Está en la página 1de 3
SEMANA EB Lengua y Lunes 13/4 = Literatura ell Clase 2 Entre los temas recurrentes del fantastico interesa el modo en que diversas partes del cuerpo se separan de la central y adquieren autonomia: una mano puede resumir el ser completo y ‘continuar viviendo aun separada del cuerpo, como cucede, por ejemplo, en La mano de Guy de Maupassant. Esto mismo se sintetiza en ojos inquietantes, en cerebros que se desarrollan de manera auténoma 0 en cabezas que cobran independencia. Actividad 1 Lean el siguiente cuento de Elsa Stefénsdotti: La chica del kiosco cee una cosa fara una vez en un pueblito que quedaba en una de las regiones més lejenas de Islandia. 1 orincipios de siglo cuando no habia teléfonos ni radio ni television, cuando no habia nada aque salvara a los que vivian en esos pueblos de |e pesada tristeza que va devorando el alma. Era el see vento mas sombrio del ao, cuando nunca se ve el Sol Y fa semioscuridad llena todos los reco- vyecos de la vida. Todo parece dejar de respira’, helado e inmévil, hasta que de pronto cae fa lluvia y la cara del Ar- tico se convierte en un revoltijo de humedad, mugte, ‘oscuridad y desesperanza, Entonces empieza nevar y en derredor las empinadas laderas de los monte® Ser) ‘el interior blanco de un gigantesco amd, EX mundo se congela otra vez, vuelve a lover, nieva: parece! ‘que nunca se van a terminar esas maldites desdichas. cine omento del avo en el que muchas de las gentes que ve? &h esos pueblitos dejan de ha- blar Cuando se enouentran en las calles, miran hacia delarn® © hacia abajo en impenetrable silencio, Tacdlentes apretados. Otros se quedan dias enteros en ja co°7H las cabezas tapadas con las cobi- jas. Es tiempo de odio, de venganza, iolacion y ocura. También es tiempo de fantasmes. Sse pueblo viva una chica. Era la empleada del nico kiosco del pueblo. Si bien los que vivian all’ ge arrastraban tarde 0 temiprano hasta el Kiosco auncis ‘mas no fuera para tratar de mantener at iatido de la poca vida que les iba quedando, la chica ‘estaba sola la mayor parte del tiempo. ¥ se ota en esos meses mas oscuros del ao, tan lena de iste ‘como cualquier otro. vine Ge esos dias en los que estabe sola, comiéndose las unas Soe ‘siempre, totalmente embo- pada, sucedié algo espantoso: un fantasma entrd al Koso Era un fantasma que hable andado por Pods la costa matando literaimente de miedo a la gente o8 ‘algunas cochinas tretas. Pero como rote melo estaba tan aislado, nadie habia oido todavia nada de sus rofiosas hazafias. El fantasma See e106 ala chica llevando su cabeza bajo el braz0 y le pregunté: _~{Tiene hilo de coser? er clase de hilo? ~pregunté la chica mirando la cabeza belo el brazo sin pestafiear siquiera. Henge que coserme la cabeza al cuello “dijo el fantasma.y ‘bajo el brazo la cabeza le hacia horribles muecas burlonas ala chica werQué prefiere? —dijo ela. Hilo bianco 0 hilo negra? Eifentasma se qued® alelado. Habia andado matando ale gente por la costa solo con jugarie es mala pasada: se morfan només, de un ataque al coraz6n. Pero ahora, aturdido y sin saber: ‘qué hacer, solamente atind a agarrar la cabeza y sacudirla frente a la chica. La chica se sacd la cabeza. El fantasma nunca habia visto a una persona que pudiera sacarse su propia cabeza como hacen los fantasmas, asi que se puso palido de miedo y sintio que un escalofrio le corria por la descabezada espina dorsal. Dejé caer la cabeza al suelo, salié corriendo del kiosco y nunca mas se lo volvié a ver. La chica se puso su cabeza, levanté la cabeza del fantasma, la envolvio en papel marrén y la tird enel montdn de basura detrds del kiosco. Volvié al mostrador y empez6 de nuevo embobada a co- merse las ufias. No le conté a nadie lo que habia pasado. Siguié trabajando en el kiosco hasta que se cas6 con un tipo cualquiera que le daba ‘tremendas palizas durante esa época tan oscura del afio. Hasta que un dia ella perdié la paciencia y se sacé la cabeza frente a él. El tipo no le volvié a pegar nunca mds y vivieron felices el resto de sus vidas. Breve semblanza de la autora Elsa Stefansdéttir es una escritora y escultora islandesa. No se sabe mucho sobre su produc- cién literaria. Este cuento, que Angélica Gorodischer tradujo del inglés, se publicé en Puro Cuen- to (marzo-abril, 1991) y luego en la serie Leer X leer 2. Lecturas para estudiantes del Ministerio de Educacién, Ciencia y Tecnologia de la Nacién (2004), A continuacién les proponemos que en su cuaderno 0 carpeta respondan un cuestionario para analizar lo narrado por Stefénsdéttir en el cuento “La chica del kiosco’. 1. «Cémo podrian describir el pueblo en el que sucede la accién? LA qué se. refiere la frase “es tiempo de fantasmas"? 2. 4Cémo interpretan al personaje de la chica? :Qué rasgos en cuanto a acciones, caracte- risticas fisicas y actitudes podrian sefialar? 3. Relacionen en este cuento el miedo con lo humorfstico. :Cuales de estas palabras identi- ficarlan mejor el cardcter del humor en el cuento: macabro — perverso - socarrén - libe- rador — horrendo? Justifiquen su eleccin. 4. Qué particularidades presenta el personeje del fantasma? Realicen un cuadro en el que ‘comparen las caracteristicas de este fantasma con los que se presentan a continuacién en los relatos “{Seria fantasma?", de George Loring Frost, y “Twice-told tale’, de Enrique Anderson Imbert. éSeria fantasma? Al caer de la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galeria de cuadros. Con un ligero escalofrio, uno de ellos dijo: _ ~Este lugar es siniestro. {Usted cree en fantasmas? —Yo no -respondié el otro~ cy usted? ~Yo si dijo el primero, y desapareci6. Twice-told tale Perseguido por la banda de terrorists, Malcolm corrié y corrié por las calles de esa ciudad ex- trafia, Eran casi las doce de la noche. Ya sin aliento se metié en una casa abandonada. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad vio, en un rincdn, a un muchacho todo asustado. —(A usted también lo persiguen? —Si -dijo el muchacho. —Venga. Estan cerca. Vamos @ escondernos. En esta maldita casa tiene que haber un desvén.. Venga. ‘Ambos avanzaron, subieron unas escaleras y entraron en un altillo, —Espeluznante, gno? —murmurd el muchacho, y con un pie empujé la puerta. El cerrojo, al cerrar- se, soné con un clic exacto, limpio y vibrante. iy, no debid cerrarla! Abrala otra vez.

También podría gustarte