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Sanidad Interior
Sanidad Interior
Cuando alguien conoce a Jesús como Señor y Salvador personal, viene a ser un hijo
de Dios, lavado con su sangre, y que si muere, irá directamente al cielo. Este hecho no
significa que el creyente ya es totalmente libre y que todos sus problemas se hayan
terminado. Hay creyentes que tienen muchas ataduras del pasado, tales como: heridas,
amarguras y complejos. La primera pregunta que viene a la mente es, ¿por qué si somos
creyentes aún arrastramos con cosas del pasado? La razón es, que lo que nació de nuevo
fue nuestro espíritu, pero nuestra alma tiene que ser renovada y transformada; por tanto,
es en esta área donde necesitamos liberación y sanidad interior.
¿Cuál es el proceso?
El proceso consiste en exteriorizar situaciones, confesar pecados personales y de
nuestros antepasados, renunciar y romper los poderes ocultos y reafirmar la fe en Dios y
en su poder para liberarnos. En este proceso, se requiere la restauración del alma,
sanidad espiritual, bienestar y paz interna
La tricotomía del hombre
El hombre es un espíritu que tiene un alma y está dentro de un cuerpo físico. Cada una
de estas partes tiene divisiones, las cuales vamos a estudiar muy cuidadosamente.
1. Espíritu: es el hombre interior, es la parte inmaterial o invisible del ser humano;
y es la naturaleza espiritual del hombre la que le da la capacidad de comunicarse
con Dios y que, a su vez, se divide en tres partes: comunión, intuición y
conciencia.
«Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del
corazón». Proverbios 20.27
«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestios
del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad». Efesios
4.22-24
Quitarse
Hacer morir
Las emociones
Son la parte del hombre, donde se envuelven los sentimientos y afectos. Hay varias
emociones negativas, tales como: tristeza, ira, vergüenza, dolor, miedo, celo, confusión
y odio. De la misma manera, hay emociones positivas y éstas son: amor y gozo. Las
emociones están en la vista, el gusto, el tacto, el olfato y el oído.
La realidad de las emociones Jesucristo, realmente enfrentó todas las emociones y los
sentimientos de la vida humana y lo hizo para proveernos de recursos con el fin de que
pudiéramos controlarlas.
Una tristeza intensa va seguida de un gran gozo y júbilo. Una depresión viene después
de un gran entusiasmo.
En el caso de Elias, fue así: él se sintió desanimado después de cortarle la cabeza a los
profetas de Baal. Es posible que el ascenso y el descenso de las emociones no sólo
descalifiquen a un creyente para andar en el espíritu, sino que también lo empujen a
andar en la carne.
¿Cómo las emociones afectan nuestra vida?
1. Influyen en nuestras relaciones con otros. Nosotros somos el producto de nuestras
experiencias pasadas, y nuestras reacciones surgen de acuerdo a las heridas que
hemos experimentado en el pasado.
Por ejemplo, una mujer que fue abusada por su esposo va a estar siempre a la defensiva
en cualquier otra relación. Otro caso sería el de una persona que tiene raíz de rechazo
que le impide manifestar sus emociones y, como consecuencia, se crea una baja estima.
2. Serán un obstáculo para nuestra fe. Si nos dejamos guiar por las emociones, será
muy difícil creer la palabra de Dios. Siempre vamos a querer ver primero para
después creer. Los creyentes debemos caminar por convicción y no por emoción.
Las heridas emocionales impiden entregarse al cuerpo de Cristo efectivamente y
convivir en amor sin temor a ser rechazado. Las heridas del pasado están dañando
su presente y su felicidad. «Porque por fe andamos, no por vista». 2 Corintios 5.7
Mecanismos de defensa que utilizamos cuando estamos heridos
Muchos creyentes que han sido heridos, esconden el dolor en lo profundo y evitan por
todos los medios hablar de ello.
Otros usan mecanismos de defensa, tales como:
• Proyectar rechazo: Este caso se da cuando la persona siente y muestra un rechazo a
reconocer que ha sido herida, prefiere negarlo (rechazar la idea) antes que enfrentarse
con ella y hacer algo para sanarse.
• Auto justificación: Es un mecanismo de defensa utilizado por la persona herida
cuando se siente incapaz de aceptar la responsabilidad que le corresponde sobre sus
actos. Prefiere poner cualquier excusa, por más inverosímil que sea, antes que
reconocer que algo no está bien en su vida.
• Aislamiento: Esto sucede cuando la persona herida decide apartarse del resto,
rechazando toda posibilidad de ayuda, y prefiriendo de esta manera, permanecer
aferrado a sus heridas.
¿Cómo lidiar con las emociones heridas?
Enfrentando la verdad. Muchas veces, confrontar la verdad es muy doloroso;
pero recuerde que la puerta por donde entró el dolor, es la misma puerta por
donde debe salir. «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Juan
8.32
Las heridas escondidas, los traumas, la falta de perdón, los abusos de todo tipo y los
pecados, son como una comida podrida en un refrigerador. Muchas veces, percibimos
el mal olor y no sabemos de dónde viene; pero más tarde, encontramos que hay algo
podrido en el refrigerador que lo está contaminando todo. Cuando nos escondemos
detrás de una puerta de dolor, tenemos que regresar por la misma puerta para ser libres;
tenemos que enfrentarnos con la verdad.
Confesando que nos duele. «Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad
unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho». Santiago 5.16 3.
Perdonando y olvidando. El perdón no es un sentimiento, es una decisión.
Tenemos que perdonar a aquellos que nos han ofendido. «Y cuando estéis
orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre
que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas». Marcos 11.25 4.
Haciendo un compromiso.
Hacer un compromiso verdadero de no vivir por emociones sino por los principios de la
palabra de Dios.
Dando prioridad a la intuición del Espíritu Santo. Conocimiento inmediato de la
verdad que nos ofrece el Espíritu Santo sin necesidad de razonarla.
¿Qué es la mente?
La mente es la parte del hombre donde se encuentra la habilidad de razonar, y donde
radica la habilidad de escoger. Tanto razonar como escoger son las dos características
que nos diferencian de los demás seres creados.
¿Qué es el cuerpo?
El cuerpo es el asiento de los deseos y las pasiones naturales. Es el medio que usan el
espíritu y el alma para proyectarse hacia el mundo.
Al haber estudiado las divisiones del hombre total:
Espíritu, alma y cuerpo, y habiendo reconocido que es el espíritu el que nace de nuevo,
y que el alma (voluntad, emociones y mente) necesita ser renovada, entenderemos el
porqué de la sanidad interior.
• Las emociones deben ser restauradas y sanadas para que no queden indefinidamente
las heridas del pasado.
• La mente debe ser renovada repetidamente colocando la palabra de Dios en ella.
De esta manera, se logra efectivamente el crecimiento espiritual del ser total,
alcanzando la estatura de la plenitud de Cristo a un hombre perfecto.
«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas
a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar
libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos...».
Lucas 4.18
Lamentablemente, cuando se habla de sanidad interior, se cree que tiene que ver con
sicología y eso no es cierto.
¿Qué es sanidad interior?
Es el proceso mediante el cual una persona es liberada y sanada de heridas y de traumas
del pasado producidas por otras personas o hechos.
Estas heridas: un las que le impiden disfrutar la vida abundante en Cristo. Esto implica
una transformación y una renovación de nuestra alma, voluntad, emociones y mente por
medio de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo.
¿Qué no es sanidad interior?
La Sanidad Interior no es recordar y abrir todo nuestro pasado o nuestros pecados. No
tiene que ver con la sicología del mundo. Es confesar y ser sanado de heridas pasadas.