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Beneficios:
El vello se arranca desde la raíz
Cuando se depila con cera, el vello se arranca desde la raíz. Por lo tanto, depilarse con
cera hace que el vello crezca más lentamente, y como resultado se necesita de una
menor cantidad de sesiones de depilación.
Debido a que el vello se arranca de raíz, el folículo piloso se debilita con el tiempo. En la
mayoría de los casos se utiliza cera tibia en lata para conseguir los mejores resultados.
Estos folículos pilosos débiles producen un vello mucho más fino y escaso.
Al depilarse con cera, se elimina la capa más externa de la piel. Con ello la piel se siente
mucho más suave y brillante. Se recomienda que se exfolies la piel un par de días antes
de la depilación con cera, y después del procedimiento para mantener a raya los vellos
encarnados.
A diferencia del rasurado tradicional que se repite varias veces, la depilación con
cera hace que la piel sea menos propensa a la inflamación. Además, al depilarse
con cera se tendrá menos irritación y se evita el riesgo de cortes.
Uso de la parafina
La parafina es un aceite mineral derivado principalmente de hidrocarburos (petróleo) y de
otros minerales como el carbón. Puede presentarse en forma sólida o líquida y tiene
múltiples aplicaciones en distintas industrias, especialmente la farmacéutica y la
cosmética.
La parafina con fines reductores puede dar buenos resultados en áreas que presentan un
exceso de tejido adiposo, como pueden ser piernas, caderas o abdomen, nunca el rostro.
El tratamiento con parafina puede tener también fines terapéuticos. De hecho, su uso es
habitual en centros de fisioterapia. La razón es que la parafina transmite calor y aumenta
la temperatura corporal allí donde es aplicada, por lo que puede resultar un buen remedio,
por ejemplo, para aliviar la tensión muscular o el dolor provocado por una contractura.
Asimismo, puede ser aconsejable en determinadas patologías reumáticas como la artritis
de muñecas, la artrosis, las alteraciones vasculares (el calor actúa como vasodilatador) o
los espasmos musculares.
En este tipo de tratamientos, el calor actúa como analgésico y puede aliviar el dolor
articular o aquel derivado de otras dolencias crónicas.
Si no existe problema médico que lo desaconseje, los tratamientos con parafina con fines
estéticos o terapéuticos pueden aplicarse con distintas técnicas, dependiendo de su
objetivo. Además de los baños de inmersión, la terapia más común para tratar manos y
pies, también es posible aplicar la parafina con la técnica de embrocación, que consiste
en extenderla con ayuda de una brocha o pincel específico.