pueden ser muy
sedantes, mayor ganancia de paso. Es el que mayores efectos secundarios tiene entre todos los
antipsicóticos atípicos.
Risperidona: es especialmente atípica en dosis bajas, pero en dosis elevadas puede volverse
más convencional y si la dosis resulta demasiado alta pueden darse SEP. Las risperidona se usa
no solo en la esquizofrenia en dosis moderadas, sino también en afecciones en las que en el
pasado se utilizaban dosis bajas de antipsicóticos convencionales.
Carece de las extremas propiedades sedantes de la clozapina, pero puede resultar algo sedante,
la olazapina se asocia a las ganancias de peso, quizás debido a propiedades antihistamínicas y
antagonistas 5HT2C. No suele elevar los niveles de prolactina. Tiene una muy baja incidencia
tardía con su uso a largo plazo y es eficaz en los síntomas positivos de la esquizofrenia y también
mejora sus síntomas negativos mejor que los antipsicóticos convencionales.
Mejora el estado de ánimo no solo en la esquizofrenia sino también en las fases maniacas y
depresivas del trastorno bipolar, un tratamiento de primera línea para el trastorno bipolar, mejora
el funcionamiento cognitivo en el esquizofrenia y en la demencia.
Quetiapina: practicante no causa ningún SEP a ninguna dosis, ni tampoco eleva los niveles de
prolactina, por lo tanto tiende a ser el antipsicótico atípico preferido para los pacientes con
Parkinson y psicosis. También es útil en la esquizofrenia, bipolaridad y otros tipos de psicosis, en
los que presenta pocos efectos secundarios extrapiramidales.
Puede causar ciertas ganancias de peso, ya que bloquea los receptores histaminicos H1. La
quetiapina resulta eficaz para los síntomas positivos y negativos de la esquizofrenia. Puede
mejorar el estado de ánimo en la esquizofrenia y en las fases maniacas y depresivas del
trastorno bipolar, junto con el funcionamiento cognitivo.
Ziprasidona: presenta poco SEP y produce poco o ningún aumento de los nivles de prolactina. Su
principal característica diferencial dentro de su clase puede ser que parece mostrar muy poca
tendencia o ninguna en absoluto, a causar ganancia de peso, debido quizás a que carece de
propiedades antihistamínicas, aunque si tiene acciones antagonistas 5HT2C.
La ziprasidona es el único antipsicótico atípico que es antagónico 5HT1A y también inhibe la
recaptacion dentro de la serotonina como de norepinefrina. Acciones son protoserotoninergicas
como pronoradrenergicas lo que contribuye al comportamiento favorable de la ziprasidona en lo
que se refiere al peso, pero también predeciría a sus acciones antidepresivas y ansiolíticas.
Los diferentes antipsicóticos atípicos pueden tener efectos clínicamente diversos en distintos
pacienes, a diferencia de los antipsicóticos convencionales que por lo general presentan los
mismo efectos clínicos en diferentes pacientes.
Las dosis óptimas sugeridas por los ensayos clínicos a menudo no coinciden con las dosis
optimas utilizadas en la práctica clínica, resultando demasiado elevadas para algunos fármacos
demasiados bajas para otros.
Es posible que los antipsicóticos atípicos no funcionen tan rápido como los antipsicóticos
convencionales en los paciente extremadamente psicóticos, agresivos o agitados que requieran
sedación y un fármaco cuya acción de inicie cabo de unos minutos, para tales pacientes, los
antipsicóticos convencionales o las benzodiacepinas sedantes pueden resultar útiles como
coadyuvantes o sustitutivos.
Muchos pacientes reciben dos fármacos antipsicóticos a veces, esto es racional y justificado, y
otras no.
Uso de los antipsicóticos atípicos para los síntomas positivos de la esquizofrenia y los trastornos
relacionados.
Los antipsicóticos atípicos se convirtieron en un tratamiento de primera línea, tanto para episodios
agudos como de mantenimiento, para lo síntomas positivos de las psicosis, no solo en la
esquizofrenia, sino también en las fases maniacas agudas y mixtas maniaco. Depresivas del
trastorno bipolar; en la psicosis asociadas a alteraciones del comportamiento en trastornos
cognitivos como la enfermedad de Alzheimer, Parkinson y otras enfermedades orgánicas, y en los
trastorno psicóticos en niños y adolescentes.
Los antipsicóticos atípicos disfrutan de un amplio uso para el tratamiento de aquellos síntomas de
depresión y ansiedad en la esquizofrenia que resultan problemáticos aunque no lo
suficientemente graves para alcanzar el umbral diagnóstico de un episodio depresivo mayor o un
trastorno de ansiedad; en esos casos los antipsicóticos se utilizan no solo para reducir dicho
síntomas, sino con la esperanza de reducir también los índices de suicidio, que tan elevados
resultan en la esquizofrenia. También pueden ser útiles tratamientos coadyuvantes de los
antidepresivos para el trastorno bipolar en pacientes no psicóticos cuando fracasaron varios
antidepresivos.
Uso de los antipsicóticos atípicos para los síntomas cognitivos de la esquizofrenia y los trastornos
relacionados
La gravedad de los síntomas cognitivos se corresponde con el pronóstico a largo plazo de la
esquizofrenia. Los antipsicóticos atípicos pueden mejorar a cognición en varios trastornos, y lo
hacen independientemente de su capacidad para recurrir los síntomas positivos de la psicosis.
Da métodos para mejorar los síntomas negativos a corto plazo. Primero, lo síntomas negativos
secundarios a los antipsicóticos convencionales se pueden reducir inmediatamente
sustituyéndolos por antipsicóticos atípicos. Segundo, los antipsicóticos atípicos mejoran los
síntomas negativos.
Uso de los antipsicóticos atípicos para tratar la hostilidad, la agresión y el escaso control de
impulsos en la esquizofrenia y los trastornos relacionados
Los pacientes esquizofrénicos pueden mostrarse hostiles y agresivos consigo mismos, con le
persona, con la familia y con propiedad,
Esto puede adoptar diferentes formas de intentos de suicidios, automutilaciones, escaso control
de impulsos, abuso de drogas, agresión verbal, física y/o conducta amenazadora, y es posible
que no se correlación directamente con los síntomas positivos.
Tanto los antipsicóticos convencionales como los atípicos reducen dicho síntomas pero existen
muchos más estudios sobre la hostilidad y a agresión en las enfermedades psicóticas.
Los antipsicóticos convencionales pueden también ser útiles para efectuar rellenos periódicos en
los pacientes que reciben terapia de mantenimiento a base de antipsicóticos atípicos y
experimentan brotes de agresividad, permitiendo también de ese modo un alivio más rápido y
más sólido de los síntomas que con una dosis adicional del antipsicótico atípico de
mantenimiento.
La utilización de dos fármacos antipsicóticos parece ser uno de los fenómenos más prácticas y
menos investigados de la farmacología.
Los pacientes deprimidos se recuperan con frecuencia los pacientes esquizofrénicos raramente
alcanzan el bienestar independiente del fármaco o la combinación de fármacos que se les
administre. Así, las actuales pautas de tratamiento sugieren que el mantenimiento de los
pacientes antipsicóticas atípicos se deberían llevar a cabo con moderación y cuando falla lo
demás y solo cuando se demostró que resulta beneficioso.
La loxapina es otros ASD con una estructura a fin a la de la clozapina aunque con propiedades
farmacológicas únicas y presenta un perfil antipsicótico totalmente convencional, incluyen SEP u
aumento de los niveles de prolactina. Podría resultar algo atípico a dosis mucho más bajas de las
que usualmente se administran y normalmente no causa ganancia de peso e incluso pueden
producir pérdida de peso. Uno de sus principales metabolitos posee propiedades de bloqueo de
la recaptacion noradrenergicas, lo que sugiere posibles acciones antidepresivas.
El sertindol es otro ASD, no casusa ningún SEP A ninguna dosis y raramente incrementa los
niveles de prolactina. También causa menos ganancia de peso que la mayoría de los demás
antipsicóticos u la ziprasidona, no bloquea los receptores de histamina, aunque si los receptores
5HT2C. Resulta eficaz para los síntomas positivos de la esquizofrenia. Y mejora los síntomas
negativos de este trastorno.